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Lost and found. Está por amanecer. Increíblemente, ya puede vislumbrarse a lo lejos el pelear entre los campeones del día y la noche, el ardoroso Sol y la peligrosa Luna. Ambos luchan a muerte por el dominio de la expansión infinita que los humanos llaman cielo. El Sol apuñala a la luna con sus dagas de luz, y aunque la luna resiste agonizante con todas sus fuerzas, las tinieblas van cediendo terreno lentamente. La Luna retrocede, dejando un reguero de sangre dorada a su paso, manchando las nubes dispersas con rojo brillante y oro deslumbrante. Aunque la balanza ya se inclinó hacia un lado, ambos campeones saben que esta guerra no ha concluido, ni lo hará, hasta que los Amos de lo Alto y lo Bajo lleguen a un acuerdo. Esta es la parte más pequeña de su maldición recibida como castigo por su atrevimiento ante los Amos. Sin embargo, no siempre fue así. Hubo un tiempo en que los Amos eran cercanos, e intercambiaban presentes y favores. Los rollos registran una ocasión en que el Amo de lo Alto le obsequió una Supernova al Amo de lo Bajo. Irónicamente, hace algunas horas era el Sol quien se daba a la huida sin mirar atrás, herido por los dardos y flechas invisibles que la Luna, mortal arquera, arrojara desde las penumbras.

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Una iniciativa de cuento, sobre el inicio de los tiempos. La batalla entre los amos de arriba y de abajo.

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Lost and found.

Está por amanecer. Increíblemente, ya puede vislumbrarse a lo lejos el pelear entre los

campeones del día y la noche, el ardoroso Sol y la peligrosa Luna. Ambos luchan a muerte por

el dominio de la expansión infinita que los humanos llaman cielo. El Sol apuñala a la luna con

sus dagas de luz, y aunque la luna resiste agonizante con todas sus fuerzas, las tinieblas van

cediendo terreno lentamente. La Luna retrocede, dejando un reguero de sangre dorada a su

paso, manchando las nubes dispersas con rojo brillante y oro deslumbrante. Aunque la balanza

ya se inclinó hacia un lado, ambos campeones saben que esta guerra no ha concluido, ni lo

hará, hasta que los Amos de lo Alto y lo Bajo lleguen a un acuerdo. Esta es la parte más

pequeña de su maldición recibida como castigo por su atrevimiento ante los Amos. Sin

embargo, no siempre fue así. Hubo un tiempo en que los Amos eran cercanos, e

intercambiaban presentes y favores. Los rollos registran una ocasión en que el Amo de lo Alto

le obsequió una Supernova al Amo de lo Bajo.

Irónicamente, hace algunas horas era el Sol quien se daba a la huida sin mirar atrás, herido

por los dardos y flechas invisibles que la Luna, mortal arquera, arrojara desde las penumbras.