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Relación educador-educando y el manejo efectivo en aula

El Profesor

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pedagogia critica

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Relación educador-educando y el manejo efectivo en aula

Andrea Millao Reyes-Pablo Yévenez López

Primavera 2015, Temuco

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Introducción

Recientemente en un reportaje de la televisión chilena se habló de las “Neuronas

Espejo”, denominadas así por ser las responsables, entre otras cosas, de la

empatía. Se trata de que el cerebro puede sentir la misma actividad neuronal que

otro cerebro, es decir establecer una relación que siente las bases para el

aprendizaje; es que un cerebro puede generar relaciones de empatía con otro

cerebro, en tanto que ésta constituiría un factor central en el proceso de

aprendizaje y por consiguiente de la enseñanza educacional. No limitada en

ningún sentido esta capacidad del cerebro al aula (puesto que de acuerdo a

investigaciones recientes estas “Neuronas Espejo” son utilizadas en procesos de

rehabilitación corporal-cerebral), pero sí acotado a los objetivos de este informe: el

proceso de aprendizaje cotejado en el aula, el control y manejo en ésta, y desde

nuestro punto de vista centrado en la relación Educador-Educando y no desde un

punto de vista reduccionista y conductista centrada solo en la figura del profesor.

Como opción, es de central importancia entonces, expresar una hipótesis en este

trabajo: el manejo efectivo en el aula se basa en la relación dialéctica entre

profesor y estudiante, puesto que aprendizaje existe en tanto condición de que

asistan educandos en el aula, no así solo profesor. En este sentido un profesor se

convierte en un factor dispensable en esta relación y sí indispensable es la

existencia de educandos o sujetos dispuestos a aprender.

Desde aspectos teóricos el desarrollo del informe se abordará teóricamente desde

una opción metodológica relacionada a la Pedagogía de la Liberación,

integrándole aspectos fundamentales sicológico-atropologico, la Teoría cognitiva

de Piaget y la psicología cultural de Lev S. Vigotsky.

Así es que podríamos apresurar ciertos aspectos potenciales que abordaremos de

modo instrumental como premisas de este escrito:

1. No existe un especie de manual para el manejo efectivo en el aula

2. Por lo mismo la concepción educador-educando no es una relación estática

ni preestablecida, sino dinámica.

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3. La figura del profesor no debe confundirse con la figura de mediador que

propone Vigotsky, por lo que el profesor es solo un elemento más de

proceso de aprendizaje y no el motor ni el centro de la instrucción.

4. El profesor es una construcción social y política, dotada de valor

académico.

5. Por lo tanto, antes que profeso debemos ser investigadores acuciosos de

esta relación educador-educando que se manifiesta “prácticamente” en el

aula y los establecimientos educacionales.

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Pedagogía de la liberación y su práctica en el aula

“Nadie educa a nadie-nadie se educa a sí mismo-los hombres se

educan entre sí mediatizados por el mundo.”1

La metodología que se extrae desde la pedagogía de la liberación por lo general

se entiende como una teoría práctica alejada de las aulas y los espacios escolares

establecidos, nos referimos en específico a establecimientos educacionales con su

propia organización espacial y organización administrativa, que se convierten en el

último eslabón práctico de una política educacional determinada, construida al

albor de una política económica especifica e intencionada en directa relación con

los poderes económico y políticos del stablishment.

No obstante lo anterior, es que nosotros nos planteamos la interrogante sino la

dificultad autoimpuesta de cómo puede esta práctica pedagógica aplicarse en el

aula, de colegios que sin duda deben perpetuar la disciplina de los educandos y

que en cierta medida se confunde con un manejo efectivo en el aula.

No son pocos los profesores, que más allá de la formalidad y la formación

académica, han escuchado de los aportes de Paulo Freire, pero en un muchas

ocasiones también se manifiesta al unísono de que estas ideas son

impracticables, precisamente por sus intenciones de transformación del sistema

pedagógico y la realidad injusta de que son producto las malas prácticas

educaciones y las desigualdades sociales y económicas. Así…

“El método de Paulo Freire es, fundamentalmente un método de cultura

popular: concientiza y politiza. No absorbe lo político en lo pedagógico

ni enemista la educación con la política. Las distingue sí, pero la unidad

del mismo movimiento en que el hombre se historiciza y busca

reencontrarse, esto es, busca ser libre. No tiene la ingenuidad de

suponer que la educación y solo ella decidirá los rumbos de la historia,

sino tiene, con todo, el coraje suficiente para afirmar que la educación

verdadera concientiza las contradicciones del mundo humano, sean

1 Freire, Paulo, “Pedagogía del oprimido”, Ediciones Santiago S.R.I. 1992. Santiago, Chile.

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estructurales, superestructurales o interestructurales, contradicciones

que impelen al hombre a ir adelante… es “la educación como práctica

de la libertad” ”.2

Puestas así las premisas, a grandes rasgos, de las ideas de Freire, volvemos a la

interrogante del cómo aplicar la teoría y práctica de la libertad en el aula y en

espacios formales, es así como llegamos al periodo en que este pedagogo,

filósofo y político brasileño vuelve a u país luego de la dictadura de 1964. Freire en

1979 con pasaporte suizo volvió a Brasil y a pesar de las trabas burocráticas de la

dictadura es reconocido por la Universidad de Sao Paulo y posteriormente por la

Universidad de Recife, donde era director del servicio cultural antes de ser

exiliado3.

En 1989 fue nombrado secretario de educación del Municipio de Sao Paulo en

demanda del partido de los trabajadores, ya que él era uno de los fundadores.

Este puesto consistía en gestionar una red con más 650 escuelas, con más de

700.000 alumnos. “Rodeado de un grupo de amigos y discípulos, Freire intentó

cambiar la cara de la escuela, entregando las escuelas a las comunidades locales

(la autonomía de la escuela era una de sus convicciones sobre el sistema

educativo formal), creando consejos de escuelas y asociaciones de alumnos, y

estimulando los proyectos autónomos de centro.”4, así es como se puso en

marcha un movimiento de alfabetización a través del foro de los Movimientos

Populares de Alfabetización, donde se moviliza recursos públicos y voluntariado.

Asimismo se puso un plan de formación de los profesores bajo las ideas de Freire

que plasmamos a continuación:

1. La educación de los adultos tiene que fundamentarse en la conciencia de la

cotidianidad de los educandos, superando el mero conocer letras, palabras

y frases.

2 Freire, Paulo, “Pedagogía…” Op. Cit., pág. 18.3 Trilla J. et. al., “El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI”, Editorial Graó, 2007, Barcelona. Pág 323. 4 Idem.

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2. Horizontalidad de los procesos educativos y políticos, los educandos y los

líderes políticos han de aprender de sus alumnos o de sus bases, al tiempo

que les enseñan y orientan.

3. La educación de adultos debe ser un estímulo para la emergencia

sociopolítica del pueblo y una herramienta para participar de la vida pública,

más que un mero instrumento para alcanzar un grado académico.

4. En consecuencia algunos de los contenidos de estudio deben ser aportados

por los educandos.

En términos concretos y más desarrollados con vaivén del tiempo el método de

Freire puede ser definido en 5 etapas:

a. La investigación temática: escuchar lo que la gente decía, tomando de

esto las frases más significativas.

b. La codificación: configuración del “universo vocabular mínimo” y “temas

bisagras”, es decir, temas aportador por educandos.

c. Plasmar un soporte visual cualquiera (carteles, dibujos en cartón o en

diapositivas) con situaciones-palabras significativas con cuadros de familias

silábicas derivadas de cada palabra.

d. Los círculos de cultura y la problematización: primeros pasos de la

organización del grupo denominados círculos de cultura, el comienzo del

diálogo entre educadores (llamados coordinadores) y educandos. Así con

las imágenes se comienza a describir, sin ninguna palabra escrita, y a

través de una serie escalonada de preguntas del educador se llegaría a la

problematización, es decir, reflexiones entre las relaciones de las personas,

con su entorno y de las personas entre si.

e. Alfabetización en sentido estricto: a partir de la denominada palabra

generadora parte la alfabetización y la separación de sílabas con guiones,

comenzando la formación de otras palabras que puedan describir y

cuestionar la realidad de los educandos.

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Fundamentación psicológico-antropológica

“Las escuelas continúan pareciéndose, en muchas maneras, al más

antiguo orden en el que un simple individuo imponía su voluntad

sobre el grupo, y la concepción de la disciplina escolar sigue

reflejando una medida de dominación y represión arbitraria”.5

Manejo de la clase y enseñanza eficaz

La cooperación en las distintas actividades de la clase consta de una combinación

de varios factores, algunos de los procesos básicos implicados en la consecución

de esta tarea son 4 tópicos básicos considerados en:

1. El comienzo del año.

2. La selección y organización de actividades.

3. La utilización del tiempo en las actividades de la clase.

4. La forma de parar el mal comportamiento.

Así con el tiempo, la masividad de los profesores logra manejar sus clases con

éxito. Pero esta meta no resulta fácil. Enseñar en las clases no es una materia en

la que se sigan reglas inflexibles. Aún más, la enseñanza implica un ajuste a

múltiples exigencias y demandas de un medio ambiente complejo. Como mínimo,

los profesores eficaces requieren: 1) Gran conocimiento de lo que probablemente

ocurre en las clases; 2) una habilidad para procesar información rápidamente y 3)

pericia en llevar a efecto una serie de actuaciones a lo largo de un periodo de

tiempo.

Por lo tanto, podemos decir que la enseñanza no se mejora por la simple fórmula

de una serie de condiciones ideales a modo de manual. El trabajo real de la

enseñanza es hacer aparecer esas condiciones en las clases y en este sentido el

manejo de las clases es la base para crear esas condiciones. En esta línea, la

5 William Chandler Bagley, 1914.

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enseñanza eficaz necesita como condición anterior un trabajo eficaz de la clase

que pueda resolver un número más o menos identificable de problemas que

pueden surgir de las relaciones en el aula, de la realidad del educando y su

entorno social, político y económico.

Problemas sicológicos de la enseñanza

1. La estructura motivada de la enseñanza

Tanto el aprendizaje como la enseñanza en el aula depende de un ambiente de

motivación de impulsos educativos que tienen lugar casi en la existencia misma

de las culturas humanas, pues para la supervivencia y reproducción de una

determinada sociedad es pertinente entender la alternidad de niños y adultos que

hacen pertinente la educación como factor de cohesión en las sociedades.

Así, podemos mencionar que en una primera instancia podemos identificar un

primer grupo de fuerzas impulsivas caracterizadas en el impulso de cuidado

relacionada a reflejos maternales; “pues el ser humano no limita su actividad solo

al cuidado del cuerpo, sino que como dice Fröbel, simultáneamente se une con

esto el cuidado del alma…” 6, es decir, lo animales desarrollados que por ejemplo

en el encuentro asistencial del niño la madre se gana su amor y su confianza,

estimulando las fuerzas de afectividad.

Otro segundo grupo de fuerzas impulsivas se encuentra en el contacto social, se

habla de este modo que de modo instintivo, gracias a la experiencia vivida y la

coetaneidad de vidas entre jóvenes y viejos, es decir, simultaneidad de

generaciones estos jóvenes les prestan adhesión, no obstante también puede

existir el caso que, como nos expresa E. González Calleja, lo anterior es discutible

puesto que “no siempre es la generación biológicamente central la que asume la

carga de historicidad. Muchos procesos revolucionarios o contra revolucionarios

pueden entenderse mejor como la pérdida de esa centralidad histórica…

6 Hillebrand. M. J. “Psicología del aprendizaje y de la enseñanza. Fundamentación psicológico-antropológica.”, Aguilar, 1964, Madrid, España, pág. 110.

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desalojada prematuramente por la generación más joven… que lucha por la

historicidad”7, sin embargo un tipo definido de educador se halla llamado a

satisfacer y a aprovechar pedagógicamente estos anhelos de adhesión juvenil.

Por último este proceso puede culminar en lo que denominaríamos un motivación

procedente de la voluntad, llamada voluntad formativa, que encontraría su

expresión más perfecta en el amor pedagógico o de lo que hablaba Sócrates, el

eros pedagógico8.

2. El problema de la capacidad de contacto del maestro

Un elemento esencial de la enseñanza, es decir, de la educación con éxito es la

capacidad de contacto del maestro o educador. Así por capacidad de contacto

entendemos tanto la necesidad de mutua comprensión como la posibilidad de

establecer una unión con mediante la comunicación.9

En esta línea podemos mencionar la relación maestro-alumno, la cual podemos

dividir en:

a. Relación social maestro-alumno: es universalmente conocido que las primeras

dificultades es colares a la entrada del niño en la escuela se suelen basar más

en dificultades de adaptación que en verdaderas dificultades de aprendizaje.

Es que el estado de ánimo del niño resultante irrita al niño y perturba la

predisposición a aprender, la voluntad de aprendizaje y el aprendizaje mismo,

si por otra parte la relación entre el maestro y el alumno es fluido la

predisposición la aprender del niño o niña tiene éxito, es decir, le es más fácil

aprender.

b. Relación maestro-clase: si por lo general se habla de que el proceso de

enseñanza en los establecimientos educacionales son procesos, primera

centrados en el profesor más que en el educando o en su relación dialéctica y

segundo, se desarrolla en este espacio un procesos de adoctrinamiento más

que un proceso, al cual nosotros denomina os de aprendizaje real y efectivo.

7 Eduardo Gonzáles Calleja. “Rebelión en las aulas. Movilización…”. Op. cit. Pág. 27.8 Hillebrand. M. J. “Psicología del aprendizaje…”, Op. cit. pág. 112 9 Hillebrand. M. J. “Psicología del aprendizaje…”, Op. cit. pág. 115

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Por otra parte exigencias más radicales desearían hacer del maestro una

mera figura marginal en la instrucción. De este modo se convierte en un

problema, un dilema a tomar en cuenta es la autoridad del maestro y su

función en la vida instructiva, la cual desde un punto de vista del desarrolla de

la psicología alemana existen dos perspectivas: la relación de dominación y la

relación integrativa.10

“Esta oposición agrupa al maestro y al alumno en torno a una tarea, en

la cual los alumnos deben ser autónomos en lo posible, y la función del

maestro debe limitarse a la dirección y al consejo. Pero yo, el maestro,

no soy lo principal; yo como maestro, solo estoy justificado por estos

alumnos míos; ellos me otorgan mi derecho, ellos me sitúan en mi

puesto como maestro. Dentro de una vida instructiva y una vida escolar

y de esta clase se llaga también por sí mismo a una solución distinta,

más sencilla, de la cuestión de la disciplina y del régimen. No se

discute supuesto preeminente, pues el maestro está allí con exigencias

y en una actitud que no provoca contradicción, presentándose como

“autoridad en función.”11

Pensamiento de Piaget para las maestras y maestros de los primeros grados

La variedad de niños y niñas que llegan a los primeros grados es múltiple, lo

cuales se encuentras lógicamente influenciados por su capital cultural, hallado en

sus círculos más cercanos, ya sea en cursos pre-básica o en su familia y círculo

de amigos más cercanos en el cual los niños se embarcan en los primeros

procesos de aprendizaje mediante el juego.

De esta manera, el maestro se ve pronto enfrascado en el problema de brindar

tareas para tres niveles distintos, que corresponden a los estadios pre-conceptual,

intuitivo y concreto de Piaget.

10 Hillebrand. M. J. “Psicología del aprendizaje…”, Op. cit. pág. 12011 Hillebrand. M. J. “Psicología del aprendizaje…”, Op. cit. pág. 121, 122.

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Los niños en el primer estadio necesitan aquello juegos y actividades tales como

el juego con arena, agua y varios tipos de recipientes, que preceden al desarrollo

conceptual y en gran parte no está estructurados, y requieren también del máximo

de posible de atención individual, para tener así la seguridad de que desarrollan

plenamente las funciones directivas de la palabra.

Los del segundo estadio necesitan juegos más estructurados y actividades que

conduzcan a la formación de conceptos simples y a la adquisición de algunas

habilidades.

En cambio a los niños con capital cultural “más valiosos o más adelantado y

desarrollado”, necesitan práctica en el uso de los conceptos y habilidades que

poseen, así como actividades y juegos estructurados, que conduzcan a un mayor

desarrollo conceptual.12

Precauciones

1. No iniciar a los niños tempranamente en actividades o prácticas que

superen sus estadios de desarrollo cognitivo, que puedan generara

desconcentración o incomodidad en el educando, principales causas del

desorden en el aula.

2. Por otra parte es vital importancia identificar con veracidad el estadio

cognitivo en el cual se encuentran niños y niñas, esto por ejemplo cuando

un niño habla bien y tenga una fluidez en el habla no necesariamente se

encuentra en el tercer estadio al cual nos referimos con anterioridad.

Animándolos a leer y escribir sin tener desarrollados otros aspectos, a los

cuales se llega principalmente mediante el juego.

3. Por otra parte, pertinente identificar deficiencias ligeras de la vista, oído o

inclusive otras sentidos de vital importancia para el desarrollo cognitivo.

4. En el caso de niños con lesiones cerebrales, es pertinente el uso de

materiales que desarrollen aspectos cognitivos que pongan en juego un

12 Beard, Ruth M. “Psicología evolutiva de Piaget. Una síntesis para educadores.” Editorial Kapelusz, 1971, Buenos Aires, Argentina. pág. 68-76.

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mayor espectro de áreas cognitivas, de modo de reforzar cada concepto de

forma parcelada.

Conclusión

A lo ya descrito en la introducción:

1. No existe un especie de manual para el manejo efectivo en el aula

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2. Por lo mismo la concepción educador-educando no es una relación estática

ni preestablecida, sino dinámica.

3. La figura del profesor no debe confundirse con la figura de mediador que

propone Vigotsky, por lo que el profesor es también un mediador, pero solo

un elemento más del proceso de aprendizaje y no el motor ni el centro de la

instrucción.

4. El profesor es una construcción social y política, dotada de valor

académico.

5. Por lo tanto, antes que profesor debemos ser investigadores acuciosos de

esta relación educador-educando que se manifiesta “prácticamente” en el

aula y los establecimientos educacionales.

Podemos agregar nuestra hipótesis inicial: el manejo efectivo en el aula se basa

en la relación dialéctica entre profesor y estudiante, puesto que aprendizaje existe

en tanto condición de que asistan educandos en el aula, no así solo profesor. En

este sentido un profesor se convierte en un factor dispensable en esta relación y sí

indispensable es la existencia de educandos o sujetos dispuestos a aprender y

enseñar (educador).

Asimismo podemos agregar también que si definimos educación esta constituye

primero un modo de reproducción de la cultura, y si es tomando postura, un modo

de reproducción de la Cultura Popular como hablaba Freire; por lo tanto:

“… se pueden distinguir dos formas fundamentales de educación, 1) la

que se propone simplemente trasmitir las técnicas de trabajo y de

comportamiento que ya están en posesión del grupo social y garantizar

su relativa inmutabilidad; 2) la que se propone a través de la

transmisión de las técnicas poseídas por la sociedad, formar en los

individuos la capacidad de corregir y perfeccionar las técnicas

mismas.”13

13 Abbagnano, Nicola, “Diccionario de filosofía”, Fondo de Cultural Económica. 1994. México pág. 371

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De este modo también podemos expresar que ninguna de las orientaciones

anteriores se encuentra en estado puro ya que no existen sociedades tan

absolutamente primitivas que no permitan una corrección o una lenta modificación

de sus técnicas, como tampoco existen sociedades puramente civiles que den

cuenta de una rápida e incesante modificación de las técnicas destinadas a

regular la conducta de los individuos y su comportamiento entre sí.

Por lo tanto y finalizando, creemos que un manejo efectivo en el aula no debe

confundirse en ningún sentido con la disciplina en ésta, sino que debe entenderse

como las metodologías para un efectivo aprendizaje de los niños y niñas, por cual

es imperante preguntarse por la función social y política de la escuela, como

espacio de reproducción social de una visión hegemónica de la realidad, de un

determinado modelo. Es así que por opción, este modelo entendiendo como

central la relación Educador-Educando, debe tomar posición en torno a un modelo

potencialmente aplicable en aula, puesto que éste puede ser uno destinado hacia

la liberación o lisa y llanamente a la dominación de estructuras y superestructuras,

predeterminadas.

En este sentido es de vital importancia cuestionarse la labor del docente y lo que

realmente es un aprendizaje efectivo en el aula para avanzar hacia una liberación

de las estructuras de dominación y explotación, que creemos son las verdaderas

trabas para un manejo efectivo en la sala de clases.