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Debate nuclear
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Vargas Sánchez Blanca Berenice
EL DEBATE NUCLEAR
Antes de hablar sobre el gran debate que se tiene sobre la energía nuclear
necesitamos saber que es. La energía nuclear es aquella que se genera mediante
un proceso en el que se desintegran los átomos de un material denominado
uranio. La energía que libera el uranio al desintegrarse sus átomos produce calor
con el que se hierve el agua que se encuentra en los reactores nucleares.
Debido a la crisis sobre el encarecimiento del petróleo mejor conocido como
el “shock” petrolero de 1973-1974, la energía nuclear civil tuvo un fuerte auge.
Grandes programas que se iniciaron en el contexto de la anticipación de la penuria
de petróleo permitieron que en 2008 la energía nuclear representara el 20% de la
electricidad producida en el mundo.
Ventajas de la energía nuclear.
La generación de energía eléctrica mediante energía nuclear permite
reducir la cantidad de energía generada a partir de combustibles fósiles (carbón y
petróleo). La reducción del uso de los combustibles fósiles implica la reducción de
emisiones de gases contaminantes (CO2 y otros).
Actualmente se consumen más combustibles fósiles de los que se producen
de modo que en un futuro no muy lejano estos recursos se agotarían o el precio
subiría tanto que serían inaccesibles para la mayoría de la población.
Al ser una alternativa a los combustibles fósiles no se necesita consumir
tanta cantidad de combustibles como el carbón o el petróleo. La reducción del
consumo de carbón y petróleo ayuda a reducir el problema del calentamiento
global del cambio climático del planeta. Al reducir el consumo de combustibles
fósiles también mejoraría la calidad del aire que respiramos con lo que ello
implicaría en el descenso de enfermedades y calidad de vida.
Desventajas de la energía nuclear
A pesar del alto nivel de sofisticación de los sistemas de seguridad de las
centrales nucleares el componente humano siempre tiene cierta repercusión. Ante
un imprevisto o en la gestión de un accidente nuclear no se puede garantizar que
las decisiones tomadas por los responsables sean siempre las más apropiadas.
Tenemos dos buenos ejemplos en Chernobyl y en Fukushima.
El accidente nuclear de Chernobyl es, por el momento, el peor accidente
nuclear de la historia. Una sucesión de decisiones equivocadas por el personal
que gestionaba la central acabó causando una fuerte explosión nuclear.
En el caso del accidente nuclear de Fukushima, una vez producido el
accidente, la actuación del personal encargado de gestionarlo fue muy
cuestionada. Después del accidente de Chernobyl, el accidente nuclear de
Fukushima fue el segundo peor de la historia.
Una desventaja importante es la difícil gestión de los residuos
nucleares generados. Los residuos nucleares tardan muchísimos años en perder
su radioactividad y peligrosidad.
Los reactores nucleares, una vez construidos, tienen fecha de caducidad.
Pasada esta fecha deben desmantelarse, de modo que en los principales países
de producción de energía nuclear para mantener constante el número de
reactores operativos deberían construirse aproximadamente 80 nuevos reactores
nucleares en los próximos diez años.
Probablemente la desventaja más alarmante sea el uso que se le puede dar
a la energía nuclear en la industria militar. El primer uso que se le dio a la energía
nuclear fue para construir dos bombas nucleares que se lanzaron sobre Japón
durante la Segunda Guerra Mundial. Esta fue la primera y última vez que se utilizó
la energía nuclear en un ataque militar. Más tarde, varios países firmaron el
Tratado de No Proliferación Nuclear, pero el riesgo que en el futuro se vuelvan a
utilizar armas nucleares siempre existirá.
EL MAYOR DESASTRE NUCLEAR: CHERNOBYL (UCRANIA)
El accidente nuclear de Chernobyl (Ucrania) ocurrió durante la noche del 25 al 26
de abril de 1986 en el cuarto reactor de la planta.
El 25 de abril, a la una de la madrugada, los ingenieros iniciaron la entrada
de las barras de regulación en el núcleo del reactor, refrigerado por agua y
moderado por grafito (que pertenece al tipo que los soviéticos llaman RMBK-
1000), para llevar a cabo una prueba planeada con anterioridad, bajo la dirección
de las oficinas centrales de Moscú.
El día 26 de abril, a la una y tres minutos, una combinación poco usual de
baja potencia y flujo de neutrones intenso, provocó la intervención manual del
operador, desconectando las señales de alarma. A la una y 22 minutos, el
ordenador indicó un exceso de radioactividad, pero los operadores decidieron
finalizar el experimento, desconectando la última señal de alarma en el instante en
el que el dispositivo de seguridad se disponía a desconectar el reactor.
Dado que los sistemas de seguridad de la planta quedaron inutilizados y se
habían extraído todas las barras de control, el reactor de la central quedó en
condiciones de operación inestable y extremadamente insegura. En ese momento,
tuvo lugar un transitorio que ocasionó un brusco incremento de potencia.
El combustible nuclear se desintegró y salió de las vainas, entrando en contacto
con el agua empleada para refrigerar el núcleo del reactor. A la una y 23
minutos, se produjo una gran explosión, y unos segundos más tarde, una segunda
explosión hizo volar por los aires la losa del reactor y las paredes de hormigón de
la sala del reactor, lanzando fragmentos de grafito y combustible nuclear fuera de
la central, ascendiendo el polvo radiactivo por la atmósfera.
El accidente nuclear fue clasificado como nivel 7 (“accidente nuclear grave”)
en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (Escala INES) del OIEA, es
decir, el accidente de peores consecuencias ambientales, y que sirve como
referencia para proyectar y controlar los dispositivos y sistemas de protección de
las instalaciones nucleares.
Consecuencias del accidente nuclear de Chernobyl
El comienzo de un incendio, que no se consiguió apagar hasta el 9 de mayo,
aumentó los efectos de dispersión de los productos radiactivos, y la energía
calorífica acumulada por el grafito dio mayor magnitud al incendio y a la dispersión
atmosférica.
De los productos radiactivos liberados eran especialmente peligrosos el
yodo-131 (cuyo período de semidesintegración es de 8,04 días) y el cesio-137
(con un período de semidesintegración de unos 30 años), de los cuales,
aproximadamente la mitad, salieron de la cantidad contenida en el reactor.
Además, se estimó que todo el gas xenón fue expulsado al exterior del reactor.
Estos productos se depositaron de forma desigual, dependiendo de su volatilidad y
de las lluvias durante esos días.
Para determinar los efectos de la radiación sobre la salud de las personas,
la Organización Mundial de la Salud desarrolló el IPHECA (Programa Internacional
sobre los Efectos en la Salud del Accidente de Chernobyl), de modo que pudieran
investigarse las posibles consecuencias sanitarias del accidente. Estas
consecuencias incluían efectos relacionados con la ansiedad producida en los
habitantes de las zonas más contaminadas como resultado de la evacuación de
sus casas, y del miedo a posibles daños futuros en la salud por los efectos
biológicos de la radiación. Además, el programa proporcionaba asistencia técnica
al sistema sanitario nacional de Bielorrusia, a la Federación Rusa y a Ucrania,
para aliviar las consecuencias sanitarias del accidente de Chernobyl.
Los resultados obtenidos con los proyectos piloto IPHECA han mejorado
considerablemente el conocimiento científico de los efectos de un accidente
radiactivo en la salud humana, para que puedan sentarse las bases de las guías
de planificación y del desarrollo de futuras investigaciones.
Las consecuencias inmediatas del accidente sobre la salud de las personas
fueron las siguientes:
237 personas mostraron síntomas del Síndrome de Irradiación Aguda (SIA),
confirmándose el diagnóstico en 134 casos. 31 personas fallecieron durante
el accidente, de las cuales, 28 (bomberos y operarios) fueron víctimas de la
elevada dosis de radioactividad, y 3 por otras causas. Después de esta fase
aguda, 14 personas más han fallecido en los diez años posteriores al
accidente.
Entre 600.000 y 800.000 personas (trabajadores especializados,
voluntarios, bomberos, militares y otros) llamadas liquidadores, encargadas
de las tareas de control y limpieza, fallecidas en distintos períodos.
16.000 habitantes de la zona fueron evacuados varios días después del
accidente, como medida de protección frente a los altos niveles de
radiación, estableciéndose una zona de exclusión en los territorios más
contaminados, en un radio de 30 km alrededor de la instalación.
565 casos1 de cáncer de tiroides en niños fundamentalmente (de edades
comprendidas entre 0 y 14 años) y en algunos adultos, que vivían en las
zonas más contaminadas (208 en Ucrania, 333 en Bielorrusia y 24 en la
Federación Rusa), de los cuales, 10 casos han resultado mortales debido a
la radiación.
Otros tipos de cáncer, en particular leucemia, no han registrado
desviaciones estadísticamente significativas respecto a la incidencia
esperada en condiciones normales.