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FLAMEAR OBRERO MARIO ESPARZA Diseño de portada: Fernando Valenzuela Donoso Temuco, diciembre, 2009

Flamearobrero

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FLAMEAR OBRERO MARIO ESPARZA

Diseño de portada: Fernando Valenzuela DonosoTemuco, diciembre, 2009

Composición

musical

Jorge Paredes G.

ECOS DE UN MINERO

Despuntaba el mar de su carbón

palpitante,como la pala de sus pupilas.

El minero hacía luz,aquella tarde sombría.

Contaba de sus hermanos,de sus retos infinitos;

la fuerza de su juventudentre las sombras prendidas.

Ya la faena sobre el mar,la extracciónen su pique,

a filo, a muerte;destacando

con los soles de su vida.

Un día de abrilcerraron la fuente,

cerraron totalmente la mina,el pan de sus aurorasy aquellos fulgores,

simplementese perdían...

Se fue la dura piedra...el carbón de aquellos días...

los arduos piques sin sus lunas,cimbraron tristes lejanías...

En olas de otra tardefrente a los años

de otro mar,he vuelto a encontrar

los ecosde aquel minero y su lugar;

el flamear de sus luchas,el llamear de sus pupilas,

los hermanos que partieroncon el carbón de sus vidas.

Tengo los arroyos de tus brazosesta noche,

como las tantas nochesque bañas así mi alma;

y si bien las callesaún rebotan

con sus malditas ratas,no dejaré que sus turbulencias

dañen nuestro nidal.A veces, ya sé que el dinero

no cubre nuestras alas;y la población también hace ecos

de volar muy lejos;

pero ten en tu latir,que nuestra floresta

viaja con roca sempiterna;y el norte de estas manos

es llegar a estrechar contigo,aquel deseado firmamento.

¡Oh, amor! quiero seguir abrazándote,besando intensamente

el rubí de tu cuerpo;y perfilando que desde ya este calor,

nos confirma alegrementeen aquel solemne verso.

EN LOS ARROYOS DE TUS BRAZOS

Quebranto en la fazde aquellos obreros,

porque la faena terminay en ella se va

la rueda pasajeradel sustento;

mientras rugenlos últimos martillos

con plomizos sentimientos.Cabalga un temporal de inquietudesentre lo acostumbrado y lo incierto;

y cabalgan nuevas esperanzas,a otro lugar,

a otras sendas.

En este arco temblorosode aquellos obreros:

eco de millaresen la sociedad flagelante,

en un imperioso y cruel juego; y exponer el árbol, el verbo;

sin alcanzar el sol de la acogiday el andar sereno.

Cabalgan esperanzasde obreros por el mundo

con raíces ígneas y sales de hierro

por lo que involucrala familia,

el pan y el telar de los sueños.

QUEBRANTOS Y ESPERANZAS

DULCE AZUCENA

Ella va con el manantial de sus hijos

bajo un sol insensiblepara llevar a su hogar

los imprescindibles manjares.Ella es una oda amorosa

en el silencio, un brote

de dulce azucena,que día a día

en la escarpada faena:mantiene sus notas,

la fresca brisa de sus bosques.Tal vez, en el cristalino concierto

de sus ansias,logre esta tarde, otro azul de sus bríos;

extendiendo así la acuarelade su horizonte

y la bahía románticade sus velos.

DE FERROVIARIAS HOJAS

Ahora, que llegan a mi otoñoestas ferroviarias hojas;

estrecho el historialde rieles

con el vendaval de trenesy aureolas memorables

que impregnaronallí sus retos,

sus lazos de cieloy el rosal de sus fuegos.

Cortesía del señor José Reyes R. (maquinista) Túnel Las Raíces, máquina 703, Boca Norte,1967.

TENOR OBRERO

A sol, a luna;agitados andares,sencillos obreros

con el tenor de sus ganas,pero, ¿a cuánto alcanzan sus pasos,

tras la diaria selva; y frente al dorado océano

de los potentados…?Emerge un corcel de iniquidades,

que arrastra también el mantojunto al portal de sus llamas;

entonces golpean

encendidos vuelosentre los extremos;

los entregados sudorescon la razón de sus techos,

los entregados sudoresintentando un sindicato.

Y así ¡cuántas voces!¡cuántos senderos e ilusiones!

Obreros latinos,obreros africanos,

obreros del mundo;soñando el contrato,

un mejor salario,soñando el jardín

por el que luchan sus manos

Túnel Las RaícesGentileza Claudia Quezada C.

Biblioredes Victoria diciembre, 2009

Se levanta el fuegodel herrero

al cósmico hierrode su temple;

mientras del sonde la floresta

campesinos labranauroras.

Corre el caudalanimoso

con cinceles de albañilesen azulejos al infinito,

abrazaderas de plomeroscon el flujo de sus brotes,azadones de hortelanos

y gubias de torneros,

fulgiendo prósperos tiempos.Va el pletórico río

de hálito y sal intensamás allá del firmamento,

llevando a Diossus faenas;y me abraza

pronto tu siluetasubiendo el cristal

de mis anhelosal horizonte de amor contigo;

alegrando más las riberas,del mismo caudalque ahora canto,

a casa y vena del alma.

A CASA Y VENA DEL ALMA

CANTARES DE UN PESCADOR

Aunque el pequeño boteesté viejo como yo;

y mis redesparecieran perderseen este plácido vino.

Mi entusiasmo,mis remos

sobre el alocado marson los mismos

que cuando joven,apreciado amigo.

Será porque la verdeluz marina,

no ha dejadode encantar mis ojos;y porque sus manos

presentan como un faro,la frescura de mi amada.

¡Salud, lindo amigo!¡salud y alegría!

en este barde mis sentimientos

donde vuelvoa encontrar

mis años, soles,caletas;

las dulces brisasdel ayer.

... luego, cuando asomela noche

a tejer amores:le diré que me traiga

otra vez a ella,porque su nombre giraen los delicados rayos

de la mañana,en el roquerío

que abrazan las olas;y en este palpitante vino,

que también ha sidomi amigo

en la rotunda penay en los fraternalesrostros del destino.

VENDAVAL DE ANDAMIOS

Un piso y otro pisohacia un marco perfecto

de conjugadas líneas,de áurea simetría;

diseminadas en arteriasde obreros construyendo

en la maciza base,o en el cimero estelar bermejo;

cruzando un vendavalde materiales selectos

entre el abismo y los andamioscon su albor querido,

su esencial ramo hogareño;tramo a tramo

en el temblor ascendente,tramo a tramo

en un venir de progreso.

¡Ah, vara de estadísticas complacencias…!mientras la tardevuelve a plañir

más párpados caídosen pedregales extremos;

y mientras brillan guirnaldas y plástico lisonjerode los módulos globales del tiempo;

sumiendo llanezas,clavando inocencias

del laborar a ilusiones albasen nubes de metal y cemento;

desvaneciendotonos

de libre alameday arcos de abriles amenos.

CONTRAPOSICIONES

Los sofismas del mercadodoblando cielos jornaleros,

doblando pupilasde manantiales serenos;

y caminar aduladores vientosbajo la flema de un arrollador

esquema.Se enmaraña el espacioentre cegadores rayos

y el sitial ausente,quedando a mercedde alienantes ecos;

y se rompen cristalinas mejillasen escabrosos ruedos.¡Ah, puerco sistema,

hiriendo humildes mesasy trizando sus escasas yemas!

Girantes telasen el paisaje

de bordadorasestampando

sus notas y liriostras el ventanalde su fuente;

y en el turgentemarco doméstico:asesoras del hogary dueñas de casa

encaminando lluviasde arreboles y tormentas

para alcanzar amaneceresde fecunda espiga

y portales del céfiroa corazón entero,

como tejedoras en sus aspascon el carmesí íntimo

y costureras hilvanando sueños,hilvanando un querer,hilvanando progreso;

palpitantes finezas prendidasy fuerzas de llama perenne.

CORAZONES

Allá va el carpintero,de regreso a su hogar

a su amada luna,a sus amados pámpanos.

Allá va con la tardesinuosa

y la caudal geometríaque pulsaron sus dedos.

Huinchas, serruchos,martillos y escuadras;

retumban al saladofirmamento.

Por la mundanal vereda,acariciando proyectos,

llanos deseos,desde el nacer de sus marcos

y el primaveral de aleros;va aquel carpintero,

a madera de sonrisas,de tristezas;

y tarde a tarde,detrás del aserrín

de sus horas,la ciudad pareciera dibujar

su largo trecho caminante y el aire pasional

de sus emblemas.

A MADERAS DE UN CARPINTERO