CARMEN ALBERT 1

EJERCICIO DE REDACCIÓN

Selecciona a cuatro personajes, ponles un nombre y una ocupación y escribe una historia de aprox. 250 palabras en la que aparezcan cono personajes. La historia debe tener planteamiento, nudo y desenlace.

CARMEN ALBERT 2

EJERCICIO DE REDACCIÓN

Utilizando el esquema, escribe una historia en la que el protagonista seas tú. Puedes inventar un alias, y puedes tener cualquier profesión o cualquier habilidad especial.

CARMEN ALBERT 3

EJERCICIO DE ANÁLISIS TEXTUAL Lee los textos que aparecen a continuación. Resume su contenido en dos o tres líneas. Identifica y analiza los distintos elementos de la narración: tipo de narrador, tipo de personajes, estructura de la historia, espacio y tiempo externo. TEXTO 1

María siempre había creído que su destino era un trabajo gris y anodino en una oficina de contratación. Nunca se habría atrevido a soñar que un país entero aplaudiría sus hazañas, o que el nombre de la calle principal de su pueblo fuese a llevar su nombre. Todo había empezado diez años atrás. María era una niña tímida y apocada que iba al colegio, estudiaba y dedicaba sus ratos libres a leer libros de aventuras. Una tarde en que estaba sola en casa porque su madre había ido a la compra, llamaron a la puerta. Cuando María abrió, se encontró a un ser que no medía más de medio palmo, con una sonrisa radiante y con un lunar dorado en el lugar donde debía estar la nariz. -Hola, María. Sé que no me esperabas. Tengo un encargo muy importante para ti. -¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre? –repuso María. -Te lo explicaré por el camino. Coge una chaqueta y un bolígrafo. Tenemos que apresurarnos. La ciudad corre un grave peligro. El jefe ha mandado a buscarte. Los superhéroes protectores de la ciudad necesitan tu ayuda.

TEXTO 2

No sabía cuanto tiempo llevaba en esa isla. Me había despertado ayer sobre la arena de la orilla, pero debía de haber dormido durante semanas, porque la barba que tenía me llegaba a la base del cuello. Tampoco recordaba esas ropas de soldado. Yo nunca había sido soldado. Lo último que recordaba era estar en mi casa escribiendo una carta para mi amada Beatriz. En mitad de la redacción había sentido un golpe en la cabeza que me hizo perder el conocimiento. Valoré mi situación. No podía quedarme allí sin más. Por la altura del sol deduje que era pasado el mediodía. Me quedaban unas cuantas horas de luz para inspeccionar la isla y buscar un lugar donde resguardarme, así que me levanté y me puse en marcha. Notaba los músculos entumecidos de la inacción, pero me obligué a caminar lo más deprisa posible. Localicé un manantial de agua dulce y algunas frutas silvestres que comí con fruición. El colmo de mi suerte fue hallar una abertura entre las rocas, muy cerca de la playa, que podía hacer las veces de vivienda. Con unas ramas de palmera adecenté el suelo de piedra, recogí helechos para crear una cama blanda, acumulé algo de agua y de frutos en unas cortezas de coco que encontré, localicé un par de ramas con los bordes afilados que pudiesen servirme para defenderme, y volví a la cueva. Ahora que tenía lo necesario para empezar, me dispuse a elaborar un plan de vida mientras esperaba ese barco que me rescatara de la isla.