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ECOS DE UN MINERO
Despuntaba el mar de su carbón
palpitante,como la pala de sus pupilas.
El minero hacía luz,aquella tarde sombría.
Contaba de sus hermanos,de sus retos infinitos;
la fuerza de su juventudentre las sombras prendidas.
Ya la faena sobre el mar,la extracciónen su pique,
a filo, a muerte;destacando
con los soles de su vida.
Un día de abrilcerraron la fuente,
cerraron totalmente la mina,el pan de sus aurorasy aquellos fulgores,
simplementese perdían...
Se fue la dura piedra...el carbón de aquellos días...
los arduos piques sin sus lunas,cimbraron tristes lejanías...
En olas de otra tardefrente a los años
de otro mar,he vuelto a encontrar
los ecosde aquel minero y su lugar;
el flamear de sus luchas,el llamear de sus pupilas,
los hermanos que partieroncon el carbón de sus vidas.
Tengo los arroyos de tus brazosesta noche,
como las tantas nochesque bañas así mi alma;
y si bien las callesaún rebotan
con sus malditas ratas,no dejaré que sus turbulencias
dañen nuestro nidal.A veces, ya sé que el dinero
no cubre nuestras alas;y la población también hace ecos
de volar muy lejos;
pero ten en tu latir,que nuestra floresta
viaja con roca sempiterna;y el norte de estas manos
es llegar a estrechar contigo,aquel deseado firmamento.
¡Oh, amor! quiero seguir abrazándote,besando intensamente
el rubí de tu cuerpo;y perfilando que desde ya este calor,
nos confirma alegrementeen aquel solemne verso.
EN LOS ARROYOS DE TUS BRAZOS
Quebranto en la fazde aquellos obreros,
porque la faena terminay en ella se va
la rueda pasajeradel sustento;
mientras rugenlos últimos martillos
con plomizos sentimientos.Cabalga un temporal de inquietudesentre lo acostumbrado y lo incierto;
y cabalgan nuevas esperanzas,a otro lugar,
a otras sendas.
En este arco temblorosode aquellos obreros:
eco de millaresen la sociedad flagelante,
en un imperioso y cruel juego; y exponer el árbol, el verbo;
sin alcanzar el sol de la acogiday el andar sereno.
Cabalgan esperanzasde obreros por el mundo
con raíces ígneas y sales de hierro
por lo que involucrala familia,
el pan y el telar de los sueños.
QUEBRANTOS Y ESPERANZAS
DULCE AZUCENA
Ella va con el manantial de sus hijos
bajo un sol insensiblepara llevar a su hogar
los imprescindibles manjares.Ella es una oda amorosa
en el silencio, un brote
de dulce azucena,que día a día
en la escarpada faena:mantiene sus notas,
la fresca brisa de sus bosques.Tal vez, en el cristalino concierto
de sus ansias,logre esta tarde, otro azul de sus bríos;
extendiendo así la acuarelade su horizonte
y la bahía románticade sus velos.
DE FERROVIARIAS HOJAS
Ahora, que llegan a mi otoñoestas ferroviarias hojas;
estrecho el historialde rieles
con el vendaval de trenesy aureolas memorables
que impregnaronallí sus retos,
sus lazos de cieloy el rosal de sus fuegos.
Cortesía del señor José Reyes R. (maquinista) Túnel Las Raíces, máquina 703, Boca Norte,1967.
TENOR OBRERO
A sol, a luna;agitados andares,sencillos obreros
con el tenor de sus ganas,pero, ¿a cuánto alcanzan sus pasos,
tras la diaria selva; y frente al dorado océano
de los potentados…?Emerge un corcel de iniquidades,
que arrastra también el mantojunto al portal de sus llamas;
entonces golpean
encendidos vuelosentre los extremos;
los entregados sudorescon la razón de sus techos,
los entregados sudoresintentando un sindicato.
Y así ¡cuántas voces!¡cuántos senderos e ilusiones!
Obreros latinos,obreros africanos,
obreros del mundo;soñando el contrato,
un mejor salario,soñando el jardín
por el que luchan sus manos
Se levanta el fuegodel herrero
al cósmico hierrode su temple;
mientras del sonde la floresta
campesinos labranauroras.
Corre el caudalanimoso
con cinceles de albañilesen azulejos al infinito,
abrazaderas de plomeroscon el flujo de sus brotes,azadones de hortelanos
y gubias de torneros,
fulgiendo prósperos tiempos.Va el pletórico río
de hálito y sal intensamás allá del firmamento,
llevando a Diossus faenas;y me abraza
pronto tu siluetasubiendo el cristal
de mis anhelosal horizonte de amor contigo;
alegrando más las riberas,del mismo caudalque ahora canto,
a casa y vena del alma.
A CASA Y VENA DEL ALMA
CANTARES DE UN PESCADOR
Aunque el pequeño boteesté viejo como yo;
y mis redesparecieran perderseen este plácido vino.
Mi entusiasmo,mis remos
sobre el alocado marson los mismos
que cuando joven,apreciado amigo.
Será porque la verdeluz marina,
no ha dejadode encantar mis ojos;y porque sus manos
presentan como un faro,la frescura de mi amada.
¡Salud, lindo amigo!¡salud y alegría!
en este barde mis sentimientos
donde vuelvoa encontrar
mis años, soles,caletas;
las dulces brisasdel ayer.
... luego, cuando asomela noche
a tejer amores:le diré que me traiga
otra vez a ella,porque su nombre giraen los delicados rayos
de la mañana,en el roquerío
que abrazan las olas;y en este palpitante vino,
que también ha sidomi amigo
en la rotunda penay en los fraternalesrostros del destino.
VENDAVAL DE ANDAMIOS
Un piso y otro pisohacia un marco perfecto
de conjugadas líneas,de áurea simetría;
diseminadas en arteriasde obreros construyendo
en la maciza base,o en el cimero estelar bermejo;
cruzando un vendavalde materiales selectos
entre el abismo y los andamioscon su albor querido,
su esencial ramo hogareño;tramo a tramo
en el temblor ascendente,tramo a tramo
en un venir de progreso.
¡Ah, vara de estadísticas complacencias…!mientras la tardevuelve a plañir
más párpados caídosen pedregales extremos;
y mientras brillan guirnaldas y plástico lisonjerode los módulos globales del tiempo;
sumiendo llanezas,clavando inocencias
del laborar a ilusiones albasen nubes de metal y cemento;
desvaneciendotonos
de libre alameday arcos de abriles amenos.
CONTRAPOSICIONES
Los sofismas del mercadodoblando cielos jornaleros,
doblando pupilasde manantiales serenos;
y caminar aduladores vientosbajo la flema de un arrollador
esquema.Se enmaraña el espacioentre cegadores rayos
y el sitial ausente,quedando a mercedde alienantes ecos;
y se rompen cristalinas mejillasen escabrosos ruedos.¡Ah, puerco sistema,
hiriendo humildes mesasy trizando sus escasas yemas!
Girantes telasen el paisaje
de bordadorasestampando
sus notas y liriostras el ventanalde su fuente;
y en el turgentemarco doméstico:asesoras del hogary dueñas de casa
encaminando lluviasde arreboles y tormentas
para alcanzar amaneceresde fecunda espiga
y portales del céfiroa corazón entero,
como tejedoras en sus aspascon el carmesí íntimo
y costureras hilvanando sueños,hilvanando un querer,hilvanando progreso;
palpitantes finezas prendidasy fuerzas de llama perenne.
CORAZONES
Allá va el carpintero,de regreso a su hogar
a su amada luna,a sus amados pámpanos.
Allá va con la tardesinuosa
y la caudal geometríaque pulsaron sus dedos.
Huinchas, serruchos,martillos y escuadras;
retumban al saladofirmamento.
Por la mundanal vereda,acariciando proyectos,
llanos deseos,desde el nacer de sus marcos
y el primaveral de aleros;va aquel carpintero,
a madera de sonrisas,de tristezas;
y tarde a tarde,detrás del aserrín
de sus horas,la ciudad pareciera dibujar
su largo trecho caminante y el aire pasional
de sus emblemas.
A MADERAS DE UN CARPINTERO