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Entre Rejas

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Literatura de NA

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  • Los Doce Pasos de Narcticos Annimos

    1. Admitimos que ramos impotentes ante nuestra adiccin, que nuestra vida se haba vuelto ingobernable.

    2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mis-mos poda devolvernos el sano juicio.

    3. Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como lo concebimos.

    4. Sin miedo hicimos un detallado inventario moral de nosotros mismos.

    5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.

    6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carcter.

    7. Humildemente le pedimos que nos quitase nuestros defectos.

    8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habamos hecho dao y estuvimos dispuestos a enmen-darlo.

    9. Enmendamos directamente el dao causado a aquellas personas siempre que nos fuera posible, excepto cuan-do el hacerlo perjudicara a ellas o a otras.

    10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocbamos lo admitamos rpidamente.

    11. Buscamos a travs de la oracin y la meditacin me-jorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como lo concebimos, pidindole solamente conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para cumplirla.

    12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resul-tado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los adictos y de practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida.

  • Nota del editor: Los prrafos en negrita son experiencias persona-les de los miembros de nuestra confraternidad. En algunos casos han sido corregidos para que resulten ms claros, pero no se ha modificado ni el contenido ni el vocabulario. Nos gustara dar las gracias a los miembros que nos han escrito desde la crcel, porque sin sus palabras este folleto no habra sido posible.

  • Entre rejas 1

    IntroduccinEste sencillo folleto, escrito por adictos en recuperacin en Narcticos Annimos, est dirigido especficamente a perso-nas que estn en la crcel y puedan tener problemas con las drogas.Las siguientes pginas reflejan la experiencia de recuperarse de la enfermedad de la adiccin, tanto fuera como dentro de las instituciones.Insistimos en que te des una oportunidad y leas Entre rejas con una mente abierta; quizs te ayude a mantenerte limpio y a cambiar tu vida. Hay esperanza.

    Entre rejasQuienes nos recuperamos en Narcticos Annimos sabemos que nuestra vida mientras consumamos drogas era en s mis-ma la peor de las crceles. Compartimos aqu nuestras ideas, sentimientos y experiencias porque a travs de la recupera-cin en NA hemos hallado la libertad estando entre rejas. Es posible que hayamos vivido experiencias diferentes, pero si nos fijamos bien tal vez veamos que nuestros sentimientos se parecen y podamos empezar a comprender la experiencia de recuperacin de cada uno de nosotros.

    Mi historia no es muy diferente que la de la mayora. Al crecer siempre tuve sentimientos de inadaptacin. Consuma drogas para sentirme ms seguro y porque eliminaba cualquier sentimiento desagradable que tu-viese. Termin por hacer todo lo que haba dicho que no hara. Menta, engaaba y robaba. Me detenan bastante a menudo y, al final, termin cumpliendo condena.

    Nuestro consumo de drogas puede empezar a cualquier edad. Para nosotros el consumo progresivo acaba por llevarnos a la crcel, el hospital o la muerte. Cuando lo observamos deteni-damente, nos dimos cuenta de lo que la adiccin haba hecho con nuestra vida.

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    Tengo cuarenta y un aos y un largo historial de cr-celes e instituciones. Empec a los diez aos en un reformatorio e hice toda la carrera penal sin dejarme ni una asignatura. Cuando sal del reformatorio, a los quince aos, empec a consumir drogas. Me dediqu toda la vida a las drogas y a la delincuencia. Mi mayor hazaa era creer que yo poda controlarlas, y me hizo seguir consumiendo durante veinticinco aos.

    Nuestro consumo de drogas nos creaba la ilusin de que nos respetbamos a nosotros mismos y nos respetaban los dems. Dependamos de los sentimientos de valenta, autoaceptacin y autoestima que nos daban las drogas, para descubrir ms adelante que nos sentamos tan vacos como antes de consu-mir. En NA sabemos que la enfermedad de la adiccin afecta a todo tipo de personas, del mismo modo que afect todos los aspectos de nuestra vida. Admitir que el consumo es la causa de nuestros problemas, es el principio de la recuperacin.

    Como resultado directo de mi adiccin activa, me encontr a m misma en la crcel sin ninguna salida. Digo me encontr porque, a pesar de numerosas detenciones y condenas, me senta inmune a la ley. Era algo para los dems, no para m. Yo era diferen-te, especial, porque soy una mujer culta, blanca y de buena familia.

    Entre el aislamiento en una celda y el psiquitrico penitenciario, con grilletes y cadenas, viv el dolor de la adiccin activa que no quera aceptar. He llegado a creer que la adiccin no discrimina. No soy diferente.

    Muchos de nosotros huimos desde el principio. Algunos habamos pasado por experiencias de abusos fsicos y men-tales terribles. Otros, por situaciones crueles o violentas que parecan no acabar nunca. No podamos con los sentimientos de desesperacin y sufrimiento. Tratbamos de escapar de la fatalidad que sentamos en nuestra vida. Escapbamos para

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    encontrar alivio y pensbamos haberlo descubierto en las drogas y en la vida que implica su consumo.

    Cuando me metieron en la crcel, haba llegado a un punto al que van a parar todos los adictos: viva para las drogas. El estado me haba quitado a mis hijos y metido presa por haber matado a tiros a mi marido. Aunque estaba totalmente conmocionada, lo nico que pensaba era cmo conseguir drogas en la crcel.

    Para algunos de nosotros la vida en la crcel no era diferente. La mayora hemos sufrido, de una manera u otra, la enferme-dad de la adiccin durante toda nuestra vida. Consumamos drogas para hacer frente a la vida porque pensbamos que era la nica manera de sobrevivir. Para los que nos recupera-mos en NA, nuestro consumo de drogas haba dejado de ser la solucin y se haba convertido en el problema principal. Las drogas ya no nos servan, haban pasado a ser nuestra principal preocupacin. Esto era parte de la locura de nuestra adiccin.

    La locura de la adiccinDurante mucho tiempo la mayora de nosotros no pudimos ver la locura de nuestra vida. Las cosas que hacamos para conseguir drogas a medida que nuestra enfermedad avanzaba eran cada vez ms demenciales. Hacamos dao y destruamos todo lo que nos importaba, y tenamos que consumir cada vez ms para escapar de nuestros sentimientos.

    Mira, cuando me hacen falta drogas no me importas t ni tus cosas. Voy a quitrtelas, voy a hacerte dao y me da lo mismo si sufres; porque yo necesito mis drogas. Y si me encierran, no me importa. Estoy loco, y nadie puede hacer ni decir nada para detenerme porque, a fin de cuentas, lo que me hago a m mismo es mucho peor que lo que puedes hacerme t.

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    Los niveles de locura eran diferentes en cada uno de nosotros: desde la locura de perder nuestra familia y nuestra libertad hasta la locura an ms profunda de no importarnos si viva-mos o moramos.

    Tuve una sobredosis y me dieron por muerto, pero cuando recuper la conciencia lo nico que hice fue insultar al hombre que me haba salvado. He hecho dao a infinidad de personas de muchas maneras di-ferentes. Puse en peligro la vida de mi familia; odiaba a los policas y planeaba matarlos por intentar apar-tarme de la sociedad. Estuve en varias instituciones y todava sigo en una de ellas.

    S lo que se siente cuando te despiertas muy mal por la maana y te domina la necesidad de consumir in-mediatamente. S lo que se siente cuando quisieras estar muerto. Yo he estado all. Me he visto con cara de muerto y deseaba estarlo, lleno de dolor, enfermo y tan impotente

    Una vez en la crcel, descubrimos que conseguir drogas no era tan fcil como fuera. Algunos logramos por nuestra cuenta o porque nos obligaron las circunstancias mantenernos alejados de las drogas, a veces incluso durante largos pero-dos. El resultado final siempre era el mismo: en el momento en que empezbamos a consumir otra vez, tarde o temprano, volvamos al crculo vicioso de la adiccin. En NA sabemos que no importaba qu droga consumiramos ni qu cantidad. Lo importante es lo que suceda cuando consumamos.Nos decamos que las drogas mejoraban la vida, hacan que el tiempo pasara ms rpido y nos daban un estmulo extra para manejar situaciones. Sin embargo, hemos aprendido que la enfermedad de la adiccin va ms all del simple consumo de drogas. La adiccin es una enfermedad fsica, espiritual y emocional que afecta todas las reas de nuestra vida. Cuando no estbamos consumiendo, pensbamos en consumirlas, dnde conseguirlas y cunto costaran.

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    Cada uno de nosotros se hundi en su propio pozo de locura, y fuera cual fuese su profundidad, siempre resultaba doloro-so. Nos dimos cuenta de que independientemente de lo que hubiramos sentido o de lo que nos hubiera pasado, tenamos que examinarnos ms de cerca. stas son algunas de las pre-guntas que nos ayudaron a buscar soluciones: 1. La idea de quedarme sin drogas, me produce la sensa-

    cin de tragedia inminente o pnico? 2. Cunto hace que las drogas no me funcionan como yo

    quisiera? 3. Me enferm alguna vez cuando no poda conseguir

    drogas? 4. Consumir o conseguir drogas fue en algn momento

    ms importante que mi salud, mi seguridad o mi bien-estar?

    5. He descuidado en alguna ocasin mi vida o la de otros porque tena que conseguir y consumir drogas?

    6. Estuve consumiendo drogas o necesitaba conseguirlas el da que me detuvieron?

    7. Si no tengo problemas de drogas, por qu no puedo dejar de consumirlas ni de pensar en consumirlas?

    8. He dudado alguna vez de mi sano juicio?

    A medida que respondamos s a algunas de estas preguntas (y muchos hemos contestado s incluso a muchas ms) se nos hizo difcil negar la evidencia de nuestra adiccin y em-pezamos a cambiar nuestra actitud. Sabemos adonde nos lleva la adiccin activa. Quizs, a travs de NA, podamos descubrir una nueva forma de vida.

    AlivioAunque pretendiramos encontrar alivio en las drogas, nun-ca nos funcionaba. Cuando se nos pasaba el efecto, el dolor segua y los problemas no se haban resuelto. La adiccin es

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    una enfermedad progresiva. A pesar de ser incurable, la recu-peracin es posible a travs de los Doce Pasos de Narcticos Annimos. Podemos aprender a vivir sin drogas.

    A veces, acostado en mi celda, juraba por culpa de lo que ahora s que es mi adiccin que consumir slo una vez ms no me iba a destrozar de nuevo, pero me destrozaba. Ya he estado en tratamiento y tambin en la crcel. Comet delitos que nunca hubiera come-tido limpio. No puedo seguir ignorando que tengo un problema. Existe la posibilidad de vivir sin drogas y quiero hacerlo.

    Cuando admitimos que tenemos un problema de drogas, abri-mos la puerta a la recuperacin. Si podemos asistir a reuniones tenemos la oportunidad de ver y escuchar a otros adictos que viven limpios y se recuperan en Narcticos Annimos. Librar-se de la adiccin activa a travs de los Doce Pasos de NA est al alcance de todos los adictos.

    Algunos das mi cabeza me dice que puedo consumir, sobre todo cuando me siento mal emocionalmente. Los sentimientos como la vergenza, la culpabilidad, el miedo, el creer que no sirvo, siempre me bastaron para meterme otra vez en todo aquel crculo enloque-cedor. Pero hoy en da, tanto mi corazn como mis amigos del programa me dicen que el sufrimiento pa-sar y que volver a consumir sera mi ruina. El milagro consiste en que si no consumo, los problemas a los que me enfrento se simplifican. Lo triste en mi vida es que nunca haba llegado a aprenderlo porque siempre me drogaba antes de afrontar la vida tal cual era.

    Hoy en da tengo yo las llaves de mi vida, y una de ellas es el programa y la confraternidad de NA. sta es la clave principal de mi vida, porque me permite aprender cmo vivir, sentir y aceptarme tal cual soy. Hoy en da tengo la libertad de cometer mis propios

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    errores y sacar provecho de ellos. Estoy consiguiendo una libertad que me ofrece algo mucho mejor que cualquier droga.

    No podemos decir a nadie si es o no adicto o adicta. Es una conclusin a la que cada uno debe llegar por s mismo. Sin embargo, s podemos decirte que nosotros somos adictos y encontramos la recuperacin y el alivio a travs del programa de Narcticos Annimos.

    Es para ti Narcticos Annimos?Narcticos Annimos es un programa de recuperacin para todas las personas que tengan el deseo de dejar de consumir drogas. Creemos que el valor teraputico de un adicto que ayuda a otro no tiene igual. Nos reunimos regularmente para ayudarnos mutuamente a mantenernos limpios y para com-partir nuestro mensaje de recuperacin: cualquier adicto pue-de dejar de consumir drogas, perder el deseo de consumirlas y encontrar una nueva forma de vida. Se trata de un mensaje de esperanza y la promesa de liberarnos de la adiccin activa.

    Estaba seguro de que me morira consumiendo. Du-rante mucho tiempo haba tratado de dejarlo, pero nunca haba podido. Mi nico consejo a los compae-ros adictos es que traten de recuperarse. Sin duda es mucho ms productivo y he tenido mucho ms xito que en cualquier otra cosa que haya intentado por mi cuenta.Cuando era nuevo en el programa, oa frases de personas que ya llevan un tiempo en NA tales como crceles, hospitales y la muerte. Cuando pensaba en los adictos que conoca, me daba cuenta de que todos haban terminado muertos, en la crcel o en algn hospital. Estas palabras sin duda me dieron la oportunidad de pensar en lo incontrolable que se ha-ba vuelto mi vida y en lo impotente que era yo ante mi adiccin.

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    No estamos vinculados a ninguna otra organizacin, incluidas otras confraternidades de doce pasos, programas, centros de tratamiento ni instituciones penitenciarias. No contratamos consejeros profesionales ni terapeutas. Ser miembro de NA es gratuito; compartimos lo que nos da resultado da a da en nuestra vida. Los Doce Pasos de Narcticos Annimos son la base de nuestro programa de recuperacin de la enfermedad de la adiccin.

    Este programa me ofrece una descripcin detallada de lo que tengo que estar dispuesto a hacer y me de-muestra que funciona. Puedo lograr lo que quiero. Hoy puedo vivir limpio. Hoy puedo elegir, y esta eleccin me libra de las cadenas de las drogas.

    Los adictos buscan Narcticos Annimos cuando estn deses-perados, cuando todo lo dems ha fallado. Nuestros mtodos individuales no funcionan. Quizs no tengamos un claro deseo de dejar de consumir, pero sabemos que algo tiene que cam-biar. El hecho de escuchar lo que dicen otros adictos en recu-peracin, a menudo nos ayuda a pensar con mayor claridad. Nos damos una oportunidad a nosotros mismos y a nuestra recuperacin.Los principios espirituales de NA nos ayudan a tratar con la compulsin y la obsesin de consumir. La obsesin es el deseo abrumador de consumir drogas a pesar de las posibles conse-cuencias. Compulsin es consumir sin poder parar una vez que hemos empezado. El egocentrismo de nuestra adiccin activa hace que nuestro consumo tenga prioridad absoluta.La prctica de los Doce Pasos nos permite cambiar. Empeza-mos a ser capaces de elegir mantenernos limpios. Generalmen-te desaparece la obsesin de consumir y aumenta nuestra ca-pacidad de tener en cuenta a otras personas en vez de pensar slo en nosotros mismos.

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    No soy ni un estpido ni un tipo duro. Sufro, como tantos, la enfermedad de la adiccin. No quiero ser un adicto ni un convicto. Quiero vivir, amar y compartir las cosas que logro y aprendo con la gente que se preocupa por los dems. Quiero lo que este programa tiene para ofrecerme. No puedo volver atrs y vivir mi vida de nuevo, y esto duele. Sentado aqu, en mi celda, s que hay gente ah fuera siguiendo mis pasos y se me llenan los ojos de lgrimas porque s cmo sufren.

    Al practicar el Programa de NA aprendemos sobre nosotros mismos. Algunos tenemos dificultades para aceptar que te-nemos una enfermedad llamada adiccin. Sentimos que no formamos parte de nada. Una de las cosas que omos repeti-damente en las reuniones es que los adictos se sienten nicos y diferentes. A veces, puede que nos sintamos inseguros y apartados de los dems, pero aprendemos que, a pesar de cmo nos sintamos, no estamos solos. En Narcticos Anni-mos encontramos fortaleza y apoyo.

    Las reunionesLlegamos a Narcticos Annimos por diferentes razones, pero sean cuales sean, la mayora recibimos el mensaje de recupe-racin en las reuniones. Compartimos nuestra experiencia, fortaleza y esperanza de vivir una vida mejor sin drogas. Al recibir el apoyo de los adictos en recuperacin, nuestra actitud empieza a cambiar.

    Aquella noche, cuando escuch y vi aquellas hermo-sas palabras del Texto Bsico de Narcticos Annimos en la reunin, sent cosas que nunca haba sentido en mi vida. Alguien haba escrito un libro sobre m sin conocerme siquiera. Otras personas tenan los mismos problemas que yo pero era demasiado egocntrico para verlo. Aquella noche NA me dijo que yo tena la

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    oportunidad de ser feliz, de vivir una vida sin drogas y disfrutarla realmente; que haba una manera de re-parar el dao que me haba causado a m mismo y a los dems; que poda aprender a amarme a m mismo ayudando a los dems a mantenerse limpios.

    El apoyo y la fortaleza que se obtiene asistiendo a las reunio-nes puede que no siempre est a nuestra disposicin. Sin em-bargo, aunque no tengamos demasiadas reuniones, practica-mos los principios contenidos en los Doce Pasos lo mejor que podemos. Muchos intentamos recuperarnos de la enfermedad de la adiccin y muy pronto nos sentimos aliviados. Otros lo intentamos y quiz recaigamos, pero todos tenemos algo en comn: seguimos asistiendo a las reuniones.

    Me un a las filas de la recuperacin en medio del su-frimiento. Me gustara decir que deseaba recuperarme desde el principio, pero no fue as. Se trataba simple-mente de un nuevo timo que intentaba hacer. En las reuniones de NA me sent bien recibido y supe que era mi lugar. Siempre me haba llevado bien con los dems, pero al mismo tiempo me senta apartado de ellos. Me adaptaba como un camalen: cambiando de colores segn el ambiente. Pero en NA sent que no tena necesidad de hacerlo. Otra de las cosas que me atrajo de las reuniones fue que la gente me invitaba a volver, y era algo que no me suceda muy a menudo en mi adiccin activa. Las personas de NA me quisie-ron hasta que yo pude quererme a m mismo.

    No existen condiciones para ser miembro de NA. Por primera vez, nos aceptan por el simple hecho de ser adictos, y no a pesar de serlo. En las reuniones sentimos cario y aceptacin, y cuando salimos nos sentimos mejor. Recibimos esperanza e informacin prctica de otros miembros que nos ayudan a vivir limpios.

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    Durante tres meses fui a todas las reuniones en la crcel. Tenan lo que yo buscaba: paz. Quera gozar de la vida, no pudrirme en una celda. Cuando me soltaron cre que estaba curado, pero todo cambi antes de que llegara a darme cuenta. Una vez ms estaba atrapado en la telaraa de la adiccin, sin preocuparme de m ni de los dems. Al cabo de un mes viol mi libertad condicional y termin de nuevo en la crcel. Me con-denaron a tres aos; de esto hace ocho meses.

    La recadaEs posible que volvamos a ver muchos aspectos de nuestra vieja conducta y que nuestras actitudes estn influidas por el aislamiento, la soledad, el resentimiento y el descontento. Es posible tambin que nos digamos que podemos controlar la situacin. Nos olvidamos de que somos impotentes. Algunas personas mueren tratando de demostrar que pueden controlar el consumo de drogas.

    Despus de salir corriendo de la reunin me drogu. No quera pensar en las consecuencias de mis actos; simplemente no quera sentir. Quera escapar de mi entorno, mi tristeza, mi soledad, y no me funcion. Cuando baj me encontr otra vez en mi celda, ms solo y odindome ms que antes.

    Recaer es volver a consumir drogas despus de un perodo de abstinencia. Es una cuestin muy seria para todos los adictos. Algunos mueren y otros no consiguen volver al camino de la recuperacin. Continan consumiendo en medio del dolor y la desesperacin. Cuanto ms tiempo se prolonga el consumo, ms empeora la adiccin. Cuando elegimos volver a consu-mir no empezamos por el principio, tampoco lo retomamos donde lo habamos dejado. No slo empeora la enfermedad de la adiccin, sino que perdemos la capacidad de seguir con-sumiendo amparados por la ignorancia, porque NA nos ha enseado una manera de vivir mejor.

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    La locura empez de nuevo. Menta, robaba a cual-quiera y a todo el mundo, incluida mi familia, porque eran los ms fciles de engaar. No respetaba a nadie, ni siquiera a m mismo. No senta, ni pensaba ni que-ra a nadie. Me odiaba y odiaba a los dems, a no ser que pudiera usarlos para fiestas o drogas.

    NA es un programa de accin. Lo que importa es lo que ha-cemos, no lo que decimos, pensamos o tenemos intenciones de hacer. Con los Doce Pasos de Narcticos Annimos, la asistencia a reuniones, el contacto con otros adictos en recu-peracin, y sin consumir, podemos estar limpios y empezar a recuperarnos.

    Despus de las reuniones, un compaero y yo nos me-tamos a escondidas en la celda y hablbamos, incluso aunque yo hubiera consumido. Hablbamos de lo que tenamos que hacer para no volver a la crcel, porque los dos sabamos que volveramos si consumamos y cometamos delitos. No sabamos si NA era la so-lucin, sin embargo s sabamos que nuestros viejos hbitos nos devolveran a la crcel. Mi amigo, el da que lo soltaron, consumi y se muri. Yo tuve ms suerte: hoy en da me estoy recuperando en NA.

    En NA, los adictos que recaen son tan bien recibidos como cualquier otro recin llegado. La adiccin es una enfermedad, no un problema moral. Cuando volvemos a estar abstinentes de todo tipo de drogas, la adiccin se detiene y la recupera-cin se hace posible mediante la prctica de los Doce Pasos de Narcticos Annimos.

    RecuperacinNecesitamos una gua que nos ayude a cambiar nuestra vida. Nos damos cuenta de que nada puede cambiar el hecho de estar en la crcel, pero podemos empezar a cambiar nosotros eliminando las rejas que tenemos dentro.

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    Los Doce Pasos de NA son la gua que utilizamos para cam-biar. Creemos que para cambiar hace falta estar dispuestos a practicar los pasos, ser receptivos a nuevas ideas y lo ms honestos que podamos. Segn nuestra experiencia, cuando comenzamos a trabajar los pasos, generalmente desarrolla-mos nuevas actitudes. Sin drogas nuestros pensamientos se vuelven ms claros y nos damos cuenta de que empezamos a construir una nueva forma de vida.

    Hice de todo para conseguir las drogas que necesita-ba. Pero hoy en da es diferente. Hoy no consumo. En la Confraternidad de Narcticos Annimos he des-cubierto un propsito que me permite vivir sin con-sumir drogas, y, lo ms importante, una nueva forma de vivir sin ellas: los Doce Pasos. En este programa descubro que si intento aplicarlos lo mejor que puedo en mi vida diaria, las cosas mejoran, quizs no exac-tamente cuando lo quiero yo, sino cuando lo quiere Dios. Muchas veces ni siquiera s por qu suceden, simplemente suceden. No trato de explicarlas; slo s que a m me funciona y estoy agradecido.

    A medida que trabajamos los pasos, nuestras reacciones y emociones cambian. Comenzamos a atraer a otras personas en nuestra vida. En vez de apartar a los dems, empezamos a dejar que se acerquen. Aprendemos a confiar y a que nos ten-gan confianza. Ya no tenemos que ocultar quines somos por miedo a que nos rechacen. La sensacin de vaco que todos los adictos conocemos tan bien empieza a desaparecer.

    Llevaba limpio unos nueve meses y me pidieron que hablara en una reunin. Estaba aterrorizado. Saba que tena que dar testimonio de lo que estaba hacien-do y de mis cambios, porque si no lo haca lo pondra en peligro. Una vez ms fue Dios el que se ocup de m aquella noche y me sorprend de la reaccin de mis compaeros de crcel. Me di cuenta de que las cosas

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    sucedan como tenan que suceder, cuando Dios que-ra, no cuando quera yo.

    Mi esposa haba quedado embarazada de un vecino y dej de visitarme. Tambin recib una carta del juzga-do en la que me comunicaban que se me denegaba la libertad condicional por mis antecedentes.

    Todo esto ocurri en un perodo de tiempo muy corto y yo estaba a punto de explotar. Ahora s que la gra-cia de Dios, mis amigos, mi padrino1 y las reuniones de NA fue lo que me sostuvo hasta superar esos mo-mentos. Tena muchsimas ganas de consumir, pero record la frase del Texto Bsico que dice: Mientras nos mantengamos limpios, pase lo que pase, tendre-mos sobre nuestra enfermedad las mayores ventajas posibles.Aquellos terribles sentimientos de miedo, desespera-cin, ira y resentimiento fueron reemplazados poco a poco dentro de m por la esperanza, la fe en mi Poder Superior, la comprensin y la aceptacin.

    Muchos creemos que confiar en un Poder superior a nosotros mismos nos ayuda a vivir limpios. Cuando nos damos cuenta de que hemos encontrado un Poder que puede liberarnos de consumir y de la obsesin de consumir, empezamos a estar ms dispuestos a confiar en este Poder Superior. Si queremos, podemos llamar Dios a este Poder, pero en todo caso es una opcin personal.

    Tengo que creer en un Poder superior a m y confiar en que me devuelva el sano juicio. No puedo gober-nar mi vida, soy impotente y tengo que entregar mi voluntad a este Poder Superior. Tengo que aplicar cada uno de los Doce Pasos de Narcticos Annimos en mi vida y Dios tiene que ayudarme. No puedo hacerlo por mi cuenta. Puedo dar muchos pasos ca-minando por el patio de esta crcel, pero hace falta

    1 Para mayor informacin sobre este tema fundamental, leer el folleto IP N 11, El padrinazgo.

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    mucho ms valor para pedir a Dios que me ayude a dar estos doce pasos.

    Los Doce Pasos son un programa de vida. Nuestra experien-cia demuestra que nos ayudan a afrontar cualquier situacin. Nuestra capacidad para aplicarlos diariamente se desarrolla poco a poco. Descubrimos que, a medida que adquirimos la fortaleza necesaria para vivir la vida tal cual es, los principios que utilizamos en nuestra vida cotidiana nos permiten afron-tar momentos de miedo y dolor.

    Cumpl cinco aos de condena y me mantuve limpio. La vida ah dentro era dura. Tena mucha fe en que Dios se ocupara de m. Lea toda la literatura de NA que consegua. Cada vez que haba reunin, asista. Me resultaba muy difcil dejar que los dems supie-ran lo que senta y que estaba trabajando los pasos. Tena una condena larga y algunas reuniones se cerra-ban por falta de apoyo. Trabajaba los pasos lo mejor que poda.

    Admit que era impotente ante mi adiccin, que mi vida se haba vuelto ingobernable. Era algo ms que evidente para m: lo nico que tena que hacer era mirar a mi alrededor y ver las rejas cerradas. A esa altura llegu a creer que haba un Poder superior a m mismo que poda devolverme el sano juicio. Saba que no quera consumir. Saba que exista una forma de vida mejor y muchos das eso me bastaba.

    Si pudiera compartir un mensaje con los recin lle-gados, les dira que la vida no tiene por qu ser la misma de antes. Todos tenemos la enfermedad de la adiccin, todos hacemos cosas de las que no estamos orgullosos, pero tenemos la oportunidad de salir ade-lante.

    A menudo las experiencias en recuperacin son nuevas, extra-as y nos dan miedo. A veces la atraccin de los viejos amigos

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    y las viejas formas de hacer las cosas es fuerte. Parece como si fuera ms fcil volver a consumir; pero esto no es la solucin para los adictos. Hemos descubierto una forma de vida mejor de la que conocamos hasta ahora. Incluso aunque pasemos por serias dificultades, no estamos dispuestos a volver a la vida que tenamos antes de estar limpios.

    Enfrentarme a la posibilidad de morirme de una en-fermedad terminal me result duro. A veces, nada de lo que me decan me ayudaba. Al final, me di cuenta de que en todo caso lo nico que poseo es el da de hoy. Hoy estoy sana. A pesar de las decepciones de la vida, prefiero creer en ella. Todos los seres humanos reciben la oportunidad de vivir de da en da, de mo-mento en momento. Yo no soy diferente de los dems.

    A medida que me fui conociendo y empec a saber quin era en realidad, comenc a trabajar en los as-pectos de m misma que no me gustaban: los celos, la envidia, el orgullo, el odio y la venganza. No como si fuese una mala persona que quisiera ser buena. Me di cuenta de que esas emociones me hacan sentir mal y que no poda darme el lujo de derrochar tanta energa.

    Cuando surgan dentro de m, comprenda que algo andaba mal y me diriga a mi Poder Superior, con el que haba empezado a hablar al principio de mi recu-peracin. Cuando estas emociones surgan, reconoca lo que pasaba y lo admita. Generalmente ese tipo de sentimientos que haba dentro de m desaparecan. A veces no suceda as, pero a medida que pasaba el tiempo fui aprendiendo a tener disciplina y a utilizar mis cualidades. He llegado a creer que la disciplina, la responsabilidad y la creatividad son tambin caminos para mi libertad.

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    Si no consumimos, tenemos la oportunidad de acceder a una nueva forma de vida, tanto dentro como fuera de la crcel. El Programa de NA no nos promete una vida fcil ni que todo saldr como queremos. Aprendemos que hay una diferencia entre deseos y necesidades. Nuestro Poder Superior siempre responde a nuestras necesidades espirituales. Incluso aunque todava estemos entre rejas, tenemos que empezar nuevas amistades, a relacionarnos con personas que estn limpias y aprenden a recuperase mediante los principios de Narcticos Annimos. A travs de los Doce Pasos logramos serenidad, cualquiera que sea nuestra circunstancia en la vida.

    Record una por una a las personas que haba queri-do de verdad en mi vida. Ms adelante, cuando lleg el momento en mi recuperacin, empec a hacer en-miendas y me sent aliviada. Sent una felicidad y una paz que no haba sentido nunca. Tengo un objetivo; s que Dios tiene un plan para m. S que mientras tenga fe en un Dios bondadoso y aplique los pasos de NA en mi vida, estoy en el camino de la recuperacin. Hoy mis sueos son diferentes, son una realidad.

    Los sentimientos de alegra, paz y satisfaccin son regalos de la recuperacin a medida que maduramos y cambiamos con la prctica de los Doce Pasos de Narcticos Annimos. Podemos aceptar las decepciones y las frustraciones como parte de la vida cotidiana. La recuperacin es un viaje que vale la pena, aunque no sea fcil. Independientemente de lo que hayamos hecho en el pasado, no estamos obligados a repetirlo. Lo ms importante es que ya no tenemos por qu volver a consumir.

    La libertadQuienes hemos empezado la recuperacin en la crcel, sabe-mos que cuando salimos en libertad somos vulnerables. Al enfrentarnos con los sentimientos de inseguridad y miedo que la libertad a menudo provoca, la tentacin de volver a

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    consumir puede ser abrumadora. Es en este momento cuando necesitamos el apoyo de la confraternidad.

    La primera vez que pude pedir la libertad condicio-nal, la rechac. Senta que no estaba preparado para salir a la calle y mantenerme limpio. Ms adelante, decidieron que iban a darme una oportunidad y me qued aterrorizado. Ahora que no tendra esas rejas a mi alrededor ni gente que me vigilara, haba instala-do las rejas dentro de m. Me enfrentaba al hecho de salir a la calle y estar solo. Eran sentimientos que me asustaban de verdad.

    Nuestra experiencia nos demuestra que, estemos o no presos y vayamos donde vayamos, no estamos curados de la enferme-dad de la adiccin. Las medidas que se toman para empezar la recuperacin en la crcel son las mismas que los adictos en recuperacin toman fuera de ella. Nuestra primera prioridad es mantenernos limpios.

    Consum despus de ir a algunas reuniones de NA en la crcel, pero aprend. El programa de NA me empez a funcionar mientras estaba preso, y contina funcionndome en la calle.

    Los primeros das de libertad son crticos para continuar nuestra recuperacin. No podemos darnos el lujo de estar con gente que consume drogas. Tenemos que ir a reuniones y rodearnos de adictos en recuperacin.

    Debido a mi adiccin perd la custodia de mi hijo. Mi familia me haba abandonado y me senta completa-mente sola. Dos das despus de salir en libertad, vol-v a consumir. Consum durante quince das, comet nuevos delitos y termin en un parque con una navaja en la garganta. No haba pasado por todo aquello, in-cluyendo la crcel, para morirme. Nunca en mi vida me haban ofrecido tantas drogas como durante esos

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    noventa das. Por momentos llegu a pensar que me estaba volviendo loca. Pero con una fe ciega, segu las sugerencias.

    Me puse de rodillas; haba hecho cosas peores para conseguir drogas, as que estaba dispuesta a hacer esto para poder vivir. Al fin, despus de sesenta das, llam por telfono para hablar con los miembros de NA. Estaba muerta de miedo de convertirme en una persona vulnerable, de tener que hablar con alguien que no conoca. Antes, yo slo usaba el telfono para saber quin tena dinero o dnde haba drogas.

    En muchas reuniones durante aquellos primeros noventa das dije a gritos que quera drogarme. En una, me agarr literalmente a la mesa para no salir corriendo a consumir. Qudate aqu, mejorars, repeta mi cabeza. Los miembros de NA no paraban de decirme que volviera. Dentro de m me mora por poder sostener una conversacin, sonrer y rerme. Haca aos que no saba lo que era eso, si es que lo haba sabido alguna vez. Compart cmo me senta y me apoy en los miembros de esta confraternidad. Tena que cambiar completamente, no tena ni idea de cmo hacerlo y me daba miedo. El cambio est en nuestros Doce Pasos; por eso, cuando llevaba sesenta das limpia, eleg un grupo habitual en cuyas reunio-nes se estudiaban los pasos.

    Los grupos son una fuente de esperanza, apoyo, orientacin y compaerismo. Cualquier adicto es bienvenido a una reunin de NA. En ellas percibimos la aceptacin y el inters. La asis-tencia asidua es indispensable desde el principio. Tenemos que dejar que los miembros nos conozcan y sepan que necesitamos ayuda. Nadie puede ayudar si no sabe que hay un problema.

    Durante la primera semana iba a trabajar y me aisla-ba en mi casa. Hablaba por telfono con algunas de

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    las personas del programa de mi ciudad. Comparta con ellos lo desesperado y asustado que estaba. No comprenda los sentimientos que tena, y que esta-ba limpio. Me dijeron que necesitaba una reunin, rodearme de personas en recuperacin y volver a las reuniones de Narcticos Annimos.

    Muchos de nosotros, viviendo sin consumir drogas, no sa-bamos qu esperar. A medida que compartimos con adictos en recuperacin, nuestros problemas y miedos disminuyen. Nuestra esperanza, ser liberados de la enfermedad de la adic-cin, crece conforme trabajamos los Doce Pasos de Narcticos Annimos. Descubrimos una vida que vale la pena y que so-brepasa con creces todo lo que hubiramos podido imaginar.

    A veces pensaba que iba a hacer falta un cartucho de dinamita para volar las rejas que haba puesto dentro de m. He tardado un tiempo, pero creo que he con-seguido romper muchas de ellas. Empec por no con-sumir drogas, ir a las reuniones y buscar un padrino que me ayudara a practicar los pasos y aplicarlos en mi nueva vida en la calle.

    He aqu algunas sugerencias que creemos pueden resultar ti-les durante la transicin entre la crcel y la vida fuera de ella: 1. No consumas, pase lo que pase. 2. Ve a una reunin de NA el primer da que ests fuera;

    asiste a reuniones con regularidad. 3. Consigue un padrino/madrina y habla con l/ella;

    habla con otros adictos en recuperacin. 4. Lee literatura de NA. 5. Pide nmeros de telfono de otros miembros de NA. 6. Trabaja los Doce Pasos de Narcticos Annimos. 7. Una vez ms: no consumas, pase lo que pase.

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    Cuando al final del camino nos damos cuenta de que no podemos seguir funcionando como seres humanos, ni con drogas ni sin ellas, todos nos enfrentamos al mismo dilema: Qu queda por hacer? Pa-rece que hay dos alternativas: o continuamos lo mejor que podamos hasta el amargo final (crceles, hospitales o la muerte) o encontramos una nueva manera de vivir. Aos atrs, muy pocos adictos pudieron escoger esta segunda posibilidad. Hoy en da tenemos ms suerte. Por primera vez en la historia de la humanidad, existe a disposicin de todos nosotros un sencillo programa espiritual no religioso llamado Narcticos Annimos, que ha entrado en la vida de muchos adictos.2

    Otras publicaciones de NA que puedes leer:

    Narcticos Annimos Publicado originalmente en los EEUU en 1983 (versin en espaol en 1991). Este libro se conoce como Texto Bsico para recuperarse de la adiccin. En sus pginas muchos adictos comparten su experiencia, fortaleza y espe-ranza sobre la enfermedad de la adiccin, y su recuperacin a travs del programa de NA. Contiene y desarrolla los captu-los del Librito Blanco de NA, e incluye un captulo adicional, Algo ms ser revelado. Tambin consta de experiencias personales de muchos adictos en recuperacin de distintos lugares del mundo para ayudar a que los miembros puedan identificarse y tener esperanzas de una vida mejor.

    Librito blanco de NA Fue la primera publicacin escrita por la Confraternidad de Narcticos Annimos. Contiene una descripcin concisa del programa de NA, incluyendo toda la informacin de los folletos n 1 y n 6.

    La recuperacin y la recada (IP N 6) Este folleto, extrado del Librito Blanco, se refiere a las primeras seales de aviso de una recada, as como a las medidas que los adictos pueden tomar para evitarlas.

    Soy adicto? (IP N 7) Las preguntas de este folleto sirven para ayudar a los individuos a tomar una decisin personal. 2 Extrado del Librito blanco, Narcticos Annimos.

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    Varan desde los sntomas evidentes de comportamiento has-ta los cambios de personalidad ms sutiles que acompaan a la enfermedad de la adiccin. Leer este folleto quizs pueda ayudarte a enfrentar honestamente la adiccin. Puede darte esperanza porque ofrece el programa de NA como solucin.

    Slo por hoy (IP N 8) Este folleto contiene cinco pensa-mientos positivos para ayudar a los adictos en recuperacin. Son ideales para leerlos diariamente ya que brindan a los adic-tos la perspectiva de una vida limpia para enfrentarse a cada nuevo da. El resto se ocupa de desarrollar el principio de vivir slo por hoy, animando a los adictos a confiar en un Poder Superior y a trabajar el programa de NA diariamente.

    El padrinazgo, revisado (IP N 11) El padrinazgo es un herramienta vital de recuperacin. Este folleto introductorio ayuda a proporcionar una comprensin del padrinazgo, es-pecialmente a los miembros nuevos. Responde a ciertas pre-guntas: Qu es un padrino? Cmo se consigue un padrino? Tambin incluye una ltima parte: Cmo ser padrino.

    De los adictos jvenes, para los adictos jvenes (IP N 13) El mensaje de este folleto es que todos los adictos pueden recuperarse, independientemente de la edad y del perodo de tiempo durante el cual hayan consumido drogas. Hace hincapi en el hecho de que todos los adictos a la larga termi-nan en la misma situacin de desesperacin total, pero no es imprescindible llegar a ella: podemos empezar a recuperarnos ahora mismo! Tiene varias secciones: tocar fondo, tomar una decisin, la presin de las viejas amistades, los problemas fa-miliares, vivir slo por hoy, un mensaje de esperanza.

    Para el recin llegado (IP N 16) Este folleto describe cmo aborda Narcticos Annimos la enfermedad de la adiccin, enfermedad compartida por todos sus miembros. Presenta los Doce Pasos, programa detallado de accin para la recupe-racin. Incluye tambin informacin sobre cmo reconocer y

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    experimentar sentimientos, as como sugerencias para utilizar un padrino/madrina y los nuevos amigos de la Confraterni-dad de NA. Todas estas herramientas ayudan a los adictos a empezar y mantener su recuperacin.

    La autoaceptacin (IP N 19) La primera mitad de este folleto, El problema, habla sobre los aspectos de una vida ingobernable que implican no aceptarnos a nosotros mismos ni aceptar a los dems. La segunda parte, Los Doce Pasos son la solucin, esboza el proceso que permite a los adictos en recuperacin aplicar los Doce Pasos en todas las reas de su vida para lograr la aceptacin de s mismos y de los dems.

    Bienvenido a Narcticos Annimos (IP N 22) Este folleto se ha escrito para responder a las preguntas que a menudo hacen las personas que asisten a su primera reunin de NA. Su mensaje es sencillo: Hemos descubierto una forma de vivir sin consumir drogas y estamos contentos de compartirla con cualquier persona para quien las drogas sean un problema.

    Mantenerse limpio en la calle (IP N 23) Este folleto est dirigido a los adictos en recuperacin que salen de algn cen-tro de tratamiento o institucin penitenciaria y reingresan en la sociedad. Describe los conceptos bsicos necesarios para continuar con la recuperacin durante este perodo de tran-sicin: cmo involucrarse mientras se est internado, cmo establecer los primeros contactos con los miembros de NA, cmo encontrar y elegir un padrino/madrina, cmo empezar a hacer servicio. Es una herramienta sumamente valiosa para quienes dentro de un hospital, centro de tratamiento o crcel estn interesados en desarrollar un programa personal de accin diaria.

    Para los padres y tutores de los jvenes de NA (IP N 27) El propsito de este folleto es ofrecer informacin sobre lo que es NA y cmo funciona. Resulta especialmente til para las personas que tienen a su cargo el cuidado de jvenes que participan en Narcticos Annimos.

  • The NA Way Magazine The NA Way Magazine es el peridico internacional de la Confraternidad de NA. Se publica trimes-tralmente en alemn, espaol, farsi, francs, ingls, portugus, y ruso. La revista contiene artculos sobre recuperacin, ex-periencia en el servicio, humor, opiniones y editoriales. Para suscribirse, visita www.na.org o escribe a los Servicios Mun-diales de NA.

    ORACIN DE LA SERENIDADDios, concdeme la serenidad

    para aceptar las cosas que no puedo cambiar,valor para cambiar las que puedo

    y sabidura para reconocer la diferencia.

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    Traduccin de literatura aprobadapor la Confraternidad de NA.

    Narcotics Anonymous, y The NA Way son marcas registradas de

    Narcotics Anonymous World Services, Incorporated.ISBN 978-1-55776-185-9 Spanish 6/12

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