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Hepatitis A
También denominada hepatitis infecciosa; esta variante es producida por el
virus de la hepatitis A (VHA). Su transmisión se produce al consumir agua o
alimentos contaminados por materias fecales que contienen el virus, y también
por contagio de persona a persona, sobre todo si las condiciones higiénicas
son deficientes.
Se trata de un tipo generalmente leve de hepatitis especialmente cuando
ocurre en niños; de hecho, en numerosas ocasiones no se perciben síntomas
importantes, por lo que la enfermedad no llega a ser diagnosticada. Cuando
presenta síntomas, estos consisten en cansancio, ictericia (la piel tiene un color
amarillento), inapetencia, náuseas y vómitos, y orina de color oscuro. Los
síntomas suelen ser más graves en adultos que en niños. La afección no se
cronifica y no daña al hígado de forma permanente, aunque en raras ocasiones
puede surgir una complicación denominada hepatitis fulminante, que puede ser
mortal.
Hepatitis B
Hepatitis B o hepatitis sérica; es producida por el virus de la hepatitis B (VHB).
El contagio se produce a través de fluidos corporales infectados, como la
sangre, el semen, las secreciones vaginales, la saliva, las lágrimas y la orina.
La transmisión suele producirse:
Al compartir jeringuillas contaminadas con la sangre de una persona infectada
durante el consumo de algún tipo de droga.
Por contacto con material infectado como agujas de acupuntura, tatuajes,
piercings, etc.
Al compartir utensilios de higiene personal como maquinillas de afeitar o
cepillos de dientes.
Al mantener relaciones sexuales con una persona infectada por el virus.
Al recibir una transfusión de sangre contaminada. Esta es una vía poco
frecuente en la actualidad, ya que los controles y las medidas para evitar este
tipo de accidentes se han incrementado mucho en los últimos años.
La madre puede contagiar al bebé durante el parto o la lactancia.
La hepatitis B tiende a cronificarse con facilidad, aunque algunos pacientes se
curan por completo y se vuelven inmunes al virus, por lo que no vuelven a
contagiarse. La enfermedad hepática de tipo B se considera aguda si la
infección se mantiene durante un periodo inferior a 6 meses. Si después de ese
periodo el virus permanece en el cuerpo del individuo, pasa a considerarse
como un curso crónico, lo cual no implica necesariamente la presencia de
síntomas (los portadores asintomáticos son una fuente importante de contagio,
puesto que al no ser conscientes de que presentan la enfermedad, no toman
medidas para evitar su transmisión). Se pueden diferenciar dos tipos de
evolución en el curso crónico de la enfermedad: crónica estable y crónica
persistente o activa, esta última tiene peor pronóstico y normalmente
desemboca en cirrosis.
Hepatitis C
Causada por el virus de la hepatitis C, se transmite por contacto directo con la
sangre de una persona infectada. Sus principales formas de transmisión suelen
ser:
Agujas o jeringuillas infectadas.
Transfusiones sanguíneas.
Hemodiálisis.
Mediante material infectado: sanitario, material para tatuajes, piercings,
etc.
Durante el parto; transmisión madre-hijo.
Al igual que la hepatitis B, la forma C de esta enfermedad tiene un curso agudo
y un curso crónico, siendo este último el que suele desarrollarse con mayor
frecuencia (85% de los casos). En la mayoría de los casos el paciente
permanece asintomático, aunque la enfermedad puede progresar lentamente,
por lo que existe riesgo de aparición de cirrosis y cáncer hepático.
Tuberculosis
La tuberculosis es una enfermedad bacteriana que suele afectar los pulmones
(TBC pulmonar). También pueden verse afectadas otras partes del cuerpo, por
ejemplo, los ganglios linfáticos, los riñones, los huesos, las articulaciones, etc.
(TBC extrapulmonar). Cada año en el Estado de Nueva York se registran
aproximadamente 1.800 casos.
Tétano
El tétano es provocado por un tipo de bacteria denominada Clostridium tetanis
que suele vivir en la tierra. La bacteria produce una toxina (una sustancia
quimica o veneno que daña el cuerpo). Esta toxina se une a los nervios que
rodean la zona de la herida y es transportada desde el interior de los nervios
hacia el cerebro y la médula espinal. Allí, interfiere con la actividad normal de
los nervios, en especial la de los nervios motores que envian mensajes directos
a los músculos. El tétano no es contagioso: no es possible contagiárselo de
una persona que lo padece.
A partir de los 2 meses de edad, todos los bebés de los Estados Unidos
reciben vacunas de rutina contra el tétano. Pero en los países en desarrollo en
los cuales no existe un programa de inmunización y prevención efectiva contra
el tétano, la enfermedad es mucho más común que en los Estados Unidos.
Paperas o Parotiditis
Es una enfermedad de origen viral. Se transmite de persona a persona a través
de las secreciones que elimina una persona enferma al hablar, toser o
estornudar o bien por contacto directo con cualquier objeto contaminado con
estas mismas secreciones.
El período de incubación se puede extender de 12-25 días.
Influenza H1N1 (gripe porcina)
El virus H1N1 (gripe porcina) es una infección de la nariz, la garganta y los
pulmones. Es causada por el virus de la influenza H1N1.
Sarampión
Es una enfermedad muy contagiosa de origen viral. Se transmite por vía aérea
y se propaga fácilmente cuando la persona infectada elimina secreciones
respiratorias al hablar, toser o estornudar o bien simplemente por estar en
contacto con cualquier objeto contaminado. El virus puede vivir hasta 2 horas
sobre las superficies contaminadas.
Argentina no presenta casos autóctonos desde el año 2000. Desde 2009 se
han registrado casos importados de sarampión. El último brote fue en el año
2010, posterior al mundial de fútbol de Sudáfrica, donde se registraron dos
casos importados y 15 relacionados a la importación y adquiridos en el país.
En 2011 se registraron 2 casos relacionados a la importación en la localidad
turística de El Bolsón y un caso importado en Santa Fe, sin registrarse casos
secundarios.
Rubéola
La rubéola es una enfermedad que se transmite por aire y es causada por el
virus de la rubéola. Por lo general aparece en la infancia. Sin embargo, si una
mujer contrae rubéola al inicio de su embarazo, puede producir alteraciones
graves en el feto y/o en el recién nacido.
Citomegalovirus
El citomegalovirus (CMV) es una infección común que normalmente es inocua.
Pertenece al grupo de virus del herpes simple, varicela-zóster (causante de la
varicela y del herpes zóster) y Epstein-Barr (responsable de la mononucleosis
infecciosa). La mayoría de las personas no presentan síntomas y podrían
incluso ignorar que están contagiadas. Otras pueden padecer una enfermedad
leve con fiebre, amigdalitis, cansancio y adenopatías. Una mujer embarazada
puede transmitir el CMV a su hijo. También se propaga por contacto íntimo con
alguien que tiene el virus en la saliva, orina y otros líquidos corporales.
Fiebre del Dengue
El Dengue es una enfermedad transmitida por un mosquito y causada por los
virus del Dengue. Existen cuatro serotipos de virus distintos pero relacionados;
todos ellos causan la fiebre de Dengue o las formas más graves de la
enfermedad, la fiebre hemorrágica del Dengue (FHD) y el síndrome de choque
por Dengue (SCD). Estos serotipos están todos relacionados antigénicamente
y cada uno de ellos causa la fiebre del Dengue o las formas más graves de la
enfermedad, la fiebre hemorrágica del Dengue (FHD) y el síndrome de choque
por Dengue (SCD). La infección con uno de estos serotipos proporciona
inmunidad solo frente a ese serotipo de por vida, de modo que una persona
que viva en un área endémica del Dengue puede tener más de una infección
por Dengue durante su vida.
La fiebre del Dengue es normalmente una enfermedad de resolución
espontánea que induce fiebre y va acompañada a menudo por un dolor
considerable. La FHD y el SCD son las formas más graves y potencialmente
mortales de la fiebre del Dengue, que se diferencia habitualmente de la fiebre
del Dengue clásica por sus manifestaciones hemorrágicas.
Enfermedades intestinales
Los patógenos intestinales causan síntomas que abarcan desde gastroenteritis
leve a infecciones sistémicas potencialmente mortales y diarrea grave. Además
de los riesgos considerables, las complicaciones a largo plazo de las
enfermedades intestinales incluyen malnutrición, mala absorción de fármacos
vitales y complicaciones inmunológicas. En Estados Unidos, la diarrea es la
segunda enfermedad infecciosa más común, con el 16% de los diagnósticos.
Calculando por lo bajo, se podría decir que es responsable de entre 4 y 6
millones de muertes al año en todo el mundo, la mayoría en niños de edad
preescolar, ancianos y personas inmunodeprimidas.
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
El VIH, o virus de inmunodeficiencia humana, es el virus responsable del SIDA.
Ataca al sistema inmunitario destruyendo las células T CD4 positivas (CD4+)
vitales para combatir las infecciones. El VIH pertenece a una clase de virus
conocidos como retrovirus. Dentro de esta clase, el VIH pertenece al subgrupo
de los lentivirus, cuyos miembros son conocidos por tener largos periodos de
tiempo entre la infección inicial y el comienzo de los síntomas graves. Esta es
la razón por la que muchas personas no saben que están contagiadas por el
VIH y pueden propagar el virus.
La detección precoz de la infección por VIH es fundamental para ayudar a
minimizar la transmisión de la enfermedad. Las cuatro vías principales de
infección son practicar el sexo sin precaución, agujas contaminadas, leche
materna de una madre infectada y el parto de una madre infectada. La
transmisión a través de la sangre y hemoderivados se ha eliminado en gran
medida como resultado del análisis sistemático de las donaciones de sangre.
Según la OMS, existían 33,4 millones de personas VIH positivas en 2008. Ese
año, 2 millones de personas murieron y se produjeron 2,7 millones de casos
nuevos de infección.
Malaria
La malaria es una enfermedad parasitaria que se transmite a través de
mosquitos anófeles infectados. También es posible transmitir la enfermedad a
través de transfusiones sanguíneas y transmisión congénita. Entre los síntomas
de la malaria se incluyen escalofríos, fiebre, cefalea, mialgia, sudoración,
vómitos, convulsiones y posiblemente incluso el coma y la muerte. Plasmodium
falciparum es la especie asociada generalmente con los síntomas más graves,
mientras que las otras especies de Plasmodium se asocian a menudo con
malaria sin complicaciones.
Se estima que 3.300 millones de personas viven en áreas en las que pueden
estar expuestas a especies de Plasmodium. La OMS calcula que se producen
aproximadamente de 190 a 311 millones de episodios clínicos y de 708.000 a
1.003.000 muertes al año, lo que la convierte en la quinta causa de muerte por
enfermedad infecciosa en todo el mundo.
Mononucleosis
La mononucleosis infecciosa está causada por el virus de Epstein-Barr y es
frecuente entre adolescentes y niños. Los síntomas típicos son fatiga, fiebre y
dolor de garganta. En algunos casos puede desarrollarse inflamación del bazo
o puede estar afectado el hígado. En casos excepcionales, puede afectar al
corazón o al sistema nervioso central. La transmisión se produce normalmente
por contacto con la saliva. Una vez producida la infección, el VEB permanece
latente en algunas células del sistema inmunitario. Casi todos los adultos han
estado expuestos al virus.
SARM
El SARM está formado por un grupo de cepas de Staphylococcus aureus
resistentes a antibióticos betalactámicos, como penicilina, meticilina,
dicloxacilina, nafcilina, oxacilina, etc., y a las cefalosporinas, lo que los hace
difíciles de tratar. Los casos de infecciones extrahospitalarias tienden a ser
infecciones cutáneas que pueden manifestarse como pústulas o forúnculos.
Las infecciones nosocomiales pueden deberse a infecciones quirúrgicas o estar
causadas por neumonía o septicemia. Se estima que en algunos países como
EE.UU. del 25% al 30% de la población puede estar colonizado con S. aureus,
mientras que menos del 2% tienen SARM.
El SARM es problemático en centros sanitarios en donde los pacientes con
heridas abiertas, dispositivos invasivos y sistemas inmunitarios debilitados
están en mayor riesgo de infección que la población general.
Alere cuenta con pruebas rápidas para la identificación provisional de
Staphylococcus aureus y PBP2a, un marcador común para SARM,
directamente de hemocultivo. Además, Alere cuenta con una prueba rápida,
simple y precisa para la identificación de PBP2a en cultivos aislados de S.
aureus.
Rubéola
La rubéola, también conocida como sarampión alemán, es una enfermedad
vírica contagiosa. Se propaga por el aire o mediante contacto directo con una
persona infectada y se manifiesta como exantema. Por lo general es leve y,
tras su recuperación, los pacientes quedan inmunizados.
La rubéola puede causar anomalías congénitas en los bebés de las mujeres
que la contraen durante el embarazo, por lo que las mujeres en edad de
procrear deben realizarse un análisis sanguíneo que confirme que son
inmunes.
S. aureus
S. aureus es el agente etiológico de numerosas enfermedades, como
infecciones de heridas, neumonía, meningitis y septicemia. Las personas
pueden ser portadoras de esta bacteria en la nariz o la piel sin que presenten
ninguna enfermedad.