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SOCIEDAD POR DENISE TEMPONE - FOTOS: THOM SÁNCHEZ 28 “PERDEMOS UNA INFORMACIóN VALIOSíSIMA CUANDO TAPAMOS LO QUE NOS ANGUSTIA”, ALERTA EL PSIQUIATRA ENRIQUE DE ROSA.

Empastillados

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Casi 4 de cada 10 argentinos toma tranquilizantes; el Rivotril y el Alplax están entre los medicamentos más vendidos. Las drogas que la psiquiatría y la industria farmacéutica convirtieron en habituales

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sociedad • Por Denise Tempone - Fotos: Thom sánchez

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“Perdemos una información

valiosísima cuando taPamos lo que nos angustia”, alerta el

Psiquiatra enrique de rosa.

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Casi 4 de cada 10 argentinos toma tranquilizantes; el Rivotril y el Alplax están entre los medicamentos más vendidos. Las drogas que la psiquiatría y la industria farmacéutica convirtieron en habituales.

pasti

Un mes. Un mes es todo lo que se puede estar triste si se muere un ser querido. Apenas un par de días podemos lamentarnos si nos se-

paramos de un gran amor. Superado ese plazo, tal vez sea hora de empezar a pensar en tomar pastillas. No lo dice un amigo roc-kero, ni un gurú de lo light. Lo dice la última edición del “Manual diagnóstico y estadísti-co de los trastornos mentales”, publicada en 2013 y considerada la Biblia de la psiquia-

tría, el libro que condensa lo que puede ser (o no) considerado normal.

El mismo manual que da lugar a pensar a una persona muy activa como “hipoma-níaca” o a alguien fluctuante como “bipo-lar”, se mete de lleno en esas zonas borrosas que permiten que casi cualquiera pueda ser clasificado como un caso psiquiátrico por lo menos en algún momento de su vida.

Sin que lo sepamos, la lógica que defi-ne este manual se expande entre nosotros silenciosamente, en forma de “sentido co-mún”. Claro que poco hubiese tenido de “co-

mún” este sentido, para nuestros abuelos, por ejemplo, acostumbrados a adolecer el tiempo que fuera necesario los ciclos de vida y muerte que signan una existencia. Sin embargo, hoy contamos en parte, gracias a este convincente manual, con un ejército de médicos dispuestos a asegurar con total convicción, que el sufrimiento puede ser es-tandarizado. Y con sugerencias cotidianas de tomar Rivotril para “bajar un cambio”, casi con la misma frecuencia en que antes se recomendaba tomar té de tilo.

En este contexto, hicieron su entrada

Em

llados

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La Argentina ansiolítica

40%

75% 5%

10%Fallecimientos anuales vinculados con medicamentos

por combinación e interacciones tóxicas

de la población toma medicamentos sin

consulta profesional previa.

de los ingresos anuales a hospitales tienen como causa un problema con

el uso de medicamentos.

La muerte por medicamentos legales es mayor que por drogas ilegales.

Fuente: Sindicato de

Farmacéuticos y Bioquímicos

por automedicación.

Los problemas relacionados con medicamentos constituyen la 4ª causa de muerte después de los problemas cardíacos, oncológicos y respiratorios.

• Detrás de las pastillas más consumidas en la Argentina suele haber otros efectos adversos como desrealización, despersonalización, hiperacusia, amnesia, alucinaciones, irritabilidad y ataques epilépticos..• La sedación, la incoordinación de movimientos, hipotensión e inestabilidad pueden generar caídas y golpes que terminan con fracturas o lesiones graves.

• El uso a largo plazo puede afectar el sistema cognitivo (la capacidad de pensar), la memoria y se sospecha que algunos, como el Alplax, podrían aumentar gravemente la probabilidad de sufrir mal de Alzheimer.

• Como todos los medicamentos, pueden generar enfermedades hepáticas, renales y gástricas.

El lado B de los psicofármacos más vendidos

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triunfal a nuestras vidas pastillas de todos colores y formas que nos permiten creer en la pronta recuperación de un corazón y a ve-ces, de una vida rota: los psicofármacos. Dos de ellos hoy, en nuestro país, tienen el dudo-so privilegio de ser parte del ranking de los diez medicamentos más vendidos del país.

El Rivotril y el Alplax son los barbitú-ricos que comparten lista con las Aspiri-netas y el Tafirol, y se abren lugar entre el Ibuprofeno y el Amoxidal, para demos-trar que en nuestro país, al parecer, tener un dolor de cabeza es tan común como un

trastorno de ansiedad. ¿Es realmente así?“Alcanza con cruzar números para ver

que algo no cierra”, observa Enrique de Rosa Alabaster, médico neurólogo, psi-quiatra, y docente de la Universidad de Buenos Aires. “Las estadísticas psiquiá-tricas indican que sólo entre un cinco y un siete por ciento de la población tienen un trastorno de ansiedad real. ¿Cómo puede haber casi un 40% de la población toman-do tranquilizantes?”, se pregunta. La res-puesta tiene varios ejes: la liviandad de los diagnósticos, la facilidad con que médicos

no especializados los recetan, lo sencillo que es conseguirlos, incluso sin receta y, fi-nalmente, las ganas genuinas de tomarlos.

Hubo un tiempo en que estar triste era parte de la vida. En el que un duelo podía durar meses, la angustia era “existencial” y la sensibilidad una característica per-sonal no cuestionable. El dolor y la pena podían convertirse en motores para el arte, que daba salida sana a emociones inten-sas y a obras catárquicas luego compar-tidas por la comunidad. Las religiones, la familia, los vínculos, creaban redes en las

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AspirinetAs(Antifebril)

BAyAspirinA(Analgésico)

Atenolol (Antihipertensivo)

iBupirAc(Analgésico)

lotriAl(Antihipertensivo)

AmoxidAl(Antibiótico)

levotiroxinA (Reemplazo hormonas tiroideas)

tAfirol (Analgésico)

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Los diez medicamentos más vendidos

• Detrás de las pastillas más consumidas en la Argentina suele haber otros efectos adversos como desrealización, despersonalización, hiperacusia, amnesia, alucinaciones, irritabilidad y ataques epilépticos..• La sedación, la incoordinación de movimientos, hipotensión e inestabilidad pueden generar caídas y golpes que terminan con fracturas o lesiones graves.

• El uso a largo plazo puede afectar el sistema cognitivo (la capacidad de pensar), la memoria y se sospecha que algunos, como el Alplax, podrían aumentar gravemente la probabilidad de sufrir mal de Alzheimer.

• Como todos los medicamentos, pueden generar enfermedades hepáticas, renales y gástricas.

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AlplAx (AnsioLítiCo)

rivotril(Anticonvulsivo)

que podíamos apoyarnos y esperar a que el dolor simplemente pasara, “porque el tiempo cura todo”. ¿Pero qué pasa cuando el tiempo que cura todo parece ser un ler-do? ¿Cuándo si no la estamos pasando bien “se nos va la vida”? “Hay un poderoso en-granaje cultural que nos hace creer la vida está hecha para divertirse y disfrutar y que cualquier otra cosa es perder el tiempo. La vida está llena de momentos complicados que hay que aprender a transitar. Cuando nos negamos a aprender esto, la industria de los psicofármacos comienza a preparar

su fiesta”, explica De Rosa. La industria a la que hace referencia el especialista es, llamada por muchos, “carteles narco-lega-les”. Entres esos especialistas está Allen Frances, el psiquiatra estadounidense que supo ser director de la tercera edición a la que se hace referencia el comienzo de esta nota. En su libro, “¿Somos todos enfermos mentales?”, recientemente editado en la Argentina por la editorial Ariel, Frances hace un “mea culpa” y se sincera con la co-munidad médica mundial admitiendo que tal vez, muy probablemente, a la psiquia-

tría las cosas “se le estén yendo de las ma-nos”. “Estamos permitiendo que el negocio sea más importante que la salud mental”, reflexiona. Son muchos los que creen en el genuino arrepentimiento de Frances por ser cómplice de esta industria en el pasado. Pero son muchos más lo que señalan que en realidad, está resentido por haber que-dado fuera del negocio.

Como sea, Frances hace un recorrido por la historia de la creación de dicho ma-nual en 1952 y se permite dudar en voz alta de las razones por las cuales un pequeño

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Mal de muchos

melanie griffithtuvo que pasar seis

meses en rehabilitación por su adicción a los

psicofármacos.

Heath ledgerFalleció por una sobredosis de

medicamentos recetados.

Whitney Houstontomaba cocaína para

“subir” y Rivotril y Alplax para “bajar”.

michael JacksonMurió de intoxicación

aguda por un psicofármaco para conciliar el sueño.

Brittany murphyMurió por una sobredosis

accidental de drogas legales.

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tomo con algunas decenas de enfermeda-des, se convirtió en la monstruosidad que es el editado en 2013. “Si nosotros, que so-mos los profesionales, confundimos cual-quier cosa con una enfermedad psiquiátri-ca y a todo le atribuimos una solución en forma de pastilla. ¿Qué le queda a la gente común?”, denuncia.

VENTA EN FARMACIAS. Como cada año, durante 2013, el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, se encar-gó de revisar, a modo de muestreo, histo-rias clínicas de cincuenta centros de salud ubicados en Capital y Gran Buenos Aires. En esta revisión, se llegó a la conclusión de muchas muertes por úlceras, deficiencias renales, problemas hepáticos, intoxicacio-nes y ataques cardíacos, escondían detrás historias de automedicaciones o malas medicaciones, no detectadas a tiempo. “La mayoría por antibióticos, luego, por psico-fármacos”, explica Marcelo Peretta, titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos. “Gran porcentaje de estos psicofármacos se consiguieron con rece-tas truchas o sin recetas, en circuitos en los que esto parece ser normal” explica. En defensa de su gremio, Peretta no duda en aclarar la relación de poder a la que tam-bién se ven sometidos quienes trabajan tras el mostrador. “No siempre y casi nun-ca, los farmacéuticos somos los dueños de las farmacias, no siempre podemos tomar decisiones sobre la venta y la minuciosi-dad de las recetas”, señala.

Para Claudio Ucchino, presidente del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal, es el aumento descontro-lado del circuito de venta ilegal lo que hace más fácil que las muertes por intoxicación con medicación ocurran. A pesar de eso, señala a través de los números que maneja su institución que, en el ámbito legal, las cosas no mejoran. “La venta de psicotró-picos que actúan sobre el sistema nervioso central aumentaron desde el 2004 al 2012 un 25%. En ese período, el clonazepam au-mentó casi un 106%”, observa alarmado y pronto ofrece una explicación posible. “La moda de apagar los ataques de pánico con esta pastilla ayudó mucho”, observa.

SIN TRISTEZA. “La pérdida de la tris-teza y su transformación en un desorden depresivo es algo realmente grave”, obser-va De Rosa. “Nos estamos perdiendo una información valiosísima cuando negamos

o tapamos lo que nos deprime o angustia”, explica. “Es como si tuviéramos un clavo atravesándonos la mano y en vez de obser-varlo y buscar la forma de sacarlo, quere-mos encontrar la forma de no sentirlo”, me-taforiza. “Cuando nos queremos acordar, no sólo tenemos un clavo en la mano sino tam-bién una adicción y una vida en ruinas por no agarrar las cosas a tiempo”, señala.

“Uno escucha a gente que piensa que se siente mal porque está pagando un kar-ma de alguna vida pasada y, en realidad, se sienten mal porque se están drogando, o porque no están tomando las decisiones que tienen que tomar”, explica. “Conozco gente que no quiere estar triste a pesar de haber encontrado al amor de su vida en la cama con otro. Ellos piden de rodillas que los empastillemos, porque es más fácil em-pastillarse que sentir. Si además estamos avalados por manuales como éstos, están

todas las condiciones dadas para crear mi-llones de personas estupidizadas por dro-gas legales”, concluye.

En lo que respecta a padecer un tras-torno mental, según Frances, estamos en la mejor época y en la peor época posible. “Lo mejor es que contamos con medicinas avanzadísimas para tratar enfermedades muy graves. Lo peor es que tratamos en exceso a gente que no lo necesita y deja-mos a la deriva a los primeros, solo por-que el que verdaderamente los necesita, ‘el loco’, no es el mejor cliente”. Y como si esto no bastara, agrega: “Mientras si-gamos permitiendo que la psiquiatría estandarice y sistematice las emociones a este nivel, siempre encontraremos una forma de que más personas que se en-frentan a dilemas comunes de la vida, se convenzan de que necesitan drogas para lidiar con ellos”.