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DISCURSO DE GRADUACIÓN JUNIO 15 DE 2012 Buenas tardes, Señores y señoras de la Mesa principal, profesores, graduandos y graduandas, asistentes en general. Althea Gibson, una tenista afroamericana que cosechó muchos triunfos en un medio difícil, expresó en alguna ocasión que: “cualquiera que hayan sido nuestros logros, alguien nos ayudó siempre a alcanzarlos”. Desde que leí la frase ha resonado en mi corazón, y este es el momento más oportuno para compartirla. Es cierto, y creo hablar en nombre de mis compañeros y compañeras, que tenemos hoy la alegría de recibir este grado afirmando que este logro no ha sido producto únicamente de nuestros esfuerzos, conseguido con ganas y perseverancia. Sí, porque detrás, o más bien con nosotros y nosotras, han estado muchas personas, y eso resulta maravilloso porque quiere decir que nuestros logros, alegrías, recuerdos y ganas de dar gracias, se multiplican por cada persona que no ha acompañado en este proceso. Y es que los logros humanos por más individuales que parezcan definitivamente no son individualistas: somos seres sociales, únicos y diferentes, y en medio de esa diversidad compartimos la humanidad de nuestra condición y la divinidad de llamarnos hijos e hijas de Dios con una misión en nuestras vidas. Misión que no empezó al llegar a la Universidad, y que tampoco termina hoy al recibir nuestro grado. Pero que definitivamente es en la Universidad donde se ha reafirmado; y cuando hablo de Universidad no me refiero solo al espacio físico sino al espacio mental, emocional y espiritual donde se concentra el saber. No solo el saber específico de nuestras carreras de Teología y Psicología,

Discurso de Graduación

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DISCURSO DE GRADUACINJUNIO 15 DE 2012

Buenas tardes,

Seores y seoras de la Mesa principal, profesores, graduandos y graduandas, asistentes en general.Althea Gibson, una tenista afroamericana que cosech muchos triunfos en un medio difcil, expres en alguna ocasin que:cualquiera que hayan sido nuestros logros, alguien nos ayud siempre a alcanzarlos. Desde que le la frase ha resonado en mi corazn, y este es el momento ms oportuno para compartirla.Es cierto, y creo hablar en nombre de mis compaeros y compaeras, que tenemos hoy la alegra de recibir este grado afirmando que este logro no ha sido producto nicamente de nuestros esfuerzos, conseguido con ganas y perseverancia. S, porque detrs, o ms bien con nosotros y nosotras, han estado muchas personas, y eso resulta maravilloso porque quiere decir que nuestros logros, alegras, recuerdos y ganas de dar gracias, se multiplican por cada persona que no ha acompaado en este proceso.Y es que los logros humanos por ms individuales que parezcan definitivamente no son individualistas: somos seres sociales, nicos y diferentes, y en medio de esa diversidad compartimos la humanidad de nuestra condicin y la divinidad de llamarnos hijos e hijas de Dios con una misin en nuestras vidas.Misin que no empez al llegar a la Universidad, y que tampoco termina hoy al recibir nuestro grado. Pero que definitivamente es en la Universidad donde se ha reafirmado; y cuando hablo de Universidad no me refiero solo al espacio fsico sino al espacio mental, emocional y espiritual donde se concentra el saber. No solo el saber especfico de nuestras carreras de Teologa y Psicologa, sino el conocimiento humano que tiene algo de divino y que nos sensibiliza, nos transforma y nos humaniza.La Universidad ha sido ese cofre, y lo que aqu hemos encontrado - las personas, los lugares las propuestas- y lo que hemos vivido - las clases, los aprendizajes, las cosas buenas y las no tanto, la tesis, las correcciones, los s, los no, las esperas y ocasionalmente las desesperanzas- han sido el tesoro invaluable que nos enriquece y confirma lo que queremos hacer y, sobre todo, lo que queremos ser. Y no me refiero a ostentar un ttulo profesional nicamente, aunque en una sociedad como la nuestra eso cuenta, y mucho.Me refiero ms bien a que lo que hemos obtenido, adems de un diploma, es una experiencia de conocimiento y crecimiento sumamente inolvidable que no se limit a lo aprendido en clase, sino a lo aprendido en la vida, mientras estudibamos y trabajbamos, y a lo aprendido en el estudio mientras vivamos; hoy lo que aprendimos, lo que somos y lo que queremos ya no tienen un horario diferente sino que hacen una alianza cuya fiesta se celebra en nuestros corazones alegres y en lo que viviremos.Sin embargo la alegra no es el nico sentimiento que nos embarga. Hoy es un da para recordar, dar gracias, para esperar y tener esperanza.Recordar lo que hemos vivido, luchado, quizs llorado, lo que hicimos o dejamos de hacer, pero recordamos ms bien lo positivo, las risas, las ancdotas, los sacrificios y esfuerzos que nos hicieron ms fuertes y las lecciones que marcaron ya nuestra vida.Dar gracias a nuestro Dios del cielo que se hace presente en la tierra a travs de nuestras familias y de la firmeza y perseverancia que le dio y seguir dando a nuestro espritu. Un Dios que nos bendice con la vida, con los sueos que siembra en el corazn y que se multiplican cada vez que se cumple uno y con la amistad de quienes no se han conformado con el compaerismo sino que se han convertido en una familia no solo por la carrera sino por amor.Tambin damos gracias a quienes nos ensearon y a quienes nos permitieron ensearles, a quienes nos corrigieron y lo supieron hacer, a quienes sin palabras, y aun sin un constante contacto nos ayudaron en el estudio y en la vida. La lista de agradecimiento es extensa como las expectativas y las esperanzas que hoy tambin nos acompaan.Karl VonHumboldt dijo:es increble la fuerza que el alma puede infundir al cuerpo. Y nosotros y nosotras trabajamos y trabajaremos desde y por nuestra humanidad y nuestra profesin, ayudando al ser humano precisamente desde su alma, esa alma que busca y se une a Dios desde la Teologa y esa alma que permea el comportamiento, las relaciones y todos los sistemas de las personas desde la Psicologa. Pero bueno, en realidad el alma y la vocacin son la misma aunque nuestras disciplinas sean diferentes.

Hoy en un da de esperas yo me atrevera a decir que eso de ayudar al alma, que infunde tanto al cuerpo y al ser, es lo que deseamos hacer aunque los medios laborales, econmicos, sociales o individuales puedan o no estar claros en este momento, sin embargo la esperanza que nos ha nacido, inclusive antes de iniciar nuestras carreras no se reduce a encontrar un buen trabajo, o al sueo de contribuir a una sociedad mejor, aunque eso sea lo que esperamos.Yo dira que mi esperanza y creo que la de quienes nos graduamos, y quizs de otras personas, va ms all de lo concreto e inmediato de la vida y de la brevedad de esta importante ceremonia. Y esa mi esperanza, y la quiero expresar con las palabras de Sor Josefina Bakhita:Yo soy definitivamente amada suceda lo que suceda, el gran amor me espera. Deseo que ese amor nos mueva, nos siga acompaando en nuestros sueos y permita que cada cosa que hagamos sea por amor, pues esa es la nica garanta del xito y no solo de la carrera sino de la vida. Mantengmonos firme en esa esperanza pues es fiel quien hizo la promesa.