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En este documento se analiza el artículo “El espejo de la élite social (1920-1940)” María del Carmen Collado Herrera.Tomo V, Vol. 1 (Siglo XX), pp. 89-126 Historia de la vida cotidiana en México desde la vista teórica de Michel de Certeau

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Introducción: Presentación del Caso y de la propuesta teórica

de análisis

Caso: “El espejo de la élite social (1920-1940)”

María del Carmen Collado Herrera. Tomo V, Vol. 1 (Siglo XX), pp. 89-126 Historia de la vida cotidiana en México

En este artículo la vida cotidiana de la clase acomodada es presentada

desde las columnas de prensa especializadas en la vida social entre 1920 y 19401.

La autora comenta que al observar las notas de sociales durante un período más o

menos prolongado se puede apreciar una “película” compuesta de las imágenes

fijas en las que las actividades más significativas y a la vez cotidianas del grupo

retratado quedan representadas.

La prensa recoge principalmente las “maneras de hacer” de la clase

acomodada, convertida en el emblema de la sociedad por su poder real o

imaginado, la cual de alguna manera vende su modelo de vida, sus creencias y

valores a la “otra” sociedad urbana que lo consume. Para conocer las operaciones

que son propias de un grupo es importante atender a la propuesta que hace

Michael de Certeau, en la que él dice que además de analizar los datos de

circulación y difusión de las mercancías culturales como la televisión - y la prensa2

-habría que preguntarnos sobre “lo que el consumidor fabrica con estas imágenes

….., ¿qué fabrican con lo que “absorben”, reciben y pagan? ¿Qué hacen con

esto?”3.

Por un lado lo que la gente “chic” hace desde el nacimiento, cuando se

presenta en sociedad, cuando se enferma, cuando se divierte, y hasta que se

muere son esquemas de operaciones que ella misma produce, articula e impone,

pero a su vez la sociedad que las consume también produce otras operaciones 1 Toda la información sobre las notas periodísticas proviene de El Universal (1920-1940), El Universal Gráfico

(1920-1926), Excélsior (1920-1940) y El Hogar (1921-1923). 2 La prensa como mercancía cultural es añadido mío.

3 De Certeau, Michael (1996) La invención de lo cotidiano. Artes de Hacer. UIA, México. Introducción

general, p. 37.

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que tienen como característica el ardid, la clandestinidad y una especie de

invisibilidad, y que consiste en un arte de utilizar los productos que le son

impuestos, manipulando los simbolismos de alguna manera los vulgariza y los usa

como inquilino, efectuando operaciones de las que no son propietarios.4

Otra propuesta metodológica de Certeau es considerar la naturaleza de

estas operaciones vista desde las relaciones de fuerzas donde se encuentran a

partir de combates o de juegos el grupo fuerte y el débil. Quienes producen lo

hacen desde un lugar que sienten propio y lo administran desde la exterioridad, -la

prensa- lo que permite que lo que hacen las clases altas se pueda observar y

controlar mediante “estrategias”. Adquieren un lugar propio desde donde

sustentan el poder del fuerte y el débil a su vez actúa en un medio controlado,

obra poco a poco, aprovecha las ocasiones, y aumenta lo propio desde el interior

del campo enemigo a través de las tácticas. 5

Entre los grupos sociales cuyas actividades reseña la prensa la autora

distingue las tensiones entre las que oscilan estas relaciones de fuerza, y que de

alguna manera, las representan o las viven, entre ellas están: la religiosidad y la

secularización, la vieja élite porfiriana y la ascendiente clase política revolucionaria

y finalmente las influencias extranjeras y el nacionalismo cosmopolita (charros,

criollos) o revolucionario (indios, mestizos). Es entre estas fuerzas como se van

develando los comportamientos de los diferentes grupos sociales representados

en las notas sociales. En ellas la cotidianeidad de las clases de la élite social,

política y religiosa van dejando huella y testimonio de sus prácticas culturales

cotidianas. 6

Lo que se propone en este documento es ir identificando las operaciones

estratégicas o tácticas, o, de producción y consumo propuestas por Michael de

Certeau, en las prácticas fotografiadas y también en dónde convenga introducir las

aportaciones teóricas de Alicia Lindón, Claude Javeau y Rossana Reguillo.

4 Ibíd., p. 38

5 Ibíd. p. 42

6 Las prácticas cotidianas de la sociedad (débil) que no pertenece a ninguno de los grupos cuyas actividades

son reseñadas por la prensa podrían ser estudiadas a través de otras “mercancías culturales” o de otras

fuentes documentales o gráficas.

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Elite aristocrática y élite política

Una de las estrategias del grupo aristocrático para refrendar su poder fue

permitir que los eventos sociales en los que participaba pasaran de lo privado a lo

público. A partir de las reseñas periodísticas lucía y ostentaba su modelo de vida

que representaba la modernidad, la civilización, el nacionalismo cosmopolita y lo

occidental.

Como estrategia de distinción de clase en las reseñas periodísticas se

seguían utilizando los títulos nobiliarios de los protagonistas, a pesar de que estos

habían sido abolidos por la República Mexicana desde el siglo XIX. Quiénes no

poseían esta distinción del linaje aristocrático utilizaron como manipulación

simbólica de esta costumbre el uso de apellidos compuestos,(Rivas Mercado,

Zamora Plowes), preposiciones posesivas “De, De La” (De Teresa, De la Barra),

la copulativa “Y” (De Landa y Escandón) así como apellidos extranjerizantes

(Creel, Lascurain, Limantour, Braniff)

La convivencia social entre el grupo aristocrático y los políticos fue poco

frecuente durante el porfiriato, sin embargo la distancia social fue disminuyendo a

partir de las tácticas utilizadas por éstos últimos incorporándose a la élite a partir

del matrimonio, pero principalmente, por la acumulación de fortunas derivadas de

sus nexos con la política.

Uno de los personajes que contribuyó a la construcción del puente entre

ambos grupos fue el canciller Alberto J. Pani a través de una gran cantidad de

actos sociales en los que convivía el cuerpo diplomático de su país con la clase

alta y algunos políticos, esto último podría ser considerado como una táctica de

los estadounidenses extranjeros que vivían en nuestro país y que no pertenecían

a ninguno de los dos grupos.

Celebraciones Públicas, convivencia de la élite aristocrática,

la élite política y el pueblo.

Las celebraciones públicas eran reflejadas y reseñadas en la prensa, en

ellas alternaban la clase alta capitalina con los políticos revolucionarios, entre

ellas se incluyen los fastuosos bailes, las funciones de gala de ópera o teatro así

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como las charreadas, corridas de toros o kermeses. La aristocracia se vestía con

trajes de charro o de chinas poblanas representando un nacionalismo retórico que

enfatizaba lo popular, lo mestizo y lo indio, como imágenes de la modernidad

reconciliada con las tradiciones para reflejar la reconstrucción de un país

civilizado. De igual forma la clase política se vistió a la manera española con

mantilla y peineta en la fiesta de la Covadonga organizada por la comunidad

española. Uno y otro grupo consumían lo producido por otro de los grupos,

metabolizando la alteridad que modificaba el uso o costumbre en lo que se vestía

o usaba.

El clero que había perdido fuerza en la sociedad pos-revolucionaria también

organizó tácticamente festividades públicas para reinsertarse en la sociedad y

hacer frente a los artículos constitucionales anticlericales que limitaban su poder e

independencia. Realizaron peregrinaciones, restauración de templos, y misas

conmemorativas en estas celebraciones públicas se congregaba la élite porfiriana

como símbolo de apoyo a la fe católica y al clero.

En este sentido las producciones del uso de las celebraciones públicas eran

producidas y propuestas por los diferentes grupos quienes a su vez las

consumían y a su vez ellos como grupo simbólico las reproducía con la

respectiva manipulación simbólica que representa los valores que quieren

promover, como sucedió con los combates florales, los desfile. Todos estos

grupos se acompañaban y apoyaban entre sí como estrategia de un poder que los

consolidaba como las élites del poder frente al otro sector social del pueblo.

Cuando el clero rebasó los límites impuestos por el grupo político en la

celebración del cerro del Cubilete el gobierno expulsó a monseñor Filippi, los

católicos pertenecientes a los caballeros de Colón y a las Damas Católicas

formadas por miembros de la clase alta enviaron cartas de protesta al presidente,

colgaron moños negros en la casas y suspendieron todas las fiestas que iban a

celebrarse esa semana como estrategia de apoyo a los grupos afines a la élite

clerical.

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Entre las estrategias de las élites políticas y en respuesta a las reacciones

que apoyaban al clero, el ayuntamiento se hace cargo de la organización del

carnaval que antecede a las fiestas católicas de la Cuaresma, por su carácter

mundano es un espacio idóneo para rebelarse contra las reglas sociales

imperantes y con la moral católica (táctica). Además la reina del carnaval no fue

seleccionada entre las jóvenes de la clase alta, el triunfo se le otorgó a Ernestina

Elías Calles que representa e impulsa el nuevo modelo de mujer que trabaja. Esta

táctica escandaliza a la élite porfiriana para quienes los valores correspondían a

los de la moral victoriana en las que la mujer es casta, sacrificada, dedicada al

hogar y a la educación de los hijos ya que sostienen un prejuicio hacia el trabajo

femenino fuera del hogar.

Actividades de ocio, consolidación del grupo social de élite

Otras de las notas sociales de la época reseñan las actividades de ocio de

la clase alta, en ellas se lucían los mejores atuendos y la prensa aprovechaba

para intercalar ilustraciones y anuncios de la ropa de moda que se vende en el

Palacio de Hierro y en las tiendas ubicadas en Nueva York o en París.

Las charreadas, carreras de caballos y los torneos de polo se realizaban en

el hipódromo de la Condesa que pertenecía al exclusivo Jockey Club, al respecto

Claude Javeau7 hace su acercamiento a lo cotidiano a partir de los lugares

como anclajes topográficos que son fuente de evocación de significados

específicos para las personas que viven situaciones equivalentes, y es así como la

predilección de este lugar condiciona las relaciones de interacción social entre

quienes pertenecen a la clase alta y comparten significados y emociones. La

reseña del 24 de abril de 1922 en el Excélsior dice: “El precioso espectáculo del

deporte hípico es indudablemente el que atrae en estos días la mayor atención del

pueblo capitalino puesto que concurre lo más selecto de las colonias extranjeras y

de la sociedad mexicana. El Hipódromo es el lugar de moda en la actualidad”8.

7 Claude Javeau (1991), Huit propositions sur le quotidien, La societé au jour le jour. Exrites sur la vie

quotidienne. Col. Ouvertures Sociologiques. De Boeck Université, Bruselas 8 “Brillante y selecta fue la concurrencia ayer mañana al Hipódromo Condesa”, Excélsior, 24 de abril.

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En noviembre de ese mismo año la Asociación Nacional de Charros,

presidida por Carlos Rincón Gallardo, marqués de Guadalupe también realizó las

charreadas en el hipódromo, esta clase social alta se identificaba con los

símbolos nacionales criollos de origen hispano distinguiéndose del nacionalismo

indigenista y mestizo impulsado por el gobierno revolucionario de ahí al traje de

charro y de china poblana. Otros lugares exclusivos fueron el Polo Club de

México, el Deportivo Chapultepec, el Churubusco Country Club, el Club France.

En los años 1920 los jóvenes adinerados, los profesionistas y los políticos

paseaban por Chapultepec quienes lo recorrían en carruajes tirados por caballos,

lujosos automóviles, asistían a misa a la Iglesia de la Sagrada Familia que se

encontraba en la colonia Roma, sin embargo al finalizar los años treinta los

jóvenes ricos prefirieron pasar sus domingos en los clubes privados en los que se

relacionaban con gente de su misma clase y jugaban tenis, frontón o golf, deportes

de influencia extranjera que fueron asimilados y aceptados por estos grupos

sociales. Pablo Fernández propone que “..la comunidad originaria permanece

como realidad cotidiana y que esta es definida por dos rasgos, el suelo y la

atmosfera simbólica (lenguaje, tradición, cultura, normas, sentido de vida….)” 9

buscando a personas afines que comparten el estatus social.

Otra actividad que estratégicamente le daba prestigio a la élite y que

aparecía en las notas sociales eran los eventos de caridad, entre ellos había

funciones de teatro, cine, bazares, funciones hípicas de tal manera que así hacía

patente su espíritu cristiano y cumplía una de las funciones sociales impuestas por

su condición económica, durante la época de la guerra cristera disminuyó las

reseñas periodísticas de estas fiestas de caridad, sin embargo a partir de 1940

siendo presidente Manual Ávila Camacho estas volvieron a aparecer.

Esta élite social se reunía en los bailes en las casas particulares a fin de

ensayar y dominar los ritmos de moda, aunque estos eran mal vistos por las

damas católicas porque las parejas se acercaban mucho sin embargo se

organizaban rumbosos bailes en los que las mismas familias de esta élite los 9 Lindón Alicia (2000) La vida cotidiana y su Espacio-Temporalidad Rubí (Barcelona): Anthropos Editorial

(México) El Colegio Mexiquense/Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (UNAM), p. 16

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bailaban, esto visto como táctica de las generaciones jóvenes que son más

propensas a la asimilación de los cambios y de las novedades. Estas fiestas se

organizaban para celebrar cumpleaños, despedir a viajeros, celebrar aniversarios

de boda, y en ellos se fueron imponiendo costumbres extranjeras como el bufé en

el que los comensales escogían entre platillos fríos o calientes.

La prensa anunciaba los días de recibo, en los que las damas de sociedad

acogían a sus amistades una vez a la semana o la quincena y se les ofrecía té,

pasteles y galletas, esta costumbre afrancesada posteriormente cambio cuando se

pusieron de moda las reuniones para jugar bridge como se hacía en Estados

Unidos.

En estos cambios se metaboliza la alteridad de lo extranjero, lo otro, lo

ajeno, lo nuevo, lo diferente, asegurando la permanencia de lo social. De acuerdo

a lo que dice Pietro Bellasi “Esta asignación de un lugar en un acervo de

comprensión del mundo es un proceso eminentemente simbólico y que tiene su

expresión en las retóricas, es decir en los discursos, los relatos, las lógicas, las

narrativas, los mitos, con los cuales los individuos interpretan al otro y al mundo, y

en consecuencia actúan” 10. Así se concretan en las figuras retóricas

operacionales que se convierten en las prácticas cotidianas, haceres de los

individuos y o cadenas o secuencias de haceres. Hoy en día en México se juega

tenis, golf, póker y en las reuniones sociales es frecuente que la cena sea tipo

bufet.

La clase alta también compartió los lugares de vivienda, a lo largo del paseo

de la Reforma, la colonia Roma, la Condesa y San Rafael construyéndose

viviendas y palacetes afrancesados, casas art-decó, villas a la italiana y chalés.

Después se fueron mudando hacia San Ángel, Polanco y a las Loma de

Chapultepec. En estos espacios se llevaban a cabo las experiencias prácticas que

suponen el manejo de las distancias sociales y afectivas, una manera de

demarcar la territorialidad en la que se organizan las experiencias sensibles y en

10

Pietro Bellasi (1985), Evenement et quotidien, Societes: La reqhorique du guotidien, vol. 1, n.3, París. p.11

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las que se distingue lo que es cercano y lo que es lejano para actuar en

consecuencia a lo que supone una cercanía o una distancia social. 11

Secularización de las prácticas cotidianas de semana santa.

Durante las vacaciones de semana santa los miembros de la élite se

trasladaban a los lugares de veraneo de moda, en ellas se notaba la creciente

secularización que se revelaba contra las recomendaciones del clero de guardar

esos días, asistir a los oficios religiosos y rezar. A propósito de estos cambios

Rossana Reguillo enfatiza la importancia de los desajustes entre las prácticas y

los discursos, como pistas para entender el cambio social. “Estas brechas entre

las prácticas (ritualizadas) y los discursos para nombrar la vida, de acuerdo a la

autora se van generando en la capacidad “subversiva” de la vida cotidiana, es

decir en la capacidad para recrear el hacer y sus formas, que conlleva la

necesidad de crear nuevos discursos para legitimar, para fundamentar, para

explicar, para nombrar, eso nuevo o renovado en su forma”.12

Reseñas de viajes, enfermedades, casamiento

El hecho de que solo fueran unos cuantos los que tenían el privilegio de

viajar al extranjero justifica la razón de que en ese tiempo la reseña de estos viajes

fueran noticia de sociales. Así mismo aparecían las notas de las personas

notables que se hallaban enfermas proporcionando datos sobre el problema que

los tenía recluidos en sus casas u hospitales a fin de que practicar la costumbre

católica de asistir y reconfortar a los enfermos además de que también servían

como explicación de la suspensión de sus actividades sociales. Sin embargo como

táctica los hombres del poder ante la poca institucionalización del sistema político

ocultaban los síntomas de debilidad física que poseían por lo que esta información

era excluida de las notas de sociales.

11

Alain Bourdin (1996). La ancrage como choix. En Monique Hirschhorn y Jean-Michel Berthelot (dirs),

Mobiliés et ancarges. Vers un nouveau mode de spatialisation?, Col. Villes et Entreprises, L’Harmattan, París,

p. 116 12

Op. Cit. p. 14

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La gran mayoría de las notas sociales se dedicaban a informar sobre las

bodas ya que brindaban una oportunidad única de lucimiento social, la reseña

incluía el lugar, la hora, los integrantes del cortejo de amor, la descripción del

vestido y la lista de los obsequios recibidos al lado de quien lo había regalado, si

bien el grupo aristócrata era proclive al gasto suntuario los hombres de negocio

realizaban ceremonias sobrias, ya que valoran el ahorro, la frugalidad y la

productividad de acuerdo a la mentalidad capitalista, en su mayoría eran regalos

ornamentales y casi nunca utilitarios, sin embargo al terminar el régimen de

Lázaro Cárdenas cuando los políticos a su vez habían ganado espacio social

debido al fortalecimiento del estado y los porfiristas perdido brillo por no poder

reinsertarse en la economía los regalos se volvieron utilitarios.

Durante el régimen de Cárdenas cuando la clase media creció, la clase

política se fortaleció, fue entonces cuando la prensa dio cabida a las actividades

sociales y a los ritos familiares de la clase media. Por otro lado cuando el Excélsior

se convirtió en una cooperativa de trabajadores en el año de 1938 modificó el

retograbado dominical que mostraba fotografías de la nobleza europea y artistas

de Hollywood por imágenes de corte nacionalista de indígenas y paisajes

mexicanos. La formalidad de las prácticas son impuestas por las “élites” y estas

van cambiando conforme se transforman las relaciones de poder entre lo político,

social, religioso o económico. Cambia quién plantea la estrategia, pero será a

través de la página de sociales de la prensa, debido a que a través de este espejo

puede vender su modelo de vida, sus creencias, sus valores.

Conclusiones

Lo cotidiano de la sociedad urbana que no pertenece a la élite no es noticia,

sin embargo las notas periodísticas retratan las maneras de hacer de las clases

altas y en nuestra actualidad a las que ahora poseen reconocimiento social por su

trayectoria en el deporte o en el espectáculo. A través de su estudio y análisis

podemos dilucidar lo que el resto de la sociedad hace, porque como dice Ortega y

Gasset “sus discursos, ideas, valores y prácticas generalmente son tomadas

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como un modelo a seguir por parte del resto de las sociedades, aun cuando esta

difusión de los modelos implique varias generaciones13.

La sociedad actual da cuenta del consumo de la de las prácticas cotidianas

producidas por la clase acomodada de 1920 a 1940, así por ejemplo hoy podemos

observar que se paga por la inserción en los periódicos de las fotos de boda, en

las que además se menciona a los padrinos, la descripción del vestido y el lugar al

que irán de luna de miel, hasta hace poco aún se reseñaba los viajes al extranjero,

principalmente si el destino era el Viejo Mundo o tierras lejanas y si se cambiaba

de residencia. Se participan las celebraciones de presentación en sociedad a los

quince años, y las fiestas en las que se despiden de su soltería las damas de

sociedad así como la celebración anterior a los alumbramientos. Sin embargo han

desaparecido de las páginas sociales las intervenciones en las celebraciones

públicas, las notas de enfermedad y aunque aún se sigue informando de las

defunciones en las esquelas estas no las encontramos en las páginas de sociales.

El periódico como mercancía cultural es una fuente de las representaciones

de las prácticas cotidianas a partir de las cuales nos damos cuenta de lo que

comparte el individuo y la sociedad, el desplazamiento de ellas en el tiempo es lo

que va escribiendo la historia, contando lo que la sociedad hacía, deshace o

vuelve a hacer.

Bibliografía.

Collado Herrera María del Carmen(2006). “El espejo de la élite social (1920-1940)”, Historia de la vida cotidiana en México Tomo V, Vol. 1 (Siglo XX), pp. 89-126. De Certeau, Michel (1996) “La invención de lo cotidiano. Artes de hacer.” UIA, México. Introducción general, pp. 51-55; Cap. III pp. 35-48 Lindon, Alicia (coord.,) (2000) “La vida cotidiana y su espacio temporalidad. Anthropos, Barcelona. Una Presentación. pp. 7-14 Reguillo, Rosanna (2000) “La clandestina centralidad de la vida cotidiana” En Alicia Linndon (coord.) La vida cotidiana y su espacio-temporalidad. Anthropos, Barcelona, pp. 77-93

13

Op. Cit. p. 15