Follari (2000a) - Alan Sokal. La Insuficiencia de Pruebas

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  • 7/23/2019 Follari (2000a) - Alan Sokal. La Insuficiencia de Pruebas.

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    Cinta de Moebio

    E-ISSN: 0717-554X

    [email protected]

    Universidad de Chile

    Chile

    Follari, Roberto

    Alan Sokal. La Insuficiencia de Pruebas

    Cinta de Moebio, nm. 8, 2000

    Universidad de Chile

    Santiago, Chile

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10100808

    Cmo citar el artculo

    Nmero completo

    Ms informacin del artculo

    Pgina de la revista en redalyc.org

    Sistema de Informacin Cientfica

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=101&numero=144http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/revista.oa?id=101http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=101http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=101&numero=144http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10100808http://www.redalyc.org/revista.oa?id=101
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    Alan Sokal

    La insuficiencia de pruebas

    Roberto Follari.Doctor en Psicologa (Universidad Nacional de San Luis, Argentina).Investigador y Docente en Epistemologa de las Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Polticas y

    Sociales, Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina).

    Nota Editorial: Ensayo actualizado de "Claves de La Razn Prctica" N 98. Diciembre 1999.

    Madrid. Espaa.

    Abstract

    The affaire Sokal proves to have important effects in the social sciences. Nevertheless, the same

    effects must be properly understood in what can be inferred and what cannot. Among the later,

    finishing epistemological problems in the social sciences. The essay reviews Sokal's arguments and

    proposes a critical reading in order to understand his scope.

    Key words: Sokal, social sciences v/s natural sciences, critical arguments.

    Introduccin

    Bastante se viene diciendo sobre el conocido "affaire Sokal": sobre todo se asiste a la celebracin deuna especie de revancha de parte de aquellos acadmicos ligados al positivismo y sus secuelas que -

    superados por el decurso histricocultural y la creciente invalidacin de epistemologas

    apriorsticas-, se creen llamados por fin a una ocasin para salir de su creciente irrelevancia

    conceptual.

    La razn principal de tal apreciacin es la notoria incapacidad de los epgonos de Sokal para

    advertir cmo aparecen, en l mismo, algunas de las inconsistencias que encuentra en sus

    adversarios. Esa unilateralidad de parte del sbitamente clebre profesor neoyorquino, pasadesapercibida para aquellos que estn dispuestos a celebrarlo sin matices, dada su implcita

    intencin de renovar sus prejuicios ya sea respecto de las ciencias sociales, de la posmodernidad,

    del relativismo epistemolgico, o de todos ellos a la vez.

    Comencemos por sealar que hay que tomar a Sokal en serio. Su procedimiento del envo a larevista Social Textde un texto plagado de sinsentidos y errores de interpretacin en la aplicacin de

    ciencias fsico-naturales a problemas sociales, a travs de un discurso hbilmente compuesto y queinclua slo citas autnticas, en ningn caso puede ser respondido con displicencia, suponiendo que

    "nada ha pasado", o que "no se ha demostrado algo importante". Slo quien pretendiera negar la

    evidencia podra ignorar que Sokal dej al descubierto que realmente puede proponerse

    afirmaciones absurdas en ciertas revistas ligadas al posestructuralismo, y a la vez ser publicado con

    decisin favorable del Comit Editorial.

    Eso no es poco. Si bien nada testifica sobre la validez de la posible generalizacin del

    procedimiento (en rigor, slo se ha demostrado que en esa revista puede publicarse tal clase de

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    imposturas), el trabajo de Sokal (1) a travs de citas de diversos autores, muestra convincentemente

    que tal tipo de uso de conceptos de ciencias fsico-naturales sin el debido rigor, se realiza a menudoen ciencias sociales, y que ello es muy comn en la produccin que hilando a grosso modo- l

    denomina "posmoderna".

    La reaccin de parte de quienes no quieran ver lo que Sokal ha mostrado claramente, opera en

    contra de quienes la sostienen. Es por dems evidente que en ciertos usos del posestructuralismo

    (Lacan, Kristeva, discpulos de Derrida, Deleuze/Guattari, etc.) hoy altamente difundidos, se ha

    hecho caso omiso del cuidado por el rigor en la apelacin a las referencias, y se ha realizado aquello

    que Sokal critica: una pretenciosa muestra de supuesta erudicin apelando a conceptosdesconocidos para la propia disciplina, a los cuales en realidad no se maneja de primera mano. As,

    se traspone categoras desde lo fsico-natural hacia lo social sin apego alguno a los recaudos

    necesarios, ni tampoco al conocimiento de la disciplina del caso (fsica, matemtica, etc.).

    Esta tendencia es grave en la literatura filosfica, tanto como en aquella que se pretende cientfica.Flaco favor se hace al prestigio de las ciencias sociales, y al avance del conocimiento de sus objetos

    de anlisis, cuando se asume poses grandilocuentes que encubren falta de solidez en las referencias

    y argumentaciones. Por cierto, esto no resulta propio de las ciencias sociales en general, sino slode algunas modalidades del posestructuralismo, con gran peso an en los Estados Unidos, y algo

    menos en Latinoamrica y Europa. Somos muchos los que estamos esperando la necesaria

    autocrtica de parte de aquellos concernidos por esta fundada objecin de Sokal, o al menos elcambio de actitud que impida que se pueda seguir acusando sustentadamente a trabajos que se

    pretenden contestatarios, de falta de seriedad intelectual.

    Sokal ha demostrado con consistencia el mal uso de conceptos de ciencia fsico-natural en una

    cierta tendencia dentro de las ciencias sociales. Y qu ms? Tambin que se deslizan frases

    carentes de significado (2) a las que se presenta como cientficamente vlidas. Esto tambin hace alsector posestructuralista ya sealado: de la genialidad al ridculo slo hay un paso, y es el quealgunos discpulos dan cuando pretenden asociarse masivamente al lenguaje de Lacan o Derrida. Es

    una situacin hoy muy presente en las publicaciones de disciplinas sociales (ver por ej., algunos de

    los autores denominados "poscoloniales" y sus abstrusas apelaciones discursivas), cuando al no

    decir nada se nos quiere hacer pasar como si algo decisivo se hubiera significado, a travs deexpresiones tan altisonantes como huecas. Por cierto, cabe sostener un legtimo lenguaje de lo sutil,

    de lo no referencial y lo no emprico: y gracias a autores como Lacan o Derrida es que hemos

    podido conocerlo y -llegado el caso- utilizarlo. Surgi del terreno previamente abonado por la

    fenomenologa (3), y ha implicado un nuevo y muy fecundo campo de anlisis en filosofa yciencias sociales. Pero no cabe duda que el deslizamiento abusivo hacia el simple nonsensese da

    muy a menudo (incluso en los autores citados).

    Hasta all, Sokal cumpli su funcin. Y lo antedicho es todolo que se sigue consecuentemente desu anlisis. Sin embargo, lo curioso es que l se excede por completo en los alcances de su trabajo,y pretende haber logrado mucho ms: refutar filosficamente al relativismo, dar ctedra sobre qu

    tipo de teoras sociales le haran bien a la izquierda ideolgica, objetar la teora de las catstrofes y

    la de la constructividad del azar, afirmar el realismo ontolgico, superar las tesis deinconmensurabilidad de Kuhn y de subdeterminacin de las teoras por los hechos de Quine... Sokal

    barre con escoba gruesa, y pretende que su ingenioso gesto de producir un texto trucado parafiltrarlo en una revista de ciencias sociales, le alcance para afirmar tesis filosficas generales que

    estn por completo fuera del alcance de ese puntual y limitado recurso.

    El Efecto Paradojal

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    Lo peor de esta situacin, es el efecto paradojal que inevitablemente promueve. Qu seriedad

    podemos adscribir a un autor que recae en los mismos errores que pretende criticar? Cuntocrdito darle a alguien que se manifiesta incapaz de ver la brizna en s mismo mientras busca la paja

    en el ojo ajeno?

    Vamos a enumerar de manera un tanto sumaria, las falacias, carencias y malentendidos que se

    advierten en el trabajo de Sokal, al margen de que l haya querido evitarlos con su Introduccin,

    donde nos previene no slo contra sus crticos, sino tambin contra lo que llama "nuestros

    seguidores superentusiastas" (p.13). Cabe reflexionar que si en la obra del maestro aparecen los

    fuertes deslizamientos que vamos a sealar. Qu puede esperarse de esos seguidores a quienes l

    mismo percibe como discpulos acrticos?

    Ya sealamos los logros: 1.Muestra de usos incorrectos de categoras de las ciencias fsico-naturalesen disciplinas sociales (restringido mayoritariamente a autoresposestructuralistas); 2.Exposicin de

    prrafos carentes de significado determinable (para el caso de esos mismos autores);3.Sealamiento de que tales autores no estipulan las condiciones para que categoras de ciencias

    fsico-naturales sean extrapoladas a otras disciplinas.

    El punto 3 no lo habamos anotado anteriormente, y da pie para empezar a mostrar lasinconsecuencias de Sokal. Quien como l reclama rigor en el anlisis, confunde abiertamente el que

    los autores no hagan la argumentacin relativa a la extrapolacin, con el hecho de que esta fuera por

    s inconsistente. Pero podrahaberargumentaciones que avalen ese procedimiento. O este podraser plausible, sin especificar argumentos explcitamente. En todo caso, Sokal no puede demostrar lo

    contrario, porque si bien promete prudentemente no "juzgar" a los autores en lo que hace al aspecto

    sustantivo de su obra (pg. 14: "no pretendemos con ello invalidar el resto de su obra: punto en el

    que suspendemos nuestro juicio") (4), se empantana al hablar de "pretendido nexo con el

    psicoanlisis" de la topologa (p.44, cursiva de R.F.), o que "sus analogas (de Lacan) entre elpsicoanlisis y las matemticas alcanzan el summum de la arbitrariedad" (p.46). Desde quconocimientos de psicoanlisis se atreve Sokal a hacer semejantes afirmaciones? Adems de qu el

    mismo se encarga de sealar que no sabe psicoanlisis (p.35), esto resulta por dems evidente en su

    exgesis del conocido autor francs. Debemos entender -entonces- que es errneo extrapolar desde

    lo fsiconatural a lo social, pero que sobre esto ltimo se est autorizado a hablar sin conocimientoespecfico? El mismo autor nos da una pista al respecto, en un autntico acto fallidohacia el final

    de su trabajo: en el acpite ostentosamente denominado "Saber de qu se habla", dentro de su

    bsqueda "De un verdadero dilogo entre las dos culturas" (p.202 y ss.), se dice: "Todo aquel que

    quiera hablar de las ciencias naturales -y nadie est obligado a hacerlo- ha de estar bien informadosobre el tema y evitar hacer afirmaciones arbitrarias sobre las ciencias o su epistemologa" (p.204).

    Dejemos de lado la ambigedad de la referencia final a "las ciencias" (acaso las fsiconaturalesseran las nicas?). Lo sorprendente es que en este acercamiento supuesto entre los dos tipos de

    ciencia por va de "la interdisciplina" (p.202) (5), Sokal no advierta que el camino y lasobligaciones son de ida y vuelta! Est tan ganado por sus propios prejuicios, que no cree necesario

    aclarar que para hablar sobre ciencias sociales tambinhay que estar bien informado sobre el tema.

    Las unilaterales recomendaciones solamente ataen a la correccin respecto de cienciasfisiconaturales. Maniquea versin que l mismo exhibe adems en patente estado prctico, al

    mostrar su desconocimiento sobre lo social.

    Slo eso puede explicar que Sokal pretenda "despachar" a Lacan dedicndole apenas poco ms de

    15 pginas. Es notorio que no puede distinguir entre calidades conceptuales diferenciadas, de

    manera que la crtica cuidadosa que hace a las extraas pretensiones matemticas de Julia Kristeva

    o Luce Irigaray, no saca suficientes conclusiones del hecho evidente de que Lacan -tambin

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    haciendo usos excesivos a los que era muy afecto, dado su megalomana- tena alguna idea de

    aquello a lo que aluda en su peculiar topologa ("sus frases -de J.Kristeva- tienen ms sentido quelas de Lacan, pero en lo que respecta a la superficialidad de su erudicin, incluso le supera"). En

    rigor, Sokal no puedeevaluar a un autor como J.Lacan en 15 pginas, y adems sin saber nada de

    psicoanlisis. Ni siquiera puede juzgar estrictamente su lenguaje, dado que no todos los girosretricos del autor francs dejan de alcanzar significado, al interior de la teora psicoanaltica, y

    dentro de la modalizacin de esta que el mismo Lacan realiz. Lo hizo en sus Ecrits(700 pginas),

    ms de veinte seminarios publicados post-mortem cada uno como libro, y otras varias obrasdispersas (entrevistas, el libro sobre el tema de la familia, etc.). Alguien puede creer seriamente -

    advertida la dimensin de la obra de Lacan- que Sokal ha refutado al psicoanalista francs?

    Solamente lo afirmaran quienes se adhieran a esa falta de seriedad que Sokal busca criticar. Una

    cosa es mostrar que Lacan no saba suficientes matemticas, y muy otra refutarlo desde el punto devista de su propia disciplina. No queremos afirmar que Lacan no pudiera refutarse: decimos que

    Sokal no tiene la menor posibilidad intelectual de hacerlo. Y que -simplemente- su obra no aporta

    nada relevante en esa direccin.

    Menos an podemos confiar en Sokal como pretendido epistemlogo. No es cuestin de ttulos:

    coincidimos con l en que acerca de un tema, puede hablar cualquiera que sepa. Lo malo es que la

    versacin epistemolgica de Sokal no es nula, pero s muy limitada, de lo cual l mismo parece no

    darse cuenta. De modo que se advierte:

    1.Un realismo ingenuo (donde se superponen las dimensiones ontolgica y gnoseolgica),

    confundido a menudo con la idea de que existe acceso directo al tribunal de la experiencia sin

    mediacin terica. Aunque nuestro autor tampoco lo discrimine, las dos cuestiones son porcompleto independientes entre s (la crtica kantiana no parece ser el fuerte de Sokal, respecto a la

    imposibilidad de acceso al numeno. Tampoco parece advertir los problemas conceptuales del

    realismo, que han llevado a su actual atenuacin en realismo interno, segn lo postula H. Putnam.

    Sobre las imposibilidades de la experiencia desprovista de carga terica, puede verse las posiciones

    de diversos autores en una conocida recopilacin de L. Oliv) (6).

    2. Se "liquida" la subdeterminacin de las teoras por los hechos en dos pginas, sin esgrimir

    argumentos suficientes. Es ms: por qu Sokal se muestra incapaz de enfrentarse a Quine desde unpunto de vista lgico? Quine justifica desde la lgica puntos tan fuertes como la subdeterminacin

    de las teoras, la inescrutabilidad de la referencia o la posibilidad de existencia de varias teoras

    verdaderas a la vez respecto de los mismos hechos (7), propuestas que no coinciden con las

    premisas de Sokal. No asoma en el libro ninguna refutacin en trminos de lgica al respecto (por

    parte de alguien que reclama un lugar principal para esa disciplina en su discurso).

    3.El autor demuestra un conocimiento superficial y errneo sobre Kuhn. No es casual que en la

    bibliografa aparezca slo uno de los libros de este ltimo (!!). En el acpite respectivo, Sokalreafirma a Kuhn sin saberlo, porque desde sus supuestos (su propio "paradigma"), el neoyorquinono puede sino des-comprender la decisiva obra del autor de La estructura de las revoluciones

    cientficas. Como muestra: "esta visin de las cosas (de Kuhn) se adapta tan bien a la experiencia

    que los cientficos tienen de su actividad que, a primera vista, es difcil ver qu hay derevolucionario en este enfoque" (p.82). Acaso pretende Sokal que el enfoque kuhniano coincide

    con la autopercepcin de los cientficos (incluido Sokal mismo)? Por el propsito de atacar al autor-afirmar que nada habra en l de nuevo- el improvisado epistemlogo se desliza en arenas

    movedizas, al asignarle una coincidencia con la intuicin inmediata que resulta claramente

    desmentible. De cualquier modo, sera interesante que Sokal se diese por enterado de la existencia

    de la obra de W. Stegmller -autor ya fallecido- quien por va justamente de la teora de conjuntos

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    tan cara a Sokal, ha demostrado la logicidad de la propuesta de Kuhn (8). Como todos los

    adversarios de Kuhn, tambin Sokal desconoce o busca desconocer ese aporte. Estamos esperando(intilmente, hasta ahora) algn intento serio de refutacin hacia la formalizacin que Stegmller

    practica de Kuhn. Y mientras ello no se produzca efectivamente, estar asumido que Kuhn es

    consistente con la lgica y que sus adversarios atacan fantasmas con su pretensin remanida deadjudicarle irracionalismo (mote siempre listo para usos mltiples e indeterminados). Y si el

    problema fuera slo la "inconmensurabilidad" (como afirma Sokal), es til recordar que un

    epistemlogo argentino, con slido apoyo en la lgica, ha sostenido en forma de teorema su

    existencia, sin que hasta donde s alguien lo haya desmentido (9)

    4. Compartimos la idea de que la ciencia no es simplemente "un discurso ms", ya que encuentra

    restricciones impuestas por la Naturaleza. Sokal utiliza este argumento para oponerse a Barnes y a

    Latour. Pero en otro sentidoms general, sin duda que es vlido afirmar que la ciencia es un tipoms de creencia, dado que para aceptarla hay que partir de valores extracientficos que la den por

    admisible. Dicho de otra manera: la aceptacin de la ciencia no es por s misma cientfica. De modoque para quienes se ubiquen en un inters por la objetividad, la ciencia es el recurso adecuado. Perono para quienes se interesen por lo mstico, o lo potico. O mejor, el mismo sujeto puede aceptar lo

    cientfico slo cuando asume el interspor la objetividad (y no cuando lo mueve lo potico o lo

    mstico). Como Sokal no parece conocer la obra de Habermas, no puede entender que son

    conciliables los a prioridiferenciales establecidos por los intereses, con la asuncin de criterios deobjetividad mayor o menor asignables a diferentes teoras y enunciados dentro del campo cientfico.

    Y que por ello, las restricciones de la Naturaleza operan, pero slo en la medida en que se asuma yacepte el horizonte de inters primero. De modo que puede conciliarse la asuncin de lo cientfico

    como una cierta forma de objetivacin de lo real, con el aferramiento a criterios rigurosos de

    adecuacin establecidos a su interior.

    5. Es totalmente justificada la crtica sokaliana a Bergson y Merleau-Ponty, en cuanto ellos

    pretenden desde la filosofa desacreditar el punto de vista de la fsica einsteineana. Quieren produciralgo as como una refutacin filosficade la teora fsica. Lo curioso es que -nuevamente- Sokal no

    se da cuenta que l no tiene derecho a hacer algo igual, pero invertido: l intenta una refutacin

    fsica de la filosofa. Tal vez su incomprensin de la inconmensurabilidad lo lleve a creer que

    cuando dos objetos tericos diferentes (el tiempodel espaciotiempo en la Fsica, y el tiempode la

    conciencia en la fenomenologa o el intuicionismo) se ponen en juego bajo el mismo nombre, se

    est hablando de lo mismo. Acierta Sokal en que es errneo dar por intercambiables al gemelo que

    marcha a la velocidad cercana a la de la luz, con el que se queda en la Tierra. Pero su pretensin deque los rasgos faciales tendrn las arrugas segn los tiempos diferenciales, etc., tendran que ser

    corroborados en trminos de biologa, no de fsica. Sokal no demuestra en ese plano su afirmacin.

    Y mucho menos comprueba que las conciencias(tiempo de lo vivido trabajado por la filosofa deMerleau-Ponty) "experimenten" diferencialmente el tiempo. Este es un problema que en todo caso

    requerir aproximaciones experimentales (en la mnima medida en que esto es posible, dado lasvelocidades csmicas), para ser pensadas por y desde la filosofa(en todo caso, con apoyo auxiliar

    externode la fsica).

    No vamos a seguir en detalle, para no abundar. Baste sealar que hay lisas y llanas contradicciones

    en el libro de Sokal, tan supuestamente apegado al rigor y la coherencia. Pg. 81: "Siempre hay un

    nmero, incluso infinito, de teoras compatibles con los hechos, cualesquiera que estos sean, ycualquiera sea su nmero" (10); pg.214: "Las dos teoras en cuestin son mutuamente

    incompatibles, por lo que ambas no pueden ser verdaderas (ni siquiera aproximadamente

    verdaderas"); deslizamientos de significado, los que hayan sido intencionales o no, lo llevan a"pelear con el ms dbil". As, nos da lecciones sobre "ecuaciones no-lineales", cuando es sabido

    que el inters por la no-linealidad se refiere a "causalidad no lineal" (y es justamente esta ltima la

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    expresin que aparece en el texto enviado previamente por el mismo Sokal a Social Text); o cambia

    subrepticiamente teora de las catstrofes por "teora del caos". Esto le permite evitar medirse conRen Thom y su propuesta respecto de catstrofes, la cual est matemticamente sustentada (11). La

    misma que -curiosamente- tambin ya apareca citada en el artculo enviado antes a la revista, pero

    no luego en el libro, para el cual se hubiera requerido anlisis pormenorizado...; profetismosen elorden poltico-ideolgico (del cual dijo en la Introduccin que no hablara), al sealar cunto ayuda

    la verdad cientfica a las causas revolucionarias. Si bien la charlatanera vacua no sirve a causas

    emancipatorias (caso Guattari, por ej.), ignorar que la ciencia y la razn hayan a menudo servido alpoder hegemnico, parece un tanto unilateral. Ms an, el autor que habla "desde la izquierda" pero

    parece desconocer a Gramsci, no da la impresin de advertir ningn vaco entre la cultura popular y

    la racionalidad cientfica, ninguna escisin entre "sentido comn" de los sectores dominados y

    lenguaje especializado; generalizaciones indebidas, como incluir a Zizek y a un filsofo comoJameson en el juego indiscriminado de descalificaciones, slo porque recurran por momentos a

    Lacan; desconocimientos flagrantes, como sucede respecto de la nocin de posmodernidad (no lo

    mejora el hecho de que algunos tambin la desconozcan dentro de las ciencias sociales). La palabrarecorre permanentemente el libro, pero inslitamente se seala que "la validez de nuestros

    argumentos no podr depender en ningn caso del uso de una determinada palabra" (p.202). Dnde

    qued el riguroso pesquisador de palabras mal usadas por los posestructuralistas? Se permite a s

    mismo licencias del mismo talante de aquellas por las cuales crucifica a sus adversarios tericos.Pero lo peor es que Sokal no tiene idea de que no se trata simplemente de "una palabra": est en

    juego una decisiva nocin que l no maneja, ni aparece tampoco en su horizonte de inteligibilidad.

    Es por ello que confunde posestructuralistas con posmodernos, y sobre todo no entiende laresponsabilidad que le cabe al racionalismo en su propio colapso. O acaso la televisin que

    carnavaliza la percepcin actualmente, no es un fruto de la tecnologa asociada a la ciencia? O nose estetiza hoy la vida por reaccin a la Verdad como Uno que imper durante la modernidad? Por

    momentos el autor parece intuir esta situacin, pero no la asume pues no advierte que el tema debe

    estudiarse, tanto como debe estudiarse la relatividad si se quiere hablar de ella. El "privilegio" que

    asigna a las ciencias fisiconaturales permanece tambin en este punto, viciando toda equidad en elanlisis; e incluso existen errores: Sokal parece creer que la estadstica en ciencias sociales seentiende con slo comprender la base matemtica. Vase esta "perla inferencial", al terminar el

    libro (p.292, nota al pie): "slo el 24% de los licenciados universitarios suscriba el creacionismo,

    comparado con el 49% de las personas con estudios secundarios y el 52% de las que slo habancursado estudios primarios.De manera que quiz la enseanza cientfica de peor calidad es la que

    se imparte en niveles primario y secundario" (cursivas nuestras, R.F.). Este es un dislate digno de

    Ripley: Sokal compara homogneamente universos estadsticos totalmente diferentes (el total de losalumnos que van a la Universidad es diferente del total de los que van a primaria, tanto cuantitativa

    como cualitativamente) al considerarlos con la misma vara, como si cupiera aplicarles una escala en

    comn. Elocuente muestra de que las ciencias sociales, mal que le pese al autor, deben estudiarse

    especficamente para ser entendidas, y de que nuestro hroe racionalista es tan ignorante en lostemas ajenos a su disciplina, como lo son anlogamente aquellos que l ataca. Slo que quizs

    resulta ms pattico su gesto de cometer el error en el acto mismo de estar criticando a los otros.

    Conclusin

    En fin: que si de imposturas intelectuales se trata, Sokal mismo no escapa a perpetrar varias. Si se

    hubiera constreido a lo que promete en las primeras pginas, su alegato sera convincente. Pero no

    llega lejos: plantea una pretenciosa y abarcativa empresa, sin asumir que apenas cuenta con recursos

    para un objetivo especfico y modesto.

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

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    Y mejor ser cuidarse de sus exgetas y apresurados seguidores. Bueno sera que estos buscasen las

    imposturas con igual fervor en todas partes. As, analizaran con atencin los mltiples casosexpuestos por F. Di Trocchio en su libro Las mentiras de la ciencia(12), donde la mayora de los

    casos de impostura son tomados de las disciplinas fsico-naturales: "invencin" de resultados,

    cuadernos espurios para el registro de experimentos, robo de informacin a otros cientficos paraanticiparse, acuerdos inconfesados con los lderes de la comunidad cientfica... Tambin all hay

    mucho por investigar. El curioso caso de "la memoria del agua" (citado por Sokal en referencia a

    Baudrillard) es apenas uno ms entre las mltiples estafas intelectuales provenientes de las

    supuestamente impolutas "ciencias duras".

    Vaya un ejemplo en el plano de la epistemologa, de cmo los buscadores de imposturas suelen

    recaer en ellas. Es sabido de la aversin cientificista hacia la obra kuhniana: cada da se proponen

    nuevas supuestas "refutaciones" en su contra, las que hasta hoy han sido por dems ineficaces.Como ya hemos afirmado, la situacin se volvi ms grave para los nuevos positivistas cuando

    Stegmller reconceptualiz a Kuhn en trminos de la teora de conjuntos de Sneed: ya se hizoimposible sostener consistentemente la "alogicidad" de Kuhn. Qu hacer? Se ha optado por ocultarla obra de Stegmller, o su nexo con la de Kuhn. As, en un reciente libro sobre epistemologa se

    logra un milagro de acrobacia, al explicar la obra de Stegmller silenciando inslitamente su nexo

    con Kuhn. Vase el texto (13), comprese con los propsitos explcitos del autor alemn (14), y

    advirtase transparentemente el procedimiento de ocultacin. Acaso esto no es "impostura

    intelectual" por parte de aquellos que aplauden a Sokal y su supuestapersecusin de impostores?

    Para terminar, otro detalle. Si no es una broma ms del pcaro humor de Sokal, debemos a Didier

    Eribon, en la solapa de contratapa, el siguiente entusiasta comentario: "Qu masacre! Alan Sokal,ahora junto a J. Bricmont, vuelve a la carga con un libro devastador que muestra hasta qu punto la

    referencia a la ciencia por algunas de las figuras ms reputadas del pensamiento contemporneo

    parte de una pura y simple impostura..." Los elogios continan. Olvidemos que Eribon no haya

    advertido ninguna de las numerosas y flagrantes inconsistencias que hemos venido sealando. Loms curioso es que l mismo es uno de los aludidos (!!) por el ataque de Sokal. Figura en la

    bibliografa final (p.300) su libro sobre Foucault, una saga muy favorable sobre el autor francs, elcual a su vez es vctima de la sedicente masacrepor parte de Sokal (p.ej., pg.228, o cita de pg.285).

    Eribon... no ha entendido nada de lo que ley, o es simplemente un incoherente total? Con esto, el

    libro de Sokal nos ofrece perspectivas pintorescas hasta el momento final de lectura. Ojal haya

    entre quienes lo elogian, algunos menos desprevenidos y ms informados que el enftico periodista

    parisino. Segn se ve, no todos los que apelan discursivamente a la racionalidad tienen algo que vercon ella.

    Notas y Referencias

    (1) Obviamente, nos referimos a su libro -en colaboracin con Jean Bricmont- Imposturasintelectuales, Paids, Barcelona, 1999.

    (2) No en la concepcin fregeana de "carentes de referencia" en el mundo de acceso emprico, sino

    simplemente desprovistas de todosentido.

    (3) Por supuesto, no desconocemos el rechazo de estructuralistas y posestructuralistas hacia lafenomenologa: sin embargo, el lenguaje "sin sujeto" debe mucho a aquel del sujeto de la

    conciencia husserliano. No es casual el inicio de Foucault, Lyotard y Derrida en la fenomenologa,

    al comienzo de sus respectivas carreras.

    Roberto Follari. Alan Sokal. Cinta de Moebio. N8. Septiembre de 2000. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile.

  • 7/23/2019 Follari (2000a) - Alan Sokal. La Insuficiencia de Pruebas.

    9/9

    (4) No slo -ni fundamentalmente- de referir a las ciencias fsiconaturales se ha hecho la obra de los

    autores criticados por Sokal. De modo que este ha puesto bajo la lupa slo trozos muy minoritariosde su produccin (parte del ltimo Lacan, o de la joven Kristeva).

    (5) No estara de ms advertir de los problemas y simplismos que suelen asociarse a la nocin deinterdisciplina, cuando no est epistemolgicamente construida. Hemos desarrollado la cuestin en

    nuestro libro Interdisciplinariedad (los avatares de la ideologa), UAM-Azcapotzalco, Mxico,

    1982; y lo hemos retomado en artculos posteriores.

    (6) Respecto a las versiones hoy necesariamente atenuadas del realismo, ver H. Putnam: Las milcaras del realismo, I.C.E./Paids, Barcelona, muy particularmente el Prlogo de Quintanilla. Sobrelas imposibilidades de observacin neutral, L.Oliv y A.Prez Ransanz (comp.): Filosofa de la

    ciencia: teora y observacin, Siglo XXI, Mxico, 1989

    (7) W.Quine: Teoras y cosas, UNAM, Mxico, 1986.

    (8) W.Stegmller: Estructura y dinmica de teoras, Ariel, Barcelona, 1983

    (9) E. Flichman: "Haces naturales, lenguajes cientficos e inconmensurabilidad", en O.Nudler et al.:

    La racionalidad en debate, Centro editor de A.Latina, Bs.Aires, 1993, tomo I.

    (10) Es cierto que esta es una tesis de Quine/Duhem que Sokal expone e intenta refutar; pero

    tambin es cierto que no la refutaconvincentemente; y que en todo caso, de sus propios argumentossobre el tema no se sigue que haya una y slo unateora acorde a datos establecidos. Por tanto, su

    postulacin posterior es inconsistente en este punto.

    (11) R. Thom: Parbolas y catstrofes, Tusquets editores, Barcelona, 1985

    (12) F. Di Trocchio: Las mentiras de la ciencia (Por qu y cmo engaan los cientficos?),

    Alianza, Madrid, 1995

    (13) M. de Asa et al.: Corrientes epistemolgicas contemporneas, Centro editor de A.Latina,

    Bs.Aires, 1992, pp. 69 y ss. Tal vez no sea casual la gaffepor la cual una referencia a Kuhn (en lasnotas, pues no se lo nombra en el texto central) tiene error en el ttulo de su libro ms conocido

    (nota nm.25, pg. 80)

    (14) W.Stegmller, Estructura y dinmica de teoras, op.cit.