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Satsang Semanal, - Semana No. 25 AHORA ES TIEMPO DE DESPERTAR Sant Kirpal Singh Cuando los Maestros de Sant Mat se refieren al despertar espiritual, ellos aluden al despertar de cada individuo a su propia naturaleza espiritual. Los Maestros nos dicen que tal vez el día más grande en la vida de un ser huma- no es cuando se pregunta: « ¿Quién soy yo, y cuál es el propósito de mi vida? ». Esta charla de Sant Kirpal se basa en un himno de Kabir Sahib. EL ÁNGULO DE VISIÓN de los santos es diferente al nuestro. Ellos consideran que la humanidad está dormida. Encuentran que la atención del alma está disipada en el mundo a través de las salidas de los sentidos, con el resultado de que el ser interno es dominado por el sueño. La existen- cia humana es la oportunidad para despertar por completo, pero uno per- manece inconsciente de su propio ser. El cuerpo humano es una casa extraña. Sus sentidos son como ventanas que se abren al mundo externo, pero no podemos mirar hacia dentro a través de ellas. El ser humano acumula las impresiones del mundo externo y no puede comprender el mundo que se encuentra en su interior; pero si qui- siera, podría entrar a través del portal que Dios creó. Nueve son las puertas visibles del cuerpo; La décima se mantiene en secreto. Es a través de las nueve aberturas— ojos, oídos, fosas nasales, boca y dos aberturas inferiores—que el alma se pierde en el mundo físico. Sin embar- go, es inconsciente de la décima puerta localizada por encima de las otras nueves y que apunta hacia dentro. Para llegar a estar despierto espiritualmen- te, tienes que abandonar las ventanas externas del cuerpo y mirar a través de la puerta interna: de esta manera te vuelves indiferente al mundo, pero despierto internamente. Los Hom- Despertar espiritual

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Satsang Semanal, - Semana No. 25

AHORA ES TIEMPO DE DESPERTAR Sant Kirpal Singh

Cuando los Maestros de Sant Mat se refieren al despertar espiritual, ellos aluden al despertar de cada individuo a su propia naturaleza espiritual. Los Maestros nos dicen que tal vez el día más grande en la vida de un ser huma-no es cuando se pregunta: « ¿Quién soy yo, y cuál es el propósito de mi vida? ». Esta charla de Sant Kirpal se basa en un himno de Kabir Sahib.

EL ÁNGULO DE VISIÓN de los santos es diferente al nuestro. Ellos consideran que la humanidad está dormida. Encuentran que la atención del alma está disipada en el mundo a través de las salidas de los sentidos, con el resultado de que el ser interno es dominado por el sueño. La existen-cia humana es la oportunidad para despertar por completo, pero uno per-manece inconsciente de su propio ser.

El cuerpo humano es una casa extraña. Sus sentidos son como ventanas que se abren al mundo externo, pero no podemos mirar hacia dentro a través de ellas. El ser humano acumula las impresiones del mundo externo y no puede comprender el mundo que se encuentra en su interior; pero si qui-siera, podría entrar a través del portal que Dios creó.

Nueve son las puertas visibles del cuerpo; La décima se mantiene en secreto.

Es a través de las nueve aberturas—ojos, oídos, fosas nasales, boca y dos aberturas inferiores—que el alma se pierde en el mundo físico. Sin embar-go, es inconsciente de la décima puerta localizada por encima de las otras nueves y que apunta hacia dentro. Para llegar a estar despierto espiritualmen-te, tienes que abandonar las ventanas externas del cuerpo y mirar a través de la puerta interna: de esta manera te vuelves indiferente al mundo, pero despierto internamente. Los Hom-

D e s p e r t a r

e s p i r i t u a l

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bres-Dios encuentran al mundo entero durmiendo (al pobre, al rico, al letrado e iletrado), personas de todas las pro-fesiones y clases.

El mundo entero está envuelto en un profundo sueño y tú también duermes.¿Cómo puede alguien perdido en el sueño despertar a otros profundamente dormidos?

Desde tiempos inmemoriales los videntes y profetas se han esforzado por hacer despabilar a la humanidad adormecida. Los vedas sagrados dicen: « ¡Despierten! ¡Levántense! y no se de-tengan hasta lograr la meta». Tenemos que completar nuestra misión en nues-tra existencia humana. La vida entera es un campo de acción. Un santo dijo: «Despiértate, Oh viajero, ¿por qué te demoras?» El tiempo se te acaba. De-bes atender de inmediato el principal negocio de tu vida. Tienes poco tiem-po para completar el viaje. Eres el hijo del rey. Debes dominar las atracciones nocivas de los sentidos y aprender a ejercitar el control sobre tu cuerpo y tu mente. Un día debes despedirte de la vida en la tierra, repentinamente, y abandonar tu cuerpo, igual que todos deben hacerlo.

Ni reyes ni caudillos viven para siempre,Ni rico, ni pobre, ni los peregrinos ascetas. Todos deben partir cuando llega su turno;No hay escapatoria a la inexorable muerte.Mi amigo, mi hermano, mira con los ojos bien abiertos el panorama de la vidaAlgunos se han ido, otros están listos para partir,Todos a su debido tiempo.

El hombre está en constante movi-miento. Su viaje se está acabando. El periodo de vida que se le otorgó se acerca a su final, y le queda mucho por andar. Holgazanea al nivel de los sentidos, sin ver que tiene que cubrir el camino con sus cuerpos físico, astral y causal, e ir más allá del cuarto nivel hasta llegar a la morada de la Ver-dad Eterna. El opio de la ilusión y la ignorancia lo ha convertido en un ser semiconsciente. Cree que está bastante despierto. Lo está pero en lo referente a los asuntos del mundo, pero el mun-do interno es un libro sellado para él. Si se reúne con un alma despierta en Dios puede sacudirse de su letargo.

Nada más te ayuda.Sacúdete y busca los pies del Maestro

¿Cuál es el remedio para esta enfer-medad del sueño? Busca el consejo de un alma iluminada. Él te sacudirá de tu sueño, porque está muy despierto. Él tiene la competencia para liberarlos de la atadura de los sentidos, de los soporíferos que los pusieron a dormir. Solamente el Maestro perfecto puede llevar a cabo esta tarea. Pero los ins-tructores, que tienen un conocimiento incompleto, les darán, solamente, las lecciones elementales, les enseñarán la práctica de recitar las escrituras y observar la rutina de los rituales que prescriben las religiones. El Maestro, cuyo conocimiento es completo e im-pecable, puede enseñarles el método de concentrar la atención y retirar el alma de los chakras inferiores.

El poderoso Gurú hala el alma hacia arriba. §

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E L D E S P E RTA R E S P I R I T UA L DE DHAR AM DAS

Sa n t Da r s ha n S i n g h Ji

Sant Rajinder Singh Ji dice: “Mucha gente pasa por la vida sin darse nunca cuenta de quiénes son y nunca están seguros del propósito de su existencia. En épocas de problemas o cuando enfrentan a la muerte, posiblemente surjan en él estas preguntas, pero no las siguen hasta llegar a una conclu-sión satisfactoria, o abandonan el proceso cuando los tiempos malos se acaban. Pero quienes tienen un deseo ardiente por encontrar las respues-tas a los misterios de la vida, pueden hallarlas”. En la siguiente lectura escucharemos sobre la búsqueda por un Maestro perfecto de Dharam Das, y de su despertar espiritual a través de Sant Kabir Sahib.

SANT DHARAM DAS está entre aquellos afortunados que encontró a un Maestro genuino, completó su jornada espiritual, y logró la salvación en vida, alcanzando así su Hogar original.

Nació en una familia de tenderos en Bandhogarh en Madhya Pradesh entre 1418 y 1443, y fue llamado Jharavan. Fue educado en el hinduismo ortodoxo, pasando gran parte de su tiempo en la adoración de ídolos, el estudio del Gita y otras escrituras. A una edad tempra-na se hizo discípulo de un Gurú; sin embargo personajes como Dharam Das no encuentran satisfacción en Gurúes que son expertos sólo en las formas ritualistas de la religión. De cualquier manera, hasta que encontró a un Maes-tro perfecto vivió conforme con el lado

institucional de adoración. Dharam Das rindió homenaje ante

todo al Señor Krishna. Había instalado una imagen grande del Señor Krish-na para rendirle adoración y también ofrecía veneración a Saligram Ji (una piedra pequeña que representaba a esta divinidad). Aquellos que se ocupan en la adoración de ídolos sabrán que la imagen del Señor Krishna utilizada en la devoción es grande en tamaño y la de Saligram Ji es pequeña. Un día cuando Dharam Das estaba absorto en sus ora-ciones, Kabir Sahib de repente se apa-reció en la escena y le preguntó: “¿Estas imágenes alguna vez han pronunciado una palabra, o te han hablado?” Dha-ram Das se enojó cuando escuchó la mención a sus ídolos divinos como si fueran simples piedras. Pero antes de que pudiera levantarse a expresar su ira, Kabir ya se había ido, dejándole su pregunta de despedida. ¡Uno se maravi-lla del modo en que los santos nos traen

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al verdadero sendero! A menos que ellos, viertan su misericordia y simpa-tía, y nos muestren el sendero interno que conduce al auto-conocimiento y la realización divina, permanecemos en la ignorancia.

Dharam Das comenzó a pensar en lo que Kabir Sahib le había dicho, y encon-tró mucho de cierto en su aseveración casual. Los ídolos, de hecho, nunca le habían hablado, contestado sus pregun-tas, aclarado sus dudas, o le habían dado guía en su conducta diaria en la vida. Su fe en la adoración de ídolos comenzó a tambalear. El tiempo pasó. Una vez Dharam Das estaba sentando con su esposa en el patio. Un caldero grande había sido puesto al fuego para cocinar una cantidad considerable de alimento para su distribución gratuita. Dharam Das era un hombre próspero que daba mucho en limosnas. De nuevo, Kabir Sahib apareció sin anunciarse y recal-có: “¡Dharam Das, en realidad, eres un hombre muy pecador!”.

Ninguna esposa toleraría tal calumnia lanzada a su marido, pero las conven-ciones sociales en la India prohibían a la mujer intervenir cuando alguien estaba hablando a su marido. No obstante, el orgullo de su riqueza le hizo despreciar las reglas sociales. De inmediato le con-testó diciendo: “¡El hombre que llama a mi marido pecador, tiene que ser él mis-mo más pecador!” Kabir Sahib le dijo: “No importa lo que digas de mí; partan este gran leño encendido y vean por us-tedes mismos que lo que destruyen está lleno de vida”. Dicho esto, Kabir Sahib se desvaneció. Su primera afirmación acerca de los ídolos aún estaba encona-da en la mente de Dharam Das. Por lo

tanto, pensó que no estaba por demás, si seguía la indicación de Kabir, y exa-minaba el leño. Al partir la madera, de hecho, encontró que contenía miles de insectos. Sintió mucho remordimiento, en particular, cuando pensó que una gran alma había venido a su portal en dos ocasiones, pero en ambas había perdido la oportunidad de conocerle.

Reprendió a su esposa por haber des-pedido con rudeza al visitante, priván-dolo de este modo de la oportunidad de encontrar a un santo y poder cumplir la meta de la liberación de su vida. Pero ¿Cuándo una esposa admite su error, en particular una tan bella y rica que siente que vive, no en esta tierra, sino en el séptimo cielo? Su orgullo era ilimitado. De inmediato dijo: “No te preocupes. Un puñado de azúcar atraerá un enjam-bre de moscas. Tienes grandes riquezas. Convoca a una reunión de sadhus y santos y este hombre vendrá”.

Se dice que Dharam Das citó tres grandes reuniones consecutivas de hombres religiosos donde se ofrecieron muchos sacrificios y se distribuyeron limosnas y generosos regalos. Hom-bres santos vinieron de todo el país, pero Kabir Sahib no apareció. Así, el dinero de Dharam Das se agotó y se vio reducido a la pobreza. Como dice el proverbio, ni ganó el reino de Dios ni el de esta tierra. No encontró al Gurú que buscaba, y la riqueza que era su orgullo y le había traído honor también se había ido. No podía ya, igual que en el pasado, dar algo en caridad. No encontró razón para vivir y decidió ponerle fin a su existencia. La duda plantada por Kabir Sahib, de que los ídolos no le hablarían, había echado raíz. Su fe en la adoración

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de ídolos se terminó, pero la persona en que quiso colocar su fe no aparecía por ninguna parte. Desesperado resolvió ahogarse en el río. Caminó a lo largo de la rivera lejos de la vista pública, más allá de cualquier casa. Estaba próximo a saltar al agua cuando vio a Kabir Sahib parado ante él. Había encontrado el deseo de su corazón. El santo que anhe-laba había venido. Llorando, se lanzó a los pies de Kabir y dijo: “Reverenciado Señor, si hubieras venido un poco antes podría haberte ofrecido algún servicio con el dinero que tuve, pero has venido ahora que estoy sin dinero, olvidado y físicamente débil. ¡Ay, no puedo hacer nada por ti!” Kabir Sahib sonrió y, recordándole el sarcasmo de su esposa, le dijo: “Si hubiese venido antes habrías pensado que la mosca llegó para alimentarse del azúcar”. Poniendo su mano en la frente de Dharam Das, Ka-bir Sahib le dio un conocimiento inme-diato de la Luz y la Corriente de Sonido. Tal fue la gracia infinita del gran santo y tal la devoción ilimitada de su nuevo discípulo que Dharam Das cubrió todas las etapas del sendero espiritual en un tiempo corto. §

LA HUMANIDAD SIEMPRE HA soñado con una Edad de Oro. Algunos la imaginan como algo que existió en el pasado remoto, mientras que otros la visualizan en un futuro distante. Para aquellos que tienen ojos para leer los signos, la Edad de Oro ya comenzó y somos testigos de su amanecer. Jóvenes y ancianos, a lo largo del mundo, empie-zan a buscar el despertar espiritual.

La gente hoy, como nunca antes lo había hecho, comprende la naturaleza efímera de la vida. Aun cuando hemos dado grandes pasos en la ciencia y la tecnología, encontramos que no por ello la humanidad se encuentra más cerca de la felicidad. El mundo está aún en conflicto, la criminalidad continua en ascenso, las guerras entre seguidores de una y otra religión, entre gente de un co-lor y otro, entre un país y otro continúan. También, en la familia hay infelicidad. La vida familiar se ha deteriorado y cada día me encuentro con casos de hogares destrozados, descuido hacia los niños y padres de edad avanzada. Cuando les pregunto a los jóvenes que me vienen a ver: “¿Cómo están tus padres?”, con fre-cuencia responden: “No sé. Mis padres se divorciaron cuando era niño y desde

despertar espiritualSant Darshan Singh Ji Maharaj

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entonces se han casado más de una vez. Ahora no tengo mucho contacto ni con uno ni con otro”. Los padres me dicen que sus hijos no son respetuosos ni obedientes. Cuando los mayores vienen a verme, dicen que nadie cuida de ellos, que más bien han sido olvidados e inclu-sive recluidos en hogares de ancianos.

No solo el núcleo familiar desaparece; la vida comunitaria también sigue la misma suerte. Existe un énfasis tal en el individualismo, que no nos preocupa-mos por nuestros vecinos. Un hombre puede caer muy enfermo y necesitar ayuda—inclusive morir, y aquellos que viven en la puerta de al lado pueden pasar semanas sin notarlo.

Con todos nuestros avances materiales hemos conseguido muchos lujos, pero no hemos podido darle paz al mundo, a nuestros países, a nuestras comunida-des, a nuestras familias, a nuestras pro-pias almas. Podemos construir el edificio más alto del mundo, poseer el diamante más costoso, llegar a ser presidentes de la nación más rica, satisfacer nuestros apetitos sensuales, pero con todo esto, vemos con tristeza que no alcanzamos la paz y la felicidad eternas. Entonces volvemos a preguntarnos: “¿Acaso no hay algo que podamos buscar que nos dé felicidad y dicha duradera?”.

Esta pregunta nos conduce a explorar numerosos senderos y movimientos que prometen paz al alma. En esta edad de despertar espiritual encontramos a la gente regresando a formas saludables de vida, dietas vegetarianas y naturales, ejercicios físicos, Hatha Yoga, remedios naturales para las enfermedades, progra-mas de bienestar y equilibrio, abstinen-cia a fumar, y a las drogas embriagantes

que dañan el cuerpo. Otros, que ansían la paz mundial, se unen a organizaciones con ese fin. Grupos ecológicos, organiza-ciones para la lucha contra el hambre en el mundo, sociedades de bienestar social, organizaciones de paz y movimientos para los derechos humanos, todos estos son sólo unos pocos ejemplos. Otros tratan de elevar los valores éticos y mora-les de la humanidad, especialmente en los campos de la política, la educación y los negocios.

Más y más gente se inclina hacia los senderos espirituales. La meditación ya no es algo oscuro, la practican miembros de todas las religiones, edades y voca-ciones. Esta gente se une a diferentes grupos y practican diversas formas de yoga: meditación trascendental, Bu-dismo Zen, Sufismo y otras corrientes similares. Algunas formas de meditación se han convertido en una característica diaria en la vida de médicos, educado-res, científicos, abogados, hombres de negocios, políticos, aquellos que parti-cipan en las artes creativas y en todos los demás caminos de la vida. La meditación es hoy reconocida como un medio para aliviar la depresión y reducir las tensio-nes de la vida diaria. Usada por muchos para incrementar la productividad en el trabajo, para ayudar en la concentración de los estudiantes que tienen proble-mas de aprendizaje y para aquellos que fueron adictos a las drogas ofrecerles un medio natural para superar sus pro-blemas. Mientras muchos practican la meditación para aliviar sus ansiedades y volverse más productivos, un número creciente de buscadores serios recurre a la meditación para resolver el misterio de la vida y de la muerte.

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Estamos en un proceso de aprendi-zaje permanente a lo largo de la vida y en cierto sentido seguimos siendo siempre estudiantes. Cuando somos niños aprendemos de nuestros padres y profesores; más tarde lo hacemos de nuestros tutores en la universidad, e inclusive cuando ejercemos nuestra profesión aprendemos de aquellos que ya son expertos en ese campo. A pesar de todos los libros que tenemos en nuestra biblioteca, cuando deseamos dominar un tema, recurrimos a profesores que hoy viven entre nosotros. Si este es el caso respecto al conocimiento externo, mucho más importante será tener la ayuda de un experto cuando se trata del conocimiento interno. En el pasado, el conocimiento esotérico estaba destina-do a unos pocos afortunados discípulos de los grandes Maestros de su tiempo. Pero en la edad del despertar espiritual, tal conocimiento está a disposición de todos. Este es un paso significativo en la evolución espiritual del hombre. Si hoy vemos la espiritualidad como el corazón universal de la religión, sin ataduras a ritos y dogmas, como algo no reservado solo para sacerdotes y teólogos, es por santos como Hazur Sawan Singh (1858-1948) y Sant Kirpal Singh (1894-1974). Estos grandes Maestros, a cuyos pies tuve el privilegio de sentarme, presenta-ron la espiritualidad como la ciencia más perfecta—la ciencia del alma. La espiri-tualidad es una disciplina práctica en la cual, bajo la guía de un profesor compe-tente, podemos trascender el cuerpo y darnos cuenta de que somos espíritu. Es el sendero más natural; uno no tiene que dejar su familia, trabajo, hogar o religión.

Igual que los otros regalos de Dios, es gratuito y está disponible para todos.

Mucha gente teme que la Edad de Oro sea precedida por una gran catás-trofe y cataclismo mundial. Se ha dicho que siempre que hay un cambio de una edad a otra, éste va acompañado de una disolución o gran disolución. Pero Sant Kirpal Singh dijo: “La Edad de Oro no vendrá acompañada de una destrucción mundial. La nueva edad llegará a través de un revolución de corazones”. Cuando el día aclara, la noche pareciera persistir y se forman muchas sombras grises antes de que el sol surja en toda su esplendor. Así mismo, hay muchas etapas antes de que la nueva conciencia aparezca y bañe al mundo en la luz espiritual.

En la medida en que más y más gente medite y aprenda a trascender su limita-da conciencia física, comenzarán a ver que todos somos hijos del mismo Padre, del Dios Único. Los muros que separan al hombre del hombre, gradualmente se romperán y crearemos un mundo en el cual los individuos, no importa qué tan humildes sean, serán respetados y cuidados.

Somos testigos del amanecer de una revolución espiritual. Por definición, una revolución de esta categoría, a dife-rencia de una revolución política, social y económica, no puede ser forzada desde afuera. Es una revolución interna cuyo centro está en el cambio de conciencia. No podemos convertir a los demás, sólo podemos convertirnos a nosotros mis-mos. Si podemos lograr esta transforma-ción, no sólo aceleraremos el amanecer espiritual, sino que disfrutaremos todo de su calor y luz. §

SEDE INTERNACIONAL Kirpal Ashram / Sant Kirpal Singh Marg,

Vijay Nagar, Delhi 110009, India Tel: 911-2-722-2244

SEDE EN OCCIDENTE 4S 175 Naperville Road,

Naperville, IL 60563 Tel: 630-955-1200

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SAN FRANCISCO 510-524-6953

TEXAS832-304-0767

www.sos.org/es — [email protected][email protected]

Nueve son las puertas visibles del cuerpo; la décima se mantiene en secreto.

—Kabir Sahib