El Acero de Madrid Libreto

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Comedia española.

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Lope de Vega

Flix Lope de Vega Carpio

EL ACERO DE MADRID

Hablan en ella las personas siguientes:

Lisardo

Riselo

Octavio caballeros

Gerardo

Florencio

Beltrn

Msicos criados

Salucio

Leonoresclava

Prudencioviejo

Belisasu hija

Teodorata de Belisa

Marceladama

ACTO PRIMERO

(Salen LISARDO y RISELO)

LISARDO: Desde aqu la podis ver.

RISELO: Notable ha estado la iglesia.

LISARDO: Este da de la Cruz

ponen cuidado en la fiesta.

RISELO: Si virades a Sevilla,

5lo dijrades de veras.

LISARDO: Ya he sabido que ese da

celebran por excelencia.

Ya sale y sale el aurora;

que esta grada en que pasean

10

es la prisin de la noche

en columnas y cadenas.

Cantad, lisonjeras aves,

de las jaulas de esas rejas;

calles de Madrid, volveos

15

prados y alfombras de seda;

caballos de aquestos coches,

como animales y fieras,

haced regocijo al alba,

que sale vertiendo perlas.

20

RISELO: Qu bien pintada maana!

LISARDO: Es todo amante poeta.

RISELO: Pues, por Dios, que son la doce;

que a ms de las once y media

acabaron el sermn,

25

y si vuestra dama bella

viene a ser alba a las doce,

harto ms parece siesta;

y si porque sale es alba,

ya por lo menos no es fresca,

30

que a las doce, y tres de mayo,

antes secar las hierbas.

LISARDO: Quedo, por Dios! sta es!

(Salen BELISA y TEODORA con mantos. La TEODORA es ta de BELISA y ha de traer un hbito de beata, manga en punta, con una imagen de la Concepcin en el escapulario.)

TEODORA: Lleva cordura y modestia:

cordura, en andar de espacio

35

modestia, en que slo veas

la misma tierra que pisas.

BELISA: Ya hago lo que me enseas.

TEODORA: Cmo miraste aqul hombre?

BELISA: No me dijiste que viera

40

sola la tierra? Pues dime,

aquel hombre, no es de tierra?

TEODORA: Yo la que pisas te digo.

BELISA: La que piso va cubierta

de la saya y los chapines.

45

TEODORA: Qu palabras de doncella!

Por el siglo de tu madre,

que yo te quite esas tretas.

Otra vez le miras?

BELISA: Yo?

TEODORA: Luego, no le hiciste seas?

50

BELISA: Fui a caer, como me turbas

con demandas y respuestas,

y mir quin me tuviese.

RISELO: Cay! Llegad a tenerla!

LISARDO: Perdone, vuesa merced,

55

el guante.

TEODORA: Hay cosa como esta?

BELISA: Bsoos las manos, seor,

que, si no es por vos, cayera.

LISARDO: Cayera un ngel, seora,

y cayeran las estrellas,

60

a quien da ms lumbre el sol.

TEODORA: Y yo cayera en la cuenta.

Id, caballero, con Dios.

LISARDO: l os guarde, y me defienda

de condicin tan estraa.

65

TEODORA: Ya caste. Irs contenta

de que te dieron la mano.

BELISA: Y t lo irs de que tengas

con qu pudrirme seis das.

TEODORA: A qu vuelves la cabeza?

70BELISA: Pues, no te parece que es

advertencia muy discreta

mirar adnde ca,

para que otra vez no vuelva

a tropezar en lo mismo?

75

TEODORA: Ay, mala pascua te venga!

Y cmo entiendo tus maas!

Otra vez? Y dirs que sta

no miraste al mancebito?

BELISA: Es verdad.

TEODORA: Y lo confiesas!

80

BELISA: Si me dio la mano all,

no quieres que lo agradezca?

TEODORA: Anda, que entrars en casa.

BELISA: Oh, lo que hars de quimeras!

(Vanse)

RISELO: Ya traspusieron la calle.

85

LISARDO: Ay de m!

RISELO: Quin es aquella

arpa que la convierte?

LISARDO: Una ta, que pudiera

ser agela de la envidia,

porque es entre fraila y duea;

90

guila, de medio arriba;

de medio abajo, culebra.

Todos mis intentos muda,

ni hablarla ni verla deja,

escribir es imposible:

95

con ms ojos que Argos vela.

(Sale BELTRN, criado de LISARDO)

BELTRN: Aguard que te apartases

de aquella Circe cruel,

para que cierto papel

100

a diamantes me feriases,

y es de balde, aunque me dieras

por cada letra un diamante.

LISARDO: Es burla Beltrn?

BELTRN Delante

de Riselo burlas esperas?

Lo menos he referido;

105

tal favor viene con l

que la funda del papel

se vale lo que te pido.

(Mustrale un guante.)Al salir me vio Belisa,

hzome con una estrella

seas, tan linda, que en ella

110

vieras del alba la risa.

lleg a la pila del agua,

fingi quererla tomar

y, volvindome a mirar

115

mira el enredo que fragua! ,

meti un papel en un guante

y de la cruz le colg

como perdido, a quien yo

luego me puse delante.

120

Mo es, dije a la gente

que a tomar agua llegaba,

y el sol, que ya caminaba,

volvi la luz a su Oriente.Rise de la presteza

125y gracia con que tom

el guante.

LISARDO: Muestra, y dir

que ha igualado a su belleza

su divina discrecin.

BELTRN: Pues, no lo agradeces ms?

130

LISARDO: A este guante debers

calzas, ropilla y jubn.

BELTRN: Oh, milagro soberano

y de ningn hombre odo,

que un guante hiciese un vestido135

siendo oficio de la mano!

Y el papel, qu das por l?

LISARDO: Camisas por l tendrs.

BELTRN: Oh papel, que has hecho ms

que un molino de papel!

140

Y tan semejante fuiste

que os quedis los dos parejos,

pues todos mis lienzos viejos

limpios y nuevos hiciste.

LISARDO: Guante, si con vos no hago

145

locuras, es porque quiero

ver este papel primero;

perdonadme si no os pago

el ser cubierta importante

deste precioso favor;

150

pobre estaba, pues amor

pidi limosna en tal guante.

Pero, qu mucho que en l

venga el papel que me enva,

pues all tambin cubra

155

una mano de papel?

Y pues por ella le gano,

y de mano tanta fe,

con juta causa dir

que es pliego de aquella mano.

160

BELTRN: Encareces con razn

la mano por su hermosura

y su fe, pues te asegura

que es papel del corazn.Lee, seor, por tu vida.

165

LISARDO: Leo poniendo en mis ojos

de tanto amor los antojos,

pues hay alma que los pida.

(Lee el papel)

Mientras duerme la envidia desta ta,

y la esclavilla, si despierta, vela,170

te escribo a media noche, lumbre ma;

y pues vivir no puedo sin cautela,

oye dos cosas que el amor piadoso

para nuestro remedio me revela.

Yo voy fingiendo, mi querido esposo,175

que estoy descolorida y opilada

para engaar un padre tan celoso

y una ta tan mal intencionada.

Busca un mdico amigo que me vea,

y avsale de todo si te agrada.

180

ste dir que slo quien pase

con el acero, aqueste mes de mayo,

sana de aqueste mal; porque lo crea,185

yo fingir tambin algn desmayo,

darme los jarabes de livianas

cosas, aunque mi amor no teme un rayo.

Saldr con este achaque las maanas,

tal vez a Atocha, al Prado y tal al Soto,

que por ti juzgar las cuestas llanas.

Y, por si aqueste velador piloto190

de mi nave medrosa va conmigo,

no te espantes del hbito devoto:

llvate al lado algn discreto amigo

y dile que con ella finja amores,

quiz me dejar que hable contigo.195

Esto me ensea amor, que mis temores

vence con su poder; que amar aprisa

no sufre espacio; si los hay mejores,

dime t los remedios. Tu Belisa.

LISARDO: Qu te parece?

RISELO: Que creo

200

que su amor y discrecin

no tienen comparacin,

si no es su mismo deseo.

Lindo remedio!

LISARDO: Estremado.

Pero, dnde habr dotor

205

que ayude a mi justo amor?

RISELO: Justamente habis dudado.

Aunque ms amigo sea,

ninguno lo querr hacer,

aunque le conste el saber

210

el buen fin que se desea.

Es el mdico el oficio

de ms confianza.

BELTRN: Amor

dio el medio y dar el dotor.

LISARDO: Tienes perdido el juicio?

215

BELTRN: Ponedme a m si queris,

un hbito doctoral,

que yo s que no har mal

lo que los dos pretendis.

Un poco s de latn

220

de los rcipes, y har,

con esto poco que s,

que tenga salud.

LISARDO: En fin

has de encajar tus locuras,

Beltrn, en toda ocasin.

225

RISELO: Por Dios, que tiene razn:

amor es todo aventura;

entre estos encantamientos

ejecuta un disparate.

LISARDO: No ves que es este un orate?230

Destruir mis pensamientos.

RISELO: Cmo?

LISARDO: En medio de tener

puesta en su punto la cura,

har la cura locura,

con que me echase a perder.

235

BELTRN: Yo? Pues, tiene, Dios, criado

disimulo como el mo?

LISARDO: Dijeras mulo, y yo fo

que lo hubieras acertado.

BELTRN: Prueba, intenta

RISELO: No temis,

240

que Beltrn tendr ms seso

viendo que importa al suceso.

LISARDO: Ahora bien, los dos estis

dese parecer? Yo digo

que sea Vente a vestir

245

Pero, quin ha de decir

que le enva?

BELTRN: Algn amigo.

LISARDO: De quin?

RISELO: Del padre

LISARDO: Eso no,

sino amiga de Belisa,

a quien hoy la misma, en misa,

250

su enfermedad le cont.

RISELO: Vamos

LISARDO: Todas las razones

Te pienso hacer estudiar.

BELTRN: Mas que me vengo a quedar

con doctor de opilaciones?

255

(Vanse, y salen PRUDENCIO, viejo, y OCTAVIO, de camino, y SALUCIO, criado, con fieltro y maleta)

PRUDENCIO: Dadme otra vez los brazos como deudo,

que la primera vez fue como amigo.

OCTAVIO: Una y mil veces, mi seor Prudencio,

que miro en vos el rostro de mi padre.

PRUDENCIO: Con salud queda, en fin?

OCTAVIO: Para serviros.260

Lleva t la maleta a la posada,

Salucio.

PRUDENCIO: Qu posada? Tal agravio

queris hacer a nuestra casa, Octavio?

Hola! Leonor, no hay un criado en casa?

(Sale LEONOR, esclava.)

LEONOR: Qu mandas?

PRUDENCIO: Toma luego aquesa ropa265

y llama esa muchacha y a su ta;

di que est aqu su primo.

LEONOR: Muestre, amigo.

SALUCIO: Quien a vuestra merced da la maleta,

le diera

LEONOR: Diga.

SALUCIO: toda la estafeta.

(Vanse.)OCTAVIO: Bien me parece este lugar.

PRUDENCIO: Es cifra270

de todo lo mejor que tiene Espaa;

Danle gran majestad aquestas calles,

y el aire saludable que las baa

es el ms importante cortesano.

OCTAVIO: Notables edificios.

PRIDENCIO: Vanse haciendo.275

(Salen TEODORA y BELISA.)

TEODORA: Dadme, seor, las manos.

OCTAVIO: Oh, seora!

PRUDENCIO: Vuestro sobrino regalad, Teodora.

Tu primo abraza, t.

BELISA: Seis bien venido.

OCTAVIO: Vos, mi seora, con el mismo hallada;

por vuestro esclavo me tened, que es justo. 280

BELISA: Por mi seor os tengo.

PRUDENCIO: Tan buen husped

ha de honrar esta casa muchos das.

OCTAVIO: Segn la voluntad con que entro en ella

y la merced tan grande que recibo,

ya no me pesa del temor que todos285

me pusieron en esto del despacho,

que dicen que en la corte, los que vienen

por un mes a negocios, si salieron

de su casa mancebos y lozanos,

o se quedan en ella, o vuelven canos.290

(Sale LEONOR.)

LEONOR: A la puerta est un doctor

que me dice que te diga

que le enva cierta amiga

de mi seora, seor.

PRUDENCIO: Di que venga en hora buena.295

OCTAVIO: Doctor? Hay enfermo en casa?

PRUDENCIO: No es nada, pero si pasa

adelante dar pena.

Belisa, de haber comido

deste barro portugus

300

BELISA: (Bien dice, que amor lo es,

que mi opilacin ha sido.)

PRUDENCIO: sospecho que est opilada.

OCTAVIO: Qu lstima y compasin!

PRUDENCIO: Agora es buena ocasin

305

de curarla.

TEODORA: Que no es nada.

Pienso que ser peor

ponerla en cura.

BELISA: Si acaso

tuvieras a cada paso

este desmayo y dolor,

310

a fe que no lo dijeras.

LEONOR: El doctor entra, seor.

PRUDENCIO: Llega otra silla, Leonor.

(Sale BELTRN de mdico, gorra y capa, y guantes en la mano, y unas sortijas en ellas; y con l LISANDRO de acompaante.)

LISARDO: Mira que has de hablar de veras.

BELTRN: Dios guarde a vuestras mercedes.315

Qu es de la enferma?

TEODORA: Aqu est.

LISARDO: (Por donde amor no entrar,

lince de tantas paredes?)

BELTRN: Doa Ins, cierta seora

a quien en misa cont

320

su mal Belisa, me habl,

entrando en su casa agora,

que tiene del mismo mal

una nia. El pulso venga.

BELISA: Yo le asegura que tenga

325

en l bastante seal,

porque se me alborot,

despus que entr, mucho ms.

LISARDO: (Si t desa suerte ests,

gloria ma, qu har yo?

330

a fe que si me tomara

el pulso a m, que l me viera

con calentura tan fiera

que los dedos se abrasara.)

BELTRN: Venga esotro pulso, que ste335

ya nos dijo la verdad.

PRUDENCIO: Si tendr necesidad,

Seor doctor, que se acueste?

BELTRN: Sospecho que fuera bien,

mas no es agora razn;

340

presto llegar ocasin

en que el jarabe le den.

Cunteme agora qu siente

y dgame la verdad.

BELISA: Siento una gran soledad

345

de hablar y tratar con gente.

Allgome a la ventana,

y, aunque mucha gente veo,

no est all lo que deseo,

y qutaseme la gana.

350

Aqu sobre el corazn

se me ponen unas cosas

que me quitan, enfadosas,

la vital respiracin.

Cuando algo quiero gozar,

355

se pone en esta vista ma

una cosa como ta

que no me deja mirar.

Digo como ta grande

y como viva persona

360

que me cansa y apasiona

de que no mirar me mande.

Que, no siendo con intento

de ofender a Dios jams,

desto de no mirars

365

no s que haya mandamiento.

Tras esto, la opilacin

que esto me suele causar,

tampoco me deja hablar

y apritame el corazn.

370

Querra hablar y no puedo,

mas agora espero en Dios

que tengo de hablar por vos,

si desopilada quedo.

BELTRN: Aqu hay mucho que decir,

375

mas no da el tiempo lugar;

yo har que podis hablar

y honestamente rer.

Al subir cuesta, escalera

o otra cosa, qu sents?

380

BELISA: Siento ahogarme.

BELTRN: No subs

ligera?

BELISA: Cmo ligera?

BELTRN: Ahora bien, pues vos podris

muy presto, y tan slo quiero

que por agora el acero

385

cuatro maanas tomis,

y os salgis a pasear

al Soto, Atocha o al Prado,

pero con mucho cuidado

de que el sol no os ha de dar,

390

porque all Galeno dice

que cuando acero tometur,

sol in capite non detur,

que a la cura contradice.

LISARDO: (Maldgate Dios, amn!

395

Si stos supiesen latn,

yo soy perdido!)

BELTRN: Y, en fin,

maana comienza bien,

porque ayer fue oposicin,

y dice el dotor Laguna

400

que per oposita luna,

non fiat ulla emisin.

LISARDO: (Otra locura, ay de mi!)

BELTRN: Sin esto, desde este da

no habr la melancola

405

de lo que mentis aqu;

porque yo os quiero enviar

msicos, y por agora

esta sortija, seora,

de grande virtud prestar.

410

Pero tambin advertid

que sin prenda no la doy,

porque es, a fe de quien soy,

ajena.

PRUDENCIO: Jess! Decid,

qu prenda queris por ella?415

BELTRN: Basta esa vuestra, Belisa.

PRUDENCIO: Qutatela, nia, aprisa.

BELISA: Qu hay tanta virtud en ella?

OCTAVIO: Es ua de la gran bestia,

seor doctor?

BELTRN: No seor,

420

que otra hallremos mayor

sin dar buscarla molestia.

sta es de cierto animal

que a las mujeres adora,

y esta es la causa que agora

425

resulta en efecto igual.

LISARDO: (En esto anduvo discreto:

bien mi sortija le dio,

bien la suya le tom.)

BELTRN: Maana salga, en efecto,

430

despus que tome hasta media

escudilla reposada

del agua bien acerada,

que desopila y remedia,

con el ir a pasear,

435

todas las opilaciones;

que a la tarde bendiciones

pienso que me habis de echar.

Seor licenciado, mire

este pulso desta dama.

440(Llegue LISARDO y tome el pulso.)

Es estudiante de fama.

Llegue, pues, no se retire.

Est un poco vergonzoso

Como es agora pasante.

LISARDO: Algo est febricitante,

445

intercadente y dudoso.

(Hay tan grande atrevimiento

como decir bernardinas?)

BELTRN: A ciertas damas vecinas

voy a ver.

LISARDO: (Qu gloria siento!)450

PRUDENCIO: Srvase vuesa merced,

(Vyale a dar dinero.)

y perdone.

BELTRN: No har tal.

(Rehse. Tmelo)

LISARDO: Tomstelo?

BELTRN: Pesia tal,

Dios guarde a vuesa merced.

(Vanse los dos.)

PRUDENCIO: Quedad algo consolada?

455

BELISA: Hame dado gran consuelo,

que parece que del cielo

trajo la ciencia estudiada.

PRUDENCIO: Hgase esta noche el agua,

Teodora, por vida ma,

460

porque antes que salga el da

BELISA: (Qu bien mi engao se fragua!)

PRUDENCIO: salga esta nia hacia el Prado

con Leonor, que bastar.

TEODORA: Sola con Leonor ir?

465

Vaya con ella un criado,

y yo ir tambin con ella.

BELISA: (Perdida soy!)

OCTAVIO: Si queris

que la acompae, tendris

un escudero.

PRUDENCIO: No es ella,

470

Octavio, tan gran seora

que ese escudero merezca.

Vamos adonde os ofrezca

esta humilde casa agora,

no el aposento que os debe,

475

pero el de su voluntad.

(ntrase el padre, y ellas delante.)

OCTAVIO: Para darme calidad

vuestra misma sangre os mueve.

Ay, Salucio, qu mujer

para propia!

SALUCIO: Si la estima

480

tu amor, ponla para prima,

que no es difcil de hacer

al instrumento deseo,

que una prima es consonancia

notable.

OCTAVIO: Si es de importancia485ser para sacarla Orfeo,

har, Salucio, lo mismo.

SALUCIO: Poco espanto me dar;

que cualquier amante est

a las puertas del abismo.

490OCTAVIO: De penas pierde el recelo,

aunque en su fuego me abraso;

que si con ella me caso,

pienso estar a las del cielo.

(Vanse, y salen MARCELA y FLORENCIO.)

FLORENCIO: Que guardes esa lealtad

495es muy conforme a quien eres,

que es honra de las mujeres

cuando tienen voluntad.

Pero es menester que el hombre

pague en la misma moneda,

500

que si no, muy necia queda

y no merece otro nombre;

porque ser leal a quien

no la ha guardado en su vida,

es necedad conocida,

505

y no vengarse, tambin.

Riselo sigue su gusto,

sigue el tuyo y no seas loca.

MARCELA: No pienso mover la boca

aun para darle disgusto.

510

Del hombre la libertad

no se sujeta a opinin,

y en la mujer es blasn

de su honra la lealtad.

Por s misma la mujer

515

est a ser buena obligada,

porque ser casta forzada

no se debe agradecer.

Cuando por vengarme ans

venganza en mi honor hiciese,520

quin duda si le perdiese

que la tomaba de mi?

Dems que no eres testigo,

Florencio, tan abonado,

que crea yo que haya usado

525

tan mal trmino conmigo.

Si t de tu voluntad,

movido de un noble celo,

me dijeras que Riselo

no me guardaba lealtad,

530

algn crdito te diera;

mas si t me solicitas,

bien es razn que permitas

no darte crdito.

FLORENCIO: Espera

MARCELA: Qu me puedes t decir

535

que no sea todo en razn

de tu loca pretensin?

FLORENCIO: Qu has de perder por or?

MARCELA: Mas qu no podr perder?

Todas las que se han perdido540

fue slo de haber odo,

porque a nacer la mujer

sin odos, ms segura

por vuestro mar caminara.

FLORENCIO: Eso fuera si te hablara

545

en tu ingenio y hermosura;

quirote hablar solamente

en abono de mi honor:

sabrs a quien tiene amor

Riselo distintamente.

550

Despus que tiene amistad

tan estrecha con Lisardo,

un caballero gallardo

de su traza y de su edad,

traen requiebros los dos

555

cerca de San Sebastin,

que all las flechas les dan,

aunque ninguna por Dios.

All o a la Trinidad,

van dos seoras a misa,

560

una que llaman Belisa,

cuya hacienda y calidad

hace por dicha temer

a Lisardo en esta villa

aunque es hidalgo el pedilla565

a su padre por mujer.

Es moza cuyo despejo,

rostro, galas y tocado

no viene mal consultado

cada da con su espejo;

570

sale de la iglesia haciendo

mil caireles con el manto,

pisa firme, esgrime y cuanto

va mirando va rindiendo.

La otra dicen que es su ta,

575

mujer de mejor asiento,

no de aquel entendimiento

que parece argentera.

Hay fondo y conformidad

de su prudencia y buen trato580

con un hbito beato

que le causa autoridad.

Mas no s si la anafaya

que no s si es estamea

tiene desta noble duea

585

los pensamientos a raya,

porque la veo mirar

a Riselo atentamente,

como a hurto de la gente,

ya al salir y ya al entrar.

590

Ayer, al salir de misa,

las dos pasaron delante,

y puso en la pila un guante

no s a qu efeto Belisa;

pero s que un picarn

595

lacayo enjerto en truhn,

que sirve al dicho galn

ya de ventor, ya de halcn,

le tom disimulado,

y a los dos se le llev.

600

MARCELA: An no imaginaba yo

que era tanto mi cuidado.

En eso entiende Riselo

y el amistad de Lisardo

vino a parar? Ya qu aguardo?605

Castigue su engao el cielo.

Al principio imagin

que era tu aviso ficcin,

que una olvidada aficin

es sospechosa en la fe,

610

y es el camino ordinario

de quien ama con desdn

el decir que quiere bien

a otra mujer su contrario.

Mas agora que los cielos

615

me declaran la verdad,

no es ofender mi lealtad

tener de la suya celos.

Oh, traidor, que por el gusto

de un amigo que acompaa,

620

pague mi amorosa hazaa

con este indigno disgusto!

Pues no ha de pasar as.

Sabes la casa?

FLORENCIO: Pues no?

MARCELA: Ven conmigo.

FLORENCIO Bien s yo

que le hallars por all.

625

MARCELA: Si mujer de confianza

ha de hacer algn error,

no ser inters ni amor.

Dios nos libre de venganza!630

(Vanse. Salen con capas de color, bizarros, LISARDO, RISELO Y BELTRN.)

LISARDO: Oh cmo tardan, Riselo!

Qu he de hacer?

RISELO: Amor te valga.

LISARDO: Temo que de envidia salga

deste mi sol el del cielo.

RISELO: Antes no saldr, si sabe

635

que es sol y que fuera est.

BELTRN: Las aves le cantan ya

a Belisa en voz suave:

Maanicas floridas

del mes de mayo,

640

recordad a mi nia

no duerma tanto.

LISARDO: Campos de Madrid, dichosos

si sois de sus pies pisados;

fuentes, que por ver la huerta

645

del Duque, subs tan alto

el cristal de vuestros ojos

que asomis los blancos rayos

por las verdes celosas,

muros de sus verdes cuadros,

650

hermosa alfombra de flores,

donde tejiendo y pintando

est la naturaleza

ms ha de cinco mil aos;

arroyuelos cristalinos,

655

ruido sonoro y manso,

que parece que corris

tonos de Juan Blas cantando,

porque ya corriendo aprisa,

y ya en las guijas de espacio,

660

parece que entris con fugas

y que sois tiples y bajos:

recordad a mi nia,

no duerma tanto.

RISELO: Aves, que vais por el viento,

665

ya del sol clarificado,

sobre sus plumas tendiendo

vuestros vistosos penachos,

las que asomis por los nidos

las cabezas gorjeando,

670y las que ya en altas ramas

dais buenos das al Prado;

trigos, que con amapolas

y mil amarillos lazos,

sois un tapiz de verduras

675

sembrado de papagayos;

lamos verdes, a quien

con tantas hojas y ramos,

visti de alegre librea

a pesar de octubre mayo,

680

para que la nia venga

que est esperando Lisardo,

recordad a su ta

no duerma tanto.

BELTRN: Tabernas de San Martn,

685

generoso y puro santo,

que ya ponis reposteros

como acmilas de Baco,

cajones, que ya os cubrs

con el pan de leche blanco;

690

franceses, que pregonis

aguardiente y letuario;

carretones de basura,

que vais las calles limpiando;

roperos, que amanecis

695

con solcito cuidado

sin ser procesin del Corpus,

las tiendas entapizando;

y vosotros, aires fros,

que dais tos y resfriado,

700

romadizo y otras cosas

a los que salen sudando;

porque despierte a la ta,

y ella a Belisa, si acaso

duerme, descuidada agora

705

de que la aguarda Lisardo,

recordad mi fregona,

no duerma tanto.

RISELO: No me parece que tiene

de tu cuidado pesar.

710

LISARDO: Terrible cosa es mirar

aquel s viene, no viene.

RISELO: Mientras penas como sueles,

y ella el levantarse traza,

vaya Beltrn a la plaza

715de Antn Martn por pasteles;

que mientras que se regale

nuestro estmago almorzando,

estars t contemplando

aquel s sale o no sale.

720LISARDO: Brbaro ests.

RISELO: Libre estoyLISARDO: Es para el entendimiento

amor divino sustento.

RISELO: Pues yo al cuerpo se le doy

que es lo que aprovecha y vale.

725

LISARDO: Yo no, porque en mis deseos,

a un favor, tras mil empleos,

no hay manjar que se le iguale.

BELTRN: All vienen tres mujeres!

LISARDO: Tres? adnde?

BELTRN: En la Carrera.730

LISARDO: Son ellas?

BELTRN: Aqu me espera.

LISARDO: Lince en mis cuidados eres,

mas detente, que ella viene.

BELTRN: Ella es, sin duda, seor.

LISARDO: Puede haber mayor favor

735

de cuantso el amor tiene?

(Salgan en zapatillas, con sombreros de plumas y las ropas levantadas al uso de Madrid TEODORA y BELISA, y LEONOR en chinelillas con listones.)

TEODORA: Mientras ms te voy diciendo

que a los hombres no te allegues,

que mires y no te ciegues,

porque ciega el amor viendo,

740

ms te acercas y te allegas.

Y si en allegarte das,

mariposilla sers:

quemarste si te ciegas.

BELISA: Vlgame Dios, y qu estraa

745

condicin que se te ha hecho!

No me ha de ser de provecho,

si tu rigor me acompaa,

ni el acero ni el paseo.

Ves que el doctor me mand

750

que viese gente y que yo

cumpliese cualquier deseo;

ves que a mi melancola

es aquesto conveniente,

y aprtasme de la gente?

755

LISARDO: Agora s que es de da!

Agora s que sali

a estos campos el aurora!

TEODORA: Luego: dejarte agora

hablar con los hombres yo?

760

BELISA: Pues, con quin tengo de hablar?

con las bestias, discrecin?

TEODORA: Para aquesta opilacin

te mand el doctor andar.

BELISA: Y ver gente y hablar gente,

765

y andar con gente, mejor.

No es esto verdad, Leonor?

LEONOR: Y cmo si es conveniente!

Y cmo si es de importancia

a tanta melancola!

770

TEODORA: Qu buen testigo! Est fra

fuente, cuya consonancia

basta para desechar

del alma toda tristeza,

mira, y con cunta belleza

775

sube, hasta querer entrar

por ese verde aposento

del jardn del Duque; y mira

las blancas perlas que tira

rota en pedazos, al viento;

780mira estos rboles verdes

que le hacen toldo y dosel

para que, debajo dl,

de ningn dolor te acuerdes.

Habla con ellos, que as

785

la soledad perders.

BELISA: Lindos consejos me das,

y respondernme?

TEODORA: S.

BELISA: Seores rboles, yo

muy buena intencin traa

790

de decir la pena ma

a quien la causa me dio.

Para aqueste desafo

del campo, donde ya espero,

el pecho arm con acero

795

para dar un filo al mo.

Mas para la impertinencia

de quien no me deja hablar,

desde hoy ms le pienso armar

desta forzosa paciencia.

800

Toda la noche pas

esperando la maana,

pero fue esperanza vana,

pues sin hablar me qued.

Suplcoos, rboles verdes,

805

que me tengis por fiel,

y a ti, mi verde laurel,

que de mis males te acuerdes.

LISARDO: Harlo sin duda ans,

lo mismo te pido yo.

810

TEODORA: Qu es eso?

BELISA: El rbol habl.

TEODORA: El rbol?

BELISA: Seora, s.

TEODORA: Hay tan notable insolencia?

BELISA: Esto te enfada tambin?

Los cielos, ta, me den

con tus enfados paciencia.

TEODORA: Pues, piensas que no entend

con los rboles que hablaste?

BELISA: Pues malicia sospechaste.

TEODORA: Y dnde hay laurel aqu?

820

BELISA: En San Jernimo hay tantos

que puedo hablarlos ans.

TEODORA: Y veslos t desde aqu?

Cubros luego los mantos

y demos la vuelta a casa

825

que ya entiendo tus maldades,

ya s tus enfermedades,

ya s todo lo que pasa,

ya s tus opilaciones,

ya s el agua de tu acero,

830

decirlo a tu padre quiero,

todas fueron invenciones.

Cbrete presto!

BELISA: Eso s,

rie, rie, no repares,

en que me das mil pesares,

835

yo me morir por ti.

Encirrame con mi mal,

mteme melancola,

para mi no salga el da,

sea todo tiempo igual.

840

Plega Dios que antes de un mes

en otro hbito me vea

llevar donde me desea

tu rigor, para que ests

contenta de ver mi vida

845

donde a Dios pidiendo ests,

que enterrada an no dirs

que estar bien recogida!

Plega a Dios que crezca el mal

y reviente el corazn,

850

y que en aquesta ocasin

me d una gota coral!

Plega a Dios...!

LEONOR: Esto has querido!

Mrala ya desmayada!

LISARDO: Cay Belisa!

RISELO: Alterada

855

est su ta! Qu ha sido?

LEONOR: Ves aqu lo que has causado

con tu mala condicin.

TEODORA: Qu le he dicho?

LEONOR: Que es ficin:

Bastante ocasin le has dado.

860

Fingido debe de ser

mal que encarece un doctor

tan grave? Ay, seor, seor!

TEODORA: Qu es lo que quieres hacer?

LEONOR: Ah, seores! Tiene alguno

865

sortija de corazn?

TEODORA: sta es mejor invencin.

(Lleguen)

LISARDO: (No ms, temor importuno)

Qu es esto, seoras mas?

LEONOR: Desmayse esta seora.

870

LISARDO: Aqu, en este punto?

LEONOR: Agora,

tocad sus manos

LISARDO: Qu fras!

TEODORA: Por qu las ha de tocar?

LEONOR: Porque con la alteracin

se sosiegue el corazn.

875

LISARDO: (Hay ms bien que desear?)

Pondrle aquesta sortija

al dedo.

BELTRN: Basta, que en paz

amor, con este disfraz,

viene a jugar la sortija.

880LISARDO: Hay en qu poder traer

agua de la fuente?

LEONOR: S.

Que un bcaro trae aqu.

(Squele de la manga un barro)

RISELO: Deso debe de nacer

todo el mal que le atormenta.

885Parte a la fuente, Beltrn.

LISARDO: Mientras por el agua van,

para que el dolor no sienta,

quiero decirle al odo

unas palabras notables.

890

(Hblela LISARDO al odo)

TEODORA: S, s, como t las hables,

ella cobrar el sentido.

RISELO: Puso Dios virtud, seora,

en las piedras, cuanto ms

en las palabras.

TEODORA: Jams

895

pens ver esto Teodora.

Hay insolencia fundada

en tanta fuerza y razn?

(Despierte)

BELISA: Qu dulce consolacin!

RISELO: Habl?

TEODORA: S, despus de hablada.900

BELISA: Parece que una abejita,

cuyo tierno pico adoro,

con un susurro sonoro

que todos mis males quita,

un panal de miel sabrosa

905

en el odo me haca.

TEODORA: Abeja? Alano sera,

traidora, en tu oreja ociosa.

Hay desvergenza como sta?

LISARDO: Sentaos con ella, seora,

910

que no es bien que suba agora

ese pedazo de cuesta.

Sentaos vos, seor Riselo,

junto a ella, y yo estar

junto a esta dama, porque

915

-que no lo permita el cielo-

si se desmayare pueda

volverla a hablar al odo.

(Sintanse los cuatro)

TEODORA: Esto, Belisa, has querido.

Qu buena tu honra queda!

920

BELISA: Calle, ta de mis ojos,

que el doctor manda que vea

gente.

TEODORA: Y manda que est sea?

(Comienza RISELO a entretener la ta, y LISARDO y BELISA hablan de odo)

RISELO: No reciba deso enojos,

vuestra merced oiga ac.

925

TEODORA: Qu quiere vuesa merced?

RISELO: Quiero que me haga merced

de escucharme.

TEODORA: Acabe ya.

RISELO: Ese mojil de estamea,

hbito beato y grave,

930

ese donaire suave

que har manteca una pea;

esa dulce gravedad,

ese claro entendimiento,

ese honroso fundamento

935

de virtud y honestidad;

esos ojos regalados,

tan estrellas de mi empleo,

que cuando ayuna el deseo

se los da amor estrellados;

940

esa boca ilustre y bella,

coral, sangre y pura rosa

que jams ha hablado cosa

que no la echase por ella;

esa nariz rubicunda,

945

que por nica nariz

merece hacerle un telliz

que le sirviese de funda;

esa bien puesta garganta,

donde desa toca el punto

950

tiene al amor todo junto

con la argolla a la garganta;

esos pechos a quien paga

pechos amor cuando juega

del vocablo, y con que ciega,

955

tira, prende, mata y llaga,

me tienen muerto de amor.

TEODORA: Jess, no pase adelante!

Cmo a mujer semejante

habla en amores, seor?

960Levantarme. Ay, Dios mo!

Es esto lo que hoy rec?

RISELO: Detngase, y la dir

que tiene un gallardo bro.

TEODORA: El hbito no le espanta?

965

No mira que est bendito?

RISELO: Terrible es el sobrescrito,

mas siempre el amor levanta

de las cartas la cubierta

donde est la cortesa:

970

yo la adoro, fraila ma,

por la parte descubierta.

TEODORA: Qu notable tentacin!

Ay, qu mal hombre que est!

Dios le alumbre! Hgase all!975

RISELO: Los de amor preados son.

Bien dice, con bien me alumbre;

sepa que me da un antojo.

TEODORA: Por su vida, que me enojo!

RISELO: Esto le da pesadumbre?

980

(BELTRN con el agua)

BELTRN: Aqu viene el agua.

LEONOR: Calla,

y sintate junto a m.

(Sintese BELTRN)

BELTRN: Luego, derrmola?

LEONOR: S,

que ya se dan la batalla

dos a dos.

BELTRN: Y la braveza985

de la ta?

LEONOR: Ya ces.

BELTRN: Y cmo estamos t y yo?

LEONOR: (A fe que es l buena pieza.)Parcele diga- bien,

cmo habl con Catalina?

990

BELTRN: Hablla por tu vecina

y por tu amiga tambin.

LEONOR: Que no quiero esa amistad.(Vuelva la ta la cabeza y vea abrazarse LISARDO Y BELISA)

TEODORA: Qu es eso? Oh, qu lindo ensayo!

LISARDO: Apuntbale el desmayo,

995

y tvela.

TEODORA: Qu piedad!

RISELO: Dejaldos hablar, que son

mozos, y bien podra serfuesen marido y mujer.

TEODORA: Ya entiendo la opilacin.

1000

LEONOR: Maldito seas! Que bien

ser doctor fingiste all!

BELTRN: Parecte bien ans?

LEONOR: Y desta suerte tambin.

BELTRN: Sbete que s curar.

1005

LEONOR: Cmo?

BELTRN: He curado un cuartago

que, despus del de Santiago,

con lo que le suelen pintar,

no tiene bestia Madrid

-aunque no las tiene malas-

1010

como l, fltanle unas alas.

TEODORA: Si sois libre me decid.

RISELO: Tan encogido os parezco?

TEODORA: No digo, sino si acaso

no sois casado.

RISELO: Aunque caso,

1015

jams casarme merezco.

Si yo hallase una mujer

de gobierno como vos...

TEODORA: Eso encomendaldo a Dios,

porque Dios lo puede hacer.

1020

RISELO: (Sal quiere este huevo.)

BELISA: El sol

entra furioso, mi bien,

y porque dure tambin,

y no haya algn arrebol,

es menester dar lugar

1025

a la razn. Vete agora

y habla primero a Teodora.

LISARDO: Bien le ha sabido el hablar.

Riselo, vamos de aqu

que es muy tarde.

RISELO: A Dios, mi gloria!1030

(Levntase)

TEODORA: Y tendr de m memoria?

RISELO: Hasta olvidarme de m.

TEODORA: No habr salido del Prado

cuando todo se le olvide.

RISELO: Mal vuestro descuido mide

1035

Los lejos de mi cuidado.

TEODORA: Vngame siguiendo agora

y nuestra casa sabr.

LISARDO: Qu hay de Teodora?

RISELO: Que est

como un mazapn Teodora.

1040

TEODORA: Ven, muchacha, por aqu.

BELISA: Vas enfadada?

TEODORA: De qu?

RISELO: Lindamente la enga.

LISARDO: Amor, vitoria! Venc!

ACTO SEGUNDO

del Acero de Madrid

(Salen OCTAVIO y SALUCIO)

OCTAVIO: Un hombre determinado

1045

es incapaz de consejo

SALUCIO: Yo, seor, no te aconsejo.

OCTAVIO: Ni es oficio de criado;

eso ha de hacer el amigo,

el superior y el que es viejo.

1050

SALUCIO: No es querer darte consejo

hablar de tu bien contigo.

Tu prima es bella mujer,

y en sangre la misma tuya.

OCTAVIO: Si la diferencia es suya,

1055

qu puede Otavio perder?

SALUCIO: No me ha parecido a m

que vive en la honestidad

de mujer de calidad

y que naci para ti.

1060

OCTAVIO: Cunto va que has de obligarme

a hacer algn desatino?

SALUCIO: Ya del tuyo lo imagino;

quiero dejarte y guardarme.

OCTAVIO: Pues, cul hombre hablar osara1065

en un ngel?

SALUCIO: Tiene pies

en que descubre lo que es.

OCTAVIO: En lo que dices repara.

SALUCIO: Digo que aqueste salir

cada maana me enfada.

1070

OCTAVIO: A m, Salucio, me agrada

verla del campo venir.

Cul rosa de Alejandra

tales colores sac

luego que el alba rompi

1075

la prisin en que viva?

O cul lirio aljofarado

puede el roco dejar

como ella suele mostrar

el rostro en sudor baado?

1080

Hay cosa como el despejo

del sombrerillo y el manto?

SALUCIO: Nunca la he mirado tanto.

OCTAVIO: Yo s, que el alma le dejo

cada vez, y a tener mil,

1085

en los cabellos revueltos,

que ya atados y ya sueltos,

adorna un velo sutil.

Pues en viendo la chinela

de listones enlazada,

1090

de su pie reja dorada,

donde estando preso vuela,

no hay tan cuerdo entendimiento

que no trajese despus

todo el seso en tales pies.

1095

SALUCIO: Ya por el tuyo los siento.Mas si tanta bizarra,

y ese volver desde el Prado,

cual lirio en perlas baado

y rosa de Alejandra,

1100

no vienen con ocasin

de la enfermedad que dice,

qu importa que la matice

el pincel de tu aficin?

OCTAVIO: Necio, en volviendo de andar,1105

no ha de venir encendida?

SALUCIO: Nunca est descolorida,

ni la veo desmayar,

sino es cuando a hablar la quieres

que pienso que tu aficin

1110

es toda su opilacin.

OCTAVIO: Maliciosa bestia eres.

SALUCIO: Si yo veo la beata,

la de la manga y rosario,

la del pardo escapulario

1115

y la Concepcin de plata,

que la culpaba y rea,

despus que sale, contenta,

qu quieres, seor, que sienta?

OCTAVIO: Cmo Salucio? En su ta

1120

osas tu poner la boca?

En una santa?

SALUCIO: No s

si es santa.

OCTAVIO: Cun bien se ve

que el demonio te provoca.

Dolame el otro da

1125

la cabeza, y solamente

bendecirme, de repente

me quit el mal que tena.

Y osas hablar?

SALUCIO: Pues a m

la otra noche me bendijo

1130

y ciertas cosas me dijo

rezando que no entend.

Y dolindome de vicio

una muela, tal anduve

de todas juntas, que estuve

1135para perder el juicio.

OCTAVIO: se es milagro!

SALUCIO: Sin duda,

de los que Mahoma haca,

pues lo que en una dola

a todas juntas lo muda.

1140

OCTAVIO: Antes, porque te falt

la fe, quiso castigarte

y aquel dolor aumentarte

que de una en todas te dio.

Y toma resolucin

1145

de no hablar en esto mal

que es mujer muy principal

y, en fin, mis parientas son;

fuera de que por mujer

quiero pedir a Belisa.

1150

SALUCIO: Tan aprisa?

OCTAVIO: Tan aprisa.

SALUCIO: No te quiero responder.

(Sale Beltrn, vestido de mdico.)

BELTRN: Dios sea en aquesta casa.

OCTAVIO: El doctor!

SALUCIO: El bellacn!

OCTAVIO: Qu dices?

SALUCIO: Que todos son

1155

de una pasta y una masa.

BELTRN: No est, seor, levantada

esa nia?

OCTAVIO: Poco habr

que vino del campo.

BELTRN: Ya

andar ms descansada.

1160

OCTAVIO: Provecho le van haciendo

los jarabes.

BELTRN: Es gran cosa:

aquella hinchazn acuosa

va gastando y deshaciendo.

Dale la vida ver gente.

1165

OCTAVIO: Yo, mi seor, no he dormido

esta noche.

BELTRN: Qu ha tenido?

OCTAVIO: Cierto enfadoso accidente.

BELTRN: El pulso, por vida ma,

que no est muy sosegado;

1170

mas esto ms se ha causado

de pura melancola

del alma y el pensamiento

que de corporal pasin:

algo parece aficin.

1175

OCTAVIO: Qu divino entendimiento!

BELTRN: (Este majadero muere

por Belisa y nos persigue.)

Quin algn deseo sigue,

ms poco a poco le espere,

1180

que del alma las pasiones

se suelen comunicar

y dellas causas tomar

las exteriores acciones.

As lo dijo Avicena:

1185

quando anima constritatur,

corpus maxime gravatir,

y importa dejar la pena.

OCTAVIO: Tiene un ingenio divino!

BELTRN: Haga que cuezan romero,

1190

ruda y tomillo salsero

en media azumbre de vino,

y tenselo en un tobillo,

que podr dormir mejor.

SALUCIO: Tambin yo tengo, seor,

1195

cierto mal: podr decillo?

BELTRN: Podis.

SALUCIO: Siento aquestos das

despus que en Madrid estoy,

un descontento que doy

en grandes melancolas.

1200

Nada me parece bien,

todos me son importunos.

BELTRN: Tenis dineros?

SALUCIO: Ningunos.

BELTRN: Pues procurad que os los den.

Vos sois hombre mal contento

1205

y aun algo murmurador.

SALUCIO: (ste es demonio o doctor?)

(Salen TEODORA y BELISA, como que se levantan.)

BELISA: Ms aliviada me siento.

TEODORA: Aqu est el doctor.

BELISA: Seor!

BELTRN: Jess, nia, y cmo ests

1210

hoy a mi gusto! No hay ms

famoso talle y color.

Dame ese pulso... Excelente!...

Muestra esa mano...

BELISA: Qu haces?

(Hgale una higa con la mano de BELISA)

BELTRN: Una higa, y que me abraces;

1215

an no hay seal de accidente

BELISA: A quin la tengo de dar?

BELTRN: Dsela al seor Otavio.

BELISA: De gentilhombre?

OCTAVIO: Es agravio

que os hacis; haced sacar

1220

un espejo, y esa cara

mirad, y ddsela a ella,

porque a una cosa tan bella

su mismo amor la matara.

BELTRN: Hoy, dnde has andado?BELISA: Fui1225hasta la Casa del Campo,

en cuyas flores me estampo,

y un hora me duermo all;

parecime que soaba,

al son de una fuente pura,

1230

que un ngel en hermosura,

talle y discrecin me hablaba;

que mil cosas me deca

jurando tenerme amor,

y por Dios, seor doctor,

1235

que el alma me enterneca;

quiso abrazarme tambin,

y despert.

BELTRN: Aquel jarabe

como es tan blando y suave,alegra la sangre bien.

1240

BELISA: Despus que tomo el acero

y me salgo a pasear,

no siento ya aquel pesar

de no gozar lo que quiero.

Hllome muy aliviada

1245

de aquella melancola,

que ya mi seora ta

no es mal acondicionada.

Ya no rie su merced.

TEODORA: Y yo, cundo te re?

1250

BELISA: En otro tiempo la vi

hacerme menos merced.

TEODORA: T sobrina, ya has dejado,

andando, tu opilacin,

y yo, en la misma razn,

1255

la tengo de haber andado.

debiseme de pega,

y como opilada estoy,

a nadie -a fe de quien soy-

pienso reir ni culpar.

1260

BELTRN: Qu buena cosa sera

que su mal se le pegase!

BELISA: Dios quiere que el mal se pase

a vust, seora ta,

porque sepa lo que son

1265

aquestas opilaciones.

BELTRN: Yo le har, en breves razones,

que pierda la opilacin.

Hay un criado?

(Sale SALUCIO)

SALUCIO: Aqu estoy.

BELTRN: Vaya a la botica luego

1270

por un manojo de espliego.

SALUCIO: Digo que volando voy. (Vase)

TEODORA: Pues, qu es lo que quiere hacer?

BELTRN: El efeto lo dir:

vuesa merced nos dar

1275

lugar, y podr volver

dentro de un instante aqu.

OCTAVIO: Jess, seor, yo me voy. (Vase)

BELTRN: Fuese?

TEODORA: S.

BELTRN: Sabes quin soy?

TEODORA: Desde ayer te conoc.

1280

Ya s quien eres Beltrn,

ya s todo el fingimiento,

y que eres el instrumento

del amor deste galn.

Y pues ha querido el cielo

1285

castigar mi gravedad

y aquella severidad

con adorar a Riselo,

haz buen oficio con l;

dile que mire que soy

1290

mujer noble, y que le doy

palabra de ser fiel;

y aunque no sientas de m

los mritos que l merece,

mi persona le encarece.

1295BELTRN: Harlo. Teodora, ans.

Arrima la hipocresa

y la parda beatitud,

porque en tanta juventud

ms fuerte sangre se cra.

1300

Traza que estos dos pichones

hagan su nido en tu casa,

que si su padre los casa,

tu vida en remedio pones:

gozars de un caballero

1305

como Riselo, tan grave,

tan dulce, honesto y suave.

TEODORA: Sabe Dios lo que le quiero!

BELISA: Ta, como ella sola

reirme, puedo yo agora

1310

reirla: no ve, seora,

que es alma tambin la ma

y que tengo yo que hablar

con Beltrn?

TEODORA: Tienes razn,

es nueva mi opilacin

1315

y tengo ms que curar.

BELISA: Dile, Beltrn, a Lisardo...

TEODORA: Calla, que tu padre viene!

(Sale PRUDENCIO y OCTAVIO)

PRUDENCIO: La misma enfermedad tiene?

Otra pesadumbre aguardo

1320

OCTAVIO: As lo dijo el doctor.

BELTRN: Muestra el pulso.

PRUDENCIO: Qu tenemos?

BELTRN: Anda este mal por estremos.

PRUDENCIO: Por Dios, que temo, seor,

que ha de darme a m tambin.

1325

BELTRN: Estar muy presto buena,

no hay que tener desto pena:

esto que digo le den:

y a Dios, que tengo una junta. (Vase)

PRUDENCIO: Con lo que se quita el mal1330

te ha dado a ti?

TEODORA: Si es igual,

la sangre, hermano, y se junta

qu mucho que me haya dado

de andar con ella?

(Sale LEONOR.)

LEONOR: Aqu estn

los msicos.

TEODORA: Entrarn?

1335

PRUDENCIO: A muy buen tiempo han llegado.

(Salen con sus instrumentos.)

MSICOS: Hoy el seor nos mand

alegrar esta seora.

PRUDENCIO: Ms lo ha menester Teodora.

MSICOS: Cmo?

PRUDENCIO: El mal se le peg.

1340

(Enfadado y con razn

estoy de mi hermana; hoy quedo

sospechoso, esto es enredo.)

MSICOS: Escuchad esta cancin.

(Canten.)

Nia del color quebrado,

1345

o tienes amor, o comes barro. Nia, que al salir el alba

dorando los verdes prados,

esmaltan el de Madrid

de jazmines tus pies blancos;

1350

t, que vives sin color

y no vives sin cuidado,

o tienes amor o comes barro.

Que salgas tan de maana

con tal cuidado me espanta;

1355

estoy por decir por ti:

eso que comes no es barro,

pues madrugas y no duermes

y andas por mayo en el campo,

o tienes amor, o comes barro.

1360

PRUDENCIO: (Oh, cuanto a un hombre avisan y aconsejan

las canciones suaves y poesas

para ensear los hombres inventadas!

No en balde se inventaron las comedias,

primero en Grecia, que en Italia y Roma;1365

all se ven ejemplos y consejos

porque son de la vida los espejos.

Ya puede ser que esta muchacha ma

estuviese opilada de deseos,

que no estn ya los tiempos de manera1370

que puedan descuidarse con las hijas

los padres que profesan honra y fama.

Ya fue otro tiempo que con aos treinta

llamaban nia una mujer, y andaba

jugando con los mozos en cabello;1375

ms hoy, por los pecados de los hombres

-cierta seal de que se acaba el mundo-

de diez aos aspira a casamiento,

a trece madre, y a veinte y uno abuela.

Yo quiero, con ejemplo de estos msicos,1380

casar mi hija, que es el mejor medio

para desopilalla, y a fe ma

que no ha venido Otavio si l la quiere-

a mal tiempo.)

OCTAVIO: Qu ests contigo hablando?

PRUDENCIO: Deca, Otavio, yo que los poetas1385

nos estn avisando por momentos

el modo de vivir a lo seguro,

que, entre aquella dulzura de la msica,

nos dan mil aforismos y sentencias.

Danme deseos de casar mi hija.1390

OCTAVIO: Ojal que tuviera tal propsito!

que una dispensacin poco costara.

PRUDENCIO: Hablas de veras?

OCTAVIO: Tan de veras hablo

que despus que la vi...

PRUDENCIO: Basta, no digas

otra palabra; ya Belisa es tuya.

1395

Tu padre soy, bien puedo yo casarte.

OCTAVIO: No lo es tanto, seor, tu hermano.

PRUDENCIO:

Mira

cuando quieres que hablemos ms de espacio,

que estn aquestos msicos presentes,

y ella tambin no quiero que lo entienda.1400

OCTAVIO: Esta tarde podremos hablar solos.

PRUDENCIO: A Atocha nos iremos paseando.

Vete agora, que quiero que Teodora

sepa tu voluntad.

OCTAVIO: Llevarme quiero

los msicos. Seores, yo querra1405

orlos con espacio en mi aposento.

MSICOS: Vamos donde mandredes. Seora,

a Dios.

BELISA: El cielo os guarde.

OCTAVIO: A Dios, Teodora! (Vanse)

TEODORA: Porqu se va nuestro sobrino?

PRUDENCIO:

Creo

que se le pegan ya vuestras tristezas;1410

es toda aquesta casa opilaciones;

mas, oye, hermana, as te guarde el cielo...

TEODORA: Es por ventura que casar intentas

esta muchacha?

PRUDENCIO: Lo que dije oste?

TEODORA: En verte hablar a solas con Otavio,1415

presum que tratabas de casarla.

PRUDENCIO: No quiero ms de que su intento sepas.

TEODORA: No teniendo salud, quieres casarla?

Pregntalo al doctor, sabe primero

si ser bien.

PRUDENCIO: Casarla es buen acero:1420

dile que yo la caso con Otavio.

TEODORA: Yo lo har as.

PRUDENCIO: Yo s que no la agravio. (Vase.)

TEODORA: Grande mal, gran desventura!

BELISA: Csame mi padre?

TEODORA: S.

BELISA: Todo lo que dijo o.

1425

Ta, mi muerte procura;

ta, darme la muerte;

ta, si me tiene amor,

si sabe que este dolor

es tan penetrable y fuerte,

1430

si ya ha visto de experiencia

lo que saber no sola,

mire que he de perder, ta,

la vida con la paciencia.

Mire que Lisardo es ya

1435

mi honor, mi vida, mi ser.

TEODORA: Belisa, no es menester

cuando de por medio est

todo mi bien en Riselo,

ms de mi propio inters.

1440

Antes que a Otavio le des

la mano, permita el cielo...

BELISA: No lo jures! No se enoje

y nos venga un mal suceso.

TEODORA: Perder, sobrina el seso;

1445

haz que luego se te antoje

ir al Campo, al Prado, al Soto,

finge mil melancolas,

pasa las noches y das

en temerario alboroto.

1450

Yo me declaro, sobrina:

vivan Lisardo y Riselo!

Leonor!

LEONOR: Seora.

TEODORA: Dirlo?

BELISA: Traza, ordena y imagina

lo que quisieres de m.

1455

TEODORA: Quiero escribir un papel

a Riselo porque en l

sepa cuanto pasa aqu.

Por esto y porque maana

con Lisardo est en el Prado,

1460

donde quede concertado

dar con la esperanza vana

de aqueste Otavio en el suelo,

aunque tenga ms poder;

que t sers su mujer,

1465

como me quiera Riselo.

BELISA: Y cmo si te querr!

Djame besar tus pies.

TEODORA: ste es mi propio inters.

Leonor a llevarle ir,

1470

que, si no lo entiendo mal,

no quiere mal al Doctor.

BELISA: Tambin es mujer Leonor,

y Leonor quiere a su igual.

Ven y escribe por tu vida:

1475

mi desdicha le encarece.

TEODORA: Voy. (Vase.)

BELISA: Leonor, qu te parece

desta hipcrita fingida?

LEONOR: Que aunque te dio pesadumbres

mientras no supo querer

1480

has de tener bien que hacer

en enmendar sus costumbres.

BELISA: Tuvo al principio templanza,

pero, en fin, vino a caer,

que al son de amor no hay mujer1485

que no haga una mudanza. (Vanse.)

(Salen LISARDO y RISELO)

RISELO: Anda desesperada, y justamente,

con estos celos que le doy, Marcela.

LISARDO: De quin lo sabe?

RISELO: De la misma gente:

la fama es ave y por los aires vuela.1490

LISARDO: Desdicha ha sido.

RISELO: Y grande inconveniente

para seguir la empresa que os desvela,

porque por vos cualquiera cosa hara

hasta perder la misma sangre ma,

mas a Marcela -vive Dios Lisardo!-,1495

que aunque quiera no puedo, ni es posible.

Ando con vos, de visitarla tardo,

y, por venganza, que es mujer terrible,

a un marquesote, a un mocetn gallardo,

ha dado franca entrada su imposible1500

en casa, donde al sol que la pasea

puso el honor dragones de Medea.

Mandadme acometer cien escuadrones,

mandadme detener los altos vuelos

de las aves que tocan los balcones1505

de la luna y se estrellan en los cielos,

y no sufrir, en estas ocasiones,

de Marcela rigor, de un hombre celos;

que servir a Teodora sin mi gusto,

por el vuestro, Lisardo, fuera justo;1510

pero verme olvidado de Marcela,

celoso de Florencio y desdeado,

no lo puedo sufrir.

LISARDO: Ya se rebela

tu cielo, amor contrario a mi cuidado;

celos os da Marcela, con cautela,1515

por lo que de Teodora le han contado,

vos lo tomis de veras, y de modo

que si vos la dejis, lo pierdo todo.

Pluguiera a Dios, Riselo, que yo hubiera

otro amigo llevado.

RISELO: Yo me holgara,1520

o que para serviros libre fuera.

Abrieron?

LISARDO: S.

RISELO: Mi muerte se declara.

(Salen FLORENCIO y GERARDO)

Florencio es ste?

LISARDO: De all sale.

RISELO:

Espera.

LISARDO: No le has de hablar?

RISELO: Mi desventura es clara.

LISARDO: El hombre no es culpado. No es tu amigo?1525

RISELO: Cunto mal me ha venido de ir contigo!

FLORENCIO: Parece que se ablanda.

GERARDO:

Quin lo duda?

Asiste, que asistiendo estoy seguro

que has de rendirla.

FLORENCIO: La porfa muda

el spero rigor de un monte duro;1530

como Riselo a verla un mes no acuda,

no dudes que tendr lo que procuro.

GERARDO: Riselo quiere bien a su beata,

y es mercader que en estameas trata.

Tratar sola en telas y diamantes,1535

o se ha perdido, o quiere andarlo todo.

FLORENCIO: Pues yo pienso con prendas semejantes

hallar, Gerardo, a mi remedio el modo,

y porque en el amor son importantes,

mas que ser Salomn, Narciso y Godo,1540

hoy, de Guadalajara en la gran puerta,

har un empleo en lo que siempre acierta.

GERARDO: Qu sacars?

FLORENCIO: Catorce o quince varas

del mejor terciopelo de Toledo,

y un corte de Miln de flores raras1545

o de rica labor, si hallarle puedo;

con esto y cien doblones de a dos caras

no pienso a las de nadie tener miedo.

GERARDO: Cuadrme.

FLORENCIO: Es linda cosa en estos tiros,

trocar en seda y oro los suspiros.1550

(Vyase FLORENCIO y GERARDO.)

RISELO: Mucho he sufrido por ti

LISARDO: No es ocasin de perderte,

que bien puedes de otra suerte

remediar que no entre aqu.

RISELO: Si ella est determinada,

1555

qu remedio puede haber?

LISARDO: Posible es que una mujer

est ya tan olvidada?

Llama, que siendo forzoso

yo le dir la verdad.

1560

RISELO: Parceme una ciudad:

muro, foso y contrafoso.

Parceme ya, Lisardo,

que aquesta puerta ha de ser

tan fuerte que es menester

1565

para rompella un petardo.

Parcenme las ventanas

troneras llenas de tiros.

LISARDO: Con menos de dos suspiros

apostar que la allanas.

1570

RISELO: Ah, de la casa!

(MARCELA en alto.)

MARCELA: Quin es?

RISELO: Yo.

MARCELA: Yo no ms? Grande palabra!

RISELO: Abre mis ojos!

MARCELA: Que abra?

RISELO: Luego, no has de abrirme?

MARCELA: No.

RISELO: Qu os parece?

LISARDO: Abre, seora,1575

mira que vengo yo aqu.

MARCELA: Errados vens.

LISARDO: Yo?

MARCELA: S,

que no vive aqu Teodora.

Cerca de San Sebastin

vive esa duea de honor,

1580

con su poco de color

y sus tocas de azafrn,

es mujer de escapulario,

con ms botes de virtudes,

aguas, yerbas y saludes

1585

que hay en cas de un boticario.

Es, diferenciando el centro

de aquella exterior esfera,

ermitaa por de fuera

y demonio por de dentro.

1590

Nunca sin imagen viene,

mas es de la Concepcin,

adonde hace oracincierto devoto que tiene.

Su santidad ha llegado,

1595

que bien se puede decir,

a que ya se va a vivir

a Atocha, al Soto y al Prado.

Tiene una nia que ensea

todas estas devociones,

1600

con ciertas opilaciones,

que anda en vsperas de duea;

tan blanda, aunque toma acero,

que no hay cera que la iguale;

habla, mira, escribe y sale

1605

a ver cierto caballero.

sta hallarn donde digo,

porque aqu slo hallarn

mujer que quiere galn

que quiera menos su amigo. (Qutese.)1610

RISELO: Entrse?

LISARDO: No, sino el alba,

cuando andaba entre las coles!

RISELO: Alba para m, y aun soles.

LISARDO: La intencin, Riselo, os salva.

No temis, pues no habis

1615

hecho ofensa a esta seora.

Llamad, decid que a Teodora

en vuestra vida veris,

que ya ni quiero a Belisa

ni en mi vida la ver.

1620

RISELO: Esperad, que aunque se fue

tan furiosa y tan aprisa,

sin que perdis vuestro bien,

he de procurar el mo.

Ah de casa!

LISARDO: Es desvaro.

1625

RISELO: No responden?

LISARDO: No habr quin.

RISELO: Ah, de casa!

(Sale BELTRN.)

BELTRN: En busca vuestra

ando ms ha de dos horas.

LISARDO: Dirs, Beltrn, que sta ignoras?

BELTRN: Este papel traigo.

LISARDO: Muestra.

1630

BELTRN: No es para ti, que Leonor

me le dio para Riselo.

RISELO: De Teodora? Buen consuelo.

Abre, Marcela!

BELTRN: Ah, seor!

RISELO: Que no hay seor, quita all.

1635

LISARDO: Lee, Riselo, por Dios.

RISELO: Bien me aconsejis los dos.

Si acaso acechando est

por la ventana Marcela,

y el papel me ve leer...

1640

LISARDO: Para picarla ha de ser

la mejor treta y cautela.

Lee, no seas tan tierno.

RISELO: Qu no har por ti, Lisardo?

LISARDO: Ver abrir el cielo aguardo.

1645

BELTRN: Yo, ver abrir el infierno.

(Lea RISELO.)

RISELO: Otavio pide a Belisa

por mujer...

LISARDO: Muerto soy ya.

RISELO: ...y Prudencio se la da.

LISARDO: tanto mal y tan aprisa!

1650

RISELO: Yo, mi bien, te quiero bien,

y lo procuro estorbar,

que con l se ha de casar,

y yo contigo.

LISARDO: Con quin?

BELTRN: Contigo, dice.

RISELO: Conmigo?

1655

LISARDO: Ay, Riselo, echa de ver

que hallars otra mujer

y no hallars otro amigo!

RISELO: Lo mismo te digo yo.

LISARDO: Yo quiero a Belisa ms;

1660

t en la posesin ests

de tu deseo y yo no.

RISELO: Espera, hablar con ella

y dirle la verdad:

por dicha, por tu amistad

1665

sufrir burlarme della.

Ah, Marcela!, ah, mi seora!

Oye una palabra!, ah, cielo!

MARCELA: Ya no te he dicho, Riselo

que no vive aqu Teodora?

1670

RISELO: Oye, mi bien, y sabrs

la verdad.

MARCELA: Verdad en ti?

RISELO: Lisardo, mi amor le di.

MARCELA: Qu buen testigo me das!

LISARDO: Marcela, Teodora fue

1675

de aquel mi amoroso encanto

el gigante, y entre tanto

que le defendi, no entr.

Ped a Riselo venciese

con amor su hipocresa,

1680

esto con ella finga

para que lugar me diese.

Sucedi con gran ventura;

si la engaa, qu te ofende?

MARCELA: No se entretiene y pretende?1685

LISARDO: S, pero a cul hermosura?

MARCELA: Quita all, que cualquier cosa,

aunque fea y despreciada,

si es mucho tiempo tratada,

viene a parecer hermosa.

1690

Yo no entiendo esas quimeras;

mil cosas hay, si te burlas

que se comienzan de burlas

y que se acaban de veras.

Id en buen hora los dos;

1695de m no os podis quejar,que yo no voy a buscar

a Riselo.

RISELO: Bien, por Dios.

MARCELA: Cuando yo a buscarle fuera,

era bien satisfacerme,

1700ms si l piensa hablarme y verme,ha de ser de esta manera:

que me ha de llevar maana

adonde el acero toma

esa fraila de Mahoma,

1705

esa galga con cuartana,envuelta en manta de jerga,

y le ha de decir all

que muere, que pena aqu,

come, viste, vive, alberga,

1710y que ha sido todo engaocuanto le ha dicho hasta agora.

LISARDO: Medrar, por Dios, seora,

con ese buen desengao!

Bien se har mi casamiento

1715con Belisa de ese modo,cuando mi edificio todo

no tiene otro fundamento!

T no ves que es gran crueldad

echarme a perder as?

1720MARCELA: Pirdame Riselo a m;que ms le va en tu amistad;

que a m, pues l me deshecha,

no faltar quien me estime.

RISELO: Eso hace que me anime

1725a proseguir mi sospecha.Ah, Marcela, bien se ve

que aqueste achaque has buscado,

pues habiendo asegurado

con tanta verdad mi fe,

1730y sabiendo que es ficcintodo el amor de Teodora

y que mi alma te adora,

sales con esta invencin!

Oh, cmo te ha estado bien,

1735para que entre y salga aquFlorencio -y tratarme a m

con este injusto desdn-,

el hacer yo la amistad

que en esto a Lisardo hago.

1740T has dado, Marcela, el pagoque merece mi verdad;

entre Florencio en buen hora.

Vamos, Lisardo, que ya

querer de veras ser

1745lo que fue burla en Teodora.Vive Dios que no has de verme

en tu vida ms!

MARCELA: Y yo

morirme de eso?

RISELO: No?

MARCELA: Pues, qu mal piensas hacerme? 1750RISELO: El tiempo te lo dir.Ven, Lisardo.

LISARDO: Espera un poco.

RISELO: No hay esperar.

MARCELA: Vete, loco!

RISELO: Loco muy cuerdo soy ya;

Teodora tiene secretos

1755que me despiquen de ti.MARCELA: Y Florencio para m,

no sabr algunos concetos?

Vyase Vuesa Merced,

con su egipciaca seora,

1760y mire que desde agorame hagan los dos merced

de no llegar a esta calle,

porque donde entra Florencio

ha de haber honra y silencio,

1765y lo merece su talle.RISELO: Eso sufro? Fuera digo!

(Saque la daga.)

Matarla!

MARCELA: Ay, Dios!

LISARDO: Detente!

BELTRN: Entrse y cerr.

RISELO: Qu intente

tal desvergenza conmigo?

1770Las puertas le romper.LISARDO: Por Dios, que mires su honor.

BELTRN: Qu es lo que intentas, seor?

RISELO: Estoy sin seso, no s.

De la una parte, el amigo

1775

mayor que tuve n mi vida

a seguirle me convida,

y finalmente le sigo;

por otra aquesta mujer

que adora el alma tres aos;

1780

en estremos tan estraos,

qu medio podr tener?

LISARDO: El medio es dejarme a m,

pues a m no me perdis,

que ms vuestro me tendris

1785

con lo que ha pasado aqu.

RISELO: Eso no, por mil mujeres,

aunque reviente, aunque muera.

Pero que esta injusta quiera,

viendo que a Belisa quieres

1790

y que finjo con su ta,

escaparse por aqu?

Abre, fuera!

LISARDO: Ests en ti?

(MARCELA en alto.)

MARCELA: Oye, amigo!

RISELO: Ah, prenda ma!

MARCELA: A esa su dama encubierta,

1795

a esa su fraila Teodora,

voy a escribir que me adora

y que me quiebra la puerta. (Vyase.)

RISELO: Acabse, yo soy muerto;

ella est determinada.

1800

LISARDO: Dejalda, que est enojada,

y de una cosa os advierto,

que con no la ver dos das

os ha de buscar, Riselo.

RISELO: Por verme tierno, recelo,

1805

burla de las ansias mas.

(Trnese a asomar.)

MARCELA: Oye, seor, a los dos

advierto que son engaos

porque si se est dos aos

no le buscar, por Dios.

LISARDO: Oye!...

RISELO: Escucha!...

1810

BELTRN: Grandes necios

los dos con Marcela estis,

que, en fin, ocasin le dais,

para mayores desprecios.

Habla y escribe a Teodora

1815

que aunque blasone, vers

si llora y lo siente ms

que lo re y burla agora.

(Asmese MARCELA.)

MARCELA: Oye, seor picarn,

no haya miedo que ans sea,

1820

aunque un siglo no me vea,

que tengo honor y razn. (Qutese.)

BELTRN: A caballero nos tira,

arma detrs y dispara.

RISELO: La ventana la repara;

1825

Su desenfado me admira.

Pues de aquesta vez me voy.

LISARDO: Bien hars que es mucho enfado.

RISELO: Hoy a Marcela he dejado:

Mira si tu amigo soy.

1830

(Vanse y salgan OCTAVIO y SALUCIO vistindose.)

OCTAVIO: Dame la capa y la espada.

SALUCIO: Ponte la trenza del cuello.

Quieres espejo?

OCTAVIO: Me enfada

en no siendo el ngel bello

de mi esposa y prenda amada.

1835

SALUCIO: Qu capa?

OCTAVIO: La de color.

SALUCIO: Dnde vas tan de maana?

Mira que el alba, seor,

an no llama a la ventana

con el primer resplandor.

1840

OCTAVIO: Habla bajo, que he sentido

que Belisa se levanta

y su dulce voz odo:

no por diligencia tanta

pierda el favor pretendido;

1845

y aunque entre rojo arrebol

el alba apenas se ra

en nuestro cielo espaol,

no digas que no es de da

despus que ha salido el sol.

1850

SALUCIO: Luego quiresla seguir?

OCTAVIO: Tengo unos pocos de celos,

y tras el sol quiero ir.

SALUCIO:Celos tienes en los cielos

de ver el alba rer?

1855

OCTAVIO: Si los tuvo Endimin

de la luna, al fin mujer,

por qu con ms aficin

no los puedo yo tener

del sol en esta ocasin?

1860

Todas aquestas maanas,

que tan de maana asoma

el sol por estas ventanas,

es el acero que toma

armas contra m tiranas.

1865Armado de acero sale

contra m el sol de los cielos,

y aunque en armas no le iguale,

contra el poder de mis celos

ninguna fuerza le vale.

1870

Yo voy a ver dnde va,

que despus que en nombre est

de mi esposa, este cuidado,

justo o injusto me ha dado.

SALUCIO: Con justa causa te da.

1875

Al principio te advert,

bien puede ser que este acero

no se vista contra ti.

OCTAVIO: Saberlo, Salucio, quiero.

Salieron?

SALUCIO: Pienso que s.

1880

OCTAVIO: Pues djalas trasponer

Y en seguimiento vamos.

SALUCIO: Sospecho que te han de ver.

OCTAVIO: No harn, que hay hierbas y ramos,

y yo me sabr esconder.

1885

SALUCIO: An no llevan escudero.

OCTAVIO: Sgueme, que saber quiero

si tiene algn desafo

quien sale con tanto bro

al campo llena de acero.

1890

(Vanse, y salgan LISARDO, RISELO y BELTRN con capas de color.)

LISARDO: Frescos vientos de Madrid,

que las maanas y tardes

vens de las altas tierras

a refrescarle y baarle,

traed de sus pardas nubes

1895

algunos toldos que tapen

estos tapetes de flores

que al alba las hojas abren;

venid, baados de aljfar,

o destas fuentes tomadle,

1900

con que mojando las plumas

bais en perlas el aire;

que si crece el sol que sale,

volverse la nia, dir que es tarde.

RISELO: Vientos, que habis levantado

1905

tan estraas tempestades

en el mar de mis amores,

que me anegan sus pesares;

vientos, que con la fortuna

misma de amigo tan grande,

1910

de la calle de Marcela

me trajistes a su calle;

vientos, por quien ya perd

que me ve y que me hable,

templad la furia del da

1915

y en pardas nubes baalde;

que si crece el sol que sale,

volverse la ta, dir que es tarde.

BELTRN: Vientos, que en Madrid solis

llevar de sus sucias calles

1920

ms licuidmbar y algalia

que hay en treinta Portugales,

pues sois tan claros y puros

que no hay cosa que le dae,

respeto de vuestra fuerza

1925

amorosa y saludable,

cubrid con un garabito,

hasta que su furia pase

la cara del sol, y en Indias

tenga la siesta con Dafnes;

1930

que si crece el sol que sale,

volverse mi tollo, dir que es tarde.

(Salen OCTAVIO, MARCELA y SALUCIO.)

MARCELA: Suplico a vuesa merced

me deje ir sola.

OCTAVIO: Quisiera

slo que se descubriera

1935

y me hiciera gran merced.

MARCELA: No me puedo descubrir,

que vengo a ver cierta cosa.

OCTAVIO: Estis, por dicha, celosa?

MARCELA: Mis celos vengo a seguir.

1940

OCTAVIO: Encontrado nos habemos,

que a lo mesmo vengo yo,

y pues amor nos junt,

las desdichas nos contemos.

MARCELA: Yo vengo a ver si aqu viene1945

un hombre a ver una dama

que toma acero y que es fama

que alguna blandura tiene.

OCTAVIO: Yo vengo a ver si otra sale

a pasear cierto acero

1950

o a hablar a algn caballero.

MARCELA: Qu as el amor nos iguale?

Qu as nos mate a los dos

con un mismo acero?

OCTAVIO: El mo

me mata de agudo y fro:

1955

Cmo os hiere y mata a vos?

MARCELA: A m me mat el acero,

porque a la sazn que arda,

se templ en el agua fra

y mud el temple primero.

1960

SALUCIO: Dos damas vienen all,

pienso que las tuyas son.

MARCELA: Si son vuestras, mi pasin

y la vuestra andan all

en el yugo de los celos,

1965

arando enojos, sembrando

penas, y pues van llegando,

as os remedien los cielos,

que me las dejis hablar.

OCTAVIO: Bien podis, que yo no tengo1970

licencia de hablarlas.

(Salen BELISA, TEODORA y LEONOR.)

BELISA: Vengo

llena de enojo y pesar

de lo que habemos tardado.

TEODORA: All estn, hablarlos puedes.

MARCELA: Dios guarde a vuestras mercedes,1975

que as vuelven cielo al Prado.

BELISA: Mejor se dir por vos

y ese tallazo gallardo.

RISELO: Una tapada, Lisardo,

se llega a hablar con las dos.

1980

LISARDO: Quin ser?

RISELO: No s, sospecho

que estorbo nos ha de hacer.

BELISA: No me puedo detener,

que traigo acero en el pecho

suplcoos me deis lugar.

1985

MARCELA: Tengo que hablar, reina ma,

con vuestra seora ta.

TEODORA: A m me queris hablar?

MARCELA: A vos.

TEODORA: Sobre qu?

MARCELA: All enfrente

ciertos hidalgos estn.

1990

TEODORA: Ya los veo.

MARCELA: Aquel galn

que la mira tiernamente

es mi marido.

TEODORA:Pues bien,

gurdeoslo Dios, que es gallardo.

MARCELA: S que da gusto a Lisardo

1995

fingiendo quererla bien.

Yo, porque tenga lugar

de hacer mejor este embuste

mientras que Belisa guste,

le doy de que os pueda hablar.

2000

Ayer le cerr mi puerta;

fue a verme y hallla as;

a sus lgrimas abr;

de milagro no estoy muerta,

que hubo daguita y querer

2005

romper una celosa;

y aunque mil firmas tena,

y puedo ser su mujer,

por serviros y que vea

Madrid que lo nuevo agrada-

2010

una hipcrita casada,

le dejo que os hable y vea.

Esto me ha trado al Prado,

no contiene ms la historia,

aqu gracia y despus gloria.

2015

TEODORA: Qu mal habis predicado;

Y advertid que ni Lisardo

habl jams con Belisa,

como algn necio os avisa

-de quien la venganza aguardo-,

2020

ni el hbito que profeso

es para burlas de amor,

porque bien sabe el Seor

cun lejos va el alma deso.

l encamine la vuestra

2025

a su servicio.

MARCELA: Oh, qu bien

que ya os conozco! Y tambin

l me lo cuenta y me muestra

vuestros muy necios papeles.

TEODORA: Vos lo sois tanto, que fuera

2030

mejor que odo no hubiera

disparates tan crueles.

Alguna debis de ser

destas de guadamec.

MARCELA: Jess! Vos hablis ans?

2035

An no lo puedo creer.

Besad la tierra, rezad

un rosario.

BELISA: Quedo, quedo

que a no tener justo miedo

de otra mayor libertad,

2040

yo castigara la vuestra.

MARCELA: Paso, seora Belisa.

(Salgan FLORENCIO y GERARDO.)

FLORENCIO: Por dnde vino me avisa.

GERARDO: No ves el perro de muestra?

FLORENCIO: Alto! Riselo est all;

2045

No estar la perdiz lejos.

TEODORA: Tomar vuestros consejos,

harlo, Marcela, ans.

BELISA: Cmo hablas de esa suerte?

TEODORA: Ay, Belisa, he visto a Otavio!2050

RISELO: Quin es Lisardo, tan sabio

que a sufrir cielos acierte?

Agora acabo de ver

a Florencio y la seora

que est hablando con Teodora.

2055

Marcela debe de ser:

tu negocio va perdido

y el mo est por el suelo.

LISARDO: Habr ms fortunas, cielo?

MARCELA: Pues con esto me despido,

2060

que all he visto un caballero,

y con l me quiero ir.

TEODORA: No tengo ms que os decir

de que ser muy vuestra espero.

MARCELA: Florencio mo!

FLORENCIO: Seora,

2065

mira que est all Riselo.

MARCELA: Slo por ti me desvelo!

RISELO: Vive el cielo, que la adora:

esto tengo de sufrir?

OCTAVIO: Pues a nadie habla a mi esposa,2070

parceme justa cosa

irla a hablar.

SALUCIO: Bien puedes ir.

OCTAVIO: Belisa ma!

BELISA: Seor!

LISARDO: Qu bien a entrambos nos fue!

Es su primo aqul?

RISELO: No s,

2075

slo siento mi dolor.

SALUCIO: Seora Leonor!

LEONOR: Amigo!

SALUCIO: Al campo tan de maana?

LEONOR: Tomo acero.

SALUCIO: Pues, hermana,

no tenga aceros conmigo

2080

que soy muy su servidor.

BELTRN: Buena maana de mayo,

que an trajo el primo un lacayo

para que hablase a Leonor.

FLORENCIO: Ven, Marcela, por aqu:

2085

entrars a ver la huerta

del seor Duque.

MARCELA: Est abierta?

FLORENCIO: Llega, que pienso que s.

Llama al alcaide, Gerardo.

GERARDO: Yo voy.

MARCELA: Cun bien, justo cielo,2090

me vengaste de Riselo.

(Vyanse.)

RISELO: No me detengas, Lisardo.

LISARDO: Pues yo sufro que est Otavio

con Belisa desta suerte,

sufre t.

RISELO: Puede haber muerte

2095

que se compare a mi agravio?

Nunca yo viera a Teodora.

OCTAVIO: Vamos a ver estas fuentes,

si cansada no te sientes.

BELISA: No podrn todas, agora,

2100

templar mi fuego.

TEODORA: Y a m,

qu templanza me da el cielo?

Es bien hecho que Riselo

me haya engaado por ti?

BELISA: No puede ser que, celosa,

2105

haya esta mujer mentido?

TEODORA: Ni l ha de ser mi marido

ni t de Lisardo esposa.

(Vanse.)

RISELO: Buenos habemos quedado.

LISARDO: Gentil madrugada ha sido,

2110

an con Beltrn no he podido

dar a Leonor un recado.

BELTRN: Qu an no me pudo este agravio

perdonar? Basta, silencio.

RISELO: Juntos Marcelo y Florencio!

2115

LISARDO: Juntos Belisa y Otavio!

BELTRN: Juntos Leonor y Salucio!

RISELO: Con mi enemigo, traidora?

LISARDO: Con un estrao, seora?

BELTRN: Vil! Con un hombre tan sucio!2120

RISELO: Que requebrndose van

Marcela y Florencio?

LISARDO: Ah, Dios!

Que vayan juntos los dos?

Qu me aconsejas, Beltrn?

BELTRN: Od.

LISANDRO: Di, presto.

BELTRN: El sol arde,

2125

una esclamacin decid

a los aires de Madrid

porque en las nubes aguarde;

que si crece el sol que sale,

volverse la nia, dir que es tarde.2130

(Vanse.)

ACTO TERCERO

del Acero de Madrid

(Salen PRUDENCIO y TEODORA)

PRUDENCIO: Hoy he sabido del curial de Romaque la dispensacin, Teodora, vino,

y la pienso tener antes que coma.

TEODORA: Abrevi tu cuidado su camino.

PRUDENCIO: Cuando una cosa del honor se toma2135

a cargo, y mucho ms por tal sobrino,

todo se abrevia, facilita y hace.

TEODORA: Merece amor.

PRUDENCIO: Del que le tengo nace.

Estoy de que se acerque el casamiento,

por vivir de Belisa descuidado,

2140

con Otavio, Teodora, muy contento;

pero hame puesto un miedo en gran cuidado.

TEODORA: Cmo?

PRUDENCIO: Si miro esta muchacha atento,

despus de haberla, como ves, curado

con ms opilacin que antes la veo,2145

que no est sana de sus males creo.

De qu ha servido el mdico, el jarabe,

el paseo, el acero y las maanas

de todo un mes? O el mdico no sabe

o son al mal las medicinas vanas;2150

no me parece el mdico hombre grave.

Tras esto, a mil seoras cortesanas

que por Belisa me preguntan digo

su nombre esto es hablar claro contigo-

no le conoce nadie, ni en la corte2155

ha mdico Beltrn. Yo con aquesto,

por lo que al bien de nuestro honor importe,

ms bien los ojos en Belisa he puesto;

y, si no es que haber ido me reporte

con ella t, cuyo consejo honesto,2160

severidad y santidad son ciertas,

dijera mil malicias encubiertas.

Crece la opilacin, y opilaciones

no estn jams en rostros colorados.

Opilada y color!

TEODORA: En eso pones2165

tu pensamiento?

PRUDENCIO: Hablemos declarados:

yo he sospechado de estas estaciones,

sotos, huertas, paseos, quintas, prados,

que alguna vez que te dormiste, hermana,

dej Belisa el coro de Diana.

2170

Madrugabas, Teodora, y desvelada

en lo fresco del campo dormiras,

que en lo dems, si tu virtud me agrada

te lo dirn las alabanzas mas.

TEODORA: La blanca edad a quien la verde enfada2175

y siempre pone a su inocencia espas,

siempre, Prudencio, es maliciosa y piensa

en la mayor bondad mayor ofensa.

Belisa, de tu hermana acompaada,

pudiera en slo un tomo ofenderte?2180

Juzga del cielo la armona parada,

sin que su movimiento la concierte,

dormidos luna y sol y la estrellada

mquina fija en la coluna fuerte

de sus dos ejes, que antes que pudiera2185

dormir Teodora, el tiempo se durmiera.

PRUDENCIO: Calla, que hay varas de Mercurio sabio

que aduermen ojos de Argos veladores.

TEODORA: No los hubiera en m para tu agravio;

mis ojos fueran siempre vencedores.2190

PRUDENCIO: Conmigo mismo no moviera el labio;

en materia de honor, a los mayores

se perdonan mil cosas, y contigo

hablo como al mayor deudo y amigo.

Por la dispensacin partirme quiero2195

y efetuar el casamiento, hermana,

si no le estorba aqueste negro acero:

nunca saliera la primer maana. (Vyase.)

TEODORA: Corrida estoy, lo mismo considero

que est Belisa, y no es sospecha vana;2200

pienso que me burl con el anzuelo

de los amores falsos de Riselo.

(Sale BELISA.)

BELISA: Aguardando estaba aqu

a que mi padre se fuese.

TEODORA: Ay, sobrina, no te pese

2205

de que esto te diga ans!

Tu padre est sospechoso

de verte ms opilada

tras el acero o la espada

de nuestro honor generoso.

2210

Vino la dispensacin,

y conmigo se declara

en que dice que repara

en tu negra opilacin.

Y no es mucho, porque yo

2215

casi en lo mismo reparo.

Qu tienes? Hblame claro:

dime si amor te burl.

Los hombres saben muy bien

negociar con humildad,

2220

fingen gran honestidad

slo quieren que les den

una mano; pero, asida,

no se les suelta la presa

hasta que el honor confiesa

2225

que est la guarda perdida.

Informse del doctor,

y no hay tal doctor Beltrn,

de que sospechas le dan

que se atreven a tu honor.

2230

Slo le ha tenido a raya

ver que yo contigo fui,

mas dice que me dorm

y que ni importa que vaya.

Y en esto tiene razn

2235que harto dormida viva

cuando la sirena oa

del mar de mi perdicin.

Buen sueo los dos me echastes

en Riselo, bien dorm

2240

mientras liviana cre

lo que los tres concertastes.Bien s que porque os rea

con tan loco desatino

me apartastes del camino

2245de la virtud que segua.

Dej luego -ay nunca fuera!-mis devociones, traidores,

y a vuestros locos amores

di ms lugar que quisiera.

2250

Oratorios y rosarios

troqu en papeles tan necios,cuanto muestran los desprecios

y ven los firmes contrarios.Luego trat de casarme

2255

yo que del mundo el imperio

por el menor monasteriono trocara sin trocarme.

Veis aqu de qu sirvi:

yo sin Riselo engaada

2260

y an pienso que t burlada.

Ay, si me engaase yo!BELISA: Ta de mis ojos,

esccheme atenta,

pues de mis desdichas

2265

le han dado sospechas.

Aquel mancebitoque me vio en la iglesia

de San Sebastin,

me tir mil flechas,

2270dellas con los ojos,

dellas con terceras,unas en palabras

y otras en promesas.

A la Trinidad,

2275porque me valiera,

me fui desde entoncesdomingos y fiestas.