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DON SANTIAGO INCLUYE ÍNTEGRO EL AS COLOR NÚMERO 3 DEL 8 DE JUNIO 1971 SE ENFADA LA ENCRUCIJADA DEL REAL MADRID EN 1971 2ª ÉPOCA • NÚMERO 3 • 12 DE JUNIO DE 2012

DON SANTIAGO - AS.com - Diario online … de Muñoz, y me dijo que me llamaba el míster para un entrenamiento especial. De re-pente, le veo en chándal y con un cronómetro. Me dijo:

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DON SANTIAGO

INCLUYE ÍNTEGRO EL AS COLOR NÚMERO 3 DEL

8 DE JUNIO 1971

SE ENFADALA ENCRUCIJADA DEL REAL MADRID EN 1971

2ª ÉPOCA • NÚMERO 3 • 12 DE JUNIO DE 2012

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Bueno, Sanchis, Gento y Grosso esperan el mensaje que Bernabéu les va a lanzar. Casi siempre era el mismo: “Sólo importa ganar”.

La tempora-da 1970-71 no había sido buena para el Real Madrid. Por primera vez en su historia no disputaría ninguna com-petición eu-ropea. Pero el presidente Bernabéu ponía buena cara al mal tiempo...

TOMÁS RONCERO /

Cuando el Madrid perdió la final de la Recopa de

1971 ante el Chelsea, Don San-tiago Bernabéu se puso en plan presidente y dio la cara. Siempre lo hacía. Decidió hablar con AS Color, convencido de que era la cabecera de mayor prestigio para enviar un mensaje meditado y di-recto al madridismo. El mandata-rio manchego no se andaba por las ramas y prefería golpear duro si era preciso para que nadie pu-diera interpretarle entre líneas. Bernabéu era de los de “al pan,

SANTIAGUINAJugador,

entrenador, directivo y

presidente del Real Madrid. Gracias a todas esas fases,

Bernabéu se labró una arrolladora

personalidad. Sus ‘Santiaguinas’ eran mensajes

dirigidos a técnicos, jugadores y afición.

DÍCESE DE DON SANTIAGO BERNABÉU DICIENDO VERDADES COMO PUÑOS

pan; y al vino, vino”. Lo bueno de la entrevista, efectuada por nues-tro compañero Chema Bermejo, es que el mítico mandatario me-rengue deja perlas que lo convier-ten de nuevo en un adelantado a su tiempo. Diríase que algunas de sus frases las habría suscrito el mismísimo Florentino Pérez, que siempre habla de Bernabéu como el espejo como presidente en el que siempre quiso mirarse.

Lo que sí han cambiado son los tiempos y la dimensión eco-nómica del club. El actual Real Madrid sí se puede gastar 96 mi-llones en Cristiano o 67 en Kaká.

Pero vean lo que decía Don San-tiago sobre el deseo de la afición de que llegaran grandes fichajes a la plantilla blanca: “En Inglaterra e Italia los clubes son sociedades anónimas. En el Madrid los due-ños son los socios. Los propie-tarios, los socios, me reclaman: “¡Gástese usted el dinero, los mi-llones!”. Y yo les digo: “¿Qué mi-llones? No vamos a pagar ocho o diez millones por un jugador me-diocre. No quiero pagar lo que no valen. Además, los impuestos nos ahogan. Ahora tenemos 400 em-pleados. Hay que pagar la luz y el agua. Los gastos han aumentado. La Directiva tiene que vigilar la so-ciedad”.

Su concepto de que el Real Madrid es de sus socios queda claro en una expresión muy pro-pia del mandatario manchego: “Si yo fuera empresa, haría lo que me diera la gana. El Madrid está pre-parado para gastar, no para tirar el dinero. Hay que poner los pies en el suelo. Hay que olvidarse de aquellos Di Stéfano, Puskas,

Gento, Rial… ¿Qué hubiera sido de nosotros si no dejamos salir a los Benito, Velázquez, Grosso, Pirri? Vamos a reforzarnos si los socios tienen paciencia y aguan-tan, y apoyan a los jóvenes que surjan”.

Por cierto, que en un tramo de la entrevista Don Santiago tiró una puyita a la siempre exigen-

te afición del estadio que lleva su nombre: “En Atenas perdimos con dolor y con honor, y me pre-ocupa que ninguno de los 60.000 socios fueran a Barajas a recibir a los jugadores. Los socios tienen también una obligación: apoyar al equipo”. Mourinho debe estar aplaudiendo ahora mismo mien-tras lee estas líneas.

En su repaso a aquella tempo-rada de transición para los blan-cos, el líder de aquellos años marcadamente presidencialistas sale en defensa de su discuti-do técnico, Miguel Muñoz: “Si yo fuera técnico, me iría a Italia y cobraría cinco millones por decir cosas y hacer equipos. Sí, no me pinches en el asunto Miguel Mu-ñoz. No es cosa mía. ¿Sabes que hay una junta directiva? Yo no voy a escoger a otro entrenador que haya salido de otros clubes. Cuan-do ha salido de un sitio, es que no valió. ¡Eche usted a Muñoz!, me dicen. Otros quieren que se que-de. ¿Quién garantiza de antemano una victoria?”.

Así era Don Santiago Berna-béu. Genio, figura, personal e in-transferible. Un genio de los des-pachos. Un pionero, un ideólogo y un impulsor del gran fútbol que décadas después se ha conver-tido en el rey de la industria del ocio. Desde un Lugar de La Man-cha, irrumpió el mejor presidente de la historia del fútbol…

LA MIRADA

SABIA. Clara,

llana, directa

y sin tapujos.

Así era la

sabia mirada

de Santiago

Bernabéu,

y así era la

vigorosa

personalidad

del entonces

presidente

madridista.

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El Bernabéu pidió a gritos la dimisión

de Miguel Muñoz el 24 de abril de 1971, tras el 1-1 en Copa

ante el Deportivo

“Real Madrid, Presente y Futu-ro”, era el título del repor taje sobre el equipo blanco en el nú-mero 3 del AS Color. Seis pági-nas que desgranaban la historia del club en sus sesenta y nueve años de historia por aquel enton-ces. Y, por supuesto, un análisis de aquella plantilla de la 70-71.

BORJABETANCORTJUNQUERA

MIGUEL ÁNGEL

El Madrid vivió un período de crisis en mayo de 1971. Perdía la final de la Recopa, Gento se retiraba del fútbol y la temporada acababa sin títulos. Bernabéu siguió apostando por Miguel Muñoz, pero siete veteranos pagaron los resultados de un año aciago...

EL ADIÓS DE GENTO TRAJO UN POBLADO DE NUBARRONES

J. L. GUERRERO /

Una mañana vino Moleiro, ayudante de Muñoz, y me

dijo que me llamaba el míster para un entrenamiento especial. De re-pente, le veo en chándal y con un cronómetro. Me dijo: “Tiene usted que correr todo lo que pueda des-de la Grada Sur a la Grada Norte”. Estaba un poco extrañado, pero realicé el sprint que me pedía el míster. Cuando volvía asfixiado, me dijo otra vez: “¿Está recupe-rado? Vuelva a realizar otro sprint a mi señal...”. Estaba alucinado porque no entendía nada. Cuan-do volvía andando le pregunté: Míster, ¿esto para qué es? Él con-testó: “Quiero ver si eres rápido”. El relato de Rafa Marañón, prome-tedor delantero centro novel, por aquel entonces con 23 años, y re-convertido a extremo izquierdo por obligación, ilustra la necesidad de un Madrid inestable en la 70-71. Paco Gento, tras 18 años de ini-gualable trayectoria, veía el final de sus días como futbolista. Miguel Muñoz buscaba una solución impo-sible, encontrar un relevo para la Galerna del Cantábrico. Su eterno sustituto natural, Manolín Bueno, también ponía fin a su etapa en el club esa misma temporada.

Aquel presente del equipo blan-co estaba poblado de nubarro-nes. Un mediocre balance en Liga (cuarta posición), una eliminación tempranera en octavos de final de Copa ante el Depor y la decepción de no conquistar la Recopa ante el Chelsea dejaron al Real Madrid en una situación de crisis. Once futbolistas acababan contrato a final de temporada y siete de ellos no continuaron: Gento, Cal-pe, Sanchis, Betancor t, Bueno, González y De la Fuente. La gene-ración de los Ye-Yé afrontaba su primera crisis de identidad, pero Pirri, Grosso y Velázquez continua-ron en el equipo blanco. Fue una campaña en la que la enfermería se llenó: hasta 27 lesiones. Pero esta circunstancia no era una ex-cusa para el siempre exigente pú-blico del Bernabéu, que pidió a gri-tos la dimisión de Miguel Muñoz el 24 de abril de 1971, tras el 1-1 ante el Deportivo en la ida de los 1/16 de final de Copa.

Don Santiago Bernabéu salió a defenderle públicamente en las páginas de AS. Consideraba que había una campaña mediáti-ca para destruirle. Un argumento de presidente muy del siglo XXI, lo que demuestra que esta canción viene de tiempos lejanos. Con

una diferencia abismal. Don San-tiago apostó por él tres tempora-das más: “Muñoz continúa en el Madrid por valiente. Ha demostra-do serlo una vez más al soportar la ofensiva contra él”. Paradojas de la vida, el histórico técnico ma-dridista se quejaba, sobre todo, de la forma en la que cayeron en Copa: “Un equipo puede ha-cer mejor fútbol que su rival y, en cambio, queda eliminado. No hay derecho que uno, sin ganar, siga adelante y otros, sin perder, sean eliminados. ¡No me entra en la ca-beza!”. Justo en aquella campa-ña entraba en vigor el doble valor de los goles fuera de casa en la competición de Copa (aunque en 1973 se anuló esta norma, que se recuperó definitivamente ya en 1993). En Europa, por ejemplo,

las eliminatorias se seguían diluci-dando con partidos de desempate porque ni siquiera existían las ac-tuales tandas de penalti.

“Después de una temporada en la que no se consigue un ob-jetivo, sabíamos que habría una limpieza grande en el vestuario. Los que más lo pagaron fueron los jugadores veteranos”, relata Toni Grande, que con 24 años fue el octavo futbolista de la plantilla con más minutos en Liga. Una ‘rara avis’ en una plantilla enve-jecida con Gento (38), Betancort (34), Sanchis (33), Amancio (32), Zoco (32) y Manolín Bueno (31). Toni Grande fue el más joven en contar con cier ta confianza por parte de Miguel Muñoz. “A los ju-gadores de la casa nos costaba entrar en la dinámica de los vete-ranos”, recuerda. Él y Goyo Benito (25) se hicieron hueco gracias a la madurez extraída en su cesión conjunta al Rayo. En el Bernabéu decían: “Ahí está Benito. El balón pasa, pero el jugador, ni hablar”. Goyo iba a para cura a los 12 años (estaba en un seminario en Ála-va), pero el fútbol cambió su vida. Por aquellos lares, los jugadores mostraban un discurso parecido al actual (“Con tal de jugar, me da igual el puesto”), pero con otras

BETANCORT Y MIGUEL MUÑOZ. El portero

canario terminó su contrato en el Madrid en

1971. Luego se fue a Las Palmas, equipo en el

que recalaría también Miguel Muñoz.

JOSÉ LUIS CALPE

DE LA FUENTE

GROSSOFLEITAS

AMANCIOMIGUEL PÉREZ

ORTUÑO

GENTOBUENO

MARAÑÓN

VELÁZQUEZPIRRIPLANELLES

GRANDE ZOCOGONZÁLEZ

BENITODE FELIPE

ZUNZUNEGUI

SANCHISTOURIÑO

BALLESTER

MAYORES DE 30 AÑOS MENORES DE 25 AÑOSMuñoz contaba con una plantilla

envejecida. Gento tenía 38 años y

su sustituto, Bueno, 32.

Los siete jóvenes tuvieron pocos

minutos. Grande y Fleitas fueron

los que más jugaron.

UNA PLANTILLA DESCOMPENSADA

DIFERENTES GENERACIONES.

Amancio, Pirri, Marañón,

Velázquez y Gento, en un partido

de la temporada 70-71.

REAL MADRID 70-71

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aguantar aquel aluvión de críticas. Sirva de muestra de su carácter y su ironía una anécdota que suce-dió tras el partido de desempate en la final de la Recopa en Atenas. En la conferencia de prensa pos-terior al encuentro, un periodista griego mantuvo este diálogo con Miguel Muñoz: “Do you speak en-glish? No. Parlez-vous français? No. Deutch? No. Perdone, pero yo sólo hablo español, sevillano y argentino”. El Madrid se queda-ba sin la Recopa, un título que no llegó nunca a las vitrinas blancas. Pero hubo un pérdida todavía ma-yor. Ese mismo día, el 21 de mayo de 1971, fue cuando Paco Gento jugó su último partido con el Real Madrid. El club vivía un proceso de reestructuración. Miguel Muñoz fi-chaba justo en ese mismo mes a Molowny para hacerse cargo de la cantera y peinaba, mientras, el mercado para rejuvenecer la plan-

Grande: “Todo el mundo quería

a otro jugador como Gento: que corriese y pegase

al balón igual”

inquietudes personales. Grosso (28), uno de los representantes de aquel Madrid Ye-Yé, asegura-ba: “Me hubiera gustado hacer una carrera universitaria, pero en mi casa no había medios”. Un dis-curso parecido al de un jovenzue-lo Planelles (19), que justificaba su desilusión dentro del club de esta forma: “Quiero irme a casa. Soy amateur y cobro lo justo. Ade-más de jugar, estudio económicas y llevo dos años perdidos por el balompié”. Aunque estos lamen-tos confesados en AS, en mayo de 1971, escondían otra realidad. “Planelles era un jugadorazo. Le gustaba mucho a Miguel Muñoz. En la final de Copa ante el Valen-cia, en el Camp Nou (1970), le subieron al primer equipo. En la Recopa contra el Hibernians, en aquella temporada (70-71), mar-có un hat-trick sensacional. Tenía mucha fuerza, pero él quería ju-gar de delantero centro. Muñoz lo sacaba para sustituir a Grosso y le pedía que bajara hasta el cen-tro del campo para recibir la pe-lota. Un poco como hacía Alfredo Di Stéfano, pero Planelles no que-ría. Así que le cerraron la puerta del primer equipo...”, rememora Rafa Marañón. Sin embargo, otros como Bueno hubieran preferido marcharse antes después de 12 años en el club: “Había un dere-cho de retención y no te podías ir.

do del final de aquella campaña. Yo acababa contrato y me llamó Antonio Calderón, el gerente. Me habló con buenas palabras y me regalaron un año más de contra-to. Me comentaron que si quería seguir jugando en otro club no ha-bía problema. Luego me fui a Las Palmas. Recuerdo todavía las pa-labras cariñosas de Don Santia-go: “Canario, te echaremos de menos”, narra hoy el que fuera veterano Antonio Betancort. Fue Zamora en los años 65 y 67 y se marchó del Madrid con seis Ligas, una Copa de Europa y dos Copas. Pero fue una despedida agridulce por los resultados logrados en la última temporada. “Fue un año muy malo. Para olvidar. Me acuer-do de las críticas a Miguel Mu-ñoz, por supuesto. Pero aun así se merecía una estatua de todas maneras. Era muy supersticioso. Me acuerdo que yo siempre daba unas caladas a un puro en todas las concentraciones. Un día me dio por no fumar contra el Elche y luego perdimos. Miguel Muñoz fue en seguida a por Zoco, mi compa-ñero de habitación, para decirle que no me había fumado el puro y que por eso habíamos perdido. ¡Era tan supersticioso que no se cambiaba de chaqueta los días de partido!”.

Sólo un hombre con la perso-nalidad de Miguel Muñoz podía

tilla. Cuando todavía se debatía la autorización de fichar extranjeros (el Barça estaba dispuesto a pa-gar 23 millones de pesetas por Cruyff), el Madrid cerraba los ficha-jes de Santillana, Corral y Aguilar por 20 millones de pesetas. Pero la obstinación de Miguel Muñoz durante la 70-71 fue la de encon-trar un clon de Gento. “Me acuer-do de mi debut en San Sebastián como si fuera ayer. Salí por Gento al descanso. Todo el mundo que-ría que se fichara a un jugador que corriera como una moto y pegara a la pelota como él. Yo era delan-tero centro y no me gustaba jugar de extremo, paradojas de la vida, porque luego en el Espanyol me desenvolví en esa posición. En aquellos tiempos vivimos una transición importante, donde era difícil quitarle el puesto a la gente veterana. Si salías un día y no fun-cionabas, no volvías a jugar. Años más tarde me fui al Espanyol, pero luego don Santiago me reconoció que podía haber triunfado en el Madrid”, rememora Marañón. Era imposible sacar un nuevo Gento. Ni 40 años después se ha visto otro jugador igual. El Madrid, en aquel reportaje en AS Color se en-comendaba al “Presente y Futuro”. Representado en su majestuoso estadio, una moderna Ciudad De-portiva y un palmarés que no logró engrosar aquella temporada...

PAREJA. Manolín Bueno (sin camiseta) fue

el eterno suplente de Gento. Paco se retiró del

fútbol al acabar la 70-71 y Bueno también se

marchó al Sevilla al finalizar la misma.

EL ONCE INICIAL EN LA FINAL DE LA RECOPA.

Arriba, de izquierda a derecha: Borja, José Luis,

Benito, Zunzunegui, Pirri y Zoco. Abajo, Fleitas,

Amancio, Grosso, Velázquez y Bueno.

Siempre te renovaban un año con un diez por ciento más de la ficha si eras internacional. No teníamos más remedio que aguantar lo que el club decía”.

El problema de las lesiones en aquella temporada se escenificó en la portería: Betancort (ligamen-

tos), Junquera (rotura del tendón del supraespinoso) y Miguel Ángel (fractura del dedo meñique) ape-nas jugaron. El protagonismo se lo llevó Borja, que fue fichado la temporada anterior del Murcia, en plena competición, a causa tam-bién de las lesiones. Su nombre de guerra, José Luis, hubo que tocarlo por su apellido paterno, Borja, para que no se confundie-ra con otro José Luis, de apellido Peinado, que ya estaba en la plan-tilla, a quien se le apodaba ‘Pepe Goles’ por su facilidad de marcar. “Yo no aguantaba más al máxi-mo nivel. Sabía que era mi última temporada. Estábamos Junquera, Miguel Ángel, con unas condicio-nes bárbaras, y el chiquito que vino del Murcia (Borja). Me acuer-

SANCHIS. El veterano defensa

marcó un gol en Liga en la 70-71.

Y a la derecha, Bueno observa la

jugada de su compañero.

INTENSIDAD. Benito, al fondo, y

Pirri, con el brazo en alto. Fleitas y

Miguel Pérez, esperando a sacar. A

la derecha, Amancio y Velázquez.

DELANTEROS. Pirri, a la derecha, se

convirtió en el máximo goleador

aquella temporada con 13 goles en

Liga. Fleitas, a la izquierda, marcó 6.

DEFENSA. De Felipe, de frente al

lado del portero. A la derecha, Zoco

y a la izquierda del todo, Pirri.

Gento jugó su último partido el 21

de mayo de 1971, con la decepción de perder la final

de la Recopa

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En el número 3 de AS Co-lor aparecía un reportaje de cómo 10 caballos mu-rieron en el hipódromo de La Zarzuela, no por una enfermedad, sino por la errónea ad-ministración de un medi-camento.

Aparte de entrenador, jockey y mozo de cuadra, necesitan los cuidados de veterinario, dentista, osteópata, homeópata, herrador, fisioterapeuta, quiropráctico, nutriólogo y, en algunos casos, hasta psicólogo.

EL PURASANGRE, EL ANIMAL MÁS MIMADO DEL MUNDO

LA ZARZUELA

JAVIER HERNÁNDEZ /

El purasangre seguramente sea el animal que más cui-

dados recibe en el mundo. Obras de arte en movimiento que en España se pueden adquirir des-de 3.000 euros y por los que en EE UU se llega a pagar hasta 30 millones. Pero hay veces que to-dos los cuidados son pocos o, como dice el refrán, es peor el re-medio que la enfermedad. Suce-dió en 1971, en Madrid, en el hi-

pódromo de La Zarzuela, cuando 10 caballos murieron no por una enfermedad, la Bedsionasis, si no por un mal uso del medicamento que la curaba, la Terramicina.

La información a principio de los años 70 no era la misma que la hoy existente y, por error o desconocimiento, se suministró Terramicina en dosis mayores de las idóneas. Incluso, en algunos casos, se hizo de forma errónea, mezclando la medicina en agua y por vía bucal.

“Siempre que aparece una en-fermedad nueva hay desinforma-ción, y hay quienes no esperan a que salgan los resultados del la-boratorio, que tardan tres días, y actúan por su cuenta”, narra Marta Varela, veterinaria que tiene a unos 200 caballos del hi-pódromo de La Zarzuela bajo sus cuidados. “Hoy sería muy difícil que ocurriese algo parecido. Ló-gicamente, los métodos de diag-nóstico no son los que había an-tes. La ciencia está mucho más

avanzada El salto tecnológico y científico en veterinaria ha sido brutal. Hoy día hay muchísimos más medios”.

De todos esos avances se ha beneficiado el caballo de carre-ras, el animal más mimado del mundo. Para cuidar al purasangre todo es poco y de su salud están pendiente una batería de profe-sionales. Más allá del entrena-dor, jockey y mozos de cuadra, y además del veterinario, el caballo requiere la atención de dentista,

herrador, osteópata, homeópa-ta, quiropráctico, fisioterapeuta, nutriólogo y, en algunos casos, hasta psicólogo, si bien estos úl-timos todavía no están muy ex-tendidos al ser muy difícil com-probar los resultados.

Marta, madrileña de 37 años, es uno de los cinco o seis veteri-narios particulares que trabajan en el hipódromo. Comenzó a mon-tar a caballo con 17 años, como amazona compitió en carreras du-rante varias temporadas y ejerce

de veterinaria desde 1999. Ella sabe lo que se lleva un caballo en cuidados: “Un caballo gasta en medicinas entre 100 y 150 euros al mes. Eso sin que haya nada excepcional. Si yo fuera ca-ballo, elegiría ser caballo de ca-rreras. ¡Está tan bien cuidado!” .

El veterinario acude al hipó-dromo mañana y tarde, pero realmente está las 24 horas de guardia. “Más de una vez toca salir corriendo de noche porque un caballo tiene un cólico”. En el

PRIMERA CALIDAD. En la

alimentación del caballo figuran

los piensos y vitaminas de mayor

calidad que hay en el mercado.

EL TREADMILL. Es una cinta

rodante que sirve para caminar.

Se puede poner cuesta arriba

para fortalecer músculos.

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coche, el maletero es un farma-cia improvisada con innumera-bles productos y medicinas: “En el coche suelo llevar entre 70 u 80 medicinas diferentes. Antiin-flamatorios, sueros, sedantes, analgésicos, productos para cui-dar las heridas, vendas.... Muy variadito. Hay que tener en cuen-ta que el veterinario tiene dos labores principales. La primera, atender las patologías del caba-llo; es decir, curar heridas, lesio-nes... y la segunda, la atención

deportiva, ayudar al caballo a es-tar sano, en forma, darles vitami-nas, un tratamiento deportivo. En definitiva, ayudarles y prepararles para la competición”.

La responsabilidad de los vete-rinarios es tremenda. En sus ma-nos están caballos que cuestan un dineral, en ocasiones millo-nes de euros, y un fallo, un error puede resultar fatal para la vida del animal o para su carrera de-portiva. “Así es, pero del mismo modo que asumes la responsabi-

lidad, no puedes estar pensando en ello todo el rato. Todos los ve-terinarios tenemos un seguro de responsabilidad civil de 150.000 euros. Ese seguro se nos conce-de a los veterinarios al lograr el título en la universidad. Luego, si quieres, de forma privada y pa-gando una cantidad, puedes am-pliarlo. Personalmente, yo tengo una cobertura de hasta 300.000 euros”.

¿Se trata a todos los caballos de carreras igual? ¿Existe discri-

minación? En una cuadra con-viven caballos de muy distinta categoría. Lo mismo hay uno de grandes premios y múltiple gana-dor que en el box de al lado está ‘el penco’, como se dice en el ar-got, el que nunca ha ganado y se-guramente nunca ganará.

“El veterinario siempre tiene el mismo cuidado con todos los caballos. En ocasiones, cuando hay lesiones más o menos gra-ves, es el propietario el que suele marcar la diferencia. Para los tra-

tamientos, habitualmente le doy tres alternativas al propietario. Les digo, mira, ésta es la mejor, aunque también es la más cara, y luego tienes estas dos que son más baratas. Es el propietario el que elige”.

El caballo de carreras, desde que nace, tiene un exhaustivo control. Tiene su propio DNI, el libro de identificación caballar, en el que se anota todo lo referente al caballo. Figuran sus marcas, los tipos de capa de pelo... todo

para ser identificado. En el libro está inscrito el número del micro-chip (todos llevan uno insertado en el cuello), así como anotados los controles antidoping que han pasado, las veces que ha entra-do y salido del país, la cartilla de vacunación obligatoria....

Todas estas medidas hacen que sea imposible confundir o su-plantar un caballo por otro. Obras de arte en movimiento que tienen el honor de ser el animal más cui-dado del mundo.

TENDONES. La

veterinaria Marta

Varela palpa

los tendones de

un caballo. Si se

notan hinchados,

se practica una

ecografía para

comprobar la lesión.

EN LA CUADRA.

Cada caballo tiene

su propio box. En

la cuadra recibe

mil atenciones. En

países como Dubai

cada caballo tiene

hasta su propio

termómetro.

MALETERO-

FARMACIA. El

maletero del coche

de un veterinario

está acondicionado

para llevar los

medicamentos.

A COMPETIR.

Todos lo cuidados

y entrenamientos

están enfocados

para el día de

carreras.

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tos de los que apuntaba. “Quizás me faltó carácter. Pegar algún pu-ñetazo en la mesa para hacer valer en el equipo los galones que me ganaba en la carretera”.

En aquella entrevista del 71 Lasa se quejaba de que no tenía apoyo en el por entonces su equi-po, el Orbea. “Y era verdad. No quiero menospreciar a nadie, pero andaba mucho y no tenía ayuda. Por ejemplo, gané tres etapas en el País Vasco y acabé tercero, tras Ocaña y Poulidor. Orbea no tenía

“El Kas estaba plagado de figuras. Había camarillas y yo no estaba en ninguna”

En el momento de publicarse esta entrevista (7-6-1971) Miguel María Lasa era un corredor joven (23 años) con enorme proyección, pero hasta ese momento sólo ha-bía estado en equipos modestos: Pepsi-Cola, la Casera y Orbea. Al año siguiente ficharía por el Kas.

CHEMA BERMEJO /

En la época que se escribió la entrevista en AS Color,

Miguel María Lasa, (Oyarzun, 4 de noviembre de 1947), era efec-tivamente el segundo mejor ci-

clista español tras Luis Ocaña. El guipuzcoano era un corredor com-pleto, bueno en la montaña, en la contrarreloj y hasta en el sprint, en grupos reducidos. Pero tampo-co descollaba como para senten-ciar en cualquiera de esos terre-nos. “Hacía muchas cosas bien”, cuenta Lasa. “Pero mi principal vir-tud era cómo veía la carrera. Sa-bía estar muchas veces en el sitio justo y en el momento oportuno. De mi decían que tenía más inte-ligencia que motor, pero sólo con inteligencia no se mueven los de-sarrollos”.

Miguel Mari disputó trece tem-poradas como profesional (1969 a 1981) en las que sumó un total de 76 victorias, entre ellas, seis etapas de la Vuelta a España, tres del Giro de Italia y dos del Tour de Francia. Pero aún así, menos éxi-

MIGUEL MARÍA Miguel María Lasa pudo ser un buen especialista en clásicas de no ser porque en los años setenta los españoles no las disputaban. Aún

así, estuvo a punto de ganar la Vuelta

a España en cuatro ocasiones.

“SI FUENTE ES RIVAL EN VEZ DE COMPAÑERO, HABRÍA GANADO LA VUELTA 1972”

LASACORREDOR

COMPLETO.

Lasa era

bueno en la

montaña,

en la crono y

en el sprint.

Pero tampoco

marcaba

diferencias

en ninguna

de las

especialidades.

EQUIPAZO. El

Kas se dirige

a tomar la

salida en

una etapa de

la Vuelta a

España 1975.

Con Perurena

(de amarillo)

y Lasa, en

primer

término. Entre

ellos, atrás,

Fuente.

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Lasa asegura que ha sido “muy feliz en el ciclismo”. “Desde pe-queñito fui un apasionado de la bicicleta. He disfrutado mucho en ella y lo sigo haciendo”.

Al retirarse, abrió un negocio de bicicletas en Oyarzun. “Pero tuve que cerrarlo hace unos diez años porque montaron dos gran-des negocios de bicis cada uno a doscientos metros de mi tienda. No podía competir”. Ahora es co-mercial de Irudek, una empresa dedicada a la seguridad.

“Tenía más inteligencia que motor. Mi principal virtud era cómo veía la carrera”

la fuerza que posee ahora. De he-cho, el equipo desapareció poco después”.

El Kas. Y Lasa fichó por el Kas. “Barrutia ya me tenía echado el ojo desde una Vuelta al Bidasoa amateur, en la que tres o cuatro kas no lograban atraparme y su-bió con el coche porque creía que me iban arrastrando las motos”.

En el Kas estuvo cuatro años (1972 a 75). Pero tampoco le fue de cine. “Aquel Kas estaba plaga-

“Me faltó carácter para hacer valer

los galones que me ganaba en la ruta”

do de grandes figuras. En muchas carreras nos pegábamos entre no-sotros para ganar. Había camari-llas, yo no estaba en ninguna y en ocasiones me vi relegado del elen-co de favoritos”.

La Vuelta. En 1972 Lasa partía en la Vuelta como líder del Kas y gran favorito. “Pero Fuente cogió una escapada y a partir de ahí, en el equipo, nos dedicamos a apo-yar su liderato”.

En 1974 ocurrió lo contrario: Fuente iba de líder y Lasa pilló una escapada peligrosa. “Pero en ella se metió también Agos-tinho y el Kas trabajó para anu-larla”. Decisión quizás acertada, pues el portugués Agostinho casi le quita la Vuelta a Fuente. “En ese caso ya habríamos movido la carrera para anularle, pero otra

vez nos dedicamos a defender”, refuta Lasa.

Y en 1975, otra historia pareci-da: “Esta vez fue Perurena quien pilló una fuga que le dio una bue-na ventaja. Pero al final Tamames nos ganó en la contrarreloj”.

Ya en el Teka, en 1977, Lasa tuvo otra oportunidad, frente al belga Freddy Maertes, que ganó trece de las 21 etapas y que se vio favorecido al cambiarse la últi-ma etapa, de trazado montañoso, por otro llano para no entrar en Guipúzcoa, ya que se esperaban altercados por la convulsa situa-ción política en aquel tiempo y en aquella provincia.

En definitiva, dos segundos puestos (1972 y 77) y dos ter-ceros (1974 y 75). “El no ganar la Vuelta a España es la espinita que me quedó clavada”, confirma

EL TEKA.

Lasa corrió

en el equipo

santanderino

en las

temporadas

1977 y 78. En

esta última

logró en

Biarritz una

de sus dos

victorias de

etapa en el

Tour.

EL ORBEA.

Lasa

comanda una

escapada en

la Vuelta a

España 1971,

en la que

terminaría

cuarto. Corría

en el Orbea,

equipo en el

que sólo él

tenía nivel.

Lasa. “Creo, sobre todo, que po-dría haber ganado la de 1972. Es-taba muy fuerte. Si Fuente llega a ser un rival en vez de un compa-ñero, estoy convencido de que lo habría superado”.

Diez campeonatos. Lasa fue también tres veces subcam-peón de España de fondo (1976, 79 y 80). Otro título que se le es-capó. Pero tiene dos records en dos campeonatos nacionales ya desaparecidos: el de montaña, con cuatro títulos (“Es un honor compar tir el récord con Fermín Trueba”) y el de contrarreloj por regiones, seis campeonatos con Guipúzcoa. “En uno de ellos, los tres corredores del equipo éramos de Oyarzun: Perurena, mi herma-no José Manuel y yo. Hubo una gran fiesta en mi pueblo”.

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Page 10: DON SANTIAGO - AS.com - Diario online … de Muñoz, y me dijo que me llamaba el míster para un entrenamiento especial. De re-pente, le veo en chándal y con un cronómetro. Me dijo:

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C O N T E N I D O C O M P L E T OD E L N Ú M E R O 3

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