12
CAPITULO 3 HDeleite": el espacio en la arquitectura La historia de la arquitec tura cs primo rcii a imenl e LIlla hi stori a de la configuraci6n del espac io por la mann del ho mbr e. Nik olaus Pevsner, Breve historia de fa arqllitee/Llra ellropea, 19 43 La arquiLectura es el arte en cuyo interior nos m ovemos; es el arLe que nos envuelve. Si bien Nikolaus Pevsner establecfa un a, en mi opi - ni 6 n discutib le, divisi6n e nLr e arquitec tura y edificio, tengo, en camb io, muchos mas mo- ti vos de co inciden cia con su obse n raci6n si- guie nt e de qu e la arquiLec tur a es la creaci6 n de espacio .' Tal co mo observa Pevsne r, los pinLores y escultores afecLan nu estros sen- tidos creando cambi os en las formas y en las relaciones de proporci6n e nLr e e li as 0 a tra- yeS de la manipulaci 6n de la luz y del color, pero s610 los arquit ectos co n[ig uran el espa- cio en que vivimos y en qu e n os move mos . Fra nk Lloyd Wri ght , pen sa ba que el espac io era la ese ncia de la a rqui tect Ul-a y descubri6 qu e Okaku ra Kaku zo ex pr esa ba la misma id ea en The Book of Tea . La rea lidad de la ar- quit ec tura no reside en los eleme nt os s6lidos qu e la co nfiguran , sin o qu e, mas bien, "la re- alidad de la arquitectura hay qu e buscarla en el espacio encerrado por la cubie rt a y las pa- redes antes que en ell as mismas". ' El arquit ecto manipu la es pacios de mu- chos tipos. En plimer lu gar hay que hablar del espacio fisico , qu e pu e de derinirse como el vo lum en de aire limit ado por l as pare des , el suelo y el techo de un a sa la. Este es pacio puede ser co mput ado facilme nte yex presa- do en forma de me Lros cu bi cos 0 de pies cu - bicos. Pero tambien existe un espacio percep- tible, que es el qu e pu ede ser percibido 0 vis- Lo. Este espacio, especia l m en te en edificios co n paredes de vidrio, pued e ser r eal m e nt e dilata do e imposibl e de cua ntificar. El espacio conceptual, en estrec ha vin- cul ac i6n co n el p erce ptivo , pu ede defin irse como el mapa mental que llevamos en la ca - beza, el plano qu e queda almacenado en nues- tra memoria. Los edificios que funcionan bi en son aque ll os qu e l os usuarios pu eden co m- p re nd er facilme nt e con su imag in aci6n y en los qu e pu eden desp lazarse con soltura, cas i sin nec es idad de que nadie se lo s enseiie, co mo con una espec ie de in evitabilidad . De tales edi[icios pu ede d ec irs e qu e tienen un bu en espacio co ncep tual. EI arqu itec to tam bien inte rviene dec is i- vamente en la configuraci6n del espacio fun- cional , que podria defini rse como aquel en qu e r ealm e nte nos movemos y u samos . Para ilu stra r co n un ej emplo todos estos tip os de espacio, exa minaremos la casa de Llo yd Lewis en Libertyvi ll e (Illinois), r ea li zada en 1939 por Frank Ll oyd Wright [3 .1]. La vista de la sala de estar hacia la chimenea esta de- finida por las lib rerias e mpotrada s, e ll adri- 11 0 visto del co njunt o de la chimenea, el suelo yel techo [3.2]; todas las s uperficies son opa- cas y Lr ansmite n un a clara sensaci6n de con - fin a mi e nt o; el es pacio Fisico es evide nt e. Si miramo s h ac ia la iz qui er da , la vista se ex- tiend e, a tr aves de las gran des balc on eras acr ista ladas, hacia el prado y el bosque que qued an al otro lado [3.3J; desde esta posici6n, el espacio p ercep tible alcan za al exterior, ex- tendie nd ose a traves del prado h asta el hori- zonte y el cie lo. Si nos d es pla zamos h acia el co medor , podre mos ver la me sa de co m er fi ja y li gada a un mach6n de obl-a vista [3.4]. Para p asar d esde la sal a de es ta r al comedor ya la coc ina es p rec iso rodear la mes a de co- mer, ya qu e esta no pu ede ser despl aza da. En un se ntid o es trictamente fisico, la m esa oc u- pa rea lm e nte mu y poco volumen, muy pocos me tros CL lbi cos en relaci6n con los ce nt ena- res que tienen la sa la de e star y el co medoI'

HDeleite: el espacio en la arquitecturarecursosbiblio.url.edu.gt/publicjlg/biblio_sin... · alidad de la arquitectura hay que buscarla en el espacio encerrado por la cubierta y las

  • Upload
    others

  • View
    20

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

CAPITULO 3

HDeleite": el espacio en la arquitectura

La histori a de la arquitec tura cs primorciiaimenle LIlla histori a de la configuraci6n del espacio por la mann del hombre.

Niko laus Pevsner , Breve his toria de fa arqllitee/Llra

ellropea, 1943

La arquiLectura es el arte en cuyo interior nos movemos; es el arLe que nos envuelve. Si bien Nikolaus Pevsner es tablecfa una, en mi opi­ni6n discutible, divisi6n enLre arquitectura y edificio, tengo, en cambio, muchos mas mo­tivos de co incidencia con su obsen raci6n si­guiente de que la arquiLec tura es la creaci6n de espacio. ' Tal co mo observa Pevsne r, los pinLores y escultores afecLan nuestros sen­tidos creando cambios en las formas y en las relaciones de proporci6n enLre e li as 0 a tra­yeS de la manipulaci6n de la luz y del color, pero s610 los arquitectos con[iguran el espa­c io en que vivimos y en que nos movemos . Frank Lloyd Wright , pensaba que el espacio era la esencia de la a rqui tectUl-a y descubri6 que Okakura Kaku zo expresaba la misma idea en The Book of Tea . La realidad de la ar­quitectura no reside en los elementos s6lidos que la configuran, sino que, mas bien, "la re­a lidad de la arquitectura hay que buscarla en el espacio encerrado por la cubierta y las pa­redes antes que en ell as mismas". '

El arquitecto manipu la espacios de mu­chos tipos. En plimer lugar hay que hablar del espacio fisico , que puede derinirse como el vo lumen de aire limitado por las paredes , el suelo y el techo de una sala . Este espacio puede ser computado faci lmente yexpresa­do en forma de meLros cubicos 0 de pies cu­bicos.

Pero tambien existe un espacio percep­tible, que es el que puede ser percibido 0 vis­Lo . Este espacio, especial men te en edificios con pa redes de vidrio, puede ser real mente dil a tado e imposible de cuantificar.

El espacio conceptual, en estrecha vin­culaci6n con el perceptivo, puede de fin irse como el mapa mental que llevamos en la ca­beza, el plano que queda almacenado en nues­tra memoria . Los edificios que funcionan bien son aquellos que los usuarios pueden com­prender fac ilmente con su imaginaci6n y en los que pueden desplazarse con soltura, cas i sin neces idad de que nadie se los enseiie, como con una especie de inevitabilidad . De ta les edi[i c ios puede decirse qu e tie ne n un buen espacio conceptual.

EI arqu itec to tam bien interviene dec is i­vamente en la configuraci6n del espacio fun­cional, que podria definirse como aquel en que realmente nos movemos y usamos. Pa ra ilustrar con un ejemplo todos estos tipos de espacio, exa minaremos la casa de Lloyd Lewis en Libe rtyvi lle (Illinois), reali zada en 1939 por Frank Lloyd Wright [3 .1]. La vista de la sala de esta r hacia la chimenea esta de­finida por las librerias empotradas, e lladri-11 0 visto del conjunto de la chimenea, el suelo yel techo [3.2]; todas las superficies son opa­cas y Lransmiten una clara sensaci6n de con­fin a miento; el espacio Fisico es evidente. Si miramos hac ia la izquierda , la vista se ex ­tiende, a traves de las gran des balco neras acristaladas, hacia el prado y el bosque que quedan al otro lado [3.3J; desde esta posici6n, el espacio perceptible alcanza al exterior, ex­te ndiendose a traves del prado hasta el hori­zonte y el cie lo. Si nos desplazamos hacia el com edor, podremos ver la mesa de comer fija y ligada a un mach6n de obl-a vista [3 .4]. Para pasar desde la sal a de estar al comedor ya la cocina es preciso rodear la mesa de co­mer, ya que esta no puede ser desplazada. En un sentido estrictamente fisico , la mesa ocu­pa realmente muy poco volumen, muy pocos m etros CLlbicos en relaci6n con los cente na­res que tie nen la sala de estar y el comedoI'

48 Los elementos de la arquitectura

r- ---- --I 1

I I I L _________ ______ ---1

r===='Jl. ____ ...l.I o 5

Fb'--'c:Fl '0

1

- --'

'5

It a 5 10 20 30 40 50 60

F=l=,----,L-----J~=F=l 1m r 87

3_1_ Frallk Lloyd Wright, casa de Llowl Lewis (casa Lewis), Lybertvville (Illillois), 1939_ Plantas baja (arriba) y sell1isolano.

3_2_ Casa Lewis_ Vista de La sala de estar, mirando hacia la ch ill/enea _ Desde este puma, el espacio se nos presenta n{tidaJl1enle defin ido y (ro1'lsl1l ite UI1.{l pro/ee/ora sensaci6n de enc/auslra1'11ien/o.

3.3. Casa LelVis. Visla de la sala de estar, lIIiral1do hacia la panlaila de p"erlas crislaleras. Desde esta posici611, el espacio percel'l ible se prolol1ga hacia eI exterior, extendiendose a traves del prado hasla el horizome y el cielo.

3.4. Casa LelVis. Visla de la ZOl1a de cOllledor COI1 la mesa fljada al mach611 de fabrica. La cualidad de il1l11ovilidad de la lIIesa determin{l las circulaciol1cs de las persol1as v, par cOl1siguiente, su c0111pOrlalJlienlO

fill/ciol1al.

"Deleite": el espacio en la arquitectura 49

50 Los elementos de la arquitectura

juntos, pero desde el punto de vista funcio­nal, determina de una manel-a rotunda y de­cisiva nuestros desplazamientos a traves del espacio.

El espacio arquitect6nico es un podero­so configurador de comportamientos. Wins­ton Churchill 10 entend i6 perfectamente cuando, en 1943, ante la Camara de los Comunes, dijo: "Dam os forma a nuestms edi­ficios y despues nuestros edificios nos dan forma a nosotros".3 La Camara, en la que los Comunes venfan celebrando sus reuniones desde cerca de un siglo antes, habia queda­do destruida por una bomba a lemana en 1941, Y el Parlamento empezaba a plante­arse medios alternativos para reconstruirla. Las primeras reuniones del Parlamento, alia por el siglo XIII, se reali zaban en una de las salas del palacio medieval de Westminster, pasando posteriormente a la capilla del pa­lacio. Se trataba de una tfpica cap ilia g6tica, estrecha yalta, con filas paralelas de sitiales de com a ambos lados del pasillo central. Los parlamentarios se sentaban en los sitia les,

dividiendose en dos grupos: el del partido del gobierno a un lado del pasillo y, del otm lado del pasiJlo, el de la leal oposici6n. Muy raro era el parlamentario que tomaba la grave decisi6n de cru zar el pasillo para cambiar de filiaci6n politi ca. Cuando, tras el incendio de 1834, hubo que reconstruir el Parlamento de Londres, se hizo en estilo neog6tico y, en 1943, Churchill sostenia que ese 'mismo es­tilo era e l que debia seguirse. Hubo quie n pretendi6 1'econs truir la Camara con los asientos di spuestos en abanico, a la mane-1'a de las cama1'as legislativas de Estados Unidos y Francia, a 10 que Churchill replic6, convincentemente, que la forma del go bier­no parl a menta1'io ingles habia sido confi ­gurada por el entorno fisico en el que estuvo aloj ado por primera vez; segLI11 su razona­miento, cambiar ese entorno, dade un espa­cio funcional distinto , significaria tam bie n alterar la verdadera naturaleza del hecho par­lamentario. Los ingleses habian configurado primero su arquitectura, y despues la arqui­tectura habia configurado a l go bie rno y a

3.5. Pla za de Sal1 Marcos, Venecia ([talia), 830- [640. Este cierre exterior COl'lliel1e aspectos de los espacios ({sica, perceplible y fill1ciol1ai.

"Deleite": e l espacio en la arquitectura 51

m 0 5 10

I I

® 1t 0 10 20 40 60

r==L::J I I m b , Imr 85

3.6. Fral1k Llovd Wrig/II, casa de Edgar Kat/fil1anl1 lIalllada casa de la Cascada, cerca de Mill RUI1 (Pel1silvan ia), 1936- 1938. Pianta. Los espacios il1leriores se elll reiawn de fiJrlIlG flu ida v se abrel1 hacia ei boscoso barral1co exterior a trawls de la s gral1des vir/riera ."' ,

la historia de Inglaterra. Asi fue como, gra­c ias al poder de persuasi6n de Churchill, el Parlamento fue reconstruido con a rreglo a la disposici6n medieva l de fil as de escafios paralelos situados fl-ente a frente, a uno y otro lado del pasillo central [J9.8].

Esos conceptos de espacio fisico, per­ceptivo y funcional se han aplicado aqui a los espacios contenidos en el in ter ior de edifi­cios concretos. Con s610 unos ligeros reto­ques e n las definic iones, tam bi en pueden emplearse esos mismos te rminos para des­cribir la experiencia vita l e n grandes espa­cios al aire libre . Consideremos, por ejemplo, la gra n sala al aire fibre de la plaza de San Marcos de Venecia [3.5]. Si nos situamos en la plaza mirando h ac ia el oes te, el espacio esta claramente definido y delimitado por las fachadas de los edifi cios de los lados y del frente; ocurre algo parecido s i nos damos la vue lta y miram os hac ia e l es te, hacia la

iglesia de San Marcos, pero la luz que nos lJe­ga desde la derecha nos da la sensaci6n de abertu ra. Si nos desplazamos hacia el es te, cerca de la fachada de la iglesia, nos vemos obli gados a rodear la elevada torre del Campanile qu e esta erigida en la plaza, de­termin ando asi nuestra funci6n de pasean­teo Una vez rodeada la torre, pod emos ver la p laci ta mas pequefia que se extiende ha­cia el sur. Pasadas el par de columnas exen­tas que senala ell imite de la placita, nuestra vista atraviesa el canal y el espacio fisico ce­rrado se a bre hacia un espacio perceptible mucho mas expansivo .

La planta de la casa de Lloyd Lewis tam­bi en nos ilustra con claridad sobre la posi­bilidad de dualidad del espacio: los espacios conexos por contraste con los espacios es­taticos . Wright era un maestro en el entre­lazamiento de espacios, creando 10 que se ha descrito co mo espac ios fluidos, empezando

52 Los elementos de la arquitectura

3.7. Pabellol1 Shakil1-tei, villa imperial de KatslIra, cerca de Kiata (lapol1), 1645- 1649. Vista desde el il1leriardel pabel/ol1 hacia las isletas dellaga.

II 0 10 20

Imr

30 I

40

I 87

3.B. Pabellon Shai-ken (pabel/ol1 de las pel1samiel1tas sal1rien!es), villa imperial de Kalsura, cerca de Kiala (lapol1), 1645-1649. Plal1ta.

3.9. Charles A. Pial!, casa William Fa/1I1estack, Katol1ah (Nueva Yark), 1909-1924 (demalida). plal1la. EI1 esle edit/cia, las espacias esuin claral1lel1te call1part;mel1tadas para separar las act;v;dades y par raw'nes de privacidad aaiSlica.

con sus prairie houses [litera l mente, 'casas de la pradera'] de 1900 a 1910 Y s iguiendo con su casa de la Cascada, cerca de Mill Run (Pensilvania), construida para los Kaufmann entre 1936 y 1938 [3.6]. En esas casas no exis­te separaci6n entre la sala de es Lar y el co­medoI' 0 la alcoba-biblioteca; todos estos espacios estimlibrem ente de finidos como partes integrantes de un espacio mayor. Para el desarrollo de esta concepci6n del espacio, Wright se inspir6 en la arquiLectura japo­nesa. En la casa tradicional japonesa, un ar­maz6 n estructural de mad e ra sos ti ene los carril es a 10 largo de los cuales deslizan las pantallas con-ederas. Cuando estim cerradas, esas pantallas son como tabiques m6viles que definen las habitaciones de la casa, mientras qu e basta con desli zarlas p a ra qu e la casa quede total mente abierLa [3.7, 3.8]. En la cas a tradicional japonesa no hay ha biLaciones, en e l sentido convencional occidenLal. La in­fluencia que tuvieron las pl antas descom­partimentadas de las primeras prairie houses de Wright sobre los arqu itecLos europeos es bi e n patente en el pabell6n a leman, cons­Lruido par Ludwig Mies va n der Rohe para la Exposici6n Universal de Ba rcelona, cele­brada en verano de 1929 [20.13]. que fue de­molido y ha sido recienLemente reconstruido en el mismo emplazam iento. Aqui tampoco hay hab itaciones en el sentido ordinario del term ino, sino una serie de pIanos o rganiza­dos en el espacio, que definen un grupo de zo nas entrelazadas.

A la inversa , la cas a europea 0 nortea­mericana mas tradiciona l de los principios del s iglo xx estaba claram ente su bdividida en habitaciones separadas, cada una de elias con un fin distinto y bien definido: para la tertulia, para comer, para leer, para recibir invitados y asf sucesivamente. Un buen ejem­plo de ella es la casa William F. Fahnestock, e n Katonah (Nueva York) , 1909-1924 (ac­tualmente demolida), construida por el ar­qui tecto Charles A. Pl a tt , co n su racimo' de habitaciones individuales [3.9]. En mu­chos aspectos, esta casa es parecida a la casa Harold F. McCormick, e n Lake Forest (Illinois), 1908-1 9 18, tambi en de Platt. Originalmente, en 1908, Frank Lloyd Wright ha bfa proyectado para los McCormick una cas a bien diferente (que habria sido la ma­yor de las suyas hasta la fec ha), con una se­rie de amplios espacios conexos que se ablian

"Deleite": el espacio en la arquitectura 53

y flufan el uno hacia el otm. Pem, al parecer, la seiio ra McCormick preferfa un es til o de vida mas fo rmal y compartimentado, de ma­nera que el proyecto de Platt result6 ser mas adecuado a sus gustos.

Por su propia configuraci6n, el espac io puede deLerminar 0 sugerir modelos de con­ducta, a pesar de las barreras u obstacu los . Hablamos del espacio direccional, por con­Lraposic i6n a l espacio no direccional. La planta del pabe1l6 n aleman de Barce lona es un ejemplo i1ustrativo de espacio no direc­cional , ya que no exis te un recorrido obvio a traves del edi[icio, sino mas bien una gama de ellos a escoger. Por contraste, en una ca­tedral g6 Li ca el enfatico eje longitudinal di­rige el movimiento hacia un unico foco: e l altar [3. 10]. ESLa esp ecie de fuerza gravita­Loria hacia el a ltar es particularmente inten­sa en las ca tedra les' inglesas, pues, por ser de menor a ltura que las francesas y tener Ifneas horizon tales mas acentuadas, se produce una iI us i6n 6pt ica que hace que las crujfas pa­rezcan converge l- hacia el altar e incJuso ex­tenderse mas alla de el.

3.10. Caledral de Salisbury, SalisblllY (l I1glaterra), 1220-j 266. Vis ta de 10 /la ve cel1lral. Las crujias repelilivas y fa pole171e eSlralijh;ocio17 horizontal coadYllvall a que la vista se s iellla filerlelllem e alrarda Iweia eL fondo de La /lave .

54 Los elementos de la arquitectura

m 0 1 0 1 5 20

~=L-=::J fl 0 1 0 20 40 60 80

r=1=J I 87

3.11. Cueva exeavada el1 la raea, Karli (1I1dia), ca . lOa d. de C. Plal1la v seeciol1. Este ejel1lplo de espacio nega li vo {ue creado vacia l1do La roca del risco y creal1do una c{l1nara aboveJada sosfenida '<';obre colul1ll"w5;, il1sp i rada en la arquileelura ell madera lradieiol1al.

Tambien puede hablarse de espacio po­sitivo y espacio negativo. Espacio positivo es aquel que esta concebido como un vacio que, posteriormente, se envuelve en una cas­cara construida para definirlo y contenerlo . Un ejemplo de ello es la cascara de yeso de la iglesia de peregrinaci6n de los Vierzehnheili­gen (Catorce Santos), en Franconia, al sur de Alemania, construida por el arquitecto Johann Balthasar Neumann entre 1742 y 1772 [17.43]. La envoltura no tiene nada estructuralmente sustancial; esta ahi exclusivamente como un envoltorio, para definir un espacio concreto y crear una particular experiencia arquitec­t6nica y religiosa. Por contraste, el espacio negativo se crea vaciando un s6lido que ya existe. Tal vez las primeras moradas del ge-

n ero humano fueran cavern as vaciadas na ­turalmente. Esa evocaci6n ancestral perma­nece en muchas cavernas excavadas arti­ficialmente en la roca, como las de Ajunta y Karli, en la India, que fueron excavadas entre eJ ano 2000 a. de C. y el 650 d. de C. [3.11]. En ellas, el espacio se cre6 cortando Jabo­riosamente el macizo existente hasta obte­ner el vacio deseado.

Los conceptos de espacios positivo y ne­gativo pueden aplicarse igualmente aJ espa­cio urbano. En este contexto , el espacio negativo puede definirs e como el espacio abierto que se ha dejado tal cua!, una vez construidos los edificios, mientras que el es­pacio urbano positivo es aqueJ que ha sido configurado y definido deliberadamente se-

o 10 20 40 60

r==L=~

f t 0 50 100 150 200

r==l::::===L=:J 87

"Dele ite": el espacio en la arquitectura 55

3.12. Piazza della Sigl1oria, Florel1cia (flalia), 1298-1310. ESle espacio urbano ncga t ivo lile defillielldose a 10 largo de los siglos COIJlD lUI espacio negalivo, es decir, el espacio que qlledaba libre a medic/a que ,\'e iban c01151rllyendo

los edifleios circul1danles.

: Loggia della Signoria (Loggia dei Lanzi) PV: Palazzo Vecchio U : Uffizi (oficinas municipales)

3./3. Filippo Bn",elleschi." (Jlros, Piazza Al1Il/llniala, Florel1cia (flalia), eillpezada el1 1419. ESle espacio u rba no positivo file proveclado deliheradalllel1le ell conjuncioll COI1 la modlliada f(lc/wda de Brunelleschi del Hospilal de los I llocellles.

FH: Hospital de los Inocentes IOspedale degli Innocenti)

SA: Santa Annunziata

m 0 10 20 4 0 60

~

ft 0 50 100

~ 1m ,

20 0

I 87

56 Los elementos de la arquitectura

3.14. Palo/li DS posadas sabre el cabal/ele de UI1 gral1ero, UI1G del17oslraciol1 dell17Gl1lel1 il11iel1lo del espac io personal en tre los il1dividuos de la 11 1isma especie.

gun un plan preconcebido. Podemos ver plas­madas estas dos ideas en la ciudad italiana de Florencia. El espacio publico mas impor­tante es el de la Piazza della Signoria, adya­cente al principal edificio municipal, el m e­dieval Palazzo Vecchio, construido entre 1298 y 1310, que sobresale hacia la irregular for­ma del espacio pllblico [3.12]. La Piazza della Signoria, cuya irregular forma rue de­finiendose a medida que se construfan los edificios a 10 largo de los siglos , es un ejemplo de espacio negativo. Sin embargo, durante el siglo siguiente, y con forme se im­ponfa el renacimiento en la ciudad, fue sur­giendo paralelamente una nueva visi6n de 10 que debfa ser el espacio publico. Cuando, en 1419, Filippo BruneJleschi proyect6 el Hospital de los Inocentes, situado unos 800 m al norte de la Piazza della Signoria, modul6 su fachada median te una galerfa porticada. Entonces, el espacio que habfa frente al hos­pital se convirti6 en una plaza urbana, la Piazza Annunziata, y los arquitectos de to­dos los edificios circundantes basaron sus fachadas en el m6dulo de la arcada brune­Jleschiana, de manera que la plaza se con­virti6 en un rectangulo ordenado, regido por

una reticula matematica que parece deter­minar la ubicaci6n de todas y cada una las partes de los muros que la definen [3 .13]. La Piazza Annunziata puede ser considerada como un ejemplo de espacio positivo, defi­nido de acuerdo a unas ideas preconcebidas.

Todavfa existe una forma mas de defi­nir el espacio, que, aunque no sea estricta­mente arquitect6nica, no por ello ha de ser olvidada por el arquitecto. Se trata del es­pacio personal, esto es, la distancia que los individuos de una misma especie guardan entre ellos. Estamos hablando, por ejemplo, de la separaci6n que los pajaros mantienen entre sf al posarse sobre el alero de un edi­ficio 0 sobre un cable telef6nico, y tambien de la distancia que guardan entre sf dos des­conocidos que esperan sentados en la para­da del autobus [3.14].4 Para la mayorfa de los animales, esta zona de confort esta progra­mada geneticamente. En los afloramientos rocosos costeros, las focas y morsas se ape­lotonan unas encima de otras en aparente es­tado de felicidad, mientras que, por el contrario, los cisnes y los colibrfes se cuidan mucho de evitar todo contacto 0 proximidad excesiva con sus respectivos congeneres. Los

experimentos demuestran que los animales obligados a convivir en cond iciones de haci­nami e nto que violan sus c6digos gene ti­cos pueden lIegar a adoptar conductas abe­nantes.

Sin embargo, el ser humano ha demos­trado ser sumalll ente fl exible en cuanto a la determinaci6n de su espacio personal se re­fiere, como si no estuviera progra lllado de acuerdo a ningltn c6digo genet ico espacia l. En su lugar, el espacio personal entre los se­res humanos es una cuesti6n cultural que se fija ya en la primera infancia, de manera que cualquier cambio en la distancia personal del individuo, forzado mas adelante, puede pro­ducirle un estado de ansiedad. Los italianos y los franceses acep tan Illejor las disposicio­nes densas que los ingleses, los n6rdicos y los norteamericanos, como puede apreciarse fa­cilmente en la organizaci6n de mesas y asien­tos en las te lTazas de los cafes. Pero min hay mas: incluso dentro de la Illisma cultura, dos hombres que se encuentran por la calle guar­dan entre si una mayo r distancia que si se

NOTAS

1. Niko laus Pevsnel', An Outline o( European Architecture, 7." ed., p. 15; version castella na: Breve historia de la Arquitect ura Europea, Alian za Editorial, Madrid , 1994.

2. Fra nk Lloyd Wri g ht , The Natural House, Tueva York, 1954, p. 220; c ita a OkakUl'a Ka ku zo,

The Book of Tea, Nueva York, 1906, p. 24, qui en, a su vez, parafrasea a Lao- tzu.

3. Winston Churchill , en una conferencia a nte la Camara de los Comunes el 28 de octubr'e de 1943, en Onwards to VictolY: War Speeches by the Right Hon. Wins ton S. Churchill, Boston, 1944, p. 3 17.

4. Este tema se trata en Hall , Edward T. , The Hidde l1 Dimension , Doubleday & Company Inc., Garde n City, Nu eva York , 1966, y e n Somme r, Roben , Persona l Space, Pre ntice Hall, Tnc., Englewood Cliffs, Nueva Jersey, 1969.

5. La territori a lidad es otro factor importa n­te de proyecto que no se tuvo en cuenta en la crea­cion de Pruitt-Igoe; para el a nal is is de Pruitt,Igoe, vease Osca r Newman , Defensible Space , Nueva York, 1972.

"Deleite": eI espacio en la arquitectura 57

tratase de dos mujeres en la misma situaci6n, y este h echo es espec ia l m e nte notorio en Estados Unidos. Si el arquitecto viola estas reglas no escritas de distancia personal, dis­poniendo, por ejelllplo, los lugares de traba­jo de una oficina demasiado pr6ximos enU'e sf, incluso en el caso en qu e las demas va­riables arquitect6nicas esten resueltas de for­ma 6ptima, el ambiente resultante provocara el r echazo de sus usuarios. Ex iste un riesgo muy especial de [racaso cuando el arquitec­to proyecta para unos usuarios de cultura 0

clase social distinta a la suya, como qu ed6 palpablemente demostrado en el proyecto de viviendas de promoci6n publica Pruitt-Igoe, en San Luis (Misuri), de los a fios 1952-1955. El conjunto estaba proyec tado de tal m a ne­ra que sus habitantes no podian controlar los espacios pllblicos, vestibulos y pasillos de sus largos bloques de viviendas, de manera que los robos crecieron de forma a larll1ante. La vida a llf se hizo [an p eligrosa que el Ayun­tami e nto se via obligado a demoler partes sustanciales del conjunto en 1972.'

BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA

Baum, Andrew, y Valins Stuart, Architecture and Social Behavior: Psychological Studies o(Social Density, Hillsda le, Nueva Jel'sey, 1977.

Chang, Amos Ih Tiao, The Tao o( Architecture, Princeton, Nueva Jersey, 1956.

Deasy, C. M. , Design (or Hum an A(fairs, Nueva York, 1974.

Heimsath , Clovis, Behavioral Architecture: TOlVard an Accountable Design Process, Nueva York, 1977.

Hilli er, Bill, y Juli enne Ha nson, The Social Logic o{'Space, Cambridge (Inglaterra), 1984.

Lym, Glenn Robel't, A Psychology of Building: How We Shape and Experiel1ce Our Structural Spaces, Englewood Cliffs, Nueva Jersey, 1980.

Norberg-Schul z, Christian, Existence, Space and Architecture, Nueva York, 1971; vers ion caste­llana: Existenc ia, espacio y arquitectura, Editorial Blume, Barcelona, 1975.

Tua n , Yi -FLI, Space and Place: The Perspective of Experience, Minneapolis, Minnesota, 1977.

Van der Laan, Dom H., Architectonic Space, Leiden y Nueva York, 1983.

Zevi , Bruno, Architecture as Space, Nueva Yo rk, 1957.

4.5. NOire-Dame de Charlres, Charlres (Fral1cia), 1194-1260. La lorre 5/./1', la 11105 sel1cilla , file cOl1slru ida el1 el periodo

1134-1155, el1 los albores del g6lico , COniraSla ac//sadal1lel1le cOl1la IOrre 1I0 r/e, mos orl1al1le11lada y cOl1s lmida en el periodo g61ico tardro.