76

E d i t o r i a l - Buenos Aires...objetivo queda plenamente concretado en el trabajo de Silvia Rivera Cusicanqui que nos propone ahondar acerca de “El potencial epistemológico

  • Upload
    others

  • View
    7

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Editorial ......................................................................................................................................Encuentros ....................................................................................................................................Estudio de Caso: Cuando la minoría habla ......................................................................................El potencial epistemológico y teórico de la historia oral .................................................................Política agraria y alimentación ........................................................................................................Memoria y olvido del asilo uruguayo ..............................................................................................Conflictos de interpretaciones en la Historia Oral .............................................................................La enseñanza práctica de la historia oral ..........................................................................................Voces de Buenos Aires ....................................................................................................................Asociación de Historia Oral de la República Argentina ...................................................................Noticias sobre publicaciones y actividades .....................................................................................

333334444466666

1 21 21 21 21 22 42 42 42 42 43 63 63 63 63 65 05 05 05 05 06 26 26 26 26 26 66 66 66 66 67 27 27 27 27 27 47 47 47 47 4

S u m a r i o

E d i t o r i a l

ada número de Voces Recobradas nos permite ofrecer a nuestros lectorestrabajos que por su nivel y temática configuran un aporte para los investigadores. Esteobjetivo queda plenamente concretado en el trabajo de Silvia Rivera Cusicanqui que nospropone ahondar acerca de “El potencial epistemológico y teórico de la historia oral: dela lógica instrumental a la descolonización de la historia”. Silvia, Gerardo Necoechea yVirginia Ayllón compartieron ideas y esperanzas en su visita a Buenos Aires en octubrepasado como invitados al VII Encuentro Nacional de Historia Oral.

En esta ocasión presentamos también el trabajo de Alejandra Peña y OsvaldoCodas, que muestra el proceso de elaboración de un guión para el Museo de laTierra Guaraní en Itaipú en el que se trabajó de manera conjunta con los pueblosindígenas de la región.

La investigación de Martha Cahuich y Lezly López Cruz se centra en lapolítica agraria y de alimentación en México durante el siglo XX en el marco detransiciones económicas, demográficas y migratorias. A través de historias de vidase analizan las relaciones entre salud y hábitos alimentarios, lo que permite percibirsus vínculos con otras dimensiones económicas y culturales.

En “Memoria y olvido del asilo uruguayo” la historiadora mexicana AraceliLeal Castillo aborda el análisis de una triste realidad latinoamericana como la delos exilios causados por las dictaduras. Recuerdo y omisión aparecen como procesosactivos en los testimonios de los asilados uruguayos en la embajada de México enUruguay, quienes de esa manera reinterpretan sus vivencias. En su trabajo, Leal Castilloahonda en las percepciones y modos de construcción del discurso en el trabajo derecuperación de una memoria que incluye hechos políticos y también cotidianos.

Cléria Botelho da Costa ofrece una muy interesante reflexión acerca de los“Conflictos de interpretaciones en la Historia Oral”. Investiga el abordajemetodológico de la Historia Oral donde se cruzan la voz del narrador y la escucha einterpretación del investigador. Este trabajo cuestiona la autoridad interpretativadel investigador y propone como hipótesis otras aproximaciones metodológicas quepermitan nuevas y más ricas búsquedas de sentido.

Desde la redacción de Voces Recobradas procuramos dar a conocer experienciasde trabajo en relación con la historia oral. En esta edición incluimos “La enseñanzapráctica de la historia oral”, donde Lidia González y Silvana Luverá exponenalgunas reflexiones sobre la experiencia que llevaron a cabo con docentes de nivelprimario de escuelas de la ciudad de Buenos Aires.

En nuestra sección “Voces de Buenos Aires” presentamos algunos resultadosparciales del Proyecto “La historia salva la vida” impulsado desde el Programa deHistoria Oral del Instituto Histórico de la Ciudad con jóvenes de la Villa 1-11-14.

L.B.

C

VOCES RECOBRADASRevista de Historia OralJunio 2006 - año 8 - nº 21

Es una publicacióndel Instituto Histórico

de la Ciudadde Buenos Aires

Avda. Córdoba 1556, 1er. pisoC.P. 1055 - Capital Federal

República ArgentinaTel: 54-11-4813-9370

Telefax: 54-11-4813-5822E-mail: [email protected]

DirectoraLiliana Barela

Secretarios de RedacciónMercedes Miguez

Daniel Paredes

RedactoresLaura MartinoSusana Vega

Diseñoy Comunicación Visual

Jorge MalloFabio Ares

ColumnistaHebe Clementi

Colaboraronen este númeroAlejandra PeñaOsvaldo Codas

Silvia Rivera CusicanquiMartha Beatriz Cahuich Campos

Lezly López CruzAraceli Leal Castillo

Cléria Botelho da CostaLidia GonzálezSilvana Luverá

Supervisión de EdiciónLidia GonzálezRosa De Luca

TraduccionesSilvana Luverá (inglés)Lucía Dorin (francés)

Sofía Rico Vialatte (portugués)

Colaboración especialMargarita Roncarolo

CorrecciónMarcela Barsamian

Nora Manrique

AdministraciónGraciela Kessler

Luis KirzmanGraciela Porcel

El contenidode los artículos firmados

es responsabilidadexclusiva de los autores

ISSN 1515 - 1573

4

L

Identidad, Cultura y Política

os días 13, 14 y 15 de octubrese realizó en Buenos Aires elVII Encuentro Nacional y PrimerCongreso Internacional deHistoria Oral de la RepúblicaArgentina “Identidad, Cultura yPolítica”, organizado por elInstituto Histórico de la Ciudad deBuenos Aires, el Programa deHistoria Oral y el Archivo de laPalabra y de Imágenes de Mujeres(UBA).

Se presentaron 92 trabajos deinvestigación que fuerondistribuidos en las siguientescomisiones de trabajo: ReflexionesMetodológicas, Política eIdeología, Migraciones, Género,Espacio y Memoria, Cultura eIdentidad, Comunicaciones yProyectos. En ellas se analizarondiferentes temáticas de aplicaciónde la Historia Oral quepermitieron incluir, dentro de uneje principal, el análisis dediferentes problemáticas y épocashistóricas. Algunos de los temasabordados fueron: la década del 70

desde un debate ideológico,partidario y político de los años deplomo en nuestro país, elsurgimiento de los gruposarmados y sus diferentesorganizaciones, los organismos deDerechos Humanos, el planteo decuestiones metodológicas comolos prejuicios ideológicos delhistoriador a la hora deentrevistar. Hubo trabajosvinculados a la historia regional ylocal que sigue ofreciendo uncampo de trabajo muy rico paralos historiadores orales del inte-rior de la Argentina y la ciudad deBuenos Aires, encarado no sólodesde ámbitos académicos sinotambién desde organismosmunicipales. En estos casos, laintención no sólo es lainvestigación de la historia local,sino también hacer de ella unaherramienta que permita unaintervención activa de y para lacomunidad. También sepresentaron investigacionesabordadas desde la perspectiva de

VII Encuentro Nacional y I Congreso Internacionalde Historia Oral de la República Argentina

Buenos Aires,13 al 15 de octubre de 2005

E N C U E N T R O S

5

género que bucean acerca de laacción y el pensamiento demujeres que se desarrollan en lapolítica, en el mundo del trabajo, ocomo reinas de la belleza.

Además tuvimos un espaciodedicado a reflexiones teórico-metodológicas acerca de la memo-ria, la subjetividad y del trabajocon fuentes orales y su cruce conotras, como por ejemplo lafotografía o las complejidades entorno al análisis del discurso tantodel entrevistado como delentrevistador.

Este espacio, que desde suorigen fue concebido por susiniciadores como un verdaderoEncuentro, contó con laparticipación de muchoshistoriadores argentinos deprovincias diversas y distantes,como también con trabajos deinvestigadores extranjerosprocedentes de Brasil, Bolivia,Paraguay, México, España yEstados Unidos. Estas presenciasafirmaron el carácter internacionaldel Encuentro con un fuerte sesgolatinoamericano ya palpable enlos anteriores, que permitió lainstauración de un nuevo espaciode intercambio donde pudimoscompartir problemáticas yrealidades similares como lasvinculadas a los inmigrantes, lospueblos originarios y nuevasformas de trabajo, como porejemplo los cartoneros.

Estamos convencidos de queesta tendencia nos habla de unanecesidad creciente de integraciónya percibida en el Congreso deHistoria Oral de Colombia o con lacreación de la Asociación deHistoria Oral de Latinoamérica.

Desde el V Encuentro (2001)hemos aplicado el desarrollo deTalleres que funcionan en formasimultánea dentro del marco delas actividades previstas. En estaoportunidad se realizaron los

talleres de Archivos Orales,Género y Usos de la Historia Oral.Este tipo de práctica permite a unnúmero acotado de participantes,que eligen el taller según susintereses, profundizar sobre temasespecíficos, generando ladiscusión, la consulta y el trabajosobre la bibliografía especializada.Para su coordinación contamoscon destacados expositores, entreellos: Daniel James (Universidadde Indiana-EE.UU.) en el Taller deGénero y Virginia Aillón Soria(hasta 2005 responsable delCentro de Documentación enArtes y LiteraturasLatinoamericanas del EspacioSimón I. Patiño, Cedoal, Bolivia)en el Taller de Archivos Orales.

Otra de las aspiraciones quealentaron a Liliana Barela, DoraSchwartzstein y Hebe Clementi–cuando en 1991 comenzaron asoñar con la realización de esteEncuentro– fue la de acercar a losinvestigadores locales los enfo-ques más actualizados de la disci-plina y consideramos que esteobjetivo se cumplió si tenemos encuenta el prestigio de los especia-listas. En este Encuentro contamoscon la participación como confe-rencistas de Silvia RiveraCusicanqui (Bolivia, Taller de His-toria Oral Andina) y GerardoNecoechea (México, Vicepresidentede la Asociación Internacional deHistoria Oral).

En su exposición: “La Histo-ria Oral y el uso de imágenes en lainvestigación social. Una expe-riencia boliviana”, RiveraCusicanqui señaló que la opciónpor la historia oral fue una elecciónhecha en los años 70, en plena dic-tadura cuando surgió el movimien-to aymara katarista e indianista conel que se marca una nueva manerade pensar la historia como elemen-to clave de la lucha política. En laconferencia se refirió al momento

de creación del Taller de HistoriaOral Andina cuando una conjun-ción de historiadores, sociólogos,mestizos, gente aymara, mujeres yhombres se preguntaban si esta-ban buscando una alternativa oun complemento del Archivo, o siestaban buscando una fuenteauxiliar, un modo de oponer lohistórico a lo cotidiano, o una for-ma de leer lo público. Nos diceRivera Cusicanqui: “La idea esbuscar lecturas que deconstruyan,que rompan la lógica del documen-to. El hecho es que no es una rela-ción de alternativa sino que lo quehabía en lo oral era una complejamezcla de oralidad y escritura.”

Gerardo Necoechea en suconferencia “Puntos de vista, diá-logos y contextos de la HistoriaOral” reflexionó sobre temas degran interés para los investigado-res participantes, como el entre-cruzamiento de problemáticas degénero, clase, la ligazón entre his-toria social e historia oral, la rela-ción entre el registro individual ylos valores de una comunidad olos posibles condicionamientos atener en cuenta ante el discursodel entrevistado. Dijo Necoechea:“Lo que nos interesa es cómo tra-bajar la memoria, cómo trabajarestos relatos para generar un co-nocimiento sobre la historia de laque somos herederos.”

No podemos dejar de mencio-nar que el día 15 de octubre y den-tro del marco del Encuentro, sellevó a cabo la presentación oficialde la Asociación de Historia Oralde la República Argentina(AHORA). Este era el ámbito opor-tuno ya que, podríamos decir, laAsociación es la heredera lógica deestos encuentros que desde 1993operaron como facilitadores del inter-cambio de conocimientos y experien-cias, entretejiendo una red que será elsoporte a partir del cual la Asociacióninicia sus actividades.

66

Estudio de caso:

Cuando laminoría habla

Una producción multimediarealizada con las comunidades

Ava Guaraní, en la fronteraentre el Paraguay y el Brasil.Museo de la Tierra Guaraní,

Itaipú, Paraguay

mus

eoba

rber

o.or

g.py

7

Atlántico con el nombre de Río de la Plata. Este río ysus afluentes han sido transitados, al menos losúltimos 9.000 años, por los pobladores de la Cuencadel Plata. Su exuberante floresta subtropical ha sidoescenario de la domesticación guaraní de plantasmedicinales y alimenticias. El río Paraná constituye,entre otras cosas, el espacio simbólico donde el héroecultural Kuarahy tendió un puente de flechas paracruzar de una orilla a otra y así salvar a su hermano

gemelo de los seres malignos,según el mito de la CreaciónGuaraní. Desde el siglo XVI estemismo lugar fue paso obligado delos españoles que intentabancolonizar esta parte de Américadel Sur. El lugar constituyó asientode las primeras misionesjesuíticas, que, ante los constantesataques indígenas se desplazaronhacia el sur. Finalmente, fue estamisma selva la que escondió porcinco siglos, tras su muro vegetal,a aquellos indios guaraníes quehuían del mundo blanco.

Luego de este paréntesis con-textual, podemos refinar nuestraspreguntas: ¿Es posible considerara una comunidad indígena comoun gran repositorio de fuentes deinvestigación? Despejando

cualquier duda sobre la implicancia ética de larespuesta, y asumiendo que estemos trabajando conel mayor respeto a las diferencias culturales y a ladignidad humana, cabe preguntarnos por el beneficiode la investigación en sí: ¿Cómo asegurarse de que elmétodo no constituya una trampa?, ¿es posible la“vigilancia epistemológica” de Bourdieu2 al ingresaren el terreno de la transculturalidad? Una pregunta

ué valor tiene un documento multimedia contemática indígena producido desde la culturablanca? ¿Se puede traspasar la brecha cultural?A estas preguntas nuestras, podemos agregar las delpensador mexicano Bonfil Batalla: “¿Hasta quépunto los sujetos indígenas tienen el control sobrelas tecnologías de representación?, y ¿hasta quépunto los sujetos indígenas tienen el control sobre lamanera cómo sus discursos y actuaciones son leídaspor sujetos de la sociedaddominante?”1

Esta era nuestra principalpreocupación cuando visitábamospor primera vez la comunidad AvaGuaraní “Acaray-mi” en la zonaEste del Paraguay, limítrofe con elBrasil. Quizás el hecho de que setratara de una región que iniciótardíamente el contacto con lasociedad “blanca” –a mediadosdel siglo XX– nos llamó a un actode contrición. No deseábamosrepetir la conquista “con la espaday la cruz”, y queríamosasegurarnos de no agredir lascostumbres locales en ningúnmodo. Después de conocer la largahistoria de exclusión a la que estánexpuestos los indígenas,sentíamos cierto temor de lo queellos podrían percibir acerca de nuestra intención.

El motivo de nuestra visita a “Acaray-mi” eraromper un largo silencio entre el viejo museo queestábamos reformando y las culturas indígenasvivas. La misión principal del nuevo proyecto eraque el museo reconociera la existencia de losindígenas a su alrededor, quedando abiertos a queéstos participaran activamente en la nuevapropuesta museológica, pues hasta el momento, sehabían exhibido únicamente piezas arqueológicasde los antepasados guaraníes y algunos objetosetnográficos de los años 80. Tanto los objetosarqueológicos como los de etnografía se exponíancomo reliquias de un pasado remoto, con tan pocainformación que parecían negar la existencia mismade los indígenas de la actualidad y de suhistoricidad.

Pero la realidad indígena afuera de las paredesdel museo era muy diferente. La región donde estáasentado el museo corresponde a la triple fronteraParaguay-Brasil y Argentina, países que compartenel caudaloso río Paraná, que desemboca en el océano

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-histórica

Estudio de caso: cuando la minoría habla

Autores Alejandra Peña y Osvaldo Codas

Memoria Activa. Paraguay

¿Q

El motivo de nuestra visita a"Acaray-mi" era romper un largo

silencio entre el viejo museo queestábamos reformando y las culturasindígenas vivas. La misión principaldel nuevo proyecto era que el museo

reconociera la existencia de losindígenas a su alrededor, quedando

abiertos a que éstos participaranactivamente en la nueva propuesta

museológica, pues hasta el momento,se habían exhibido únicamente piezas

arqueológicas de los antepasadosguaraníes y algunos objetosetnográficos de los años 80.

8

encierra de por sí una respuesta, que está modeladaconforme al campo epistemológico delimitado por elinvestigador. Es un laberinto por el cual elentrevistador “conduce” a la víctima entrevistada, ylos datos que obtiene no son sino el reflejo de lo quequería encontrar. No es muy distinto lo que ocurre siutilizamos el método de la observación participante.La observación también recorta la realidad deacuerdo con nuestros supuestos teóricos.Indefectiblemente, desearemos controlar todo aquelloque pudiera “amenazar” nuestro proyecto yllamaremos “amenaza” a todo lo que no coincida connuestra visión del mundo. Ahora bien, si elentrevistado está inmerso ennuestra misma cultura,compartimos un universosimbólico donde el recorte de larealidad será común a ambos y, enlugar de ser una amenaza, essencillamente una característicasociocultural e histórica que elinvestigador ha de relevar consinceridad intelectual. Pero, ¿quépasa cuando nuestro entrevistadomaneja códigos diferentes decomunicación, con un universosimbólico distinto y una lógica queno coincide con la nuestra?

Con tantas preguntas dandovueltas en nuestra cabezainiciamos los preparativos paraingresar a la aldea indígena.La idea de encontrarnos conindígenas que tuvieron contactocon los occidentales hace sólo 50 años atrás era undesafío. Estábamos por conocer a los descendientesde aquellos guaraníes que, desde el siglo XVII habíanhuido de la colonización europea, escondiéndose enla selva. Los ancianos de la comunidad recordabanclaramente cómo su vida comenzó a cambiar con elingreso de los primeros blancos que se internaron enel Alto Paraná para la explotación de la madera y dela yerba mate, a mediados del siglo XX.

Luego de varios encuentros con la comunidadindígena, en la que ellos nos interpelaban sobre elproyecto, acordamos que ellos serían nuestros maes-tros en la cultura guaraní.

¿Quién maneja la entrevista?Después de varios encuentros de presentación

del proyecto a toda la comunidad, el sacerdoteguaraní, conocido como “oporaíva”, nos comenzó adar citas para nuevos encuentros de entrevistas, a loscuales acudimos regularmente.

En las primeras sesiones, yo acostumbraba llevar

una serie de preguntas preparadas con antelación.Al poco tiempo deseché mis preguntas: no sólo laparticipación de toda la comunidad era tan rica yestimulante, sino que luego de cada sesión, parecíaque había pocas preguntas para hacer. En cadainicio de jornada, mientras me disponía a sugeriralgún tema a discutir, siempre había alguno de losseñores que comenzaba un tema (la religiosidad, lainiciación, la muerte, etc.). Sobre el mismo seproducía la participación de todos los demás.Cuando había esposas de edad avanzada, ellastambién participaban en el mismo nivel, así comocuando se trataba de una chamana, o sacerdotisa.

Los niveles de lacomunicaciónDe la misma manera que los

Ava Guaraní condujeron lostemas de la filmación,establecieron qué cosas deseabantransmitir en el museo y cuálesconsideraban inapropiadas. Lospedidos de apagar las cámarasocurrieron principalmente enciertos relatos míticos. El“oporaíva”, chamán RamónIturbe, cuando nos relató el mitode la Creación Guaraní realizófrecuentes pausas y nos pidió envoz baja que apagáramos lafilmadora porque era “peligrosopara todos”, sugiriendo que habíaotros seres escuchando el relato yque se podían enojar. De este

modo, el relato que se presenta en el material finaltiene las pausas propias marcadas por elentrevistado.

Otro aspecto interesante es la elección visual delas locaciones de filmación así como del vestuario.Las principales reuniones de entrevista comunitariase realizaron, a pedido de los indígenas, en lacooperativa agrícola, rodeada de sus maquinarias decosecha. También notamos un cierto uso deliberadode íconos occidentales para los momentos de lafilmación, como son los jeans y los anteojos de sol.Estos accesorios no estuvieron presentes en otrosmomentos que compartimos con la comunidad. Nosatrevemos a creer que estas son hábiles estrategias decomunicación, que buscan generar empatía con elpúblico blanco, y tienden a equilibrar la fuerza de sudiscurso, claramente disonante con la racionalidadoccidental.

Con el transcurso del tiempo pude tomarconciencia de que ellos siempre tenían el controlsobre las entrevistas, los temas abordados, y la

La idea de encontrarnos con indíge-nas que tuvieron contacto con los

occidentales hace sólo 50 años atrásera un desafío. Estábamos por cono-cer a los descendientes de aquellosguaraníes que, desde el siglo XVII

habían huido de la colonización euro-pea, escondiéndose en la selva. Los

ancianos de la comunidad recordabanclaramente cómo su vida comenzó acambiar con el ingreso de los prime-ros blancos que se internaron en elAlto Paraná para la explotación de lamadera y de la yerba mate, a media-

dos del siglo XX.

9

información que compartían. Una vez que entendíesto, mi desarme intelectual fue total y me entregué altrabajo con absoluta confianza en un resultadoexitoso. Lo que temía que se convirtiera en un acto dedominación por mi parte, acabó siendo un procesototalmente controlado por los indígenas, que decidíanqué información podían compartir con el mundoblanco y de qué manera la querían presentar.

La filmación colectivaLas entrevistas siempre tuvieron lugar en

espacios determinados por el “oporaíva” o chamán.Allí participaba toda la comunidad,y las conversaciones se dabandisponiéndose en ronda: loshombres en la primera fila, y lasmujeres, los niños y los animales enun segundo círculo que nosenvolvía. La presencia de todos losintegrantes marcaba la diferenciacon cualquier otro tipo de entrevistaque hubiera hecho antes. Frente alsentido individualista que micultura me reclamaba, fuiencontrando el sabor de laparticipación integral. De a pocodescubrí que ese concepto departicipación era infinitamente másamplio de lo que yo conocía. Lasredes de relaciones no sólo seestablecen entre personas, sino queincluyen a todos los seres de lanaturaleza. Estar juntos para re-solver un problema significa, además de reunirse conlos parientes y los miembros de la comunidad, asumirla presencia de otros elementos como el viento, lasaguas (lluvia o ríos) o los animales. Todo lo que nosrodea está con nosotros, y se manifiesta. Y el paso deun ave de mal agüero como el “suindá”, lechuzagrande, o la forma en que el viento mueve las hojas delos árboles, puede hacer cambiar el lugar o la fecha deuna reunión.

Las palabras sagradasno necesitan ediciónLa experiencia de la filmación con los indígenas

Ava Guaraní había echado por tierra nuestroconocimiento de producción de audiovisuales parauso multimedia, al haber tenido que desechar nuestroguión.

Pero todavía había una sorpresa. Una vez deregreso a la ciudad, al revisar los videos se tornósumamente difícil decidir cómo realizar la edición delmaterial. Los mensajes transmitidos por los indígenaseran ordenados y completos, y carecían de partes

débiles o inútiles. Se hacía imposible eliminar partesde las entrevistas, con el riesgo de perder el sentidodel mensaje. Así aprendimos que cada frase, cadagesto, había sido preeditado en el interior de sucultura de más de 2.000 años. Por centurias, en largasnoches alrededor del fuego, ellos habían realizado unejercicio permanente de retroalimentación colectiva.En la vida cotidiana, los guaraníes honran elsignificado de las palabras. Cada palabra es sagrada,y dice solamente lo que debe ser dicho. Esto nosgeneró un conflicto de metodología de trabajo.Finalmente decidimos no cortar ningún discurso

pero, para no perder el ritmopedagógico, le dimos títulos a lasdiferentes partes del mensaje, ydiseñamos un menú que ofrecelas partes del discurso en formaseparada, pero de maneraordenada y sin perder ningunasección.

De las armas de losDe las armas de losDe las armas de losDe las armas de losDe las armas de losconquistadoresconquistadoresconquistadoresconquistadoresconquistadoresa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de losa la lapicera de loscientistascientistascientistascientistascientistassocialessocialessocialessocialessocialesLa oralidad indígena unida

al modo de vida comunitario hasido hasta el momento el mejorarchivo de resguardo de su me-moria cultural. Durante lasentrevistas, los Ava Guaraníhicieron permanente referencia a

la letra impresa como un elemento que puedetraicionar a las palabras, que forman parte de losagrado.

Un papel y una lapicera en manos delinvestigador pueden ser tan agresivos como lo era unarcabuz en manos del conquistador del siglo XVI.Cuando mantuvimos las primeras entrevistas con la

Las entrevistas siempre tuvieron lugaren espacios determinados por el

"oporaíva" o chamán. Allí participabatoda la comunidad, y las conversacio-nes se daban disponiéndose en ron-

da: los hombres en la primera fila, y lasmujeres, los niños y los animales en

un segundo círculo que nos envolvía.La presencia de todos los integrantesmarcaba la diferencia con cualquierotro tipo de entrevista que hubiera

hecho antes. Frente al sentido indivi-dualista que mi cultura me reclamaba,fui encontrando el sabor de la partici-

pación integral.

10

comunidad Ava Guaraní, fuimos sin filmadoras niotro equipamiento de registro, aunque símencionamos que desearíamos grabar lasconversaciones que ellos aprobaran. La respuesta fuesumamente favorable, y el “oporaíva”, chamán, nosdijo textualmente: “si nosotros vamos a estarproyectados en las pantallas del museo, estamosdispuestos a colaborar. Porqueentonces, yo voy a mirar con micara a la cara del visitante y mispalabras irán directamente a susoídos”. También agregó que losblancos cuando tenemos lápiz ypapel en mano anotamos todo,pero después cambiamos lasverdaderas palabras por otras, yno explicamos bien la realidadindígena.

El sentido multimedial estátotalmente incorporado en la formade ser indígena. La comunicaciónpasa por todos los sentidos. Fueasí que comprendimos que,mientras para nosotros laproducción multimedia es unrecurso entre tantos otros, paranuestros interlocutores indígenasera una garantía de la excelenciade la comunicación. Para ellos, lamultimedia no es una forma más,sino “la forma” ideal de comunicarse cuando uno noestá personalmente.

Reflexión finalLa experiencia vivencial y digital con los Ava

Guaraní cambió nuestra concepción de producciónmultimedia. Descubrimos en nuestros amigosindígenas las condiciones culturales óptimas parainsertarse en la cultura digital, probablemente debidoa su concepción holística de la vida y del universo.Nos sentimos en todo momento frente a un discursosólido y frente a personas plantadas en su identidady en su historia. Esto explica su claridad meridianacon respecto a qué comunicar y cómo comunicar suuniverso simbólico en un contexto occidental dondeson considerados el último peldaño social.

Este trabajo comenzaba con las preguntas quenos agobiaron al comienzo del proyecto, con laintención de que los lectores ensayen sus propiasrespuestas. Quizás las más inquietantes de todasnuestras preguntas sean aquellas de Bonfil:3 ¿hastaqué punto los sujetos indígenas tienen el controlsobre la manera en cómo sus discursos y actuacionesson leídas por sujetos de la sociedad dominante? y

La experiencia vivencial y digital conlos Ava Guaraní cambió nuestra con-cepción de producción multimedia.Descubrimos en nuestros amigos

indígenas las condiciones culturalesóptimas para insertarse en la culturadigital, probablemente debido a suconcepción holística de la vida y deluniverso. Nos sentimos en todo mo-mento frente a un discurso sólido yfrente a personas plantadas en su

identidad y en su historia. Esto explicasu claridad meridiana con respecto aqué comunicar y cómo comunicar suuniverso simbólico en un contexto

occidental donde son considerados elúltimo peldaño social.

NOTAS

1 Bonfil Batalla, Guillermo, “La teoría del control cultural en elestudio de procesos étnicos”, en Revista Papeles de la CasaChata, Año 2, Nº 3, 1987.2 Bourdieu, Pierre y otros, El oficio de sociólogo, México,Siglo XXI, 1976.3 Bonfil Batalla, op. cit.Las imágenes de las páginas 6 (der.), 7 y 10 fueron tomadas deMordo, Carlos, La herencia olvidada, Buenos Aires, FondoNacional de las Artes, 2001.

BIBLIOGRAFÍA

Leuthold, Steven, Indigenous Aesthetics. Native Art, Media andIdentity, Austin, University of Texas Press, 1998.Said, Edward W., Orientalism, New York, Vintage Books, 1979.Sartori, Giovanni, Homo videns. La sociedad teledirigida, Madrid,Taurus, 1997.Spivak, Gayatri Chakravorty, “Can the Subaltern Speak?”, enCary Nelson y Lawrence Grossberg (eds.), Marxism and the Inter-pretation of Culture, Chicago, University of Illinois Press, 1988.

¿hasta qué punto los sujetos indígenas tienen el con-trol sobre las tecnologías de representación?

Con respecto a la primera pregunta, pensamosque la lectura que la sociedad dominante haga deldiscurso indígena no es un problema indígena, sinouna deliberada ceguera occidental que es funcional asu posición de cultura dominante.

En cuanto a la segunda pregunta, la experienciacon los indígenas Ava Guaranínos dio la pauta de que los“blancos” (como ellos nos llaman)seguimos manteniendo la ideacolonialista de que el indio essujeto de protección, ypretendemos, bajo proyectosfalaces, “enseñarles” a sacarprovecho de las nuevastecnologías, cuando en realidad,ellos tienen mucho que aportar ynosotros tenemos mucho queaprender de su concepciónmultimedial de la vida.

11

traduccionesEstudo de caso:Quando a minoriafala. Uma produçãomultimídia realizadanas comunidadesAva Guaraní, nafronteira entre oParaguai e o Brasil.Museu da TerraGuaraní, Itaipú,Paraguai

Alejandra Peña e Osvaldo Codas

No ano de 2003 foram contratados peloItaipú -o maior emprendimentohidroeletrolítico do mundo, propriedadedos estados paraguaio e brasileiro- pararestaurar o antigo "Museu Ambiental"situado na margem paraguaia. Comoresposta, nossa equipe desenhou ummuseu cujo eixo de percurso estariaapoiado na tecnologia de multimídia.O museu tinha uma dívida com os povosindígenas, presentes na região. Paramudar esta situação, propusemos aosindígenas integrar-se ao trabalhoconjunto, que mudaria nossa visão daprodução multimídia.

Étude de cas : Quandla minorie parle. Uneproductionmultimédia réaliséeavec lescommunautés AvaGuaraní, dans lafrontière entre leParaguay et le Brésil.Musée du PaysGuarani, Itaipú,Paraguay

Alejandra Peña et Osvaldo Codas

En 2003, nous avons été embauchés parItaipú –le plus grand ouvragehydroélectrique du monde, propriété desÉtats paraguayens et brésiliens – afin derenouveler l’ancien « musée del’environnement » situé sur la margeparaguayenne. En réponse, notre équipe aprojeté un musée dont le scénario duparcours aurait un support multimédia. Lemusée avait une dette avec les peuplesindigènes présents dans la région. Pourchanger la situation, nous avons proposéaux indigènes de s’intégrer à un travailconjoint, qui changerait notre vision de laproduction multimédia.

Study of Case: Whenthe Minority Speaks. Aproduction multimediarealized with thecommunities AvaGuaraní, in the borderof the Paraguay andBrazil. Museum of theGuaraní Land, Itaipú,Paraguay

Alejandra Peña and Osvaldo Codas

In the year 2003 we were contracted byItaipú -the major hydroelectric Paraguayanand Brazilian construction of the world,property of the States- to renewing theformer "environmental museum" placed inthe Paraguayan margin. As response, ourequipment designed a museum whichscript of tour would be supported intechnology multimedia. The museum had adebt with the indigenous present in theregion.To change this situation, we proposed theaborigines to a joint work, which wouldchange our vision of the productionmultimedia.

11

12

El potencialepistemológicoy teórico de lahistoria oral:

de la lógica instrumentala la descolonización

de la historia1

13

convertido en instrumento de prestigio y poder,puede volcarse en contra de las necesidades eintereses de la colectividad estudiada, y elinvestigador transformarse en agente inconsciente desu derrota o desintegración. Develar y desnudar loque se conoce del “otro” –sea éste un pueblo indiocolonizado, o cualquier sector “subalterno” de lasociedad– equivale entonces a una traición. Frente aesta posibilidad desesperanzadora, el silencio seconvierte entonces en la única forma de manifestar elcompromiso ético con el grupo social estudiado,aunque esta actitud pasiva no haga sino reforzar suclausura e intraductibilidad.

En la presente ponencia voy a exponer cómose ha venido enfrentando estedilema en nuestro país, a partir dela experiencia de trabajo del Tallerde Historia Oral Andina.Previamente, voy a señalar agrandes rasgos el contexto social ypolítico de la investigación socialen América Latina en las últimasdos décadas, destacando dosmomentos concretos: el primeroenmarcado en el ascenso de lasmovilizaciones sociales y políticaspopulares de la década de losaños 70, que condujo a laelaboración de una nuevapropuesta metodológica basadaen la “investigación-acción”. Elsegundo se caracteriza más bien

por un profundo reflujo y fragmentación de estasmovilizaciones y proyectos políticos, que configuraun panorama de intensa búsqueda de nuevos estilosy métodos de trabajo. En países como Bolivia, estasegunda coyuntura vio surgir vigorosos fenómenosde autoconciencia y organización autónoma india,

uando en 1969 Jorge Luis Borges publicó supequeño relato titulado “El etnógrafo”, quizás no sepercatara del todo de que en esas dos páginas estabaresumiendo los principales problemasepistemológicos y éticos de las ciencias sociales denuestra época. Relata Borges que un estudiante dedoctorado de una universidad norteamericana habíasido inducido por su profesor al estudio de laslenguas indígenas y de los ritos tribales de unasociedad de indios de la pradera. Los secretos de losbrujos indios –una vez analizados y vertidos encategorías aceptables para la comunidad científica–permitirían al etnógrafo obtener el ansiado título doc-toral y ganar un sitial de prestigio en la estructuraacadémica oficial de su país.Murdock, así se llamaba eletnógrafo en ciernes, ensayó pordos años la aventura de convivircon la tribu de indios de lapradera. Aprendió su idioma, “secubrió con ropas extrañas, olvidólos amigos y la ciudad, llegó apensar de una manera que sulógica rechazaba”. Sucompenetración con la cultura ycosmovisión indígena fue tan pro-funda, que “llegó a soñar en unidioma que no era el de sus pa-dres”. Fue iniciado por el principalritualista de la tribu. Este, al cabode un largo aprendizaje, le confiólos secretos de su doctrinaancestral.

Cuando el estudiante Murdock retornó a la“civilización” se presentó ante su profesor paradeclarar que conocía los secretos de la cosmovisiónindígena, pero que no los revelaría a nadie. Noescribió su tesis doctoral, se negó por el resto de suvida a hablar de esas experiencias, y terminóconvertido en oscuro empleado de biblioteca en unauniversidad local. Argumentando sobre su decisión,dijo: “El secreto, por lo demás, no vale lo que valenlos caminos que me condujeron a él. Esos caminoshay que andarlos” (Borges 1974: 989-990)

El relato de Borges plantea con simplicidad eldilema epistemológico de la etnografía: la esencialintraductibilidad –lingüística y cultural– propia deuna relación asimétrica entre individuos y culturascuyo horizonte cognoscitivo es diametralmenteopuesto. Pero al mismo tiempo, plantea el dilemaético que sacude a las ciencias socialescontemporáneas: el conocimiento fetichizado y

Autoras Silvia Rivera Cusicanqui

Taller de Historia OralAndina-UMSA, La Paz

El potencial epistemológico y teórico...

Develar y desnudar lo que se co-noce del "otro" –sea éste un pue-blo indio colonizado, o cualquiersector "subalterno" de la socie-dad– equivale entonces a una

traición. Frente a esta posibilidaddesesperanzadora, el silencio seconvierte entonces en la única

forma de manifestar el compromi-so ético con el grupo social estu-diado, aunque esta actitud pasivano haga sino reforzar su clausura

e intraductibilidad.

C

14

que enmarcan el espacio de esta búsqueda yconducen a importantes replanteamientos –teóricos yepistemológicos–. Basándome en la experiencia delTaller de Historia Oral Andina de la UMSA –y conapoyo en algunas referencias complementarias en elEcuador– voy a apuntar algunas de las temáticassobre las que giran estos cuestionamientos, a travésde las cuales podrá apreciarse que existenpotenciales salidas a la tajante disyuntiva queplantea el relato de Borges y la etnografía tradicional.

1. El contexto latinoamericano:auge y crisis del marxismoDesde fines de la década del

60 y gran parte de la del 70 lasestructuras académicas de lospaíses andinos se hallabansacudidas por una intensa fiebre.Los estudios marxistas–renovados por corrientesestructuralistas, encarnadas en laescuela althusseriana– habíancreado la ilusión de que elmarxismo había al fin logradoproducir un marco conceptualadecuado a la comprensión desociedades tan abigarradas yheterogéneas como las nuestras,en las que conviven sectores defuerte concentración obrera ycapitalista junto con las formasmás “primitivas” de organizaciónsocial y productiva, pasando poruna enorme gama de situacionesintermedias.

La teoría de los modos deproducción invadió así lasociología, la historiografía, la economía y laantropología. En esta última disciplina, resultaelocuente el que un conocido antropólogo peruanopublicara en 1971 una tesis en la que se descubrió “elcarácter predominantemente capitalista de laeconomía peruana”, mostrando, a través de decenasde cuadros estadísticos, la subordinación de unagran diversidad de “modos de producciónprecapitalistas” (Montoya, 1971).

Si bien esfuerzos como éste, en los que “lataxonomía predomina sobre la historia” han sidocerteramente criticados en su momento (Tandeter,1978), la importancia teórica de esta crítica aún no hasido totalmente asimilada por las ciencias sociales.Su argumento central se refiere a un hecho que hoynos parece evidente: el carácter colonial de nuestras

sociedades, que desafía cualquier conceptualizaciónen términos de modos de producción. Esta reflexiónya había sido adelantada en 1973 por Garavaglia (enAssadourian y otros, 1973), en el contexto de una delas tantas fases del debate sobre los modos deproducción coloniales. No obstante, el conjunto delas discusiones permanecía anclado en el esquemamarxista-estructuralista, y terminó recluido a lacaracterización del período colonial. De este modo, elplanteamiento del problema colonial, que pudo habergenerado una importante renovación teórica enaquellos núcleos de investigación más ligados a laproblemática étnica, quedó amputado de suspotenciales efectos críticos.

Por su parte, los antropólogosse movían en direccionescontradictorias. La tendenciamarxista-estructuralista invadíalos programas académicos,modificaba curricula y generabaviolentas controversias político-científicas. En la práctica, susresultados fueron muy pobres: enpocas ocasiones pasaron más alláde declaraciones de principioantipositivistas, que luego eranacompañadas por descripcionesmás o menos tradicionales, en lasque el énfasis en los procesoseconómicos parecía la únicademostración de un “métodomarxista”.

Junto a estas corrientes, en lasque las sociedades indias eranfrecuentemente encajadas en lacamisa de fuerza de definiciones“clasistas”, se desarrollabantambién otras, relativamente

marginales. Persistían los enfoques desarrollistas deinspiración norteamericana, asentados en la idea deltránsito de lo “tradicional” a lo “moderno”. Otrosantropólogos y etnólogos, por el contrario, cerrabanfilas en torno a la emergente disciplina de laetnohistoria, que muy a pesar de sus valiosísimosaportes en torno a la “originalidad” de lassociedades indígenas, se recluyó en la tarea dereconstruir cómo eran éstas antes de la invasión colo-nial europea. Su visión de la colonia –en ocasionesun tanto apocalíptica– se limitó a definiciones porcarencia constatando la “destrucción”, el “trauma”,la “desestructuración” de dichas sociedades, o biensu “continuidad”, siempre disminuida y recortadapor la opresión colonial (véase, entre otros, Wachtel1973; Murra 1975; Platt, 19762). En consecuencia, no

Desde fines de la década del 60 ygran parte de la del 70 las estruc-turas académicas de los países

andinos se hallaban sacudidas poruna intensa fiebre. Los estudios

marxistas –renovados por corrien-tes estructuralistas, encarnadas enla escuela althusseriana– habían

creado la ilusión de que el marxis-mo había al fin logrado producirun marco conceptual adecuado ala comprensión de sociedades tanabigarradas y heterogéneas comolas nuestras, en las que convivensectores de fuerte concentraciónobrera y capitalista junto con las

formas más “primitivas” de organi-zación social y productiva, pasan-

do por una enorme gama desituaciones intermedias.

15

aportaron sustancialmente al conocimiento denuevos fenómenos como la etnogénesis, laarticulación ideológica y la redefinición estructuralde las sociedades indias en el contexto colonial y neo-colonial.

El escaso desarrollo de la antropologíaacadémica, aunado al bullicioso debate marxistasobre la cuestión agraria desdeotras disciplinas, acabóintegrando el grueso de lainvestigación antropológica en lascorrientes “campesinistas”, quepor su rígida conceptualización entérminos de clase, soslayabantambién el tema de las relacionescoloniales; su visiónhomogeneizadora relegaba a lassociedades nativas al papel de unmodo de producción más,articulado y dominado por elcapitalismo, al igual que cualquiersociedad campesina. Por lo tanto,sus demandas debían integrarseen el campo más vasto de lasluchas “campesinas”, para nofragmentar y dividir el “campopopular”. El etnólogo o eletnohistoriador que continuabaninsistiendo sobre la especificidadde la cuestión étnica quedarondescalificados por la izquierda: su“romanticismo indigenista” y su“nostalgia por el pasado” loscolocaban al margen de lasgrandes tareas revolucionarias quedemandaba el futuro.

En esta historia en la que losprotagonistas son las estructuras,la teoría y la investigación social“comprometidas” sirvieron paraencubrir nuevas prácticaspaternalistas y coloniales frente ala cuestión étnica. Las elites de izquierda, de raíz cul-tural criolla occidental, tenían una visión meramenteinstrumental de las demandas étnicas: ellas eranútiles sólo en tanto no se autonomizaran de lamovilización popular controlada por la izquierda.Allí se esconde un esfuerzo de integrar y “civilizar”al indígena no muy diferenciado de las matricesideológicas que el marxismo combatía –elnacionalismo y el liberalismo –, con las cualescomparte una visión evolucionista del devenirhistórico, colocando a las sociedades indígenas enidéntico papel de objetos de una misión civilizadora

externa. Su perspectiva no podía ser otra que ladesintegración, ya sea dentro del molde del“ciudadano libre e igual” del capitalismo, o deltrabajador masa del socialismo.

En el plano epistemológico, se reproducía unarelación asimétrica entre un “sujeto cognoscente” quecompartía en lo esencial la visión del mundo de la

sociedad occidental dominante, yun “otro” étnico, cuya identidadera atribuida desde fuera, oforzada a una redefinición radical,para encajar con los intereses másvastos del campesinado y elproletariado. Pese a todas lasdeclaraciones verbales decompromiso con el pueblo, y laadscripción principista a unaepistemología “dialéctica”, la la-bor investigativa generada por lamayoría de instituciones ymilitantes de la izquierda acabócondenando al silencio y a laintraductibilidad a lasconceptualizaciones ysistematizaciones generadasdesde adentro del grupo indígenaestudiado.

El silencio no fue roto por losinvestigadores, sino por lospropios indígenas. El dramáticofinal de los procesos políticosreseñados –clausura, en la mayorparte de los casos violenta, de las“aperturas democráticas”,escaladas represivas,clandestinización de lasorganizaciones sindicales ypolíticas de izquierda– modificósustancialmente el contexto de lainvestigación social en nuestrospaíses. La desmoralización yfragmentación del movimiento

popular institucionalizado se vio sin embargocontrastada por la emergencia de nuevos actoressociales, de difícil categorización según lasconcepciones habituales. Entre ellos –que abarcanuna gama muy variada de definiciones noestrictamente clasistas, como los movimientos demujeres, la movilización juvenil, barrial y regional–quizás el más significativo para los países andinossea el movimiento indio.

Las causas que explican estos fenómenos sondifíciles de establecer. Es posible que la intensamovilización social precedente –en muchos casos con

En esta historia en la que los pro-tagonistas son las estructuras, la

teoría y la investigación social“comprometidas” sirvieron para

encubrir nuevas prácticaspaternalistas y coloniales frente ala cuestión étnica. Las elites deizquierda, de raíz cultural criolla

occidental, tenían una visión me-ramente instrumental de las de-mandas étnicas: ellas eran útiles

sólo en tanto no se autonomizarande la movilización popular contro-lada por la izquierda. Allí se escon-de un esfuerzo de integrar y “civili-zar” al indígena no muy diferencia-do de las matrices ideológicas queel marxismo combatía –el naciona-

lismo y el liberalismo–, con lascuales comparte una visión

evolucionista del devenir históri-co, colocando a las sociedadesindígenas en idéntico papel de

objetos de una misión civilizadoraexterna. Su perspectiva no podíaser otra que la desintegración, ya

sea dentro del molde del “ciudada-no libre e igual” del capitalismo, o

del trabajador masa delsocialismo.

16

significativa participación del campesinado-indio–hubiese llevado a sus límites las estructuras estatalesdestinadas a cooptar y controlar a estos sectores, y aneutralizar sus conflictos. Con ello se produjo laquiebra de los modelos de control social como elindigenismo, el clientelismo y el “bonapartismo”estatal, que anteriormente habían servido parabloquear las demandas autónomas de estos sectores.

Lo cierto es que en la década del 70 surgen entoda el área vigorosos procesos de autoconcienciaétnica y se forman organizaciones que reclaman parasí el derecho de generar sus propiassistematizaciones ideológicas y políticas,desplazando del rol de intermediarios a losintelectuales y cientistas socialesde las diversas disciplinas. Unantropólogo colombiano hace alrespecto una conmovedoradeclaración posfacto: “Ya sabemosque la opción de una etnologíapositiva y academicista no essatisfactoria y nuestradesconfianza de un ‘activismoantropológico’ irresponsable esjustificada, (pues) la experiencianos ha demostrado que éste seenfrenta desfavorablemente alpoder constituido. Además,debemos aceptar que los indígenasnos desplacen de su vocería y sudefensa: Ellos mismos la vanasumiendo cada día más, aún acosta de pagar con sus vidas... debemos estarpreparados, pues hacer etnología será cada vez másdifícil” (Uribe 1982).

Es claro que los matices subversivos de lainvestigación no eran nada nuevo en la década de losaños 80. Sin embargo, las dificultades de la prácticaantropológica no pudieron ser reconocidas sino mástarde, gracias a que las movilizaciones yorganizaciones indias asumían un creciente control ycrítica frente a los intentos de instrumentalización delinvestigador y del político de izquierda. Fue ésta labase de los más sustanciales cuestionamientosepistemológicos y teóricos hacia las disciplinas quetrabajan con las sociedades indias.

2. La investigación-acción:¿un nuevo paradigma?La emergencia de nuevos fenómenos políticos y

movilizaciones populares en el período precedente–fines de la década del 60 y principios de la del 70–no dejó, sin embargo, de producir importantes

modificaciones en la práctica investigativa. Lainstrumentalización implícita de la metodologíapositivista, con su pretendida “neutralidadvalorativa”, fue criticada en la práctica y refutada enla teoría. Por otra parte, el contacto intensificado delos investigadores con sujetos sociales activos ymovilizados comenzó a generar nuevos estilos detrabajo, poco ortodoxos pero más adecuados a lasexigencias prácticas del momento. El énfasiscomenzó a desplazarse de una exigencia interna a lalógica del investigador (búsqueda de coherencia,verificabilidad, operacionalización), a una exigenciaexterna y políticamente comprometida: producirconocimientos y resultados de investigación

significativos no sólo para elinvestigador y la comunidadacadémica, sino también para losintereses del grupo estudiado.Estos eran entendidos por lo ge-neral en términos de necesidadesde transformación radical de lascondiciones de explotación yopresión a que se halla sometido.Estos nuevos estilos, surgidos alcalor de la movilización social ypolítica, comenzaron a producirreflexiones y sistematizaciones, y aclarificar sus diferencias con latradición heredada por lasciencias sociales latinoamericanas.

El ejemplo colombiano puedeservir de marco adecuado para

analizar estos procesos. En 1977, se realizó enCartagena un simposio mundial sobre “Crítica yPolítica en Ciencias Sociales” (Punta de Lanza, 1978),que constituyó un importante intento de sistematizary evaluar las implicaciones epistemológicas yteóricas de las nuevas prácticas investigativas. Enuna situación que ofrece interesantes paralelismoscon los efectos del llamado “boom latinoamericano”en literatura, el subcontinente parecía estarasumiendo un auténtico liderazgo en materia deinvestigación comprometida. En Cartagena seconsolidó así la posición de los investigadores de laregión, que esgrimían a la investigación-acción comouna práctica llamada a jugar el papel de nuevoparadigma para las ciencias sociales (Moser, 1978).Producto de muchos años de experimentación, estapropuesta epistemológica parecía ser capaz de articu-lar las exigencias del rigor científico con lasdemandas pragmático-políticas de una radicaltransformación de la sociedad.

Pero a pesar del énfasis puesto en la interaccióncotidiana con las colectividades investigadas, pienso

Lo cierto es que en la década del 70 surgen en toda el área

vigorosos procesos deautoconciencia étnica y se formanorganizaciones que reclaman para

sí el derecho de generar suspropias sistematizaciones

ideológicas y políticas,desplazando del rol de

intermediarios a los intelectualesy cientistas sociales de las

diversas disciplinas.

17

que la razón instrumental subyacente en elpositivismo sólo sufrió un desplazamiento, pero nouna radical transformación. Si antes se habíainstrumentalizado a estas colectividades en funciónde la verificación de hipótesis y teorías construidasasimétricamente desde fuera del espacio cognoscitivo“popular”, ahora se las instrumentalizaba en aras deproyectos de cambio social y político que, si bien selegitimaban como “intereses generales” del pueblo, sesituaban igualmente en la esfera de unaintelectualidad externa, encarnada en las cúpulas delos partidos políticos que se disputaban larepresentación del movimiento popular.

Lo ocurrido en la década del70 con los esfuerzos deinvestigación-acción en el contextode la imponente movilización so-cial de la ANUC (AsociaciónNacional de Usuarios Campesinos)en Colombia es una muestra pal-pable de este fenómeno (Rivera,1982).

La ANUC, que había surgido aprincipios de la década de los años70 como expresión de las tensionesgeneradas por el tímido proceso dereforma agraria implementado porLleras Restrepo, contó desde susinicios con el aporte de destacadosinvestigadores, que volcaron susesfuerzos a la producción detrabajos significativos para lamovilización campesina. Estasinvestigaciones, surgidas en la interacción con losparticipantes de la intensa ola de tomas de tierras,intentaban promover la organización de nuevasformas productivas capaces de superar lasperspectivas de fragmentación parcelaria de loscampesinos movilizados. Así surgieron los“baluartes de autogestión campesina”, que,apoyados en prácticas de comunicación y educaciónpopular, buscaban recuperar las tradiciones desolidaridad y cooperación locales, generando unasuerte de “enclaves” socialistas, que mantendríanvivas las energías revolucionarias del campesinadomientras se consumase la transformación total de lasociedad.

No obstante, el enorme esfuerzo de estos equiposde investigación-acción terminó apuntalando laestrategia política de una organización que se formósobre la base de la alta cúpula de la ANUC ydirigentes izquierdistas de origen universitario. Trasmúltiples episodios de conflicto con el Estado y conotras fuerzas de izquierda, este grupo terminó

contribuyendo a la disgregación y fragmentación dela ANUC. La manipulación sindical por parte de estegrupo de izquierda se extendió también almovimiento indio colombiano, que desde el sur delpaís daba sus primeros pasos en busca de recuperarsus tierras y fortalecer su identidad y cultura. La metaglobal del movimiento se orientó entonces aconsolidar un “sujeto-partido”, representante en granmedida autoatribuido del interés popular, queconvirtió su discurso en mecanismo legitimador yencubridor de una nueva asimetría social, en la quelas elaboraciones teóricas de la cúpula sedistanciaron irremediablemente de las percepciones

internas del campesinado –mes-tizo o indio–, creando lascondiciones para una acentuadavulnerabilidad y fragmentación.Todo ello fue posible, además,porque la teoría marxista,sustentada en la visiónhomogeneizadora de la clasessociales, no fue capaz de darcuenta de las demandasdiferenciadas de los distintoscomponentes del movimiento,sujeto en muchas regiones a unacadena colonial dediscriminación y exclusión.

El recuento de estaexperiencia nos sirve paraadelantar un razonamiento, quela experiencia de los paísesandinos confirmará con mucha

mayor contundencia. La lógica instrumentalizadoraque se vislumbra en las direcciones políticas de laANUC ha sido legitimada por un enfoque teórico quesupone la posibilidad de una representación delcampesinado-indio por parte de individuos o gruposde otra extracción social y cultural. Ello quizás seríaposible si en nuestros países hubiese estadoplenamente conformado el “individuo libre e igual”del capitalismo, proceso a través del cual quedaríandifuminados los comportamientos corporativos y lasidentidades diferenciadas propias de situacionescoloniales. La no verificación de este proceso deindividuación es un hecho que salta a la vista, másaún en países como Bolivia, donde la heterogeneidadétnica es un fenómeno masivo y vigoroso, y donde lasestructuras de poder continúan asentadas en unamatriz de claro corte colonial.

El déficit de la investigación-acción, tal como hasido practicada en nuestros países, resulta entoncesde dos órdenes de fenómenos. El uno, de naturalezaepistemológica, por el cual se reproduce la

El déficit de la investigación-acción, tal como ha sido practica-

da en nuestros países, resultaentonces de dos órdenes de fenó-

menos. El uno, de naturalezaepistemológica, por el cual sereproduce la asimetría sujeto-

objeto a través de lainstrumentalización de las necesi-dades y las demandas de los sec-

tores populares hacia metas colec-tivas formuladas desde fuera dedichos sectores, las cuales poco

tienen que ver con laspercepciones endógenas.

18

asimetría sujeto-objeto a través de lainstrumentalización de las necesidades y lasdemandas de los sectores populares hacia metascolectivas formuladas desde fuera de dichossectores, las cuales poco tienen que ver con laspercepciones endógenas. Y el otro, de orden teórico–que en este caso, es déficit de la teoría marxista delas clases sociales– que presume laintercambiabilidad de experiencias, es decir, la“traductibilidad” fundamental de lo vivido,propia de situaciones de homogeneidad social ycultural, inexistentes en nuestros países debido ala continuidad de las estructuras de dominación ydiscriminación coloniales.

3. La historia oral:¿Más allá de la lógicainstrumental?El contexto de los proyectos

de historia oral realizados por elTHOA se enmarca, al igual queen otros países, en la crisis delos modelos de sistematizaciónteórica comprometida conproyectos de transformación so-cial generados desde laizquierda partidista. Laemergencia de nuevosmovimientos y organizacionesindios, que no encajan en elmarco de las contradiccionesestructurales de clase, constituyeel necesario telón de fondo deestos esfuerzos de investigación.

Estos movimientos han forjado una vastacorriente de opinión que cuestiona el “pongueajepolítico” por parte de los gobiernos de turno, aligual que la manipulación interesada de losgrupos de izquierda, que niegan la problemáticaétnica o la combaten abiertamente, acusando a susportavoces de “racismo”. La autonomía de sudiscurso ideológico se nutre de la recuperación dehorizontes “cortos” y “largos” de memoriahistórica, que remiten a las luchas anticolonialesdel siglo XVIII, tanto como a la fase de mayorautonomía y movilización democrática de larevolución nacional de 1952 (Rivera, 1984). Lossímbolos y temáticas del movimiento semanifiestan en una doble demanda crítica hacia lasociedad q’ara dominante: la lucha por laciudadanía –permanentemente escamoteada por lavigencia de mecanismos de discriminación yexclusión– y la lucha por el respeto a la autonomía

cultural y territorial india enarbolada con firmezacomo fuente de autodeterminación política.

Estos dos temas centrales generarán tambiéndiferenciaciones internas en el movimiento:algunos sectores privilegian los elementos deciudadanía, buscan alianzas internas con otrossectores oprimidos y explotados en términos declase, y enmarcan sus luchas en el contexto de lanación boliviana. Otros, en cambio, enfatizan laliberación india frente a toda una estructuramultisecular de poder colonial. El debatedesemboca en la formación de partidos ymovimientos políticos indios de diversacomposición y énfasis programático, que en

conjunto forman un espectro deposiciones complementarias quecontribuyen a profundizar yampliar el debate sobre lacuestión colonial en el conjuntode la sociedad (Rivera, 1984 a).

Obviamente, el énfasis sobrela historia es central a todosestos movimientos: el pasadoadquiere nueva vida al ser elfundamento central de laidentidad cultural y políticaindia, y fuente de radical críticaa las sucesivas formas deopresión que ejerce sobre el indiola sociedad q’ara.

Es en este contexto quesurgen los proyectos de historiaoral del THOA, como un intentode poner en práctica las

exigencias de recuperación histórica de losmovimientos indios. Los propios aymaras sondeanvínculos con intelectuales no-aymaras, eligen suspotenciales aliados e invierten así una largatendencia de manipulación entre indios y criollos.La selección se basa no sólo en los discursosexplícitos de los sectores criollos: sobre todo seevalúan los comportamientos y prácticascotidianas, conscientes de que la brecha entre loque se dice y lo que se hace es rasgo central delaccionar político q’ara. Obviamente, un requisitobásico exigido al intelectual no-indio es su totaldesvinculación de la política partidista. Así surgeel trabajo con los comunarios de Ilata y losfamiliares y escribanos del cacique-apoderadoSantos Marka T’ula, que cuenta con la aceptaciónde los organismos sindicales locales y regionales.Cristalizan equipos mixtos, bajo conducciónaymara, que se sujetan a las exigencias éticas delos comunarios de base, con quienes se definen las

El contexto de los proyectos dehistoria oral realizados por el

THOA se enmarca, al igual que enotros países, en la crisis de los

modelos de sistematización teóri-ca comprometida con proyectosde transformación social genera-dos desde la izquierda partidista.La emergencia de nuevos movi-mientos y organizaciones indios,que no encajan en el marco de lascontradicciones estructurales declase, constituye el necesario te-lón de fondo de estos esfuerzos

de investigación.

19

metas, tareas y formatos de la investigación.La recolección de testimonios por hablantes

nativos del aymara permite superar las brechas decomunicación habituales, pero además, ladevolución sistemática de resultados permite quela “fidelidad” de la información recogida seaevaluada en términos de los intereses ypercepciones internas de los comunarios ydirigentes aymaras. Las discusiones generan unproceso permanente de refinamiento metodológico:en él resaltan los aspectos interaccionales y éticosdel proceso de comunicación que se genera en lasentrevistas, y se desarrollaninstancias de consulta, tanto conlas comunidades como con lasorganizaciones e institucionesaymaras de base urbana. Así, enocasión de la presentación de labiografía de Santos Marka T’ula(THOA, 1984), se realiza un actopúblico en la comunidad deChuxña-Ilata, donde losancianos entrevistadoscomienzan a formular críticas ala conducción sindical posteriora 1952. Los vínculosintergeneracionales –rotos engran medida por efecto de laimposición del sindicato– vansiendo restablecidos, y el puenteentre pasado y presente recuperasu fluidez.

Por otra parte, lareconstrucción históricacomienza a prestar más atención a laspercepciones internas de los comunarios: su visiónde la historia, de la sociedad y el estado q’aras:estas percepciones contrastan radicalmente con laversión que genera el mundo criollo sobre laresistencia india. De este modo no sólo sefundamenta una posición crítica frente a lahistoriografía oficial, sino que se descubre laexistencia de racionalidades históricas diversas,que cumplen funciones legitimadoras de lasrespectivas posiciones en conflicto.

Otro aspecto fundamental del trabajo es laatención que se presta a la historia mítica–categoría fundamental del pensamiento históricoindio– (cf. Mamani, 1986). El mito funciona comomecanismo interpretativo de las situacioneshistóricas, sobre las cuales vierte sanciones éticasque contribuyen a reforzar la conciencia delegitimidad de la lucha india. Interesa, por lotanto, no sólo reconstruir la historia “tal cual fue”,

sino también, fundamentalmente, comprender laforma cómo las sociedades indias piensan einterpretan su experiencia histórica (Rivera, 1982 a.).En este proceso, puede darse incluso unacontradicción entre temporalidades y lógicashistóricas: si la historia documental presenta unasucesión lineal de eventos, la historia mítica –y lasvaloraciones éticas que implica– nos remite atiempos largos, a ritmos lentos y aconceptualizaciones relativamente inmutables,donde lo que importa no es tanto “lo que pasó”,sino por qué pasó y quién tenía razón en los

sucesos: es decir, la valoraciónde lo acontecido en términos dela justicia de una causa. En estesentido, la historia oral india esun espacio privilegiado paradescubrir las percepcionesprofundas sobre el orden colo-nial, y la requisitoria moral quede ellas emana: a pesar de loscambios de gobierno, de losmecanismos diversos dedominación y neutralización, sedescubren las constanteshistóricas de larga duración,encarnadas en el hecho colonial,que moldean tanto el proceso deopresión y alienación que pesasobre la sociedad colonizada,como la renovación de suidentidad diferenciada.

4. Hacia una teoría de ladominación colonialLo oral indio es en Bolivia el espacio funda-

mental de la crítica, no sólo al orden colonial, sinoa toda la concepción occidental de la historia, quesitúa lo “histórico” tan sólo a partir de laaparición de la escritura, y legitima por lo tanto lainvasión colonial como una heroica misión“civilizadora”. La práctica historiográfica indiapermite, por el contrario, descubrir estratos muyprofundos de la memoria colectiva: el icebergsumergido de la historia precolonial, que setransmite a través del mito hacia las nuevasgeneraciones, alimentando la visión de un procesohistórico autónomo y la esperanza de recuperar elcontrol sobre un destino histórico alienado por elproceso colonial (cf. Mamani, 1986).

La conexión mito-historia recupera así suvalor hermenéutico y permite descubrir el sentidoprofundo de los ciclos de resistencia india, en los

Por otra parte, la reconstrucciónhistórica comienza a prestar másatención a las percepciones inter-nas de los comunarios: su visiónde la historia, de la sociedad y el

estado q’aras: estas percepcionescontrastan radicalmente con la

versión que genera el mundo crio-llo sobre la resistencia india. De

este modo no sólo se fundamentauna posición crítica frente a la

historiografía oficial, sino que sedescubre la existencia de

racionalidades históricas diversas,que cumplen funciones

legitimadoras de las respectivasposiciones en conflicto.

20

cuales la sociedad oprimida retoma su carácter desujeto de la historia. Las rebeliones, que siemprefueron vistas como una reacción “espasmódica”(cf. Thompson) frente a los abusos de la sociedadcriolla o española, pueden leerse entonces desdeotra perspectiva: como puntos culminantes de unproceso de acumulación ideológica subterránea,que salen cíclicamente a la “superficie” paraexpresar la continuidad y la autonomía de lasociedad india. Se ha superado así la visióninstrumental del mito como un espacio deconocimientos de los inmanentes universales del“pensamiento salvaje”, o bien –en el otro polo–como mera fabricación de la imaginación,desconectada por completo de la realidad“objetiva”.

Historia cíclica e historia mítica permiten aúnotro descubrimiento: la interacción entre el pasadoy el presente corre por diversos caminos en unasociedad como la nuestra. Cada segmento de ella–la casta dominante, la sociedad india colonizada,pasando por toda una cadena de mediacionesbasada en el mestizaje cultural– razonahistóricamente de distinta manera. Tenemos,entonces, no historia sino historias, todas ellas dediversa profundidad. A veces, una movilizaciónsocial concreta conjuga horizontes históricosdiversos, y los articula en formas ideológicascomplejas –tal, por ejemplo, el caso de lacombinación entre los temas referidos a laigualdad ciudadana, y aquellos vinculados a ladiferenciación y autonomía étnicas, que sepresentan en la mayoría de movimientos indioscontemporáneos. Pero la existencia de estoshorizontes no forma una sucesión lineal quepermanentemente se supera a sí misma y avanzahacia un “destino”: son referentes inherentementeconflictivos, parcelas vivas del pasado que habitanel presente y bloquean la generación demecanismos de totalización y homogeneización.Por lo tanto, no son intercambiables, y exigen unproceso de auténtica y simétrica “traducción”. Lainteligibilidad y convivencia social bolivianas sonentonces fenómenos en los que no sólo se reúnendiversas y conflictivas identidades lingüísticas yregionales: en el presente coexisten seresintrínsecamente no-contemporáneos, cuyascontradicciones entre sí están más enraizadas enla diacronía que en la esfera sincrónica del modode producción o de las clases sociales. Además delas implicaciones de este fenómeno para losprocesos de comunicación de los resultados de lainvestigación histórica, ello supone, a mi juicio,una radical crítica frente a todas las

conceptualizaciones generadas a partir deparadigmas basados en la homogeneidad de lasociedad.

Otro aspecto vinculado, que emana de estasreflexiones, se refiere a la conexión entre historiaoral e historia “estructural”. La coexistencia demúltiples historias no configura un universodesorganizado y errático de “sociedades” quehabitan un mismo espacio como compartimientosestancos. Todas ellas están organizadas deacuerdo con el eje colonial, que configura unacadena de gradaciones y eslabonamientos de unosgrupos sobre los otros. En tal sentido, la cuestióncolonial apunta a fenómenos estructurales muyprofundos y ubicuos, que van desde loscomportamientos cotidianos y las esferas de “mi-cro-poder”, hasta la estructura y organización delpoder estatal y político de la sociedad global.

Para finalizar, vamos a señalar algunas de lasimplicaciones epistemológicas que entraña lapráctica de la historia oral en un contexto deopresión colonial. Si la estructura oculta,subyacente de la sociedad es el orden colonial, losinvestigadores occidentalizados están siendoreproductores inconscientes de este orden por elsólo hecho de centrar sus inquietudesconceptuales en las teorías dominantes de lahomogeneidad social. Al pensar en términoshomogéneos y sincrónicos, homogeneizan; alpensar en los indios como “campesinos” estánnegando activamente su “otredad” ycontribuyendo a reforzar la opresión colonial–basada, precisamente, en la negación yexclusión–. Están, también, atribuyendoexternamente identidades e imponiendomodificaciones en la autopercepción india. Seconvierten entonces en cómplices del etnocidio ydel despojo, y perpetúan la condición alienada delconjunto de la sociedad, incluyendo su propiaalienación, que los convierte en tributarios desegunda mano de un orden conceptual y racionalajeno y adverso. Todas sus invocaciones denacionalismo y “antiimperialismo” están puesasentadas sobre fundamentos de arena, pues –yalo dijo el Inca Yupanki– un pueblo que oprime aotro no puede ser libre.

La historia oral en este contexto es por esomucho más que una metodología “participativa” ode “acción” (donde el investigador es quien decidela orientación de la acción y las modalidades de laparticipación): es un ejercicio colectivo dedesalienación, tanto para el investigador como parasu interlocutor. Si en este proceso se conjuganesfuerzos de interacción consciente entre distintos

21

sectores: y si la base del ejercicio es el mutuoreconocimiento y la honestidad en cuanto al lugarque se ocupa en la “cadena colonial”, losresultados serán tanto más ricos en este sentido.

Por ello, al recuperar el estatuto cognoscitivode la experiencia humana, el proceso desistematización asume la forma de una síntesisdialéctica entre dos (o más) polos activos dereflexión y conceptualización, ya no entre un “egocognoscente” y un “otropasivo”, sino entre dos sujetosque reflexionan juntos sobre suexperiencia y sobre la visiónque cada uno tiene del otro. Conello se generan las condicionespara un “pacto de confianza”(cf. Ferrarotti), de innegablevalor metodológico, que permitela generación de narrativasautobiográficas en cuyo procesola conciencia se vatransformando: superando lomeramente acontecido paradescubrir lo significativo,aquello que marca al sujetocomo un ser activo ymoralmente comprometido consu entorno social. Estudioscomo el de Antonio Males(1985) en el Ecuador, muestranel grado de compenetración mu-tua entre el investigador y susinterlocutores. Antonio, indiootavaleño y antropólogo social, ha logrado unrecuento muy rico de la experiencia de losotavaleños residentes y migrantes a la ciudad, enel que destaca la preocupación común por unaidentidad amenazada. Esta experienciacompartida podría lograrse también en lainteracción de sectores heterogéneos (indios y mes-tizos; trabajadores manuales e intelectuales)siempre y cuando el investigador sepa superar losbloqueos de comunicación (lingüísticos,culturales) y las brechas de comportamiento,hábito y gesto inconsciente que marcan –más queningún elemento discursivo o consciente– lasrelaciones de asimetría social y cultural en elcontexto de situaciones coloniales. Elemento cru-cial de este postulado de simetría será también ladisponibilidad del investigador a sujetarse al con-trol social de la colectividad “investigada”: estecontrol se refiere no sólo al destino que tendrá elproducto final de la investigación, sino alcompartir los avatares de todo el proceso, desde la

La historia oral en este contextoes por eso mucho más que unametodología “participativa” o de

“acción” (donde el investigador esquien decide la orientación de laacción y las modalidades de la

participación): es un ejercicio co-lectivo de desalienación, tanto

para el investigador como para suinterlocutor. Si en este proceso seconjugan esfuerzos de interacciónconsciente entre distintos secto-res: y si la base del ejercicio es el

mutuo reconocimiento y la hones-tidad en cuanto al lugar que se

ocupa en la “cadena colonial”, losresultados serán tanto más ricos

en este sentido.

selección de temas, el diseño de las entrevistas, elsistema de trabajo, la devolución sistemática detranscripciones y las finalidades o usos de losmateriales resultantes.

Resulta obvio que la modificación de lostérminos y sentidos metodológicos de lainvestigación alcanzarán también a los métodosde exposición de resultados finales. Los materialesllamados de “educación popular” utilizados confrecuencia por las instituciones, implican una

definición unilateral decontenidos atribuidosexternamente a lo “popular”.Muchos de estos materialesrevelan un gesto abierto depaternalismo criollo, alreproducir interpretacionesoficiales de la historia en versión“popularizada”, convertida enmensaje digerible para un“pueblo” al que se presuponesimple, despojado de todasutileza conceptual o lingüística.

22

BIBLIOGRAFÍA

Borges, Jorge Luis, “El Etnógrafo”, en Obras Completas, BuenosAires, Emecé, 1974.Ferrarotti, Franco, Histoire et histoires de vie: la méthodebiographique dans les sciencies sociales, París, Libraire desmeridiens, 1983.Garavaglia, J. Carlos, “Introducción”, en Assadourian et al.Modos de producción en América Latina, Córdoba, Cuadernos dePasado y Presente, 1973.Males, Antonio, Vilamanta Ayllucunapac punta causai. Historiaoral de los Imbayás de Quinchuqui-Otayalo, 1900-1960. Quito,Abya-Yala, 1985.Mamanli, Carlos, “Historia y prehistoria: ¿dónde nosencontramos los indios?”. Ponencia para el Congreso Mundialde Arqueología. Londres, 1-7 septiembre, 1986.Montoya, Rodrigo, A propósito del carácter predominantementecapitalista de la economía peruana actual, Lima, Teoría yRealidad, 1984.Moser, H., “La investigación-acción como nuevo paradigma delas ciencias sociales”, Punta de Lanza, 1978.Murra, John, Formaciones Económicas y Políticas del MundoAndino, Lima, IEP, 1975.Platt, Tristan, Espejos y maíz: temas de la estructura simbólicaandina, La Paz, CIPCA, 1976.— Estado boliviano y ayllu andino, Lima, IEP,1982.Punta de Lanza, Simposio Mundial de Cartagena, Crítica yPolítica en Ciencias Sociales, Bogotá, Punta de Lanza, 1978.Rivera C., Silvia, Política e ideología en el movimiento campesinocolombiano: el caso de la ANUC, 1982. (Asociación Nacional deUsuarios Campesinos). CINEP, Bogotá.— “Memoria colectiva y movimiento popular: notas para undebate”. En: Bases, Nº 1. México, 1982a.— “Oprimidos pero no vencidos: luchas del campesinadoaymara y Qhechwa de Bolivia, 1900-1980”, La Paz,HISBOL,1984. Reeditado en la colección participación del Instituto de

Investigaciones de las Naciones Unidas para el DesarrolloSocial. Ginebra (1986).— “Movimiento Katarista, Movimiento Indianista:contrapuntos de un proceso ideológico” en Boletín ChitakollaNº 15, La Paz, 1984a.Tandeter; Enrique, “Sobre el análisis de la dominación colo-nial”, en Avances Nº. 1, La Paz, 1978.THOA (Taller de Historia Oral Andina), El indio Santos MarkaT’ula, Cacique Principal de los ayllus de Qallapa y apoderado generalde las Comunidades originarias de la república, THOA-UMSA, LaPaz, 1984.Thompson, Edward P., “La economía moral de la multitud enla Inglaterra del siglo XVIII” en Tradición, revuelta y conciencia declase, Barcelona, Crítica, 1978.Uribe, Carlos A., “La etnología colombiana en la década de los70”, en El sujeto como Objeto de las ciencias sociales, Bogotá,CINEP y Sociedad Colombiana de Epistemología, 1978Wachtel, Nathan, Sociedad e ideología, Lima, IEP, 1973.

NOTAS

1 Los contenidos de esta ponencia han surgido de innumerablesdiscusiones internas con los compañeros y compañeras delTaller de Historia Oral Andina, en sesiones de reflexión yautocrítica sobre nuestro trabajo con comunidades andinas ysectores artesanales urbanos. Aunque me hago responsable dela sistematización presentada, cabe recalcar la dinámica colec-tiva que dio origen a muchas de estas ideas.2 En otros trabajos (Platt, 1982), Platt desarrolla un nuevoenfoque de “antropología histórica” que da cuenta de estosprocesos.3 Este artículo fue publicado en la revista Temas Sociales, de laCarrera de Sociología de la UMSA, La Paz, en 1987.

Si, por el contrario, las comunidades ymovimientos investigados participan activamenteen todas las fases de la investigación, sedescubrirá la complejidad y riqueza de los modosde pensamiento y visiones de la historia quegeneran los propios actores en su experiencia vi-tal. Más allá de la “popularización de la historia”,que refuerza la lógica instrumental y lamanipulación ideológica del investigador, nosaproximaremos entonces a la desalienación ydescolonización de la historia.3

23

traduccionesO potencialepistemológico eteórico da HistóriaOral

Silvia Rivera Cusicanqui

O trabalho de oficina sobre História Oralandina, foi uma tentativa de por emprática as exigências na recuperação dosmovimentos indígenas. Foram avaliadosneles os comportamentos e práticasquotidianos, sem esquecer que a brechaentre o que se diz e o que se faz é umtraço central da ação política.Assim, a história oral india permitedescobrir as percepções sobre a ordemcolonial e os requisitos morais que delasurgem sendo a crítica feita não somenteà ordem, mas à toda idéia acidentalsobre a história.

Le potentielépistémologiqueet théorique del'histoire orale

Silvia Rivera Cusicanqui

Le travail de l'atelier d'histoire orale andine aété une tentative de mettre en pratique lesexigences de récupération des mouvementsindiens.Les comportements et les pratiquesquotidiennes ont été évalués à l'intérieur decet atelier, sans oublier que la brèche entrece qui est dit et ce qui est fait est un traitcentral de l'action politique.La fonction remplie par le mythe en tant quemécanisme interprétatif des situationshistoriques qui contribuent à renforcer laconscience de la légitimité de la lutte indiennea eu une importance capitale.Ainsi l'histoire orale permet-elle de découvrirles perceptions sur l'ordre colonial et sur lesconditions morales surgissant de celle-ci, lacritique étant non seulement envers l'ordrecolonial mais aussi à toute l'idée occidentalesur l'histoire.

The potentialepistemological andtheoretical of the oralhistory

Silvia Rivera Cusicanqui

The work of workshop or oral andeanhistory, it was an attempt of putting intopractice the requirements of recovery ofthe indian movements.The behaviors and daily practices wereevaluated in it, without forgetting that thegap between what it is said and what isdone is a central feature of politiciangesticulates.Principal importance had the function thatfulfills the myth as interpretive mechanismof the historical situations that they help toreinforce the conscience of legitimacy ofthe indian struggle.This way, the oral indian history allows todiscover the perceptions on the colonialorder and the moral requirements thatfrom it arise being the critique not only tothe colonial order but to the whole westernidea on the history.

23

24

Cuautla, Morelos, México, 7 de diciembre de 1995

Diario de campo

Sentados en la ladera de un cerro y con vista a uncañaveral, Marcelino García Gutiérrez me cuenta suvida. En su comedor, ubicado en el patio de su vivien-da, comparto con su familia un plato de frijoles, salsa ytortilla. Su historia es similar a la de varios de sus veci-nos. Hace siete años cayeron como “paracaidistas” en elcerro del “Chivatero” hoy llamado “Emiliano Zapata”,ubicado en el municipio de Ayala, al sur de la ciudad deCuautla, Morelos.

Tiene 32 años, una mujer de 26 y tres pequeños.Mientras doña Juana calienta las tortillas, la pequeñaCarla envuelve con destreza a un muñeco y lo llevacargado a su espalda con su rebozo. Los otros pequeñosestán junto a nosotros y ven cómo la mirada de su padrese pierde en el campo de cañas. Cuando le pregunto porsu ocupación, me contesta que realiza varios trabajos: aveces es albañil, a veces jornalero, a veces vendedorambulante. Pero al revisar su historia uno se da cuentaque en gran parte de ella la pasó migrando.

Política agrariay alimentación:la historia oralde una comunidadmexicana dejornaleros agrícolasmigrantes

rede

scol

ar.il

ce.e

du.m

x

25

donde las patologías infecciosas son sustituidaspor las enfermedades crónico degenerativas como:diabetes, hipertensión, cáncer, enfermedades men-tales y lesiones).5

Este fenómeno ha sido observado también enla salud y la alimentación. Las encuestasepidemiológicas y de alimentación que se levanta-ron en los últimos cuarenta años del siglo mues-tran un cambio en los patrones de enfermedad yalimentación en nuestro país. Se va así de unperfil asociado a enfermedades ligadas a la po-breza (infecciosas, muchas de ellas relacionadascon la desnutrición y la parasitosis) a patolo-gías crónico degenerativas (ligadas varias deellas a la obesidad).

De esta forma se pasa de un modelo de pobla-ción de países subdesarrollados a otro que predo-minó en los países desarrollados industrializados,aunque en la actualidad se observa que en Améri-ca Latina en general, y en México en particular,están conviviendo ambos patrones. En el caso dela alimentación el cambio se ha dado porque sehan ido abandonando los alimentos que corres-ponden a patrones de autoconsumo rural por ali-mentos industrializados. Así en México hay tantodesnutrición como obesidad.6

Todo esto nos dibuja un cuadro altamente di-námico: una población en movimiento con cam-bios muy significativos en aspectos vitales. Sinembargo, los factores que explican estos fenóme-nos son en realidad poco conocidos, fuera de laspropuestas basadas en factores económicos, políti-cos y sociales muy generales.

En concreto, la forma en que decisiones y pro-cesos políticos afectaron a millones de mexicanosen el siglo pasado está aún por escribirse. Loscambios culturales que se produjeron y los impac-tos en la alimentación y la salud al nivel indivi-dual o familiar son materia aún de investigación.En este sentido, uno de los recursos clave para en-tender este entramado de historia cultural, social ypolítica es la historia oral. A través de ella pode-mos aproximarnos a lo que representó para algu-nos de los millones de mexicanos la migración. Enconcreto podemos preguntarnos (como lo hiceaquel día del 1995 con don Marcelino): ¿qué losmotivó a migrar?, ¿cómo fue su alimentación du-rante la movilización? y ¿qué sucedió con éstacuando se establecieron en otro lugar?

La presente ponencia aborda algunos aspectosde la relación entre migración y transformaciónalimentaria. Se basa en un estudio que duró tres

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaAutoras Martha Beatriz Cahuich Campos

y Lezly López Cruz1

Escuela Nacional de Antropología e Historia,México

Política agraria y alimentación: la historia oral...

Las tortillas están listas y son trasladadas de unhorno de ladrillos hacia la mesa. Dos pequeños perrosse acercan a nosotros. Jorge, que va en segundo de pri-maria, y la pequeña Jessica, que va al jardín de niños,comienzan a comer. Le seguimos los demás.

Don Marcelino me aclara que nació en 1963 enTlatzala, municipio de Tlapa en Guerrero. Cuando lepregunto cómo fue a dar a Morelos, comienza a contar-me su historia. Conforme habla voy trazando un árbolgenealógico de su familia, y los niños se entusiasman alver cómo la represento a base de “bolitas y cuadritos”En mis apuntes va tomando forma una historia. La his-toria de una familia migrante. Para ser más precisos dejornaleros agrícolas migrantes.2

En el siglo XX la población mexicana presentócambios demográficos importantes. Uno de ellosfue la alta movilización de personas que hubotanto hacia interior como hacia exterior delterritorio nacional, lo que transformó ladistribución espacial en términos demográficos.

Este fenómeno se dio desde principio de siglocuando hubo un primer movimiento fuerte de po-blación durante la Revolución Mexicana, sobretodo de la gente que buscaba refugio por el conflic-to armado. Al término de ésta, hubo una políticade fortalecimiento de ciertas regiones que habíanquedado despobladas. Se crearon así zonas de ex-pulsión y atracción de población que no cesaron alo largo del siglo.3

Pero no sólo ocurrió esto. Los indicadores de-mográficos más comunes presentaron un compor-tamiento único para la historia de nuestra nación.Por un lado, la fecundidad se transformó de unrégimen natural a uno de control intencional, aun-que hubo una tasa alta de crecimiento de la pobla-ción en buena parte de la centuria. Hubo tambiénun descenso sostenido de la mortalidad, principal-mente infantil y la esperanza de vida pasó de 27años en 1895 a 75 años en el 2000. El país pasó detener 12.6 millones de habitantes en 1895 a casi100 millones en el año 2000.4

Todo esto ha sido interpretado por losdemógrafos como un proceso de transicióndemográfica. Según esta teoría, la poblaciónmexicana transita de un patrón histórico natural dealta mortalidad, fecundidad elevada y bajaesperanza de vida (en el que las enfermedadescontagiosas fueron la característica dominante delespectro sanitario) a otro en el que los niveles demortalidad disminuyen, al igual que lafecundidad y se eleva la esperanza de vida (y en

26

años de la década de los noventa en una comuni-dad de jornaleros agrícolas migrantes en el esta-do de Morelos y analiza los cambios en la dietaque presentaron 20 unidades domésticas.7 Esnecesario aclarar que si bien se entrevistó a porlo menos uno de los padres de las unidadesestudiadas, sólo en siete de ellas se lograronentrevistas en profundidad y gran parte de lainformación que se presenta en este trabajo sefundamenta en estas últimas. Sobre la base de lamemoria oral se reconstruyeron cambios en laalimentación de estas personas, tanto al salir desus lugares de origen, como durante la migra-ción y cuando se establecieron de manera per-manente en esta localidad.Para contar con algunosindicadores de salud de estapoblación, de acuerdo con laevaluación del crecimiento físicode los niños, se utilizó laantropometría en las distintastemporadas de trabajo de campo(1995, 1996 y 1997), resultadosque no se incluyen en esta po-nencia.

Movimiento migratoriointerno en la RepúblicaMexicana en el siglo XXEl árbol genealógico que trazo

registra que los padres de doñaJuana nacieron en Tlapa en 1930(la mujer) y en 1944 (el hombre).Eran campesinos que trabajabancomo jornaleros, aunque tambiéntenían sus propias tierras. Tuvieron 8 hijos de loscuales dos murieron muy pequeños y hubo un aborto.Nunca vivieron en otro lugar. Doña Juana fue criadamás por su hermana mayor porque su mamá laborabatodo el día en el campo. A los 16 años (en 1985) unaamiga la convenció de irse a trabajar al Distrito Fe-deral. En esta ciudad se empleó como sirvienta porun año. Luego conoció a don Marcelino y se casaron.

La madre de don Marcelino era también deTlapa y murió de una embolia a los 46 años. Trabajócomo jornalera y tuvo 6 hijos de los cuales sobrevi-vieron dos. Los otros murieron en los primeros días omeses de nacidos, dos de ellos por sarampión y tosferina. Don Marcelino comenzó a trabajar desde loscinco años. Su padre, también de Tlapa, nació en 1936y era alcohólico y lo golpeaba al igual que a su madre ysu hermano menor. Desde chico don Marcelino aprendióa sembrar e ir por la leña. A los 12 años se fue haciaCuautla huyendo de la violencia de sus padres. Nunca

les avisó dónde estaba para que “sufrieran” por losmaltratos que le habían dado.

Los niños se han aburrido de escucharnos. Sólodoña Juana nos oye platicar atenta, mientras lava lostrastes…

Como se mencionó antes, una de lasmovilizaciones más fuertes del siglo XX ocurriódurante la Revolución Mexicana. Si bien el país enconjunto tuvo un decrecimiento demográfico del0.5% anual, hubo ciudades que crecieron en másdel 3%.

Al término del conflicto hubo una política depoblamiento del territorio, y se crearon nuevos po-

los de atracción de 1921 a 1940.El proceso de urbanización deri-vado de la industrialización quese siguió como parte del desarro-llo del modelo económico basadoen importaciones, propició quela mayor parte de los flujosmigratorios de 1940 a 1970 seconcentraran en unas cuantasciudades que centralizaron lasactividades económicas más ren-tables y ofrecieron las mayoresremuneraciones a la mano deobra, entre las que destaca laciudad de México. Así, las altastasas de crecimiento o decreci-miento de algunas ciudades yregiones se vincularon respecti-vamente con polos de fuerteatracción o rechazo de poblacióny un amplio éxodo rural se aco-

modó en las zonas urbanas.8

Durante la segunda mitad del siglo, uno decada seis habitantes del país mudó su residenciahabitual y cruzó las fronteras estatales, por lo me-nos una vez en su vida. La dirección y cuantía delas corrientes migratorias cambiaron con el pasodel tiempo. Hubo dos etapas en las migracionesinterestatales. Una de rápido aumento que se dioen los primeros cuatro quinquenios de la segundamitad del siglo. La otra, con menor gradiente deaumento se dio en los últimos seis lustros, con unleve descenso entre 1975 y 1985.9

Se presentó una amplia gama de patrones demigración temporal entre las entidadesfederativas. Uno de los movimientos más impor-tantes de los últimos veinte años tuvo que ver conla producción agrícola a gran escala, que derivó enun tipo de movimiento migratorio específico: el delos jornaleros agrícolas estacionarios.

Durante la segunda mitad del si-glo, uno de cada seis habitantes

del país mudó su residencia habi-tual y cruzó las fronteras estatales,por lo menos una vez en su vida.La dirección y cuantía de las co-rrientes migratorias cambiaron

con el paso del tiempo. Hubo dosetapas en las migraciones

interestatales. Una de rápido au-mento que se dio en los primeroscuatro quinquenios de la segundamitad del siglo. La otra, con menor

gradiente de aumento se dio enlos últimos seis lustros, con un

leve descenso entre 1975 y 1985.

27

La migración de los jornaleros agrícolasestacionariosEn Cuautla (1975), don Marcelino rentaba un

cuarto y vivió con sus amigos. A los 15 años se fue aQuintana Roo como jornalero. Ahí trabajó por año ymedio. Después se fue a Belice con “enganchadores” deuna empresa que contrataba a los campesinos paratrabajar en los campos de grandes empresas agrícolas.Los enganchadores arreglaron su pasaporte para quepudiera ingresar a Belice. Estuvo en este país por unaño. Después se fue al D.F. donde trabajó como albañil.Luego se fue a Cuautla y después a Tlapa. Regresódespués a Cuautla y se fue al D.F.

En la ciudad de México trabajó en una pollería porcinco años, ahorró y se compró su carro. Se mudó denuevo a Cuautla y puso un puesto de pollo, pero tuvoproblemas en su trabajo. Entonces se mudó a Tamazulaen Jalisco y de ahí se empleó para el corte de caña porun año. Luego trabajó en Tecomán, Colima, en el cortede limón, coco y mango por un año. Después se fue aMexicali y de ahí a Tijuana. Siempre como jornalero.Estuvo también un año en San José, California, en elcorte de la naranja y luego regresó al D.F.

En el D.F. conoció a doña Juana y se casaron. Vi-vieron primero en Cuautla, luego en Sinaloa y de nuevoen Cuautla. Él quería que vivieran en Tepic, pero ella seopuso porque iba a quedar muy alejada de sus padres.En Cuautla rentaron un cuarto. No sé cómo se enteraronde los terrenos de Emiliano Zapata pero fueron de lasprimeras familias en establecerse. Jorge, el hijo mayornació en Cuautla y tiene 7 años, Carla nació en Nayariten unas vacaciones que la familia hizo por allá, tiene5 años. La pequeña Jessica nació en Cuautla y tiene cua-tro años…

En los años ochenta hubo transformacioneseconómicas y sociales en los mercados laboralesagrícolas del país lo que impactó en la agriculturaregional.10

Se produjo una nueva fase de integración de laeconomía mexicana a la economía global y se dioun nuevo modelo de desarrollo rural que privilegióla agricultura empresarial de exportación de culti-vos no tradicionales, cuya expansión obedeció aldesarrollo de mercados internacionales muy com-petitivos. Se dio así un mayor control de los recur-sos productivos del sector agropecuario en manosde capitales privados, con activa participación deempresas transnacionales, hecho que propició ladesregulación de los mercados rurales. Esto reper-cutió negativamente en la situación de los trabaja-dores rurales que se sometieron a regímenes labo-rales intensivos, con salarios deprimidos y conescasa cobertura social. Tuvo como consecuencia

diferentes tipos de movimientos migratorios dejornaleros, con diferencias en cuanto a su composi-ción, volumen, intensidad y dirección, además deque se incrementó la migración familiar.

Hubo regiones de atracción. Algunas de ellastuvieron un dinámico sector empresarial agro-exportador cuyos principales productos fueron loshortofrutícolas. Pero también existieron pequeñosy medianos productores orientados a producir bie-nes de consumo para el mercado interno, ademásde aquellos integrados a procesos agroindustrialescomo la caña de azúcar, el tabaco y el café. Estesegundo tipo de productores predominó en lasllamadas zonas intermedias.

Así hubo tres tipos de regiones productivasagrícolas: la primera de ellas clasificada como deatracción tuvo como característica contar con mer-cados de trabajo de gran escala que fueron intere-santes para los trabajadores de distintas partes delpaís. La segunda, denominada intermedia, tuvomercados regionales más limitados y mercadoslocales. La tercera región tuvo como característicala expulsión con mercados sin capacidad de gene-rar empleo continuo para la mano de obra local.11

El estado de Morelos puede ser consideradocomo un mercado regional intermedio que produjohortalizas y caña de azúcar en las últimas décadasdel siglo XX. Se trata de una entidad que tuvo mi-graciones de menor dimensión y distancia, intra einterestatales, esta última con entidades colindan-tes.

Aunque las unidades agrícolas que contratanmano de obra migrante en este estado son muydisímiles entre sí, su común denominador es laexplotación comercial de cultivos con altos reque-rimientos de mano de obra. Esto ha provocado quelos jornaleros agrícolas conformen un grupo depoblación heterogéneo y diverso desde el punto devista económico, social y cultural que incluye atrabajadores agrícolas sin tierra, campesinosminifundistas, hombres, mujeres y niños, mestizose indígenas.12

A finales de los años noventa, un millón deestos trabajadores eran migrantes que se traslada-ban solos o acompañados por sus familias en dis-tintas regiones del país. En 1996, 2.7 millones depersonas trabajaron como peones en el campo.

La intensidad y duración de la migración jor-nalera varía en función del tipo y la magnitud delos cultivos comerciales, también del nivel de espe-cialización de las labores agrícolas. Algunos delos migrantes se han establecido en zonas de atrac-ción como migrantes asentados que viven por lar-gas temporadas en las localidades rurales próxi-

28

mas a los campos agrícolas o forman nuevos po-blados.

Se pueden reconocer distintos patronesmigratorios. Estos pueden presentarse simultá-neamente y la condición de los migrantes puedevariar en el tiempo. Una misma familia puedehaber vivido varios patrones migratorios.

En general se pueden observar dos tipos: elprimero es el llamado itinerante o de golondrinaque, como don Marcelino, presentan los trabaja-dores sin tierra, que van de un lugar a otro. Elsegundo tipo es el de la migración pendular, quees frecuente en unidades domésticas campesi-nas que poseen algún tipo de explotaciónagropecuaria en sus lugares de origen y cuyosrendimientos son insuficientes para cubrir lasnecesidades de consumo durante todo el cicloanual (son jornaleros/campesinos).13

Si los centros de atracción están a una dis-tancia considerable, los migrantes se trasladancon sus familias, lo que les permite reducir loscostos del mantenimiento del grupo y los ingre-sos se incrementan porque otros miembros de lafamilia se incorporan al trabajo asalariado. Laparticipación directa de mujeres y niños varíasegún el tipo de cultivo. Normalmente la mayo-ría proviene de municipios donde se habla len-gua indígena. Los principales estadosexpulsores son Oaxaca y Guerrero que aportanjornaleros a todos los mercados agrícolas delpaís. La gente de Oaxaca proviene de la mixtecay de los valles centrales. La de Guerrero, de laMontaña de Tlapa.14

Para 1990 cinco entidades se destacabanpor tener más del 25% de inmigrantes dentro desu población total, entre ellas se encontraba elEstado de Morelos. Morelos pasó de ser una en-tidad en equilibrio poblacional en 1939, a unazona de fuerte atracción migratoria para 1990.En 1992 casi una tercera parte de la poblacióntotal del Estado estaba conformada pormigrantes. Esto se explica porque esta entidadposeía una de las ofertas de trabajo más ampliatanto en industrias como en empresasagropecuarias que contrataban jornaleros.

Entre 1985 y 1990, Morelos presentó dosnumerosas corrientes migratorias (más de 73 milpersonas de cinco años y más): una que prove-nía del D. F. y otra que venía del estado de Gue-rrero. Al interior, el estado presentó un impor-tante movimiento migratorio. Para 1992 una sex-ta parte de la población morelense realizó algúnmovimiento hacia el interior del mismo Estado.

Localidad de estudio:Localidad de estudio:Localidad de estudio:Localidad de estudio:Localidad de estudio:la Colonia General Emiliano Zapatala Colonia General Emiliano Zapatala Colonia General Emiliano Zapatala Colonia General Emiliano Zapatala Colonia General Emiliano ZapataA una de nuestras compañeras le han contado la

historia de la comunidad. Esto era un campo cuyodueño era, en 1988, el Sr. Dimas Martínez Curiel. Losprimeros colonos estaban afiliados al Partido de laRevolución Democrática. Por esta agrupación política ygracias a don Dimas se empezó a formar la colonia.Aunque era alcohólico y drogadicto, la gente quería aeste último porque les dio los lotes a precio muy bajo obien los regaló a la gente más pobre. Donó para lacomunidad los terrenos de la primaria y el kinder ycomenzó a construir la capilla. Se mudó a EmilianoZapata cuando la colonia se comenzó a poblar, peroempezaron las amenazas contra él y los colonos pordoña Eulalia (hermana de don Dimas), quien reclamabala propiedad del cerro. Una de las familias le mostró anuestra compañera una carta en la que don Dimassolicitó al presidente de la “Unión Popular CuautlaMorelos, A. C.” que lo protegieran porque estabaamenazado de muerte por parte su hermana. Por esocuando los investigadores con quienes colaboramos delInstituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán”llegaron, la gente los recibió con machete en mano. Unanoche don Dimas fue asesinado a picahielazos en elcuarto de block donde moraba. La gente responsabiliza adoña Eulalia.

En un principio la gente vivió en el cerro en casasde trapo. Poco a poco fueron limpiando los terrenos ydistribuyendo las calles. Para obtener el agua se ibancon tambos en las combis al pueblo cercano deMoyotepec. Luego se organizaron para solicitar esteservicio al municipio. El nombre original de la coloniaera “Cuauhtémoc Cárdenas”, pero las autoridades lescondicionaron el apoyo de los servicios públicos sólo sile cambiaban el nombre. A pesar de las protestas yescritos “contra las autoridades priístas” terminaroncediendo. Desde entonces la comunidad se llama “Ge-neral Emiliano Zapata”.15

La Colonia General Emiliano Zapata (EZ) seencuentra ubicada en un cerro en el municipio deAyala a un costado de la carretera Cuautla-Chilpancingo. La composición de las unidadesdomésticas estudiadas fue variable, ya que no sólose trataba de familias nucleares sino que tambiénconvivían abuelos, tíos, amigos o vivían dos fami-lias juntas. En total hubo 258 personas en la pri-mera visita de campo (diciembre de 1995) de loscuales 53 fueron padres, 58 madres, 72 hijas, 58hijos, 2 tías, 2 tíos, 3 abuelas, 2 abuelos, una amigay 7 personas que estaban por temporadas con lasfamilias. En los casos donde se pudo obtener infor-

29

mación, las edades de los padres fluctuaron de 20a 54 años y las de las madres entre 15 a 44; los hi-jos desde recién nacidos hasta jóvenes de 19 años.

El 75% de los padres eran jornaleros y el restocomerciantes, mecánicos, obreros o desempeñabandiversos oficios, como en el caso de don Marcelino.En la primera encuesta aplicada las madres decla-raron ser básicamente amas de casa, aunque hubomujeres comerciantes y dos trabajaban en un bar.Sin embargo, a través de entrevistas posteriores yobservación, encontramos que en realidad variasde ellas realizaban diversas actividades económi-cas como vender artesanías producidas por ellas,intercambiar en trueque alimentos por otros ali-mentos o servicios (de albañilería por ejemplo),cuidar niños ajenos, etc.

La mayoría de los hijos en edad escolar estu-diaban, pero el 11% de ellos eran ya jornaleros ylas niñas ayudaban en labores domésticas o en elcuidado de sus hermanos.

Únicamente tres padres concluyeron la secun-daria y sólo uno tuvo una carrera técnica. El restoeran analfabetos o no terminaron de estudiar laprimaria. Las madres eran en un 19% analfabetasy sólo una estudió la secundaria (incompleta). Lamayor parte de los niños iba al jardín de niños dela localidad o a la primaria. Pocos jóvenes iban ala secundaria o al bachillerato.

En el momento de la primera visita, las vivien-das eran de cañas, ladrillos o adobe. Los techosen su mayoría de lámina de cartón. En generalcontaban con sólo una habitación. Tenían bañossecos o letrinas. Algunas de las casas tenían unpequeño huerto. Como animales domésticoscriaron perros, burros y en pocos casos pavos ogallinas.

Hasta la última visita de campo (en 1997) lagente obtenía el agua gracias a las pipas que lesllegaban tres veces por semana, aunque se esta-ban haciendo estudios para poderles llevar elagua desde pozos cercanos.

Si bien contaban con aparatos eléctricos quehabían adquirido durante la migración, la luzfue introducida cuando nosotros hacíamosnuestra segunda visita de campo. Algunas fami-lias utilizaron antes baterías de autos para tenerelectricidad. En general usaban leña, aunquealgunas tenían tanques de gas. Quemaban labasura.

La primera vez que llegamos vimos un tem-plo católico a medio construir, que no se terminóen nuestra última visita. El lugar era atendidopor un cura que venía desde Moyotepec. Nostocó presenciar la misa del 12 de diciembre, fies-

ta de la Virgen de Guadalupe, que tuvo una asis-tencia realmente baja. Sin embargo, el templo quese construyó de manera muy rápida fue elpentecostal.

En los años que duró el estudio, pudimos ob-servar que conforme pasó el tiempo se construye-ron más casas de material, varias fueronremodeladas con herrería y cemento, sobre todo enla parte inferior del cerro donde las calles fueronaplanadas. Por otra parte, observamos que variasfamilias se habían establecido de manera definiti-va, pero en varias de ellas siguieron los movimien-tos migratorios. Sobre todo hubo una alta inmigra-ción de parientes de las primeras familias que con-tinuaron llegando a EZ. Así pues en nuestra últi-ma visita la población iba en aumento. Cuando seinició el estudio (en 1975) tenían 7 años de estable-cidas en este lugar.

Como el fragmento del relato anteriormentecitado señala, la mayoría de las familias originalesse conocieron cuando militaban en el PRD (debe-mos recordar que eran los años de la campaña pre-sidencial de Cuauhtémoc Cárdenas) y gracias aeste vínculo pudieron hacerse de los terrenos. Con-formaron una organización de jornaleros y graciasa movilizaciones colectivas lograron presionar alas autoridades municipales para que se regulari-zaran sus terrenos y les introdujeran algunos ser-vicios (como la entrega de agua potable por pipasy la luz eléctrica). La anécdota del cambio delnombre de la comunidad muestra las presionespolíticas que hubo sobre ellos.

Sin embargo, la organización vecinal se relajóy en el momento del estudio varias personas noscomentaron que no había unidad. El sacerdote noshizo un comentario similar.

Historias de vidaDoña Susana Gálvez vende plantas medicinales,

don Dimas le enseñó herbolaria. Ella recolecta las plan-tas pero también las siembra en su patio. Hace tambiéncarpetas bordadas y las vende. Las verduras magulla-das que le regalan a su esposo como jornalero las comenen casa pero también las vende o las intercambia. Suesposo actualmente trabaja en la fumigación de lashuertas de aguacate de Nepantla y en sus ratos libresconfecciona maceteros y cinturones de macramé quevende.

Doña Susana nació en Ocotepec Morelos, pero suesposo es de Tlapa. Ella trabajó desde los 8 años comocomerciante en el mercado. Su primera hija la tuvo a los14 años, antes de que presentara su primera menstrua-ción, pero la pequeña murió al mes y medio. De sus cin-co hijos, sobreviven tres y una de ellas con problemas de

30

aprendizaje. El último nació a los 7 meses de gestación,cuando regresaban de un viaje de trabajo como jornale-ros. Es un poco difícil reconstruir todos los lugares enlos que han estado. Al parecer su esposo y ella vivieronprimero en Tlapa, luego en Cuautla. Trabajaron en lascompañías que “enganchan” a la gente como trabajado-res agrícolas. Estuvieron en Sinaloa, Nayarit,Chetumal, Tampico. Su esposo fue hasta Nueva York.En los campos donde trabajan para las empresas lati-fundistas hay “albergues” y no les permiten salir deahí. Doña Susana me explicó que en estos campamentoshay “tiendas de raya” (en el mejor sentido porfiristadel término) que son muy caras y tienen un sistema deendeudamiento. Entonces la estrategia de las fami-lias es tratar de no comer ni beber para ahorrar dine-ro y evitar endeudarse. La paga es poca. Pero convie-ne cuando trabajan todos pues los niños también re-ciben paga. Obviamente es una época en la que todoscomen muy mal…16

La mayoría de los padres y de las madres sa-lieron juntos de su lugar de origen, aunque variosse conocieron durante emigración y se movilizaronjuntos hasta que se establecieron en EZ.

En el Cuadro 1 se puede observar el itinerariode la migración que vivieron algunos de losinformantes hasta el momento del estudio. Lamayoría eran originarios de Guerrero y los demásprovinieron de Oaxaca, Puebla, el Estado deMéxico, Tlaxcala y el D.F.

En las historias de vida que recopilamos seobtuvo información desde la generación de losabuelos. Si bien hay variaciones, podemos decirque los abuelos de estas familias nacieron en losaños cuarenta o cincuenta. Muchos de ellos fueroncampesinos o jornaleros, aunque también hay ca-sos de comerciantes y empleadas domésticas queno migraron. Inclusive, los que aún vivían perma-necían en sus lugares de origen. En cambio, lospadres y las madres nacieron en los sesenta y se-tenta, aunque hubo gente muy joven que nació enlos años ochenta y todos fueron migrantes en al-gún momento de su vida.

Llaman la atención las edades tan tempranasen las que salieron por primera vez de sus lugaresde nacimiento: desde los cinco años hasta los18-19 años. Nadie emigró, por primera vez, des-pués de los 20 años.

Las edades de unión también fueron muy tem-pranas (entre 14 y 16 años de edad), aunque hubogente que tuvo segundas uniones. Las causas deemigración fueron diversas: desde la curiosidad ola búsqueda de un empleo mejor, hasta el huir dela violencia intrafamiliar, como en el caso de don

Marcelino, pero en otros fue el acoso sexual o vio-laciones por parte de padrastros.

El Cuadro 1 permite observar que en la mayo-ría de los casos se presentó una migración iti-nerante y sólo en pocos casos golondrina. Tambiénque algunas de estas movilizaciones oscilaron enzonas rurales y otras fueron de zona rural a ciuda-des. Esto pareció tener cierto impacto, como se verámás adelante, en la alimentación.

Narraciones similares con respecto a las em-presas “enganchadoras” de mano de obra agrícolafueron comentadas por otros informantes. Deacuerdo con la investigación de Kim Sánchez,17

este tipo de empleo tiene un impacto fuerte en lasfamilias de los jornaleros migrantes. Por un lado,las condiciones de los albergues no son adecua-das. Como los ingresos son limitados, a las fami-lias les conviene que trabaje el mayor número demiembros posible para sacar más dinero. Los ni-ños que viven en estos albergues no reciben educa-ción y muchos de ellos no saben leer y escribir.Como en el caso de Emiliano Zapata, varias deestas familias forman comunidades “satélites” deempresas agrícolas. La mayoría de los padres y lasmadres migrantes no rompen con los vínculos consus localidades de procedencia, lo que facilita elmovimiento inmigratorio de parientes suyos quellegan a vivir a las nuevas comunidades (como loobservado en EZ). Sin embargo, se dan cambiosculturales importantes. Por ejemplo, donMarcelino y doña Juana son hablantes de náhuatl,pero no se lo enseñan a sus hijos. Don Marcelinopiensa que es una lengua que no sirve para nada yle prohibió a su esposa hablarla en casa.

Las compañías enganchadoras hacen contra-tos verbales y no siempre hay supervisión de auto-ridades laborales. Los jornaleros así no tienen sin-dicatos y viven junto con sus familias en una si-tuación vulnerable. Muchos de ellos se exponen ariesgos por el uso de agroquímicos tóxicos.18

No obstante, en el momento del estudio, variosde los entrevistados en EZ contaban con segurosocial gracias a sus contratos como jornaleros esta-cionarios en los campos cañeros aledaños a la co-munidad. También conformaron una asociaciónde jornaleros, que contaba inclusive con caja deahorro.

Alimentación y migraciónDoña Juana me explicó que su dieta de niña se ba-

saba en frijoles, salsa, sopa, papa, zanahoria y rábano.Esporádicamente naranja y plátano. Dos veces por se-mana comía huevo y no tomaba leche. La carne de resera una vez al mes. Su madre le enseñó a cocinar. Pero

31

cuando vivió en el D.F. aprendió nuevos guisos conotra muchacha que trabajaba en casa de sus patrones.Cuando se casó con don Marcelino, él también le enseñóalgo. El problema actual es que este último le pide quele prepare cosas que ella no sabe hacer. Le da pena pre-guntar a otras vecinas porque no son sus familiares,aunque una vez se animó a hacerlo. Cuando recibe la

visita de su hermana que vive en el D.F. aprovecha paraque le enseñe nuevos platillos…

En las entrevistas donde se cuenta coninformación, se aprecia que en general lageneración de los abuelos de estas familias obtuvoalimentos por recolección, siembra y compra. El

Cuadro 1. Itinerario de la migración de 20 familias de EZ_______________________________________________________________________________________________________________________________

Familia Lugar Itinerario Nº de lugaresde origen de residencia

_______________________________________________________________________________________________________________________________

19 D. F. Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 2

9 Estadode México Morelos (Emiliano Zapata). 1

2 Guerrero Guerrero (Ateya, Tonalapa), Morelos (Olintepec, Emiliano Zapata). 4

3 Guerrero Morelos, Guerrero, Morelos (Cuautla, Olintepec, Emiliano Zapata). 5

4 Guerrero Sinaloa, Nayarit, Quintana Roo, Tamaulipas, Morelos,Guerrero, Morelos (Atlixco, Cuautla), Guerrero, Morelos(Huesca, Cuautla, Emiliano Zapata). 12

5 Guerrero Morelos, Quintana Roo, Belice, D. F., Morelos, Guerrero, Morelos,D. F., Morelos, Jalisco, Colima, B. C. Norte (Mexicali, Tijuana),California, D. F., Morelos, Sinaloa, Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 19

7 Guerrero Guerrero, Morelos, Guerrero, Morelos (Emiliano Zapata). 4

8 Guerrero Morelos, D. F., Morelos (Jojutla, Emiliano Zapata). 4

10 Guerrero No hay datos. ?

14 Guerrero Yucatán, Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 3

16 Guerrero Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 2

17 Morelos No hay datos. ?

18 Morelos No hay datos. ?

1 Oaxaca B. C. Norte, D.F., Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 4

11 Oaxaca No hay datos. ?

15 Oaxaca No hay datos. ?

6 Puebla Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata, Cocoyoc, Emiliano Zapata). 4

13 Puebla No hay datos. ?

20 Puebla D. F., Morelos (Emiliano Zapata). 2

12 Tlaxcala Estado de México, Morelos (Cuautla, Emiliano Zapata). 3

32

tipo de dieta se basaba en maíz, frijol, verduras yfrutas de la región, el consumo de tejidos animalesse basó en huevo y animales de cría. La enseñanzaculinaria se dio fundamentalmente en el núcleofamiliar, sobre todo de madres a hijas. Así la dietaal parecer se basó en maíz, frijoles, nopales, elotes,tortillas, verdolagas y quelites. En menor grado:papas, huevo, zanahoria, rábano, carne, habas,naranjas y plátanos.

Sin embargo, la alimentación de los padres ylas madres presentó diferencias según el lugardonde migraron. Un primer tipo lo presentaronquienes vivieron en algún momento en grandes opequeñas urbes. Esto contrasta con el patrón quetuvieron quienes pasaron la mayor parte de la mi-gración en albergues de jornaleros agrícolas. Revi-semos ambos.

Migración en las ciudades. Cuando la gentevivió en ciudades pequeñas (como Cuautla) ograndes (como la Ciudad de México) la forma deobtener los alimentos fue por medio de la com-pra en mercados o por intercambio. Obviamenteno hubo siembra, cría o recolección. Estos seadquirieron en mercados y plazas. Al parecerhubo más posibilidad de adquirir más variedadde productos, porque están a mejor precio. Sólouna de las informantes consideró que su dietaempeoró en el D.F. porque la renta de la vivien-da era más cara.

La dieta se hizo más variada y con mayorcantidad. Pero además hubo la posibilidad deconocer nuevos alimentos y aprender a prepararplatillos distintos a los de sus lugares de origen.Como se mencionó en el fragmento del relato,los compañeros de trabajo (albañiles o sirvien-tas) fueron gente que enseñó al migrante a cono-cer otros alimentos y preparar nuevos platillos.

Aunque no lo refirieron, es muy posible queel contacto con medios de comunicación(especialmente radio y televisión) influyeratambién en estos cambios. Durante el estudio,observamos cómo, con la introducción de la luzeléctrica, las amas de casa tenían prendido eltelevisor toda la mañana y la tarde. Los niñosobservaban y pedían las golosinas que seanuncian en los comerciales de este medio decomunicación, pero también las mujeres veíanprogramas educativos con respecto aalimentación. Una vez que se introdujo el televi-sor, fue increíble observar cómo era cada vezmás difícil encontrar niños jugando en la calleen las tardes, esto último con relación a nuestraprimera visita.

Migración como jornaleros agrícolas. Como semencionó antes, para quienes estuvieron en alber-gues de jornaleros estacionales es muy probableque la dieta sufriera una fuerte restricción durantelos meses que trabajaron en estos lugares. Sin em-bargo, en varias de las historias de vida se observaque en muchos lugares se les regala a los jornale-ros productos que han sufrido algún tipo de daño,por lo que pueden consumirlos, venderlos ointercambiarlos.

En el momento en que se establecen en EZ. Segu-ramente uno de los momentos más críticos en lahistoria de estas familias fue cuando cayeroncomo “paracaidistas” en el cerro donde está lacomunidad.

Las condiciones de las primeras viviendas detrapo, sin agua y expuestos a alimañas, eranrealmente trágicas. Prácticamente todos los niñosfueron picados por alacranes. La dieta consistíasegún las rememoraciones en algunas verduras,frijoles y tortillas y en muy pocos casos seconsumieron productos de origen animal u otrotipo de cereales como el arroz. Estos productostenían que ser traídos en transporte público desdelos pueblos cercanos o Cuautla.

En ese entonces no había centros de abasto enla comunidad y tampoco comercio ambulante. Serecolectaba de los campos vecinos, pero muy poco.Carecemos de los datos, pero es posible que lasenfermedades infecciosas (sobre todogastrointestinales y respiratorias) se agudizaranen esta época.

A los 7-9 años de establecidos, cuando se hizoel estudio, el tipo de alimentación era ya más di-versa. Sin embargo, hubo familias que presentaronun patrón muy cercano al de sus lugares de origen(más rural), sobre todo aquellas que acababan deestablecerse en EZ y que venían directamente de sucomunidad. Esto se debió en muchos casos al pocoingreso económico que tenían, sobre todo paraquienes se dedicaron sólo al trabajo agrícola comojornaleros. Varias personas comentaron que la die-ta mejoraba según la temporada del año (algunosdijeron que en lluvias o en la época de calor), deacuerdo con el ciclo de la siembra. No obstante,otras familias tuvieron más recursos laborales ypudieron percibir algunos ingresos extra.

Varias familias construyeron pequeños huer-tos familiares y criaron animales de patio. Si bienlos terrenos no permiten un gran cultivo de estasespecies, se observaron otras estrategias para laobtención de alimentos como la recolección y elintercambio.

33

Durante los dos años del estudio se in-crementó el número de comercios locales y ventasambulantes de algunos alimentos. En este últi-mo caso llegaban comerciantes en bicicletas avender sus productos (por ejemplo pollo y pan),pero también camiones (como los de la empresaBimbo o Coca Cola) que vendían sus productosdirectamente a las familias, además de surtir lasmisceláneas del lugar. Pero las principalesfuentes de obtención siguieron siendo los mer-cados de las comunidades cercanas, especial-mente de la ciudad de Cuautla y Ozumba.

No obstante el aumento en variedad, fueposible observar que la dieta incluyó cada vezmás productos industrializados: sopa de pasta,refresco, pan empacado, botanas, pastelillos,sopas, etc., sobre todo si secompara con la que tuvieron losabuelos y los padres en suslugares de origen.

Es importante mencionarque algunas familias que ha-bían llegado recientemente a EZ(y que no tenían un itinerariomigratorio amplio) siguieron unpatrón alimentario similar al desus lugares de origen, aún cuan-do tuvieron acceso a otro tipode alimentos. Esto al parecerdepende mucho de si las muje-res conocen la forma de preparar nuevos pro-ductos, y a su vez, si tienen redes con otras mu-jeres a quienes puedan consultar. Es probableque cuando se carece de redes de parientes oamigas, las amas de casa tienden a no experi-mentar con nuevos productos o platillos.

Es importante mencionar que en los añosque duró la investigación, varias de las familiasrecibieron despensas del DIF, del programa Soli-daridad y PIAN del entonces Instituto Nacionalde la Nutrición Salvador Zubirán. A pesar deque la lógica de la entrega de estos productospretende que las familias tengan alimentos quecompleten su dieta, lo cierto es que la mayoríade ellas deja de comprar los productos que vie-nen en las despensas y usan el dinero en otrotipo de necesidades (transporte, escuela, fiestas,etc.). Así pues, en muchos casos la despensa noeleva los niveles nutricios de la población, aunquetiene una repercusión económica favorable paralas familias.

Al parecer lo que sí tuvo más impacto en EZfueron los desparasitantes que se entregaron en elprograma PIAN. También los cereales enriqueci-

dos que se dieron a los menores de un año y quelas madres sí administraron a sus hijos.

¿Transición alimentaria?Aunque Hugo Zemelman19 advierte que el

concepto de transición demográfica posee unaambivalencia de significaciones, es difícil negarque en el siglo pasado México tuvo cambios depoblación importantes relacionados con unatransformación epidemiológica y de alimentación.La presente investigación sugiere que en el caso dela población jornalera itinerante, estos últimostienen que ver con los cambios en políticasagrarias que favorecieron a las grandes empresasagrícolas exportadoras o a las medianas deproducción regional, desprotegiendo al pequeño

productor indígena.La estructura resultante fue

de una contratación de mano deobra jornalera temporal que pro-vocó un amplio y continuo mo-vimiento de familias campesi-nas que aprovecharon las dis-tintas temporadas de siembra ocosecha en el país o en paísesvecinos. Sin embargo, el fenóme-no migratorio fue más complejoy también intervinieron en élfactores como la curiosidad porvivir en otro lugar o la violencia

intradoméstica.Las encuestas alimentarias recientes muestran

la adopción cada vez mayor de alimentosindustrializados y de origen animal en nuestropaís. Sin embargo, en las familias estudiadas enEZ no había aún en los años noventa gran canti-dad de productos de origen animal en la dieta,aunque sí se observó la rapidez con la que se intro-dujeron en el comercio los alimentos industrializa-dos y la influencia de los medios de comunicación.

Así, la historia oral muestra a la alimentacióncomo un proceso complejo y cambiante, relaciona-do con las fluctuaciones del ciclo agrícolaestacional y el empleo, las relaciones familiares ode compañeros de trabajo, gustos personales, pre-sencia de medios de comunicación, lucha por teneruna vivienda propia, etc. En este sentido, el poten-cial de este recurso es innegable para escribir oreescribir la historia social y cultural de paísescomo los nuestros.

EpílogoÚltimo día en Emiliano Zapata. Nos queda pen-

diente algo de la antropometría y despedirnos de la

No obstante el aumento en varie-dad, fue posible observar que ladieta incluyó cada vez más pro-ductos industrializados: sopa depasta, refresco, pan empacado,botanas, pastelillos, sopas, etc.,sobre todo si se compara con laque tuvieron los abuelos y los

padres en sus lugares de origen.

34

NOTAS

1 Colaboraron en esta investigación: Gabriela Flores, GabrielaCadena, Ana Lucía Saldívar Benítez, Graciela Zetina, ademásde otras antropólogas de la ENAH.2 Entrevista con el Señor Marcelino García Gutiérrez, porMartha Cahuich, diciembre 1995.3 Partida Bush, Virgilio, “La migración interna”, en: Gómezde León Cruces y Cecilia Rabell Romero (coord.), La pobla-ción de México. Tendencias y perspectivas sociodemográficashacia el siglo XXI, (México, CONAPO, FCE, 2001), 403-443pp.4 Rabell Romero, Cecilia Andrea, “Introducción: el cambiodemográfico en las sociedades modernas”, en: Gómez deLeón Cruces y Cecilia Rabell Romero (coord.), La poblaciónde México. Tendencias y perspectivas sociodemográficas hacia elsiglo XXI, (México, CONAPO, FCE, 2001), 7-30 pp.5 La teoría de la transición demográfica y epidemiológicano propone que exista necesariamente linealidad ounidireccionalidad, no marca pues tendencias únicas ni“irremediables”. Me parece que existe consenso en el ámbi-to de demógrafos y epidemiólogos de que nuestro paísestá viviendo esta profunda transformación. Sepúlveda,Jaime y Héctor Gómez Dantés, “Origen, rumbo y destinode la transición en salud en México y América Latina”,IDRC/CRDI: CIID-Montevideo: Publicaciones, (http://www.idrc.ca/lacro/publicaciones/948756_s4.html, 2001),11 pp.6 Véase al respecto: Abelardo Avila Curiel, Teresa ShamahLevy y Adolfo Chávez, Encuesta Urbana de Alimentación yNutrición en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México,ENURBAL 2002, (México, INCMNSZ, 2002). También:Héctor Bourges Rodríguez, José N. Bengo y Alejandro M.O´Donell (coord.), Historias de la Nutrición en América Lati-

na, (México, Sociedad Latinoamericana de Nutrición, Fun-dación Cavendes, INCMNSZ, CESNI, Publicación SLANNo. 1, 2002). Así mismo: Cambios en la situación alimentariade México de 1990 a 2000 a través de un índice de riesgonutricional por municipio, (México, INCMNSZ, SLAN, 2003).Estas obras pueden consultarse electrónicamente en el sitiode la Sociedad Latinoamericana de Alimentación y Nutri-ción (SLAN): [email protected] No fueron estudiadas todas las unidades domésticas queintegran a la comunidad, sino básicamente aquellas quetuvieron niños menores de 5 años y que estuvieron contem-pladas dentro del programa PIAN.8 Partida Bush, Virgilio, “La migración interna”, 2001.9 Partida Bush, Virgilio, op. cit.10 Sánchez Saldaña, Kim, “Los niños en la migración fami-liar de jornaleros agrícolas”, en: Del Río Lugo, Norma, Lainfancia vulnerable de México en un mundo globalizado,(México, UNICEF, UAM, 2001), pp. 79-94.11 Sánchez Saldaña, Kim, “Los niños en la migración fami-liar de jornaleros agrícolas”, 2001.12 Sánchez Saldaña, Kim, op. cit.13 Sánchez Saldaña, Kim, op. cit.14 Sánchez Saldaña, Kim, op. cit.15 Entrevista con la familia Acevedo García, realizada porAna Lucía Saldívar Benítez, diciembre de 1995.16 Entrevista con la Señora Susana Gálvez, realizada porMartha Cahuich, diciembre de 1995.17 Sánchez Saldaña, Kim, op. cit.18 Sánchez Saldaña, Kim, op. cit.19 Hugo Zemelman, Problemas antropológicos y utópicos delconocimiento, (México, Colmex, Jornadas 126, 2000), pp.131-172 .

gente. En el camino pasamos por casa de doña Susana yla saludamos. Un pavo gris comía en el pequeño patiode su vivienda.

Fui a casa de don Marcelino. Quería entregarlecopias de las fotos que les tomé el otro día y despedirme.No había nadie.

Pesamos y medimos a varios bebés. Nos llevaron auno enfermo, con calentura. Regresando, pasamos porcasa de doña Susana. Nos tenía listo un mole. Habíaguisado el pavo que vimos en la mañana. Esto nos hala-gó y apenó. “No debió haberlo hecho”, fue el comenta-rio unánime de mis jóvenes estudiantes. La comida fuerealmente sabrosa. Después tomamos nuestro viejo carroy enfilamos por los cañaverales hacia Cuautla,platicando los incidentes del día. Cuautla nos recibiócon cenizas flotando y el olor a panela característico delos ingenios azucareros. Llegamos a Casasano, dondedormimos esa última noche.

35

traduccionesPolítica agrária ealimentação: ahistória oral de umacomunidade mexicanade agricultoresdiaristas imigrantesMartha Beatriz Cahuich Campose Lesly López Cruz

No século XX a população mexicanaapresentou mudanças demográficasimportantes. Uma delas foi a falta detransferência de pessoas que houve tantopara o interior como para o exterior doterritório nacional, além de câmbios nafertilidade, natalidade e mortalidade. Istotem sido interpretado pelos demôgrafoscomo um processo de transcisãodemográfica. O anterior tem sido tambémobservado na saúde e na alimentaçãoatravés das pesquisas epidemiológicas ede alimentação realizadas nos últimosquarenta anos. Conforme esta teoriatransita-se de um perfil associado àdoenças ligadas à´pobreza até patologiascrônico-degenerativas. No caso daalimentação a mudança tem acontecidoporque tem se trocado os alimentos quecorrespondem à padrões de auto-consumo rural para alimentosindustrializados e de origem animal. Todoisto desenha uma população emmovimento com mudanças altamentesignificativas em aspectos vitais. Todavia,os fatores que explicam estes fenômenossão realmente pouco conhecidos, foradas propostas baseadas em fatoreseconômicos, políticos e sociais muitogerais. Os cambios culturais que seproduziram e os impactos na alimentaçãoe saúde no nivel individual ou familiar sãoainda matéria de pesquisa. Nesse sentidoum dos recursos chave para compeendereste emaranhado é a historia oral.A presente dissertação aborda algunsaspectos da relação entre mudanças empolíticas agrárias, migração etransformação alimentar. Baséa-se numestudo que durou três anos da década denoventa numa comunidade mexicana deagricultores diaristas imigrantes. Combase em histórias de vida foramreconstruídos câmbios na alimentaçãodestas pessoas. A história oral mostra aalimentação destas pessoas como umprocesso complexo emutante,relacionado com as flutuaçõesdo ciclo agrícola saçonal e do emprego,as relações pessoais, presença de meiosde comunicação, luta pela moradia,violência intra-familiar,etc. Neste sentido, opotêncial deste recurso é inegável paraescrever ou reescrever a história social ecultural de países como os nossos.

Politique agraire etalimentation: l'histoireorale d'unecommunauté mexicainede journaliersagricoles migrantsMartha Beatriz Cahuich Camposet Lezly López Cruz

Au XXème siècle la population mexicaine aprésenté des changementsdémographiques importants. Un de cesderniers, c'est la grande mobilisation depersonne qu'il y a eu tant vers l'intérieur quevers l'extérieur du territoire national, outre leschangements dans la fécondité, la natalité, etla mortalité. Ceci a été interprété par lesdémographes comme un processus detransition démographique. Ce qui précède aété observé aussi dans la santé et dansl'alimentation à travers des enquêtesépidémiologiques et d'alimentation menéespendant les quarante dernières années.Selon cette théorie, on transite d'un profilassocié à des maladies en rapport avec lapauvreté vers des pathologies chronico-dégénératives. Dans le cas de l'alimentation,le changement a eu lieu parce que les ali-ments correspondant à des patronsd'autoconsommation rurale ont étéabandonnés par des aliments industrialiséset d'origine animale. Tout cela trace unepopulation en mouvement avec deschangements vraiment significatifs dans desaspects vitaux. Cependant, les facteurs quiexpliquent ces phénomènes sont en réalitépeu connus, au-delà des propositionsfondées sur des facteurs économiques,politiques et sociaux très généraux. Leschangements culturels qui se sont produitset les impacts dans l'alimentation et dans lasanté au niveau de l'individu ou de la famillesont encore une matière de recherche. Dansce sens, l'histoire orale est un des recoursclé pour comprendre ce treillis.Le présent travail aborde certains des as-pects du rapport entre les changementsdans les politiques agraires, la migration et latransformation alimentaire. Elle se base surune étude qui a duré trois ans des années90 dans une communauté mexicaine dejournaliers agricoles migrants. Sur la base derécits de vie, nous avons reconstruit leschangements alimentaires de cespersonnes. L'histoire orale montrel'alimentation comme un processuscomplexe et changeant, en rapport avec lesfluctuations du cycle agricole saisonnier etl'emploi, les relations personnelles, laprésence des médias de communication, lalutte pour le logement, la violenceintrafamiliale, etc. Dans ce sens, le potentielde ce recours est indéniable pour écrire etrécrire l'histoire sociale et culturelle des payscomme les nôtres.

Agrarian politicsand feeding: oralhistory of Mexicancommunity ofmigrating agrarianday laborersMartha Beatriz Cahuich Camposand Lezly López Cruz

In the 20th century Mexican populationshowed important demographic changes.One of it was high mobilization of people,both from inside and outside the country,which changed the spatial distribution indemographic terms. In other hand, thebest known demographic indicatorsshowed a unique behavior in the history ofour nation. All of this has been interpretedby the demographers as a price ofdemographic transition. According to thistheory, the Mexican population is movingfrom one natural historic patron of highmortality, high fertility and low life term toother patron in which both mortality andfertility decreases as the life term increase.This phenomenon has been also seen inhealth and feeding ways. So it seems aprofile associated to illness due to poverty(infectious diseases, many of them relatedto hunger and parasites) to degenerativechronic pathologies (many of them relatedto obesity). However, the factors thatexplain this phenomenon are really not fullyknown, outside proposals based in generaleconomical, political or social issues. Thecultural changes produced during thisprocess and the impact in health andfeeding ways in a familiar or individual levelare still matter of research. In short, theway in which politic process and decisionsaffected millions of Mexicans in the lastcentury is still to be defined.One of the key resources to understandthis grid of politic, social and culturalhistory is the oral history. This papercovers some aspects of the relationshipbetween migration and feedingtransformation. Based on a three yearresearch in the 90s, in a community ofmigrating agrarian day laborers, in theMorelos state, in which where analyzed dietchanges in 20 domestic communities.Based on oral history were reconstructedthe changes in the feeding ways of thispeople, since their where on theircommunities of origin and when theyleaved this communities and immigrate andwhen they established permanently in otherplaces.

35

36

Memoria y olvidodel asilo uruguayoNo debiera arrancarse a la gentede su tierra o su país, no a la fuerza.La gente queda dolorida. La tierraqueda dolorida.Nacemos y nos cortan el cordónumbilical.Nos destierran y nadie nos corta lamemoria, la lengua, los colores. Soy unaplanta monstruosa.Mis raíces están a miles de quilómetrosde mí y no nos ata un tallo, nos separandos mares y un océano.1

37

l siglo XX pasará a la historia como el siglo delos más graves delitos contra los derechos humanos,pero también como el siglo de la instauración y laproclamación del imperio de la ley.2 De ahí lanecesidad ineludible de que se analice y se conozcasobre los abusos cometidos en el pasado para que nose repitan en el futuro. Para realizar esta tarea, estadenuncia, “la historia oral es una necesidad... Es unimperativo.”3

“Los testimonios de las personas que se vierondirectamente afectadas por determinadosacontecimientos, estrategias, programas y acciones delos gobernantes, invasores y dictadores contribuyende manera importante a nuestra comprensión delpasado y constituyen una clave para encontrar lamanera adecuada de confrontar elpasado.”4

En el libro La orden ya fueejecutada, Alessandro Portelliapunta que “la historia oral esante todo un trabajo de relaciones:entre narradores e investigadores,entre hechos del pasado ynarraciones dialógicas delpresente; es un trabajo esforzado ydifícil, porque exige al historiadorel trabajo tanto en la dimensiónfáctica como en la narrativa, en elreferente y en el significante, en elpasado y en el presente, y antetodo en el espacio que corre entrelos dos.”5 La credibilidad de lasfuentes orales consiste en el hechode que, aunque no siempre corresponda cabalmente alos hechos, las posibles discrepancias y los erroresson hechos en sí mismos, signos reveladores queremiten al tiempo del deseo y del dolor, y a la difícilbúsqueda del sentido.

En la década de los setenta del siglo XX, elpueblo uruguayo, como otros de América Latina,sufrió la violación de sus derechos humanos porparte de los militares que tomaron el poder a sangre yfuego y para mantenerse allí persiguieron, torturaron,desaparecieron y mataron a miles de personas. Parasalvarse de ello, para preservar su libertad y su vidaalgunos uruguayos solicitaron y lograron serprotegidos a través de la institución del asilodiplomático.

Sobre el asilo político uruguayo, hay una escasahistoriografía6 que se limita al estudio de losdocumentos generados por el Estado, donde a losperseguidos se les niega su papel de actores y se les

deja reducidos a testigos, además sus relatos sonconsiderados como meras declaraciones con altocontenido de subjetividad, dentro de una perspectivareduccionista. La negación es el peor de los peligros:despojar a las víctimas de su pasado, a los muertosde su muerte. La negación puede hacer creer que elverdugo no persiguió, no torturó, no mató, que lasvíctimas no sufrieron, no murieron. La amnesiacolectiva que hoy amenaza con dejar de lado la me-moria de las violaciones de los derechos humanosdebe ser combatida con la recopilación de lasnarraciones de los supervivientes y su integración ala historiografía, en una posición mucho más centralque la que le ha sido reconocida hasta ahora.7

La política del olvido8 que han intentadoinstaurar algunos ex gobernantesha logrado bloquear hasta ciertopunto temas importantes de la me-moria.9 Sin embargo, no lo hanlogrado del todo, pues la memoriaes un relato que confiere sustanciaal presente al dotar al pasado deun sentido que proyecta el futuro.Las desconfianzas del porvenirencuentran sus certezas cuando elrecuerdo adquiere nitidez, y en esanitidez marca al presente suslímites y define su forma. La memo-ria se teje en y con los recuerdos ylos recuerdos revelan perspectivasencontradas. La memoria es lafacultad de recordar, de dejarhuella; es el rastro de las

experiencias que se vivieron; algunas de ellasreaparecen al ser invocadas, otras están ahí,esperando, y otras simplemente desaparecen.10

Para Alessandro Portelli: “la memoria no eshomogénea, sino que la construcción de sentido delpasado puede enfrentar variadas versiones,generándose un proceso denominado memoriadividida, es decir la existencia de variasinterpretaciones de un acontecimiento quedeterminan de manera diferente el modo en que ésterepercute en la comunidad. Es un mecanismo depoder, de control social que aprovecha diversosinstrumentos y mecanismos que van desde losrecuerdos individuales hasta soportes técnicos y quepuede adquirir diversas dinámicas sociales”.11

La categoría de la “memoria dividida” es hoyuna piedra angular del discurso sobre la guerra, laresistencia, las matanzas nazis. “Pero la memoria nose divide solamente entre distintas personas y grupos

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaAutoras Araceli Leal Castillo

Instituto Mora / México

Memoria y olvido del asilo uruguayo

Los testimonios de las personasque se vieron directamenteafectadas por determinados

acontecimientos, estrategias,programas y acciones de los

gobernantes, invasores ydictadores contribuyen de

manera importante a nuestracomprensión del pasado y

constituyen unaclave para encontrar la manera

adecuada de confrontarel pasado.

E

38

separados... La memoria se divide, de modo másdifícil y dramático, también dentro de las personas ydentro de los textos: no se trata de dos poemasopuestos sino de un mismo poema en el mismo libro. Yun modo seguro de no entenderlo es romperlo, yrepartírselo tomando cada uno el fragmento que leconviene.”12

El recuerdo es siempre una recreación de lo queverdaderamente sucedió, no es simplemente un ecodel pasado; es decir, la memoria, como interpretaciónde hechos del pasado se compone de pausas, deslicesy discrepancias. La memoria es básicamenterevisionista, constantemente hace juegos selectivos deomisión. Por ello lo que se olvida puede ser tanimportante como lo que se recuerda.13

La ausencia es tan significativa como lapresencia: en tanto que olvido y memoria sonprocesos activos, no puede interpretarse un olvidocomo deficiencia y un recuerdocomo simple reproducción de larealidad pasada.

Pero, cómo historiar lo queKlempner14 llama la “memoriaausente”, aquella que representael trauma.15 El autor afirma que“la víctima, con su narración,inicia el proceso de nacimiento yconocimiento del episodiotraumático pues el trauma antesde ser contado es una conmociónabrumadora, una ausencia aún noasumida como conocimiento.”16

De tal forma que sólo narrando losucedido, el torturado, elperseguido, el transgredidopondrá fin a un episodio que nopudo o no logró completarse, armar una secuenciaque no tiene final, que no ha alcanzado una solución,un desenlace y que, por lo mismo, ante sus ojoscontinúa estando en el presente y es actual en todossus aspectos.17 Para salir de ese “cautiverio”, espreciso iniciar un proceso curativo que permitareconstruir una historia, reeditarla, esencialmentereexternalizar el episodio transfiriéndolo a alguien,depositándola en otro exterior a sí mismo. De talforma que el testimonio surge como una de tantasposibilidades que tienen las propias víctimas paratrasladar la herida de la esfera individual al ámbitocolectivo.

Basándonos en los testimonios de losperseguidos políticos uruguayos así como en el delprimer secretario de la embajada en Uruguay,18 nosproponemos estudiar los detalles sobre la traumáticavivencia del asilo diplomático. Los registros orales

nos permitirán recuperar lo que Roland Freser19

denomina el “ambiente”, la “textura” de losacontecimientos vividos por los entrevistados. Conello podemos acceder a una visión distinta de unproceso histórico: a la mirada de la vida cotidiana delos individuos inmersos en ese suceso, los maticespersonales y emotivos; su manera de sentir y percibirlos acontecimientos y de percibirse a sí mismosdentro de ellos. Las entrevistas, como veremos,revelan muchas veces hechos desconocidos oaspectos ignorados de hechos conocidos.

El Uruguay ofreció siempre una imagen fuera defronteras y especialmente internalizada en su pobla-ción, de un país ejemplar, de sólido sistema político.La Suiza de América se caracterizó por un desarrollopolítico estable, con valores civilistas y europeos, decorte liberal, reflejo de una economía en desarrollo, deuna buena distribución del excedente económico y de

un nivel social elevado, era unasociedad alejada de los avatares yconvulsiones políticas que caracte-rizaron a América Latina duranteesa época. Sin embargo, a fines delsesenta una crisis global, iniciadauna década antes, provocó un cli-ma generalizado de inseguridadeconómica y por lo tanto generóuna marcada inestabilidad social.El sistema político comenzó a mos-trar una grave disfuncionalidad entorno a la representatividad de losintereses sociales y a su capacidadpolítica de respuesta a las deman-das crecientes al sistema. El 27 dejunio de 1973, el presidente JuanMa. Bordaberry decretó la disolu-

ción de las Cámaras; luego del golpe de Estado sobre-vino en Uruguay, al igual que en Brasil, Argentina yChile, una cruel dictadura militar.

Imbuidas de la Doctrina de Seguridad Nacionaly sobre todo de su concepto de lucha contra el enemi-go interno, las Fuerzas Armadas (FF.AA.) reestructu-raron el poder político y lo colocaron bajo su tutela. Alo largo de once años, los uruguayos sufrieron la polí-tica represiva del nuevo régimen, que tuvo como metael intento refundacional de una sociedad controladaen sus aspectos políticos: su objetivo era acabar contodo actor político que no fueran las propias FF.AA.La intromisión de los militares, se extendió a todoslos terrenos del Estado y de la sociedad: la economía,la política, la cultura, la educación, la prensa.

Para lograr su meta los militares acosaron, encar-celaron, desaparecieron y asesinaron a una cantidaddesconocida de opositores. Para salvar sus vidas,

El recuerdo es siempre unarecreación de lo que verdadera-

mente sucedió, no es simplemen-te un eco del pasado; es decir, lamemoria, como interpretación dehechos del pasado se componede pausas, deslices y discrepan-cias. La memoria es básicamente

revisionista, constantementehace juegos selectivos de omi-sión. Por ello lo que se olvida

puede ser tan importante como loque se recuerda.

39

una parte de los perseguidos se vio obligado a recu-rrir a un instrumento interamericano e internacionalde protección de los derechos humanos: el asilo di-plomático. La legislación internacional sobre éstetiene como objetivo principal proteger a los persegui-dos políticos; al mismo tiempo, convenir los derechosy las obligaciones de los Estados que conceden elasilo (Estados asilantes) y los que deben reconocerlo(Estados territoriales) para facilitar la salida de quie-nes obtienen la calificación de asilados.20

Sobre la situación uruguaya y el asilo de perse-guidos, un funcionario de la embajada mexicanarecuerda:

(...) los hechos condujeron a la disolución del Parla-mento el 27 de junio de 1973. Para entonces las cárcelesestaban llenas de presos políticos delas fuerzas armadas. El inicio de lospedidos de asilo coincide con la segun-da fase de la represión y está dirigidacontra los partidos políticos que ha-bían venido actuando conforme a laley: el Partido Comunista y el Socia-lista, además de militantes del FrenteAmplio... de otros supuestostupamaros... La fecha que podría seña-larse como clave fue en octubre de 1975,cuando caen en prisión directivos departidos políticos y del Frente Amplio,de allí la orden a los militantes de bus-car asilo para evitar la cárcel.21

Por su parte los asilados ubi-can con precisión su origen tempo-ral en su necesidad de salvar lavida ante las acciones represivasde los militares uruguayos; tienenclaro cómo el terrorismo de Estadoempujó a numerosos grupos dedisidentes a asilarse en la reducida sede diplomáticamexicana, sin importar edad, sexo, clase social, edu-cación. No tuvieron más opción que buscar asilo,abandonar su país y trasladarse a otro. Los testimo-nios de los perseguidos señalan:

(...) yo pedí asilo porque... estaba requerido desde elprimero de diciembre de 1973, cuando se ilegalizó a laFederación de Estudiantes Universitarios del Uruguay...los dos años... que transcurren desde el momento en que fuirequerido y que pedí asilo fueron bastante fluctuantes...Hubo períodos donde pude hacer una vida relativamentenormal... (otros en que) tuve que vivir... se decía de clan-destino... A fines del año 75 vino una ofensiva represivamuy fuerte... dirigida en particular sobre los estudiantes...

con un asedio muy importante sobre mi familia, periódicosallanamientos a la casa... Yo estaba totalmente indocumen-tado... mi posibilidad de movilidad... estaba totalmenteacotada... eso lleva a un desgaste muy grande un gran sen-timiento de inseguridad. Muchos compañeros cercanos...habían sido detenidos... se plantearon... condiciones desubsistencia extremadamente complicadas. Entonces... contodas las implicancias que tiene... uno se empieza a pregun-tar: ¿Hasta cuándo? ... uno se empieza a preguntar... si esproductivo permanecer... en el país en esas condiciones... tremen-damente angustiante... Eso y muchas razones de esa índole pesa-ron... entendía que debía salir del país, salí del país.22

(...) la dictadura había planteado una etapa de perse-cución a todo lo que era el movimiento cultural... ymayoritariamente [contra] la gente que... participaba den-

tro de la izquierda... la represión sehabía hecho muy fuerte contra todo loque era la cultura artística y sus mani-festaciones más evidentes. Es decir,como todos sabemos la coyuntura sedio a partir del golpe de Estado del27 de junio de 1973. 23

En general la experiencia deldesplazamiento forzado y delasilo implica una vivencia indi-vidual y, a la vez, colectiva de te-rror enmarcada por la ruptura delos referentes de orden, localidad ysentido a los que los sujetos estánhabituados. En Uruguay laviolencia y la confrontación ar-mada eran un ambientedesconocido antes de la décadadel sesenta, por ello la salidaobligada de algunos individuosconstituye un evento límite queanuncia la ruptura de los

elementos que mantenían la cohesión social y lanormalidad. Tal situación queda manifiesta en losrelatos de los asilados:

(...) pero el asedio sobre mí... me pesó ya demasiado...a eso se agregan elementos de tipo subjetivo, es decir, unenorme desgaste personal... de estar sometido a una...existencia en la cual prácticamente tenía vedada todaactividad normal... no podía acercarme a mi familia, nopodía trabajar, había sido expulsado del lugar del trabajo,no podía estudiar, no podía entrar a la Universidad de laRepública –que era el ámbito de socialización y de vidanormal mía–, no podía ir a un cine, no podía ir a unrestaurante, es una vida de enclaustramiento con su radiode acción muy, muy pequeño y vinculado... eso lleva a un

A lo largo de once años, los uru-guayos sufrieron la política repre-siva del nuevo régimen, que tuvo

como meta el intentorefundacional de una sociedad

controlada en sus aspectos políti-cos: su objetivo era acabar con

todo actor político que no fueranlas propias FF.AA. La intromisión

de los militares, se extendió atodos los terrenos del Estado yde la sociedad: la economía, la

política, la cultura, la educación,la prensa.

Para lograr su meta los militaresacosaron, encarcelaron, desapa-

recieron y asesinaron a una canti-dad desconocida de opositores.

40

desgaste muy grande, un gran sentimiento deinseguridad... Perdí el lugar de vivienda que tenía porrazones de seguridad elementales que se plantearon enese, en ese momento... es decir, unas condiciones desubsistencia extremadamente complicadas.24

(...) incluso algunas familias fueron despuésreconstituidas, porque la dictadura golpeaba a las per-sonas, pero en cuanto a tales golpeaba a las familiastambién... golpeaba núcleos familiares... golpeaba a lasociedad en su conjunto (pero) nosotros nos queríamosquedar, lo cual demostraba una buena intención y porotra parte una cierta ingenuidad, porque uno habla aveces del enemigo, pero vimos que era más enemigo delo que uno podía creer... O sea, estábamos jugando alenemigo desde nuestro punto devista, desde nuestros valores queobviamente son totalmente opuestosa los de ellos; y es un enemigo queno perdona... es ver cómo ellos nosmiraban a nosotros, digo, a“nosotros”, prácticamente, alconjunto de la sociedad...25

En el complejo contexto delpaís conosureño la embajadamexicana y el propio México seimpusieron como destino finalpara muchos perseguidos, poruna cadena de circunstancias.Entre éstas puede citarse el hechode saber que algún familiar oconocido ya había entrado a laEmbajada y que esto facilitaría supropio ingreso y aceptación. Otrofactor, quizá el más importante:que la embajada de México enUruguay era la única dispuesta arecibir a los perseguidos políticos.

Uruguay no había requerido conocer mucho de loque es esta institución [de asilo] en virtud de su ampliatradición, democrática e institucional... cuando yo llegoa la embajada de México, ya venía entonces con dosexperiencias fallidas. El primer recurso que yo utilicéfue ir a la embajada suiza (pero) “reboté” totalmente, atal grado que el embajador ni siquiera me atendió... Y alotro día volví a tener otra experiencia fallida en la em-bajada de Venezuela... esto me llevó a cambiar de opi-nión. Desde el punto de vista de su política exterior, losdos lugares que en ese momento mostraban mayor am-plitud justamente eran Venezuela y México. Particular-mente México, en cuya embajada ya había muchísimagente para ese entonces... 26

¿Por qué la embajada de México? Por la tradiciónque nosotros conocíamos de la política exterior mexica-na, también había sucedido... con los chilenos, nosotrosteníamos la referencia de que las embajadas no te echa-ban, ¿no? después las otras no tenías seguridad, ningu-na... Más o menos la de Venezuela acogió a alguna gen-te pero después, no había garantías de nada y las emba-jadas europeas no tenían el convenio de exilio (asilo).Entonces, México y además sabes qué, sinceramente yosiempre simpaticé con México, no sé por qué, por esapolítica exterior que nosotros, por la época revoluciona-ria, Emiliano Zapata y todo eso bueno, fueron vanguar-dia desde mi punto de vista social, desde principio desiglo, ¿no? Entonces simpaticé con México, con la mú-sica mexicana, con México, con las mexicanas, con las

películas, con todo, ¿no?27

El recuerdo común entre losasilados es el de una recepción favo-rable, en general. Incluso según al-gunos de ellos el asilo fue promovi-do y agilizado por los mismos fun-cionarios de la misión diplomáticamexicana en Uruguay.

(...) ya bajando en el piso delconsulado... a pesar de que yo ibamedio... camuflado... Pero... ya ba-jando del elevador en seguida... seme acercaron... dos o tres policíasque estaban ahí en la puerta del con-sulado... en seguida... me agarrarony... empecé a hacer un escándalotremendo... yo no sé de dónde saquéfuerza... porque ahí yo me prendí...no había Dios que me moviera... yolo que gritaba era “asilo político...Afortunadamente fue una fracción

de tiempo corta. Yo siempre digo que tuve una suerteenorme y además de suerte, la excelente actitud que tu-vieron conmigo... en el medio del escándalo sale estehombre, al cual le guardo un profundo agradecimiento,Gustavo –Gustavo Maza– sale, y además, con voz enér-gica grita: ‘¿Qué es lo que está pasando acá? ¿qué es loque pasa? esto es territorio mexicano’ ... los tipos mesoltaron... cuando Maza viene hacia mí y yo ahí mediogateando y protegido por él, medio a gatas, que me esca-bullo para adentro... Y, bueno, enseguida... me dijo...que tenía concedido el asilo.28

Yo conocía la embajada meses anteriores a mi in-greso para pedir asilo porque... estuvo asilado primeromi esposo... antes de que él saliera de la embajada nosllamó el embajador para... una cena para despedir a mi

En general la experiencia deldesplazamiento forzado y del

asilo implica una vivencia indivi-dual y, a la vez, colectiva de terrorenmarcada por la ruptura de losreferentes de orden, localidad y

sentido a los que los sujetosestán habituados. En Uruguay la

violencia y la confrontación arma-da eran un ambiente desconocido

antes de la década del sesenta,por ello la salida obligada de al-gunos individuos constituye unevento límite que anuncia la rup-tura de los elementos que mante-

nían la cohesión social yla normalidad.

41

esposo que salía esa noche hacia México. La circunstan-cia que nos llevó a nosotros a pedir asilo fue que tuvi-mos permanentemente un asedio... constantemente tenía-mos vigilancia. No obstante nos resistíamos a pedirasilo pensábamos que en algún momento aquella situa-ción podía cambiar, no fue así... unos amigos... nos avi-saron que venían por nosotras [fuimos] en el mismomomento... a Montevideo, directamente a la embajada.Tocamos timbre, nos recibe Servando que ya, a quienhabían conocido antes este y nos dice: señora que la traepor aquí... venimos a pedir asilo... el embajador nosrecibió y nos dijo: “al fin se decidieron”. Él ya nos ha-bía pedido antes... que nos asiláramos también.29

La embajada fue el lugar donde desapareció la distin-ción entre lo propio y lo impropio, lo imposible y lo posible,lo individual y lo colectivo. Esto es rememorado con sumaclaridad en los testimonios que siguen:

La cosa es que empezó a venir gente. Empezó a car-garse aquello y nosotros empezamos a bajar en la escaladel confort social. Al final terminamos durmiendo ochoen un recibidorcito... tendría dos y medio por tres... conniños... la embajada era un avispero; pero bueno, nohabía un lugar donde estarse tranquilo... Yo no teníaganas de leer y me puse a escribir un libro que despuésperdí, era imposible, es decir, hilvanar una frase y tratarde hacer un pensamiento era absolutamente imposible.

(Estuvimos) Cinco meses. Fíjate tu, te voy a con-tar una anécdota. Yo andaba por todos los rincones,metiéndome debajo de las escaleras, en los rinconcitosasí, más, más recónditos que se podía encontrar parapoder escribir algo, para poder aislarse, porque una delas cosas horribles es la pérdida de la privacidad... nohay un momento en que estés solo, no hay un momentoen que estés solo y, además no hay un momento pararecomponer el pensamiento.30

Los recuerdos se manifiestan de modos muydiversos: pueden ser redundantes o elusivos, pue-den tener la recurrencia del ritual o la ruptura dela negación; pero en todos los casos se elabora unasuerte de estrategia que otorga un repertorio desentidos y configura los relatos posibles para unacomunidad; inscribe en ellos su economía de me-moria y olvido, sus incertidumbres y sus certezas.La selección y la organización del pasado que losrecuerdos individuales y grupales trazan son lamanifestación de un trabajo activo de los procedi-mientos de construcción de la memoriaintersubjetiva, en la que se interrelacionan múlti-ples colectivos: familiares, grupales, sectoriales,sociales. La situación límite que vivieron losasilados uruguayos son prueba de ello:

Es decir, uno va dejando cosas por el camino, varecogiendo otras, es como un metabolismo. Yo algunavez he pasado por aquella casa, después que volví alUruguay, en la calle Puyol, en Carrasco; pasé algunavez, una o dos veces. Y... creo que nos ha faltado, meparece, lo digo, en general una dedicación, una capaci-dad, una paciencia, un cierto coraje –también en el sen-tido de valentía– para reelaborar esa experiencia colec-tiva, que de pronto se nos fue. Esa misma reelaboraciónse hizo de una manera dispersa, ocasional, conversacio-nes, no sé. De pronto, yo he escrito mucho de esos temas,pero no estrictamente sobre la embajada, lo que yo heescrito es sobre el exilio... como colectividad, no hemoshecho eso. Ahora, por qué no lo hicimos, qué es lo que noqueremos ver de esa experiencia... qué es lo que no que-remos ver de nosotros. Es también una derrota.31

(...) una anécdota fantástica que tenemos Anhelo, F.y yo... Un día decidimos ir a verla... en Puyol la casa(de la embajada de México) estaba... en Carrasco en lasegunda o tercera calle... Una noche bajamos en Puyol areconocer la embajada. Lo que... nosotros sabíamosexactamente en qué sitio estaba, es decir que estaba dellado como mirando opuesto a Miramar, estaba, eso losabíamos... nunca pudimos encontrar esa famosa casa.No la reconocimos, la conocimos de adentro haciaafuera y no la pudimos reconocer de afuera haciaadentro. Es decir, yo decía que era una, Anhelo otra... 32

Los testimonios rescatados y estudiados dancuenta de, como bien lo indican diversos especia-listas “momentos de gran dolor que se me han que-dado grabados en la memoria.”33 Esos registrosnos permiten apreciar, con intensidad y claridad,situaciones límite para cualquier ser humano.

Hubo momentos de angustia... una de las cosas quepara nosotros fue también muy preocupante fue el asilode Flora y de Bodner. Una pareja que entró a la embaja-da y que no pudo traer a su hijita... que la tenían bajovigilancia las Fuerzas Conjuntas34 y no la dejaban en-trar a la embajada, Laurita Bodner era una niñita dedos años. Esa situación fue tremenda, porque los padresllegó un momento en que dijeron que se iban de la emba-jada... porque ellos no podían soportar que su niña, quequedaba con su abuelita... no podían soportar esa situa-ción. Entonces pasó un mes largo, no sé cuánto tiempomás, que todos los días llegaba el embajador y le decía-mos: “¿Cuándo trae a Laurita?”... “no tengo noticias”.Llegó un momento en que sus padres ya no, no soporta-ron, entonces el embajador dijo: “No, no es posible, us-tedes no pueden salir de aquí porque no tiene sentido,ustedes igual no van a estar con su niña porque si uste-des salen de aquí los están esperando ahí afuera”. Esta-

42

ba vigilada la entrada permanentemente. Pero llegó undía, después de tantas gestiones y tantas cosas que elembajador iba y venía y trataba de obtener que los mili-tares entregaran a la niña, que dijo: “Mañana voy atraer a Laurita”. Bueno ese día ¿no? no te puedo decirlo que fue, estábamos todos esperando detrás de las ven-tanas hasta que llegó el embajador con la niña.35

La verdad es que el nivel de locura allá adentro eraimportante... me acuerdo que soñaba con un baño priva-do y con caminar por las calles... cuando nosotros entra-mos a la embajada, hablábamos despacito y nos contába-mos las cosas despacito, como si estuviéramos en la calle,eso es la primer cosa, y eso nos duró hasta México... Esa erauna sensación que se venía arrastrando de todo el tiempo.Yo creo que había un grado de inseguridad... la percibimos,cuando empezamos a estar cercados, era bastante obvio quepodían hacer con nosotros lo que quisieran. Existió la posi-bilidad de que tomaran la embajada...36

El miedo es una constante en los relatos de losasilados, estamos hablando de una emoción primariay detonante las más de las veces de acciones parali-zantes. Sin embargo, el miedo, bien manejado, puedeser el combustible que promueve actitudes creativas,reflexivas y protectoras. ¿Qué nos da miedo? El dolorfísico, la muerte, lo desconocido; el perder el sentidode nuestra vida, de la condición social, de las perte-nencias materiales; y, sobre todo, el saber que nuestraidentidad de alguna manera está entretejida por to-das esas cosas. En este contexto es claro que al trau-ma lo podríamos definir, siguiendo a algunos autores“como la realización de nuestros peores miedos,como la materialización de las experiencias que nin-gún ser humano quisiera vivir jamás.”37 Así lo mani-fiestan los protegidos por la embajada mexicana:

La última vez que me detienen, me tienen una sema-na... me interrogan... y después de dos días, me llevan adormir a Jefatura... (donde) están todos los presos. Enton-ces... cuando salí de esta última vez, le dije: “¿Ustedes mevan a dejar salir de este país o no?” Y, me dijo: “Si ustedpiensa que todo lo que dijo es cierto”. Digo: “No es que lopiense yo, sino que lo piensan ustedes”. Y en esa semana,que yo estuve presa, mis hijos fueron a visitar al padre alpenal y a Marcos, que era el mayor, tenía diez años, mimamá le dijo: “Decíle a tu padre que tu madre está de vuel-ta presa”, y entonces Jorge Dabo, que era el padre de mishijos, me mandó decir: “Decíle a tu madre que se vaya, queva a terminar ella presa”. Igual, con todo, estaba esperandoa ver si pasaba un milagro. Me soltaron y esa noche yo nodormí en mi casa, porque estaba con mucho miedo, me fui ala casa de unos amigos y esa noche, a las cuatro de la maña-na, volvieron otra vez a hacer lo mismo, o sea, me soltaron

el domingo a las diez de la mañana, y a las cuatro de lamañana del lunes volvieron otra vez. Echaron a todo elmundo para fuera diciendo que querían pedirme disculpasporque el procedimiento había estado mal hecho. Entoncesahí ya dije que la cosa estaba muy mal. Y, bueno, entoncesentramos a la embajada.38

(...) esa ambigüedad de la inseguridad... de que encualquier momento alguien podía entrar... no parallevarnos presos, sino para liquidarnos... nadie que entraba a lacasa podía salir. Pero Arauco un día que llegó un proveedor y sequedó la puerta abierta, se escapó por la puerta y yo salí atrás deél... el embajador se acercó y me dijo de todo, pero yo dije: “Yo novoy a dejar a Araujo y si me lo agarran”, entonces salí corriendoy lo pesqué en la vereda y me lo traje para dentro. Para mí... esaimpresión fue horrible...39

En la embajada eran las emociones personales yprofundas más que las polémicas ideológicas las queseparaban, pero sobre todo unían a las personas. Sinembargo, esto se da de inmediato y de modo indoloro,no faltaron choques entre grupos o las disputas porlos liderazgos. Pero ante todo, prevalecía laconciencia de lo que los unía: su condición deasilados. Además existía el deseo de que las familiassiguieran juntas. Como dice Portelli: “De esta tensiónentre necesidad de unidad y multiplicidad de hechono deriva una homogeneidad compacta, una ciertalínea política, sino que se evita que las personasemotiva o ideológicamente más frágiles se deslicenhacia posiciones reaccionarias.”40 Los testimonios delos asilados coinciden con lo anterior:

(...) había profesores... había pintores, artistas plásti-cos... y aunque había gente de otras fuerzas políticas, eranmayoritariamente del Partido Comunista. Eso homoge-neizó y permitió una convivencia civilizada, en términosgenerales...41

Es decir, de noche poníamos una fila de colchones...quedaban acomodados para tirarse... en la planta baja ha-bía un comedor de esos largos como con una mesa larga con20 personas o 30 personas, que ahí estaban todas las muje-res que no tenían pareja, mujeres, hijas que no tenían fami-lia, porque el criterio fue no separar las familias con quienconvivir, compartir, ¿no?42

Cuando fuimos a la residencia... había mucha másgente... más de cincuenta, sesenta personas (había un pro-blema de espacio). Pero había una disciplina... estábamosdos o tres familias por ejemplo en una pieza este... creo queotra familia, que éramos todos del mismo origen político,este... MLN43 y que además casualmente uno era... un ami-go mío de infancia.44

43

Vivieron en ella, como queda dicho, más de 280 sereshumanos, contados numerosos niños. Se les proporcionaronropa que no traían consigo, colchonetas, mantas, sábanas,almohadas, etc., se ubicaron, por núcleo familiar en todoslos rincones de la casona.45

En todo momento la amenaza de represión gene-ralizada que vivía el país estaba presente en la emba-jada, era una realidad que todos habían experimenta-do y aprendido a temer, con la pérdida de familiares,amigos y conocidos. Ante tal situación los asiladospercibían a la embajada como una especie de “paraí-so”, independientemente de las condiciones reales dellugar que no eran del todo óptimas, por falta de infraes-tructura para atender a un elevado número de personas.Los recuerdos de los perseguidos son prueba de ello:

(...) imagínate, era una casa habitación para una fami-lia... muy linda, pero no era para albergar ni quince perso-nas... entrados ahí ya vimos que la distribución de las per-sonas iba a ser totalmente distinta a lo que habíamos vistoantes, ahora había dormitorios para mujeres, para hombres,para niños porque había de todas las edades: había matri-monios con hijos chiquitos, había gente mayor, entonces eramuy variado. Entonces, bueno ya nos incorporamos al gru-po que día a día iba aumentando porque desde que entra-mos nosotras siguió, siguió el flujo de tal manera que cuan-do nosotras pudimos salir en marzo, ya eran más de cientoy tantas personas que estaban... adentro de la casa... Enton-ces, de todas maneras estábamos permanentemente protegi-dos. Digamos, el haber entrado a la embajada fue en nues-tro caso, y me imagino que de la mayoría, un alivio a esatensión constante que vivíamos estando fuera de... de laembajada, en la calle, en nuestra casa porque de todos ladosnos veíamos asediados, perseguidos y en peligro... teníamosprotección, pero absolutamente fue un alivio tremendo, fue comohaber llegado a la libertad dentro de cuatro paredes.46

(...) lo que me acuerdo es que íbamos entrando... Peroobviamente como niño sabía que algo estaba extraño... Bue-no hay una serie de anécdotas, ¿no? Como el hecho de quequería colgar una sábana (para escapar)... porque pensabaque estábamos presos ahí. Bueno hasta que mis padres meexplicaron que no que estábamos por nuestra voluntad. Deahí nos pasaron a la embajada... a la casa del embajador... eldomicilio particular del embajador que me imagino que comobuen domicilio tiene también inmunidad diplomática.47

Pese a que los asilados vivían en un ambiente deflagrante violación de sus derechos humanos, se pro-dujeron cotidianeidades que permitieron dar conti-nuidad a la vida con un enorme esfuerzo de solidari-dad humana. En medio de un encierro colectivo demás de 100 personas en un mismo momento, poco a

poco se fueron generando rutinas que permitieronresolver aspectos esenciales como la higiene, la ali-mentación. De igual forma se desarrollaron activida-des recreativas, culturales, sociales y educativas quese transformaron en un atenuante para la angustia ylas tensiones emocionales. Los asilados lorememoran de la siguiente manera:

Los asilados demostraron un alto sentido de organiza-ción comunitaria a efecto de aliviar situaciones harto difíci-les en la ubicación de cientos de ellos en una amplia resi-dencia con comodidades, sí, pero para una familia de nomás de 8 o 10 personas. Vivieron en ella... más de 280 sereshumanos, contando numerosos niños. Se les proporciona-ron ropa, que no traían consigo, colchonetas, mantas, sába-nas, almohadas, etc., se ubicaron por núcleo familiar entodos los rincones de la casona. El uso de baños fue inteli-gentemente distribuido, así como los horarios, el lavado deropa y limpieza general de toda la casa, incluido el sótano,cuarto de “servicio”, garaje, etc., se vivió de suyo, siemprecon una gran pulcritud y limpieza. Llama la atención laforma y disciplina para la hora de alimentos, tres al día, yde estudio, de lectura, de trabajo, para cada uno de ellos.48

Éramos un montón de gente circulando. Había rondasy tareas para todos ¿no?, las tareas las repartíamos noso-tros, pero la señora que trabajaba en la embajada era la quedecía qué era lo que se debía hacer ¿no? Entonces eso, nosarreglábamos turnos para comer, los chiquilines primero,turnos para los adultos... Había una comisión de conviven-cia... en la comisión se veían las cosas que estaban pasando,estaba presente el embajador, se conversaba con él... estacomisión de convivencia centralizaba todos los pedidos quese le iban a hacer al embajador.49

El aseo y la higiene eran un problema, se dividierontareas. Había muy pocos baños, entonces teníamos, creo queeran cuatro baños semanales, de hecho, una cosa así, y era

44

complicada la situación, era bastante complicada la situa-ción. Y bueno, y las tareas también parece que se repartie-ron según la conducta, y esa conducta era un poco ideológi-ca también... Pautaban los días, sí, sí, por ejemplo, los do-mingos siempre se organizaba una asamblea.50

La organización desde el punto de vista sanitario, lahigiene ¿no? había que bañarse, se bañaban las parejasjuntas para que de paso tuvieran su momento de expan-sión. Y sí, porque también se expansionaban, esas ya sonanécdotas. Sí se sentían algunos ruidos sospechosos en lanoche, pero claro, todo el mundo se hacía el distraído ynavegábamos con bandera de tolerantes ¿no? Mientrasestuvimos ahí no ocurrió nada así, se cuidó mucho todolo que podía ser una pequeña epidemia, cosas de esetipo, entonces por eso estaba la división del trabajo, lasbrigadas de limpieza, bueno, de vigilancia, de todo¿no? de todo. La higiene se cuidó de una manera ex-traordinaria, ahí prácticamente el embajador nos dejólas manos libres para eso, aparte que siempre había con-versaciones con él de todo lo que ocurría.51

Relatos de actos de resistencia son raros en losasilados.

(...) Cuando... el ejército pone el cerco más estrecho,no nos dejan salir ni a tomar [el sol en] el patiecito chi-co... se temía por el asalto. Yo estaba casi seguro de queun asalto a la embajada de México implicaba un preciopolítico demasiado alto... Suponíamos que si entrabanen la embajada, alguna resistencia había que hacer... Loprimero que pasó fue que alguien una noche me llama...me dice: “tenés que conseguir un fierro”... De golpe, almismo tiempo, hubo treinta tipos despiertos toda lanoche turnándonos viendo a la milica. (Pero) Si losotros se proponían entrar, iban a entrar por todas laspuertas... (Aunque) El embajador después en Méxicome dijo: “Anhelo, me parece que usted no sabe que sí,que manejaron eso del asalto a la embajada”. Yo estabaequivocado.52

En determinado momento se advierte que hay pre-sencia militar y podría pensarse que se generó una si-tuación de intranquilidad y de temor, es posible quemucha gente lo haya vivido así. Yo personalmente no,no, no lo viví así sinceramente, me parecía que estabatotalmente fuera del libreto que hubiera una invasión ala embajada. Sí, es cierto, mucha gente lo vivió con bas-tante tensión digo, no era para menos ¿no? hacíamosguardias permanentemente. Se organizaban guardiaspara tener un cierto control sobre el predio. La preocu-pación no era tanto una invasión, sino como algunaclase de, de provocación que pudiera ocurrir, provocaruna detonación desde afuera que fuera atribuida a los de

adentro, cosas de esa índole ¿no? Sin saber exactamentebien qué, pero es posible sí que mucha gente estuvieramuy preocupada por esa eventualidad, pero yo lo tengomuy claro que para mí estaba totalmente fuera de libre-to, no se me ocurría que entraran los militares o lasfuerzas conjuntas.53

Otra expresión de resistencia, por llamarla dealguna manera, se vincula con las formas decoexistencia en el ocio, momentos que los asiladosdescriben con entusiasmo. Y es que a pesar de ladesolación del encierro, las limitaciones conquetenían que convivir los asilados, cantaban,declamaban, organizaban conferencias, debates.Se trataba de actividades permanentes y regulares.Años después los asilados recuerdan el enormesignificado moral que tuvieron esas actividadesculturales autónomas y autoorganizadas. Conellas, los asilados sentían renovar su coraje devivir, al sentirse capaces de desempeñar algunaactividad. Con esta práctica de cultura yeducación, compensaban la monotoníaanestesiante del aislamiento y la depresión que seproducía en muchos. Si sus pensamientos y supráctica se concentraban en la supervivencia, se tratabaaquí también de sobrevivir como seres humanoscivilizados. Muchos de los asilados veían a estasactividades como una forma de resistencia, ya que laintención de la dictadura era la de aniquilarlos tantofísica, como moral y culturalmente.

(...) tuvimos que organizar actividades porque noera fácil... la convivencia en una casa... que de pronto seve... invadida por una cantidad de gente que no cabeprácticamente y que tiene que caber porque no hay deotra. Entonces ¿qué hicimos? tratamos de organizaractividades para los chiquitos... no era fácil porque todoel tiempo sobrevolaba un helicóptero sobre el jardín dela embajada y nosotros teníamos miedo de que, en algúnmomento, nos pudieran quitar algunos de los niños...organizamos que las jovencitas cuidaran a los más chi-quitos y los sacaran durante algunas horas, algún rato,cuando se pudiera al jardín. Los que ya estaban en edadde poder dibujar o hacer otras actividades como de jar-dín de niños, bueno los organizamos; el embajador nostrajo papel, pinturas, colores, todo. Y otra cosa quequiero señalar y es que no pasó un sólo cumpleaños deniños en que el embajador no llenara la embajada deglobos y de confituras y de todo... Yo era la maestra(digamos la que dirigía la organización) de que seprodujeran las actividades educativas y recreativas.54

La verdad es que había un potencial muy grandepara poder encarar una actividad, un tipo de activida-

45

des que fueron como un factor regulador, socializador yal mismo tiempo de, de, de aprovechamiento del tiempode, de alguna manera, ¿no? Estábamos en buenas condi-ciones porque tenían un elenco teatral casi completo,estaba el Galpón55, este... (...) artistas, plásticos, en finde distintas disciplinas, bueno había gente de letras,poetas connotados, había historiadores.56

(...) inventamos actividades, inventamos activida-des sociales, culturales. Bueno, naturalmente corría eltruco, corría, este... había gente que hacía ajedrez, otraque hacía tatetí, al final yo terminé dando clases de pin-tura, sin ejemplos visuales...57

En medio del dolor que en general significabadejar familia, hogar, trabajo, la sola idea de salirdel país donde se había sufrido persecución, in-cluso cárcel por razones políticas, generaba paraalgunos una esperanza de vida. Así lo evocan lospropios cautivos-protegidos:

Bueno, la idea era como cruzar un puente ¿no? yoviajaba con una gran incertidumbre no sabía exacta-mente qué era lo que iba... había estado en México, peroapenas dos o tres días, ¿no?, no sabía, no tenía ni lamás mínima idea... no estaba muy seguro de que me ibaa quedar en México porque en ese momento había ungran flujo, de no sé si sustentado en un acuerdo conMéxico o por intereses personales, o intereses políticos.El hecho es que muchos de los asilados que llegaban a,a, a México desde Uruguay o unos cuantos de ellos te-nían la opción de viajar a algunos de los países de loque entonces era la comunidad socialista: Unión Sovié-tica o a Checoslovaquia o a la RDA.58

No, no pensé en lo que dejaba, cuando salí este... laidea central era este... salir a una nueva vida, una nuevaesperanza, una nueva expectativa... y por supuesto, elrecuerdo para mi hermano que estaba preso, estuvo pre-so hasta el ochenta y cinco y para mis compañeros, pero,te digo, la noción vital mía era, salgo a una nueva vidano voy a recordarla no, no era de pesadumbre sino deexpectativa.59

En la medida que el asilo es un recurso desobrevivencia, donde la persona no ha tenido laopción de elegir y ha debido irse de su país por elriesgo de ser asesinado, su proyecto de vida inme-diato es el retorno a su patria. El asilado no se per-cibe a sí mismo como un emigrante, por tanto vivecon la expectativa de que esta situación cambie enun lapso breve y se produzca el regreso. Nuestrosinformantes nos permiten reconstruir el corto tiem-po de la esperanza, a la vez que la inexorable reali-

dad de un retorno a Uruguay que se hace imposi-ble en lo inmediato. Así lo encontramos en los rela-tos de los asilados:

Todo está ahí, y entonces ese problema, esa dicoto-mía que se genera cada cual la va resolviendo como pue-de, unos la resuelven quedándose en México, otros yen-do y viniendo, otros yendo hasta Uruguay. Porque elque está allá sueña con México, viene acá y sueña conUruguay.60

Volví en noviembre del 84... ésa era mi promesapersonal... cuando salí; que iba volver el primer día quepudiera volver, inmediatamente saqué mi pasaporte ymi pasaje, y nos venimos o sea, de la misma manera...que cuando fuimos, nos fuimos abiertos, cuando volvi-mos, volvimos igualmente abiertos no teníamos arreglode trabajo... vendimos el apartamento... Sin nada, igualque no planifiqué irme, no planifiqué volver...61

Como menciona Marcelo Viñar, el asilo hahecho referencia siempre al destierro como formaterrible de castigo, de venganza, de agresión; es laexpresión de la violencia que ejerce una parte de lasociedad contra otra; cuando huye, al perseguidopolítico lo abraza el término de desterrado. “Noeligió irse, lo expulsaron fue la opción que le que-dó: huir antes de caer preso o morir. Pero en supatria quedan los otros, insilados. Si aquellos sondesterrados, éstos quedan soterrados, enterrados,todos aterrados, desolados.”62 El siguiente relato esprueba de ello:

46

Se respondía a esa situación reelaborándola despuésde una práctica social determinada por el regreso,reinsertándose, como se decía, en la sociedad uruguaya quehabía cambiado tanto y que en alguna medida nos recha-zaba, porque eso ocurría también. Se distinguió a los queestaban y de los que se habían ido y volvían. Eso fue muydoloroso, es decir, la dictadura hizo una separación y lagente que se suponía que debía luchar contra la dictadura,o que estaba en contra, hizo también la separación. Así,como nosotros cuando llegamos a México también lo ha-cíamos; hablo en general, o sea, hacíamos separaciones conrespecto a lo que se consideraba que era México. Actitudes,incluso hasta de rechazo hacia la sociedad que te recibía,eso pasó, de rechazo y de agresividad. Y... claro se daba untraslado de estos ánimos negativos, pero no estoy hablan-do de moral, no hablo nada más que de conducta... inclusoconducta motivada de pronto por impulsos no conscientes,porque después de todo la gente estaba muy lastimada.Porque no en vano era un castigo de exilio... hasta en laGrecia clásica, era el ostracismo… que se hacía la inscrip-ción del decreto… y te la entregaban para que te fueras. Y,además, es producto del mar. Ahora te ponemos el mar enmedio, el mar de la separación simbolizaba el pedazo deostra en donde estaba decretado tu destierro. Y yo creoque eso es de las peores cosas que le puede pasar a unapersona...63

La construcción, la invención de una patria esuno de los principales problemas para los que regre-san, sobre todo los jóvenes, luego de ser desarraiga-dos del país en que se criaron. Esto se exacerba alconstatar un desajuste entre lo narrado y lo encontra-do, lo que provoca que Uruguay se viva como la pa-tria de los antepasados y no como la propia. Uru-guay es el lugar donde está la familia y ese deberíaser un vínculo con suficiente fuerza como para per-mitir el encuentro de referentes útiles; sin embargo, eldesarraigo lleva a veces a que retornados, en especiallos jóvenes hagan cortes radicales con sus entornossociales y familiares como un modo de rebelarse contraesa salida obligada. Un joven asilado lo evoca así:

(...) no es que haya sido un martirio … pero los cuatromeses en la embajada … me marcaron para el resto demi vida … o sea en donde obviamente se definió par-te de lo que en la actualidad soy … O sea obviamen-te, así o sea no, no me convertí en asesino múltiple...Pude desarrollar una vida normal... pero la relaciónque establezco con la gente obviamente está marcada poruna estancia de cuatro meses en la embajada en Uru-guay, está marcada por las vivencias pre estancia, o seaque ya en el país se vivía una situación de dictadura ycomo niño o sea, como hijo de unos padres que bueno,están en contra de una dictadura y que están luchandocontra esta dictadura, este, tú lo percibes, ¿no? y des-

pués obviamente lo que es ese, o sea la embajada en sí loque es, o sea después, después viene el exilio, ¿no? Quees otro, que es otra historia. Entonces obviamente estámarcado lo que es, o sea la embajada es un gran parteaguas… O sea de pasar de una vida, en donde tu mundoes tu familia y el mundo, no hay más mundo más alláde Uruguay … Porque para los niños creo que eso esmuy difícil, a pasar a un mundo que bueno, hay cosasmás allá... Entonces o sea, saber que el mundo es muchomás extenso, entonces sí es un parte aguas muy impor-tante... no... fue así una cosa ¡ah! ... no... fue un sufri-miento tampoco, o sea pero creo que sí es un parte aguasimportante… la verdad es que yo no quería irme delpaís no o sea volar en avión es bonito pero volar enavión y regresar al mismo punto … despegar enCarrasco y aterrizar en Carrasco eso es lo bonito, perodespegar de un punto para salirte y llegar a otro eso no,eso no creo que sea muy bonito sobre todo… que quiénsabe cuando vas a volver no, o sea que es un vuelo sinretorno... o sea eso sí estaba muy implícito en la despe-dida con la familia... yo me imagino que es el recuerdo...el por qué recuerdo esa noche en particular que es laúltima noche no, o sea es un adiós y es un adiós pero estambién un hasta luego, bueno es nos vemos pronto.64

Consideraciones finalesEl recuerdo personal, cargado de sentido para

quien lo conserva y la reinterpretación de que esobjeto desde el presente, constituye un registro oralfundamental. Aunque se trata de experiencias quemuchas veces sólo se traspasan de manera infor-mal y abreviada como anécdotas privadas de fami-lia o de grupos afines; forman parte de un contextomayor; por ello la necesidad de rescatarlas, conser-varlas y difundirlas.

La combinación de fuentes orales y escritaspermite reconstituir una memoria colectiva eneste caso del asilo, a partir de una pluralidad devoces y recuerdos, donde más allá de las parti-cularidades de las experiencias vividas por ladiversidad de situaciones que caracterizaron elasilo uruguayo, es posible encontrar lugares dememoria comunes, que pueden erigirse en re-flexiones sociales capaces de concretarse yobjetivarse más allá de su propia subjetividad.

La creación de fuentes orales sobre hechostraumáticos se vuelve esencial, no sólo paracompensar la inexistencia de fuentes tradiciona-les –un motivo que sería suficiente por sí mismo–sino también, y principalmente, para garantizarla centralidad de la perspectiva de las víctimasy prevenir su marginalización, o incluso su des-aparición. Debemos activar la memoria, sin ver-güenza, para que el testimonio corrija el olvido,con responsabilidad y con derechos humanos.

47

NOTAS

1 Juan Gelman citado en Maren y Marcelo Viñar, Fracturas de lamemoria. Crónicas para una memoria por venir, Montevideo,Trilce, 1993, p. 10.2 La Declaración Universal de los Derechos Humanos de laUNESCO y el Convenio de Ginebra de 1949, que está en elorigen de la Convención contra el Genocidio, el Pacto Interna-cional sobre Derechos Civiles y Políticos y la Convención contrala Tortura, sentaron una base para el reconocimiento del valory la dignidad de quienes fueron víctimas de abusos en el pasa-do.3 Dora Schwarzstein, “Fuentes orales en los archivos: desafíos yproblemas” en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 27,año 2002. p. 1674 Coetzee, Jan K., “Narrando el trauma. Introducción a A.Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catrla” en Historia,Antropología y Fuentes Orales, Nº 24, año 2000, p. 31.5 Alessandro, Portelli, La orden ya fue ejecutada: Roma, las fosasardeatinas, la memoria, Buenos Aires, FCE, 2004, p. 266 Los libros de Silvia Dutrénit y Guadalupe Rodríguez de Ita,Tras la memoria: el asilo diplomático en tiempos de la OperaciónCóndor y Asilo diplomático mexicano en el Cono Sur son honrosasexcepciones.7 “Este desplazamiento del centro de atención, desde una com-prensión de la historia a partir de un enfoque ‘macro’, colecti-vo, estructural y en gran escala, a unos análisis ‘micro’ de laexperiencia, la evaluación y la interpretación individuales,representa algo más que una mera sustitución del colectivismometodológico por el individualismo metodológico. El centro deatención se desplaza sobre todo hacia un situacionalismometodológico, que contempla la situación en la que han tenidolugar la acción social como la experiencia individual.” Coetzee,Jan K., op. cit., p. 31.8 “La definición de olvido como pérdida del recuerdo tomaotro sentido en cuanto se percibe como un componente de lapropia memoria. La memoria y el olvido son solidarios y nece-sarios ambos para la ocupación completa del tiempo”. “Elolvido nos devuelve al presente, aunque se conjugue en todoslos tiempos: en futuro, para vivir el inicio; en presente, paravivir el instante; en pasado, para vivir el retorno; en todos loscasos, para no repetirlo. Es necesario olvidar para estar presen-te, olvidar para morir, olvidar para permanecer fieles.” MarcAuge, Las formas del Olvido, Gedisa, España, 1998, pp. 20y 104.9 “La memoria es el mecanismo de registro, retención y depósi-to de informaciones, conocimientos y experiencias que movili-za capacidades de orden psíquico que permiten a los sereshumanos actualizar impresiones o informaciones pasadas.”Ulpiano Becerra de Meneses, “Historia, cativa da memoria.Para un mapeamento da memoria no campo das CienciasSociais” en Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, São Paulo,Nº 34, 1992, pp. 9-24.10 Alberto Saldarriaga, “Imagen y memoria en la construccióncultural de la ciudad” en Torres Tavares y Fernando Viviescas,La ciudad: hábitat de diversidad y complejidad, Colombia,Universidad Nacional de Colombia, 2000, pp. 161-163.11 Alessandro Portelli, “O massacre de Civitella Val di Chiana(Toscana, 20 juhno de 1944): mito e politica, luto e senso co-mum” en Marieta Ferreira y Janíana Amado (organizadoras),Usos y abusos da historia oral, Río de Janiero, Editora FundaçaoGetulio Vargas, 2002. pp. 103-130.12 Alessandro, Portelli, op. cit., 2004, p. 256.13 Dora Schwarzstein, op. cit., 2002, p. 172.14 Mark T. Klempner, “Llevar a buen término entrevistas bio-

gráficas con supervivientes de un trauma”, Historia,Antropología y Fuentes Orales, segunda época, Nº 23, 2000,p. 144.15 El psicólogo Charles R. Figley explica que “un acontecimientotraumático ocurre cuando una persona experimenta unacontecimiento fuera del rango de la experiencia humana usualque puede estar considerado como horrible para casi todo elmundo...” Ibid. p.135. Apud. Burnout in families: the systemiccost of caring, New York, CRC Press, 1998. p. 716 Ibíd., p. 138.17 Ibíd., p. 139.18 Las fuentes orales utilizadas fueron creadas en el marco delproyecto Asilo y dictaduras, coordinado por Silvia Dutrénit yGuadalupe Rodríguez en el Instituto Mora en 1997.19 Roland Freser, Recuérdalo tú y recuérdalo siempre, T. I, Crítica,Barcelona, 1979. Citado en Dora Schwarzstein, “Historia Oraly memoria del exilio” en Estudios sobre las culturas contemporá-neas, vol. 3 Nº 8-9 (1990), p.152.20 En 1954 en la X Reunión Interamericana, en Caracas, se sus-cribió la Convención de Asilo Diplomático. En específico seestableció que el asilo es un derecho soberano de los Estados.Éstos pueden concederlos o no de acuerdo con sus intereses.Ver Convención sobre asilo Diplomático suscrita en la Décima Confe-rencia Interamericana, Caracas 1-18 de marzo, Secretaría Gene-ral/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. (Serie Tra-tados, 18.)21 Entrevista a Gustavo Maza realizada por GuadalupeRodríguez y Silvia Dutrénit, ciudad de México, México, 18diciembre de 1997. PHO14/21.22 Entrevista a Jorge Landinelli realizada por Gerardo Caetano,en Montevideo, Uruguay, 17 de marzo de 1997. PHO14/28.23 Entrevista a Saúl Ibargoyen realizada por GuadalupeRodríguez, en México D. F., 25 de septiembre de 1997.PHO14/27.24 Jorge Landinelli, entrevista citada.25 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.26 Entrevista a Federico Falkner Dufourd realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, ciudad de México, México,11 de marzo de 1997. PHO14/24.27 Entrevista a Walter Martínez realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, 30 de septiembre de 1997.PHO14/3028 Federico Falkner, entrevista citada.29 Entrevista a Emilia Anyul de Puchet realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, Ciudad de México, 5 demarzo de 1997. PHO14/22.30 Entrevista a Anhelo Hernández realizada por GerardoCaetano en Montevideo, Uruguay, 20 de diciembre de 1996.PHO14/25.31 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.32 Ida Holz, entrevista citada.33 Wendy Rickard, “Historia oral, trauma y tabú” en Historia,Antropología y Fuentes Orales, Nº 23, año 2000, p. 133.34 Aparato de represión integrado por militares y policías.35 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.36 Entrevista a Ida Holz realizada por Gerardo Caetano, Monte-video Uruguay, 16 de diciembre de 1996. PHO14/26.37 Mark T. Klempner, “Llevar a buen término entrevistas bio-gráficas con supervivientes de un trauma”, Historia, Antropolo-gía y Fuentes Orales, Nº 23, 2000, p. 144.38 Entrevista a Nylia Nieto realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 17 de diciembre de 1996. PHO 14/3339 Ida Holz, entrevista citada.40 Alessandro, Portelli, op. cit. 2004, p. 279.41 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.

48

42 Ida Holz, entrevista citada.43 Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaro).44 Entrevista a Antonio Elías realizada por Gerardo Caetano,Montevideo, Uruguay, 26 de diciembre de 1996. PHO14/23.45 Gustavo Maza Padilla, entrevista citada.46 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.47 Entrevista a Andrés Keiman realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, julio de 2001. PHO14/34.48 Gustavo Maza Padilla, entrevista citada.49 Nylia Nieto, entrevista citada.50 Entrevista a Maluza Stein realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 18 de diciembre de 1996. PHO14/33.51 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.52 Anhelo Hernández, entrevista citada.53 Jorge Landinelli, entrevista citada.54 Emilia Anyul de Puchet, entrevista citada.55 Grupo teatral. Asilados en la embajada de México en Uru-guay.56 Jorge Landinelli, entrevista citada.57 Anhelo Hernández, entrevista citada.58 Jorge Landinelli, entrevista citada.59 Antonio Elías, entrevista citada.60 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.61 Antonio Elías, entrevista citada.62 Marcelo y Maren Viñar, op. cit., p. 10.63 Saúl Ibargoyen, entrevista citada.64 Andrés Keiman, entrevista citada.

BIBLIOGRAFÍA

Auge, Marc, Las formas del Olvido, Gedisa, España, 1998.Becerra de Meneses, Ulpiano, “Historia, cativa da memoria.Para un mapeamento da memoria no campo das CienciasSociais” en Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, São Paulo,Nº 34, 1992.Coetzee, Jan K., “Narrando el trauma. Introducción a A.Portelli, R. Van Boeschoten, A. Molnár, y L. Catrla” en Historia,Antropología y Fuentes Orales, Nº 24, año 2000.Convención sobre asilo Diplomático suscrita en la Décima ConferenciaInteramericana, Caracas 1-18 de marzo, Secretaría General/OEA/Unión Panamericana, Washington, 1961. (Serie Trata-dos, 18).Dutrénit, Silvia y Guadalupe Rodríguez de Ita, Asilo diplomáti-co mexicano en el Cono Sur, México, Instituto Mora/InstitutoMatías Romero-Secretaría de Relaciones Exteriores, AcervoHistórico Diplomático, 1999.Dutrénit, Silvia y Guadalupe Rodríguez de Ita, Tras la memoria:el asilo diplomático en tiempos de la Operación Cóndor, México,Instituto Mora/Instituto de Cultura de la Ciudad de México,2000.Halbwachs, Maurice, On collective memory, Chicago, Universityof Chicago Press, 1992.Hobsbawm, Eric J., Gente poco corriente: resistencia, rebelión yjazz, Madrid, Crítica, 1999.Klempner, Mark T “Llevar a buen término entrevistas biográfi-cas con supervivientes de un trauma”, Historia, Antropología yFuentes Orales, Nº 23, 2000.Osmañczyk, Edmund Jan, Enciclopedia Mundial de RelacionesInternacionales y Naciones Unidas, FCE, España, 1976.Portelli, Alessandro, “ O massacre de Civitella Val di Chiana(Toscana, 20 juhno de 1944): mito e politica, luto e sensocomum” en Marieta Ferreira y Janíana Amado(organizadoras), Usos y abusos da historia oral, Río de Janiero,Editora Fundaçao Getulio Vargas, 2002.

Portelli, Alessandro, La orden ya fue ejecutada: Roma, las fosasardeatinas, la memoria, Buenos Aires, FCE, 2004.Rickard, Wendy, “Historia oral, trauma y tabú” en Historia,Antropología y Fuentes Orales, Nº 23, año 2000.Saldarriaga, Alberto, “Imagen y memoria en la construccióncultural de la ciudad” en Torres Tavares y Fernando Viviescas,La ciudad: hábitat de diversidad y complejidad, Bogotá,Universidad Nacional de Colombia, 2000.Schwarzstein, Dora, “Historia Oral y memoria del exilio” enEstudios sobre las culturas contemporáneas, vol. 3 Nº 8-9.Schwarzstein, Dora “Fuentes orales en los archivos: desafíos yproblemas” en Historia, Antropología y Fuentes Orales, Nº 27,año 2002.Viñar, Maren y Marcelo, Fracturas de la memoria. Crónicas parauna memoria por venir, Montevideo, Trilce. 1993.Wiesel, Elie, “Prefacio. ¿Por qué recordar?” en Foro InternacionalMemoria e Historia, España, UNESCO, 2002.

FUENTES ORALES

Entrevista a Gustavo Maza Padilla realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, Ciudad de México, 18 dediciembre de 1997. PHO14/21.Entrevista a Emilia Anyul de Puchet realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, Ciudad de México, 5 demarzo de 1997. PHO14/22.Entrevista a Antonio Elías por Gerardo Caetano el 26 dediciembre de 1996, en Montevideo, Uruguay PHO14/23.Entrevista a Federico Falkner Dufourd realizada por SilviaDutrénit y Guadalupe Rodríguez, ciudad de México, México,11 de marzo de 1997. PHO14/24.Entrevista a Anhelo Hernández realizada por Gerardo Caetanoen Montevideo, Uruguay, 20 de diciembre de 1996. PHO14/25.Entrevista a Ida Holz realizada por Gerardo Caetano,Montevideo, Uruguay, 16 de diciembre de 1996. PHO14/26.Entrevista a Saúl Ibargoyen realizada por GuadalupeRodríguez, en México D. F., 25 de septiembre de 1997,PHO14/27.Entrevista a Jorge Landinelli realizada por Gerardo Caetano,en Montevideo, Uruguay, 17 de marzo de 1997. PHO14/28.Entrevista a Walter Martínez realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, 30 de septiembre de 1997.PHO14/30.Entrevista a Nylia Nieto realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 17 de diciembre de 1996. PHO 14/32.Entrevista a Maluza Stein realizada por Gerardo Caetano,Montevideo Uruguay, 18 de diciembre de 1996. PHO14/33.Entrevista a Andrés Keiman realizada por Silvia Dutrénit, enla ciudad de México, México, julio de 2001. PHO14/34.

49

traduccionesMemória eesquecimento doexílio uruguaio

Araceli Leal Castillo

Pela primeira vez na história do Uruguaiem 1973 os militares articularam umgolpe de estado, as forças armadasimbuídas da Doutrina de SegurançaNacional e principalmente do seuconceito de luta contra o "inimigoexterno": encarceraram, fizeramdesaparecer e assassinaram umaquantidade desconhecida deopositores. Uma parte dos perseguidosviu-se obrigada à recorrer à proteçãodiplomática para salvar sua vida. Osesilados uruguaios na Embaixada doMéxico, formaram a partir dessemomento até a saída do país, um grupoheterogéneo em idades, origens sociais,níveis de responsabilidade e militânciapolítica.Esta dissertação pretende demonstrarcomo a hitória oral nos permitedistinguir claramente as "sensibilidadesdiferentes em relação a umacontecimento similar conforme osgrupos. Para isso usarei diferentestestemunhos de esilados uruguaios,assim como o do primeiro secretário dasede diplomática amexicana nesse paísdo Cone Sul.Evitando cair no lugar comum dehomogeneizar ou equiparar o que foivivido pelos esilados, tentareidemonstrar que cada um deles percebeos acontecimentos de maneiradiferente, dependendo das suaspróprias experiências, emoções ou graude dor sofrido há mais de vinte anos.

Mémoire et oubli del'asile uruguayen

Araceli Leal Castillo

En 1973, pour la première fois dansl'histoire de l'Uruguay, les militaires ontorganisé un coup d'état. L'Armée,imbue de la Doctrine de SécuritéNational, et sur tout de son concept delutte contre " l'ennemi interne ", aemprisonné, a fait disparaître et aassassiné à une quantité inconnued'opposants. Une partie des persécutésse sont vus obligés de faire appel à laprotection diplomatique poursauvegarder leurs vies. Les réfugiésuruguayens à l'Ambassade du Mexiqueont formé, dès ce moment jusqu'à lasortie de leur pays, un groupe trèshétérogène en ce qui concerne l'âge, laclasse sociale, les niveaux deresponsabilité et la militance politique.Le présent travail a l'intention demontrer la façon dont l'histoire oralenous permet de distinguer clairementles " sensibilités différentes par rapport[à un] événement [semblable] selon lesindividus mais encore plus selon lesgroupes ". Pour cela, j'utiliseraidifférents témoignages des réfugiésuruguayens, ainsi que le témoignage dupremier secrétaire du siège diploma-tique mexicain dans ce pays du cônesud.Pour éviter se rabattre sur le lieucommun d'homogénéiser ou comparerce qui a été vécu par les réfugiés, jechercherai à démontrer que chacund'entre eux a perçu différemment lesévénements, selon leurs propresexpériences ou leurs émotions o leurdegré de douleur subi il y a plus devingt ans.

Memory andforgetfulness ofuruguayan refugees

Araceli Leal Castillo

In 1973, for the first time in Uruguay'shistory, the army implemented a coupd'etat. The armed forces, instilled with theDoctrine of National Security and aboveall with it's concept of fighting the"internal enemy", they imprisoned,kidnapped and murdered an unknownnumber of oppositors. Some of thepersecuted people were forced to appealfor diplomatic protection in order to savetheir lives. Since then and until they lefttheir country, the Uruguayan refugees atthe Mexican Embassy made a group,very heterogeneous in ages, socialextraction and political responsibility andmilitancy.This communication pretends todemonstrate how oral history allows usto clearly distinguish those "differentsensibilities in respect [to a similar] eventaccording to individuals but even more togroups". To accomplish this task I willuse different testimonies of Uruguayanrefugees and also the one of the firstsecretary for the Mexican diplomatic seatat that South American country.In order to avoid the common place ofhomogenizing or comparing therefugees' experiences I will try todemonstrate that each of them perceivedthe events in a different way dependingon their own experiences, emotions orpain level suffered more than twentyyears ago.

49

50

Conflictosde interpretacionesen la Historia Oral

Una vida humana es una ficciónque el hombre inventa a medidaque camina.

Jacqueline Held

51

tenía, agregada a la extrema pobreza en que vivía, loque no le permitió casi saber leer y escribir, hecho quelo hizo revelar con pesar: mi padre no tuvo condición deponerme en una escuela. Mostró tener una memoriaprodigiosa, recordando con detalles su vida. Su relatofue permeado, también, de sentido del humor, cantabamelodías del Movimiento de los Sin Tierra, hacía vocesdiferenciadas y gozaba de su ardua lucha por la tierra.

Al interpretar las narraciones recogidas en estainvestigación, noté que alprofundizar en la interpretaciónhacía un viaje imaginario por elcotidiano mundo afectivo, social ycultural del otro –el narrador–.A partir de esta observaciónconstruí el argumento utilizado enese texto: de que en ese viajeimaginario propiciado por lainterpretación existe, en la mayoríade las veces, una hegemonía del yonarrador –investigador sobre elotro–, propiciando un conflicto deinterpretaciones. Intentaréreflexionar sobre este argumento apartir del relato del Sr. Rufino Silva,un sin tierra, cuya fértilimaginación, rica trayectoria devida y su garra en la lucha por latierra fueron motivos que mehicieron percibir su testimoniocomo diferente de los otros.

Narrador: la voz del otroEra un día feriado de un intenso verano, en las

cercanías de Brasilia. El sol, el calor y la baja humedaddel aire nos atormentaban. Protegidos bajo la copa deun frondoso árbol de mango, José Rufino, vestido conun pantalón roto, sin camisa, con un sombrero de pajay sentado sobre un tronco, rememoró sin prisa lallegada de los sin tierra a aquella área, hace ocho años.

n el transcurso del trabajo de campo de lainvestigación, “La Lucha por la Tierra en el D.F.”, pormedio de narraciones orales, recogimos muchasinformaciones ricas para aquellos que se interesan porla cultura oral. Una de las narraciones obtenidas mepareció diferente a las demás, la del señor José Rufino.El narrador se destacó en la lucha por la tierra en elMovimiento de los Sin Tierra en el D.F., suimaginación fértil y su trayectoria de vida, aliadas a sucondición de Sin Tierra, y suacentuado prejuicio racial mellevaron a percibir su relato comodiferente de los otros.

Rufino, natural de Paraíba,relata haber heredado de su padre,el Sr. Manuel, el gusto por lasnarraciones. Habló mucho e iniciósu narración reconstruyendo lasimágenes de su infancia en elNordeste. Paulatinamente, fuecomponiendo un relato repleto deemociones, rehaciendo el paisaje delNordeste y revelando cómo su vidafue atravesada por el espectro de lasequía: los ríos vacíos, los corralesabandonados por el ganado, el cielosiempre azul anunciando lacontinuidad de la sequía, sumadoal flagelo de la desapropiación.Partió de Paraíba para Pernambuco,después para Río Grande del Nortey enseguida para Ceará en busca deun pedazo de tierra que pudiera cultivar y el patrón no mesacara en el momento de cosechar. Finalmente, empujadopor las constantes desapropiaciones y por la sequía,recorrió el mundo, anduvo para arriba, para abajo,como judío errante. Esta experiencia de serdesapropiado frecuentemente, reforzó en suimaginario el deseo de migrar para el Centro-Sur, enbusca de un pedazo de tierra para cultivar y, tal vez,quién sabe, un día sea eternamente suya. Fue así quellegó a Brasilia en los 90. Allí vivió en la periferia y,completamente descalificado para el trabajo urbano,estuvo algunos meses desempleado, después fuevendedor ambulante y trabajó en un almacén. Como lavuelta al trabajo en y con la tierra era el anclaje de susilusiones, al ser invitado por el Movimiento de los SinTierra, un movimiento social de lucha por la tierra enámbito nacional, aceptó la invitación y partió una vezmás para los alrededores de la ciudad.

Dividida en dos sesiones, la entrevista conRufino, sin una guía previa, duró seis horas. El relatoabordó temas actuales y del pasado de su vida y locotidiano de la lucha por la tierra en Brasil. Todas sushistorias fueron permeadas por comentariospersonales. Nacido en la década de 1950, en el árearural, su pasado fue marcado por la vida nómada que

Rufino, natural de Paraíba, relatahaber heredado de su padre, el Sr.

Manuel, el gusto por las narraciones.Habló mucho e inició su narración

reconstruyendo las imágenes de suinfancia en el Nordeste.

Paulatinamente, fue componiendo unrelato repleto de emociones,

rehaciendo el paisaje del Nordeste yrevelando cómo su vida fue atravesa-

da por el espectro de la sequía: losríos vacíos, los corrales abandonados

por el ganado, el cielo siempre azulanunciando la continuidad de la se-

quía, sumado al flagelo de ladesapropiación.

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-histórica

Conflictos de interpretaciones en la Historia Oral

Autora Cléria Botelho da Costa

Universidad de Brasilia

E

52

Por medio de una narración bien estructurada recordóalgunos hechos vividos por él en la lucha por la tierraen el Distrito Federal

Rufino, el narrador, recuerda la noche de laocupación de la hacienda Barro Branco y señala loscriterios que el Movimiento de los Sin Tierra utilizapara seleccionar el área a ser ocupada. Observa que lareferida hacienda tenía una gran zona improductiva yque la ocupación fue muy bien planeada; ocurrió enhoras vacías de la noche, niños, adultos y viejos todosjuntos en la caminata hacia el puerto donde anclabansus esperanzas de contar algún día con un pedazo detierra para cultivar.

El narrador, en la estructura de su relato, muestrael valor de la cultura rural, expresa tanto en el sabercomo en el cultivar arroz, porotos, maíz y que esto no esinferior a la cultura de la ciudad, de los hombresletrados. Complementa que todavíano es un hombre graduado, notiene ni siquiera el primario, perosabe muchas cosas que los letradosno saben como: ordeñar, cultivaralimentos de subsistencia, cuidardel campo, entre otros quehaceres.Continuando con la reconstrucciónde imágenes de su pasado, subrayaque una de las mejores cualidadesque su padre le transmitió fue elcoraje para trabajar, la honestidad y ano gustar de los negros, porque ellosson peligrosos. Señala aún que valores como lahonestidad, el carácter que le fueron inculcados por suspadres son preciosidades que él no cambia por el anillode ningún doctor, pues de nada sirve ser doctor y serdeshonesto. Sobre el cultivo y la posesión de la tierra enel D.F. comenta el narrador: son hectáreas y hectáreas quesólo hay plantada la soya (...) plantada por los grandespropietarios. Y nosotros, los Sin Tierra luchando paraconseguir un pedacito de tierra para plantar, ¿eso estácorrecto? Y continúa con tiernas mezclas entre susabiduría y su imaginación expresando que si tuvieranun pedacito de tierra, por lo menos, podrían plantar,producir y así ocupar a los jóvenes evitando que ellosestén desempleados, dedicados mucho tiempo aaprender rap, hip hop, danzas de negros, cuyo acceso sehace por medio de la televisión común, en lasinmediaciones de la capital. Agrega además que,aquellas danzas de negros solo enseñan monerías.

Al hacer desfilar los recuerdos de su vida antes deintegrar el Movimiento de los Sin Tierra, Rufino cuentaque por no tener tierra para trabajar allá en Paraíba, dedonde era natural, él se ponía una azada en la espalday recorría descalzo los campos “paraibanos”, sinrumbo cierto, en busca de un día de trabajo. La sequíaimpiadosa maldecía las plantaciones tornándolassecas e improductivas. Así era su día hasta que laslluvias, como bendición, cubrían y fertilizaban aquellatierra propiciando trabajo también para aquellos queluchaban contra el destino de no disponer de un

pedazo de suelo para su sustento y el de su familia. Poresa vida errante, él como su padre nunca fue a laescuela, no sabía leer ni escribir, pero disponía de unarica experiencia de vida en el mundo rural, experienciaque según Walter Benjamín tiene el nombre desabiduría.1 Al reconstruir recuerdos de su infancia re-lata que su madre era devota de San Benito, “el santonegro”, pero a él nunca le gustó San Benito porque¿cómo puede un negro ser santo? Él no creía en milagrosque decían que él (el santo) hacía. Y agregaba que hastaen el campo, los blancos trabajan y producen más, losnegros sólo embroman y se lustran las piernas.

Relata que él y su familia llegaron a Brasilia en1997. Quedaron algunos meses deambulando por laciudad hasta encontrar trabajo en un almacén, cerca dela capital federal. Sin embargo, rememora que fuedifícil, no tenía experiencia de trabajo de esa

naturaleza; fue, como su padre y suabuelo, criado para cuidar la tierra,actividad que desarrollaba conplacer y preparación. Además deesto, relata que el dueño delalmacén era un negro que teníaapariencia y cara de malo, las personasllegaban al almacén y él borracho, lasechaba enseguida… Pero estaexperiencia no disimulaba el sueñode vivir en un pedacito de tierra yhacer la abundancia que hacía su padre:porotos, zapallo, sandía, es decir, la

dureza de la vida urbana en Brasilia fortaleció el sueñode rehacer su experiencia de vida como trabajador ru-ral. Enseguida fue invitado para integrar el Movimientode los Sin Tierra y a partir de entonces la lucha por latierra pasó a ser su móvil de lucha. La ciudad fuesolamente el puente de paso para el mundo rural.A continuación presento un trecho de su narraciónoriginal:

(…) Era gente de aquí, del Noreste, del Sur, de todaspartes. Nosotros todos soñábamos en tener un pedazo detierra pa’ plantá y allí vivir tranquilito. Nosotros estábamosen el MST, entonces luego nosotros comenzamos a organizarla “ocupación” de la hacienda Brejo Viejo, que era una ha-cienda de casi 2.000 hectáreas. Allá había una plantación desoya, pero la mayor parte del área no tenía nada plantado, erauna hacienda improductiva. Entonces nos decidimos aocupar aquella área. Ahí comenzamos a planear la ocupación(…) Después de todo lo planeado llegó aquel día. Fue denoche. Había una mujer con troja en la cabeza, otra con unniño en brazos. Los otros chicos iban caminando nomás. Y loscoches con nuestras cositas y alimento iban atrás. Yo ibaadelante y llevaba la bandera del MST, otro llevaba labandera de Brasil. Nosotros íbamos todos calladitos hasta quevimos una luz que se encendía adelante nuestro. Otro gritó:“Es la policía, gente, vamos a enfrentarla”. Eran dos cochesllenos de soldados con armas, ametralladoras. Eran de esas.Después bajó un negro de casi dos metros, después bajaronmás, unos que de blanco solo tenían los dientes. Parecían

El narrador, en la estructura de surelato, muestra el valor de la cultura

rural, expresa tanto en el saber comoen el cultivar arroz, porotos, maíz y

que esto no es inferior a cultura de laciudad, de los hombres letrados.

53

aquellos negros de África, todos con las ametralladoras en lamano diciendo: “Ustedes no pueden pasar de ahí”. Ahí yodije: “Es por eso que no me gustan los negros, porque cuandoellos no hacen tonterías en la entrada, la hacen en la salida.Odio a esos negros porque son apestosos”. Ahí, ellos sevinieron encima de nosotros. (…) Mire, yo le voy a decir unacosa, a mí nunca me gustaron los negros desde chico. Mi pa-dre era negro y mi madre era clara, pero él siempre decía queel negro no servía, que nosotros nos debemos juntar siemprecon un niño blanco porque para él, el negro no era gente, no.Él contaba una historia que los negros tenían veneno en losdientes y sólo querían hacer mal a los blancos. Ahí me quedóeso en la cabeza…

Interpretando la narración:el dominio del investigadorEn las sendas de Paul Ricoeur2

entiendo que narrar implica laconstrucción de una intriga queenvuelve personajes y hechosarticulados entre sí. Interpretar esatribuir sentidos a los hechosnarrados por otras personas, esdecodificar símbolos, imágenes,mitos corporificados en los recuerdosdel narrador. Por esa razón essiempre un viaje por el imaginariodel otro. En esta perspectiva, elinvestigador es un cazador de lo in-visible, es aquel que sale en busca delo que no fue dicho, de lo que no estáescrito para ampliar su campo de interpretación. Deesta forma, recogida la narración de José Rufino, ¿cómointerpretarla? Como historiadora que trabaja tambiéncon las cuestiones agrarias brasileras, los hechosnarrados me sensibilizan por la desigualdad en laposesión de la tierra existente en Brasil y por la ardualucha emprendida por centenares de trabajadoresrurales en el país. Para entender cómo Rufinoestructura su narración, volveremos a su descripcióninicial para los significados que él atribuye a la tierra,como ocurrió con la lucha por la tierra en el D.F.enfatizando que el MST era una oportunidad paraaquellos que aspiraban a la tierra. Los detalles de estaparte de la narración enfatizan para Rufino la seriedadde esta lucha.

La tierra para el narrador tenía el agradable sabordel espacio donde fuera creado, en medio de muchasdificultades económicas y sociales, pero plena decomodidades, de abundancia, de solidaridad, era ellocal donde estaban ahincadas sus memorias y haciadonde se dirigían todas sus esperanzas. Estaestructuración gana mayor significado si consideramosel conocimiento de Rufino sobre cómo cultivarla y elapego que él demuestra a la tierra como sustento, comomemoria y como vida.

Las imágenes rehechas por Rufino, ancladas ensus recuerdos, rememoran su procedencia de hijo deagricultor y su deseo de continuar como trabajador

rural, con las mismas costumbres heredadas de su fa-milia: abundancia, con los animales siempre cerca, lasimpleza de una comprensión del tiempo que no sepautaba en el reloj, sino en la localización del sol, en lahora que los animales se despertaban, entre otrascostumbres. Su narración resalta que su identidad detrabajador rural fue construida en las luchas por latierra. Al recomponer la intensificación de la lucha porla tierra, Rufino, nos advierte de la desigualdad en laposesión de la tierra en Brasil, reafirmada por los datosdel Instituto Nacional de Reforma Agraria (INCRA).Existían en 1995 cerca de 500.000 establecimientosrurales de empresarios capitalistas que cultivabanpastaje y 6,5 millones de pequeños establecimientosfamiliares que cultivaban alimentos de subsistencia. Encontrapartida al número de pequeñas áreas de tierra y

al número de trabajadores ruralesque, por ser expropiados de sustierras o de las tierras quetrabajaban, se volvierontrabajadores rurales Sin Tierra,agudizando de este modo ladesigualdad social en el país. Sinembargo esa desigualdadseñalada por Rufino estáagravada por la escasa áreacultivada en las grandespropiedades. En general en éstasno se cultivan alimentos desubsistencia o los cultivan enínfimas proporciones. Son áreas

destinadas a la pecuaria extensiva, a los cultivos desoya, de alcohol, entre otros.3

Otro tema que me llama la atención en el relato esla vida nómada que llevó junto a su familia. Empujadopor la sequía y por un imaginario que fortalecía suesperanza en la búsqueda de una vida mejor queaquella que vivía, él va a Pernambuco, a Río Grande delNorte y de allí al Distrito Federal. En todo este recorridola esperanza de días mejores estaba relacionada con laposesión de un pedazo de tierra para vivir y cultivar y,de esa manera mantener su identidad de trabajadorrural. Aliado con el deseo de mantenerse como

Mire, yo le voy a decir una cosa, amí nunca me gustaron los negrosdesde chico. Mi padre era negro ymi madre era clara, pero él siempredecía que el negro no servía, quenosotros nos debemos juntar siem-pre con un niño blanco porque para

él, el negro no era gente, no.

54

trabajador rural, él realza el valor de la cultura delcampo, expresa en la ocupación de labrador heredadade sus ancestrales, la honestidad, la rica experiencia devida en el mundo rural. Experiencia que segúnBenjamín tiene el nombre de sabiduría.4 Fue criadopara ser labrador, por lo tanto, ejercer otra actividadcomo fue obligado a hacerlo al llegar a Brasilia fue unaexperiencia difícil y desagradable. La ciudad seconstituyó en apenas un puente para su reingreso en elmundo rural y el camino elegido fue un movimientosocial, de ámbito nacional, el MST, el Movimiento delos Sin Tierra.

Sin embargo, me parece una señal importante en lanarración de Rufino su cultura racista y prejuiciosa.Trazo cultural que fue transmitido por su padre en suinfancia y reforzado por su madre. Su discurso esracista, a pesar de ser hijo de negro y de que él mismotambién lo es. Ese discurso racistase explicita en el relato al criticar ladevoción de su madre a un santo decolor negro: San Benito que por sernegro no podría ser santo. Otromomento de revelación del discursoracista es admitir que lostrabajadores rurales blancos sonproductivos mientras que losnegros no disponen de la mismacapacidad de trabajo. Al trabajar enun almacén, en la ciudad, teníacomo jefe a un negro, a quien serefiere con desdén como cabra ruin ypeligroso. Finalmente, se refiere alsoldado de la policía militar que lesimpedía de proseguir la caminata rumbo a la TierraPrometida como un ser no humano, un gorila. En susrepresentaciones imaginarias parece que los trazosétnicos de los hombres eran los definidores de sumaldad/bondad, honestidad/deshonestidad, en fin,del carácter humano. Sin embargo, enseña Gates que laetnia implica tanto una estructura de pensamientocomo una estructura de sentimiento; en ella no hay unarelación entre intelecto y corazón, es una comunidad desangre e intelecto.

El relato del narrador apunta, en un primermomento, al sufrimiento y dolor de no disponer detierra para cultivar. Finalmente el narrador se moviódesde una posición periférica de Sin Tierra hacia laesfera de una superficie racista común a muchos otroshombres en la sociedad brasilera. A pesar de ser élmismo negro y su padre también, éste por noreconocerse como tal, confería a los hijos unaeducación que maculaba a los hombres de color.Rufino parece haber aceptado con resignación estaeducación racista y prejuiciosa. Él señala, en sunarración, la representación del negro como un animal(ser irracional), como un villano, como un hombrepeligroso que se confunde con un marginado. Sernegro, en las representaciones del narrador es ser malo,ya sea el vecino, el soldado, el cantante o el actor de

televisión; era no ser hombre. Esta cuestión delprejuicio racial se vuelve más seria en el relato deRufino: el no reconocerse como negro es una actitudprejuiciosa practicada por un hombre de color.

Cabe recordar que el tono de la voz de Rufino, alreportarse a las imágenes placenteras de otrora, eracalmo, sereno, y se vuelve enfático y elevado siempreque se refiere al negro. Cada palabra era acompañadade un golpe en el árbol. En ese momento su miradaintrospectiva cedía espacio para una mirada rencorosay sus gestos se volvían más duros. De esta forma, lamirada, los gestos, el tono de voz son trazos quecomplementan las informaciones que brinda elnarrador y deben interpretarse.

Esta representación prejuiciosa del negroconstruida por Rufino es común en la sociedadbrasilera, ya que Brasil fue uno de los países de más

larga convivencia con la esclavitud,lo que dejó marcas en su población.En el presente, la cuestión racial haemergido en la cotidianeidad de lavida del brasileño, señalando unavisibilidad acentuada de la referidacuestión en el país. La mirada deRufino, llena de prejuicio conrelación al negro, es común entrenosotros. Datos de un estudiorealizado por la Universidad de SãoPaulo (USP) en 1999 revelan que el97% de los entrevistados afirmaronno tener prejuicios de color y el 98%de los mismos entrevistados decíanconocer a otras personas que sí los

tenían. Indagados sobre el grado de relación que teníancon las personas racistas, los entrevistados no seavergonzaban al afirmar que se trataba de algúnpariente próximo, novios o amigos queridos. En fin, elprejuicio y la discriminación existen, pero siemprecomo atributos del “otro”. Incluso dentro de estecuadro histórico social en que el racismo ha tenidogran peso, pienso que los estudios de Historia Oral sehan preocupado poco sobre esta cuestión en Brasil.

Estos recuerdos del narrador fueron tejidos con elsentimiento de pertenecer a un movimiento social, noimporta si alguna vez rompen con la realidad y nosinvitan a un viaje por la imaginación. En realidad,cuando la imaginación se deja llevar por la narrativaoral construye imágenes y sentidos y, audazmente,permite al oyente compartir los campos sensoriales quela narrativa desarrolla. Además de eso, lo que me hizodar cuenta también como significante fue cómo la auto“performance” de los eventos narrados toman ladimensión de una desigualdad étnica y racialacentuada, trazo marcante en la sociedad brasileña,además de revelar prejuicios étnicos del narrador. Deesta forma se puede percibir que la narrativa oral, lasinformaciones relatadas más allá del tema deinvestigación no deben ser vistas como adornos, unsimple accesorio, sino como el propio mundo, el

Fue criado para ser labrador, por lotanto, ejercer otra actividad como fueobligado a hacerlo al llegar a Brasiliafue una experiencia difícil y desagra-dable. La ciudad se constituyó en

apenas un puente para su reingresoen el mundo rural y el camino elegidofue un movimiento social, de ámbito

nacional, el MST, el Movimiento de losSin Tierra.

55

contexto, el cuadro de vida donde las narrativas fueronengendradas. En este sentido, comparto con MerlauPonty5 la afirmativa de que una historia narrada puedeexpresar el mundo con tanta profundidad como untratado de Filosofía. Entonces, para el autor la filosofíano es un privilegio de los letrados, de los intelectuales,sino que vive en la mente de todos los hombres, decualquier segmento social, además de realzar lainmensidad y la profundidad del océano que puedeesconderse detrás de una narrativa oral. Para ésta, asícomo para el océano, fluyen temporalidades, valores,sabiduría, coraje, inocencia, etc.

Cada imagen de la lucha por la tierra presentadaen el relato de José Rufino es un pedazo del mundo,escapando así al inmediato encuentro de la realidad.Lo oral se presenta como un soporte donde elinvestigador tiene siempre el lugar de reconstruirnuevas imágenes, de reinterpretar los hechos narrados.Pedazos iluminados por laimaginación del narrador aparecencomo materia singular, ofertándosea los investigadores. En estaperspectiva, lo oral no es de por síuna imagen y en el exceso de sulímite prefiere siempre recontarseen la historia que ella misma nopuede representar. Sin embargo, lossentidos de lo narrado son re-significados de acuerdo con laaudiencia, cuando se construyenlas experiencias de vida y/o lavisión del mundo del narrador.Entonces la narración es una producción de sutiempo.6 Ella construye y se reconstruye en undeterminado marco geográfico y en un determinadotiempo, su dinámica se realiza en la imbricación tiempoy espacio, identificando así su relación con lo históricosocial y no constituyéndose, por lo menos en mipercepción, solamente como un fragmento de lo real.

Finalizando el relato del narrador, el investigadorretorna a la escena de la investigación de forma másexpresiva: identificando y relacionando imágenespresentadas y confiriéndoles sentido. En este momentose inicia el viaje imaginario por el mundo del narrador.Viaje anclado en la imaginación del investigador y que,sin duda, modifica las imágenes presentadas por elnarrador al reconstruirlas. Sin embargo paraBachelard7 tener imaginación es gozar de una riquezainterior, es ver el mundo en su totalidad. En ese sentido,usar la imaginación no debe ser traducido comodesfigurar las imágenes presentadas en el relato, peroatribuir sentidos a los hechos narrados, descifrar lo nodicho que se esconde en las palabras del narrador, esestablecer relaciones entre lo narrado y lo histórico so-cial en el cual aquel está insertado, pues el imaginarioes también una faceta materialista de la voluntadhumana.8 En este proceso de recreación de lo narrado,además de la imaginación, las experiencias de vida yacadémicas del investigador también matizan la

interpretación. Sin embargo, el mayor peso en eldireccionamiento de nuestras interpretaciones meparece que está centrado en nuestro público:estudiantes y pares académicos que realizan unareinterpretación erudita y cada vez más distanciada dela versión del narrador.

Los pilares de mi interpretación sobre la narrativade Rufino fueron: la lucha por la tierra emprendida porél, la desigualdad social de la posesión de la tierra, lafuerza del imaginario que lo condujo a la búsqueda demejores condiciones de vida, a su identidad construiday reconstruida a partir de su relación con la tierra y elfuerte prejuicio racial que poblaba su imaginario.Entretanto, al seleccionar los hechos que para mífueron significativos en el relato del narrador, tomocomo soporte una concepción de historia en la cual elhombre es su edificador; en la cual la experiencia detrabajo del narrador con la tierra, con sus compañeros,

su convivencia con el mundo ruralfueron tomadas en cuenta. Parto dela comprensión benjaminiana deque nada de lo que sucedió o sucedepuede ser considerado perdido porla historia,9 una historia que tomaen cuenta la vida cotidiana de loshombres. Mi formación académica,los vuelos de mi imaginación tantocomo el público al que me dirijo,dejaron, sin sombras de dudas, susmarcas en mi interpretación delrelato de Rufino. Sin embargo,pienso que al hacer las conexiones

de la narración con el histórico social, con lasformaciones culturales mayores, podemos, a veces,distanciar la narración de las intenciones del narradororal. Está puesto el conflicto de interpretaciones. Es ésteel momento en que nuestra responsabilidad para con lamemoria viva se agudiza más.

Borland, una folclorista americana que trabaja congénero e Historia Oral,10 relata que era común, hastahace pocos años, que mucha gente de su país quetrabajaba con tradiciones, artes e historia de gruposculturales particulares reconocieron como remota la

(...) el prejuicio y la discriminaciónexisten, pero siempre como atributos

del “otro”. Incluso dentro de estecuadro histórico social en que el racis-mo ha tenido gran peso, pienso quelos estudios de Historia Oral se han

preocupado poco sobre esta cuestiónen Brasil.

56

posibilidad de que sus reinterpretaciones fuerancuestionadas por aquellos que ofrecieron los relatosorales. En el imaginario de aquellos eruditos, ellosestaban “en el campo”, oyendo personas, tomandonotas y dando testimonio de la cultura de primeramano. Esos eruditos trajeron con ellos un objetivo, unaperspectiva científica que les permitía, ellos creían, quepodrían aprender significados, sentidos no explícitosen las narrativas orales recogidas que sus narradorespor el hecho de vivir en un mundo cultural limitado, noeran capaces de percibir. Frente a esto, era y continúasiendo común que la información narrada pierda elsentido para aquellos que la relatan. En micomprensión, esa postura encontraba justificativo enlos parámetros de la ciencia tradicional que niega lasubjetividad, lo cotidiano de los hombres comoartefactos para la construcción del conocimientocientífico. Ella expurga de su seno el sentido común, lasexperiencias humanas en nombre de la objetividadcientífica. Este momento dereordenación de la narrativa origi-nal me parece un momentopropicio para que el investigadorimponga la hegemonía de su YOsobre la cultura del otro. Valerecordar que raramente losnarradores orales sonconsiderados como posiblespúblicos para las publicaciones delinvestigador.

No obstante, actualmente estapostura de hegemonía del YO delinvestigador está siendo repensadaa partir de los parámetros de la ciencia posmodernaque, aceptando la crisis de los paradigmas, reconoce lacomplejidad del mundo real. En esta perspectivareconocer la complejidad de lo real abarca el sentidocomún, la subjetividad como integrante delconocimiento científico. El saber, para esta nuevaconcepción de ciencia, deja de ser una relación distanteentre sujeto y objeto de conocimiento y se torna un sa-ber solidario, marcado por la reciprocidad entre sujetossociales.11 Pautados en esta nueva concepción deciencia, el conocimiento es la resultante de una relacióndialógica entre investigador y narrador.

Para los investigadores que trabajan con historiaoral, la cuestión de la hegemonía cultural delinvestigador es particularmente problemática, sobretodo cuando trabaja con voces disonantes en lasociedad: sin tierra, sin techo, cordelistas entre muchosotros, personas económica, social, política yculturalmente marginadas de la sociedad. En este caso,muchas veces buscamos en nuestras interpretacionesrevaluar sus vidas en una sociedad que se ha negado aoírlos, que no escucha el clamor de voces disonantes,que ha ignorado sistemáticamente o colocado comobanal la cultura popular. Por otro lado, tenemos unavisión del mundo alargada y matizada por lasinformaciones del mundo académico; por lo tanto, muy

diversa de la visión de mundo de nuestros narradoresy, en el proceso de reinterpretación del relato podemosconferirle colores que los narradores pueden noreconocer como válidos, acentuando el conflicto deinterpretaciones. Mi trabajo con las narraciones de losSin Tierra proporcionan un ejemplo vivo de cómo losconflictos de interpretación surgen en los trabajos conla Historia Oral. ¿Qué debemos hacer cuando losinvestigadores no estamos de acuerdo con muchasinterpretaciones de nuestros narradores?

Abstenerse de las interpretaciones dejando que lasinformaciones hablen por ellas mismas, me parece unasolución insatisfactoria, y hasta ilusoria. Pienso que esnecesario juntarlas en busca de una totalidad,relacionarlas con lo histórico social, buscar referenciasde análisis. ¿Cómo, entonces, los investigadores quetrabajamos con la historia oral podemos realizarnuestros trabajos analíticos confiriendo respeto a lainterpretación del narrador, sin abandonar nuestra

responsabilidad de hacer nuestrainterpretación de la experiencia deaquél? Yo misma no tengorespuesta para esta cuestión. Sinembargo, intenté apuntar algunasreflexiones a partir de mi práctica deinvestigación que ojalá hayacontribuido para una metodologíade investigación más sensible conrespecto a lo humano.

Reinterpretandolo interpretadoHecha la interpretación del

relato de Rufino, volví al local de realización de lainvestigación con el propósito de presentarla alnarrador. El procedimiento es poco común entre losinvestigadores que, en general, terminan el trabajo deinvestigación luego de la elaboración de lainterpretación y la divulgación del texto académico,confirmando así la hegemonía del YO del investigadorsobre el otro, el narrador. Defiendo que la narrativadebe ser devuelta a su autor. Si el investigador cuandointerpreta el texto del narrador, apaga, modifica,agrega, el memorialista tiene el mismo derecho de oír ycambiar lo que narró. Incluso la más simple de las per-sonas tiene ese derecho, sin el cual la narración parecerobada.

Presenté mi interpretación al memorialistaoralmente, puesto que Rufino no sabía leer ni escribir.Al leerla, el memorialista, que se encontraba sentado, selevanta y exclama: no fue eso lo que yo le dije. Fue para míuna sorpresa la reacción ríspida e inmediata de Rufinoen relación con mi interpretación de su relato. Al serinterrogado sobre lo que lo había asustado, élinmediatamente hace sus observaciones las cualestranscribo a continuación, ciertamente, con mi biesinterpretativo. Dijo el memorialista que él nunca pasóhambre o vivió en la miseria en su tierra natal, que elNordeste es un lugar “muy bueno” y que él como otros

¿Cómo, entonces los investigadoresque trabajamos con la historia oralpodemos realizar nuestros trabajosanalíticos confiriendo respeto a la

interpretación del narrador, sin aban-donar nuestra responsabilidad dehacer nuestra interpretación de la

experiencia de aquél?

57

tantos nordestitos migraban en busca de una vidamejor, pero nunca olvidan su tierra natal. Reafirmótambién la desigualdad social del país, sobretodo enlas cuestiones relacionadas con la posesión de la tierra.

Él confirmó el deseo de mantener su identidad detrabajador rural. Sin embargo, su mayor sorpresaestaba relacionada con mi interpretación de susexperiencias como cargadas de prejuicio con respectoal negro, de identificar su discurso como racista. No soyracista, mi padre era negro y él me enseñó cosas preciosas enla vida como la honestidad, el gusto por el trabajo con latierra y sobretodo a percibir las desigualdades sociales. Yotuve un padre muy fuerte y siempre busqué no desobedecerlo,porque él no admitía que un hijo no lo obedeciera. Por eso,seguía todo lo que él me decía. Él siempre me mostraba lagran diferencia que existía entre las personas, en nuestrasociedad. Fui creciendo viendo a mi padre decir que ser“negro es peligroso” y “es así”. Pero, interrogaba Rufino:¿cómo puedo ser racista si mi padre y mi madre eran negros?Yo me siento igual a cualquiera, seahombre o mujer. Por eso no acepto quedigas en tu trabajo que yo tengoprejuicio de color, que yo soy racista.

En el discurso del narrador,un hecho despunta mi curiosidad,él reconoce a su padre y a su madrecomo negros, sin embargo él no sereconoce como tal. De esa forma, élse omite en relación con su propiaidentidad de hombre de colorreafirmando la comprensión deque negro es siempre el otro.Prefiere realzar su identidad de trabajador ruraltornándola hegemónica en relación con sus otrasidentidades. Las representaciones construidas sobre supadre eran de hombre serio, luchador, honesto ysobretodo muy fuerte, cualidades que le transmitió.Observo, sin embargo, que en las representaciones delmemorialista, su padre disponía de atributos que en suimaginario y en el de su padre eran representacionesdel blanco, pues el negro era siempre traicionero,perezoso, sin carácter. Aquí, descortino un ejemplo decómo la afectividad puede enmascarar las relacionesde clase, de género, racial, entre otras. El Rufino hijo,amigo, compañero de lucha desconocía los trazosétnicos de aquellos a quienes amaba. Sin embargo, loscolocaba en primera condición para los demás que lorodeaban. De esta forma, la tensión propiciada por laetnia acompañaba todos sus pasos, presidía todo suhacer cotidiano.

Otro aspecto sobre el que Rufino discordabafueron los sentidos atribuidos por mí a la vida errante ydifícil que llevaba en su infancia; destacó la miseria, elhambre que sufrió juntamente con todos los de su fa-milia. No obstante, en este momento de la devolucióndel trabajo, su interpretación para los mismos hechosera diferente de la mía. Afirmaba que vivió algunasdificultades, eso sí, pero hambre nunca había pasado.Y agrega que en mi reordenación de su habla, el

Nordeste emergía como un lugar no más deseado por ély sus familiares. Complementa también que mi lecturano destaca su deseo de retorno a su tierra natal.Seguramente, los vuelos de mi imaginación agregaronhechos, aunque me indago: ¿será que la no aceptaciónde Rufino en tornar al hambre explícita que le acometióen la infancia, puede ser interpretada como unareacción a los parámetros de desigualdad de lasociedad brasileña que no trata con dignidad y respetomerecidos al trabajador rural, a aquél que planta parapoder proveer de alimentos a la sociedad, pero que nodispone libremente de los resultados de su trabajo?¿Cuál es la explicación que él mismo daría para talhecho? No dispuso de tiempo para entrar por estecamino, un desdoblamiento de la investigación inicial;después de todo, esta interrogación puebla elimaginario sugiriendo respuestas.

Esta reacción del narrador, me parece reafirmar lainvestigación antes apuntada sobre el racismo en Brasil

en la que queda explicitado que elprejuicio racial nunca se asume porel narrador. Es siempre un atributodel otro y no del memorialista, deaquél que tiene el lugar del habla.Asumirse como prejuicioso enrelación con la etnia de otra personano es una actitud común entrebrasileños, sin embargo hay unafuerte discriminación racial ennuestra sociedad con respecto alnegro, sobre todo con aquellos queintegran minorías destituidas de

poderes. La decantada democracia racial existente en elpaís se configura como una mera utopía.

Al final el memorialista explicitó su insatisfaccióncon mi interpretación sobre su narración: Esta es suinterpretación. Leíste mi historia y lo que quisiste leer, lo quete agrada. Así, esta no es mía. Entre sorprendida y atónitapercibí que Rufino hacía aflorar una cuestión funda-mental en la investigación con Historia Oral, el controldel texto. Si yo no hubiera hecho la devolución del textoal narrador, ciertamente no habría oído sobre miintromisión en el texto original. Mi versión y la deRufino entraron en conflicto en algunos aspectos yrevela cómo cada uno de nosotros creó unainterpretación a partir de nuestras experiencias devida. Percibo, entonces, que la interpretación elaboradatiene mucho de mi experiencia académica del presente,vengo trabajando con la cultura oral, imaginaria y conafrodescendientes. Sin embargo, no puedo admitir quemi versión se desprenda por entero de la versióntramada por el narrador.

La devolución del trabajo al narrador escomúnmente tratada con negligencia por losinvestigadores. Estos se olvidan que trabajan consujetos, personas que perciben, luchan, cuyas manostejen la trama viva de su historia, que disponen de“quereres” y deseos, por lo tanto se puede y debeposicionarse sobre las interpretaciones que el

Presenté mi interpretación al memo-rialista oralmente, puesto que Rufinono sabía leer ni escribir. Al leerla, elmemorialista, que se encontrabasentado, se levanta y exclama: no

fue eso lo que yo le dije.

58

investigador hace de sus historias. Es una situaciónmuy diversa cuando trabajamos con documentosmuertos que, a pesar de poder dialogar con ellos, por sunaturaleza son incapaces de retrucar nuestrasinterpretaciones. Aquí reside uno de los grandesdesafíos de trabajar con la historia contemporánea, conla historia oral, en fin, con el mundo de los vivos. En mipercepción, otro desafío es que el investigador desvendelas expresiones de la sustancia narrativa del relatocuando casi no conoce el universo cultural delmemorialista. Y este desconocimiento puede sertraducido en la expresión corporal, en la ropa, en elhabla del investigador durante la entrevista.

Rufino engendra el enredo de su narrativa a partirde solamente su experiencia de trabajador rural, de lasolidaridad peculiar en la vida de campo, de la luchapara conquistar un pedazo de tierra para cultivar ypropiciar el sustento de su numerosa familia. Tienesentido para él, reconstruir su historia a partir deaquellos parámetros. En miperspectiva, sin embargo, ademásde mi experiencia de vida, otroselementos se alían en el contexto dela historia como la teoría, lametodología y la cultura. De esaforma, en virtud de mitransformación académica comohistoriadora, no consigo restringirmi lectura acerca de su relato dentrode los límites restrictos de lasintenciones del narrador. Hice unalectura de su texto que tiene encuenta la profunda desigualdadsocial existente en el país, sea ellaeconómica, política, étnica, entreotras; que cree en la construcción dela Historia por los hombres; que tiene en consideraciónlo cotidiano, los quehaceres humanos. Por pautarme enesta concepción de la Historia realcé el prejuicio racialelevado por el narrador, cuestión de fuertesdivergencias en nuestras interpretaciones. Rufino nopercibía su discurso como racista; decía que ser racistay prejuicioso es despreciar al otro, él no actuaba de esaforma; incluso quería a muchos compañeros negrosque, como él, integraban el Movimiento de los SinTierra y luchaban por un pedazo de tierra. De estemodo, no entendía por qué yo insistía en rotularlo deracista.

Sin embargo, a partir de mi interpretación eruditade la narrativa de Rufino, emergió la preocupación deque estas interpretaciones puedan dejar marcas en elcuadro afectivo del deponente. La narrativa oral es unmomento de gran importancia para el narrador en elcual se refleja, ordena y atribuye sentidos a susexperiencias cotidianas que se presentan enmarcadaspor la emoción. Este momento se denomina por Brunery Wisser como un momento de “reinvención del ser”12.Pienso que si nuestras representaciones eruditas noson mostradas de forma humana y sensible al

narrador, se puede provocar una profunda llaga en sucuadro emocional. Así, en busca de un camino queestrechara la relación dialógica entre investigador ynarrador, Rufino y yo discutimos largas horas nuestrasdiferencias hasta llegar a un acuerdo en lo que deberíaser suprimido y/o agregado en mi interpretación. Eneste momento me di cuenta de que podría haber evitadosu respuesta exaltada al oír mi interpretación de sunarración.

La experiencia de devolución me enseñó quepodría haber amenizado las exaltaciones de Rufino sihubiera establecido con él un diálogo, antes de iniciarla interpretación de su relato, para ampliar nuestroconocimiento sobre el universo cultural, el imaginariodel deponente. En la mayoría de las veces somosprisioneros de nuestras representaciones, al mismotiempo que somos también desafiados a traspasar eselímite. Pienso que es importante también confesar endiálogo abierto nuestras dificultades al deponente, du-

rante cada etapa del trabajo. Estohará que él acompañe mejor elrumbo de la investigación ymuchas veces ayudará a descubrirpistas facilitadoras para el trabajo.Además, durante la “performance”de la narración, tanto el narradorcomo el oyente están envueltos en elacto de narrar, ambos compartenmemorias. Benjamín refuerza estaasertiva al enseñar que el acto denarrar sólo se realiza en la relaciónnarrador y oyente; sin audiencia elnarrador no tiene cómo contarhistorias.13 Durante el desarrollo dela narración, ni el narrador ni eloyente reflexionan analíticamente

sobre los datos presentados por el narrador; éste seráun trabajo posterior.

Sin embargo, el comentario del narrador en lainterpretación del relato puede contribuir mucho parala reinterpretación del investigador. En ese sentido, miexperiencia en este caso mostró que hubiera sido demucho valor si antes de hacer mi reinterpretaciónhubiera sugerido a Rufino oír la cinta grabada yestimularlo a hacer las interpretaciones de su propianarración. De ese modo penetraría más en su universocultural y en sus representaciones imaginarias. No lohice antes de mi reinterpretación, lo hice enseguida depresentársela a Rufino. Le hice escuchar la cinta y lesolicité que le atribuyera sentidos a su relato. Elnarrador inicialmente demostró estar inhibido, y decíaque no veía sentido en realizar mi pedido; parecía,según él, tratarse de un juego. Sin embargo,paulatinamente fue apuntando sentidos para sunarrativa. A pesar de que muchos narradores comoRufino afirmen que no se sienten preparados para talejercicio, la experiencia fue bastante provechosa; élcomplementó informaciones, estuvo en desacuerdo conotras y, de esta forma, enriqueció mi reinterpretación.

La devolución del trabajo al narradores comúnmente tratada con negligen-

cia por los investigadores. Estos seolvidan que trabajan con sujetos,

personas que perciben, luchan, cuyasmanos tejen la trama viva de su histo-

ria, que disponen de “quereres” ydeseos, por lo tanto se puede y debeposicionarse sobre las interpretacio-nes que el investigador hace de sus

historias.

59

No obstante, reconozco que el tiempo nos atropella y nosiempre contamos con éste para desarrollar esta etapade nuestro trabajo con la historia oral, lo que aclamocomo lamentable.

Cuando realicé el trabajo de reinterpretación, en miimaginario había un camino de mano única en el cualno habría otra posibilidad a no ser la de que Rufinoaceptara los significados que le atribuí a su historia. Elnarrador se mostró muy satisfecho en trabajar conmigoen la investigación que buscaba reconstruir la luchallevada a cabo por el Movimiento de los Sin Tierra en elD.F. Él me presentó muchos otros sin tierra, me indicópersonas para que fueran entrevistadas y parecía muydeseoso en ver escrita la historia de la lucha por latierra emprendida por el Movimiento. Frente a esto,pasé a ser identificada por ellos como “la muchachaque va a escribir nuestra historia”. De esta forma, apesar de la buena relación entre investigadora yentrevistado, nuestros mundos eran bastantediferentes; era preciso buscar algunos puntos deintersección en nuestras visiones del mundo para queel trabajo fluyera de formadinámica, que fuera el resultado deuna polifonía de voces que buscarael camino de una historia, que,además de polifónica, primaba porla totalidad para develar lacomplejidad de lo real.

Aunque teóricamente seadmita que el trabajo con la historiaoral implica una relación dialógicaentre investigador y narrador, cuyoresultado expresa una polifonía devoces,14 en el ejercicio de estainvestigación, en general, se dapoca importancia a las diferenciasexistentes entre investigador y memorialista. El caminomás recorrido es que el investigador desconoce lasdiferencias que se colocan entre él y el otro e impone aéste sus valores, su comprensión analítica del mundosofocando la visión del mundo y los valores delnarrador. El investigador, en general, asume unarelación asimétrica con relación a la colaboracióninmediata con el deponente, situación que resulta máspropicia todavía cuando el narrador integra unacamada social excluida, así como los sin tierra, los sintecho, o ser mujer entre otras tantas. Esta cuestión detratar con las diferencias, se impone cada instante alinvestigador ya sea en la construcción/reconstrucciónde su identidad como tal, como padre o madre de fa-milia, como amigo, entre otros roles. De esta forma,nuestra identidad de investigador(a) es reconstruida acada minuto en el contacto con aquellos queinvestigamos. Como bien recuerda Bárbara Ardí, lasnarraciones orales no sólo posibilitan queconstruyamos nuestras vidas, también ofrecenposibilidades para la construcción de la vida de losotros.15 Por lo tanto, aprender a tratar la diferencia seimpone como una condición básica a cualquier

investigador que hace su opción por el trabajo conhistoria oral.

Otra cuestión que me inquieta mucho alreflexionar sobre las diferencias entre investigador ynarrador es la autoría del trabajo. Si nuestro trabajo deinvestigación tiene como referencias la relacióndialógica entre los sujetos, la búsqueda de la totalidadpor medio de la religación de los saberes,16 laconstrucción de un conocimiento que sea humano–construido por el hombre en beneficio del hombre– lacuestión de la autoría del trabajo merece serreflexionada. No disponiendo de una reflexión sobre lacuestión, daré algunas pistas para realizarla. En primerlugar, aprendo que el hecho de que la relación entreinvestigador e investigado sea orientada por unarelación dialógica, no excluye las diferencias entreinvestigador e investigado, no se la puede pensar comouna relación uniforme. La relación entre investigador ynarrador debe ser analizada teniendo en cuenta susparticularidades individuales y también, los trazoscomunes compartidos por aquellos tales como: valores,

vivir en un mismo país, comunidado barrio, entre otros. Sin embargo,vale recordar que los trazoscomunes no son capaces de apagarlas diferencias sociales, culturales,de identidad existentes entreinvestigador y narrador. Estasdiferencias están representadas enla diversidad de voces que debenestar expresadas en la tesitura de lainterpretación. De esta manera, en lainterpretación de la narrativa deRufino tanto mi voz como la de éldeben entrelazar los hilos de lainterpretación. En ese sentido, el

trabajo con la historia oral, cuando toma como caminoeste andar compartido desde el inicio hasta el fin de lainvestigación, ¿debe tener como autor solamente alinvestigador? Cuestión de mucha complejidad quemerece mucha reflexión. Diferencias éstas que se debenmostrar visibles en la interpretación del texto, quedeben expresar una pluralidad de voces en el tejer de lainterpretación.

Con las observaciones presentadas en este texto noestoy sugiriendo que las diferencias de las perspec-tivas, de la visión del mundo entre investigador ynarrador sean plenamente resueltas. Al contrario,percibo la narrativa oral como un locus donde despuntala diversidad, que ofrece visibilidad al otro. No estoysugiriendo de este modo que las interpretaciones delinvestigador sean reconocidas por el narrador. Peroabogo porque debe haber un entendimiento entreinvestigador y narrador con el propósito de asegurarentre ellos el respeto mutuo, la dignidad humana,evitando así la hegemonía del yo del investigador sobreel narrador.

Estoy sugiriendo que nosotros los investigadoresno nos cerremos en nuestras murallas medievales,

Le hice escuchar la cinta y le solicitéque le atribuyera sentidos a su relato.

El narrador inicialmente demostróestar inhibido, y decía que no veía

sentido en realizar mi pedido; parecía,según él, tratarse de un juego.

Sin embargo, paulatinamente fueapuntando sentidos para su narrativa.

60

NOTAS1 Benjamin, Walter, O narrador. Obras escolhidas, V. I, São Paulo,Brasiliense, 1989. p. 53.2 Ricoeur, Paul, Tempo e narrativa, São Paulo, Martins Fontes, 1993,p.68.3 Véase Censo Agropecuario do IBGE – 1995/96.4 Benjamin, Walter, O narrador. Obras escolhidas, V. I, São Paulo,Brasiliense, 1989.5 Ponty, Merleau, A fenomenologia da percepção, XXX.6 Costa, Botelho da, “Memórias compartilhadas”, Em Costa ClériaNancy Alessio (orgs) Contar História, Fazer História, Brasília, Paralelo15, 2002.7 Bachelard, Gaston, A agua e os sonhos, São Paulo, Martins Fontes,1993, p.45.8 Ibídem.9 Benjamin, Walter, Sobre o conceito de história. Obras Escolhidas, V. I,São Paulo, Brasiliense, 1989, p. 223.10 Véase Katherine Borland, “That’s not what I Said”, Em RobertPerks and Alistair Thomson (orgs). The oral History Reader, London,Routledge, 1998.11 Santos, Boaventura, Um discurso sobre as ciências, Porto, EdiçõesAfrontamento, 1987.12 Brunner e Wisser, “A invenção do ser: a autobiografia e suasformas”, Em David Olson e Nancy Torrance, Cultura Escrita eoralidade, São Paulo, Àtica, 1995, p. 141.13 Benjamin, Walter, O narrador. Obras Escolhidas, V. I, São Paulo,Brasiliense, 1989, p.145.14 Bakhtin, Mikhail, Estética da criação verbal, São Paulo MartinsFontes, 1997.15 Hardy, Bárbara apud Finnegan Ruth, Tales of the city, Cambridge,Cambridge University Press, 1999, p. 35.16 Morin, Edgar, A re-ligação dos saberes, Rio de Janeiro, BertrandBrasil, 2001, p. 69.17 Sobre narrativa e história, ver, entre outros: Michel de Certeau, AEscrita da História, Rio; Forense, 1992.; Peter Gay, O Estilo na História,S. Paulo, Cia das Letras; Whitw, Hayden, Metahistória, São Paulo,Unesp, 1991.18 Harlan, D., “Intelectual History and the return of literature”,Hollinger, D. A., American Historical Review, V. 94, Nº 3, p. 581-609.

dialoguemos con el narrador, reconozcamos que conellos también tenemos mucho que aprender y nosimplemente recoger informaciones que irán a reforzarlos paradigmas de la concepción de ciencia quedefendemos. Paradigmas que irán a atenderexclusivamente los intereses del público de laacademia. Sugiero, por lo tanto, que se negocien enforma humana y sensible las interpretaciones de lasinvestigaciones con las cuales tratamos.

Finalmente, analizaré un aspecto del testimonio deFernández: el hecho de haber construido en unanarración.17 Toda narración contiene una versión, unpunto de vista sobre algo. La narración de Rufinoconstituye una versión entre tantas sobre la lucha porla tierra en el D.F.; ella disputa, con otras, espacios,audiencias y adhesiones, en busca de legitimidad so-cial e histórica. Esto me recuerda un dicho popularcorriente en nuestra sociedad: “Importa la versión y noel hecho”, lo cual llama la atención para la importanciay autonomía de las interpretaciones.

Toda narrativa articula algunos elementos talescomo: el que narra, cómo narra, para quién narra,cuándo narra, entre otros. Las formas casi infinitas dearticulación entre esos elementos resultan del uso decódigos culturales (lenguaje, estilo, género literario, etc.)a disposición de los autores en determinada época ytambién de la contribución individual ofrecida porcada autor, al elegir los códigos que utilizará en sunarrativa y los modos cómo lo hará. El uso de eseespacio individual de creación varía de autor en autor:algunos inventan códigos totalmente nuevos, otrostienden a utilizar los existentes.18 Toda narración, sinembargo, posee una dosis de creación, invención,fabulación, es decir de ficción.

Esto ocurre, incluso con las narraciones como la deRufino, que se pretenden ancladas en la memoria. Estacumple un papel creativo, no reflexivo, pues posee lafacultad de modificar lo real, produciendo historia,como ya sabían los antiguos griegos: la musa Poesía eshija de Mnemosina, diosa de la memoria; el poeta, elmás creativo de todos los entes, es solamente un serposeído por la memoria. Memoria e imaginación no seoponen como quiere el sentido común, antes secontemplan, pues poseen el mismo origen, naturaleza,poderes. En su narración, Rufino combinó, de formaoriginal, memoria e imaginación, tradición e invención,historia y ficción, recreando experiencias y recuerdos.

Por todas las características presentadas, la memo-ria, en especial cuando es organizada en una narrativa,posee una dimensión simbólica, la cual llevarápidamente a desprenderse, a despegarse de lo con-creto, para levantar vuelo propio. Todos los seres vivosconocen esa dimensión simbólica de la memoria, que laliteratura sabe tan bien aprehender: un simple sabor–como el de Madeleine, de Marcel Proust (1951)– escapaz de despertar los más lejanos recuerdos; unamúsica recuerda el amor perdido, el más querido; undetalle remite a una historia, que remite a otra, queremite a mitos, a tiempos inmemoriales… y después

vuelve hacia nosotros, al presente. Lo simbólico exponelas relaciones entre las diversas culturas, espacios ygrupos sociales por donde la narración transita: esjustamente el que permite la narración, sin perder elhilo conductor, liberarse de las amarras de lo real paraaventurarse, en libertad, por los caminos delimaginario.

El carácter simbólico marca profundamente lanarración de Rufino. Marca los varios tiempos quecontiene, así como las relaciones entre ellos: los tiemposde la historia de vida de Rufino, el tiempo de la luchapor la tierra en el D.F., el de la entrevista, entre otros. Ladimensión simbólica unificó, en la narración de Rufino,historia, memoria e imaginación histórica, dotándolade un eje conductor y de una lógica. No la lógicahistórica tradicional, pegada a los eventos, sino lalógica simbólica.

En este artículo, apliqué en el caso límite de laentrevista de Rufino concepciones de historia querelacionan la vivencia y las memorias de un serhumano con el tiempo en que vive, con los tiemposanteriores al de él y con el futuro; concepciones queasocian, en varios niveles y de varios modos: real ysimbólico, historia y memoria, memoria e imaginación.

61

traduccionesConflito deinterpretaçõesna Història Oral

Cléria Botelho da Costa

O objetivo desta proposta é refletirencima do problema da interpretação napesquisa sobre História Oral. Parto doentendimento de que o narrador, aoreconstruir um fato, embora este tenhasido compartilhado com outros, imprimeao mesmo a marca da individualidadedurante sua interpretação. E opesquisador, ao ouvir-lo.pode atribuir aopróprio fato outro significado. Estálançado aqui um desafio: como pode opesquisador fazer seu trabalhointerpretativo com as informaçõesoferecidas pelo narrador, sem sufoca-las? Ou seja, questiono a autoridadeinterpretativa do pesquisador que muitasvezes constrói seu texto analítico guiadopelas interpretações de grandes teóricos,distanciandose assim dos sentidosdados pelo narrador, sufocando sua voz.Penso que por esta razaõ muitosnarradores, ao serem convidados a lersua narrativa, nela não se reconhecem,revelando-se então um conflito deinterpretações.

Conflitd'interprétations dansl'Histoire Orale

Cléria Botelho da Costa

Réfléchir sur le problème d'interprétationdans la recherche de l'Histoire Orale estl'objectif de ce travail. Comme point initial, jeprends l'idée que le narrateur, au moment dereconstruire un fait, bien que ce fait ait étépartagé avec d'autres personnes, imprime,pendant son interprétation, une marqued'individualité sur celui-ci. Et le chercheur, enl'écoutant, peut attribuer à ce fait un autresignifié. Un défi se pose donc : comment lechercheur peut-il faire son travail interprétatifavec les informations offertes par lenarrateur, sans les suffoquer ? C'est-à-direque je mets en question l'autoritéinterprétative du chercheur qui souventconstruit son texte analytique réglé par lesinterprétations de grands théoriciens, sedistanciant ainsi des sens donnés par lenarrateur, suffoquant sa voix. Je pense quec'est pour cette raison que, lorsquebeaucoup de narrateurs sont invités à lireleur narrative, ils ne se reconnaissent pas encelle-ci, situation qui révèle un conflitd'interprétations.

The interpretativeconflict in OralHistory

Cléria Botelho da Costa

In this text we pretend to think about,interpretative conflict in oral history. Duringthe Research, on the one hand, thenarrator to remember some event, hegives to it any sense. On the other, whenthe researcher interprets the event, hegives to it, another sense. This is achallenge: how might we present our workin a way that grants the narratorinterpretative respect without relinquishingour responsibility to provide our owninterpretation of this experience? Weinquire the authority interpretative fromresearcher. The researcher, in general,brings with him an objective, scientificperspective that allow him, to perceive theevent narrated within a wide structures ofmeaning. For this reason, the narrators, ingeneral, don't recognize in the researchertext. There are a conflict interpretative.

61

62

La enseñanzapráctica

de la historia oralAlgunas reflexiones sobre

una experiencia con docentesde nivel primario

63

En esta breve comunicación intentaremos re-flexionar acerca de algunos resultados de esta activi-dad que tienen que ver, fundamentalmente, con elcambio de actitud del docente después de haber parti-cipado en esta práctica de taller colectivo y su transfor-mación en cuanto a su papel en el aula y la forma dever su propio concepto de la historia y su transmisión.

Creemos que la metodología de taller proporcio-na un espacio práctico para el aprendizaje de las téc-nicas de la historia oral.

Como se desarrollóla actividadEn principio, queremos destacar que ninguno de

los docentes inscriptos en el curso había vivido expe-riencia alguna relacionada con la historia oral.

Realizamos tres talleres, uno grabado en cinta ydos filmados, de dos horas de duración cada uno,cuyo tema fue reflexionar sobre su propia vida comoalumnos en la escuela primaria, para luego elaborarun proyecto de investigación entre todos.

El primer taller, grabado en cinta, tuvo un iniciosobrio, pero con el correr de los minutos los partici-pantes se fueron distendiendo hasta llegar a una con-versación coloquial, casi olvidando la presencia delgrabador.

Una situación distinta se vivió en el segundotaller, esta vez filmado, donde al comenzar se notóuna gran sorpresa y hasta diríamos una sensación deintimidación. La presencia de la cámara endureció elrelato, cada integrante habló a su turno, sin ser inte-rrumpido, casi en un orden escolar, respetando elpapel de la coordinadora, como si fuera la directorade la escuela.

En el tercer taller, también filmado, la actitud delgrupo cambió, se mostró más relajado, con mayorconfianza y a medida que los relatos avanzaban, losrecuerdos adquirían importancia en el marco históri-co que se le otorgaba, y se horizontalizaba el papeldel grupo y aun el rol de la coordinadora, ya que ac-tuaba como orientadora de las preguntas, con recono-cida autoridad en el aporte de técnicas y metodologíapero conscientemente integrada al conjunto, partici-pando de los temas surgidos.

La interacción del grupo fue aumentando en en-tusiasmo y emotividad. Sorprendidos en su propiaactitud de testigos históricos, los encuentros genera-ron en los docentes una expectativa que pasó de laextrañeza y el juego a la búsqueda de material biblio-gráfico, como programas de estudio, contexto políticoque daba marco a los relatos y un creciente interéspor encontrar los momentos de cambios en la educa-

A modo de antecedenteEl Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos

Aires dicta en forma permanente cursos sobrehistoria de la ciudad en diferentes ámbitoseducativos. Es convocado anualmente por elMinisterio de Educación de la Ciudad para capacitara los docentes de nivel primario en historia deBuenos Aires, utilizando la historia oral como uninstrumento pedagógico.

Estos cursos intentan introducir al docente en lapráctica de la historia oral aportando algunas herra-mientas teórico-prácticas que faciliten el aprendizaje,así como proporcionar fuentes y técnicas para laelaboración de proyectos a desarrollar en el aula.

A través de nuestra experiencia de trabajo hemosnotado que los proyectos escolares que incluyenalgunos elementos de la historia oral surgen a partirde iniciativas personales del docente no siemprecontempladas desde la institución escolar, razón porla cual suelen carecer de continuidad y no sedesarrollan en todo su alcance. Por ello, uno de losobjetivos de los cursos que dictamos se orienta aincorporar esta metodología como un instrumentointegrador de las diversas disciplinas escolares y comoestrategia vinculante entre los diferentes sectores de lacomunidad educativa (escuelas, docentes, padres,alumnos y particularmente el ámbito –el barrio–donde se encuentra ubicada la escuela).

Una propuesta de trabajoUna propuesta de trabajoUna propuesta de trabajoUna propuesta de trabajoUna propuesta de trabajoLa propuesta del curso dictado en el último

cuatrimestre de 2005, organizado y presentado porla directora del Instituto Histórico licenciada LilianaBarela, se centró en la historia de la ciudad, los ba-rrios y la vida cotidiana, utilizando la historia oralcomo método para la didáctica de la enseñanza.

Este curso estuvo integrado por trece docentesde diferente sexo, edad y función pertenecientes adistintas escuelas de nuestra ciudad. Había ma-estros de diversos grados y áreas como matemáticas,lengua y sociales, algunos con más de veinte años deantigüedad, otros con muy pocos años de ejercicio.Es decir, nos encontramos frente a un grupoheterogéneo que cumplía con la obligatoriedad derealizar un curso de capacitación, con otorgamientode puntaje docente, elegido sin mayoresexpectativas.

Luego de una primera etapa teórica sobre lahistoria de la ciudad y el uso de la historia oral,propusimos transformar el curso en un tallercolectivo de historia oral, donde los docentes seríanlos protagonistas de esta práctica de aprendizaje.

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-histórica

La enseñanza práctica de la historia oral

Autoras Lidia González (coordinadora)y Silvana Luverá

64

ción, comparación e interpretación de los diferentesperíodos involucrados, ya que las vivencias se refe-rían a las décadas comprendidas entre 1960 y 1990.

Desde el momento en que los docentes se vierona sí mismos construyendo un relato, que no sóloaportaba aspectos personales de su vida en la escue-la, sino que se entrecruzaba con la historia de la edu-cación en nuestro país, se encontraron analizandodiferencias y similitudes en los procesos de enseñan-za y aprendizaje, relacionando diferentes épocas yprogramas educativos. Todo esto motivó también labúsqueda de material propio que trajeron al taller,como cuadernos de clase, útiles escolares en desusoque recuperaron de sus casas, y en algún caso, perte-necientes a padres o hermanos.

En la segunda etapa del curso se visualizaronlas filmaciones de los talleres, se apuntaron los temastratados, se organizó una guía de contenidosjerarquizando tópicos, se analizó bibliografía corres-pondiente y se elaboró un proyecto de investigación.Esta tarea realizada colectivamente no resultó senci-lla, ya que las perspectivas y objetivos son muy difíci-les de consensuar entre personas de diferente forma-ción intelectual, ideológica y laboral. Sin embargo, selogró esbozar un proyecto de investigación colectivoestructurado sobre la base de los testimonios analizados:

El mundo escolar. Vida cotidiana (1960-2000)

1. El Estado y la educación (1960-2000)1.1. Función del Estado en la educación1.2. Función de la escuela1.3. Proyectos educativos

1.3.1. Contenidos curriculares2. Identidad y valores

2.1. Relación docente-alumno2.2. Relación escuela-hogar2.3. Símbolos patrios

2.3.1. Actos escolares3. Conclusiones4. Bibliografía y fuentes

Otra situación que merece considerarse es elcambio de actitud de los participantes al verse refleja-dos en la video filmación, el resultado fue un granasombro para todos, pues ellos mismos se convirtie-ron en observadores de sus propias expresiones ysentimientos; hasta en algún caso, llegaron a tomartal distancia que, al ver su imagen en la pantalla laobservaban como si fuera otra persona, emocionán-dose con lo que ellos mismos habían contado.

Pudimos compartir experiencias, los recuerdos se po-tenciaron y la presentación de objetos vinculados a ella

(cuadernos, libros) provocó la ampliación de esos recuerdos (...).Me causó una sensación especial ver en el video los cuader-nos de mi madre (cursó su primaria en la década del 20).Verlos “desde afuera” y en manos de otros fue muy impor-tante. (María Luisa, 54 años)

Es de destacar la placentera sensación transmiti-da por los docentes entrevistados al sentirse por pri-mera vez hacedores directos de la historia y creadoresde fuentes primarias que se les presentaban allí mis-mo para ser analizadas.

Mi concepto sobre la historia, concebida solamentecomo información extraída estrictamente de los libros,cambió al comprobar, tímidamente, que yo también soyprotagonista y puedo hacer historia con mis recuerdos ytestimonios. (Olga, 54 años).

(...) aprendí que soy parte de la historia y a trabajarcon mi memoria y recuperar recuerdos muchas veces olvi-dados. (Andrea, 33 años).

Las comparaciones entre pasado y presente fue-ron frecuentes, el análisis de la actualidad educativase trasladaba a sus relatos como una muestra de lasdiferentes épocas comprometidas tratando de buscaruna explicación a los cambios producidos.

(...) yo voy a que se valoraba más el trabajo del docenteno solamente dentro del colegio sino fuera, o sea, las mis-mas familias lo valoraban más, entonces eso lo transmitíana los chicos (...). (Hugo, 25 años).

A modo de evaluación final del curso se les pidióa los docentes que prepararan un proyecto individualpara aplicar en el aula a su cargo. La respuesta fue lapuesta en marcha de propuestas de trabajo con losalumnos íntimamente relacionadas con la realidadde cada establecimiento y de la comunidad donde seencuentra. Un ejemplo de esto es el proyecto presenta-do por Valeria (23 años):

Proyecto: “Historias de recién llegados”Contexto: Bajo FloresParticipantes: padres y alumnos de 1º BFundamentación: se intentará hacer una valoración de costumbres bolivianas, ligadas al origende los niños.Desarrollo: se hará una encuesta familiar sobre ellugar de origen de la familia.Luego se realizarán varios encuentros, grabados

y filmados. Los temas a tratar serán: costumbres, ves-timenta, comidas, bailes, etc.

Se llevará a cabo una presentación en el patio dela escuela y se invitará a toda la comunidad educativa.

65

La construcción de estos proyectos fue de graninterés para los docentes porque a través de éstospudieron poner en práctica la metodología aprendidapero con la particularidad de conocerla desde aden-tro; se les presentaba así, la oportunidad de desarro-llar una propuesta, con herramientas teóricas, peroproyectando desde lo vivenciado.

La experiencia de taller “en vivo” me fue de muchautilidad y esclarecimiento en cuanto a cuestiones prácticas,ya que si no lo hubiese vivido, dudo haber podido realizaralgo semejante. (Mariana, 28 años).

(...) infinidad de proyectos se me presentan como desa-fíos para llevar a cabo. La historia oral como contenidotransversal de diferentes áreas del conocimiento. La histo-ria oral como un producto de trabajo para intercambiarentre escuelas o bibliotecas escolares, como utilización defuente primaria de investigación (...) y los alumnos comoejecutores del proyecto, construyendo el sentido de perte-nencia a la comunidad, identificándose con la misma.(Verónica, 32 años).

El día de cierre de las actividades, los resultadosse expusieron en una cartelera de la escuela donde sedictó el curso. Se agregó a la presentación una seriede reflexiones de los docentes participantes sobre lasventajas de la práctica de la historia oral y los posi-bles usos en la escuela:

Personalmente el curso de historia oral, me sirvió parareencontrarme con mi historia escolar y compartirla conotras personas (...). El haber sido protagonista en el tallerme permitió aprender haciendo, que es la mejor manera deaprender la metodología y las técnicas de investigación delos investigadores. (Silvia, 44 años)

Fue una experiencia muy integradora de mi ser,puesto que pude no sólo interiorizarme de un tema bas-tante naturalizado por mí, “el mundo escolar”, sino quepude también hablar de mi propio pasado, escuchar elpasado de otros y relacionarlo con algunos conceptoshistóricos. Es como ver la historia desde otro costado.(Carolina, 33 años)

Comprendí, en el transcurso de las clases (...) que lahistoria oral, como complemento del documento escrito,tiene la ventaja de registrar una historia donde lo humanoestá presente en toda su complejidad. (Analía, 24 años)

Breves conclusionesEl uso de la historia oral en la escuela resultó un

excelente nexo entre los propios docentes, ejercitandouna práctica “en vivo” que los capacitó para hacerla

extensiva en su trabajo en el aula, con los alumnos ysu entorno.

La enseñanza práctica de la metodología de lahistoria oral facilitó la comprensión y validez de tra-bajar con la memoria individual y colectiva. En elcaso de esta experiencia se pudo acceder al conoci-miento histórico, entendiendo la historia desde unamirada más inclusiva.

La experiencia del taller de historia oral colectivofavoreció la integración de diferentes visiones sobrela historia, obligando a reflexionar, discutir yreelaborar propuestas de trabajo en el aula.

Esta situación, que transformó a los docentes deposibles entrevistadores en entrevistados, los llevó apercibirse a sí mismos como sujetos históricos, porta-dores de un relato con valor de interpretación históri-ca y creadores de fuentes.

Los cambios que pudimos apreciar en ellos amedida que se desarrollaban los encuentros tienenque ver con su propia visión de la historia y con lavaloración de la historia oral como técnica deaprendizaje.

A medida que el curso avanzaba se hizo visibleun creciente deseo por participar en los talleres, cadapropuesta recibió una respuesta positiva, incluso delmismo grupo surgieron posibilidades de trabajo di-versas. Este deseo de participación se forjó a partir dehaber experimentado una revalorización de la histo-ria, sentirse parte de ella generó un compromiso comodocentes pero fundamentalmente como componentesde la sociedad.

Los distintos útiles escolares que se presentaronen el taller con el fin de motivar el recuerdo resultaronde gran validez. Por un lado la cantidad de elementostraídos nos hablan de las ganas de sumarse a la pro-puesta, por otro encontramos a personasredescubriéndose a sí mismas, revisando sus propiasvidas pero con un carácter crítico y ubicando “sushistorias” dentro de un marco histórico compartido.

66

ProyectoReconstruirla memoriacomunitaria

para reincluir: La historiasalva la vida

V O C E S D E B U E N O S A I R E S

67

otras veces se desestructurantan repentinamente quesorprenden y crean realidadesimpensadas.

Los orígenesDe acuerdo con las

funciones a las que hacemosmención, desde el año 1998comenzamos el estudio

sistemático a través de lametodología de historia oral,de las “villas” de la ciudad. Lohicimos a partir de pensarlasintegradas al conglomerado debarrios en que se divide laciudad aunque no esténincluidas en la nomenclaturaoficial.

De 2000 a 2003 elPrograma de Historia Oral através de una de susintegrantes, la Lic. CleliaTomarchio, encaró lainvestigación de la Villa1-11-14 del Bajo Flores. Esostres años de trabajo de campoimplicaron no sólo un contactopermanente con los vecinos delbarrio sino una relaciónestrecha con la comunidadeducativa receptora de los

l proyecto al que aludimosen el título es una experienciaplaneada por mucho tiempopero que pudimos concretarrecién en el año 2005 y graciasal apoyo recibido por laCorporación Buenos Aires Sury L´associazzione Teatros Seligdi Torino. Proyecto “Dosmundos y una rosa”, a travésde la Asociación Amigos delInstituto Histórico es que,desde este Instituto Histórico ypor medio de su Programa deHistoria Oral, empezamos aimplementar lo que podríamosdenominar su período“piloto”.

Antes de describirbrevemente las característicasdel Proyecto resulta necesariomencionar sus orígenes, esdecir, el camino recorrido quepreviamente nos llevó ademarcar un estado desituación y a pensar diferentesformas de intervención.

Las razones de creacióndel Instituto Histórico de laCiudad de Buenos Aires tienenque ver con el estudio y lainvestigación de la historia dela ciudad y sus barrios, sudifusión, el asesoramientosobre su práctica, y la guarda yconservación de su fondodocumental. Todos losespacios de la ciudad con susdistintas conformaciones ymodificaciones son abordadosen diferentes períodos. Otrostemas y miradas ayudan a lainvestigación histórica de unaciudad en constantes y a vecessutiles transformaciones,donde las fronteras internasaunque invisibles tienen lasolidez de la materialidad y

El enfoque biográfico interpretativo en la investigaciónsocio-históricaAutoras Mercedes Miguez y Clelia Tomarchio

E niños y jóvenes que viven en ellugar.

Una de las característicasde la población de las villas enque están ubicadas lasescuelas es la histórica ycreciente exclusiónsocioeconómica. Sus historiascomunes hablan de rupturas,pérdidas, desocupaciónlaboral, discriminación,segregación. Su poblaciónprocede de zonas distantescultural y espacialmente, quehan sido desterritorializadas yen muchos casos privadas desu lengua, pautas culturales ylazos familiares.

En este proceso deexclusión, los barrios se hanvuelto cada vez más violentosy los jóvenes son los másclaros destinatarios yreproductores de estaviolencia.

Ya habíamos trabajado enel barrio. Habíamos realizadonuestra investigación con losantiguos pobladores ypublicado sus resultados.¿Cómo incorporar ahora a esosjóvenes en esa historia quetambién les es propia

Una de las características de lapoblación de las villas en que están

ubicadas las escuelas es la histórica ycreciente exclusión socioeconómica.

Sus historias comunes hablan derupturas, pérdidas, desocupación

laboral, discriminación, segregación.Su población procede de zonas

distantes cultural y espacialmente, lasque han sido desterritorializadas y enmuchos casos privadas de su lengua,pautas culturales y lazos familiares.

Proyecto Reconstruir la memoria comunitaria para reincluir

68

construyéndola con laimpronta de su propio tiempoy su propia realidad?

El proyecto podríaclasificarse como de imple-mentación de estrategiasalternativas para laproducción de conocimientosen el que la escuela dotada denuevos sentidos, sea un pilarfundamental para que esacomunidad en particular ex-plore su propia historia, laprocese, analice la informacióny la recree elaborando con elladiversos productos acabados.

A partir de algunasconversaciones informales condirectivos de establecimientoseducativos y con dirigentesbarriales, se consideró tambiénla importancia de laindagación de una identidad yde una historia colectiva comomarco de consolidación para laidentidad individual.

En consideración a todo loexpuesto vemos a la historiaoral como una herramientaprivilegiada ya que estametodología permite accederno sólo a un saber históricosino a ser partícipe de laconstrucción de esa historia.

El proyectoEl objetivo principal del

proyecto es la realización deuna segunda instancia en lareconstrucción histórica de laVilla 1-11-14, a partir del testi-monio de sus pobladores peroesta vez con la participaciónactiva de jóvenes del lugar,alumnos de 4º o 5º año de laescuela media que, bajo ladirección de este Instituto,llevarán a cabo todo el procesode investigación (planea-

miento, búsqueda deinformantes, toma de entre-vistas, etc.), el armado de unarchivo oral y la realización deproductos con los resultadosobtenidos.

La idea rectora delproyecto es que tengacontinuidad en el tiempo, sesostenga la alternancia de losjóvenes que lo integren amedida que vayan egresandode la escolaridad media y selogre la obtención de unespacio propio que al igual queotros espacios comunitarios seconvierta en un lugar dereferencia para esa comunidada partir de cubrir determinadasdemandas o necesidades,

diferentes de las habitualespero no menos importantes.

Todo el proceso implicanecesariamente la intervenciónde distintos profesionales quecapaciten a los jóvenesparticipantes, por ejemplo enla comprensión de textos, eluso del lenguaje y laortografía, el aprendizaje y elaprovechamiento de lasposibilidades informáticaspara la diagramación detextos, el armado depresentaciones en Power Point,tareas de catalogación yfichado, digitalización de au-dio e imagen, edición de vi-deos, armado de guiones,manejo y actualización depáginas web, todo esto, porsupuesto, a un nivelintroductorio con el objetivo debrindar una capacitacióncomplementaria de los saberesobtenidos en la educaciónformal.

La máxima aspiraciónsería que aquellos alumnosparticipantes en este proyecto,además de transitar este largorecorrido para reconstruir lahistoria de su comunidad,vayan descubriendo nuevasalternativas, que de acuerdocon el interés y la capacidadpersonal puedan convertirseen nuevas posibilidadeslaborales para ellos.

Una de las característicasdistintivas de este proyectoserá el pago de una beca men-sual a modo de salario por eltrabajo que deban desempeñaren horario extracurricular,cumpliendo con las pautasestablecidas en un contratofirmado entre los jóvenes o susrepresentantes, en caso de sermenores de edad, y el Instituto

Esta relación entre la institución y elindividuo estará reglada por una nor-

mativa establecida contractualmente yque operará como reguladora de larelación, remarcando de esta forma

los derechos y las obligaciones de laspartes, construyendo de esta maneralos límites simbólicos dentro de loscuales es posible la convivencia, conla indicación de que su trasgresión es

causal para la finalización de larelación contractual.

69

Histórico de la Ciudad deBuenos Aires. Esto paranosotros resulta de fundamen-tal importancia ya queincorporamos el concepto detrabajo como forma deintervención en el proceso so-cial donde se obtendrá unproducto o bien, que cubrirádeterminadas necesidades desu comunidad.

Esta relación entre lainstitución y el individuoestará reglada por unanormativa establecidacontractualmente y queoperará como reguladora de larelación, remarcando de estaforma los derechos y lasobligaciones de las partes,construyendo de esta maneralos límites simbólicos dentrode los cuales es posible laconvivencia, con la indicaciónde que su trasgresión es causalpara la finalización de larelación contractual.

Las dificultadesEn estos lugares es difícil

encontrar espacios de reunión.La escuela EMEM Nº 5, nexocon los alumnos, tuvo que serreemplazada por laCooperativa COPA y unapizzería del lugar.

La falta de un espacio nosolo obligó a un funciona-miento itinerante pordiferentes lugares del barriosino que imposibilitó laprovisión de una computadoray otros elementos técnicosnecesarios para una mejortarea.

La modalidad de loscursos escolares hace que losalumnos no tengan contactocotidiano entre sí por lo quefue necesario un período

previo de facilitación para elconocimiento interpersonal yla conformación de ciertaspautas de funcionamientogrupal.

Las dificultades quefuimos enfrentandoocasionaron no sólo laconstante adaptación de lasmetas a las posibilidadesreales sino que recién sepudiera empezar a trabajar enel mes de agosto de 2005.

Los logrosNo vamos a mencionar los

logros a nivel individual ygrupal ya que merecen unamplio espacio de reflexión,pero sí hablaremos de laproducción obtenida hasta elmomento ya que si bien fueronimplementados a modo deejercicios preparatorios parauna labor sistemática,superaron ampliamente todaslas expectativas.

Lo primero que queremosmencionar, porque resultasignificativo y demuestra unacabal comprensión de nuestrapropuesta, es la resistencia autilizar el término “proyecto”por parte de los participantes,prefirieron reemplazarlo por“plan de trabajo yemprendimiento” ya que, paraellos y de acuerdo con suexperiencia, “proyecto” en lapráctica funciona como unamáscara que encubre el “plande asistencia social”.

Es por lo expuesto que apartir de ahora, utilizaremoslos términos elegidos por losparticipantes porque ellosrepresentan el significado quele han otorgado a estapropuesta de trabajo. Poriniciativa de los jóvenes se

redactó un texto para ser leídoen los actos de finalización delciclo lectivo. También seescribió un artículo parapublicar en la revista MundoAparte –que tambiénpublicaremos en esta sección–,y la pintura de un mural enuno de los paredones del ba-rrio, que contó con lacolaboración de una docente deplástica del InstitutoUniversitario Nacional de Arte.

Los tres productosplasman las inquietudes deestos jóvenes y su miradadesgarradora pero al mismotiempo esperanzada de suentorno y es desde ese lugardonde resignifican no sólo elpresente sino el pasado quebuscan a través de lostestimonios, con una

70

revalorización espontánea delrescate de la memoria y de lacapacitación como armasposibles para pelear por unfuturo.

Hemos participado en unpanel presentando el proyectoen la “Semana de laDiversidad Cultural”organizada por la Comisiónpara la Preservación delPatrimonio Histórico y Cul-tural de la Ciudad, el InstitutoHistórico de la Ciudad deBuenos Aires y la Universidadde Tres de Febrero (UNTREF),llevadas a cabo entre los días15 y 21 de mayo.

Para esta ponencia sepensó en la presentación de unproducto que fuera la síntesisdel plan de trabajo realizado yque representara los objetivosdel emprendimiento.

Se entregó una publicacióncon formato tabloide en dondese volcaron los resultados de lainvestigación. Para estainvestigación, como en todos

los casos, se siguieron lospasos necesarios para suconcreción: elaboración dehipótesis, toma de entrevistas,elección de informantes,desgrabación y posterioranálisis e interpretación de losresultados. En todo el procesoeditorial, la información fuevolcada por ellos mismos a lacomputadora, se editaron lostextos, se pasó a corrección ypor último, junto con eldiseñador del InstitutoHistórico los participantesrealizaron la diagramación.

En todos estos pasosfueron acompañados ycapacitados por el personal delInstituto, según las distintasetapas del proceso depublicación.

Mural realizado por los jóvenesparticipantes en el proyecto.

71

Tiempos difíciles*

Somos jóvenes de distintos grupos, los chicos de“Hablando Bajo” (proyecto de historia oral del BajoFlores) y los de “Mundo Aparte”. Nos juntamos paraintercambiar opiniones y debatir el tema que nospreocupa que es la inseguridad. Para nosotros haymuchas formas de vivirla. Si queremos abarcar lainseguridad del barrio, podemos hablar de: robos,homicidios, vandalismo, peleas entre vecinos yjóvenes. El miedo que eso nos produce a toda lagente, que nos lleva al desamparo en la salud, en laeducación y la inseguridad social, porque nos dejaaislados y sin recursos. También podemos pensarque el aislamiento nos lleva a ese clima deinseguridad. De tal manera que el individuo haquedado abandonado y eso aumenta sus miedos y susensación de inseguridad ante el prójimo.Por otra parte hay mucha gente que usa la palabra“inseguridad” con distintos propósitos: comofórmula de campaña política la usan para aterrorizara cierta gente y excluir a otras que no tienen elmismo trabajo ni la misma educación, porque susescuelas no tienen los recursos necesarios paracontenerlos y eso lleva a muchos a pensar que laúnica forma de sobrevivir es robando, ya que estepaís no les da una oportunidad.Los políticos nos sugieren respecto de la inseguridad,aumentar las condenas, hacer más cárceles, tener máspolicías en las calles en “ciertas zonas”.La existencia de un orden social desprende que elmiedo y la inseguridad son vividos y sufridos condiferencias apreciables entre las clases sociales,grupos, comunidades. Los sectores más pobres nosolo sienten la inseguridad social y política por lasnecesidades que padecen, sino la que se vive a diariodentro del propio barrio.Para algunos de nosotros la opinión es que hay quecombatir la inseguridad, pero no “fuego” contra“fuego”.Con respecto a esta situación, en el momento quenos pasa nos sentimos impotentes, con bronca, yaque al verla día a día y observarla atentamente y nopoder hacer nada, se vive como algo natural, a lo queestamos acostumbrados.Lo antes dicho es lo que pensamos. Al respecto,también hemos recogido opiniones entre vecinos delbarrio. Uno de los entrevistados expresaba que paraél la seguridad es estar protegido(…) y cree que todociudadano, viva donde viva debe sentirse respaldado(…).

Ante el desamparo por falta de derechos ciudadanosagrega es que tuvimos que protegernos nosotros mismos.Dentro de un mismo tipo de opinión, otorga a la (…)falta de políticas (…) por no crear trabajos (…) que lleva a lagente a vender o consumir drogas, lo que influye tambiénen la inseguridad (…) con lo cual muchos códigos se fueronperdiendo, valores, respeto(…).Pero la inseguridad tiene más caras, la de los jóvenesque no llegan a ser juzgados, porque como dicePedro, en la calle los negritos encontramos nuestro juez yverdugo. Son los que se creen Dios, al decidir la vida o lamuerte sobre el asfalto o debajo de un auto, o capaz que parano ensuciarse las manos nos empujan a ser nuestro propioverdugo al hacernos saltar de un puente o tirar frente a untren a ver si por casualidad podemos sobrevivir y si lologramos perdemos parte de la vida, porque con esos tratosque nos dan nunca quedamos bien del todo. Una piernamenos, un brazo menos o quedar en silla de ruedas, total. Aquién le importa la vida de un negrito, que por ser negro ypobre ya somos juzgados como chorros.Pero hablar de inseguridad en algunos vecinos delBarrio Illia también despierta la idea del miedo deque muchos habitantes no puedan disponer de susviviendas al no tener el título de propiedad.No podemos negar la relación de violencia, delito einseguridad, es decir, a quienes doña Cristina llama(…) chicos malos (…) que te desnudan, te dejan sin ropa,que te entran en tu casa y te dejan sin nada.En los recuerdos de años atrás de Pablo aparece queno reconoce como barrio (...) sino como campo de batallasdonde las mafias se mataban entre sí, era un lugar donde nila policía podía entrar…donde no se podía salir a comprarpor miedo de que te robaran o una bala acabara con tu vida.En mi familia se dice que cuando ellos eran jóvenes se vivíamejor porque en la dictadura no había tantos robos. Enmucha gente lo que estaba presente era esa sensaciónde orden que daba la dictadura militar impuesta através de la violencia.Lo que se perdieron fueron los códigos porqueprosperó el individualismo y con ello la preservaciónde lo propio y el desinterés por los otros.

“Hablando Bajo” y “Mundo Aparte”

*Artículo que se publicará en la revista Mundo Aparte

72

A S O C I A C I Ó N D E H I S T O R I A O R A L

Estimada/o colega:

Con genuina satisfacción, comunicamos queel día 3 de diciembre de 2004 hemos alcanzado una meta queveníamos proponiéndonos desde tiempo atrás: La conformaciónde la ASOCIACIÓN DE HISTORIA ORAL DE LA REPÚBLICA AR-GENTINA (AHORA), un proyecto largamente anhelado porcuantos hemos incursionado en el territorio de la historia oral. Enla fecha indicada, ha quedado integrada su COMISIÓNDIRECTIVA, cuyos miembros son Hebe CLEMENTI (Presidenta);María Inés RODRÍGUEZ AGUILAR (Secretaria); Liliana BARELA(Tesorera); Mirta Zaida LOBATO, Pablo POZZI, AlejandroSCHNEIDER, Graciela Ruth BROWARNIK, Mercedes MIGUEZ yRubén KOTLER (Vocales); por último, la Comisión Revisora deCuentas está integrada por Graciela SAEZ (Revisor Titular) y MaríaCristina VIANO (Revisor Suplente).

Se trata de historiadores conocidos, deproducción variada y especialmente centrada en temas resueltos através de documentos orales, que actúan en medios diversos y enámbitos educativos u organismos afines, a lo largo y a lo ancho denuestro país. En este amplio espectro de concurrencia, estamosconfiados en que podremos cumplir los objetivos que nosproponemos para la difusión y el empleo de abordajes desde laperspectiva de la historia oral. La conexión con nuestra presenciaen encuentros, cursos, conferencias, congresos que se propongansimilares objetivos, es obvia. Al mismo tiempo, la difusión depublicaciones específicas podrá realizarse con la máxima eficienciay oportunidad. En este sentido, se viabilizarán mejor lasposibilidades de difundir el uso de la historia oral en toda nuestraRepública Argentina y de crear un Archivo Nacional de HistoriaOral, que logre establecer relaciones institucionales a nivelinternacional y nacional, donde concurran también otrasdisciplinas afines, con la misma seriedad que hasta ahora se vienehaciendo en forma asincrónica y mediando esfuerzos aislados.

Los miembros de la Comisión creada cuentancon trabajos y proyectos diversificados en cuanto a campos deinterés y recursos, debidamente acreditados en años de trayecto. Elseguimiento adecuado de contenidos socio-culturales hasta aquípoco estudiados, habrá de procurar novedosos contenidos yamplios horizontes de accionar interdisciplinario, a la par que

Transcripción de laNota de presentaciónde la Asociaciónde Historia Oral de laRepública Argentina(AHORA).

73

logrará la superación de divisiones rutinarias y excluyentes. Eneste sentido, la creación de un Archivo Nacional de Historia Oralserá un proyecto omnicomprensivo que podrá redituar el esfuerzoque hemos estado haciendo hasta aquí cuantos sentimos lavitalidad y la oportunidad de esta creación, que por otra parte, haalcanzado en otros países una jerarquía intachable.

Esta circular es una invitación para que sepropicie una adhesión oportuna a la fundación de esta entidad,que habrá de centrar su accionar en la creación de este ArchivoNacional de Historia Oral, y en la implementación de espaciospermanentes para lograr estos objetivos, estableciendo ysosteniendo relaciones con instituciones similares a nivel nacionaly/o internacional.

En tal sentido, será bienvenida la adhesión desocios que se sumen a los esfuerzos que venimos haciendo hastaaquí. Una cuota anual de $ 50 o dos cuotas semestrales de $ 30podrán ser abonadas mediante giro postal a nombre de GracielaRuth Browarnik, DNI Nº 14.027.020, con domicilio en la sede delInstituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Av. Córdoba1556, Planta Alta, CP 1055 o en su defecto, la inscripción podrárealizarse en forma personal en el Instituto, en la dirección antescitada, dentro del horario de 14 a 19.

La dirección de correo electrónico es:[email protected]

Agradecemos desde ya la solidaridad y elapoyo por parte de quienes se interesan en la múltiple aperturaque la historia oral consiente para aclarar y conocer nuestrarealidad, iniciando así una verdadera aventura de conocimiento yexploración de nuestras reservas y limitaciones. Lo vemos comouna óptima concertación de trayectorias y aspiraciones, y estamosseguros de alcanzar así un horizonte comunicacional e integradorhasta aquí inexplorado, cuyos alcances estarán prontamente a lavista en cuanto pongamos en marcha unidad de criterios y accionaroportuno.

Hasta muy pronto, y esperamos sus reflexionesvía correo electrónico.

Hebe ClementiPresidenta

74

N O T I C I A S S O B R E P U B L I C A C I O N E S Y A C T I V I D A D E S

Libro: La Ciudad de Buenos Aires y sus habitantes (1860-1870). A través del Catastro de Beare y el Censo Poblacional,de Jorge F. Lima-González Bonorino.______________________________________________________________

Libro: Invasiones Inglesas al Río de la Plata 1806-1807.Aporte Documental. Al conmemorarse dos siglos de lasInvasiones Inglesas se publicarán documentosincorporados al acervo documental del InstitutoHistórico.______________________________________________________________

Cuaderno: Invasiones Inglesas al Río de la Plata 1806-1807.A 200 años de la Reconquista y Defensa de la Ciudad. Estaes una publicación con fines didácticos destinada a ladivulgación de este acontecimiento histórico con motivodel Bicentenario de la Reconquista de Buenos Aires.______________________________________________________________

Cuaderno Nº 6: Barrios del Sur. Compilación de trabajosde Historia Oral realizados por el Instituto Histórico.

Los días 13, 14 y 15 deseptiembre de 10:00 a 18:00se llevarán a cabo lasXX Jornadas de Historia deBuenos Aires “La viviendaen Buenos Aires” en laManzana de las Luces.Participarán entre otrosMaristella Svampa, ClaudiaPiñeyro, Miguel Guérin yRafael Iglesia.

El Instituto Histórico y laComisión de PatrimonioHistórico organizan lasJornadas “Buenos Aires Idish”en el edificio de la BibliotecaNacional durante los días18, 19 y 20 de septiembre.

Jornadas

Publicaciones