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Núm. 17 Diciembre 2014Boletín informativo

El Archivo Histórico (Provincial) de Tarragona y Comarcal de El Tarragonès: 70 años de servicio a la sociedadPor Ricard Ibarra, director del Archivo Histórico de Tarragona

Los archivos históricos provinciales en Cataluña

Los archivos históricos provinciales son centros archivísticos de titularidad estatal, conceptual-mente creados en tiempos de la Segunda Repú-blica, con el Decreto de 12 de noviembre de 1931 emitido por el Ministerio de Gracia y Justicia y de Instrucción Pública y Bellas Artes, a raíz de la preocupación existente por la conservación de la documentación histórica en su conjunto y, muy especialmente, por la documentación notarial his-tórica, así como por la judicial. A tal fin, se pedía la colaboración de los ayuntamientos de las capi-tales de provincia y de las diputaciones provinci-ales. Desde 1981 los AHP son gestionados por la Generalidad de Cataluña, de acuerdo con el con-venio de traspaso firmado a tal fin.

La proclamación de la Segunda República Es-pañola, en el año 1931, la recuperación del autogo-bierno catalán, que dio como resultado la aproba-ción del Estatuto de Núria en 1932, y la dinámica catalanista de la época, determinaron el impulso de una política de archivos ad hoc, que preveía la creación de un archivo general o nacional y uno comarcal en cada una de las comarcas. Tras el gol-pe de Estado del 18 de julio de 1936, y ya en plena Guerra Civil, la Generalidad creó el Archivo Nacio-nal de Cataluña, por Decreto de 29 de septiembre de 1936. Entretanto, el conflicto armado paralizó completamente el despliegue de los archivos his-tóricos provinciales.

Terminada la guerra con la victoria del bando rebelde, España se adentra en un período de dic-tadura, férreamente centralizador, que, en materia de archivos y patrimonio documental, retomó la idea de 1931, de creación de los archivos históri-cos provinciales, y los empezó a fundar en todas las provincias. El de Tarragona fue creado en 1944, y los de Girona y Lleida, en 1952.

Así pues, resulta evidente que los archivos históri-cos provinciales no son un componente ideado por un régimen dictatorial, que tan solo los desplegó, sino por un Estado plenamente democrático.

Iniciativas de protección del patrimonio documental tarraconense y creación del Archivo Histórico Provincial de Tarragona

Desde finales del siglo xix, concretamente desde 1846, existían en Tarragona la Biblioteca Provincial, situada en el edificio del Ayuntamiento y creada para instalar los fondos bibliográficos provenientes de la desamortización de los bienes de la Iglesia en la pro-vincia, y la Biblioteca Popular, ubicada en el mismo inmueble. En cuanto a los archivos, en esta época, en Tarragona había el Archivo Municipal y el Archivo Histórico Diocesano, que reunían la documentación de sus respectivas instituciones, y por otra parte, también existían el importante archivo de Hacienda y el no menos relevante archivo notarial.

En cuanto al Archivo Municipal, sabemos que ya en el año 1920 el Ayuntamiento tarraconense buscaba soluciones al estado de su archivo, y que el arqui-tecto municipal había redactado un proyecto para convertir en archivo la sala de sesiones del antiguo Ayuntamiento.1

Todo parece indicar, sin embargo, que la inicia-tiva no tuvo éxito, ya que doce años después, el

1 Diario de Tarragona, 03.10.1920.

Sede actual del Archivo Histórico de Tarragona.

2 u BOLETÍN 17 u AHT

Diario de Tarragona publicó un artículo de opinión en el que, tras quejarse del mal estado del Archivo Municipal, anunciaba la intención del Ayuntami-ento de dotarlo de un espacio más adecuado.2

Paralelamente, la Generalidad impulsaba una ley de archivos catalana, que conllevaba la creación de un Archivo General de Cataluña (que hoy po-dríamos equiparar al existente Archivo Nacional de Cataluña), el despliegue de los archivos comar-cales y el impulso a la creación de archivos loca-les “allí donde hayan suficientes documentos para poderlo constituir”, supuesto este último que se

daba en la ciudad de Tarragona. La Generalidad se preocupaba, como no podía ser de otra mane-ra, por el patrimonio documental del país.

En agosto de 1935, la prensa se hacía eco de la necesidad de cubrir la plaza de archivero munici-pal, ya que decía “es necesario que el Ayuntami-ento se preocupe de proveer urgentemente este cargo, puesto que nuestro Archivo municipal, uno de los más importantes de Cataluña, años ha que se encuentra desatendido, y es necesario que lo regente en propiedad una persona capacitada”.3

Nuevamente en los primeros meses de 1936 la prensa local daba noticia de la intención del Ayun-tamiento de ubicar el Archivo en un edificio de la

2 Diario de Tarragona, 02.04.1932.3 Diario de Tarragona, 08.08.1935.

bajada del Rosario, y aún, poco tiempo después, afirmaba que, en 1934, ya había difundido el pro-pósito del Ayuntamiento republicano de habilitar la casa de la calle mencionada para archivo municipal.

El estallido de la guerra en julio de 1936 otorgó una nueva dimensión a la gestión de la documen-tación histórica municipal. Para evitar dar inter-pretaciones desenfocadas, habría que hacer un esfuerzo y decir las cosas como son, y la realidad es que, iniciado el conflicto, el Ayuntamiento de Tarragona no estaba en condiciones de asegurar la conservación de su archivo histórico. Posible-mente por ello, en agosto de 1937, la prensa lo-cal reproduce un extracto de los acuerdos de la Comisión Municipal Permanente, entre los que encontramos el de poner a disposición de la Ge-neralidad de Cataluña la casa núm. 10 de la calle de Cavallers, para destinarla a archivo histórico, y ceder toda la documentación que tenga carác-ter histórico del Ayuntamiento. Esta iniciativa, en sintonía con lo que hicieron otras muchas pobla-ciones, ponía en manos de la Generalidad la res-ponsabilidad de la custodia del fondo histórico municipal.4

En 1939, viendo el devenir de la guerra y el peligro creciente de los bombardeos franquistas, este fon-do documental municipal, junto con el archivo his-tórico notarial y el archivo del arzobispado, fueron trasladados al Palacio Arzobispal, tal como hicie-ron también otras poblaciones, como Barcelona.

Con la victoria franquista, el nuevo régimen creó en cada provincia un Patronato Provincial para el Fomento de Bibliotecas, Archivos y Museos Arqueológicos, encargado de poner orden en la gestión de los bienes integrantes del patrimonio cultural. En Tarragona, este Patronato estaba pre-sidido por el mismo gobernador civil, y contaba con dos vicepresidencias, ocupadas por el presi-dente de la Diputación y el alcalde de la ciudad.5

En septiembre de 1939, se ponía en marcha el proceso para su constitución. El Patronato final-mente quedaría integrado por los siguientes mi-embros: Mn. Jaume Toldrà Rodón, profesor del Seminario, en representación del Arzobispado de Tarragona; Manuel Aragonés Virgili, jefe provincial de propaganda del Movimiento en representación de Falange; José M. Faura Ubach, como notario archivero, en representación del Colegio Notarial; Samuel Ventura Solsona, facultativo del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos del Estado, propuesto por la Delegación de Hacien-

4 Llibertat, 05.08.1937.5 AHT. Fondo del Gobierno Civil de Tarragona. Serie de Asociaciones.

Patronato Provincial para el Fomento de Bibliotecas, Archivos y Museos Arqueológicos.

Casa Castellarnau, primera sede del AHT.

3BOLETÍN 17 u AHT u

da en Tarragona; el arquitecto Francisco Monravà López, en representación de la Comisión de Mo-numentos; Joan Molas Sabaté, profesor de dibujo, en representación del Instituto Nacional de En-señanza Media de Tarragona, y finalmente cuatro personas, propuestas por Falange, como expertas en el ámbito patrimonial: Pere Batlle Huguet, Flo-rentino Álvarez Buscas, Josep Gramunt Subielas y Josep M. Ixart Moragas.

Meses más tarde, el gobernador civil proponía al Ministerio la incorporación de dos nuevos miem-bros a la Comisión: Salvador Vilaseca Anguera, di-rector del Museo de Reus, y Mercè Enrich Otero, directora de la Biblioteca Popular de Tarragona.

En el ámbito de los archivos, pedía a la Delega-ción de Hacienda si disponía de archivero, y ante la falta de respuesta, insistía en la cuestión el día 25 de octubre; finalmente, el delegado de Haci-enda respondía que en la Provincia de Tarragona solo había un miembro del cuerpo de archiveros del Estado, Samuel Ventura Solsona, que era des-de febrero de 1939 responsable del Archivo de la Delegación de Hacienda y al mismo tiempo direc-tor de la Biblioteca Pública.6 Ventura fue nombra-do miembro del Patronato, comisario provincial de excavaciones arqueológicas y director del Mu-seo Arqueológico de Tarragona.

Paralelamente, el Colegio de Notarios declaraba tener vacante la plaza de notario-archivero, que ocupaba interinamente el delegado del Distrito Notarial de Tarragona, Josep M. Faura Ubach.

Concluida la guerra, el Palacio Arzobispal se fue vaciando de todo el patrimonio que se había de-positado en él, y la documentación histórica muni-cipal y el archivo notarial fueron trasladados a las dependencias del Juzgado municipal, en la calle de Santa Ana, para posteriormente pasar, junto con la Biblioteca Provincial, a la Casa Castellarnau, en la calle Cavallers, que fue la primera sede del Archivo Histórico Provincial de Tarragona, creado por O. M. de 5 de febrero de 1944. En el año 1962, Archivo y Biblioteca se instalaron en la Casa de Cultura, en la calle del Gasómetro, donde compartieron espacio hasta 1982 en que, gestionado ya por la Generalidad, el Archivo Histórico se estableció en la sede actual de Rambla Vella, 30.

Cabe afirmar, pues, que desde el año 1937, la mayor parte de la documentación histórica muni-cipal de Tarragona, que abarcaba documentación desde el s. xiii hasta el xix, dejó de ser custodia-da por el Ayuntamiento tarraconense que, siendo el titular del fondo, la cedió voluntariamente pri-mero a la Generalidad de Cataluña y, a partir del 1939, posiblemente por la inercia del momento, al Estado, sin que se conozca ninguna nueva cesión, pero tampoco ninguna reclamación de retorno.

6 Massó Carballido, Jaume. “Notes bibliogràfiques sobre Samuel Ventura Solsona (1896-1972), director del Museu Arqueològic de Tarragona (1939-1967)”. Estudis de Constantí, núm. 27, p. 203.

Muy al contrario, sabemos que en 1981, en plena construcción de la nueva sede del Archivo en el solar del antiguo Instituto de Enseñanza Secun-daria Martí Franquès, el Ayuntamiento acordó con el Departamento de Cultura el mantenimiento del fondo histórico municipal en el AHT e incluso se valoró en clave de posible opción el depósito en este archivo de la documentación histórica que se conservaba en la sede del antiguo Ayuntamien-to, en la calle Mayor;7 finalmente, esta opción no

tuvo éxito, seguramente porque las nuevas insta-laciones, pese a las apariencias y la novedad, no permitían ninguna alegría, en cuanto a disponibi-lidad de espacio.

La evolución del ArchivoA lo largo del tiempo, el rol del AHT en el panora-

ma archivístico que le es propio ha evolucionado, de acuerdo con los cambios de la sociedad de la que forma parte. Para disponer de una perspectiva de esta evolución, podríamos clasificar su actividad en varios ámbitos, atendiendo a aquellos aspectos que suelen marcar la dinámica de los archivos.

1. Las funciones genéricas

7 “El Archivo Municipal”. Diari de Tarragona. 8 de marzo de 1981. Noticia sobre la reunión mantenida por el Ayuntamiento de Tarragona con el consejero de Cultura de la Generalidad, Max Cahner. 11 de marzo de 1981

Casa de Cultura, segundo emplazamiento del AHT.


2. Las instalaciones y la capacidad del depósito3. Los recursos humanos4. La proyección en el territorio5. Actividades de formación y difusión

1. Las funciones genéricas

Aquí cabría mencionar que, a la función original de Archivo Histórico Provincial, se añade, a par-tir del restablecimiento de la Generalidad de Ca-taluña, la de Archivo Comarcal de El Tarragonès. Son funciones complementarias, pero diferencia-

das, y en cualquier caso, el papel de Archivo Co-marcal del AHT viene condicionado al visto bueno de las administraciones implicadas, esto es, Esta-do y Generalidad, tal y como se especifica en la vigente Ley 10/2001 de archivos y documentos.

Asimismo, no podemos obviar que, durante un largo periodo de tiempo, datado entre la década de los años 80 del siglo pasado y el 2003, el AHT ejerció en cierto modo alguna de las funciones propias del Archivo Municipal de Tarragona, sobre todo en cuanto al ingreso de fondos documentales de organismos de ámbito local y a la realización de actividades de formación y difusión, en sintonía con entidades e instituciones ciudadanas. La razón deriva de varios motivos, en parte por la inope-rancia y la falta de recursos del Archivo Municipal tarraconense, pero también por la propia dinámica del AHT. A partir del 2004, con la puesta en marc-ha del actual Servicio de Archivo y Documentación Municipal de Tarragona, este espacio quedaba ya cubierto por el nuevo equipamiento.

2. Las instalaciones y la capacidad de depósito

El espacio de depósito es uno de los factores de-terminantes en las posibilidades de servicio de un archivo y ha sido, prácticamente desde siempre, uno de los principales obstáculos a la labor del AHT.

Originariamente, el emplazamiento de los fondos documentales en la primera sede de la Casa Cas-tellarnau, en la calle Cavallers, a partir de 1940, se debe interpretar como una solución provisional en una situación de postguerra, dado que las instala-ciones no presentaban las condiciones mínimas requeridas para hacer las funciones de archivo.

En 1962, el Archivo fue trasladado, junto con la Biblioteca Pública, a la Casa de Cultura, en la calle del Gasómetro, con una disponibilidad de espa-cio muy reducida y ciertamente insuficiente, con mobiliario provisional y poco adecuado, lo que provocaba problemas de archivo y conservación de los fondos, y limitaba en gran medida la activi-dad del centro.

En la segunda mitad de la década de los años 70 del siglo xx, la situación insostenible en la que se encontraba el Archivo forzó a las administraci-ones a buscar una alternativa, en forma de nueva ubicación y nuevo edificio. En diciembre de 1977 ya se disponía del proyecto de obras del futuro archivo, obra del arquitecto tarraconense Pascu-al Monravà Gasol; este centro se debía construir en la Rambla Vella, en los terrenos que ocupaba el Instituto de Enseñanza Secundaria Martí Fran-quès, en el lugar donde había existido el antiguo convento de franciscanos.

Las obras se iniciaron en el mes de abril de 1980, y la previsión inicial planteada por la dirección era que el Archivo pudiera disponer de un mínimo de 20.000 metros lineales, además de todos los equi-pamientos propios de los archivos de la época. En el año 1981 las obras ya estaban finalizadas. Duran-te el segundo semestre de 1982 comenzaron las ta-reas de traslado de documentación a la nueva sede.

En 1983 se finalizó el traslado, y la capacidad del archivo, una vez instalada toda la estantería compacta, fue de 4.930 metros lineales. Aquí hay que hacer notar que, si bien en clave ciudadana la ubicación del AHP en este inmueble resultaba interesante, dado que se daba salida a un espa-cio ya obsoleto como centro educativo y permi-tía integrar el principal elemento patrimonial, el claustro del s. xviii del antiguo convento, la misma existencia de esta estructura arquitectónica iba a limitar en gran medida las posibilidades de espa-cio del nuevo archivo, como queda demostrado con la capacidad total conseguida.

Finalmente, el nuevo equipamiento fue inaugu-rado el día 7 de marzo de 1984, aunque ya estaba abierto al público desde el mes de mayo de 1983.

Evidentemente, el salto cualitativo del Archivo al disponer de la nueva sede fue espectacular; de las estrecheces de la Casa de Cultura se pa-saba a una disponibilidad de espacio muy supe-

Sala de Consulta del AHT, en la calle del Gasómetro.


rior; con todo, no debemos perder de vista que la capacidad deseada de más de 20.000 metros lineales, se reducía a unos 5.000 aproximadamen-te, aun construyendo dos plantas subterráneas, una característica que suele provocar problemas de climatización y, por tanto, de conservación de los fondos. Habrá que convenir, pues, que posi-blemente la ubicación del nuevo Archivo no res-pondía a las necesidades de espacio que requería un equipamiento de este tipo. Este hecho condici-onará, como tendremos ocasión de ver, el devenir del Archivo y, de hecho, ya en 1986 la directora del Archivo pedía al Departamento de Cultura una ampliación del mobiliario para depositar fondos y, además, sabemos que en 1989 quedaban única-mente 389 metros lineales vacíos.

En 1988, debido a la amenaza de ruina del edificio que acogía los Servicios Territoriales de Cultura, es-tas dependencias se trasladaron provisionalmente a la sala de actos del Archivo, pese a la oposición frontal de la directora del centro, por el perjuicio que supondría a la actividad de la entidad. De hecho, a partir del mes de abril se paralizó toda la

actividad de cursos, conferencias y seminarios, y se desmontó la exposición de pergaminos que se encontraba instalada en la sala de actos.

A finales de siglo xx, aquel equipamiento, de gran-des dimensiones exteriores pero poca capacidad de depósito, ya había llegado al límite de sus posibili-dades, y el director del momento reclamaba sin éxi-to un nuevo espacio donde poner los fondos que, por la dinámica natural del centro, debían ingresar.

En 2003, cuando la falta de espacio ya condicio-naba absolutamente el normal funcionamiento del centro, se consiguió la cesión, por parte del Museo de Historia de Cataluña, de un espacio dentro del recinto monástico de Santes Creus, en L’Alt Camp, a 35 km de Tarragona, donde se instalaron, a partir de la segunda mitad del año 2004, fondos de baja consulta. Utilizando este ámbito, que no presenta las condiciones climáticas exigibles para un depósito de archivo, el centro pudo liberar espacio de la sede cen-tral, a base de trasladar allí algún fondo de consulta

muy esporádica, pero siempre con el condicionante de ser un lugar de difícil acceso en caso de cualquier solicitud, debido al desplazamiento a realizar.

En el mes de mayo del año en cuestión, este de-pósito auxiliar, con una capacidad de 1.236 metros lineales, quedó totalmente lleno.

Actualmente, y ya desde hace años, esta situación impide realizar una política de ingreso de fondos proactiva y ni siquiera permite dar respuesta a las transferencias que normativamente deberían ingre-sar. Últimamente, se ha optado por utilizar, provisi-onalmente y como medida de urgencia, el depósito del Archivo Comarcal de El Baix Camp, de reciente construcción y gran capacidad.

Como en la década de los 70 del siglo xx, pues, la capacidad de depósito del AHT sigue siendo una cuestión a solucionar.

3. Los recursos humanos

La disponibilidad de recursos humanos de un centro de trabajo determina, junto con muchos otros factores, el potencial para hacer frente a la tarea encomendada que, en el caso de los archi-vos, se concentra, básicamente, en el tratamiento de la documentación, el servicio a los usuarios y la realización de actividades de difusión.

Estos recursos pueden medirse cuantitativa o cu-alitativamente; en el primer caso, simplemente se deberá contabilizar el total de personas disponibles y, en el segundo, el perfil profesional que tienen.

También hay que considerar qué recursos son estructurales, es decir, propios del centro, y cuales coyunturales, como por ejemplo becarios o per-sonal externo.

En cuanto al Archivo Histórico de Tarragona, cu-antitativamente ha contado en el periodo que va de 1979 a 2007 con 6 personas en plantilla, de las que hasta el año 1992 tan solo una —la que ocu-paba la dirección del centro— era archivera de for-

Fachada del Instituto Martí i Franquès, a finales de los años 60.

Inicio de las obras de derribo del antiguo Instituto Martí i Franquès.


mación, mientras que desde ese año hasta 2008, fueron dos. A partir de 2008 hay un incremento cu-antitativo de personal con la formación necesaria.

Aparte del personal con formación específica en archivística, el AHT ha acogido a lo largo de su historia diferentes tipos de profesionales: adminis-trativos, auxiliares administrativos, técnicos en ad-ministración general, periodistas, subalternos, licen-ciados en historia..., algunos de ellos integrados en la plantilla del centro, otros en periodos de tiempo puntuales, a veces de solo unos meses de duración.

Un recurso complementario ha sido la incorpo-ración de becarios, financiados de varias maneras a lo largo del tiempo: con contratos a través del INEM y la Diputación, durante los años 80 del s. xx; por el Ministerio de Cultura, por el Departamento de Cultura de la Generalidad y, básicamente, por la Diputación de Tarragona, en la década de los 90.

Actualmente, el Archivo Histórico dispone de tres técnicos superiores en plantilla, más otro de intercomarcal, financiado entre el Departamento de Cultura, la Diputación de Tarragona y las po-blaciones a las que da servicio, y que depende orgánicamente del Consejo Comarcal y funcional-mente de la dirección del AHT. Esta estructura se completa con dos subalternos. Cuantitativamen-te, pues, la plantilla del AHT en 2014 es la misma que la de 1979, si bien cualitativamente ha habido una indiscutible mejora en el perfil profesional.

Durante el periodo que va de 2004 a 2009, el

Archivo pudo recibir personal externo de apoyo, dedicado a tareas de descripción documental, si bien la recesión económica a partir de 2008 hizo desaparecer este recurso.

Por último, aunque no pueda considerarse perso-

nal laboral en sentido estricto, no podemos olvidar la presencia a lo largo del tiempo de un elevado número de estudiantes en prácticas, provenientes de la Universidad Rovira i Virgili —con la que se fir-mó un convenio marco en 2006—, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y de la Escuela Superior de Archivística y Gestión de Documentos de la Universidad Autónoma de Barcelona.

4. La proyección en el territorio

Como archivo provincial, el AHT tuvo, durante muchos años, un papel clave en el control del patrimonio documental en las comarcas de la de-marcación de Tarragona.

Durante la década de los años 70 del siglo xx, lleva-ba a cabo una actividad fundamental en el conocimi-ento de los archivos de las comarcas de Tarragona. Desde el AHT se impulsaron las Primeras Jornadas de Investigación de los Archivos del Camp de Tarra-gona, celebradas en octubre de 1979, que permitie-ron obtener una primera radiografía de los archivos del territorio y, paralelamente, se iniciaron las tareas de elaboración del Censo-Guía de Archivos, en el ámbito provincial tarraconense, una empresa que abarcó tanto archivos públicos como privados, y que se prolongó varios años. Sabemos que en 1983 todavía se trabajaba en él. Fue esta labor, en la que los archivos provinciales de Sevilla y Tarragona fue-ron pioneros, la que permitió dotar de una exhaus-tiva información de contenido archivístico al Punto de Información Cultural respecto a las comarcas de Tarragona, una iniciativa del Estado vehiculada des-de el Centro de Información Documental de Archi-vos (CIDA), dependiente del Ministerio de Cultura.

El traspaso de la gestión del Archivo a la Genera-lidad, en 1981, la puesta en marcha del Servicio de Archivos y la progresiva creación de los archivos comarcales en las comarcas de Tarragona, a partir del año 1982, significó el inicio de la focalización del AHT en la comarca de El Tarragonès, donde se encuentra ubicado, añadiendo a su función de archivo histórico provincial la de archivo comarcal.

Sala de consulta del AHT.

Exposición “Patrimonio documental de Salomó. La memoria de un pueblo”, del año 2011.


En esta dimensión de archivo comarcal, muy pronto el AHT llevó a cabo actividades de apoyo a diferentes organismos para controlar y conocer su patrimonio documental; así, en 1988, ya se traba-jaba de lleno en la elaboración de inventarios de los archivos municipales de las poblaciones de la comarca, en el marco del programa de inventario de los fondos documentales municipales en Cata-luña, impulsado por el Departamento de Cultura.

Más allá de esta tarea de conocimiento del patri-monio documental comarcal, a partir del año 1992, desde el AHT se realizan tareas de asesoramiento técnico al Ayuntamiento de Tarragona en el proyec-to de creación del nuevo Archivo Municipal y, para-lelamente, también en las otras poblaciones de la comarca, en este último caso a través del Consejo Comarcal de El Tarragonès. Esta dinámica de cola-boraciones se incrementó en los años siguientes; en 1993 recibían asistencia las poblaciones siguien-tes: Vila-seca, La Secuita, Salou, El Catllar y Renau, así como los municipios de Falset y Ascó, ubicados en comarcas que aún no disponían de archivo. El mismo año se comienza a hablar de la posibilidad de crear una plaza de archivero intermunicipal, en colaboración con el Consejo Comarcal de El Tarra-gonès y adscrito al Archivo Histórico de Tarragona, un proyecto que, como explicaremos, no verá la luz hasta bastantes años después.

En años posteriores, se continuará asesorando a los municipios de El Tarragonès que lo soliciten, y se destinará una especial atención a la elabora-ción de propuestas de creación de varios archi-vos municipales en Salou, El Morell, La Pobla de Mafumet, Torredembarra, Constantí, La Canonja y la ciudad de Tarragona, y fuera de El Tarragonès, en Flix, ubicado en La Ribera d’Ebre, una comarca que, en esta época, tampoco disponía de archivo. Asimismo, en los años 1998 y 1999 se trabaja para implementar un sistema de archivo en el Consejo Comarcal de El Tarragonès.

Los frutos de esta tarea comenzarán a distin-guirse a partir del año 1997, cuando se crea una plaza de archivero a tiempo parcial en El Morell, una dinámica que tendrá continuidad a lo largo de los años en otras poblaciones, como Flix, La Pobla de Mafumet, Constantí, Salou, Torredem-barra y, últimamente, Tarragona, al tiempo que se continuará asesorando otros municipios como El Catllar, Vila-seca y La Canonja.

A partir de 2004, el AHT impulsa un nuevo acuer-do con el Consejo Comarcal de El Tarragonès, que comportará la creación de un Servicio de Asisten-cia a Municipios en el ámbito del patrimonio do-cumental, para dar apoyo principalmente a todas aquellas poblaciones de menos de 10.000 habitan-tes que no dispongan de sistema de archivo; este acuerdo se concreta en la firma de un convenio de colaboración en 2007 entre el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, el Con-

sejo Comarcal de El Tarragonès y el Ministerio de Cultura; este documento legitima la actividad del AHT como archivo comarcal, atendiendo a lo es-pecificado en la disposición adicional primera de la vigente Ley 10/2001 de archivos y documentos.

En el marco de este acuerdo, se crea la figura del archivero intercomarcal, dependiente funcionalmen-te del AHT y orgánicamente del CCT, y que, además de dar ese apoyo a los municipios, tiene también como objetivo la implementación de un sistema de archivo en el propio Consejo Comarcal y su gestión.

La novedad principal de esta situación radica, a di-ferencia de iniciativas anteriores, en la continuidad en el tiempo, que permite dotar a las actuaciones de la consistencia técnica suficiente para convertir-se en estructurales en cada una de las poblaciones a las que se presta apoyo y en el mismo CCT.

A día de hoy, los municipios de La Canonja, El Cat-llar, La Nou de Gaià, Perafort, La Pobla de Montornès y Salomó y el mismo Consejo Comarcal de El Tarra-gonès se benefician de este servicio de asistencia.

Finalmente, cabe hacer mención explícita de dos actuaciones de gran relieve en clave territorial: la elaboración del Censo de archivos de El Tarrago-nès y el Plan de Ocupación de Digitalización (POD).

El Censo de archivos es un instrumento que, contemplado en la vigente Ley 10/2001 de archi-vos y documentos, se elaboró durante los años 2010-2012, con el resultado de 441 unidades cen-sadas, de titularidad tanto pública como privada.

El Plan de ocupación de digitalización supuso la colaboración con un total de once poblaciones de El Tarragonès, y generó 104.512 imágenes de do-cumentos digitalizados, gracias a la participación de once personas, que reprodujeron la documen-tación seleccionada en la sede del AHT.

5. Actividades de formación y difusión

Como ya hemos expuesto, las tareas básicas de un archivo giran alrededor del tratamiento de la documentación y del servicio a los usuarios y la sociedad en general. Dicho esto, hay que señalar que la archivística moderna, que podríamos situar

Acto de presentación del Censo de Archivos en el Consejo Comarcal de El Tarragonès.


como vigente en nuestro país a partir de la déca-da de los años 70 del s. xx, otorga a los archivos un papel más activo en esta dinámica de servicio: hay que hacer conocer a la sociedad lo que hacen los archivos y por qué lo hacen, qué hay y para qué puede ser útil, y se debe ofrecer al ciudadano la oportunidad de formarse en aquellas materias que le faciliten el trabajo con fuentes primarias, a fin de que pueda sacar de las mismas el máximo rendimiento. En definitiva, es necesario hacer di-fusión y formación. De esta manera, los archivos se convierten en centros de actividad cultural en el territorio que les es propio.

En esa época, coincidiendo con la creación de la delegación de la Facultad de Letras de la UB en Tarragona en el 1971, el Archivo Histórico de Tarragona inició una estrecha colaboración con el colectivo universitario, convirtiéndose en un polo de actividad cultural de primer orden. El Archivo organizaba o participaba en la organización de nu-merosas actividades relacionadas con el mundo de los archivos y de la investigación histórica en general. Era habitual que los profesores de historia realizaran sus clases en el archivo, de forma que los alumnos podían conocer los fondos de prime-ra mano y trabajar con documentación original.

En un momento en el que la Generalidad aún no había sido reinstaurada y, por tanto, no se ha-bía iniciado el despliegue del sistema de archivos catalán, los archivos históricos provinciales se convertían en los únicos centros archivísticos con capacidad para incidir en el territorio, más allá de los archivos supraprovinciales o los municipales en las localidades donde funcionaban.

En esta situación, las instalaciones de la calle del Gasómetro quedaban pequeñas y eran totalmen-te insuficientes, de forma que se puso en marcha la construcción de un nuevo archivo, en un inmu-eble situado en la Rambla Vella y que había acogi-do el Instituto de Enseñanza Secundaria.

En el año 1978, con el proyecto de construcción del nuevo Archivo en la Rambla Vella avanzado, la directora del momento era requerida por los me-dios de comunicación locales, que se interesaban por el contenido y las funciones del archivo. Se or-ganizaban este año conferencias y exposiciones, Radio Tarragona programó también una serie de programas sobre el archivo. El Archivo Histórico Provincial estaba de moda.

En 1979, el Archivo organizaba las Primeras Jornadas de Investigación de los Archivos de El Camp de Tarragona, e iniciaba una estrecha co-laboración con diferentes colectivos y entidades culturales locales en la difusión de los fondos del archivo; comenzaba lo que iba a ser una caracte-rística del AHT hasta hace pocos años: una gran implicación en la vida local tarraconense.

En la década de los 80 se llevaron a cabo el tras-

lado a la nueva sede de Rambla Vella y, gracias a las nuevas instalaciones, la dinamización de las actividades formativas y de difusión.

Durante la década de los años 90 la actividad del Archivo continúa en la misma línea, de organiza-ción o acogida de actividades relacionadas princi-palmente con la archivística y la historia, y se ob-serva una creciente demanda en la utilización del claustro para actividades extraarchivísticas, como la fiesta de fin de curso del IES Pons d’Icart, la reu-nión de antiguos alumnos del IES Martí Franquès, o conciertos de música clásica programados por el Ayuntamiento de Tarragona.

La creciente colaboración del Archivo con la Fa-cultad de Letras da como resultado la realización

de varios cursos a partir de los fondos del Archivo.También se constata un incremento de las visi-

tas de estudiantes, universitarios y, principalmen-te, de secundaria.

En 1998 se publica el primer número del Butlletí Informatiu de l’Arxiu.

El Archivo Histórico de Tarragona que llega al s. xxi será un centro plenamente integrado en la vida cultural de Tarragona ciudad, donde tendrá un pa-pel predominante en la realización de actividades formativas y de difusión en sentido amplio, un pa-pel en algunos aspectos más propio de un archivo municipal que el de uno provincial; en este sentido, habría que mencionar la prácticamente nula ope-ratividad del archivo municipal tarraconense en este ámbito, por falta de recursos y estructura. En estas condiciones, no es arriesgado afirmar que, en cuestiones de programación y acogida de acti-vidades de formación y difusión, durante la última década del s. xx y hasta la creación del Servicio de Archivo y Documentación Municipal, el AHT se otorgó el papel de archivo municipal tarraconense.

Cabe destacar la edición en el año 2000 del pri-mer folleto de difusión de los fondos del Archivo, que se renovaría en el año 2003, y el inicio, a partir del año 2002, de la edición de la colección “Ma-terials didàctics de l’Arxiu Històric de Tarragona”, que a día de hoy ya cuenta con tres números.

En los últimos años, el Archivo Histórico ha con-


tinuado potenciando las actividades de difusión, con la organización de actividades diversas, en forma de jornadas: Tarragona a l’Època de Cristò-

for Colom (2008), Jornada Divulgativa Arxius i Es-cola (2008), Jornades d’Estudi Els Arxius Històrics d’Empresa (2010), o exposiciones: “La mirada d’un metge andorrà, testimoni d’un època (1890-1920)”, “Fotografies tarragonines de Joaquim de Riba Camarlot” (2005), “Pergamins segellats de l’Arxiu Històric de Tarragona” (2008), “Valentí Canadell. Fotògraf. Retrospectiva en blanc i negre” (2008), “Eufemià Fort i Cogul -1908-1979” (2008), “75è ani-versari de la Fundació de Ràdio Tarragona i de la creació de Maginet Pelacanyes” (2009), “Patrimoni documental de Salomó. La memòria de un poble” (2011), “Mauthausen, l’univers de l’Horror” (2011), “Turisme de Postal” (2011), “Patrimoni Documen-tal de Creixell, la Memòria d’un poble” (2012), “Viure en guerra, documentació tarragonina de la guerra Gran i la guerra del Francès” (2012), “Patri-moni Documental de Perafort-Puigdelfí. Identitat i Memòria” (2013), i, últimamente, “L’Arxiu Muni-cipal de La Canonja: Identitat i Memòria” (2014) y “El Patrimoni Documental de Vandellòs i l’Hospi-talet de l’Infant: Identitat i Memòria” (2014).

También se han seguido organizando o acogien-do otras actividades, presentaciones, conferenci-as y cursos. Se ha procurado potenciar especial-mente la relación con los institutos de secundaria de la demarcación y con la Universidad Rovira i

Virgili, un esfuerzo que ha dado como resultado la elaboración de varios trabajos conjuntos, como la práctica La evolución de Tarragona a través de la Foto·grafía, con el IES Torreforta, durante el curso 2008-2009, y la actividad Fotografía y Memoria, una experi-encia didáctica de gran resonancia, llevada a cabo por el IES Martí Franquès en colaboración con el AHT, durante el curso 2011-2012, que se inició en el curso de primero de bachillerato y se extendió a toda la comunidad educativa.

Mención especial merece el seminario Servei Di-dàctic de l’Arxiu Històric de Tarragona: Elaboració de materials i propostes de dinamització (2010), organizado en colaboración con los Servicios Ter-ritoriales del Departamento de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalidad en Tarragona.

En 2005 se renueva el Butlletí Informatiu del Archi-vo, que mantiene la periodicidad anual y que, a partir del 2010, pasará a ser editado en formato

electrónico, con la edición en papel de unos po-cos ejemplares.

Finalmente en el 2013 se renueva el folleto con la información básica del archivo: ubicación, cuadro de fondo, horarios, servicios, etc.

En definitiva, el papel del AHT como centro de dinamización cultural continúa bien vivo, con un potencial proporcional a los recursos disponibles


y a la diversidad de tareas encomendadas.

En conclusión

El hecho de que el AHT fuera durante mucho ti-empo el único archivo histórico supramunicipal de las comarcas de Tarragona le otorga, obviamente, un papel relevante en la gestión del patrimonio do-cumental del territorio que le es propio.

Podríamos diferenciar la trayectoria del Archivo en tres etapas, una primera, desde su creación en el año 1944 hasta el año 1962, en el que se instaló en la que sería su primera sede, la Casa de Cultura de la calle del Gasómetro, donde compartía espa-cio con la Biblioteca Pública; una segunda desde el 1962 hasta el 1982, ubicado en la Casa de Cultura, y una tercera, que iría desde el 1983, cuando el Archi-vo se instaló en la sede de la Rambla Vella, hasta la actualidad.

En cuanto a la primera, fue una etapa de constitu-ción y puesta en marcha, y pronto resultó evidente que las instalaciones de la Casa Castellarnau, en la calle de los Cavallers, no respondían a los requerimi-entos mínimos que un archivo provincial precisaba.

La etapa iniciada en 1962 con el traslado a la Casa de Cultura significó una importante mejora, aunque pronto se vio que las instalaciones —compartidas también con la Biblioteca Pública—, resultaban del todo insuficientes para acoger un centro archivístico de alcance provincial, con un notable volumen de fondo y que, a partir de la década de los 70 inició un rápido periodo de expansión, en forma de ingreso de nuevos fondos y de realización de actividades de difusión y formación.

Finalmente, la construcción de la nueva sede en la Rambla Vella y el traslado del Archivo en 1983, supuso una mejora indiscutible, pero con matices. Ya hemos visto como la capacidad demandada por la dirección del archivo, de 20.000 metros lineales de capacidad, quedaba reducida a menos de 5.000. Esta realidad pasará factura al centro, que, diez años después de estrenar la nueva sede, ya empi-eza a manifestar problemas de espacio de depósi-to; por otra parte, la situación céntrica del AHT, que comporta innegables ventajas a los investigadores y usuarios en general, también tiene inconvenien-tes, como la práctica imposibilidad de crecimiento,

al mismo tiempo que el hecho de ser un inmueble construido alrededor de un elemento patrimonial de primer orden —el claustro del convento de Sant Francesc del s. xviii— también condiciona las posi-bles actuaciones de mejora.

Por otra parte, el AHT, como archivo de titularidad estatal y gestionado por la Generalidad, es un or-ganismo en el que confluyen los sistemas archivísti-cos español y catalán, el primero, un poco antiguo, no responde a la estructura autonómica del Estado surgido de la Constitución de 1978, y el segundo, en proceso de expansión, se convierte en una de las estructuras de estado necesarias para consolidar la idea de Cataluña como nación que a lo largo de los últimos años ha tomado fuerza. La convivencia de ambos sistemas no siempre es fácil, y el servicio del Archivo a las dos administraciones, la titular y la gestora, requiere de un esfuerzo de adaptabilidad por parte de su personal. En este sentido, podría-mos afirmar que el futuro de los archivos históricos provinciales, en la configuración actual, está en en-tredicho, a remolque del devenir político. En cual-quier caso, aun valorando únicamente el AHT como archivo comarcal de El Tarragonès, y considerando que los Servicios Territoriales Centrales de la Admi-nistración de la Generalidad están ubicados en Tar-ragona ciudad, resulta evidente que siempre deberá asumir un volumen de ingresos muy superior al de otros archivos comarcales ubicados en comarcas sin estos organismos, con lo que esto conlleva de necesidad de espacio de depósito y de recursos de todo tipo para hacer frente al control y el tratamien-to de los fondos, y para hacerlos accesibles.

En una sociedad viva, en movimiento, los archivos no pueden quedar atrás, y deben responder a las necesidades de la comunidad a la que pertenecen; es por esto que, más allá de consideraciones coyun-turales, el AHT, como siempre ha hecho, continuará estando al servicio de los ciudadanos de las co-marcas de Tarragona y del patrimonio documen-tal que generen, custodiándolo en las mejores condiciones posibles y tratándolo con el máximo interés para que pueda ser legado a las futuras generaciones.n

El Archivo Histórico de Girona: breves notas de su historia.Por Joan Ferrer, director del Archivo Histórico de Girona

IInmersos en un momento, una época y una era que se consideran esencialmente digitales, donde la información navega casi de forma instantánea

de un lugar a otro, donde los derechos que fun-damentan la documentación se intentan defen-der y demostrar por medio de paquetes binarios,

LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS PROVINCIALESDE GIRONA Y LLEIDA


expresar la importancia y el papel que toman los archivos históricos en nuestra sociedad actual pu-ede parecer, a algunos, una cuestión superflua o, al menos, decimonónica.

A menudo se considera que la esencia de un archivo, lo que realmente le da sentido, es su con-tenido: el Archivo Histórico de Girona es un claro ejemplo de esta opinión. La riqueza y diversidad de sus fondos lo hacen uno de los de referencia en nuestro país y, en según qué materias, un centro de imprescindible consulta, más allá de nuestras fronteras.

La creación y consolidación del Archivo Históri-co de Girona se produjo durante la segunda mitad del siglo xx. No obstante, los precedentes y las ac-ciones encaminadas a disponer de un centro de archivo público, preocupado por la recopilación, la conservación y la difusión del patrimonio docu-mental de la demarcación provincial, se remontan hasta la época de la Segunda República Española y, en concreto, a la instauración de la Generalidad de Cataluña. Un decreto de 1931 iniciaba la posibi-lidad de creación de un archivo histórico en cada una de las capitales provinciales; sin embargo, no es hasta el 1937 que encontramos la referencia más concreta a la existencia y dotación económi-ca de una estructura archivística, precedente de la actual, con la que el Archivo Histórico de Girona comenzaba su vida, que no sería fácil, ni seguida, ni estable hasta bastantes más años después.

La oficialidad indica que fue el 1952, con la pu-blicación de la orden ministerial correspondiente, el año de creación del Archivo Histórico Provincial de Girona. La estructura legal creada permitía una formalización concreta y estable del nuevo cen-tro, instalado provisionalmente en una nave del viejo edificio del Instituto de Enseñanza Media, en lo alto de la calle de la Força. El nuevo archi-vo permitía recibir la documentación que se había trasladado, terminada la Guerra Civil española, al Archivo de la Corona de Aragón, y la que perma-necía depositada en algún almacén de la ciudad —las dependencias anexas al Palacio Episcopal. Los fondos notariales de los distritos de Figueres, Santa Coloma de Farners y Girona, junto con los volúmenes de la Contaduría de Hipotecas, fueron los primeros grupos de fondos ingresados. La di-rección, compartida con la de la Biblioteca Pública Provincial, recayó en el señor Enric Mirambell.

La provisionalidad, en cuanto a la sede del Archi-vo Histórico Provincial, motivó la búsqueda de una nueva ubicación, más adecuada, que se encontró en el año 1963, una vez terminaron las obras de transformación del antiguo Hospicio en Casa de Cultura: archivo y biblioteca provinciales compar-tían edificio y pasaban a disponer de espacios adecuados y suficientes para el trabajo interno y la consulta pública de los fondos. El trabajo cons-tante y loable de sus trabajadores y director hici-

eron posible la salvaguardia, protección e incor-poración de numerosos fondos documentales de una importancia capital para nuestra historia: en 1966 se incorporaban, por ejemplo, los protocolos notariales del distrito de la Bisbal d’Empordà y, al inicio de la transición democrática, buena parte de la documentación pública de las delegaciones mi-nisteriales.

La historia de las sedes del Archivo Histórico de Girona es la historia del concepto, afortunadamen-te mutable y cambiante, de la archivística. A finales de la década de los 70 del siglo xx se promovió la modernización de las instalaciones que lleva-ron, necesariamente, a la búsqueda de una nueva sede, la actual, que había ocupado hasta 1961 la Delegación de Hacienda del Estado. Este nuevo hospedaje había estado, hasta las actuaciones desamortizadoras de los bienes eclesiásticos del siglo xix, la sede de una comunidad regida por la orden de los carmelitas descalzos: era el antiguo convento de Sant Josep. La rehabilitación del con-vento se inició en 1980. Paralelamente, se iniciaba el traspaso de competencias en materia de archi-vos históricos provinciales desde el Estado a la Generalidad recién restablecida, que se hizo efec-tivo por medio de una orden del Departamento de Cultura del año 1983. Por lo tanto, en 1985, al inicio del camino como Archivo Histórico de Girona en la nueva sede de la plaza de Sant Josep, el centro ya es gestionado por la Generalidad de Cataluña, aunque la titularidad del inmueble sigue siendo de la Administración central. Josep Matas i Balaguer fue nombrado director en 1988; en 2003 asumió la dirección Montserrat Hosta i Rebés.

En la actualidad, la funcionalidad de la sede del convento de Sant Josep del Archivo Histórico de Girona ha quedado superada, como en las anteri-ores, por las necesidades de la archivística actual y por una gestión eficiente del centro. La disponi-bilidad de espacio libre para acoger nuevos ingre-sos es extremadamente escasa —10 kilómetros de documentación ocupan prácticamente la totalidad

Sala de consulta.


de nuestros depósitos— y los requerimientos de los usuarios piden unas herramientas adecuadas a nuestros días. Conscientes de esta problemática, las instituciones públicas implicadas —el Estado y la Generalidad— han decidido y proyectado una nueva sede que, por varios motivos, ha visto como se alargaban los plazos de materialización, con la correspondiente dificultad de los actuales respon-sables para cumplir con eficacia las funciones y los

compromisos que tiene encomendados el Archivo Histórico de Girona.

Desde Girona felicitamos al Archivo Histórico de Tarragona en su cumpleaños, confiando en que el trabajo hecho desde los tres archivos históricos provinciales catalanes siga la divisa de servicio público, útil y reconocido, que tenemos encomen-dada todos los archivos del país. n

El Archivo Histórico de Lleida,Por Joan Farré i Viladrich, director del Archivo Histórico de Lleida

El Gobierno republicano español presidido por Manuel Azaña, viendo que el patrimonio docu-mental había sufrido pérdidas y daños considera-bles “aunque más por abandono que por codicia”, mediante un decreto del día 12 de noviembre de 1931 crea en las capitales de provincia los archivos históricos provinciales, con el fin de concentrar la documentación histórica que “se halla dispersa por España en multitud de archivos y dependen-cias de diversas entidades, en riesgo de perecer”, y constatando “los afortunados hallazgos que en lo que va de siglo han llevado a cabo en los Archi-vos de protocolos pacientes investigadores... por lo tanto deben ser fondo inicial y preferente de estos Archivos históricos los protocolos seculares que en los 477 Distritos notariales se hallan gene-ralmente mal instalados...” Y el Decreto continúa diciendo: “La organización actual de los archivos de protocolos se basa, principal y casi exclusiva-mente, en la custodia y conservación de los docu-mentos. Pero la antigüedad de estos fondos tiene un interés histórico más que jurídico... y ello exige, por lo tanto, convertirlos, además, en material de estudio y de investigación”.

No se volverá a hablar de estos archivos hasta el año 1947, cuando aparece el Decreto sobre or-denación de los archivos y bibliotecas que, en su artículo treinta y cuatro, dice: “En las capitales de

provincia donde no exista un Archivo General, Re-gional o de Chancillería y no tuviesen un Archivo Histórico Provincial, el Ministerio de Educación Nacional procederá a su inmediata creación. En ellos se depositarán los protocolos notariales de más de cien años de antigüedad..., la documenta-ción histórica de las Audiencias y Juzgados, de las Delegaciones de Hacienda y de otras dependenci-as oficiales de la provincia. Previa autorización del Ministerio, podrán las Corporaciones, Organismos y particulares que lo soliciten, entregar en depósi-to en estos Archivos sus documentos históricos para su mejor custodia, conservación y estudio”.

Pero tendremos que esperar hasta el día 26 de febrero de 1952 para ver confirmada, mediante or-den ministerial, la creación del Archivo Histórico Provincial de Lleida y también el de Girona. Con carácter provisional —la provisionalidad durará hasta el año 2005— el de Lleida se instalará en el edificio del Roser de la calle Cavallers, antiguo con-vento dominico y posteriormente sede del Institu-to de Enseñanza, que albergará también la Biblio-teca Pública. Aunque este decreto encomienda la organización y el funcionamiento del Archivo a la archivera de la Delegación de Hacienda de Lleida, Manuela Rodríguez López-Cordón, dos años antes ella ya había empezado a recoger los protocolos notariales dispersos por la ciudad.

El 13 de mayo de 1953, antes de la inauguración oficial se hará la primera visita de inspección del archivo. El director del Archivo de la Corona de Aragón, J. Ernest Martínez Ferrando, inspector re-gional de archivos de la zona de Levante, acom-pañado por la directora del Archivo y el Dr. Felip Mateu i Llopis, catedrático de la Universidad de Barcelona y también inspector, visitan las depen-dencias donde se encuentran los 1.800 protocolos notariales y la documentación ingresada el día anterior procedente del ACA, constituida por la documentación notarial de La Seu d’Urgell y los 6.500 documentos relacionados con Lleida y An-dorra comprados al librero Porter de Barcelona. Posteriormente, bajo la presidencia de los inspec-tores regionales de archivos, en representación del director general Francisco Sintes, con la presencia del obispo de Lleida y las autoridades locales, se


procede a la inauguración del Archivo y la Biblio-teca. El diario La Mañana, de la prensa del Movimi-ento, del día siguiente lo relata así: “Con la debida solemnidad se procedió ayer a la Bendición e in-auguración de la Biblioteca Pública del Estado y el Archivo Histórico Provincial, instalaciones que tienen adecuado lugar en el edificio del Roser... de la calle de Caballeros. Bendijo las instalacio-nes el Excelentísimo y Rvdmo. Señor Obispo de la Diócesis, doctor don Aurelio del Pino Gómez... que establece las diferencias que existen entre un buen libro y uno malo... Manifiesta que muchos jó-venes se han perdido por haberse desorientado con malas lecturas, y justifica por ello que la Santa Iglesia extreme su vigilancia acerca de los libros para apartar a todos de las malas lecturas, velando por la salud de sus hijos”. Del Archivo dijo que “hay que mirarlo con todo respeto y cariño, pues nos habla de la vida de nuestros antepasados, de las tradiciones, de las gestas, que sirven para desar-rollar sobre ellas nuestra existencia”. Añade que “la bendición impartida significa que estos locales tienen los sellos sagrados y no se prostituirán con lecturas pecaminosas ni se realizará acto indigno”. Será, dice, “un foco de la cultura cristiana que per-mitirá reconstituir con su archivo, el significación de nuestra historia”.

Solo habían pasado poco más de veinte años para ver cómo los anhelos republicanos de con-vertir los fondos de estos archivos en material de estudio e investigación el franquismo los reem-plazaba por estos otros, condicionando absoluta-mente la interpretación del pasado para hacer un uso adoctrinador de la historia. Como dice Josep Fontana, la historia en malas manos puede ser una temible arma destructiva.

Después de realizar nuevamente obras de conso-lidación y acondicionamiento del edificio, en 1970 se inauguró la Casa de Cultura de la que el Archivo ocupaba la segunda y la tercera plantas.

Desde entonces hemos avanzado mucho y des-de el año 1981 el Archivo Histórico de Lleida forma parte, como los de Girona y Tarragona, de la Red de Archivos Comarcales de la Generalidad. Insta-lado en un edificio de nueva planta inaugurado en 2005, con más de 11 km de documentación, hoy está en óptimas condiciones de acceso y uso de los documentos, poniéndolos al alcance de la so-ciedad para repensar y entender el pasado y, vol-viendo a Josep Fontana, para contribuir a limpiar de basura el cruce en que nos encontramos y ayu-dar a que se vean más claros los diversos caminos que se abren por delante. n

EL TRATAMIENTO DE LOS FONDOSEl tratamiento del fondo documental del Gobierno Civil

De acuerdo con el Decreto 914/1969, del 8 de mayo de 1969, del Ministerio de Educación y Ci-encia, el fondo documental del Gobierno Civil de la provincia de Tarragona fue transferido al AHT el 27 de marzo de 1991, cuando era gobernador civil Ramón Sánchez. En 1998, fruto del seguimiento de la descripción de los diferentes fondos trans-feridos con los directores de los archivos provin-ciales respectivos, apareció el libro Normas para el Tratamiento de la documentación administrativa. Sobre la documentación de los Gobiernos Civiles (Ministerio de Educación y Cultura). El conjunto ingresado, de los años 1862/1985, abarcaba 2.516 unidades de instalación (UI) (volúmenes, legajos y cajas), equi-valentes a 290 metros lineales.

El primer tratamiento del fondo dio como resul-tado un total de 2.800 UI —un buen número de las mismas constituido por cajas normalizadas— (in-troducidas en el software GIAC). Paralelamente se instaló la serie de Asociaciones en ochenta cajas, con un total de 2.130 expedientes, de los años 1862-1980, igualmente informatizada.

Desde junio hasta diciembre de 2014, el archive-ro Aniol Maria Vallès (formado en la Escuela Su-perior de Archivística y Gestión de Documentos, ESAGED), mediante una beca otorgada por el De-

partamento de Cultura, prosiguió la tarea de iden-tificación, instalación, descripción e introducción de los datos en el GIAC. La primera dificultad, en el momento de familiarización con el fondo, con-sistió en fusionar los diferentes inventarios exis-tentes, con varios niveles de organización y clasifi-cación. Había que determinar el nuevo cuadro de clasificación que se debía aplicar, incorporando toda la documentación que permanecía todavía intacta desde su almacenamiento. Cada una de las unidades de instalación debía ser inspeccionada e identificada. Sin embargo resultó una tarea un


tanto compleja, dada la dispersión y, en ocasio-nes, la amalgama de series en una misma unidad, ya que respondía más a un orden cronológico de las dependencias orgánicas o negociados que a uno por series. En esta intervención se procedió a la vez a la colocación en cajas homologadas de una parte de los documentos empaquetados en papel de embalaje.

La fase más laboriosa e interesante ha sido la detección de las series más relevantes del fondo, además del descubrimiento de conjuntos docu-mentales equiparables a subfondos, como los del Patronato de la Junta Provincial de Beneficencia, el Patronato para la Mejora de la Vivienda Rural y el Patronato José Antonio, con un total de 66, 60 y 15 UI, respectivamente. Se continuó con la serie de Reuniones, de 1965 a 1985 (69 UI), que incluía todo tipo de expedientes de reuniones políticas y concentraciones de reivindicaciones sociales. Otra serie identificada fue la de Extran-

jeros, aunque con lagunas. Se localizó igualmente documentación de Asociaciones, a añadir a la ya descrita de esta serie.

Una serie también bastante amplia y dispersa dentro de legajos y cajas del fondo era la de Rela-ciones con el Servicio de Inspección y Asesorami-ento de las Corporaciones Locales, junto con las de Régimen Jurídico, Elecciones Locales y Haci-endas Locales. 150 UI correspondían a Acuerdos

Municipales —mezclados con la serie de Ordenan-zas Fiscales, Personal y la ya mencionada de Haci-endas Locales—, para que el Gobierno Civil tuvie-ra constancia de los asuntos de la Administración local. Sin embargo, la ordenación alfabética por municipios permite una rápida recuperación de la información. Por otra parte, series como las de Bienes, obras y servicios o Registros y asuntos generales contienen boletines demográficos del Movimiento, facturas, notificaciones de modifica-ciones de créditos de los presupuestos municipa-les... Y la de Personal contiene las altas y bajas de funcionarios. Asimismo, 160 UI —en legajos y paquetes— pertenecían a la Administración local en general, nuevamente con una ordenación cro-nológica, pero no por series. En medio apareci-eron más de 20 UI de la Comisión Provincial de Calificación de Mutilados.

El bloque siguiente, de Relaciones interministe-riales, comprendía más de 220 UI, con expedien-tes vinculados con los ministerios de Presidencia del Gobierno, Asuntos Exteriores, Justicia, Marina, Gobernación e Interior, Trabajo, Agricultura, Aire, Comercio, Vivienda, Hacienda, Cultura..., dispues-tos por orden cronológico. Se intercalaban docu-mentos de las series de Elecciones Locales, Régi-men Jurídico, Protocolo o Circulares.

A continuación, se trató la documentación de Pa-tronatos, como el Patronato para la Mejora de la Vivienda Rural y el Patronato José Antonio antes aludidos, con el propósito de considerarlos como subfondo de Gobernación, dentro del grupo de la Administración periférica del Estado.

También fueron identificadas las Comisiones Provinciales (unas 20 UI), los Comunicados men-suales al Ministerio de Justicia sobre actividades culturales, conciertos y espectáculos —para la recaudación del 5 % destinado a Justicia— y casi unas 10 UI con las Fichas de los Puntos de Infor-mación Cultural (PIC).

En conjunto, el fondo del Gobierno Civil consti-tuye una fuente de información de gran valor para documentar un periodo de tiempo importante de la historia reciente de las comarcas de Tarragona. Aunque la parte más voluminosa del fondo comi-enza en la década de los 60 del siglo pasado y, por tanto, hay un vacío documental enorme, hay que conseguir una descripción lo más precisa po-sible, que responda al interés de los usuarios por consultarlo; con esta finalidad confiamos en que la tarea de descripción, que se ha llevado a cabo en varias etapas a lo largo del tiempo y que se ha retomado en los últimos meses del año en curso, pueda ser culminada a lo largo del año 2015. n


Restauración de dos libros de registro de fincas rústicas y urbanas de la ciudad de Tarragona, del año 1862

El Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña, con sede en Valldoreix, ha restaurado dos libros del fondo de la Delegación Provincial de Hacienda de Tarragona, pertenecientes a la se-rie de Censos y registros fiscales (sig. top. 431 y 534), fechados en 1862, Tarragona. Valoración de las fincas urbanas (187 f., con 49 hojas desprendidas y 1 papel suelto) y Tarragona. Medición y clasificación de las fincas rústicas (289 f., con 8 hojas desprendidas y 6 papeles sueltos con anotaciones complementa-rias). Miden 39 x 30 cm y poseen una encuaderna-ción rígida de piel sobre cartón. Gracias a la me-moria final de la intervención, podemos explicar los diferentes pasos seguidos.

En cuanto a la descripción inicial, el primer libro tenía las cubiertas en mal estado de conservación y estaba muy descosido. La piel que cubría la en-cuadernación se había resecado e impregnado de suciedad —la etiqueta de encima, de color granate y dorado, también estaba sucia y mostraba troci-tos despegados—, pero mantenía todavía un es-pesor considerable; el soporte de cartón se había hinchado y se deshojaba, por un exceso de hu-medad, más perceptible en las esquinas. Si bien la encuadernación permanecía bastante estable, el lomo aparecía roto en el pliegue. Había que hacer una cabezada nueva y reforzar la existente. Algunos cuadernillos del volumen se encontraban totalmente descosidos, incluso con hojas sueltas. El papel, con pliegues, desgarros y pérdidas pun-tuales de soporte, presentaba suciedad en gene-ral, a causa de un uso continuado del libro, dentro del cual se intercalaban varios papeles, con notas complementarias.

En cuanto al segundo libro, le faltaba una buena parte de la piel que cubría la encuadernación —so-bre todo en la cara posterior— y la que quedaba estaba igualmente seca y sucia —como la etique-ta—, con cortes de diferentes tamaños y con un espesor reducido. El alma de cartón estaba tam-bién hinchada y deshojada, debido a la humedad, deterioro que era más acusado en las cantoneras. Al encontrarse el ejemplar desprovisto de lomo, se hacían visibles los nervios (en buen estado), la rotura de una cabezada y la débil fijación de la otra. Pese a la estabilidad del cosido, algunas ho-jas se habían desprendido. Como en el otro libro, el conjunto del papel —con anotaciones intercala-das—, igualmente con pliegues, desgarros y pérdi-das puntuales de soporte, mostraba básicamente suciedad, acumulada por una utilización repetida.

Después del diagnóstico, descartada la introduc-ción de los libros en la cámara de anoxia, dado que ya habían sido desinfectados y desinsecta-dos, se decidió que en ambos casos se procedería a restaurarlos sin desmontarlos, comenzando por tratamientos del papel. Previamente se colocaron

tiras de cinta reparadora Filmoplast P 90 Neschen en algunos sectores de la piel original, a fin de im-pedir rupturas derivadas de la manipulación du-rante el proceso.

1 y 2. Se fotografiaron íntegramente los volú-menes, y se numeraron los folios.

3 y 4. Se aspiró con aparatos de filtro HEPA cada uno de los folios, con ayuda de paletinas, y se tomaron muestras de tintas solubles en agua y de lacre para el laboratorio.

5. Se prosiguió con una limpieza en seco, con goma blanda Milán triturada y algodón, hoja por hoja, eliminando con el bisturí los excrementos de mosca y las manchas de tinta. Esta operación se completó con un segundo repaso de aspirador para quitar los restos de goma.

6. Se consolidaron los desgarros y cortes con papel Japón fino y Tylosse fijado con una espátula caliente. Asimismo, se hicieron injertos con papel Japón más grueso (Arakagi) y se unieron dos hojas con papel Japón grueso.

7. Se cosieron los libros con hilo de cáñamo de grosor y tono similares al del original. Se anuda-ron los restos de hilos rotos, con la finalidad de

Los dos libros de 1862 del fondo de Hacienda antes de la restauración, con las encuadernaciones muy estropeadas.

Vista de la cubierta anterior de los volúmenes con la reintegración de la piel.


religar los cuadernillos, operación que fue bastan-te dificultosa por la existencia de muchas hojas y cuadernillos sueltos. En los dos casos, se reforzó una cabezada y se rehízo la otra —uniendo 8 hi-los de lino de unos 8 cm con un trozo de piel de badana verde, rebajada previamente—, fijándolas con cola adhesiva de pH neutro. En el segundo li-bro se consolidaron con papel Japón la cabezada original y el lomo como preparación para poder restaurar la cubierta.

8. Se hicieron plantillas de las partes que falta-ban de las cubiertas, trazándolas con rotuladores permanentes sobre plástico.

9. Se recortaron sobre una piel nueva —de to-nalidad más clara que la original—, dejando un par de cm, que se rebajaron posteriormente con la Dremel y el bisturí.

10. En el segundo libro se cortó un cartón de la medida del lomo. Se le dio una forma curva, redondeando los cantos con papel de vidrio y se enganchó con adhesivo de pH neutro.

11. A continuación, se reconstruyeron los late-rales con acetato de polivinilo y agua entre lámi-nas, secado con Reemay bajo un peso. Para las es-quinas se empleó pulpa de papel neutro con una solución de agua y Tylosse. Una vez todo seco, se afinó con papel de vidrio y se recubrió con papel Japón y Tylosse.

12 y 13. Se levantó, con bisturí y con mucho cui-dado, todo el contorno de la piel original para co-locar los trozos nuevos, y se procedió a rebajarlo y pulirlo hasta insertar los injertos poco a poco, con un engrudo de proporción 1:4 de almidón y agua destilada, procurando no manchar la piel original y efectuando un secado con un peso suave. En el lomo del segundo libro se dejó mucha piel, para poder marcar los pliegues con la plegadora.

14. Para los pliegues de las esquinas se hicieron cortes idénticos a los de origen.

15. Colocados y pulidos los injertos, se limpia-ron las etiquetas con un algodón ligeramente hú-medo, y se consolidaron los trocitos levantados.

16. Finalmente se limpió la piel con discos de algodón y se peinó en una misma dirección.

17 y 18. Se completó el proceso con fotografías y la redacción de la ficha técnica.

Levantamiento con bisturí de la piel original de la cubierta, una vez reconstruidos los laterales y las esquinas con acetato de polivinilo y agua y pulpa de papel neutro, agua y Tylosse.

Colocación de los injertos de piel obtenidos a partir de plantillas, después de haber rebajado sus bordes con la Dremel, fijados con engrudo y secados con un peso suave.

La piel nueva de la cubierta, recortada empleando la plantilla, de-jando un par de cm más, a fin de permitir el rebaje final del borde.


19. Se desengancharon las dos etiquetas inferi-ores del lomo y, dentro de una camisa de papel barrera, se dejaron en la primera página.. n

Finaliza la primera fase de la digitalización del fondo de la televisión local tarraconense Tarraco Visió

En el marco del Plan Bruniquer de digitalización de fondos documentales, impulsado por el Depar-tamento de Cultura, en el año 2014 se ha iniciado la digitalización del fondo audiovisual de la televi-sión local de Tarragona Tarraco Visió.

El fondo consta de 894 cintas en formato VHS, con toda la programación del canal entre los años 1997 y 2001, clasificada por orden cronológico. Este fondo documental ingresó en 2002 en el Archivo Histórico de Tarragona, y se encuentra ubicado en un depósito específico y climatizado desde el año 2006 para mejorar las condiciones de conservación.

El Fondo Tarraco Visión es el único testigo de la actividad de esta televisión local, y contiene do-cumentos de gran valor por los personajes que aparecen en los diferentes programas y los conte-nidos que se tratan.

Por otra parte, la habitual pérdida progresiva de calidad de este tipo de formato audiovisual, de cinta magnética, y el hecho de que este fondo sea único, aconsejaban digitalizarlo para poder preservar la información que contiene, testigo de la actividad del canal en el periodo mencionado. Con todo, el elevado coste de la digitalización de material audiovisual, tanto en lo que respecta al procedimiento como a la conservación del mate-rial digital resultante, han retrasado el proceso, a pesar de las demandas realizadas desde el AHT.

Finalmente este año se ha podido llevar a cabo una primera fase, que ha permitido la digitaliza-ción de 168 cintas. El tratamiento ha sido reali-zado por la empresa Dinser y una vez finalizado ocupa un total de 8 Tb.

El formato digital utilizado en el proceso de di-gitalización es el estándar DV-PAL (720 × 576 px, 4:3, 25 fps, 25 Mbps). Este formato utiliza una fre-cuencia de muestreo (4:2:0) y una tasa de bits (25 Mbps) más que suficiente para conseguir unos re-sultados óptimos. Se ha realizado un proceso de bobinado y rebobinado y se ha utilizado un cor-rector de base de tiempo para estabilizar la señal de vídeo y evitar saltos y rayas.

El resultado de este proceso asegura la preserva-ción de la información contenida en las 168 cintas tratadas, que podrá ser utilizada en cualquier tipo de postproducción, edición, exportación a otros formatos, distribución on line, proyección, etc. n

Digitalización de documentos cedidos por el Archivo de Complemento

Durant l’any s’han digitalitzat tretze pergamins Durante el año se han digitalizado trece perga-minos del Mas d’en Mestre, de Vespella de Gaià (1482-1768), un libro de la Corte del Alcalde de Roda de Berà y Creixell (1618-1634) y un Libro de Órdenes de Milicias Urbanas de 1810 y 1811, cedi-dos para su reproducción por Joan Carles Blanch i Torrebadell, Ricard Benimeli, archivero municipal de Roda de Berà y Oriol Pou Ibar, respectivamen-te, así como un pergamino de 1462 de la limosna de Jaume Mangons y un libro de ordenaciones de la comunidad de presbíteros de Constantí de 1552, que han dado lugar a un artículo de los Estu·dis de Constantí, a fin de integrar todos estos docu-mentos en el Archivo de Complemento. n

Sujeción de la nueva piel del lomo sobre un cartón curvado y con los cantos redondeados, enganchado con adhesivo de pH neutro.


INGRESOSGeneralidad de CataluñaAgricultura, Ganadería y Pesca

A través de una transferencia del 15 de mayo del Archivo Central Administrativo han ingresado en el depósito de Santes Creus del AHT 15 UI con las Actas de arqueo de Agricultura (G0679) del año 1991.

Servicios Territoriales de Arquitectura y Vivienda

El mismo día, el Archivo Central Administrativo transfirió 637 UI de expedientes de Construcción de viviendas de protección pública de los años 1987-1988 y 1991-1997 (O0401).

Servicios Territoriales de Empresa y Ocupación

El Archivo Central Administrativo transfirió, el 15 de mayo, 170 UI de Preavisos y Actos de Eleccio-nes sindicales, de los años 1977-1997 (T0286).

Gobernación y Relaciones Institucionales

El 15 de mayo también fueron transferidas desde el Archivo Central Administrativo 670 UI de expe-dientes de Licencias de actividades clasificadas, desde los años 1994-1998 (M0004).

Administración periférica del EstadoDelegación Provincial de Educación

El 20 de noviembre los Servicios Territoriales de Educación han transferido al AHT 106 UI de la se-rie Datos anuales del centro (Planes anuales - Me-moria) (Y0101), de los años 1955-1992. n

NotarialesHan ingresado los protocolos de 1913 de los no-

tarios siguientes: Enric Albert i Albert, Marià Gua-dalupe Albinyana i Arandes (2 tomos), Joaquín de Azpeitia de Moros (Tomo 2), Simó Gramunt i Juer (5 tomos), Alfonso Grande Canosa (2 tomos), Isidoro Lapuente Sáez y Trinitat de Martorell i de Vedru-na, además de Índices [alfabéticos] de Simó Gramunt i Juer, de los años 1891-1904, Índexs alfabètics i cronològics de Simón Gramunt i Juer y Enric Albert i Albert, de los años 1896-1912, e Inventario de los libros, protocolos y testamentos cerrados que constituyen el archivo de protocolos de Simó Gramunt i Juer, de 1898 (un total de 17 vo-lúmenes de 1,60 m lineales, sig. top. 1935 -1950). n

JudicialesEn 2013 se efectuó una transferencia de 60 m de

expedientes del Tribunal Tutelar de Menores de Tarragona (1920/1989) —el segundo de España, tras el de Gijón—, al Archivo Comarcal del Baix Camp. En la fase previa al inventario se hizo un tratamiento de los expedientes afectados por hon-gos: 11 unidades de instalación precisaron una limpieza con pincel y aspirador con filtro Hepa y una desinfección con una mezcla de alcohol (70 %) y agua destilada (30 %), mediante tampo-nado con papel de celulosa. Comprende 344 UI de expedientes de menores (1920/1989), 10 UI de Exhortos (1956/1987), 55 UI de Diligencias previas (1956-1989) y 15 UI con Documentación diversa (1924/1986), consistente en expedientes de perso-nal, correspondencia, libros de actas, libros y lega-jos de documentos contables, registros de inter-nos, presupuestos, memorias, proyectos de obras, informes estudios estadísticos..., además de publi-caciones. Se puede completar con declaraciones de ingresos de espectáculos y cuentas a favor de la Junta Provincial de Protección de Menores de los años 1980-1981, del fondo del Gobierno Civil y con dos unidades de instalación (núm. 8.580 y 8.581) del fondo De Muller —Xavier de Muller y de Ferrer, marqués de Muller, fue presidente del Tribunal Tu-telar de Menores y vocal de la Junta Provincial de Protección a la Infancia, los años 1936-1961. n

InstitucionesEl 22 de enero el AHT ingresó, en su depósito

auxiliar de Santes Creus, mediante una trans-ferencia del Centro Penitenciario de Tarragona, 172 cajas de la serie de Libros de servicio, de los años 1984-2006. n

Taller de cerrajería —inaugurado en 1942— de la Casa Tutelar de San José de Tarragona, fundada en 1912.


AsociacionesEl 21 de octubre el expresidente de la Federación

de Asociaciones de Vecinos de Tarragona, el pa-

dre Francesc Xammar Vidal completó el fondo de-

positado en el AHT con la entrega de 19 publica-

ciones sobre barrios y asociaciones de vecinos. n

ColeccionesEl 23 de junio, Rolf Fr. Dräger, de Berlín, ha entre-

gado copia de 86 diapositivas de la ciudad de Tarra-gona (2 de junio de 1964) de la Móra (35) y un vídeo en DVD de 47 min (montado por su nieto Dennis J. Dräger en 2011, con imágenes de 1961/2011).

El 31 de julio, Joaquim Cabezas i Rectoret cedió en depósito 32 fotografías en color montadas con un paspartú, del Bicentenario del Asedio de Tarra-gona (1811-2011), correspondiente a una exposición en el Ateneu de Tarragona: 4 fotos de oficios sobre papel (18 x 25 cm), 7 diapositivas en color (de 5,5 x 5,5 cm) de las cuevas del Llorito (1973), 4 negativos del atentado de ETA al Rack de Empetrol (1987), junto con los datos sobre la actividad fotográfica, relaciones de fotógrafos antiguos de las comarcas tarraconenses (1843-1970), comercios de Tarrago-na (1876-1968) y soportes y formatos fotográficos, y notas sobre fotografías coloreadas y en color.

El 28 de agosto, Borja de Querol de Quadras en-tregó una caja de documentación de su padre, el abogado de Barcelona Joan de Querol y de Mu-ller, de los años 1947-1988.

El 11 de noviembre, Jordi López Vilar cedió en depósito un libro de Actas de la Sociedad de Ca-zadores La Protectora de los años 1943-1946, en muy buen estado de conservación. n

NOTICIASRetorno del Fondo histórico del Ayuntamiento de Tarragona, depositado en el AHT, al Archivo Municipal de Tarragona

El día 15 de febrero, se procedió a la firma del acuerdo entre el Ayuntamiento de Tarragona y el Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña que establecía el retorno de la do-cumentación histórica municipal de Tarragona depositada en el Archivo Histórico Provincial a las nuevas instalaciones del Archivo Municipal. El acto fue presidido por el consejero de Cultura de la Generalidad de Cataluña y el alcalde de Tarra-gona.

Una parte importante de la documentación his-tórica del Ayuntamiento de Tarragona, desde la más antigua hasta aproximadamente el año 1800, fue cedida por el Ayuntamiento de la ciudad a la Generalidad en 1936, a fin de asegurar su conser-vación. Terminada la Guerra Civil, después de un par de traslados a diferentes lugares, pasó a in-tegrarse en 1944, junto con otros fondos, en el Archivo Histórico Provincial de Tarragona.

Desde entonces, este fondo ha sido conserva-do y tratado en las mejores condiciones posibles.

Además de la correcta conservación del fondo en las instalaciones del archivo, a lo largo de los años

Ferran Mascarell, consejero de Cultura de la Generalidad de Cataluña, y Josep Fèlix Ballesteros, alcalde de Tarragona, firmando el acuerdo del retorno de la do-cumentación municipal.

Dibujo de Joan Bo sobre los efectos nocivos de la Petroquímica (fondo FAVT).


se han elaborado los instrumentos de descripción correspondientes. Entre los más recientes, el catálo-go de la serie de pergaminos permitió localizar un número importante de documentos que, por vici-situdes diversas, habían quedado desubicados. Se han efectuado también procesos de restauración sobre los pergaminos con sello, y diferentes acti-vidades de digitalización y difusión, algunas con el apoyo económico del Ayuntamiento de Tarragona.

El retorno de este fondo documental a las depen-

dencias del Archivo Municipal tarraconense, una vez este ya dispone de los recursos para hacerse cargo del mismo con garantías, se inscribe dentro de la más estricta normalidad archivística, y no significará la pérdida de la capacidad del AHT de poder ofrecerlo a los usuarios interesados en con-sultarlo, ya que en el acuerdo firmado se prevé la reproducción digital del fondo por parte del Ayun-tamiento y la entrega de una copia al AHT, que así lo podrá mantener dentro de su cuadro de fondo, ahora como fondo de complemento.. n

El Archivo Histórico conmemora los 70 años de existenciaEste año el AHT celebra sus 70 años de actividad

y de servicio a los investigadores y usuarios en general, desde su primera instalación en la Casa Castellarnau y el largo período siguiente, en los bajos de la Casa de Cultura, hasta su ubicación actual, en el núm. 30 de la Rambla Vella, a partir de 1983. Para conmemorar esta fructífera trayec-toria, en el mes de marzo el centro editó un nuevo cuadríptico con el Cuadro de fondo puesto al día, para su difusión. Para cerrar el año, y con el pro-pósito de volverse más visible a la ciudadanía de puertas afuera, el Archivo ha colocado una lona alusiva a la conmemoración en la fachada, donde permanecerá durante unos meses. n

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DIFUSIÓNLA ATENCIÓN A LOS USUARIOS: Hacia el “servicio integral”

La atención a los usuarios constituye una de las principales prioridades del Archivo Histórico de Tarragona. En sintonía con la creciente demanda ciudadana de acceso a la documentación conser-vada en los archivos, las consultas del AHT expe-rimentaron un incremento notable en la pasada década de los 90. Sin duda hay que interpretarlo como fruto del esfuerzo de difusión y de la mejora de los instrumentos de descripción del centro.

A partir de entonces, el volumen de solicitudes se ha estabilizado, y se observa claramente un fenómeno compartido por la gran mayoría de archivos: el estancamiento de las consultas pre-senciales y la crecida espectacular de las telemáti-cas, principalmente vía correo electrónico. A dife-rencia de lo que podríamos pensar, las últimas no comportan menos dedicación, sino que implican que esta resulte prácticamente igual o incluso

Usuarios presenciales

Usuarios nopresenciales


superior, ya que la comunicación con el usuario, pese a hacerse vía correo electrónico, a menudo se prolonga con correos sucesivos.

Por otra parte, también se ha observado una variación en la tipología de usuarios del archivo. Si antes venían mayoritariamente investigadores “profesionales”, en los últimos tiempos, el AHT ha abierto el abanico a todo tipo de ciudadanos, interesados ya sea por estudios genealógicos propios o por algún tema administrativo o fiscal e incluso político, en el caso de expedientes de prisión y de responsabilidades políticas. Esto es atribuible a la vez tanto al número y la diversidad de fondos, como a su más amplia difusión, a los instrumentos de descripción actuales y a la intro-ducción masiva de las nuevas tecnologías.

Huelga decir que, paralelamente, se mantiene la presencia de los investigadores que llevan a cabo estudios históricos de investigación, ya sea para la realización de tesis doctorales o de cara a pu-blicaciones diversas.

Este aumento cuantitativo global y la gran varie-dad de consultas recibidas han hecho necesarias la creación y la potenciación de un Servicio de Re-

ferencia, encargado de asesorar a los usuarios en todas sus demandas, para darles respuesta desde el Archivo o dirigirlos a otros centros donde pue-dan encontrar lo que les interesa.

Consulta telemática y solicitud de reproducciones

El Servicio de Referencia destina sus esfuerzos a atender a los usuarios en todo el proceso de la consulta telemática, por lo que se puede pedir la reproducción digital de un documento del AHT sin moverse del domicilio o del lugar de trabajo. Todo este procedimiento implica que el perso-nal del Archivo, cuando le llega una solicitud de consulta en la que se requiere la copia de alguno de los documentos del Archivo, debe localizarlo, informar al usuario del coste de reproducción y, una vez satisfechas las tarifas vigentes, enviarlo en formato de almacenamiento comprimido ZIP o mediante el protocolo SFTP (secure file transfer pro·tocol) para la transferencia de archivos.

Otra opción es que el usuario venga al centro, donde puede obtener copias por medios propios o puede hacer la investigación documental y después

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ReproduccionesDigitales

Fotocópias

Archivos en linea

Via telefónica

Correo electrónico

Correo postal

Fax

Presencial


pedir que se le entregue copia digital (por correo electrónico o recogida personalmente en soporte CD o DVD) o una grabación directa en un dispositi-vo USB, con archivos de formato TIFF o JPEG.

El hecho de disponer de nuevos medios para la búsqueda de fondos documentales, con la des-cripción accesible en línea, ha favorecido que una parte de las personas que hacen consultas, antes de contactar con el Archivo utilicen el buscador de fondos y documentos Archivos en Línea. Este nos permite hacer búsquedas de información más

genérica, una búsqueda simple, introduciendo los datos del centro (AHT), fechas extremas y conteni-do, o una búsqueda avanzada, en la que intervienen más parámetros para acotar el tipo de informa-ción que se quiere obtener.

Es por ello que, gracias a las herramientas tecno-lógicas que tenemos a nuestro alcance y a los nue-vos perfiles de usuarios acostumbrados a trabajar con este tipo de recursos, se ha derivado hacia un progresivo servicio integral de las consultas del AHT. n

Presentación del tratamiento de restauración y digitaliza-ción de un libro de óbitos de Vespella de Gaià

El 31 de enero, tuvo lugar en el Ayuntamiento de Vespella de Gaià la presentación del tratamiento de restauración y digitalización (con entrega de DVD) de un libro de óbitos de la parroquia de San Miguel Arcángel de Vespella de Gaià, de los años 1763-1807, llevado a cabo por el Archivo His-tórico de Tarragona, en el marco del Servicio de Asistencia al Patrimonio Documental de El Tar-ragonès. Se encargaron del acto Ricard Ibarra, director del AHT, e Isabel Companys, técnica del AHT, y estuvieron presentes en el mismo el alcal-de Daniel Cid y el presidente del Consejo Comar-cal de El Tarragonès, Frederic Adan. n

Inauguración de la exposición “L’Arxiu Municipal de la Canonja: Identitat i Memòria” y del nuevo espacio del Archivo

Entre los actos incluidos en el programa de la inauguración de las obras de consolidación y am-pliación del castillo de Masricart, el pasado día 10 de abril, a las 7 h de la tarde, en la planta baja del edificio señorial, tuvo lugar la apertura de la exposición “El Archivo Municipal de La Canonja: Identidad y Memoria”. A través de una selección de documentos originales y reproducciones textu-ales y de imágenes depositadas en el Archivo del Ayuntamiento y de otras procedentes del Archivo Histórico de Tarragona y de particulares, la mues-tra pretende hacer un recorrido por la historia y la vida cotidiana del municipio de La Canonja.

La exposición permaneció abierta hasta el día 4 de mayo. El horario de visita fue de martes a vier-nes, de 9 a 13 h, y de lunes a viernes, de 16 a 20 h. Se


prorrogó hasta el día 11.

Cabe destacar que el mismo día se hizo también la presentación del espacio de la segunda plan-ta destinado a Archivo Municipal de La Canonja, con una zona de consulta. El Ayuntamiento de La Canonja está acogido al Servicio de Asistencia del Patrimonio Documental que presta el AHT, a tra-vés del Consejo Comarcal de El Tarragonès. n

La exposición “Patrimoni documental de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant: Identitat i memòria”

El 19 de septiembre se inauguró en Ca la Torre de Vandellòs la exposición “Patrimonio documental de Vandellòs y L’Hospitalet de l’Infant: Identidad y memoria”, organizada por el Archivo Histórico de Tarragona y el Ayuntamiento de Vandellòs y L’Hospitalet de l’Infant, con reproducciones de fotografías (en blanco y negro y color, de los años 1910-1980), planos catastrales y documentos tex-tuales y con algunos documentos originales (del 1773 al 1976), que permaneció abierta hasta el 5 de octubre. Entre el 17 de octubre y el 2 de novi-embre se trasladó a la Sala Infant Pere de L’Hos-pitalet de l’Infant. n

VisitasEl día 7 de febrero, la Dra. Coral Cuadrada visitó

el AHT junto con 31 alumnos de Archivística, para ver el audiovisual, familiarizarse con la búsqueda documental por Internet y observar una muestra de documentos.

El 12 de febrero, la becaria Judit Vidal y unos 20 alumnos del profesor Josep Fàbregas asistieron en la Sala de Actos a la presentación de la histo-ria, las funciones y la actividad del AHT que hizo el director Ricard Ibarra, y a la proyección del audio-visual, para pasar después a la sala de consulta a trabajar documentos de época moderna.

El 25 de febrero, la profesora M. Isabel Beren-guer i Tomàs acompañó a 8 alumnos del centro Comte de Rius a la proyección del audiovisual, a la muestra de documentos y a un comentario ge-neral sobre el Archivo y sus funciones principales.

El 26 de febrero, la becaria Judit Vidal llevó otros 26 alumnos del profesor Josep Fàbregas a ver el audiovisual y consultar documentación de época moderna.

El día 12 de marzo, la Dra. Montserrat Sanmartí vino al AHT con unos quince alumnos de la asig-natura de Paleografía para observar diferentes ti-

pos de escritura de los siglos xi al xix a través de documentos de diferentes tipos y soportes (per-gaminos, volúmenes, correspondencia).

El 9 de abril, las becarias Judit Vidal y Alba Alon-so acompañaron a 20 alumnos de segundo grado de Historia (asignatura: Historia moderna del pro-fesor Dr. Josep Fàbregas), para hacer una práctica de Paleografía con dieciocho protocolos de Tar-ragona (Manuales, Libros de Testamentos, Libros de Capítulos Matrimoniales y cabreos) de entre 1571 y 1758 y tres pergaminos del siglo xvi. Volvie-ron los días 30 de abril y 14 de mayo.

El 7 de mayo, Agustín Agramunt, becario de doc-

Inauguración de la exposición en la Sala Infant Pere de L'Hospita-let de l’Infant. De izquierda a derecha: Santi Castellví, del Centro de Estudios de L’Hospitalet de l’Infant; Àngels Pérez, concejala de Cultura, Patrimonio y Medios de Comunicación, y los comisaros de la muestra Laia Lanceta y Ricard Ibarra, director del AHT.


torado de la Dra. Montserrat Duch (asignatura: Historia contemporánea de Cataluña) reunió a 17 alumnos en el AHT para ver una selección de do-cumentos de fondos patrimoniales y de empresa e informarse de los diferentes instrumentos de descripción y de búsqueda (Compañía de Aragón, Moragas, De Muller, Chartreuse, Tàrraco Visió, Ca-nadell, Raymond, cuadro de fondo, inventarios y catálogos, archivos en línea...).

El 9 de octubre, el profesor de Pedagogía de la URV Dr. Xavier Ferré i Trill hizo venir a 42 alumnos de primero de Pedagogía, desde Comarruga, para conocer el tratamiento de la documentación en los archivos, las herramientas pedagógicas y una selección de documentos vinculados con su cam-po de estudio (centros de enseñanza, expedientes académicos y de docentes, fotografías escolares, materiales didácticos...).

El 29 de octubre, 25 alumnos de primero de bac-hillerato (de Historia del mundo contemporáneo y Filosofía) del IES Sant Pere i Sant Pau de Tarragona vinieron al AHT, acompañados por las profesoras M. Jesús Reverter Fibla y M. Claustre Magallón Vidal.

Después de asistir a la proyección del audiovisu-

al sobre los archivos históricos provinciales cata-lanes, hicieron un recorrido por las dependencias y vieron una selección de documentos de diferen-tes tipos, soportes y cronología.

El 22 de noviembre 30 ex alumnos del Instituto Martí i Franquès eligieron el claustro del AHT como punto de reunión para recordar los años de estudi-os secundarios (organizado por Àngela Amiguet).

El pasado 26 de noviembre, la Dra. Anna-Isabel Serra y 20 alumnos de Historia y Concepto del Pa-trimonio asistieron en la Sala de Actos a la proyec-ción del audiovisual y al comentario de la consul-ta de los fondos por internet, para posteriormente hacer un breve recorrido para conocer la organi-zación y el funciona-miento del Archivo y ver algunos docu-mentos de diferentes tipos y soportes, con información sobre su tratamiento.n

COLABORACIONESEl 12 de marzo, el presidente

de la Asociación de Archiveros-Gestores de Documentos de Cataluña, Joan Soler, acom-pañado por el vocal de Publica-ciones Gerard Mercadé, vino a presentar el núm. 35 de la revis-ta Lligall.

Los patrones de la Fundación Privada Antoni Marro i Mauri se reunieron en la Sala de Actos los días 3 de abril, 4 de junio y

12 de noviembre.

Como cada año el Instituto Pons d’Icart utilizó el claustro para la fiesta de fin de curso, el 19 de junio, con el acto de des-pedida y la entrega de orlas a la XV promoción de bachillerato, con la asistencia de los familia-res de los alumnos.

El 22 de abril, a las 7 h de la tarde se presentó el libro de Da-niel Piñol i Alfredo Redondo Col·

Exalumnos del Instituto Martí i Franquès, de los cursos 1966-67 y 1967-68.


lecció de cartes del General Prim (1834·1871), a cargo de la Dra. Montserrat Sanmartí i Roset. n

Colaboración con el Servicio de Bibliotecas de la Generalidad de Cataluña

El AHT cedió la Sala de Actos para la celebración de dos cursos de formación organizados por el Servicio de Bibliotecas: Liderazgo y cohesión de equipos de trabajo, los días 8, 15 y 22 de mayo, para directores de bibliotecas, de 10 a 14 h, y Ha-

blar en público. n

AsF celebra su Asamblea anual en el Archivo Histórico de Tarragona

El día 5 de julio se celebró la Asamblea General

Ordinaria de Socios de Archiveros sin Fronteras

(AsF) en la Sala de Actos del Archivo Histórico de

Tarragona. La sesión fue a cargo de su presiden-

te Ricardo Ibarra, la secretaria Gemma Alonso y

la tesorera Montse Cervera, con la asistencia del

delegado de AsF Internacional Ramon Alberch y

de una veintena de socios de la entidad. Como

complemento al acto, se proyectó el audiovisual

Los archivos históricos provinciales catalanes y se realizó

una visita a las instalaciones del centro. n

ARCHIVOS DE EL TARRAGONÈSEl Servicio de Asistencia a las poblaciones de El Tarragonès en el ámbito del patrimonio documental

La presencia del Archivo Histórico de Tarragona en el territorio que le es propio ha sido constan-te durante los últimos decenios. Si inicialmente la función del Archivo estaba centrada en los fondos ubicados en la capital tarraconense, a partir de la década de los 70 del siglo pasado, su papel basa-do en el conocimiento y la gestión del patrimonio documental de la demarcación de Tarragona irá en aumento, mediante la elaboración del Censo-guía de Archivos y el impulso de actividades de difusión en el ámbito de El Camp de Tarragona.

En la última década del s. xx, focalizado ya el ám-

bito de actuación del Archivo en la comarca de El Tarragonès tras el traspaso del equipamiento a la Generalidad de Cataluña, se incidió en el apoyo a diferentes localidades de la comarca y al consejo comarcal respectivo, a fin de que pudieran dispo-ner de sistemas de archivo operativos; con todo, se trataba de actuaciones puntuales, de clasifica-ción e inventario de fondo, pero sin continuidad en el tiempo.

En el año 2006, un acuerdo entre el AHT y el Con-sejo Comarcal de El Tarragonès permitió poner en marcha el Servicio de Asistencia a los municipios


de El Tarragonès en el ámbito del patrimonio do-cumental, una iniciativa que tenía como novedad el hecho de que contaba con una persona, técnica archivera, dedicada a prestar este servicio de ma-nera continuada en las poblaciones interesadas en recibirlo y que pudieran ser atendidas con los recursos disponibles, así como en el mismo Con-sejo Comarcal.

Finalmente, en el año 2007 se procedió a la firma de un convenio marco entre el Departamento de Cultura de la Generalidad, que gestiona el Archivo Histórico de Tarragona, el Ministerio de Cultura estatal, titular del AHT, y el Consejo Comarcal de El Tarragonès, que daba cobertura jurídica al Ser-vicio de Asistencia mencionado.

El primer municipio en disfrutar de este servicio fue Salomó a principios del 2008. Más tarde, pero dentro de ese año, pudieron contar con él El Cat-llar y La Canonja, a los que siguieron La Secuita (2010-2012), Creixell (2010), Perafort (2011), La Po-bla de Montornès (2012) y, finalmente, La Nou de Gaià (2014). Actualmente el Servicio está presente en siete municipios de la comarca. Paralelamente, además, se lleva a cabo el tratamiento y la gestión del Archivo del Consejo Comarcal de El Tarragonès.

El mapa que aparece a continuación muestra la implantación actual del Servicio de Asistencia en la comarca.

El tratamiento documental consiste en actualizar e informatizar los instrumentos de descripción, gestionar las transferencias y controlar la consul-ta y el préstamo de la documentación depositada en el Archivo municipal. Además, se establece un calendario de conservación de documentos, de forma que tan solo se conservará aquella docu-mentación que sea necesaria, de acuerdo con la normativa vigente, y se impedirán las destruccio-nes indiscriminadas.

El aumento de la producción documental de las administraciones en general y de los ayuntamien-tos en particular constituye un fenómeno indiscu-tible. La incorporación de las nuevas tecnologías a la gestión administrativa, lejos de moderar la producción de documentos, a menudo la ha po-tenciado, si bien es cierto que se han incorpora-do nuevos soportes y formatos de documentos, ya sean electrónicos o digitales. Ante esta situa-ción, es necesario que los diferentes organismos, así como los ayuntamientos, integren sistemas de archivo eficientes, para un control exhaustivo de su documentación, que racionalicen el espacio que ocupa y garanticen un acceso correcto, tan-to por parte de la propia Administración como de los ciudadanos. En este sentido, en los últimos años se ha trabajado en la aplicación de las tablas de evaluación documental (TAD) elaboradas por la Comisión Nacional de Acceso, Evaluación y Se-lección Documental (CNAATD) del Departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, que fi-jan el plazo de conservación de las diferentes se-ries documentales. A continuación se aportan los datos de destrucción de documentos en metros lineales en los municipios donde se está intervi-niendo, precedidos por las eliminaciones que se han llevado a cabo en el Consejo Comarcal:

Consejo Comarcal de El Tarragonès: 178 m linealesLa Canonja: 4,05 m linealesEl Catllar: 16,78 m linealesCreixell: 8,68 m linealesPerafort: 9,01 m linealesLa Pobla de Montornès: 6,85 m linealesSalomó: 6,22 m linealesLa presencia en la comarca ha logrado impul-

sar la habilitación de espacios que garanticen la correcta conservación del fondo documental, afrontando su crecimiento y haciendo posible un tratamiento archivístico adecuado. Es el caso de municipios como La Pobla de Montornès, El Cat-llar, La Secuita y Creixell, los dos últimos equipa-dos con estantería móvil.

Unas infraestructuras adecuadas son básicas para la conservación y el acceso a la documen-tación por parte de los ciudadanos y de la propia Administración. También repercuten en mejorar la atención a los investigadores e interesados en la investigación o el conocimiento de un municipio a través de sus fuentes documentales.

La vertebración de un archivo municipal moder-no y bien dotado permite potenciar la imagen de un municipio sensible a su patrimonio documen-tal, uno de los fundamentos de la identidad local.

Las líneas de actuación del Servicio de Asisten-cia también van encaminadas a la difusión del pa-trimonio documental de la comarca. En este sen-tido, a lo largo de estos 6 años se han realizado diferentes actividades de difusión de los fondos municipales. Una actividad destacada ha sido la


organización de diferentes exposiciones que a través de material depositado en el Archivo Muni-cipal, pretenden efectuar un recorrido por la his-toria de la localidad. Concretamente cuatro muni-cipios de la comarca (Salomó, Perafort y Puigdelfí, Creixell y La Canonja) han podido acercar a los ciudadanos la memoria y la identidad de su muni-cipio con muestras de documentos de sus archi-vos municipales y del AHT.

Otras actividades como la presentación de la restauración y la digitalización del Capbreu dels aniversaris i del benefici de Sant Jaume del Castell de la Comunitat de Preveres de Constantí (1422/1479) y de un Llibre d’òbits (1763-1807) de la parroquia de Sant Miquel Arcàngel de Vespella de Gaià han ayudado igualmente a hacer difusión del patrimonio docu-mental de El Tarragonès.

Aparte de la asistencia in situ, el Servicio también apoya a aquellas administraciones de la comarca que dispongan de servicio de archivo y de personal específico, pero que soliciten colaboración en lo re-lativo a equipamientos o infraestructuras destinadas al tratamiento documental. De este modo, se ha co-laborado con los archivos municipales de Constantí y La Pobla de Mafumet, a fin de valorar las posibili-dades de incorporar en estas poblaciones un software informático de gestión documental, facilitado por el Departamento de Cultura de la Generalidad.

Políticas de preservación y conservación de la documentación histórica. El Plan de ocupación de digitalización (POD)

En el año 2010, en el marco de la colaboración entre los departamentos de Trabajo y de Cultu-ra y Medios de Comunicación de la Generalidad de Cataluña, se realizó el Plan de ocupación de digitalización de Cataluña (POD). El primer De-partamento se encargó del coste económico de la iniciativa mientras que el de Cultura y Medios de Comunicación, a través de la Red de Archivos Comarcales, estableció las directrices en la forma-ción del personal y los criterios a la hora de digita-lizar y controlar el proceso global.

Desde un punto de vista general, el proyecto mantenía como objetivos principales formar a personas en paro y preservar y difundir el patri-monio documental catalán en soporte digital. En cuanto a la vertiente archivística, esta iniciativa garantizaba la conservación y la difusión del pa-trimonio documental, fomentando el acceso y la consulta en línea de la documentación histórica.

En la demarcación de Tarragona, la formación previa al inicio de las tareas se centralizó en las ins-talaciones del Archivo Histórico de Tarragona, de modo que 46 personas de las comarcas cercanas (Baix Ebre, Ribera d’Ebre, Priorat, Alt Camp, Baix Penedès, Baix Camp, Conca de Barberà y Garraf)

asistieron a las 60 horas de formación especializada.En cuanto a El Tarragonès, a fin de llevar a cabo

el proyecto, se proveyó al Archivo Histórico de Tarragona de un equipamiento tecnológico con-sistente en la instalación de siete aparatos de re-producción digital —cuatro escáneres planos DIN A4 y uno de formato DIN A3, un escáner aéreo Bookeye 2 Plus de nueva adquisición y una cáma-ra digital fijada a una columna, con dos focos late-rales—, conectados a seis ordenadores portátiles y a uno de sobremesa.

La documentación de las diferentes poblaciones de El Tarragonès que se acogieron al POD fue trasladada al Archivo Histórico de Tarragona don-de, una vez digitalizada, fue devuelta a los archi-vos municipales respectivos, junto con una copia digital de las reproducciones.

Un total de 11 municipios de El Tarragonès so-licitaron la adhesión a los planes de ocupación destinados a digitalizar documentación histórica, como consta en el gráfico:

PUEBLOS FICHEROS TIFF GB TIFF

Constantí 27.079 459,3

La Canonja 1.905 46,6

La Pobla de Mafumet 5.188 137

La Riera de Gaià 8.291 198,3

Perafort 7.069 129,4

Salomó 2.400 76,9

El Catllar 10.248 213,3

La Secuita 12.138 255,4

Torredembarra 11.595 512,4

Roda de Barà 5.599 115,8

El Morell 13.000 270,8 Gb

TOTALS 104.512 2415,4


La fórmula de la digitalización conjuga la preser-vación con la consulta y la difusión. Por un lado, se dispone de una copia de seguridad de la docu-mentación, y por otro, se ofrece a los usuarios un soporte secundario de acceso al contenido, sin tener que recurrir a los originales. De esta manera se limita la manipulación, en especial de los que, por sus características y estado de conservación, lo requieren particularmente. Este nuevo soporte hace posible una difusión más amplia de las seri-es, ya que admite pasar las imágenes on·line.

La asistencia durante el año 2014

La Canonja

La gestión documental de La Canonja ha segui-do diversas pautas de trabajo: control y gestión de transferencias, actualización de los instrumentos de descripción, aplicación de tablas de evaluación documental, y consulta y gestión del préstamo.

El Servicio de Asistencia de El Tarragonès prevé

también la difusión de los fondos municipales y, con este objetivo, el pasado 10 de abril, entre los actos incluidos dentro del programa de la inaugu-ración de las obras de ampliación del castillo de Masricart, se abrió al público la exposición “L’Ar-xiu Municipal de La Canonja: Identitat i Memòria”. Ubicada en la planta baja el edificio, la muestra trazaba un recorrido por la historia y la vida co-tidiana del municipio de La Canonja a través de una selección de documentos originales y de re-producciones de otros, textuales y de imágenes, depositados en el Archivo del Ayuntamiento y procedentes del Archivo Histórico de Tarragona, además de algunos que venían de particulares.

El mismo día se presentó el espacio de la segun-da planta que se habilitará como Archivo Munici-pal, con una zona destinada a la consulta.

Creixell

En el municipio de Creixell se han seguido las líne-as de actuación establecidas, dando continuidad al trabajo iniciado en 2010. Se está realizando la des-cripción y actualización del inventario documental, la informatización de los instrumentos de descripción, el control y la gestión de transferencias, así como la aplicación de tablas de evaluación documental que permiten regular la conservación del fondo.

La Nou de Gaià

Desde el pasado mes de marzo, el municipio de La Nou de Gaià forma parte de las siete poblacio-nes de El Tarragonès a las que el Archivo Históri-co de Tarragona, a través del Consejo Comarcal, presta asistencia, a fin de gestionar correctamente el patrimonio documental. El tratamiento archivís-tico de la documentación de este Ayuntamiento comportará la descripción y la actualización del inventario, así como la aplicación de las tablas de evaluación documental vigentes, para regular de-bidamente la conservación documental.

Por otra parte, aprovechando la puesta en marc-ha de un sistema de archivo, se ha habilitado un nuevo espacio que albergará el conjunto de la do-cumentación municipal.

Perafort

A lo largo del año se ha trabajado en los sigui-entes puntos: control y gestión de transferencias, actualización de los instrumentos de descripción, aplicación de las tablas de evaluación documental y gestión del préstamo.

En el ámbito de la preservación y conservación documental, se está acabando de digitalizar el fon-do fotográfico y se ha adquirido el material necesa-rio para poder conservar debidamente este fondo.

La Pobla de Montornès

En el año 2012 se inició el tratamiento archivísti-co de la documentación de La Pobla de Montor-nès y desde entonces las líneas de actuación han ido dirigidas a describir y actualizar el inventario, y a informatizar los instrumentos de descripción. Paralelamente se han aplicado las tablas de eva-luación documental (TAD) ya aprobadas por la Comisión Nacional de Acceso, Evaluación y Selec-ción de la Documentación (CNAATD), para proce-der a la eliminación de la documentación que no sea de conservación permanente.

Este año se ha finalizado el acondicionamiento de un depósito destinado a Archivo Municipal. El espacio, ubicado en la segunda planta del edificio del Ayuntamiento, dispone de un total de 465 m lineales, en los que se garantiza la correcta con-servación del fondo documental, para absorber su crecimiento y hacer posible un correcto trata-miento archivístico.


Salomó

Durante el 2014, en el municipio de Salomó, se ha dado continuidad al sistema de gestión exis-tente, con la actualización de los instrumentos de descripción, gestionando las transferencias de la documentación generada por las oficinas del Ayuntamiento, gestionando y controlando el préstamo y aplicando las Tablas de Evaluación Documental (TAD). En este sentido, se han elimi-nado las órdenes de pago y las órdenes de ingre-so ordinario y extraordinario referentes a los años 2002-2003.

Consejo Comarcal de El Tarragonès

En cuanto al Consejo Comarcal, se han gestiona-

do las transferencias, actualizado los instrumen-

tos de descripción y aplicado las tablas de evalu-

ación documental ya aprobadas por la Comisión

Nacional de Acceso, Evaluación y Selección de la

Documentación. Con estas líneas de actuación se

pretende llevar a cabo una correcta gestión del

patrimonio y tener el control efectivo de la docu-

mentación. n

SILENCIO...,SE INVESTIGALa onomástica a partir de los fondos del AHTPor Teresa Muntanya

Es bien cierto que es necesario un clímax adecua-do para fijar toda tu atención en los documentos consultados. Si retrocedo en el tiempo, recuerdo mis primeras visitas al Archivo: hace muchos años, era el verano de 1977 cuando se estrenaba, en Tarragona, una nueva directora, Josefina Cubells. Y, por desgra-cia, este silencio no reinaba. La vecindad y el tráfico, muy ruidosos, invadían este aire de paz y silencio.

El espacio de consulta, en el semisótano de un edificio, estaba situado en el cruce de la calle Gasó-metro con la calle Fortuny; en un principio toda la construcción, poco atractiva, se pensó para ser des-tinada a un colegio de monjas. Allí comencé a aden-trarme en la lectura, muy complicada para mí, de los manuales notariales. Y para que resultara agradable y provechosa tuve que escuchar y seguir el consejo del muy recordado José Sánchez Real: comienza por los últimos volúmenes y poco a poco te irás familia-rizando con la grafía, reculando cronológicamente.

Quería recoger la afición que me ha empujado muchos años: la búsqueda de topónimos y an-tropónimos. Tras incluir la recopilación de La Ca-nonja, tocaba el turno a los manuales tarraconenses cuya consulta era obligada, si quería reunir a los de mi antiguo término municipal. Hay que decir que me asusté por la gran cantidad de documentos que había y al cabo de poco quedó la tarea en estado latente.

A partir de aquí y siguiendo por otro camino, la in-vestigación comenzó por el campo de la etnografía. Y en el estudio de los oficios también el Archivo fue clave, sobre todo en los registros de inventarios, tes-tamentos, subastas, libros de resoluciones de dife-rentes cofradías, acuerdos municipales, entre otros.

Pero la tarea onomástica que había dejado en el

cajón me inquietaba. Afortunadamente coincidí con un buen investigador y buen paleógrafo, que tambi-én seguía los mismos pasos. Fue gracias al encuen-tro con Francesc Escatllar, que volví a entrar en la búsqueda y el inventario de los nombres de lugar y de persona. Volvió mi afán por continuar el trabajo. Pacientemente, fue necesario revisar de nuevo mis fichas —colocadas todas en una caja apretada, de unos tres palmos de largo—, volver al Archivo que ya estaba en la nueva ubicación de la Rambla Vella y comprobar las lecturas en los manuales notariales y cabreos. Y entrar de lleno en la lectura de los per-gaminos. Era un trabajo pesado, pero compartido: la mayor parte de la revisión fue a cargo del com-pañero. Esto me simplificó la investigación y pude dedicarme a recoger de la memoria de los tarraco-nenses, por vía oral, los nombres que era necesario no olvidar.

La ayuda también la encontramos en el fondo de los planos, en este caso de nuestra ciudad. Se pudi-eron fotografiar y recoger en soporte digital, a par-tir del cual pudimos trabajar y adaptar los nombres a la lengua catalana. Por fin pudimos completar la recopilación de onomástica del antiguo término de Tarragona.

Así siguió, posteriormente, la consulta para otros trabajos de la misma índole. Había que completar el trozo de término anexionado al nuestro, Tamarit de Mar, finalizado recientemente con nuevos compañe-ros de viaje: Ramon Amigó i Montserrat Sanmartí, personas infatigables familiarizadas con documen-tos. Ha sido una experiencia que ha dado buenos frutos.

Detall d’un protocol del notari de Tarragona Sebastià Llagostera, de 1590.


Ahora, mirando hacia atrás, nos damos cuenta de las diferencias y mejoras en la consulta, más asequi-ble gracias al avance de las nuevas tecnologías que han permitido la fotografía digital y que facilitan una búsqueda más cómoda, con menos desplazamien-tos.

No olvidemos que el archivo es una fuente de infor-mación del pasado de una población, hecho primor-dial para comprender el hoy. En sus documentos

puedes descubrir costumbres, eventos, nombres insospechados; de algunos ya solo podemos de-cir que existieron, otros aún perduran. Habría que valorar más la importancia de este almacén de memoria, para que no se desvanezca, ya que es la garantía escrita de un tiempo pretérito. Silencio... se investiga; sí, pero hay que darlo a conocer a los cuatro vientos para amarlo y respetarlo. Es uno de los testigos que acreditan nuestro “éramos”.. n

CON PERSONALIDAD PROPIAEl Archivo Histórico de Tarragona como espacio de transferencia de memoria y conciencia patrimonialPor Anna Isabel Serra Masdeu

Hace muchos años que manten-go un especial, sincero y noble vínculo con los archivos históricos y municipales de El Camp de Tar-ragona. Este nexo se basa en una profunda relación de respeto, de admiración y de descubrimiento continuo de cómo fue el pasado de nuestros antepasados y de cómo aquellos hombres y muje-res gestionaban, dirigían y querían oír y vivir sus empresas artísticas. Esta admiración hacia los archi-vos es casi una historia de afecto existente desde hace más de dos décadas. El secreto de esta devo-ción radica en que en los archivos, estos enormes depósitos de me-moria, y de memorias, he encon-trado con paciencia y constancia, una especie de cornucopia de la abundancia documental, capaz de seducir a cualquier persona que quiera compartir lo que dicen es-tas fuentes historiográficas.

Este verano, me comentaban si querría redactar un pequeño escrito sobre lo que ha supuesto para mí la búsqueda en un archivo donde he pasado tantas horas in-vestigando, el Archivo Histórico de Tarragona. Obviamente, dije inme-diatamente que sí, ya que para mí es un elogio por mi oficio y por los investigadores, que como yo, in-tentamos resolver algunas pregun-tas que tenemos pendientes con nuestro pasado histórico, y tambi-én artístico. En el archivo hay res-puestas, muchas respuestas o un

mar de respuestas casi siempre. Estuve igualmente muy contenta de que me lo pidieran en el centro al que yo y muchos compañeros de la Universidad recurrimos si-empre cuando la documentación, por la letra o el contenido, nos es adversa y difícil de transcribir.

Al Archivo Histórico llegué, por primera vez, como alumna de la licenciatura de Geografía e His-toria (entonces en la Universidad de Barcelona en Tarragona), de la mano de la profesora Montserrat Sanmartí, cuando ella fortalecía los conocimientos de sus alumnos de la asignatura de Paleografía (I) dándonos clases prácticas delan-te de los documentos, entonces demasiado insólitos para que captáramos, a nuestra manera, todo lo que nos podían ofrecer. Sentados delante de pergaminos y manuales notariales, mis com-pañeros de curso y yo intentába-mos dar sentido y utilidad a la lectura de algunas palabras que no habíamos oído decir nunca y que se escribían con una caracte-rización propia, que nos era muy lejana. Es con el paso de los años que uno se da cuenta del mundo tan inmenso y mágico que escon-dían todos aquellos protocolos y de la riqueza histórica que ofrecen, mostrándose como un enigmático cajón de sastre, donde hay parte de las vidas y logros realizados por numerosas generaciones de habi-tantes de El Camp de Tarragona.

Desde entonces comencé a visi-tar el Archivo Histórico hasta en-contrar un período y una tipología documental que me ayudaran a interpretar cómo era la gente de mi tierra en un determinado mo-mento histórico donde me sintiera cómoda y también útil a la hora de hablar y de transmitir lo que me explicaban los documentos. Me “instalé” en una época llena de fuerza y de energía creativa desde el punto de vista artístico y humano, la del Barroco y la de su amargo otoño académico. Des-de entonces, las actas notariales me aleccionan bastante siempre que abro un manual. Más de una vez ha aparecido entre las gruesas hojas de los manuales (que des-prenden un olor muy especial) lo que no buscaba, pero el hallazgo es bienvenido siempre, a pesar de ser inesperado. Otras veces me he marchado llena de letras, quiero decir de tinta, que cae de las mismas hojas, agujereándolas. Sin embargo, para la paciencia de los investigadores, no debe haber obstáculos posibles, perseverar forma parte del oficio.


He tenido la suerte de poder rastrear hechos de las vidas laborales y personales de maestros de casas, ingenieros militares, rectores, prohombres, nobles, arzobispos y del pueblo más anónimo, pero igualmente fundamental para hacer historia del arte. Todos ellos impulsaron hacia el futuro el creciente y dinámico Camp de Tarragona de una manera casi vi-sionaria, donde casi todos los proyectos y empresas arquitectónicos podían ser viables. Estos hombres y mujeres me han enseñado que no querían variar la línea de su horizonte tarraconense sino que la mira-ban fijamente para hacerla más fuerte y sólida, y, en ocasiones, la acababan ideando un poco revolucio-naria y todo. Solo hay que fijarse en el patrimonio que el imaginario creativo de los maestros de casas, ingenieros y arquitectos y otros constructores, que supieron dar forma a los espacios y monumentos, nos ha legado a lo largo el tiempo. Este inventario de bienes históricos se ennoblece a la hora de pen-sar en el coraje que era imprescindible para levan-tarlo, y al valorar su tipología y su calidad: molinos, casas señoriales, cortijos, acequias, abrevaderos, fuentes, trazados de caminos y carreteras, iglesias parroquiales y ermitas, puentes, etc. Algunas de sus empresas constructivas, a nuestros ojos, solo se pu-eden entender con la ayuda de los documentos y de la imaginación, entonces todo es real, práctico y funcional, y más de una vez, insólito.

Las actas notariales del Archivo Histórico fueron fundamentales para construir la estructura del libro dedicado a L’Església parroquial de Sant Martí de Villa·longa del Camp (Valls: Ed. Cossetània, 1998). En una época en la que todo se justificaba gracias al sello de los notarios, fueron sus actas las que me ayu-daron a entender la génesis de una iglesia, desde sus fundamentos hasta que se bendecía... Las es-crituras notariales exponen los múltiples condicio-nantes económicos y sociales de una gente que no tenía miedo de hipotecar su presente, el futuro de sus descendientes y sus cosechas para construir su templo local.

Este primer contacto con esta tipología docu-mental constituiría la génesis de mi tesis doctoral, publicada con el título Josep Prat y la irrupción del aca·demicismo en la arquitectura tardobarroca tarraconense (Tar-ragona: Diputación de Tarragona, 2010). Ápocas, testamentos, inventarios de bienes, contratos, plei-tos, visuras, conflictos de todo tipo que afectaban a los habitantes de pueblos y ciudades que acudían a los notarios de Montblanc, Sarral, Tarragona, Reus, Falset, El Vendrell, etc. fueron fundamentales para entender el trabajo del arquitecto barcelonés Josep Prat y el impacto de su formación y obra en la cons-trucción de El Camp de Tarragona. También los fon-dos personales, como los de los Moragas, ayudaron a entender la dinámica del espíritu gremial del siglo xviii en tierras tarraconenses. En el Archivo hay bu-ena parte de los manuales de la provincia (aunque algunos han cambiado de ubicación no hace de-masiado tiempo), hecho clave para trabajar en una

especie de epicentro documental, que me permitía enlazar maneras de trabajar: qué artífices dirigían las principales obras religiosas y cómo se compro-metían a levantarlas, y qué pensamiento les impul-saba, en los diferentes pueblos de la archidiócesis.

Desde entonces continúo necesitando consultar, de una manera habitual, lo que muestran los ma-nuales para fortalecer mi investigación sobre cómo, por ejemplo, las sepulturas del interior de las iglesi-as se vaciaban, se construían en otro lugar y, final-mente, se volvían a situar en un espacio privilegiado de las nuevas iglesias que se finalizaban o estaban a punto de hacerlo (aunque faltaran décadas para acabarlas). Las fianzas de los notarios son impres-cindibles para establecer un diálogo entre la obra re-ligiosa construida y la descripción que los maestros de casas registraban en los pliegos de condiciones que regían la estética y la volumetría de los nuevos edificios. En fin, llevar a cabo mi investigación sin la palabra escrita sería como aventurarme a construir edificios por el tejado (por cierto, muchos edificios, a finales del siglo xviii, ya no lo tenían y sus feligreses estudiaban la forma de crear otros cobijos sagrados más seguros).

Descubrir los fondos del Archivo y sus posibilida-des en el ámbito de la investigación, y aplicar otras utilidades más desconocidas son otras de las tareas que intento que aprendan mis estudiantes del gra-do de Historia del Arte de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Hace años que acompaño a los alumnos de mis asignaturas dedicadas al patrimo-nio cultural a las instalaciones de esta entidad para que descubran qué les puede aportar un lugar tan especial para construir su futuro como profesiona-les del mundo del arte. Usar la voz y la imagen de los diversos legados conservados en el Archivo puede convertirse en algo necesario para encaminar la for-mación de los nuevos licenciados. Incluso las apor-taciones de este Archivo y de unos cuantos más han acabado siendo, para más de una persona, acom-pañantes de viaje laboral, cultural y de investigación a lo largo de toda una vida. La historia o las historias de la historia pueden llenar el presente de muchos de nuestros estudiantes universitarios y convertirse en una vocación, trabajo o pasión, o sencillamente, pueden aumentar el interés por todo lo que inquie-taba o motivaba a nuestros antepasados.

En este viaje de investigación en el Archivo Históri-co he conocido historiadores, aficionados y apasio-nados por la historia. También recuerdo personas que ya no están, pero que eran entrañables como el Sr. Escatllar. Y he disfrutado del buen trato de su personal, que ha acompañado mis horas de investi-gación en el Archivo.

Me gustaría que mis palabras sirvieran de homena-je para reivindicar y amar el patrimonio (las diferen-tes tipologías) que conserva el Archivo y agradecer todo lo que me ha enseñado y dado. Contemplando el claustro de los padres franciscanos, transformado hoy en archivo, me he sentido delante de una verda-


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dera escuela de saber, que pienso que nos obliga a mirar esta vez hacia atrás para volver a proteger nu-estro horizonte humano, artístico y social, tal como lo hicieron nuestros antepasados del siglo xviii. La lección siempre es la misma, hay que saber leerla, desarrollarla y transmitirla. Del siglo del barroco me llega siempre un alud de creatividad, de fuerza, de

energía y un autoconvencimiento difícil de explicar, ya que territorio, geografía, edificios religiosos o civi-les, mar y tierra adentro se podían transformar para hacer la vida más entusiasmadora, más generadora de optimismo, emprendedora y humana. Los lími-tes los ponían los hombres, el resto, lo explican los documentos. n

PUBLICACIONES QUE HAN UTILIZADO EL FONDO DEL ARCHIVO

GÜELL, Manel. Constantinus infelix. La Guerra de Separació (1640·1659). Constantí: Ajuntament de Constantí, 2013. 121 p.

GAVALDÀ, Antoni. El primer franquisme sindical a Tarragona i comarca. Persones i actuacions. Tarragona: Arola Editors, 2013. 325 p.

BRULL I ALABART, Josep Maria. La targeta postal a Tarragona.100 anys d’història (1897·1996). 2 volums. Tarragona: Port de Tarragona i Arola Editors, 2014. 200 p, i 187 p.

ROVIRA, Salvador i SANET, Josep M. La gent de mar de Tarragona (segle XVII). 2014: Port de Tarrago-na. 141 p.

CUADRADA MAJÓ, Coral i GUTIÉRREZ ESCO-DA, Esther (eds.). Les dones dels orígens de Torreforta. Tarragona: Cercle d’Estudis Històrics i Socials Guillem Oliver. 2014. 279 p.

ROVIRA i GÓMEZ, Salvador-J. Salomó setcentista. Tarragona: Ajuntament de Salomó. 2013. 127 p.

VALERO, Eloïsa. “”Fotografía y memoria”. Una reconstrucción colectiva de nuestro pasado”.

Aula de Secundaria. Didáctica·Tutoría·Gestión·Orientación. Núm. 2 (2014). P. 33-36.

IBARRA OLLÉ, Ricard. ALIÓ: ESGLÉSIA I PO·BLE. Perspectiva històrica de l’església parroquial de Sant Bartomeu (s. XII·XX). Valls: Institut d’Estudis Va-llencs. 2014.

BOQUERA MARGALEF, Lluc. Diari de guerra d’en Magí Domènech i Martí. Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant: Ajuntament de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant. Col·lecció Les Nostres Arrels núm. 9 , Cos-setània Edicions. 2014. 456 p.

ROVIRA I GÓMEZ, Salvador-J. Tarragona, rica i ple·na. Activitat econòmica al darrer terç del segle XVI. Tarra-gona: Silva. 2014. 99 p.

COMPANYS FARRERONS, Isabel. “El Llibre de les Ordinacions de la Comunitat de preveres de Constantí de 1552, una venda de l’almoina de Jau-me Mangons (1462) i uns documents del notari Joan Comes (AHT)”. Estudis de Constantí. Núm. 30 (2014). P. 45-94.

GRAU I PUJOL, Josep M. “Una carta de condol de l’escriptor Josep M. Poblet i Guarro per la mort de

Mn. Ramon Muntanyola (1973)”. El Foradot. Núm. 86 (2014). P. 13.

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El Archivo Histórico (Provincial) de Tarragona y Comarcal de El …xac.gencat.cat/web/.content/xac/01_continguts_arxius... · 2019-03-04 · cipal y el archivo notarial fueron trasladados