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Entrevista imaginaria donde, emulando a Borges, se crea un libro ficticio "Letal, el río del olvido", libro que sirve como ejemplo de importantes críticas a la labor historiográfica. El autor, Juan Aedo, también ficticio, nos relata las intenciones que esconde este libro, y cuáles son sus proyecciones críticas.
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Magster en Historia de Occidente,
Universidad del Bo-Bo.
Asignatura: Monogrfico I.
Fecha: 31 de julio de 2015.
ENTREVISTA A JUAN AEDO, AUTOR DE LETAL, EL RO DEL OLVIDO
Por Angelo Acua
Letal, el ro del olvido (2016), de Juan Aedo, es un libro que presenta algunas
caractersticas nicas. Aunque parece un libro de historiografa, con muchas notas a
pie de pgina y referencias a otros textos histricos, est escrito para el gran
pblico, para las personas que no consumen literatura acadmica; por momentos,
su narracin la asemeja a una novela. Esta caracterstica es necesaria, nos dice el
autor en el Prlogo, porque este libro intenta desvelarle al mundo un gran secreto:
a orillas del ro leteo ha existido durante mucho tiempo un pas olvidado por la
historia. Recordemos que el ro Lete, en la mitologa griega, es uno de los ros del
Hades; beber de sus aguas provoca olvido.
De qu trata Letal, el ro del olvido? En el Prlogo, el autor nos narra que
supo de la existencia del pas por un hombre que conoci en su niez, casi por
casualidad. Ms tarde, extraado porque no lograba encontrar informacin sobre
la Isla Estival (as la llam el hombre), comenz una frentica bsqueda. Con ese fin
estudi para ser historiador, y hasta haba comenzado un postgrado en historia,
tentativa que abandon cuando se dio cuenta que no le servira para lograr su
objetivo. En medio de las tribulaciones (existir realmente tal isla?, tendr otro
nombre?), el autor reflexiona acerca de algunos asuntos: el ro leteo es
literalmente un ro?, la isla letea es realmente una isla? Al cabo de unos aos de
investigar y recorrer el mundo, logra su meta: encuentra, en medio de un paso
olvidado de la Cordillera de los Antes (el ro), una pequea ciudad (la isla) que no
aparece en los mapas. Para llegar a ella, hay que atravesar una laguna cuyas aguas
provocan prdida de la memoria; eso explica que nadie la recuerde. Sus habitantes,
que comen una extraa hierva para contrarrestar los sntomas, antes haban tenido
un pas prspero; hoy sobreviven poco menos de mil personas. Hasta ah el
prlogo. Le siguen cuatro captulos donde Aedo nos describe, muy vvidamente, lo
que logr averiguar de sus pobladores. Los nombres son muy explcitos: Geografa
y Economa; Vida Social y Espiritual; Vida Cotidiana; e Historia.
Pero entonces, por qu el libro ha generado un debate tan acalorado en el
ambiente acadmico? La respuesta es sencilla: todo esto es ficticio. Es una novela;
todo lo descrito en sus pginas, aunque parezca un libro de no-ficcin, son
invenciones del autor. Qu hay de las numerosas fuentes que adornan los pies de
pginas, y las citas abundantes en el texto? Todas son falsas. Estn ah para
despistar, para hacernos creer que todo es verdad. Muchos lectores desprevenidos
ya han cado en la trampa, y ya se comienza a hablar sobre la Isla Estival, no como
una Utopa, sino como un hecho histrico, comprobado, y esto se debe
mayoritariamente a la gran difusin que tiene el libro; no es un superventas, pero
los ejemplares vendidos superan ampliamente las tiradas normales de libros
acadmicos.
Muchas cosas se han dicho sobre Letal, el ro del olvido. El debate en el
ambiente acadmico ha sido, en algunas universidades, intenso. Nosotros
agrupamos las opiniones en tres posiciones generales: a) Existe la Isla Estival y
Aedo la descubri. b) En este texto, el autor plantea una crtica profunda a la
forma en que se escribe la historia. c) La Isla Estival es una ficcin que pone en
evidencia las carencias de la sociedad actual. d) Letal, el ro del olvido, es una burla
a la labor cientfica. Nosotros compartimos una versin muy similar a la segunda
opinin. Sin embargo, con el objetivo de dilucidar el propsito y la motivacin que
originaron tan singular empresa, conversamos con el autor.
* * * * *
Pregunta: Se siente conforme con la repercusin que ha tenido su obra?
Respuesta: Yo saba que a algunas personas podra molestarles el libro, a fin de
cuentas lo que planteo es fuerte, pero nunca imagin que sera tomado tan en
serio. A menudo me llegan correos y cartas con comentarios, ms negativos que
positivos. Me llama la atencin que hayan comentarios escritos por historiadores,
socilogos, antroplogos y por otros cientficos sociales. Pese a las crticas, estoy
satisfecho porque originalmente pens en llegar a unos pocos lectores de ficcin;
nunca cre que me tomaran en serio.
P: Qu lo motiv a escribir este libro?
R: Mayormente, la necesidad de crear, de inventar. Me llam la atencin en Ensayo
sobre la ceguera, de Saramago, y La autopista del Sur, de Cortzar1, cmo se crea,
o mejor dicho se recrea una sociedad. Yo quera hacerlo partiendo desde cero, en
la medida de lo posible, construir una cultura que fuera completamente ma, y
desde ah ir hilvanando otras tramas que modifiquen el mundo. Tambin me llama
1 De Todos los fuegos el fuego (1966).
la atencin cmo lograr que, en la literatura, las ficciones dejen de ser irreales y se
vuelvan reales. Originalmente pens en escribirlo como libro de historiografa con
ese propsito; luego me di cuenta que le permita tambin hacer una crtica hacia
la forma en cmo se escribe la historia. Pero volviendo al punto de volver real algo
irreal, planeo continuar exponiendo ms sobre la Isla Estival. Puede que publique
un libro que trate sobre mitos y leyendas de ellos, o que saque a la luz las fuentes
que elabor para escribir este libro.
P: Cul es el objetivo que persegua lograr en los lectores?
R: La crtica social. Se dice que la historia se est abriendo a otras posibilidades;
pero esto tambin tiene su contraparte: a los estudiantes se nos dice a menudo la
importancia de la rigurosidad acadmica, que esta apertura no nos haga creer que
se puede escribir cualquier cosa. Creo que esto puede llevarnos, o ya nos ha
llevado, a un control que La Academia, como me gusta llamar al excesivo rigor
academicista, impone sobre nosotros, sin que nos demos cuenta, que nos censura
de forma espontnea, mental: una autocensura. La Academia presenta el
academicismo como un discurso, una fachada, que oculta algunas tensiones dentro
de la disciplina; es esto lo que quera, en un primer momento, mostrar y criticar;
despus comprend que, por lo menos en este libro, no sera posible decirlo de
forma explcita. Espero en libros o artculos posteriores poder expresar ms esta
idea.
P: Se ha dicho que su libro plantea una crtica profunda a la historiografa en
dos puntos: primero, un lenguaje que espanta al lector inculto, y segundo, la
estrecha lnea que separa la historia de la literatura. Qu piensa usted sobre
eso?
R: Como te dije, esas son dos consecuencias que se desprenden del excesivo rigor
academicista. En primer lugar, la disociacin de la historia con el pblico general.
Se dice a menudo que somos la avanzada del conocimiento histrico, pero,
cunto de lo que nosotros nos desvelamos por desvelar llega a las aulas? Y el
lenguaje acadmico no slo espanta a los lectores, sino que los escritores tambin
sufrimos la rigurosidad de las formas que impone La Academia, o por lo menos
eso me parece a m. Yo, por ejemplo, siento que cuando escribo algn informe u
otro texto de carcter acadmico, tengo un lenguaje muy corto y escaso, repetitivo;
la sobreabundancia de los terminados en mente me hace creer a veces que
somos psiclogos. Adems, vivimos con miedo a escribir alguna palabra mal
colocada, una idea insostenible, alguna frase que pueda ser malinterpretada, o
peor an, decir incongruencias, contradecirse. Todo esto, en mi humilde opinin,
no hace otra cosa que cortarnos las alas y tapar en una botella toda la creatividad
de muchos investigadores. Con respecto a lo segundo que mencionas, el asunto es
ms complejo. La Academia tiene un discurso que esconde intereses econmicos,
intereses de la elite intelectual. Me parece que esto de ser riguroso, de apegarse a
las fuentes, les ha servido muchas veces para tildar de poco objetivo algn
estudioso original y creativo, que pusiera en riesgo su preeminencia intelectual. Por
eso quieren ver que yo pongo de manifiesto la delgada lnea entre la ficcin y la
realidad histrica, pero para poder utilizarlo como arma: tener siempre cargada la
pistola, as, cuando aparezca alguien peligroso, que coloque en riesgo sus
situaciones de nicos portavoces oficiales de la verdad histrica, slo les bastar
con decir que sus investigaciones son narrativas o pertenecen al gnero
literario. Es algo tpico de un discurso, segn Van Dijk: diferenciar entre nosotros,
ms objetivos, apegados a las fuentes, a los que se laurea, y los otros, ms
subjetivos, escritores, artistas, los que son ridiculizados y atacados. Yo dira que mi
crtica es ms hacia La Academia que hacia los historiografa en su sentido ms
amplio. Ahora, s, estoy de acuerdo con que la separacin entre la ficcin y la
realidad es muy angosta, casi imaginaria. Es decir, segu las normas acadmicas de
escritura de un libro histrico, emple un lenguaje simple, pero al mismo tiempo
no vulgar ni subjetivo, y fui riguroso con las fuentes. Entonces, por qu es ficticio?
Estoy seguro que muchos se plantean esta pregunta. Lo nico que separa la ficcin
de la realidad es la naturaleza de las fuentes, no el academicismo.
P: Se le ha criticado duramente que haya ridiculizado la labor cientfica, y que
confunda la ficcin con la realidad. Cmo se siente con respecto a estas
opiniones?
R: El confundir la ficcin con la realidad estaba en la gnesis del proyecto. No es
que yo las confunda, sino que deseaba generar esa confusin en lectores
desprevenidos. No quera ridiculizar la labor cientfica, pero s el academicismo
dentro de ella, como ya te he comentado. Existe un discurso histrico, el
academicista, como ya he dicho, y ste no sirve para otra cosa que para mantener
el estatus de los historiadores ms importantes, creo yo. Hay intereses econmicos
detrs, recuerda el estrecho vnculo de algunos investigadores con problemas
polticos, y recuerda tambin que el conocimiento de la historia puede justificar, y
hasta legitimar, algunas estructuras de abuso de poder. Cualquier estudio, aunque
sea serio, que atente contra los intereses que hay detrs, es criticado de poco
objetivo, como te dije antes. Yo quise criticar este discurso, mostrar que es ridculo,
para as poder poner en evidencia, quizs ms adelante, cmo funciona, qu
esconde, qu legitima. No quiero entrar en ms detalles en este momento, porque
lo que digo es muy fuerte y muy cuestionable: prefiero desarrollar estas ideas ms
tarde, con calma.
P: Tambin se ha dicho que usted no comprende completamente la labor
historiogrfica, y que si de verdad hubiera existido tal ciudad, el resultado es
bastante mediocre. Qu les respondera a sus crticos?
R: Siempre, en una investigacin exploratoria, no se puede aspirar a lograrlo todo.
Adems, los que dicen que los resultados son mediocres fueron, en lneas
generales, antroplogos y socilogos. No quise hacer el trabajo que ellos haran,
no, sino uno histrico, introductorio, que nos permita un primer acercamiento a
este pueblo, a su vida diaria, su forma de pensar, con el objetivo de poder
comprender mejor su historia. Tampoco quera un texto extenso o difcil de leer; es
ms bien una primera aproximacin. Ms adelante har otros estudios ms serios y
profundos. Adems, el proceso fue mucho ms largo de lo que se cree: primero
cre la historia real de ese pueblo, y la evolucin a lo largo del tiempo de sus
costumbres. Tambin intent dotarlos de un lenguaje propio, pero esto se me hizo
muy complejo e interminable, y slo complet las reglas de la sintaxis, la estructura
de las oraciones, y algunas recopilaciones no exhaustivas de palabras. Segundo,
cre las fuentes. Recuerdo haber cometido errores a propsito, hacer varias
malinterpretaciones, y falsificar una fuente, destruyendo la original, la correcta.
Tercero, despus de varios meses, y de olvidar muchos detalles, decid volver a
enfrentarme a las fuentes y escribir slo lo que pudiera descubrir de ellas. Es decir,
nunca quise escribir lo mismo que haba escrito en el primer paso, sino algo
completamente diferente, nuevo. El carcter de las fuentes me oblig a decir poco:
encontr muchas inconsistencias, y serios vacos. Aqu, dej de lado mi imaginacin
(salvo en lo que respecta a su situacin actual, y algunas modificaciones en el
idioma de los pobladores), e intent ser muy apegado a las fuentes, no decir ms
de lo que se dice en ellas. Los vacos se deben a que, en lneas generales, las
fuentes son escasas: A comienzos del siglo XVII, algunos jesuitas que viajaban hacia
la Argentina perdieron el rumbo debido a una tormenta repentina, y vagaron por la
Cordillera de los Andes hasta que encontraron la Isla Estival. Los jesuitas, que
haban bebido agua del lago, olvidaron parcialmente la memoria, y slo
recordaban, en gran parte, el espaol, vagas ideas acerca de Dios y algunos
nombres que no saban decir dnde ni cundo haban conocido. As que
decidieron quedarse. Fueron ellos los que escribieron tres manuscritos muy
extensos y minuciosos, mis mejores fuentes, pero con el tiempo olvidaron la
costumbre de registrarlo todo, y se incorporaron a la vida cotidiana de la Isla. A
partir de ah, comienza una serie de relatos de aventureros que caen en la Isla por
accidente, y que registran algunas ancdotas e historias sobre el pas, pero sin el
carcter riguroso de los primeros; algunos parecen adems copiar lo que los
jesuitas ya haban escrito antes, en un espaol mezclado con voces vernculas, y
esto produce serias corrupciones y errores. Me vi forzado a dejar muchas
conclusiones de lado porque hay demasiadas fuentes dudosas; entrar a
cuestionarlas una a una, en un texto exploratorio, me pareci un esfuerzo
destinado a no dar frutos. Prefer abordar estos asuntos en algn estudio posterior.
Dicho todo esto, cree usted que yo no comprendo bien la investigacin histrica?
Los que lean esta entrevista podrn juzgar por s mismos.
P: Para terminar: si pudiera cambiar algo, qu sera?
R: Realmente no le cambiara nada. Pero, quizs para lograr mejor el efecto en los
lectores, me gustara haber sacado a la luz primero mis fuentes, y luego mi estudio;
que ya existiesen previas al lanzamiento de Letal, el ro del olvido, que generaran
confusin, cuestionamientos. Pero ya mi libro est escrito y no se puede modificar.
Espero que ms adelante pueda terminar los proyectos que emprend con l.