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GOMBRICH. La imagen y el ojo. Nuevos estudios sobre la psicología de la representación pictórica. Primera edición 1982 129 “La imagen visual: su lugar en la comunicación” La nuestra es una época visual. Se nos bombardea con imágenes de la mañana a la noche. Por ello es posible que se cumpla la predicción de que estamos entrando en una época en que la imagen se impondrá a la palabra escrita. Por ello es de máxima importancia aclarar las posibilidades de la imagen en la comunicación, preguntarse qué puede y qué no puede hacer mejor que el lenguaje hablado o escrito. Karl Bülher distingue entre las funciones de expresión, activación y descripción del lenguaje, lo que puede equipararse a síntoma, señal, y símbolo. FUNCIÓN DE ACTIVACIÓN 130 considerando la comunicación desde la atalaya del lenguaje, debemos preguntarnos primero cuál de estas funciones puede cumplir la imagen visual. Veremos que la imagen visual tiene supremacía en cuanto a la capacidad de activación, que su uso con fines expresivos es problemático y que, sin otras ayudas, carece en general de la posibilidad de ponerse a la altura de la función de exposición del lenguaje. El medio visual no sólo elude el grado de abstracción del lenguaje, sino que no podemos expresar gráficamente si nos referimos a un individuo o una clase, cuando hablamos de alguien que acomete una acción, o tampoco podemos exponer los tiempos pasados y futuros o condicionales de esa acción. La palabra en esto adelanta a la imagen.

GOMBRICH. “La imagen visual: su lugar en la comunicación”

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“La imagen visual: su lugar en la comunicación”. Resumen de capítulo del libro de 1982: La imagen y el ojo. Nuevos estudios sobre la psicología de la representación pictórica.Se refiere a la función de la imagen visual en términos de teoría del lenguaje: Expresión-Activación –Descripción (síntoma –índice-, señal –ícono-, símbolo . Con el énfasis en la Activación.

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GOMBRICH. La imagen y el ojo. Nuevos estudios sobre la psicología de la representación pictórica.

Primera edición 1982

129 “La imagen visual: su lugar en la comunicación”

La nuestra es una época visual. Se nos bombardea con imágenes de la mañana a la noche.

Por ello es posible que se cumpla la predicción de que estamos entrando en una época en que la imagen se impondrá a la palabra escrita.

Por ello es de máxima importancia aclarar las posibilidades de la imagen en la comunicación, preguntarse qué puede y qué no puede hacer mejor que el lenguaje hablado o escrito.

Karl Bülher distingue entre las funciones de expresión, activación y descripción del lenguaje, lo que puede equipararse a síntoma, señal, y símbolo.

FUNCIÓN DE ACTIVACIÓN

130 considerando la comunicación desde la atalaya del lenguaje, debemos preguntarnos primero cuál de estas funciones puede cumplir la imagen visual. Veremos que la imagen visual tiene supremacía en cuanto a la capacidad de activación, que su uso con fines expresivos es problemático y que, sin otras ayudas, carece en general de la posibilidad de ponerse a la altura de la función de exposición del lenguaje.

El medio visual no sólo elude el grado de abstracción del lenguaje, sino que no podemos expresar gráficamente si nos referimos a un individuo o una clase, cuando hablamos de alguien que acomete una acción, o tampoco podemos exponer los tiempos pasados y futuros o condicionales de esa acción. La palabra en esto adelanta a la imagen.

Con este grado de concreción activa más la emoción que la palabra (y los muñecos o dobles, más aún)1.

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Estamos frente a la facultad de los dobles o sustitutos de desencadenar comportamientos, y no hay duda de que los organismos están programados para responder a ciertas señales visuales de una forma tal que facilite la supervivencia.

La facultad de las impresiones visuales para activar nuestras emociones ha sido observada desde épocas remotas. Dijo Horacio: “El oído agita la mente con más lentitud que el ojo”.

1 Esto explica la necesidad barroca de ir a la cosa misma: vestir los santos, convertir la página del libro en un palacio, etc. Nota mía.

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“Los predicadores y maestros precedieron a los modernos publicistas en el conocimiento de las formas en que puede afectarnos la imagen visual, tanto si queremos como si no. La fruta suculenta, el desnudo seductor, la caricatura repelente, el horror que pone los pelos de punta pueden jugar con nuestras emociones y captar nuestra atención. Esta activación no depende de visiones confinadas a imágenes definidas. Las configuraciones de líneas y colores pueden influir en nuestras emociones”.

Aunque el mensaje de una imagen no siempre es tan fácil de interpretar, como en el caso del mosaico pompeyano de un perro que dice “cuidado con el perro”, necesitamos de un conocimiento previo para comprenderlo sin letras. Sin embargo la función de activación es más clara: el perro da susto.

133 Las imágenes, como los mensajes verbales, son vulnerables a la interferencia aleatoria (ruido). Necesitan el mecanismo de la redundancia para superar este peligro. En esta imagen, es el contorno lo que contiene la mayor parte de la información.

“Por lo tanto, por automática que pueda ser nuestra primera respuesta a una imagen, su lectura real nunca puede ser una cuestión pasiva. Sin conocer antes las posibilidades, no podríamos conjeturar siquiera la posición relativa de las dos patas traseras del perro. Y aunque tenemos ese conocimiento, es probable que se nos escapen otras posibilidades. Quizás la imagen se concibió para representar una raza especial que los romanos reconocerían como maligna. No podemos saberlo por la imagen.

La posibilidad de hacer una lectura correcta de la imagen se rige por tres variables: el código, el texto y el contexto. En combinación, los medios de la palabra y la imagen aumentan la probabilidad de hacer una reconstrucción correcta.

Veremos que este apoyo mutuo del lenguaje y la imagen, facilita la memorización2. El uso de dos canales independientes, garantiza la facilidad de reconstrucción. Esta es la base del “arte de la memoria” que aconseja traducir todo mensaje verbal a forma visual, y cuanto más extraña e inverosímil sea, mejor.

Hay casos en los que el contexto puede hacer que el mensaje visual no sea ambiguo, incluso sin palabras. Gracias al contexto de los juegos olímpicos, los carteles hechos para la ocasión pudieron ser simplificados, concentrándose en un pequeño número de características distintivas.

Sin embargo el contexto tiene que estar apoyado en expectativas previas basadas en la tradición (ejemplo de venta de carne humana porque en la lata aparece un niño).

2 TESIS doctoral: ¿se busca esto en los libros iluminados?

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134 En estos casos se espera que la imagen actúe en combinación con otros factores para transmitir un mensaje claro que pudiera ser traducido en palabras. Pero el valor real de la imagen estriba en su capacidad para transmitir una información que no pueda codificarse de ninguna otra forma. El más fiel retrato de un rey nos engañará si se le pone un cartel que indique que es otra persona, y los editores de las primeras hojas impresas volvían a usar a veces grabados que representaban una ciudad devastada por una riada para ilustrar un terremoto u otro desastre, basándose en el principio de que cuando uno ve un desastre los ha visto todos)3. “Incluso hoy, sólo nuestra confianza en ciertos informantes o instituciones despeja nuestras dudas de que una imagen vista en un libro, en un periódico o en la pantalla muestre realmente lo que se dice que muestra”.

135 La información que se extrae de una imagen puede ser totalmente independiente de la intención de su autor (como la arquitectura o tecnología medieval que uno extrae de un libro de horas o apocalipsis).

Cuando el valor informativo de una imagen es la totalidad de la información del prototipo, estamos frente a un facsímil o réplica. Un facsímil no se clasificaría como imagen si compartiera con su prototipo todas las características, incluido el material del que está hecha. Una muestra de una flor utilizada en una clase de botánica no es una imagen, pero una flor artificial sí lo es. Por fiel que sea una imagen que sirva para transmitir información visual, el proceso de selección siempre revelará la interpretación que su autor haga de lo que considere relevante (como en el caso de la taxidermia)

3 Puede ser el caso de los libros de Suárez que ponen oscuras escenas aparentemente religiosas una y otra vez, medio desgastadas y dónde no se puede saber a qué escena realmente pertenecen.

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Senaqué muere el 26 de julio, 5 meses después de haber sido arrancado de su tierra. El Museo de historia Natural se hace cargo de su cuerpo: se le quitan los órganos internos para estudiarlos, algunos de los cuales terminan siendo embalsamados. Con su piel se construye un “moulage” de tamaño natural, relleno de paja, aunque sus rasgos son “europeizados”: se le coloca cabello más corto y prolijamente peinado hacia atrás, y se le agregan unos bigotes sin tener en cuenta que los charrúas eran lampiños. Semejante obra es catalogada con el número N-673. 

136 La interpretación por parte del autor de la imagen ha de ser siempre correspondida por la interpretación del observador. Ninguna imagen cuenta su propia historia. Por ejemplo, al ver esqueletos de antecesores del caballo, más pequeños, Gombrich tendió a ver un caballo actual, a escala.

Necesitamos un sobresalto para recordar la “aportación del espectador”, la contribución que hacemos a cualquier representación recurriendo al surtido de imágenes almacenado en nuestra mente.

Aprendemos fácilmente a obedecer los códigos, distinguimos fácilmente el medio del mensaje. Esta facilidad para distinguir puede ser más vital, desde el punto de vista de la información, que la fidelidad de la reproducción.

Cuanto más fácil es separar el código del contenido, más podemos basarnos en la imagen para comunicar un tipo particular de información. Un código selectivo del que se sabe que es un código permite al autor de la imagen filtrar ciertos tipos de información y codificar sólo las características que tienen interés para el receptor. De ahí que una representación selectiva que indique sus propios principios de selección será más informativa que la réplica. Muchos ilustradores científicos más que descripciones detalladas, hacen modelos funcionales, ilustraciones de la forma en que el artista ve la estructura del cuerpo.

139 Lo que caracteriza al mapa es que añade una clave al código normalizado, pero no es difícil introducir en el mapa otros tipos de características, tales como fronteras políticas, densidad de población, etc. En tal caso, el único elemento de representación genuina (iconicidad) es la forma real de los accidentes geográficos, aunque estos también se normalizan, de acuerdo con reglas dadas de transformación, para llevar el globo al plano.

De la abstracción del mapa a un gráfico o diagrama que muestre relaciones que originalmente no son visuales, sino temporales o lógicas, no hay más que un pequeño paso. Uno de los más antiguos de ellos es el árbol genealógico4.

140 Otra cuestión es la de si existe o no aún una teoría en consonancia con la práctica real de esos apoyos visuales.

141 La lectura de una imagen no solamente depende de los órganos receptores sino que “como la recepción de cualquier otro mensaje, depende del conocimiento previo de las posibilidades; sólo podemos reconocer lo que ya conocemos”. Solo esa información nos

4 De allí mi interés por estos referentes en los libros iluminados

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permite separar el código del mensaje; vemos qué líneas indican los contornos y cuáles indican un modelado convencional.

Hay muchos signos gráficos –como la flecha- que ocupan la zona situada entre la imagen visual y el signo escrito. La historia de ellos está en gran medida sin estudiar. Esos símbolos van desde las líneas que indican velocidad a las líneas de puntos convencionesles que indican la dirección de l amirada, y del revoltijo imaginario de estrellas tras recibir un golpe en la cabeza al “globo” que contiene la imagen de lo que piensa la persona. Esta transición de la imagen al símbolo nos recuerda que la propia escritura evolucionó a partir de la pictografía, si bien sólo llegó a ser escritura cuando se usó para transformar la fugaz palabra hablada en un registro permanente.

Se nos puede condicionar fácilmente para que respondamos a signos igual que respondemos a cosas vistas. El signo convencional puede absorber el potencial de activación de la imagen visual.

El símbolo visual es atractivo para los buscadores de revelaciones porque el símbolo oculta y transmite al mismo tiempo más que el medio de discurso racional. Una de las razones de ello es el aspecto diagramático del símbolo, su capacidad para transmitir relaciones con más rapidez y eficacia que una cadena de palabras5. El antiguo símbolo de yin y el yang ilustra esta capacidad. Por otra parte, un signo extraño sugiere un misterio oculto, y eso produce respeto.

En el lenguaje también hay imágenes que se han heredado y convertido en tropos y luego pueden convertirse nuevamente en imágenes plásticas por ej. Italia como el talón de Aquiles de Hitler.

Los conceptos freudianos de condensación se pueden observar en las imágenes comerciales, por su poder de activación y su efecto sorpresa. Por ejemplo con el uso de la imagen incompleta y la inesperada, que plantean un rompecabezas en nuestra mente que nos hace vacilar y también apreciar y recordar la solución, mientras que la prosa de unas imágenes puramente informativas pasaría desapercibida o no se recordaría.

Imagen del sueño de Nabucodonosor

145 La fuerza de la imagen visual planteó un problema a la iglesia cristiana. La iglesia temía a la idolatría, pero dudaba en renunciar a la imagen como medio de comunicación. Primó finalmente la posición de Gregorio Magno.

146 No es que las imágenes religiosas pudieran funcionar sin ayuda del contexto, el texto y el código, pero, una vez dada esa ayuda, el valor del medio era muy claro. P.e. el pórtico de la catedral de Génova. Hay que saber quién es san Lorenzo para comprender quién es

5 Esto tiene que ver directamente con mi problema del tiempo: al poner tiempo narrativo en la imagen, se le quita eficacia simbólica y viceversa. Por eso es que el modo en que llega dios en la nube es una opción: si se quiere resaltar más la visión como teofanía o el relato bíblico. Las imágenes más simbólicas son más sintéticas y más poéticas, con mayor carga emocional y sensorial.

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el hombre en la parrilla. Pero debe haber quiénes comenzaran por la impresión de la imagen antes de conocer el texto.

El poder mnemónico de la imagen sirvió mucho para el arte religioso y profano. Todo el amplio género de las imágenes alegóricas atestigua esta posibilidad de transformar una idea abstracta en imagen.

Ej. Beato de Gerona

147 El contraste entre la prosa y la poesía de la realización de imágenes llevó con frecuencia 148 a conflictos entre artistas y patronos. La actitud del conflicto aumentó cuando llegó a estar en juego la autonomía del arte. Especialmente con la concepción romántica del genio que destacó la función del arte como auto expresión. “Esta es precisamente la cuestión que resta por analizar aquí, pues se recordará que en la teoría de la comunicación se distinguía el síntoma expresivo de las emociones de la dimensión de activación o descripción”. No existe una transmisión directa entre lo que el artista quiere expresar y lo que el observador recibe.