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SABÍAS QUE… Este domingo, día 23, es Ntra. Sra. de la Paz. Es, además, el "Día de la Infancia Misionera" ivimos tiempos de crisis: crisis económica, crisis de valores humanos, crisis de identidad, y sobre todo, crisis de unión y armonía. La fe va quedando asfixiada por la cultura moderna y por el escepticismo generalizado. En nuestros días no tienen buena acogida los grandes proyectos y, menos aún, las grandes palabras. Casi tenemos la sensación de que no hay lugar para una “buena noticia”: familias que se reencuentran, personas que perdonan, iglesias que superan sus divisiones…. Hay que perforar la costra de la realidad para encontrar el sentido de nuestro vivir y algo que nos sepa a buena noticia. Ya ves, en una sociedad que tiene tantos adelantos para solucionar “problemas”, no encuentra medios para solucionar el problema del sentido, de la desunión. Vivimos tiempos de “fragmentación”. Carecemos de núcleo interior. Pertenecemos –existencialmente- a los invertebrados. No buscamos el sentido de la totalidad. No tenemos sentido de cuerpo, sólo de rivalidad. El hombre moderno ha decidido que sólo existe lo que la ciencia puede probar. No hay más, lo demás no existe. Pero la vida no es un gran “mecano”., ni el ser humano sólo una pieza desmontable y suplantable. Por todas partes se percibe el misterio: en el interior de cada uno, en la inmensidad del cosmos y en lo profundo de la historia. Y surge la sospecha: ¿no es una tragedia prescindir tan «ingenuamente» de Dios? ¿No es una tragedia que los cristianos vivamos tan desunidos? Mientras Jesús nos sigue gritando: “Convertíos, porque está cerca el Reino de Dios”. V Si la nota dijese: una nota no hace melodía,... no habría sinfonía. Si la palabra dijese: una palabra no puede hacer una página, ... no habría libro. Si la piedra dijese: una piedra no puede levantar una pared, ... no habría casa. Si la gota de agua dijese: una gota de agua no puede formar un río, ... no habría océano. Si el grano de trigo dijese: un grano de trigo no puede sembrar un campo, ... no habría cosecha. Si el hombre dijese: un gesto de amor no puede salvar a la humanidad, ... nunca habría justicia, ni paz, ni felicidad, sobre la tierra de los hombres. Si María dijese: una mujer pobre y virgen no puede ser madre, ... no habría salvación. Como la sinfonía necesita de cada nota, como el libro necesita de cada palabra, como la casa necesita de cada piedra, como el océano necesita de cada gota de agua, como la cosecha necesita de cada grano de trigo... la humanidad entera necesita de ti, allí donde estés, único, y por tanto, irreemplazable. Michel Quoist

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Hoja Parroquial 23 enero 2011

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SABÍAS QUE… Este domingo, día 23, es Ntra. Sra. de la Paz. Es, además, el "Día de la

Infancia Misionera"

ivimos tiempos de crisis: crisis económica, crisis de valores humanos, crisis

de identidad, y sobre todo, crisis de unión y armonía. La fe va quedando

asfixiada por la cultura moderna y por el escepticismo generalizado.

En nuestros días no tienen buena acogida los grandes proyectos y, menos

aún, las grandes palabras. Casi tenemos la sensación de que no hay lugar para

una “buena noticia”: familias que se reencuentran, personas que perdonan,

iglesias que superan sus divisiones….

Hay que perforar la costra de la realidad para encontrar el sentido de nuestro

vivir y algo que nos sepa a buena noticia. Ya ves, en una sociedad que tiene

tantos adelantos para solucionar “problemas”, no encuentra medios para

solucionar el problema del sentido, de la desunión.

Vivimos tiempos de “fragmentación”. Carecemos de núcleo interior.

Pertenecemos –existencialmente- a los invertebrados. No buscamos el

sentido de la totalidad. No tenemos sentido de cuerpo, sólo de rivalidad.

El hombre moderno ha decidido que sólo existe lo que la ciencia puede

probar. No hay más, lo demás no existe. Pero la vida

no es un gran “mecano”., ni el ser humano sólo una

pieza desmontable y suplantable. Por todas partes se

percibe el misterio: en el interior de cada uno, en la

inmensidad del cosmos y en lo profundo de la

historia. Y surge la sospecha: ¿no es una tragedia

prescindir tan «ingenuamente» de Dios? ¿No es una

tragedia que los cristianos vivamos tan desunidos?

Mientras Jesús nos sigue gritando: “Convertíos, porque está cerca el Reino de Dios”.

V Si la nota dijese: una nota no hace melodía,... no habría sinfonía.

Si la palabra dijese: una palabra no puede hacer una página,

... no habría libro.

Si la piedra dijese: una piedra no puede levantar una pared,

... no habría casa.

Si la gota de agua dijese: una gota de agua no puede formar un río,

... no habría océano.

Si el grano de trigo dijese:

un grano de trigo no puede sembrar un campo,

... no habría cosecha.

Si el hombre dijese: un gesto de amor no puede salvar a la humanidad,

... nunca habría justicia, ni paz, ni felicidad, sobre la tierra de los

hombres.

Si María dijese: una mujer pobre y virgen no puede ser madre,

... no habría salvación.

Como la sinfonía necesita de cada nota,

como el libro necesita de cada palabra,

como la casa necesita de cada piedra,

como el océano necesita de cada gota de agua,

como la cosecha necesita de cada grano de trigo...

la humanidad entera necesita de ti,

allí donde estés,

único, y por tanto, irreemplazable. Michel Quoist

Lectura del santo evangelio según san Mateo: Mt 4,12-23 Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brillé.» Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» [Pasando junto a lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago pues eran

pescadores. Les dijo: <‘Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando

adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.]

Dos hermanos que vivían en granjas adyacentes tuvieron un conflicto serio después de 40 años de entendimiento. La unión y la colaboración entre ellos había sido fecunda en bienes y armonía. Pero un día, aquello terminó con un pequeño malentendido que fue creciendo hasta ahondar en palabras amargas seguidas de semanas de silencio e incomunicación. Así, hasta que una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, se topó con un hombre con pinta y herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días, -dijo el extraño-, quizá usted necesite hacer algunas pequeñas reparaciones en su granja y yo pueda serle útil de alguna manera." "Sí", -dijo el mayor de los hermanos que se llamaba Luis-, "tengo un trabajo para usted. Mire, al otro lado del arroyo vive mi vecino, bueno,… a decir verdad, es mi hermano menor". "La semana pasada cogió su buldócer y desvió el cauce del arroyo por medio de la pradera tan preciosa que teníamos entre las dos granjas para que se interpusiera entre nosotros. Quiero que construya una cerca, ¡¡¡una cerca de dos metros de alto!!! No quiero verlo más." El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Haré un trabajo que le dejará satisfecho". El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó a su granja, vio con sorpresa que el carpintero estaba terminando su trabajo. Con los ojos desmesuradamente abiertos comprobó que no había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había construido un puente de una fina pieza, una verdadera obra de arte con pasamanos y todo, que unía las dos granjas a través del arroyo. En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja, y abrazando a su hermano le dijo: "Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he hecho y dicho….". Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "No, espera!", le dijo el hermano mayor. "Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti". - "Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir en esta tierra".

Lectura del libro de Isaías: Is 8,23b—9,3

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les bri116. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los

Corintios: ICo 1,10-13.17

Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andáis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: «Yo soy de pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.’> ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.