Gobierno del Estado de Tamaulipas · 2017. 10. 18. · ciadora del Método Scrip en el año escolar 1962-1963. Cuando pidió su cambio a la Esc. Club de Leones, aplicó el Método

Introducción

“La luz de la educación trasciende en Tamaulipas”

Es interesante constatar en la historia como la educación y prepa-ración del pueblo siempre ha ocupado un lugar primordial en la mente de quienes han derramado su sangre por un ideal de supe-ración.

En México es notorio este hecho tanto en el movimiento social de la Independencia como en la lucha sostenida durante la Revolu-ción.

En uno y otro caso, en medio de la conmoción reinante, lo primero que hicieran los líderes de los dos movimientos sociales Indepen-dencia y Revolución mexicanas, es la de atender la necesidad de otorgar al pueblo la oportunidad de recibir una educación que los favoreciera en su crecimiento cultural y humano. Aún más, este ideal que vivía constante en sus mentes se fue transformando en una realidad cuando aún perduraba el humo de los cañones y los gritos de angustia que hablaban de la situación trágica y de la tris-teza de una guerra.

Desde entonces y a través del tiempo con tenacidad y verdadero amor, el maestro, firme en sus convicciones de entrega al pueblo, herramientas que le ayuden a su transformación, ha retomado con firmeza esta delicada labor de educar, haciendo este proceso cada vez más científico y actualizado.

En sus inicios la actividad educativa estuvo en manos de volunta-rios hombres y mujeres deseosos de colaborar en beneficio de la patria.

Es interesante observar como la misma historia nos permite captar que quien sabía leer y escribir se ofrecía con alegría y gran disposi-

Introducción


ción a transmitir sus conocimientos, no sólo a los niños y jóvenes, sino a todo aquel que deseaba saber, que deseaba ser alguien, hacer algo por él y por los demás.

Muchos han llamado a esa época del “romanticismo” pues gene-ralmente los maestros voluntarios trabajaban por un escueto suel-do, dedicando a ellos la mayor parte de su tiempo, algunos en chozas, otros en construcciones viejas y muchos otros al aire libre o en sus mismas casas, usando sus propios libros.

Sin embargo, para nosotros esa interesante etapa que se prolon-gó por mucho tiempo, le denominamos la “época patriota” pues toda esta gente, que cimentó el futuro educativo respondió con ahinco a la filosofía humanística y a las teorías liberales que se fue-ron extendiendo hasta el último rincón de nuestra patria.

Sobre estas bases fueron surgiendo las instituciones de una edu-cación formal que abrieron nuevos caminos hacia la verdadera re-dención del pueblo.

En esta ocasión, el Gobierno del Estado y la Secretaría de Edu-cación, a través del Consejo Estatal Técnico de la Educación, se permite publicar el VI tomo de la colección “Maestro cuéntame tu historia” en donde se aprecian datos de extraordinarios maestros que con su obra y dedicación, son parte de la historia y especiales figuras a imitar por la respuesta magnífica que dieron a su voca-ción y a la confianza que la sociedad les encomendó.

Antonia García de Horcasitas

1914-2012

Cúmulo de generaciones hoy convertidos en profesionis-tas la recuerdan con cariño y gratitud.

AntoniaGarcía de Horcasitas

11“La luz de la educación trasciende en Tamaulipas”


12 “La luz de la educación trasciende en Tamaulipas”

Conocida como Toñita de Horcasitas

Nació en Cruillas, Tamaulipas el 4 de septiembre de 1914. Sus padres fueron el señor Cristóbal García de León y Francisca Salinas Leal de León. Con quien llevó una feliz infancia viviendo sus primeros años en su lugar de origen, fue en 1920 cuando reside en Ciudad Victoria para iniciar sus estudios de primaria en la Escuela La Corregidora y Escuela Anexa a la Normal, distinguiéndose por su responsabilidad y entrega al estudio, terminándolos en 1926, continuando dos años de carrera de comercio en la academia comercial de la señorita María Valdez Rojas.

Fue a partir de 1929 cuando se inició como educadora en el Jardín de Niños “Guadalupe Mainero”, donde trabajó imponiendo su estilo de trabajo durante 7 años, distinguiéndose siempre por el avance de los alumnos.

Fundadora del Jardín de Niños Es-tefanía Castañeda siendo su primer directora la recuerdan sus alumnos cuando los esperaba en la puerta del jardín de niños a su llegada en

las mañanas.



En 1936 fue Directora del Jardín de Niños Anexo a la Escuela “Leona Vica-rio”, en donde pronto fue acogida por los padres de familia y el cariño de sus alumnos.

El Ing. Marte R. Gómez, Gobernador del Estado en 1939, la llamó para comu-nicarle que deseaba que

en el parque infantil ubicado en el 17 Juárez se fundara un jardín de niños con el nombre de la Profra. Estefanía Castañeda, dándole la co-misión para determinar todo lo necesario para su funcionamiento; en donde hasta la actualidad sigue laborando; fue en 1940 en emotiva ceremonia de inauguración cuando empieza su labor con el cargo de directora, el cual desempeña hasta su jubilación y en cuya ceremonia estuvo presente como invitada por parte del Ing. Marte R. Gómez la tamaulipeca Amalia González Caballero de Castillo Ledón. El cargo de Directo-ra en el Jardín de Niños Estefanía Cas-tañeda lo desempe-ñó durante 20 años aproximadamente.

Por espacio de seis años, en compañía de las maestras Her-linda Lavín Gómez, María Martínez Hino-josa y Ernestina Gar-



za Cano, viajaron a la Ciudad de México con el propósito de tomar cursos de jardines de niños en donde por cada año de curso teórico-práctico se les extendió una constancia y diploma al finalizar cada cur-so.

Por el gusto que tenía por las labores culinarias fue maestra de cocina durante varios años (decorado y repostería) en el Instituto Olivia Ra-mírez ubicado en ese tiempo en el 15 y 16 Juárez de Ciudad Victoria Tamaulipas.

En el período gubernamental del Lic. Horacio Terán, obtuvo su jubila-ción como maestra, después de treinta años de labores en el magis-terio dedicándose a labores de carácter social durante los años que le tocó vivir siendo recordada con mucho cariño por sus alumnos.

En 1981 se impuso su nombre al Jardín de Niños de la Colonia Vete-ranos de la Revolución, construido por la presidencia, municipal, en invitación que le enviara el Presidente Municipal de Victoria Profr. Raúl García García en reconocimiento a sus méritos como educadora.

Dentro de sus activida-des sociales en 2001 fue gran colaboradora del proyecto “Escuela para Padres”, instituído por la Lic. Ma. Antonie-ta Morales de Yarring-ton, presidenta del DIF Tamaulipas en donde se buscaba comprometer a los padres de familia en la corresponsabili-dad del desempeño de

sus hijos.



Aportó conocimientos para la elaboración del libro “Tamaulipas, Aro-mas y Sabores” que el gobierno del estado dio a conocer a los tamau-lipecos y mexicanos en 2002.

Agradecemos a la señora Ma. de los Ángeles Guillén de Hacesel habernos compartido la obra y vivencias de su familiar con

el propósito de difundirlas a la sociedad.


Dalila Martínezde la Garza

1928-2001

Su carácter apacible y sereno, así como su responsabili-dad en el trabajo, la hicieron acreedora del cariño de sus

alumnos.

DalilaMartínez de la Garza




Nació en Cd. Victoria, Tam., el día 23 de junio de 1928. Sus padres fue-ron el Profr. Eutimio Martínez Lara y la Profra. Concepción de la Garza de Martínez Lara, fue la segunda hija de este memorable matrimonio. Sus hermanas Deyanira, Dora y Delifa. Su hermana Deyanira vive, su hermana Dora murió el 13 de agosto de 1975 y Delifa cuando tenia 3 años.

Sus primeros años de instrucción primaria, los hace en la Escuela Leona Vicario de esta ciudad, siendo su maestra de 1er. grado la Profra. Lolita Tejeda de Gómez y de “2o. grado la Profra. Esperanza Méndez Mansi-lla. El 3er. grado lo cursa en la Cd. de Lerdo, Durango, luego vuelve a su tierra natal para continuar sus estudios en la Escuela La Corregidora, siendo su maestra de 4º grado la Profra. Esperanza Méndez Mansilla, en 5º. la Profra. Flavia Castañeda Rodríguez y en 6º grado la Profra. Emma Vázquez García.

Maestra que por su atinada labor educativa y en particular por su en-tusiasmo para la introducción del

uso de escritura SCRIPT.



Luego ingresa a la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria del Es-tado, donde estudió la secundaria y su carrera magisterial, siempre ro-deándose de esos maestros silenciosos; los libros, que le fueron entre-gando con creces la sabiduría que atesoraban en sus páginas, logrando así realizar su anhelo de obtener su título de Profesora Normalista. Los maestros que recordó con más cariño porque la orientaron y le dieron la luz del saber son las Profras. Carolina Balboa de Valdez Rojas, Cotita Gojon y los Profesores Leonardo Guevara Tijerina, Joel García, Fran-cisco de P. ArreoIa, J. Guadalupe Longoria, Rafael Tejeda Puente, BIas UvaIle, Eleazar Cervantez, José García García y Oscar Álvarez Caballe-ro.

Se recibió de profesora en junio de 1946 y en septiembre del mismo año le dan su nombramiento para trabajar en la Esc. Miguel F. Martí-nez de la Cd. de Nuevo Laredo, Tam., al poco tiempo, con verdade-ro entusiasmo regresa a su lugar de origen, a prestar sus servicios de educación primaria en la Esc. La Corregidora, donde laboró durante 15 años, trabajando casi siempre con 1er. grado, para después solicitar su cambio a la Esc. Club de Leones Matutina, donde por espacio de 17 años trabajó como maestra de grupo, 11 años como Subdirectora y los últimos 2 años como Directora de la Escuela.

A lo largo de su vida profesional tuvo muchas satisfacciones del deber cumplido, una de ellas que la llenó de orgullo, fue la de haber sido ini-ciadora del Método Scrip en el año escolar 1962-1963.

Cuando pidió su cambio a la Esc. Club de Leones, aplicó el Método Script a sus alumnos de 1er. grado, la Directora Profra. Odilia Rangel que siempre se inclinó por las innovaciones y lo mejor para los alum-nos, aceptó con agrado este método quedando muy conforme con los magníficos resultados obtenidos.

La maestra Dalila, casi siempre tuvo a su cargo grupos de primer grado teniendo la comisión de ensayar las rondas infantiles, por tal motivo



la envían a la Cd. de San Luis Potosí del 9 al 18 de julio de 1963 para hacer la promoción sobre rondas infantiles ante el magisterio y niñez potosina, quedando las autoridades superiores muy conformes con el trabajo desarrollado en esa ciudad. En febrero de 1966 fue Jurado del Concurso de Rondas Infantiles de Jardín de Niños en esta ciudad y en el Puerto de Tampico.

En septiembre de 1977 la Escuela Club de Leones pasa a formar par-te de la Zona Escolar No. 89, siendo Inspector Escolar el Profr. Emilio Rodríguez Álvarez. Como era una zona de nueva creación, se tuvo que formar la delegación sindical, quedando la Profra. Dalila Martínez de la Garza Como Secretaria de Organización de la Delegación D- I- 93.

El 9 de marzo de 1979 le dan su nombramiento como Subdirectora de la Escuela Club de Leones Matutina de Cd. Victoria, Tam., pertenecien-te a la Zona Escolar # 89.

El 20 de marzo de 1990 se hizo cargo de la Dirección de la Escuela al enfermarse la Directora Profra. Odilia y al poco tiempo le dan su nom-bramiento como Directora de la misma.

En el tiempo que la Profra. Dalila fue Directora de la Escuela Club de Leones, se terminó el Auditorio que lleva el nombre de la Profra. Odilia Rangel de la Fuente, se acondicionó el foro, poniéndole la duela, los telones y la alfombra en las escaleras.

Bajo su dirección le tocó celebrar el XXX Aniversario de la Escuela Club de Leones con una Semana Cultural y Deportiva del 25 al 29 de no-viembre de 1991 que jubilosamente personal docente, administrativo, manual, alumnos y padres de familia prepararon para esos festejos.

El 1º. de mayo de 1992 le dan su jubilación después de 40 años de ser-vicio siendo merecedora de la medalla Manuel M. Altamirano



En sus ratos de descanso gustó de la pintura, manualidades y de hacer planos aplicados a la construcción.

La Profra. Dalila, siempre trabajó por la constructiva labor en bien de la niñez victorense. Su carácter apacible y sereno, así como su respon-sabilidad en el trabajo, la hicieron acreedora del cariño de sus alumnos y de las madres de familia, pero sobre todo de sus compañeras con quienes convivó desde hace muchos años.

Datos y fotografías recabados de escritos proporcionados porfamiliares, en forma especial nuestro agradecimiento a

Dora Alvizo Martínez.


EdelmiraCharles Salinas

1902-1982

“Hablar de Doña Edelmira es hablar de responsabilidad, honestidad y entrega a su trabajo, valores que tanto au-toridades civiles y educativas como sociedad tamaulipeca

en general supieron reconocer”.





Nació el 13 de abril de 1902, en la hacienda de Victoria Distrito de Río Grande, Coahuila siendo sus padres el Sr. Félix Charles y su esposa Herlinda Salinas, realiza sus estudios en su estado natal, alcanzando hasta el grado de profesora de kindergarten por la Normal de Coahuila en junio de 1921 y que le dieron las armas para iniciar una vida plena de realizaciones personales y logros en beneficio de la niñez mexicana; distinguiéndose por ocupar cargos de gran responsabilidad en los es-tados de Coahuila, Durango, Zacatecas y Tamaulipas.

Desempeñó tareas de profesora de grupo en las escuelas Benito Juá-rez, Alfonso Rodríguez y Centenario en la Ciudad de Torreón Coahuila de donde se trasladó en 1924 a San Pedro, Coahuila para laborar como Subdirectora del la escuela particular Mixta y frente a grupo del quinto y sexto grado.

Es a partir de 1926 cuando trabaja en la escuela Centenario hasta el

Fue pionera para crear el SNTE destacando en muchas actividades, mujer incansable, profesora excep-

cional y jefa inigualable.



año de 1936 es ascendida a Directora de Educación Primaria, cargo que desempeña hasta 1940 dentro del estado de Coahuila.

En 1939 contrae matrimonio con Enrique Juárez Escobedo con quien formó un bonito matrimonio que fue la base de una hermosa familia, pues siempre contó con el apoyo y cariño de esposo e hijos.

En premio a su gran desempeño, a su labor y responsabilidad es desig-nada Inspectora Escolar en Zacatecas hasta enero de 1941 regresando a su natal Coahuila con el mismo cargo distinguiéndose por su entrega y honradez hasta el 1º de enero de 1960 fecha que marca su labor en el estado de Tamaulipas.

Iniciaba la década de los años 60 cuando se traslada a la ciudad de Matamoros Tamauli-pas en donde es re-cordada con cariño y gratitud por su profe-sionalismo y don de la amabilidad. Una de las características mas no-tables de la profesora Edelmira es el empeño por la reforma educa-

tiva puesta en vigor en el año de 1960, poniendo interés especial en las Normales Rurales sobre el contenido y proyección del Plan de Once Años, labor que realiza en la Normal de Galeana, N.L. durante un mes en el año de 1964.

El año escolar 1966-1967 lo inicia ya en Ciudad Victoria Tamaulipas como Directora de Educación Pública en el Estado distinguiéndose por su ritmo de trabajo implementado en las escuelas con enorme capaci-



dad, moralidad y conocimiento de técnicas pedagógicas que la marcan como pionera de la enseñanza de la letra Script, impulsó el desarrollo de las matemáticas modernas, las mismas que por políticas de ese mo-mento no permitieron llegar a su feliz término.

Doña Edelmira se retira en 1971 después de 50 años de fructífero tra-bajo, descanso que le llega por su jubilación con fecha 11 de mayo.

Hablar de Doña Edelmira Charles Salinas es hablar de honestidad, res-ponsabilidad, y entrega a su trabajo, valores que tanto autoridades civiles y educativas como sociedad tamaulipeca en general, supieron reconocer.

Datos y fotografías de archivo.

EleazarCervantes Gómez

1918-1994

“La mayor satisfacción que puede tener un maestro, es llevar la luz al espíritu y conquistar el cariño de sus alum-

nos”.





Nació el 4 de enero de 1918 en la bella y noble Ciudad Victoria, capital del Estado de Tamaulipas y murió el 21 de noviembre de 1994 en la ciudad que lo vió nacer.

Sus padres fueron, el Sr. Amador Cervantes Hernández y la Sra. Marce-lina Gómez, originarios de Jaumave, Tamaulipas. Al poco tiempo de su nacimiento la familia se traslada a radicar al Puerto de Tampico lugar donde fue registrado.

Contrajo nupcias con la Srita. Flora Ruiz Jiménez el 12 de octubre de 1945, matrimonio del cual nacieron: Eleazar, Lilia Brígida y Hermelan-do quienes abrazaron la carrera del magisterio debido al entusiasmo y amor que siempre vieron en su padre por esta noble profesión. La influencia fue definitiva.

Inició su instrucción primaria en la Cd. y Puerto de Tampico en la Escue-

Ocupó el cargo de Director de la Escuela Secundaria Federalizada Dr. Norberto Treviño Zapata por espacio de 32 años, la cual supo conducir en un ambiente de con-

cordia y trabajo.



la Guadalupe Victoria hasta el tercer grado, ya que regresaron a radicar a Cd. Victoria, concluyendo su instrucción primaria en la Escuela “Juan B. Tijerina” de esta ciudad, cuando era director de la misma el Profr. Julián Anzaldúa.

En el año de 1935 continúa sus estudios secundarios en la Escuela Se-cundaria, Normal y Preparatoria del Estado donde al término de este nivel, sigue su Educación Normal concluyendo como profesor de pri-maria en el año 1941, presentando su examen profesional con la Tesis “Fenómenos Mentales que Estudia la Psicología”, siendo aprobado por unanimidad.

Talo Cervantes, como cariñosamente le llamaban, fue un estudiante normalista que se caracterizó por su dedicación al estudio, a las acti-vidades deportivas e inquietudes sociales. En la historia del deporte de la antigua escuela normal, ubicada en el histórico edificio que hoy ocupa la casa del arte, Talo ocupó señalado lugar como estudiante y deportista destacado principalmente en basquetbol y beisbol. En su calidad de estudiante distinguido, le fueron asignadas las cátedras del Gabinete de Botánica y Zoología, nombramiento que le fue otorgado el 1 de septiembre de 1939 por el Director de Educación Profr. Aníbal Pérez González.

Sin duda, este prestigiado maestro que antecede a esta información, entre otros que le impartieron cátedra durante su etapa estudiantil fue-ron quienes influyeron para normar su pensamiento y acción, ya que de su familia fue el primero que se orientó hacia esta carrera.

Entre los maestros que forjaron su amor por la ciencia de la enseñan-za se pueden mencionar: Profr. Francisco Robledo, Santiago Tamez, Rafael Balandrano, Ma. Luisa Rojas, José del Carmen Tirado y Caro-lina Balboa. Hablaba de ellos con entusiasmo y respeto y así inició su desempeño profesional con una sólida cultura pedagógica y una cla-ra orientación social y cultural que hacen del nuevo profesionista un



maestro distinguido en la cátedra y en las luchas sindicales, modelando con paternal afecto la conciencia de cientos, tal vez millares de jóvenes durante los 55 años que ejerció su apostolado.

Desde muy pequeño se inclinó por el deporte más que por las acti-vidades artísticas pues siendo alumno de la Escuela Primaria Juan B. Tijerina empezó a practicar el básquetbol bajo la dirección del Profr. Francisco Robledo.

Ya como alumno de la Escuela Normal formó parte de varios equipos como “Corsarios” “Aya x” y en la selección de la institución, donde empezó a conocer sistemas y técnicas de basquetbol; formó parte en dos ocasiones de la Selección Victoria asistiendo a torneos estatales.

Fue Presidente de la Liga Municipal de Beisbol, siendo éste, el bas-quetbol y el voleibol sus deportes favoritos. En atletismo representó a la normal, logrando el campeonato municipal en 100 Y 200 metros y en cuarteto de 4 x 100 fue campeón en torneo estatal.

Ya como profesionista integró el equipo de basquetbol de maestros en el Puerto de Tampico, en Villa Cuauhtémoc Veracruz y en Cd. Mante, Tamaulipas, así como el equipo de maestros de la Escuela Industrial Álvaro Obregón; fue entrenador por varios años del equipo de beisbol. En el Puerto de Tampico se inició como entrenador de basquetbol de equipos femeniles.

Al hacerse cargo de la Dirección de la Escuela Secundaria Federalizada Dr. Norberto Treviño Zapata en el año de 1960, fortaleció el deporte dedicándose por las tardes a entrenar equipos femeniles de basquet-bol, ganando en la categoría “B” el campeonato municipal por espacio de 16 años; en dos ocasiones el campeonato estatal y en ocho ocasio-nes como subcampeones estatales. Por su actividad deportiva recibió varios estímulos: Diploma de la Dirección Federal de Educación Física, de la S.E.P., del Gobierno del Estado y de la Dirección de Promoción



Deportiva. Por todos estos reconocimientos recibió un homenaje el día en que se inauguró en Cd. Victoria el campeonato Centro Americano de Basquetbol.

Su vida la dedicó a la docencia y al deporte, amó profundamente su profesión identificándose con la juventud con cariño y respeto. Una de sus frases preferidas era: “Ser justo antes que ser generoso, ser huma-no antes que ser justo”.

Era un maestro lleno de fe y de esperanza en la escuela, en sus alum-nos, en sus compañeros.

En la Escuela Secundaria Federalizada Dr. Norberto Treviño Zapata intercambiaba experiencias con una lección escrita de conceptos pe-dagógicos que entregaba semanalmente a sus compañeros, buscando contemporizar conceptos para ser cada día mejores maestros, pensa-miento y acción siempre dirigida a los que menos tienen.

En su proceso de formación in-telectual se manifestó como un luchador incansable por las cau-sas justas y como profesionista versado, maduro e interesado en la investigación, profundizó y ofreció alternativas de solución a la problemática de bajo rendi-miento escolar, indisciplina y de-serción.

En la escuela secundaria antes de aplicar un examen los maestros en-tregaban una muestra del mismo que era analizado por un equipo de maestros constituidos en mesa técnica los que autorizaban o daban recomendaciones, todo con el fin de obtener los mejores resultados en la materia.



Sus experiencias profesionales fueron innumerables, adquiridas duran-te su ejercicio profesional por espacio de 55 años de trabajo ininte-rrumpidos en diferentes medios y sistemas desde primaria hasta pro-fesional.

En 1941 fue asignado como maestro de educación primaria en la mis-ma escuela donde aprendió sus primeras letras, la Escuela Guadalupe Victoria del Puerto de Tampico, ahí son aprovechados sus servicios en el Colegio “Modelo”, posteriormente trabajó en la Escuela Expropia-ción Petrolera de Villa Cuauhtémoc Veracruz y después de dos años vuelve a su estado natal a prestar sus servicios en la Escuela “Artículo 123” de Cd. Mante. En 1946 siendo maestro fundador de la primera Escuela Secundaria de esa entidad, desarrolla la ,cátedra de civismo. Al poco tiempo regresa a su ciudad natal a la Escuela Pedro José Mén-dez, en ese tiempo anexa a la Escuela Industrial, logrando más tarde ser maestro de la Esc. Álvaro Obregón con las materias de Biología y Civismo.

Posteriormente fue llamado a colaborar en la institución que lo formó profesionalmente, la Escuela Secundaria Normal y Preparatoria del Es-tado donde impartió las cátedras de Biología en secundaria y Ciencias de la Educación, Psicología Educativa y Paidología en el ciclo profesio-nal.

Fue maestro de Biología de la Escuela Secundaria Nocturna para Tra-bajadores, maestro de Civismo de la Esc. Secundaria Rafael Ramírez; por varios años fue maestro en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio con la materia de Trabajo Fecundo el que realizaba al frente de la Dirección de la Escuela Secundaria Federalizada, desde las 7am. Horas en que siempre inició su labor docente.

Todo este trabajo fecundo le otorga un gran número de experiencias didácticas, ya que su carácter inquieto, crítico y analítico, de pensa-miento agudo, de lector profundo, que amaba entrañablemente su tra-



bajo y su responsabilidad, le permitió crecer profesionalmente.

Talo Cervantes fue un estudiante distinguido, lo cual le proporcionó una de las primeras satisfacciones, la cual fue: ser maestro de gabinete de Botánica y Zoología antes de terminar sus estudios profesionales.

Haber sido llamado a colaborar en la institución que lo formó profesio-nalmente debió ser otra gran satisfacción obtenida por su dedicación y desempeño en la labor docente pues esta había trascendido.

Durante su labor docente, recibió reconocimientos que le proporciona-ron satisfacciones:

En 1974 la Secretaria de Educación Pública le otorga Medalla y diploma Rafael Ramírez.

En 1978 la Sociedad de egresados de la Ex escuela Industrial, le otorgó diplo-ma por su labor educativa.

Experimentó la gran satis-facción de haber sido toma-do en cuenta por su destacado desempeño, para ocupar la Dirección de la Escuela Secundaria Federalizada “Dr. Norberto Treviño Zapata”, lugar que ocupó por espacio de 32 años, la cual supo conducir con acierto en un ambiente de concordia y trabajo, siendo ésta, otra satis-facción ya que todos estos años como Director; la Escuela Secundaria se mantuvo sin problemas.

Durante su formación estudiantil le toca vivir una etapa de grandes in-quietudes sociales y políticas, en la lucha que sostenían los sindicatos



y organizaciones campesinas y magisteriales por lograr mejores condi-ciones de existencia.

Siendo estudiante, de la Escuela Normal ocupó varios cargos en la di-rectiva de la sociedad general de alumnos, la que representó en dos congresos nacionales de estudiantes normalistas en la Cd. de México.

Al iniciar su labor docente en Tampico, Tam. es nombrado Secretario de Organización de la Delegación 1, durante el período de 1941-1943; de 1943-1945 Secretario de Conflictos de esa misma delegación; de 1945-1946 como Secretario General en Cd. Mante de la Delegación 4.

En el año de 1947, laborando ya en la Escuela Secundaria Normal y Pre-paratoria, fungió como Secretario General de la Delegación Sindical.

En su paso por la Escuela Técnica Industrial, también participó como Secretario General de la Delegación en dos ocasiones. También fue Secretario General de la Secundaria Nocturna para Trabajadores.

En la gestión del Profr. Abdón Rodríguez fue Secretario de Especialida-des de la Sección XXX.

Ya como Director de la Escuela Secundaria Federalizada continuó su trabajo pedagógico y periodístico escribiendo el libro “Introducción a las Ciencias de la Educación” y su clásica columna “Lo Extraño del Caso” en un periódico de la localidad.

Recibiendo reconocimiento de manos del C. Gobernador Don Manuel A. Ravize en el año de 1970.



Agradecemos y reconocemos a la profesora Lilia Cervantes Ruizla aportación escrita y fotográfica que nos permitieron difundir

la vida y obra del ameritado maestro.


EutimioMartínez Lara

1895-1951

Maestro normalista formado bajo la dirección de desta-cados maestros como Lauro Aguirre y Matías S. Canales.





La personalidad del señor Profr. Eutimio Martínez Lara, fue ampliamen-te conocida en Cd. Victoria, figuró como Director de las Escuelas Anexa a la Normal y Preparatoria del Estado, como Director de la Escuela In-dustrial Álvaro Obregón, así como Inspector Escolar de Cd. Victoria, Tam.,

Fue originario de Villa de Méndez, Tam., nació el 24 de diciembre de 1895, siendo sus padres el Sr. Juan Martínez y la Sra. Rafaela Lara de Martínez.

Sus estudios elementales y superiores los cursó en su lugar de naci-miento, y en 1911 ingresó al Instituto Científico y Literario de Ciudad Victoria, en donde realizó sus estudios profesionales, recibiéndose el 28 de abril de 1919. Obteniendo brillante examen con su Tesis Profe-sional sobre el “Valor y Cultivo de las Facultades Superiores del Niño”, trabajo que el Jurado Calificador aprobó en forma unánime.

Se le recuerda con respeto y grati-tud la figura noble, adusta y ama-ble con quien se podía conversar

sobre diálogos de singular trascen-dencia.



Entre los maestros que lo orientaron en sus estudios cuéntese a los Señores Profesores Ruperto T. y Treviño, Lauro Aguirre, Matías S. Ca-nales, Dr. Antonio Valdez Rojas, Alfredo E. Uruchurtu, Galación Gómez, Emilio Bustamante y José Manuel Ramos.

Contrajo matrimonio con la Srita. Profra. Concepción de la Garza Dávi-la, habiendo procreado 4 hijas: Deyanira, Dalila, Dora y Delifa.

Desempeñó con gran responsabilidad los cargos: Subdirector y Direc-tor de la Escuela de Varones Anexa a la Normal, Catedrático en la Es-cuela Normal y Preparatoria del Estado, impartiendo 1o. y 2o. Curso de Historia General Literatura General, lo. y 3er. Curso de Metodología Aplicada a la Educación, 1o y 3er. Curso de Matemáticas Aplicada, Práctica Escolar, Historia Patria, Lógica, Ética, Álgebra, Zoología, 1er. Curso de Biología, Botánica Médica y Psicología General y en el “Insti-tuto Penn” impartió el 2o. Curso de Métodos Aplicados.

En el año de 1929 se le nombró Inspector Escolar de la 11a. Región Escolar del Estado con cabecera en Nuevo Laredo.

En 1932 fue Director del Centro Cultural Obrero de esta ciudad. Y al año siguiente ocupó el puesto de Director de la Escuela Industrial Ál-varo Obregón y al mismo tiempo Catedrático de la Escuela Normal del Estado, impartiendo las ma-terias de Botánica Médica, Literatura General, 1o y 2o. Curso de Zoología y Psicolo-gía General.

En enero de 1937 ocupó el puesto de Secretario de la Dirección de Educación Fe-deral en la Región Lagunera y en seguida se le nombró



Profesor de Planta del Internado de la Escuela Secundaria para Trabaja-dores de Cd. Lerdo, Durango, impartiendo la Cátedra de Matemáticas en los tres grados. Fue Secretario General del Sindicato de Trabajado-res Intelectuales y Manuales de dicha escuela.

Pasando después con la misma categoría al Internado de Zamora Mich., en el cual además de las Cátedras que impartía se hace cargo de la Pre-fectura de Señoritas, por acuerdo del Consejo Técnico de la menciona-da Escuela.

En el año de 1939 vuelve a su Estado con el nombramiento de Inspector Escolar de la 11ª. Zona con cabecera en Estación Garza Valdez, cam-biando posteriormente dicha cabecera a Villagrán. En ese mismo año se le comisiona para que cubra interinamente el puesto de Director de educación en el Estado, en ausencia del Profr. Aníbal Pérez González. Después de trabajar como Inspector Escolar en los municipios de Villa-grán y Mainero, se le da el cambio a la 20a. Zona Escolar con cabecera en Cd. Victoria, Tam., puesto que desempeñó hasta el 10 de enero de 1951 en que por acuerdo del Gobierno del Estado se le concede su jubilación por encontrarse delicado de salud.

Dicha jubilación solo la disfruta unos cuantos días, pues fallece el 23 de enero del mismo año, en esta ciudad. Los 55 años casi blanquearon su cabeza con la plata del otoño de la vida, pero no quitaron robustez a su cuerpo, ni brío a su cerebro, ni ardor a su corazón; hasta los últimos instantes de su vida dio muestras de un alma valerosa y de un espíritu avanzado.

En el gobierno del Dr. Emilio Martínez Manautou, Gobernador de nues-tro Estado y del Profr. Raúl García García, como Presidente Municipal de Victoria, se le hizo un justo reconocimiento a su memoria al ponér-sele su nombre a una escuela ubicada en la Colonia Echeverría de esta ciudad, lugar donde vivió la mayor parte de su vida y donde recibió la luz del saber de manos de sus maestros, logrando cursar su carrera



Magisterial con muchos sacrificios económicos.

En los municipios de Villa de Casas y Villagrán existen escuelas que llevan su nombre. También en el Estado de Durango hace varios años se le hizo un reconocimiento a su labor educativa, una escuela lleva su nombre.

Datos y fotografías obtenidos de escritos proporcionadospor familiares, en forma especial nuestro agradecimiento

a Dora Alvizo Martínez.


FidencioTrejo Flores

1884-1952

Educador que señaló caminos a la juventud con la luz de su saber y con el ejemplo de su vida.





Nació en Ciudad Victoria, el 16 de noviembre de 1884, fueron sus pa-dres Faustino Trejo y Martina Flores de Trejo; atendió sus estudios pri-marios en la Escuela Municipal Número Uno de dicha capital. Se ins-cribió como alumno normalista en el Instituto Científico y Literario del Estado donde obtuvo su título magisterial en 1906. Actuó como profe-sor de educación primaria desde 1902. Como alumno norrmalista fue miembro de la sociedad estudiantil «Guadalupe Mainero».

Don Fidencio Trejo Flores, el lunes 27 de agosto del año de 1906 sus-tentó su examen profesional para obtener el título de Profesor de Ins-trucción Primaria de Primera Clase, El imparcial comentó el suceso di-ciendo: “…Este apreciable caballero bien merecía dedicarse a la noble profesión de maestro, pues ha dado pruebas de abnegación y amor al saber, cuando hacía sus estudios en la escuela normal de profesores de esta capital, atravesando por circunstancias nada favorables, por su ca-rácter reflexivo y juicioso, aunado a su talento natural, cosntituye una

Alumno distinguido que se forjó con la dirección y el saber de exce-

lentes maestros.



garantía para el éxito de las delicadas labores del educador…”.

Alumno distinguido del Instituto Científico y Literario del Estado, fue discípulo de los maestros doctor Ernesto de Kérartry, ingeniero Luis de la Garza, Mauro Zúñiga, Epigmenio García, Juan B. Tijerina y Lauro Aguirre.

Ya, como maestro titulado fundó, junto con otros compañeros, la es-cuela nocturna que denominó “Pestalozzi”, en el local que ocupaba la Escuela Primaria Elemental y Superior de Varones. Esta escuela vino a contribuir eficazmente a combatir el analfabetismo, pues estaba dedi-cada a los adultos que no tenían preparación.

Al mismo tiempo que se desempeñaba como maestro continuó sus es-tudios de jurisprudencia en el Instituto del Estado, y logró obtener su título de Abogado, el 19 de mayo de 1913, precisamente en momen-tos en que era gobernador interino del Estado, el ciudadano licenciado don Joaquín Argüelles.

Del 27 de enero de 1909 al 8 de agosto de 1911 fue secretario de la Dirección General de Instrucción en Tamaulipas; de agosto de 1911 a agosto de 1912 subdirector del Instituto Literario de Cd. Victoria en-tonces ocupaba la Dirección General don Silverio de J. Zamudio hom-bre de amplia experiencia y magnífica preparación.

Fue director, de la Escuela Normal y Preparatoria del Estado por dos ocasiones. La última vez lo hizo durante el período de 1929 a 1933. Su andar silencioso, sus maneras majestuosas, su carácter decidido, pero sobre todo su profundo respeto a la justicia, al hombre y a los derechos humanos impregnaron las aulas, los corredores y los patios de la es-cuela, de ésa su forma tan peculiar de ser. Su comportamiento adusto, serio… su actitud melancólica y romántica se reflejó en aquel tropel jacarandoso de jóvenes normalistas por la honestidad, por la dignidad que emitía en su actuar.



Don Fidencio tenía el don de la persuasión a través de la comunicación verbal, se dejaba sentir con mayor rigor cuando deseaba que las per-sonas que lo escuchaban tuvieran una aceptación consciente de sus propias actitudes, de sus propias acciones, dichos y pensamientos.

En relación con éstos, nos dice una de sus alumnas, la profesora Rebeca Cervantes de Longoria: “cuando nos citaban en aquel inmenso patio, todos sabíamos, de antemano, que era para recibir del señor director, un buen regaño. Lo curioso era que todos íbamos, recibíamos con gran respeto, no con temor, ¡no!, con todo respeto la reprimenda. Él habla-ba, haciéndonos ver todo lo malo que habíamos hecho y lo grandioso era que al terminar su exhortación, todos teníamos la sensación de tranquilidad. Nos hacía reconocer y aceptar nuestras faltas, nuestros errores y travesuras y quedábamos aligeradas del peso de nuestras equivocaciones y con ánimos para cambiar nuestra actitud equivocada y plenamente consciente de que podíamos superarnos”. Sí, continúa diciendo Rebequita, su sola presencia imponía respeto, un completo y afable respeto no obstante la férrea disciplina que se guardaba en el amplio edificio de la escuela…. y también fuera de ella, pues bien nos hacían saber que el maestro no sólo es maestro en las aulas sino en todo lugar: en su vida privada, en su vida social…”.Además de ser un distinguido catedrático y un sereno Director de la Escuela Normal y Preparatoria, nos legó su espíritu patriótico, la fir-meza de sus convicciones y el valor del ciudadano que, con nobleza y consciente de su derecho y sus deberes, se enfrenta ante la adversi-dad, a defender la dignidad y la soberanía de su pueblo.

En 1908 inició sus estudios de abogado en la Escuela de Jurisprudencia de Tamaulipas titulándose el 28 de mayo de 1913, siendo estudiante de la Escuela de Jurisprudencia fundó en Ciudad Victoria la Sociedad «Justicia y Ley» y en Tampico perteneció a diversas organizaciones mu-tualistas culturales.

Colaboró en la redacción de la Constitución Local de 1920, de efímera



vigencia, Secretario de la Asociación Regional del Magisterio, Notario Público en Tampico en 1923 y en Ciudad Victoria de 1946 a 1948.

Gozaba de un gran prestigio como abogado y maestro, se conoció su valor civil, su calidad de ciudadano, siendo diputado del distrito de Vic-toria, en la histórica sesión del congreso (27 de julio de 1913) se opuso a que el gobernador huertista el Gral. Antonio Rábago sustituyera en su cargo al Gobernador Constitucional Licenciado Matías Guerra. Dejó constancia de su protesta en el voto particular que formuló, dando con ello un ejemplo de dignidad humana.

Por todo esto recordamos con gratitud y respeto, la figura de Don Fi-dencio, como maestro que impartió diversas asignaturas y lograr hacer de cada alumno, buenos estudiantes y responsables profesionistas, no solo en el aprendizaje, sino también, en la conducta moral y social.

Datos y fotografías de archivo.


FlaviaCastañeda Rodríguez

1913-1999

Se distinguió siempre por su capacidad profesional y es-píritu de servicio.





La Profra. FLAVIA CASTAÑEDA RODRÍGUEZ, originaria de la Hacien-da de Caballeros, municipio de Ciudad Victoria, lugar donde viera la luz primera un 31 de Marzo de 1913, es primogénita del matrimonio formado por el Sr. JOSE CASTAÑEDA GARCIA y Sra. FLAVIA RODRI-GUEZ de CASTAÑEDA, ambos finados.

Sus estudios de educación elemental los cursó en el Colegio María Auxiliadora de esta ciudad y los grados de 5º. y 6º. grado, en la Escuela Anexa a la Normal.

En el año de 1929, ingresó a la Escuela Secundaria Normal y Prepara-toria de Tamaulipas donde obtuvo el Título de Profesora de Educación Primaria en el año de 1933.

Consciente de la responsabilidad que adquiría y sabedora del juramen-to de acudir a donde la Patria lo demande, inició sus labores docentes

El Colegio Justo Sierra de Ciudad Victoria, vivió su “Época de Oro”

bajo la dirección de esta ameritada maestra.



en septiembre del mismo año como profesora de grupo en la Escuela “JOSE ROSAS MORENO” del Puerto de Tampico, en donde laboró hasta el mes de agosto de 1935, distinguiéndose por su capacidad profesional y espíritu de servicio.

Estos factores determinaron que la Dirección de Educación en el Es-tado, le concediera su cambio a esta ciudad, comisionándola a la Es-cuela Primaria La Corregidora, donde trabajó hasta el año de 1940, continuando sus labores en la Escuela Victoria antes Anexa a la Normal, como ayudante hasta el año de 1947, habiéndosele designado Directo-ra Interina hasta Junio del siguiente año.

En 1948, el Club Rotario de esta ciu-dad, decidió formar un Colegio pa-trocinado por los socios del mismo, sien-do el Colegio Justo Sierra.

Se acordó fuera guiado bajo la direc-

ción de una maestra que reuniera las condiciones de preparación pro-fesional, capacidad organizadora, entusiasta y trato social, llegando a la conclusión que la maestra Flavia Castañeda Rodríguez, cumplía to-das las cualidades indicadas.

Cabe mencionar que la profesora tenía en ese entonces plaza del Go-bierno del Estado y la Dirección de Educación, la comisionó al mencio-



nado Colegio.

Desde entonces al frente de la nueva institución, se preocupó por al-canzar un alto nivel educativo y por engrandecer las instalaciones, lo que logró, contando con la ayuda del Patronato, que se formó desde su inició, Liga de Madres de Familia y su gran entusiasmo, además del apoyo decidido del Gobierno quien donó el terreno donde se encuen-tran las instalaciones actuales.

En 1966, pasó a ocupar el cargo de Administradora de la Institución mismo que llevó a efecto hasta 1979, fecha en que se retiró del servi-cio, después de 46 (cuarenta y seis) años. Al pronunciar el nombre de la Profra. Flavia con tanto tiempo de fruc-tífera labor escolar, aún nos parece escuchar las voces infantiles que llamándola en tantas ocasiones, recibieron de su parte una explicación, un consejo o una palabra de aliento.

Datos y fotografías obtenidos gracias a pláticas con sus familiaresy en forma especial a la Sra. Bertha Castañeda de Martínez.

FranciscoFlores Sánchez

1909-1988

“Creó hermosas y diversas obras musicales de diferentes estilos, entre ellos: música folklórica, romántica, escolar,

religiosa, clásica y algunos otros”.





Nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 22 de diciembre de 1909.

Fueron sus padres: el militar don Antonio Flores Porras capitán paga-dor del General Don Pedro José Méndez y la señora Isaura Sánchez de Flores, quienes procrearon una numerosa familia, siendo el menor de ésta precisamente el profesor “Panchito” como cariñosamente se le llamaba.

Desde pequeño demostró tener grandes facultades para la música sien-do una de sus hermanas quien lo inició en las clases de solfeo y teoría de la música, de tal manera que a la edad de 5 años aprendió a tocar el violín, para después continuar con la técnica del piano, la guitarra y otros instrumentos musicales.

Su educación primaria o elemental la cursó en el Instituto Penn, que en esa época tenían en esta ciudad maestras estadounidenses.

Fue el primer Director Artístico del Conjunto Típico Tamaulipeco, en

el gobierno del Dr. Norberto Trevi-ño Zapata.



Continúó sus estudios en el Instituto Científico y Literario del Estado, hoy Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas.

Cursó en esta institución hasta la preparatoria y de ahí pasó a la fa-cultad de leyes de la Universidad Autónoma de México, donde cursó hasta el segundo año de la carrera de abogacía, la cual abandonó para dedicarse por entero al estudio de la música al darse cuenta que era su verdadera vocación.

Se inició en la Ciudad de México en la radiodifusión acompañado de su hermano Alfonso al finalizar la década de los años veintes y grabó su música en los Estados Unidos de Norteamérica.

Hizo estudios en el Conservatorio Nacional de Música en donde reci-bió siempre el reconocimiento de grandes maestros como un alumno de grandes facultades innatas en él, tanto para la ejecución instrumen-tal como para el canto y la comprensión en la cual destacó de manera singular creando hermosas y diversas obras de diferentes estilos entre ellos: música folclórica, romántica, escolar, religiosa, clásica y algunos otros.

Se casó en Ciudad Victoria, Tamaulipas con la señorita: Ma Antonia Ca-ballero Villarreal, habiendo tenido 6 hijos: Isaura, Ma. Antonia, Margari-ta las tres profesoras egresadas de nuestra casa de estudios, Francisco médico militar, Juan Enrique que es licenciado en derecho y Teresa Isabel (+).

Terminó sus estudios de maestro en el Instituto Federal de Capacita-ción al Magisterio y siempre se preocupó por actualizar sus estudios, razón por la cual tomó diferentes cursos en varios lugares del país.

En 1932 logró el primer lugar de la canción típica mexicana con el trio Victoria.



Y en 1933 con el grupo que formó con sus hermanos ganó el primer concurso nacional de huapango, en la Cd. de Monterrey, Nuevo León, donde se dieron a conocer los “Trovadores Tamaulipecos” juntamente con Lorenzo Barcelata, José Agustín Ramírez, Ernesto Cortazar y Carlos Peña Flores.

Participó con su hermano Alfonso a quien llamaba “Loncho”, en la Película “Tierra, amor y dolor” filma-da en el año 1934 cantando “El caimán”

El profesor Mario Aguilera Dorantes, quien conocía perfectamente al profesor Flores Sánchez y por referencias de su preparación en el as-pecto musical, lo invitó a laborar en la Secretaría de Educación Pública, en el nivel de normales, iniciándose como docente en Salaices, Chihu-ahua que cuenta con una escuela normal que se localiza en la Sierra Tarahumara, en donde con gran amor a su profesión desempeñó su trabajo, más tarde fue comisionado en diferentes escuelas normales del país siempre enviado por la Secretaría de Educación Pública, hasta quedar comisionado en esta ciudad en la Escuela Normal Rural “Lauro Aguirre” de Tamatán donde formó equipo de trabajo con ameritados maestros.

Años más adelante se in-corporó al personal de la hoy Benemérita Escuela Normal Federaliza de Ta-maulipas en donde se jubi-ló. Aquí organizó coros, es-tudiantinas, que nos traen gratos recuerdos.

También difundió la educa-ción musical en el nivel de



primarias distinguiéndose como compositor de himnos cívicos como: Himno a las Naciones Unidas, Himno al General Pedro José Méndez, Himno a la Escuela Leona Vicario, etc. Logró hacer una valiosísima pro-ducción de dichos cantos.

Elaboró una solicitud al gobierno del estado para la creación de una escuela de arte, el señor Gobernador Dr. Norberto Treviño Zapata con-sideró esta petición creando de manera oficial “La Casa del Arte”, también a sugerencia del profesor Francisco Flores Sánchez surgió un grupo que representaría a nuestro estado de Tamaulipas con su música y danza auténtica, por lo que se le designó como primer Director Artís-tico del “Conjunto Típico Tamaulipeco”

Durante muchos años impartió la cla-se de guitarra en “La Casa del Arte”

Por iniciativa propia conservó y cantó por mas de 50 años la música de Tamau-lipas hasta lograr su deseo de difundirla por diferentes rin-cones de nuestro

país y del extranjero.

Al escuchar sus canciones como “Costeñita”, “Huasteca Tamaulipeca, y “El tamaulipeco” sus arreglos musicales a “El cuerudo” y “La cuera, por mencionar algunos, no podemos dejar de pensar en el ilustre pro-fesor Francisco Flores Sánchez. Otras de sus obras bellísimas es “Sin ti mujer” y “despedida”, que compuso en honor de la compañera de toda su vida”.



La mayor parte de sus obras aun no se conocen, ya que es enorme su producción musical, reuniendo estas características muy especiales que nos demuestran una sensibilidad excepcional.

Estaba retirado de sus actividades, jubilado, pero aun así, siempre es-taba dispuesto a colaborar con las diferentes instituciones orientando y componiendo bellísimas y extensas obras musicales, a la tierra que lo vio nacer.

Amó tanto la música que decía que el día que él muriera, quería irse oyendo su música, deseo que le fue concedido por su adorada esposa, hijos y nietos que lo aman entrañablemente y quienes se sienten alta-mente honrados por haber sido parte de la vida de un hombre ejem-plar como él.

Muere el 20 de marzo de 1988; quede en el recuerdo de todos noso-tros lo que tanto amó: “su música”.

Datos y fotografías obtenidos gracias a pláticas con sus familiaresy en forma especial a Margarita Flores Caballero.

Francisco NicodemoJuárez

1895-1955

Dio fuerte impulso a la educación cívica 1930-1931.





Nació en Ciudad Victoria, Tam. Estudió la carrera magisterial en el Ins-tituto Científico y Literario del Estado, donde fue alumno de grandes maestros entre los que podemos mencionar a Juan B. Tijerina, Lauro Aguirre, Manuel Illizaliturri, Zenón Araujo, Matías S. Canales y Epigme-nio García, concluyendo sus estudios normalistas en 1912.

Al surgir la Revolución Constitucionalista, se afilió a las fuerzas del Gral. Luis Caballero, de quien fue su secretario.En 1913 fue ayudante en escuelas de Ciudad Victoria y Nuevo Laredo, y durante el gobierno del Gral. Luis Caballero desempeñó el cargo de director de la escuelas de Jiménez y de la Anexa a la Normal de Ciudad Victoria, así como Inspector del Séptimo Distrito Escolar, colaborando con él un grupo de maestros que revolucionaron la educación en Ta-maulipas bajo la dirección de Lauro Aguirre y Alfredo Uruchurtu.

Participó con Lauro Aguirre en la reoganización de la Escuela Normal

“Ocupó elevados puestos en la Secretaría de Educación Pública,

que logró por su prestigio y capa-cidad”.



de Maestros, donde ocupó diferentes cargos.Después de 1920 desempeño diversos puestos en la Secretaría de Educación Pública y de 1928 a 1934 Director General de Eduacción en Tamaulipas.

En el año de 1930, el Gobierno del Estado de Tamaulipas estaba dirigi-do por el Lic. Francisco Castellanos Jr., ciudadano ejemplar, gobernan-te probo, hombre digno que se interesó por el bienestar de su pueblo. La presidencia de la República la ocupaba otro tamaulipeco, el Lic. Emilio Portes Gil y la dirección general de Educación Pública del Esta-do estaba a cargo del Profr. Francisco Nicodemo, quien contaba con la colaboración de la maestra Olivia Ramírez, en el aspecto técnico.

Esa época trasluce una rica inquietud cívica, un inusitado interés que llega a extremos pasionales en relación con la vía política; un ambien-te impregnado de curiosidad por los acontecimientos ligados con los hechos históricos y los actos patrióticos que conducen a un mejor en-tendimiento de la realidad del gobierno, del poder, de la autoridad, un abierto afán por enterarse y comprender los vaivenes sociales. Todo Tamaulipas hervía en un desusado frenesí, en una descomunal eferves-cencia de solidaridad política, de una borrachera de poder, de gran-deza, de inmensa influencia: el Presidente de México era tamaulipeco.

Ante esta realidad y con el firme propósito de encausar correctamen-te el desbordamiento polítiico y obtener frutos positivos de toda esta energía, el maestro Francisco Nicodemo en su calidad de director ge-neral, definió un plan de educación cívica, cuyo principal objetivo era formar en la niñez conceptos claros, precisos, sólidos sobre el complejo sistema que se lleva a cabo para elegir a las autoridades gubernamen-tales y municipales. El señor Nicodemo pensó que la mejor forma para que los pequeños aprendieran tan difícil arte, era haciéndolos partici-par y vivir la realidad de una convocatoria electoral.

Seguro de que su plan respondía a los principios de la escuela de la



acción y los postulados de la pedagogía moderna, nombró una Comi-sión Organizadora de Elecciones Infantiles para elegir, y postular los candidatos a los poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado y de los municipos. La comisión organizadora quedó integrada por los profesores: Emilio C. Caballero, José Martínez y Martínez y Modesto Rodríguez, coordi-nados por el director general don Francisco Nicodemo.

De inmediato pusieron en marcha la idea y después de algunas pláti-cas que sostuvieron con los inspectores escolares, los directivos y el personal docente de las escuelas. Se motivó al alumnado de todos los planteles educativos y se procedió a formar los partidos políticos, ini-ciándose así uno de los más interesantes eventos didácticos que se han registrado en la historia de la educación del Estado de Tamaulipas, por su trascendencia educativa y su fuerte contenido.

Quedaron perfectamente delineados tres partidos: el Blanco, el Amari-llo y el Azul. Cada partido postuló y registró a sus candidatos. Se lleva-ron a cabo las diligencias propias de este movimiento como son propa-ganda, contiendas, visitas, discursos culminando con el acto electoral. Cada niño fue a votar en la casilla que le correspondia, respetándose su libertad de elección. Después del recuento, la comisión declaró en BANDO SOLEMNE los resultados de la contienda, que según publica-ciones oficiales fueron las siguientes: Es Gobernador Infantil Constitucional del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas por el día 9 del actual (mayo de 1930), el niño GUILLERMO GUTIERREZ; y son diputados a la H. Cámara Local Infantil, por el primer Distrito Electoral: Propietaria, niña Oralia Acuña; suplente, niño Rodol-fo Higuera. Por el segundo Distrito Electoral: Propietario, niño Alfonso Dueñas; suplente, niño Ernesto Zárate. Por el Tercer Distrito Electoral: Propietario, niño Rafael Molina; suplente, niño Enrique López. Por el Cuarto Distrito Electoral: Propietario, niño José López; suplente, niña Carmen García. Por el Quinto Distrito Electoral: Propietario, niña Car-men Barella; suplente, niña Ernestina Paz. Por el Sexto Distrito Electo-



ral: Propietario, niña Ana María Morón, suplente, niño Porfirio Castillo.- Que son regidores del R. Ayuntamiento Infantil de esta ciudad en su orden los siguientes niños: Primero, Carmen Caballero; segundo, Raúl González; Tercero, Delia Terán; cuarto, Francisca García; quinto, Maria-no González; sexto, Ana Balandrano; séptimo, Emilia Guevara; Octavo, Ernestina Garza; noveno, Ignacio Alba. Por tanto se manda publicar esta resolución para conocimiento del público y para que se tomen como tales durante sus actividades a los funcionarios que se indican.

Dirección General de Educación Pública a 6 de mayo de 1930.- La co-misión organizadora, Profr. Emilio C. Caballero.- Profr. José Martínez y Martínez.- Profr. Modesto Rodríguez.

Este trabajo práctico, real, increíblemente activo, nos habla de esa ma-nera de ser del tamaulipeco. El oriundo de estas tierras así es, sencillo, franco, habilidoso; no se solaza en la teoría ni se pierde en conjeturas; su fuerte está en aplicar, lo más pronto posible sus ideas, sus conoci-mientos. Es realista, objetivo, utilitario, por tanto esta didáctica de la acción se acomoda perfectamente a su manera propia de ser.

Datos y fotografías de archivo


JoelGarcía González

1886-1960

Aprendió a leer y escribir música, esta fue su gran voca-ción llegando a dominar este arte con verdadera maes-

tría.





Nació el 30 de septiembre de 1886, en el Ejido “El Realito”, muni-cipio de Matamoros, Tamaulipas, siendo sus padres el Sr. Santiago García y Francisca González. Santiago García fue Ministro de la Iglesia “Los Amigos”, y Francisca González fue ama de casa. Maestros par-ticulares le enseñaron al Profr. Joel el solfeo, a leer y escribir música, lo que constituyó su gran vocación, llegando a dominar este arte con verdadera maestría, pues sus hijas comentaban que “escribía música como escribir palabras”. A la corta edad de doce años se incorporó a la Banda de Música del Gobierno del Estado tocando la flauta, la cual tuvo oportunidad de dirigir años más tarde. A esta misma edad que-dó huérfano de madre y su padre volvió a casarse con la Sra. Victoria Herrera. Sus hermanos fueron: Saulo, Rosa, Abigaíl y Gertrudis García González, y sus medios hermanos: Apolo, Octavio, Allende y Catalina García Herrera.

Conoció a quien se convertiría en su querida esposa, siendo muy niño y

Se comentaba que escribía música, como escribir palabras.



ella una bebé de brazos, incluso la arrulló, pues ambas familias se cono-cían. Años después, al cumplir ella los dieciséis años y él veintitrés, se casaron. Él la conquistó lanzando a su casa diariamente una rosa blan-ca. Procrearon diecisiete hijos de los cuales llegaron a la edad adulta once, cuyos nombres son: Soraís, Joel, Francisca, Ovidio, Consuelo, Ninfa Angélica, Ángel, Hilda Blanca, Alma Rosalinda, Nohemí Graciela y Margarita Oralia García Cerda.

La gran mayoría abrazó la carre-ra del magisterio llegando mu-chos de ellos a destacarse en dicha profesión y llegando hasta puestos directivos. También (so-bre todo en el caso de los varo-nes) varios de ellos estudiaron una segunda carrera, como la abogacía y la medicina. A parte de su formación docente, casi todos dominaban dos o más ins-trumentos musicales y fueron aficionados a la poesía, el baile y la composición musical.

Con gran humor, sus hijas comentaban que el Profr. Joel había pensa-do que sostener a su esposa le saldría muy barato, ya que su platillo favorito eran las lentejas, pero, agregaban, no contaba que tendrían tantísimos hijos.

A lo largo de su vida como músico, maestro y padre de una numerosa familia, fueron muchos los conocidos y amigos que frecuentaban su casa, entre sus más cercanos estaban el señor Isidoro Sámano y Arnulfo Martínez. En su casa, todos los días eran como un día de fiesta: la mesa siempre tenía invitados y compartían después largas horas de música. Los hermanos Flores fueron sus discípulos, vecinos y amigos con quie-



nes compartió numerosas veladas musicales hogareñas. El Profr. Joel dominaba numerosos instrumentos (piano, flauta, saxofón, acordeón, violín, mandolina, guitarra, etc. ) siendo su predilecto el violín.

Su producción mu-sical, comprende danzas, entre las que mencionare-mos: Rosa, Abigail y Gertrudis; valses como: Llorando, Un suspiro y una lá-grima, Mi consue-lo, Alma, Rosalin-da, etc: la canción mexicana Alma mía, y sones como La cuera tulteca y El Yuntero de sus obras se seleccionó Flores de Tamaulipas, para conformar la edición discográfica publicada en 1958 por el Gobierno del Estado titulada “Música de Tamaulipas”; por tener el estilo de los valses mexicanos de principios de siglo, especialmente en su primera parte y además por considerarla como la más apegada a su sensibilidad, según expresión del propio autor. Esta pieza fue compuesta en el año; 1928 y fueron motivo de inspiración para el autor las damas tamaulipecas; pertene-cientes a la Sociedad de Aspirantes del Arte Musical, que existía por ese tiempo. Posteriormente, en 1937, el profesor García le adaptó la letra con la que se hoy se canta.

Como profesor se desempeñó en la Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, en la Escuela Técnica Industrial y en la Normal Rural de Tamatán. Su trabajo consistía en enseñar a leer y escribir música y a tocar melodías en instrumentos de cuerdas (violín, mandolina, guitarra)



llegando a formar varios grupos de música típica de la región.

También tuvo oportunidad de desempeñarse como Regidor del Cabil-do en Cd. Victoria.

Como padre, siem-pre fue cariñoso y benevolente, sin descuidar la discipli-na. Siempre le carac-terizó su gran sen-tido del humor, era tan afecto a contar chistes que cuando llegaba a la escuela, se juntaba un mon-tón de alumnos a su alrededor, lo cual le valió el apodo de “la gallina” por la canti-dad de “polluelos” que le seguían a todas partes.

Cuando varios de sus hijos caían postrados a causa de alguna enfer-medad, solía limpiar muy bien algunas monedas y dárselas para que jugaran durante su convalecencia. Tuvo la difícil prueba de decidir en-tre la vida de su hija y de su esposa, durante un difícil parto, él pidió a los doctores “Salven a mi esposa”. Afortunadamente, gracias al arrojo y pericia de uno de los galenos, ambas sobrevivieron.

En una navidad, el Profr. Joel obsequió a cada una de sus hijas un vals con su nombre, entregándoselos en hojas pautadas y dedicado con su puño y letra, enrollado y con un listón.

Murió a la edad de 74 años y pocos años antes de su fallecimiento per-



dió la vista a causa de glaucoma. Una semana antes de su fallecimiento, estando en su hogar y en compañía de su hija la Profra. Hilda García Cerda, escuchó a lo lejos la canción de “Las Golondrinas”, y él le pre-guntó: “¿A quién le estarán cantando “Las Golondrinas”, hija?...

Datos y fotografías obtenidos gracias a pláticas consus descendientes y en forma especial a la Sra. Nohemí García

de Canseco y Cristina Ruiz García.

José DoloresPonce Rodríguez

1915-1973

Mencionarlo emociona, obliga a tenerle un gran respeto y ponerse de pie a quien hizo de su vida un servicio a sus

semejantes.





Sancarlense de corazón, nacido en el Ejido Magueyes, hijo de campe-sinos, gente humilde, trabajadores de la tierra y criadores de anima-les del campo, nació el 24 de junio de 1915. Su padre, su madre, él y cuatro hermanos, formaron un núcleo familiar ejemplar en donde los hijos aprendieron a trabajar desde pequeños, ayudando en las arduas labores del campo.

Percibiendo en Lolo (como cariñosamente se le nombraba) su potencial de inteligencia y disposición al estudio y al trabajo, la familia Martínez Manautou lo trajo a Ciudad Victoria para que terminara su instrucdón primaria en la Escuela Juan B. Tijerina. La respetable señora Lupita Manautou se convirtió en la tutora del casi adolescente José Dolores, quien trabajaba en el molino de nixtamal propiedad de dicha familia; para ello, madrugaba diariamente y repartía la masa en los hogares victorenses, y por la tarde asistía puntualmente a la escuela primaria.

Desde los espacios educativos entregó su tiempo a orientar a sus alumnos, quienes platican que era una delicia escuchar al profesor.



Unos años después ingresó a la Escuela Regional campesina de los Ébanos, posteriormente trasladada a Tamatán. Su desempeño como estudiante fue de alto nivel académico, social y deportivo pues siem-pre destacó por sus participaciones en las actividades cívicas, sociales y deportivas de la escuela, mismas que lo catalogaron como alumno distinguido, caracterizado por su gran disciplina, respeto y dedicación. Ahí recibió las enseñanzas para prepararse como Práctico Agrícola, siendo uno de sus maestros el distinguido Profr. Mario Aguilera Do-rantes. Siendo estudiante fue de los fundadores de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, la FECSM, manifestan-do su vocación política que más adelante lo proyectaría hacia encargos importantes que supo desarrollar con entrega y honestidad.

Terminada esta etapa y corriendo el año de 1938, José Dolores advirtió que en nuestro país hacían falta maestros, principalmente en el medio rural, es entonces cuando decide trabajar en su terruño, en su ejido, naciendo en ese momento un gran promotor social con alto sentido humanitario. Buscando apoyos logró que se construyera la escuela eji-dal donde se impartió enseñanza a los niños de esa localidad. Pasa des-pués a prestar sus servicios a la escuela del Ejido Juan Capitán, donde continúa con su labor docente y social.

Abriendo la Secretaría de Educación Pública la oportunidad para que los jóvenes que así lo decidieran pasaran a formar parte del personal de las Escuelas Regionales Campesinas, en 1940 el inquieto José Dolo-res es comisionado para laborar en la escuela de Ozuluama, Veracruz, donde sucede uno de los acontecimientos más importantes de su vida: encuentra a quien sería su esposa, la Sra. Profra. Carmen Ramírez de Ponce, quien lo acompañó por varios estados de la república como maestra. Así, recorrieron el paisaje pintoresco y casi selvático del Esta-do de Veracruz, y con muchas dificultades iban como Juan y la Adelita por brechas, atajos, desfiladeros, siempre a caballo, llevando a su pri-mer retoño en brazos.



Llega otra etapa, se trasladan a Flores Magón, Chihuahua, con clima extremoso, caminando entre la nieve, con carencias, cumpliendo el de-ber sin falta: las clases, comisiones en el campo, la cosecha de trigo y frutas, elaboración de conservas, más aprendizaje y nada de quejas o desánimo; por el contrario, poniendo el mejor esfuerzo para que todo saliera bien.

De ahí pasan a trabajar a tierra cálida: a Aguascalientes; la Escuela Nor-mal Rural de Cañada Honda los recibe y ellos a trabajar y trabajar sin descanso, con poco personal hacían de todo: maestro, guía, guardia, cuidador, ecónoma, enfermera, maestro de Educación Física, ¿cómo, sin especialización? José Dolores Ponce y su esposa contaban con vo-cación, entrega, responsabilidad, amor por el prójimo y por su trabajo, talento, inteligencia, creatividad, que siempre demostraron, pusieron en práctica sus conocimientos y experiencia con sueldos raquíticos y sin protestar, solo importaba su magisterio. Sin embargo, conscientes de la gran responsabilidad que los deberes exigían, tuvieron la magnífica decisión, no fácil en esa época, de superarse. El Profe Lolo se graduó de maestro en el Instituto de Capacitación del Magisterio, recibiendo Mención Honorífica por el excelente Exámen Profesional que presentó al exigente jurado. La maestra Carmen ya era egresada de la Escuela Nacional de Maestros de la Ciudad de México.

Continúan su caminar por su amado país y toca al sureste contar con este par de maestros de vocación. El pueblo de Tamazulapam, Oaxaca los inspiró, tanto por el trabajo escolar como por la convivencia con la gente de la comunidad; sus costumbres, idiomas, folklore, platillos, ¿quién no ha probado un exquisito mole negro oaxaqueño? ¿Quién no conoce las hermosas artesanías de hilados, bordados o esas bellas olli-tas de barro de Azompa o de Coyotepec? ¿Quién no se ha enamorado del mosaico multicolor de la fiesta de la Guelaguetza, que significa dar, compartir? Carmen y Lolo abrevaron de esa bella cultura y recopilaron música, danza, cantos que posteriormente dieron a conocer en festiva-les y horas sociales en otros linderos por los que anduvieron.



Llega el momento en que consideraron importante especializarse. El maestro lo hizo en Ciencias Sociales, por su vocación innata que ni el mismo podía negar, por su entrega, interés por el prójimo y la resolu-ción de problemas sociales. La maestra, cuidadosa, pulcra, organizada, exigente, muy propia encontró en la Biología y la Lengua y Literatura su mejor espacio de desempeño. Esa importante preparación técnico pe-dagógica la realizaron en la Escuela Normal Superior de México, D.F., siendo director en ese entonces el Maestro Arqueles Vela. En esa épo-ca, destacados catedráticos formaban parte de tan prestigiado plantel.

Pasan a laborar a la Escuela Normal Rural “Mariano Escobedo” de Galeana Nuevo León, la cual era in-ternado, y el profesor junto con el personal lograron mejorar la ali-mentación de las alum-nas, reunir ayuda para sus familiares, etc. Ahí, así como en las ante-riores entidades fede-rativas, el maestro Ponce, montado en la bicicleta de su hijo, recorrió el pueblo logrando, con la colaboración de los lugareños y el convenci-miento de las autoridades, la construcción de dos edificios escolares, la primaria nocturna y la secundaria, para beneficio de los niños y jóvenes del pueblo. Orador nato, siempre fue elegido por las autoridades es-colares para dar discursos y participar como maestro de ceremonias en el aniversario del pueblo y de la propia escuela, organizando así mismo los desfiles, festivales, tablas de gimnasia y combinando todo ello con sus cátedras de Civismo, Historia, Actividades Agropecuarias; en todas las escuelas en las que laboró fue electo líder sindical asistiendo a las



asambleas y congresos sindicales a nivel estatal y nacional.

Finalmente llega con su familia a Ciudad Victoria, Tamaulipas a trabajar en la Escuela Normal Rural “Lauro Aguirre” de Tamatán, combinando sus actividades profesionales con la política, pues fue Diputado Local, secretario de Comité Estatal del Partido Revolucionario Institucional y Vocal en la Liga de Comunidades Agrarias.

Desde los espacios educativos entregó su tiempo a ense-ñar y orientar a sus alumnos, quienes platican que era una delicia escuchar al profe Ponce en sus clases de Historia de México, lIeván-dolos a través de sus narraciones y explicaciones a tra-vés de la historia de las siete tribus nahuatlacas, las luchas, costumbres, mitología de los pueblos en diversas épocas de nuestro país. Dio cla-ses de Civismo, atendiendo los programas educativos “El hombre y la Sociedad”, “El Hombre y el Derecho” y “El Hombre y la Economía” pero no solo se enfocó a los programas sino también a inculcar a sus alumnos el buen comportamiento, los buenos hábitos, el ser social, etc. En Historia Universal transportó a los alumnos al conocimiento de las Grandes Culturas; en Historia de la Educación en México e Historia General de la Educación, enseñó la riqueza de las formas de enseñanza de los pueblos. El maestro no requería de la tecnología de punta para que sus alumnos aprendieran, bastaba su persona, su voz, sus conoci-mientos y el encanto de su personalidad.



Desde sus responsabilidades políticas logró ayudar a la gente necesita-da, apoyándolos para inscribir a sus hijos en la escuela, pues anhelaba que todos estudiaran; proporcionó ayuda a los enfermos, con medica-mentos que pagaba de su bolsillo; arreglaba casamientos; acudían a él para sepultar sus difuntos quienes no tenían posibilidades de hacerlo, ayudó a los campesinos para legalizar sus tierras. Con apoyo de las comunidades y autoridades abrió caminos y brechas que después se convirtieron en grandes obras; realizó los trámites para fundar escuelas primarias en todo el municipio de San carlos, también presas, coopera-tivas, nuevos centros de población, y tantas y tantas obras humanitarias que dejó.

Los últimos años de su vida los desempeñó como Jefe de la Oficina Federal de Hacienda. Estas responsabilidades las cumplió siempre con la visión de servir a sus semejantes y con toda honestidad.

Vivió para realizar una misión que le fue encomendada solo a él, pues logró muchísimas cosas en una vida que duró tan sólo 58 años, y eso es algo que en la actualidad la mayoría de la gente no lo puede lograr.

Si queremos describir al Profr. José Dolores Ponce Rodríguez, podemos decir que fue trabajador, honrado, responsable, bondadoso, simpático, sencillo, paciente, amable ... en fin, no terminaríamos de mencionar todas las virtudes del Maestro; pero, sintetizando, fue un gran hombre.

Es muy difícil relatar una vida tan prolífica en unas cuantas líneas, pero eso no significa que la magnífica obra del Profr. Dolores Ponce sea tan corta. Quienes formamos parte de su familia no acabamos de admi-rarnos de todo lo que hizo porque en raras ocasiones lo expresaba, lo anterior son testimonios de su esposa, alumnos y de la gente que todavía manifiesta su agradecimiento por el apoyo que él les brindó en infinidad de buenas obras que desinteresadamente realizó.

Mencionarlo, emociona y obliga a tenerle un gran respeto y ponerse



Agradecemos y reconocemos a la profesora Hilda Ponce Ramírezla aportación escrita y fotográfica que nos permitieron difundir


de pie, a quien hizo de su vida un servicio a sus semejantes, sin dejar de mencionar que fue también el mejor esposo y padre. Seguros estamos que sigue siendo inspiración de la gente que lo conocimos, como sus alumnos, colegas, amigos y su familia. No se mencionan fechas, títulos y reconocimientos, pues la existencia del Maestro Ponce es intemporal, sus títulos los ejerció en la práctica y los reconocimientos no son de pa-pel sino de recuerdo, de nostalgia y de ejemplo perenne. Los mejores testimonios son los de la gente que lo ama, recuerda y respeta. Escri-bamos en nuestro corazón con letras de oro:

GRACIAS, MAESTRO PONCE.

José GuadalupeLongoria García

1912-1985

Impartió con gran dominio la materia de Matemáticas en todos los grados que, hasta los menos dotados apren-

dían.





“No tuvimos la suerte de ser sus alumnos en Matematicas, materia que impartia con dominio en todos los grados y que, hasta los menos dota-dos aprendian palabras del Profr. Blas Uvalle en su libro”

Su Origen y EstudiosNació el 6 de enero de 1912, de modesto y humilde matrimonio cam-pesino formado por el señor Atilano Longoria García y la señora Car-men García de Longoría, en el pueblo de Aldama Tamaulipas.

Inició sus estudios primarios en la escuela oficial de varones de su pue-blo natal, los que interrumpió a los 11 años de edad por la precaria situación económica de sus padres. De los 11 a los 13 años, sirve a la casa y despacho del Lic. Guadalupe Jaramillo en el Puerto de Tampico, Tamaulipas, para destinar su pequeña remuneración al auxilio de los escasos ingresos de su hogar.

Fue Director de la Escuela Normal en dos ocasiones. Caracterizando su actuación la brillante celebra-

ción del 50 aniversario de la funda-ción de la escuela.



A la edad de 14 años gracias a la generosidad del Señor Lic. Maximilia-no Hernández de la Garza y de su extinta madre doña Petra de la Garza de Hernández, terminó su educación Primaria Superior en la Escuela Anexa a la Normal de Ciudad Victoria, Tamaulipas.

La familia Hernández de la Graza, satisfecha por su conducta y aprove-chamiento , auspiciaron su inscripción en la Escuela Normal y Prepara-toria de Ciudad Victoria, Tamaulipas, en el año, de 1926; y mas tarde, cuando la familia Hernández de la Garza, hace su traslado al Estado de Colima , fueron sus compañeros de estudio José Inés Montalvo Luna y Manuel Betancurt Escobedo, quienes le brindaron albergue y sustento en sus hogares hasta que el Gobernador del Estado, Lic. Emilio Portes Gil le concede una Beca que le permitió continuar y terminar sus estu-dios hasta titularse como Profesor de Educación Primaria Elemental y Superior en junio de 1932.

Su labor profesional la inicia en septiembre de 1932, como ayudante en la Escuela “Ignacio M. Altamirano” del Puerto de Tampico Tamauli-pas. Se destaca profesionalmente por sus servicios prestados tanto en las Escuelas Primarias como en la Escuela Normal Nocturna de Tampi-co, donde imparte la cátedra de Ciencias de la Educación; y por ello, es ascendido a Director de la Escuela “Melchor Ocampo” de Ciudad Madero, Tamaulipas en el año de 1934.

En 1935, obtiene en los exámenes de oposición vereficado por la Es-cuela Secundaria, Normal y Preparatoria del Estado de Tamaulipas las cátedras de Matemáticas, Historia y Geografía.

En 1937 es designado Subdirector de la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria Federalizada de Victoria, Tamaulipas; y en 1938 Director de dicha institución donde le permite celebrar los 50 años de la Insti-tución; se pensó que la celebración de las bodas de oro de la misma resultara un acontecimiento digno y trascendente.En diciembre de 1938, el Dierctor del plantel Profr. Longoria, convocó



a una reunión al personal y a los representativos de los alumnos con el propósito de integrar el comité de festejos.

Dicho organismo, que tuvo el carácter de cómite central quedó inte-grado por 6 profesores y 6 alumnos, fungiendo como presidente el director del plantel, Profr. Longoria y como secretario el Profr. Rafael Balandrano.

Se designaron presidentes honorarios a los señores Ing. Marte R. Go-mez Gobernador del Estado y Profr. Francisco Nicodemo exalumno y excatedrático de la escuela y, en ese entonces, Subsecretario de Edu-cación Pública.

En reunión gene-ral del alumnado y con la presencia de los maestros, el comité central de festejos, a tra-vés de su presi-dente expuso la importancia y sig-nificación que ha-bría de revestir la celebración del 50 aniversario de la escuela que tendría lugar el 17 de septiembre del año de 1939.

El cargo de Director de la escuela lo ejerce hasta que renuncia en 1947, para dedidacarse a actividades comerciales, sin interrumpir sus servi-cios magisteriales porque continúa impartiendo las cátedras de Mate-máticas y Ciencias de la Educación en las Escuelas Secundaria Federa-lizada, Secundaria Nocturna para Trabajadores y Normal Federalizada de Tamaulipas.



En 1957 un conflicto estudiantil surge en la Escuela Secundaria Normal y Preparatoria Federalizada de Ciudad Victoria, Tamaulipas; y la Secre-taría de Educación Pública le comisiona nuevamente como Director de dicha Intitución, puesto que desempeña hasta 1959, al que renuncia, por exigirlo asi sus actividades agrícolas y comerciales, sin desatender sus cátedras de Matemáticas y Ciencias de la Educación en las Escuelas Secundarias Federalizadas y Nocturna para Trabajadores y Benemérita Normal Federalizada. El Gobierno del Lic. Praxedis Balboa Gojon le jubila mediante un oficio el que fue confirmado por el Gobernador Enrique Cárdenas González, pasando en forma definitiva su jubilación por el departamento de pen-siones de Tamaulipas

En el año de 1927 siendo estudiante normalista, funda bajo los auspi-cios del Partido Socialista Fronterizo un centro nocturno alfabetizante en el local del sindicato de tablajeros, entonces situado en las calles de 4 y Juárez de Ciudad Victoria, donde enseña a leer y a escribir a los adultos analfabetas, actividad que desempeña hasta el año de 1930.

Es miembro fundador de la Unión Magisterial de Tamaulipas, en el año de 1934 en el Puerto de Tampico, según acta notarial constitutiva que obra en los archivos de la notaria pública del Lic. Joaquin Arguelles. Organización Magisterial de Resistencia y pionera del actual Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; la que sostuvo una lucha con los gobiernos de su época, tendiente al mejoramiento económico y profesional del magisterio.

En 1935 es presidente del comité de huelga en Ciudad Victoria, Ta-maulipas en un movimiento estatal del magisterio; conflicto de larga duración y enfrentamientos con la corriente gobernista, que soluciona mediante el convenio de federalización de la enseñanza en el año de 1936, vigente hasta la fecha.

En 1937 los maestros federales y del estado, en la unión magisterial de



Tamaulipas, en un congreso llamado de “Unidad Magisterial” forman un solo organismo sindical llamado “Sindicato único de trabajadores de la educación en Tamaulipas” y en esta naciente organización magis-terial estatal, resulta electo Secretario de Trababajo y Conflictos.En el Comité Estatal del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Edu-cación Sección 30 desempeñó en distintas épocas la Secretarías de Educación y de Finanzas.

Contrajo matrimonio con la profesora Rebeca Cervantes donde pro-crean sus hijos Ing. Francisco, Ing. Arnoldo, Profra. Rebeca y Dr. Octa-vio, Personas que han logrado destacar en forma exitosa en sus labores profesional; en forma afectiva le brindaron nietos de los cuales disfrutó su compañía hasta sus últimos momentos.

Maestro inteligente, lo mismo impartia Matemáticas que materias filo-sóficas, en particular la Lógica. En dos ocasiones fue Director de la Nor-mal y Preparatoria conduciendola con acierto. Tres hechos relevantes hubo en su gestión: la celebración del 50 aniversario de la fundación de la escuela; el restablecimiento del bachillerato en 1939 y sus promo-ciones para logar la construcción del moderno edificio donde laboró la Normal.

Agradecemos y reconocemos a la profesora Rebeca LongoriaCervantes la aportación escrita y fotográfica que nos permitieron

difundir la vida y obra del ameritado maestro.

José SantosValdés Salazar

1935-2004

“Formar maestros, era formar la columna vertebral de la Educación en México”.





Cuando llegó a mis manos la petición de la Dra. Carmen Olivares Arria-ga, Secretaria Técnica del Consejo Estatal Técnico de la Educación en Tamaulipas, para hablar sobre la obra educativa que realizó José San-tos Valdés Salazar, mi padre, y observar los puntos que se indicaban, inmediatamente pensé: “qué difícil es narrar en estas líneas algunos aspectos de la vida de mi padre, sin dejarse llevar por los sentimientos de amor, admiración, orgullo y nostalgia, por lo que, es probable que puedan encontrarse algunos párrafos cargados de algunos de estos sentimientos”. Es importante señalar, que distintos datos que narraré a continuación, me fueron proporcionados por personas cercanas a él en las diferentes etapas de su vida, así como, por información obtenida en publicaciones periodísticas, boletines, revistas, fotografías, etc.

Comenzaré por decirles, que un 9 de diciembre de 1935, en Santander Jiménez, Tamaulipas, vio la luz primera, siendo el sexto de siete hijos del matrimonio formado por el Sr. Santos Valdés Andrade y la Sra. Del-

Sus alumnos, hoy hombres y mu-jeres de bien lo recuerdan por su sensatez, prudencia, serenidad,

responsabilidad, disciplina y buen juicio.



fina Salazar Manrique, fue un niño que se caracterizó por la tenacidad y constancia para alcanzar sus sueños, la disciplina y responsabilidad en todas sus actividades, saber conciliar y solidarizarse en el trabajo de equipo, lo entusiasta y vehemente para cumplir con la comunidad en la que vivió, así como, la satisfacción y el orgullo del deber cumpli-do, mismo que muchas veces se vio reflejado en sus facciones, cuando alcanzaba sus objetivos. Menciono todas estas características, porque formaron parte de su recia personalidad y además le permitieron alcan-zar sus metas o sortear cada uno de los obstáculos que enfrentó a lo largo de su vida.

Más tarde, su familia se traslada a Ciudad Victoria, lugar donde cul-minó su educación primaria, en la Escuela “Victoria”; continuando en 1948 sus estudios en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria del Estado en esta misma ciudad, hoy Benemérita Escuela Normal Fede-ralizada de Tamaulipas; en su último año, organizó junto con un grupo de compañeros, la Primera Sociedad de Alumnos de la Escuela Secun-daria, Normal y Preparatoria del Estado, imponiéndole el nombre de “Luis Puebla y Cuadra”, siendo él su primer Presidente, terminando en 1954 su educación normalista.

En 1957, inicia sus estudios en la especialidad de Civismo, en la legen-daria Escuela Normal Superior de México, D. F, misma que concluyó en 1962, con la entrega de sus documentos, por el Secretario de Educa-ción Jaime Torres Bodet. Su anhelo de saber y su indiscutible vocación docente, lo llevaron de 1963 a 1968, a prepararse en una segunda licenciatura, esta vez, en la especialidad de Historia, en la misma Es-cuela Normal Superior de México, así mismo, realizó diferentes cursos, diplomados, talleres, etc., que le permitieron estar en constante actua-lización profesional, además de ser un asiduo lector.

En 1960, contrae nupcias con la Profra. María Graciela Salinas Garza, quien apoyó, compartió y alentó sus sueños y metas, además de pro-crear siete hijos: Laura Graciela, Martha Patricia, Anna Luisa, María del



Refugio, José Santos, Claudia Verónica y Carlos Alberto; las primeras cuatro hijas heredaron la vocación de sus padres, los dos varones termi-naron como Ingenieros en Electrónica y su hija menor como Contador Público; todos han formado ya sus familias y se desenvuelven profe-sionalmente con responsabilidad, compromiso y satisfacción en lo que hacen, todo ello, aprendido con el ejemplo de sus padres.

Pero el tiempo todo lo alcanza y falleció el 2 de mayo de 2004, en Monterrey, N.L; él siempre se consideró un hombre bienaventurado, por lo que la vida le permitió alcanzar, sus proyectos y nuevas ideas que nunca cesaron, siempre con una visión a futuro. En el ocaso de su vida, como él decía, se sentía afortunado, por haber cumplido siempre con su deber, muy orgulloso y satisfecho por la familia que formó con el apoyo de su compañera, a quien valoraba como una gran mujer.

Conocí por sus anécdotas, el nombre de algunos de los maestros, que a mi juicio fueron ejemplo para su formación profesional, como los Pro-fesores: Apolonio Falcón Guerrero, Raúl Bolaños Martínez, Arquíme-des Caballero Caballero, Mario Aguilera Dorantes, Antonio Vélez Cas-tro, Juventino Pineda y Ortega, entre otros; cada uno de ellos aportó diversas enseñanzas y ejemplos, en distintas etapas de su vida, que influyeron en su vocación y personalidad magisterial.

Su personalidad inquieta, lo llevó a formar parte de la banda de guerra de la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria del Estado, además de practicar el basquetbol, deporte que le permitió en su vida laboral integrarse al equipo de maestros que representó a la Cd. de Camargo, Tam. en diversos encuentros estatales.

En las escuelas donde laboró se preocupó porque sus alumnos practi-caran este deporte, así como, los juegos tradicionales: trompo, balero, papalote, salto de cuerda, etc., además de formar clubes deportivos, de juegos tradicionales, danza, oratoria, rondalla, estudiantina, orfeón, declamación, actividades recreativas, taxidermia, amigos del bosque,



lectura, biblioteca. Otra actividad que impulsó en las escuelas secun-darias de la capital del estado, a partir de 1969 y que impactó a la comunidad, fue la de formar mosaicos monumentales, actividad por la que en 1981, recibió un reconocimiento por ser el primer impulsor en Tamaulipas.

Considero que el grupo musical y tea-tral, de la Secundaria Federal “Cuau-htémoc” de Camargo, fue lo que más dejó huella en él, por ser el primero de esta magnitud del que formó par-te para su creación, desarrollo y divul-gación; era el año de 1960, cuando el grupo artístico “Fantasía Mexicana” bajo la Dirección del Profr. Roberto Garza Cruz, Director de la Escuela, y el apoyo de un grupo de docentes como Juan Pablo Marrero, Rodol-fo Tamayo Martínez, Javier García Cárdenas, José D. Urrutia Lara, José Santos Valdés Salazar y otros, en un período de cuatro meses efectuaron ensayos, en un horario extraclase, tiempo que vieron recompensado alumnos y maestros, con la satisfac-

ción de la aceptación y elogios que les dio el público, ya que esta obra artística, se presentó en once ocasiones, en lugares como: Camargo, San Miguel de Camargo (hoy Díaz Ordaz), Reynosa, Comales, Miguel Alemán, Ciudad Victoria y Mier Tamaulipas, así como en Río Grande y Roma Texas. Es importante señalar que el Gobernador del Estado de esa época, Dr. Norberto Treviño Zapata, reconoció en esta obra, su valor didáctico, considerándola una lección de la historia patria, que afirmaba las raíces



de la mexicanidad; por lo que financió los gastos para su presentación en la capital del Estado, evento que se llevó a cabo en la Plaza Cívica “Adolfo Ruiz Cortines”, ante más de 5,000 personas, quienes ovacio-naron frenéticamente la obra, y donde alumnos y maestros recibieron en forma personal, las felicitaciones del Dr. Norberto Treviño Zapata quien les obsequió un piano para su escuela. También fue reconocida a nivel nacional, realizándose una publicación en el Boletín de la Direc-ción de Segunda Enseñanza de la Secretaría de Educación Pública en el Tomo I Num. 5 de Septiembre-Octubre de 1960, la cual describe todo el desarrollo del festival artístico cultural “Fantasía Mexicana”.

Su perseverancia, tenacidad, firmeza, lealtad a sus principios docentes, empeño, voluntad y determinación, lo llevaron a poner en práctica un nuevo criterio del quehacer educativo, organizando en las escuelas se-cundarias a su cargo el trabajo en equipo, creando en sus integrantes la conciencia de que todos tienen una responsabilidad en la formación de los adolescentes, unificando el criterio de los maestros bajo la tesis que propone al educando como centro, aplicando para ello las técnicas y métodos objetivistas y constructivistas del aprendizaje, en un ambiente de tolerancia, democracia, trabajo, solidaridad, crítica y reflexión.

Cuando ocupó la Dirección de la Benemérita Escuela Normal Federa-lizada de Tamaulipas y después como Director del Colegio de Bachi-lleres de Tamaulipas, se dedicó a la formación de cuerpos colegiados de trabajo, mediante la construcción de espacios para el análisis, la reflexión, el intercambio de experiencias y propuestas didácticas, que permitieran mejorar el trabajo académico y apoyar al proceso ense-ñanza aprendizaje. Dando siempre gran importancia en promover un lazo de unión entre los miembros de cada centro de trabajo en el que laboró y en reconocer, valorar e impulsar las habilidades del personal a su cargo.

El participar en la fundación de dos escuelas secundarias en el estado, en una preparatoria y en la Escuela Normal Superior de Tamaulipas,



fueron experiencias satisfactorias que dejaron una profunda huella en él, porque le permitieron brindar a los niños y jóvenes espacios para saciar sus ansias de saber, además de participar en conjunto con los padres de familia, en su formación y sentar las bases para que se con-virtieran en excelentes profesionistas y distinguidos tamaulipecos.

Una satisfacción muy personal fue la imposición de su nombre a la Es-cuela Secundaria General No. 4 de Cd. Victoria y el reconocimiento y la Medalla al Mérito Académico en el área de docencia, que le otorgó la Universidad Mexicoamericana del Norte, de A. C., como tamaulipeco distinguido.

Otra de ellas, fue la de ser Director de su Alma Mater, la Benemérita Escuela Normal Federalizada, al contribuir a favor de la superación y el prestigio en su organización, así como, sembrando en los futuros maestros el trabajo fecundo y creador, la grandeza de pensamiento y acciones educativas en bien de las nuevas generaciones y la práctica de valores en un clima de armoniosa tranquilidad.

Algunos de sus alumnos, convertidos hoy en hombres y mujeres de bien, comentan que lo recuerdan por su sensatez, su prudencia, su se-renidad, su responsabilidad, su buen juicio, la formalidad en sus accio-nes, el buen trato con el que se conducía y su sentido del deber en la profesión que lo enorgullecía; algunos recuerdan su oportuna, directa y correcta orientación, sus consejos para alcanzar sus propias metas, cuando les decía que para iniciar algo, solo bastaba avivar el fuego del entusiasmo, de la responsabilidad, perseverando con carácter y volun-tad férrea.

Su labor docente la inició paralelamente a su último grado de Educa-ción Normal, en el Colegio Justo Sierra y en el Centro Cultural Noc-turno “Alianza” en Ciudad Victoria, Tam. En 1954, recién egresado de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, se dirige a trabajar en la Escuela Primaria Federal “Josefa Ortiz de Domínguez”



de la Cd. de Camargo, Tam, adscrita a la Zona Escolar No. 8, cuyo Inspector, el Profr. Apolonio Falcón Guerrero, tiempo atrás ya había observado su trabajo docente, cuando realizaba una práctica escolar, causándole una grata impresión, misma que se vio fortalecida durante su arduo desempeño de labores en dicha escuela, por lo que también en este mismo año, decidió invitarlo a fundar la Escuela Secundaria Federal “Cuauhtémoc”, para que los jóvenes de esa región continua-ran sus estudios y no tuvieran la necesidad de trasladarse fuera de sus hogares; escuela donde impartió las asignaturas de Historia Universal y de México, además de ser encargado de la dirección en forma interina,por un breve espacio, y subdirector de la misma.

Corría el año de 1965, cuando se traslada a la ciudad de Monterrey, N. L., para ocupar la Subdirección de la Escuela Secundaria Federal “Reforma”, destacando por su trabajo organizativo, administrativo y académico, labor que fue reconocida por las autoridades, quienes al año siguiente le otorgan el nombramiento de Director de la Escuela Secundaria Federal No. 1, de su querida Ciudad Victoria, retornando a esta ciudad con su familia, para emprender un nuevo desafío, es-cuela donde permaneció hasta 1972; en 1969 participa, junto con un grupo de maestros, en la fundación de la Escuela Normal Superior de Tamaulipas, en la cual, ocho años después, fue Jefe del Departamento de Titulación; en 1974 asistió como Delegado al Primer Congreso In-ternacional de Educadores del Tercer Mundo, en Acapulco, Guerrero; en septiembre de 1977, se le presenta la oportunidad de fundar la Escuela Secundaria Federal No. 4, siendo director de la misma y un año después Director fundador de la Escuela Preparatoria “Profr. Oscar González Blackaller”.

En 1979, participó como Asesor de evaluación del aprendizaje, lectura e interpretación del Acuerdo Secretarial No. 17, en Ciudad Madero, Tam., en 1981 fue miembro del Cuerpo Técnico de Educación Secun-daria en el Estado de Tamaulipas, un año después es nombrado Sub-director de Asuntos Educativos, de la Dirección General de Educación



y Cultura del Gobierno del Estado; en 1989 asume el cargo de Direc-tor de la Benemérita Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas, su Alma Mater, cargo de ardua y fecunda responsabilidad, porque para él formar maestros, era formar la columna vertebral de la Educación en México, con hombres y mujeres responsables del destino de las nuevas generaciones.

En 1993, fue integrante del Jurado para la selección del Libro de Texto Gratuito de Historia y Geografía de Tamaulipas para el Tercer Grado de Educación Primaria, mismo que hasta la fecha es utilizado por los alumnos de Educación Primaria.

En 1995, un grupo de maestros acompañados por la Directora de la Escuela Secundaria General No. 4, llegaron a su casa, para comunicarle que atendiendo el Proyecto “Nuestros Maestros”, convocado por el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, el personal de esta institución, había decidido imponerle su nombre al plantel, distinción que aceptó con modestia y satisfacción, por lo que el 21 de junio de este mismo año, se le realizó un homenaje y mediante una ceremonia organizada por la Dirección y personal de la escuela, se le impone su nombre.

En 1996, es miembro del Consejo Municipal de Participación Social en la Educación, el Municipio de Victoria; también asiste como Delegado al Primer Congreso Popular Nacional de Educación en Jurica, Qro., en 1999 es nombrado Director de Educación Básica en el Estado, en el 2003 Subsecretario de Educación Básica y Normal en el Estado de Ta-maulipas y finalmente Director General del Colegio de Bachilleres del Estado de Tamaulipas.

Dentro de las actividades políticas, sociales y culturales en las que par-ticipó, podríamos citar por ejemplo que en 1963 fue Síndico del H. Ayuntamiento de Cd. Camargo, Tam., en esta misma ciudad; fue Se-cretario de Conflictos y Secretario General de la Delegación Sindical de



la Escuela Secundaria Federal “Cuauhtémoc”, además de pronunciar diversos discursos, como, en el homenaje al Natalicio de Benito Juárez, otro donde da la bienvenida en Cd. Camargo, al Lic. Praxedis Balboa, y además en el apoyo a la candidatura a la presidencia de la república del Lic. Gustavo Díaz Ordaz; más tarde en Monterrey, N.L. llegó a ser Secretario General de la Delegación Sindical de la Escuela Secundaria Federal 11 Reforma “, así como en este mismo estado fue nombrado Secretario de Ajustes de la Sección 21 del S.N.T.E.

Fue nombrado Secretario de Finanzas y en el siguiente periodo Se-cretario de Acción y Asistencia Social de la Sección 30 del SNTE en el Estado de Tamaulipas, así mismo, participó como Delegado al Primer Congreso Internacional de Educadores del Tercer Mundo, en Acapul-co, Guerreo, Delegado al Primer Congreso Popular Nacional de Edu-cación, en Jurica Qro., además fue comisionado en distintos períodos, representante del Gobernador, para asistir a los informes de algunas administraciones municipales del estado, a eventos cívicos y educati-vos. Igualmente fue comisionado como orador en los eventos del 24 de octubre en el teatro de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el 24 de febrero en la explanada de la Unidad Deportiva “Pte. Adolfo Ruiz Cortines” y el 21 de marzo en la Plaza Juárez. Además recibió al Presi-dente de la República, el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, quien aban-deró a la Escuela Secundaria General No. 4, de la cual era el Director.

Agradecemos y reconocemos a la profesora Laura Valdés Salinasla aportación escrita y fotográfica que nos permitieron difundir


María Concepción Mendiola Balandrano

1915

Cincuenta años de trabajo educativo significa cincuenta generaciones que dan testimonio de la obra de una per-sona dedicada y comprometida en cuerpo y alma a la do-

cencia.

María ConcepciónMendiola Balandrano




El 3 de Septiembre de 1915 nace en la Villa de Soto la Marina, Estado de Tamaulipas, María Concepción Mendiola Balandrano, hija de la se-ñora Ramona Balandrano Alcalá y el Profr. Francisco Mendiola Garza.

Sus estudios de educación primaria los realiza en la Escuela General Felipe de la Garza, de esa localidad. Dado que a temprana edad queda huérfana, sus tías maternas se ha-cen cargo del cuidado de ella y su hermano Francisco, inculcándoles la necesidad de prepararse académicamente para poder desarrollarse personalmente y así contribuir con la sociedad a la que pertenece, te-niendo que trasladarse a Ciudad Victoria a continuar sus estudios.

Desde temprana edad y bajo el ejemplo de su padre desarrolla su in-quietud por la actividad docente, entendiéndola como una forma de colaborar a desarrollar los conocimientos adquiridos en los niños y pre-pararlos para enfrentarse a la vida con herramientas adecuadas.

Su compromiso laboral fue ex-traordinario, llegando a desarrollar

un novedoso método para 1er. Grado de primaria de

Lecto-Escritura.



Forma parte de la Generación 1933 de maestros de la Escuela Secun-daria, Normal y Preparatoria del Estado, ubicada en lo que hoy cono-cemos como Casa del Arte, de la que egresa obteniendo calificaciones de excelencia, siendo algunos de sus compañeros sus primas Consuelo y Elena Balandrano; Flavia Castañeda; José García García, quienes a su manera han contribuido a engrandecer las labores docentes.

Destaca desde sus inicios laborales su compromiso con la educación, desarrollando un novedoso método que denomina de Lecto-escritura en el que se respeta al máximo el contenido del programa implantado por las autoridades educativas, pero lo mejora y complementa hacién-dolo práctico y visual, siendo parte importante del éxito involucrar a la familia del educando, exigiendo su colaboración para continuar en la casa con lo enseñado en la escuela.

El vínculo resultante entre maestro - alumno - familia aseguraba que en dos meses, es decir, en el mes de octubre, de iniciado el curso, el alumno dominaba perfectamente la escritura y la lectura y si por algún motivo esto no sucedía, quien se retrasaba tenía que acompañar a la salida del Colegio y en el autobús de la escuela a la maestra a su casa por el tiempo necesario hasta que comprendiera y aplicara el método implantado, momento en que llamaba a sus padres para que fueran a recogerlo.

A raíz de la buena preparación de sus alumnos, quienes tenían mayores conocimientos que los exigidos en el programa institucional, al parti-cipar en los concursos de aprovechamiento de la 5º. Zona Escolar a la que pertenecía, normalmente eran de los más destacados en todas las áreas.

Su labor docente la inicia en el mes de septiembre de 1933 en la Es-cuela Anexa a la Normal, que hoy conocemos como la Escuela Primaria Victoria



Ante la apertura del Colegio Justo Sierra es llamada a impartir sus co-nocimientos a los alumnos de esa institución educativa en septiembre de 1948, considerándosele como cofundadora del mismo, permane-ciendo ahí hasta el año de 1956.

En esa época contrae matrimonio con el Señor Roberto Hernández Ruiz, que se constituye en un impulsor de su actividad docente, pues la incentiva a asistir y la acompaña a cursos de actualización en diversos lugares para mejorar sus técnicas de aprendizaje en beneficio de sus alumnos.

De septiembre de 1956 y hasta Ju-nio de 1982 labora en el Colegio José de Escandón, lugar donde fue maestra de muchas generaciones de ahora destacados tamaulipecos, dentro de los que podemos mencio-nar, entre otros a José y Enrique Cár-denas del Avellano; Francisco Bení-tez Garza; Egidio y Rodolfo Torre Cantú; José Calanda Montelongo; Alejandro y Mauricio Etienne Llano; Javier y Gustavo Valdéz Garza; Eu-genio y José Eduardo Hernández Flores; Jesús y Andrés Lavín Santos del Prado; Carlos Antonio y Jorge Martín Montemayor Guerrero.

En el año de 1983 reinicia su activi-dad en el Colegio Justo Sierra, per-maneciendo ahí hasta el año 1999,

fecha en que decide dar por concluida su labor educativa

Durante toda su trayectoria como mentora, siempre de primer grado



de educación básica, en lo personal y a sus alumnos se les otorgaron reconocimientos en los concursos de diversas asignaturas donde repre-sentaba a la Zona escolar a la que pertenecían las instituciones educa-tivas donde laboró.

Los fines de semana y las vacaciones las dedicaba a su casa y familia en Soto la Marina, donde se retroalimentaba de vivencias y experiencias o bien acompañaba a su esposo a uno de sus pasatiempos que eran la caza y la pesca.

Cincuenta años de trabajo educativo significa cincuenta generaciones que dan testimonio de la obra de una persona dedicada y comprome-tida en cuerpo y alma a la docencia, motivo por el cual en reconoci-miento de su importante obra educativa realizada en beneficio de la niñez y la juventud mexicana, el 15 de mayo de 1982 la Presidencia de la República la distingue con la medalla del mérito docente “Maestro Ignacio M. Altamirano” y un Diploma de Honor.

Ya retirada de su pasión por la educación, el 2 de octubre de 2000, alumnos, familiares, personal Directivo y Docente del Colegio José de Escandón La SalIe de Ciudad Victoria y representantes de 25 genera-ciones de alumnos le rinden un homenaje a su trayectoria y una placa conmemorativa se coloca en el aula en donde dedicó parte de su vida a transmitir la cultura a la niñez tamaulipeca, momento que aprovecha-ron para dedicarle un poema:

TU ME ENSEÑASTE A VOLAR

Tú me enseñaste a volar Con alas de pajarillo

Cuando no era más que un niñoSin miedo a la libertad.

No envejecerás jamás,



Amigo, hermano, maestro, Siempre como un padrenuestro

En boca de algún chaval.

Te han robado el corazón Los muchachos en la escuela

Ellos pasan, tú te quedas Algo de ti llevarán.

Te han robado el corazón Los muchachos de la escuela

Ellos pasan, tú te quedas Tú me enseñaste a volar.

Tú decidiste volar Dejando crecer a todos Cada cual tuvo su modo

Su sueño de libertad.

Nunca he podido olvidar Aquella lección pequeña:

“cada cual es lo que sueña, sueñe un poco cada cual.

Vas diciendo que alzarás El vuelo como un chiquillo,Hermano, maestro, amigo, Quédate un poquito más.

Siempre tendrás un lugar En mi corazón de niño, Compañero de camino, Tú me enseñaste a volar.



Como un signo peren-ne del reconocimiento a su destacada labor docente, la Presidencia Municipal de Victoria dedicó un espacio en el Paseo Pedro J. Méndez para erigir la Bibliote-ca Pública Municipal a la que se le impuso el nombre de ‘’Profra. Conchita Mendiola” como cariñosamente

todos la conocen.

Igualmente en la Ciudad de Reynosa, bajo el auspicio de la Secretaria de Educación Pública funciona un Colegio en el que se imparte Edu-cación Básica que se llama ‘’Profra. María Concepción Mendiola de Hernández”.

Hoy y siempre la Profesora María Concepción Mendiola Balandrano, “Maestra Conchita Mendiola”, quien a través del tiempo, el trabajo y el estudio ha conquistado el nombre de maestro, forma parte de los personajes ilustres de Tamaulipas, al ser forjadora de generaciones de alumnos comprometidos con la sociedad en donde se desarrollan.

Agradecemos al profesor Jorge A. Mendiola Ortiz que nosproporcionó los datos y fotografías necesarios para darlos

a conocer a la sociedad.


MiguelLópez Anaya

1924

Maestro formado con la tenacidad y esfuerzo desde la niñez, le permiten ser responsable en sus estudios, muy

cuidadoso en su trabajo y caballeroso en su trato.

MiguelLópez Anaya


MiguelLópez Anaya


Mi familia la formábamos, con mis padres Martín N. López e Isabel Ana-ya Chávez, cinco hermanos: Estanislada (Lalita), Agustín (Tino), Miguel, José Ángel y Rogelio, pero vivió siempre con nosotros la tía Benigna Berrones López, soltera, media hermana de mi padre y quien había cuidado su infancia. Algunas veces, mi mamá se refirió a ella diciendo que la consideraba su segunda madre pues la acompañó desde que se casó, ayudándola y orientándole, cumpliendo para nosotros un papel de abuela aunque simplemente le llamábamos Nina.

Para cuando los dos varones mayores ingresamos al quinto grado to-dos estábamos en la escuela; mi hermana en la secundaria, Ángel y Ro-gelio en la primaria y con ello la situación se tornaba complicada por la vida tan difícil de la familia debido a la limitación extrema como debían resolverse todos los apremios.

Sus compañeros de trabajo y alum-nos lo recuerdan con cariño y gra-

titud.

MiguelLópez Anaya


A riesgo de ser prolijo relataré lo siguiente: Cuando mi hermano Agus-tín y yo terminamos el primer año de primaria, mi padre nos llamó y dándonos un periódico nos ordenó leer algunos encabezados; des-pués nos dio un cuaderno poniéndonos a escribir nombres y al concluir aquello nos dijo que la escuela para aprender a leer y escribir era lo único que podía dar y si decidíamos seguir estudiando solo nos daría la alimentación pero útiles escolares, gastos y vestuario, nada; qué im-pacto para niños de siete y ocho años.

Aquello no fue ningún tanteo, lo dicho era y así fue, pues su actitud res-pondía a una amarga realidad, nada podía darnos. Acicateados por mi madre comenzó el despliegue de actividades en las que pronto enrola-mos a los hermanos menores y la lucha por la subsistencia y las ansias de superación nos hicieron permanentes trabajadores en muy variados quehaceres durante nuestra vida de escolares y estudiantes en aquella Ciudad Victoria tan corta en oportunidades.

Para cursar el tercer grado, mi hermano Agustín y yo fuimos a un centro cultural donde también se impartía primaria elemental que funcionaba en una casona de dos plantas y amplio patio en la acera norte de la ca-lle Hidalgo entre 14 y 15. Ahí estuvimos varias semanas con la profeso-ra Eusebia García y eventualmente nos atendía la directora, profesora Olivia Ramírez, mujer de inquietudes políticas y con gran capacidad de servicio social.

Nos cambiaron a una escuela de tipo federal ubicada en la calle More-los y ocho, institución recién abierta en lo que fue la casa del obispa-do. Al igual que en el centro anterior nuestros estudios fueron irregu-lares aunque frecuentemente nos atendía el distinguido maestro don Genaro Ruiz director de la escuela. El patio, que era muy amplio, lo compartíamos con el alumnado de la escuela anexa a la Normal, cuyo edificio estaba con frente a la calle Matamoros y que al igual de los que integraban el antiguo obispado fue demolido para la construcción del palacio federal.

MiguelLópez Anaya


Perdimos el año y al siguiente nos inscribimos, para el mismo grado, en la Escuela Epigmenio García donde era director con grupo el profesor Hilario Pérez García.

Ingresé a la Escuela Secundaria Normal y Preparatoria del Estado en Septiembre de 1937 cuando tenía 13 años de edad. Era director el profesor Mario Aguilera Dorantes oaxaqueño de origen y tamaulipeco por adopción.

Confieso que al llegar a esa institución mis sentimientos eran una mez-cla confusa de ilusiones, temor y curiosidad y grande fue mi sorpresa cuando a los aspirantes se nos citó para un examen de admisión que según se decía fue la primera vez que se hizo, pues tal era la afluencia que se formaron tres grupos de primero.

Al salir de aquella prueba, aglomerados en el pórtico de la escuela, los alumnos de grados superiores esperaban para cortar el pelo a los aspirantes lo que hacían en las más caprichosas y ridículas formas entre burlas y desplantes de seriedad, diciéndonos que al hacerlo estaban abogando por nosotros pues así nuestra inscripción se aseguraba, de modo que al iniciarse las labores, la característica sobresaliente del no-vato era estar “pelón”.

Debo aclarar que esa institución fue el resultante que en su evolución tuvo aquel Instituto Científico y Literario fundado con carácter particu-lar en 1888, convertido en oficial al año siguiente y que siempre con-centró bajo una misma dirección los tres ciclos arriba anotados hasta 1962 cuando a cada uno se le entregó su propio edificio.

El paso de la educación primaria a la secundaria no me pareció de cam-bios bruscos lo que atribuyo al tacto pedagógico y probada experien-cia de nuestros maestros para conducirnos.

MiguelLópez Anaya


Cuando mi hermana Lala terminó la educación primaria se consideró que concluía su condición de estudiante mas enterada, la directora pro-fesora Cuquita Villarreal insistió para que se inscribiera en la secundaria y envió a dos maestras para que hablaran con mis padres ofreciendo recomendarla a fin de que le dieran una pensión cosa que se cumplió durante su primer grado pues la señorita Cuquita era hermana del doc-tor Rafael Villarreal Gobernador del Estado, pero los embates políticos provocaron, injustamente, que también los estudiantes pensionados sufrieran a la caída de aquel gobernador y fue hasta que mi hermana, después de dos años, alcanzó el ciclo profesional para magisterio cuan-do le restituyeron su pensión.

Viene al caso referir lo anterior para anotar que al concluir mi primer grado de secundaria, los profesores Oscar Álvarez y José García me recomendaron para que el gobierno estatal me otorgara una pensión pues mi promedio de aprobación me hacía acreedor y así, durante los segundo y tercer años recibí mensualmente quince pesos que muchos pequeños problemas me resolvían.

Al llegar al segundo año tuve la fortuna de contar con profesores que influyeron mucho en mi formación.

Durante el primer trimestre de aquel año escolar, mi maestro de Mate-máticas fue el señor profesor Leonardo López Valdez, quien nos intro-dujo al emocionante y desconocido para nosotros campo del Álgebra. Era todo minucia, paciencia y eficacia, pero dejó la cátedra, según nos explicaron, para ocupar un puesto oficial en la Dirección Federal de Educación en el Estado. Vino a sustituirlo el profesor José Guadalupe Longoria García quien para entonces era el Director de la escuela.

Desde que regresé a la escuela en 1941 comprendí que mi vocación era el magisterio y día por día refrendé el propósito de lograr esa pro-fesión recordando entonces los análisis que hiciera años antes el profe-sor Aguilera aunque momentáneamente me había desviado.

MiguelLópez Anaya


Mi situación económica seguía siendo de limitaciones, pero menos gra-ve pues era pensionado y en los tiempos libres al igual que mi hermano José Ángel, trabajaba como dependiente y mozo en comercios de la calle Hidalgo, pero quien más resolvió problemas fue mi hermana Lala que en junio de ese año terminó sus estudios y comisionada en una escuela de Ciudad Madero, destinaba buena parte de su sueldo para el sostén de la familia. También Rogelio trabajaba pues desde los ocho años de edad, fue autosuficiente. Agustín auxiliaba en todos los que-haceres del hogar.

En julio de 1944 concluí mi ca-rrera y en ceremonia del día 2 por la noche nos graduamos como profesores Maurilia mi prima y yo y como bachiller para ingeniería José Ángel. En dicha ceremonia recibi-mos nuestro certificado de estudios completos y dos dis-cursos; el de un maestro para despedirnos y otro del com-pañero Martín García Castillo, graduando que además era el

presidente de la sociedad de alumnos. En seguida bailamos el vals de graduación que habíamos ensayado durante dos semanas para lo cual se escogió “El Canto de los Bosques de Viena” ejecutado por la or-questa de moda Los Príncipes del Swing. Se concluyó el evento con un animado baile que amenizaron alternativamente “Los Príncipes” y la “Jazz Band de la Defensa Nacional” venida de la Ciudad de México exclusivamente para este baile.

Con orgullo trabajé como profesor de educación primaria en diferentes escuelas del medio rural de Tamaulipas (1944-1949) y a partir de1949-1968 junto a los que fueron mis maestros, en las diferentes institucio-

MiguelLópez Anaya


nes de educación superior como puedo nombrar la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria de Tamaulipas, en la Secundaria y Preparatoria Nocturna para trabajadores y en la Escuela Normal Superior de Tamau-lipas; Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y fue en el año 1968 cuando se me asignó la dirección de la Benemérita Escuela Nor-mal hasta en el año 1972.

Cofundador del Museo de Arqueología e historia de Ciudad Victoria en 1957.

A partir de 1972 y hasta 1974 fui supervisor de educación normal de la Secretaria de Educación Pública donde me toco participar en la fun-dación de un centro de educación normal en Tuxtepec, Oaxaca; hasta 1993 laboró en la Dirección General de Educación y Cultura de Tamau-lipas.

Agradecemos los datos y fotografías que nos aportaronlos familiares de tan distinguido maestro.


Rafael BalandranoBalandrano

1893-1957

Autor de la letra de la “Marcha Normalista” que ha sido entonada con emoción, por todos los que han pasado

por la Normal.

RafaelBalandrano Balandrano




El maestro don Rafael Balandrano fue hijo de don Filiberto Balandrano Pérez y doña Enedina Balandrano Prieto, nace el 22 diciembre de 1893. Contrajo matrimonio en 1917 con doña Herlinda Guevara Orozco, con quien sostuvo un bonito matrimonio. Sus hijos: Rafael (primogénito que murió de un año seis meses), Ramón Darío, Rafael; Ana María; María Guadalupe, Herlinda, Enrique y María del Refugio, todas ellas maestras normalistas y ellos ingenieros.

Muere el 22 de enero de 1957. Su sonrisa, se guardó, sus ademanes caballerosos, su especial inclinación a la plática interesante que invi-taba a los jóvenes estudiantes a formar corrillos alrededor de él en la biblioteca, en el corredor, en el patio de la escuela, ampliando así los conocimientos de los normalistas o tratando de aclarar alguna duda, su fascinante tendencia a la amistad y a la camaradería han quedado para siempre en la mente de sus alumnos.

Persona organizada, cumplida y de férrea disciplina, no obstante su

carácter alegre, festivo, ricamente sensible a las artes y a la cultura.



Don Rafael inició sus estudios en la Escuela Primaria de Varones Anexa a la Escuela Nor-mal cuando era di-rector don Lauro Aguirre (con quien cultivó una bella amistad y fue, en su momento pa-drino de su boda), Gobernador del Estado don Pedro Argüelles, terminó su instrucción primaria superior en la misma Escuela Anexa cuando era ya director don Zenón Araujo. Años después y ya siendo maestro, don Rafael presta sus servicios primero como auxiliar y posteriormente como director de dicha escuela, trabajando algún tiempo bajo las órdenes de don Zenón, en donde tuvo la oportunidad de acrisolar su vocación y enfilar su camino hacia la superación profe-sional. Desde esa época el maestro Balandrano se dio a conocer como una persona organizada, cumplida y de férrea disciplina no obstante su carácter alegre, festivo, ricamente sensible a las artes y a la cultura.

Teniendo consolidados sus primeros años de estudio a través de la magnífica influencia de don Lauro Aguirre y don Zenón Araujo, contan-do con el cuidado especial del ambiente familiar donde existía la pre-ocupación por el saber. Don Rafael Balandrano continuó sus estudios en el Instituto Científico del Estado, en ese entonces era director del mismo don Juan B. Tijerina. Su generación 1906-1912 se forjó con la dedicación, el esfuerzo y los ideales de un selecto grupo de catedráti-cos que supieron fortalecer en el maestro Balandrano las cualidades y habilidades que lo identificaron en su vida como un ciudadano cumpli-do y patriota, como amoroso padre de familia, como atento esposo y



distinguido maestro.

Del Instituto Científico donde terminó sus estudios como maestro de primera clase, pasó la tarea de encauzar a los niños y a los jóvenes en el aprendizaje. Desde el año escolar 1913-1914 fue ayudante de la Escue-la Anexa de Varones de esta ciudad, posteriormente ocupó la dirección de la misma. En 1918 se le designó Director de la Escuela Elemental Justo Sierra en esta ciudad. De 1920 a 1923 fungió como Director de la Escuela Elemental Enrique C. Rébsamen. Más tarde estuvo por un corto tiempo como Director de la Escuela Gabino Barrera, de Tampico. Y de 1924 hasta el año en que se jubiló, 1950, se desempeñó como maestro al servicio de la Escuela Normal y Preparatoria del Estado, ahí disfrutó del afecto de sus compañeros y de sus alumnos. En 1936 ocu-pó la dirección de dicha institución y el resto del tiempo tuvo a su cargo las cátedras de Ciencia de la Educación, Francés, Historia de la Educa-ción, Ética y Estética, Organización y Estadística Escolar. Casi siempre realzaba su clase con algunas anécdotas interesantes, con algún chiste o algún cuento de su propia cosecha, o lo más bello, declamaba algún poema con esa su voz pastosa de ricos matices que avivaban en sus discípulos el deseo de continuar adelante en sus estudios.

El maestro Balandrano tenía además alma de poeta, era un verdadero romántico, un caballero singular que encontraba siempre la chispa ale-gre y simpática que con frecuencia transformaba en verso.

Con gran facilidad acudía a su mente la nota agradable, la observación atinada, el comentario ingenioso. En otras ocasiones no era posible sustraerse a su aguda sátira o a su verso jocoso. Todo esto nos habla de su vida bohemia encauzada hacia los polos positivos: el amor, la ale-gría y el deseo de encontrar en todo el aspecto risueño, la parte agra-dable que nos permite hacer una pausa en el tiempo, alejándonos de la rutina, de la triste realidad, de los momentos amargos y angustiosos; y nos ayuda a soportar el sufrimiento, las duras pruebas a que somos sometidos por las mismas condiciones inexplicables de la existencia.



Don Rafael supo infundir aliento vivificador, osadía, resolución, bravura, voluntad de poder, energía y fortaleza a sus jóvenes alumnos que se arredraban por las raquíticas condiciones económicas y sociales en que se desenvolvían. Él con su broma oportuna, con su sana alegría, con su inigualable afán de hacer sentir y sentir el amor por la vida, dejaba en la mente y en el corazón de sus alumnos la semilla de la esperanza, de la ilusión, del valor para continuar adelante y salir victoriosos en la lu-cha grabó en la mente de la juventud normalista una de las más bellas expresiones, quizás la más extraordinaria de las actitudes que el ser hu-mano debe mostrar ante sí y ante sus semejantes, la forma más sublime de presentarse frente a los grupos o frente a los individuos, la manera de ser más auténtica; el modo más conveniente de encararse con los problemas y los obstáculos; la condición más especial para servir y ser útil: la dignidad más noble para hacer realidad su vocación magisterial ... don Rafael Balandrano nos hizo MENSAJEROS DE PAZ Y ALEGRIA con un MENSAJE DE AMOR…

Entre los profesores Álvaro Pérez y don Rafael Balandrano nació y se fortaleció una hermosa amistad. Ellos tenían una peña de amigos. Los dos eran románticos, sen-sibles y quijotescos, don Álvaro tocaba el piano, interpretaba y componía música; don Rafael jugaba con el verso, declamaba y componía sus poemas. Generalmente se reunían en la casa que ocupa-ba don Álvaro con su familia en la calle ocho entre Juárez y Zaragoza. Ahí, fue donde surgió la idea de escribir LA MARCHA NORMALISTA.



Don Álvaro compuso la música y don Rafael escribió la letra.

En 1934, precisamente en la Misión Pedagógica y Cultural que se reali-zó en Nuevo Laredo se cantó por primera vez la Marcha Normalista. En esa ocasión la letra versaba así:

“ESTUDIANTES, CON GUSTO ENTONEMOS ESE CANTO DE AMOR Y LEALTAD,

Y CON ELLO ENTUSIASTAS HONREMOS NUESTRA ESCUELA, LA ES-CUELA NORMAL”.

“ESTA ESCUELA NORMAL TAN QUERIDA, QUE ES DEL ESTADO LEGÍTIMO HONOR; Y JUREMOS NOSOTROS

CON ALMA Y VALOR, TRABAJAR POR HACERLA MEJOR”.

“NORMALISTAS, VENID, PREPARADOS A ENTRAR EN LA LID;

POR LA ESCUELA ESTUDIAD,POR LA ESCUELA TAMBIEN TRABA¬JAD”.

“EL MENSAJE DE AMOR QUE A LA MISMA PODEMOSLE DAR,

ES LUCHAR CON ANHELO CON FE YCON ARDOR,PARA HACERLA POR SIEMPRE MEJOR”.

A su regreso de esta Misión Cultural y en los minutos libres entre clase y clase caminando por los amplios corredores de la Escuela Normal y Preparatoria del Estado, en su edificio de Matamoros y Guerrero y entre ocho y siete, junto al bullicio del alumnado; don Rafael haciendo uso de lápiz y papel, pulió y afinó los versos por él inicialmente escritos y ahí con gesto pensativo, con el cigarro en los dedos, con la expresión completamente abstraída, dio los trazos necesarios y nos legó los ver-sos definitivos que entonarían, por el resto de su vida, los normalistas. Desde ese entonces la MARCHA NORMALISTA quedó como sigue:



“MENSAJEROS DE PAZ Y ALEGRÍA, AQUI VENIMOS A REPRESENTAR

A ESTA FUENTE DE LUZ Y ALEGRÍAQUE SE LLAMA LA ESCUELA NORMAL”.

“NUESTRA ESCUELA NORMAL TAN QUERIDA QUE ES DEL ESTADO LEGÍTIMO HONOR,

Y JURAMOS NOSOTROS CON FE Y CON VALOR TRABAJAR PARA HACERLA MEJOR”.

“ESTUDIANTES VENID, PREPARAOS A ENTRAD EN LA LID, POR LA ESCUELA LUCHAD,

POR LA ESCUELA TAMBIÉN TRABAJAD”. “EL MENSAJE DE AMOR

QUE A LA MISMA PODEMOS LEGAR,ES LUCHAR CON ANHELO, CON FE,

Y CON VALOR, PARA HACERLA POR SIEMPRE MEJOR”. “ESTUDIANTES VENID…(SE REPITE)

Únicamente aquel que vivió los años más felices de su vida en las aulas, pasillos, corredores, patios y demás anexos de la Escuela Normal y Pre-paratoria del Estado, sólo aquel que entregó lo mejor de su vida a las generaciones que supo orientar y encauzar hacia la realización suprema de su vocación, sólo aquel que encontró en su labor educativa el estí-mulo, y la respuesta a sus aspiraciones y a sus nobles inquietudes, sólo aquel que supo ser fiel a la amistad, al compañerismo, a la responsabili-dad con la juventud y con la patria ... es quien pudo dejar para todas las generaciones normalistas el lazo de unión y fraternidad que representa nuestra MARCHA NORMALISTA ... para él, para don Rafael Balandrano y para don Álvaro Pérez, nuestro profundo reconocimiento.

Datos y fotografías obtenidos de escritos proporcionadospor familiares, en forma especial nuestro agradecimiento a

la profesora Ma. del Refugio Balandrano Guevara.


TirsoSaldivar Acevedo

1906-1998

Maestro que vivió para desempeñar la labor educativa en la niñez y la labor social del magisterio.





Nació el 25 de agosto de 1906, en la ex hacienda de Camacho, mu-nicipio de San Carlos Tamaulipas; sus padres fueron Juan B. Saldívar González y Concepción Acevedo Ochoa.

Cursó su educación básica en la cabecera municipal de Padilla y sus estudios profesionales en la Escuela Normal y Preparatoria del Estado, con sede en Cd. Victoria Tamaulipas.

Fueron sus maestros entre otros los ameritados: Matías S. Canales, Ra-fael Tejeda, Eutimio Martínez, Felipe Pérez Garza, Artemio Villafaña, Julián Terán Saldívar, José Martínez y Martínez, Soledad Alcalá, Baude-lio Villanueva y el Ingeniero Marcelino Castañeda.

Ya en el ejercicio de su profesión y siendo Gobernador Constitucional del Estado el Lic. Francisco Castellanos, fue seleccionado en unión del profesor Hermenegildo Dávila para trasladarse al Distrito Federal, a

Toda su labor se concentra en conseguir el desenvolvimiento del ser humano en la sociedad bajo la

premisa de SERVIR.



fin de cursar su especialización en Educación Secundaria en la Escuela Normal Superior de México, en ese entonces dependiente de la Uni-versidad Nacional de México.

Ahí recibió cátedra de distinguidos docentes como: Alfredo E. Uru-churtu, Rafael Ramírez, Manuel Barranco, Soledad Anaya Solórzano y los Licenciados José Ángel Ceniceros y Carlos Lerdo de Tejada.

En 1931 siendo secretario de la primera zona escolar con sede en el Puerto de Tampico, fundó en compañía del Maestro Manuel S. Hidalgo la Escuela Normal Nocturna para maestros empíricos, lo cual permitió que muchos docentes en servicio estudiaran y obtuvieran su título.

Ese mismo año se incorpora a la sociedad cooperativa Escuela Secun-daria Tampico, única en el país bajo el sistema cooperativo e indiscuti-blemente la primer secundaria en la región y en 1932, crea en unión del Maestro Artemio Villafaña Padilla, la Escuela Preparatoria de Tampico en donde se distinguió como catedrático y un eficiente administrador de la institución.

En el año de 1943, obtienen la autorización correspondiente para ini-ciar los cursos de la Escuela Normal Alfredo E. Uruchurtu, ofreciendo a la juventud de la región un modelo educativo innovador; hasta 1985 formó a centenares de maestros que a través de su ejercicio docente confirman el prestigio de dicha institución, de sus fundadores y maes-tros.

El 29 de febrero de 1932 con la representación de la Primera Zona Es-colar, el honorable maestro Saldívar, acude al congreso que habría de realizarse para integrar un gremio que defendiera los derechos de los maestros de nuestro estado. En dicho congreso se dieron cita maes-tros de la talla de: Matías S. Canales, Julián Bahena Acevedo, Refugio Martínez, Julián Anzaldua, José Rendón, Juan Medina Cedillo, Aníbal Pérez Vargas entre otros muchos más, teniendo bajo su responsabili-



dad el Maestro Saldívar la Vicepresidencia de dicha asamblea, quien diligentemente logró lIevarla a su término con éxito, por los compro-misos de quien ocupaba la presidencia.

El 19 de septiembre de 1936 contrajo matrimonio con la respetable Profra. Hortensia González Piloto, originaria del Puerto de Tampico con quien procreó ocho hijos; mujer virtuosa, altruista y maestra ejemplar, excelente compañera de la vida, quien incondicionalmente impulsó y apoyó en todo momento al maestro Tirso.

El primero de octubre de 1937 en unión de destacados educadores de la ciudad, fundan la Escuela Secundaria Vocacional No. 1 Profesor Francisco Nicodemo; institución donde impartió cátedra y fue guía de generaciones a lo largo de muchos años.

Por ese tiempo se incorpora al sub sistema de educación, la secun-daria nocturna, precisamente en la Escuela Secundaria Federal para trabajadores número 11 de Ciudad Madero,. impartiendo la materia de Biología y Civismo.

En 1948 según apunta la crónica periodística de la ciudad, el Maes-tro Tirso en unión del maestro Villafaña, secundados por distinguidos profesionistas de la ciudad; como: el Dr. Alfredo E. Gochicoa y el Lic. Natividad Garza Leal, preocupados porque los jóvenes bachilleres al término de sus estudios debían emigrar a otras ciudades a cursar una carrera profesional, manifiestan primero ante los profesores de la Pre-paratoria y posteriormente a la población tampiqueña, una iniciativa que de momento sorprende a todos: ¡promover la instalación de una universidad pública para la región!, lo que en principio se señaló como una utopía, se hizo realidad gracias a la respuesta de las fuerzas activas de la ciudad que se sumaron también a este proyecto; iniciado por los catedráticos normalistas de la Preparatoria de Tampico.

El sueño se hizo realidad el 18 de septiembre de 1950 al llevar a cabo



la ceremonia de instalación de las Escuelas de Medicina y Derecho de la actual Universidad Autónoma de Tamaulipas, en el Salón de Actos de la Preparatoria de Tampico cita en Madero 505 oriente, contando con la presencia del C. Lic. Juan Guerrero Villarreal en representación del Gobierno de Tamaulipas.

En 1957, en el seno de la máxima autoridad sindical, el congreso de la Sección Treinta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Edu-cación, fue electo Secretario General. Durante su periodo sindical fue terminado el edificio social quedando instaladas en ese inmueble: la tienda de víveres, la biblioteca, el salón de actos y las oficinas adminis-trativas.

Otra conquista del Maestro Saldívar Acevedo como líder del magiste-rio tamaulipeco, fue la transformación de las plazas mixtas en plazas federales; sin olvidar la incorporación del magisterio en la vida política municipal y estatal.

Lo más importante de su labor sin duda, fue la unificación del magiste-rio tamaulipeco sentando las bases, de lo que actualmente disfrutan los maestros de este estado.

El primer día del año de 1959, recibió la distinción del Congreso Nacio-nal del S.N.T.E., al elegirlo para ocupar el cargo de segundo secretario de la Comisión Política del Comité Ejecutivo Nacional, encabezado por el Ing. Alfonso Lozano Bernal.

Al término de su brillante gestión sindical, fue electo primer regidor del Ayuntamiento de Tampico para el periodo 1960-1962; fungiendo en varias ocasiones por ministerio de ley como alcalde en ausencia del titular.

Entusiasmado por su vocación docente, reanuda actividades como Di-rector de la Escuela Secundaria para Trabajadores No. 11, resaltando



que durante su estancia en esa institución llegó a conformar veintidos grupos, logro difícil de alcanzar dado el carácter de nocturna.

En la Escuela Preparatoria de Tampico, además de impartir varias cáte-dras y fungir asertivamente en el Consejo de Administración, es nom-brado subdirector y director a partir de 1975, puestos que desempeñó con ahínco hasta su fallecimiento.

El 15 de mayo de 1978, en el Palacio de Bellas Artes de la capital del país en un acto de verdadera justicia, la autoridad más alta del país: el presidente de la República Lie. José López Portillo, le entregó la Me-dalla Ignacio Manuel Altamirano; para honrar su desempeño ejemplar como guía de las nuevas generaciones y testimonio de gratitud, por parte de sus ex alumnos de manos de la primera autoridad de la nación.

Fue integrante del Consejo Estatal Técnico de la Educa-ción, recibiendo el nombra-miento de Maestro Distingui-do.

En la celebración del trigésimo aniversario de la fundación de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el maestro Tirso recibió el reconocimiento de la comunidad universitaria de

manos del rector Lic. Jesús Lavín Flores, ante la presencia del Goberna-dor Enrique Cárdenas González

En 1984 el Ayuntamiento de la ciudad, reconoció sus méritos como educador, promotor de la cultura y ciudadano ejemplar; haciéndose merecedor de la medalla Fray Andrés de Olmos.



Siendo alcalde de la ciudad el Lic. Joaquín Contreras Cantú, acuerda el cabildo en reconocimiento a su ardua y loable labor, dedicarle una calle en la colonia Lauro Aguirre.

En octubre de 1994 la Secretaría de Educa-ción Cultura y Depor-te, en coordinación con la Sección Treinta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, deciden plasmar el nombre del ilustre Maestro a la Escuela Secundaria Técnica No.68 de Ciu-dad Madero, evento que presidió y disfrutó

emocionado en compañía de su esposa e hijos.

El 3 de enero de 1998 rodeado del amor de su familia, fallece un va-liosísimo ser humano, profesionista y amigo, en la ciudad y puerto de Tampico que fue testigo de su obra ejemplar, testimonio del amor fra-ternal a sus semejantes; pues contribuyó decidida y perseverantemen-te en la transformación cultural y educativa de su estado.

Agradecemos y reconocemos al profesor Tirso Saldívar Gonzálezla aportación escrita y fotográfica que nos permitieron difundir

la vida y obra de tan ameritado maestro.


El sexto tomo de la “Colección Maestro Cuéntame tu Historia”. “La luz de la educación trasciende en Tamaulipas”, es una edi-ción del Gobierno del Estado de Tamaulipas a través de la Se-cretaría de Educación, en coordinación con el Consejo Estatal Técnico de la Educación. Se terminó de imprimir en los talle-res ______________________ en mayo de 2012, con un tiraje de _____________ ejemplares. Se usó papel _______________ y letra

___________________.

Se permite la reproducción total o parcial del material incluido en esta obra, sujeto a citar fuente.

Cd. Victoria, Tamaulipas, México.

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Gobierno del Estado de Tamaulipas · 2017. 10. 18. · ciadora del Método Scrip en el año escolar 1962-1963. Cuando pidió su cambio a la Esc. Club de Leones, aplicó el Método