DISCURSO EN HOMENAJE AL 129º ANIVERSARIO DE LA CREACIÓN DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE TACNA
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1 CAMARA DE COMERCIO DE TACNA, UNA PRESENCIA EN LA HISTORIA En el siglo XVI, pocos años después de producida la conquista, los españoles ponen en valor las minas de Potosí, en el Alto Perú, hoy Bolivia. Desde entonces se afanaron en buscar una vía que, de la manera más rápida, hiciera posible exportar la plata hacia Europa. Se ensayaron varios caminos que terminaban en el puerto de Arica. Ni el que desembocaba en la caleta de Vítor, al sur de ese puerto, ni aquel que bordeaba los nevados que escoltan al volcán Sajama, resultaban apropiados. El más corto, práctico y útil resultó el que partiendo de Arica pasaba por Tacna y culminaba en el Alto Perú. Una disposición emanada del Virrey Toledo, en 1574, oficializa la ruta. Desde aquel año, del siglo XVI, las ar enas costeñas, los p áramos y las frías noches a ndinas, serían testigos de un tráfico constante de hombres y de animales de carga. Los llamados carneros de la tierra fueron reemplazados por recuas de mulas que, en hileras interminables, por aquellas soledades, conducían al Alto Perú los productos de los valles de Tacna, Moquegua, Lo cumba y Azapa. Imaginamos lo s preciados cargamento s de vinos, aguardientes, aceite, pescados, frutas. Las crónicas consultadas, escritas en el siglo XVII, dan testimonio de aquel intenso comercio y testimonian que el servicio de arrieraje llegó a contar con más de cinco mil mulas. A los productos y frutos de la tierra generosa pronto se agregarían los fabricados allende los océanos. Finos muebles, deslumbrantes cristales, delicadas porcelanas, alfombras, gobelinos y fármacos serían transportado s por los arrieros tacneños hasta el Alto Perú y lo que hoy es el norte argentino de donde los comerciantes aprovecharon la ruta para exportar su cueros, cecinas y tejidos a Europa que los apreciaban, por primera vez. La frase, “granítica y redonda”, como diría Chocano, ¡VALE UN PERÚ! creada para nombrar lo bueno, lo valioso, lo notable y que se extendiera por el mundo a causa de la riqueza de los metales peruanos, se vería enriquecida con el conocimiento de la bondad de los productos que nuestra pródiga tierra entregaba a un mundo asombrado cuando se enteró de que, en esos remotos lugares del orbe, existía lo que ellos consideraban la réplica del edén, el s oñado dorado . Con el tiempo, a solamente cuatro años de proclamada la independencia del Perú, en Tacna existían 20 casas comerciales algunas de las cuales tenían sus matrices en Alemania,
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