18

Click here to load reader

El Surrealismo de La Locura

  • Upload
    mexking

  • View
    648

  • Download
    3

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Jussara Teixeira. A partir de la novela “Leonora”, de Elena Poniatowska.

Citation preview

Page 1: El Surrealismo de La Locura

El surrealismo de la locura

Comentarios al libro “Eleonora” de Elena Poniatowska

Jussara Teixeira

En pocas ocasiones un libro logra reunir, para mí, tantos atractivos como el libro “Eleonora” de Poniatowska, publicado por Seix Barral y premio Biblioteca Breve, por lo mismo, les ruego acepten de antemano mis disculpas, por escribir y rescribir en un texto extenso, pues, en este acto hay una buena dosis de re-escribirme, como en todas las escrituras.

Page 2: El Surrealismo de La Locura

Libro que me evoca encuentros y pasiones intensas, de acercamientos posibles. La primera, a la autora, cuya trayectoria de compromisos en su vida-escritura demuestra no sólo un cultivado oficio, sino la pasión por el arte, merecida acreedora de diversos premios. Luego, Eleonora, relato de una existencia de vértigos en los compases de las rebeldías posibles, del arte de vivir en el peligro y de llevar al extremo las glorias de la suprema libertad de la pasión por la creación. Por ultimo el tema de mi pasión, el psicoanálisis y el arte o los laberintos del dolor, de la locura, y del inconsciente, los mismos que los surrealistas despliegan impúdicamente a partir de la orfandad del arte, tal como plantea Gadamer en el texto “La actualidad de lo bello” (1).

A partir de Eleonora, anglo-mexicana, nacida en Inglaterra, un 6 de abril de 1917, de sus pasos, laberintos y tropiezos por la existencia, modelo y referencia obligatoria a los amantes del surrealismo, Poniatowska, escucha, investiga, documenta, alimentada por una época, un mar de historias que se cruzan y se alejan, y hace gala, con su pluma de intensos relatos de cuestiones singulares y conmovedoras, por lo mismo ambiguas del día a día de un tiempo de dolor y creación.

En este proceso cumple con dar forma al inarticulado del ser que se excede en el plano de la re-presentación. Llevando en consideración que el propio artista trastocado por el transito de lo visible y lo no visible, despliega un campo privilegiado desde la dinámica de la presencia- ausencia de lo sensible, el camino a la culminación en la experiencia estética. El mismo camino que nos es tan cercano a los que nos dedicamos al trabajo con el inconsciente. Una curiosa y esplendida abertura de aquello que nos hace hacer y decir en lo cotidiano de nuestra experiencia analítica.

Es justo en el dominio de la sensibilidad estética, en la historia libidinal de Eleonora, relacionado con que se gesta del confuso interior de la creación de una verdad, a través de la experiencia artística de la surrealista y de la escritora, que nos centraremos.

Eleonora desde la orilla de su iniciada vida reconoce los oscuros del humo de las calles y de los hombres en su mansión gótica llena de zonas de sombras,

Page 3: El Surrealismo de La Locura

neblina y de misterio y se inventa un caballo que se mueve lejos, muy lejos. Habla de sus visiones durante sus sueños y Nanny, su nana, quien la entiende y acobija hasta en momentos más inexplicables, afirma que tiene el don de la videncia, que la marcara como trazos de un dibujo su existencia. Tártaro, la columpia y los sabios sidhes la atraen, traviesos y diminutos, son cómplices. Contradice, aun con temor a su padre, protestante, que no logra entender su conducta rebelde, y cuya único credo es el trabajo, quien también la marca, a quien desafía y confronta con vigor hasta su muerte, poniendo en tela de juicio su palabra, “la formación de las mujeres es distinta a la de los hombres… hay que educarlas para complacer…”. Y aun que madre católica e hija pueden alcanzar a galope otras dimensiones sin decirse palabras, y sabiendo la madre que su hija es una compañera inmejorable en las visitas a lo tradicional y a lo mágico, los rasgos de su padre en Eleonora, sus ansias de experimento, su apetito a todo y su rebeldía, las aleja, por llegar demasiado temprano o demasiado tarde a todo. A Eleonora, portadora de las más inusitadas formas de quebrantamiento de las reglas vigentes, para su clase social, llamarla pesadilla, agudiza su curiosidad, la guía, lleve a donde lleve su deseo alucinado y anuncia que vivir de acuerdo con los demás es una enfermedad, preludio de un afán de libertad que buscará hasta su muerte. Minimiza su linaje y la costumbre snob, como anclajes que asfixian en la división entre las concepciones vigentes del bueno y del malo.

De colegios, conventos, y escuelas para la aristocracia donde el silencio es la soledad, los hábitos negros de las religiosas le parecen lomos de jabalí en el sepulcro, preludio de su creación, donde la tajan, le cortan el pelo, símbolo judío de la sensualidad y de la vanidad, pero no le castran su imaginación desbordante. Pasando por momentos de gran inspiración mística con Juana de Arco, aterroriza a la reverenda madre con preguntas que arrugan hasta sus mas fieles certidumbres, tarda en obedecer, vive ausente y sobretodo de forma excéntrica. Le arrulla dibujar con los dos hemisferios del cerebro animales con caras de gentes, don que luego hace coquetería con los hombres y despliega en su obra. La expulsan de los claustros por peculiar, diferente, indisciplinada, por añorar colores y pinceles. Lo que quiere, afirma,

Page 4: El Surrealismo de La Locura

es pintar, crear un mundo diferente y vivirlo. Con la visión de los colores bermellones de Francesco di Giorgio y de Giovanni di Paollo se siente en su elemento, los polvos mágicos que luego plasma en los lienzos.

Aun que ser joven y rica abre caminos, es por los senderos que retoma, luego de una convalecencia, que le obliga a estar en un hospital, una salida, y surge París, que le fascina y seduce. La respetabilidad es lo más aburrido que hay en el mundo, reza. Por ello intenta saltar la barrera de las concepciones sobre los artistas que atesoraban los padres y dejar a un lado la corte e imaginarios certificados de pureza de sangre de las elites. En un hito, una ceremonia histórica, la presentación de las jóvenes a la aristocracia, donde nadie hace nada fuera de lo que dicta la etiqueta, Eleonora, llama la atención pero proclama que no tiene intención de ser vendida a un buen postor, retomando lo que para ella era lo más importante de si. Y del palco real pasa a un sótano donde apenas tiene para comer pero tiene para pintar lo que surge de su imaginación.

En el inicio de sus estudios en el arte, entusiasta obedece, no se escapa, se deja domar por ratos y demuestra que tiene talento. Conoce la esencia de la pintura como instrumento de libertad, para probar y cambiar al padre en su mirada.

Corren los tiempos del surrealismo con que entra en contacto a través de un libro, de Herbert Read, en cuya portada encuentra por vez primera a Max Ernst, lo conoce y reconoce como el que puede despertar algo que ya no va a poder parar hasta su muerte, que ronda la locura, una nueva realidad creada por la sensibilidad de su ser y de su talento. Max es un hallazgo, la confronta, la saca de si para llevarla a si.

Como los surrealistas de la época, asqueados por la guerra, montados en el dadaísmo, e inspirados por Freud descubren lo oculto de las formas de amor, de sufrimiento y de locura hasta la enfermedad. Evidenciando el lugar del inconsciente en la creación artística, reconocen la aportación desplegada en la obra freudiana, sobretodo en el texto “El creador literario y el fantaseo” de 1908. Vivencia así otro universo del sueño que parecía irrealizable, en la

Page 5: El Surrealismo de La Locura

primera exposición internacional de surrealismo, encontrando lo que pensaba solo existía con Lewis Carrol. Pintores, grabadores, los expresionistas alemanes y austriacos, así como Eluard, Breton, Ernst resucitan de la guerra poniendo el arte a servicio de la imaginación en una revolución permanente que añoraban y que lograron parcialmente.

El encuentro con Max que solo con la mirada estremece su mundo, adelanta una transformación, curiosamente con alguien que le lleva veinte años, que podría ser su padre con características de artista, artesano, carpintero, yesero, electricista, plomero, constructor, en fin creador. Es la mirada que esperaba del padre en la esencia de su creatividad, por ello se agita y libera con la misma locura que abre las puertas de su interior al brincar de la mediocridad y ver materia de creación en lo que nadie ve. Se vale de todo en la creación convulsiva yendo más allá. Descubre, aun con dificultades, la diferencia entre ser y tener, con sueños, cabellos, uñas, dientes, manos, sangre, saliva, lagrimas, ser, seres, la libertad en la profundidad rica de desafíos. Formas del inconsciente que regresa de lo desconocido a los soportes del arte.

El hombre a quien ama como un pedido, bofetada al padre, redefine y reconstruye en el caballito, Tártaro, la vida, conduciéndola a un borde arbitrario, difícil de traducir en palabras, viviendo cada vez más los muchos últimos momentos de la existencia. El autonombrado Loplop, poeta callejero, pájaro superior, Max, que habla de instrumentos musicales como cuerpos en el espacio, que producen cometas y estrellas fugaces, ama a Eleonora en su intimidad felina, ama a cada milímetro de su cuerpo, sus olores, su piel sus lagrimas, y vive la vida entre su ir mas lejos de lo real, hasta el fin de si mismo, de crear su verdad y vivirla en el arte, construyéndose como atracciones indefinibles. Sin embargo, este ser “poderoso” en su libertad que vive hasta los límites se encuentra amarrado en su matrimonio. Un tope a la libertad tan pregonada. La libertad es relativa a la subjetividad. Max toma a Eleonora como su musa y reina en turno, la novia del viento, planta que frente al peor florece, muy significativo para su historia. Y como otros surrealistas, ahogados en orgías de sentimientos, con sus endiosamientos a

Page 6: El Surrealismo de La Locura

las mujeres terminan tratándolas como cualquier otro, porque aman a las mujeres irreales, mas allá de la realidad, sentimiento que los hacen simples mortales. En el proceso amoroso inventamos al amado, nos convertimos en el amado, en la memoria de su cuerpo, y por ello es difícil no vivirlo más allá de lo real, vivimos en las perfecciones que les atribuimos hasta que la magia se diluye por los caminos desencontrados, por el desamor o por la muerte.

Además corren tiempos en que a las mujeres, que se rigen por ciclos, y que se inflan y desinflan con el viento, no la reconocen en sus labores. Para los familiares de Eleonora la creatividad tiene sexo, y para ellos lo que pasaba con Eleonora, lo llaman locura. Pero muchos fueron los ejemplos del lugar de la mujer en el movimiento surrealista. Los surrealistas, que vivían como torbellino, que rompieron barreras, como sujetos, tuvieron varios caminos secretos, al amor, a la alegría, a la crítica, a la vida cotidiana, a la relación con sus lazos e historia libidinal, a la búsqueda de interlocutores y mecenas.

Ellos que se decían, se adueñaban de la verdad mas allá de la realidad, que exigían liberar a los hombres de lo que impide a ellos ser, que propugnaban el nacimiento de una nueva forma de arte, que pintaban los sueños, pesadillas, inhibiciones y miedos infantiles, así como exigían liberarse y acabar con el arte tradicional, tal como la guerra acabo la civilización, avanzan de forma desigual. Como siempre pasa, en los grupos, algunos con una buena dosis de misticismos, depresiones hasta la locura. Los nuevos dioses, el azar, la escritura automática, las sesiones de hipnosis, el trabajo con el inconsciente, los guías.

Jorge Baños reconoce en el surrealismo tres grandes influencias, a saber: la escritura automática, el automatismo y el psicoanálisis. Todo como un mensaje del más allá y la pregunta por el ser así como con la utilización del medio de expresión de la escritura automática para llevar a cabo algo superior. De hecho el surrealismo se basa en la creencia de una realidad superior y que la escritura automática, el automatismo, los estados hipnoides, los sueños, el cadáver exquisito facilitarían la tarea.

Page 7: El Surrealismo de La Locura

Eleonora, rebelde, arbitraria, sigue su trazo añadiendo las dotes que excita sin proponérselo, desplegado hasta en el arte culinario, la fiesta del conejo con ostiones, un ejemplo. Pintando, viviendo y escribiendo lo que siente y Max la exhibe. La rebeldía, afirma, es sagrada y la saca cuando ella quiere, no por mandato. Viven intensamente hasta estar dispuesta a morir siempre y cuando este abrazada a él. Descubren que la virtud es la ejecución de las acciones placenteras y que todo lo demás es el pecado de la esterilidad.

Breton cuya trayectoria de vivencia de los horrores de la guerra y de trabajo como auxiliar con pacientes psiquiátricos, afirmaba que el miedo a la locura es una barrera a vencer y añadía que una mente atormentada es creativa, desdoblando las caras de la locura en su aspecto amable, su faceta poética y estética, formulando así el modelo que despliega como un curativo. También el arte brut, exalta el eco del pensamiento, navega por los canales de la salida sin frenos del ser en estados otros. En Breton el inconsciente aflora con humor para plasmarse en distintos soportes.

El surrealismo como forma de vida, amplia sus adeptos o acólitos reverentes, a quienes Breton reparte indulgencias, condenas y excomunión. Breton escribe y hace firmar manifiestos, hitos en la historia del arte. Pero el poder trastoca a todos por igual, corrompe, como dice, Lord Acton, “Todo poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, incluyendo a los rebeldes surrealistas.

Algunos ejemplos significativos, Artaud y Dali, quien insulta al papa, escribe al Dalai Lama y a los directores de los manicomios, quien viaja a México en búsqueda de una verdad que Europa perdió y que abre a una nueva dimensión el surrealismo, sancionado, queda relegado al hambre, alcohol y miseria. Igual uno de los Dalís, fueron tres, padre, el primer hermano muerto y el conocido Dalí, luego llamado ramera, ávido por adquirir glorias, aun con una trayectoria muy distinta, también es sancionado.

La ética surrealista deviene fe e iglesia, cuyo apóstol, Breton, la defiende por encima de todo y de todos, molesta y divide. Sin embargo, como en todos los movimientos revolucionarios el día a día se impone a las reglas creadas y se

Page 8: El Surrealismo de La Locura

trasforma hasta la cínica y avasalladora afirmación proferida por algunos de que en el mundo del arte es mejor tener un mecenas que un amante.

En un Paris donde todo puede acontecer, dos eventos van a ser claves para la vida de Eleonora. El primero conocer a la tímida española Remedios Varo, quien va a operar una enorme influencia y transformación en su vida en México, concretando una amistad y complicidad hasta su muerte, y el segundo encuentro con Renato Leduc, que fungía como asesor del cónsul de México en Paris, que luego se transformara en su salvador y compañero hasta las contradicciones y dificultades propias de las relaciones.

Otros marcaron un periodo, desde mecenas como Peggy Guggennheim y Edward James (que ocupara un lugar importantísimo en su instancia en México), hasta creadores como Picasso, Dali, Duchamp, entre otros.

Luego un respiro a la vida parisina entre vid, viñedos, cepas y sus misterios que abrazan a los amantes Eleonora-Max, los arrulla, lunáticos, en el proyecto de ser y tener su propio vino, antídoto posible de la enfermedad, pintando y haciendo magia, cambiando hojas por líquido y palabras, una nueva historia natural que invade los lienzos, floreciendo indisciplinadamente. Casa, cuerpo, comer y comerse en un acto amoroso, festejar a Baco y a Afrodita, liberando el inconsciente en sus murmullos, rebelándose de las funciones de los objetos, las sabanas se trasforman en velas de barca que encuentra su cauce inesperado perforando bovedas celestes al mirar. Aun como pájaro y yegua, viviendo en el paraíso, reconoce en Max el segundo monstruo, el primer, su padre el primero con todos sus nos, no puedes, no debes.

No lejos esta la guerra, la segunda, mundial, que trae recuerdo de sacrificios y atrocidades, los mismos que los expresionistas alemanes utilizaron como camino a la creación. Max es llevado al campo de concentración pero con algunos privilegios y sigue pintando. Alguien del pueblo denuncia al pintor, y ello nos recuerda que el peligro es vivir con todo y consecuencias para los proyectos. Seguir explorando los límites de la mente, tarea de Max en el campo, tomando la instancia como experiencia a trabajar.

Page 9: El Surrealismo de La Locura

El momento exige fortaleza a la Eleonora y una amiga, abrumada por la guerra, le aplica psicoanálisis salvaje, dejando registrada la afirmación de que el amor es una especie de psicosis pasajera. La convence a dejar todo y huir a España.

España, fuga y salto, misterios, revelaciones, dolores inusitados, re significaciones y quizás salvación. Pero antes un viaje al infierno, donde cada célula tiembla, grita, llora incontrolable. La violencia llega al fin a ser visible, en Santander, ahora encarnada por los drs. Morales, amo de las alucinaciones y dueño y señor del infierno, el almicida, en el encierro propiciado por el imperio familiar. Una mujer, vivo incendio de la locura replantea en su experiencia lo que tanto callaron los surrealistas, el dolor del enfermo psíquico y del encierro. ¿Por qué estoy aquí? ¿Cual razón perdí? ¿Cuántas cosas suceden que no controla? ¡Que omnipotente era YO…mis ojos se habían vuelto sistemas solares! ¿Porque me maltratan si soy una yegua? La indefensión aterroriza.

Eleonora resiste y afirma, si no obedecí al padre menos a los médicos, facilitando a los carceleros el argumento y diagnostico de incurable y trayendo el Cardiazol, tratamiento convulsivo, cuyas resultados afean. Ser salvada por la obediencia, un camino, aun que del personal encargado, solo escucha palabras como piedras. Según los médicos, antes no había conocido disciplina ni control y Eleonora batalla contra la represión y delira. Como sabemos los delirios son una forma de organización del horror del mundo interno y externo, por ello acallar el delirio con medicamentos, practica hegemónica todavía utilizada impunemente por muchos médicos en el mundo, es condenar al paciente a no ser escuchado en su dolor, exhibiendo así, mas que a los pacientes a los médicos en sus incapacidades de escuchar. Entre los delirios de la novia del viento se encontraba salvar a los países y llevarlos a un lugar seguro en las nubes así como su poder sobre los animales, menos el Loplop.

Aun que los medicamentos doblegan y facilita la renuncia, Eleonora reorganiza sus defensas cerrando los ojos. Nanny, su consejera infantil, se

Page 10: El Surrealismo de La Locura

transforma, en su visita y con el paso del tiempo en una hilacha del pasado que no puede ser escuchado, lastimarla se convierte en una forma de contorno al sufrimiento de vivir. Ahora, consumida, queda girar en torno a si misma y sacar todos los personajes que le habitan para transcender. Mi locura es mi deseo insatisfecho y nos preguntamos para quien no es así. El amor, el sueño y las ensoñaciones son permisos de locura del deseo que tenemos en el día a día, estados posibles de transformaciones e inspiraciones. Y pintar una terapia que se abre y da curso a la sensibilidad y a sus representaciones. Un ejemplo, el “Museo del arte del Inconsciente” en Rio de Janeiro, Brasil.

Cuando en fin alguien la escucha y es trasladada a Madrid se abren opciones. Renato Leduc, funcionario de la embajada de México, escritor y cronista, indica que es a través de la embajada de México en Lisboa donde ella puede escapar de otro encierro en Sudáfrica. Renato que además de entrar en la corriente del rio de la creación, la estimula.

Lisboa, trasformada en barco y puente entre Europa y las Américas, nos recuerda Casablanca, toda una fiesta para algunos afortunados que no están en los campos o con pocos recursos, sino en compas de espera a la aventura de vivir del otro lado del océano.

Para Eleonora, Lisboa, se convierte en la posibilidad de reorganizar lazos y encuentros con nuevos y viejos amigos, incluyendo Max, ya liberado del encierro. Max que ahora es el centro en el cual giran muchos, tampoco la escucha, le reclama el abandono, imposibilitado de compartir experiencias de clausuras, encamado con su mecenas, Peggy, le enuncia que algunos de los lienzos fueron recuperados. Max repite la pasión que cambio de semblante pero no de intensidad y ellos retoman sin rumbo una tentativa de recuperación del lazo.

La decisión de alejarse cada vez más del imperio familiar, la guía, se confunde con los fantasmas de sus compañeros de fiestas, proyectos, complicidades e ideas, entre ellos comparten mujeres, hombres, secretos y se analizan salvajemente en una re-edición del surrealismo puesto en vida. El

Page 11: El Surrealismo de La Locura

trio Renato-Max-Peggy la capta, se sufren, desplegando actos excéntricos y libertarios.

Si el encuentro lisbonense acerco y alejo los caminos antes cruzados, finalmente New York, que desafía hasta el cielo rascándolo, que echa alas a las raíces, consolido las tendencias. Se abren las puertas del surrealismo en América, primero la del norte. Peggy y Edward James, como otros fascinados con la corriente, coleccionan cuadros, que luego a James financian sueños en Xilitla.

Saberse amada por Max pero mantenerse lejos de él, otra excentricidad que la lanza a un nuevo espacio, una forma de despedida del pájaro y la yegua. Max y los surrealistas, hitos de su vida, desatan la premonición, de que quedarse con ellos seria convertirse en sombra atrapada por sus reglas.

Sin embargo los encuentros newyorkinos siguen siendo fructíferos. Buñuel, otro hito surrealista de la pantalla grande, ante las depresiones de Eleonora, afirma que ser condenado te eleva por encima de las multitudes, y que lo central es no remitir todo a si mismo.

Vivir con Renato, bastión de otra forma de libertad y amor al acostumbrado se convierte en un lugar para elaborar, no sin dolor, el manicomio re-significando el amor loco. Escribir sobre y contra la reclusión de los “enfermos mentales” una solicitud, que afirma Breton puede salvar a muchos, tema que el mismo plasma en sus manifiestos, añadiendo que llegar a la convulsión por el dolor y la alegría son actos de libertad. Pero a Eleonora le duele en la carne el abismo entre los conceptos teóricos y la agonía del Cardiazol vivido entre orines y heces, y afirma que el sufrimiento petrifica, aun que paralelamente se convierte en fascinación en New York.

Eleonora, Breton, Duchamp, Chagall, Calder, Masson, Mottherwell entre otros, incluyendo 30 mujeres surrealistas, producen, exhiben y deslumbran. Si Paris era la meca del arte, New York se convertía en la meca de los compradores del arte, con la salvedad que la tendencia de la moda puede cambiar de la noche a la mañana.

Page 12: El Surrealismo de La Locura

México en el imaginario surrealista, país de sacrificios otros, de muralistas panfletarios (aun que los mismos se entregan a la pintura con una enorme fuerza de expresión), pintaron el sufrimiento y los dolores mudos, el silencio de las tragedias del hombre, la fraternidad posible, inicialmente estimulados por el dr. Alt, en grandes muros, en una pintura reveladora en México y Norte américa. Orozco uno de los mas notables representantes del muralismo mexicano ha plasmado con una fuerza inusitada los difíciles enigmas de la historia de la condición humana en un arte insospechable en su época). México, su puerta de escape comparado con las sinrazones del manicomio, de la guerra y de la crueldad a que pueden llegar los hombres, lugar de la lealtad con la pintura del absurdo, lejos del padre perseguidor y de Max. Renato, de piel y energía fuertes, quien, dijo, adquirió el idioma de los hombres que combaten y escribe como periodista, que se autonombra hombre de café y de cantinas, la introduce en la belleza y la aparente falta de snobismo de los mexicanos.

México, donde hay un terreno fértil para el surrealismo, y que de hecho es, para muchos, surrealista, tiene mucho que ofrecer. México retumba en sus sentidos, se descubre como piezas precolombinas, sus maravillas, además de otras formas de libertad, lugar donde se predijeron los eclipses antes de la era de la ciencia moderna. Pero la levedad y el vale madrismo que Renato ejerce en su tierra representa para Eleonora algo difícil de aceptar. Libertad si pero la mía, evoca. Vive así entre música, trajineras, pulques, gritos y sombrerazos en la soledad, dejando de ser dueña de si misma una vez mas y empequeñeciendo. Hablar en español es un desafío que puede abrir las puertas a este encierro.

México vivía momentos de una enorme dadivosidad con los exiliados, sobretodo de la guerra civil española, y una parte significativa de la intelectualidad mexicana, sobretodo los artistas, bajo la batuta de Diego y Frida, aparecen en escena, muchos tequila en mano, trajes y ruidos típicos de una bravuconería de la época.

Page 13: El Surrealismo de La Locura

Otro Renato que le dice a la otra Eleonora de México, no hay nada mas pendejo que la autocompasión, ódiame pintando. Por ello subirse tras Remedios, interesante nombre la de su amiga re-encontrada, alma gemela, compañera de Peret, quien le traduce México, la arropa, comparte las aventuras del camino, sueños, misticismo, clandestinidad, frugalidad, miedo, fantasías y exilio hasta la muerte. Cada cambio una salvación. Deja de matar el tiempo para acortarlo entre artistas, Villaurrutia, Agustín Lazo, César Moro, Covarrubias.

El pueblo del quinto sol condensa lo artístico hasta en las piedras. Dibujos que nascen del inconsciente, como lo pregonan los surrealistas, en el encuentro con lo divino. La importancia del espejo, retomada y escrita por Lacan en 1936, donde reflexiona sobre las relaciones entre la identificación especular, el narcisismo, la agresividad y la muerte, los impacta. Y el relato escrito por Eleonora en los 40s, “Memorias de abajo”, tratado del sufrimiento, es el descenso al inferno y con certeza de la subida, tal como plantea Serge André en su libro “Flac”, al respecto de la escritura y del análisis. Un descenso con la perspectiva de la salida.

En Emerico Weisz, Csiki, fotógrafo judío y húngaro, recién llegado a México de los campos de concentración, encuentra la seducción de las recetas de la vida y de la atención. Eleonora lo magnifica, su propio Chiki, a la vez Chiki la mira con veneración, su futuro compañero. Ya no esta sola, lleva una multitud de emisiones de otros.

Edward James ya en México, en su búsqueda de orquídeas, encuentra bellezas y talentos inusitados, y con Eleonora comparte lengua materna, clase social, amor por el arte y el camino.

Al reconocer esta nueva vuelta a la vida, Eleonora inaugura una etapa de la creación tanto en la pintura, como en la relación con Chiki, amen de una inusitada, que jamás imagino, la de la maternidad, procreando juntos dos hijos.

Page 14: El Surrealismo de La Locura

Entre lienzos, pinturas, pañales, biberones, desvelos y chicos en un pequeño taller, a quien nadie podría llamar estudio, salvo la dueña, late la originalidad. Eleonora se mimetiza de fantástica, mesclando delirio con creatividad, condenada a pintar y a luchar por su pintura, celebración de nacimientos y la verdad de su arte, la que sale del inconsciente. Romper las amarras del pasado ayudada por el que ya es parte de la familia, James, a quien Eleonora ama en su pasión de el por ella y comparte las excentricidades.

Maurie, su madre, regresa del pasado para comprobar que la hija florece y le sienta bien la maternidad, disfrutando de la libertad casi tanto como su hija. Sin embargo, las crisis siguen y la angustia regresa implacable, las mismas que la hace pintar.

Remedios, al retomar la pintura compagina su creación con la de Eleonora, salvando a ambas en un México donde ya pertenecen. México donde el surrealismo ya no es la moda vigente y tampoco lo son los surrealistas. Constatación que se afianza al regresar a Paris, donde todo y todos han cambiado. Queda mucho de los surrealistas exiliados en México, de la casa de James, Palacio de la selva en Xilitla, las pozas, un paraíso muy personal, un cielo y un abismo con su Plutarco, Adonis, dios de la lluvia, las pinturas de Eleonora, de Remedios, que pinta un universo relativo, con visiones aterradoras, el trabajo de Peret. Obras desafiando la lógica de la conquista. Y entre los tres, mucho más que disfrutar, de los placeres, de la identificación con el tequila y el pasado europeo común, las orfandades, la guerra y el arte.

Eleonora, en un acto de claridad, busca en el psicoanálisis, luego en retiros, en el I Ching, en la cábala, en el yoga, en la meditación, en el horóscopo chino, alivio a sus depresiones, sus ansiedades, busca el bálsamo, y en momentos de breve paz sublima y pinta y pinta. A diferencia de Paalen, quien fabrico una pistola de huesos y se retrato con rasgos desvanecidos, quien recordó a Schopenhauer, para quien la solución más inteligente es quitarse la vida, se suicida en Taxco en un septiembre del año en curso.

La afirmación de que no se puede entender el surrealismo sin el psicoanálisis, habla de una fuerza creadora que opera que allí se genera y que puede hacer

Page 15: El Surrealismo de La Locura

milagros. Querer conocerse, conocer sus verdades, llegar a ser. Todos estamos sujetos a fenómenos “aparentemente” inexplicables, es la lógica de la sin razón la que nos habita y por ello Chiki también procura sacudirse de sus fantasmas y del infierno del campo, en el psicoanálisis.

Renato reaparece en escena, con su escritura llenos de merolicos, cargadores, putas y padrotes, aparece entre los mexicanos humildes y humillados, de forma indecible. Añadiendo a Eleonora elementos al México desacralizado, todo lo que va contra la ortodoxia va con ella. Eleonora descubre y bebe a México en todos sus sentidos, en su poesía.

Si la relación entre México y el surrealismo se da por laberintos del sueño, pintar un muro, mural maya, contrario a lo que pensaron los surrealistas, en el museo de antropología, titulado “El mundo mágico de los mayas”, se ofrece como una clarividencia. Viaje que emprende simbólica y literalmente, inmersión al espejo maya, sobretodo en Chiapas, tierra que parece que Tlaloc, el dios de las lluvias, despliega su dadivosidad abundantemente. Viaje facilitada por sus anfitriones Trudi, Gertudre Duby Blom de origen suizo y su esposo Frans, Pancho, Blom. Acobijada por la selva y la boveda celeste lacandona, se da la magia de conocerse y reconocerse, de inventarse en la tentativa de desciframiento del mensaje que los indígenas transmiten sobre su esencia. Nada mas nada menos que lo que propusieron los muralistas mexicanos. Entre los hombres que tiene cortinas de pelo, los lacandones, y se mueven a pesar de sus condiciones de vida miserables, en sus casa de madera y techo de paja, entra en contacto y la introducen en la curandería. Escucha la afirmación que “mientras la palabra exista, nada se va olvidar y solo con la palabra tenemos memoria y si hay memoria yo existo”. El arcoíris del mural, veneración de los chiapanecos, el jaguar, la ceiba, serpientes, devienen apuntes, recobra la profecía del Popol Vul, que dice que “del seno de la oscuridad nacerá la luz que nos permitirá ver lo que nos rodea”, los mismos que mezcla con su pasado de yegua.

La muerte de Remedios la desquicia, aunque Octavio Paz, el que quiere perderse en las mujeres, en la poesía para encontrarse y morir en ellas, Juan

Page 16: El Surrealismo de La Locura

Rulfo, del llano en llamas, Gabriel García Márquez, con sus cien años de soledad, Carlos Monsiváis y Abel Quesada, cronistas de una irreverencia atinada, sus amigos, tratan pero no consiguen aléjala de su vieja y conocida compañera, la angustia. Tambien aurette Sejourne, que le habla que comprende hasta los silencios de las piedras, tratando de descifrar los signos y el dialogo que allí plasman con los dioses.

La rebelde se enfrenta una vez más a los límites de la rebeldía, con el paso del tiempo y de la llegada de sus hijos a la adolescencia, periodo donde los límites son precarios y que le recuerda su propia adolescencia. Son días de agitación.

Conocer un cirujano, Álvaro Lupi, experimentador e investigador de hongos alucinógenos y de peyote, la ilumina, absorbe y refleja sus luces. La promesa de revivir el éxtasis donde la naturaleza se mueve en formas coquetas, junto con el collar de perlas, regalo de él, redimensiona la existencia, el amor y la arroja de nuevo a un mundo desconocido, la hace hermosa y omnipotente. Todo se vuelve naturaleza, bosque, diálogos y risas. Rehacer la vida es deshacerse del pasado, dice, hacer lo que quiere, y Chiki contempla sin decir palabra. El estrenado amor, los frágiles amigos, la poesía de la pintura tirana y las rebeldías estudiantiles, donde se inscriben sus hijos se entretejen con el humor de Renato, con las boas hambrientas de ratas de James, las malas noticias y la insensibilidad de los gobernantes .

No empuñar el fusil sino la palabra, una proclama estudiantil, combinado con las necesidades gubernamentales de dar una imagen estable frente a los embajadores olímpicos y el mundo, desemboca en la experiencia que deja una enorme herida a México recordada hasta hoy cada 2 de octubre. Por ello los miedos, reales o no, ahora encarnados en la amenaza a sus hijos son motivo para emprender una nueva huida. Ser parte de los instigadores de la rebeldía junto con Luis Villoro, José Luis Cuevas, Leopoldo Zea, Rosario Castellanos, Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Víctor Flores Oles, José Revueltas y hasta Octavio Paz, entonces embajador en la India, más que una acusación es un elogio. Pero ello le recuerda la huida de Francia en el 40,

Page 17: El Surrealismo de La Locura

pero ahora el miedo es el peligro para sus hijos a quienes educo con los ideales libertarios. Eleonora se despide de Álvaro, rumbo a New York, a moverse, caminar, fluir como un rio, no aferrarse a nada, adentrarse en su ser, escribir y pintar.

En la búsqueda, el budismo y el Dalai Lama dan curso a su inquietud. A la vez, evoca el poder de diferenciar el amor del deseo, algo que apunta el psicoanálisis, y recobrar el sentido de sus pasiones correspondidas, casi todas, para regresar a México de los metates, los molcajetes y los comales, de la tierra que tiembla. Regresar al embrujo.

La yegua que atraviesa la noche se pregunta sobre la vida y la muerte para pensar lo que es ahora, porque uno es pensamientos, palabras y obras, tal como el pecado de existir. Es la identidad que se desmitifica para deslizar el interrogante y prepararse para la muerte.

En México, los homenajes y la defensa de la vida privada constituyen otro desafío a superar, rodeada de jóvenes. Y así caminar entre los llamados locos, porque aquí todos estamos locos como diría Lewis Carrol en la boca de Alicia. Si el pasado no es una construcción imaginaria como cualquier otra, su re significación obedece a un movimiento singular, donde nada desaparece, ni las visiones, ni los amores, ni las rebeldías, ni los juicios sobre los demás, ni los dolores y sufrimientos sino que se reacomodan en un baile de fantasmas. Por ello deslizarse con sus muñecas para sentirse en casa, para recobrarse de los temblores y de los estados anímicos, para vivir sola su libertad, una nueva batalla.

Pepita, intrusa, darqueta, huracán, desliño, criatura desamparada golpea la rutina, entra como trompa y Eleonora desciende de su brazo a lo luminoso de las nuevas formas del arte, las instalaciones, revulsivas y difíciles tanto como fueron la de los surrealistas en su época. Otro enfrentamiento con los límites del vivir salvajemente. Vivir a espera de lo que nada sabemos, la muerte.

Page 18: El Surrealismo de La Locura

Nos queda una lección, sabiamente trasmitida por Poniatowska en boca de Eleonora, vivir es vivirse en los linderos de la pasión recobrando lo absurdo de la vida con saltos de libertad.

Leonora Carrington - Max Ernst

Leonora - Peret