12
cielo el noviembre 2010 Efemerides astronomicas Júpiter el rey de los cielos Las leónidas lluvia de estrellas Imagen sonda Cassini-Huygens. NASA/JPL/Space Science Institute

El Cielo. Noviembre 2010

Embed Size (px)

DESCRIPTION

El Cielo. Noviembre 2010

Citation preview

Page 1: El Cielo. Noviembre 2010

cielo el

noviembre 2010

Efemerides astronomicas

Júpiter el rey de los cielos

Las leónidas lluvia de estrellas

Imag

en s

on

da C

ass

ini-

Hu

yg

ens.

NA

SA

/JP

L/S

pace

Scie

nce

Inst

itu

te

Page 2: El Cielo. Noviembre 2010

Las cinco constelaciones del hemisferio boreal: Perseo, Casiopea, Cefeo, Andrómeda y Pegaso junto a una del hemisferio austral, Cetus, son visibles este mes a primeras horas de la noche y todas representan a los personajes de la famosa leyenda de la mitología griega donde el héroe, Perseo, corta la cabeza de la fatal górgona, Medusa, de cuya sangre surgió el caballo alado (Pegaso) y salva de ser comida por el monstruo (Cetus) a la doncella (Andrómeda), encadenada junto a la costa por sus padres (Casiopea y Cefeo), reyes de Etiopía, para así aplacar la ira del dios del mar (Neptuno), enfadado por la arrogancia de su madre (Casiopea) que creía superar en belleza a las ninfas del mar (Nereidas).

EL CIELO EN NOVIEMBRE

VISIBILIDAD DE LOS PLANETAS

Mercurio y Marte debido a su proximidad al Sol no podemos verlos en nuestros cielos boreales. Venus empezará a verse al amanecer sobre el horizonte en la segunda mitad del mes. Júpiter es durante estos meses el rey de los cielos y podemos verlo durante gran parte de la no-che en la constelación de Acuario, cerca de Piscis. Saturno podremos observarlo al final de la noche mirando hacia el este. Urano se podrá ver con su característico color azulado y con telescopios a unos 3 grados al no-roeste de Júpiter en Piscis. Por último, Neptuno, y utilizando unos buenos telescopios podremos intentar verlo a primeras horas de la noche en Capricornio cerca del límite con Acuario.

Page 3: El Cielo. Noviembre 2010

Día 4, jueves

El cometa periódico 103P/Hartley 2 alcanzó el día 28 de Octubre su mínima distancia al Sol (1,0587 UA). En Noviembre pasará por las constelaciones de Géminis, Can Menor y Monóceros.

El día 4 de Noviembre, la sonda americana Deep Impact (ahora llamada EPOXI) se cruza-ra con este cometa, pasando a muy poca dis-tancia de él. El punto de máximo acercamiento será de unos 700 km y será la quinta vez que un co-meta es fotografiado de cerca por una sonda espacial.

Día 16, martes

La Luna junto a Júpiter A primeras horas de la noche encontrare-mos debajo de Pegaso y en la constela-ción de Piscis a la Luna y Júpiter separa-dos 5,9º.

Día 17, miércoles

Lluvia de meteoros Las Leónidas presentan actividad desde el 10 al 23 de Noviembre, con máximo el 17 a las 15h 10min TU, y una THZ de 20. No se descartan otros máximos. El cometa que origina esta lluvia es el 55P/Tempel-Tuttle cuyo paso más reciente por su perihelio fue en 1998. El radiante se sitúa en Leo, AR 152º, DE +22º. La presencia de la Luna desde la puesta de Sol y a lo largo de casi toda la noche impedirá disfrutar del es-pectáculo.

Page 4: El Cielo. Noviembre 2010

Día 21, domingo

La Luna junto a las Pléyades La Luna en su paso mensual por Tauro pasa rozando el cúmulo de las Pléyades. Su luz impide una buena visión del acontecimiento pero con unos simples prismáticos se puede mejorar la observación.

Lluvias de estrellas fugaces en Noviembre 2010

LLUVIA PERIODO DE ACTI-

VIDAD MAXIMO RADIANTE

VELOCIDAD Km/h

TASA HORARIA CENITAL (THZ)

TAURIDAS NORTE (NTA) 25 SEP - 25 NOV 12 NOV TAURO 29 5

LEONIDAS(LEO) 10 NOV - 23 NOV 17 NOV LEO 71 20

ALFA MONOCE-ROTIDAS (AMO) 15 NOV - 25 NOV 21 NOV MONOCEROS 65 VAR.

Calendario lunar

Noviembre 2010

Page 5: El Cielo. Noviembre 2010

Las Leónidas Pese a que el perihelio, o máximo acercamiento al Sol, del cometa 55P/Tempel-Tuttle, cau-sante de las Leónidas fue hace más de una década, todavía la actividad de esta lluvia de es-trellas es interesante. Según IMO (International Meteor Organization), el máximo puede pro-ducirse el 17 de noviembre sobre las 17 horas de la tarde, hora local, es decir de día. Si nos animamos a observar la noche anterior o la posterior, debemos tener en cuenta que la Luna estará en fase creciente y no se ocultará hasta casi el amanecer. Esta lluvia de estrellas se encuentra activa entre los días 13 y 21 de noviembre, con máxima actividad en torno a los días 17 y 18. Debe su fama a que cada 33 años suele aumentar espectacularmente su intensidad originando una tormenta de estrellas fugaces llegando a alcanzar hasta 200 meteoros a la hora. La mayoría de lluvias de estrellas tiene su origen en los cometas. Cuando estos llegan a las cercanías del Sol, las partículas salen despedidas del núcleo, sobre todo de su zona exterior expuesta al Sol, ya que esta es la zona que más calentamiento sufre. Algunas de estas partículas con un peso del orden de millonésima de gramo, o incluso menores, son empujadas por el viento solar lejos del núcleo del cometa formando las vistosas y hermosas colas de centenares de miles de kilómetros. Otras partículas, de un peso de un miligramo o superior, suelen permanecer cerca del cometa separándose poco a poco de él a velocidades de varios metros por segundo. El resultado es una enorme dispersión que conforma un gran anillo de materia que recibe el nombre de enjam-bre o tubo meteórico. Más tarde, y debido a las perturbaciones causadas por el pro-pio cometa y otras ajenas a él (como por ejemplo Júpiter), hacen que, por ejemplo, las partículas causantes de las Leónidas se distribuyan a los largo de más de 10.000 km. Con cada paso del cometa se crea una nueva zona de meteoriodes llamadas Nubes. Durante una lluvia de estrellas la mayoría de las partículas no son

productos de pasos recientes de los respectivos cometas causantes de ellas sino de otras revoluciones anteriores más lejanas en el tiempo. Un meteoro es producido por partículas que tienen un tamaño de entre 1 mm y 1 cm de diámetro y de pocos miligramos de peso, que al entrar en la atmósfera a una endiablada velocidad de entre 11 y 72 km/sg (entre 40.00 kms/hora y 260.000 kms/hora) chocan con los átomos y moléculas de las capas altas de nuestra atmósfera ardiendo, desintegrándose, debi-do a la fricción, a una altura de entre 60 y 140 kms dejando tras de si una sutil traza luminosa que puede durar varios segundos. Esta estela es causada, principalmente, por la luz emitida por los átomos de oxígeno neutro. Si la partícula es un poco mayor la estrella fugaz es mucho más brillante y recibe el nombre de bólido alcanzando una luminosidad excepcional. Los ras-tros luminosos de estos bólidos pueden llegar a verse durante más de media hora, aunque lo normal es que duran unos 5 minutos. Cuando en algún caso llegan a caer al suelo reciben el nombre de meteoritos. La casi totalidad de las fugaces emiten una luz de color anaranjado muy similar al de nuestras conocidas lámparas de sodio debido a que este elemento es el más común en la composición de los meteoroides. Si la luz emitida es de color amarillo está com-puesto de materiales férricos mientras que si es azul-verdosa lo está de átomos de magnesio, si es violeta es producido por átomos de calcio y si es rojo lo provocan los átomos de silicio y las moléculas de nitrógeno atmosférico. Hay informes según los cuales meteoros muy brillan-tes han producido también un estampido sónico similar al producido por un avión al romper la barrera del sonido. Si proyectamos las trayectorias de los meteoros hacia atrás todas parecen venir de una misma zona, llamada radiante. Cuando éste coincide con alguna constelación, ésta da nom-bre a la lluvia. Por ejemplo, las Perseidas, cuyo radiante está en Perseo o las Leónidas que parecen provenir de la llamada Hoz de Leo en esta constelación. Los astrónomos miden la actividad de una lluvia con la llamada THZ o Tasa Horaria Zenital (número de meteoros con el radiante cercano del cenit).

las estrellas fuga-ces se desintegran a una altura de entre 60 y 140 kms y pue-den alcanzar una velocidad de 72 kilómetros por

segundo

LLUVIA DE ESTRELLAS

Page 6: El Cielo. Noviembre 2010

Júpiter el rey de los cielos

Sin duda, Júpiter es el rey de nuestros cie-los nocturnos. Además de ser el más gran-de y el más voluminosos es, después de Venus, el más brillante de los planetas que nos acompañan en nuestra particular dan-za alrededor del Sol. No es de extrañar pues que, gracias a este brillo sereno e imperturbable, los antiguos le dieran el nombre del rey de todos los dioses.

Júpiter es, en comparación con el resto de planetas, increíblemente grande. Tiene una masa 381 veces la terrestre, un volumen 1295 la de nuestro planeta y un diámetro de unos 140000 km. En él cabrían más de 1000 tierras. Con estos números no es de extrañar que, aunque mucho más pequeño que el Sol, se considere a Júpiter como una estrella que no llegó a nacer por no tener la suficiente masa, unas cien veces menor de la necesaria. En la actualidad está irradiando su energía al espacio, enfriándose poco a poco. Como dato curioso, que nos da idea de lo gigantesco de este planeta, baste decir que su campo magnético abarca un tamaño equivalente a diez soles. A Júpiter le cabe el honor de ser uno de los cuerpos celestes a los que primero se dirigió un telescopio; fue la no-che del 7 de enero de 1610. Esa noche, el gran Galileo Galilei apuntó su recién estrenado catalejo hacia el brillante planeta y miró ex-pectante a través de su nuevo invento. Observó asombrado el gran globo joviano y tres estrellas que lo circunda-ban. En días posteriores descubrió una cuarta estrella por lo que dedujo que debían ser cuerpos que giraban alre-dedor de Júpiter corroborando, de esta manera, las ideas heliocentristas de Copérnico. Desde entonces estos saté-lites reciben la designación genérica de satélites galileanos y sus nombres son Io, Europa, Ganímedes y Calixto. Aunque el astrónomo pisano descubrió estos nuevos cuerpos celestes, no pudo averiguar mucho acerca de Júpiter.

SISTEMA SOLAR

Page 7: El Cielo. Noviembre 2010

La calidad óptica de ese primer telescopio no daba para más. Hubo que esperar más de medio siglo para que otro astrónomo italiano, Cassini, pudiera escrutar con claridad el gigantesco planeta a través de un nuevo gran telescopio. Gracias a la nitidez de estas imágenes Cassini averiguó el periodo de rota-ción del planeta, que estimó en casi 10 horas terrestres, cronometrando el tiempo que tardó en rodearle una gran mancha oscura que detectó en su limbo. En posteriores investigaciones se comprobó que Júpi-ter tenía dos velocidades de rotación. Una la del Sistema llamado I que corresponde a la zona ecuatorial y la otra correspondiente a la zona de los polos y llamado Sistema II. Esta alta velocidad angular es la que provoca el elevado achatamiento del planeta. Para el astrónomo aficionado Júpiter es un autentico filón que nunca se acaba. Continuamente nos está deparando sorpresas. La última fue hace unos años al chocar el cometa Shomayker-Levy contra su atmósfera. Pero no hay que esperar a grandes colisiones para admirar al planeta joviano. Su compleja atmósfera, dividida en unas 30 zonas y cinturones (o bandas), se nos muestra como un conjunto de nu-bes situadas en bandas paralelas al ecuador y que son la prueba de las intensas transformaciones que tienen lugar en el interior de Júpiter. Sus colores van del blanco( zonas) al anaranjado( cinturones) y se

deben al amoniaco y al metano teñidos de otras sustancias. Este diseño a bandas es producto de la rápida rotación antes comentada y está alimentada por enormes corrientes de convección tanto ascen-dentes (zonas) como descendentes (cinturones). Entre las diferentes bandas y zonas se producen continuos cambios de materia dando lugar a entrantes o jiro-nes que si son lo suficientemente grandes piden ser vistos. Hace unos años por ejemplo desapareció durante un tiempo una de las bandas sur, sin que por el momento se sepa el porqué. Como todo en Júpiter, las tormentas son enormes. Hay varias aun-que la más famosa es la Gran Mancha Roja, una enorme perturbación de color crema que encontra-mos en la zona ecuatorial sur. Júpiter posee 63 lunas aunque son cuatro las únicas interesantes desde el punto de vista del observador. Io, Europa, Ganímedes y Calixto, son fácilmente distinguibles girando alrededor del plane-ta aunque sólo Io, con un color rojizo, podrá ser identificado. Desde que se conocen, no han dejado de servirnos para realizar importantes avances científicos. Al descubrirlos, Galileo dio validez a la teoría de Copérnico que colocaba al Sol en el centro del Sistema Solar; más tarde, la observación simultá-nea del eclipse de alguno de estos satélites desde dos meridianos terrestres distintos ayudó a la deter-minación de las longitudes geográficas terrestres tan

importantes para la navegación de siglos pasados. Varios son los fenómenos que se producen debido al continuo rotar de los satélites alrededor de Júpiter: tránsito del satélite sobre el disco del planeta, tránsi-to de la sombra del satélite sobre el planeta, ocultaciones y eclipses. Este último fenómeno es el que realmente nos interesa ya que el resultado de su cronometraje es el que se utilizará posteriormente para calcular la posición exacta del satélite en su órbita. En los eclipses se dan dos tipos de fenómenos: las desapariciones o inmersiones en el cono de la sombra y las reapariciones o emersiones del satélite detrás de la sombra. Las primeras suelen observarse antes de la oposición de Júpiter y las segundas después. Hoy en día los cronometrajes de los eclipses de los satélites galileanos siguen siendo impor-tantísimos, ya que gracias a ellos hemos conseguido mandar naves interplanetarias de exploración a esos lejanos mundos que nos acompañan en nuestro paseo alrededor del Sol. La importancia de estos cálculos radica en que es imprescindible saber lo más exactamente posible la posición de los diferentes cuerpos celestes en su órbita para, desde la Tierra, trazar la trayectoria correcta de la sonda espacial. El cronometraje de los eclipses tiene para el aficionado, y para aquel que se inicia en la Astro-nomía, la ventaja añadida de su simplicidad, ya que solamente se necesita un pequeño telescopio, un cronómetro, una radio, un bolígrafo y unas Efemérides. Hoy en día, y gracias a las WebCam y a las cámaras digitales, también podemos obtener buenas fotografías hasta hace unos años impensables para el aficionado (ver foto superior).

Diario de Observaciones de Galileo Galilei, con dibujos de las observaciones de Júpiter. 1610-1613.

Page 8: El Cielo. Noviembre 2010

ISS

Estación Espacial Internacional Observando la

La Estación Espacial Internacional o ISS es el mayor objeto colocado en órbita hasta la fecha. Su gran tamaño, mayor que un campo de futbol, y la gran super-ficie reflectante de sus paneles solares hace posible verla desde la Tierra a simple vista como un punto brillante que se mueve a una velocidad constante sobre el fondo del cielo. Teóricamente, el máximo brillo que puede alcanzar es de una magnitud aparente* de -5.9 lo que permitiría verla incluso a plena luz del día, aunque el máximo normal es de -3.8. Sólo es visible entre 2 y cinco minutos. La vemos porque aunque en el lugar donde estemos ya es de noche, arriba a tantos kilómetros de altitud todavía los rayos del Sol impactan contra los paneles solares que dirigen su brillo hacia nosotros.

La ISS se mantiene a una altura entre los 278 kilómetros como mínimo hasta los 460 co-mo máximo, viajando a una velocidad de unos 27000 kilómetros por hora completando una órbita cada 92 minutos y dando casi 16 vueltas a la Tierra al día. Su altura habitual suelen ser los 425 kilómetros. Para saber los pasos de la ISS sólo hay que ir a la web: www.heavens-above.com *La magnitud aparente de un objeto celeste es la cantidad de luz que recibimos de él. Por ejemplo el Sol tiene una magnitud de -26.8, la Luna en fase llena de -12.7 y Venus de -4.3.

Pasos visibles desde Zaragoza en noviembre de 2010

Por suerte este mes hay muchos pasos favorables de la ISS, la mayoría de ellos a primeras horas de la noche, justo después de ponerse el Sol. A continuación una tabla donde destacamos los más luminosos e interesantes. En las páginas siguientes un dibujo de la zona del cielo por donde pasará la ISS. Las horas de paso son en hora local.

Fecha Magnitud Hora comienzo evento Hora final evento 1 noviembre -2.7 18:13:14 18:18:55 10 noviembre -2.3 19:00:57 19:03:46 11 noviembre -3.0 19:26:48 19:29:10 12 noviembre -2.4 18:17:47 18:22:56 13 noviembre -3.7 18:43:36 18:48:50 15 noviembre -3.7 18:00:19 18:06:11 27 noviembre -3.6 07:15:17 07:21:09 29 noviembre -3.8 06:37:13 06:33:52

zaragoza, 41.6330°N, 0.8830°W

Page 9: El Cielo. Noviembre 2010

ISS

1 de noviembre

lunes

10 de noviembre

miercoles

Page 10: El Cielo. Noviembre 2010

ISS

11 de noviembre

jueves

12 de noviembre

viernes

Page 11: El Cielo. Noviembre 2010

ISS

13 de noviembre

sabado

15 de noviembre

lunes

Page 12: El Cielo. Noviembre 2010

ISS

27 de noviembre

sabado

29 de noviembre

lunes