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"EL LIBRO DE LAS FIESTAS" Llueve. Desde el zaguán que se abre tras las recias puertas adornadas con toscos clavos que protegen el caserío dieciochesco que alberga el Museo de Arte Ibérico de El Cigarralejo, contemplo absorto el reflejo de la lluvia en la luz tenue de la farola que hay en la ennegrecida fachada de enfrente. El chirrido de los viejos goznes al movimiento de los pesados portones, me devuelve la presencia para recordarme que la conferencia sobre "El papel de la Historia de Mula en los muleños del III milenio", hace tiempo que ha terminado. Me alejo. El sonido seco, ronco del pestillo de la arcaica cerradura, se ahoga en el salpiqueo de la lluvia. La noche es fría, desangelada, desierta, nadie se ve por las viejas calles mojadas del pueblo. Protegido del agua por balcones y aleros enmohecidos de vetustos caserones, pensativo, cabizbajo me dirijo hacia mi casa. La respuesta contundente, firme, hiriente del conferenciante a mi pregunta, me ha dejado confuso, intranquilo: ¿cree usted que los muleños pasamos de nuestra historia? ¡Sin duda!... Muy preocupado. Al pasar junto a un rebosante contenedor de reciclaje de papel y cartón, una bolsa llena de periódicos y otros papeles desparramados al pie del mismo, llama mi atención. Junto a estos, sobre el asfalto mojado, se ve la familiar contraportada de un Libro de las Fiestas. La curiosidad me lleva a agacharme y darle la vuelta a ese libro, efectivamente: Feria y Fiestas, Mula 1967. Más de cuarenta años de historia y ahí están, tirados, humillados, abatidos cobardemente por su dueño. ¡muleñismo… un grito de rabia, de impotencia, de indignación corre por mis venas para estrellarse al llegar al cerebro; es de noche, llueve, hace frío, las calles están vacías, quién va a oírme, a quién le importa. Ante tanto desprecio, no puedo reprimir mi deseo de ojear sus páginas humedecidas, pegadas por la lluvia: "PELUQUERÍA PULGUITAS, corte de pelo a navaja, peinados con secador" (…) "TERRAZA DE VERANO, El Padre Manolo, por Manolo Escobar" (…) "PROGRAMA OFOCIAL DE FESTEJOS, a las 8 de la mañana, alegre diana" (…) "El Castillo y su poema. Mula ciudad con historia y futuro" (…) "ACTIVIDADES MUNICIPALES, pavimentación, edificaciones, servicios" (…) "El alcalde y jefe del…" De pronto, me doy cuenta, que me estoy calando. Arrecia la lluvia. Recojo el antiguo programa, sacudo el agua y lo meto bajo mi vieja chaqueta de paño empapada. Prosigo mi camino, lento, melancólico, mi cuerpo experimenta una sensación agridulce. Triste, de ver nuestra historia por los suelos, pero contento, por que entrará a formar parte de mi colección de Libros de Fiestas… Historia y evolución Naturalmente, el Programa Oficial Feria y Fiestas de Mula 1 , conocido popularmente como "Libro de las Fiestas", no es una simple guía de actividades festeras desechable con la traca final. Es mucho más que eso, es historia viva de nuestro pueblo. Mula tenía derecho a organizar feria por real cédula de Fernando IV dada en Cuéllar (Segovia) en 1306, tras interrumpirse en 1648 por la peste, se reanudó a principios del siglo XVIII por concesión de Felipe V. 2 En el siglo XVI

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"EL LIBRO DE LAS FIESTAS"

Llueve. Desde el zaguán que se abre tras las recias puertas adornadas con toscos clavos que protegen el caserío dieciochesco que alberga el Museo de Arte Ibérico de El Cigarralejo, contemplo absorto el reflejo de la lluvia en la luz tenue de la farola que hay en la ennegrecida fachada de enfrente. El chirrido de los viejos goznes al movimiento de los pesados portones, me devuelve la presencia para recordarme que la conferencia sobre "El papel de la Historia de Mula en los muleños del III milenio", hace tiempo que ha terminado. Me alejo. El sonido seco, ronco del pestillo de la arcaica cerradura, se ahoga en el salpiqueo de la lluvia. La noche es fría, desangelada, desierta, nadie se ve por las viejas calles mojadas del pueblo. Protegido del agua por balcones y aleros enmohecidos de vetustos caserones, pensativo, cabizbajo me dirijo hacia mi casa. La respuesta contundente, firme, hiriente del conferenciante a mi pregunta, me ha dejado confuso, intranquilo: ¿cree usted que los muleños pasamos de nuestra historia? ¡Sin duda!... Muy preocupado. Al pasar junto a un rebosante contenedor de reciclaje de papel y cartón, una bolsa llena de periódicos y otros papeles desparramados al pie del mismo, llama mi atención. Junto a estos, sobre el asfalto mojado, se ve la familiar contraportada de un Libro de las Fiestas. La curiosidad me lleva a agacharme y darle la vuelta a ese libro, efectivamente: Feria y Fiestas, Mula 1967. Más de cuarenta años de historia y ahí están, tirados, humillados, abatidos cobardemente por su dueño. ¡muleñismo… un grito de rabia, de impotencia, de indignación corre por mis venas para estrellarse al llegar al cerebro; es de noche, llueve, hace frío, las calles están vacías, quién va a oírme, a quién le importa. Ante tanto desprecio, no puedo reprimir mi deseo de ojear sus páginas humedecidas, pegadas por la lluvia: "PELUQUERÍA PULGUITAS, corte de pelo a navaja, peinados con secador" (…) "TERRAZA DE VERANO, El Padre Manolo, por Manolo Escobar" (…) "PROGRAMA OFOCIAL DE FESTEJOS, a las 8 de la mañana, alegre diana" (…) "El Castillo y su poema. Mula ciudad con historia y futuro" (…) "ACTIVIDADES MUNICIPALES, pavimentación, edificaciones, servicios" (…) "El alcalde y jefe del…" De pronto, me doy cuenta, que me estoy calando. Arrecia la lluvia. Recojo el antiguo programa, sacudo el agua y lo meto bajo mi vieja chaqueta de paño empapada. Prosigo mi camino, lento, melancólico, mi cuerpo experimenta una sensación agridulce. Triste, de ver nuestra historia por los suelos, pero contento, por que entrará a formar parte de mi colección de Libros de Fiestas…

Historia y evolución

Naturalmente, el Programa Oficial Feria y Fiestas de Mula1, conocido popularmente como "Libro de las Fiestas", no es una simple guía de actividades festeras desechable con la traca final. Es mucho más que eso, es historia viva de nuestro pueblo. Mula tenía derecho a organizar feria por real cédula de Fernando IV dada en Cuéllar (Segovia) en 1306, tras interrumpirse en 1648 por la peste, se reanudó a principios del siglo XVIII por concesión de Felipe V.2 En el siglo XVI

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tenemos noticias de la feria.3 Pero la feria de antaño no ero lo que conocemos hoy (o tal vez si), en 1788 el Ayuntamiento exigía el 10% del genero que traían los comerciantes.4 Lo cierto es que, desde que el primer Libro viera por primera vez la luz, allá por el año 1926, (imagino que antes serían simples bandos) son muchos, muchísimos los acontecimientos que han pasado en este pueblo y que se ven ampliamente reflejados en el Libro de las Fiestas a lo largo de estos 84 años de historia. Formato del Libro En primer lugar vamos a comentar el formato del libro ya que en ningún momento tuvo un diseño definido, sino, que a lo largo de estos años, hemos ido viendo la propia evolución de la imprenta con la introducción de nuevas técnicas de impresión a medida que avanzaba la industria y tecnología hasta llegar a la era digital, pero sin olvidar el buen hacer del impresor, que al fin y al cabo, es el que maneja las máquinas. Tras la simplicidad del primer ejemplar en el año 26, se pasó a un corto periodo donde los programas fueron más interesantes con la introducción de anunciantes y fotografías, lo que les hizo más amenos. En los años 30 el formato cambia un poco sobre los anteriores, son un poco más altos y estrechos, pero sigue siendo de bolsillo como los anteriores. Uno de los periodos más fructíferos en diseño fue en la década de los 40. En estos años se puede decir que ningún libro tuvo el mismo tamaño, ni páginas, ni tan siquiera fue encuadernado de igual forma. De un tamaño de bolsillo se pasó a tamaño libreta para pasar posterior mente otra vez a bolsillo. Los anunciantes aparecían un año para desaparecer otro, incluso se llegó ha hacer uno idéntico publicado 11 años antes pero con distinta imagen de portada. Los años 50 son los más austeros de la serie. Hasta la primera mitad de la década, los programas fueron muy simples limitándose solo a la programación, lo que hizo que fueran los más chicos emitidos a lo largo de todos estos años. Al final de la década el programa creció en tamaño y páginas. Bajo nuestro punto de vista, el decenio de los 60 fue el gran protagonista y artífice en la denominación de "Libro de las Fiestas". Durante este periodo el programa adquiere el tamaño actual y se estabiliza su diseño y volumen. Se hacen nuevas incorporaciones como las Actividades Municipales, colaboraciones literarias y la elección de reina y dama de las fiestas, todo esto le da el autentico carácter de libro. Este diseño y formato se mantuvo casi invariable hasta mediados de la década de los ochenta, con pequeñas pinceladas como la fotografía en color a principios de los 70 y la desaparición de las actividades municipales a comienzos del siguiente decenio. A partir de la segunda mitad de la década de los 80, se abre un periodo donde el libro experimenta un cambio brutal, tanto, que no se le puede definir como tal. Todo un

despliegue de imaginación y fantasía, lleva a estos programas a ser más dignos de un museo, que de una biblioteca. El primero de esta serie es del año 85. El programa es un desplegable, para descubrir la programación que va en su interior. Todo esto, adornado de dibujos y caricaturas con motivos feriales. El del 86 es, es una carpeta cerrada y dentro se hayan a modo de pósters la programación, toros, damas de honor,… y de regalo una pequeña bolsa de papel llena de confetis

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incluido "matasuegras". Un programa muy divertido, le faltó la maquinita esa de "retratar" que salía el muñeco o el dichoso martillito con pito. Cabe destacar de esta serie el del año 90. Una carpeta con anillas muy bien confeccionada de buena calidad a modo de guía monumental del pueblo. El del 91 es otro alarde de imaginación; un programa con la forma del castillo de Mula para la guía adulta y de espantapájaros para la infantil, muy original. A mediados de los 90 el programa vuelve a adoptar la estructura de libro e incluso aumenta sus páginas en casi todos los apartados. Ni que decir tiene que la era digital ha embellecido el Libro de las Fiestas en este III Milenio. Programación de Festejos Sin duda, el protagonismo y la justificación del Libro de las Fiestas, es la programación festejos; programación, que como es natural, ha ido cambiando a lo largo de estos 84 años de edición. Salvo, los actos religiosos que se mantienen invariables, la mayor parte de las actividades feriales han desaparecido con el paso del tiempo. Tan solo los fuegos artificiales y verbena siguen firmes; tan bien es cierto que en estos primeros años la programación era muy escasa. Mención especial y un reconocimiento merece la Banda Municipal (hoy Agrupación Musical Muleña) ya que durante muchos años llevó el peso de las fiestas, pese a las fuertes críticas que recibía del periódico local La Semana pocos años antes de comenzar esta publicación: La charanga municipal debería suprimir sus desconciertos...,5 La programación del primer Libro de las Fiestas arrancaba un 19 de septiembre de 1926 a las 7 de la mañana Alegre Diana, a las diez de la mañana apertura de la feria y

de diez a doce de la noche velada musical. Todo esto amenizado por la Laureada Banda Municipal de Mula, que junto con los actos religiosos, acaparaban casi toda la programación de festejos en esta década. Los actos lúdicos apenas si se celebraban tres o cuatro en todas las fiestas. Durante este periodo, las cucañas (de origen Medieval) eran las encargadas de entretener a niños y mayores. La de niños consistía en romper

con un palo una olla de barro colgada de una cuerda para que caigan los juguetes (hoy día son de papel). La de los mayores normalmente había que trepar por un palo resbaladizo para ganarse el premio. Ya en 1917 las cucañas formaban parte de los festejos.6 La elevación de globos grotescos era otro de los actos divertidos de las fiestas, sobre todo para los niños, ya que estos estaban pintados de muchas formas. A medida que pasan los años, se van introduciendo poco a poco otras atracciones festeras. En los años 30, los concursos y el futbol se llevan la palma. Tan bien cabe destacar una carrera de asnos y la introducción de gigantes y cabezudos, (de origen Medieval) así como la traca fin de fiestas en el 39 y que hoy día sigue poniendo el colofón a la Feria y Fiestas. La década de los 40 también trajo novedades para diversión de los muleños. En los primeros años cabe destacar las bombas japonesas (tal vez llamadas así en memoria del bombardeo de la base militar de EE.UU. de Pearl Harbor en diciembre de 1941 por parte de los japoneses) Estas bombas consistían (y consisten) en una carcasa de más o menos diámetro llenas de pequeños juguetes y chucherías y que están cargadas con un poco de pólvora para elevar unos metros estos juguetes. Las verbenas comienzan a ser amenizadas por orquestas venidas de fuera y los fuegos artificiales son adornados con

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dulzainas y tamboril, (tío de la Pita) de origen antiguo, entran a formar parte en festejos en el S. XVIII. Tan bien comienzan los espectáculos taurinos al final de esta década. El inicio de los años 50 nos trajo una programación pobre y escasa, recuperándose un poco al final de este decenio. Como novedad reseñar la introducción de la carrera de cintas, al principio en bici y después en moto. Como sucediera en décadas anteriores, en los 60 el sustento de la programación fueron los actos religiosos y la Banda Municipal, de hecho en el 63 la Banda de Música tuvo cinco actuaciones el primer día, comenzando con la diana y terminando con la velada musical. Pero lo más destacado de este decenio fue la elección de reina y damas de las fiestas. En un principio se elegía a la reina y damas en la primera verbena, al final de la década era elegida entes de las fiestas y sus fotos abrían la programación oficial. En los 70 hay un cambio radical en la programación. Desaparecen definitivamente la diana, que daba paso a las fiestas, las cucañas, bombas japonesas y la banda de música pierde protagonismo a favor de torneos y concursos de todo tipo. Cabe destacar en esta época el comienzo de amenizar las verbenas con cantantes o grupos famosos. En los últimos años las verbenas conocidas como populares se siguen celebrando en la glorieta y están orientadas a personas adultas con ganas de bailar, mientras que en otros recintos son destinados a conciertos de grupos y solistas de actualidad. Se puede decir, que la década de los 80 sentaría las bases de la Feria y Fiestas de hoy, naturalmente, acompañada de la propia evolución económica de estas últimas décadas. Crecen las instalaciones deportivas y los espacios de ocio, lo que propicia la que la base de las fiestas de espectáculo y diversión sean los campeonatos, torneos, festivales, teatro y alguna que otra exhibición. Si ojeamos el programa del año 2007 vemos: XXV jornadas deportivas, XXIV encuentro teatral, XXIV festival internacional de folclore, IX festival de bandas de música, XII Muestras de Comercio y Artesanía, etc. En los últimos años se introducen nuevos torneo para no ser repetitivos y se consolida la feria infantil, al tiempo que el recinto ferial va perdiendo peso e interés para la ciudadanía. Colaboraciones Literarias Sin duda las colaboraciones literarias, son las que le dan el carácter de libro al Programa Oficial de Feria y Fiestas. Como ya hemos apuntado en otro apartado, estas comenzaron en el año 61 y se mantuvieron en el libro hasta el 84. En el año 85 desaparecen del libro, aunque en realidad, lo que desaparece es el libro tomando las formas ya descritas, y que honestamente no invitaba a desenfundar la pluma en los tórridos veranos muleños. En el 95 el libro recobra su forma y vuelven a aparecer las colaboraciones literarias para satisfacción de los más literatos, pero de nuevo, doce años después son eliminadas del libro, junto con los anunciantes, en el 2008. A lo largo de todos estos años, los artículos han sido muchos y muy variados, así como los autores de los mismos, que abarca un elenco muy diverso en el arte de la pluma. La mayoría de ellos están dedicados a los patronos de Mula: El Niño del Balate, la Virgen del Carmen y San Felipe. Pero hay otros muchos artículos que le dan un carácter más literario al Libro de las Fiestas. Artículos de

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investigación histórica como: La Torre del Reloj o El Escudo de Mula; de protesta como: La Arboleda; de poesía como: La sed del hortelano o Elegía a Juan Gómez <El maestro Cabeo>; artículos reivindicativos como: Necesidad de un museo de la Ciudad de Mula o ¿Dónde está la Fuente?; artículos en prosa, ensayo, narrativa como: Los Fotógrafos de la Feria o Retazos; semblanza, recuerdos, agradecimientos, otros…, una auténtica miscelánea literaria, y que al fin y a la postre es el único medio público en que los muleños podemos mostrar el arte de nuestra pluma. La desaparición de las colaboraciones literarias en distintos periodos, degrada el libro a lo más simple de un folleto de feria. Reina y Damas de las Fiestas Como otros muchos apartados del Libro de las Fiestas la figura de reina y damas de honor de las fiestas en todas sus categorías, aparecen y desaparecen a lo largo de los años. Desde que por primera vez apareciera la figura de reina y damas de las fiestas, por el año 65, son muy pocos los años en que han faltado a la cita. En realidad, si no me falla la memoria, sólo en los años 07 y 08 desaparecieron del Libro de las Fiestas. En un principio, fueron elegidas en la primera verbena hasta que en el 69 la elección de reina y damas se hace antes de elaborar el programa para que su imagen forme parte del libro. En el 74 aparece otra coronación, la de reina y damas de honor infantil hasta el año 82. Tras un periodo de trece años de ausencia, en el 96 vuelve la elección infantil para desaparecer de nuevo en el 07. En el 94 sería la figura de reina de los mayores la que entraría a formar parte del programa oficial, como sucediera con las anteriores, su elección sería un ir y venir. Actividades Municipales La incorporación de las actividades municipales al Programa Oficial de Feria y Fiesta, fue un acierto y un interés añadido al libro. Con esta medida los muleños estábamos más o menos informados de las obras y servicios del pueblo y de los proyectos del Ayuntamiento. Las obras más comunes en esta relación de las actividades municipales eran: construcción de edificios municipales y estatales, alumbrado público, asfaltado y desagües de calles e instalaciones deportivas y de ocio. La primera publicación tuvo lugar en el 62 y abría con la construcción de viviendas (Avenida de los Mártires) para desaparecer definitivamente en el año 82 con la restauración y alumbrado del castillo. Entre medias quedarían muchos proyectos sin realizar. Guía Comercial La guía comercial o anuncios, es otro complemento interesante dentro del libro.

Aparecieron por primera vez en el año 27 flanqueando la programación oficial. Aunque para el gran público no despierte mucho interés, sus anuncios son utilizados por muchos como guía telefónica. Dentro del libro, ha sido el apartado más volátil del mismo, apareciendo y

desapareciendo en multitud de ocasiones. Pero la guía comercial es más que un rosario de anunciantes. En ella se puede apreciar las actividades laborables del momento y casi el estado de la economía y sobre todo, hoy es una fuente de documentación. De los anunciantes de la primera edición del año 27 tan solo quedan tres negocios en pie hoy

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día, Relojería Castaño, Imprenta Victoria y Bar Salazar, de este hay que apuntar que en el primer anuncio era bar Rápido, en el año 44 se anuncia como bar Sol hasta que pasó a llamarse bar Salazar a principio de los 80. Otro detalle a destacar es el dinamismo y simpatía que desplegaban los anuncios en las primeras décadas, a la parquedad de los actuales. Propaganda Política A parte de los apartados reseñados para los que fue creado el Libro de las Fiestas, este fue utilizado como propaganda política en distintas épocas, sobre todo durante la república y la dictadura franquista. La portada, proemios y fotografías fueron los elementos más utilizados. Mientras la plaza, la glorieta y las principales calles (salvo la

calle Boticas) padecieron en sus nombres el ajetreo político. La dictadura de Primo de Rivera y la monarquía de Alfonso XIII apenas si tuvo incidencia en el contenido del libro. La revolución llegó con la proclamación de la II República proclamada el 14 de Abril de 1931, tras las elecciones municipales, al ganar los partidos republicanos las ciudades más importantes de la nación y la salida del rey Alfonso XIII. Lo primero que nos llama la atención del libro del 31 es la portada con su alegoría a la II República. En ella aparecen la Marianne Española conocida también como "Nuña

Bonita" y la trilogía libertad, igualdad y fraternidad, iconos de la Revolución Francesa y adoptados por los republicanos españoles. En su interior nos llama poderosamente la atención una imagen un tanto singular de Alcalá-Zamora, jefe del gobierno provisional y presidente de la II República Española al año siguiente. En el montaje de la foto aparece el presidente republicano con corona; un despropósito. En el año 39, con la dictadura franquista, la imagen es bien diferente. La portada del

libro es la bandera de España en diagonal con el escudo imperial en la parte de arriba-derecha. El proemio o salutación de este año es bastante elocuente, así comenzaba: ¡AÑO de la VICTORIA! Y así termina: Por el Imperio hacia Dios. ¡Arriba España! Para combatir la trilogía republicana, se inventa el lema: Por la Patria, el Pan y la Justicia. Incluso, parte de los anuncios se convierten en propagandistas de la dictadura abriendo o cerrando con un Saludo a Franco. A partir de la democracia, las cosas vuelven a su sitio y se termina con la propaganda política, relativamente, porque no viene a cuento el rosario de políticos que abren un libro o revista que está dedicado a la

Feria y Fiesta con un mensaje que la enorme mayoría de los muleños pasamos olímpicamente de él. La plaza de Ayuntamiento, la glorieta y principales calles del pueblo, también fueron utilizadas como propaganda política y en muchas ocasiones eran refrendadas con fotografías. Durante el reinado de Alfonso XIII y dictadura de Primo de Rivera la plaza se llamaba de la Constitución en evocación

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de la constitución de 1876 promulgada tras la restauración de la monarquía. En el año 31 pasaría a denominarse de la República tras la implantación de la II República. A partir del año 39 pasaría a llamarse de José Antonio en memoria del fundador de falange7 e hijo del dictador Primo de Rivera hasta la llegada de la democracia. Con la glorieta pasó tres cuartos de lo mismo. En principio se llamaba Alfonso XIII. Con la llegada de la república pasó a denominarse glorieta de Galán y García Hernández, en honor de los dos capitanes fusilados el 15 de diciembre de 1930 por sublevarse en Jaca a favor de la república.8 (Como hemos apuntado anteriormente esta llegaría meses después) En el 39 pasaría a denominarse del Generalísimo. A partir de la democracia pasaría a llamarse Juan Carlos I. Probablemente, la antigua y actual calle del Caño, sea la vía pública que más denominaciones ha tenido a lo largo de la historia. Del primitivo nombre pasó a llamarse López Parras, con la República adquirió este nombre. Durante la dictadura franquista, en primer lugar se llamó General Mola, uno de los cabecillas de la sublevación militar del 36 y posteriormente Martínez Anido, militar y ministro de Gobernación en la dictadura de Primo de Rivera y ministro de Orden Público con Franco. Durante la democracia, la mayor parte de las calles recuperaron su nombre original, más bien, su placa original, ya que el nombre primitivo nunca se perdió para los muleños. Conclusión Otros elementos y actividades han formado parte de las Fiestas Patronales a lo largo de todos estos años y entre ellas cabe destacar las portadas, feria de ganado, que se hacía paralela a las populares, en un principio en la Carretera Pliego para pasar a la explanada de la calle del Jardín hasta que desapareció en 1974, las fotos y como no, el propio Libro de las Fiestas, parte ya de nuestra historia.

Juan Gutiérrez García 1 AMMula, Programas Oficiales de Feria y Fiestas de Mula 2 Historia de Mula. Nicolás Acero y Abad. Murcia 1886. Pág. 29 3 Una villa del Reino de Murcia en la Edad Moderna (Mula, 1500-1648) Juan González Castaño. Murcia 1992. Pág. 253. 4 AMMula catálogo de Gebete N. 192. Mula 1786. GBT. Caja 11 fol. 105-110. R. C. 5 Semanario "La Semana" N. 30 de 5 de septiembre de 1919 6 Semanario "El Faro de la Juventud" N. V de 8 de octubre de 1917 7 F.E. de las J.O.N.S. (AUTÉNTICA) Pedro Conde, Madrid 1977 8 Cara y Cruz de la República, 1931-1936. Luis Romero, Barcelona 1980