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Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos Mayo 2016 2-8 de mayo: Job 38-42 Tesoros De La Biblia A Jehová le agrada que oremos por otras personas” Job 42:7, 8. Jehová esperaba que Job orara por Elifaz, Bildad y Zofar (w13 15/6 pág. 21 párr. 17; w98 1/5 pág. 30 párr. 3-6) Job 42:7,8: Y aconteció que, después que Jehová hubo hablado estas palabras a Job, Jehová procedió a decir a Elifaz el temanita: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job. Y ahora tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes. Solo el rostro de él aceptaré para no cometer locura deshonrosa contra ustedes, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job”. W13 15/6 pág. 21 párr. 17: A veces resulta difícil perdonar. Hasta a algunos cristianos ungidos del siglo primero les costó poner a un lado sus diferencias (Filip. 4:2). Si un hermano nos hace daño, ¿qué nos ayudará a no guardarle rencor? Veamos el caso de Job. Él se sintió muy herido cuando Elifaz, Bildad y Zofar lo acusaron sin causa (Job 10:1; 19:2 ). Al final, Jehová censuró a aquellos falsos amigos y les mandó que acudieran a Job para presentar una ofrenda por sus pecados (Job 42:7-9). Pero también exigió que Job hiciera algo: tenía que orar por ellos. Cuando Job lo hizo, Jehová lo bendijo por estar dispuesto a perdonarlos (lea Job 42:10, 12, 16, 17 ). ¿Qué nos enseña esto? Que orar sinceramente por alguien que nos ha ofendido nos ayudará a no seguir resentidos con él. W98 1/5 pág. 30 párr. 3-6: En primer lugar, Jehová censuró a Elifaz, Bildad y Zofar. Se dirigió a Elifaz, al parecer el de más edad, y le dijo: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job. Y ahora tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes” (Job 42:7, 8). Pensemos en lo que eso implicaba.

Guía de Actividades Para La Reunión Vida y Ministerio Cristianos Mayo 2016

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Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos Mayo 2016

2-8 de mayo: Job 38-42

Tesoros De La Biblia

“A Jehová le agrada que oremos por otras personas”

Job 42:7, 8. Jehová esperaba que Job orara por Elifaz, Bildad y Zofar (w13 15/6 pág. 21 párr. 17; w98 1/5 pág. 30 párr. 3-6)

Job 42:7,8: Y aconteció que, después que Jehová hubo hablado estas palabras a Job, Jehová procedió a decir a Elifaz el temanita:

“Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job.  Y ahora tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes. Solo el rostro de él aceptaré para no cometer locura deshonrosa contra ustedes, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job”.

W13 15/6 pág. 21 párr. 17: A veces resulta difícil perdonar. Hasta a algunos cristianos ungidos del siglo primero les costó poner a un lado sus diferencias (Filip. 4:2). Si un hermano nos hace daño, ¿qué nos ayudará a no guardarle rencor? Veamos el caso de Job. Él se sintió muy herido cuando Elifaz, Bildad y Zofar lo acusaron sin causa (Job 10:1;   19:2 ). Al final, Jehová censuró a aquellos falsos amigos y les mandó que acudieran a Job para presentar una ofrenda por sus pecados (Job 42:7-9). Pero también exigió que Job hiciera algo: tenía que orar por ellos. Cuando Job lo hizo, Jehová lo bendijo por estar dispuesto a perdonarlos (lea Job 42:10,   12,   16,   17 ). ¿Qué nos enseña esto? Que orar sinceramente por alguien que nos ha ofendido nos ayudará a no seguir resentidos con él.

W98 1/5 pág. 30 párr. 3-6: En primer lugar, Jehová censuró a Elifaz, Bildad y Zofar. Se dirigió a Elifaz, al parecer el de más edad, y le dijo: “Mi cólera se ha enardecido contra ti y tus dos compañeros, porque ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico, como mi siervo Job. Y ahora tomen para ustedes siete toros y siete carneros, y vayan a mi siervo Job, y tienen que ofrecer un sacrificio quemado a favor de ustedes; y Job mismo, mi siervo, orará por ustedes” (Job 42:7, 8). Pensemos en lo que eso implicaba.

Jehová exigió de Elifaz, Bildad y Zofar un cuantioso sacrificio, quizá para grabar en ellos la seriedad de su pecado. En efecto, con o sin intención, habían blasfemado contra Dios al decir que él ‘no tiene fe en sus siervos’ y que en realidad no le importaba si Job era fiel o no. Elifaz llegó a decir que a los ojos de Dios, Job no era más valioso que una polilla (Job 4:18, 19; 22:2, 3). No extraña que Jehová dijera: “Ustedes no han hablado acerca de mí lo que es verídico”.Pero eso no es todo. Elifaz, Bildad y Zofar también pecaron contra Job personalmente al decirle que él era el responsable de sus propios problemas. Sus acusaciones sin fundamento y su total falta de empatía amargaron y deprimieron a Job, y le hicieron clamar: “¿Hasta cuándo seguirán ustedes irritando mi alma y seguirán aplastándome con palabras?” (Job 10:1; 19:2). Imaginémonos la expresión de vergüenza de estos tres hombres al tener que presentarse tras esto ante Job con una ofrenda por los pecados que ellos habían cometido.

Pero Job no debía regodearse con la humillación de ellos. De hecho, Jehová le mandó orar a favor de sus acusadores. Job hizo tal como él le ordenó, y por ello Jehová lo bendijo. Primero, curó su espantosa enfermedad. Luego, los hermanos, hermanas y anteriores compañeros de Job fueron a él para consolarlo, “y procedieron a darle, cada cual, una pieza de moneda y, cada cual, un anillo de oro”. Además, Job “llegó a tener catorce mil ovejas y seis mil camellos y mil yuntas de reses vacunas

y mil asnas”. Y la esposa de Job debió reconciliarse con él. Con el tiempo, se bendijo a Job con siete hijos y tres hijas, y él vivió para ver cuatro generaciones de sus descendientes (Job 42:10-17).

Job 42:10. Después de que Job oró por ellos, Jehová lo sanó (w98 1/5 pág. 31 párr. 3).

Job 42:10: Y Jehová mismo volvió atrás la condición de cautiverio de Job cuando este oró a favor de sus compañeros, y Jehová empezó a dar, además, todo lo que había sido de Job, en cantidad doble.

W98 1/5 pág. 31 párr. 3: Antes de devolver la salud a Job, Jehová le mandó que orara a favor de los que habían pecado contra él. ¡Qué magnífico ejemplo se nos da! Jehová requiere que perdonemos a los que pecan contra nosotros antes de que se perdonen nuestros propios pecados (Mateo 6:12; Efesios 4:32). Si no estamos dispuestos a perdonar al prójimo cuando hay una razón válida para ello, ¿podemos esperar con razón que Jehová nos muestre misericordia? (Mateo 18:21-35.)

Job 42:10-17. Jehová bendijo muchísimo a Job por su fe y aguante (w9415/11 pág. 20 párr. 19, 20).

Job 42:10-17: Y Jehová mismo volvió atrás la condición de cautiverio de Job cuando este oró a favor de sus compañeros, y Jehová empezó a dar, además, todo lo que había sido de Job, en cantidad doble. Y siguieron viniendo a él todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido, y empezaron a comer pan con él en su casa y a condolerse de él y a consolarlo por toda la calamidad que Jehová había dejado venir sobre él; y procedieron a darle, cada cual, una pieza de moneda y, cada cual, un anillo de oro.

En cuanto a Jehová, él bendijo el fin de Job después más que su principio, de modo que este llegó a tener catorce mil ovejas y seis mil camellos y mil yuntas de reses vacunas y mil asnas. También llegó a tener siete hijos y tres hijas. Y se puso a llamar a la primera por nombre Jemimá y a la segunda por nombre Quesías y a la tercera por nombre Querén-hapuc. Y no se hallaron mujeres tan bellas como las hijas de Job en todo el país, y su padre procedió a darles herencia entre sus hermanos.

Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.

W9415/11 pág. 20 párr. 19, 20: Tan pronto como Job dejó de preocuparse por sus sufrimientos y se reavivó en el servicio de Dios, Jehová lo bendijo. Cuando Job oró por el trío, Dios le “volvió atrás la condición de cautiverio” y le dio ‘todo lo que había sido de él en cantidad doble’. Jehová demostró Su superioridad sobre el Diablo retirando de Job la enfermedad que este le había causado y curándolo milagrosamente. Dios también hizo retroceder a las huestes demoníacas y las mantuvo a raya al cercar de nuevo a Job con Su campamento angélico. (Job 42:10; Salmo 34:7.) Los hermanos, hermanas y anteriores conocidos de Job fueron a comer con él, se condolieron de él y lo consolaron por la calamidad que Jehová había permitido que le sobreviniera. Todos le dieron dinero y un anillo de oro. Jehová bendijo el fin de Job más que su principio, de modo que llegó a tener 14.000 ovejas, 6.000 camellos, 1.000 yuntas de reses vacunas y 1.000 asnas. También llegó a tener la misma cantidad de hijos que antes, es decir, siete hijos y tres hijas. Estas, Jemimá, Quesías y Querén-hapuc, eran las mujeres más bellas del país, y Job les dio herencia entre sus hermanos. (Job 42:11-15.) Además, Job vivió otros ciento cuarenta años y llegó a ver cuatro generaciones de descendientes. El relato concluye diciendo: “Gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días”. (Job 42:16, 17.) Jehová Dios prolongó milagrosamente la vida de Job.

Busquemos perlas escondidas 

Job 38:4-7. ¿Quiénes son “las estrellas de la mañana” y qué sabemos de ellos? (bh pág. 97 párr. 3).

Job 38:4-7: ¿Dónde te hallabas tú cuando yo fundé la tierra? Informa [me], si de veras conoces el entendimiento. ¿Quién fijó sus medidas, si acaso lo sabes, o quién extendió sobre ella el cordel de medir? ¿En qué han sido hundidos sus pedestales con encajaduras, o quién colocó su piedra angular, cuando las estrellas de la mañana gozosamente clamaron a una, y todos los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso?

Bh pág. 97 párr. 3: La Palabra de Dios, la Biblia, nos informa que cuando Jehová creó la Tierra, “todos los hijos de Dios empezaron a gritar en aplauso” (Job 38:4-7). Este pasaje bíblico nos enseña que los ángeles ya existían mucho antes de la creación del hombre, pues existían incluso antes de la creación de la Tierra. También muestra que los ángeles tienen sentimientos, porque dice que “gozosamente clamaron a una”. Note que “todos los hijos de Dios” se alegraron “a una”, es decir, a la vez. Así que en aquel entonces, todos los ángeles formaban parte de una sola familia que servía unida a Jehová.

Job 42:3-5. ¿Qué podemos hacer para ver a Dios como lo vio Job? (w1515/10 págs. 7, 8 párr. 16, 17).

Job 42:3-5: ¿Quién es este que está oscureciendo el consejo sin conocimiento? Por eso hablé, pero no entendía cosas demasiado maravillosas para mí, las cuales no conozco. ‘Oye, por favor, y yo mismo hablaré. Yo te interrogaré, y tú dame informe. ‘De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve.

W1515/10 págs. 7, 8 párr. 16, 17: Otro ejemplo es Job. Estaba tan concentrado en sus problemas que olvidó ver las cosas desde la perspectiva correcta, como las ve Dios (Job 42:3-6). A nosotros, los problemas también podrían impedirnos ver a Dios. ¿Qué debemos hacer en ese caso? Leer la Biblia. Además debemos levantar la cabeza y mirar lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Así veremos que Jehová realmente nos está ayudando y será más real para nosotros. Entonces podremos decir lo mismo que Job: “De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve”

¿Cómo podemos ver con más claridad la ayuda que nos da Jehová? Veamos los siguientes ejemplos. Es probable que piense que la manera como encontró la verdad haya sido providencial. O quizás recuerde alguna ocasión en la que fue a la reunión, escuchó algo que se dijo y pensó: “¡Eso es justo lo que necesitaba!”. A lo mejor recibió respuesta a una de sus oraciones. O tal vez quiso ampliar su ministerio y le sorprendió ver cómo lo ayudó Jehová a cumplir con su meta. Puede que decidiera renunciar a su empleo porque estaba afectando su espiritualidad y vio que Jehová cumplió con la siguiente promesa: “De ningún modo te dejaré” (Heb. 13:5). Si estamos pendientes de lo que ocurre a nuestro alrededor, veremos que Jehová nos ha ayudado de muchas maneras.

Lectura de la Biblia: Job 41:1-26

9-15 de mayo: Salmos 1-10 Tesoros De La Biblia

“ Para estar en paz con Jehová, debemos honrar a su Hijo, Jesús”

Sal 2:1-3. El rechazo a Jehová y a Jesús ya estaba predicho (w04   15/7 págs. 16, 17 párr. 4-8; it-1 pág. 607 párr. 7; it-2 pág. 376 párr. 7).

Sal 2:1-3: ¿Por qué han estado en tumulto las naciones, y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía? Los reyes de la tierra toman su posición, y los altos funcionarios mismos se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido, [y dicen:] “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”.

W04   15/7 págs. 16, 17 párr. 4-8: Naciones en tumulto

 Dirigiendo la atención a los actos de las naciones y sus gobernantes, el salmista inicia así su cántico: ¿Por qué han estado en tumulto las naciones, y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía? Los reyes de la tierra toman su posición, y los altos funcionarios mismos se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido” (Salmo 2:1, 2).* ¿Qué “cosa vacía” “han seguido hablando entre dientes” los grupos nacionales de la actualidad? En lugar de aceptar al Ungido de Dios —el Mesías, o Cristo—, las naciones “han seguido hablando entre dientes”, es decir, meditando, sobre la manera de perpetuar su autoridad. Esto también tuvo un cumplimiento en el siglo primero de nuestra era, cuando los dirigentes romanos y judíos conspiraron para matar a Jesucristo, a quien Dios había designado Rey. No obstante, su cumplimiento mayor comenzó en 1914, año en que Jesús fue coronado Rey celestial. Desde entonces, ninguna entidad política terrestre ha reconocido al Rey entronizado de Dios.

¿Qué significa la pregunta del salmista de ‘por qué hablaban entre dientes una cosa vacía los grupos nacionales’? Pues que su proyecto es vacío, vano y está condenado al fracaso. Aunque son incapaces de establecer paz y armonía en la Tierra, las naciones persisten en oponerse a la gobernación divina, como lo demuestran sus acciones. De hecho, todas han adoptado una postura beligerante y se han aliado en contra del Altísimo y su Ungido. ¡Qué insensatez!

El Rey triunfante de Jehová

Los primeros cristianos vincularon las palabras de Salmo 2:1, 2 con Jesús. Mientras se les perseguía por su fe, oraron: “Señor Soberano [Jehová], tú eres Aquel que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos, y que por espíritu santo dijiste por boca de nuestro antepasado David, tu siervo: ‘¿Por qué se pusieron tumultuosas las naciones, y los pueblos meditaron cosas vacías? Los reyes de la tierra tomaron su posición y los gobernantes se reunieron en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido’. De veras, pues, tanto Herodes [Antipas] como Poncio Pilato con hombres de naciones y con pueblos de Israel realmente fueron reunidos en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste” (Hechos 4:24-27; Lucas 23:1-12).* En efecto, en el siglo primero hubo una conspiración en contra del siervo ungido de Dios, Jesús. Sin embargo, este salmo tendría otro cumplimiento centurias después. Cuando el antiguo Israel tenía un rey humano (por ejemplo, David), las naciones paganas y sus gobernantes se reunieron contra Dios y su ungido entronizado. Pero ¿y en la actualidad? Las naciones de hoy no quieren acatar los mandatos de Jehová y del Mesías; de ahí que se les represente diciendo: “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!” (Salmo 2:3). Las naciones y sus dirigentes rechazan cualquier restricción que Jehová y su Ungido les impongan; pero, de más está decir, será inútil todo intento de romper tales ataduras y soltarse de sus cuerdas.

it-1 pág. 607 párr. 7:Tal como los gobernantes y naciones paganos que no quisieron ser vasallos de los israelitas se reunieron contra Dios y contra su ungido en tiempos antiguos, así una profecía mesiánica predijo que los reyes de la tierra y los altos funcionarios se reunirían en masa como uno solo “contra Jehová y contra su ungido, y [dirían]: ‘¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!’”. Los gobernantes y las naciones se opondrían a cualquier restricción impuesta por Jehová y su ungido. No obstante, sus esfuerzos por romper las ataduras y quitarse las cuerdas serían en vano. (Sal)

It-2 pág. 376 párr. 7: Las Escrituras Hebreas contienen muchas profecías que proporcionan detalles sobre los antecedentes del Mesías, cuándo vendría, su actividad, el trato que recibiría y su papel en los designios de Dios. Las diversas señales referentes al Mesías se combinaron y crearon un cuadro imponente que ayudaría a los verdaderos adoradores a identificarle, y que proporcionaría base para tener fe en que él era el verdadero Caudillo enviado por Jehová. Aunque los judíos no comprendieron

previamente todas las profecías relacionadas con el Ungido, los evangelios dan prueba de que tenían conocimiento suficiente como para identificar al Mesías cuando llegase.

Sal 2:8-12. Solo los que honran al Rey que Jehová ha escogido salvarán su vida (w04   1/8 pág. 5 párr. 2, 3).

Sal 2:8-12: Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya, y los cabos de la tierra por posesión tuya propia Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos”. Y ahora, oh reyes, ejerzan perspicacia; déjense corregir, oh jueces de la tierra. Sirvan a Jehová con temor y estén gozosos con temblor. Besen al hijo, para que Él no se enoje y ustedes no perezcan [del] camino, porque su cólera se enciende fácilmente. Felices son todos los que se refugian en él.

W04   1/8 pág. 5 párr. 2, 3: Este aplastamiento final de las naciones opositoras con cetro de hierro ocurrirá durante Armagedón, o Har–Magedón. El último libro de la Biblia, Revelación (o Apocalipsis), se refiere a este acontecimiento culminante como “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” para la que se está reuniendo a “los reyes de toda la tierra habitada” (Revelación 16:14,   16 ). Bajo la influencia demoníaca, las naciones de la Tierra se unirán por fin con un objetivo: guerrear contra el Dios todopoderoso.Se acerca con rapidez el momento en que los seres humanos se reunirán en masa para pelear contra la soberanía de Dios. Irónicamente, su “unidad” no redundará en beneficios personales para ellos; más bien, anunciará la llegada de la paz para la humanidad, por tanto tiempo esperado. ¿Cómo se logrará dicha paz? En esa batalla final, el Reino de Dios “triturará y pondrá fin a todos estos reinos [del mundo], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Daniel 2:44). El Reino de Dios, no alguna organización humana, será el gobierno que satisfará el deseo de paz mundial de la humanidad.

Busquemos perlas escondidas 

Sal 2:7. ¿Qué es el “decreto de Jehová”? (w06   15/5 pág. 17 párr. 6).

Sal 2:7: Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre.

W06   15/5 pág. 17 párr. 6: ¿Qué es el “decreto de Jehová”? Es el pacto para un Reino que Jehová ha hecho con su amado Hijo, Jesucristo (Lucas 22:28, 29).

Sal 3:2. ¿Qué significa la palabra Sélah? (w06   15/5 pág. 18 párr. 2).

Sal 3:2: Muchos están diciendo de mi alma: “No hay para él salvación por Dios”. Sélah

W06   15/5 pág. 18 párr. 2: ¿Qué significa la palabra Sélah? Por lo general se cree que este término marca una pausa para meditar en silencio, ya sea cuando se canta solo o acompañado por instrumentos musicales. Con esta pausa se quería recalcar la idea o el sentimiento que se acababa de expresar. En la lectura pública de los Salmos no hace falta leer este término.

Lectura de la Biblia: Sal 8:1-9:10

16-22 de mayo: Salmos 11-18

Tesoros De La Biblia

“¿Quién puede ser huésped en la tienda de Jehová?”

Sal 15:1, 2. Debemos hablar la verdad en nuestro corazón (w03   1/8 pág. 13 párr. 18; w89 15/9 pág. 26 párr. 7).

Sal 15:1, 2: Oh Jehová, ¿quién será huésped en tu tienda?, ¿Quién residirá en tu santa montaña? El que está andando exento de falta+ y practicando la justicia y hablando la verdad en su corazón.

W03 1/8 pág. 13 párr. 18: Todo el que desee disfrutar de la amistad de Jehová tiene que hablar la verdad “en su corazón”, no simplemente con sus labios. Los verdaderos amigos de Dios deben ser personas de corazón sincero y manifestar “fe sin hipocresía”, pues las acciones veraces proceden del corazón (1 Timoteo 1:5; Mateo 12:34, 35). Quien es amigo de Dios no recurre a artimañas y engaños, pues “al hombre [...] de engaño Jehová lo detesta” (Salmo 5:6). Los testigos de Jehová de toda la Tierra se esfuerzan por imitar a su Dios y ser veraces. En el siguiente artículo se examinará este asunto.

Sal 15:3. No debemos calumniar ni esparcir mentiras (w89 15/10 pág. 12 párr. 10, 11; w89 15/9 pág. 27 párr. 2, 3; it-2 pág. 552).

Sal 15:3: No ha calumniado con su lengua. A su compañero no ha hecho nada malo, y ningún oprobio ha repetido contra su conocido íntimo.

It-2 pág. 552: Afrenta, deshonra, injuria, ignominia o vergüenza. Puede tener causas justificadas o no. Se suele traducir con estos términos el sustantivo griego o·nei·di·smós (y ó·nei·dos) y el nombre hebreo jer·páh. (Compárese con Gé 30:23; Sal 69:9; Lu 1:25; Ro 15:3.)

Las causas de oprobio variaban según las circunstancias. Para un varón israelita del período del pacto de la Ley, la incircuncisión sería una causa de oprobio o deshonra. (Compárese con Jue 14:3.) Por eso, cuando poco después de cruzar el Jordán se procedió a circuncidar a todos los varones nacidos durante el tiempo que vagaron por el desierto, Jehová declaró: “Hoy he hecho rodar de sobre ustedes el oprobio de Egipto”. (Jos 5:2-9.) Parece que en Egipto se practicaba la circuncisión, de modo que esas palabras tal vez signifiquen que los egipcios ya no tendrían motivo para vituperar a los israelitas debido a la incircuncisión de muchos de sus varones. (Jer 9:25, 26; véase CIRCUNCISIÓN.)

Por otra parte, la circuncisión era una “señal del pacto” entre Jehová y la descendencia de Abrahán. (Gé 17:9-11.) La circuncisión de la nueva generación crecida en el desierto (la generación mayor ya había muerto) suponía una reafirmación de su pacto con Dios. Concluidos los cuarenta años de vagar por el desierto, Dios volvía a mostrarles su favor; los había introducido en la Tierra Prometida y les iba a ayudar a conquistarla. Por lo tanto, si los egipcios se habían mofado en el pasado por creer que Jehová no podía introducir a Israel en la tierra que le pertenecía, entonces tenían que admitir su rotunda equivocación. La incircuncisión no era un oprobio para los cristianos bajo el nuevo pacto, fueran judíos o gentiles. (Ro 2:25-29; 3:28-30; 49:9-12; 1Co 7:18, 19.)

La soltería o la viudez prolongadas (Isa 4:1; 54:4), así como la esterilidad (Gé 30:23; Lu 1:25), eran situaciones oprobiosas para las mujeres hebreas. La promesa de Dios concerniente a la descendencia abrahámica y a que esta llegaría a ser como “los granos de arena que hay en la orilla del mar” probablemente contribuyó a este sentimiento. (Gé 22:15-18; compárese con Gé 24:59, 60.) Por otra lado, el apóstol Pablo habló en favor de la soltería, tanto de hombres como de mujeres, cuando el motivo para mantenerse solteros era servir a Dios con atención indivisa, y dijo en cuanto a la viuda: “Es más feliz si permanece como está, según mi opinión”. (1Co 7:25-28, 32-40; compárese con Mt 19:10-12.)

Sin embargo, males como la idolatría, el adulterio, el robo y otros tipos de inmoralidad, así como toda deslealtad a Dios, siempre se han considerado una causa de oprobio. (2Sa 13:13; Pr 6:32, 33; Ro 1:18-32; 2:17-24.)Los que buscan la aprobación de Dios no pueden difamar a otros. El salmista declaró con respecto al huésped de la tienda de Dios: “A su compañero no ha hecho nada malo, y ningún oprobio ha repetido contra su conocido íntimo”, es decir, no ha difundido injurias contra él. (Sal 3.) El que defrauda o escarnece al de condición humilde en realidad vitupera a Dios (Pr 14:31; 17:5), al igual que los que vituperan a los siervos de Dios. (Sal) Los que siguen ese proceder finalmente acabarán en calamidad. (Sof 2:8-10.)

Sal 15:4, 5. Siempre debemos ser leales en todo lo que hacemos (w06   15/5 pág. 19 párr. 2; w89 15/9 págs. 29, 30; it-1 pág. 1244 párr. 3).

Sal 15:4, 5: A sus ojos el despreciable ciertamente es rechazado, pero honra a los que temen a Jehová. Ha jurado a lo que es malo [para sí], y no obstante no [lo] altera. No ha dado su dinero a interés, ni ha tomado un soborno contra el inocente. Al que está haciendo estas cosas, nunca se le hará tambalear.

w06   15/5 pág. 19 párr. 2:  A menos que nos demos cuenta de que hemos prometido algo que está en conflicto con las enseñanzas bíblicas, debemos hacer todo lo posible por cumplir nuestras promesas, aun cuando nos resulte muy difícil hacerlo.

it-1 pág. 1244 párr. 3: La integridad requiere lealtad absoluta a Dios y adherencia a la justicia, no solo en condiciones o circunstancias favorables, sino en toda circunstancia y en todo tiempo. Después de recalcar que únicamente es aceptable a Jehová el que guarda integridad, “hablando la verdad en su corazón”, el salmista dice que esa persona “ha jurado a lo que es malo para sí, y no obstante no lo altera”, es decir, permanece fiel a su compromiso aun si algo con lo que ha concordado solemnemente perjudica sus intereses personales. (Sal; contrástese con Ro 1:31; 1Ti 1:10.) Por lo tanto, la integridad es más evidente cuando la devoción de la persona está bajo prueba y se la presiona para que abandone su derrotero justo. Aunque llegue a ser un hazmerreír a la vista de sus opositores (Job 12:4; compárese con Jer 20:7) y objeto de su habla mordaz (Sal), odio y persecución violenta (Pr 29:10; Am 5:10), tanto en enfermedad como en adversidad, debe ‘retener firmemente su integridad’ como lo hizo Job, sin importar el costo. (Job 2:3.)

Busquemos perlas escondidas 

Sal 11:3. ¿Qué significa este versículo? (w06   15/5 pág. 18 párr. 3; w05   15/5 pág. 32 párr. 2).

Sal 11:3: Cuando los fundamentos mismos están demolidos, ¿qué tendrá que hacer cualquiera que sea justo?”

w06   15/5 pág. 18 párr. 3: ¿Qué fundamentos están demolidos? Son los fundamentos en los que se basa la sociedad humana: la ley, el orden y la justicia. Cuando estos se corrompen, reina el desorden social y desaparece la justicia. En semejantes condiciones, “[todo el] que sea justo” debe confiar plenamente en Dios (Salmo 11:4-7).

W05   15/5 pág. 32 párr. 2: El profeta Isaías, por ejemplo, se refiere a Jehová Dios como el que “colocó el fundamento de la tierra” (Isaías 51:13). Este fundamento está constituido por las leyes inalterables de Dios que controlan el movimiento de la Tierra y que la mantienen en su lugar (Salmo 104:5). La Palabra de Dios, la Biblia, también habla de “los fundamentos” sobre los que descansa la sociedad humana, a saber, la justicia, la ley y el orden. Cuando estos fundamentos son “demolidos”, o socavados, por la injusticia, la corrupción y la violencia, el orden social se desmorona (Salmo 11:2-6; Proverbios 29:4).

Sal 16:10. ¿Cómo se cumplió esta profecía en Jesucristo? (w11   15/8 pág. 16 párr. 19; w05   1/5 pág. 14 párr. 9).

Sal 16:10: Porque no dejarás mi alma en el Seol. No permitirás que el que te es leal vea el hoyo.

W11 15/8 pág. 16 párr. 19: Sería resucitado. El Mesías haría suyas estas palabras que David le dirigió a Jehová: “No dejarás mi alma en el Seol” (Sal). ¡Qué sorpresa se llevaron las mujeres que fueron a la tumba donde se había depositado su cuerpo! Un ángel que había adoptado forma humana les dijo: “Dejen de aturdirse. Ustedes buscan a Jesús el Nazareno, que fue fijado en un madero. Fue levantado; no está aquí. ¡Miren! El lugar donde lo pusieron” (Mar. 16:6). Más tarde, Pedro pronunció un discurso ante la multitud que había acudido a Jerusalén en el año 33 para celebrar la fiesta del Pentecostés. El apóstol les dijo: “David [...] vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción” (Hech. 2:29-31). En conformidad con esta profecía, Dios no permitió que el cuerpo de Jesús se corrompiera. Lo que es más, hizo que su Hijo amado resucitara milagrosamente como espíritu (1 Ped. 3:18).

 w05   1/5 pág. 14 párr. 9: Siglos después, David llegó a ser rey de las doce tribus de Israel. A su muerte, “yació [...] con sus antepasados” (1 Reyes 2:10). ¿Fue también al Seol? Cabe destacar que el día del Pentecostés del año 33 de nuestra era, el apóstol Pedro hizo alusión a la muerte de David y parafraseó el Salmo 16, versículo 10, que dice: “No dejarás mi alma en el Seol”. Tras mencionar que David todavía permanecía en su tumba, Pedro aplicó a Jesús estas palabras y dijo: “[David] vio de antemano y habló respecto a la resurrección del Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne vio corrupción. A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos” (Hechos 2:29-32). Pedro utilizó la palabra Hades, el equivalente griego del término hebreo Seol. Por lo tanto, quienes se encuentran en el Hades están en la misma situación que los que descansan en el Seol: en espera de la resurrección.

Lectura de la Biblia: Salmo 18:1-19

23-29 de mayo: Salmos 19-25

Tesoros De La Biblia

“Profecías que dan detalles sobre el Mesías”

Sal 22:1. Parecería que Dios lo había abandonado (w11   15/8 pág. 15 párr. 16).

Sal 22:1: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado?, ¿[Por qué estás] lejos de salvarme, [de] las palabras de mi rugir?

W11   15/8 pág. 15 párr. 16: Parecería que Dios lo había abandonado (léase Salmo 22:1). Marcos muestra cómo se hizo realidad la profecía de Salmos: “A la hora nona [o sea, hacia las tres de la tarde] Jesús clamó con voz fuerte: ‘Elí, Elí, ¿láma sabajtháni?’, que, traducido, significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’” (Mar. 15:34). No es que él hubiera perdido la fe en su Padre celestial. Entonces, ¿en qué sentido lo abandonó Jehová en manos de sus enemigos? Lo hizo al retirarle su protección para que pudiera ser puesto a prueba hasta el límite. Ciertamente, las palabras que exclamó Cristo cumplieron Salmo 22:1.

Sal 22:7, 8. La gente insultaría al Mesías (w11   15/8 pág. 15 párr. 13).

Sal 22:7, 8: En cuanto a todos los que me ven, me hacen escarnio; siguen abriendo ancha la boca, siguen meneando [la] cabeza: “Se encomendó a Jehová. ¡Que Él le provea escape! ¡Líbrelo, ya que se ha deleitado en él!”.

W11   15/8 pág. 15 párr. 13: Sería insultado (léase Salmo 22:7, 8). Tal como había predicho David, Cristo sufrió las mofas de la gente cuando estaba clavado en el madero. El relato de Mateo dice: “Los que pasaban hablaban injuriosamente de él, meneando la cabeza y diciendo: ‘¡Oh tú, supuesto derribador del templo y edificador de él en tres días, sálvate! Si eres hijo de Dios, ¡baja del madero de tormento!’. Del mismo modo, también, los sacerdotes principales junto con los escribas y ancianos empezaron a

burlarse de él y a decir: ‘¡A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar! Él es rey de Israel; baje ahora del madero de tormento y creeremos en él. Ha puesto en Dios su confianza; líbrelo Él ahora si le quiere, puesto que dijo: “Soy Hijo de Dios” (Mat. 27:39-43). Jesús soportó con dignidad todos estos insultos. ¡Qué gran ejemplo para nosotros!

Sal 22:18. Echarían suertes sobre sus prendas de vestir (w11   15/8 pág. 15 párr. 14).

Sal 22:18: Reparten entre sí mis prendas de vestir, y sobre mi ropa echan suertes.

W11   15/8 pág. 15 párr. 14: Sortearían su ropa. David dijo: “Reparten entre sí mis prendas de vestir, y sobre mi ropa echan suertes” (Sal). ¿Cómo se cumplieron estas palabras en Cristo? “Cuando [los soldados romanos] lo hubieron fijado en el madero, repartieron sus prendas de vestir exteriores echando suertes.” (Mat. 27:35; léase Juan 19:23, 24.)

Busquemos perlas escondidas 

Sal 19:14. ¿Qué lección nos enseña este versículo? (w06   15/5 pág. 19 párr. 8).

Sal 19:14: Que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti, oh Jehová, mi Roca y mi Redentor.

W06   15/5 pág. 19 párr. 8: Es necesario prestar atención no solo a lo que hacemos, sino también a lo que decimos y pensamos

Sal 23:1, 2. ¿Por qué decimos que Jehová es un pastor amoroso? (w02   15/9 pág. 32 párr. 1, 2).

Sal 23:1, 2: Jehová es mi Pastor. Nada me faltará. En prados herbosos me hace recostar; me conduce por descansaderos donde abunda el agua.

W02   15/9 pág. 32 párr. 1, 2: En las calurosas tierras bíblicas, las ovejas han de beber todos los días. Por consiguiente, una parte fundamental de la labor del pastor es abrevar el rebaño. Para ello, a veces extrae agua de un pozo y la vierte en el abrevadero (Génesis 29:1-3). Sin embargo, especialmente en la estación lluviosa, las inmediaciones de los arroyos y riachuelos ofrecen tranquilos “descansaderos donde abunda el agua” (Salmo 23:2).

El pastor competente sabe encontrar tanto agua como buen pasto para su rebaño. De hecho, la vida de sus ovejas depende de que él conozca bien la zona en la que está. David, que pasó muchos años cuidando ovejas en las montañas de Judá, comparó la dirección espiritual de Dios a la de un pastor que lleva a su rebaño donde hay verdes pastos y agua vivificante. “Junto a tranquilas aguas me conduce”, dijo David, según la Nueva Versión Internacional (Salmo 23:1-3).

Lectura de la Biblia: Salmo 25:1-22

30 de mayo a 5 de junio: Salmos 26-33

Tesoros De La Biblia

“Pidámosle valor a Jehová”

Sal 27:1-3. Pensar que Jehová es nuestra luz nos da valor (w12   15/7 págs. 22, 23 párr. 3-6). Sal 27:1-3: Jehová es mi luz y mi salvación. ¿De quién he de temer?, Jehová es la plaza fuerte de mi vida. ¿De quién he de sentir pavor? Cuando los malhechores se acercaron contra mí para comer mi

carne, ellos, que eran mis adversarios y mis enemigos personalmente, ellos mismos tropezaron y cayeron. Aunque arme tienda contra mí un campamento, mi corazón no temerá. Aunque contra mí se levante guerra, aun entonces estaré confiando.

W12   15/7 págs. 22, 23 párr. 3-6:

“Jehová es mi luz y mi salvación”

La metáfora “Jehová es mi luz” destaca el hecho de que él nos libera de la ignorancia y la oscuridad espirituales (Sal). En sentido literal, una luz puede revelar algún peligro u obstáculo que haya en nuestro camino. Sin embargo, no lo elimina, así que hemos de actuar en consonancia con lo que vemos. De igual modo, Jehová nos revela el significado básico de los sucesos mundiales, nos advierte de los peligros de este sistema de cosas y nos da principios bíblicos que siempre funcionan, pero debemos aplicar lo que aprendemos. De esa forma actuaremos con verdadera sabiduría, tal como el salmista que escribió: “Tu mandamiento me hace más sabio que mis enemigos [...]. He llegado a tener más perspicacia que todos mis maestros” (Sal 130). A juzgar por lo que leemos en Salmo 27:1, David debía de estar recordando que Jehová lo había salvado en ocasiones anteriores. Por ejemplo, lo libró “de la garra del león y de la garra del oso”. También le dio la victoria sobre el gigante Goliat. Más tarde, lo protegió cada vez que el rey Saúl trató de atravesarlo con una lanza (1   Sam 17:37, 49,   50;   18:11, 12; 19:10). ¡Con razón pudo David decir con total confianza: “Jehová es [...] mi salvación”! Durante “la gran tribulación” que se aproxima, Jehová también protegerá a sus siervos, de manera que será para ellos lo que fue para David: su salvación (Rev. 7:14; 2 Ped. 2:9).

Recordemos todas sus victorias

Un factor importante para cultivar el valor se pone de manifiesto en Salmo 27:2, 3(léase). David rememoró ocasiones en las que Jehová lo había librado de diversos peligros (1 Sam 17:34-37). Pensar en ello le infundió plena confianza para encarar hasta la peor de las adversidades. ¿Y usted? ¿Recuerda cómo Jehová le ayudó en el pasado? ¿Le infunden valor esos recuerdos? Por ejemplo, ¿oró intensamente respecto a algún problema grave y entonces vio cómo Jehová le dio sabiduría o fuerzas para afrontarlo? ¿O se acuerda de cómo desaparecieron circunstancias que le impedían servir a Dios con gozo, o de cómo se abrió ante usted “una puerta grande” para ampliar su servicio sagrado? (1 Cor. 16:9.) ¿Cómo se siente cuando medita en ello? ¿Verdad que esas experiencias lo convencen de que Jehová puede ayudarlo a superar o aguantar hasta los peores obstáculos o adversidades? (Rom. 5:3-5.)

¿Y si un gobierno poderoso tramara exterminar a los testigos de Jehová como pueblo organizado? En tiempos modernos ha habido muchos hombres que lo han intentado, pero han fracasado. Si reflexionamos en lo que Jehová ha hecho por su pueblo anteriormente, podremos mirar con confianza al futuro (Dan. 3:28).

Sal 27:4. Sentir aprecio por la adoración verdadera nos da fuerzas (w12   15/7 pág. 24 párr. 7).

Sal 27:4: Una cosa he pedido a Jehová... es lo que buscaré, que pueda morar en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la agradabilidad de Jehová y para mirar con aprecio a su templo.

W12   15/7 pág. 24 párr. 7: Otro requisito esencial para ser valerosos es amar la adoración pura (léase Salmo 27:4). En los días de David, “la casa de Jehová” era el tabernáculo. Pero David mismo hizo los preparativos para el templo, la imponente estructura que su hijo Salomón construyó después. Siglos más tarde, Jesús reveló que ya no sería necesario adorar a Dios en un gran edificio que contara con la bendición divina (Juan 4:21-23). En los capítulos, el apóstol Pablo indicó que llegó a existir un gran templo espiritual en el año 29 de nuestra era, cuando Jesús se bautizó y se presentó para hacer la voluntad de Jehová (Heb. 10:10). Este gran templo espiritual es el sistema que Dios ha

establecido para que podamos acercarnos a él mediante nuestra fe en el sacrificio redentor de Jesús. ¿Cómo lo adoramos en ese templo? Orando “con corazones sinceros en la plena seguridad de la fe”, declarando nuestra esperanza públicamente sin titubear y animando a otros siervos de Dios en las reuniones de la congregación y en la adoración en familia (Heb. 10:22-25). Valorar la adoración pura nos fortalece en estos críticos últimos días.

Sal 27:10. Jehová está dispuesto a apoyar a sus leales cuando otros los abandonan (w12   15/7 pág. 24 párr. 9, 10).

Sal 27:10: En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería.

W12   15/7 pág. 24 párr. 9, 10: David expresa su plena confianza en la ayuda de Jehová con estas vigorosas palabras: “En caso de que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería” (Sal). Los sucesos relatados en el capítulo 22 de Primero de Samuel nos llevan a la conclusión de que los padres de David no lo abandonaron. Sin embargo, en nuestros tiempos hay muchos siervos de Dios que sí han tenido que sufrir el total rechazo de su familia y que han encontrado ayuda y protección en la afectuosa congregación cristiana.

Puesto que Jehová está dispuesto a apoyar a sus leales cuando otros los abandonan, ¿no los sostendrá también en cualquier otro tipo de dificultad? Por ejemplo, si nos preocupa cómo llevar el pan a casa, podemos estar seguros de que Jehová nos ayudará (Heb. 13:5, 6). Él entiende las circunstancias y necesidades de todos sus siervos fieles.

Busquemos perlas escondidas 

Sal 26:6. ¿De qué modo marchamos simbólicamente alrededor del altar de Jehová como hizo David? (w06   15/5 pág. 19 párr. 11).

Sal 26:6: Lavaré mis manos en la inocencia misma, y ciertamente marcharé alrededor de tu altar, oh Jehová.

W06   15/5 pág. 19 párr. 11: ¿De qué modo marchamos simbólicamente alrededor del altar de Jehová como hizo David? Este altar representa la voluntad de Jehová de aceptar el sacrificio de Jesucristo para redimir a la humanidad (hebreos 8:5; 10:5-10). Nosotros marchamos alrededor del altar de Jehová al poner fe en ese sacrificio.

Sal 32:8. ¿Cuál es uno de los beneficios de recibir la perspicacia que da Jehová? (w09   1/6 pág. 5 párr. 3).

Sal 32:8: “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti”

W09   1/6 pág. 5 párr. 3: En las Escrituras, Dios hace esta promesa: “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente [te] daré consejo” (Salmo 32:8). Como vemos, Dios no solo nos da consejos, sino también perspicacia, es decir, capacidad para analizar las situaciones en profundidad. Gracias a ella, podemos encaminar nuestra vida en la dirección correcta, en lugar de desperdiciarla yendo tras ambiciones vacías.

Lectura de la Biblia: Sal 32:1-33:8