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    El Partido Comunista Argentino y el golpe militar de 1976: lasraces histricas de la convergencia cvico-militar

    *

    The Argentine Communist Party and the military coup of 1976:the historical roots of civil-military convergence

    Natalia Casola1

    ResumenDesde comienzos de 1975 y hasta fines de 1982, el PartidoComunista Argentino (PCA) fue impulsor de la consigna de

    gobierno cvico militar o gobierno de amplia coalicindemocrtica. Una de las preguntas an no resueltas por lainvestigacin refiere, precisamente, a las causas que llevaron alPartido Comunista a confiar en un sector de las Fuerzas Armadas ya adaptarse a una de las dictaduras ms cruentas de la historiaArgentina. Este trabajo expone los primeros resultados de lainvestigacin tendiente a resolver este interrogante. Para ello sonanalizadas tanto las bases terico programticas que dieron forma auna original visin de la revolucin, como las lecturas partidariassobre la coyuntura previa al golpe.

    Palabras clave: Partido Comunista Argentino; Frente DemocrticoNacional; Nacionalismo, Fascismo; Peronismo

    AbstractFrom early 1975 until late 1982, the Argentine Communist Party(PCA) was driving to the slogan of "civic-military government" or"broad democratic coalition government. One of the unresolvedquestions of this research refers precisely to the causes that led tothe Communist Party to rely on one sector of the armed forces andadapt to one of the bloodiest dictatorships of Argentina's history.This paper presents the first results of the investigation to answerthis question. For this, we analyzed both the theoretical foundationsof the political program that shaped a unique vision of therevolution, as its particular readings on pre-coup situation.

    * Ponencia presentada en el II Encuentro Internacional, Teora y prctica poltica en Amrica Latina.Nuevas derechas e izquierdas en el escenario regional, 3, 4 y 5 de marzo de 20101 Argentina, Profesora de Historia, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires. BecariaConicet. Contacto: [email protected]

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    Keywords: Argentine Communist Party, National DemocraticFront, nationalism, fascism, Peronism

    Desde hace algunos aos el pueblo y las fuerzas armadas han sabido encontraruna diversidad de formas y grados de coincidencia. Tal vez la ms relevante porsu forma y contenido, haya sido la lucha contra la expresin fascistizante dellopezreguismo en lo que se diera llamar el tcito acuerdo cvico-militar- con lasmasas en la calle y el asentimiento militar a las luchas populares. A este procesode reencuentro se suma la democratizacin y toma de conciencia que se sigueoperando entre el personal militar2

    Introduccin

    Desde comienzos de 1975 y hasta fines de 1982 el Partido Comunista Argentino (PC) fueimpulsor de la consigna de gobierno cvico militar o gobierno de amplia coalicindemocrtica, como el medio ms idneo para desbaratar las pretensiones de poderpromovidas en su visin- por los sectores nacionalistas de tendencia pinochetista ygorila, en contraste con los objetivos de los sectores democrticos o legalistas con losque se esperaba poder acordar algn tipo de salida intermedia al gobierno de Isabel Pernhasta la finalizacin de su mandato. Esta propuesta de gobierno de coalicin continusiendo sostenida durante la dictadura militar. El argumento consista en aprovechar lasdivisiones al interior de las Fuerzas Armadas favoreciendo a aquellos sectores queexpresaran voluntad de normalizar la vida poltica; en opinin del PC, Videla encarnaba lacabeza de aquella fraccin.

    En la prctica, la poltica de presin hacia los sectores blandos como forma de arrancaracuerdos que tendieran a la democratizacin del pas, los llev a mantener uncomportamiento pendular entre la denuncia y la adaptacin y condescendencia con elrgimen. Si la bsqueda por rescatar elementos positivos del rgimen los involucr en elconglomerado de fuerzas polticas que legitimaban cotidianamente la marcha delautodenominado Proceso de Reorganizacin Nacional, la represin aplicada sobre susmilitantes los oblig a desplazarse hacia posiciones de denuncia.

    El estudio del Partido Comunista bajo la dictadura militar reviste, de este modo, especialinters, en la medida que permite iluminar un conjunto de contradicciones tiles para

    comprender tanto las prcticas polticas de colaboracin civil con el rgimen militar (consus diferentes grados), como las de denuncia, especialmente en relacin a las violaciones delos derechos humanos y a la de sus propios desaparecidos a travs del trabajo de la LigaArgentina por los Derechos del Hombre (LADH) y la Asamblea Permanente por losDerechos Humanos (APDH). A qu lgica poltica responda tal caracterizacin?

    2Nuestra Palabra. Segunda poca, ao II, n 114, 24 de septiembre de 1975, p. 7 en Jorge Cernadas yHoracio Tarcus, Las izquierdas argentinas y el golpe del 24 de marzo de 1976. Una seleccin documental,Polticas de la Memoria, verano 2006/2007 N 6/7, p. 33

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    En el camino de encontrar explicaciones para la poltica de contemporizacin planteada porel PC, algunos autores ensayaron interesantes hiptesis al respecto vinculndola a los

    intereses econmicos de Mosc, importante socio comercial de la Argentina en el sensiblecontexto del bloqueo estadounidense al comercio cerealero del mundo occidental con laURSS a raz de su intervencin en Afganistn. Estos estudios sin embargo, interesadosfundamentalmente en poner de relieve el peso que el PCUS tena sobre el PC local, nologran explicar acabadamente las circunstancias que llevaron, a este ltimo, a levantar laconsigna de alianza cvico militar, en la medida que soslayan los elementos internos quepudieron haber influido en la definicin asumida; como dice el historiador DanielCampione, en la lnea de interpretar al PC solo como una suerte de guetto de partidarios dela URSS, se le niega toda autonoma de decisin a la direccin local frente a la conduccinsovitica, lo que termina a la larga siendo exculpatorio de la misma3

    En una direccin similar, el periodista y ex militante del PC Isidoro Gilbert, seala,refirindose a la actividad de la FJC (la organizacin juvenil del Partido Comunista) en esosaos, que: podra pensarse que Mosc hizo lo suyo para que la central internacionaljuvenil callara. Pero el factor fundamental de ese silencio ha sido la FJC o el PCA. Lomismo ocurri con la Unin Internacional de Estudiantes (UIE), no hubo condenas a ladictadura.4

    Con todo, si estos acuerdos comerciales podran ayudar a entender la persistencia en eltiempo de la propuesta de gobierno cvico militar bajo la dictadura, en cambio, no permitenexplicar la emergencia de dicha consigna a comienzos de 1975; hacia 1976 el comercioentre ambos pases desciende considerablemente y no ser sino hasta 1978 cuando los

    acuerdos bilaterales cobren un nuevo auge5

    .

    El presente trabajo se propone de este modo desarrollar dos elementos: por un lado interesareponer los antecedentes histricos y polticos de la poltica de gobierno cvico militarcuya base se encontraba en la concepcin del Frente Democrtico Nacional. Sin lapresencia de este enfoque doctrinario resulta imposible comprender la predisposicin a lacreacin de expectativas sobre las tendencias en disputa en las Fuerzas Armadas y aconvertir en lnea poltica, los datos proporcionados por la inteligencia del partido. Por otro,sern examinadas las lecturas realizadas en la coyuntura previa al golpe militar de 1976 conel propsito de contribuir al esclarecimiento sobre el origen de la decisin de apoyar a lafraccin Videlista; como bien seala Gilbert, una de las incgnitas an no develadas se

    refiere, precisamente, a las causas que llevaron al Partido Comunista a confundirse con unde los golpes de Estado ms reaccionarios que se hayan vivido en la Argentina. Esta

    3 Daniel Campione, Los comunistas argentinos. Bases para reconstruir su historia, 1996, p. 4 enwww.fisyp.org.ar, diciembre de 20094Isidoro Gilbert,La Fede. Alistndose para la revolucin. Buenos Aires: Sudamericana, p. 6395Vase Isidoro Gilbert,El Oro de Mosc. 2da Edicin, Buenos Aires: Sudamericana p. 419

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    posicin motiv que se especulara con que el PCA sigui a pi juntillas rdenes del PCUS,debido al inters sovitico en mantener el flujo comercial con la Argentina.6

    De esta manera, en la primera parte del trabajo se analizar la estrategia poltica del FrenteDemocrtico Nacional teniendo en cuenta las tareas que planteaba en el terreno militar;luego, nos centraremos en su traduccin prctica desde 1962 y hasta 1976 develandoalgunos indicios del trabajo realizado entre los militares de carrera. Finalmente se examinala crtica coyuntura de 1975, las lecturas realizadas en torno a los cambios de mando en lossectores militares, y los esfuerzos partidarios por la conformacin de un gabinete decoalicin.

    En el desarrollo de la exposicin esperamos exhibir de conjunto la lgica poltica de la cualderiv la decisin de apoyo crtico a la fraccin Videlista, demostrando que:

    1)

    La convergencia cvico militar era un elemento constitutivo del programa del PC2)

    A medida que las Fuerzas Armadas se iban aglutinando detrs de la Doctrina deSeguridad Nacional y el anticomunismo, el PC profundizaba su trabajo polticoentre los militares, ya sea en funcin de las lecturas en clave de enfrentamientoentre democracia avanzada versus fascismo, como en clave del combate entre elbloque sovitico y el bloque capitalista de hegemona norteamericana, intentandocontrarrestar la influencia poltica de la segunda

    3) En la coyuntura abierta en 1975, el PC interpret que la negativa a cogobernar porparte de los militares del profesionalismo prescindente (entre ellos Videla) era unsigno de antigolpismo.

    Adems de algunos documentos oficiales, especialmente las opiniones vertidas en elperidico partidario Nuestra Palabra, fueron examinados folletos inditos (que en estetrabajo se presentan escuetamente) producidos por la Unin de Oficiales DemocrticosArgentinos Lautaro (en adelante Lautaro), una corriente comunista al interior de las FuerzasArmadas. Asimismo, entrevistas a militantes del PC fueron tiles para completar elconocimiento sobre la actividad del partido en ese entonces. Algunas de ellas sernanalizadas en trabajos posteriores.

    En la medida que el PCA se consideraba un partido conspirativo es que histricamentehaba dado importancia al problema militar, tanto en referencia a la autodefensa(seguridad, inteligencia interna y en otras organizaciones) como en relacin al desarrollo de

    su poltica en las Fuerzas Armadas. Por otro lado y como actividades regulares y extendidasal conjunto del partido, se abordaba a los conscriptos: se aprovechaba a los militantes quedeban realizar el servicio militar obligatorio para que desde su posicin privilegiadaintrodujeran materiales, detectaran simpatizantes y cooptaran afiliados. Adems desde losFrentes de Masas de cada regional partidaria, se designaban militantes para realizar

    6Idem, p. 387.

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    recorridas a los cuarteles y para concertar reuniones con altos mandos cuyos objetivos erande carcter estratgico.

    Pero tal es la importancia que se daba a este sector, que exista una corriente de militares decarrera cuya principal tarea consista en agrupar a los sectores democrticos en las FuerzasArmadas y ganarlos al programa de Frente Democrtico Nacional. La fundacin deLautaro, en 1962, responda a este propsito. Cul era el peso de esta corriente? Todoindica que se trataba de un sector minoritario. Sin embargo, la comprobacin de suexistencia7 y el examen de sus lecturas acerca de la evolucin poltica durante los aossetenta, resulta clave para comprender porqu frente a la coyuntura planteada en 1975, elPC crey viable el planteo de gobierno cvico militar. Junto a este anlisis, queda pendienteel examen de otros factores tanto estructurales como coyunturales que pudieron haberinfluido en el sensible contexto que antecedi al golpe y aun despus. La resolucin dedichos interrogantes no solo permitira abrir nuevas sendas en el conocimiento sobre lo

    acontecido a nivel de los partidos polticos bajo la dictadura militar, sino que, tambincontribuira a avanzar en la investigacin sobre las lgicas polticas que atravesaban al PCcomo expresin de un sector amplio de la poblacin de izquierda en la Argentina deaquellos tiempos. En nombre de la clase obrera, el PC llevar adelante la poltica de FrenteDemocrtico Nacional; la convergencia cvico militar, tal como analizaremos en lasiguiente parte del trabajo, era deudora de aquella concepcin.

    La convergencia cvico-militar: una posicin histrica

    Las alianzas con sectores militares y la predisposicin a transformar las tensiones internasen las FFAA en lnea de accin, no pueden separarse de la estrategia poltica del PC deFrente Democrtico Nacional, antioligrquico, antiimperialista y pro paz, de todas lasfuerzas progresistas y patriticas8. Esta definicin, asumida desde 1935 con laincorporacin de los postulados de Dimitrov en cuanto al Frente Popular Antifascista y laconcepcin "etapista" de la revolucin social, es decir, la idea segn la cual en los pasesoprimidos era posible separar la etapa de la revolucin democrtica de la revolucinsocialista, es la base para comprender los sucesivos posicionamientos polticos del PCdesde entonces y su obsesiva lectura de la realidad en trminos de disputa entre sectoresdemocrticos y fascistas de lo cual, a su vez, deriva su posicin frente al Estadocapitalista.

    Desde 1935, entonces, el PC sostena que en los pases atrasados o semifeudales, la tareade los comunistas consista en impulsar la etapa de la revolucin democrtica: desarrollar el

    7Entre los aportes ms significativos se encuentra el realizado por Gilbert en la ltima edicin del libro ElOro de Mosc, (2007) quien indica la relacin existente entre el General de Divisin Carlos Jorge Rosas y elPartido Comunista. Vase p.2938 Vitorio Codovilla, Una trayectoria consecuente. 2da edicin. Tomo IV, Buenos Aires: Editorial Anteo,1964, p.91

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    capitalismo, introducir la reforma agraria, fortalecer la burguesa nacional y, por lo tanto, elcrecimiento del proletariado. En este punto de vista (ntimamente ligado con el proceso deconsolidacin del estalinismo en Rusia y el retroceso de los movimientos revolucionarios a

    nivel mundial), se negaba la posibilidad de realizacin del socialismo en aquellos lugaresdel mundo donde las fuerzas productivas no estuviesen suficientemente desarrolladas por laburguesa. De este modo, el Partido Comunista en los pases atrasados se converta en eldefensor ms denodado del desarrollo capitalista.

    No se trataba, en la presente etapa de su desarrollo, de combatir alcapitalismo en general, sino al imperialismo y la oligarqua terrateniente

    y financiera9() Que por tal motivo no estbamos frente a la perspectiva

    inmediata de una revolucin socialista, sino ante las tareas de unarevolucin democrtica, agraria (es decir, antilatifundista) y

    antiimperialista. Que de ello se desprenda la necesidad de la ms ampliapoltica de alianzas de la clase obrera y el campesinado, como eje de lamasiva unidad popular, capaz de vencer la resistencia de los cenculosreaccionarios y el complot forneo y de instaurar una verdaderademocracia, que despejara el camino a las transformaciones socialistas.

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    La concepcin de revolucin democrtica convertida en objetivo estratgico sercomplementada con la poltica de frente popular alianza con sectores de la burguesaprogresista que, por esta va, es transformada en el sujeto directivo de la revolucin juntoa una clase obrera, escasamente desarrollada y a la espera de su turno en la historia.

    El partido se plantea la lucha por el poder. O este queda en manos de laoligarqua terrateniente, el gran capital intermediario y los monopoliosextranjeros o pasa a manos de la clase obrera, de las masas campesinas,de la intelectualidad, de la pequea burguesa y los sectores progresistasde la burguesa nacional y entonces podrn realizarse cambios de fondo enla estructura econmica y en la superestructura poltica del pas en unsentido democrtico y progresista11.

    Por eso, el actual programa del partido es la revolucin democrticaagraria y antimperialista, con vistas al socialismo. Cuando la clase obreray el pueblo argentino haya alcanzado la victoria en la realizacin de estos

    objetivos, pasarn a la etapa de la Revolucin socialista y entonces elactual programa ser sustituido por otro12.

    9Subrayado en el original.10Fava, Athos, Qu es el Partido Comunista?Buenos Aires: Sudamericana, 1983, p.3411Victorio Codovilla, (1964) p.29912Idem p.295

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    Derivacin de esta concepcin acerca de la revolucin, es la idea de que las FuerzasArmadas podan desempear un rol progresista si eran incorporadas a la alianza o coalicinde fuerzas democrticas, sustituyendo incluso a la burguesa nacional cuando esta se

    mostrase incapaz de desarrollar las tareas de la revolucin democrtica. Con ocasin de la5 Conferencia Nacional del Partido Comunista, en 1946 Ghioldi, pona de relieve elvnculo entre desarrollo de las fuerzas productivas y las fuerzas armadas

    La capacidad de las fuerzas armadas est en funcin del grado dedesarrollo de las fuerzas de produccin y del grado de independencia detales fuerzas productivas; () No es posible una impecable organizacinde la defensa nacional con la rmora del latifundio ni con la asfixiaindustrial; () aquella demanda un rpido desenvolvimiento industrialcapaz de satisfacer las necesidades de las fuerzas armadas13

    Es en razn de esta valoracin, los comunistas insistan en construir una herramienta paradesarrollarse en ellas. La decisin de conformar una corriente militar comunista en lasFuerzas Armadas, puede rastrearse muy tempranamente; siguiendo el ejemplo de Rusia y laparticipacin del Ejrcito en las filas revolucionarias, primaba la idea de intervenir entre lossuboficiales con el objetivo de desarrollar planteos clasistas que, en determinado momento,sirviesen para volcar a estos sectores a favor del pueblo. Con esta perspectiva, desde 1922editaron mensualmente El Lampazo, dirigido a soldados y marinos y aos ms tarde,peridicos de regin, zona, cuartel, barco, etc.14

    Sin embargo, desde mediados de la dcada del treinta, la adopcin de la lnea de frentepopular comienza a modificar los lineamientos que guiaban el trabajo entre las FuerzasArmadas; si la razn de ser de la labor poltica de los comunistas haba sido diseminarelementos que avivaran la crisis en las fuerzas castrenses, desde entonces, se buscar elresultado contrario: el fortalecimiento de la institucin militar como actor democrtico y elaislamiento de los elementos fascistas, ultramontanos presentes en las Fuerzas Armadas.Desde entonces, y de acuerdo con la lectura dicotmica Democracia-progreso Vs.Fascismoatraso , el PC tender a apoyar a los sectores liberales de las fuerzas armadas,sospechando en cambio de las fracciones nacionalistas que, segn su punto de vista, eranms sensibles a los planteos fascistas.

    En consecuencia, la corriente militar del PC dejar de actuar como un factor de disrupcindel orden en el seno de la institucin militar, para pasar, de hecho, a funcionar como una

    corriente organizada en funcin de la poltica de Frente Democrtico Nacional. Comoocurra con otros aspectos de la realidad, segn el PC, el problema radicaba en la falta dedemocracia en las fuerzas armadas y su tarea era desarrollarla. As, aquellas, sernvisualizadas como un terreno de disputa en la cual ellos mismos intervienen comoexpresin de una minora.

    13Cita extrada del semanarioNuestra Palabra, Segunda poca, Ao II, N 97, p. 714Isidoro Gilbert (2009), p. 489

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    Si bien el imaginario que entrelazaba los intereses del pueblo con los sectores militares noera privativo del comunismo, el peronismo y la llamada izquierda nacional haban

    reflexionado en una direccin similar15, el golpe de 1955, el fracaso de los levantamientosmilitares en 1956, la aplicacin del CONINTES y la militarizacin de la represin desdefines de esa dcada, resquebrajaron estos esquemas. Es desde entonces que comienzan agerminar las primeras experiencias guerrilleras, alentadas quizs por la necesidad dereemplazar el papel que el actor militar haba dejado vacante luego de su unificacinideolgica detrs de la Alianza Para el Progreso y la Doctrina de la Seguridad Nacional.

    Con todo, aun en 1966, en ocasin del golpe de estado de la llamada RevolucinArgentina, sectores de la izquierda se debatan sobre qu actitud tomar frente al nuevogobierno militar. Como seala Rouqui, es el caso del Partido Socialista de la IzquierdaNacional, que dirigan Jorge Abelardo Ramos, y Eneas Spilimbergo, quienes prejuzgaron

    favorablemente una revolucin militar que, a su entender, poda ser el principio de unnasserismo argentino16. Sin embargo, no dejaban de ser una minora. La gran mayora delas organizaciones de izquierda rompern con el imaginario de alianza pueblo- fuerzasarmadas, las cuales pasarn al campo del antipueblo.

    En el caso del PC, se produce un proceso inverso al de la mayora de la izquierda siendo losaos sesenta el periodo de mayor mpetu del trabajo en las Fuerzas Armadas. Es decir,mientras la tendencia en el mundo militar era la adopcin de la Doctrina de SeguridadNacional, el anticomunismo, y la lucha en pos de los valores del mundo occidental ycristiano, el PC se aferraba a su programa de defensa de la democracia y, con l, se lanzabaa la conquista de las fuerzas militares. En otras palabras, la orientacin fervientemente

    antipopular y autoritaria de las Fuerzas Armadas, profundiza en la visin del partido lanecesidad de luchar por reivindicaciones democrticas. En su opinin, si dicha tarea habasido importante en el pasado, lo era mucho ms entonces, cuando Estados Unidos ganabaterreno entre los militares latinoamericanos. En este sentido -operando como un factoradicional- es el contexto de la guerra fra el que imprime sus lecturas. El PC argentino sesenta (y era) uno de los destacamentos ms importante con el que poda contar la URSS enAmrica Latina; en sus preocupaciones estaba sin duda la cuestin de con qu bloque sealiaran las Fuerzas Armadas en Latinoamrica y Argentina en particular.

    Es desde esa lectura de la realidad y la necesaria derivacin en la conformacin de unFrente Democrtico Nacional que, desde 1962, el trabajo sobre las FFAA se traduce en la

    conformacin de la Unin de Oficiales Democrticos Argentinos, bautizada Lautaro en

    15Vese por ejemplo John William Coock,La lucha por la liberacin nacional.Buenos Aires: Papiro, 1971;Rodolfo Puiggrs,A dnde vamos, argentinos, Buenos Aires: Corregidor, 1972 y para un anlisis reciente alrespecto vese Guillermina, Georgieff, Nacin y Revolucin. Itinerarios de una controversia en Argentina(1960-1970)Buenos Aires: Prometeo, 2009

    16Alain Rouqui, Poder militar y sociedad poltica en la Argentina. Tomo II, Buenos Aires: Hyspamerica,1986, p. 256

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    honor a la Logia Lautaro creada por San Martin en tiempos de la revolucin deIndependencia. En 1968 publican un folleto donde explican que su principal objetivo era laconstruccin de un orden autnticamente democrtico y republicano al que se deben las

    armas de la patria para salvaguardar la soberana y la defensa nacional. No cabe duda queeste es el nico camino capaz de facilitar el reencuentro del pueblo con las FuerzasArmadas17. En 1962 y 1963, en plena crisis entre azules y colorados, Lautaro y el PCdieron su apoyo a los primeros, de procedencia liberal o legalista, frente al peligronacionalista, a pesar del explcito anticomunismo de ambas facciones,

    Del otro lado, se va produciendo el nucleamiento azul con centro enCampo de Mayo. En la sublevacin del 18 de septiembre de 1962 elgeneral Juan Carlos Ongana firma la proclama N1 () en su serie deproclamas hasta llegar a la 150 se pide: el cese de la dictadura; la

    normalidad constitucional; el respeto al poder civil; las eleccioneslibres e inmediatas; etc. Estas promesas van alineando las simpatas de lapoblacin.18

    Sin embargo, en el centro de las diferencias entre azules y colorados no estaban en juegoconcepciones antagnicas construidas en torno a los ejes democracia o autoritarismo en lamedida que ambas eran profundamente antidemocrticas y miraban con igual desconfianzael sistema de partidos. Los matices, en cambio, aparecern sobre cmo posicionarse frenteal peronismo; es en este terreno donde se revela una tendencia ms negociadora por partedel sector azul contra la intransigencia de los colorados. Seala Rouqui, mientras

    .para los colorados, el peronismo es un movimiento de clase sectario yviolento que da lugar al comunismo, los azules consideran, por elcontrario, cualesquiera que sean su itinerario personal y su pasado, que apesar de sus excesos, de sus abusos de poder y de su demagogiainsoportable, el peronismo es una fuerza nacional y cristiana que permitisalvar a la clase obrera del comunismo y que constituye por ende unbastin contra la subversin19

    No obstante, y a pesar del apoyo dado entonces a los sectores azules, en 1966, producido elgolpe de la Revolucin Argentina, Lautaro y el PC se manifestarn en contra, denunciandoa la dictadura como reaccionaria y sometida a los intereses de Estados Unidos. Por ellodesde 1965, en vsperas del golpe comenzarn a llamar a luchar

    17Lautaro. Unin de Oficiales Democrticos Argentinos, Una lmpida y patritica trayectoria al servicio delas Fuerzas Armadas, 1962-1968(compilacin de documentos) Buenos Aires: ediciones Lautaro, 1968, p-918 Idem, p.17. Luego, cuando a Ongana se le caiga la mscara de profesionalismo denunciarn a laRevolucin Argentina como contraria a sus intereses de reconciliar a las Fuerzas Armadas con el pueblo.19Rouqui, (1986) p. 213

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    Por la defensa del carcter nacional de nuestras FF. AA.; contra el esprituextranjerizante y antipopular impuesto a la reestructuracin del Ejrcito;

    contra cualquier envo de tropas o todo tipo de aporte miliar para agredir aCuba, Vietnam, o cualquier otro punto de Latinoamrica o del mundo,como fuerza cipaya de Estados Unidos.20

    Sin embargo, la experiencia del onganiato y la accin comn de las Fuerzas Armadascontra las organizaciones populares a partir de su orientacin anticomunista, no modifica enlo esencial la poltica del PC hacia las mismas. Como hemos dicho, la tendencia a lapenetracin de la Doctrina de Seguridad Nacional y la guerra antisubversiva en los sectorescastrenses, hace que el PC redoble sus esfuerzos por contrarrestar dichas tendencias enfuncin de objetivos democrticos. En consecuencia, la poltica militar del PC fue diferente

    a la que domin a las organizaciones armadas de los setenta. Mientras las segundas seproponen (ellas mismas) como el destacamento armado del pueblo para luchar contra elorden social y el conjunto de las instituciones (especialmente la militar) que lo garantizaba,el PC, desplazado del campo de la revolucin socialista (su objetivo era la revolucindemocrtica), aspirar a objetivos reformistas, cuya realizacin dependa de las alianzascon amplios sectores sociales entre los cuales, adems de los partidos polticos y lasiglesias, estaban las Fuerzas Armadas, sector que se revelara clave cuando la hora decisivallegara y las conquistas de la revolucin democrtica fuesen puestas en peligro por lareaccin del imperialismo y sus socios nacionales. La participacin de militares comunistasen la Revolucin de los Claveles en Portugal durante 1975, vendra a reforzar, en unacoyuntura de extrema sensibilidad para los argentinos, la conviccin sobre la necesidad detrabajar con las Fuerzas Armadas.21 Separados por el horizonte poltico de lucha, lasacciones guerrilleras sern calificadas como ultraizquierdistas aventureras o,directamente, terroristas.

    Una coyuntura decisiva

    En la visin del PC, Argentina marchaba en 1975 directo al derrumbe poltico y hacia ungolpe de estado de estirpe pinochetista. Pese a la agudizacin de los conflictos obreros, noestimaba que fuera posible una salida revolucionaria a la crisis, o ms aun, que la crisis

    fuera el reflejo del agravamiento de los enfrentamientos de clase. Como se ha establecido alcomienzo de este trabajo, el PC no crea que en las condiciones de atraso material en que seencontraba la Argentina fuera posible plantear otras tareas distintas a las de la revolucindemocrtica.

    20Lautaro, (1968), p. 2821Para un anlisis sobre la participacin de los comunistas en la Revolucin de los claveles, vase, OsvaldoCoggiola (comp.)Espanha e Portugal: O fim das ditaduras. San Pablo: Xama, 1995

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    Bajo este diagnstico, sostena que la solucin golpista solo poda frenarse mediante unfrente multisectorial formado por partidos polticos, sectores de la iglesia y de las fuerzasarmadas con el objetivo de normalizar la vida poltica y evitar la cada del gobierno a

    manos de los militares pinochetistas y gorilas. Desde entonces, se esforzar porconsolidar su trabajo en el marco del Movimiento de Juventudes Polticas, integrado porradicales, peronistas, intransigentes y democristianos, y por extender su influencia entre losactores a los que visualizaba como aliados, a partir de las relaciones establecidas por sufrente de masas, es decir, por el sector de cada regional partidaria, abocado a mantenervnculos con dirigentes de otras organizaciones, funcionarios religiosos (catlicos, judos yevangelistas) y funcionarios de las Fuerzas Armadas.

    En relacin a estas ltimas, el PC realizaba un seguimiento regular de su situacin desde laspginas del semanario Nuestra Palabra, analizando los pros y contras de losdesplazamientos y ascensos. Se transcriban discursos y se alertaba sobre sus

    contradicciones. El avance de la derecha peronista y el accionar terrorista de la Triple A -aun antes de la muerte de Pern- comenzaba a configurar un panorama de violencia y dehonda crisis poltica. Ya en diciembre de 1973, Pern haba decidido el reemplazo de JorgeRal Carcagno, Comandante en Jefe del Ejrcito desde la asuncin de Hctor Cmpora enmayo de ese ao, por el Teniente General Leandro Enrique Anaya. En el mes de octubre, enocasin de la X Conferencia de Ejrcitos Americanos, Carcagno haba ofrecido un discursoen el que impugnaba la Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por el Pentgono ydenunciaba a las transnacionales y el endeudamiento externo. Su radicalizacin polticadesentonaba con la orientacin ideolgica impulsada por el gobierno.

    Sin embargo, los comunistas veran en Anaya a un continuador aunque ms moderado- de

    la poltica de Carcagno. Como Videla, el Teniente General Anaya apareca pblicamentealineado detrs de los militares prescindentes, los que para el PC resultaban confiables.La negativa a prestar colaboracin con el gobierno de Isabel Pern, Lopez Rega y la TripleA, era leda como una seal de oposicin a los proyectos de represin interna.

    Por el contrario, el PC desconfiaba de los militares como Numa Laplane sucesor de Anayadesde mayo de 1975- que aparecan cercanos al gobierno de Isabel: Pero como el Tte.Gral. Numa Laplane no define al enemigo del pueblo y de la nacin, al que se limita aenglobar en el trmino subversin, su planteo resulta cuando menos confuso22Es apartir de esta distincin entre el profesionalismo prescindente y el profesionalismointegrado que deciden apoyar a los primeros e incluso llegan a proponerlos como

    potenciales aliados contra un golpe de Estado y el avance de los sectores pinochetistas.Videla -incluso Massera que era elogiado23 - aparece entonces como una opcin deseablefrente a Numa Laplane, quien emerga como sostenedor de los proyectos de la derechaperonista y de la Triple A. Sin embargo, como sealan Novaro y Palermo, elprofesionalismo prescindente, significaba, contra lo que podra interpretarse literalmente

    22Nuestra Palabra, Dos discursos militares, Segunda poca, Ao II, N 98, 4 de junio de 197523Ibdem.

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    (y contra lo que interpret el PC), tanto la decisin de no intervenir, como la inconmovibleposicin de actuar como guardin ltimo del orden. Ello implicaba, por lo menos, ponerentre parntesis la subordinacin militar a las autoridades constitucionales, y era

    plenamente compatible con la doctrina de seguridad nacional.24

    La minoritaria corriente representada por Numa Laplane y su decisin de aceptar losllamados a cogobernar, fueron aisladas por la propia oficialidad, consiguiendo sudesplazamiento en agosto de 1975 y dejando el camino allanado para la asuncin del Gral.Videla. Desde ese momento el golpe estaba decidido, solo deban esperar el momentoindicado. El instante preciso dependa de la certeza de que la interrupcin del ordenconstitucional no presentara resistencias decisivas.

    La prueba piloto se realizara en diciembre de 1975, cuando comandados por el brigadierJess Orlando Capellini, con base de operaciones en la VII Brigada Area en Morn, se

    rebele un grupo de oficiales aeronuticos bajo la exigencia de que el gobierno dimita y queel Comandante en Jefe del Ejrcito, general Videla, se hiciera cargo del ejecutivo. Larespuesta de la poblacin fue pobre, dejando en claro a los militares cul sera el escenariollegado el verdadero momento.

    En esas jornadas Videla difundi un radiograma en donde expresaba: El suscripto nocomparte la solucin propuesta. No obstante, se reclamar a las instituciones responsables yen nombre de los supremos intereses de la Repblica, que acten rpidamente en funcinde las soluciones profundas y patriticas que la situacin exige.25

    Este rechazo de Videla a la sublevacin de Capellini fue entonces interpretada por el PC

    invariablemente como la comprobacin de que con el sector encabezado por aquel, eraposible establecer algn tipo de negociacin, dada su vocacin prescindente. Hasta el 24 demarzo de 1976, el PC insistir en la necesidad de que, mediante una multisectorial cvicomilitar, se desbarataran los intentos de golpe de Estado. Nada de ello sucedi.

    Conclusin

    Un da despus del golpe, el Comit Central del PC emite una declaracin que abrira, sinsaberlo, una fisura silenciosa al interior del partido:

    Ayer, 24 de marzo, las fuerzas armadas depusieron a la Presidente MaraEstela Martinez reemplazndola por una Junta Militar integrada por loscomandantes de las tres armas. No fue un suceso inesperado. La situacinhaba llegado a un lmite extremo `que agravia a la nacin y compromete

    24Marcos, Novaro y Vicente, Palermo,La dictadura militar 1976/1983. Buenos Aires: Paids, 2003, p.3125Clarn20/12/75 en Alejandro GuerreroEl peronismo armado.Buenos Aires: Norma, 2009, p. 542

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    su futuro () En vsperas de los dramticos sucesos del 24, bandasfascistas impunes asolaron con sus crmenes el pas. La muerte rondabacalles y caminos, fbricas, universidades, hospitales; penetraba en la

    intimidad de los hogares. Nunca se haba visto en nuestro pas nada tancruel () El Partido Comunista est convencido de que no ha sido elgolpe del 24 el mtodo ms idneo para resolver la profunda crisis polticay econmica, cultural y moral. Pero estamos ante una nueva realidad.Estamos ante el caso de juzgar los hechos como ellos son. Nosatendremos a los hechos y a nuestra forma de juzgarlos: su confrontacincon las palabras y promesas26

    La propuesta de gobierno cvico militar y la caracterizacin de que exista una corrientedemocrtica en las Fuerzas Armadas con capacidad para encabezar el proceso poltico, sersostenida hasta fines de 1982. En trminos generales, no se encontrarn declaraciones

    claramente opositoras que en esos seis aos permitan situar al PC en el campo de lasorganizaciones que resistieron a la dictadura.

    Sin embargo, en el transcurso de ese perodo, el PC sufri decenas de desapariciones a lasque respondi con una tenaz actividad en el marco de la Liga por los Derechos del Hombrey la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Cientos de militantes seinvolucraron riesgosamente en dichas actividades, como en 1975 lo haban hechorecorriendo cuarteles, e incluso como conscriptos, tratando de incidir sobre el humor de lasFuerzas Armadas diseminando volantes o estableciendo discusiones.

    Pero 1976 -y los aos posteriores- no fueron 1975, y para muchos comenz a ser evidente

    que las tensiones internas a las Fuerzas Armadas no se traducan en diferencias de tratohacia los militantes y activistas polticos. No hubo oposiciones y fraccionamientos internosen aquel momento, pero el malestar y la incomodidad se manifestaran con posterioridad.En octubre de 1982, en uno de los primeros actos que la distensin poltica posterior a laderrota de Malvinas haba permitido, Patricio Echegaray, entonces recientemente elegidoSecretario General de la Federacin Juvenil Comunista, fue silbado por la multitud cuandoan entonces levant la consigna de confluencia con sectores democrticos de las FuerzasArmadas. Esa fue la ltima vez.

    En el presente trabajo se pretendi establecer que por encima de las consideraciones de lacoyuntura previa y durante la dictadura- existan elementos en la base programtica del

    PC que permiten entender la predisposicin a leer las tensiones internas a las FuerzasArmadas en clave de enfrentamiento entre democracia y fascismo. En este sentido lavisin sobre las Fuerzas Armadas era moldeada por los preceptos del Frente DemocrticoNacional y los objetivos de la revolucin democrtica.

    26Los comunistas y la nueva situacin argentina Declaracin del Partido Comunista, 25 de marzo de 1976enResoluciones y Declaraciones 1976/1977. Buenos Aires: Fundamentos. 1977

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    A diferencia de la mayora de la izquierda, que desde 1955 comenzaba a cuestionar laposibilidad de colocar a sectores militares detrs de los intereses del pueblo, el PC seempeaba en contrarrestar las influencias de la Doctrina de Seguridad Nacional con

    planteos antiimperialistas y en defensa de la soberana nacional. Detrs de estos planteospuede apreciarse la influencia del escenario de la guerra fra y de la disputa entre el bloquecapitalista y el bloque sovitico del cual el PC argentino se senta servidor.

    De este modo, el imaginario de convergencia entre militares y civiles en funcin de estosobjetivos, formaban parte constitutiva del programa del PC. Para conseguirlo, invertangran parte de su capital militante y poltico en capturar la atencin tanto de oficiales ysuboficiales, como de los conscriptos que ocasionalmente podan desempear tareas deorden externo e interno. Se repartan declaraciones, folletos e incluso libros dedicados alanlisis del tema militar y la intervencin del partido, mostrando hasta qu punto el PCconsideraba importante y factible orientar a los sectores castrenses.

    En la crtica coyuntura abierta tras la muerte del presidente Pern, el PC redobla susesfuerzos en este plano. Al grito de soldados de la patria, no apunten contra el pueblo!cientos de militantes recorrieron cuarteles denunciando la proximidad de un golpepinochetista e instando a los soldados a oponerse desde adentro. Como hemos dicho, elPC no confiaba en que las huelgas de trabajadores pudieran dar su propia solucin a lacrisis del rgimen social. Por esa razn propona soluciones defensivas, intermedias: ungabinete de gobierno de todos; de los peronistas, de los radicales, de los militares, de losempresarios (progresistas). En este contexto, los militares prescindentes fueronidentificados como democrticos, aunque la denominada prescindencia sirvi a lospropsitos golpistas.

    Pero si los comunistas contaban con informantes en varios niveles de las Fuerzas Armadas,cmo pudo haber incurrido en semejante distorsin? Acaso pudieron haber resultadovctimas de una operacin de contrainteligencia? Es posible que su estimacin sobre supropio desarrollo en las Fuerzas Armadas fuera irreal? Qu ocurri con sus oficiales bajola dictadura militar? Por qu razn bajo el rgimen militar continu sosteniendo la mismapropuesta? Acaso fue el temor a la represin indiscriminada sobre la organizacin lo quelos llev a tomar una actitud de no enfrentamiento? Como se plant al comienzo de estetrabajo, la respuesta a estos interrogantes podra ayudar a deconstruir la trama de lasrelaciones civiles con el rgimen militar. Poco se ha estudiado el papel de los partidospolticos en este periodo, ya sea en el plano de las decisiones que abrieron la puerta al

    golpe, como en su sostenimiento posterior. De igual manera, tampoco fue examinada consistematicidad la intervencin de los partidos de izquierda en los espacios de denuncia,oposicin y resistencia. Con este trabajo, y los que vendrn, esperamos realizar un aporte.

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    Recibido: 23 /02/10Aceptado: 21/03/10