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    Elconcepto de

    protoinfancia

    Dra. Myrtha CHOKLER

    Publicado por IFRA(Istituto per la Formazione e per la Ricerca Applicata) Italia

    Distribuido paraEuskal Herriko Pikler-Lczy Sareapor cortesa de la autora

    Los orgenes y la pertinencia del concepto.

    El perodo al que propongo denominar protoinfancia es tan rico en cambios (biolgicos,psicolgicos, emocionales, afectivos, cognitivos, as como desde el punto de vista de laconducta social que parece pertinente estudiarlo y diferenciarlo tanto en sus cualidadesglobales como en sus procesos especficos, reconociendo su unidad gentica y sus cambioscualitativos.

    El trmino propuesto, protoinfancia, exige una precisin.Proto es un prefijo que proviene del griego. Su sentido denota lo primero, prioritario opreeminente. Lo encontramos, por ejemplo, en protoplasma: cuerpo celular como unidad

    bsica funcional1

    . Sera entonces lo primersimo, entendido como unidad bsica y fundamentalque da origen.

    Infancia, (Etimol. In-fans = no hablante. En biologa y psicologa). Aunque puede decirseque la infancia, en sentido estricto, no se inicia hasta los tres-cuatro aos,tradicionalmente se considera como infancia el primer perodo de la vida humana, quese extiende desde el nacimiento hasta la adolescencia. A veces se distingue entre laniez, como fase del desarrollo biolgico, y la infancia, como concepto ms amplio queincluye tanto aspectos fisiolgicos como psicolgicos.2

    El trmino protoinfanciadesigna entonces el perodo previo a los tres aos, en el que seoperan cambios vertiginosos, y en el que, al mismo tiempo, se constituyen los cimientos de lapersonalidad presente y futura. Se integra por la existencia de ejes Organizadores delDesarrollo3 que, interactuando dialcticamente entre s, aseguran y determinan la constitucinde la Persona como sujeto de la humanidad, en un proceso de adaptacin activa y deintercambio entre lo internoy lo externo.

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    1. Se puede pensar tambin en prototipo: modelo original o primer molde de un producto industrial, o enprotosol: masa csmica que dio origen a un sistema planetario, o en protozoo, protovnculo,protorrepresentaciones.2. Diccionario Enciclopdico de Educacin Especial. Madrid, Editorial Diagonal /Santillana, 1985, p.11423. El vnculo de apego, la exploracin y apropiacin del mundo externo, la comunicacin, la seguridadpostural y el orden simblico. Teora de los Organizadores del Desarrollo, en Chokler, M. Los

    Organizadores del Desarrollo Psicomotor, del mecanicismo a la Psicomotricidad Operativa, BuenosAires, Ediciones Cinco 1988.

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    Los Organizadores modelan tanto las aptitudes perceptivo-motrices como las tnico-emocionales determinadas fuertemente, al comienzo, por la sensibilidad protoptica 4 queluego integra la sensibilidad cada vez ms epicrtica 5 (Wallon, 1934). Estas aptitudes se vandesarrollando rpidamente desde antes del nacimiento, en un proceso epigentico dediferenciacin e integracin progresiva de funciones biolgicas, que, en interaccin con elmedio, permiten la constitucin del psiquismo por la concrecin de relaciones sociales y

    culturales de extrema complejidad.

    El desarrollo implica la transformacin de estructuras socio-bio-psicolgicas intrasubjetivasapartir de la historia intersubjetiva. El desarrollo se expresa en conductas y actitudespaulatinamente ms discriminadas, jerarquizadas, eficaces y simblicas.

    En el camino de la ontognesis, el reflejo biolgico se transforma en movimiento; de las huellasdifusas, confusas de las sensaciones de los intercambios tnico-emocionales emerge el afectoque tie y da sentido a la accin y construye la imagen que anclada y significada en laemocin, da lugar a la protorrepresentacin, luego a la representacin mental y al concepto.

    Desde la interaccin cuerpo a cuerpo, envoltura indisociada piel, olor, voz, mecimiento, ritmo,mirada y distancia fluye el dilogo tnico, 6 en un proceso semitico, base de la

    semantizacin, y de la simbolizacin ulterior que crea las races del pensamiento y dellenguaje. Constituye el pasaje -continuidad y ruptura- del beb al nene que prefigura alnio.

    En los albores del psiquismo, la instauracin de la representacin mental del cuerpo, latransformacin de lo corporal en mental, se corresponde con el proceso que, partiendo de unafusin biolgica y emocional inicial, de una socializacin indiscriminada 7 lleva alengendramiento progresivo de la identidad. Un complejo sistema de organizadores se poneen marcha, a partir del cual, yo y el otro confundidos, van elaborando la distanciaimprescindible de la relacin, que hace posible a la comunicacin.

    Los orgenes del proceso de constitucin de s mismo

    En la vida intrauterina el feto vive indiferenciado, con el cordn umbilical, la placenta, el lquidoamnitico y la pared intrauterina. Cinco elementos en unidad indisociable. Este todoindiscriminado constituye el beb para la madre y para el entorno que lo imagina, lo siente, loidentifica, lo significa y lo inscribe en la genealoga.

    Inmerso en sus propios cambios rpidos, entre ruidos, presiones y movimientos del cuerpo quelo alberga, nutre y contiene, a una temperatura ms o menos constante, registra confusamenteen su propio cuerpo la presin o el roce de los rganos, las impresiones labernticas, lastensiones y crispaciones musculares producto de las propias oleadas tnicas y los cambiosespaciales y la aceleracin de los latidos de la madre a causa de su excitacin, angustia o

    ansiedad, o bien vive la distensin de la pared abdominal de ella y las fluctuaciones de losritmos en las situaciones de placidez, tranquilidad o desaliento. Est tambin sometidopermanentemente a cambios hormonales y metablicos, producidos por las emociones, la

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    4. Protoptica: sensibilidad profunda, confusa, difusa, visceral, ligada siempre a un carcter afectivo, seacompaa a menudo de euforia o de angustia. H. Wallon, Los orgenes del carcter en el nio. Lospreludios del sentimiento de personalidad. Trad. Mabel Arruada. Ed. Nueva Visin., p. 75, 1979.5. Epicrtica: sensibilidad predominantemente ligada a la exteroceptividad, a travs de la cual sediferencian las cualidades y se conocen las cosas. (Ibidem)6. Concepto formulado por el Dr. Julin de Ajuriaguerra en sus cursos de Neuropsicologa delDesarrollo dictados en el Collge de France entre 1977-1978. Publicado en castellano en La HamacaN

    3-4. Buenos Aires, 1992.7. Wallon, H., Lenfant turbulent. Stades et troubles du dveloppement psychomoteur et mental chezlenfant, Paris, F.Alcan, P.U.F., 1925, passim

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    calidad de la alimentacin y/o por los txicos. Acciona y reacciona movindose yreacomodndose en un espacio cada vez ms exiguo, inaugurando el intercambio entre eladentro y el afuera.

    En el momento de nacer, ese cuerpo replegado, se estira, se contrae, se torsiona, presionadoen el canal vaginal y al salir recibe, de golpe, luces, ruidos, temperaturas, texturas diferentes y

    sobre todo la fuerza de gravedad que impresiona sbitamente sobre el aparato vestibular.Sufre la prdida repentina de cuatro de las cinco partes de esa unidad indiscriminadaintrauterina de su cuerpo: cordn, placenta, tero y lquido amnitico.

    Se pueden formular hiptesis entonces acerca los esfuerzos de seleccin, filtraje de estmulos,de acomodacin y adaptacin y las vivencias orgnicas, tnico-emocionales 8 caticas,primitivas de su yo precario. Estas emociones arcaicas han sido planteadas por D. Winnicott,9M. Klein, E. Bick 10, D. Anzieu 11 y tantos otros autores, como angustias catastrficas, deprdida del cuerpo, de disolucin de los lmites, de disgregacin, fragmentacin, y, pensandoen la inmensa fuerza aspiradora de la gravedad, especialmente, de cada en el vaco infinito.

    Estas angustias de aniquilacin slo pueden ser neutralizadas, toleradas, apaciguadas,consoladas, porque afuera hay una envoltura protectora que filtra y, que, tal como una piel,

    contiene, retiene las partes dispersas, unifica, sostiene, cohesiona y da forma, como sealaraJ. de Ajuriaguerra.

    La funcin continente es, en principio, asegurada por el entorno, antes de ser internalizada,introyectada, slo si las experiencias reparadoras e integradoras, de envoltura, de contencin yde sostn son suficientemente repetidas, de manera rtmica y por lo tanto si pueden serprogresivamente previsibles para el protoinfante.

    En cada experiencia de gratificacin, cuyo ejemplo polisensual ms evidente es la situacin delamamantamiento, concurren confundidos los propios reflejos activados del beb deorientacin, de bsqueda y de succin por ejemplo y lo que proviene del entorno. Entonceslas huellas de las sensaciones y de los intercambios tnico emocionales, de las percepciones yde los movimientos van a producirle mnesias, como protoimgenes difusas y confusas: las

    protorrepresentaciones. 12 Luego, con la reiteracin, la ratificacin y la rectificacin estosregistros, se irn precisando en representaciones que incluyen, de manera sincrnica, lacalidad de la satisfaccin de la necesidad, el calor y el olor, el tono muscular y los movimientosdel propio cuerpo pero tambin de los brazos que lo sostienen, junto a la mirada tierna oincisiva, que envuelve, devora o perfora y el contacto de la piel y de las manos que lleganapaciguadoras o inquietantes, fusionadas con las sensaciones propioceptivolabernticas por elmecimiento y la voz acariciadora y con el placer compartido por irradiacin tnico-emocional.

    Existe en esa etapa una indiferenciacin entre las diversas modalidades sensoriales queregistran sostn, envoltura, interpenetracin de las miradas, contacto del pezn en la boca,palabras melodiosas y plenitud interna. El registro tnico-visceral, de la sensibilidadprotoptica, inevitablemente emocional, se carga por ello de significacin transformndose en

    afecto. Esta experiencia de satisfaccin, ligada al proceso semitico que le da sentido,proporciona al beb una intensa vivencia de unidad interna, que constituye un esbozo desentimiento yoico de existencia y promueve una primera organizacin todava inestable de laimagen del cuerpo pero que aun as funda las bases de la identidad.

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    8. Para H. Wallon tono muscular y emocin son las dos caras de la misma moneda. La emocin es labisagra, que anclada en lo orgnico se engrampa en lo social, en el Otro, para dar origen a los afectos yal psiquismo. (N. de A.)9. D. W. Winnicott, El proceso de maduracin en el nio, Editorial Laia, Barcelona, 1975, cap 4, p.67.10. E.Bick, The experience of the skin in early object-relations, 25 International Congress ofPsychoanalisis, Copenhague, 1967. Publicado in International Psychoanalisis, 49,p.484-486.

    11. D. Anzieu, Le moi-peau, in Nouvelle Revue de Psychanalyse, 9, p.195-208.12. Protorepresentaciones es un trmino propuesto por Pinol-Douriez (1984), en el mismo sentido PieraAulagnier habla de pictogramas, Gibello de representaciones de transformaciones.

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    Esta envoltura continente del entorno, al ser internalizada, opera como una piel, como unafrontera que establece un adentro y un afuera, delimitando, poco a poco, los espaciospsquicos interno y externo, que sostendrn el proceso de personalizacin. Es el concepto deYo-piel de Anzieu. Yo-piel que acta como membrana protectora y continente, como fronteraque limita y como interfaz que conecta y facilita la comunicacin entre lo interno y lo externo.

    La presencia indispensable del otro unifica la sensualidad, la sensorialidad y la motricidaddispersa. As, el espejo de placer o de inquietud que el adulto le devuelve, bordea y da formacreando signo, sentido y significacin. El estado mental inicialmente catico del protoinfanteoscila entre estados de desorganizacin, disociacin y dispersin y estados en los que sesiente precariamente reunificado en su persona, en su vivencia corporal y psquica, ambasindisociables en esta etapa.

    Toda su motricidad y toda su sensorialidad estn al servicio de la constitucin de un estado deintegracin, de reunificacin, aunque al principio sea muy frgil.

    La falla en el sostn, en la contencin, conduce entonces a una activacin excesiva de lasangustias primitivas, con riesgo de prdida del borde y de la forma, que lo arrastra aldesborde emocional y al sentimiento de disgregacin de s. Estmulos inesperados, dolorosos o

    bruscos, -hiperestimulacin laberntica de los giros, aceleraciones, desequilibrios, sacudidas,cambios rpidos de posicin, en los que pierde los referentes espaciales, propioceptivos yvisuales y para los que no puede prepararse en su secuencia, ni capta su sentido-desencadenan, entre otros, el reflejo de Moro. Este reflejo es expresin de la falta de apoyosuficiente, de la desestabilizacin postural, al mismo tiempo que de la angustia que sta leprovoca. Las experiencias nocivas, desagradables - hambre intenso por ejemplo- atacan elestado frgil de integracin, de unificacin que necesita e intenta lograr el beb y lodesorganizan, dejando huellas de sufrimiento en el cuerpo, todava sin imgenes, por laprecariedad del sistema nervioso y del psiquismo.

    Este sufrimiento puede provocar tal desestabilizacin neuropsicolgica del sistema general deadaptacin, que llega a reactualizarse ms adelante en trastornos del sueo, de la

    alimentacin, de la conexin con el ambiente y/o, por ejemplo, en las enfermedadespsicosomticas, consolidando una estructura extremadamente vulnerable que pone en riesgoel desarrollo del nio.

    A la falla de una funcin protectora, continente y apaciguadora, el beb responde con unaferramiento a las sensaciones que mantendrn provisoriamente la ilusin de una reunificacin.Se puede ver, a un recin nacido, en efecto, crispar su cuello y sus hombros cuando alguien lolevanta desde las axilas, intentando no desparramarse (no perder la cabeza) o dislocarseante la falta de apoyatura. O ante la inseguridad o la desolacin, lo vemos aferrarse a smismo, se crispa y se retiene tnicamente en un intento de auto-sostn, o se aferra a una luz oa un detalle de su entorno, la atencin se concentra en un sonido, en un balanceo, sin el cualtoda vivencia de unicidad se vuelve casi inexistente. (Pulsin de aferramiento de Hertman).

    Todos los ataques al cuerpo, que superan en intensidad y tiempo, el umbral de su sistema deparaexcitacionesaparato de filtraje biolgico, emocional y de habituacin para neutralizar losestmulos desorganizadores atacan el sentimiento de unicidad, liberan angustias arcaicasgenerando conductas de sobreadaptacin que bloquean, limitan, distorsionan o ponen enriesgo los procesos de adaptacin activa.13El engendramiento de la subjetividad implica entonces un trabajoso proceso de adaptacinactiva al medio y de elaboracin de prdidas del cuerpo y de prdidas del otro simultneos a laconstitucin de los propios sistemas de contencin y de reaseguramiento, a partir de losinstrumentos de internalizacin y de identificacin con el otro.

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    13. Nocin de E. Pichon Rivire vinculado con los procesos de salud y aprendizaje, diferenciado de laadaptacin pasiva que lleva al sometimiento acrtico y a la enfermedad mental.

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    El origen emocional de los gestos y de los actos

    Henri Wallon ha sealado que, en la protoinfancia, las primeras reacciones circulares tienen suorigen en las mismas fuentes orgnicas de la emocin. Pero la impresin inicial no se difundesolamente a travs de los sistemas visceral y postural ampliando el registro emotivo, sino quesu orientacin empieza a transformarse y a conducir el gesto de tal manera que pueda

    prolongar o reproducir la impresin previa. Las primeras reacciones circulares se relacionancon las funciones orgnicas y apenas superan el nivel puramente afectivo. Pero ladiscriminacin que se introduce progresivamente en el ejercicio de las sensibilidadesprotopticas y epicrticas, hace que el efecto sensorial se vaya diferenciando del efecto afectivoy motive una reaccin. As, el protoinfante que, en un momento dado de su maduracin,percibe su mano pasando dentro de su campo visual, de pronto fija la mirada y la atencin enella, la detiene, la aleja, la atrae de nuevo, para determinar sus efectos especficos. En lasreacciones circulares la sensacin suscita el gesto que, a su vez, tiende a ajustarse a lasensacin.

    Este preciso ajuste del gesto con su efecto instaura entre el movimiento y lasimpresiones de las aferencias externas -entre las sensibilidades propio yexteroceptivas- unos sistemas de relaciones que los diferencian y los oponenen la medida en que se combinan en series minuciosamente unidas. 14

    La reaccin circular implica una coordinacin de diversos campos de imgenes: visuales,auditivas, tctiles y kinestsicas, con registros emocionales y afectivos.

    La reaccin circular es, para Wallon, primero un actoque se explica por la ley del efecto, perotambin por el gusto de la repeticin, por el placer de reencontrar las cosas. El acto y sumotivacin presentan luego diferentes niveles. Los primersimos actos impulsivos no tienenmotivacin psquica. Slo se producen como actividad orgnica. Luego aparecen los actosemotivoscuando los actos impulsivos se registran unidos a estados de bienestar, de malestar osufrimiento a partir de las sensibilidades ntero y propioceptivas tambin ligadas al mundo

    externo a travs de las sensibilidades exteroceptivas y kinestsicas. Sin stas el movimiento nopodra entrar en la vida psquica transformndose en accin.

    El efecto es inherente al acto, teniendo cada uno su contenido, su ocasin y suobjetivo. [...] El efecto no es exterior al acto. Es, en cada momento ysimultneamente, su resultado y su regulador. 15

    La actividad circular, que consiste en una especie de ejercicio mutuo de movimientos ysensibilidades, tiene como consecuencia la formacin de estructuras sensoriomotrices y laintegracin progresiva de diferentes campos sensoriales, significados por la emocin, quepermiten la evolucin de la prensin, de la percepcin, de las representaciones mentales, de lacomprensin de relaciones entre los fenmenos y el advenimiento del lenguaje.

    El rol del juego

    El goce vivido intensamente en el acto es la fuente y la motivacin del encadenamiento deacciones voluntarias que denominamos juego. El placer, al mismo tiempo causa y efecto, quenace de una compleja emocin-excitacin, afecta al sujeto en el descubrimiento, la sorpresa,el desafo, la tensin, la bsqueda del efecto. La marca del juego es la reiteracin del acto enla bsqueda de la reiteracin del placer.

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    14. H. Wallon (1941) citado por Tran Thong en Los estadios del nio en la Psicologa Evolutiva. Madrid,Pablo del Ro, 1981.15. Wallon, citado por Tran Thong, op.cit. pg. 149.

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    Pero tambin en el proceso de constitucin psquica es el juego el instrumento privilegiado delnio para la superacin de la angustia de separacin y prdida, porque los diferentes nivelesde accin y de simbolizacin le permiten el despliegue, dominio y elaboracin de los contenidosnarcissticos y fantasmticos de su vida mental.16

    Es indudable que en la construccin de la imagen de s est integrado el otro en una

    dialctica de placer que se entiende como dinmica y no slo como estado.En toda accin hay una integracin de lo que proviene de s mismo, como impulso y de lo queproviene del medio en el que la accin se concretiza. Medio que es siempre social, socializado,creado, organizado y puesto a disposicin por otros sujetos. Puede comprenderse as a laaccin siempre como una interaccin redundantemente intersubjetiva.

    La imagen de s se constituye entonces, en una dialctica entre la estabilidad y la maleabilidaddel Otro, entre la presencia y la ausencia, entre la continuidad y la ruptura. De la diferenciaentre lo que es y lo que no es, emerge la sensacin, la percepcin, la conexin, la espera y labsqueda, el encuentro y la desilusin y tambin, luego, el concepto.

    El nio puede jugar en la accin puede jugar-se en la accin en la medida de su relativaseguridad respecto de lo ya integrado en l. Puede jugar a perder de s y del otro lo que

    certeramente ya posee o sabe que no va a perder porque puede recuperarlo fcilmente.

    Por ejemplo, la funcin del equilibrio tuvo que organizar -para el control progresivo de sucuerpo- sistemas de estabilidad esttica y dinmica, ora a favor, ora en lucha, con unaconcurrencia de fuerzas fsicas entre las cuales est la de gravedad y contra las sbitassensaciones labernticas y viscerales desorganizadoras de la unidad de s que se registranfrente a las situaciones de prdida de equilibrio, y que provocan la emergencia de angustiasarcaicas, primitivas, catastrficas, o aniquiladoras de cada en el vaco infinito como lasdescribe D. Winnicott.17

    Durante el perodo de los primeros 18 meses el nio vive la cada, la aceleracin sbita, lapercepcin de la profundidad, con vivas emociones contradictorias, generalmente de miedo odisplacer, fuertemente ligadas a la relacin y al sostn del adulto. La crispacin, la excitacin,los gritos y las risas que aparecen durante estas experiencias son generalmente verdaderasdescargas tnicas de autorregulacin emocional (aunque los adultos crean que es simplementede placer) que si se prolongan llevan al llanto y al temor.

    El nio no busca hasta esa edad, caerse, arrojarse al vaco. Ni tolera fcilmente ver que eladulto lo haga. Lo llega a soportar en la medida que un otro lo acompae, consolndolo...

    Es cierto que en el acto compartido con el otro la emocin, el placer del otro, del adulto,contagia al nio por resonancia tnico-emocional. Esta resonancia inevitable se encuentranen la base de poderosos y necesarios para el nio- procesos de identificacin. Por lo tanto lasfuertes sensaciones propioceptivas que provocan emociones displacenteras de desorientacin,inseguridad y/o de pnico se confunden con las emociones irradiadas por el otro. Enconsecuencia se producen gestos y mmicas que, en la excitacin, esconden frecuentemente

    complejos y contradictorios afectos, a veces difciles de codificar o comprender, pero que dejanhuellas en el proceso de construccin de la personalidad.

    Podramos preguntarnos por la estructura psquica y la matriz afectiva que se organiza en unsujeto, a partir de la reiteracin de fuertes sensaciones propioceptivas, viscerales y vestibularescaticasydesorganizadoras provocadasporeladultosignificativoconunasonrisaybrindndole

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    16. Bernard Aucouturier reconoce un primer nivel de reaseguramiento profundo de la angustia de prdidaa travs de juegos de placer sensoriomotor (rotaciones, giros, saltos, cadas, balanceos, estiramientos,trepados, equilibrios y desequilibrios, de destruccin y construccin; de presencia y ausencia(escondidas); de persecucin (atrapar y ser atrapado); juegos de omnipotencia; juegos de identificacin

    con el yo ideal; juegos de identificacin con el agresor. Ver Chokler, M.: Acerca de la PrcticaPsicomotriz de Bernard Aucouturier. Buenos Aires, Ediciones Ariana, 1999.17. D. W. Winnicott, El proceso de maduracin en el nio, Barcelona, Laia, 1979, p.67

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    un espejo gozoso que se inscriben intrapsquicamente en el nio, entretejiendo sudependencia motriz y emocional, su sometimiento al placer del otro y los procesos deidentificacin y de significacin. Cmo quedan ligados la hiperexcitacin, el pnico, eldisplacer y el sufrimiento ntimo, orgnico del vrtigo y la cada y el simultneo placer del adultoque juega con el cuerpo del nio, y provoca y estimula ese tipo de situacin de encuentro?

    Adulto que, por su apego, supuestamente debera contener, consolar y reasegurar. Seintroyecta, posiblemente una especie de sometimiento sadomasoquista que genera, tal vez, eltipo de personalidades que buscan, a veces compulsivamente, reencontrar al otro en laintensidad del placer del peligro, en las sensaciones extremas y en el riesgo de la trasgresinde los lmites.

    El nio que se inicia en los desplazamientos, que camina o comienza precariamente a correrimpulsado por el placer del ejercicio funcional, de la apropiacin del espacio y de la velocidad,cuando sufre una cada la vive como un impacto sbito, como una interferencia desconcertanteen el encadenamiento de la accin. El llanto como llamada y no tan slo como descarga y labsqueda y el encuentro de la mirada, el gesto del otro le permiten contener la emocindesbordante, reasegurarse y reunificarse frente a la propia fragmentacin ante lo inesperado y

    lo incomprensible.

    Recin a partir de los 18 a 24 meses aproximadamente, se asiste a juegos de cadasvoluntarios y autoinducidos, tales como arrojarse gozosamente al suelo, giros vertiginosos y labsqueda activa de compartirlos o de ver tambin caer al otro. B. Aucouturier sostiene que stepodra ser el indicio de un hito importante en la etapa de constitucin y consolidacin de laimagen del cuerpo y de elaboracin de fantasmas sensoriomotores originarios. El nio quiere ypuede entonces jugar a perder la estabilidad postural, base del sentimiento de unidad de s,porque no pierde la seguridad postural o sabe, sin duda, cmo recuperarla.

    De la misma manera el placer en los juegos de aparecer y desaparecer requiere unadensidad psquica ligada a la posibilidad de permanencia y de estabilidad mental del objeto.Slo en ese caso la excitacin puede transformarse en goce y no en pnico ante la vivencia de

    prdida. Es porque existe en el psiquismo claramente la imagen y/o el representante del otroque el nio puede jugar y no slo tolerar la ausencia como prdida.

    En el proceso de maduracin tambin la manipulacin, instrumento privilegiado para laexploracin, acceso y transformacin del mundo, se va desarrollando como el resultado,generalmente, de la asociacin del ojo y la mano.

    Aun antes del tercer mes de vida, la mano empieza por atraer la mirada como cualquier objeto.Durante un cierto tiempo la percepcin visual se mantiene disociada de la sensibilidadpropioceptiva y kinestsica y posiblemente las huellas visuales sean difusas por la inestabilidadde la percepcin. Cuando con el ejercicio repetido logra unir estas sensibilidades, visual,propioceptiva y kinestsica, el protoinfante puede fijar la posicin de la mano, que ya no se le

    escapa presa de oleadas tnicas y emocionales. Empieza a controlar el movimiento,acercamiento, alejamiento, presencia y ausencia del objeto mano, estabilizando imgenesvisuales, que permiten su apropiacin y su conocimiento progresivo, articulndolo con lassensaciones posturales y propioceptivas que le permiten reencontrar y reubicar la mano en sucampo visual.

    Luego, hacia el cuarto mes, la mano atrae la mirada cuando se pone en contacto con un objeto.Las diferencias de sensibilidad tctil, kinestsica provistas por ese objeto sobre su manoparecen estar inicialmente disociadas de la visin hasta que sta es atrada por el objeto en lamano y poco tiempo despus gua la mano hacia el objeto. A partir de entonces el nio palpa,tantea, agarra los objetos a su alcance, los choca entre s, los frota contra su rostro, sus labios,los lleva a la boca, los sacude, etc., como para experimentar todos los efectos posibles en elcampo de todas sus sensibilidades. La relacin entre la visin y la prensin se precisa, paraWallon, alrededor del final del primer ao cuando los campos sensoriales y motores de lacorteza cerebral han sido conectados entre s y la mielinizacin piramidal permite el control

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    cortical sobre la actividad motriz. Es entonces, por lo tanto, que la accin voluntaria de losmsculos extensores de la mano, ajustando el tomar y el soltar, apoya la posibilidad psquicade desaferrarse, de dejar ir de s, de alejar de s.

    La evolucin de la manipulacin y de la utilizacin instrumental de sta en la accin sobre losobjetos es un indicador de la enorme importancia que tiene esta actividad en la constitucin del

    psiquismo infantil. La manipulacin concurre y apuntala la construccin de la imagen mental yla nocin de objeto, de yo y no yo, de espacio prximo y lejano, de presencia y ausencia,afirmando la capacidad de anticipacin y los esbozos de las relaciones de causalidad en lainteligencia prctica o de situaciones.

    Alrededor de los 18/20 meses, los saltos cualitativos que se operan desde el punto de vistapsquico se expresan en actitudes mentales ms elaboradas. La actividad sensoriomotoravena siendo ya vertida paulatinamente hacia el mundo exterior luego de la fase inicialautoplstica del estadio emocional. A partir de ahora empieza a reflejarse en actitudes queimplican una representacin de s ms consistente, una mayor diferenciacin del otro como laimitacin diferida y el juego simblico. La preponderancia intelectual y afectiva da paso a untipo diferente de socializacin, en la que el nio aprende a abordar las relaciones en el mundo,siendo uno con otro o contra otro, pero donde el otro empieza a configurarse como sujetoautnomo, y no como una mera prolongacin o en funcin del mismo nio. Ya puede, a veces,concebir al otro no slo como una emanacin de s mismo ni slo para s mismo.

    Este primer cierre del continente psquico18 sealado por indicadores relevantes: el acceso alcontrol esfinteriano voluntario, la enunciacin de s mismo en primera persona del singular -YO-y la maduracin grafomotriz que permite el cierre en el grafismo circular- marcara lafinalizacin de la protoinfancia.

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    18. Nocin desarrollada por B.Gibello en La pense dcontenance. Paris, Bayard Editions, 1995.

    Se denomina Protoinfancia al perodo de desarrollo que comprende la etapa de la gestacinintrauterina y los primeros aos del beb hacia la niez.

    Se trata de un perodo fundamental donde se forman las bases de la personalidad, bases sobrelas que se construyen las experiencias futuras, donde la funcin postural y la posibilidad demanipulacin juegan un importante papel y operan en la gnesis de los primeros tipos deactitudes y su transformacin en operaciones mentales, que se desarrollarn en las edadessiguientes.

    Perodo donde el contacto corporal, el vnculo, la comunicacin que se establecen en losprimeros meses de la vida del beb con adultos en posicin de disponibilidad y escucha, sonimportantes organizadores que posibilitan la conquista de su cuerpo y del mundo que habita,

    explorndolo a travs de su propia accin. (Nota de Euskal Herriko Pikler-Lczy Sarea)

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