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ENTREVISTA SOBRE LAS
“AUTOCONVOCADAS”:
¿QUÉ HAY DETRÁS DE ESTOS ENCUENTROS?
JUAN CARLOS MONEDERO, H.
VIERNES, 23 DE OCTUBRE DE 2.015.
Publicado en:
http://statveritasblog.blogspot.com.ar/...
Difunde también: http://quenotelacuenten.com/.
Debido a los recientes acontecimientos ocurridos en la Catedral de Mar del Plata con
relación al XXX Encuentro Nacional de “Mujeres Autoconvocadas”, realizado en
octubre de 2015, y de una charla que hemos mantenido con el Prof. Juan Carlos
Monedero (h), decidimos hacerle esta entrevista que a continuación publicamos.
Como material complementario de lo ocurrido, recomendamos a nuestros lectores, los
videos que publicamos en esta entrada (13-Oct-2015).
–Muy buenos días, estimado Juan Carlos, antes de comenzar con el tema que
nos llevó a esta entrevista, contános un poco de vos. A qué te dedicás, qué
edad tenés, cuáles son tus estudios…
–Soy docente en el Nivel Primario y Secundario de un colegio católico. Además,
soy Profesor de Filosofía en la Universidad. Tengo 30 años, recién cumplidos.
Me recibí de Bachiller en Filosofía (UNSTA) y estoy cerca de licenciarme.
–¿Hace cuánto que trabajás en la docencia?
–Desde los 22, 23 años trabajé como preceptor en colegios secundarios. Y desde
el 2011 estoy frente a curso.
–¿Qué materias dictas?
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–Dicto Catequesis, Formación Doctrinal, Metodología del Estudio y además soy
Tutor de chicos de primaria y secundaria. En la Universidad, me desempeño
como profesor adscripto de dos materias filosóficas en la carrera de
Psicopedagogía. Me intereso por las temáticas vinculadas a la lingüística, la
semántica, la cultura de la vida y las ideologías, entre otras cosas.
–Bien. Vayamos a nuestro tema. Fue noticia toda la semana pasada, además
de que hubo mucho material rondando por las redes, el Encuentro de Mujeres
Autoconvocadas y, especialmente, el ataque a la Catedral de Mar del Plata el
domingo 11 de octubre por la tarde/noche. ¿Qué comentarios podrías
hacernos al respecto? ¿Cómo se arman estos encuentros?
–Todavía falta mucho por salir a la luz. Sin embargo, hay algunas cosas que
pueden afirmarse con seguridad. Este fue el encuentro N° 30 de una seguidilla
que arrancó en 1986. Hay cosas que pasaron que se vieron por televisión e
Internet, especialmente YouTube. Pero hay otros elementos, no tan difundidos
ni evidentes, que son de mayor interés. El encuentro se pone en marcha y se
ejecuta mediante una llamada Comisión Organizadora y digo “llamada” porque
se da la paradoja de que el encuentro, al mismo tiempo que reconoce esta
Comisión, se plantea a sí mismo como horizontal y sin jerarquías. En la ciudad
en donde se desarrolla, distintas entidades (colegios, universidades, centros de
estudio, etc.) prestan sus instalaciones para que allí tengan lugar los “talleres”.
Los talleres son espacios donde se reúnen las mujeres y debaten sobre distintos
temas. Suele haber unos 50 talleres por cada encuentro.
–¿Qué hacen en esos talleres? ¿Cómo trabajan?
–En teoría, los talleres son “soberanos”: el temario propuesto para cada uno es
indicativo y son los participantes quienes resuelven los temas y el alcance de los
mismos. Cada taller cuenta con una coordinadora designada por la Comisión
Organizadora; su rol principal es impulsar la participación de todas las mujeres
del taller. Se nombran dos o más secretarias que registran las opiniones y
debates. En el desarrollo de la discusión prevalece la controversia,
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manifestándose casi siempre resentimiento y agresividad. Por eso, está prevista
la acción de lo que podemos llamar “las mujeres rotativas”: chicas que ingresan
sorpresivamente en un taller a pudrir la discusión. La coordinadora, junto a las
secretarias y todas las chicas que lo deseen, redactan las conclusiones del taller
donde se consignan las diferentes opiniones de cada tema, aún las opiniones
individuales. Esta redacción debe ser aprobada por todas las participantes por
consenso. No se vota. El documento final es entregado a la Comisión
Organizadora el último día del Encuentro. Este es el procedimiento en teoría; en
la práctica, incontables talleres no presencian una discusión que “termina” a los
gritos. Presencian un griterío interminable, de principio a fin. Ni se puede
llamar “debate”. Es pura agresividad verbal en el inicio y en la culminación del
taller, que no pocas veces es finalizado también abruptamente.
–Si los encuentros fueron organizados por gente que, en principio, piensa lo
mismo sobre un abanico de temas, ¿cómo surgen las discusiones y los
debates?
–En lo que a nosotros nos interesa, abortistas y feministas presentan un frente
común y monolítico. Puertas adentro, ellas tienen diferencias. Sin embargo, el
punto de ignición en los debates se da por la presencia de otras mujeres, de
distintas edades, que desde hace años ingresan en los talleres a fin de discutir y
presentar una cierta resistencia a los planteos abortistas. Ya no pueden decir las
abortistas que sus conclusiones representan a todas las argentinas. Muy por el
contrario, existen incontables mujeres provida que impugnan, de plano, el
aborto y todo tipo de atentado a la vida humana. Muchas de esas mujeres son
conocidas y amigas nuestras, a quienes aprovecho la oportunidad para
manifestar mi respeto y admiración por plantar cara a estos desórdenes
mentales y morales.
–¿Dónde tienen lugar estos talleres?
–En las instalaciones que los gobiernos provinciales y locales, así como otras
entidades privadas, le prestan a la Comisión Organizadora. Esto merece
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también un comentario aparte. ¿En qué condiciones dejan los colegios y demás
instituciones que la gobernación de la ciudad pone en sus manos? En su
momento, las autoridades forzaron a la Directora de un Colegio a que prestara
sus instalaciones para estas mujeres. En otra ocasión, ocuparon un comedor
para niños carenciados y terminaron robándose sus cosas. Ensucian, roban,
destruyen, destrozan.
–¿Sólo se discute el tema del aborto?
–Es uno de los temas principales pero, hasta donde sé, no es el único. También
se intenta implantar la temática de género –la famosa ideología de género–, la
ideología antidiscriminatoria, la educación sexual, entre otros. En una palabra,
la cultura de la muerte como la llamó el Papa Juan Pablo II. Esta presencia
disonante, que se plantea en favor del orden natural y sobrenatural, explica la
reacción de las abortistas. La temática oficial de un taller puede principiar –por
ejemplo– en “Mujer y Turismo, Salud de la mujer, atención sanitaria, discriminación”
y desembocar en el debate sobre el aborto en un abrir y cerrar de ojos.
–¿Y cómo es esa reacción de los abortistas?
–Reaccionan con la violencia verbal y física. Así, directamente. En incontables
casos no resisten los argumentos y su única vía de escape es la agresión. Esto
nos dice algo desde el punto de vista psicológico. La violencia no es el punto
culminante del debate: el taller, como dijimos, está atravesado por la violencia.
Incluso entre las mismas abortistas.
–¿Qué nos dice esto desde el punto de vista psicológico?
–Que la mente de estas mujeres no es capaz de encontrar una respuesta
satisfactoria a los argumentos que nuestras amigas les formulan. Que los pocos
argumentos que tienen no las satisfacen y que sus almas, en vez de abrazar
dócilmente la verdad –o, al menos, retirarse y dudar– reaccionan bajo el influjo
del resentimiento ideológico.
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–Algo lejos de lo que debería ser la atmósfera del debate…
–Exacto. En vez de prevalecer un ámbito de discusión y argumento, la
atmósfera de situación se enrarece hasta volverse peligrosa. Nervios. Griterío.
Agresividad. Caos. Por eso quiero destacar el sacrificio, la voluntad y el
esfuerzo de nuestras chicas que se oponen a la ideología abortista. Muchas
vienen de muy lejos para hacerlo, dejando atrás no sólo las comodidades sino
legítimas aspiraciones.
–Los que defienden el aborto siempre argumentan que es la Iglesia la que
practica la intolerancia, silenciando el disenso de quienes no concuerdan con
sus enseñanzas.
–Es un argumento muy repetido, como decís. La paradoja es que los abortistas
cuestionan a la Iglesia por algo que, cuando les toca a ellos, también hacen. La
diferencia es que la Iglesia responde con argumentos y ellos con palos e
insultos. La otra diferencia, principal, es que la Iglesia protege la vida del
inocente y ellos sólo persiguen su eliminación directa. No somos lo mismo, no
hay comparación.
–Entre nosotros, en el campo católico, también se sabe que no sólo las
mujeres sino también los varones acompañan esta escaramuza que forma
parte de la batalla cultural.
–Sí, también los varones. Mientras tienen lugar los talleres, algunos permanecen
en oración. Otros, incluso, suman a esa oración la adoración del Smo.
Sacramento. Jóvenes de todo el país viajan para defender la vida. Muchos
custodian a las chicas cuando salen de los talleres porque saben que fuera de los
mismos las abortistas suelen tomarse sus venganzas. En Posadas, la noche
anterior a la defensa de la catedral varios grupos de varones salimos a hacer
propaganda en defensa de la vida humana y de la familia.
–¿Sabemos algo de cómo se financian estos encuentros?
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–Se sabe más de los resultados concretos y visibles. Es más fácil, a mi parecer,
encarar este tema desde los efectos observables. Existe, sin duda, un enorme
caudal de dinero que hace posible la logística que está a la vista de todos. Los
encuentros se declaran autofinanciados. Sin embargo, reciben aportes en mayor
medida de entes gubernamentales (municipales, provinciales, nacionales) como
también de ciertas empresas y comercios. La verdad es que los grupos
abortistas y feministas manejan muchísimo dinero.
–¿Existen antecedentes de este tipo de reuniones? ¿Cuáles son las
influencias?
–Entre los antecedentes inmediatos, podemos mencionar una reunión que tuvo
lugar en Kenya, 1985. Foro de ONGs. Tampoco puede omitirse la primera
Conferencia Internacional sobre Mujer y Desarrollo (México, 1975); le siguen las
Conferencias de Copenhague en 1980, la de Nairobi en 1985 y, por último, la de
Beijing en 1995.
–¿Y qué tienen en común estas conferencias y encuentros internacionales?
–Son todas usinas e instancias internacionales ligadas a las Naciones Unidas.
Ligadas en lo económico, en lo político y en lo cultural. Eso significa que
promueven la ideología de los derechos humanos, el feminismo, la mentalidad
anticonceptiva, el aborto y el homosexualismo político. En suma, el conjunto de
falacias que desde hace más de 50 años tiene en jaque a Occidente.
–La pregunta del millón. ¿Para qué se hacen estos encuentros? ¿Qué fin se
persigue? Se habla de “femicidio”, de “violencia de género”, machismo,
“violencia heteropatriarcal”, “micromachismos”. ¿Qué significa todo esto?
–Estos encuentros se realizan, desde el principio, con un objetivo muy claro que
no es conseguir la satisfacción de los derechos de las mujeres sino implantar la
naturalización y despenalización del aborto, bajo la apariencia de que es un
deseo de todas. Los términos “violencia de género” responden a la estrategia de
decir una verdad para defender una mentira. ¿Cuál es la verdad? Que es
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absolutamente reprobable todo tipo de discriminación injusta contra la mujer;
que es absolutamente reprochable que el varón le levante la mano, que cobre
menos que el hombre por el mismo trabajo, etc. Pero, ¿cuál es la mentira? La
mentira es que impedir un aborto sea “violentar” a la mujer. Es mentira que
salvar la vida del embrión sea “violentar sus derechos” porque no hay derecho
a la ejecución de un inocente.
–“Violencia de género” no es lo único que se menciona. También se habla de
femicidio.
–Hablemos claro de una vez. “Femicidio” no existe. Existe el homicidio. Lo
mismo lo que decías recién; hablabas de machismo, micromachismos, violencia
heteropatriarcal. La verdad es que todas estas palabras son el resultado de un
cambio de óptica: cosas que son naturales y propias de la buena educación –
como dejar pasar primero a una mujer, cederle el asiento, ahorrarle algún
esfuerzo físico, etc.– son considerados por estos grupos como
“micromachismos”. Hay toda una enfermiza concepción que responsabiliza al
varón, al sexo masculino, del 100% de cosas malas que le ocurren a la mujer. Se
fomenta el resentimiento contra el sexo masculino de una manera
absolutamente desembozada, cubriéndose de “razones” y “argumentos”.
Reconocer a una mujer como diferente y tratarla distinto es “machismo”. Un
acto de amabilidad en un colectivo es objeto de controversia. Están convirtiendo
muchas cosas buenas en algo odioso. Estamos en un punto en que esto es
demencial.
–También se habla de estereotipos de género, interrupción del embarazo, “yo
decido”, etc.
–La locura ha llegado a tal punto que el hecho de regalar a un sobrino un
juguete de guerra y a una sobrina una muñeca es tildado de “imposición de
estereotipos de género”. Para ellos, todo es construcción. Lo social es
construcción y aspiran a construir un nuevo ser humano a partir de una nueva
sociedad en la que ellos serán los que decidan qué puede enseñarse, escribirse y
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decirse. Y qué no. Llegamos a la paradoja de que para obtener la plena libertad
que ellos nos prometen en un futuro, debemos entregar nuestra propia libertad
en el presente. Interrupción del embarazo es otro ‘caballito de batalla’ del aborto:
abortar no es interrumpir. Abortar es matar, asesinar, destruir. El término género
es parte de la ideologización de la sexualidad. Por eso es que no debemos
adoptar un vocabulario que es solidario de una mentalidad que rechazamos.
Me gusta mucho la frase del Profesor Jorge Ferro al respecto: “El lenguaje es un
inapreciable instrumento de penetración y dominio. Es la savia misma de la
vida social y cultural. Quien imponga un determinado lenguaje impondrá junto
con éste un modo de entender la realidad, una cosmovisión subyacente, valores
morales, culturales y políticos, pautas de conducta”.
–A la luz de los hechos, ¿qué pensar de estas mujeres que hablan y hablan y
hablan contra “la violencia de género”, aún sabiendo que el término género
es, como dijiste, engañoso y funcional a la ideologización del sexo?
–Los hechos, que están a la vista de todos, demuestran que la consigna “contra
la violencia de género” es sólo un canto de sirena. Quienes más se llenan la boca
contra la violencia, quienes más patalean para erradicar la “violencia contra la
mujer” son los primeros que destruyen, incendian, delinquen, maltratan,
agreden, etcétera. El objetivo es que nosotros perdamos el tiempo discutiendo
sus palabras cuando en realidad deberíamos tener en cuenta, en primer lugar,
los hechos. La consigna de “Erradicar la violencia de género” es pura distracción.
Fuegos artificiales. Lo que realmente piensan puede comprobarse observando
lo que hacen. No lo que dicen.
–Estas mujeres se autotitulan feministas. ¿Existe un auténtico feminismo, con
ideales y proyectos nobles? ¿Se puede hablar de dos feminismos, uno
“bueno” y otro malo?
–Estrictamente hablando, existen verdades sobre la mujer, sobre su dignidad,
sobre su femineidad. La mujer como misterio, la esencia de la mujer como algo
noble, superior, llamado a complementarse y a cooperar con el varón. El
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feminismo, por el contrario, es la ideologización de esta verdad. La verdad de la
dignidad de la mujer es tomada por la ideología feminista y puesta en
contradicción con otras verdades de la misma mujer; por ejemplo, contra la
verdad de la Maternidad.
–¿Hay dos feminismos?
–No. Sostener un feminismo hipotéticamente bueno y otro feminismo “malo” es
hacerle el juego al único feminismo que existe. No existe un feminismo bueno
como no existen un comunismo o liberalismo “sano”. Existen, ciertamente,
verdades deformadas por el feminismo. Existen verdades desnaturalizadas por
el comunismo y por el liberalismo. Y es cierto, como se ha enseñado
clásicamente, que todo error no es otra cosa que una desfiguración de la verdad.
Eso es cierto. También puede admitirse que todo error toma una verdad y la
enloquece (algo de esto escribió Chesterton). Pero una cosa es reconocer esto y
otra cosa es “salvar” al feminismo deslizando la existencia de un hipotético
feminismo bueno. Esto hay que decirlo con toda claridad.
–Dejando de lado la cuestión semántica y volviendo al campo de los hechos
noticiados. Pregunta. Los destrozos que podemos observar, ¿fueron una parte
de las mujeres del encuentro o fueron todas? ¿Es una actividad prevista?
–Hay gente que considera imposible que la destrucción de la propiedad privada
sea algo llevado a cabo por la totalidad de las mujeres que participaron en este
encuentro. Personalmente, no me consta que el 100% de las mismas haya
convalidado –directa o indirectamente– toda la gama de agresiones. No me
consta ni me puede constar. Es imposible saberlo. Pero aun así, pienso: si estás a
favor de matar a tu propio hijo, indefenso e inocente, en tu mismo vientre; si
considerás un “derecho” eliminarlo por medio de un inyección o destrozarlo
con unas tijeras, si sos capaz de derramar su sangre, ¿por qué no vas a pintar
una pared de un comercio? ¿Por qué no vas a arrojar materia fecal? Ahora bien,
también vale aclarar que en otro sentido es muy cierto que esta mentalidad no
está presente en todas las mujeres que participan. Pero esto no lo digo para
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“salvar” el encuentro. Todo lo contrario. Me consta por testimonios de amigas y
conocidas que muchísimas mujeres llegan a los talleres sin tener idea de para
qué se hacen. Hay chicas que llegan ahí como “en paracaídas” y lejos de pedir el
aborto viajan con la esperanza de solucionar sus problemas, que son muy
concretos y atendibles. En concreto, en el 2007, en el taller de “Mujer y Acceso a
la Justicia” la mayoría de las mujeres estaban ahí por un motivo muy concreto:
no les pegaban los alimentos y sus hijos no estaban reconocidos. Estas chicas
son claramente manipuladas y llevadas para amontonar, para hacer número.
Este sector no ideologizado pero vulnerable desde el punto de vista social
responde a esta convocatoria dado que a cambio se les paga. Entonces, vuelvo.
Sí, en un sentido muy particular, no fueron “todas” las mujeres las que estaban
de acuerdo con todos los episodios ligados al vandalismo, al caos. No, no
fueron todas. Hubo muchas que fueron manipuladas por los abortistas.
–Muy fuerte lo que decís.
–Es que realmente hay planteos que asombran. Porque más grave que tirar
palos, botellas, encender bengalas, graffitear, etc., es el aborto. Y el que puede lo
más, puede lo menos. Por eso, yo no les creo. No les creo que la responsabilidad
de los incidentes sea de un grupo “minoritario”. No fue una marcha que
“accidentalmente” terminó en incidentes. Fue un incidente planeado y
planificado, que se repite hace años. Cuando desde los MMCC se distingue
entre una gran mayoría que “no hizo disturbios”, se pretende salvar el buen
nombre de los abortistas. Es propaganda “para la gilada”. En el fondo, todos
coincidían en lo central: matar a un hijo es un derecho. Y frente a eso, pintar o
no una pared se convierte en algo absolutamente secundario. De todas maneras,
estamos hablando de delitos y contravenciones cuyos responsables no tardarían
en ser detenidos si no estuviesen parapetados en estas consignas.
–Los que defienden el “derecho” al aborto sostienen, entre sus argumentos,
que el ser que se gesta en el vientre no está vivo hasta tal o cual semana. O, si
admiten que está vivo, reconocen que es un ser humano pero no una
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“persona humana”. Recuerdo un debate con una abortista que me hablaba de
“parásito humano”, algo similar a la “lombriz solitaria”, al referirse al feto.
¿Qué pensás de esto?
–Tales planteos, tales giros lingüísticos, son una cosa indignante. No deben ser
discutidos como posición teórica pasible de razones sino denunciados y
desenmascarados como obra maestra de la perversión del lenguaje. Mientras el
hombre envía una expedición a lejanos planetas y asegura que la mera
posibilidad de existencia de los elementos químicos del agua sería un probable
indicador de vida extraterrestre, las pruebas incontrastables de vida
intrauterina se ignoran. Y si la madre tiene en su seno “una vida humana que
no es persona humana”, ¿entonces qué es?
–Estamos ante algo que cada vez es más demencial.
–Sencillo: si la madre no lleva dentro una persona, entonces ni es madre ni está
embarazada.
–¿Cómo explicás esta agresividad, esta violencia y este odio?
–Considero que son varias causas, es un conjunto de causas, pero deseo
destacar una: la ideologización. Todo esto no sería posible sin el lavado de
cerebro, cultural e intelectual, que se hace en tantas cátedras y universidades. Lo
cierto es que la agresividad no fue eliminada. Cambió de objeto. Por eso, la
respuesta a la agresividad no puede ser el pacifismo. La principal diferencia
entre los abortistas–feministas y nosotros, los católicos, no pasa por la energía
que pongamos para defender lo que creemos. Pasa por lo que creemos.
–A ver, explicate un poco más.
–Dios es Amor, ¿cierto? Es Amor Infinito. Nos creó por amor y para el amor. Sin
embargo, pocos saben que unos de los efectos del amor es oponerse a aquello
que atenta lo que amamos. Luchar. Oponerse. Combatir. El médico ama el
paciente y odia su enfermedad; y la combate. No lograremos desentrañar este
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tema hasta que podamos ver con claridad que el problema del odio feminista
está en que es feminista y no en que es odio. Porque, efectivamente, hay un odio
legítimo.
–¿Cuál?
–El odio al mal. Efectivamente, odiar la injusticia es bueno. Dice el salmo 97
(96): “Tú amas, Señor, a los que odian el mal, proteges la vida de tus fieles y los libras
del poder de los malvados”. Esto es importantísimo. Importantísimo entenderlo, si
no confundimos todo. El problema del uso de la fuerza en los abortistas está en
que son abortistas y no en que usen fuerza. La fuerza es energía y se especifica
en orden al fin para el cual se utilice. Un policía que defienda a una mujer de un
ataque haciendo uso de la fuerza es noble. Es heroico.
–En los videos, puede escucharse que la agresividad verbal va escalando.
Entre las consignas, me llamó la atención “Iglesia/basura/vos sos la
dictadura”.
–Como otras, esta consigna responde a la ideologización que la izquierda viene
realizando desde hace décadas. Pero no sólo la izquierda sino principalmente el
oficialismo. El mismo hecho de llamar “dictadura” al gobierno militar nos dice
algo. Desde que asumió el kirchnerismo en el 2003, el oficialismo no deja de
abanderarse con planteos históricos que generan consignas como esa.
–¿Qué otros grupos están involucrados en esto?
–No sólo los abortistas y los feministas. También los grupos de todas las gamas
de la izquierda, el socialismo y el marxismo. Todos estos grupos –y las ideas
que sostienen– son causa directa de incontables muertes en todas partes del
mundo. Rusia, China, Cuba. Parece que el asesinato es el hilo conductor entre
las ideologías de izquierda y el aborto. Pensemos también sino en
PlannedParenthood, empresa promotora del aborto en todo el mundo.
PlannedParenthood, en este momento, enfrenta la situación más difícil de su
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existencia: sus principales líderes fueron grabados en una cámara oculta. Lo que
se supo fue espantoso[1].
–Es evidente que todos participan de la misma mentalidad y producen los
mismos actos. Ahora bien, volviendo a las Autoconvocadas, ¿qué
pretendieron hacer estas mujeres en Mar del Plata y en las demás ciudades?
–Atacar la Catedral y profanarla. Ese era su objetivo, el cual viene siendo
evitado por grupos de fieles católicos que, a lo largo de estos años, se vienen
apersonando delante de los templos, poniendo –literalmente– el cuerpo.
Rosario en mano y con el Avemaría en sus bocas.
–¿Qué hay de los que piensan que estar allí presentes es “una provocación”?
Si no se hace la defensa, ¿igualmente habría ataque?
–Primero, en sí mismo, el argumento es una idiotez. Y digo que es una idiotez
porque no resiste el menor análisis. Pero además, es falso, porque la
organización de la defensa de catedral empezó tras el feroz ataque y
profanación de la Catedral de Rosario, también en el marco de
Autoconvocadas. En ese entonces, las feministas entraron al templo, violaron el
sagrario, rompieron imágenes, etc. O sea: ya sabemos lo que son capaces de
hacer.
–¿Es suficiente resistir de esa manera pasiva?
–Con esta pregunta entramos en un terreno delicado. Quiero subrayar que
respeto a todos los católicos que sucesivamente y a lo largo de los años han
defendido las distintas catedrales que vienen siendo atacadas. Pienso,
asimismo, que en todos los casos se hizo lo mejor que se pudo con los elementos
que en ese momento estaban disponibles. Lo que debemos pensar es cómo
fortalecernos aún más para que, llegado el momento, tengamos más de una
variante.
–¿A qué te referís?
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–A que ya tenemos experiencia en lo que pasa. Y que una cosa es juntar, contra
viento y marea, a 60, 100, 200, 250 personas para vernos reducidos a
interponernos entre los agresores y la Catedral; y otra es trabajar sistemática y
sostenidamente durante todo un año, preparar a las personas, conocerse,
delinear un plan común, etc. pudiendo juntar el día de la defensa varios miles
de católicos. Las posibilidades de lo que se haga el día del ataque están en
directa dependencia con la calidad y cantidad del trabajo previo.
–Hay quienes piensan que la defensa no sólo puede ser pasiva sino que debe
serlo.
–La legítima defensa es una “pata” de la doctrina que se conoce bastante poco y
mal. Ante un ataque, existe la posibilidad legítima de defenderse. ¿Cómo? Todo
depende de la magnitud del ataque. Cómo debamos los católicos defender la
Catedral guarda relación con el ataque. Por eso es que, sabiendo lo que ha
ocurrido, tenemos que prepararnos para lo que viene ocurriendo. Ni más ni
menos. Si nos preparamos para menos, nos exponemos a reaccionar de manera
deficiente. Si nos preparamos para más, nos exponemos a reaccionar de manera
excesiva.
–¿Qué otros elementos habría que tener en cuenta?
–Es indispensable tener en cuenta la historia. Porque el ataque a los templos y
catedrales no es algo nuevo. Pensemos en la España del 30’: los ataques a la fe
en el marco de la Guerra Civil. La Guerra Cristera en México, años 20’. La
misma Argentina en el 55’ con la quema de las iglesias. En todos los casos, la
resistencia fue enérgica. Y siempre ella debe guardar, si quiere ser legítima, la
proporción entre el ataque y la defensa. No hay que inventar nada. Tampoco
preocuparse de que los MMCC nos tergiversen “si resistimos activamente”. ¡Ya
nos están tergiversando!
–He escuchado que uno de los argumentos por los que se viene realizando
una defensa “pacífica” de la Catedral, ante los encuentros de
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Autoconvocadas, es por aquello que dijo Nuestro Señor: si alguien te da una
bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra (Mt. 5, 39). ¿Qué
pensas al respecto?
–Como te dije antes, guardo un respeto y un reconocimiento por quienes a lo
largo de los años han defendido los templos y catedrales, cosa que no sólo tiene
lugar en el marco de Autoconvocadas sino también en el marco de la “Marcha del
Orgullo Gay”, llevada a cabo en Buenos Aires los primeros días de los meses de
noviembre. Yo mismo he asistido a varias de esas defensas y, en concreto,
estuve en la catedral de Posadas en el 2012, frente a Autoconvocadas. Por lo
tanto, sé que es un momento de enorme tensión; los caminos y las posibilidades
son muchas, no todas son claras; lo que debe hacerse y lo que no puede llegar a
ser, en parte, discutible, hay un margen de opinión; no es todo blanco y negro.
Todo eso lo he vivido y lo entiendo. En particular, esta respuesta –lo subrayo–
quiero hacerla en el marco del respeto por todos los que asistieron y asisten,
más allá de las lógicas diferencias que pueden llegar a surgir. Cuando Nuestro
Señor habla de “poner la otra mejilla” se refería a las ofensas que nos hagan a
nosotros. A las ofensas que podamos recibir en el plano personal vos y yo, Juan,
Pedro, María, etc. En los ataques a las catedrales y templos, ocurre otra cosa.
–¿Qué ocurre?
–Ocurre la ofensa a Dios y a sus recintos. Y la ofensa a nosotros sólo en cuanto
somos personas que nos identificamos o queremos identificarnos con la fe católica y con
Cristo. Cuando nos insultan y agreden, no lo hacen en tanto personas con tal
nombre y tal apellido; de hecho, no conocen nuestro nombre ni nuestro
apellido. Nos ofenden en tanto somos representantes de la Iglesia Católica.
Nadie está ahí para representarse a sí mismo. Por tanto, si es lícito defender los
templos porque ellos son un signo de Cristo donde Él habita, también es lícito
defenderse a uno mismo. Porque también, uno mismo, es, por la gracia, recinto
de Cristo.
–¿Podrías darnos un ejemplo que nos ayude a entender mejor esto?
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–Sí. Me gusta mucho el ejemplo de la conversión de San Pablo. Cuando leemos
en Hechos de los Apóstoles, cap. 9, que Saulo, “al acercarse a Damasco”, es
alcanzado “de improviso” por “una luz que venía del cielo”, envolviéndolo“con su
resplandor”, ¿qué le dice Cristo? Son palabras antológicas. Cristo le dice: “Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hc. 9, 4). El que persigue a los cristianos, persigue
a Cristo. Las abortistas y feministas persiguen a los cristianos. Luego, persiguen
a Cristo. Por eso es que cabe distinguir entre ser pacífico y pacifista. El
pacifismo, como dijo el Papa Pablo VI, “no es ni cristiano ni católico”. Mientras
que sí hay una Bienaventuranza para los pacíficos, que es algo muy distinto. En
conclusión, la defensa de las catedrales y templos no puede ser pacifista.
–¿Qué es necesario para lograr esa defensa?
–Ante todo, prepararla. En esta oportunidad, en Mar del Plata –la verdad sea
dicha–, los católicos que defendieron la Catedral hicieron lo que pudieron con el
poco tiempo que disponían. Me explico: según el testimonio de personas
radicadas en Mar del Plata, el obispo de la ciudad, Antonio Marino, había
prometido que el día de la marcha la Catedral estaría custodiada por la Policía,
la Infantería y la Prefectura. Incluso, suspendería las tres misas que se dan ese
día, modificaría el lugar de su celebración, a fin de no exponer a los asistentes.
Tres horas antes –me consta, como dije, por testimonio de un amigo que estuvo
en la defensa el pasado 11 de octubre–, apenas tres horas antes, los católicos se
enteran de que el obispo: 1) No había llamado a la Policía; 2) No había llamado
a la Infantería; 3) No había llamado a la Prefectura; 4) Autorizaría la celebración
de las tres misas. Aun sabiendo todo esto, hubo un grupo de católicos que,
exponiéndose, se apersonó en la catedral. La resistencia que, con todo en contra,
impidió la profanación del templo se formó en apenas 3 horas. Ni al obispo ni al
párroco se los vio en los peores momentos de la defensa de la Catedral.
–¿Hubo heridos en la defensa?
–Hasta donde yo sé, hubo 7 personas nuestras heridas. Por eso conviene
remarcar y destacar que todo lo que se ha visto en cámara son delitos y
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contravenciones que no serían toleradas si fuesen realizadas por otras personas.
En un partido de fútbol, por ejemplo, por mucho menos se arrestan a los que
generan disturbios. Parece que la defensa del aborto es la carta de la
inmunidad, es el escudo legal para delinquir sin ser molestado. Y no se trata
solamente de este encuentro. También hubo heridos en los anteriores. Por
testimonios de personas que estuvieron presentes, tengo que decir que, en Mar
del Plata, la agresión fue de tal magnitud que pudo haber habido algún muerto.
–Tanto el encuentro como la marcha se proponen, entre otras cosas, erradicar
la “violencia de género”. Hay gente que se sorprende que un reclamo que, en
principio, sería bueno, termine en estos actos delictivos y vandálicos.
–Bajo la capa de la erradicación de la llamada violencia de género se busca
instalar, primero, el debate por el derecho al aborto. Aunque no parezca,
muchos abortistas se conforman con el simple hecho de debatir este tema. Ni
siquiera con imponer su posición: simplemente, debatir.
–¿Por qué?
–Porque saben que si el ser humano termina debatiendo ésto, tarde o temprano,
lo aceptará. Es una estrategia que se compone de pequeños pasos. Cuando se
empieza por debatir lo obvio, lo obvio deja de ser obvio. Por eso, hace años,
somos testigos en la Argentina de un permanente cuestionamiento de lo
evidente, que paulatinamente deja de ser considerado tal: “¡Eso no es un ser
humano, es un embrión, es un conjunto de células!”. El efecto propio de este
poner “en tela de juicio” lo obvio es naturalizar la negación de lo básico. A toda
costa nos quieren acostumbrar a escuchar –simplemente escuchar– que la vida
del niño por nacer puede ser objeto de debate.
–Me parece muy importante enfatizar que uno de los objetivos es instalar el
mero hecho de “debatir”.
–Es que al principio, ni siquiera nos exigen que aceptemos, de plano, el aborto.
Sólo nos exigen que aceptemos “el debate”; esto es, que admitamos que “habría
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razones” en ambos lados. Bajo el temor de ser señalado como “cerrado”, la
gente termina aceptando debatir cualquier cosa aunque su sentido común, su
elemental honestidad y hasta su vergüenza se vean ultrajadas hasta la náusea.
Ahí tenemos el nudo de la batalla cultural: el sentido común. Debemos decir
con todas letras que existen cosas que no están sujetas a discusión. Cosas que no
deben ser objeto de controversia intelectual.
–“Cambiar el sentido común” es Gramsci puro.
–Así es. Hay que alterar la percepción que el hombre tiene naturalmente de las
cosas. Por eso es que, hoy por hoy, las ideologías han convertido la mente
humana en una arena de combate. El agresivo ariete de los abortistas impacta
en el intelecto antes que en el templo. Por eso no debe sorprender a nadie que
estos encuentros terminen con tal grado de violencia. La violencia yace en la
mente, antes que en la mano. La violencia se gesta primero en la conciencia,
antes que en el puño.
–¿Qué grado de aceptación tiene este tipo de encuentros, definitivamente
signados por la violencia?
–Gracias a Dios, todavía queda mucha gente que advierte que el caos y la
defensa del asesinato no son el camino. Puedo contar por testimonios de amigos
y conocidos que hubo pueblos en donde las personas se negaban a colaborar
con estas mujeres en cuanto las identificaban. Tal cosa pasó en Tucumán, por
ejemplo; remiseros que no las trasladaban, confiterías que no las atendían,
almacenes cerrados para no abastecerles de nada, etc.
–¿Hubo alguna declaración, antes o después, por parte del obispo de Mar del
Plata o de algún jerarca de la Iglesia? –Sí, hubo declaraciones. Pero las palabras
pueden decirle algo a quien no conoce la realidad más de cerca. Cuando sabés
lo que ocurrió dejás de atender a las palabras y discursos para concentrarte en
los hechos. Y todo se vuelve claro aunque también doloroso e indignante. Más
allá de lo que puedan haber dicho, la verdad es que la Catedral quedó
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absolutamente desprotegida, a merced de los enemigos de la fe. Cero Policía,
cero Prefectura y cero Infantería. Y no sólo la Catedral sino principalmente el
grupo de católicos que, en un acto de testimonio de la fe, se apersonaron para
no dejar solo el Sagrario.
–¿En qué sentido la actitud del obispo influye en el comportamiento de los
fieles?
–Los obispos son la jerarquía de la Iglesia. Con respecto a estos temas, su
comportamiento es determinante. Generalmente, la actitud oscila entre el
silencio y una suerte de pacifismo humanista y tolerante, el cual termina
desgastando a los fieles que sienten que deben defender el templo. En España, a
pesar de su gobierno laicista y de izquierda, realizar un atentado similar a lo
que hacen estas mujeres, es equivalente a años de cárcel; por eso no ocurren
estas cosas allá, a pesar de que crece el ambiente hostil al catolicismo. Hay
excepciones, sin embargo. Y creo que es justo consignarlas. En el año 2006,
Mons. Palentini estaba en primera fila frente a la Catedral, en la defensa. Había
custodia policial y sin embargo él estuvo allí rezando con los fieles que se
apersonaron para defender el templo. En Tucumán, Mons. Villalba convocó a
toda la diócesis a defender la vida; se notó muchísimo, me han contado. La
participación en los talleres fue notable. Mons. Aguer también propicia la
participación para resistir a estos planteos abortistas. Deseamos mucho más.
Corresponde mucho más.
–¿Cómo relataron los MMCC estas noticias?
–En general, predominó la distorsión. Tal es el hilo conductor entre
publicaciones tan diversas como Clarín, La Nación y Página/12. El colmo de este
engaño puede leerse en la acusación que reproduce –con estudiado candor– el
diario La Nación[2]. Es tramposo el retrato de la noticia. Leemos que el
encuentro “culminó enenfrentamientos entre manifestantes y la policía bonaerense”,
razón por la cual la Comisión “acusó a las fuerzas de seguridad de ‘reprimir’”. ¿Se
puede mentir tanto? La verdad es: estas hordas hicieron todo el mal que
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pudieron –todo: insultar, golpear, escupir, arrojar materia fecal, quemar,
destruir propiedad privada, etcétera– y en un momento era tan pero tan
obsceno y absurdo permitirlo que la Policía reaccionó. Reaccionó tarde, muy
tarde. Y esas se quejan incluso de eso. ¿Por qué? Porque están tan sumergidas
en la ideología y en el resentimiento que no quieren verse a sí mismas. Y es más
fácil blandir la carta de la represión que reconocer lo propio, ¿no es así? La
mejor defensa es un buen ataque. Quien desee apreciar la cantidad de mentiras
que se dijeron, no tiene más que comparar los videos con las notas periodísticas.
Está todo al revés: los delincuentes acusan a las fuerzas de orden.
–Decía Chesterton que “llegará el día en que se blandirán espadas por
demostrar que las hojas son verdes en verano”. Creo que hemos llegado a ese
día. ¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?
–Ante nuestros ojos se despliegan ejércitos de sofistas, de manipuladores, de
apologistas de asesinos. Todos tienen en común una cosa: la tergiversación de la
palabra. Y por tanto de la verdad. Es exactamente ahí donde debe librarse la
batalla: en el terreno del lenguaje. Hablar bien. Decir verdad. Señalar lo que es
natural y lo que no. Afirmar la legitimidad de discernir, distinguir, discriminar.
Defender a capa y espada la vida del niño inocente. Atestiguar la condición
creatural del hombre: como soy creatura, no soy dueño absoluto de mí mismo.
Dar testimonio de la verdad, en el Nombre de Cristo. Esto es así. Hasta que no
tengamos el coraje de decir las cosas como son, las cosas nunca serán lo que
deben ser.
–Muchas gracias, Juan Carlos.
–Gracias a vos.
[1] Sobre la acción disociadora de PlannedParenthood, cfr.
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=24709http://infocatolica.com/?t=noti
cia&...;http://infocatolica.com/?t=noticia&...http://infocatolica.com/?t=notici
21
a&cod=24684;
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=24656http://infocatolica.com/?t=noti
cia&....
También se pueden ver todos los videos de Planned Parenthood, subtitulados, en
nuestra publicación del 30-Sep-2015.
[2] http://www.lanacion.com.ar/1835891-...