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Sobre el movimiento obrero de los mártires de Río Blanco, Veracruz.
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EL MOVIMIENTO OBRERO DE LOS MARTIRES DE RIO BLANCO
Las fábricas del Valle de Orizaba, en el Estado de Veracruz, se consideraban las más
modernas a fines del siglo XIX debido a la energía eléctrica que producía el Río Blanco,
así como el ferrocarril de México a Veracruz que apareció por el valle a partir de 1872,
había otras fábricas textiles aparte de la Río Blanco que era la de mayor importancia,
como las de Santa Rosa, Cocolapan, Santa Gertrudis y el Yute.
LA ORGANIZACIÓN OBRERA
La fábrica de Río Blanco tenía condiciones laborales muy similares a las del resto del
país, los salarios iban de 50 a 75 centavos diarios, con jornadas de 13 horas diarias, el
pago no era igual para todos, existía explotación inhumana sobre todo para las mujeres
y los niños que a veces eran tan pequeños, que tenían que ponerles cajones para que
alcanzaran las máquinas, “la escuela era para los ricos y los pobres sólo tenían su
trabajo” se decía acerca de por qué los niños no acudían a la escuela.
Se utilizaba un sistema de multas del cual los obreros no tenían ningún medio de
defensa, debían aceptar los castigos y las multas, las multas establecidas en un
catalogo podían ser: por “pasear con un amigo”, por jugar volados, por leer el periódico,
por fumar en los telares, por cantar, por silbar, por escándalos en el salón, por decir
versos, por ver mujeres, por correr, por visitar amigos, por mentir, por retardo. Además
se pagaban 32 centavos cada mes como contribución al municipio, también se pagaba
por los cuartos y la luz que la fábrica alquilaba a sus trabajadores, estaban expuestos a
ser despedidos sin ningún motivo, la jornada iniciaba a las seis de la mañana, a las ocho
y media salían a desayunar, para esto se debían de formar rápidamente para ser los
primeros en ser registrados por los guardias rurales, que se encontraban en la entrada
de la fábrica para que les diera tiempo de ir a desayunar a su casa o en la calle donde
llegaban los canasteros, regresaban a las nueve a trabajar y salían a comer a la una,
para regresar a las dos, y salían finalmente de la jornada a las ocho de la noche.
Cuando habían perdido el tiempo “en flojear” se debían de quedar a velar sin sueldo
alguno, se entregaban vales como salario semanal para que se comprara en la tienda
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de raya de la fábrica, donde por supuesto los precios eran alterados y las mercancías
más caras.
En 1898 la empresa aumentó el número de multas que acostumbraba hacer a sus
trabajadores, en esta ocasión con el pretexto de los defectos en los rollos de tela. Por lo
anterior algunos trabajadores se empezaron a reunir en la cada de Andrés Mota, entre
otros se reunían Manuel Ávila y José Rumbia, quienes deseban formar una asociación
mutualista, pero con cierta reivindicación frente a la clase patronal.
Después de 1905 la situación de los trabajadores se volvió prácticamente insostenible,
por lo que los trabajadores en sus reuniones decidieron formar una asociación obrera, e
invitaron a José Neyra que se había incorporado como trabajador, proveniente de la
zona industrial situada al sur del Distrito Federal, quien se encontraba influenciado por
las actividades de Camilo Arriaga y los hermanos Flores Magón. Sus ideas sobre como
debían organizarse los trabajadores y el tipo de organización que se debía formar
difería mucho de la de Ávila y Rumbia, pero pronto convenció a la base de formar un
organismo defensor de los derechos obreros, pero además de prepararse para la lucha
contra la administración de Porfirio Díaz.
El Partido Liberal Mexicano (PLM) buscaba incidir en la clase obrera del país y había
logrado una importante difusión de sus ideas a través de “Regeneración” y de
organización de asociaciones entre sectores de la clase obrera, como los mineros del
cobre del norte del país.
GRAN CIRCULO DE OBREROS LIBRES
Se realizaron varias reuniones en las que se discutió sobre la organización y su futuro,
que buscaría la defensa de los derechos más elementales de los trabajadores y afiliarse
a la lucha más amplia que se comenzaba a tener contra la administración porfirista,
argumentaban que México no era únicamente el valle de Orizaba y “la iniquidad de la
vida obrera estaba ampliamente relacionada con la falta de garantías políticas” Las dos
eran consecuencia de la perpetuación de Porfirio Díaz en el poder.
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Para abril de 1906 se formó la sociedad Gran Círculo de Obreros Libres (GCOL), el
objetivo primordial quedó establecido en la Acta Constitutiva: organizar a todos los
trabajadores del país para luchar contra el capitalismo y la dictadura de Porfirio Díaz.
Se formó la mesa directiva quedando como presidente Manuel Avila y José Neyra como
vicepresidente. Se acordó que mantendrían comunicaciones secretas con la Junta
Revolucionaria del Partido Liberal Mexicano que residía en St. Louis Missouri, Estados
Unidos, fomentarían publicaciones de oposición y sostendrían a sus compañeros que
cayeran en prisión.
Los líderes del Gran círculo extendieron sus relaciones e invitaron a los trabajadores
de las fábricas de la región a participar en su círculo además prepararon la publicación
de un periódico para difundir sus ideas con los demás trabajadores. Pierde la vida
Manuel Ávila y Neyra queda en la presidencia del GCOL de inmediato acelera la
publicación del periódico de la organización “La Revolución Social” que incluía un
artículo del periódico de oposición “El colmillo Público”.
INFLUENCIA DEL GCOL Al día siguiente de la primera publicación de la “Revolución Social” los líderes de la
sucursal del GCOL de San Lorenzo de Nogales, organizaron una protesta contra el
maltrato que recibían los obreros por los empleados superiores. Los obreros de la
fábrica San Lorenzo pararon sus máquinas y realizaron una marcha rumbo a la fábrica
Río Blanco para realizar un mitin frente a las oficinas de CIDOSA.
CIDOSA
La Compañía Industrial de Orizaba Sociedad Anónima (CIDOSA) se formó con
industriales franceses y un norteamericano dueño de la fábrica San Lorenzo de
Nogales, comprendía las fábricas de Cerritos, La Cocolapan especializadas en hilados y
tejidos y la más importante del país la de Río Blanco que se dedicaba al blanqueo y
estampado de telas, y la fábrica Santa Gertrudis (El Yute) que producía alfombras,
costales etc. y la de Cocolapan. Consideradas las más modernas de México.
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Los trabajadores recibieron algunas concesiones y fueron convencidos de regresar a
sus trabajos y de que Neyra no tenía nada que ver con las otras fábricas puesto que el
trabajaba en la de Río Blanco.
De inmediato fueron buscados los líderes por los rurales y la policía cateó las casas se
hicieron arrestos de algunos líderes y trabajadores, la correspondencia se revisaba
escrupulosamente se detuvieron además a los periodistas Jesús Martínez Carreón
quien murió en la cárcel de Belén y a los que imprimían la Revolución social.
El gobierno estatal buscó un nuevo líder que conviniera a los intereses de los
empresarios y que además fuera aceptado por la clase trabajadora, así entre los
detenidos se encontraba José Morales quien era el nuevo presidente de la GCOL, muy
querido y reconocido como un buen trabajador por sus compañeros y a quien
únicamente le interesaba el movimiento exclusivamente obrero, para conseguir mejorar
las condiciones de trabajo para sus compañeros y no era partidario de la política. Los
políticos orizabeños convencieron a Morales de que era más importante luchar por la
abolición de las multas y el maltrato y no contra el gobierno.
El Centro Industrial Poblano (CIP) Los industriales de Puebla y Tlaxcala que deseban tener el control de la industria textil y
cuya competencia más fuerte eran las empresas de Orizaba y Atlixco (en 1902 se
inauguró “Metepec” la fábrica de géneros de algodón más grande del país) y con la
finalidad de impedir la organización de los trabajadores, como ocurría en la región del
valle de Orizaba decidieron racionalizar el proceso productivo con un mayor control de
los trabajadores, así decidieron el 2 de diciembre publicar un reglamento que regiría en
todas las fábricas de Puebla y Tlaxcala. Empeorando aún más las condiciones de
trabajo de los obreros, se fijaban 14 horas de trabajo diario, prohibición de reuniones,
aún de pequeños grupos, y no recibir visitas en sus viviendas.
Los trabajadores al intentar y al no poder ser escuchados decidieron declarar una
huelga regional el día 4, los obreros únicamente pedían la aceptación de una
representación obrera ante las empresas y evitar extremos en la privación de la libertad.
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El 14 de diciembre los trabajadores de la industria textil solicitaron la intervención del
Presidente de la República, el día 21 Porfirio Díaz aceptó, pero el día 22, los
empresarios resolvieron rechazar la intervención presidencial (aunque Díaz estaba de
acuerdo en su decisión).
Los empresarios del país resolvieron realizar un paro patronal el 24 de diciembre de
1906, como resultado más de 30,000 trabajadores quedaban sin medios de
subsistencia. Algunos empresarios decidieron aceptar la intervención del Presidente el
31 de diciembre.
El presidente se comprometió a dar su laudo el 4 de enero, que leyó, y el 6 los
empresarios le escribieron al Secretario de Gobernación Ramón Corral que el CIM
aprobaba el laudo. Ese mismo día los trabajadores poblanos se reunieron en el teatro
Guerrero donde al escuchar el laudo la mayoría estuvo de acuerdo con él. Los
descontentos lo aceptaron ante el argumento de su líder Pascual Mendoza de que había
que someterse al laudo.
EN LA FABRICA DE RIO BLANCO Los trabajadores del Valle de Orizaba, continuaron sus labores y se solidarizaron con
sus compañeros de Puebla y Tlaxcala, enviándoles ayuda.
Pero el día 24 de diciembre de 1906, al presentarse a trabajar se encontraron con las
puertas cerradas de las fábricas del Valle, donde se comunicaba la suspensión de
actividades hasta nuevo aviso. El paro patronal no era por motivo de los trabajadores,
eso los desconcertaba, las mujeres se acercaban a la tienda de raya de la fábrica de Río
Blanco donde eran ofendidas y corridas por Víctor Garcín francés dueño de la tienda de
raya y además de nueve pulquerías de el Centro comercial en Nogales, y la tienda El
Modelo en Santa Rosa, todo adquirido por el robo de que eran objeto los obreros de la
fábrica.
El 6 de enero de 1907 los obreros acudieron al Teatro Gorostiza en Orizaba para llevar
a cabo una reunión donde se leería el laudo del presidente Porfirio Díaz, que estaba a
reventar, ya que resultó insuficiente para albergar a todos los trabajadores, que
escucharon estupefactos la lectura:
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El lunes 7 de enero todos los trabajadores debían regresar a sus puestos, que los
reglamentos establecidos continuarían vigentes, pero a cambio se les prometía algunas
reformas, se suprimirían los descuentos por concepto de médico, por fiestas, y se
permitiría las visitas en las casas que la fábrica les alquilaba. Además se establecía el
uso de libretas personales en las que el administrador anotaría la conducta, laboriosidad
y eficacia. La manifestación de sus quejas podría hacerse únicamente en un escrito que
se le entregaría al administrador que tendría quince días para contestarlo y daría
solución a sus quejas y en caso de no quedar conformes, podrían separarse de su
trabajo. Los trabajadores se comprometían a no realizar huelgas, para eso estaban los
escritos que era la manera de protestar. Se autorizaba a los jefes políticos para que
ejercieran censura en los periódicos obreros, para que no se publicaran doctrinas
subversivas que extraviasen a los trabajadores.
Al término de la lectura se hizo un silencio de desaprobación, y la gente empezó a gritar
que no se aceptaba el reglamento, que “primero mártires que esclavos” La reunión
terminó entre gritos de desaprobación y enojo,
7 DE ENERO DE 1907
Silbaron las fábricas del valle a las 5:30 horas llamando al trabajo, en la fábrica Santa
Rosa entraron la parte de los operarios, pero únicamente unos mecánicos y del
departamento de hilados, claro entre los abucheos e injurias de sus compañeros por
aceptar el laudo e incorporarse al trabajo.
En otras fábricas de la región los obreros acudieron, entraron algunos. Pero en la puerta
de la fábrica de Río Blanco se formaron en las entradas dos hileras de mujeres de
ambos lados, gritándoles a los pocos obreros que pretendían entrar a trabajar
“muertos de hambre”, “sinvergüenzas”, miserables, el escándalo aumentaba, conforme
pasaba el tiempo y llegaban más trabajadores. Los porteros cerraron la puerta y en ese
momento se escuchó el grito “a la tienda”, una mujer pedía al empleado que le fiara
algunos alimentos, el empleado le contestó con ofensas, y al ver llegar a más gente un
empleado de Víctor Garcín descargó su pistola matando a un obrero, esto enardeció a
la gente, rompieron los vidrios del aparador, y por ahí entraron los obreros, abrieron la
puerta y saquearon la tienda. Llegó la policía trato de contener a los obreros, no pudo
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y llegaron los rurales con machetes en mano tratando de calmar la situación, la gente
obligó a los rurales a retirarse, a pedradas y a presenciar de lejos lo que ocurría, los
obreros acarreaban comestibles, tomaban el pulque, licores, sacaban las máquinas de
cocer, de escribir, paraguas, cazos, lo que podían y finalmente prendieron fuego a la
tienda de raya, que simbolizaba la explotación porfirista, no fue necesario, proclamas,
convocatorias, arengas, el furor causado por el laudo, los gritos de impotencia de las
mujeres que habían soportado el hambre junto a sus hijos, animaban a sus hombres a
repudiar el laudo,
El jefe político Carlos Herrera, se enteró y dio órdenes de que el 13° batallón se
presentara en la fábrica, se dirigió a la fábrica y en las cercanías recibió varias
pedradas, ya el conflicto se había escapado de control. Dentro de la fábrica un obrero
fue herido por un empleado y cundió el rumor en el exterior de que estaban matando a
los trabajadores en la fábrica, los trabajadores enardecidos empezaron a lanzar piedras
a la fábrica. Se encontraban cerca de la fábrica un grupo de gendarmes así como el 13°
batallón procedentes de Orizaba pero sin intervenir.
Los obreros se dirigieron a Nogales, al palacio municipal donde pusieron en libertad a
los presos y saquearon la casa de empeño, llegaron al “Centro Comercial” que también
saquearon y quemaron, y que se encontraba frente a la fábrica San Lorenzo. Los obreros continuaron su avanzada se dirigieron a Santa Rosa seguidos de un gran
número de mujeres, el contingente ascendía a más de mil personas, se dirigieron a la
tienda “El Modelo”, que saquearon e incendiaron, el incendio cubrió toda la manzana,
En las demás fábricas de la región también se quemaron las tiendas de raya, a
semejanza de la de Río Blanco; Santa Rosa, Cocolapan, el Yute de Orizaba.
El centro de Orizaba también se vio envuelta por la llegada de los trabajadores de la
Fábrica “Santa Gertrudis” cuyos trabajadores se encontraban afiliados a la GCOL, que
abandonaron su trabajo a las 16:30 horas y se dirigieron a la casa de empeño, que
encontraron cerrado, lograron entrar y en ese momento llegó la policía que sofocó el
movimiento
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Posteriormente la gente se dirigió a las casas que se encontraban por el rastro de Río
Blanco con la intención de quemarlas, fue detenida por las patrullas y se evitó el
incendio, los incendios, fue una característica de la jornada, ante la impotencia de la
clase trabajadora y la necesidad que sentían de hacerse justicia por propia mano.
En la curva de Nogales los soldados hicieron sus descargas a la multitud que se dirigía
a Orizaba, matando niños mujeres y hombres, iniciando con esto una terrible
persecución que continuó hasta el día 8, inclusive por los cerros donde la gente trataba
de esconderse fueron perseguidos.
Los obreros se reunieron nuevamente frente a la fábrica de Río Blanco, donde fueron
atacados por 50 soldados que estaban resguardando la fábrica y que los recibieron a
ráfagas de balazos que ocasionó la muerte de varios trabajadores y heridos, lo que los
obligó a dispersarse.
EL DIA MARTES 8
Por la madrugada llegaba el ferrocarril enviado por el gobierno federal con dos
compañías del 24° batallón, Se habían concentrado más de 4,000 soldados, el miedo
se dejó sentir entre la gente, que trató de deshacerse de lo que había obtenido, de los
saqueos.
La brutalidad de los soldados enviados por el gobierno federal para acabar con el
movimiento era terrible, cateaban las casas, recogían documentos y periódicos,
sacaban a los heridos, se llevaban aún los cadáveres, se detenía a toda persona que
fuera sospechosa y a los militantes, la cacería se prologó hasta el amanecer, bajaban
las cuerdas de presos a Orizaba los tranvías hacían sus recorridos cargados de
soldados, llegaron de Veracruz, 200 soldados más dirigidos por los coroneles Joaquín
Mass y Felipe Mier y al día siguiente 40 rurales de Tehuacan.
En el ferrocarril urbano enviaba el presidente municipal de Santa Rosa los cadáveres
de las víctimas a Orizaba. Y pasaban por Orizaba ante los ojos atónitos de la población
los vagones del ferrocarril con los cadáveres de los obreros masacrados de las fábricas
de Río Blanco, y otras como Santa Rosa que serían arrojados al mar.
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Fueron Detenidos como cabecilla Rafael Moreno y Manuel Juárez dirigente de la GCOL
de Santa Rosa.
En la mañana siguiente frente a las puertas de las tiendas de raya de las fábricas del
valle de Orizaba, se escuchaban las descargas de las ejecuciones “ejemplares” de los
dirigentes obreros entre ellos: Manuel Juárez y Rafael Troncoso en Santa Rosa, Rafael
Moreno en Nogales, otros tres obreros frente al “Centro Comercial”, en Río Blanco otro
más, y otros más cuando se encaminaban a la fábrica fueron fusilados de inmediato.
De los 7083 obreros de las fábricas únicamente regresaron a trabajar 5 512, los 1571
restantes, huyeron, fueron consignados o muertos. Además de la población inerme que
también perdió la vida,
Todos los líderes fueron capturados uno por uno, le recogían documentos, periódicos y
todo lo que los comprometiera y sirviera para capturar a otros.
El GCOL desapareció pues servía de mal ejemplo, a los demás trabajadores.
El 12 de enero el segundo GCOL de Puebla encabezado por Pascual Mendoza cambió
de nombre a Gran Confederación Nacional de Obreros Esteban Antuñano, en su nueva
denominación se establecía que la mesa directiva Prohibía las huelgas.
En los meses siguientes los trabajadores que intentaron iniciar huelgas fueron
deportados de Veracruz hacia Quintana Roo en el vapor Progreso, como fue el caso de
una huelga de garroteros y fogoneros del Ferrocarril Mexicano el 26 de mayo de 1907.
El movimiento de Río Blanco se llevó a cabo ante la injusticia de un gobierno protector
únicamente de la clase económicamente fuerte frente a los abusos e impotencia de la
clase trabajadora que lo único que poseía era su fuerza humana de trabajo, mal pagada
y sobre explotada, vejada y humillada, organizada por primera vez, como movimiento
nacional se enfrentó a los capitalistas, fue el primer movimiento obrero nacional que se
realizó en el país y que sería el antecedente de la caída de la Dictadura que tenía cerca
su fin.
Mtra. María Elena Mercado Juárez