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SÍNTESIS Habitar Humano En seis ensayos de Biología-Cultural de Humberto Maturana y Ximena Dávila por David Alcántara

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SNTESIS

HabitarHumanoEn seis ensayos de Biologa-Cultural

de Humberto Maturanay Ximena Dvila

por David Alcntara

Datos sobre la versin del libro de sntesis

Editorial: J. C. Sez editor, SantiagoTraduccin: Sin traduccinEdicin: Primera, 2008Pginas: 394ISBN: 978-956-306-041-6

Datos sobre detalles de la redaccin

Las pginas citadas, todas, estn indicadas con la abreviacin p. y entre par-ntesis. En aquellos casos que se usa doble pp. se hace referencia a todas aquellas pginas que se comprenden entre ambos nmeros de pgina inmediatamente sealados, con ellos incluidos. Las frases que se encuentren entre los smbolos se refieren a una interpre-tacin, no literal, sobre ciertas ideas que se encuentran en su pgina correspon-diente. Las frases que se encuentren escritas en cursiva pueden referirse a dos cosas: si se trata una o dos palabras entonces son consideradas importantes y por ello son des-tacadas, pero si es una frase o un prrafo, o ms prrafos, entonces es una reescritura literal de aquello que se encuentra en la pgina correspondiente, con excepcin de los parntesis que no se encuentran en cursiva. Aquellas frases continuadas por tres puntos () expresan una conexin indirecta entre las ideas que se proponen, esto es, una forma de expresar que ambas escrituras forman parte de la cita que les acompaa pero que, a su vez, poseen contenido intermedio en el libro original que no se consider necesario citar. El nmero de las figuras no respeta el orden original del libro, son una adapta-cin propia de ste documento. Las pginas citadas debajo de los ttulos corresponden a la extensin del captulo en el libro original. Segn regla APA de citacin, la abreviacin Ibd. (bidem) hace referencia a la ltima cita utilizada. Si bien el documento es un dilogo entre co-autores, sta sntesis est escrita en tercera persona, con excepcin de aquellas citas literales del texto que se ofrecern en cursiva. Los parntesis sin cursiva, entremedio de las citas lite-rales, tambin son de mi autora.

HABITAR HUMANOen seis ensayos de Biologa-Cultural

INTRODUCCIN(pp. 23-29)

Todo lo que hacemos, todos los mundos que vivimos y todas las interacciones en la que nos envol-vemos forman y son parte de una antropsfera como modo humano de habitar en la bisfera, dentro de un mbito de coherencias ecolgicas en donde surge, se realiza y conserva lo humano en el deve-nir evolutivo. Toda transformacin estructural de la bisfera afecta la antropsfera, y todo cambio arquitectnico de la antropsfera afecta a la bisfera. Pasemos a sealar un par de caractersticas del vivir humano como modo de habitar la bisfera:

i. los seres humanos somos seres en continua transformacin recursiva, por ende somos entes histricos;ii. existimos en un presente a cada instante, y es all donde implicamos las tramas histri-cas como mbito explicativos que dan cuenta de cmo se origin ese presente;iii. todo ser vivo, todo ser vivo humano y todo el cosmos existen como un presente de cam-bios estructurales entrelazados y continuos;iv. por todo lo anterior, el pasado y el futuro son slo dos modos de vivir el presente cam-biante continuo que se vive: pasado como un mbito explicativo de sus coherencias (desde sus coherencias) y el futuro como extrapolacin un mbito generativo de posi-bilidades de transformacin de sus coherencias (tambin desde sus coherencias).

El devenir evolutivo sigue un curso definido, generacin tras generacin, en la conservacin de dos modos: uno es el vivir, ya que en la conservacin del vivir est la posibilidad del vivir en todo ser vivo, y el otro es un habitar especfico como modo particular de vivir su vivir, segn la conserva-cin de cierta identidad de clase u organizacin. Y ste ltimo, la conservacin de un vivir particu-lar como modo de habitar, es guiado momento a momento desde una configuracin de sentires rela-cionales ntimos hacia la coordinacin de haceres y sentires que llevan al ser vivo a un continuo desplazarse en la bsqueda de un medio que le permita su vivir (buena tierra; nicho); de no con-cretarse ste encuentro el ser vivo muere.

A vista de un observador el ser vivo siempre aparece en el fluir de su plano relacional asociado a conductas y elecciones que lo definen, siempre que el observador opere en el mismo dominio, y por ello es que siempre que se distingue en un dominio relacional a un ser vivo necesariamente se dis-tingue conjunto con l la trama operacional-relacional que involucra el habitar psquico en el cual ste se desenvuelve en su nicho. Y si bien no se puede describir el habitar psquico de las familias ancestrales, ya que no poseemos lo procesos generativos necesarios para su explicacin, s podemos evocarlos sealando cmo podran haberse comportado hasta llegar a conformarse como aquello con lo cual nos topamos ahora, procesos que s podemos describir con ms detalle.

Lo primero que podemos sealar es que no es el vivir en coordinaciones consensuales recursivas de haceres (lenguajear) lo que necesariamente implica dominar, controlar o destruir aquello que se busca explicar, describir o conocer. Los que nos guan hacia la separacin del mundo que traemos a la mano son nuestros sentires. Los que disciernen entre la esttica y el placer del convivir con res-pecto a placer de la dominacin y el mal-estar no es el lenguajear sino nuestra configuracin parti-cular de sentires ntimos que priman en el dominio relacional de nuestro convivir.

Qu es lo que ocurri exactamente en el fluir de nuestros sentires en la historia tal que vivimos nuestros diferentes vivires tal y como nos suceden? Humberto Maturana dice que no podremos sa-berlo con exactitud pero que s podemos mirar nuestro habitares actuales, que seguramente provie-nen de la conservacin de sentires ancestrales, y reflexionar sobre sus fundamentos biolgico-cul-turales a modo de decidir cul es el curso que deseamos tomar ahora.Siempre fuimos parte de la naturaleza, hasta que la fragmentamos en un anlisis destructivo de su carcter sistmico-sistmico y reducimos nuestro habitar a parmetros lgicos que nos dejan ciegos ante la comprensin recursiva del cosmos. Y es por esto que el podemos afirmar que el principal propsito de ste libro no es presentar sucederes des-compuestos e independientes, sino evocar imaginativamente en la reflexin habitares que en su ocurrir estn entrelazados los unos a los otros dentro de una dimensin sistmico recursiva que abarca todo el cosmos que nace con nuestro hacer.

Los seres vivos, y los procesos que los realizan como organismos en su operar e interactuar como totalidades generando procesos recursivos que dan origen a dominios operacionales-relacionales disjuntos intrnsecamente nuevos, ocurren todos como dinmicas evanescentes que surgen en un continuo fluir sistmico recursivo de sucederes entrelazados que no constituyen un mosaico de entes, ni procesos o conceptos que se relacionan en su operar como entidades discretas independientes. (p.28)

El observador entonces no distingue procesos aislados ni entes independientes, sino siempre din-micas operacionales y/o relacionales que forman parte de una matriz recursiva de sucederes evanes-centes espontneos que surgen entrelazados a cada momento por procesos diferentes y disjuntos que a su vez forman parte en su operar de nuevos procesos que se entrelazarn con nuevos dominios disjuntos y diferentes, en el fluir de una dinmica de transformaciones continuas sin fin. Y el obser-vador comprende esto en una dinmica reflexiva en el lenguajear que tambin ocurre como un su-ceder evanescente orientado en un fluir sistmico-sistmico en un dejar de ser inconsciente, donde forma parte de algn habitar psquico que nace a cada momento de la memoria histrica que se con-serva continuamente en su vivir y convivir.

Si al mirar un remolino que surge en el fluir de un ro, intentamos ver sus bordes mientras se mueve como una unidad arrastrado por la corriente, veremos que no lo vemos, y que en sentido estricto no los tiene, pues el remolino tiene presencia slo en la dinmica que lo constituye en su ocurrir como un aspecto del ro, siendo el ro sin ser l. As es el suceder de nuestro vivir. (p.29)

ENLACE I(pp. 30-31)

El ensayo que se presenta a continuacin abordar un evocacin sobre el devenir del vivir humano desde tiempos ancestrales hasta el presente, bajo el entendimiento de que si bien las eras psquicas que se expresan como reflejo de las matrices relacionales que configuran nuestros sentires ntimos cambian a lo largo del tiempo, permanece siempre intacta la conservacin del vivir mismo en tanto que siempre abre espacio para que todo cambie en torno a l. O lo que es lo mismo, desde tiempos ancestrales todo ha cambiado en el vivir humano, como fruto del fluir del emocionear entrelazado con lo que se piensa y hace, en tanto cada unos de esos cambios permite a su vez que se conserven las regularidades del vivir (autopoiesis).

En sus inicios el habitar humano era en la espontaneidad del placer en la compaa del otro, lejos de justificaciones de por qu s o por qu no actuar de ese modo, y ya pasados los siglos vemos como inclusive se crean mbitos del lenguajear que operan sobre la proposicin de preguntas incontesta-bles que slo pueden ser contestadas a travs de la invencin de supuestos apriricos trascendenta-les-independientes que suelen negar y generar ceguera sobre los fundamentos sistmicos recursivos de la antropsfera; tendiendo en cuenta que una pregunta es incontestable cuando no es posible contestarla operando desde las coherencias experienciales del dominio del vivir del observador en que fue formulada. ste ensayo es una invitacin a un vivir tico en el mutuo respeto fundado en nuestra biologa (del Amar y del Conocer).

HABITAR HUMANOen seis ensayos de Biologa-Cultural

I

ERAS PSQUICAS DE LA HUMANIDAD

Ximena Dvila Yez y Humberto Maturana Romesn

INTRODUCCIN(pp. 35-38)

El devenir evolutivo que dio origen los seres vivos, y en el que se realizan y conservan hasta el da de hoy, se orienta a cada instante por lo que un observador ve como una configuracin de sentires relacionales ntimos (emociones), tales como los deseos, las preferencias o los gustos, que guan el fluir relacional-operacional en coherencias estructurales internas y externas que se orientan al bien-estar psquico-corporal del mismo, pese a que ocasionalmente se generen espacios de mal-estar.

Desde las preguntas reflexivas Humberto y Ximena piensan que se abre la mirada y expande la conciencia de las coherencias organismo-nicho, en forma de nicho-psquico-relacional, y desde all dilucidamos que lo fundamental en el convivir evolutivo del ser humano, en tanto ente biolgico-cultural, son las configuraciones de emociones, ya que ellas son las que dieron origen a los diversos espacios psquicos en los que hemos habitado. De este modo reconocemos que cada era psquica est determinada momento a momento por el propio habitar en el cual se vive, y ste a su vez por un trasfondo de histrico.

Las eras psquicas son entonces una dinmica histrica de transformacin integral de la psiquis humana (p.37). Estn fundadas en lo mtico y esto en una dinmica recursiva que permite que la sabidura no slo se transmita cclicamente sino adems como forma de ampliacin de conciencia respecto de la evocacin a las coherencias sistmicas-sistmicas con respecto al mundo natural y con respecto a la propia historia humana. De este modo comprenderemos, que si bien hablamos en distintas instancias de diferentes momentos psquicos de la humanidad, cada vez que exista un cam-bio (transformacin) fundamental de conciencia entonces se vislumbrar en cada uno de ellos un carcter comn que corresponde a la dinmica cclica de origen, cambio y vuelta al origen, de modo que un nuevo ciclo slo puede comenzar en el estado de conciencia que caracteriz a su ciclo an-terior en su propio origen, el cual corresponde al estado de sentirse como parte del todo; como pert-eneciente a las coherencias sistmicas totales. Los autores llaman a esto la dinmica mtica-cclica de la existencia humana.

ERA PSQUICA ARCAICA(pp. 39-41)

Dinmica emocional fundamental: El amar como suceder espontaneo

Surgimiento: El surgimiento de esta era es el surgimiento de lo humano, y esto ocurre en la espon-taneidad ntima de la convivencia familiar como un modo de alcanzar el bien-estar psquico-corpo-ral mediante el compartir caricias en el placer de la compaa, hace no menos de tres millones de aos atrs. Surge el lenguajear como un modo de hacer cosas juntos en forma de coordinacin re-cursiva consensual de conductas sobre la base de una emocin bsica fundamental que es el amar. Ms tardesmental que es el amor.sobre la base de una emoci coordinaciurre en la espontaneidad e intimidad de la convivencia fami el lenguajear se entrelaza al fluir del emocionar como una forma de conversar que ca-racterizar el convivir humano en su transmisin transgeneracional como un linaje comn.

Caractersticas: La era arcaica aparece cuando surgen de modo espontneo habitares psquicos que se caracterizan como redes de conversaciones cerradas que se fundan en el fluir del emocionar del amar y que no traen consigo, ni consiente ni inconscientemente, la psiquis del mal-estar en el de-samar. Se distingue una constante expansin recursiva-espontanea del convivir generador de mun-dos como una forma no pensada de vivir y convivir en la unidad operacional organismo-nicho en la co-laboracin y la co-inspiracin. Las regularidades del ocurrir de sus vidas les hace pensarlo todo como algo dado de hecho. Su linaje se constituye como el de los Homo sapiens-amans amans.

Decaimiento y transicin: Se vive en las coherencias del reino de Dios hasta que aparecen incohe-rencias al generarse las nociones explicativas que buscan concordancia en la unidad saber-hacer del vivir cotidiano. Desde all se da un cambio desde la espontaneidad del suceder al intento de explicar los sucesos del ocurrir, el amar se expande como dimensin relacional intangible que funda el vivir y convivir desde el explicar. De un momento a otro, ya no todos son iguales.

ERA PSQUICA MATRSTICA(pp. 42-45)

Dinmica emocional fundamental: El amar como un convivir deseado.

Surgimiento: Con la creacin del cosmos como constructo explicativo del mundo que se habita surge la visin de una madre, desde el cuestionamiento sobre las coherencias de los sucederes del vivir, como aquella encargada de la re-novacin de la unidad cclica del existir. Surgen cuestiona-mientos urgentes e incontestables desde el operar humano fctico pero que an as son respondidas desde dimensiones intangibles y enajenantes soadas desde las configuraciones de sentires relacio-nales ntimos que brotan del convivir cotidiano.

Caractersticas: El amar no slo es suceder espontaneo sino adems un convivir deseable. De este modo, la era matrztica se caracteriza no slo por la espontaneidad sino adems por un pensar co-mn que generan, mediante redes cerradas de conversaciones, nociones explicativas que fundan el amar como camino para el bien-estar relacional. La reflexin se orienta a conservar la generacin de una cultura que es sustentada desde un orden divino inmanente, que si es perturbado ya no re-sulta acogedor. Se vive en confianza en la conciencia de las coherencias del vivir en el mundo divino-natural.

Decaimiento y transicin: Se desvanece la configuracin de sentires relacionales que entregaban confianza en las coherencias del suceder espontaneo y reflexionado sobe el mundo, y en su lugar surge una psiquis de desconfianza sobe el orden del mundo divino-natural que los lleva a la prdida del bien-estar acogedor del cual se era parte, suplantndose por los sentires de control y jerarqua.

ERA PSQUICA DEL APODERAMIENTO(pp. 46-48)

Dinmica emocional fundamental: Apropiacin de la verdad y veneracin de la autoridad.

Surgimiento: Comienza cuando se genera adiccin al poseerlo todo sin importar lo dems y los dems. Nace en el vivir cotidiano como una manera de vivir lo cotidiano, y aparece junto con el despertar de la consciencia de las capacidades manipulativas (corporales o psquicas) y al adictivo deseo de ser servido y servir: ser servido para poseer poder y servir para renunciar a la responsa-bilidad. Su origen est en la prdida de la confianza en las coherencias del orden del mundo divino-natural y natural en que se vive y convive.

Caractersticas: Su esencia es la generacin de una jerarqua estricta que se rige por el control, servilismo y poder de autoridad. Anula la confianza, la espontaneidad, la co-inspiracin y la co-laboracin. Elimina la aceptacin recursiva y la cambia por la negacin recursiva. Abre paso a la inseguridad y la discriminacin sustentadas por el adictivo deseo de poder. Y luego de generar todo esto se ofrece la confianza recin perdida mediante un acto de control del propio medio natural que les rodea. Hay dos formas particulares de vivencia de sta era: Homo sapiens-amans agressans (fundada en la emocin de la agresin; deseo de violencia) y Homo sapiens-amans arrogans fundada en la emocin de la arrogancia; deseo de omnipotencia).

Decaimiento y transicin: Ambos linajes estn destinados a extinguirse en el tiempo, ya que el nico que se funda en la emocin del amar como modo de alcanzar el bien-estar psquico-corporal es el Homo sapiens-amans amans. Pese a esto, sta era no decae y se fortalece en el uso de la razn para dar paso a la era moderna.

ERA PSQUICA MODERNA(pp. 49-50)

Dinmica emocional fundamental: Dominio de la autoridad y la enajenacin en el poder.

Surgimiento: La configuracin de sentires relacionales se orienta en la seguridad de sentir que se conoce la verdad y la realidad mediante la ciencia y la tecnologa. Se siente que se puede dominar el devenir natural real y que de hecho se le domina. Comienza a divinizarse la razn y a desplazarse la comprensin. Se crean los en s como entidades objetivas invariables.

Caractersticas: Confianza ya no en la armona con un mundo natural sino en la posibilidad de controlar el medio en el que se vive mediante el uso de la razn universal y la verdad. Se confa en que el conocer la realidad permitir generar bien-estar mediante la razn, y desde all se crean justificaciones polticas-filosficas que justifican la conservacin de los linajes Homo Sapiens-amans agressans y arrogans. Se cree saber lo que es bueno para otro slo mediante la razn, de modo que se justifica la dominacin como forma de piedad ante la ignorancia del otro.

Decaimiento y transicin: sta era se fortalece en el dominio explicativo-imaginario de la razn sobre el control del mundo natural para dar paso a la era post-moderna.

ERA PSQUICA POSTMODERNA(pp. 51-53)

Dinmica emocional fundamental: Dominio de la confianza en el saber que se sabe lo que se cree que se sabe. Tentacin de la omnipotencia, cegueras en el saber que se sabe lo que se dice que se sabe.

El saber no es comprensin, sino un sentir que se siente cuando no se duda sobre lo que se dice sa-ber que se sabe. El conocer no es sobre las coherencias fcticas del vivir, sino sobre lo que otros dicen que es adecuado saber segn su pensar. El entender no es un abstraer coherencias experiencia-les sobre lo cual el saber hace sentido como lo que se sabe, sino un saber y conocer el entorno en el cual los otros dicen que algo es vlido como tal.

Surgimiento: La cultura es dominada en su totalidad por la ciencia y la tecnologa. Surge la emo-cin de creer poder hacer todo desde el dominio fundado de lo que imaginamos creer saber, en donde todo slo es (en s). Surge la hegemona del liderazgo como forma de obligar a los otros a cumplir la adiccin de algunos de hacer todo lo posible que se cree que se puede hacer y de su-plantar la co-inspiracin como modo inspirador de convivencia y se reemplaza el respeto por s mismo y por otros por un contrato. La tentacin de la omnipotencia se ciega ante la legitimidad humana.

Caractersticas: Justificacin racional del progreso y la innovacin como nico mbito posible de habitar en bien-estar, aunque para alcanzarlo se haga desde el sentir de la irresponsabilidad, la des-honestidad y la manipulacin. Ceguera intencional ante la generacin de dolor y sufrimiento ajeno en la antropsfera producto de un no querer ver la responsabilidad tica.

Decaimiento y transicin: El fanatismo moralista en el desamar de los lderes que guan la mqui-na del progreso no logran acabar con la intimidad amorosa que se genera en la relacin materno-infantil de las familias, de modo que el amar an existe como mbito deseado para el convivir hu-mano. Se reflexiona sobre el propio vivir y se genera conciencia de la antropsfera, y la bisfera, como mbito de coherencias ecolgicas que ha sido descuidado, y de la objetividad como excusa fundante de la irresponsabilidad en el convivir humano.

ERA PSQUICA POST-POSTMODERNA(pp. 54-61)

Dinmica emocional fundamental: Surgimiento de la reflexin y accin tica consciente.

El fin del liderazgo abre el camino al resurgir del bien-estar psquico-corporal operacional-rela-cional de la confianza en la honestidad como fundamento tico del convivir en la psiquis de la post-postmodernidad, abrindose el espacio para la responsabilidad deseable y deseada en el respeto por s mismo y por lo otros en la generacin de una buena tierra.

Surgimiento: Comienza el desapego a las certidumbres y la orientacin de la accin hacia la cons-truccin de un convivir armnico con la antropsfera (por lo tanto adems con la bisfera que lo contiene y hace posible) producto del dolor que se ve en ella y que fue generado por la omnipoten-cia de las eras pasadas. Se desprenden las enajenaciones cognitivas de todo tipo y se da paso a una ampliacin de la consciencia mediante reflexin responsable que nos permite darnos cuenta que todo el mal-estar que existe en la antropsfera, que es creada con nuestro propio hacer, fue gene-rado por nosotros mismos en nuestro hacer destructivo.

Caractersticas: Audacia en la generacin de responsabilidad tica (y social) consciente sobre las coherencias ecolgicas de la antropsfera y la bisfera como medio que nos contiene y que nos hace posibles en nuestro vivir y convivir humano. Decisin de erradicar el mal-estar en el convivir que nosotros mismos hemos generado con nuestra propia configuracin de sentires relacionales ntimos en la desconfianza de la armona con el medio natural que dio origen a la confianza irre-flexiva sobre la omnipotencia del liderazgo. Bsqueda-rescate de la autonoma y libertad reflexiva que permite una red cerrada de conversaciones fundada sobre el flujo emocional del amar en el linaje Homo sapiens-amans amans como clmine de la dinmica mtica cclica al crear el linaje consciente del amar, y de la renuncia del xito y la utilidad, llamado el Homo sapiens-amans ethicus.

Decaimiento y transicin: sta era slo se extinguir si no existe la audacia suficiente para generar consciencia sobre el hacer propio y su generacin de mundos de convivencia en el mal-estar o bien-estar, a modo de transformar la convivencia en pos de un vivir tico y responsable. Slo se perdera la consciencia de la matriz biolgico-cultural que se comprende en el vivir tico y responsable de la era post-postmoderna, que es el fundamento de todo en cuanto surge, se realiza y conserva el vivir humano, si se reconoce irreflexivamente la supuesta naturaleza trascendente de los valores en s que arrastran consigo la utilidad y el xito como objetivos del liderazgo propios de la era postmoderna.

Reflexiones finales

En la psiquis de la era post-posmoderna se comprende que se es biolgicamente primero un ser a-moroso, y desde all se vive en el desapego de la necesidad de la certidumbre sobre alguna verdad absoluta que niegue la posibilidad de la reflexin. Slo en dicha era se presentan sentires ntimos tales como:

La consciencia de que lo que llamamos consciencia no es un en s sino un fruto de la distin-cin reflexiva que brota desde la abstraccin de las coherencias sistmicas-sistmicas ope-racionales-relacionales del vivir cotidiano del propio observador. La consciencia de que slo la libertad reflexiva y de accin libera el potencial creativo que se funda en nuestro ser biolgico amoroso. La consciencia de ser partes de una antropsfera, y por ende de una bisfera, que nos con-tiene y nos hace posibles como a la vez es creada por nuestro propio hacer humano, nos permite generar responsabilidad tica ecolgica-espiritual. La consciencia de que somos responsables del cosmos que traemos a la mano con nuestro vivir y convivir humano.

Si bien no podemos saber exactamente cul ser el curso del devenir que seguir el vivir humano una cosa s es segura, y corresponde el punto en comn de los sentires sealados recientemente: el devenir humano, sea cual sea, surgir en cada momento desde las dimensiones psquicas que brota-rn de la configuracin relacional de sentires ntimos que se han conservado en el devenir del pre-sente cambiante continuo hasta ese momento. O lo que es lo mismo, nuestra existencia como entes biolgico-culturales es el fundamento de todo nuestro sentir, pensar y hacer. La era post-postmo-derna es una oportunidad para no volver a negar la autonoma reflexiva, y de rescatar nuestra natu-raleza como seres amorosos

En fin, todo devenir evolutivo y transformaciones de un ser vivo son guiadas por sus sentires nt-imos y por la creacin de sus dominios psquicos que el observador ve como emociones en el es-pacio relacional. Todo convivir humano es riqueza recursiva que permite el operar del lenguajear entrelazado al emocionar como forma de conversaciones que definen una cultura particular, y que especifican a cada instante los sentires y haceres, y configuraciones de sentires y haceres, que fun-dan la psiquis biolgico-cultural del propio convivir.

El futuro de la humanidad no son los nios, nias u jvenes, sino que somos nosotros los adultos con quienes ellos conviven, pues ellos a su vez sern como adultos, parecindose o diferencindose de nosotros, segn seamos nosotros como adultos en nuestro convivir con ellos (p.61).

APNDICE I(p.62)

Las leyes sistmicas que permiten la ampliacin de la conciencia biolgico-cultural de la existencia humana en tanto seres vivos que generan sus propios mundos que habitan son las siguientes:

1. Todo lo dicho es dicho por un observador a otro observador que puede ser l o ella misma.2. Todo lo hecho es hecho por un ser humano en el mbito de la antropsfera que surge con l.3. Cada vez que un conjunto de elementos comienza a conservar ciertas relaciones, se abre es-pacio para que todo cambie en torno a las relaciones que se conservan.4. La historia de los seres vivos en general, y de los humanos en particular, ha seguido y sigue un curso definido a cada instante por los deseos, preferencias, ganas, emociones en general.5. Todo sistema humano y no humano opera perfecto cuando opera, no existe la disfuncionali-dad en el operar de un sistema.

APNDICE II(pp. 63-64)

Los linajes biolgico-culturales de Homo sapiens-amans tanto agressans (ceguera mediante la agresin) como arrogans (ceguera mediante la arrogancia) son transitorios debido a que cursan un recorrido que destruye su propio ser biolgico y el entorno que los contiene y les hace posible su vivir, producto de una restriccin de la conciencia de la unidad del existir que los lleva a generar una ceguera relacional con respecto a las coherencias estructurales del acoplamiento organismo-nicho sobre el cual el vivir se hace posible.

ENLACE II(pp. 65-66)

La nocin del tao implica una invitacin a vivir la que se vive en un presente sin apegos, y surge como una respuesta activa desde la accin de la no-accin, que en nuestro sentir pertenece al vivir en la Biologa del Amar (p.65).

El amor slo se oscurece desde su visin patriarcal-matriarcal mediante las extensiones de caridad, compasin o pena, ya que en ninguna de ellas el suceder espontaneo reconoce la legitimidad del otro en convivencia. Slo la Biologa del Amar encuentra una salida en liberacin a los dolores producidos por la cultura en la que estamos inmersos.

HABITAR HUMANOen seis ensayos de Biologa-Cultural

II

BIOLOGA DEL TAOO EL CAMINO DEL AMAR

Humberto Maturana Romesn y Ximena Dvila Yez

INTRODUCCIN(pp. 71-72)

A travs la distincin reflexiva que busca llegar a los fundamentos del vivir humano uno puede lle-gar a hacerse dos preguntas fundamentales: una por el ser y otra por el mismo hacer. En Occi-dente, y parte del Oriente, se han preguntado siempre por el ser, esto es, por los en s universales, trascendentales e independientes de la existencia. La pregunta que Humberto y Ximena se hacen ahora es sobre el hacer: cmo podemos hacer lo que hacemos cuando hacemos lo que hacemos?

Pero estamos en una poca en la que la ciencia nos brinda la posibilidad de la libertad reflexiva, permitindonos dejar de lado los fundamentos ontolgicos trascendentales de las explicaciones y apegndonos ms a lo constitutivo mediante la Matriz Biolgico-Cultural de la Existencia Humana. Desde all vivimos en la denominada filosofa espontanea en busca del fundamento de todo, en ste caso particular de la experiencia del Tao, en el mismo hacer: qu hacemos en nuestro vivir cuando decimos que experimentamos la nocin del Tao?

CAMINO DEL TAO(pp. 73-78)

El camino del vivir que la nocin del Tao evoca, constituye una invitacin a un vivir en el bien-estar psquico-corporal de un vivir sin esfuerzo en la unidad de toda la existencia (p.73).

Lo que Humberto y Ximena se propondrn en el ensayo es hacer coincidir el resultado de los funda-mentos biolgico-culturales del vivir humano con la nocin Oriental del Tao, es decir, reconocer que toda experiencia humana es primeramente biolgica y luego, mediante expansin, cultural. La nocin del Tao se constituye como un tipo de expansin particular del ser biolgico en donde se generan sentires de bien-estar en la armona psquica y corporal de y con todas las dimensiones relacionales, cualquiera sea la circunstancia del vivir que se viva. Por lo tanto el Tao no evoca lo que se vive sino cmo se vive lo que se vive.

Debido a que la descripcin no reemplaza lo descrito es que a continuacin se presentan ttulos que buscan describir las caractersticas de la experiencia del Tao como bien-estar relacional que nace desde fundamentos biolgicos.

El presente

El presente es el suceder del vivir mismo. El presente es el ocurrir en el ocurrir, lo que sucede en el fluir del suceder (p.74).

Los seres humanos como seres vivos que viven en el lenguajear crean un mbito generativo del presente continuo cambiante que denominamos pasado y un mbito de posibilidades de transfor-macin del presente que denominamos futuro, pero ambos desde las coherencias del presente: de modo que pasado y futuro son slo modos de vivir el presente.

Lo que la nocin del Tao evoca es un desapego de las expectativas y prejuicios que el vivir el pre-sente en una sensorialidad de pasado o futuro generan, ya que causan mal-estar relacional fundado en el apego. Se ha de vivir en el lenguajear pero a la vez hemos de fluir espontneamente en el continuo cambio de un presente que no se amarra a nada, ni a algo que se desea ni que se perdi.La experiencia

La experiencia es lo que decimos que nos pasa cuando somos conscientes de que lo que nos pasa nos pasa como un suceder de nuestro vivir que distinguimos en el vivir en el lenguajear (p.75)

Lo primero entonces es sealar que la descripcin de la experiencia no cambia lo vivido, slo la constituye en un mbito de distincin que nos permite reflexionar sobre lo que la genera en el len-guajear. Por lo tanto, en el dominio de la coordinacin recursiva consensual de haceres, la expe-riencia humana se puede vivir tanto de modo similar al animal, esto es, en una presente cambiante continuo que posee apego, como reflexivo, y desde aqu existen dos formas de vivir en conscien-cia: nicamente desde lo que se vive en el suceder mismo o apegado a la idea de algo que no es propio del ocurrir pero que deseamos que ocurriera o que no haya ocurrido.

Toda reflexin transforma nuestro vivir en el presente en funcin de la emocin que le permite sur-gir como un mbito generativo del mismo presente pero en otra faceta, por ello la nocin del Tao evoca un vivir en el bien-estar consciente espontaneo en la libertad de saber que se evitar el sufri-miento slo si se vive en el presente del suceder del ocurrir mismo, y no apegado a una expectativa o un prejuicio de lo que no-es. Slo la repeticin de la experiencia del ser consciente del sufrimiento del apego al no-ser de un ser (del presente mismo) es aquello que permitir evocar la nocin del Tao, ya que de ningn modo esto puede realizarse fuera del lenguajear ya que es el lenguajear lo que caracteriza el vivir humano humano.

EL DESAPEGO(pp. 79-81)

Vivimos en una cultura en la que el dolor que genera la prdida de lo efmero le da sentido a lo deseado y constituye la medida de su valor (p.79).

En nuestra cultura es el dolor que produce la prdida de algo, comnmente efmero, lo que asigna cun valioso es ese algo. O lo que es lo mismo, slo en la medida en que algo se vuelve doloroso en su ausencia es que ese algo decimos que tiene valor. Cuando el dolor es conservado, producto de que se piensa que algo en s es valioso, se da origen al sufrimiento y con ello el apego al mal-estar.

Valor y sentido no son propiedades trascendentales, no son en s apriricos, sino algo que revela las coherencias relacionales de una cultura, ya que es ella la que las ha generado como modo de distin-guir lo deseado y preferente dentro de ella misma. El dolor a lo intrnsecamente valioso slo evoca la ignorancia respeto al conocer el no-ser del ser por el cual se sufre. Y en el caso de los seres humanos es el lenguajear mismo el que origina sta ignorancia. Slo entender que nada tiene senti-do en s mismo y comprender que todo lo que es valioso lo es porque nosotros lo generamos como tal en nuestra distincin, al asignarle propiedades sistmicas-sistmicas especficas, es lo que nos podr liberar del apego al sufrimiento.

La expresin del Tao evoca una manera de vivir en el desapego a todo en s y a todo fundamento trascendental ajeno a las operaciones de distincin hechas por el propio observador que observa. El Tao invita a vivir en el lenguajear (entendimiento, comprensin, explicacin, reflexin) y el emo-cionear (deseos, preferencias, gustos) como entrelazados de forma que todo se haga espontnea-mente en el fluir de un vivir sin dolor por no tener lo que no-es.

EL DESAPEGO(pp. 82-83)

Los seres vivos existimos en el fluir de lo impermanente, en la continua transformacin de nuestra corporalidad en torno a la conservacin de una identidad relacional que tambin puede estar en un flujo de continuo cambio (p.82).

El vivir humano es efmero ya que se constituye en la transitoriedad de un devenir de coherencias estructurales que busca conservar su identidad no permanente, en el que si se desea generar bien-estar relacional se debe lograr el desapego al control, la envidia, la vanidad, la codicia, la agresin y a toda negacin que no viva en el presente sin apegos al deseo de ser del no-ser.

LA EXPLICACIN(pp. 84-86)

Los seres humanos existimos en la continua generacin de mundos que surgen y vivimos, por una parte, en el entrelazamiento recursivo de nuestra dinmica biolgica, que es el espacio de existencia desde donde somos seres vivos, y por otra parte, en el lenguajear, que como fluir consensual de coordinaciones de coordinaciones de haceres constituye el mbito relacional donde existimos como seres humanos en la realizacin biolgica de la materialidad de nuestro vivir (p.84)

Slo los seres humanos, que nos relacionamos en el lenguajear, podemos hacernos preguntas que se contesten con explicaciones, esto es, la proposicin de una dinmica de procesos generativos que da como resultado de su operar aquello mismo que se desea explicar (p.339), de modo que slo el humano puede llegar a conocer el origen de algo y su historia como forma de ampliar el entendi-miento, es decir, la visualizacin de la matriz operacional-relacional en la que lo distinguido hace sentido como lo distinguido (p.339), en la dinmica de un fenmeno. Dese aqu visionamos que hay dos maneras de describir el camino del Tao, una desde la explicacin y otra desde el entendi-miento:

a. Entendimiento: Un curso de acciones que evoca sistmicamente la disposicin relacional que se debera optar de manera inconsciente para vivir conscientemente el bien-estar que trae consigo el vivir en el presente cambiante continuo sin apegos.b. Explicacin: Un curso de acciones especficas como secuencia de procesos que da como resultado de su operar la experiencia del Tao.

En la bsqueda del Tao ambos caminos se entrecruzan pero sin jams agotar la vivencia misma en su descripcin, ya que la explicacin del Tao no es el Tao, la descripcin del Tao no es el Tao, y el ansia de vivir en el Tao () niega el vivir en el camino del Tao (p.85). Lo importante es que la di-nmica inevitable de transformacin relacional que brota de la disposicin de sentires ntimos vaya en bsqueda del bien-estar que el vivir espontneamente sin apegos trae.

EL ENTENDIMIENTO(pp. 87-91)

Hablamos de entendimiento cuando podemos decir que lo que decimos que sabemos, lo sabemos en un contexto ms amplio de coherencias sistmicas que el mbito restringido de coherencias operacionales de la situacin particular que decimos saber (p.87)

El entendimiento es un ocurrir biolgico, en tanto es producto del operar circular el sistema nervio-so en el cual los cambios de relaciones de actividad entre sus componentes constituyentes producen cambios de relaciones de actividad entre sus propios componentes constituyentes; un fluir cerrado recursivo. Si bien el sistema nervioso se intersecta ortogonalmente con otros sistemas mediante cambios estructurales que lo hacen transformarse de modo congruente segn su operar en su domi-nio relacional como parte de un organismo, ste se mantiene ciego a la diferencia de interior con exterior, ya que sta distincin pertenece slo al operar del observador. El sistema nervioso no interacta con el medio, el organismo s (Ibd). Lo que el sistema nervioso s hace es dar origen a co-relaciones senso-efectoras desde su operar como parte sistmica de un organismo que tiene encuentros recursivos con un medio que lo contiene y lo hace posible en su vivir, y del cual tambin forma parte, en su totalidad, como elemento sistmico, y a travs de ellas transformar su estructura.

En el acoplamiento estructural de un organismo con su nicho mediante la generacin recursiva de conductas se modifica su estructura de tal forma que internamente sta transformacin afecta tam-bin a nivel estructural a la arquitectura dinmica del sistema nervioso. Para el observador el siste-ma nervioso aparece como abierto en su operar debido a la capacidad que tiene ste de transfor-marse plsticamente en su estructura, mediante la creacin de correlaciones senso-efectoras, segn la interaccin que ste tiene con el organismo como particular y ste a su vez en el medio como totalidad. El sistema nervioso cambia en su dinmica siempre como permitiendo el vivir del operar del organismo como totalidad del cual forma parte.

La conducta, como configuracin relacional dinmica, surge como interaccin que permite una transformacin congruente en la relacin organismo/nicho y no como algo en s que hace el orga-nismo desde s. La conducta requiere de un organismo que la ejecute y de un medio que conserve el vivir del ejecutante. El medio no pre-existe al vivir del organismo, surge con l como nica forma de realizarse en fluir de transformaciones estructurales que le permiten el vivir.

Segn sta mirada entonces, el vivir del organismo, en su estructura operacional como arquitectura dinmica variable, surge como un proceso histrico de transformaciones estructurales congruentes recprocas entre sistema-nervioso/organismo y organismo/nicho que determina a cada instante el fluir de correlaciones senso-efectoras que constituye el presente operacional biolgico del organis-mo (sus sensorialidades) y la realizacin de los mundos que ste trae a la mano en su operar en el lenguajear (entrelazado con el emocionar) que constituye su presente cultural (sus haceres), y que duran en tanto se logra conservar los requerimientos orgnicos, de ambos dominios relacionales, que constituyen su vivir. A esto Humberto Maturana denomina el Acoplamiento Estructural: e-quiparidad operacional entre el campo sensorial del organismo y el mbito de accin que el medio emergente le ofrece (p.90) a modo de conservar un tipo de normalidad que permite el bien-estar en el vivir.

LA TRANSFORMACIN(pp. 92-95)

La liberacin del dolor y del sufrimiento que genera el apego al valor o sentido que le asignamos a lo perdido, se produce con la ampliacin del entendimiento que muestra que el valor o sentido de todas las cosas que surgen en el curso del vivir humano es slo un modo cultural de mirar y actuar, y no una propiedad intrnseca de ellas (p.92).

La ampliacin del entendimiento, como modo de combinacin dinmica de sentires y configuracio-nes relacionales internas del sistema nervioso, es un fenmeno que surge espontneo en el fluir del vivir de un organismo ya que es la forma en la que l conserva la congruencia estructural en su o-perar en un espacio cambiante que surge con su hacer como algo mayor al mbito de coherencias restringido del cual forma parte localmente. El observador puede distinguir cundo un organismo est operando en un mbito de coherencias mayor al cual se vive en ese instante particular y tam-bin puede notar que las configuraciones relacionales del organismo cambian segn el curso con-tingente de su vivir y no de modo azaroso sino siguiendo un curso definido a cada instante en fun-cin de la conservacin de su propio vivir en coherencia con un medio que surge con su vivir. sta relacin no es fija, es cambiante, de modo que la equiparidad operacional entre sensorialidad y posi-bilidad de accin es un continuo cambio congruente de acciones.

Lo peculiar de nosotros los seres humanos es que vivimos en el lenguajear, de modo que la distin-cin por parte del sistema nervioso de coherencias relacionales que hacen sentido operacional en todo mbito, las cuales el organismo las capta operando como totalidad, son no slo a nivel biolgi-co sino adems cultural, ya que cada mundo que se genera en el vivir humano se diferencia segn sus redes de conversaciones que le definen y que se diferencian de otras segn su valor o sentido en el mbito de deseos y preferenciasmbito de deseos y preferenciasra en el vivir humano se diferencia segales el organismoy posibilidad de acci mayor al goducen ca (tales como riqueza, xito, fama, poder, justicia, etctera) que se declaran como fuente de posible bien-estar justificacin de apego al modo de convivir.

No todo vivir, en tanto se vive en el bien-estar, es un vivir en el camino del Tao. Muchos modos de vivir se viven al borde del sufrimiento en el apego a lo trascendente. El Camino del Amar que im-pulsa el Tao es a ensearnos a vivir en el desapego como la nica manera de vivir sin apegos al no-ser del ser que se vive como la expectativa y/o preferencias de un presente que no existe pero que es creado a partir de las coherencias del propio presente.

EL CAMINO DEL AMAR(pp. 96-102)

Los seres humanos existimos en el convivir como modo de realizacin de nuestro propio vivir en conjunto con el vivir de otros a travs de coordinaciones recursivas de acciones en el lenguajear, definiendo a cada instante dominios relacionales distintos segn diferente es el flujo emocional que funda el hacer de las conductas dentro de dicho espacio. Desde all surge el conversar como un modo de vivir en el convivir del entrelazamiento del lenguajear y el emocionar que funda los mun-dos de los cuales somos parte. Pero de todas las emociones que fundan el fluir del devenir del vivir del ser humano slo el amar es fundamento del bien-estar, ya que slo en l se presenta la unidad de toda la existencia en su legitimidad total.

El amar entonces es la emocin que reconocemos como fundamento relacional de un dominio par-ticular cuando distinguimos que en el fluir del convivir el otro, la otra o lo otro surge como legtimo otro en convivencia conductual con uno. El amar no conoce buenos ni malos, ni hermosos ni feos: no resiste dualidad. Tampoco resiste expectativas ni prejuicios ya que es unidireccional; no acepta retribucin ni anhelo. El amar no es generosidad, ni altruismo ni solidaridad, ya que los adjetivos slo enuncian intencin y si bien se puede describir aquello que se evoca como hacer y sentir en el amar, aquello no debe tomarse como conductas relacionales exactas que por s solas le constituyan ya que aquello sera caer en manipulacin. El amar no busca las consecuencias del amar.

La descripcin no muestra lo descrito porque lo descrito pertenece a un dominio relacional que es distinto y disjunto del dominio en que ocurre la descripcin. Por esto es posible decir que el amar que puede ser descrito no es amar (p.97).

Pero, producto de su constitucin en el no-apego, el amar es visionario ya que se abre, sin expecta-tivas ni prejuicios, al entendimiento y comprensin de todas las conductas de las dinmicas relacio-nales. El amar no es bueno pero produce bien-estar debido a que el ser humano es el presente de un devenir evolutivo que se defini momento a momento, en los primates bpedos, en torno al surgi-miento, realizacin y conservacin de la familia como mbito de convivir en el amar que permite co-inspiracin y co-laboracin como un modo de convivir en coordinacin recursiva de haceres. Lo humano no nace en el apego al valor del no-ser de lo trascendente/permanente, se origina como un modo de convivir en el conversar bajo la emocin fundamental del amar en el trnsito (transitorie-dad) de la legitimidad de lo efmero.

Toda experiencia humana se da en un fluir humano que se distingue humanamente a travs del con-versar. Nada humano ocurre fuera de la antropsfera, como mbito generativo del convivir humano que se crea con los mundos que traemos a la mano en el entrelazamiento del lenguajear con el emo-cionar, de modo que todo lo humano tiene una explicacin desde lo humano. Por ello la nocin del Tao no puede negar la consciencia de s que es caracterstica del vivir humano. En cambio, la no-cin del Tao surge como abstraccin de todas aquellas coherencias de todos los dominios del vivir humano que permiten generar el bien-estar psquico-corporal que funda el convivir social, ya que, debido a que la existencia de los seres vivos es multidimensional, slo la realizacin independiente de sus variadas intensidades, que luego es integrada como unidad en la totalidad de su operar rela-cional, puede generar el fluir de la conservacin de la identidad total del organismo.

En la conservacin del vivir de un organismo observamos que sta surge en el operar de su vivir multidimensional como una unidad psquica que le permite operar como totalidad en un espacio relacional, el cual a su vez est definido en su carcter por el emocionar propio de la circunstancia. Lo que define si viviremos en el apego a lo trascendente o en la transitoriedad del desapego no es la razn sino la emocin, ya que slo desde el fluir emocional penetramos en y desde todas las dimen-siones de nuestro vivir. El apego ciega, el amar abre la mirada, ya que el apego slo distingue dua-lidades, en cambio el amar mltiples mundos del existir.

Dice Lao-Tzu:

El Tao nada hace y, sin embargo, nada queda sin hacer. El sabio no acta y todo se hace.

ENLACE III(pp. 103-104)

Los seres humanos hemos vivido proponiendo que se puede explicar los sucederes de forma obje-tiva respecto de supuestos ontolgicos que apelan a una realidad trascendente e independiente a nuestro operar como observadores. Humberto y Ximena piensan que esto no es as, piensan que toda explicacin se hace en el vivir y por lo tanto su base son las coherencias del vivir mismo. El cosmos que surge con el explicar nace como un mbito de abstraccin de coherencias del operar como seres vivos que existen desde la biologa y se extienden hacia lo cultural (operando an bio-lgicamente). El cosmos no es nosotros mismos sino nuestro habitar en nuestro habitar.

HABITAR HUMANOen seis ensayos de Biologa-Cultural

III

LEYES SISTMICASYMETA-SISTMICAS

Humberto Maturana Romesn y Ximena Dvila Yez

INTRODUCCIN(pp. 108-110)

La dificultad que hemos creado en torno al estudio de la cognicin es que todas nuestras explicacio-nes se apoyan , en ltimo trmino, en un conglomerado de preceptos definidos a priori, como tras-cendentales e independientes de nuestro operar, que llamamos como lo real o lo objetivo, conceptos que por lo dems no estamos dispuestos a dejar porque aquello destruira toda nuestra arquitectura epistemolgica. El propsito de esto ha sido intentar universalizar un tipo de comprensin para todos los seres humanos, pero las dificultades se hacen aparentes cuando el operar de dichos entes no coincide con el operar de nuestra estructura biolgica.

Humberto Maturana piensa que tanto filsofos como cientficos en Occidente han estado ocupados slo desde una metafsica que se pregunta por el ser, y no por el hacer, lo cual a negado muchos espacios reflexivos que s se fundan desde las coherencias del propio vivir. El giro consiste entonces en ya no considerar como vlido el ser y lo a priori sino nuestro hacer y vivir como observadores que operamos haciendo distinciones en el observar.

NUESTRO PENSAR(pp. 111-114)

En el fluir biolgico de nuestro vivir todo lo que hacemos lo hacemos en realizacin de nuestro vi-vir y todo lo vivido se vive in-mediatamente como vlido en el momento mismo de la vivencia, de modo que no podemos suponer la existencia de una realidad externa independiente que se usa como patrn de comparacin universal ya que esto contradecira nuestro determinismo estructural biol-gico. Y esto no es una limitacin, sino propiedades constitutivas de nosotros como sistemas deter-minados en nuestra estructura molecular. Por ello todo lo que se dice como leyes sistmicas brota de un operar reflexivo que busca explicar los mundos que traemos a la mano en nuestro vivir slo con las coherencias operacionales-relacionales de nuestro propio vivir.

Pero lo que surge del operar de distincin del observador no es un mundo azaroso sino un mbito de coherencias particular que est inserto en una matriz relacional-operacional de existencia mayor, que es la que le da sentido a lo distinguido como lo que hemos distinguido. Todo lo que aparece siempre que aparece lo hace como parte de un sistema mayor que le contiene y hace posible, de modo que muchos entes distintos, de distintas clases y en distintos dominios operacionales, sea cual sea su trama operacional-relacional, siempre forman parte de una nica matriz de existencia que conforma el cosmos de nuestro existir y los mundos que vivimos.

El tema de ste documento es justamente las regularidades que se dan en el ocurrir de nuestro vi-vir humano y que constituyen las tramas y matrices operacionales-relacionales que conforman el sentido y valor de nuestro vivir desde las coherencias de nuestro vivir.

SENTIR Y RAZONAR(pp. 115-119)

Parece que ahora nos encontramos dentro de una paradoja, ya que por un lado el entendimiento nos ensea que no hay realidad independiente y trascendente pero, a su vez, la experiencia se nos apare-ce tal y como si todo lo que ocurre alrededor de nosotros existiera desde antes de que estuviramos all para distinguirla y traerla a la mano en nuestro operar como observadores en el lenguajear. Por qu ocurre eso? Humberto y Ximena piensan que desde el vivir en la espontaneidad en que se piensa que todo est all desde antes de que nosotros lo distinguiramos permite el convivir en lo cotidiano, pero no resulta exitoso cuando deseamos explicar el operar del sistema nervioso y su relacin con la totalidad del organismo. Pero entonces cmo disolvemos sta contradiccin?

Como sistemas vivos (dinmicos cerrados) determinados en nuestra estructura no recibimos infor-macin sobre el afuera, la interaccin no es semntica, el exterior slo gatillas cambios estructu-rales en nosotros que modifican ortogonalmente nuestro operar como entidades especficas. El co-nocer es un suceder biolgico, compuesto de coherencias experienciales, que como tal permite el acoplamiento estructural de un organismo con su medio. Por ello slo podemos conocer desde lo que nosotros mismos somos mediante la constitucin del entendimiento de la matriz operacional-relacional que traemos a la mano para construir los mundos que habitamos, que nacen en y desde nuestro vivir en y desde las coherencias relacionales y operacionales de nuestro vivir, como forma de realizacin y conservacin del vivir, y es justamente dicha matriz la que conservamos como mo-do de implicar con nosotros todas las regularidades que extraemos desde las coherencias del vivir.

El conocer y el entendimiento son sucederes biolgicos de modo que no son algo que hagamos, ms bien simplemente nos suceden como expansin de nuestra dinmica corporal. Pero en el caso de la descripcin, explicacin y comprensin es distinto ya que son sucederes culturales que como tales surgen como dinmicas recursivas que se dan en redes de conversaciones donde opera la temporalidad como base para una construccin histrica que hace uso de la intencin y el propsito en la generacin de mundos de convivencia. Si no nos preguntamos por nuestro vivir simplemente vivimos y si no nos preguntamos por nuestro hacer y sentir simplemente hacemos y sentimos. Cuando nos preguntamos por nuestro hacer ya estamos haciendo y cuando nos preguntamos por nuestro vivir ya estamos viviendo. El nico vnculo entre ambos dominios relacionales es la refle-xin, en ella se crea el sentido operacional que hace a lo distinguido como algo distinguido que forma parte de un cosmos como mbito total de distinciones.

Lo que Humberto y Ximena exponen a continuacin es que hablarn como normalmente se habla, como interpretando un mundo independiente a uno mismo, confiando en que han expuesto clara-mente su postura respecto a la invalidez biolgico-cultural de sta afirmacin.

ARQUITECTURAS DINMICAS ESPONTNEAS(pp. 120-126)

Toda molcula, en tanto elemento que posee una estructura con arquitectura dinmica espontnea, se transforma (cambia de forma y caractersticas) slo en la medida en que emerge en su interaccin con otras molculas la posibilidad de un encaje recproco operacional, realizado mediante procesos de composicin y descomposicin, que permite formar, a su vez, una arquitectura meta-molecular que tendr caractersticas particulares determinadas segn la naturaleza de cada una de las molcu-las participantes que la componen.

Todo cambio es posibilidad de cambio respecto a otro en tanto se crean o destruyen lazos en una dinmica que crea un flujo quede define una arquitectura particular como totalidad. Cuando dichas transformaciones ocurren como regularidades operacionales en un espacio relacional de estructuras de arquitectura variable hablamos de procesos energticos, de modo que no es la energa la que produce el cambio, ya que no es en s, sino que es el cambio el que produce la energa.

Un sistema autopoitico es un sistema con una arquitectura particular, compuesta de procesos din-micos y ordenados que surgen espontneamente a cada instante, que extiende y define sus lmites como una entidad que existe discretamente en un espacio relacional en el fluir de continuas interac-ciones recursivas con su nicho, quien lo acoge y hace posible, que permiten generar transformacio-nes congruentes entre ambos formando un acoplamiento estructural que conserve su identidad de clase. Del mismo modo en que una molcula forma parte de una clula, como constitutiva de una arquitectura mayor, as mismo el organismo forma parte de un medio, quienes emergen mediante el hacer que permite la realizacin de su vivir a travs de la creacin de una arquitectura dinmica variable como unidad organismo/nicho.

La realizacin del vivir de un organismo en coherencia operacional con su nicho, tanto como la realizacin y la conservacin de la unidad relacional organismo/nicho, ocurren en la dinmica de la unidad de arquitectura variable que el organismo y su nicho constituyen juntos en tanto sus interacciones recursivas resultan en la conservacin de su coherencia operacional en el curso de sus cambios arquitectnicos independientes mientras el organismo conserva su vivir. (p.121)

Toda dinmica operacional-relacional coherente que un observador distingue como un mbito eco-lgico (orgnico), sea un sistema de interaccin multicelular, o de varios organismos en un espacio relacional diferente (y disjunto) al de una clula, ocurre como el entrelazamiento dinmico de las dinmicas relacionales de cada arquitectura variable que permite la conservacin o prdida de los vivires individuales de cada uno a travs de la emergencia de una unidad (arquitectnica) dinmica (variable) mayor que los contiene a todos. Una arquitectura ecolgica entonces es un encaje rec-proco (coherencia operacional) del acoplamiento estructural de los procesos que realizan a las dis-tintas entidades relacionales que constituyen los distintos dominios relacionales.

El cosmos en general, y los mundos que traemos a la mano en particular, surgen en y desde el deve-nir de un fluir biolgico de transformaciones estructurales de arquitecturas que se encajan recpro-camente segn cmo stas se encuentren en el curso de transformaciones histricas (recursivas) al que pertenecen, de modo que todo depende de ellas mismas (y de sus interacciones) y no de un a-gente externo que gue el curso de su devenir relacional.

El azar y el caos no son en s, son evocaciones de nuestra ignorancia ante las muchas dimensiones involucradas en un devenir histrico de mltiples procesos independientes espontneamente ordenados y coherentes desde su arquitectura dinmica espontnea. (p.122)

Desde aqu extraemos que todo ser vivo vive en las coherencias operacionales en interaccin recur-siva con un nicho que permite su propia realizacin y conservacin como ser vivo a travs de un suceder sin propsito ni intencin ni finalidad externa a su vivir mismo. Slo los seres humanos, quienes vivimos en el lenguajear, operamos como observadores que en su distincin abstraen las coherencias de la arquitectura dinmica cambiante de un dominio del cual ya no se es parte en el ocurrir concreto, como modo de descripcin o explicacin que evoque las regularidades de las co-herencias de nuestro propio operar recursivo como mbito de existencia. A ste constructo expli-cativo (recursivo coherente) de evocacin de regularidades del ocurrir de nuestro vivir, desde la abstraccin de las coherencias operacionales y relacionales de nuestro vivir, que se da como parte de una arquitectura mayor de existencia, es lo que se denomina como leyes de la naturaleza.

Como podemos ver, la efectividad operacional y relacional de las explicaciones, deducciones o computaciones esbozadas en una ley natural no encuentran su fundamento en un supuesto ontol-gico trascendente e independiente de nuestro operar, sino todo lo contrario, ya que provienen, tau-tolgicamente, de las abstracciones de las coherencias operacionales-relacionales de nuestro propio vivir como modo de dar origen a un mbito generativo que nos esboce una secuencia dinmica de procesos que d como resultado de su operar recursivo y regular aquello mismo que se busca expli-car, deducir o computar. O lo que es lo mismo, slo podemos evocar con sentido aquello que forma parte de la matriz operacin-relacional de la cual somos parte, esto es, desde donde surgen en nuestro operar de distincin como observadores todas nuestras abstracciones sobre las coherencias recursivas de nuestro operar. Pero sta matriz no existe a priori sino que surge desde la reflexin sobre las regularidades de nuestro ocurrir, y es por esto mismo que entenderemos y comprendere-mos por mundo natural no un dominio de entidades y procesos independientes de nuestra distin-cin, sino un medio que surge de nuestro operar y nos acoge en la realizacin de nuestro vivir.

Finalmente, las Leyes sistmicas y Meta-sistmicas (o de conservacin) surgen en el operar de dis-tincin de un observador cuando ste trae a la mano una configuracin de haceres que se fundamen-tan en abstracciones sobre las coherencias recursivas del propio operar, como un mbito generativo que desde lo regular y dinmico describe (explica) los procesos histricos (o epigenticos) del pro-pio cosmos que traemos a la mano para explicar nuestro vivir y del cual somos parte. La Leyes pre-sentadas a continuacin corresponden a un constructo explicativo que nace de una visin del ente humano como biolgico-cultural.

LEYES SISTMICAS Y META-SISTMICAS(pp. 127-128)

Lo que llamamos Leyes Sistmicas y Meta-Sistmicas son abstracciones que hacemos como observadores de las coherencias operacionales de la realizacin espontnea de nuestro vivir, y que surgen tanto de lo que distinguimos en el ocurrir relacional de nuestro mbito de existencia al hablar de la naturaleza, como de lo que distinguimos en el suceder de las coherencias de nuestro vivir en ese mbito relacional () son abstracciones de las condiciones relacionales espontneas bajo las cuales surge, se realiza o conserva todo lo humano que surge con las operaciones de distincin del observador. (p.127)

LEYES SISTMICAS BSICAS(pp. 129-147)

La siguientes leyes han sido denominadas por Humberto y Ximena como bsicas porque son abs-tracciones de las condiciones que constituyen el fundamento de toda experiencia operacional in-consciente de nuestro pensar y explicar racional. stas leyes son aquellas que se abstraen de nues-tro vivir cuando ya nos vemos viviendo y de nuestro hacer cuando ya nos vemos haciendo, de modo que, si bien la nica manera de generar dicha abstraccin es mediante la distincin reflexiva, cuan-do operamos en ellas lo hacemos de modo espontneo en nuestro suceder biolgico; por lo que stas tienen que ver con el hacer constitutivo y no con el ser trascendental del fenmeno.

stas leyes son la base del entendimiento que permite la comprensin sobre la Biologa del Conocer y la Biologa del Amar, de modo que nos permiten reflexionar sobre los fundamentos que permiten el operar en distinciones del observador que observa. Y desde all se comprende adems que el de-venir evolutivo que permiti la constitucin de la Matriz Biolgica-Cultural de la existencia huma-na, como sntesis y expresin de las coherencias que permitieron el surgimiento, realizacin y con-servacin de lo humano, slo puede haber tenido origen en la especie Homo sapiens-amans amans, como forma de vivir y convivir en coordinaciones de coordinaciones consensuales de haceres y emociones en la cercana amorosa de la co-inspiracin y co-laboracin, y en su conservacin, a tra-vs de la transmisin sistmica de su aprendizaje transgeneracionalmente, como modo de bsqueda del bien-estar comn.

En fin, por todo esto podemos afirmar tambin que las Leyes sistmicas bsicas que presentamos a continuacin se hacen visibles en la ampliacin del entendimiento que un observador vive cuando se da cuenta de que su existir en el lenguajear en redes de conversaciones, es de hecho el fundamento experiencial de su preguntar reflexivo sobre su propio operar como algo que le ocurre sin requerir el supuesto de una realidad independiente para fundamentar su operar. (p.134)

Las Leyes Sistmicas Bsicas son las siguientes:

1. Posibilidad del conocer: Lo humano, posibilidad de todo conocer, entender y explicar.

La consciencia de s y la reflexin necesarias para poder generar el comprender y explicar slo se pueden dar en y desde el operar de un observador sobre las coherencias de su vivir desde las coherencias de su vivir, en tanto hace distinciones en su observar operando en el lenguajear como modo de convivir en coordinaciones recursivas consensuales de haceres.

2. Observar: Todo lo dicho es dicho por un observador a otro observador que puede ser l o ella misma.

Nada aparece en el vivir del observador por (desde) s mismo, ni su propio existir ni lo que l dice. Todo surge en su operar como observador en el observar al hacer distinciones en el lengua-jear. Pero el observador es un ser vivo humano de modo que si no hay vida humana no hay obser-vador y si no hay observador no hay distincin, y si no hay distincin nada es dicho, porque nada aparece en el lenguajear si no ha sido dicho. Por esto, observador y observar son inseparables.

3. Ni azar ni caos: Todo lo que un observador hace como ser vivo y ser humano, surge en su hacer segn regularidades y coherencias operacionales que se conservan en todos los instantes y circuns-tancias de su operar en el fluir de la realizacin de su vivir.

No hay azar en el suceder del vivir. El vivir surge como una unidad compuesta en la que la totalidad de la arquitectura dinmica variable espontnea se ve afectada tanto por el operar de cada componente particular como por las relaciones existentes entre ellos en conformacin de su totali-dad, de modo que todo aquello que surge en el vivir humano, mediante el operar del observar en la realizacin de su vivir, surge en conjunto con una trama operacional-relacional que participa cohe-rentemente y regularmente de dicha (su) arquitectura total.

4. Observador y observar: El observador surge con su distincin reflexiva de su propio operar en el observar. El observador no preexiste a su propia distincin reflexiva.

El observador no es un ente primario que existe en s, aparece slo a travs de la distincin reflexiva sobre el operar recursivo del propio vivir. Pero al distinguir lo que nos sucede, como par-te de nuestra experiencia, nos encontramos con que ya nos est sucediendo, cuando nos pregunta-mos por nuestro vivir nos encontramos ya de facto viviendo.

5. Fluir recursivo del observar: El acto de reflexin ocurre en el operar del observador en la con-versacin que distingue su propio operar; y ocurre como un proceso del vivir que lleva a la conti-nua conservacin de la ampliacin recursiva de la comprensin del propio vivir, de la consciencia de s, y de las acciones a la mano propias del fluir del vivir en el presente de continuo cambio que esa misma reflexin recursiva genera, y ocurre en el acto de soltar la certidumbre de que se sabe lo que se cree que se sabe.

La recursin, como fenmeno de combinacin entre lo cclico/circular y lo lineal/progresi-vo, ocurre en lo humano slo como fenmeno histrico, permitiendo la coordinacin de coordina-ciones conductuales consensuales que originan el lenguajear mediante interacciones en la convi-vencia. Por ello el observador en su operar en el observar no puede hacer distinciones fuera del do-minio de las coherencias de su praxis del vivir, dentro de la cual siempre se encuentra en correspon-dencia estructural recursiva (congruencia operacional) con el medio que lo contiene. Dese all, en la medida que el observador conversa reflexivamente desde y sobre su propio operar, el ser humano habita una antropsfera que trae a la mano con su distincin, que le contiene y que no existe antes de que l la distinga.

El observar se desliza dentro de un fluir recursivo porque en su operar genera, realiza y con-serva, mediante la reflexin, un mbito de coherencias del vivir, en base a su propio vivir, como modo de habitar en coherencias estructurales determinadas, por cada elemento y por sus relaciones, que aparecen como regulares justamente producto de su carcter recursivo-histrico-temporal.

6. Ilusin o percepcin: Todo lo que vivimos lo vivimos como vlido en el momento de vivirlo. Sin embargo, no sabemos en la experiencia misma de vivir lo que vivimos como vlido, si ms tarde lo confirmaremos como una percepcin o lo invalidaremos como una ilusin con relacin a otra experiencia de cuya validez no dudamos en ese instante, la que sin embargo est sujeta a stas mismas condiciones.

Dada nuestra naturaleza biolgica, como seres moleculares determinado en nuestra estruc-tura, nada es independiente de nuestro hacer, y ste jams opera sin tener consecuencias. sta ley es necesaria para vivir, conocer y explicar el vivir, el conocer y el explicar sin la necesidad se recurrir a ningn supuesto ontolgico apririco trascendental-independiente, ya que toda experiencia se re-futar o validar con respecto a otra experiencia, de la cual no se duda, pero bajo ningn caso con respecto a algo que sea independiente de nuestro hacer. La pregunta ya no ser entonces sobre qu hacemos sino sobre cmo podemos hacer lo que hacemos cuando hacemos lo que hacemos.

7. Generacin de mundos: El mundo que vivimos a cada instante es el mbito de todas las distin-ciones que hacemos, que pensamos que podemos hacer, que pensamos que podramos hacer, o que pensamos que no podramos hacer los seres humanos en el curso de nuestro vivir como seres que existimos en nuestro operar reflexivo de observadores que vivimos en el conversar.

Los mundos que vivimos existen en nuestros vivirlos y vivimos lo que vivimos en convi-vencia humana, esto es, en el fluir de un conversar que se desliza entre dominios de existencia de-finidos a cada instante por una emocin fundamental comn que se posee y conserva mientras se consensuan las conductas en coordinaciones recursivas de haceres. Y debido a que no existe nada en el vivir humano que no sea generado en y desde el vivir humano, y que no podemos diferenciar entre ilusin y percepcin, inclusive pese a que al aparecer en nuestra propia distincin reflexiva pareciera que hubisemos existido desde antes de nuestro propio observar, es que la Matriz Biol-gico-Cultural de la Existencia Humana se presenta como sntesis y expresin de todo vivir humano en la antropsfera que lo contiene y que aparece con l.

8. Devenir evolutivo: El curso que sigue el devenir evolutivo de los seres vivos en general, y de los seres humanos en particular, en la sucesin de las generaciones que constituyen sus respectivos li-najes, surge momento a momento en su deslizarse en su vivir guiados por sus preferencias, gustos, deseos, en la realizacin y conservacin de su bien-estar en el vivir.

Si nos preguntamos por cmo se configura el presente del vivir de un organismo debemos acudir a su configuracin de sentires relacionales ntimos que se realizan a cada instante desde la conservacin transgeneracional del devenir evolutivo que est definido por sus ancestros. Y desde sta mirada el ser humano se visiona como aquel que se desliza por el fluir de su vivir actual sobre la base evolutiva de sentires relacionales fundados en el amar (reconocimiento del otro como legtimo en convivencia con uno) de primates bpedos cmo nico modo de dar origen a la coordinacin recursiva consensual de conductas. Llegamos al mundo en la confianza de que se nos acoger y se nos cuidar como forma de lograr la congruencia operacional que constituye la historia de nuestro linaje sin necesidad de tener que justificar nuestra existencia a travs de expectativas u opiniones.

LEYES SISTMICAS GENERALES(pp. 148-164)

Estas leyes son abstracciones que hacemos como observadores en y desde las coherencias de nues-tro vivir y evocan el surgimiento y realizacin de las regularidades, esto es, la conservacin, de las dinmicas estructurales de nuestro operar como unidades compuestas de unin espontnea. Las Le-yes Sistmicas Generales son las siguientes:

1. Conservacin y cambio: Cada vez que en un conjunto de elementos comienzan a conservarse ciertas relaciones, se abre espacio para que todo cambie en torno a las relaciones que se conser-van.

Cualquier cambio que distinguimos en un suceder se define no por sus irregularidades, sino por sus regularidades. Lo que caracteriza a un cambio no es lo que cambia, sino lo que se conserva. Y lo que define qu puede cambiar es tambin la regularidad que no se somete al proceso de cam-bio. Por esto mismo, lo que hace que una totalidad aparezca no es aquello que se desliza a su alre-dedor en el espacio relacional, sino sus propias relaciones que se conservan y que lo hacen ser una unidad compuesta de cierta clase.

2. Determinismo estructural: Cada vez que el observador distingue una unidad compuesta tal que todo lo que ocurre con ella en cada instante ocurre en la realizacin de las coherencias operacio-nales y relacionales de sus componentes en el dominio de su composicin, cualquiera sea el mbito operacional en que surgen los componentes al ser distinguidos, decimos que el observador ha dis-tinguido una unidad compuesta determinada en su estructura.

Si nos detenemos a reflexionar sobre nuestro vivir, en base a las coherencias de nuestro vi-vir, nos daremos cuenta de que operamos en la confianza implcita de que cada coherencia opera-cional la vivimos como regularidad invariante de un dominio relacional particular y que es por ello que cuando vemos que algo vara, esto es, no se cumplen las coherencias abstradas por nosotros, lo primero que hacemos es ampliar la mirada y distinguir el operar de un dominio mayor de coheren-cias que explique el operar que provoc el cambio en las coherencias del fluir de nuestro vivir. A esta abstraccin de las coherencias relacionales y operacionales de nuestro vivir regular Humberto y Ximena lo llaman el Determinismo Estructural.

3. Unidades compuestas y simples: Como observadores distinguimos unidades simples o com-puestas. Las unidades simples surgen en la distincin del observador cuando ste no hace separa-cin de sus componentes. Las unidades compuestas surgen en la distincin del observador como totalidades que ste luego descompone en componentes que operan segn las propiedades con que ellos surgen al ser distinguidos como tales en el operar del observador.

La unidad simple opera slo en el dominio de su totalidad como sistema, de modo que sus descripciones nacen del operar del sistema como totalidad en el espacio relacional del cual es parte en su mbito de determinismo estructural. Una unidad compuesta en cambio opera en dos dominios: su operar como totalidad y su operar como componentes, de modo que existe determinado en su es-tructura tanto a nivel de componentes como de totalidad. Y ambos dominios son disjuntos: no se puede deducir lo que pasa en uno desde lo que pasa en otro; no hay reduccin de los fenmenos.

4. Componentes y composicin: Los componentes de una unidad compuesta no son componentes en s o por s mismos, son elementos que surgen como componentes cundo un observador los distin-gue en su participacin en las relaciones de composicin de una unidad compuesta que l o ella ha distinguido como tal.

Slo puede distinguirse un componente como parte de una totalidad que luego se descom-pone. Lo que permite que un componente sea el componente que se ha distinguido y no otro es la trama operacional-relacional que aparece con l cuando es distinguido como parte de la totalidad que conforma en su operar relacional. Un ente no existe sino como parte del medio que lo contiene y lo hace posible, y en el caso de la distincin de una unidad compuesta slo es posible distinguir un elemento si se abstrae tanto el elemento como su matriz de relaciones y su totalidad operacional.

5. Identidad y cambio: La configuracin de relaciones entre los componentes de una unidad com-puesta que se conserva invariante en el flujo de sus cambios estructurales y define su identidad de clase como totalidad, constituye lo que un observador distingue como la organizacin de dicha u-nidad compuesta. Los componentes y las relaciones entre ellos que realizan a una unidad compues-ta particular como un caso particular de una cierta clase, constituyen lo que un observador distin-gue como la estructura de esa unidad compuesta.

Toda sistema es distinguido como conformado por un espacio relacional compuesto de cierto tipo de relaciones o componentes que s se conservan en l y cierta parte que no, y ambos son necesarios en la conformacin de su identidad ya que el factor invariante define su generalidad, a travs de lo regular ,y lo variante su particularidad, a travs de lo transitorio. Pero es su organiza-cin la que lo hace ser un sistema de cierta clase, de modo que un sistema identificado como de cla-se X seguir siendo de sa clase X a menos que las transformaciones de su estructura alteren com-ponentes y/o relaciones que involucran la constitucin de su trama invariante de organizacin X.

6. Acoplamiento estructural: Una unidad compuesta existe en la conservacin de su identidad de clase slo en tanto el medio que la contiene y con el cual interacta, slo gatilla en ella cambios estructurales que resultan en que conserva su organizacin. Llamamos acoplamiento estructural a esta relacin, y llamamos nicho al mbito dinmico particular de encuentro de una unidad com-puesta con el medio.

La relacin de acoplamiento estructural es un ocurrir espontneo que ocurre o no ocurre. Si ocurre entonces se logra una trasformacin dinmica congruente entre la unidad y su medio tal que la unidad emerge como preservando su organizacin a cada momento en correspondencia es-tructural con su medio. Una unidad compuesta slo puede conservar su existencia en la medida en que el medio que lo contiene y hace posible, mediante el surgimiento de un nicho como mbito de encuentro congruente, permite que se conserve su identidad de clase en el fluir de una matriz opera-cional-relacional a travs de interacciones recurrentes y recursivas de transformaciones estructura-les que no alteran su organizacin. Pero esto no es algo que la unidad haga sino slo algo que le sucede, ya que su distincin es histrica y no pragmtica. En los seres vivos esto se denomina adap-tacin, y la adaptacin es lo que busca constantemente conservar un ser vivo en la deriva del fluir de su vivir una vez que ya se ha adaptado. 7. Dominios de existencia: Una unidad compuesta existe y opera en dos mbitos o dominios de e-xistencia disjuntos: esto es, en el mbito o dominio del operar de sus componentes, y en el mbito o dominio de su operar como totalidad en interacciones en el medio que la contiene.

La unidad compuesta interacta a nivel relacional a travs del operar de sus componentes y opera a nivel de componentes a travs de las interacciones con los agentes externos, en donde el operar de cada componente, y sus relaciones, tiene consecuencias en el operar como totalidad y las relaciones de la totalidad opera en consecuencias en cada uno de los componentes que le constitu-yen. La relacin es recursiva: lo local afecta a lo total y ste luego a lo local nuevamente, y esto una vez ms a lo total. Pero ambos dominios son disjuntos, ya que a nivel operacional se es ciego sobre lo que ocurre a nivel relacional y en el dominio en el que opera como totalidad se es ciego al operar de los componentes y sus relaciones. Slo se pueden establecer correlaciones generativas entre lo que sucede en ambos dominios en base a distinciones histricas, no deducciones lgicas que bus-quen reducirlos fenomenolgicamente.

8. Presente en continuo cambio: Una unidad compuesta (o sistema) opera en su dinmica interna en cada instante segn sus coherencias estructurales de ese instante, en un fluir de cambios sin al-ternativas, y en una dinmica estructural que ocurre como un continuo presente cambiante en el que no hay ni pasado ni futuro. Los seres vivos existimos en un continuo presente cambiante; es el cosmos mismo en su surgir desde el explicar las coherencias operacionales del vivir del observa-dor, el que ocurre como un continuo presente cambiante en un continuo trnsito evanescente.

Todo sistemas determinado en su estructura carece de temporalidad intrnseca. Todo siste-ma determinado estructuralmente lo estar en cada dominio diferente de su operar segn las cohe-rencias locales que correspondan a ese instante de su ocurrir. Y slo en una segunda fase un obser-vador puede hablar de prediccin, ya que para ello se necesita una computacin que incluya todos los elementos y relaciones que estn involucrados en la generacin de las regularidades de su deve-nir histrico. En principio todo sistema determinado estructuralmente es predecible, pero en lo fctico muy pocas veces el observador est en conocimiento directo de los procesos involucrados en el operar, o indirecta-mente de sus nociones probabilsticas, a modo de describir o evocar las regu-laridades de su operar en un dominio determinado.

9. Sistemas cerrados: Cada vez que un observador distingue una unidad compuesta constituida como totalidad como un conjunto de elementos que interactan entre s de modo que cuando acta sobre uno de ellos acta sobre todos, distingue un sistema dinmico cerrado.

Cuando un observador distingue un sistema cerrado lo hace tanto en su dominio local como global a travs de la distincin de la matriz operacional-relacional en que sus propios componentes operan y existen. Pero lo peculiar de un sistema cerrado es que lo es slo en un mbito de dinmica de relaciones interna que le constituyen como tal, ya que en las dimensiones relacionales ste opera necesariamente como totalidad en la realizacin de su identidad dentro del medio que lo contiene, abierto a cambios que le permitan correspondencia estructural con su nicho.

RECURSIN REFLEXIVA(p.165)

Todo lo que se ha dicho, expresan Maturana y Dvila, surge en el operar de ellos como observado-res al hacer distinciones, mediante coordinaciones recursivas de haceres consensuales, sobre las ab-stracciones de las coherencias operacionales y relacionales que nacen con ellos como mbito cogni-tivo de habitar localmente en una matriz operacional-relacional mayor de existencia que trasciende su operar particular pero que bajo ningn caso es independiente de l. O lo que es lo mismo, el fun-damento ltimo de stas abstracciones no es un grupo de identidades trascendentes-independientes sino las coherencias experienciales del propio vivir, con la forma de si esto ocurre entonces ocurre esto otro (por ejemplo, si AB y BC entonces AC), que es, dentro de todo, lo nico que po-demos decir.

LEYES SISTMICAS EN EL MBITO BIOLGICO(pp. 166-173)

Las leyes sistmicas que Humberto y Ximena presentan continuacin corresponden a una abstrac-cin de las coherencias operacionales y relacionales en las cuales un observador distingue que un ser vivo constituye, realiza y conserva su vivir a travs de su acoplamiento estructural organismo-nicho con el medio que lo contiene y lo hace posible en su dinmica autopoitica. Las Leyes Sis-tmicas del mbito biolgico son las siguientes:

1. Espontaneidad del vivir: Cuando en un mbito molecular surge un conjunto de molculas que interactan entre s constituyendo una red cerrada de producciones moleculares que produce las mismas clases de molculas que la componen, molculas que en sus interacciones generan recursi-vamente a la misma red de producciones moleculares que las trajo a la vez que realizan sus lmites como un sistema molecular que opera como una unidad discreta que produce y especifica su propia extensin, y adems todo esto ocurre en un continuo flujo molecular a travs de ella, surge un sis-tema autopoitico molecular. Esto es, surge un ser vivo.

Nada hace al vivir, ste simplemente sucede. Es espontneo. Y no se trata de que los seres vivos tengan autopoiesis molecular, ya que los seres vivos son autopoiesis molecular. En sen-tido estricto, la autopoiesis slo se sostiene como tal en un mbito molecular ya que la espontanei-dad que requiere en su operar slo se obtiene de la agitacin molecular.

2. Organizacin e identidad: Una unidad compuesta existe como totalidad slo en tanto se conser-va la organizacin que define su identidad de clase a travs de los cambios estructurales que ocu-rren en ella como resultado de su dinmica interna, o gatillados como resultado de sus interaccio-nes con elementos del medio que la contiene. La organizacin que define la identidad de clase de un ser vivo es la autopoiesis. Un ser vivo vive slo en tanto se conserva su autopoiesis.

Todo lo que le ocurre a un ser vivo en su vivir le ocurre como un fluir de cambios estructu-rales en los que se conserva espontneamente su autopoiesis sin designio, ni propsito ni intencin; ya que stas son nociones que nacen con la comprensin de la sensorialidad del presente cambian-te continuo en el que se est inmerso, desde un dominio relacional en el que se convive en redes de conversaciones. La finalidad no es una distincin de la operacionalidad del vivir sino una manera de describir y evocar las conductas de la totalidad del organismo en su relacin con el medio.

3. Adaptacin: Una unidad compuesta existe como una unidad compuesta de una cierta clase slo en tanto sus interacciones en el medio en el que opera como totalidad, gatillan en ella cambios es-tructurales a travs de los cuales conserva la organizacin que define su identidad de clase. Si esto no ocurre la unidad compuesta se desintegra y algo diferente aparece en su lugar. La conservacin de la congruencia operacional entre organismo y medio que ocurre en el fluir de la conservacin del vivir es la relacin de adaptacin entre organismo y medio. La conservacin de la relacin de adaptacin entre el ser vivo y el medio, en su operar como organismo, es una condicin necesaria para la realizacin y conservacin del vivir.

Un ser vivo vive slo en tanto el medio que lo contiene gatilla en l cambios estructurales a travs de los cuales se conserva su autopoiesis. Si sta relacin de congruencia dinmica de trans-formacin (acoplamiento estructural) entre el organismo y su nicho no se conserva el ser vivo mue-re, y si s se conserva entonces hay adaptacin y el ser vivo vive.

4. Determinismo estructural del vivir: Los seres vivos en tanto entes moleculares autopoiticos operan y se conservan en su operar como entes determinados en su estructura, y todo lo que sucede con ellos ocurre en el curso de sus cambios estructurales en la realizacin de su autopoiesis mole-cular mientras su autopoiesis molecular se conserva a travs de esos cambios estructurales.

El ser vivo y su medio (en el que se realiza y conserva) operan en dominios diferentes, dis-juntos y autnomos el uno del otro ya que cada uno presenta dinmicas de cambio estructural inde-pendientes, pese a que stas se vuelven congruentes a travs de modelaciones recprocas, gatilladas recursivamente, en el fluir de sus cambios estructurales espontneos que permiten su adaptacin. Y el observador no es la excepcin en esto ya que l slo puede ver lo que su presente estructuralmen-te determinado le permite ver, sea cual sea el estado estructural de los dominios que rodean su en-torno relacional.

5. El no-tiempo: Como sistemas determinado en nuestra estructura los seres vivos existimos en el no-tiempo, en un presente en continuo cambio estructural en el que cada nuevo momento del pre-sente surge como modificacin del momento presente que se vive.

El tiempo no es una nocin que explique el dominio del operar particular de los sistemas vivos sino un mbito imaginario creado por observadores que conviven en el conversar como modo de conectar sucesos que distinguen en su vivir cultural, como un antes o un despus en el fluir de transformaciones (recursivas) que se dan en su mismo dominio relacional de existencia (en el que operan como totalidad). Pasado y futuro son proposiciones explicativas que buscan conectar varios procesos como modo de vivir el propio vivir explicativo en el lenguajear, permitidas por nuestra biologa ya que el operar neuronal trata de la misma manera las correlaciones senso-efectoras que provienen de una sucesin espacial de sensaciones que las que provienen de una separacin espacial de sensaciones, de modo que ambas formas de sensorialidad son modos de movernos en el vivir como una forma de vivir el fluir su presente en el no-tiempo biolgico autopoitico a travs del explicar cultural en el lenguajear.

6. Ocurre lo que ocurre: Un ser vivo como sistema determinado en su estructura hace en cada ins-tante lo nico que puede hacer en ese instante segn sus coherencias estructurales de ese instante en su continuo surgir en un presente continuo en continuo cambio. Los seres humanos, y el cosmos que traemos a la mano en nuestras distinciones y explicaciones, existimos en un presente cambiante continuo.

En nuestro vivir explicativo los seres humanos vivimos (biolgicamente) como emergiendo a cada instante de la nada, una nada de la que no podemos hablar porque convivimos (culturalmen-te) en redes de conversaciones que se fundan sobre la nocin recursiva de la temporalidad histrica. Pero si bien las conversaciones las hacemos, el vivir no, el vivir simplemente nos ocurre, nos pasa como nos pasa determinado estructuralmente por el momento en que nos pasa sin finalidad externa ni propsito ya que ocurre perfecto en su ocurrir.

LEYES META-SISTMICAS(pp. 174-182)

Ya se han presentado la leyes bsicas, generales y del mbito biolgico. Las que se presentarn a continuacin tienen que ver con el mbito cultural que surge y se conserva en el vivir humano con el operar de observadores en el observar al abstraer las regularidades de su experiencia sistmica a travs de la reflexin. Por ello se har referencia a las abstracciones que tienen que ver con el fluir del vivir humano en un flujo de continuos cambios relacionales en los q