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«i IL MUNDO, SAN JUAN, P. I. - DOMINGO 25 DE DICIEMBRE DE 1938. V 4- EN LA-RECONSTRUCCIÓN La reconstrucción eeonómieo-so- dil de la lila qut M ha impuesto «1 Nuevo Trato a través de la P. R. R. A. y di otras agencias íede- Por ANTONIO CRUZ Y NIEVES de iu tierra, eleve su nivel intelec- tual y disfrute de la oportunidad a que tiene derecho para mantener 1 decorosamente tu hogar y au fa- La mujer del Falansterlo. ralea cuyoa beneficios se extienden a nuestro pueblo por distintos cau- ces, pero con destino convergente, aspira a que la gente de nuestro pala disfruta mejores alojamientos, goce de mejor salud, poica tierra milla. Parece un ideal aumamente ambicioso y, en realidad, no es sino el objetivo fundamental que ha ve- nido persiguiendo el hombre a tra- vés de los siglos, desde el oscuro ancestro: vivir felis y satisfecho. La Ley de Horas y Salarios Por el Ledo. Jotré Bcnet El representante en Puerto Rico del Administrador de la Ley de Horas y Salarios, Mr. Robert Clal- borne, ha solicitado la cooperación de los industriales nativos para po- ner en operación la ley más injus- ta que el Congreso de Estados Uni- dos Jamás habla impuesto a ningu- no de sus territorios de ultramar. Es natural que asi actúe M. Clai- borne en el /leí cumplimiento de los difíciles deberes de su cargo. Pero lo que no podemoa explicar- nos es que loa talleristaa de Maya- güez tengan que prestarle la más conmovedora acogida al hombre que ha de implantar una ley ma- la; y lo que es aún más signifi- cativo todavía, que hayan manifes- tado públicamente en una reunión del Club Rotarlo, celebrada en Ma- yagüez, por boca de su presiden- te Mr. Sam Schweltzer, qué la ley es beneficiosa para la isla y que todos deben cooperar a su fiel cumplimiento. Y ai aún eao no fueae lo baatante acordó dirigir un cable al presidente Roosevelt ofreciendo la cooperación de la In- dustria de la aguja (que resulta ser la más afectada) hacia el esta- tuto federal. Lejos ya de la atmósfera de la más bella y progresista ciudad bo- ricua, cuyas inspiraciones intimas no ae traalucen fuera del circulo que las envuelve y deaconociendo, por tanto, los móviles que puedan conllevar tales manifestaciones Je regocijo, no podemos menos que asombrarnos ante este cambio re- pentino de opinión y de actitudes de mis queridos compatriotas rrn- yagüezanos. Desde que fueron conocidos en nuestra isla los postulados de la ley de Horas y Salarios federal se inició un movimiento espontáneo protesta legitima en toda la Is- la y por todos loe organismos que forman el nervio de nuestra eco- nomía insular. Fué de loa talle- ristaa de MayagOez de donde partió la primera explosión. Se reunieron, protestaron de !a ley que consideraron ruinosa para la industria de la aguja; de que a las Filipinas, la otra sobrina adop- tiva del Tío Sam, una de nuestras competidoras, no se habla hecho extensiva la ley; y entonces acu- dieron en comisión ante el gober- nador Winship solicitando sus bue- . 52 afta contribuyendo tfi- caxment» o realzar lo ele- gancia masculina da Puer- to Rico con artículos do lo -más «lavada calidad. Sombraros STETSON CAMISAS INTERIOR \ ARROW CORBATAS PAÑUELOS CINTÜRONE8 HICKOK ,_. LL __,_i Intarwavtn CALCETINES { WILSON CORBATAS] '^SÜT SOMBRERERÍA SUAREZ ALIEN 36-SAN. JUAN nos oficios para evitar la ruina de la industria; enviaron en viaje a Washington a su dinámico presi- dente don Julio R. Irlzarry para explicar al secretarlo Ickes los pe- ligros de ruina y la manera de evi- tarlos, y suplicándole ejerciera su influencia y llevara el caao anta el próximo Congreso de enero. Y tan honda impreaión causaron sus argumentos que el propio go- bernador marchó a Washington a exponer su caso. Los propios talleristas consiguie- ron reunir en asamblea extraordi- naria a la Cámara de Comercio, la Asociación de Industriales, la Puerto Rico Needleworlt AssociaV tion, La Asociación de Agriculto- res, etc., etc., y todos «atoa orga- nismos insulares protestaron de la ley ante ambos gobierno* insular y nacional, y solicitaron fu as a Puerto Rico excluido de sus pres- cripciones. Y ahora el propio presidente da la Puerto Rico Ñeedlework Asso- ciatlon, el organismo que inició to- do el movimiento, manifieata al pueblo de Puerto Rico y al pueblo de los Estados Unidos que la ley da Horas y Salarios es beneficiosa y que han decidido prestarle toda su cooperación. ¿Cómo explicarnos ahora esta anomalía? Si la ley es buena ha tenido que serlo desde su principio, pues ape- nas si ha empezado a ser Implan- tada. ¿Por qué entonces todo aquel movimiento inusitado de patronal protesta? Si es mala, injusta y discrimina- toria para la Industria portorrique- ña, todos, obreros e Industriales, han debido resistirla. "Actos contra las arbitrarieda- des del poder,— decía el papa León XIII en su encíclica de 1888.— no son sólo legítimos sino necesarios para la vida de un pueblo. Durante cuarenta años que Puer- to Rico ha permanecido bajo el do- minio de los Estados Unidos es tiempo más que suficiente para que nuestros problemas fueran me- jor rom prendidos y para que el Presidente y Congreso de la nación se hayan dado cuenta de que las condiciones económicas de la isla son diferentes a las del continente. Qu« aqui hay un exceso anormal de población pobre que no tiene oficio conocido y que no tiene *n qué ocuparse. Que no está esa po- blación entrenada en la faena In- dustrial, y qu* las pocas industrias que tenemos se sostienen y existen a baae de labor barata, y de que no existe visión futura da mejora. Y ello ea asi por que nuestros obrero» tienen que competir en vo- lumen de producción, an nivel da calidad y en precio oon el produc- to de la nación -más protegida y más industrializada del mundo en el propio mercado de ellos, y ade- más porque es un hecho ya com- probado que el trabajador, hombre o mujer nativos, no pueden produ- cir -en Igual- periodo de tiempo, tanto en calidad como en cantidad, el mismo volumen de trabajo que el obrero técnico continental. y esto es debido que la Indus- trialización americana es una es- cuela constante de práctica com- petitiva en artes y oficios, en don- de predomina el principio de la su- pervivencia del mis apto. Por otra lado el clima, las enfermeda- des, el analfabetismo influyen po- derosamente an nuestra desventa- J«. El propio Departamento del Tra- bajo, dándose cuenti de esta situa- ción ha expreaado que la medici- na va a empeorar al enfermo. La medicina es la ley de Horas y Sa- larios. La ley es mala porque ya ha lan- zado a la calla a millares da obrt- 'ros, mujeres tabre todo, qu» antea tenían an qui .ganar el pan; por- que. Prive a la isla de una entrada, Hacia esa meta, todo» lo» hom- brea de buena voluntad, poseso- re» de un alto espíritu cívico mar- chan hombro con hombro, unidos por el mismo deseo de mejoramien- to colectivo, con lo» funcionario» sobre quienes descansa la respon- sabilidad fisica de la insistente obra. ' La mujer, cuya mayor preocu- pación ha «ido también a través de loa siglo» la felicidad de »u com- pañero y de »u prole, no podía per- manecer Insensible ni inactiva an- te una empresa de tanta trascen- dencia para el porvenir de la es- pecie de la cual ella es gusrdlana y perpetua generadora. Con ra- ras excepciones, Isa mujeres puer- torriqueña» relacionada» en modo alguno con la rehabilitación gene- ral emprendida en la Isla, han aceptado la parta de responsabili- dad que la» ha cabido en suerte con estimulante entusiasmo y sin- gular energía. Ella» (amblen se han sentido en el deber de tomar parte activa en la realltaclón de tan Importante misión. Conside- ran ella» que si les resultarlos han de aprovechar a la larga tanto a la mujer como al hombre, especial- mente en cuanto se relaciona con la /amiJla, Ja mujer debe enton- ces cooperar Igualmente, y a le medida de iut fuerzas, al logro de un sitio mejor donde vivir y criar a sus hijos, y a la creación de con- diciones ma» amplia» y libérale» para el debido desenvolvimiento de la sociedad de Ja cual forma par- te. La mujer que se encon- tró a misma No nos referimos solamente a las mujeres que en oficinas y em- pleos de la PRRA llevan a cabo Ceramista trabajos de gerencia y administra- ción, ni a las abnegadas e infati- gables -mujeres que integran el tra- lilla- social. No» referimos a la hacendosa mujer de la granja, del proyecto de alojamiento, del taller de costura y del centro de enlata- do, que con tanto eatusiasmo se ha despertado a un nuevo- concep- to da laa más elementales cosas humanas, ya por lo» conocimien- to» obtenido» en 1 a reunión del Centro Comunal, ya al encontrar- se en posesión de un pedaso de tie- rra o de un hogar cómodo y segu- ro en sitios higiénicos de las ciu- dades, percibiendo por primera ves el sentimiento de la propiedad qut es patrimonio de la libertad per- sonal y estimulo de la dignidad del Individuo. A asa mujer que. tn aran parte, reaurge de la resigna- da renunciación da quien ya nada espera para ai ni para loa auyoa, Lázaro que resucita del fondo dt la derrota, encontrándose de pron- to en un mundo de increíbles, pero verídicas oportunidades que úni- camente de ella y de au hombre— ella alentándolo, ayudándolo y él trabajando dependen para con- vertirse en solidas realidades dt un bieneatar que nunca imaginó; a tía mujer que M ha tncontrado a al misma a la que especial- mente not referimos. Una pregunta «urge enseguida del fondo escéptlco dt la mente dtl lector, decepcionado por tantas promesas como se han hecho y te dejaron iln cumplir. ¿Qué pueden hactr esas mujeres? ¿Qué parte Jas corresponde tn ti reajuste ge- neral de nuestra vida económica y cómo llevan a cabo su parte? En el orden moral la participa- ción más directa de Ja mujtr en esta obra de reconstrucción gene- ral participación altamente ne- cesaria para la comprensión y di- vulgación de aus principios, —con- siste en la educación y preparación adecuadas de la prole para enten- der cuales son sus derechos y res- ponsabilidades en el nuevo orden de cosa» que se organiza a su al- rededor. En el hogar, la mujer debe de Instruir a sus hijos sobre ciertos conceptos eleméntate» de la responsabilidad y el deber ciu- dadano, que acaso a ella no la In- culcaron, pero que ahora ha com- prendido. Preparar a sus hijos y abrirles el corazón y la mente a la comprensión clara de las condicio- nes sociales y económicas en que han de crecer y desenvolverse. El Trabajo Social de la PRRA realiza en este sentido una gran labor educativa de la cual se apro- vechan tanto mujeres rasadas co- mo la» solieras. Cuando, la mujer llega a com- prender el significado de ios nue- vos principios de la reconstrucción económico-social y "el futuro pro- vecho que de su triunfo podrían derivar tila y los suyos, —los su- yos más, si la mujer es madre,—- entonces se convierte en ti mejor defensor y la más electiva propa- gandista de la buena nueva. La mujer, en la qu» oidato siem- pre la tendencia Instintiva e In- nata a ayudar y aconsejar a IdY demáa, lo hace aln duda don ma- sociales Improvisadas muchas . ve- cea aln acierto ni justificación. Laa mujeres que salen de los centros de costura «de la PRRA ton mu- cha» vecea operarla» de gran mé- rito aolicitadaa preferentemente pot loa talleres de aguja particulares. En el Centro de Enlatado, mu- jeres e hijas del hombre dt la re- construcción, aprenden loa sacre- tos, hasta hace poco para ellas des- conocidos, de la manera de conser- var en latas los frutos y laa frutal que sobran de la cosecha de la huerta y pera los rúales no hay demanda en el mercado. Un nue- vo aspecto de la economía del ho- gar, capas de proporcionar, en ti futuro la base para un negocio lu- crativo que podrían sostener laa propuestas cooperativas de agri- cultores para la Industrialización de productos agrícolas. La mano de obra, adiestrada y experta, la proporcionarán laa mujeres qu? aprenden con entusiasmo en loa yor empeño, tesón y deseo dt con- vencer cusndo se trata de los su- yos y del-bien de Ja prole. Desti- nada por.Dina y la naturaleza a aer la compañera del hombre, su pro- pia intuición, su propio instinto :a indica cuando debe aconsejar a su hombre Instándolo a compenetrar- te de la realidad y a seleccionar entre mlJ su verdadera ruta. Ayu- dando a su hombre, la mujer se ayuda a si misma. La mujer en la economía Seria inútil que los hombres se ocuparan de. corregir y enmendar lo» defecto»-de la sociedad que im- piden a la humanidad disfrutar en la debida proporción del bien so- cial, si las mujeres no aportaran también au. correspondiente coope- ración. La mujer que en térmi- nos generales, controla la gran fuente de riqueza fluyendo diaria- mente de los hogares, distribuyen- d o s e entre colmados, mercados, tiendas, ventorrillos, tiene, aunque no lo. comprenda, en sus manos, muchas veces Inexpertas, una de El últimto libro de la Dra. María CarUlla de Martines COSTUMBRES Y TRADICIONALIS- MOS DE MI TIERRA Por La Hija del Caribe Con una curiosa portada, obra de su esposo et admirado artista Julio T. Martínez, presenta esta incansable luchadora su texta obra, pues te ha - olvidado tn la anotación qut parece a las- pala- bras llmlhares,: "La escuela en el hogar, puertorriqueño", y si al au- tora de este libro no hubiera es- crito t»tro que "La Potiia popular portorriqueña", que le sirvió para coronarla con el laurel de doc- tora en FilosQfia y Letras, serla lo suficiente para .catalogaría entre los grandes escritores e historió- grafos de nuestro Folklore, pues que yo sepa, no ha habido autor antillano que haya vertido más lujuriante erudición que como lo ha hecho tan significada autora, y sin embargo... esa obra monu- mental, no ha merecido, Injusta- mente, el premio ofrecido por nuestra legislatura, al libre mejor escrito del año, cosa que, llamó grandemente mi atención, cuando por su texto, por au valor intrínse- co, por su extraordinaria opulen- cia de detalles y forma, estaba Pero somos atina, y aquí lólo valt el que tiene buenos padrinos, y por eso han decaldo de mane- ra ostensible, los Certámenes, lai lisas del gay saber, puet todoa sa- bemos de estos secretos...! Bien: Esta obra qut me ocupa ea hermana gemela de las otras que han aalido de tan elocuente pluma: Detalla ella con lujo dt citas usos y costumbres portorri- queños, de gran valor para nues- tra historia patria, tea historia dolare» anulamente; porque tra- erá a la ruina a centenares de in- dustriales nativo» qu» ayudaban a mover la bola del progreso, y afec- tando además al comercio, la ban- ca, empresas de trasporte, a la agricultura y al equilibrio econó- mico de la Isla. La disyuntiva es ésta:. ¿Debe el gobierno nacional permitir' que perdamos una gran parte, dt nues- tras pocas Industrias?. ¿Puede la industria portorriqueña pagar el mismo nivel dt salarlos que indus- trias similares del continente? O, acato dt no"-poder, como no podrá, ¿está en condiciones nuestro go- bierno, o el Congreso, de estable- cer nuevas Industrias en sustitu- ción de las que perdemos y asi ab- aorber lo» miles de obreros.que quedan en desempleo? Hay sólo dos medios efectivos da combatir una l?y mala dada' Lin- coln: Aplicarla en todo iu rigor o resistirla; y de ambo* males el úl- timo ea preferible: JUptjlsjcJplo de propia. . , - qut st va esfumando como una bruma sin que nada ni nadie pue- da detener su destrucción, y hacer patria es, el encimarse a la indife- rencia ambiente, primero, y a la «quiescencia como vemos irse por la corriente de nuestra pasividad cosas que dan fisonomía a un pue- blo, a -au carácter y a au Idiosin- crasia, algo qut aman todos loa puebloa del mundo, menos nos- otros. | Cualquier extranjero, sea el que sea el pais, donde se encuentre, rinde culto a sus costumbre», pro- curando conservarlas, nosotros, al contrario, rendimos culto las ex- tranjeras, procurando 'enaltecerlas, olvidando las nuestras, y es por eso que hay qu» machacar cons- tantemente sobre el yunque del patriotismo criollo, para que por lo menos, quede un poco de lo que fuimos, de lo que debe Interesar a la posteridad que nos suceda. De lo» lib'ros últimamente publi- cados, estimo que es este de la Dra. Cadilla el de mas enjundia. quiero decir el que estará siempre a tono, con los que aún conservan un Jirón de la patria que nos vio nacer; un libro auténtico con sa- bor a la 'Ierra húmeda de nues- tros campos, cautivador del cora- zón; su dueña, dueña de au genio, hace palpitar en aus páginas im- pregnadas de tomillo y albahaca, el alma de Puerto Rico, haciendo desfilar en un armónico conjunto, seres y cosas, ya olvidadaa, algo ssi, como sacar una nieta dtl vie- jo arcén oloroso, las mantillas y loa abanico» dt la abuela deleitán- dose con su cago perfume de otros Domina la doctora Cadilla el siglo». arte difícil de la descripción, co- mo pintora que es también, en al- gunos párrafo», pinta, no escribe, no hay orfebre de la pluma como ella que sabe tltvarse por toda» las regiones de la belleza y de la sensibilidad y dominar y cautivar al lector. Escritora de tempera- mento, fogueada en el magisterio, del cual hizo un sacerdocio, baca palpitar el verbo uncido y obe- diente a su inspiración portentosa, encendidas a fuerza de ser huma- nas,... libro hermoso, lleno dt ge- nerosidad y rebosante de ideas, qut convence, y conmueve. Hay en él, corazón patriotismo, ternura y... feminidad. Suponen además estos trabajos que entraña ettj obra. Una prolija y penosa labor de rebasca, y 1:1 arte -nada comen para transfor- mar lo» hallazgo* qu» cita en be- llo» frutos del propio- Ingenio. Creemos, s i a c e remonte. que "Costumbres y Tradlctonadliimo» de mi tierra", se comenta por al aojo, para ocupar un rugar como •tarto- ea autatroa centro» escole- / Trabajando en el Centre de" Enlatado. Kn el centro: cultivando.loa Jardines en el caserío. Abajo: en la granja la mujer también labora. las llaves principales de la organi- zación económica. La eqonomia doméstica regula en gran parte la economía política. Es cuando las amas de casa empiezan a comprar menos, que los negocios se resien- caracter militante para emprender una cruzada en pro de la correc- ción de los males que afligen la so- ciedad humana, su influencia se- ria decisiva, en él destino del mundo. Por eso la obra reconstructiva, vieja costumbre de antaño que consistía en reunirse en el hogar las mujeres del vecindario a prac- ticar en medio de lai versátiles conversaciones las artes de la cos- tura, el bordado y otras artes do- En el Centre de Costura, ten y los organismos económicos tiemblan preocupado» por la solu- ción. De ahí que la comprensión y et Interés que con respecto a la obra de reconstrucción pueda tener la más bella mitad dt la especie, sea materia no despreciable para la PRRA. Esa comprensión y «se In- terés pueden aportar beneficios in- sospechables para el éxito que se busca tesoneramente. Influencia-de la mujer Se dice que la mano que mece la cuna es la que rige al mundo. Si todas las madres se unieran con por medio de la cual se espera mést icas que han sido casi olvida- mejorar el destino de miles d * ... . i hombres cuyo nivel de vida no co- ¡ d " ** T " u " v * s «««'racione» en rrespondia a lo que se considerad el v4rf, de H « ,M Innovaciones ba un nivel adecuado, recaba y re-1 cibe complacida la cooperación de , la mano y la mente de la mujer en el forcejeo constante y teso- i ñero por alcanzar todo el éxito po-1 sible. Actividades femeninas de la reconstrucción Alegra y llena el ánimo de pro- misoras esperanzas ver como en los Centros Comunales, en los Centros de Costura y de Enlatado y en laa reuniones de carácter re- creativo o instructivo convocadas por el Trabajo Social, las mujeres de la reconstrucción, lo mismo en la granjeria que en determinados proyectos urbanos, tales como los de alojamientos moderno», st dis- tinguen por el acendrado espíritu de cooperación que laa anima. Organizados por agentes de la PRRA van surgiendo en los distin- tos proyectos clubs sociales inte- grados por mujeres de la granje- ria o de loa provéelos de urbani- zación, que suelen reunirse a dis- cutir entre ellas, y bajo la observa- ción y el atesoramiento* los tra- bajadores sociales, los asuntos que se relacionan con el desenvolvi- miento de la rutina doméstica y otroa asuntos. En los Centros de Costura nues- tras mujeres practican alegremen- te los complicados movimientos de los trabajos de agoja, adiestrán- dose en la digitación rápida y otras habilidades. Asi va resurgiendo en el hogar criollo y vernáculo* 'a aprendido a cuidar celosamente la salud de los suyos instándolos para que visiten periódicamente el dis- pensario rural o la unidad de salud pública que conatruyó la PRRA y donde tanto en el periodo pre-na- tal, como después del'alumbramien- to, reciben madres y crios la pro- tección de la ciencia médica celo- samente aplicada. Son las madres cuidadosas que envían diariamente sus hijos a la,escuela del pueblo que construyó o reparó la PRRA o a la segunda unidad rural, qut qui- zás sea una de las construida» por la agencia federal para la ense- ñanza de artes y oficios y la mayor expansión de las facilidades para la Instrucción pública. La portorriqueña responde: He ahí sucintamente expuesta' la participación de la mujer en la obra de la reconstrucción. La mujer, en virtud de su pro- pia naturaleza, está capacitada po- ra asumir una participación cada vez más activa y provechosa »n e»te movimiento. Dios la preparó específicamente para ayudar a su hombre y a su prolt tn la lucha constante por mejorar ti mundo. Su ayuda y su interés son esencia- les para la obtención del triunfo. Por suerte, la portorriqueña no es insensible en este deber tuyo. Lo demuestran las ahimosai muje- res que en desfile afanoso dt tra- bajo y devoción van por los cami- nos de nuestras montañas dtl bra- zo de su hombre, en po» dtl porve- nir. res, no, en el nombre, solamente, como se acostumbra en nuestra patriar con el consabido: —Se ha declarado de TEXTO y tal, y cual, pero... para qut el alumno lo compre o - lo pida prestado, i No. entendemos, que, al declarar de TEXTO una obra, para las escue- las, es. adquiriendo el Departa- mento- de- Instrucción -un buen nú- mero de ejemplares, para uso de los-distintos grados, pues lo otro. maldita la gracia que tiene para el autor, que ha hecho ti sacrifi- cio de su Inteligencia-y de su bol- sillo en editarlo-, Todo» sabemos que la-Dra. Mo- ría Cadilla de* Martínez es una.dé las más grandes figuras del ma- gisterio Insular, en su triple acep- ción de maestra, —GRAN MAES- TRA,— conferencista, o r a d o ra, poetisa, pintora, y... que ha sa- crificado la mejor parte' de su vi- da, de «u Juventud, para laborar^ por el-bien común de su tierra, v mujer de envergadura, no debe ne- cesitar presentación. Ahí tenéis tu última obra, que ha escrito como una ruiseñor! en su Jaula dorada. Os ht hablado de la maestra, la-escritora, pe- ro como mujsr.tknt la grada ala* da da al flor..* HOTEL CONDADO Baje la nueva Administración da Tht Condado Corporation, •a celebrarán tras grandes fiestas, hay y al 31 da dicitmbro da da 1938, v al 6 drenara da 1939, Gran Comido-Baile y Extraordinario Programa Artístico hoy. Presentación da la aminanta cancionista y bailarina española AMALIA MOLINA en un programa da canciones y boíl ti popularas españole*. Amenizará el baile la Orquesta del Hotel Condado que dirige DON NACHO. Hoy Comida-Baile y Programa Artístico .... $4.00 Programa Artístico y Baile .. .. .. $¿00 ' No Cover Charge No Mínimum Otorga Haga sus reservas oportunamente llamando ol HOTEL CONDADO Teléfono 741 Santvrea.

«i EN LA-RECONSTRUCCIÓNufdcimages.uflib.ufl.edu/CA/03/59/90/22/00353/00526.pdf · 2011-07-20 · proyecto de alojamiento, del taller de costura y del centro de enlata- do, que con

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    IL MUNDO, SAN JUAN, P. I. - DOMINGO 25 DE DICIEMBRE DE 1938.

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    EN LA-RECONSTRUCCIÓN La reconstrucción eeonómieo-so-

    dil de la lila qut M ha impuesto «1 Nuevo Trato a través de la P. R. R. A. y di otras agencias íede-

    Por ANTONIO CRUZ Y NIEVES de iu tierra, eleve su nivel intelec- tual y disfrute de la oportunidad a que tiene derecho para mantener1

    decorosamente tu hogar y au fa-

    La mujer del Falansterlo.

    ralea cuyoa beneficios se extienden a nuestro pueblo por distintos cau- ces, pero con destino convergente, aspira a que la gente de nuestro pala disfruta mejores alojamientos, goce de mejor salud, poica tierra

    milla. Parece un ideal aumamente ambicioso y, en realidad, no es sino el objetivo fundamental que ha ve- nido persiguiendo el hombre a tra- vés de los siglos, desde el oscuro ancestro: vivir felis y satisfecho.

    La Ley de Horas y Salarios Por el Ledo. Jotré Bcnet

    El representante en Puerto Rico del Administrador de la Ley de Horas y Salarios, Mr. Robert Clal- borne, ha solicitado la cooperación de los industriales nativos para po- ner en operación la ley más injus- ta que el Congreso de Estados Uni- dos Jamás habla impuesto a ningu- no de sus territorios de ultramar.

    Es natural que asi actúe M. Clai- borne en el /leí cumplimiento de los difíciles deberes de su cargo.

    Pero lo que no podemoa explicar- nos es que loa talleristaa de Maya- güez tengan que prestarle la más conmovedora acogida al hombre que ha de implantar una ley ma- la; y lo que es aún más signifi- cativo todavía, que hayan manifes- tado públicamente en una reunión del Club Rotarlo, celebrada en Ma- yagüez, por boca de su presiden- te Mr. Sam Schweltzer, qué la ley es beneficiosa para la isla y que todos deben cooperar a su fiel cumplimiento. Y ai aún eao no fueae lo baatante acordó dirigir un cable al presidente Roosevelt ofreciendo la cooperación de la In- dustria de la aguja (que resulta ser la más afectada) hacia el esta- tuto federal.

    Lejos ya de la atmósfera de la más bella y progresista ciudad bo- ricua, cuyas inspiraciones intimas no ae traalucen fuera del circulo que las envuelve y deaconociendo, por tanto, los móviles que puedan conllevar tales manifestaciones Je regocijo, no podemos menos que asombrarnos ante este cambio re- pentino de opinión y de actitudes de mis queridos compatriotas rrn- yagüezanos.

    Desde que fueron conocidos en nuestra isla los postulados de la ley de Horas y Salarios federal se inició un movimiento espontáneo d« protesta legitima en toda la Is- la y por todos loe organismos que forman el nervio de nuestra eco- nomía insular. Fué de loa talle- ristaa de MayagOez de donde partió la primera explosión.

    Se reunieron, protestaron de !a ley que consideraron ruinosa para la industria de la aguja; de que a las Filipinas, la otra sobrina adop- tiva del Tío Sam, una de nuestras competidoras, no se habla hecho extensiva la ley; y entonces acu- dieron en comisión ante el gober- nador Winship solicitando sus bue-

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    52 afta contribuyendo tfi- caxment» o realzar lo ele- gancia masculina da Puer- to Rico con artículos do lo

    -más «lavada calidad. Sombraros STETSON

    CAMISAS

    INTERIOR \ ARROW CORBATAS PAÑUELOS CINTÜRONE8 HICKOK

    ,_.LL__,_i Intarwavtn CALCETINES { WILSON

    CORBATAS] '^SÜT

    SOMBRERERÍA SUAREZ

    ALIEN 36-SAN. JUAN

    nos oficios para evitar la ruina de la industria; enviaron en viaje a Washington a su dinámico presi- dente don Julio R. Irlzarry para explicar al secretarlo Ickes los pe- ligros de ruina y la manera de evi- tarlos, y suplicándole ejerciera su influencia y llevara el caao anta el próximo Congreso de enero.

    Y tan honda impreaión causaron sus argumentos que el propio go- bernador marchó a Washington a exponer su caso.

    Los propios talleristas consiguie- ron reunir en asamblea extraordi- naria a la Cámara de Comercio, la Asociación de Industriales, la Puerto Rico Needleworlt AssociaV tion, La Asociación de Agriculto- res, etc., etc., y todos «atoa orga- nismos insulares protestaron de la ley ante ambos gobierno* insular y nacional, y solicitaron fu as a Puerto Rico excluido de sus pres- cripciones.

    Y ahora el propio presidente da la Puerto Rico Ñeedlework Asso- ciatlon, el organismo que inició to- do el movimiento, manifieata al pueblo de Puerto Rico y al pueblo de los Estados Unidos que la ley da Horas y Salarios es beneficiosa y que han decidido prestarle toda su cooperación.

    ¿Cómo explicarnos ahora esta anomalía?

    Si la ley es buena ha tenido que serlo desde su principio, pues ape- nas si ha empezado a ser Implan- tada. ¿Por qué entonces todo aquel movimiento inusitado de patronal protesta?

    Si es mala, injusta y discrimina- toria para la Industria portorrique- ña, todos, obreros e Industriales, han debido resistirla.

    "Actos contra las arbitrarieda- des del poder,— decía el papa León XIII en su encíclica de 1888.— no son sólo legítimos sino necesarios para la vida de un pueblo.

    Durante cuarenta años que Puer- to Rico ha permanecido bajo el do- minio de los Estados Unidos es tiempo más que suficiente para que nuestros problemas fueran me- jor rom prendidos y para que el Presidente y Congreso de la nación se hayan dado cuenta de que las condiciones económicas de la isla son diferentes a las del continente. Qu« aqui hay un exceso anormal de población pobre que no tiene oficio conocido y que no tiene *n qué ocuparse. Que no está esa po- blación entrenada en la faena In- dustrial, y qu* las pocas industrias que tenemos se sostienen y existen a baae de labor barata, y de que no existe visión futura da mejora.

    Y ello ea asi por que nuestros obrero» tienen que competir en vo- lumen de producción, an nivel da calidad y en precio oon el produc- to de la nación -más protegida y más industrializada del mundo en el propio mercado de ellos, y ade- más porque es un hecho ya com- probado que el trabajador, hombre o mujer nativos, no pueden produ- cir -en Igual- periodo de tiempo, tanto en calidad como en cantidad, el mismo volumen de trabajo que el obrero técnico continental.

    y esto es debido que la Indus- trialización americana es una es- cuela constante de práctica com- petitiva en artes y oficios, en don- de predomina el principio de la su- pervivencia del mis apto. Por otra lado el clima, las enfermeda- des, el analfabetismo influyen po- derosamente an nuestra desventa- J«.

    El propio Departamento del Tra- bajo, dándose cuenti de esta situa- ción ha expreaado que la medici- na va a empeorar al enfermo. La medicina es la ley de Horas y Sa- larios.

    La ley es mala porque ya ha lan- zado a la calla a millares da obrt-

    'ros, mujeres tabre todo, qu» antea tenían an qui .ganar el pan; por- que. Prive a la isla de una entrada,

    Hacia esa meta, todo» lo» hom- brea de buena voluntad, poseso- re» de un alto espíritu cívico mar- chan hombro con hombro, unidos por el mismo deseo de mejoramien- to colectivo, con lo» funcionario» sobre quienes descansa la respon- sabilidad fisica de la insistente obra.

    ' La mujer, cuya mayor preocu- pación ha «ido también a través de loa siglo» la felicidad de »u com- pañero y de »u prole, no podía per- manecer Insensible ni inactiva an- te una empresa de tanta trascen- dencia para el porvenir de la es- pecie de la cual ella es gusrdlana y perpetua generadora. Con ra- ras excepciones, Isa mujeres puer- torriqueña» relacionada» en modo alguno con la rehabilitación gene- ral emprendida en la Isla, han aceptado la parta de responsabili- dad que la» ha cabido en suerte con estimulante entusiasmo y sin- gular energía. Ella» (amblen se han sentido en el deber de tomar parte activa en la realltaclón de tan Importante misión. Conside- ran ella» que si les resultarlos han de aprovechar a la larga tanto a la mujer como al hombre, especial- mente en cuanto se relaciona con la /amiJla, Ja mujer debe enton- ces cooperar Igualmente, y a le medida de iut fuerzas, al logro de un sitio mejor donde vivir y criar a sus hijos, y a la creación de con- diciones ma» amplia» y libérale» para el debido desenvolvimiento de la sociedad de Ja cual forma par- te. La mujer que se encon- tró a sí misma

    No nos referimos solamente a las mujeres que en oficinas y em- pleos de la PRRA llevan a cabo

    Ceramista trabajos de gerencia y administra- ción, ni a las abnegadas e infati- gables -mujeres que integran el tra- lilla- social. No» referimos a la hacendosa mujer de la granja, del

    proyecto de alojamiento, del taller de costura y del centro de enlata- do, que con tanto eatusiasmo se ha despertado a un nuevo- concep- to da laa más elementales cosas humanas, ya por lo» conocimien- to» obtenido» en 1 a reunión del Centro Comunal, ya al encontrar- se en posesión de un pedaso de tie- rra o de un hogar cómodo y segu- ro en sitios higiénicos de las ciu- dades, percibiendo por primera ves el sentimiento de la propiedad qut es patrimonio de la libertad per- sonal y estimulo de la dignidad del Individuo. A asa mujer que. tn aran parte, reaurge de la resigna- da renunciación da quien ya nada espera para ai ni para loa auyoa, Lázaro que resucita del fondo dt la derrota, encontrándose de pron- to en un mundo de increíbles, pero verídicas oportunidades que úni- camente de ella y de au hombre— ella alentándolo, ayudándolo y él trabajando — dependen para con- vertirse en solidas realidades dt un bieneatar que nunca imaginó; a tía mujer que M ha tncontrado a al misma e» a la que especial- mente not referimos.

    Una pregunta «urge enseguida del fondo escéptlco dt la mente dtl lector, decepcionado por tantas promesas como se han hecho y te dejaron iln cumplir. ¿Qué pueden hactr esas mujeres? ¿Qué parte Jas corresponde tn ti reajuste ge- neral de nuestra vida económica y cómo llevan a cabo su parte?

    En el orden moral la participa- ción más directa de Ja mujtr en esta obra de reconstrucción gene- ral — participación altamente ne- cesaria para la comprensión y di- vulgación de aus principios, —con- siste en la educación y preparación adecuadas de la prole para enten- der cuales son sus derechos y res- ponsabilidades en el nuevo orden de cosa» que se organiza a su al- rededor. En el hogar, la mujer debe de Instruir a sus hijos sobre ciertos conceptos eleméntate» de la responsabilidad y el deber ciu- dadano, que acaso a ella no la In- culcaron, pero que ahora ha com- prendido. Preparar a sus hijos y abrirles el corazón y la mente a la comprensión clara de las condicio- nes sociales y económicas en que han de crecer y desenvolverse.

    El Trabajo Social de la PRRA realiza en este sentido una gran labor educativa de la cual se apro- vechan tanto mujeres rasadas co- mo la» solieras.

    Cuando, la mujer llega a com- prender el significado de ios nue- vos principios de la reconstrucción económico-social y "el futuro pro- vecho que de su triunfo podrían derivar tila y los suyos, —los su- yos más, si la mujer es madre,—- entonces se convierte en ti mejor defensor y la más electiva propa- gandista de la buena nueva.

    La mujer, en la qu» oidato siem- pre la tendencia Instintiva e In- nata a ayudar y aconsejar a IdY demáa, lo hace aln duda don ma-

    sociales Improvisadas muchas . ve- cea aln acierto ni justificación. Laa mujeres que salen de los centros de costura «de la PRRA ton mu- cha» vecea operarla» de gran mé- rito aolicitadaa preferentemente pot loa talleres de aguja particulares.

    En el Centro de Enlatado, mu- jeres e hijas del hombre dt la re- construcción, aprenden loa sacre- tos, hasta hace poco para ellas des- conocidos, de la manera de conser- var en latas los frutos y laa frutal que sobran de la cosecha de la huerta y pera los rúales no hay demanda en el mercado. Un nue- vo aspecto de la economía del ho- gar, capas de proporcionar, en ti futuro la base para un negocio lu- crativo que podrían sostener laa propuestas cooperativas de agri- cultores para la Industrialización de productos agrícolas. La mano de obra, adiestrada y experta, la proporcionarán laa mujeres qu? aprenden con entusiasmo en loa

    yor empeño, tesón y deseo dt con- vencer cusndo se trata de los su- yos y del-bien de Ja prole. Desti- nada por.Dina y la naturaleza a aer la compañera del hombre, su pro- pia intuición, su propio instinto :a indica cuando debe aconsejar a su hombre Instándolo a compenetrar- te de la realidad y a seleccionar entre mlJ su verdadera ruta. Ayu- dando a su hombre, la mujer se ayuda a si misma. La mujer en la economía

    Seria inútil que los hombres se ocuparan de. corregir y enmendar lo» defecto»-de la sociedad que im- piden a la humanidad disfrutar en la debida proporción del bien so- cial, si las mujeres no aportaran también au. correspondiente coope- ración. La mujer que en térmi- nos generales, controla la gran fuente de riqueza fluyendo diaria- mente de los hogares, distribuyen- d o s e entre colmados, mercados, tiendas, ventorrillos, tiene, aunque no lo. comprenda, en sus manos, muchas veces Inexpertas, una de

    El últimto libro de la Dra. María CarUlla de Martines

    COSTUMBRES Y TRADICIONALIS- MOS DE MI TIERRA

    Por La Hija del Caribe

    Con una curiosa portada, obra de su esposo et admirado artista Julio T. Martínez, presenta esta incansable luchadora su texta obra, pues te ha - olvidado tn la anotación qut parece a las- pala- bras llmlhares,: "La escuela en el hogar, puertorriqueño", y si al au- tora de este libro no hubiera es- crito t»tro que "La Potiia popular portorriqueña", que le sirvió para coronarla con el laurel de doc- tora en FilosQfia y Letras, serla lo suficiente para .catalogaría entre los grandes escritores e historió- grafos de nuestro Folklore, pues que yo sepa, no ha habido autor antillano que haya vertido más lujuriante erudición que como lo ha hecho tan significada autora, y sin embargo... esa obra monu- mental, no ha merecido, Injusta- mente, el premio ofrecido por nuestra legislatura, al libre mejor escrito del año, cosa que, llamó grandemente mi atención, cuando por su texto, por au valor intrínse- co, por su extraordinaria opulen- cia de detalles y forma, estaba

    Pero somos atina, y aquí lólo valt el que tiene buenos padrinos, y por eso han decaldo de mane- ra ostensible, los Certámenes, lai lisas del gay saber, puet todoa sa- bemos de estos secretos...!

    Bien: Esta obra qut me ocupa ea hermana gemela de las otras que han aalido de tan elocuente pluma: Detalla ella con lujo dt citas usos y costumbres portorri- queños, de gran valor para nues- tra historia patria, tea historia

    dolare» anulamente; porque tra- erá a la ruina a centenares de in- dustriales nativo» qu» ayudaban a mover la bola del progreso, y afec- tando además al comercio, la ban- ca, empresas de trasporte, a la agricultura y al equilibrio econó- mico de la Isla.

    La disyuntiva es ésta:. ¿Debe el gobierno nacional permitir' que perdamos una gran parte, dt nues- tras pocas Industrias?. ¿Puede la industria portorriqueña pagar el mismo nivel dt salarlos que indus- trias similares del continente? O, acato dt no"-poder, como no podrá, ¿está en condiciones nuestro go- bierno, o el Congreso, de estable- cer nuevas Industrias en sustitu- ción de las que perdemos y asi ab- aorber lo» miles de obreros.que quedan en desempleo?

    Hay sólo dos medios efectivos da combatir una l?y mala dada' Lin- coln: Aplicarla en todo iu rigor o resistirla; y de ambo* males el úl- timo ea preferible: JUptjlsjcJplo de

    propia. . , -

    qut st va esfumando como una bruma sin que nada ni nadie pue- da detener su destrucción, y hacer patria es, el encimarse a la indife- rencia ambiente, primero, y a la «quiescencia como vemos irse por la corriente de nuestra pasividad cosas que dan fisonomía a un pue- blo, a -au carácter y a au Idiosin- crasia, algo qut aman todos loa puebloa del mundo, menos nos- otros. |

    Cualquier extranjero, sea el que sea el pais, donde se encuentre, rinde culto a sus costumbre», pro- curando conservarlas, nosotros, al contrario, rendimos culto las ex- tranjeras, procurando 'enaltecerlas, olvidando las nuestras, y es por eso que hay qu» machacar cons- tantemente sobre el yunque del patriotismo criollo, para que por lo menos, quede un poco de lo que fuimos, de lo que debe Interesar a la posteridad que nos suceda.

    De lo» lib'ros últimamente publi- cados, estimo que es este de la Dra. Cadilla el de mas enjundia. quiero decir el que estará siempre a tono, con los que aún conservan un Jirón de la patria que nos vio nacer; un libro auténtico con sa- bor a la 'Ierra húmeda de nues- tros campos, cautivador del cora- zón; su dueña, dueña de au genio, hace palpitar en aus páginas im- pregnadas de tomillo y albahaca, el alma de Puerto Rico, haciendo desfilar en un armónico conjunto, seres y cosas, ya olvidadaa, algo ssi, como sacar una nieta dtl vie- jo arcén oloroso, las mantillas y loa abanico» dt la abuela deleitán- dose con su cago perfume de otros

    Domina la doctora Cadilla el siglo». arte difícil de la descripción, co- mo pintora que es también, en al- gunos párrafo», pinta, no escribe, no hay orfebre de la pluma como ella que sabe tltvarse por toda» las regiones de la belleza y de la sensibilidad y dominar y cautivar al lector. Escritora de tempera- mento, fogueada en el magisterio, del cual hizo un sacerdocio, baca palpitar el verbo uncido y obe- diente a su inspiración portentosa, encendidas a fuerza de ser huma- nas,... libro hermoso, lleno dt ge- nerosidad y rebosante de ideas, qut convence, y conmueve. Hay en él, corazón patriotismo, ternura y... feminidad.

    Suponen además estos trabajos que entraña ettj obra. Una prolija y penosa labor de rebasca, y 1:1 arte -nada comen para transfor- mar lo» hallazgo* qu» cita en be- llo» frutos del propio- Ingenio.

    Creemos, s i a c e remonte. que "Costumbres y Tradlctonadliimo» de mi tierra", se comenta por al aojo, para ocupar un rugar como •tarto- ea autatroa centro» escole-

    / Trabajando en el Centre de" Enlatado. Kn el centro: cultivando.loa Jardines en el caserío. Abajo: en la granja la mujer también labora.

    las llaves principales de la organi- zación económica. La eqonomia doméstica regula en gran parte la economía política. Es cuando las amas de casa empiezan a comprar menos, que los negocios se resien-

    caracter militante para emprender una cruzada en pro de la correc- ción de los males que afligen la so- ciedad humana, su influencia se- ria decisiva, en él destino del mundo.

    Por eso la obra reconstructiva,

    vieja costumbre de antaño que consistía en reunirse en el hogar las mujeres del vecindario a prac- ticar en medio de lai versátiles conversaciones las artes de la cos- tura, el bordado y otras artes do-

    En el Centre de Costura,

    ten y los organismos económicos tiemblan preocupado» por la solu- ción.

    De ahí que la comprensión y et Interés que con respecto a la obra de reconstrucción pueda tener la más bella mitad dt la especie, sea materia no despreciable para la PRRA. Esa comprensión y «se In- terés pueden aportar beneficios in- sospechables para el éxito que se busca tesoneramente. Influencia-de la mujer

    Se dice que la mano que mece la cuna es la que rige al mundo. Si todas las madres se unieran con

    por medio de la cual se espera mésticas que han sido casi olvida- mejorar el destino de miles d * ... .

    i hombres cuyo nivel de vida no co- ¡ d" ** T "u"v*s «««'racione» en rrespondia a lo que se considerad el v4rf,K° de H«,M Innovaciones ba un nivel adecuado, recaba y re-1 cibe complacida la cooperación de , la mano y la mente de la mujer • en el forcejeo constante y teso- i ñero por alcanzar todo el éxito po-1 sible. Actividades femeninas de la reconstrucción

    Alegra y llena el ánimo de pro- misoras esperanzas ver como en los Centros Comunales, en los Centros de Costura y de Enlatado y en laa reuniones de carácter re- creativo o instructivo convocadas por el Trabajo Social, las mujeres de la reconstrucción, lo mismo en la granjeria que en determinados proyectos urbanos, tales como los de alojamientos moderno», st dis- tinguen por el acendrado espíritu de cooperación que laa anima.

    Organizados por agentes de la PRRA van surgiendo en los distin- tos proyectos clubs sociales inte- grados por mujeres de la granje- ria o de loa provéelos de urbani- zación, que suelen reunirse a dis- cutir entre ellas, y bajo la observa- ción y el atesoramiento* d« los tra- bajadores sociales, los asuntos que se relacionan con el desenvolvi- miento de la rutina doméstica y otroa asuntos.

    En los Centros de Costura nues- tras mujeres practican alegremen- te los complicados movimientos de los trabajos de agoja, adiestrán- dose en la digitación rápida y otras habilidades. Asi va resurgiendo en el hogar criollo y vernáculo* 'a

    aprendido a cuidar celosamente la salud de los suyos instándolos para que visiten periódicamente el dis- pensario rural o la unidad de salud pública que conatruyó la PRRA y donde tanto en el periodo pre-na- tal, como después del'alumbramien- to, reciben madres y crios la pro- tección de la ciencia médica celo- samente aplicada. Son las madres cuidadosas que envían diariamente sus hijos a la,escuela del pueblo que construyó o reparó la PRRA o a la segunda unidad rural, qut qui- zás sea una de las construida» por la agencia federal para la ense- ñanza de artes y oficios y la mayor expansión de las facilidades para la Instrucción pública. La portorriqueña responde:

    He ahí sucintamente expuesta' la participación de la mujer en la obra de la reconstrucción.

    La mujer, en virtud de su pro- pia naturaleza, está capacitada po- ra asumir una participación cada vez más activa y provechosa »n e»te movimiento. Dios la preparó específicamente para ayudar a su hombre y a su prolt tn la lucha constante por mejorar ti mundo. Su ayuda y su interés son esencia- les para la obtención del triunfo.

    Por suerte, la portorriqueña no es insensible en este deber tuyo. Lo demuestran las ahimosai muje- res que en desfile afanoso dt tra- bajo y devoción van por los cami- nos de nuestras montañas dtl bra- zo de su hombre, en po» dtl porve- nir.

    res, no, en el nombre, solamente, como se acostumbra en nuestra patriar con el consabido: —Se ha declarado de TEXTO y tal, y cual, pero... para qut el alumno lo compre o - lo pida prestado, i No. entendemos, que, al declarar de TEXTO una obra, para las escue- las, es. adquiriendo el Departa- mento- de- Instrucción -un buen nú- mero de ejemplares, para uso de los-distintos grados, pues lo otro. maldita la gracia que tiene para el autor, que ha hecho ti sacrifi- cio de su Inteligencia-y de su bol- sillo en editarlo-,

    Todo» sabemos que la-Dra. Mo-

    ría Cadilla de* Martínez es una.dé las más grandes figuras del ma- gisterio Insular, en su triple acep- ción de maestra, —GRAN MAES- TRA,— conferencista, o r a d o ra, poetisa, pintora, y... que ha sa- crificado la mejor parte' de su vi- da, de «u Juventud, para laborar^ por el-bien común de su tierra, v mujer de envergadura, no debe ne- cesitar presentación.

    Ahí tenéis tu última obra, que ha escrito como una ruiseñor! en su Jaula dorada. Os ht hablado de la maestra, d» la-escritora, pe- ro como mujsr.tknt la grada ala* da da al flor..*

    HOTEL CONDADO Baje la nueva Administración da Tht Condado Corporation, •a celebrarán tras grandes fiestas, hay y al 31 da dicitmbro da

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