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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte: ¿nuevo o viejo regionalismo? Edmé Domínguez R. Introducción El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) ha sido uno de los proyectos más celebrados internacionalmente como uno de los éxitos de la glo- balización. El aumento en el comercio e inversiones entre Estados Unidos, Canadá Y México, los tres socios comerciales, se ha tomado como medida del éxito de un modelo a implantar en otras regiones. Pero el éxito de toda integración no puede basarse en cifras de comercio, inversión y crecimiento económico. Es necesario examinar cuáles son las premisas estructurales para una integración regional a largo plazo, qué tipo de integración se está produciendo y cuáles son las consecuencias sociales económicas, ecológicas y políticas para los diferentes miembros de la asociación, para sus subregiones y los diferentes sectores de productores y población en general. En definitiva, se abre la cuestión: ¿quién se está beneficiando con este tipo de integración? Aunque el proyecto de integración norteamericana nunca ha sido tan ambicioso como el europeo, el hecho de que las reglas de libre comercio hayan sido completadas por acuerdos de tipo ambiental y laboral apunta a un principio de integración que puede ser ampliado más allá de las intenciones originales de sus gobiernos. Pero, ¿en qué medida podemos hablar de un nuevo tipo de regionalismo en el caso de América del Norte?; ¿cuáles son las premisas existentes para esa integración?; ¿qué función juegan factores estructurales como la historia, cultura, experiencias en la construcción de la nación y sistemas políticos en las diferentes sociedades envueltas en este proyecto?; ¿cómo son afectados estos factores estructurales por este tipo de integración?; ¿cuál es el balance de esta integración o más bien de este proceso de neoliberalización para cada uno de los tres países de este bloque regional?; ¿cómo ha reaccionado la sociedad civil de estos países a este tipo de integración? En este artículo trato de argumentar que es difícil ver al Tlcan como un proyecto de integración satisfactorio, como un nuevo tipo de regionalismo que beneficie no sólo a los grandes intereses económicos y políticos de la región, sino también al resto de la sociedad de los países en cuestión; que esta integración más bien desestabiliza los equilibrios y compromisos históricos sobre los que se fundan al menos dos de los Estados en cuestión. Para ello hago una revisión de las premisas estructurales, de los antecedentes históricos y la situación socioeconómica en cada uno de los tres países, para luego pasar a los balances preliminares de esta liberalización. Finalmente presento algunas de las reacciones de parte de la sociedad civil hacia un proyecto de integración dictado desde arriba y con poca consideración a los intereses de diversos sectores sociales en cada país.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte · regionalización se dan desde abajo y desde adentro y abarcan aspectos de tipo social, económico, ecológico o de seguridad

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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte: ¿nuevo o viejo regionalismo?

Edmé Domínguez R.

Introducción El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) ha sido uno de los proyectos más celebrados internacionalmente como uno de los éxitos de la glo-balización. El aumento en el comercio e inversiones entre Estados Unidos, Canadá Y México, los tres socios comerciales, se ha tomado como medida del éxito de un modelo a implantar en otras regiones. Pero el éxito de toda integración no puede basarse en cifras de comercio, inversión y crecimiento económico. Es necesario examinar cuáles son las premisas estructurales para una integración regional a largo plazo, qué tipo de integración se está produciendo y cuáles son las consecuencias sociales económicas, ecológicas y políticas para los diferentes miembros de la asociación, para sus subregiones y los diferentes sectores de productores y población en general. En definitiva, se abre la cuestión: ¿quién se está beneficiando con este tipo de integración? Aunque el proyecto de integración norteamericana nunca ha sido tan ambicioso como el europeo, el hecho de que las reglas de libre comercio hayan sido completadas por acuerdos de tipo ambiental y laboral apunta a un principio de integración que puede ser ampliado más allá de las intenciones originales de sus gobiernos. Pero, ¿en qué medida podemos hablar de un nuevo tipo de regionalismo en el caso de América del Norte?; ¿cuáles son las premisas existentes para esa integración?; ¿qué función juegan factores estructurales como la historia, cultura, experiencias en la construcción de la nación y sistemas políticos en las diferentes sociedades envueltas en este proyecto?; ¿cómo son afectados estos factores estructurales por este tipo de integración?; ¿cuál es el balance de esta integración o más bien de este proceso de neoliberalización para cada uno de los tres países de este bloque regional?; ¿cómo ha reaccionado la sociedad civil de estos países a este tipo de integración? En este artículo trato de argumentar que es difícil ver al Tlcan como un proyecto de integración satisfactorio, como un nuevo tipo de regionalismo que beneficie no sólo a los grandes intereses económicos y políticos de la región, sino también al resto de la sociedad de los países en cuestión; que esta integración más bien desestabiliza los equilibrios y compromisos históricos sobre los que se fundan al menos dos de los Estados en cuestión. Para ello hago una revisión de las premisas estructurales, de los antecedentes históricos y la situación socioeconómica en cada uno de los tres países, para luego pasar a los balances preliminares de esta liberalización. Finalmente presento algunas de las reacciones de parte de la sociedad civil hacia un proyecto de integración dictado desde arriba y con poca consideración a los intereses de diversos sectores sociales en cada país.

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Nuevos y viejos regionalismos En el contexto de relaciones internacionales y de política internacional se ha discutido mucho sobre los diferentes tipos de regionalismo. Se habla del viejo tipo de regionalismo asociado al mundo bipolar de la Guerra Fría y que tuvo su expresión en forma de alianzas y acuerdos comerciales y políticos entre los miembros de diferentes "campos". Al nuevo tipo de regionalismo se le ha asociado con el mundo posguerra fría, con el multipolarismo, donde los acuerdos son más amplios y ambiciosos buscando el establecimiento de nuevas instituciones políticas a nivel regional y la creación de Estados-naciones "extendidos" a escala regional. Este tipo de regionalismo ha sido definido como una integración multidimensional que incluye aspectos políticos, sociales y culturales y que va más allá de la meta de crear regímenes de libre comercio o alianzas de seguridad. Se trata más bien de establecer coherencia regional donde las cuestiones de identidad adquieren singular importancia1. Asimismo, en el nuevo regionalismo, en contraste con el viejo, los procesos de regionalización se dan desde abajo y desde adentro y abarcan aspectos de tipo social, económico, ecológico o de seguridad. Y, finalmente, los actores detrás de estas iniciativas regionales no son solo los Estados sino diferentes tipos de instituciones, organizaciones, actores económicos y movimientos sociales. Además, este tipo de regionalismo toma en cuenta la interdependencia establecida por la economía a escala global. Es un regionalismo abierto en el sentido de que los Estados nacionales se dan cuenta de la imposibilidad de hacer frente a los retos de la economía global sin recurrir a una perspectiva regional. Pero el fenómeno de regionalismo es en realidad un proceso que implica un elemento activista, una estrategia de regionalización que puede ser asumida por los diferentes actores arriba mencionados. El resultado de este proceso puede llegar a ser diferente al planificado por los actores iniciadores del mismo. De acuerdo con este proceso, una región periférica puede pasar de ser "objeto" pasivo, víctima de los efectos de una economía global a ser "sujeto", con capacidad de articulación de intereses y resolución de conflictos así como de estrategias de despegue económico. Esto es lo que se denomina "grados o niveles de regionalización" (Hettne, p. 19). Este nivel de regionalización está sujeto a la dinámica global, regional, nacional y local, así como a los efectos y reacciones que el mismo proceso provoca. La integración regional en América del Norte es producto del mundo posbipolar y de una dinámica interna de desarrollo donde la soberanía nacional se ve disminuida, pero sobre todo es resultado de intereses económicos neoliberales. Estos intereses, lejos de buscar establecer instituciones políticas democráticamente res- ____________________ 1 Esta definición proviene del trabajo conjunto desarrollado por UNU-Wider (United Nations University y World Institute for Development Economics Research) a partir del centro UNU-Wider de Helsinki (Hettne, p. 16).

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ponsables a escala regional, que garanticen un cierto nivel de bienestar social, es-tablecen autoridades ejecutivas regionales encargadas de velar por el cumplimiento de derechos de propiedad y de la "nivelación del terreno" en los respectivos países para que las reglas de mercado funcionen de manera óptima. Se trata de establecer las premisas para que los grandes intereses económicos puedan "efectiivizar" sus ganancias a costa de todo tipo de intervención estatal dirigida a garantizar un cierto tipo de bienestar y seguridad social. El de América del Norte es un modelo contrapuesto al de mercado social implementado en Europa occidental. Este último, que es el que más coincidiría con las definiciones de nuevo regionalismo apuntadas más arriba, podría ser interpretado como un mecanismo de defensa contra la revolución global neoliberal mientras que la norteamericana sería una "integración enfocada a apoyar y a acelerar esta misma revolución neoliberal. Es un regionalismo neoliberal que apuesta a la flexibilización del trabajo, a la disminución de los estándares de protección social y del medio ambiente, a la privatización y al aumento de la productividad basado en el desarrollo tecnológico, pero también de mano de obra barata y disminución de tarifas e impuestos. Se trata de 'limitar a un mínimo indispensable las funciones del Estado-nación para dar un máximo de libertad a las fuerzas del mercado global. En este tipo de integración regional se da poca importancia a las premisas indispensables en un nuevo tipo de regionalismo. Las dimensiones sociales, de experiencias históricas, culturales, ecológicas, étnicas pierden todo significado salvo en la medida en que puedan ser utilizadas por las fuerzas del mercado. Pero las consecuencias de este proceso de integración están empezando a crear fuerzas sociales que plantean la necesidad de una revisión fundamental del modelo. Estas fuerzas, que se pueden dar en el nivel local, regional o transnacional, son sumamente heterogéneas, con una diversidad muy grande de metas, estrategias y tácticas. Sin embargo, todas ellas comparten una oposición a este tipo de integración regional además de conservar un vínculo directo con las dimensiones culturales, políticas, sociales y ecológicas de lo que podría llegar a ser otro tipo de regionalización, más cercana al mercado social y multicultural que representa Europa. Es por tanto, necesario, revisar la premisas históricas, culturales, sociales y políticas que caracterizan a esta región para luego pasar a revisar los resultados de esta integración y algunas de las reacciones que ha desencadenado. Identidad regional: las herencias históricas de construcción nacional ¿Se puede hablar de una identidad regional en el caso de América del Norte? La misma denominación de norteamericano se asocia al estadounidense, pero de ninguna manera al mexicano y ni siquiera al canadiense. ¿Qué elementos componen una identidad? Hablar de identidad es hablar de cultura, lengua, experiencias históricas de unificación, valores comunes, tradiciones y proyectos comunes. La vecindad geo-

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gráfica no se traduce necesariamente en una identidad común, antes al contrario? esta vecindad puede ser contraproducente para esta identidad común como en el caso de México y EEUU pero también en el caso de EEUU y Canadá. Incluso se podría decir que la vecindad con el país más poderoso del mundo - política, económica, militarmente - ha reforzado las identidades mexicana y canadiense en un sentido defensivo. Se han enfatizado las diferencias por sobre las similitudes pese - ¿o debido? - al proceso modernizador. Pero ¿de dónde provienen estas diferencias? Para empezar, EEUU y Canadá tienen una historia de sólo 500 años, pero su mirada está proyectada al siglo XXI. México es una sociedad con varios miles de años de historia aún profundamente inmersa en su pasado. Las tradiciones y mentalidades heredadas de las culturas colonizadoras, y en el caso de México de la mezcla de éstas con las culturas prehispánicas, no pueden ser más disímiles, lo cual ha determinado patrones de desarrollo totalmente distintos. Las estructuras sociales y económicas, el rol del mercado y la libre empresa, el desarrollo del Estado, la influencia de la Iglesia, han sido radicalmente diferentes, por no decir opuestos, pese a la vecindad geográfica. Los paradigmas occidentales de "desarrollo", "democracia" y modernidad no sólo han sido interpretados y aplicados de manera diferente, sus resultados y consecuencias, como sabemos, son totalmente contrastantes. Sin embargo, es necesario admitir que esto ha cambiado bastante durante el siglo XX. México, en particular sus clases medias, ha intentado con mayor o menor éxito la imitación de sus vecinos del Norte. De hecho la apuesta a la modernización a ultranza por parte de México es una de las razones principales de la puesta en marcha del Tlcan. En cuanto a la experiencia de construcción de un Estado nacional en esta región presenciamos al menos tres tradiciones distintas. La tradición protestante parlamentaria británica se enfrentaría a la tradición católica monárquica y centralizadora de tipo francés y español. Ninguna de las tres reconocería la legitimidad de las tradiciones prehispánicas, pero mientras la protestante y la católica francesa ignorarán completamente lo prehispánico, la española se aprovechará del precedente jerárquico y autoritario establecido por el imperio azteca. Estados Unidos: expansión, libre comercio y "melting pot" En los territorios de América del Norte, lo que sería Canadá y EEUU, incluyendo el norte de México, las poblaciones nativas serían rápidamente eliminadas en su mayoría. En estas áreas, el modelo de desarrollo económico estaría basado en la iniciativa privada individual agrícola y comercial y en una mano de obra europea inmigrante sedienta de tierras y de libertades. Este modelo de desarrollo de los territorios de parte de EEUU llevaría al desarrollo temprano de una industrialización basada en la creación de un mercado interno dinámico. Pero en el sur de estas áreas, otro tipo de desarrollo económico, basado en la economía de plantación con mano de obra esclava importada, semejante al que se implantaría en el Caribe, parte de Centroamérica, parte de Colombia, Venezuela y Brasil, crearía eventuales discordancias

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económicas y políticas que llevarían a la guerra civil de mediados del siglo XIX. En el nivel político la pronta liberación del yugo colonial favorecería un desarrollo político liberal con instituciones de tipo republicano y federal que pese a la guerra civil ya mencionada, beneficiaría en EEUU un Estado Federal fuerte frente a un poder central débil. Otra característica de este Estado sería su "destino manifiesto", es decir, su necesidad de expansión geográfica entendida como parte de su misión histórica y de supervivencia. Expansión geográfica, desarrollo industrial temprano y con base tecnológica propia basada en un mercado interno creciente - y en ciertos períodos protegido - y en una abundancia de mano de obra inmigrante, agricultura eficiente tanto a nivel del autoconsumo como de la exportación y del sostén al desarrollo industrial. Estado coordinador más que benefactor y largos períodos de paz serían todos los elementos que favorecerían un crecimiento económico sostenido. Además, estos mismo elementos ayudarían a la consolidación de una mentalidad de iniciativa individual precedente a la del interés comunitario. El libre comercio sería la punta de lanza para continuar la expansión geográfica del siglo XIX en forma de expansión económica a ultranza. En cuanto a la identidad nacional, se formaría basándose en el denominador común inmigrante que supuestamente daba a todo recién llegado las mismas oportunidades junto con una identidad "americana". En la realidad, las jerarquías sociales y étnicas acentuadas por las económicas se preservarían y los grupos de inmigrantes del norte de Europa tendrían más oportunidades sociales y económicas que los ex-esclavos negros o los inmigrantes del sur de Europa, de América Latina o de Asia. Pero el mito del melting pot seguiría adelante atrayendo hasta hoy a todo tipo de nacionalidades. Por otra parte, el desarrollo económico apuntado más arriba acentuaría las diferencias sociales de manera notable: los mejores empleos y posiciones los retendrían los descendientes blancos de inmigrantes anglosajones junto con una clase media que abarcaría a ciertas minorías como la negra o la hispanoamericana. Pero la mayor parte de estas y otras minorías de más reciente inmigración o incluso los grupos nativos sobrevivientes permanecerían en la base de una pirámide que no por ser más amplia deja de ser menos jerárquica2. Canadá: un Estado-nación contra toda probabilidad El hecho de que Canadá contara con un territorio con extensiones geográficas enormes y llenas de obstáculos, con una falta de poder militar, con una extensa frontera con un Estado poderoso y en plena expansión, con una heterogeneidad cultural, una falta de experiencia de luchas históricas de unificación y la carencia ____________________ 2 Las diferencias de nivel de vida y oportunidades de los diferentes grupos étnico-sociales en EEUU son muy claras. Los grupos de clase media son predominantemente de origen europeo aunque las minorías negras y de origen latinoamericano han logrado abrirse espacios en estoÉ sectores. Para mayores detalles respecto a la situación social de las diferentes minorías (Domínguez 1999).

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de una base tecnológica propia le daban pocas probabilidades de sobrevivir como Estado-nación. Pero no sólo se logró esta construcción, sino que el resultado fue un país estable, aventajado y con una alta reputación internacional de prosperidad y democracia. Canadá surgió como un proyecto colonial británico para mantener su presencia en el continente americano después de la pérdida de lo que sería la unión americana. La lucha se dio sobre el control de los recursos naturales al norte del paralelo 49, contra una geografía difícil, una población nativa dispersa y un expansionismo norteamericano incipiente. Los conflictos con el vecino del sur se darían continuamente dando lugar a un breve conflicto militar en 1812 que dejaría un legado de desconfianza tal que la ciudad capital de este dominio británico sería desplazada hacia el norte para protegerla de las amenazas norteamericanas3. Pero dada la existencia de dos grupos nacionales no integrados y los obstáculos arriba mencionados, este Estado-nación nunca hubiera logrado sobrevivir sin la creación de una "comunidad imaginaria", una identidad nacional arraigada en una historia común y en varios tipos de interdependencia material que ulteriormente le daría significado al concepto de ciudadanía. Este proceso fue desigual y lento. En el aspecto ideológico esta identidad se definió en contraposición a la norteamericana, tanto por los fuertes vínculos con Gran Bretaña como con Francia - os lugares de origen de los principales grupos de inmigración -, y reforzada además por la presencia de numerosos refugiados leales a la corona británica, que habían huido de la revolución americana. Esto contrasta con la formación de la identidad norteamericana que enfatuaba la creación de una nueva comunidad basada en la ruptura de estos mismos vínculos. Por otra parte, los obstáculos geográficos naturales dieron lugar a identidades regionales que pasaron a reforzar las diferencias culturales nacionales y a eclipsar una identidad nacional común. De hecho, la Confederación de 1867 fue esencialmente un acuerdo entre el Canadá superior - Ontario británico - y el Canadá inferior - Québec francés. Las provincias marítimas fueron incorporadas sobre la base de negociaciones que ignoraron en realidad, los deseos de sus habitantes. Los recursos estaban altamente concentrados regionalmente y la diferencia salarial con EEUU constituía una sangría de mano de obra que cruzaba las fronteras al sur y que durante gran parte del siglo XIX superó las cifras de inmigración europea. El eje de desarrollo económico era de hecho norte-sur pero la viabilidad económica y política de la joven nación dependía de la construcción de un eje este-oeste. A fines del siglo XIX se construyeron dos vías férreas transcontinentales que, al costo de enormes recursos, vincularon los extremos del país. Asimismo, en 1870 se impuso una tarifa nacional para estimular el crecimiento de un sector industrial en las provincias centrales lo cual creó una eco- ____________________

3 Además para proteger las líneas fluviales comerciales del río San Lorenzo se daría la construcción del canal Rideau para evitar la ruta del San Lorenzo cuando éste pasaba a ser la frontera con EEUU. Este canal, construido en 1832, fue considerado como la obra de ingeniería más grande de su época, pero su propósito más que económico era de seguridad nacional (Bienefeld).

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nomía de interdependencia que ligaba a las provincias ricas en recursos naturales con los centros financieros e industriales por medio de los ferrocarriles. Aunque el resultado no era óptimo en cuanto a eficiencia económica, fue de hecho un éxito político y social. La política proteccionista de sustitución de importaciones se complementó con una de estímulo al establecimiento de compañías norteamericanas dispuestas a contribuir con tecnología y experiencia al abastecimiento del mercado canadiense. Los costos de este tipo de industrialización pronto serían evidentes en forma de un sector manufacturero débil sin capacidad de exportación o de desarrollo tecnológico autónomo, en la repatriación de dividendos - cuantiosa sangría de recursos - a las matrices norteamericanas, y en la creación de un sector industrial hostil al desarrollo de una base industrial y tecnológica autónoma. Pero, pese a sus debilidades, este modelo funcionaría razonablemente por más de un siglo. Además se detendría el flujo de trabajadores hacia el sur con el alza de salarios forzada por la competencia norteamericana. Esto estimuló aún más la creación de una demanda interna lo que a su vez atrajo mayores inversiones y posibilitó economías de escala. Además de contar con el apoyo laboral, esta estrategia posibilitó la creación de una infraestructura socioeconómica moderna, estableció las premisas para la creación de un sector de servicios y un aparato de bienestar social que incrementaría los niveles de vida en general. En este modelo el Estado asumiría una función coordinadora fundamental al utilizar recursos regionales y diversas políticas infraestructurales, tarifarias y de subsidios que crearían un complejo patrón de interdependencias posible sólo en la medida en que fuera legitimado por un marco político, cultural e ideológico más allá de todo interés local o regional. Sin embargo, el modelo contenía latentes cuatro conflictos fundamentales que amenazaban su estabilidad y que lo cuestionarían abiertamente a partir de la crisis de los años 70: 1) propiedad de los recursos naturales por parte de las provincias: las provincias fuertes exigieron redefiniciones en la división de poderes y la apropiación de recursos, esto provocó no sólo divisiones sino también una mayor conciencia de la importancia de las interdependencias en la manutención de un Estado nacional; 2) compromiso entre las comunidades inglesa y francesa4: para muchos nacionalistas de Québec el proyecto na- ____________________ 4 En Canadá, a principios de los años 90 los canadienses francófonos constituían 25% de la población. En Québec, 80% de la población hablaba francés como primera lengua (World Directory of Minorities). La constitución de 1867 garantizaba los derechos lingüísticos de la minoría francesa pero siguió sintiéndose en desventaja frente a la mayoría inglesa lo que vino a manifestarse en corrientes nacionalistas tanto intelectuales como sindicalistas a partir de los años 60 - reportes de una comisión estatal encontraron fuertes disparidades de ingreso, educacionales y de empleo entre los habitantes francófonos y los de habla inglesa en Québec. Estas corrientes nacionalistas se manifestaron políticamente a partir de la victoria del Partido de Québec en las elecciones de 1976 pero disminuyeron a partir de los años 80 lo que lleva a la derrota de la opción independentista en los diferentes referéndum a partir de 1980. Esta división nacional afectará la reacción organizada contra el Tlcan (Macdonaid).

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cional fracasó y la secesión se abrió como una posibilidad, más aún dentro de un proyecto de integración con EEUU; 3) demandas de las poblaciones nativas originales: integración de estos grupos como ciudadanos y su autonomía regional y de recursos; 4) alta dependencia de empresas matrices externas: sin ningún interés en el "proyecto canadiense" por parte de las compañías subsidiarias canadienses. En síntesis, el modelo canadiense de equilibrios regionales e industrialización por medio de capital externo es puesto en crisis en los años 70. La explotación de recursos naturales se hacía cada vez más difícil a la vez que sus precios disminuían, la producción industrial llegaba a sus límites, las tasas de interés aumentaban la carga de la deuda y la política regional y de control de energéticos se veía cada vez más cuestionada5. Las fuerzas centrífugas no se hicieron esperar y los intereses liberales y regionalistas se aliaron en contra de la política de regulación federal dando por resultado la victoria del partido conservador que daría inicio al modelo neoliberal de desarrollo con el tratado de libre comercio con EEUU como parte de la estrategia. Se trataba de "nivelar el terreno" para los actores del mercado, de disminuir el rol regulador y protector del Estado canadiense, su rol de estado benefactor, y de asegurar que esta política continuaría independientemente de la orientación ideológica del partido en el poder. México: mestizaje y nacionalismo En el caso de México, aparte de las estructuras jerárquicas de tipo feudal y terrateniente, el período colonial le legaría un modelo de desarrollo económico sumamente desfavorable. Este desarrollo se basaría en una explotación extrema de los recursos naturales y de la población nativa y se orientaría totalmente hacia el mercado externo tanto a nivel de exportación como de importación, evitando expresamente crear una industria con un mercado interno propio. La identidad nacional se fundaría, una vez lograda la independencia, en una complicada síntesis de los legados español e indígena, el llamado mestizaje cultural y físico. De hecho México pasaría a ser una de las pocas naciones del mundo cuya experiencia colonial le daría no sólo una nueva cultura sino también una nueva población étnica mayoritaria, cualitativamente distinta tanto de la población aborigen como de los colonizadores europeos6. ____________________

5 A principios de los años 80 el gobierno canadiense quiere ejercer mayores controles sobre la política energética, pero el gobierno norteamericano se opone dando por resultado un período de tensión en las relaciones entre ambos gobiernos. Finalmente, los aspectos más radicales de la política canadiense son abandonados. La llegada del partido conservador de Mulroney al poder poco después borra las tensiones anteriores y establece una "relación especial" con la Casa Blanca que servirá de premisa para la negociación del tratado de libre comercio entre ambos países (Bienefeld). 6. La población indígena disminuiría drásticamente a partir de la colonización en lo que es ahora el territorio mexicano. Se calcula que de los 25 millones de habitantes existentes en 1500

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En México, la construcción nacional se llevó a cabo en medio de guerras civiles e invasiones empezando por la de independencia en 1810-1821. Gran parte del siglo XIX transcurriría en medio de estos conflictos originados por divisiones políticas antagónicas -el proyecto liberal inspirado en la democracia estadounidense y el conservador respaldado por la Iglesia y fuerzas monarquistas pro-europeas - y propiciados por la enorme debilidad económica y política en que el joven Estado-nación se encontraba. Particularmente traumáticos para la conciencia nacional en desarrollo fueron la guerra de 1848 con EEUU y la invasión francesa inmediatamente después. La guerra con EEUU representaría no sólo la humillación de perder más de la mitad del territorio nacional, sino la dolorosa constatación de ser la primera víctima de una potencia expansionista a la que las corrientes liberales mexicanas habían visto como modelo político a seguir. La desconfianza e inseguridad frente al vecino del norte serían ya parte integral de una relación conflictiva que paradójicamente estaría influida asimismo por sentimientos de admiración y complejo de inferioridad. La invasión francesa, por su parte, intensificaría esta desconfianza del exterior pero su desenlace - el triunfo de las fuerzas liberales al mando de un Presidente de origen indígena - en contraposición al conflicto con el vecino del Norte, fortalecería la maltrecha confianza de la nación en sí misma. El período de paz y desarrollo económico posteriores a estos conflictos sentaría las bases de una infraestructura e inicios de industrialización basados en un modelo liberal que al sacrificar todo tipo de propiedad tradicional no solo afectaría los bienes de la Iglesia sino también los de las comunidades indígenas. Dentro de este desarrollo, el Estado conservaría un rol clave de dirección, de invitación a la inversión extranjera, de protección de los nuevos latifundistas y terratenientes liberales pero también de control político central para el que cualquier protesta o demanda de democratización se consideraba una insurrección. La revolución mexicana, producto de este largo período dictatorial pero también reflejo de la madurez de fuerzas modernizadoras tanto a nivel económico como político, cimentaría un pacto social en el que el Estado se haría garante no sólo de un desarrollo económico modernizador sino de un cierto bienestar social - "justicia social". En el México posrevolucionario serían cuatro los elementos de legitimidad del Estado: nacionalismo, desarrollo económico, justicia social y alternancia política. El nuevo grupo dirigente, compuesto en su inicio por los líderes del norte del país, vencedores del conflicto armado, sabría combinar estos elementos en un aparato político corporativo en el cual el partido de Estado representaría y controlaría a la vez a los diferentes sectores sociales y regiones del país. La figura central de este aparato sería el presidente de la República, fiel heredero de los ____________________ sólo quedaban aproximadamente 1 millón en 1580 (Stavrianos, Cap. 24). Actualmente, se calcula que sólo 10% de la población en México es indígena, aunque según otros criterios antropológicos puede llegar a 30%.

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monarcas absolutistas tanto de las tradiciones prehispánicas como hispánicas, con un poder muy superior al de los órganos legislativos y judiciales que formalmente le deberían servir de equilibrio. Las estrategias socioeconómicas estarían totalmente marcadas por el Presidente de tumo, por lo que de un período de nacionalismo social cardenista se pasó a períodos posteriores de modernización e industrialización dentro del marco de una política proteccionista, pero con gran afluencia de capital norteamericano. Al igual que en Canadá, en México la industrialización es llevada a cabo en gran medida por subsidiarias poco interesadas en el desarrollo de una base tecnológica autónoma. Pero a diferencia del modelo canadiense, el mexicano se serviría mucho menos de una política regional compensadora y sus esfuerzos por elevar el nivel de vida de la población serían menos consecuentes y exitosos. Pero a diferencia de Canadá, la modernización económica no fue acompañada por una elevación generalizada e igualitaria del nivel de vida de la pobla- ción – con la excepción de ciertos períodos. En vez de crear ciudadanos capaces de exigir derechos y responsabilidades el Estado crearía un clientelismo, heredero de las tradiciones coloniales y piedra angular de un sistema autoritario. Tal como en Canadá, el sistema empezó a entrar en crisis durante los años 70. La estrategia de sustitución de importaciones se vio agotada, los frutos de esta estrategia no fueron compartidos de manera igualitaria y por lo tanto la agricultura, el campo, la población rural y sobre todo la indígena se vieron cada vez más relegados. La crisis de la deuda señaló el principio del fin para la estrategia nacionalista de industrialización interna y de rectoría predominante del Estado. El desmantelamiento de esta estrategia y el inicio del período neoliberal durante los años 80 señaló también el fin del pacto posrevolucionario de legitimidad del Estado y del partido oficial7. La crisis económica se volvió política y social con el cuestionamiento de las elecciones presidenciales de 1988 y con la insurrección zapatista de enero de 1994. Una nueva dirigencia política tecnocrática enfrentó estas crisis intentando desmantelar el viejo aparato corporativista clientelista y burocrático. Este nuevo liderazgo vio en la modernización neoliberal del aparato estatal y en un pacto económico con el temido vecino del Norte las únicas soluciones a la crisis. Pero las soluciones llegaron demasiado tarde: las contradicciones mismas de las nuevas estrategias y la resurrección de la sociedad civil, producto también de la crisis, imposibilitaron la salvación del partido de Estado que vio llegar el fin de su predominio con las elecciones de 2000. ____________________ 7 Durante los años 80 los gastos sociales en educación, salud, servicios, subsidios, etc. decrecieron de 7,3% del PNB en 1981 a 3,2% en 1988. La población por debajo de la línea de pobreza pasó de 32 millones en 1981 a 50 millones en 1988, es decir 60% de la población total, de ellos 18 millones se encontraban en condiciones de extrema miseria. Se calcula que durante los años 80 de cada 10 recién nacidos en México 9 nacían en hogares pobres (Arriaga, p. 11). Para 1998 se calculaba que la taza de pobreza había aumentado 50% desde 1994 (Proceso,México,6/26/98).

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Con este desenlace político de la crisis se abrieron nuevas posibilidades demo- cratizadoras para el país. Sin embargo, las causas precipitadoras de esta crisis, la neoliberalización de la economía mexicana y sus consecuencias sociales, impidieron la construcción de nuevos pactos sociales que pudieran compensar a la mayor parte de la población por los costos de los períodos de corrupción e ineficiencia por un lado o de desmantelamiento social por el otro. La sociedad civil despertó de su largo letargo de dependencia del Estado y espera mucho de sus nuevas autoridades, pero es crítica a una política de total subordinación a los intereses económicos transnacionales sin ninguna garantía social. La clase media, pese a su modernización y admiración por el modelo norteamericano, sigue siendo, como la mayor parte de la población, nacionalista. Y nacionalismo en México, pese a la total deslegitimación de la ideología oficial posrevolucionaria, sigue siendo sinónimo de desconfianza hacia el vecino norte-americano. Esto hace del modelo de integración regional neoliberal representado por el Tlcan, un modelo difícil de legitimar en vista de sus resultados a corto y largo plazo, como veremos a continuación. En síntesis, tenemos tres países con grandes diferencias en cuanto a sus heren- cias pre y poscoloniales, con problemas de construcción de identidad, de instituciones políticas y de desarrollo económico, también muy disímiles, que se ven implicados en una integración económica neoliberal subordinada a los intereses del miembro más poderoso de la asociación. Sin embargo, como hemos visto, la dinámica de esta integración ha sido acelerada debido a las contradicciones y problemas internos de los socios más débiles, Canadá y México. Tlcan: consecuencias a corto y largo plazo Canadá: competitividad a costa de dependencia y condiciones sociales El Acuerdo de Libre Comercio (FTA, siglas en inglés) entre EEUU y Canadá fue firmado en 1989 después de un buen número de negociaciones y no menos protestas por parte de diversos sectores sociales sobre todo los sindicales. Pocos años después de que el tratado se empezó a implementar se dieron las primeras críticas en cuanto a sus resultados. Para 1993 la mayoría de los canadienses hacían al tratado responsable del aumento del desempleo. En realidad esto se enmarca dentro del paquete de medidas de estabilización estructural que el gobierno canadiense impuso al país como premisa para el acuerdo. Estas medidas afectaron de manera particular a los sectores sociales más desprotegidos. Los fondos de pensiones, alocaciones familiares y seguro de desempleo, así como las transferencias federales a las provincias para gastos de salud y educación sufrieron serios cortes. Esto, junto con otro tipo de medidas, como altas tasas de interés debidas a la recesión internacional y finalmente la entrada en vigor del FTA en 1989 llevó a muchos cierres de empresas lo que empeoró aún más la situación social (Quintero 2000). El hecho de que Canadá sea tan dependiente de la inversión norteamericana la hace particularmente sensi-

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ble a los cambios en el modelo de la división internacional del trabajo. De acuerdo con Rinehart, de 1989 a 1991 Canadá perdió 461.000 empleos en el sector manufacturero lo que representa aproximadamente 23% del total de empleos en la industria manufacturera. Sin embargo, estas pérdidas parecen haberse compensado con au- mentos en el sector manufacturero total en el orden de 16% entre 1995 y 1999; lo que correspondería a industrias como la petrolera y del carbón (Quintero 2000). Los efectos negativos del FTA y después del Tlcan se pueden situar en aquellas industrias domésticas, como la textil, confecciones, procesamiento de alimentos y sector elec-trónico, que no pudieron competir con las transnacionales8. Estos cambios afectaron particularmente a ciertas regiones como Ontario, que en 1999 concentraba casi la mitad de la industria manufacturera canadiense. La concentración del capital industrial en unas cuantas corporaciones - 50 de las cuales exportan la mitad de las exportaciones totales canadienses - aumenta también la vulnerabilidad canadiense a los cambios internacionales (Quintero 2000). Esta situación produjo una precarización del empleo sobre todo de mujeres inmigrantes. Canadá, al tener menor población es mucho más dependiente de una mano de obra inmigrante, en su mayoría no europea. Los derechos de las mujeres de familias inmigrantes están subordinados a los de los jefes de familia y, por lo tanto, su situación es más precaria. Y son las mujeres inmigrantes las que componen la mayor parte de la mano de obra de la industria textil y las más afectadas por la implementación del FTA y Tlcan. El empleo en esta industria disminuyó en una tercera parte entre 1989 y 1991 (Borowi 1993, citado en Quintero 2000) y las condiciones de trabajo se deterioraron notablemente al reducirse el número de trabajos de tiempo completo y aumentar el subcontratismo a destajo aparte de una baja en los salarios9. Esto produjo además un aumento dramático en los índices permanentes de desempleo de estas mujeres y por consecuencia un deterioro en su situación social y una situación de precariedad permanente en las nuevas contratadas. ____________________ 8 Se ha calculado que de 1989 a 1992 de los 511.000 empleos desaparecidos 29% provenían de estos sectores. Muchas transnacionales como General Motors transfirieron gran parte de sus inversiones al sur de EEUU y el norte de México. Otro ejemplo de transferencias de inversiones se da en la decisión de Volvo, la productora de automóviles sueca - ahora americana - de cerrar una fábrica de producción de camiones en Canadá e instalar - o comprar reestructurando - una fábrica similar en México en 1998. Parte de las razones para esta operación son los costos de mano de obra: "el salario de un trabajador por día en México es equivalente al de una hora para un trabajador de GM en EEUU". Esta es también la razón de transferir parte de la producción de camiones de Volvo de Europa occidental a países como Polonia (Göteborgs- Posten, Göteborg, Suecia, 2/4/98). 9 Esto disminuyó las cifras de la participación femenina en la industria manufacturera, en particular en la industria del vestido. En 1991 se calculaba que las mujeres en la industria textil ganaban sólo 60% de sus contrapartes masculinos, la mayoría recibía menos del salario mínimo y carecía de vacaciones pagadas, seguro de desempleo, seguro de salud u otro tipo de prestaciones. Las fábricas redujeron su tamaño, en 1994, 44% de ellas empleaba en promedio de sólo cuatro trabajadores en el sitio de trabajo. Una gran parte de las operaciones de estas fábricas se manda a países como Taiwán, Filipinas o México por el bajo costo de los salarios (Quintero 2000).

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Pese a las protestas de organizaciones como la Coalition for Fair Wages and Working Conditions for Homeworkers, la situación arriba descrita no ha mejorado sus- tancialmente. Parte del problema es que medidas de protección contra este tipo de prácticas explotadoras podrían interpretarse como una forma de subsidios anti- competitivos dentro de las regulaciones del Tlcan10. Otro problema atribuido al FTA fue el de la contaminación industrial sobre todo en las áreas industriales fronterizas entre ambos países. Esto último llevó a varias rondas de negociaciones que concluyeron en 1991 en acuerdos de compensación por parte de las empresas norteamericanas para combatir la "lluvia ácida" en esas áreas11. Gracias al Tlcan Canadá y México entraron en contacto más estrecho, hecho que pudo reflejarse en un aumento de sus transacciones comerciales, y en la coordinación de acciones de política exterior en relación con las sanciones de bloqueo impuestas por EEUU a Cuba12. En este caso, ambos gobiernos protestaron por la ilegalidad de estas acciones de sanción contra empresas extranjeras que invirtieran en Cuba (Acta Helms-Burton). Esta protesta fue canalizada a través de los procedimientos de disputa establecidos por el Tlcan y a través de quejas formales ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Otro de los puntos de contacto entre Canadá y México fue la coordinación de protestas y acciones contra Tlcan, lo que veremos más adelante. Para finales de los años 90 Canadá se había recuperado de los costos iniciales de la liberalización con tasas de crecimiento positivas, superávit comerciales y disminución en la tasa general de desempleo13. Sin embargo, muchas de las condiciones impuestas por esta liberalización seguían operando y los gastos sociales aún no lograban compensar los cortes de los años precedentes. Además las cuentas de balanza de pagos arrojaban un déficit de 11,2 billones de dólares y la dependencia del comercio con EEUU - 85,1% de las exportaciones, 68/2% de las importaciones - así como la dependencia de la inversión extranjera había aumentado14. Finalmente, es interesante presentar una crítica canadiense de conjunto a este acuerdo de integración: ____________________ 10 Esto mismo parece darse en el caso de una legislación de protección ambiental canadiense que fue cuestionada por la Corporación Americana Ethyl como proteccionista en 1997 (Public Citizen..., p. 5). 11 Cf.: México and Nafta report, Londres, 28/10/93 y The European Worid Yearbook 2000 Europa Public. Ltd. 12 En 1998 Canadá importaba de México un equivalente a 7.6 billones de dólares (The Europa Worid Yearbook 2000, p. 868). Para un recuento más pormenorizado de esta disputa (ibíd p 862). 13 De 1992-1998 el PBI creció a un ritmo de 2% anual y el superávit comercial era del orden de 12.7 billones de dólares. La tasa de desempleo había bajado de 10% entre 1991-1994 a 6,9% en 1999 (ibíd., p. 863). 14 Esto hace a la economía canadiense particularmente vulnerable a las fluctuaciones del mercado de capitales, así como de las de precios de materias primas que siguen estando entre sus principales bienes de exportación (ibíd.).

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El tratado ha dañado en forma estructural la capacidad del gobierno canadiense de proteger a las empresas nacionales débiles, se ha afectado el monopolio y la obligación estatal de provisión de servicios públicos lo que debilita la protección social tradicionalmente brindada por el Estado, por ejemplo en materia de salud o educación. Estos servicios pueden ahora ser brindados por actores privados basándose en criterios de rentabilidad, y cuando el Estado quiera ampliar o establecer nuevos servicios administrados públicamente debe compensar a los actores privados que pudieron haber competido por la suministración de este servicio (Bienefeld pp 228-230).

La implementación de subsidios se ve sumamente limitada al considerárseles anticompetitivos. Para Canadá esto significa romper la dinámica de equilibrios regionales de compensación que hicieron posible el proyecto Canadá basado en un eje Este-Oeste y sustituirlo con la dinámica existente antes de este proyecto, es decir un eje Norte-Sur. El nivel de estandarización en cuanto a reglamentación laboral, industrial y ambiental está disminuyendo pese a la existencia de los acuerdos paralelos que sostendrían los niveles más altos de esta reglamentación. La regulación de las inversiones basada en criterios de transferencia de tecnología, orientación de exportaciones, creación de empleos, regalías etc. se hace prácticamente imposible. La mayor parte de las transferencias económicas se dan dentro de las mismas compañías que imponen sus propias reglas, por ejemplo en relación con la fijación de precios y transferencias de dividendos. Pero además estas regulaciones afectan en gran medida la capacidad de los gobiernos provinciales y regionales y aceleran las fuerzas centrífugas que el pacto federal de fines del siglo XIX había logrado limitar15. En síntesis; muchos de los mecanismos institucionales, infraestructurales y fiscales sobre los que la existencia de Canadá como Estado-nación se basa están siendo seriamente socavados. Las ramas de transporte, comunicación, comercialización de exportaciones, bancos están perdiendo su coherencia nacional. Y esto amenaza con desintegrar la base material del Estado canadiense, su identidad nacional compartida y su estabilidad comunitaria. Las protestas populares a esta situación, como veremos más adelante, han hechos suyos varios de los elementos en esta crítica. México: competitividad a costa de segregación regional y maquilización Como en el caso de Canadá, en México los efectos del Tlcan no pueden separarse del período previo de establecimiento de premisas para la liberalización. La privatización de la mayor parte de empresas estatales, el apoyo selectivo a empresas de exportación, el abandono total a pequeñas y medianas empresas (PyMEs), 15 Aunque en las elecciones provinciales de noviembre de 1998 el Partido de Ouébec disminuyera su número de votos a favor del Partido Liberal y perdiera fuerza su lucha por un nuevo referéndum sobre la independencia de la provincia, su obtención de más de 40% del apoyo electoral lo sigue haciendo un actor lo suficientemente fuerte como para retomar esta campaña tan pronto como se den las condiciones favorables (ibíd p 861).

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el control de sueldos son algunas de estas políticas que no hicieron sino enfatizarse con la entrada en vigor del Tlcan16. Pero para las empresas ligadas a capital y mercados externos, las empresas exportadoras, los efectos han sido positivos. Sin embargo, esto no se ha traducido en una mejoría en la condición de vida de los trabajadores en general ni siquiera en la de aquellos empleados por las empresas exportadoras, por ejemplo, las maquiladoras. Y muy por el contrario de lo que había prometido el presidente Clinton a sus electores del sur de EEUU, Tlcan no ha significado la disminución de estas maquiladoras sino su generalización a gran parte de la economía manufacturera mexicana (Public Citizen...; Kopinack). La entrada de México al GATT desde 1986 provocó una reestructuración total de la economía mexicana y casi todas las PyMEs creadas durante el período de sustitución de importaciones tuvieron que adaptarse o cerrar sus puertas. Para adaptarse tuvieron que actualizar sus equipos de producción, buscar asociaciones con capital extranjero y/o flexibilización de sus relaciones laborales - baja de salarios, trabajo temporal, falta de prestaciones y deterioro general de las condiciones de trabajo. Pero pese a las políticas de apoyo a la exportación, la industria manufacturera mexicana ha tardado mucho en recuperarse y en el período 1994-2000 sólo creció 6% (Quintero 2000). Sólo algunas industrias, sobre todo aquellas situadas en el norte - por ejemplo dentro del grupo Monterrey - pudieron pasar la prueba de la exportación mientras que las PyMEs del centro del país sobrevivieron gracias a la flexibilidad laboral y produciendo para el mercado interno. Otro aspecto de la reestructuración fue el desarrollo de un modelo de "indus- trialización de exportación fragmentaria", es decir un modelo de crecimiento industrial orientado a la exportación de productos semielaborados con poco valor agregado. La paradoja de este modelo es la necesidad de importar para poder exportar. Además, se crean un sinnúmero de modalidades en la asociación con el capital externo. Éstas van desde la maquiladora tradicional - rama de compañía extranjera que importa tecnología y materia prima para utilizar la mano de obra local y después reexportar el producto final o semielaborado - hasta las submaquilas - donde la maquiladora da parte de la producción a otra empresa local - pasando por las joint ventures. De hecho, las maquilas han servido como modelo al resto de la industria nacional y sus efectos se pueden observar en muchas otras industrias, por ejemplo en las tendencias a la feminización y a la alta segmentación de la mano de obra de acuerdo con niveles de competencia - con una mayoría de los trabajadores en niveles no calificados -, en la baja de salarios y en la neutralización de los sindicatos (Kopinak)17. ____________________ 16 Entre estos programas de apoyo estaban: el Programa de Importación para la Producción de Artículos para la Exportación (Pitex), el programa de reembolso de impuestos a exportadores y Altex (Quintero 2000). 17 Ver Kopinak. Para Quintero estas características sólo se aplicarían a las industrias de exportación ya que otras continúan con prácticas laborales tradicionales. En cuanto al tipo de sindicatos existentes en estas industrias.

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Por otro lado, se dan dos tendencias más acusadas a partir de 1994. En primer lugar, el impresionante aumento de empleos en las maquiladoras que de 1995 a 2000 fue de 89% (Quintero 2000). En segundo lugar, su participación en relación con el resto de la industria manufacturera: de 3% de la industria manufacturera en 1965 han pasado a 45% en 200018. Esto ha llevado a muchos investigadores a concluir que el conjunto del sector manufacturero está en proceso de "maquilización". De hecho, aunque dentro del Tlcan se preveía que las condiciones especiales que privilegiaban a las maquiladoras en cuanto a exenciones o disminuciones de impuestos y tarifas desaparecerían gradualmente, en la práctica estas no se han modificado. Pero incluso si desaparecieran, se ha calculado que el bajo costo de la mano de obra y otro tipo de ventajas económicas retendrían a la mayor parte de estas empresas (Kopinak/ citado por Quintero 2000). También ha habido ciertos cambios en los sectores maquiladores: la industria electrónica, hegemónica hasta 1998 ha sido desplazada por la textil y de vestido19. Además, esta industria textil se ha expandido a otras localidades no fronterizas como Aguascalientes o Guadalajara donde han encontrado mano de obra más abundante y más barata. Por último, es necesario señalar que aunque la mano de obra femenina sigue predominando en estos sectores, su participación mayoritaria tiende a disminuir20. Además, las prestaciones y salarios han bajado21. En cuanto a las prestaciones, son casi inexistentes e incluso los bonos repartidos por ciertas maquiladoras sólo pueden ser cam- biados en tiendas especiales controladas por las empresas. Si a todo ello se agrega la flexibilización laboral ejercida por estas compañías se tendrá un cuadro más matizado de las ventajas ofrecidas por el proceso de maquilización para los trabajadores mexicanos. Otra forma de apreciar los efectos de este tipo de integración comercial para México son los efectos regionales. De acuerdo con los estudios (Morales) en México son sólo unas cuantas las regiones las que han participado en el boom comercial con EEUU. Se trata principalmente de la región central y la parte del norte fronterizo. Es en estas regiones donde se encuentran los "activos móviles" atractivos a ____________________ 18 Las curvas de crecimiento del empleo son muy claras. El valor del empleo en sectores no-maquiladores descendió de cerca de un millón de dólares a fines de los años 80 a 300.000 dólares en 1999: el sector manufacturero pasó de menos de 300.000 dólares también a fines de los años 80 a más 1100.000 en 1999 (Inegi 1999; Banco de Datos. Banco de México-Indicadores económicos). Por otra parte, las maquiladoras siguen concentrando su producción en los sectores eléctrico, electrónico, textil, vestido, equipo de transporte y autopartes. 19 La industria electrónica - 34,4% del sector - ha sido desplazada por la textil y de vestido que creció casi 40% entre 1995-1998, mientras que la electrónica sólo lo hizo en 16,36% (Carrillo/ Kopinak). 20 En 2000, 55% de la mano de obra total de los sectores maquiladores (Quintero 2000). 21 El salario mínimo pagado a los trabajadores para 2000 era el equivalente de 3,7 dólares diarios en esta zona, pero debido a la inflación, el poder de compra se ha reducido notablemente en los últimos años. Además, la industria no maquiladora ofrecía mejores sueldos, en promedio 12 dólares al día, mientras que el promedio pagado por las maquiladoras no rebasaba los 7,6 dólares (Quintero 2000).

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las inversiones extranjeras y en general a las industrias de exportación. "Mexamérica", como Morales denomina a estas áreas, estaría compuesta por el corredor fronterizo -3.380 km -, las regiones de Baja California a Tamaulipas e incluyendo la parte de Nuevo León, las regiones agroindustriales de Sonora, Chihuahua y Sinaloa, la región de la meseta central de México, zona de alta tecnología -estados del centro, desde Jalisco a Veracruz, pasando por Guanajuato, parte de Hidalgo, estado de México, Puebla y el DF. Estas zonas, que no comprenden todas las áreas de los estados sino sólo sus partes industriales, abarcarían los cinturones de producción metalúrgica, de maquinaria, electrónica, química, petroquímica, de fabricación automotriz y finalmente de textiles y vestuario (ibíd.). Frente a estas áreas se encontraría un sur orientado a actividades económicas tradicionales, de turismo o de agricultura de subsistencia. Es aquí donde se concentran los niveles más altos de pobreza, desnutrición, analfabetismo y explotación en general22. Es aquí donde sobreviven la mayor parte de los grupos indígenas y donde la desnutrición era padecida por más de 70% de los niños a principios de los años 90. Es aquí donde ocurre la rebelión zapatista en 1994, en el estado más pobre del país en cuanto a ingresos, pero uno de los más ricos en cuanto a recursos naturales23. Pero la rebelión zapatista que cuestiona las estructuras políticas feudales existentes en la re- gión y reclama no sólo la autonomía y derechos indígenas sino también la demo- cratización del estado y la sociedad mexicana, no es la única insurrección en estas regiones. A partir de los años 90 resurgen grupos guerrilleros en Guerrero, Oaxaca, las Huastecas - Veracruz, Hidalgo, norte de Puebla - regiones todas que comparten estos índices de marginalidad, injusticia social y opresión política. Pero estas zonas no dejan de sentir los efectos de la globalización, muchos de sus habitantes emigran al norte en busca de trabajo, unos permanecen en las zonas fronterizas, otros engrosan los flujos de trabajadores ilegales en EEUU. Y algunas de estas zonas están siendo escogidas para la apertura de nuevas empresas maquiladoras - por ejemplo Yucatán y Campeche - debido a que es aquí donde las empresas textiles encuentran los salarios más bajos del país (Quintero 2000)24. ____________________ 22 En siete de los estados del sur más de 65% de la población tenía ingresos de menos de dos salarios mínimos, es decir menos de ocho dólares al día (Domínguez 1993). 23 Chiapas - con más de 50% de su población de origen indígena - posee más de 30% de los recursos hidráulicos del país, pero sólo 50% de su población tiene acceso a agua corriente. Produce 55% de la producción eléctrica de todo el país, pero un tercio de su población no tiene acceso a electricidad. Produce un quinto de la producción nacional de petróleo y es el primer estado del país en producción y exportación de café y el segundo en producción de maíz, pero 45% de su economía se basa en la agricultura y las minas con pocas innovaciones tecnológicas. Tiene además el porcentaje más alto de analfabetismo en el país (30%); 61% de su población adulta no tiene educación básica y 77% de todos los niños sufren de seria desnutrición; 40% de su población sólo recibía a principios de los años 90 el equivalente a un sueldo mínimo de cuatro dólares diarios; 80% de su población estaba considerada por debajo de los índices de pobreza (cifras de 1990, v. Guevara). 24 En el año 2000 se calculaba que las empresas de estas zonas pagaban un promedio de 5,5 dólares diarios (Quintero 2000).

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En el ámbito político, en las últimas elecciones presidenciales y de renovación de las cámaras de diputados y senadores asistimos al mismo tipo de regionalización que ya mencionamos en el caso de "Mexamérica". El Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió finalmente su monopolio de poder retenido durante 73? años al ser vencido por el candidato de la alianza de centro-derecha Vicente Fox, Lo interesante es ver cómo aparte de ser este un voto de protesta en contra del PRI son sobre todo los estados del norte y centro de México, los centros urbanos, industriales, modernizados los que le dan su voto a la oposición. El sur, según estos resultados, sigue estando en poder de las viejas estructuras de control, del caciquismo y votos comprados del PRI, pese a los brotes de protesta e insurrección ya mencionados. Esto apuntaría a una fragmentación del país cada vez más manifiesta tanto en político como económico que se acelera a la par de la dinámica de globalización neoliberal de la que el Tlcan es el ejemplo más patente. Estados Unidos: ¿expectativas frustradas? Hay un sinnúmero de formas de evaluar los efectos del Tlcan en la economía y estándar de vida norteamericano pero muchas de ellas muestran resultados con- trapuestos. Ciertos reportes académicos muestran que a pesar de los déficit co- merciales tanto con México como con Canadá el incremento de las exportaciones mexicanas no tiene que ver con la reducción de tarifas impuesta por el Tlcan (Hinojosa-Ojeda et al.). Según estos estudios son los bienes no liberados aún los que han aumentado su exportación a EEUU de manera acelerada. Y según estas fuentes, el impacto en lo que se refiere a pérdida de empleos es relativamente pequeño. Entre 1990 y 1997 se habrían perdido unos 299.000 empleos debido a las importaciones mexicanas y unos 458.000 debido a las canadienses. Pero si se tiene en cuenta que la economía norteamericana crea un promedio de 200.000 empleos y cierra 400.000 lugares de trabajo por mes; los 94.000 empleos por año perdidos por las importaciones mexicano-canadienses parecerían insignificantes (ibíd.). Grupos de organizaciones independientes no comparten este optimismo. Según reportes de Public Citizen, Global Trade Watch, la mayor parte de los empleos perdidos se da en los sectores de sueldos altos, de producción de manufactura industrial como la automotriz donde el superávit comercial de 4,6 billones de dólares que se tenía con México antes del Tlcan se convierte en un déficit de 8,9 billones de dólares a finales de 1997. Los bienes manufacturados habrían aumentado 129% a partir del Tlcan. Pero las zonas que más habrían sufrido por este tratado se concentrarían en la parte fronteriza. En El Paso, Texas, más de 10.000 empleos se habrían perdido debido al Tlcan. Y es en estas zonas fronterizas donde se concentran los índices más altos de pobreza y desempleo del país25. Así, aunque algunos de ____________________ 25 El desempleo en las zonas fronterizas habría aumentado de 10,4% antes del Tlcan a 13 5% en 1998 (ibíd.).

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estos desempleados han sido documentados y certificados - 214.000 de acuerdo con las cifras del Departamento del Trabajo - para ser compensados por programas de trabajo según los acuerdos paralelos del Tlcan en cuestiones laborales la mayoría no ha tenido éxito en esta certificación según los reportes de Public Citizen. La agricultura ha sido otra de las áreas más críticas al Tlcan: disminución general en los ingresos de los agricultores, invasión de productos como trigo canadiense o tomates mexicanos a precios demasiado bajos para la competencia norteamericana, ataques a los agroindustriales que han mudado sus operaciones a México son algunas de las quejas del sector agrícola norteamericano (Public Citizen...). En lo que se refiere al medio ambiente las críticas son aún más agudas. Pese al acuerdo paralelo relativo al medio ambiente y a las promesas de limpieza de la zona fronteriza la contaminación ambiental de todo tipo ha aumentado dramáticamente en estas áreas debido al crecimiento incontrolado de las maquiladoras. Más aun, muchas compañías han utilizado las regulaciones del Tlcan para luchar contra la aplicación de reglamentos ambientales tanto del lado norteamericano como mexicano26. Esto ha significado que la contaminación de aguas, aire, agricultura etc. ha ido en aumento en las zonas maquiladoras con las consecuencias de aumento de enfermedades graves como hepatitis-A, diversos tipos de cáncer, malformaciones genéticas - que resultan en incapacidades graves en los recién nacidos y otro tipo de problemas que afectan tanto a las zonas del lado mexicano como a las del lado norteamericano (ibíd.). A partir de la constatación de los efectos arriba presentados y siguiendo los análisis de Morales podemos ver que como en el caso de México, el proceso de liberación que culminara con el Tlcan ha impactado de forma diferencial a las diferente regiones estadounidenses (Morales 1999). La reestructuración industrial luego del TIcant está reconfigurando una nueva territorialidad económica entre ambas economías27. Por último, tenemos el problema de la inmigración ilegal de mexicanos a EEUU. Esta inmigración, cuyas cifras son objeto de especulaciones - pero que pueden alcanzar hasta 300.000 personas al año - era uno de los problemas que el Tlcan había prometido resolver. La inmigración, como en todas partes, tiene tanto factores de em- ____________________ 26 En tres casos empresas norteamericanas han demandado al gobierno mexicano para obtener el derecho a abrir tiraderos de residuos tóxicos del lado mexicano. Pero casos similares se han dado en contra del gobierno de Canadá por cuestiones de transporte de agua o de importación de sustancias químicas peligrosas (Ibíd..). 27 Del total de exportaciones a México, 53% provienen de cuatro estados norteamericanos: Arizona, California, Texas y Florida, los tres primeros son estados fronterizos con México. Texas y California son los estados dominantes con 32% y 16% respectivamente de todas las exportaciones a México en 1996 (Morales). El segundo grupo, centro-norte con los estados de Illinois, Indiana y Michigan participarían con 19% del total de exportaciones. Estos últimos dominarían las áreas de equipo de transporte y participarían en electrónica, plásticos, computación, etc. Aunque estos sectores también están representados al sur del estado con más interés comercial en México, Texas, donde, como ya vimos, se concentran también los efectos más negativos de la liberalización regional.

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puje - pobreza y desempleo en México, salarios mucho más altos en EEUU - como razones de "jale": demanda de mano de obra barata, sobre todo en la agricultura, en los estados sureños norteamericanos. Mientras estos factores sigan existiendo es difícil resolver el problema. Pero, como en otros tipos de integración, si se libera el pase de productos y capitales el paso lógico siguiente sería la liberación al tránsito de mano de obra. El problema es que las realidades de asimetría son todavía de tal magnitud que es difícil que una medida así prospere por el temor que existe a una invasión incontrolada de mano de obra mexicana, lo que posiblemente afectaría la situación y nivel de salarios de los estados fronterizos que como ya vimos son de por sí los más afectados por esta integración, aunque paradójicamente sean también los más beneficiados, por su participación en las exportaciones a México. En síntesis, tenemos un balance hasta cierto punto contradictorio de los efectos de la integración regional en EEUU que supuestamente sería el ganador más importante de esta integración. Pero como hemos visto en las partes precedentes, es muy difícil hacer generalizaciones sobre ganadores o perdedores en términos de países. Los reportes estadísticos son a veces controversiales y cuestionados. Por otro lado es difícil determinar si estos efectos son consecuencia directa del tratado o hubieran ocurrido igualmente sin él, aunque ciertamente el tratado ha reforzado ciertas tendencias. Sin embargo, es necesario ver más allá de los niveles macroeconómicos y observar los efectos regionales en todos los aspectos. Por ejemplo, ¿cuáles han sido los efectos por parte de las sociedades civiles de estos países? Tlcan ha sido objeto de numerosas críticas de diferentes organizaciones no gubernamentales que representando a diversos grupos de la sociedad civil de este semicontinente han hecho sus propias evaluaciones y acciones para tratar de contrarrestar los efectos negativos de este tipo de integración. Tlcan y la sociedad civil; ¿nuevas redes transregionales? Tiempo antes de la firma del FTA con Canadá y del Tlcan con México, numerosas organizaciones tanto del lado canadiense como norteamericano se movilizaron para tratar de impedir estos acuerdos o tratar de influir en su diseño. En Canadá los debates previos a FTA fueron organizados por la Red de Acción Canadiense (ACN, siglas en inglés), antes red pro-Canadá, coalición de diversas fuerzas sociales entre las que se encontraban sindicatos, activistas anti-pobreza, grupos religiosos, grupos ambientalistas y grupos de mujeres, como el Comité de Acción Nacional sobre el estatus de la ACN. Estos grupos se unieron en una plataforma común anti-neoliberal en contra de las políticas de recortes y austeridad lanzados por el gobierno conservador a mediados de los años 80 (Macdonald). En la elección de 1988 la ACN fue particularmente efectiva en articular los intereses de diferentes grupos preocupados por el desmantelamiento del Estado de bienestar y dentro de esta red la federación de mujeres se convertiría en la fuerza de oposición principal al FTA. El triunfo del gobierno conservador en esas elecciones y la firma del FTA

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no haría sino prolongar esa oposición esta vez en contra el Tlcna. La posición de estos grupos se centraba alrededor de las consecuencias que estos tratados significaban - y que ya se dejaban ver en los recortes sociales de los gobiernos conservadores -, así como en posiciones nacionalistas por evitar mayor dependencia de EEUU. Pero en la readaptación de la estrategia de lucha contra el Tlcan se vería la necesidad de encontrar aliados en los otros países lo que redundaría en un impacto positivo a la formación de coaliciones anti-libre comercio en México. En EEUU fueron numerosas las organizaciones, sindicatos, asociaciones agrícolas, de negocios, ambientalistas o de organizaciones no gubernamentales (ONGs) - como Public Citizen, Alliance for Responsible Trade, etc. - que participaron en la campaña pre-Tlcan ya fuera para luchar contra el tratado o para influir en su diseño. Fueron estas organizaciones las que más éxito tuvieron - en comparación con sus contrapartes canadienses y mexicanas - en sus campañas al lograr la inclusión de los acuerdos paralelos al tratado en lo relativo a cuestiones laborales y de medio ambiente28. En México, sindicatos independientes pertenecientes al Frente Auténtico del Trabajo (FAT) fueron de las fuerzas más activas en la creación de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (Rmalc), con la ayuda y el apoyo de sindicalistas canadienses. La Rmalc será la coordinadora del debate en torno al libre comercio que comienza poco antes de la firma del Tlcan y que continúa hasta ahora. Pero los contactos entre organizaciones sindicales de los tres países preceden incluso a la formación de la Rmalc. Estos contactos se dan desde principios de los años 90 entre la Confederación Americana del Trabajo (American Federation of Labor) (Aflcio) una de las confederaciones sindicales más fuertes de EEUU y diversos sindicatos mexicanos. En 1992 se firma un acuerdo entre CWA (Communications Workers of the Americas), el sindicato mexicano de telefonistas STRM y el CEP (Communications, Energy and Paperworkers) canadiense. Este acuerdo establece intercambios de información, de cursos de entrenamiento y de acciones de solidaridad. Poco después, sindicatos pertenecientes a FAT establecerían acuerdos con la UE (United Electrical Radio and Machine Workers of América) un pequeño sindicato fuera de Afl-cio que durante los años 80 perdería una gran cantidad de afiliados por el cierre de empresas norteamericanas que se mudan a México atraídas por los bajos salarios. Esta alianza se enfocó a ayudar a la organización de los trabajadores de las maquiladoras y pese a algunas derrotas en Ciudad Juárez y Chihuahua han logrado establecer un centro de capacitación de trabajadores, Cetlac, que funciona desde 1996 (Carr). La frontera entre México y EEUU, debido a su concentración de industrias maquiladoras con los efectos que ya hemos visto, ha sido tal vez la zona donde ____________________ 28 Según Laura Macdonald esta mayor influencia se debió al sistema congresional norteamericano de pesos y contrapesos que ofreció una ventana de oportunidad mayor a la influencia de estos grupos, en contraste con el sistema parlamentario canadiense que no permite oportunidades similares a los grupos de protesta canadienses.

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más se han dado estos esfuerzos conjuntos de lucha en contra de las condiciones impuestas por el libre comercio y la reestructuración neoliberal29. Aquí encontramos dos coaliciones importantes: el Comité de Apoyo a las Maquiladoras, con base en San Diego y la Coalición Pro-Justicia en las Maquiladoras. Estas organizaciones trabajan no sólo en la organización sindical sino también en torno de cuestiones de ciudadanía y derechos de inmigrantes. También en la frontera encontramos organizaciones como el Comité Fronterizo de Obreras (CFO). Se trata de una organización no sindical de trabajadoras, dadas las dificultades para organizar verdaderos sindicatos en este tipo de industrias, que trata de ayudar a las trabajadoras a resolver problemas relacionados con sus lugares de trabajo, con ayuda de coaliciones con organizaciones norteamericanas. Un ejemplo de estas coaliciones fue la formada con el American Friends Service Committee y el Human Rights Watch para recoger información y llevar a cabo campañas para detener las pruebas obligatorias de embarazo que muchas de las empresas maquiladoras exigían a sus trabajadoras regularmente. Estas campañas, en las que han participado funcionarios del Tlcan tuvieron resultados positivos al obligar a grandes empresas como Alcoa Lucent Technologies, General Electric o Delphi - subsidiaria de General Motors - a detener este tipo de pruebas en 1998-199930. Todavía en la frontera y en luchas ambientales tenemos redes como el Comité Ambiental Tijuana-San Diego. También se han dado coaliciones estratégicas temporales basadas en problemas concretos. Este es el caso de Sierra Blanca, un lugar a 25 km de la frontera EEUU-México que fue escogido por el gobierno de Texas - con George W. Bush como gobernador - para construir un vertedero de desperdicios radioactivos31. Otro ejemplo exitoso de este tipo de acciones conjuntas es el de CAW (Canadian Autoworkers) y mujeres sindicalistas mexicanas. Los contactos entre estos grupos se iniciaron en 1995 y resultaron en el establecimiento de una fructífera cooperación por la que las trabajadoras mexicanas pudieron organizar la Red de Mujeres Sindicalistas de México en 1997. La CAW ha apoyado a la nueva organización mexicana por medio de cursos y asesorías exitosos debido a las circunstancias que se dieron entre sindicalistas de ambos países y no entre expertas de ONGs y sindicalistas como previamente se hacía. Esta relación ha sido muy valorada por ____________________ 29 En las maquiladoras encontramos dos tipos de sindicatos: los tradicionales dependientes del PRI, el antiguo partido en el poder y los "subordinados". Ya sea por corrupción, clientelismo u otro tipo de factores ninguno de estos sindicatos ha podido representar verdaderamente los intereses de los trabajadores de estas empresas (Quintero 1997). 30 Es de señalar que es también en las zonas fronterizas donde aumentan los caso de violencia dirigida especialmente a mujeres trabajadoras de las maquiladoras como el caso de las cientos de asesinadas en Ciudad Juárez en 1998-1999 ("Reporte de Actividades de la CFO: 1998-1999" en CFO Newsletter, 12/1999). 31 En este caso organizaciones bi-nacionales, mexicanas y americanas como las Binational Coalition Against Nuclear Toxic Deposits, Bravo River International Ecological Alliance y. Legal Foundation for the Defense of Sierra Blanca, lograron aliarse en una campaña de varios meses con cadenas humanas, huelgas de hambre, bloqueos de carreteras, para detener la construcción de este proyecto (Domínguez 2000).

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ambas partes porque además de lo anteriormente señalado, no se da una relación patemalista de la parte canadiense como ocurre frecuentemente con las organizaciones norteamericanas. Son muchos los ejemplos de otro tipo de coaliciones y redes que podríamos mencionar, pero es necesario también hacer un análisis del potencial y limitaciones que este tipo de iniciativas conllevan. Muchas de las acciones han sido exitosas como en el caso de Sierra Blanca o del CFO y sus aliadas norteamericanas. Sin embargo, son tantos los problemas creados por esta integración neoliberal que las acciones arriba anotadas parecen gotas en el desierto. Simplemente la implementación de los mecanismos de protección al trabajo y medio ambiente representados ¡por los acuerdos paralelos al Tlcan ha sido sumamente difícil de llevar a cabo y sólo unos cuantos casos exitosos, la mayoría en EEUU, han sido documentados32. Por otra parte, la misma forma de colaboración ha adolecido a veces de graves fallas que reflejan las asimetrías de poder económico, experiencias y acceso a todo tipo de recursos. Este problema es particularmente patente en las relaciones entre organizaciones americanas y mexicanas y sobre todo en la frontera pero también en otros contextos. Relaciones de paternalismo, mejor acceso a recursos por parte de las organizaciones americanas que dan mayor influencia en cuanto a la decisión de estrategias y tácticas, incomprensión cultural y de experiencias históricas e incluso de nacionalismo han sido problemas que se han reflejado en derrotas de acciones de organización laboral33. A esto tendríamos que agregar la confrontación de intereses entre los trabajadores de la zona fronteriza norteamericana y los del lado mexicano, ambos compitiendo por los mismos puestos de trabajo, lo que requiere de estrategias especiales para llevar a cabo acciones comunes (Staudt 2000). Otro tipo de problemas ha sido la relación entre ONGs y organizaciones sindicales, que han confrontado contradicciones tácticas y estratégicas como profesionalismo vs. solidaridad y movilizaciones voluntarias, expertos vs. activistas, etc. (Domínguez 2000). Por todo esto, tal vez la relación transnacional que mejor ha resultado ha sido aquella entre las sindicalistas mexicanas y las canadienses donde las relaciones paternalistas asimétricas se han sentido menos y donde la influencia de la ONGs ha sido mínima. De cualquier forma, es necesario constatar que el Tlcan ha pasado de ser un proyecto dictado "desde arriba" a un proyecto en desarrollo "desde abajo". Pese a todas sus limitaciones, las acciones arriba señaladas no son sólo ejemplos testimoniales, sino que han ganado espacios y están evolucionando, marcan el despertar ____________________ 32 Sólo 214.902 casos habían sido certificados hasta diciembre de 1998 por el Departamento de Trabajo norteamericano como afectados por Tlcan y con derecho a programas especiales de reinstalación (Public Citizen..., p. 3). En otro caso, el sindicado mexicano de telefonistas ayudó a Communications Workers of the Americas con una demanda a NAO, la instancia jurídica de demandas laborales del Tlcan para apoyar a 200 trabajadores de origen latinoamericano despedidos por su empresa en California por tratar de organizar un sindicato. 33 Entrevista con Matilde Arteaga relativa al caso de la empresa Han Young en Tijuana (Domínguez 2000).

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de una sociedad civil que se activa para defender no sólo sus propios intereses sino los de las comunidades más débiles a nivel regional en contra de un proyecto que para la mayor parte de estas organizaciones sólo prioriza intereses corporativos a costa del bienestar de la gran mayoría de ciudadanos, del medio ambiente e incluso de las instituciones democráticas de la región. Reflexiones finales A fines de la década del 80 las crisis estructurales de Canadá y México confluyeron en el inicio de un tipo de integración regional que coincidiría con el nivel más básico de regionalismo, es decir, libre comercio, liberación de flujo de capitales, apostando a un aumento de la competitividad basada en una desregularización laboral, ambiental y fiscal y en una flexibilización laboral. Se trata de homogeneizar/nivelar terrenos de juego que hagan más redituables sus inversiones a las grandes empresas de manera que esta región siga siendo competitiva e interesante a nivel de la competencia global. Y esta nivelación para el caso de México parece significar "maquilización", con todas las consecuencias sociales, económicas y ambientales que esto implica. Pero también en Canadá y en el sur de EEUU las tendencias apuntan a la disminución de estándares de protección al trabajo y al medio ambiente. Desde un principio, para EEUU el Tlcan representó sólo un proceso de apertura de mercados y la posibilidad de transferencia de sus industrias donde el costo de la mano de obra fuera una parte importante de la rentabilidad. Para México y Canadá el Tlcan fue la única alternativa de superación de crisis económicas estructurales por medio de aperturas comerciales y entrada de capitales. Pero para ninguno de los gobiernos de estos países es el Tlcan un paso en el proceso de construcción de una sociedad supranacional. Las premisas regionales y la diferencia de identidades presentadas en la primera parte de este artículo, harían de por sí, difícil una integración regional de nuevo tipo dados los precedentes de una vecindad con una potencia como EEUU que unen tanto a Canadá como a México en sentimientos complejos de envidia, imitación, desconfianza y hostilidad. Pero una integración de este tipo lejos de llevar a superar estas premisas heterogéneas parece exacerbarlas. El problema en realidad no son los contrastes estructurales sino el hecho de que este tipo de integración - focalizada sobre el libre comercio - lejos de propiciar dimensiones más complejas de regionalización apunta a una agudización de los contrastes antes señalados. Esta experiencia se distingue notablemente de la de la UE, donde las diferencias nacionales no obstaculizaron la elaboración de un proyecto común de democracia, paz y bienestar social. Tanto Canadá como México sufrieron un largo proceso de construcción de sus Estados-naciones a costa de difíciles compromisos nacionales y largas guerras. Estos compromisos y los equilibrios que estos significaron en la estabilidad econó-

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mica y desarrollo socioeconómico se ven cuestionados por este tipo de integración, que como ya vimos, parece desatar diversas fuerzas centrífugas a escala subregional y social. Desequilibrios este-oeste, norte-sur así como nuevos contrastes sociales -trabajadores inmigrantes, desde los estados sureños, grupos campesinos e indígenas contra grupos tecnócratas-transnacionales - aceleran una marginalización que lejos de homogeneizar a esta región parecen fragmentarla de manera acelerada. Por otro lado, las sociedades civiles de estos países parecen reaccionar y orga-nizarse para buscar contrarrestar los efectos sociales que esta integración ha con-llevado. En el caso de México éste es un fenómeno totalmente nuevo y la ciudada-nización de la sociedad mexicana parece contar con aliados tanto norteamericanos como canadienses lo que puede llegar a tener efectos muy positivos pese a las limitaciones ya también apuntadas. Finalmente, podríamos decir, que pese a que Norteamérica se encuentra en un nivel muy inicial de un nuevo tipo de regionalismo, pese a que no se trata de un proyecto de construcción de una sociedad supranacional, de nuevo regionalismo de mercado social, las fuerzas que está desencadenando y que exigen una revisión del modelo neoliberal, pueden hacer que esta región pueda ascender en la "escala de regionalización" y alcanzar algún día un tipo de integración más acorde a un desarrollo humano armónico desde el punto de vista social y ambiental, de una integración que fortalezca un modelo de gobernanza global (Kennedy/Messner/ Nuscheler). Bibliografía Anderson, B.: Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, Verso, Londres,

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