El Libro de los MÆrtires Por Juan Fox ˝ndice: Captulo 1: Historia De Los MÆrtires Cristianos Hasta La Primera Persecucin General Bajo Nern Captulo 2: Las Diez Primeras Persecuciones Captulo 3: Persecuciones Contra Los Cristianos En Persia Captulo 4: Persecuciones Papales Captulo 5: Una Historia de la Inquisicin Captulo 6: Historia de las persecuciones en Italia bajo el papado Captulo 7: Historia de la vida y persecuciones contra Juan Wicliffe Captulo 8: Historia de las persecuciones en Bohemia bajo el papado Captulo 9: Historia de la vida y persecuciones de Martn Lutero Captulo 10: Persecuciones generales en Alemania Captulo 11: Historia de las persecuciones en los Pases Bajos Captulo 12: La vida e historia del verdadero siervo y mÆrtir de Dios, William Tyndale Captulo 13: Historia de la vida de Juan Calvino Captulo 14: Historia de las persecuciones en Gran Bretaæa e Irlanda, antes del reinado de la reina Mara I Captulo 15: Historia de las persecuciones en Escocia durante el reinado de Enrique VIII Captulo 16: Persecuciones en Inglaterra durante el reinado de la reina Mara Captulo 17: Surgimiento y progreso de la religin protestante en Irlanda; con un relato de las bÆrbaras matanzas de 1641 Captulo 18: El surgimiento, progreso, persecuciones y sufrimientos de los CuÆqueros Captulo 19: Historia de la vida y persecuciones de John Bunyan Captulo 20: Historia de la vida de John Wesley Captulo 21: Las persecuciones contra los protestantes franceses en el sur de Francia, durante los aæos 1814 y 1820 Captulo 22: El comienzo de las misiones americanas en el extranjero BOSQUEJO DEL AUTOR John Fox (o Foxe) naci en Boston, en el condado de Lincolnshire (Inglaterra) en 1517, donde se dice que sus padres vivan en circunstancias respetables. Qued huØrfano de padre a una edad temprana, y a pesar de que su madre pronto volvi a casarse, permaneci bajo el techo paterno. Por su temprana exhibicin de talento y disposicin al estudio, sus amigos se sintieron impelidos a enviarlo a Oxford, para cultivarlo y llevarlo a la madurez. Durante su residencia en Oxford, se distingui por la excelencia y agudeza de su intelecto, que mejor con la emulacin de sus compaæeros de estudios, junto con un celo y actividad incansables. Estas cualidades pronto le ganaron la admiracin de todos, y como
1. El Libro de los Mrtires Por Juan Fox ndice: Captulo 1:
Historia De Los Mrtires Cristianos Hasta La Primera Persecucin
General Bajo Nern Captulo 2: Las Diez Primeras Persecuciones
Captulo 3: Persecuciones Contra Los Cristianos En Persia Captulo 4:
Persecuciones Papales Captulo 5: Una Historia de la Inquisicin
Captulo 6: Historia de las persecuciones en Italia bajo el papado
Captulo 7: Historia de la vida y persecuciones contra Juan Wicliffe
Captulo 8: Historia de las persecuciones en Bohemia bajo el papado
Captulo 9: Historia de la vida y persecuciones de Martn Lutero
Captulo 10: Persecuciones generales en Alemania Captulo 11:
Historia de las persecuciones en los Pases Bajos Captulo 12: La
vida e historia del verdadero siervo y mrtir de Dios, William
Tyndale Captulo 13: Historia de la vida de Juan Calvino Captulo 14:
Historia de las persecuciones en Gran Bretaa e Irlanda, antes del
reinado de la reina Mara I Captulo 15: Historia de las
persecuciones en Escocia durante el reinado de Enrique VIII Captulo
16: Persecuciones en Inglaterra durante el reinado de la reina Mara
Captulo 17: Surgimiento y progreso de la religin protestante en
Irlanda; con un relato de las brbaras matanzas de 1641 Captulo 18:
El surgimiento, progreso, persecuciones y sufrimientos de los
Cuqueros Captulo 19: Historia de la vida y persecuciones de John
Bunyan Captulo 20: Historia de la vida de John Wesley Captulo 21:
Las persecuciones contra los protestantes franceses en el sur de
Francia, durante los aos 1814 y 1820 Captulo 22: El comienzo de las
misiones americanas en el extranjero BOSQUEJO DEL AUTOR John Fox (o
Foxe) naci en Boston, en el condado de Lincolnshire (Inglaterra) en
1517, donde se dice que sus padres vivan en circunstancias
respetables. Qued hurfano de padre a una edad temprana, y a pesar
de que su madre pronto volvi a casarse, permaneci bajo el techo
paterno. Por su temprana exhibicin de talento y disposicin al
estudio, sus amigos se sintieron impelidos a enviarlo a Oxford,
para cultivarlo y llevarlo a la madurez. Durante su residencia en
Oxford, se distingui por la excelencia y agudeza de su intelecto,
que mejor con la emulacin de sus compaeros de estudios, junto con
un celo y actividad incansables. Estas cualidades pronto le ganaron
la admiracin de todos, y como
2. recompensa por sus esfuerzos y conducta gentil fue escogido
Fellow del Magdalen College, lo que era considerado como un gran
honor en la universidad, y que pocas veces era concedido: slo en
casos de gran distincin. La primera exhibicin de su genio fue en
poesa, y compuso algunas comedias latinas, que an existen. Pero
pronto dirigi su atencin a una cuestin ms seria, al estudio de las
Sagradas Escrituras: y la verdad es que se aplic a la teologa con
ms fervor que prudencia, y descubri su parcialidad hacia la
Reforma, que para entonces haba comenzado, antes que conociera a
los que la apoyaban, o a los que le haban protegido. Y esta
circunstancia vino a estar en el origen de sus primeros problemas.
Se dice que afirm en muchas ocasiones que lo primero que lo llev a
su examen de la doctrina papista fue que vio diversas cosas de lo
ms contradictorias entre s impuestas sobre los hombres a la vez;
por esta razn su resolucin y afn de obediencia a la Iglesia
sufrieron una cierta sacudida, y gradualmente se estableci un
desagrado hacia el resto. Su primer cuidado fue investigar la
historia antigua y la moderna de la Iglesia; determinar su origen y
progreso; considerar las causas de todas aquellas controversias que
haban surgido en el intervalo, y sopesar diligentemente sus
efectos, solidez, debilidades, etc. Antes de llegar a los treinta
aos haba estudiado los padres griegos y latinos, y otros eruditos
autores, las transacciones de los Concilios y los decretos de los
consistorios, y haba adquirido un conocimiento muy competente de la
lengua hebrea. A estas actividades dedicaba frecuentemente una
parte considerable de la noche, o incluso la noche entera; y a fin
de relajar su mente despus de un estudio tan incesante, acuda a una
arboleda cercana al colegio, lugar muy frecuentado por los
estudiantes al atardecer, debido a su recndita lobreguez. En estos
paseos solitarios se le oa con frecuencia emitir profundos sollozos
y suspiros, y con lgrimas derramar sus oraciones a Dios. Estos
retiros nocturnos, posteriormente, dieron origen a las primeras
sospechas de su alejamiento de la Iglesia de Roma. Apremiado a que
diera una explicacin de su conducta, rechaz inventar excusa alguna;
expuso sus opiniones; as, por sentencia del colegio, fue declarado
convicto, condenado como hereje, y expulsado. Sus amigos, al
conocer este hecho, se sintieron sumamente ofendidos, y le
ofrecieron, cuando haba sido as rechazado por los suyos, un refugio
en casa de Sir Tliomas Lucy, de Warwickshim, adonde fue llamado
como preceptor de sus hijos. La casa est cerca de Stmtford-
on-Avon, y fue este lugar el que, pocos aos despus, fue la escena
de las tradicionales expediciones de pesca clandestina del nio
Shakespeare. Fox muri cuando Shakespeare tena tres aos.
Posteriormente, Fox contrajo matrimonio en la casa de Sir Lucy.
Pero el temor de los inquisidores papistas le hizo huir pronto de
all, por cuanto no se contentaban con castigar delitos pblicos,
sino que comenzaban tambin a inmiscuirse en los secretos de
familias privadas. Comenz ahora a considerar qu deba hacer para
librarse de mayores inconvenientes, y resolvi dirigirse a la casa
de su suegro. El padre de su mujer era ciudadano de Coventry, y sus
simpatas no estaban contra l, y era ms que probable que se le
pudiera persuadir, por causa de su hija. Resolvi primero ir a casa
de l, y antes, mediante cartas, ver si su suegro le recibira o no.
As lo hizo, y como respuesta recibi el siguiente mensaje: Que le
pareca cosa dura aceptar en su casa a alguien que saba que era
culpable y que estaba condenado por un delito capital; y que
tampoco ignoraba el riesgo en que incurrira al aceptarlo; sin
embargo, actuara como pariente, y pasara por alto su propio
peligro. Si cambiaba de idea, poda acudir, bajo la condicin de que
estara tanto tiempo como deseaba; pero si no poda persuadirse, que
tena que contentarse con una estancia ms breve, y no poner en
peligro ni a l ni a su madre.
3. No se deba rechazar ninguna condicin; adems, fue
secretamente aconsejado por su suegra que acudiera, y que no
temiera la severidad de su suegro, porque quiz era necesario
escribir como lo haca, pero si se daba la ocasin, compensara sus
palabras con sus acciones. De hecho, fue mejor recibido por ambos
que lo que haba esperado. De esta manera se mantuvo oculto durante
un cierto tiempo, y despus emprendi viaje a Londres, durante la
ltima parte del minado de Enrique VIII. Siendo desconocido en la
capital, se encontr con muchas estrecheces, e incluso qued reducido
al peligro de morir de hambre, si la Providencia no se hubiera
interpuesto en su favor de la siguiente manera: Un da, estando Fox
sentado en la Iglesia de San Pablo, agotado tras largo ayuno, un
extrao se sent a su lado, y le salud cortsmente, poniendo una suma
de dinero en su mano, y exhortndole a que cobrara buen nimo. Al
mismo tiempo le inform que al cabo de pocos das se le abriran
nuevas perspectivas para su futuro mantenimiento. Nunca pudo saber
quin era este extrao, pero al cabo de tres das recibi una invitacin
de la Duquesa de Richmond para que se encargara de la educacin de
los hijos del Conde de Surrey, que estaba encarcelado en la Torre,
junto con su padre, el Duque de Norfolk, por los celos y la
ingratitud del rey. Los hijos as confiados a sus cuidados fueron
Thomas, que sucedi en el ducado; Henry, despus Conde de
Northampton; y Jane, que lleg a ser Condesa de Westmoreland. Y en
el cumplimiento de estos deberes dio plena satisfaccin a la
duquesa, la ta de los nios. Estos das apacibles prosiguieron
durante la ltima parte del reinado de Enrique VIII y los cinco aos
del reinado de Eduardo VI, hasta que Mara hered la corona, la cual,
poco despus de su accesin, dio todo el poder en manos de los
papistas. Para este tiempo Fox, que estaba todava bajo la proteccin
de su noble pupilo, el duque, comenz a suscitar la envidia y el
odio de muchos, particularmente, del doctor Gardiner, que era
entonces Obispo de Winchester, y que posteriormente lleg a ser su
ms acerbo enemigo. Fox se dio cuenta de esto, y viendo que
comenzaba una terrible persecucin, comenz a pensar en abandonar el
reino. Tan pronto como el duque conoci sus intenciones, trat de
persuadirle para que permaneciera all, y sus argumentos fueron tan
poderosos y dichos con tanta sinceridad, que abandon el pensamiento
de abandonar su asilo por ahora. En aquel tiempo el Obispo de
Winchester tena una gran amistad con el duque (habiendo sido por el
patronazgo de su familia que haba negado a la dignidad de que
entonces gozaba,) y frecuentemente lo visitaba para presentarle su
servicio cuando pidi varias veces poder ver a su antiguo tutor. Al
principio el duque se neg a su peticin, alegando en una ocasin su
ausencia, y otra vez indisposicin. Al final sucedi que Fox, no
sabiendo que el obispo estaba en la casa, entr en la estancia en la
que el duque y el obispo estaban conversando; pero, al ver al
obispo, se retir. Gardiner pregunt de quien se trataba,
contestndole el duque que era su mdico, que era algo rudo, siendo
recin llegado de la universidad. Me gustan mucho su cara y aspecto,
contest el obispo, y cuando tenga ocasin lo har llamar. El duque
entendi estas palabras como presagio de un peligro inminente, y
consider que era ya hora de que Fox abandonara la ciudad, e incluso
el pas. As, hizo preparar todo lo necesario para su huida en
secreto, enviando a uno de sus siervos a Ipswich para que alquilara
una nave e hiciera todos los preparativos para la partida. Tambin
arregl la casa de uno de sus siervos, un granjero, para alojamiento
hasta que el viento fuera favorable. Todo dispuesto, Fox se despidi
de su noble protector, y con su mujer, que estaba entonces
embarazada, parti en secreto hacia la nave. Apenas si se haban dado
a la vela cuando sobrevino una tempestad violenta, que dur todo el
da y toda la noche, y que al da siguiente los empuj de vuelta al
mismo puerto del que haban partido. Durante el tiempo en que la
nave haba estado en la mar, un oficial, enviado por
4. el obispo de Winchester, haba irrumpido en la casa del
granjero con una orden de arresto contra Fox all donde se
encontrara, para devolverlo a la ciudad. Al saber las noticias,
alquil un caballo, bajo la apariencia de partir de inmediato de la
ciudad; pero volvi secretamente aquella misma noche, y acord con el
capitn de la nave que zarpara rumbo a donde fuera tan pronto como
el viento cambiara, slo deseando que saliera, sin duda alguna de
que Dios prosperara su empresa. El marino acept, y al cabo de dos
das sus pasajeros bajaban a tierra, sanos y salvos, en Nieuport.
Despus de pasar unos pocos das en aquel lugar, Fox emprendi viaje a
Basilea, donde encontr un grupo de refugiados ingleses, que haban
abandonado su pas para evitar la crueldad de los perseguidos, y se
asoci con ellos y comenz a escribir su Historia de los Actos y
Monumentos de la Iglesia: que fue publicada primero en latn en
Basilea en 1554, y en ingls en 1563. Durante aquel intervalo, la
religin reformada volvi a florecer en Inglaterra, y a decaer mucho
la faccin papista tras la muerte de la Reina Mara. Esto indujo a la
mayora de los exiliados protestantes a volver a su pas natal. Entre
otros, al acceder Elisabet al trono, tambin volvi Fox. Al llegar,
encontr en su anterior pupilo, el Duque de Norfolk, a un fiel y
activo amigo, hasta que la muerte le priv de su benefactor. Despus
de este acontecimiento, Fox hered una pensin que el duque le haba
testado, y que fue ratificada por su hijo, el Conde de Suffolk. Y
no se detuvo aqu el buen suceso del buen Fox. Al ser recomendado a
la reina por su secretario de estado, el gran Cecil, su majestad lo
nombr cannigo de Shipton, en la catedral de Salisbury, lo cual fue
en cierta manera obligado a aceptar, porque fue muy difcil
convencerlo para que lo aceptara. Al volverse a instalar en
Inglaterra, se dedic a revisar y a ampliar su admirable
Martirologio. Con un cuidado prodigioso y un estudio constante dio
fin a su clebre obra en once aos. Tratando de alcanzar una mayor
correccin, escribi cada lnea de este extenso libro por s mismo, y
transcribi por s mi todos los registros y documentos. Pero, en
consecuencia a un trabajo tan afano al no dejar parte de su tiempo
libre de estudio, y al no permitirse ni el recreo ni el recito que
la naturaleza demanda, su salud qued tan reducida, y tan demacrado
y alterado, que aquellos amigos y parientes suyos que slo vean de
tanto en tanto apenas si podan reconocerle. Pero, aunque cada da
agotaba ms, prosigui con sus estudios con tanta diligencia como
sola, que se le pudiera persuadir para que redujera el ritmo de sus
trabajos. Los papistas, previendo lo perjudicial que sera para la
causa de ellos aquella historia de sus errores y crueldades,
recurrieron a todos los ardides para rebajar reputacin de su obra;
pero su malicia dio un sealado servicio' tanto para mismo Fox como
para la Iglesia de Dios en general, por cuanto hizo que libro fuera
ms intrnsecamente valioso, al inducirle a sopesar, con la m
escrupulosa atencin, la certidumbre de los hechos que registraba, y
la validez de las autoridades de las que consegua su informacin.
Pero en tanto que estaba as infatigablemente dedicado a impulsar la
causa de la verdad, no descuid por ello los otros deberes de su
posicin; era caritativo, compasivo y solcito ante las necesidades,
tanto espirituales como temporal de sus prjimos. Con vistas a ser
til de manera ms extensa, aunque no tena deseos de cultivar la
amistad de los ricos y de los grandes en su propio favor, no declin
la amistad de los que se la ofrecan desde las ms altas posiciones y
nunca dej de emplear su influencia entre ellos en favor de los
pobres necesitados. Como consecuencia de su probidad y caridad bien
conocidas, fueron frecuentemente entregadas sumas de dinero por
parte de personas ricas, dinero que aceptaba y distribua entre los
que padecan
5. necesidades. Tambin acuda ocasionalmente a la mesa de sus
amigos, no tanto en busca de placer como por cortesa, y para
convencerles de que su ausencia no estaba ocasionada por temor a
exponerse a las tentaciones del apetito. En resumen: su carcter
como hombre y como cristiano era irreprochable. Aunque los
recientes recuerdos de las persecuciones bajo Mara la Sangrienta
aadieron amargura a su pluma, es de destacar que l era
personalmente ms conciliador de los hombres, y que aunque rechazaba
de corazn a la Iglesia de Roma en la que haba nacido, fue uno de
los primeros en intentar la concordia de los hermanos protestantes.
De hecho, fue un verdadero apstol de la tolerancia. Cuando la peste
azot Inglaterra en 1563, y muchos abandonaron sus deberes, Fox
permaneci en su puesto, ayudando a los desvalidos y actuando con
limosnero de los ricos. Se dijo de l que jams pudo rechazar ayudar
a nadie que se lo pidiera en nombre de Cristo. Tolerante y con un
gran corazn, ejerci su influencia cerca de la Reina Elisabet para
confirmarla en su intencin de mantener la cruel prctica de dar
muerte a los que mantuvieran convicciones religiosas opuestas. La
mina le tena gran respeto, y se refera a l como Nuestro Padre Foxe.
Fox tuvo gozo en los frutos de su obra mientras viva an. Su libro
vio cuatro grandes ediciones antes de su muerte, y los obispos
dieron orden de que f puesto en cada iglesia catedral en
Inglaterra, donde a menudo se encontraba encadenado, como la misma
Biblia en aquellos tiempos, a un atril, al que tena acceso el
pueblo. Al final, habiendo dado largo servicio tanto a la Iglesia
como al mundo mediante su ministerio, por medio de su pluma, y por
el brillo impecable de una vida benevolente, til y santa, entreg
humildemente su alma a Cristo, dieciocho de abril de 1587, a los
setenta aos de edad. Fue sepultado el presbiterio de St. Giles, en
Cripplegate, parroquia en la que haba sido vicaio por cierto
tiempo, al comienzo del reinado de Elisabet. *** CAPTULO 1 Historia
De Los Mrtires Cristianos. Hasta La Primera Persecucin General Bajo
Nern Cristo nuestro Salvador, en el Evangelio de San Mateo, oyendo
la confesin de Simn Pedro, el cual, antes que todos los dems,
reconoci abiertamente que l era el Hijo de Dios, y percibiendo la
mano providencial de Su Padre en ello, lo llam (aludiendo a su
nombre) una roca, roca sobre la cual El edificara Su Iglesia con
tal fuerza que las puertas del infierno no prevaleceran contra
ella. Y con estas palabras se deben observar tres cosas: Primero,
que Cristo tendra una iglesia en este mundo. Segundo, que la misma
Iglesia sufrira una intensa oposicin, no slo por parte del mundo,
sino tambin con todas las fuerzas y poder del infierno entero. Y en
tercer lugar que esta misma Iglesia, a pesar de todo el poder y
maldad del diablo, se mantendra. Esta profeca de Cristo la vemos
verificada de manera maravillosa, por cuanto todo el curso de la
Iglesia hasta el da de hoy no parece ms que un cumplimiento de esta
profeca. Primero, el hecho de que Cristo ha establecido una Iglesia
no necesita demostracin. Segundo, con qu fuerza se han opuesto
contra la Iglesia prncipes, reyes, monarcas, gobernadores y
6. autoridades de este mundo! Y, en tercer lugar, cmo la
Iglesia, a pesar de todo, ha soportado y retenido lo suyo! Es
maravilloso observar qu tormentas y tempestades ha vencido. Y para
una ms evidente exposicin de esto he preparado esta historia, con
el fin, primero, de que las maravillosas obras de Dios en Su
Iglesia redunden para Su gloria; y tambin para que al exponerse la
continuacin e historia de la Iglesia, pueda redundar ello en mayor
conocimiento y experiencia para provecho del lector y para la
edificacin de la fe cristiana. Como no es nuestro propsito entrar
en la historia de nuestro Salvador, ni antes ni despus de Su
crucifixin, slo ser necesario recordar a nuestros lectores el
desbarate de los judos por Su posterior resurreccin. Aunque un
apstol le haba traicionado; aunque otro le haba negado, bajo la
solemne sancin de un juramento, y aunque el resto le haba
abandonado, excepto si exceptuamos aquel discpulo que era conocido
del sumo sacerdote, la historia de Su resurreccin dio una nueva
direccin a todos sus corazones, y, despus de la misin del Espritu
Santo, imparti una nueva confianza a sus mentes. Los poderes de los
que fueron investidos les dieron confianza para proclamar Su
nombre, para confusin de los gobernantes judos, y para asombro de
los proslitos gentiles. I. San Esteban San Esteban fue el siguiente
en padecer. Su muerte fue ocasionada por la fidelidad con la que
predic el Evangelio a los entregadores y matadores de Cristo.
Fueron excitados ellos a tal grado de furia, que lo echaron fuera
de la ciudad, apedrendolo hasta matarlo. La poca en que sufri se
supone generalmente como la pascua posterior a la de la crucifixin
de nuestro Seor, y en la poca de Su ascensin, en la siguiente
primavera. A continuacin se suscit una gran persecucin contra todos
los que profesaban la creencia en Cristo como Mesas, o como
profeta. San Lucas nos dice de inmediato que en aquel da se hizo
una grande persecucin en la iglesia que estaba en Jerusaln, y que
todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria,
salvo los apstoles. Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo
Nicanor, uno de los siete diconos, padecieron el martirio durante
la tribulacin que sobrevino en tiempo de Esteban. II. Jacobo el
Mayor El siguiente mrtir que encontramos en el relato segn San
Lucas, en la Historia de los Hechos de los Apstoles, es Jacobo hijo
de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente de nuestro Seor,
porque su madre Salom era prima hermana de la Virgen Mara. No fue
hasta diez aos despus de la muerte de Esteban que tuvo lugar este
segundo martirio. Ocurri que tan pronto como Herodes Agripa fue
designado gobernador de Judea que, con el propsito de congraciarse
con los judos, suscit una intensa persecucin contra los cristianos,
decidiendo dar un golpe eficaz, y lanzndose contra sus dirigentes.
No se debera pasar por alto el relato que da un eminente escritor
primitivo, Clemente de Alejandra. Nos dice que cuando Jacobo estaba
siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado
al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle perdn,
profesndose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en
solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron
decapitados juntos. As recibi resuelto y bien dispuesto el primer
mrtir apostlico aquella copa, que l le haba dicho a nuestro
Salvador que estaba dispuesto a beber. Timn y Parmenas sufrieron el
martirio alrededor del mismo tiempo; el primero en Filipos, y el
segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 44
d.C. III. Felipe
7. Naci en Betsaida de Galilea, y fue llamado primero por el
nombre de discpulo. Trabaj diligentemente en Asia Superior, y sufri
el martirio en Helipolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la
crcel, y despus crucificado, en el 54 d.C. IV. Mateo Su profesin
era recaudador de impuestos, y haba nacido en Nazaret. Escribi su
evangelio en hebreo, que fue despus traducido al griego por Jacobo
el Menor. Los escenarios de sus labores fueron Partia y Etiopa, pas
en el que sufri el martirio, siendo muerto con una alabarda en la
ciudad de Nadaba en el ao 60 d.C. V. Jacobo el Menor Algunos
suponen que se trataba del hermano de nuestro Seor por una anterior
mujer de Jos. Esto es muy dudoso, y concuerda demasiado con la
supersticin catlica de que Mara jams nunca tuvo otros hijos ms que
nuestro Salvador. Fue escogido para supervisar las iglesias de
Jerusaln, y fue autor de la Epstola adscrita a Jacobo, o Santiago,
en el canon sagrado. A la edad de noventa y nueve aos fue golpeado
y apedreado por los judos, y finalmente le abrieron el crneo con un
garrote de batanero. VI. Matas De l se sabe menos que de la mayora
de los discpulos; fue escogido para llenar la vacante dejada por
Judas. Fue apedreado en Jerusaln y luego decapitado. VII. Andrs
Hermano de Pedro, predic el evangelio a muchas naciones de Asia;
pero al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz cuyos
extremos fueron fijados transversalmente en el suelo. De ah el
origen del trmino de Cruz de San Andrs. VIII. San Marcos Naci de
padres judos de la tribu de Lev. Se supone que fue convertido al
cristianismo por Pedro, a quien sirvi como amanuense, y bajo cuyo
cuidado escribi su Evangelio en griego. Marcos fue arrastrado y
despedazado por el populacho de Alejandra, en la gran solemnidad de
su dolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos. IX.
Pedro Entre muchos otros santos, el bienaventurado apstol Pedro fue
condenado a muerte y crucificado, como algunos escriben, en Roma;
aunque otros, y no sin buenas razones, tienen sus dudas acerca de
ello. Hegesipo dice que Nern busc razones contra Pedro para darle
muerte; y que cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron
insistentemente a Pedro que huyera de la ciudad. Pedro, ante la
insistencia de ellos, qued finalmente persuadido y se dispuso a
huir. Pero, llegando a la puerta, vio al Seor Cristo acudiendo a l,
a quien, adorndole, le dijo: Seor, a dnde vas? A lo que l respondi:
A ser de nuevo crucificado. Con esto, Pedro, dndose cuenta de que
se refera a su propio sufrimiento, volvi a la ciudad. Jernimo dice
que fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por peticin
propia, porque era, dijo, indigno de ser crucificado de la misma
forma y manera que el Seor. X. Pablo.
8. Tambin el apstol Pablo, que antes se llamaba Saulo, tras su
enorme trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio de
Cristo, sufri tambin bajo esta primera persecucin bajo Nern. Dice
Abdas que cuando se dispuso su ejecucin, que Nern envi a dos de sus
caballeros, Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de que
iba a ser muerto. Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al
pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran. l
les dijo que poco despus ellos creeran y seran bautizados delante
de su sepulcro. Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de
la ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, despus de haber
orado, dio su cuello a la espada. XI. Judas Hermano de Jacobo, era
comnmente llamado Tadeo. Fue crucificado en Edesa el 72 d.C. XII.
Bartolom Predic en varios pases, y habiendo traducido el Evangelio
de Mateo lenguaje de la India, lo propag en aquel pas. Finalmente
fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados
idlatras. XIII. Toms Llamado Didimo, predic el Evangelio en Partia
y la India, donde, provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue
martirizado, atravesado con lanza. XIV. Lucas El evangelista, fue
autor del Evangelio que lleva su nombre. Viaj con por varios pases,
y se supone que fue colgado de un olivo por los idoltricos
sacerdotes de Grecia. XV. Simn De sobrenombre Zelota, predic el
Evangelio en Mauritania, Africa, incluso en Gran Bretaa, pas en el
que fue crucificado en el 74 d.C. XVI. Juan El discpulo amado era
hermano de Jacobo el Mayor. Las iglesias Esmirna, Prgamo, Sardis,
Filadelfia, Laodicea y Tiatira fueron fundadas l. Fue enviado de
feso a Roma, donde se afirma que fue echado en un calde de aceite
hirviendo. Escap milagrosamente, sin dao alguno. Domiciano desterr
posteriormente a la isla de Patmos, donde escribi el Libro
Apocalipsis. Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liber. Fue el nico
apstol que escap una muerte violenta. XVII. Bernab Era de Chipre,
pero de ascendencia juda. Se supone que su muerte tu lugar
alrededor del 73 d.C. Y a pesar de todas estas continuas
persecuciones y terribles castigos, Iglesia creca diariamente,
profundamente arraigada en la doctrina de apstoles y de los varones
apostlicos, y regada abundantemente con la s de los santos. ***
CAPTULO II Las Diez Primeras Persecuciones
9. La primera persecucin de la Iglesia tuvo lugar en el ao 67,
bajo Nern, el sexto emperador de Roma. Este monarca rein por el
espacio de cinco aos de una manera tolerable, pero luego dio rienda
suelta al mayor desenfreno y a las ms atroces barbaridades. Entre
otros caprichos diablicos, orden que la ciudad de Roma fuera
incendiada, orden que fue cumplida por sus oficiales, guardas y
siervos. Mientras la ciudad imperial estaba en llamas, subi a la
torre de Mecenas, tocando la lira y cantando el cntico del incendio
de Troya, declarando abiertamente que deseaba la ruina de todas las
cosas antes de su muerte. Adems del gran edificio del Circo, muchos
otros palacios y casas quedaron destruidos; varios miles de
personas perecieron en las llamas, o se ahogaron en el humo, o
quedaron sepultados bajo las ruinas. Este terrible incendio dur
nueve aos. Cuando Nern descubri que, su conducta era intensamente
censurada, y que era objeto de un profundo odio, decidi inculpar a
los cristianos, a la vez para excusarse para aprovechar la
oportunidad para llenar su mirada con nuevas crueldades. Esta fue
la causa de la primera persecucin; y las brutalidades cometidas
contra los cristianos fueron tales que incluso movieron a los
mismos romanos a compasin. Nern incluso refin sus crueldades e
invent todo tipo de castigos contra los cristianos que pudiera
inventar la ms infernal imaginacin. En particular, hizo que algunos
fueran cosidos en pieles de animales silvestres, antojndolos a los
perros hasta que expiraran; a otros los visti de camisas atiesadas
con cera, atndolos a postes, y los encendi en sus jardines, para
iluminarlos. Esta persecucin fue general por todo el Imperio
Romano; pero ms bien aument que disminuy el espritu del
cristianismo. Fue durante esta persecucin que fueron martirizados
San Pablo y San Pedro. A sus nombres se pueden aadir Erasto,
tesorero de Corinto; Aristarco, el macedonio, y Trfimo, de feso,
convertido por San Pablo y su colaborador, as como Joss, comnmente
llamado Barsabs, y Ananas, obispo de Damasco; cada uno de los
Setenta. La Segunda persecucin, bajo Domiciano, el 81 d.C El
emperador Domiciano, de natural inclinado a la crueldad, dio muerte
primero a su hermano, y luego suscit la segunda persecucin contra
los cristianos. En su furor dio muerte a algunos senadores romanos,
a algunos por malicia, y a otros para confiscar sus fincas. Luego
mand que todos los pertenecientes al linaje de David fueran
ejecutados. Entre los numerosos mrtires que sufrieron durante esta
persecucin estaban Simen, obispo de Jerusaln, que fue crucificado,
y San Juan, que fue hervido en aceite, y luego desterrado a Patmos.
Flavia, hija de un senador romano, fue asimismo desterrada al
Ponto; y se dict una ley diciendo: Que ningn cristiano, una vez
trado ante un tribunal, quede exento de castigo sin que renuncie a
su religin. Durante este reinado se redactaron varias historias
inventadas, con el fin de daar a los cristianos. Tal era el
apasionamiento de los paganos que si cualquier hambre, epidemia o
terremotos asolaban cualquiera de las provincias romanas, se
achacaba a los cristianos. Estas persecuciones contra los
cristianos aumentaron el nmero de informadores, y muchos, movidos
por la codicia, testificaron en falso contra las vidas de los
inocentes. Otra dificultad fue que cuando cualquier cristiano era
llevado ante los tribunales, se les someta a un juramento de
prueba, y si rehusaban tomarlo, se les sentenciaba a muerte,
mientras que si se confesaban cristianos, la sentencia era la
misma. Los siguientes fueron los ms destacables entre los numerosos
mrtires que sufrieron durante esta persecucin.
10. Dionisio, el areopaguita, era ateniense de nacimiento, y
fue instruido en toda la literatura til y esttica de Grecia. Viaj
luego a Egipto para estudiar astronoma, e hizo observaciones muy
precisas del gran eclipse sobrenatural que tuvo lugar en el tiempo
de la crucifixin de nuestro Salvador. La santidad de su forma de
vivir y la pureza de sus maneras le recomendaron de tal manera ante
los cristianos en general que fue designado obispo de Atenas.
Nicodemo, un benevolente cristiano de alguna distincin, sufri en
Roma durante el furor de la persecucin de Domiciano. Protasio y
Gervasio fueron martirizados en Miln. Timoteo, el clebre discpulo
de San Pablo, fue obispo de feso, donde gobern celosamente la
Iglesia hasta el 97 d.C. En este tiempo, cuando los paganos estaban
para celebrar una fiesta llamada Catagogin, Timoteo, enfrentndose a
la procesin, los reprendi severamente por su ridcula idolatra, lo
que exasper de tal manera al pueblo que cayeron sobre el con palos,
y lo apalizaron de manera tan terrible que expir dos das despus por
efecto de los golpes. La tercera persecucin, bajo Trajano, 108 d.C.
En la tercera persecucin, Plinio el Joven, hombre erudito y famoso,
viendo la lamentable matanza de cristianos, y movido por ella a
compasin, escribi a Trajano, comunicndole que haba muchos miles de
ellos que eran muertos a diario, que no haban hecho nada contrario
a las leyes de Roma, por lo que no merecan persecucin. Todo lo que
ellos contaban acerca de su crimen o error (como se tenga que
llamar) slo consista en esto: que solan reunirse en determinado da
antes del amanecer, y repetir juntos una oracin compuesta en honor
de Cristo como Dios, y a comprometerse por obligacin no ciertamente
a cometer maldad alguna, sino al contrario, a nunca cometer hurtos,
robos o adulterio, a nunca falsear su palabra, a nunca defraudar a
nadie; despus de lo cual era costumbre separarse, y volverse a
reunir despus para participar en comn de una comida inocente. En
esta persecucin sufrieron el bienaventurado mrtir Ignacio, que es
tenido en gran reverencia entre muchos. Este Ignacio haba sido
designado al obispado de Antioquia, siguiendo a Pedro en sucesin.
Algunos dicen que al ser enviado de Siria a Roma, porque profesaba
a Cristo, fue entregado a las fieras para ser devorado. Tambin se
dice de l que cuando pas por Asia [la actual Turqua], estando bajo
el ms estricto cuidado de sus guardianes, fortaleci y confirm a las
iglesias por todas las ciudades por donde pasaba, tanto con sus
exhortaciones como predicando la Palabra de Dios. As, habiendo
negado a Esmirna, escribi a la Iglesia de Roma, exhortndoles para
que no emplearan medio alguno para liberarle de su martirio, no
fuera que le privaran de aquello que ms anhelaba y esperaba. Ahora
comienzo a ser un discpulo. Nada me importa de las cosas visibles o
invisibles, para poder slo ganar a Cristo. Que el fuego y la cruz,
que manadas de bestias salvajes, que la rotura de los huesos y el
desgarramiento de todo el cuerpo, y que toda la malicia del diablo
vengan sobre m; sea as, si slo puedo ganar a Cristo Jess! E incluso
cuando fue sentenciado a ser echado a las fieras, tal era el
ardiente deseo que tena de padecer, que deca, cada vez que oa rugir
a los leones: Soy el trigo de Cristo; voy a ser molido con los
dientes de fieras salvajes para que pueda ser hallado pan puro.
Adriano, el sucesor de Trajano, prosigui esta tercera persecucin
con tanta severidad como su sucesor. Alrededor de este tiempo
fueron martirizados Alejandro, obispo de Roma, y
11. sus dos diconos; tambin Quirino y Hermes, con sus familias;
Zeno, un noble romano, y alrededor de diez mil otros cristianos.
Muchos fueron crucificados en el Monte Ararat, coronados de
espinas, siendo traspasados con lanzas, en imitacin de la pasin de
Cristo. Eustaquio, un valiente comandante romano, con muchos xitos
militares, recibi la orden de parte del emperador de unirse a un
sacrificio idoltfico para celebrar algunas de sus propias
victorias. Pero su fe (pues era cristiano de corazn) era tanto ms
grande que su vanidad, que rehus noblemente. Enfurecido por esta
negativa, el desagradecido emperador olvid los servicios de este
diestro comandante, y orden su martirio y el de toda su familia. En
el martirio de Faustines y Jovitas, que eran hermanos y ciudadanos
de Brescia, tantos fueron sus padecimientos y tan grande su
paciencia, que el Calocerio, un pagano, contemplndolos, qued
absorto de admiracin, y exclam, en un arrebato: Grande es el Dios
de los cristianos! , por lo cual fue prendido y se le hizo sufrir
pareja suerte. Muchas otras crueldades y rigores tuvieron que
sufrir los cristianos, hasta que Quadratus, obispo de Atenas, hizo
una erudita apologa en su favor delante del emperador, que estaba
entonces presente, y Arstides, un filsofo de la misma ciudad,
escribi una elegante epstola, lo que llev a Adriano a disminuir su
severidad y a ceder en favor de ellos. Adriano, al morir en el 138
d.C., fue sucedido por Antonino Po, uno de los ms gentiles monarcas
que jams minara, y que detuvo las persecuciones contra los
cristianos. La cuarta persecucin, bajo Marco Aurelio Antonino, 162
d.C. Marco Aurelio sucedi en el trono en el ao 161 de nuestro Seor,
era un hombre de naturaleza ms rgida y severa, y aunque elogiable
en el estudio de la filosofa y en su actividad de gobierno, fue
duro y fiero contra los cristianos, y desencaden la cuarta
persecucin. Las crueldades ejecutadas en esta persecucin fueron de
tal calibre que muchos de los espectadores se estremecan de honor
al verlas, y quedaban atnitos ante el valor de los sufrientes.
Algunos de los mrtires eran obligados a pasar, con sus pies ya
heridos, sobre espinas, clavos, aguzadas conchas, etc., puestos de
punta; otros eran azotados hasta que quedaban a la vista sus
tendones y venas, y, despus de haber sufrido los ms atroces
tormentos que pudieran inventarse, eran destruidos por las muertes
ms temibles. Germnico, un hombre joven, pero verdadero cristiano,
siendo entregado a las fieras a causa de su fe, se condujo con un
valor tan asombroso que varios paganos se convirtieron a aquella fe
que inspiraba tal arrojo. Policarpo, el venerable obispo de
Esmirna, se ocult al or que le estaban buscando, pero fue
descubierto por un nio. Tras dar una comida a los guardas que le
haban prendido, les pidi una hora de oracin, lo que le permitieron,
y or con tal fervor que los guardas que le haban arrestado
sintieron haberio hecho. Sin embargo, lo llevaron ante el procnsul,
y fue condenado y quemado en la plaza del mercado. El procnsul le
apremi, diciendo: Jura, y te dar la libertad: Blasfema contra
Cristo. Policarpo le respondi: Durante ochenta y seis aos le he
servido, y nunca me ha hecho mal alguno: Cmo voy yo a blasfemar
contra mi Rey, que me ha salvado? En la estaca fue slo atado, y no
clavado como era costumbre, porque les asegur que se iba a quedar
inmvil; al encenderse la hoguera, las llamas rodearon su cuerpo,
como un arco, sin tocarlo; entonces dieron orden al verdugo que lo
traspasara con una espada, con lo que man tal cantidad de sangre
que apag el fuego. Sin embargo se dio orden, por instigacin de los
enemigos del Evangelio,
12. especialmente judos, de que su cuerpo fuera consumido en la
hoguera, y la peticin de sus amigos, que queran darle cristiana
sepultura, fue rechazada. Sin embargo, recogieron sus huesos y
tanto de sus miembros como pudieron, y los hicieron enterrar
decentemente. Metrodoro, un ministro que predicaba denodadamente, y
Pionio, que hizo varias excelentes apologas de la fe cristiana,
fueron tambin quemados. Carpo y Papilo, dos dignos cristianos, y
Agatnica, una piadosa mujer, sufri el martirio en Pergampolis, en
Asia. Felicitate, una ilustre dama romana, de una familia de buena
posicin, y muy virtuosa, era una devota cristiana. Tena siete
hijos, a los que haba educado con la ms ejemplar piedad. Enero, el
mayor, fue flagelado y prensado hasta morir con pesos; Flix y
Felipe, que le seguan en edad, fueron descerebrados con garrotes;
Silvano, el cuarto, fue asesinado siendo echado a un precipicio; y
los tres hijos menores, Alejandro, Vital y Marcial, fueron
decapitados. La madre fue despus decapitada con la misma espada que
los otros tres. Justino, el clebre filsofo, muri mrtir en esta
persecucin. Era natural de Npolis, en Sarnaria, y haba nacido el
103 d.C. Fue un gran amante de la verdad y erudito universal;
investig las filosofas estoica y peripattica, y prob la pitagrica,
pero, disgustndole la conducta de uno de sus profesores, investig
la platnica, en la que encontr gran deleite. Alrededor del ao 13 3,
a los treinta aos, se convirti al cristianismo, y entonces, por vez
primera, percibi la verdadera naturaleza de la verdad. Escribi una
elegante epstola a los gentiles, y emple sus talentos para
convencer a los judos de la verdad de los ritos cristianos. Dedic
gran tiempo a viajar, hasta que estableci su residencia en Roma, en
el monte Viminal. Abri una escuela pblica, ense a muchos que
posteriormente fueron personajes prominentes, y escribi un tratado
para confutar las herejas de todo tipo. Cuando los paganos
comenzaron a tratar a los cristianos con gran severidad, Justino
escribi su primera apologa en favor de ellos. Este escrito exhibe
una gran erudicin y genio, e hizo que el emperador publicara un
edicto en favor de los cristianos. Poco despus entr en frecuentes
discusiones con Crescente, persona de vida viciosa, pero que era un
clebre filsofo cnico; los argumentos de Justino fueron tan
poderosos, pero odiosos para el cnico, que decidi, y consigui, su
destruccin. La segunda apologa de Justino, debido a ciertas cosas
que contena, dio al cnico Crescente una oportunidad para
predisponer al emperador en contra de su autor, y por esto Justino
fue arrestado, junto con seis compaeros suyos. Al ordenrsele que
sacrificara a los dolos paganos, rehusaron, y fueron condenados a
ser azotados, y a continuacin decapitados; esta sentencia se cumpli
con toda la severidad imaginable. Varios fueron decapitados por
rehusar sacrificar a la imagen de Jpiter, en particular Concordo,
dicono de la ciudad de Spolito. Al levantarse en armas contra Roma
algunas de las agitadas naciones del norte, el emperador se puso en
marcha para enfrentarse a ellas. Sin embargo, se vio atrapado en
una emboscada, y temi perder todo su ejrcito. Encerrado entre
montaas, rodeado de enemigos y murindose de sed, en vano invocaron
a las deidades paganas, y entonces orden a los hombres que
pertenecan a la militine, o legin del trueno, que oraran a su Dios
pidiendo socorro. De inmediato tuvo lugar una milagrosa liberacin;
cay una cantidad prodigiosa de lluvia, que fue recogida por los
hombres, haciendo presas, y dio un alivio repentino y asombroso.
Parece que la tormenta, que se abati intensamente sobre los rostros
de los enemigos, los intimid de tal manera, que una parte desert
hacia el ejrcito romano; el resto fueron derrotados, y las
provincias rebeldes fueron totalmente recuperadas.
13. Este asunto hizo que la persecucin amainara por algn
tiempo, al menos en aquellas zonas inmediatamente bajo la inspeccin
del emperador, pero nos encontramos que pronto se desencaden en
Francia, particularmente en Lyon, donde las torturas que fueron
impuestas a muchos de los cristianos casi rebasan la capacidad de
descripcin. Los principales de estos mrtires fueron un joven
llamado Vetio Agato; Blandina, una dama cristiana de dbil
constitucin; Sancto, que era dicono en Vienna; a ste le aplicaron
platos de bronce al rojo vivo sobre las partes ms sensibles de su
cuerpo; Biblias, una dbil mujer que haba sido apstata
anteriormente. Attalo, de Prgamo, y Potino, el venerable obispo de
Lyon, que iena noventa aos. El da en que Blandina y otros tres
campeones de la fe fueron llevados al anfiteatro, a ella la
colgaron de un madero fijado sobre el suelo, y la expusieron a las
fieras como alimento-, mientras tanto ella, con sus fervorosas
oraciones, alentaba a los otros. Pero ninguna de las fieras la toc,
por lo que fue vuelta a llevar a la mazmorra. Cuando fue sacada por
tercera y ltima vez, sali acompaada por Pontico, un joven de quince
aos, y la constancia de la fe de ellos enfureci de tal manera a la
multitud que no fueron respetados ni el sexo de ella ni la juventud
de l, y los hicieron objeto de todo tipo de castigos y torturas.
Fortalecido por Blandina, el muchacho persever hasta la muerte; y
ella, despus de soportar los tormentos mencionados, fue finalmente
muerta con espada. En estas ocasiones, cuando los cristianos
reciban el martirio, iban omados y coronados con guirnaldas de
flores; por ellas, en el cielo, reciban eternas coronas de gloria.
Se ha dicho que las vidas de los cristianos primitivos consistan de
persecucin por encima del suelo y oracin por debajo del suelo. Sus
vidas estn expresadas por el Coliseo y las catacumbas. Debajo de
Roma estn los subterrneos que llamamos las catacumbas, que eran a
la vez templos y tumbas. La primitiva Iglesia en Roma podra ser
llamada con razn la Iglesia de las Catacumbas. Hay unas sesenta
catacumbas cerca de Roma, en las que se han seguido unas
seiscientas millas de galeras, y esto no es la totalidad. Estas
galeras tienen una altura de alrededor de ocho pies (2,4 metros) y
una anchura de entre tres a cinco pies (de casi 1 metro hasta 1,5),
y contienen a cada lado varias hileras de recesos largos, bajos,
horizontales, uno encima de otros como a modo de literas en un
barco. En estos nichos eran puestos los cadveres, y eran cerrados
bien con una simple lpida de mrmol, o con varias grandes losas de
tierra cocida ligadas con mortero. En estas lpidas o losas hay
grabados o pintados epitafios y smbolos. Tanto los paganos como los
cristianos sepultaban a sus muertos en estas catacumbas. Cuando se
abrieron los sepulcros cristianos, los esqueletos contaron su
temible historia. Se encuentran cabezas separadas del cuerpo;
costillas y clavculas rotas, huesos frecuentemente calcinados por
el fuego. Pero a pesar de la terrible historia de persecucin que
podemos leer ah, las inscripciones respiran paz, gozo y triunfo.
Aqu tenemos unas cuantas: Aqu yace Marcia, puesta a reposar en un
sueo de paz. Lorenzo a su ms dulce hijo, llevado por los ngeles.
Victorioso en paz y en Cristo. Al ser llamado, se fue en paz.
Recordemos, al leer estas inscripciones la historia que los
esqueletos cuentan de persecucin, tortura y fuego. Pero la plena
fuerza de estos epitafios se aprecia cuando los contrastarnos con
los epitafios paganos, como: Vive para esta hora presente, porque
de nada ms estamos seguros. Levanto mi mano contra los dioses que
me arrebataron a los veinte aos, aunque nada malo haba hecho.
14. Una vez no era. Ahora no soy. Nada s de ello, y no es mi
preocupacin. Peregrino, no me maldigas cuando pases por aqu, porque
estoy en tinieblas y no puedo responder. Los ms frecuentes smbolos
cristianos en las paredes de las catacumbas son el buen pastor con
el cordero en sus hombros, una nave con todo el velamen, arpas,
anclas, coronas, vides, y por encima de todo, el pez. La quinta
persecucin, comenzando con Severo, el 192 d.C. Severo, recuperado
de una grave enfermedad por los cuidados de un cristiano, Reg a ser
un gran favorecedor de los cristianos en general; pero al
prevalecer los prejuicios y la furia de la multitud ignorante, se
pusieron en accin unas leyes obsoletas contra los cristianos. El
avance del cristianismo alarmaba a los paganos, y reavivaron la
enmohecida calumnia de achacar a los cristianos les desgracias
accidentales que sobrevenan. Esta persecucin se desencaden en el
192 d.C. Pero aunque ruga la malicia persecutoria, sin embargo el
Evangelio resplandeca fulgurosarnente; y firme como inexpugnable
roca resista con xito a los ataques de sus chillones enemigos.
Tertuliano, que vivi en esta poca, nos informa de que si los
cristianos se hubieran ido en masa de los territorios romanos, el
imperio habra quedado despoblado en gran manera. Vctor, obispo de
Roma, sufri el martrio en el primer ao del siglo tercero, el 201
d.C. Lenidas, padre del clebre Orgenes, fue decapitado por
cristiano. Muchos de los oyentes de Orgenes tambin sufrieron el
martirio; en particular dos hermanos, llamados Plutarco y Sereno;
otro Sereno, Hern y Herclides, fueron decapitados. A Rhais le
deffarnaron brea hirviendo sobre la capeza, y luego lo quemaron,
como tambin su madre Marcela. Potainiena, hermana de Rhais, fue
ejecutada de la misma forma que Rhais; pero Basflides, oficial del
ejrcito, a quien se le orden que asistiera a la ejecucin, se
convirti. Al pedrsele a Baslides, que era oficial, que hiciera un
cierto juramento, rehus, diciendo que no podra jurar por los dolos
romanos, por cuanto era cristiano. Llenos de estupor, los del
populacho no podan al principio creer lo que oan; pero tan pronto l
confirm lo que haba dicho, fue arrastrado ante el juez, echado en
la crcel, y poco despus decapitado. Ireneo, obispo de Lyon, haba
nacido en Grecia, y recibi una educacin esmerada y cristiana. Se
supone generalmente que el relato de las persecuciones en Lyon fue
escrito por l mismo. Sucedi al mrtir Potino como obispo de Lyon, y
gobern su dicesis con gran discrecin; era un celoso oponente de las
herejas en general, y alrededor del 187 d.C. escribi un clebre
tratado contra las herejas. Vctor, obispo de Roma, queriendo
imponer all la observancia de la Pascua en preferencia a otros
lugares, ocasion algunos desrdenes entre los cristianos. De manera
particular, Ireneo le escribi una epstola sindica, en nombre de las
iglesias galicanas. Este celo en favor del cristianismo lo seal
como objeto de resentimiento ante el emperador, y fue decapitado el
202 d.C. Extendindose las persecuciones a frica, muchos fueron
martirizados en aquel lugar del globo; mencionaremos a los ms
destacados entre ellos. Perpetua, de unos veintids aos, casada. Los
que sufrieron con ella fueron Felicitas, una mujer casada y ya en
muy avanzado estado de gestacin cuando fue arrestada, y Revocato,
catecmeno de Cartago, y un esclavo. Los nombres de los otros presos
destinados a sufrir en esta ocasin eran Saturnino, Secundulo y
Satur. En el da sealado para su ejecucin fueron llevados al
anfiteatro. A Satur, Secndulo y Revocato les mandaron que corrieran
entre los cuidados de
15. las fieras. Estos, dispuestos en dos hileras, los
flagelaron severamente mientras corran entre ellos. Felicitas y
Perpetua fueron desnudadas para echarlas a un toro bravo, que se
lanz primero contra Perpetua, dejndola inconsciente; luego se
abalanz contra Felicitas, y la empiton terriblemente; pero no haban
quedado muertas, por lo que el verdugo las despach con una espada.
Revocato y Satur fueron devorados por las fieras; Saturnino fue
decapitado, y Secndulo muri en la crcel. Estas ejecuciones tuvieron
lugar en el ocho de marzo del ao 205. Esperato y otros doce fueron
decapitados, lo mismo que Androcles en Francia. Asclepiades, obispo
de Antioquia, sufri muchas torturas, pero no fue muerto. Cecilia,
una joven dama de una buena familia en Roma, fue casada con un
caballero llamado Valeriano, y convirti a su marido y hermano, que
fueron decapitados; el mximo, u oficial, que los llev a la
ejecucin, fue convertido por ellos, y sufri su misma suerte. La
dama fue echada desnuda en un bao hirviente, y permaneciendo all un
tiempo considerable, la decapitaron con una espada. Esto sucedi el
222 d.C. Calixto, obispo de Roma, sufri martirio el 224 d.C., pero
no se registra la forma de su muerte; Urbano, obispo de Roma, sufri
la misma suerte el 232 d.C. La sexta persecucin, bajo Maximino, el
235 d.C. El 235 d.C. comenz, bajo Maximino, una nueva persecucin.
El gobernador de Capadocia, Seremiano, hizo todo lo posible para
exterminar a los cristianos de aquella provincia. Las personas
principales que murieron bajo este reinado fueron Pontiano, obispo
de Roma; Anteros, un griego, su sucesor, que ofendi al gobierno al
recogerlas actas de los mrtires. Pamaquio y Quirito, senadores
romanos, junto con sus familias enteras, y muchos otros cristianos;
Simplicio, tambin senador, Calepodio, un ministro cristiano, que
fue echado al Tiber, Martina, una noble y hermosa doncella; e
Hiplito, un prelado cristiano, que fue atado a un caballo indmito,
y arrastrado hasta morir. Durante esta persecucin, suscitada por
Maximino, muchsimos cristianos fueron ejecutados sin juicio, y
enterrados indiscriminadamente a montones, a veces cincuenta o
sesenta echados juntos en una fosa comn, sin la ms mnima decencia.
Al morir el tirano Maximino en el 238 d.C., le sucedi Gordiano, y
durante su reinado, as como el de su sucesor, Felipe, la Iglesia
estuvo libre de persecuciones durante ms de diez aos; pero en el
249 d.C. se desat una violenta persecucin en Alejandra, por
instigacin de un sacerdote pagano, sin conocimiento del emperador.
La sptima persecucin, bajo Decio, el 249 d.C. sta estuvo ocasionada
en parte por el aborrecimiento que tena contra su predecesor
Felipe, que era considerado cristiano, y tuvo lugar en parte por
sus celos ante el asombroso avance del cristianismo; porque los
templos paganos comenzaban a ser abandonados, y las iglesias
cristianas estaban llenas. Estas razones estimularon a Decio a
intentar la extirpacin del nombre mismo de cristiano; y fue cosa
desafortunada para el Evangelio que varios errores se haban
deslizado para este tiempo dentro de la Iglesia; los cristianos
estaban divididos entre s; los intereses propios dividan a aquellos
a los que el amor social deba haber mantenido unidos; y la
virulencia del orgullo dio lugar a una variedad de facciones.
16. Los paganos, en general, tenan la ambicin de poner en accin
los decretos imperiales en esta ocasin, y consideraban el asesinato
de los cristianos como un mrito para s mismos. En esta ocasin los
mrtires fueron innumerables; pero haremos relacin de los
principales. Fabiano, obispo de Roma, fue la primera persona en
posicin eminente que sinti la severidad de esta persecucin. El
difunto emperador haba puesto su tesoro al cuidado de este buen
hombre, debido a su integridad. Pero Decio, al no hallar tanto como
su avaricia le haba hecho esperar, decidi vengarse del buen
prelado. Fue entonces arrestado, y decapitado el 20 de enero del
250 d.C. Julin, nativo de Cilicia, como nos informa San Crisstomo,
fue arrestado por ser cristiano. Fue metido en una bolsa de cuero,
junto con varias serpientes y escorpiones, y echado as al mar.
Pedro, un joven muy atractivo tanto de fsico como por sus
cualidades intelectuales, fue decapitado por rehusar sacrificar a
Venus. En el juicio declar: Estoy atnito de que sacrifiquis a una
mujer tan infame, cuyas abominaciones son registradas por vuestros
mismos historiadores, y cuya vida consisti de unas acciones que
vuestras mismas leyes castigaran. No, al verdadero Dios ofrecer yo
el sacrificio aceptable de alabanzas y oraciones. Al or esto
Optimo, procnsul de Asia, orden al preso que fuera estirado en la
rueda de tormento, rompindole todos los huesos, y luego fue enviado
a ser decapitado. A Nicomaco, hecho comparecer ante el procnsul
como cristiano, le mandaron que sacrificara a los dolos paganos.
Nicomaco replic: No puedo dar a demonios la reverencia debida slo
al Todopoderoso. Esta manera de hablar enfureci de tal manera al
procnsul que Nicomaco fue puesto en el potro. Despus de soportar
los tormentos durante un tiempo, se retract; pero apenas si haba
dado tal prueba de debilidad que cay en las mayores agonas, cay al
suelo, y expir inmediatamente. Denisa, una joven de slo diecisis
aos, que contempl este terrible juicio, exclam de repente: Oh
infeliz, para qu comprar un momento de alivio a costa de una
eternidad de miseria! Optimo, al or esto, la llam, y al reconocerse
Denisa como cristiana, fue poco despus decapitada, por orden suya.
Andrs y Pablo, dos compaeros de Nicomaco el mrtir, sufrieron el
martirio el 251 d.C. por lapidacin, y murieron clamando a su
bendito Redentor. Alejandro y Epimaco, de Alejandra, fueron
arrestados por ser cristianos; al confesar que efectivamente lo
eran, fueron golpeados con estacas, desgarrados con garfios, y al
final quemados con fuego; tambin se nos informa, en un fragmento
preservado por Eusebio, que cuatro mujeres mrtires sufrieron aquel
mismo da, y en el mismo lugar, pero no de la misma manera, por
cuanto fueron decapitadas. Luciano y Marciano, dos malvados
paganos, aunque hbiles magos, se convirtieron al cristianismo, y
para expiar sus antiguos errores vivieron como eremitas,
sustentndose slo con pan y agua. Despus de un tiempo en esta
condicin, devinieron celosos predicadores, e hicieron muchos
convertidos. Sin embargo, rugiendo en este entonces la persecucin,
fueron arrestados y llevados ante Sabinio, el gobernador de
Bitinia. Al preguntrseles en base de qu autoridad se dedicaban a
predicar, Luciano contest: Que las leyes de la caridad y de la
humanidad obligaban a todo hombre a buscar la conversin de sus
semejantes, y a hacer todo lo que estuviera en su poder para
liberarlos de las redes del diablo. Habiendo respondido Luciano de
esta manera, Marciano aadi que la conversin de ellos haba tenido
lugar por la misma gracia que le haba sido dada a San Pablo, que,
de celoso perseguidor de la Iglesia, se convirti en predicador del
Evangelio.
17. Viendo el procnsul que no poda prevalecer sobre ellos para
que renunciaran a su fe, los conden a ser quemados vivos, sentencia
que fue pronto ejecutada. Trifn y Respicio, dos hombres eminentes,
fueron aprehendidos como cristianos, y encarcelados en Niza. Sus
pies fueron traspasados con clavos; fueron arrastrados por las
calles, azotados, desgarrados con garfios de hierro, quemados con
antorchas, y finalmente decapitados, el 1 de febrero del 251 d.C.
Agata, una dama siciliana, no era tan notable por sus dotes
personales y adquiridas como por su piedad; tal era su hermosura
que Quintiano, gobernador de Sicilia, se enamor de ella, e hizo
muchos intentos por vencer su castidad, pero sin xito. A fin de
gratificar sus pasiones con la mayor facilidad, puso a la virtuosa
dama en manos de Afrodica, una mujer infame y licenciosa. Esta
miserable trat, con sus artificios, de ganarla a la deseada
prostitucin, pero vio fallidos todos sus esfuerzos, porque la
castidad de Agata era inexpugnable, y ella saba muy bien que slo la
virtud podra procurar una verdadera dicha, Afrodica hizo saber a
Quinti ano la inutilidad de sus esfuerzos, y ste, enfurecido al ver
sus designios torcidos, cambi su concupiscencia en resentimiento.
Al confesar ella que era cristiana, decidi satisfacerse con la
venganza, al no poderlo hacer con su pasin. Siguiendo rdenes suyas,
fue flagelada, quemada con hierros candentes, y desgarrada con
aguzados garfios. Habiendo soportado estas torturas con una
admirable fortaleza, fue luego puesta desnuda sobre ascuas
mezcladas con vidrio, y luego devuelta a la crcel, donde expir el 5
de febrero del 251. Cirilo, obispo de Gortyna, fue arrestado por
rdenes de Lucio, gobernador de aquel lugar, que sin embargo le
exhort a obedecer la orden imperial, a hacer los sacrificios, y
salvar su venerable persona de la destruccin; porque ahora tena
ochenta y cuatro aos. El buen prelado le contest que como haba
enseado a otros durante mucho tiempo que salvaran sus almas, ahora
slo poda pensar en su propia salvacin. El digno prelado escuch su
sentencia, dada con furor, sin la menor emocin, anduvo animosamente
hasta el lugar de la ejecucin, y sufri su martirio con gran
entereza. En ningn lugar se manifest esta persecucin con tanta saa
como en la isla de Creta, porque el gobernador, sumamente activo en
la ejecucin de los edictos imperiales, hizo correr a ros la sangre
de los piadosos. Babylas, un cristiano con educacin acadmica, lleg
a ser obispo de Antioquia el 237 d.C., despus de Zebino. Actu con
un celo sin parangn, y gobern la Iglesia con una prudencia
admirable durante los tiempos ms tormentosos. La primera desgracia
que tuvo lugar en Antioquia durante su misin fue su asedio por
Sapor, rey de Persia, que, habiendo invadido toda la Siria, tom y
saque esta ciudad entre otras, y trat a los moradores cristianos de
la ciudad con mayor dureza que a los otros; pero pronto fue
derrotado totalmente por Gordiano. Despus de la muerte de Gordiano,
en el reinado de Decio, este emperador vino a Antioqua, y all,
expresando su deseo de visitar una asamblea de cristianos; pero
Babylas se le opuso, y se neg absolutamente a que entrara. El
emperador disimul su ira en aquel tiempo, pero pronto envi a buscar
al obispo, reprendindole duramente por su insolencia, y luego le
orden que sacrificara a las deidades paganas como expiacin por su
ofensa. Al rehusar, fue echado en la crcel, cargado de cadenas,
tratado con la mayor severidad, y luego decapitado, junto con tres
jvenes que haban sido sus alumnos. Esto sucedi el 251 d.C.
Alejandro, obispo de Jerusaln, fue encarcelado por su religin por
este mismo tiempo, y all muri debido a la dureza de su
encierro.
18. Juliano, un anciano y cojo debido a la gota, y Cronin, otro
cristiano, fueron atados a las jorobas de unos camellos, flagelados
cruelmente, y luego echados a un fuego y consumidos. Tambin
cuarenta doncellas fueron quemadas en Antioquia, despus de haber
sido encarceladas y flageladas. En el ao 251 de nuestro Seor, el
emperador Decio, despus de haber erigido un templo pagano en feso,
orden que todos los habitantes de la ciudad sacrificaran a los
dolos. Esta orden fue noblemente rechazada por siete de sus propios
soldados, esto es, Maximiano, Marciano, Joanes, Malco, Dionisio,
Serain y Constantino. El emperador, queriendo ganar a estos
soldados a que renunciaran a su fe mediante sus exhortaciones y
lenidad, les dio un tiempo considerable de respiro hasta volver de
una expedicin. Durante la ausencia del emperador, estos huyeron y
se ocultaron en una cueva; al saber esto el emperador a su vuelta,
la boca de la cueva fue cegada, y todos murieron de hambre.
Teodora, una hermosa y joven dama de Antioquia rehus sacrificar a
los dolos de Roma, y fue condenada al burdel, para que su virtud
fuera sacrificada a la brutalidad de la concupiscencia. Ddimo, un
cristiano, se disfraz con un uniforme de soldado romano, fue al
burdel, inform a Teodora de quin era, y la aconsej a que huyera
disfrazada con sus ropas. Hecho esto, y al encontrarse un hombre en
el burdel en lugar de una hermosa dama, Didimo fue llevado ante el
gobernador, a quien le confes la verdad; al reconocerse cristiano,
de inmediato fue pronunciada contra l la sentencia de muerte.
Teodora, al or que su liberador iba a sufrir, acudi ante el juez, y
rog que la sentencia recayera sobre ella como la persona culpable;
pero sordo a los clamores de los inocentes, e insensible a las
demandas de la justicia, el implacable juez conden a ambos; y
fueron ejecutados, primero decapitados, y luego sus cuerpos
quemados. Secundiano, acusado de ser cristiano, estaba siendo
llevado a la crcel por varios soldados. Por el camino, Veriano y
Marcelino les dijeron: A dnde llevis a un inocente? Esta pregunta
llev al arresto de ellos, y los tres, tras haber sido torturados,
fueron colgados y decapitados. Orgenes, el clebre presbtero y
catequista de Alejandra, fue arrestado cuando tena sesenta y cuatro
aos, y fue arrojado en una inmunda mazmorra, cargado de cadenas,
con los pies en el cepo, y sus piernas extendidas al mximo durante
varios das seguidos. Fue amenazado con fuego, y torturado con todos
los medios prolijos que pudieran inventar las mentes ms infernales.
Durante este cruel y prolongado tormento muri el emperador Decio, y
Gallo, que le sucedi, se enzarz en una guerra contra los godos, con
lo que los cristianos tuvieron un respiro. Durante este intervalo,
Orgenes obtuvo la libertad, y, retirndose a Tiro, se qued all hasta
su muerte, que le sobrevino a los sesenta y nueve aos de edad.
Habiendo Gallo concluido sus guerras, se desat una plaga en el
imperio; el emperador orden entonces sacrificios a las deidades
paganas, y se desencadenaron persecuciones desde el corazn del
imperio, extendindose hasta las provincias ms apartadas, y muchos
cayeron mrtires de la impetuosidad del populacho, as como del
prejuicio de los magistrados. Entre estos mrtires estuvieron
Comelio, obispo cristiano de Roma, y su sucesor Lucio, en el 253.
La mayora de los errores que se introdujeron en la Iglesia en esta
poca surgieron por poner la razn humana en competicin con la
revelacin; pero al demostrar los telogos ms capaces la falacia de
tales argumentos, las opiniones que se haban suscitado se
desvanecieron como las estrellas delante del sol. La octava
persecucin, bajo Valeriano, 257 d.C. sta comenz bajo Valeriano, en
el mes de abril del 257 d.C., y continu durante tres aos y seis
meses. Los mrtires que cayeron en esta persecucin fueron
innumerables, y sus torturas y
19. muertes igual de variadas y penosas. Los ms eminentes entre
los mrtires fueron los siguientes, aunque no se respetaron ni
rango, ni sexo ni edad. Rufina y Secunda eran dos hermosas y
cumplidas damas, hijas de Asterio, un caballero eminente en Roma.
Rufina, la mayor, estaba prometida en matrimonio a Armentario, un
joven noble; Secunda, la menor, a Verino, persona de alcurnia y
opulencia. Los pretendientes, al comenzar la persecucin, eran ambos
cristianos; pero cuando surgi el peligro, renunciaron a su fe para
salvar sus fortunas. Se esforzaron entonces mucho en persuadir a
las damas a que hicieran lo mismo, pero, frustrados en sus
Propsitos, fueron tan abyectos como para informar en contra de
ellas, que, arrestadas como cristianas, fueron hechas comparecer
ante Junio Donato, gobernador de Roma, donde, en el 257 d.C.,
sellaron su martirio con su sangre. Esteban, obispo de Roma, fue
decapitado aquel mismo ao, y por aquel tiempo Saturnino, el piadoso
obispo ortodoxo de Toulouse, que rehus sacrificar a los dolos, fue
tratado con todas las ms brbaras indignidades imaginables, y atado
por los pies a la cola de un toro. Al darse una seal, el enfurecido
animal fue conducido escaleras abajo por las escalinatas del
templo, con lo que el fue destrozado el crneo del digno mrtir hasta
salrsele los sesos. Sixto sucedi a Esteban como obispo de Roma. Se
supone que era griego de nacimiento u origen, y haba servido
durante un tiempo como dicono bajo Esteban. Su gran fidelidad,
singular sabidura y valor no comn lo distinguieron en muchas
ocasiones; y la feliz conclusin de una controversia con algunos
herejes es generalmente adscrita a su piedad y prudencia. En el ao
258, Marciano, que diriga los asuntos del gobierno en Roma,
consigui una orden del emperador Valeriano para dar muerte a todo
el clero cristiano de Roma, y por ello el obispo, con seis de sus
diconos, sufri el martirio en el 258. Acerqumonos al fuego del
martirizado Lorenzo, para que nuestros fros corazones sean por l
hechos arder. El implacable tirano, sabiendo que no slo era
ministro de los sacramentos, sino tambin distribuidor de las
riquezas de la Iglesia, se prometa una doble presa con el arresto
de una sola persona. Primero, con el rastrillo de la avaricia,
conseguir para s mismo el tesoro de cristianos pobres; luego, con
el feroz bieldo de la tirana, para agitarlos y perturbarlos,
agotarlos en su profesin. Con un rostro feroz y cruel semblante, el
codicioso lobo exigi saber dnde Lorenzo haba repartido las riquezas
de la Iglesia; ste, pidiendo tres das de tiempo, prometi declarar
dnde podra conseguir el tesoro. Mientras tanto, hizo congregar una
gran cantidad de cristianos pobres. As, cuando lleg el da en que
deba dar su respuesta, el perseguidor le orden que se mantuviera
fiel a su promesa. Entonces, el valiente Lorenzo, extendiendo sus
brazos hacia los pobres, dijo: Estos son el precioso tesoro de la
Iglesia; estos son verdaderamente el tesoro, aquellos en los que
reina la fe de Cristo, en los que Jesucristo tiene su morada. Qu
joyas ms preciosas puede tener Cristo, que aquellos en quienes ha
prometido morar? Porque as est escrito: Tuve hambre, y me disteis
de comer, tuve sed, y me disteis de beber, fui forastero, y me
recogisteis. Y tambin: Por cuanto lo hicisteis a uno de estos ms
pequeos de mis hermanos, a m me lo hicisteis. Qu mayores riquezas
puede poseer Cristo nuestro Maestro que el pueblo pobre en quien
quiere ser visto? Ah!, qu lengua puede expresar el furor y la rabia
del corazn del tirano! Ahora pateaba, echaba furiosas miradas,
gesticulaba amenazante, se comportaba como enajenado: sus ojos
echaban fuego, la boca espumajeaba como la de un jabal, y mostraba
los dientes como un infernal mastn. No se le poda llamar ahora un
hombre racional, sino ms bien un len rugiente y rampante. Encended
el fuego (chill l)-y no ahorris lea. Ha engaado este villano al
emperador? Fuera con l, fuera con l: azotadle con ltigos, sacudidlo
con varas, golpeadle con
20. los puos, descerebradlo con garrotes. Se burla este traidor
del emperador? Pellizcadlo con tenazas ardientes, ceidlo con placas
candentes, sacad las cadenas ms fuertes, y los tridentes, y la
parrilla de hierro; al fuego con l; atad al rebelde de manos y
pies; y cuando la parrilla est al rojo vivo, echadlo en ella;
asadlo, movedlo, agitadlo: bajo pena de nuestro mayor desagrado,
que cada uno de vosotros, verdugos, cumpla su misin Tan pronto
fueron dichas estas palabras que se cumplieron. Despus de crueles
tormentos, este manso cordero fue puesto, no dir que sobre su cama
candente de hierro, sino sobre su suave colchn de plumas. De tal
manera Dios obr con este mrtir Lorenzo, de manera tan milagrosa
Dios templ Su elemento fuego, que devino no una cama de dolor
consumidor, sino un lecho de reposo reparador. En frica, la
persecucin rugi con una violencia peculiar; muchos miles recibieron
la corona del martirio, entre los cuales se pueden mencionar las
personalidades ms distinguidas: Cipriano, obispo de Cartago, un
eminente prelado y adorno de la Iglesia. El resplandor de su genio
iba templado por la solidez de su juicio; y con todas las virtudes
del caballero combinaba las virtudes de un cristiano. Sus doctrinas
eran ortodoxas y puras; su lenguaje, fcil y elegante; y sus maneras
gentiles y atrayentes; en resumen, era a la vez un predicador
piadoso y corts. En su juventud haba sido educado en los principios
de los gentiles, y poseyendo una fortuna considerable, haba vivido
en toda la extravagancia del esplendor y en toda la dignidad del
boato. Alrededor del ao 246, Cecilio, ministro cristiano de
Cartago, devino el feliz instrumento de su conversin, por lo cual,
y por el gran afecto que siempre sinti para con el autor de su
conversin, fue llamado Cecilio Cipriano. Antes de su bautismo
estudi cuidadosamente las Escrituras, e impactado por las bellezas
de las verdades que contenan, decidi practicar las virtudes que en
ellas se recomendaban. Despus de su bautismo, vendi sus posesiones,
distribuy su dinero entre los pobres, se visti -de manera llana, y
comenz una vida de austeridad. Pronto fue nombrado presbtero, y,
sumamente admirado por sus virtudes y obras, fue, a la muerte de
Donato en el 248 d.C., elegido casi unnimemente obispo de Cartago.
Los cuidados de Cipriano no se extendan slo a Cartago, sino a
Numidia y Mauritana. En todas sus transacciones tuvo siempre gran
atencin a pedir el consejo de su clero, sabiendo que slo la
unanimidad podra ser de servicio a la iglesia, siendo sta su mxima:
Que el obispo estaba en la iglesia, y la iglesia en el obispo, de
manera que la unidad slo puede ser preservada mediante un estrecho
vnculo entre el pastor y su grey. En el 250 d.C. Cipriano fue
pblicamente proscrito por el emperador Decio, bajo el nombre de
Cecilio Cipriano, obispo de los cristianos; y el clamor universal
de los paganos fue: Cipiiano a los leones; Cipriano a las fieras.
Sin embargo, el obispo se apart del furor del populacho, y sus
posesiones fueron de inmediato confiscadas. Durante su retiro,
escribi treinta piadosas y elegantes epstolas a su grey; pero
varios cismas que tuvieron entonces lugar en la Iglesia le
provocaron gran ansiedad. Al disminuir el rigor de la persecucin,
volvi a Cartago, e hizo todo lo que estaba en su mano para deshacer
las opiniones errneas. Al desatarse sobre Cartago una terrible
peste, fue, como era costumbre, achacada a los cristianos; y los
magistrados comenzaron entonces una persecucin, lo que ocasion una
epstola de ellos a Cipriano, en respuesta a la cual l vindic la
causa del cristianismo. En el 257 d.C. Cipriano fue hecho
comparecer ante el procnsul Aspasio Patumo, que lo desterr a una
pequea ciudad en el mar de Libia. Al morir este procnsul, volvi a
Cartago, pero fue pronto arrestado, y llevado ante el nuevo
gobernador, que lo conden a ser decapitado; esta sentencia fue
ejecutada el catorce de septiembre del 258 d.C.
21. Los discpulos de Cipriano, martirizado en esta persecucin,
fueron Lucio, Flaviano, Victrico, Remo, Montano, Julin, Primelo y
Donaciano. En Utica tuvo lugar una tragedia terrible: trescientos
cristianos fueron trados, por orden del gobernador, y puestos
alrededor de un horno de coccin de cermica. Habiendo preparado unas
ascuas e incienso, se les orden que o bien sacrificaran a Jpiter, o
seran arrojados al horno. Rehusando todos unnimes, saltaron
valientemente al hoyo, y fueron de inmediato asfixiados. Fructuoso,
obispo de Tarragona, en Espaa, y sus dos diconos, Augurio y
Eulogio, fueron quemados por cristianos. Alejandro, Malco y Prisco,
tres cristianos de Palestina, y una mujer del mismo lugar, se
acusaron voluntariamente de ser cristianos, por lo que fueron
sentenciados a ser devorados por tigres, sentencia que fue
ejecutada. Mxima, Donatila y Secunda, tres doncellas de Tuburga,
recibieron como bebida hiel y vinagre, fueron duramente flageladas,
atormentadas sobre un patbulo, frotadas con cal, asadas sobre unas
parrillas, maltratadas por fieras, y finalmente decapitadas. Es aqu
oportuno observar la singular pero msera suerte del emperador
Valeriano, que durante tanto tiempo y tan duramente persigui a los
cristianos. Este tirano fue hecho prisionero, mediante una
estratagema, por Sapor, emperador de Persia, que lo llev a su
propio pas, tratndolo all con la ms inusitada indignidad, hacindole
arrodillarse como el ms humilde esclavo, y poniendo sobre l los
pies a modo de banqueta cuando montaba en su caballo. Despus de
haberlo tenido durante siete aos en este abyecto estado de
esclavitud, hizo que le sacaran los ojos, aunque tena entonces
ochenta y tres aos. No saciando con ello sus deseos de venganza,
pronto orden que lo despellejaran vivo y que le frotaran sal en la
carne viva, muriendo bajo tales torturas. As cay uno de los ms
tirnicos emperadores de Roma, y uno de los ms grandes perseguidores
de los cristianos. En el 260 d.C. sucedi Gallieno, hijo de
Valeriano, y durante su reinado (aparte de unos pocos mrtires) la
Iglesia goz de paz durante algunos aos. La novena persecucin bajo
Aureliano, 274 d.C. Los principales que padecieron en esta fueron:
Flix, obispo de Roma. Este prelado accedi a la sede de Roma en el
274. Fue el primer mrtir de la petulancia de Aureliano, siendo
decapitado en el veintids de diciembre aquel mismo ao. Agapito, un
joven caballero, que haba vendido sus posesiones y dado el dinero a
los pobres, fue arrestado como cristiano, torturado, y luego
decapitado en Praeneste, una ciudad a un da de viaje de Roma. Estos
son los nicos mrtires que fueron registrados durante este reinado,
que pronto vio su fin, al ser el emperador asesinado en Bizancio
por sus propios criados. Aureliano fue sucedido por Tcito, que fue
seguido por Probo, y ste por Caro; al ser muerto este emperador por
un rayo, sus hijos Camio y Numeriano le sucedieron, y durante todos
estos reinados la iglesia tuvo paz. Diocleciano accedi al trono
imperial en el 284 d.C. Al principio mostr gran favor a los
cristianos. En el ao 286 asoci consigo en el imperio a Maximiano.
Algunos cristianos fueron muertos antes que se desatara ninguna
persecucin general. Entre estos se encontraban Feliciano y Primo,
que eran hermanos.
22. Marco y Marceliano eran mellizos, naturales de Roma, y de
noble linaje. Sus padres eran paganos, pero los tutores, a los que
haba sido encomendada la educacin de los hijos, los criaron como
cristianos. Su constancia aplac finalmente a los que deseaban que
se convirtieran en paganos, y sus padres y toda la familia se
convirtieron a una fe que antes reprobaban. Fueron martirizados
siendo atados a estacas, con los pies traspasados por clavos.
Despus de permanecer en esta situacin un da y una noche, sus
sufrimientos fueron terminados con unas lanzas que traspasaron sus
cuerpos. Zoe, la mujer del carcelero, que haba tenido el cuidado de
los mrtires acabados de mencionar, fue tambin convertida por ellos,
y fue colgada de un rbol, con un fuego de paja encendido debajo de
ella. Cuando su cuerpo fue bajado, fue echado a un ro, con una gran
piedra atada al mismo, a fin de que se hundiera. En el ao 286 de
Cristo tuvo lugar un hecho de lo ms notable. Una legin de soldados,
que consista de seis mil seiscientos sesenta y seis hombres, estaba
totalmente constituida por cristianos. Esta legin era llamada la
Legin Tebana, porque los hombres haban sido reclutados en Tebas;
estuvieron acuartelados en oriente hasta que el emperador Maximiano
orden que se dirigieran a las Galias, para que le ayudaran contra
los rebeldes de Borgofia. Pasaron los Alpes, entrando en las
Galias, a las rdenes de Mauricio, Cndido y Exupernio, sus dignos
comandantes, y al final se reunieron con el emperador. Maximiano,
para este tiempo, orden un sacrificio general, al que deba asistir
todo el ejrcito; tambin orden que se debiera tomar juramento de
lealtad y al mismo tiempo que se deba jurar ayudar a la extirpacin
del cristianismo en las Galias. Alarmados ante estas rdenes, cada
uno de los componentes de la Legin Tebana rehus de manera absoluta
sacrificar o tomar los juramentos prescritos. Esto enfureci de tal
manera a Maximiano que orden que toda la legin fuera diezmada, esto
es, que se seleccionara a uno * de cada diez hombres, y matarlo a
espada. Habindose ejecutado esta sanguinaria orden, el resto
permanecieron inflexible, teniendo lugar una segunda decimacin, y
uno de cada diez hombres de los que quedaban vivos fue muerto a
espada. Este segundo castigo no tuvo ms efectos que el primero; los
soldados se mantuvieron firmes en su decisin y en sus principios,
pero por consejo de sus oficiales hicieron una protesta de
fidelidad a su emperador. Se podra pensar que esto iba a ablandar
al emperador, pero tuvo el efecto contrario, porque, encolerizado
ante la perseverancia y unanimidad que demostraban, orden que toda
la legin fuera muerta, lo que fue efectivamente ejecutado por las
otras tropas, que los despedazaron con sus espadas, el 22 de
septiembre del 286. Alban, de quien recibi su nombre St. Alban's,
en Henfordshire, fue el primer mrtir britnico. Gran Bretaa haba
recibido el Evangelio de Cristo mediante Lucio, el primer rey
cristiano, pero no sufri de la ira de la persecucin hasta muchos
aos despus. Alban era originalmente pagano, pero convertido por un
clrigo cristiano, llamado Anfbalo, a quien dio hospitalidad a causa
de su religin. Los enemigos de Anfbalo, enterndose del lugar dnde
estaba escondido, llegaron a casa de Alban, a fin de facilitar su
huida, se present como la persona a la que buscaban. Al descubrirse
el engao, el gobernador orden que le azotaran, y luego fue
sentenciado a ser decapitado, el 22 de junio del 287 d.C. Nos
asegura el venerable Beda que, en esta ocasin, el verdugo se
convirti sbitamente al cristianismo, y pidi permiso para morir por
Alban, o con l. Obteniendo su segunda peticin, fueron ambos
decapitados por un soldado, que asumi voluntariamente el papel de
verdugo. Esto sucedi en el veintids de junio del 287 en Verulam,
ahora St Alban's, en Henfordshire, donde se levant una magnfica
iglesia en su memoria para el tiempo de Constantino el Grande. El
edificio, destruido en las guerras sajonas, fue reconstruido por
Offa, rey de Mercia, y junto a l
23. se levant un monasterio, siendo an visibles algunas de sus
ruinas; la iglesia es un noble edificio gtico. Fe, una mujer
cristiana de Aquitana, Francia, fue asada sobre una parrilla, y
luego decapitada, en el 287 d.C. Quintn era un cristiano natural de
Roma, pero decidi emprender la propagacin del Evangelio en las
Galias, con un tal Luciano, y predicaron juntos en Amiens; despus
de ello Luciano fue a Beaumaris, donde fue martirizado. Quintn
permaneci en la Picarda, y mostr gran celo en su ministerio.
Arrestado como cristiano, fue estirado con poleas hasta que se
dislocaron sus miembros; su cuerpo fue desgarrado con azotes de
alambres, y derramaron aceite y brea hirviendo sobre su carne
desnuda; se le aplicaron antorchas encendidas a sus lados y
sobacos; despus de haber sido torturado de esta manera, fue enviado
de vuelta a la mazmorra, muriendo all el 31 de octubre del 287 por
las atrocidades que le haban infligido. Su cuerpo fue lanzado al
Somme. La dcima persecucin, bajo Diocleciano, 303 d.C. Bajo los
emperadores romanos, y comnmente llamada la Era de los Mrtires, fue
ocasionada en parte por el nmero en aumento de los cristianos y por
sus crecientes riquezas, y por el odio de Galerio, el hijo adoptivo
de Diocleciano, que, estimulado por su madre, una fantica pagana,
nunca dej de empujar al emperador para que iniciara esta persecucin
hasta que logr su propsito. El da fatal fijado para el
comenzamiento de la sangrienta obra era el veintitrs de febrero del
303 d.C., el da en que se celebraba la Terminalia, y en el que,
como se jactaban los crueles paganos, esperaban terminar con el
cristianismo. En el da sealado comenz la persecucin en Nicomedia,
en la maana del cual el prefecto de la ciudad acudi, con un gran
nmero de oficiales y alguaciles, a la iglesia de los cristianos,
donde, forzando las puertas, tomaron todos los libros sagrados y
los lanzaron a las llamas. Toda esta accin tuvo lugar en presencia
de Diocleciano y Galerio, los cuales, no satisfechos con quemar los
libros, hicieron derruir la iglesia sin dejar ni rastro. Esto fue
seguido por un severo edicto, ordenando la destruccin de todas las
otras iglesias y libros de los cristianos; pronto sigui una orden,
para proscribir a los cristianos de todas las denominaciones. La
publicacin de este edicto ocasion un martirio inmediato, porque un
atrevido cristiano no slo lo arranc del lugar en el que estaba
puesto, sino que execr el nombre del emperador por esta injusticia.
Una provocacin as fue suficiente para atraer sobre s la venganza
pagana; fue entonces arrestado, severamente torturado, y finalmente
quemado vivo. Todos los cristianos fueron prendidos y encarcelados;
Galerio orden en privado que el palacio imperial fuera incendiado,
para que los cristianos fueran acusados de incendiarios, dndose una
plausible razn para llevar a cabo la persecucin con la mayor de las
severidades. Comenz un sacrificio general, lo que ocasion vahos
martirios. No se haca distincin de edad ni de sexo; el nombre de
cristiano era tan odioso para los paganos que todos inmediatamente
cayeron vctimas de sus opiniones. Muchas casas fueron incendiadas,
y familias cristianas enteras perecieron en las llamas; a otros les
ataron piedras en el cuello, y atados juntos fueron llevados al
mar. La persecucin se hizo general en todas las provincias romanas,
pero principalmente en el este. Por cuanto dur diez aos, es
imposible determinar el nmero de mrtires, ni enumerar las varias
formas de martirio.
24. Potros, azotes, espadas, dagas, cruces, veneno y hambre se
emplearon en los diversos lugares para dar muerte a los cristianos;
y se agot la imaginacin en el esfuerzo de inventar torturas contra
gentes que no haban cometido crimen alguno, sino que pensaban de
manera distinta de los seguidores de la supersticin. Una ciudad de
Frigia, totalmente poblada por cristianos, fue quemada, y todos los
moradores perecieron en las llamas. Cansados de la degollina,
finalmente, varios gobernadores de provincias presentaron ante la
corte imperial lo inapropiado de tal conducta. Por ello a muchos se
les eximi de ser ejecutados, pero, aunque no eran muertos, se haca
todo por hacerles la vida miserable; a muchos se les cortaban las
orejas, las narices, se les sacaba el ojo derecho, se inutilizaban
sus miembros mediante terribles dislocaciones, y se les quemaba la
carne en lugares visibles con hierros candentes. Es necesario ahora
sealar de manera particular a las personas ms destacadas que dieron
su vida en martirio en esta sangrienta persecucin. Sebastin, un
clebre mrtir, haba nacido en Narbona, en las Galias, y despus llego
a ser oficial de la guardia del emperador en Roma. Permaneci un
verdadero cristiano en medio de la idolatra. Sin dejarse seducir
por los esplendores de la corte, sin mancharse por los malos
ejemplos, e incontaminado por esperanzas de ascenso. Rehusando caer
en el paganismo, el emperador lo hizo llevar a un campo cercano a
la ciudad, llamado Campo de Marte, y que all le dieran muerte con
flechas; ejecutada la sentencia, algunos piadosos cristianos
acudieron al lugar de la ejecucin, para dar sepultura a su cuerpo,
y se dieron entonces cuenta de que haba seales de vida en su
cuerpo; lo llevaron de inmediato a lugar seguro, y en poco tiempo
se recuper, preparndose para un segundo martirio; porque tan pronto
como pudo salir se puso intencionadamente en el camino del
emperador cuando ste suba hacia el templo, y lo reprendi por sus
muchas crueldades e irrazonables prejuicios contra el cristianismo.
Diocleciano, cuando pudo recobrarse de su asombro, orden que
Sebastin fuera arrestado y llevado a un lugar cercano a palacio, y
all golpeado hasta morir; y para que los cristianos no lograran ni
recuperar ni sepultar su cuerpo, orden que fuera echado a la
alcantarilla. Sin embargo, una dama cristiana llamada Lucina
encontr la manera de sacarlo de all, y de sepultarlo en las
catacumbas, o nichos de los muertos. Para este tiempo, los
cristianos, despus de una seria consideracin, pensaron que era
legtimo portar annas a las rdenes de un emperador pagano.
Maximiliano, el hijo de Fabio Vctor, fue el primero decapitado bajo
esta norma. Vito, siciliano de una familia de alto rango, fue
educado como cristiano; al aumentar sus virtudes con el paso de los
aos, su constancia le apoy a travs de todas las aflicciones, y su
fe fue superior a los ms grandes peligros. Su padre Hylas, que era
pagano, al descubrir que su hijo haba sido instruido en los
principios del cristianismo por la nodriza que lo haba criado,
emple todos sus esfuerzos por volverlo al paganismo, y al final
sacrific su hijo a los dolos, el 14 de junio del 303 d.C. Vctor era
un cristiano de buena familia en Marsella, en Francia; pasaba gran
parte de la noche visitando a los afligidos y confirmando a los
dbiles; esta piadosa obra no la poda llevar a cabo durante el da de
manera consonante con su propia seguridad; gast su fortuna en
aliviar las angustias de los cristianos pobres. Finalmente, empero,
fue arrestado por edicto del emperador Maximiano, que le orden ser
atado y arrastrado por las calles. Durante el cumplimiento de esta
orden fue tratado con todo tipo de crueldades e indignidades por el
enfurecido populacho. Siguiendo inflexible, su valor fue
considerado como obstinacin. Se orden que fuera puesto al
25. potro, y l volvi sus ojos al cielo, orando a Dios que le
diera paciencia, tras lo cual sufri las torturas con la ms
admirable entereza. Cansados los verdugos de atormentarle, fue
llevado a una mazmorra. En este encierro convirti a sus carceleros,
llamados Alejandro, Feliciano y Longino. Enterndose el emperador de
esto, orden que fueran ejecutados de inmediato, y los carceleros
fueron por ello decapitados. Vctor fue de nuevo puesto al potro,
golpeado con varas sin misericordia, y de nuevo echado en la crcel.
Al ser interrogado por tercera vez acerca de su religin, persever
en sus principios; trajeron entonces un pequeo altar, y le
ordenaron que de inmediato ofreciera incienso sobre l. Enardecido
de indignacin ante tal peticin, se adelant valientemente, y con una
patada derrib el altar y el dolo. Esto enfureci de tal manera a
Maximiano, que estaba presente, que orden que el pie que haba
golpeado el altar fuera de inmediato amputado; luego Vctor fue
echado a un molino, y destrozado por las muelas, en el 303 d.C.
Estando en Tarso Mximo, gobernador de Cilicia, hicieron comparecer
ante l a tres cristianos; sus nombres eran Taraco, un anciano,
Probo y Andrnico. Despus de repetidas torturas y exhortaciones para
que se retractaran, fueron finalmente llevados a su ejecucin.
Llevados al anfiteatro, les soltaron varias fieras; pero ninguno de
los animales, aunque hambriento, los queda tocar. Entonces el
guardador sac un gran oso, que aquel mismo da haba destruido a tres
hombres; pero tanto este voraz animal como una feroz leona
rehusaron toc