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Fotorreceptores
El sistema nervioso recibe señales de un gran número de receptores sensoriales Los
fotorreceptores en el ojo, los receptores del sabor en la lengua, receptores olfativos en la
nariz y los táctiles en la piel reflejan varios aspectos del medio ambiente exterior. Los
receptores de presión rodean muchos músculos y se activan cuando estos son
presionados. Los receptores internos recogen los niveles de glucosa, sales y agua en los
fluidos celulares. Finalmente, el sistema nervioso, el cerebro en particular, procesa e
integra todas estas informaciones y coordina la respuesta del organismo, siendo su
lenguaje las señales eléctricas. Por tanto cada célula receptora debe convertir el mensaje
que recibe en una señal eléctrica. Nosotros hablaremos hoy sobre los fotorreceptores
El fotorreceptor es la primera neurona de la vía visual y es la célula más abundante de la
retina. Se estima que cada ojo contiene alrededor de 125 millones de fotorreceptores, que
básicamente se subdividen en bastones y conos, células nerviosas finas, alargadas y con
una función específica: la fototransducción.
En la retina humana existen alrededor de 120 millones de bastones encargados de la
visión nocturna y en blanco y negro. En la retina periférica, el bastón es el fotorreceptor
predominante. Gracias a los bastones, por ejemplo, podemos ver como un objeto se nos
acerca cuando se nos ha lanzado desde un lado.
Los conos son los encargados de la visión diurna y en color. Poseemos entre 3 y 10
millones de conos por ojo, y se subdividen, de acuerdo con el fotopigmento que portan,
en rojos, verdes y azules. Los conos son los que determinan la agudeza visual.
Degeneración de los fotorreceptores
Los fotorreceptores se van renovando a lo largo de la vida, pero si por alguna patología
estos desaparecen no se regeneran. Son varios las patologías que pueden afectar a los
fotorreceptores, pero una de las más problemática pueden dar dada la esperanza de vida
de los países desarrollado es la degeneración muscular asociada a la edad (DMAE) que es
la causa de la ceguera en mayores de 65 años
¿Cuáles son las enfermedades oculares más comunes? ¿Cuál de
ellas afecta directamente a los fotorreceptores?
Astigmatismo
El astigmatismo es un problema en la curvatura de la córnea, que impide el enfoque claro
de los objetos cercanos y lejanos. Esto se debe a que la córnea, en vez de ser redonda, se
achata por los polos y aparecen distintos radios de curvatura en cada uno de los ejes
principales. Por ello, cuando la luz incide a través de la córnea, se obtienen imágenes
distorsionadas.
La causa fundamental puede ser hereditaria, aunque en algunos casos se puede producir
después de un trasplante de córnea o cirugía de cataratas.
La sintomatología más frecuente del astigmatismo es la percepción de las imágenes
distorsionadas. Sin embargo, a menudo puede causar dolores de cabeza o molestias
oculares. Además, dependiendo de la edad, de la cantidad y del tipo de astigmatismo los
síntomas pueden ser distintos, e incluso, no afectar a la visión.
Al igual que otros defectos oculares, el tratamiento del astigmatismo admite un enfoque
múltiple. Se puede corregir mediante lentes aunque se trate de una solución
estéticamente no aceptada por algunas personas. Asimismo, se puede utilizar lentes de
contacto, aunque éstas ocasionan una dependencia de uso, además de requerir una
higiene y un mantenimiento que a algunas personas les resulta poco practico.
La cirugía por láser corrige el astigmatismo como los lentes y las lentes de contacto, y
libera de la dependencia de los otros métodos de corrección. Sin embargo, el costo
económico es más elevado y conlleva algún riesgo durante la intervención quirúrgica.
Cataratas
Las cataratas son un problema que toda la población va a padecer en algún momento. Sin
embargo, no son motivo de alarma. No se trata de ninguna enfermedad sino de un
envejecimiento ocular, y como tal, todos llegaremos a padecerlas. Actualmente, la cirugía
es el mejor tratamiento.
Las cataratas constituyen un importante problema de salud pública al relacionarse con la
edad. Las cataratas consisten en una opacificación del cristalino, una lente normalmente
del ojo que sirve para enfocar y que normalmente es clara y transparente. No es un tumor
ni una formación de piel o de tejidos nuevos sobre el ojo, sino que la lente misma se
nubla. Tampoco se le puede llamar enfermedad, sino más bien envejecimiento ocular.
Según el tamaño y la localización de las áreas de opacidad del cristalino, una persona
puede o no darse cuenta de que está desarrollando una catarata. Por ejemplo, si ésta se
localiza en el borde externo de la lente, la vista no sufre cambios; pero si la opacidad está
situada cerca del centro de la lente, generalmente interfiere con la visión.
A medida que las cataratas aumentan, la visión puede hacerse más borrosa. Esta
disminución de la agudeza visual es uno de los síntomas más claros y típicos en las
personas que están desarrollando una catarata.
Los ojos pueden tener una mayor sensibilidad a la luz dificultando la conducción. También
se produce una alteración en la percepción de los colores. Y en muchos casos se puede
llegar a producir una diplopía (visión doble en el ojo en el que se está produciendo la
catarata). Aunque nadie se libra de padecer cataratas, hay personas que tienen mayor
predisposición. Los miopes y los diabéticos son grupos de riego a contraer cataratas a una
edad más temprana. Existe también un tipo de catarata congénita que la desarrollan los
bebés.
Las cataratas ya no son causa de ceguera.
Conjuntivitis
La conjuntivitis se puede contraer si la persona que la padece ha estado en contacto con
manos o toallas infectadas. Las infecciones pueden tener un origen viral ‐ya que los virus
de una persona infectada se propagan por el aire‐, o bacteriano. Este último se produce
por una acumulación de bacterias en el ojo que pueden proceder de cualquier otra
infección producida en alguna zona del organismo. También puede ser una irritación
causada por agentes químicos, viento, polvo, humo o cualquier otro tipo de polución
ambiental.
Los síntomas de la conjuntivitis se reconocen de inmediato ya que el ojo enrojece y
lagrimea más. Asimismo, existe ardor y la sensación de tener un cuerpo extraño dentro
del ojo. La sensibilidad a la luz es otro de los síntomas de esta afección y con frecuencia, es
necesario llevar gafas que protejan al ojo de la luz solar o ambiente. Por otro lado, si la
infección es bacteriana el ojo descarga unas mucosas amarillas o verdes, mayormente
durante la noche, que pueden pegar las pestañas.
La conjuntivitis puede ser muy contagiosa, por ello, es muy importante lavarse bien las
manos con jabón antiséptico y utilizar toallas de papel. Después de estas sencillas
medidas, hay que limpiar suavemente los fluidos que salen de los ojos. Para disminuir la
incomodidad que produce el escozor y el picor, es conveniente utilizar compresas de agua
tibia o fría. Asimismo, hay que evitar tanto los maquillajes como las lentes de contacto. Es
necesario acudir a un especialista ya que si la infección es bacteriana el facultativo
administrará un tratamiento con colirios antibióticos o pomadas antibacterianas.
Degeneración macular (Degeneración de los fotorreceptores)
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad ocular que sufren
muchas personas. Existen dos tipos de DMAE: la seca y la húmeda.
La DMAE seca es la más frecuente, aparece cuando la mácula (la membrana responsable
de la visión central) se atrofia de forma progresiva. No existe cura, pero se puede detener
el proceso degenerativo con sustancias antioxidantes.
La DMAE húmeda (también llamada exudativa) es más agresiva que el tipo seco. Se
produce por la aparición de nuevos vasos sanguíneos (membranas neovasculares) que van
destruyendo poco a poco a la mácula, provocando finalmente la ceguera. Poco pueden
hacer los médicos cuando la mácula está destruida, pero si se coge a tiempo, existen
tratamientos que logran detener la degeneración.
Para conseguir que el tratamiento llegue a tiempo es importante saber reconocer cuáles
son las primeras manifestaciones de la enfermedad:
‐ Las personas afectadas ven de forma distorsionada (las líneas rectas se perciben
torcidas).
‐ Manchas en el centro del campo visual.
‐ Pérdida de visión: cuando la DMAE húmeda evoluciona sin tratamiento, los pacientes
acaban por perder totalmente la vista.
Desprendimiento de retina (Degeneración de los fotorreceptores)
El desprendimiento de retina se produce cuando esta capa del ojo se rompe y el líquido
que existe en la cavidad vítrea traspasa la reina, acumulándose debajo. Uno de los signos
de rotura puede ser la visión de moscas volantes o de destellos luminosos. Estos síntomas
deben consultarse con el oftalmólogo.
Muchos factores pueden desembocar en un desprendimiento de retina. Esta alteración es
una de las complicaciones más graves de la retinopatía diabética, pero también puede
aparecer por un proceso degenerativo de la retina, por un traumatismo, una inflamación o
una hemorragia, que fraccione la capa, la rompa y la desprenda.
Escleritis
Es la inflamación de la esclerótica (la superficie blanca externa del ojo).
La inflamación de la esclerótica o parte blanca del ojo tiende a asociarse con infecciones,
lesiones químicas o con enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoidea y lupus
eritematoso sistémico. Algunas veces la causa es desconocida.
La escleritis es más frecuente en personas con edades comprendidas entre los 30 y los 60
años y es rara en los niños.
Los Síntomas son:
• Dolor de ojo severo
• Manchas rojas en la parte del ojo que normalmente es blanca
• Visión borrosa
• Sensibilidad a la luz: muy dolorosa
• Lagrimeo
Las gotas oftálmicas corticosteroides son un medio efectivo para reducir la inflamación y,
en ocasiones, se prescriben corticosteroides orales. En algunos casos, se pueden utilizar
medicamentos antiinflamatorios no esteroides más nuevos.
Estrabismo
El estrabismo consiste en la pérdida de paralelismo de los ojos. Es decir, mientras un ojo
dirige la mirada a un objeto, el otro se desvía en una dirección diferente. En ocasiones la
desviación no se aprecia con facilidad, pero en los casos severos ocasiona problemas
estéticos y de visión importantes. Se distinguen dos tipos de estrabismo: horizontal, bien
hacia dentro o hacia fuera; y vertical, un ojo desplazado hacia arriba y otro hacia abajo. Sin
embargo, existen casos de estrabismo en los que se dan diversas combinaciones.
En el origen del estrabismo intervienen numerosos factores. Uno de estos es la herencia
familiar, ya que se puede tener cierta predisposición a sufrir este trastorno. También
puede deberse a una alteración de los músculos del ojo motivada por una mala visión, a
las infecciones, los tumores o traumatismos. Los casos de estrabismo en la edad adulta
están estrechamente ligados a los traumatismos, enfermedades musculares y trastornos
de tiroides.
Existen numerosas técnicas que permiten corregir este trastorno: gafas especiales,
obturación del ojo dominante de forma alterna con el otro y programas de entrenamiento
visual para reforzar la visión binocular. En todo caso, la detección precoz es esencial para
establecer el equilibrio muscular, es decir, recuperar el paralelismo de los ojos.
Glaucoma (Degeneración de los fotorreceptores)
El glaucoma es una enfermedad degenerativa causada por el aumento de la presión
dentro del ojo (tensión ocular). El ojo contiene en su interior un líquido parecido el agua
que se renueva constantemente, pero si falla el sistema de drenaje, la presión intraocular
aumenta y puede dañar el nervio óptico.
Se desconocen las causas que producen esta enfermedad, aunque en ocasiones puede
afectar a varios miembros de una familia. Por eso, si se tienen antecedentes familiares, es
aconsejable acudir al oftalmólogo con regularidad. En cualquier caso, se recomienda una
revisión por lo menos cada dos años, porque la detección del glaucoma resulta muy
sencilla.
A través de la medición de la presión intraocular, una prueba indolora que se realiza en
pocos minutos, se puede sospechar de la existencia de la dolencia. Las personas con
glaucoma presentan una elevación anormal en la presión intraocular. Sin embargo, no
todas las personas con tensión intraocular elevada tienen glaucoma, se trata sólo de un
factor de riesgo de la patología. En estos casos se requieren dos pruebas adicionales para
corroborar el diagnóstico: el examen del campo visual y la observación del nervio óptico
en el fondo de ojo.
El herpes ocular
El ojo puede enfermarse por virus de la familia herpesvirus, que comprende varios tipos
de virus (herpes, virus de Epstein Barr y citomegalovirus). Dentro de los virus llamados
herpes, el ojo puede afectarse más frecuentemente por dos tipos: el virus del herpes
simplex y el virus varicela‐zoster.
El herpes simplex puede causar, según las cepas, enfermedades oculares o ulceraciones
alrededor de la boca (herpes simplex tipo I). Los herpes simplex tipo II pueden causar
enfermedades urogenitales y son de transmisión sexual.
Casi todos hemos tenido contacto con el virus del herpes simplex a través de una
conjuntivitis banal que se curó sola en la infancia. A partir de ese momento, el virus
permanece latente o "dormido" en los nervios y en la córnea, y a la mayoría de la gente no
le ocasiona problemas en la vida.
Algunas personas, por motivos aún desonocidos pero posiblemente relacionados con la
disminución de las defensas, sufren una reactivación de la agresividad del virus, que
emprende un viaje por los nervios hacia el ojo y lo enferma en forma periódica. Factores
como fiebre, exposición al sol, enfermedades debilitantes y otras causas pueden
"despertar" al virus latente. Esta enfermedad recurrente puede manifestarse como
conjuntivitis, ampollas y úlceras en los párpados, úlceras corneales de diversa seriedad y
profundidad, inflamaciones intraoculares (llamadas uveítis) e infecciones de la retina
(retinitis). Cada vez que vuelve la infección, el oftalmólogo la trata de acuerdo a cómo se
manifiesta el cuadro.
El virus varicela‐zoster es el que causa la varicela en los niños. Luego de que la
enfermedad se cura, el virus también queda en nuestro cuerpo en un estado de latencia
en los nervios, mantenido a raya por nuestras células de defensa inmunológica. A medida
que envejecemos o por enfermedades debilitantes, estas células pueden disminuir en su
cantidad y permitir que el virus se reactive, viajando por los nervios. Esto se evidencia por
erupciones que popularmente se conocen como "la culebrilla". Esta erupción, constituida
por vesículas y úlceras dolorosas, se puede dar en general en el torso o en la cabeza. En la
cabeza puede abarcar el terrritorio inervado por el nervio trigémino, produciendo una
erupción en la frente y alrededor del ojo, que en ocasiones llega hasta la punta de la nariz.
En este último caso, es más probable que pueda afectarse el ojo, con manifestaciones
parecidas a las del herpes simplex que se describieron en el párrafo anterior. El oculista,
de acuerdo a cada variante de la infección, puede apelar a diversos tratamientos como se
mencionó anteriormente. El cuadro de herpes zoster puede curarse, pero en algunas
ocasiones los pacientes sufren molestias o dolores en la piel por un período variable.
En raras ocasiones, también se pueden detectar inflamaciones intraoculares o infecciones
retinales por herpes zoster, sin que las precedan la típica infección cutánea.
Como siempre, ante cualquier síntoma inflamatorio ocular, no se automedique ni acepte
consejos de otra persona que no sea su médico oftalmólogo. Es él quien hará el
diagnóstico precoz y le indicará el tratamiento más efectivo y seguro para tratar éstas y
otras enfermedades
Hipermetropía
La hipermetropía es un defecto del ojo en la que éste es más pequeño de lo normal. El ojo
hipermétrope es el que, en reposo, forma las imágenes detrás de la retina, por lo tanto la
imagen que llega y que recibe el cerebro es borrosa. Así, cuando el individuo se acerca
más al objeto la visión será aún más borrosa. Sin embargo, la visión mejora cuando el ojo
se aleja más del objeto, aunque con mucho esfuerzo.
El síntoma más claro es el de la visión borrosa. Es un problema muy corriente en los niños
ya que a esas edades, el ojo es más corto de lo normal. Un adulto con una hipermetropía
muy alta verá las cosas muy borrosas, especialmente los objetos cercanos. Si la
hipermetropía es baja verá bien de lejos, aunque el esfuerzo para enfocar será mayor. De
todos modos, si el ojo está realizando un esfuerzo constante, se producirá cansancio o
dolores de cabeza.
Miopía
La miopía es un tipo de trastorno de la refracción en el cual el globo ocular resulta
demasiado largo para su poder de refracción. La refracción es la situación “normal” en la
que el ojo genera una imagen clara cuando el cristalino y la córnea refractan
correctamente los haces de luz que ingresan. En el miope, el rayo de luz se proyecta por
delante de la retina (membrana sensible del ojo) y no en la retina misma, como ocurre en
el ojo normal.
Causas
Hay una multitud de teorías sobre la formación de la miopía, pero la más extendida es la
de la miopía escolar. Es decir, si un ojo tiene "predisposición a ser miope", se hará miope
en el momento en que se le exija un esfuerzo visual en visión próxima superior al habitual.
Y esto suele suceder por primera vez en la vida en la época de la escolarización.
Cualquiera que fuera la causa que produce la miopía, lo cierto es que comienza a
desarrollarse durante la infancia, evolucionando de manera lenta o benigna (la forma más
habitual), o en forma rápida y grave. Desde una perspectiva física y hablando solo de las
estructuras oculares, la miopía se considera un estado de exceso de potencia del sistema
óptico del ojo. Con relación a su longitud, puede deberse a que el ojo es demasiado largo,
o bien a que la capacidad de hacer converger la luz que tienen los medios oculares
(córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo) sea excesiva. El resultado es el mismo:
en todos los casos, la luz proveniente de lejos no va a caer en la retina, sino delante de
esta. La única posibilidad de reenfoque de la imagen en la retina sin anteojos es acercar al
ojo el objeto a una distancia proporcional al valor de la miopía. Existe también una miopía,
que podemos definir patológica, y que parece estar en relación con predisposiciones
hereditarias. En este caso la miopía seguirá empeorando y se agravará por alteraciones de
la retina. No es posible determinar el tipo de miopía; solo la evolución de la enfermedad y
cuidadosos exámenes realizados periódicamente por el Oftalmólogo pueden permitir un
diagnóstico seguro. También se puede deber a una predisposición genética, es decir que
es más probable que de padres miopes salgan hijos miopes.
Diagnostico
El diagnóstico es muy sencillo y se obtiene por medio de exámenes visuales realizados por
Médicos Oftalmólogos. Importante Los síntomas aquí descritos correspondientes a esta
enfermedad pueden confundirse con los de otras patologías. Para establecer un adecuado
diagnóstico, consulte siempre a su Médico. El objetivo de MédicosExpertos es informar y
educar, por lo que las descripciones de las enfermedades aquí brindadas no sustituyen a
una consulta profesional.
Ojo seco
El síndrome de Sjögren o del ojo seco es una patología que aparece cuando el globo ocular
adolece de la lágrima o líquido, el medio idóneo para su funcionamiento. Se estima que un
75 por ciento de los mayores de 70 años padecen este síndrome en alguna de sus fases y
también es más frecuente entre los usuarios de lentes de contacto o los operados por
glaucoma o cataratas.
Las causas de este síndrome son múltiples y de ellas depende el tratamiento que se
aplique:
‐ Un 10 por ciento de los casos surge por trabajar durante mucho tiempo ante el
ordenador. Los usuarios que pasan largas horas ante los monitores no parpadean lo
suficiente para producir lágrimas y acomodar de esta forma al ojo.
‐ Un 25 por ciento se debe a problemas hormonales. Por esta razón el ojo seco se
considera un síntoma de la menopausia, cuando aparece el déficit hormonal (se reduce la
producción de estrógenos).
‐ La diabetes también es un desencadenante, así como la disfunción tiroidea (alteraciones
en el tiroides), el asma, el lupus eritematoso sistémico y patologías oculares como el
glaucoma o las cataratas.
‐ Algunos fármacos como los ansiolíticos, antidepresivos, anticongestivos,
antihistamínicos, diuréticos, betabloqueantes y anticonceptivos orales también pueden
derivar en el síndrome.
‐ Otros factores desencadenantes son la exposición al humo, la iluminación fluorescente,
la contaminación ambiental, el viento, los calentadores, el aire acondicionado y los climas
secos. Estos elementos contribuyen a evaporar las lágrimas e inducen a sequedad.
Síntomas y tratamiento
En un estado inicial, las primeras manifestaciones del síndrome consisten en la sensación
de un cuerpo extraño en el ojo, picores y lagrimeo reflejo. Esta incomodidad puede
mejorar con el empleo de colirios especiales y lágrimas artificiales.
En estadios más avanzados, aparecen microerosiones y pequeñas ulceraciones. Entonces
hay que recurrir al implante de tapones lagrimales que evitan la evacuación de lágrimas,
proporcionando así la humedad necesaria en el ojo.
En un tercer estadio surgen las úlceras en la córnea, infecciones recurrentes (repetidas) y
pérdida en la agudeza visual. En esta fase se produce un riesgo severo de pérdida de
visión, por lo que se requieren tratamientos más específicos como el implante de tejido de
placenta.
Ojo vago
Cerca de un 2,5% de población mundial sufre de la ambliopía También conocida como
"ojo vago" u "ojo perezoso", la ambliopía es la pérdida parcial de la visión, de mayor o
menor grado, en uno o en los dos ojos, causada por un defecto en la formación de la
visión durante la edad infantil. Según las últimas investigaciones, aproximadamente un
2,5% de población mundial sufre este problema. En España, existe una media de un millón
de casos.
Causas y síntomas de la ambliopía
La ambliopía se origina cuando las células cerebrales que se encargan de la visión del ojo,
no se desarrollan por falta de uso. También puede ser causada por algunos defectos
visuales como la miopía, astigmatismo e hipermetropía, que no fueron diagnosticados, a
tiempo, durante la niñez.
Esta pérdida de visión puede ser desarrollada en:
1‐ portadores de estrabismo de aparición temprana;
2‐ portadores de catarata, cuando tiene que mantener un ojo ocluido por un tiempo;
3‐ portadores de problemas de graduación elevados, principalmente los que combinan
astigmatismo e hipermetropía;
4‐ portadores de importantes diferencias de graduación entre un ojo y el otro;
5‐ portadores de nistagmos, un tipo de movimiento constante e involuntario de vaivén, de
ambos ojos;
6‐ portadores de alguna lesión microscópica
Riesgos y síntomas de la ambliopía
Además de las causas que hemos enumerado, existen riesgos y síntomas que nos pueden
hacer pensar que es posible que nuestros hijos padezcan ambliopía. El historial medico
familiar de los pacientes es una de ellas. Los niños que sufren estrabismo, llevan gafas, o
que tienen problemas vinculados a cataratas o a otros defectos del ojo, o aquellos que los
padres tienen una alta graduación o tienen antecedentes familiares con problemas de
vista, tienen mucho más riesgo de padecer ambliopía.
Según los especialistas, los padres deben estar atentos a algunos síntomas que pueden
presentar sus hijos, como por ejemplo:
‐ Desviar un ojo
‐ Mirar a la pizarra o a la televisión de lado
‐ Quejarse de constantes dolores de cabeza o de visión borrosa
‐ Presentar persistente parpadeo de los ojos
‐ Frotar los ojos con frecuencia
‐ Guiñar los ojos al mirar a superficies brillantes
‐ Acerca mucho los ojos al libro para poder leer
‐ Seguir con los dedos los renglones de un texto
Si el niño presenta más de dos o tres de los síntomas especificados, lo mejor es llevarlo a
un especialista para una evaluación.
Orzuelo
El Orzuelo es una inflamación aguda de las glándulas que se encuentran en los bordes de
los párpados
Las glándulas más afectadas son las conocidas glándulas de Meibom. Estas son glándulas
sebáceas que producen la fase grasosa de la película lagrimal. La inflamación de estas
glándulas es denominada Hordeolum internum. Raras veces se presenta una inflamación
de las glándulas de Zeis o de Moll (glándulas sebáceas y sudor respectivamente) que están
situadas muy cerca de las pestañas. Este tipo de Orzuelo es denominado Hordeolum
externum.
Pueden distinguirse dos tipos de orzuelos, en interno que se produce cuando afecta a las
glándulas de Meibomio; y en externo cuando afecta a las glándulas de Zeis o de Moll.
Es muy común que, a pesar del tratamiento, el proceso infeccioso se repita en varias
oportunidades en un breve período de tiempo.
Causas
El Orzuelo es producido mayormente por estafilococos y muy raras veces por una
infección de estreptococos. Es una infección inofensiva, pero si se presentan con
frecuencia se debe entonces a que el sistema inmunológico está debilitado, causado por
Diabetes Mellitus, o por una infección que retorna constantemente, al frotarse los ojos
con las manos sucias.
El orzuelo de tipo interno es muy similar pero más localizado, y los síntomas son mas
intensos. A diferencia del anterior, es poco común que se evacue en forma espontánea.
Tratamiento
A pesar de que se recurre a los antibióticos, no parecen ser demasiado útiles en estos
casos. El tratamiento del orzuelo se basa primordialmente en la aplicación en el ojo
afectado de paños húmedos calientes durante diez a quince minutos tres o cuatros veces
por día.
La aplicación de gotas con antibióticos son muy eficaces, sobre todo para prevenir la
conjuntivitis secundaria por contaminación directa.
El presionarlos para conseguir su vaciamiento no debe realizarse, ya que con esta
maniobra podría diseminarse la infección a la piel vecina.
En algunos casos cuando el pus no es eliminado espontáneamente puede provocarse su
drenaje produciendo una incisión con un bisturí.
Acuda a un médico si después de un tiempo el Orzuelo no se abre o molesta demasiado. Él
puede abrir el Orzuelo con un pequeño corte y así aliviarlo de sus dolores
Queratocono
El queratocono o córnea cónica es un desorden del ojo humano que raramente causa
ceguera pero que puede interferir significativamente con la visión. Es una condición en la
cual la forma normal redondeada de la córnea se distorsiona y desarrolla una prominencia
en forma de cono. La palabra queratocono esta formada por dos palabras Griegas: kerato,
que significa córnea, y konos, que significa cono.
Ya que la córnea es el principal lente del ojo, la visión disminuye significativamente al
deformarse de esta manera. La progresión del queratocono es generalmente lenta y
puede detenerse en cualquiera de las fases: desde leve hasta severo. Si el queratocono
progresa, la córnea se abomba y adelgaza tornándose irregular y algunas veces formando
cicatrices. Habitualmente se presenta bilateral y sus estadios son asimétricos.
¿Cuál es la causa del queratocono?
Las causas de esta afección todavía se desconocen a pesar de nuestra familiaridad con
esta enfermedad. Se han realizado múltiples estudios y se han formulado gran cantidad de
teorías.
Unas teorías plantean que el queratocono depende de un defecto en el desarrollo y es de
origen genético (alrededor de 7% de los pacientes tienen familiares con queratocono).
Esto sugiere que es la consecuencia de una anormalidad en el crecimiento, esencialmente
un defecto congénito. Otra es que el queratocono es una condición degenerativa. Una
tercera postula que el queratocono es secundario a otras enfermedades. Otras veces
puede estar provocado por debilitamientos en el tejido corneal (como cirugías o
traumatismos previos)
La incidencia real de queratocono no es conocida. No es una de las afecciones más
comunes del ojo pero tampoco es de ninguna manera una enfermedad rara. Se estima
que ocurre en uno de cada dos mil personas. Generalmente la enfermedad se presenta en
gente joven hacia la pubertad. Se encuentra en todas partes del mundo sin seguir ningún
patrón geográfico, cultural o social conocido.
¿Cuáles son los síntomas que produce el queratocono?
El primer síntoma de queratocono es visión borrosa que en un principio puede corregirse
con anteojos. Ya que es una enfermedad progresiva, se necesitarán cambios frecuentes en
la fórmula de los anteojos. El adelgazamiento de la córnea progresa lentamente por 5 a 10
años y después tiende a detenerse. Ocasionalmente es rápidamente progresivo y en
estadios avanzados el paciente puede experimentar visión borrosa súbita en un ojo. Esto
es llamado "Hydrops agudo" y se debe a la súbita entrada de líquido hacia la córnea
adelgazada. Este hydrops mejora con el tiempo, tomando semanas o meses para
desaparecer En casos avanzados se forman cicatrices superficiales en el ápice de la córnea
resultando en mayor disminución de la visión.
¿Cómo debe controlarse el queratocono?
Ya que el queratocono es una enfermedad crónica que avanza lentamente, es importante
que usted desarrolle una buena relación con su oftalmólogo. Va a verlo con bastante
frecuencia por un largo periodo de tiempo: debe tener confianza en él y sentirse cómodo
al formular preguntas. Generalmente los oftalmólogos son personas ocupadas, pero
nunca pueden estar tan ocupados como para no discutir su caso con usted. Busque un
oftalmólogo con quien se sienta bien y permanezca con él.
Su oftalmólogo requiere de su colaboración. El no puede controlar lo que sucede entre
una consulta y la otra, pero usted si. Piense que él es un compañero en el cuidado de sus
ojos, pero recuerde que usted es responsable por su bienestar. El puede indicarle que
tratamiento debe seguir pero usted es el único que puede cumplirlo. Si usted mismo no
cuida sus ojos es poco probable que alguien mas pueda hacerlo Si su oftalmólogo le da
una cita para determinado momento, cúmplala. Hay una razón importante para que el le
de esa cita, y si usted no la sabe, puede preguntar.
Comente su problema con los médicos que está visitando y la medicación que está
tomando. Si está siendo visto por un internista, cardiólogo, dermatólogo, odontólogo, o
cualquier otro profesional de la salud asegúrese que estén informados de su queratocono.
Esté alerta a cualquier cambio en la condición de su ojo o en su visión. Si experimenta
visión borrosa, irritación, lagrimeo o secreción debe ponerse en contacto con su
oftalmólogo. Esto puede ser la señal de que existe un problema con la tolerancia de sus
ojos a los lentes de contacto o que hay necesidad de readaptarlos. Usted por supuesto,
debe tener un cuidado normal de sus ojos y evitar el uso de cualquier sustancia no
prescrita por el oftalmólogo. Las mujeres deben tener cuidado con los cosméticos.
Cualquier persona que sufra de queratocono debe utilizar gafas para nadar y anteojos de
seguridad cuando esté trabajando en el jardín o practique algún deporte.
¿Cuál es el tratamiento para el queratocono?
En las fases tempranas del queratocono anteojos comunes pueden corregir la miopía y
astigmatismo que se producen. Al avanzar la enfermedad los lentes de contacto rígidos
gas permeables son la única forma de corregir la visión adecuadamente. Deben ser
adaptados con gran cuidado y la mayoría de pacientes con queratocono requieren
chequeos frecuentes y cambios periódicos en sus lentes de contacto para obtener una
buena visión y confort. En algunas instancias el uso de un lente sobre otro provee una
solución alternativa. Los avances tecnológicos en los lentes blandos y gas permeables son
constantes ofreciendo más y mejores posibilidades para los pacientes con queratocono.
Estas opciones no constituyen en si un tratamiento, solo mejoran la visión pero la
enfermedad seguirá su curso, los únicos tratamientos para detener la progresión de esta
condición son los anillos intraestromales y los transplantes de córnea.
Retinopatía diabética:
ocurre cuando los diminutos vasos sanguíneos que hay en la retina se dañan a
consecuencia de la diabetes. Primero se producen roturas y pérdidas de sangre en esos
vasos sanguíneos y posteriormente se forman vasos sanguíneos anómalos. Los síntomas
pasan desapercibidos hasta que la retina está gravemente dañada, aunque en algunos
casos hay visión borrosa. Los adolescentes a quienes se les ha diagnosticado una diabetes
juvenil deben hacerse revisiones oculares regularmente porque no hay signos de alarma
que permitan detectar la retinopatía diabética precozmente. Los adolescentes con
diabetes también deben evitar el tabaco, controlarse la tensión arterial y mantener unos
niveles estables de azúcar en sangre.
Retinosis pigmentaria
La Retinosis Pigmentaria (RP) es un conjunto de enfermedades oculares de carácter
degenerativo, genético y hereditario cuya consecuencia es una gran disminución de la
visión debido a la muerte progresiva de las células oculares de la retina denominadas
"fotorreceptores", y que, en muchos casos, conduce a la ceguera.
El fotorreceptor es la primera neurona de la vía visual y es la célula más abundante de la
retina. Se estima que cada ojo contiene alrededor de 125 millones de fotorreceptores, que
básicamente se subdividen en bastones y conos, células nerviosas finas, alargadas y con
una función específica: la fototransducción.
En la retina humana existen alrededor de 120 millones de bastones encargados de la
visión nocturna y en blanco y negro. En la retina periférica, el bastón es el fotorreceptor
predominante. Gracias a los bastones, por ejemplo, podemos ver como un objeto se nos
acerca cuando se nos ha lanzado desde un lado.
Los conos son los encargados de la visión diurna y en color. Poseemos entre 3 y 10
millones de conos por ojo, y se subdividen, de acuerdo con el fotopigmento que portan,
en rojos, verdes y azules. Los conos son los que determinan la agudeza visual.
Los síntomas de la RP típica son los siguientes:
1‐ Ceguera nocturna
Es el síntoma más frecuente y precoz. Hace alusión a dos hechos. Por una parte, a la
dificultad o imposibilidad de ver en ambientes de baja iluminación, a pesar de haber
permanecido el tiempo suficiente para estar adaptado a esta situación (disfunción de los
bastones). Por otra parte, a la dificultad que se pueda presentar al pasar de un ambiente
bien iluminado a otro de baja iluminación, en el cual, transcurrido un tiempo superior al
normal, el individuo es capaz de distinguir objetos (disfunción de los conos).
2‐ Disminución del campo visual
Es otro síntoma típico de la RP. Se caracteriza por la pérdida de visión desde la zona
periférica a la zona central del ojo, dando lugar a la llamada visión "en túnel". La persona
que padece RP refiere tropezarse frecuentemente con los objetos a su alrededor. En el
caso de un niño que sufra RP, es la madre la que cuenta que no es capaz de encontrar los
juguetes. Cronológicamente, este síntoma se presenta después de la ceguera nocturna.
3‐ Disminución de la visión (de la agudeza visual)
Normalmente, es referida por los pacientes después de los dos síntomas anteriores.
4‐ Alteración de la percepción de los colores
Cuando la enfermedad está muy avanzada, se produce una alteración inespecífica de la
visión de los colores o, con mucha frecuencia, en el eje azul‐amarillo.
5‐ Fotopsias y Deslumbramientos
Muchos pacientes de RP dicen ver luces pequeñas o flashes en la media periferia de su
campo visual. Los deslumbramientos ante una excesiva luminosidad hacen necesario el
uso de gafas de sol adaptadas.
Como enfermedad degenerativa, la pérdida de la capacidad visual es progresiva con el
tiempo, reduciéndose tanto el campo visual como la agudeza visual, y, aunque el proceso
degenerativo puede ralentizarse, esta pérdida de visión suele ser continua, aunque se ha
de tener en cuenta que no todas las formas de retinosis conducen a la misma pérdida
visual.
Es importante señalar que la RP presenta un alto grado de heterogeneidad. Puede
aparecer como única manifestación patológica, y entonces hablamos de retinosis
pigmentaria no sindrómica, o, por el contrario, puede aparecer asociada a otras
patologías, dando lugar a cuadros clínicos concretos, y entonces hablaríamos de retinosis
pigmentaria sindrómica
La RP puede ser causada por una gran diversidad de genes. Descubrirlos es una tarea muy
difícil, si bien los avances en el campo del genoma humano la ha facilitado.
La visión es un proceso complejo y poco conocido a nivel molecular, lo que explica que el
progreso en el conocimiento de la enfermedad sea más lento de lo que inicialmente se
hubiera esperado.
Hoy en día la comunidad científico‐médica sigue luchando para que la RP deje de ser una
enfermedad "degenerativa" e "incurable", y con su esfuerzo se logrará preservar la visión
del colectivo de pacientes que sufren dicha enfermedad.
Tracoma:
ocurre cuando un microorganismo muy contagioso denominado Chlamydia trachomatis
provoca una inflamación en el ojo. Se suele dar en zonas rurales y pobres con condiciones
de superpoblación e insalubridad. La enfermedad se propaga fácilmente. Por ejemplo, los
niños, que suelen ser los primeros en contraer la infección, se frotan los ojos enrojecidos y
pegajosos y después tocan las caras de sus madres o de otros niños ‐contagiándoles la
enfermedad. Las moscas también pueden contribuir al contagio. Tras años de repetidas
infecciones de tracoma, el interior de los párpados acaba tan lleno de cicatrices que los
párpados se pliegan hacia dentro, y las pestañas infligen lesiones en los globos oculares. Si
no se tratan, las cicatrices del tracoma pueden provocar problemas de visión e incluso
ceguera. Más de 146 millones de personas requieren tratamiento, y el tracoma es fácil de
prevenir.
¿Qué hacen los médicos?
Si tú, tus padres o tu médico sospechan que puedes tener un problema visual, deberías ir
a un oftalmólogo, un médico especializado en al exploración, diagnóstico y tratamiento de
los ojos y las enfermedades oculares. Cuando una persona va al oftalmólogo, éste le
examina la estructura del ojo. Otras pruebas sencillas que puede realizar un oftalmólogo
incluyen:
• Prueba de agudeza visual. En esta prueba, una persona va leyendo letras y símbolos
escritos en una tabla estandarizada para que el oculista pueda evaluar lo bien que ve a
diferentes distancias.
• Prueba del campo visual. Los oftalmólogos utilizan esta prueba para evaluar la visión
periférica o lateral de una persona. Esto ayuda a determinar si la persona ha perdido la
visión periférica, un síntoma de glaucoma.
• Tonometría. En esta prueba (en la que se suele aplicar un breve soplo de aire en el
ojo), se determina la presión del fluido que hay en el interior del globo ocular para evaluar
el glaucoma.
Si tu oftalmólogo determina que tienes un trastorno ocular que es probable que te
ocasione problemas de visión, existen muchos tratamientos diferentes. Entre las opciones
terapéuticas se incluyen el uso de gafas graduadas, lentes de contacto y gotas oculares u
otros medicamentos. En algunos casos, es preciso intervenir quirúrgicamente el ojo. Por
ejemplo, las cataratas a menudo se tratan extirpando el cristalino opaco y sustituyéndolo
por una prótesis intraocular (un cristalino artificial de plástico que no requiere ningún
cuidado especial y que restaura la visión).
Hay otras formas de compensar las pérdidas de visión. Los perros guía pueden ayudar a
las personas invidentes a desplazarse de un lugar a otro con independencia. El braille
permite leer y escribir a la gente que tiene deficiencias visuales. Y hay equipos especiales,
como las lentes microscópicas y telescópicas y los programas informáticos que permiten
reconocer las palabras, que pueden facilitar el aprendizaje escolar y la realización de los
deberes a las personas que tienen este tipo de deficiencias.
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