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Félix Varela Parache Manuel Varela Parache ESPAÑA Y LOS ORGANISMOS ECONÓMICOS INTERNACIONALES  Al fin aliz ar la Seg unda Guerra Mun dia l, las rel aci one s eco nómica s inte rna cio nal es recibieron un fuerte impulso que se tradujo en la creación de una serie de instituciones financieras y de desarrollo, nacidas con el propósito de enfocar la  sol uci ón a los pro ble mas de la eco nomía mun dia l en un mar co de coo per aci ón ent re los Estados. El aislamiento económico que provocó el régimen político instaurado en nuestro país impidió que España participara desde el principio en la creación de estos organismos, situación que se alargó hasta que comenzaron los primeros indicios de liberalización, con el Plan de Estabilización de 1959. La importancia que el proceso de participación creciente en la organización económica internacional ha tenido en la evolución de la economía española, hoy plenamente integrada en la Unión Europea, está fuera de toda duda, como se pone de manifiesto a lo largo del artículo.  Pala bras clav e:  liberalización económica, relaciones económicas internacionales, organizaciones internacionales, España, FMI, BM, OCDE, UE. Clasificación JEL:  F02, O52. 1. Int roducción Desde que aparecieron los Estados nacionales han existido relaciones ent re ellos en tod os los campos , también en el económico. Tales relaciones, en las que no pocas veces ha predominado el conflicto sobre la cooperación, han pretendido siempre responder a de- terminados esquemas más o menos elaborados. En ese sentido, no cabe hablar de la organización económica internacional como de un fenómeno de reciente apari- ción. Sin embargo, tampoco cabe duda de que dicha or- ganización presenta, en la actualidad, características que la diferencian de la que existió en épocas pasadas. En efecto, la organización económica internacional tra- dicional, que corresponde a buena parte del siglo XIX y a los primeros años del siglo XX, respondía a una filosofía política, el liberalismo, que propugnaba la no intervención por parte del poder público, salvo en casos verdadera- mente extremos. En el terreno de las relaciones económi- cas internacionales se concretó, por una parte, en el libre cambio, que consagró la libertad de comercio entre los países, frecuentemente obstaculizada por todo tipo de ba- rreras, y, por otra, en la implantación y el mantenimiento del patrón oro, como método más eficaz para limitar la ac- ción de los poderes públicos en materia monetaria. 75 AÑOS DE POLÍTICA ECONÓMICA ESPAÑOLA Noviembre 2005. N.º 826  167 ICE

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  • Flix Varela ParacheManuel Varela Parache

    ESPAA Y LOS ORGANISMOSECONMICOS INTERNACIONALESAl finalizar la Segunda Guerra Mundial, las relaciones econmicas internacionalesrecibieron un fuerte impulso que se tradujo en la creacin de una serie deinstituciones financieras y de desarrollo, nacidas con el propsito de enfocar lasolucin a los problemas de la economa mundial en un marco de cooperacin entrelos Estados. El aislamiento econmico que provoc el rgimen poltico instauradoen nuestro pas impidi que Espaa participara desde el principio en la creacin deestos organismos, situacin que se alarg hasta que comenzaron los primerosindicios de liberalizacin, con el Plan de Estabilizacin de 1959. La importanciaque el proceso de participacin creciente en la organizacin econmicainternacional ha tenido en la evolucin de la economa espaola, hoy plenamenteintegrada en la Unin Europea, est fuera de toda duda, como se pone de manifiestoa lo largo del artculo.

    Palabras clave: liberalizacin econmica, relaciones econmicas internacionales, organizaciones

    internacionales, Espaa, FMI, BM, OCDE, UE.

    Clasificacin JEL: F02, O52.

    1. Introduccin

    Desde que aparecieron los Estados nacionales hanexistido relaciones entre ellos en todos los campos,tambin en el econmico. Tales relaciones, en las queno pocas veces ha predominado el conflicto sobre lacooperacin, han pretendido siempre responder a de-terminados esquemas ms o menos elaborados. En esesentido, no cabe hablar de la organizacin econmicainternacional como de un fenmeno de reciente apari-cin. Sin embargo, tampoco cabe duda de que dicha or-ganizacin presenta, en la actualidad, caractersticasque la diferencian de la que existi en pocas pasadas.

    En efecto, la organizacin econmica internacional tra-dicional, que corresponde a buena parte del siglo XIX y alos primeros aos del siglo XX, responda a una filosofapoltica, el liberalismo, que propugnaba la no intervencinpor parte del poder pblico, salvo en casos verdadera-mente extremos. En el terreno de las relaciones econmi-cas internacionales se concret, por una parte, en el librecambio, que consagr la libertad de comercio entre lospases, frecuentemente obstaculizada por todo tipo de ba-rreras, y, por otra, en la implantacin y el mantenimientodel patrn oro, como mtodo ms eficaz para limitar la ac-cin de los poderes pblicos en materia monetaria.

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  • Pero esta estructura no pudo resistir la triple pruebaque, para ella, supusieron, sucesivamente, la PrimeraGuerra Mundial, la Gran Depresin y la Segunda GuerraMundial. Las inflaciones nacionales, el abandono delpatrn oro como sistema monetario internacional, la ge-neralizacin de la poltica de empobrecer al vecino, y lautilizacin de las devaluaciones como arma competitiva,fueron respuestas a una serie de problemas imposiblesde superar con las reglas de juego tradicionales.

    Al finalizar la Primera Guerra Mundial se entr en unperodo en el que la organizacin anterior va desapare-ciendo y en el que la ausencia total de cooperacin impi-de su sustitucin por otra ms adecuada a las circuns-tancias del momento. Y el clima no fue propicio hastaque termin la Segunda Guerra Mundial.

    A partir de ese momento aparecen planes de coopera-cin y de integracin econmica, en cuyas motivacionesse mezclan factores polticos y econmicos, no siemprefciles de deslindar. En todo caso, en el marco del espritude mutua ayuda entre los vencedores en la guerra, nacie-ron nuevos esquemas de cooperacin econmica interna-cional, cuyas notas ms salientes, en opinin de J. A.LHuillier1 son las de ser consciente, pblica y multilateral,y referirse a aspectos puramente econmicos y, en parti-cular, a las relaciones comerciales y a los pagos interna-cionales. Unas caractersticas que, en general, no reunanlos esquemas anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

    Desde entonces, los problemas econmicos interna-cionales se han tratado de resolver, a travs de la coo-peracin entre Estados, en el seno de organismos eco-nmicos internacionales creados, precisamente, comoforos adecuados para la nueva cooperacin.

    A la novedad de la organizacin de estas relacionesentre Estados, se una el deseo de aceptar y aun degarantizar el mantenimiento de los logros alcanzadospor las polticas econmicas nacionales en materiascomo estabilidad, pleno empleo y mejoras en la distribu-

    cin de la renta, a las que se aadi la atencin a las ne-cesidades de desarrollo de los pases atrasados.

    Para enfrentarse a esta ambiciosa tarea aparecen losorganismos econmicos internacionales2, encargadosde actuar en las parcelas que se les atribuan, sin perjui-cio de una coordinacin ms bien terica de sus actua-ciones, en el marco de Naciones Unidas.

    Cuando an no haba terminado la guerra (1944) sur-gieron el Fondo Monetario Internacional y el BancoMundial, como instituciones financieras de mbito mun-dial bien diferenciadas en sus respectivos mandatos,pero cuyos lmites se han ido borrando, en cierta medi-da, con el transcurso del tiempo. Un tercer organismoproyectado la Organizacin Internacional de Comer-cio no consigui despegar y fue sustituida, en 1948,por el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio(GATT) hasta que, en 1995, se constituy la Organiza-cin Mundial de Comercio (OMC). En el mbito regionaleuropeo, el Plan Marshall ofreci, en 1948, la oportuni-dad de iniciar la cooperacin en el Continente en el mar-co de la Organizacin Europea de Cooperacin Econ-mica (OECE), de la que, con el tiempo, surgiran proyec-tos de integracin como la Comunidad EconmicaEuropea (CEE), hoy Unin Europea (UE).

    2. El aislamiento de Espaa

    En Espaa, terminada la Guerra Civil en 1939, el rgi-men poltico que se instaur estaba, sin duda, emparen-tado con los fascismos instalados en los pases euro-peos, vencidos en la contienda. A nadie puede extraarque nuestro pas no fuera invitado a la Conferencia deBretton Woods (1944) en la que nacieron el Fondo Mo-netario y el Banco Mundial, ni a la Conferencia de LaHabana (1946), en la que no pudo nacer la Organiza-cin Internacional de Comercio, ni a participar en el

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    1 Thorie et pratique de la cooperation economique internationale,Pars, 1957, pgina 8.

    2 En el mbito mundial, los ms importantes son el FMI y el BM. Aellos se sum un Acuerdo, del GATT, finalmente incluido en la OMC. Enel mbito europeo, la OECE, que, en 1960, dio paso a la OCDE.

  • GATT. Como Espaa tampoco figur entre los pasesbeneficiarios del Programa de Recuperacin EuropeaPlan Marshall, tampoco asisti a la Conferencia dePars (1948), a la que acudieron, adems de EstadosUnidos, los pases europeos beneficiarios de la ayudanorteamericana, ni form parte, inicialmente, de laOECE, que se convirti en el motor de la cooperacineconmica en el continente. La Resolucin 39 de laAsamblea General de Naciones Unidas haba excluidoen 1946 a Espaa como miembro de la ONU, y de losorganismos de ella dependientes, adems de recomen-dar la retirada de los embajadores en Madrid.

    Las razones polticas que explican, sin duda, este ais-lamiento impuesto a Espaa, no deben hacernos olvi-dar, sin embargo, que, sin necesidad de imposicionesexteriores, nuestro pas ya haba vivido con anterioridadaislado del mundo econmico, es decir, de la organiza-cin econmica internacional existente, por causas noimputables a terceros, sino a la poltica econmica es-paola. El alejamiento de sta respecto de la que se-guan los pases comparables tena unas causas pro-fundas que, adems, actuaban acumulativamente y quepuso de relieve el Profesor Flores de Lemus3.

    Eran, por una parte, la inflacin como sistema habitualde financiacin del desarrollo y, por otra, la excesiva pro-teccin. Unas causas que impidieron que Espaa se adhi-riese al patrn oro, cuando ste constitua el patrn mone-tario internacionalmente ms aceptado. Los gastos de laHacienda Pblica, acrecentados por las guerras civiles ycoloniales, no podan ser atendidos con los ingresos pre-supuestarios y se recurra con reiteracin al Banco deEspaa. El resultado final era la depreciacin de la peseta,que, segn el Dictamen de la Comisin del Patrn Oro,era el precio que pagaba la nacin para que el Estado sa-liera adelante en sus obligaciones. A este proceso se su-maba la segunda causa de nuestro aislamiento, ya men-

    cionada, el proteccionismo creciente. Comienza con elArancel de 1871, y se afianza y refuerza con los de 1906 y1922. Ms tarde se recurre a otros mtodos, ms rgidos,de poltica comercial, como los contingentes y el control decambios, para llegar a la intervencin total del comercioexterior.

    Inflacin y proteccin desencadenaron un procesoacumulativo, con marcada tendencia al aislamiento eco-nmico. El mercado interior atraa las inversiones, enperjuicio de la exportacin, que, al estancarse, impedarealizar las importaciones necesarias. Todo ello contri-buy a configurar al sector exterior como el gran estran-gulamiento de la economa espaola.

    La poltica econmica posterior a 1939, de algunamanera condicionada por la historia, no contribuy, des-de luego, a resolver el problema. Los factores del aisla-miento seguan presentes pero, adems, se caracteri-zaban por una gran desconfianza hacia el mercado, y,sobre todo, hacia el mercado internacional, que escapa-ba a los intentos dirigistas del gobierno, cuyo modeloautrquico desconoca las ventajas de la competencia yde la especializacin internacional4. En la dcada si-guiente, las cosas empiezan a cambiar y una nueva Re-solucin de Naciones Unidas de noviembre de 1950 ini-ci la apertura del camino que conducira a la homolo-gacin internacional de la poltica econmica espaola,al modificar parcialmente la Resolucin de 1946 y con-ceder autonoma a los organismos, de carcter tcnicopara establecer, por s mismos, las condiciones de ad-misin de nuevos miembros.

    3. El final del aislamiento

    En el caso espaol, la apertura se retras en la prcti-ca hasta 1953, y aparece vinculada a la firma de losConvenios con Estados Unidos que, ciertamente, cons-

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    3 Las ideas de Antonio Flores de Lemus estn recogidas en elDictamen de la Comisin nombrada para el estudio de la implantacindel Patrn Oro en 1929, reproducido en ICE, febrero 1960.

    4 Se exportaba lo que no se poda consumir y se importaba lo que nose poda producir, sin una visin del comercio exterior como pruebadefinitiva de la competitividad de la economa.

  • tituyeron la primera oportunidad para que Espaa supe-rara el aislamiento econmico impuesto desde el exte-rior5. El proceso no finaliz hasta que el 14 de diciembrede 1955 la Asamblea General permiti la incorporacinde Espaa a Naciones Unidas.

    Faltaba, sin embargo, la necesaria adaptacin de lapoltica econmica espaola, que deba romper el crcu-lo vicioso que constitua nuestro tradicional factor deaislamiento, y renunciar a las intervenciones en la eco-noma que se haba generalizado desde 1939.

    Era evidente que el modelo de desarrollo autrquicomostraba ya signos claros de agotamiento, que se refle-jaban en la balanza de pagos y en una alarmante reduc-cin de las reservas internacionales. Era, sin duda, unimportante argumento a favor del cambio. Algunosacontecimientos internacionales, y otros de orden inter-no, empujaron en la misma direccin. Entre ellos, losxitos de la cooperacin en Europa, sobre todo en ma-teria de comercio y pagos, la aparicin, en 1957, de laComunidad Econmica Europea (CEE) que generaliza-ba la integracin sectorial, iniciada por la ComunidadEuropea del Carbn y el Acero (CECA 1951), y la con-vertibilidad externa de las principales monedas euro-peas en 1958. En el orden interno, la salida de la Facul-tad de Ciencias Polticas y Econmicas de los primeroslicenciados, y la incorporacin de muchos a los distintosCuerpos de la Administracin del Estado recurdeseque en la Facultad no se enseaba la economa que po-dramos considerar oficial, sino la que se enseaba enlas Universidades del llamado mundo libre; la entradaen el gobierno de Mariano Navarro y de Alberto Ullas-tres, en las carteras de Hacienda y de Comercio un de-partamento que haca las veces de un inexistente Minis-terio de Economa.

    Todos estos factores se fueron sumando para crearun ambiente, en la opinin pblica aun con las limita-

    ciones que su expresin experimenta en un rgimendictatorial, en la Administracin donde se empez ahablar un nuevo lenguaje e, incluso, en el propio go-bierno. Los cambios importantes necesitan tiempo, yste era, ciertamente, un cambio drstico. La nueva po-ltica nueva en el contexto espaol era opuesta, porcompleto, a la concepcin econmica oficial dominanteen Espaa. Y las dificultades del cambio no se limitabanal campo econmico, al temer algunos defensores delmodelo anterior que a la liberalizacin econmica po-dra seguir una liberalizacin poltica que, sin duda, nodeseaban.

    El cambio de actitud de Estados Unidos (1953) fuedecisivo. En buena parte era consecuencia de la guerrafra. Pero, desde entonces, el clima fue cada vez mspropicio para que Espaa se homologara con los pasesde nuestro entorno, abandonara el duro camino de de-sarrollo en solitario, y aprovechara las ventajas de lacooperacin econmica, un proceso del que haba esta-do ausente.

    Hasta 1959 seis aos despus de la firma de losConvenios con Estados Unidos, dos aos despus de latoma de posesin del nuevo gobierno y un ao despusde nuestra entrada en el FMI y el BM no se pudo con-tar con una propuesta completa y consistente, y un plande aplicacin, que permitieran negociar el apoyo de losorganismos internacionales. Algo siempre importantepero trascendental en el caso espaol, dados los ante-cedentes y la situacin aludidos.

    4. El cambio necesario de la poltica econmica

    La ruptura del aislamiento impuesto a Espaa hacaposible el cambio de la poltica econmica que el agota-miento del modelo autrquico impona.

    El paso decisivo en la nueva direccin se pudo dar,por fin, en 1959. Las recomendaciones de los organis-mos econmicos contactados en aquel momento, elFondo Monetario y la OECE eran muy similares a lasque se formulaban desde el interior de Espaa. Se trata-ba de sustituir inflacin por estabilidad, proteccin por

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    5 El tema ha sido estudiado a fondo por ngel VIAS: En las garrasdel guila. Los Pactos con Estados Unidos, de Francisco Franco aFelipe Gonzlez (1945-1995), Crtica, S. L., Barcelona, 2003.

  • apertura al exterior, e intervenciones por un mayor re-curso al mercado. Todo ello deba permitir el estableci-miento de un tipo de cambio nico y realista de la pese-ta, es decir, sostenible, en el marco de un proceso gra-dual de apertura convenientemente apoyado por unconjunto de medidas, sobre todo, de poltica monetaria,de poltica fiscal y de poltica de rentas que completabanel Plan de Estabilizacin.

    Al finalizar la dcada, ya en 1959, se produjo la deci-sin poltica que, en expresin de Juan Sard, exigaconvencer al nico elector. Una tarea que correspon-di a Navarro y a Ullastres, que la realizaron con eviden-te xito, y que culmin un proceso que se haba iniciadoa comienzos de los aos cincuenta, y que se reforz no-tablemente desde 1957 con el nuevo gobierno. Ullastressugiri que las propuestas finales se realizaran desde elextranjero. Y as se hizo. Es difcil exagerar el papel delos funcionarios del Fondo Monetario, bajo la direccinde Gabriel Ferras, encargado del Departamento Euro-peo e, incluso, la intervencin personal del Director Ge-rente, P. Jacobsson, en una visita a Franco. Otro tantopuede decirse de Von Mangoldt, Presidente del ComitDirector del Acuerdo Monetario Europeo, que tambinasisti a aquella reunin, as como de otros funcionariosde la OECE. Todo ello tuvo gran importancia para quese adoptaran las decisiones polticas al ms alto nivel,despus de or los argumentos de personalidades indis-cutidas de la vida econmica internacional.

    Conviene reiterar, cuando se alude a este largo ycomplicado proceso, que la nueva poltica econmica,que se inici en 1959 responda a unas ideas totalmenteopuestas a las que inspiraban la organizacin y el fun-cionamiento de la economa espaola. La aceptacinpor el Jefe del Estado tuvo un efecto demoledor sobre laoposicin al cambio, instalada hasta entonces en el pro-pio gobierno y en otras instituciones, y protagonizadapor personalidades destacadas del rgimen, que defen-dan a ultranza por conviccin o por convenienciaun sistema econmico llamado a desaparecer.

    El Plan de Estabilizacin de 1959 trataba, por unaparte, de resolver problemas urgentes, consecuencia de

    muchos aos de desequilibrios internos y externos.Pero, al mismo tiempo, pretenda sentar las bases deuna poltica econmica que se alineaba con la de lospases de nuestro entorno. La evolucin posterior nosindica que el Plan tuvo xito en ambos empeos. Encuanto al primero, la correccin de los desequilibrios,nadie lo niega6. Y por lo que se refiere al segundo, la in-corporacin de Espaa a los organismos y acuerdos in-ternacionales, de los que haba estado ausente, garanti-zaba que el desarrollo se abordara, desde entonces,sobre la base de la estabilidad interior y exterior, y quese controlara la inflacin que dejara de ser el sistematradicional de financiarlo. Era exigencia del ConvenioConstitutivo del FMI. La participacin en el GATT, desde1963, introdujo a nuestro pas en el sistema de negocia-cin y consolidacin de derechos arancelarios que hoyse desarrolla en el marco de la Organizacin Mundial deComercio (OMC). Recordemos que inflacin y protec-cin eran los factores de nuestro aislamiento. Adems,a medida que Espaa se fue incorporando a los organis-mos internacionales, se haca cada vez ms difcil porno decir imposible el recurso, como sistema, a las in-tervenciones en la economa, que correspondan a tiem-pos superados y que, adems, situaban a nuestrosagentes econmicos en inferioridad respecto de suscompetidores no afectados o, en todo caso, menosafectados por dichas trabas.

    Cuando la evolucin poltica en Espaa permiti abor-dar, con posibilidades de xito, el reto de la integracineuropea, se pudo dar, en 1986, el paso ms decisivo enel proceso de nuestra participacin en el mundo econ-mico de los pases desarrollados y en la homologacininternacional de la poltica econmica espaola. Algocon lo que, en 1959, no se poda ni soar. En 1979 sefirm un Acuerdo Preferencial con la CEE. Pero la inte-gracin plena exiga un rgimen democrtico. La poste-

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    6 Un tratamiento ms detallado en M. VARELA, El Plan deEstabilizacin: elaboracin, contenido y efectos, en Economa yEconomistas Espaoles, Galaxia Gutenberg, Crculo de Lectores,tomo 8, Barcelona, 2004.

  • rior participacin en el Mecanismo de Cambios del Sis-tema Monetario Europeo; el cumplimiento, en los plazossealados por la Unin Europea, de los criterios de con-vergencia; y la entrada en la Unin Monetaria, desde elprimer momento, en 1999, constituyen hitos que pare-can normales, pero que, a la luz de la historia no deja-ban de impresionar al poner de relieve que, por fin, est-bamos en el mismo camino y con problemas semejan-tes a los de los pases de nuestro entorno. En economaEspaa tambin ha dejado de ser diferente.

    Nada de esto hubiera sido posible sin la primera pie-dra del nuevo edificio que fue el plan de 1959, cuyosprincipios no han dejado de inspirar, desde entonces, eldiseo y la aplicacin de la poltica econmica. Estosprincipios son los de estabilidad macroeconmica,como base insustituible de un desarrollo que pretendaser slido y sostenido, y reformas estructurales que in-troduzcan en la economa las dosis de flexibilidad nece-sarias para una mayor eficacia. Unas ideas que juntocon la de la integracin en Europa no han dejado detener presentes los sucesivos gobiernos espaoles. Endefinitiva, el cambio necesario de la poltica econmicaespaola fue posible, y se produjo, en 1959 y, por ello,precedi y sin duda sirvi de estmulo, al cambio polticoposterior que situ, definitivamente, a Espaa entre lasdemocracias avanzadas.

    5. Importancia de las relaciones con los organismos

    internacionales

    Entre los factores que han resultado ms decisivos enla evolucin de Espaa desde un aislamiento, debido,durante un largo perodo de tiempo, al distinto caminoque nuestra poltica econmica segua, respecto deotros pases comparables, y agravado, ms tarde, por laimposicin exterior despus de la Segunda GuerraMundial, hay que situar las relaciones con los organis-mos econmicos internacionales. Tiene poco sentidoanalizar, a estas alturas, las razones que indujeron a lospases ms importantes y en primer lugar a EstadosUnidos a revisar, de alguna manera, su poltica y su

    actitud respecto del franquismo. Para unos, la guerrafra sera determinante; para otros, no se puede negaruna cierta evolucin del propio rgimen. Igualmente in-til sera la discusin sobre las razones que empujaron algobierno a decidirse por el cambio y tratar de conoceren qu medida fue importante incluso decisiva laevolucin negativa de las cuentas exteriores, o si tam-bin tuvieron cierto peso otros factores, a alguno de loscuales hemos aludido.

    El hecho es que Espaa pas de una ausencia totalen los organismos internacionales, en 1946, a su partici-pacin en los organismos de Bretton Woods FondoMonetario y Banco Mundial en 1958, a ser miembrode la OECE en 1959 y a ser admitida como Parte Con-tratante del GATT, en 1963.

    En, efecto la Resolucin 39, de 12 de diciembre de1946, impona, como se ha indicado, el aislamiento deEspaa, al recomendar la retirada de los embajadoresen Madrid, y al excluir al gobierno de Franco de los or-ganismos dependientes de Naciones Unidas. Dicha Re-solucin fue precedida de una serie de acontecimientos,en los aos anteriores, cuando se gestaron los compro-misos entre los vencedores antes incluso de finalizarla contienda para construir una nueva organizacineconmica internacional. Es interesante seguir el deba-te sobre Espaa, primero en el Consejo de Seguridad, y,ms tarde, en la Asamblea General, hasta la adopcinde la citada Resolucin de 1946, que fue anulada, par-cialmente, por otra Resolucin 386, aprobada el 4 denoviembre de 1950, que revocaba las recomendacionescontenidas en aqulla respecto a la retirada de embaja-dores, y a la no participacin en los organismos tcnicosdependientes de Naciones Unidas. Este proceso revi-sionista de la situacin de Espaa en Naciones Unidasno terminara hasta que la Resolucin de la AsambleaGeneral de 14 de diciembre de 1955, permiti nuestraincorporacin a la ONU.

    El cambio en la actitud norteamericana respecto deEspaa tuvo su origen en un Informe del Departamentode Estado que se orientaba a favorecer la progresiva in-corporacin de nuestro pas a la organizacin interna-

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  • cional, y que fue ratificado a travs de una DeclaracinPoltica sobre Espaa, el 26 de julio de 1948, en la quese indicaba que el principal objetivo en este momentoes la reintegracin de Espaa, poltica, econmica y mi-litarmente, dentro de la comunidad de naciones de Eu-ropa Occidental libre, a travs de una progresiva norma-lizacin de las relaciones espaolas con aquellos pa-ses y con Estados Unidos7.

    Desde la modificacin parcial de la Resolucin de1946, en 1950, se inicia el proceso de reincorporacinde Espaa a los organismos especializados de Nacio-nes Unidas. El primer organismo fue la Organizacinpara la Alimentacin y la Agricultura (FAO), al que Espa-a se incorpor el 12 de diciembre de 1950, poco msde un mes despus de la modificacin, que tuvo lugar el4 de noviembre del mismo ao.

    Al da siguiente de la admisin en la FAO, es decir, el13 de diciembre, la Organizacin de Aviacin Civil Inter-nacional (OACI) reanudaba sus relaciones con Espaa.El 27 de enero de 1951 Espaa se reincorpor a laUnin Postal Universal (UPU). En mayo fue admitida enla Organizacin Mundial de la Salud (OMS). El 27 de fe-brero se adhiri a la Organizacin Meteorolgica Mun-dial (OMM) que, aunque se haba creado en 1946, ini-ciaba entonces sus actividades.

    El ingreso en la UNESCO fue el ms problemtico,dados los fines de la institucin y el precedente de haberinvitado, a la Conferencia celebrada en Mxico, en1947, al gobierno Republicano Espaol en el exilio. Elgobierno de Franco particip ya, como observador, en laSexta Conferencia (Pars, junio 1951), solicit la admi-sin y se aprob su ingreso el 12 de diciembre de 1952.

    El 4 de febrero de 1954 se adhiri Espaa a laUNICEF. Espaa volvi a la Organizacin Internacional

    del Trabajo (OIT) a la que dej de pertenecer cuandose retir de la Sociedad de Naciones en 1941 en 1946.

    El proceso mencionado pone de relieve los efectos quela derogacin parcial de la resolucin de 1946 tuvo en elreconocimiento internacional del rgimen de Franco.

    Como colofn de este proceso, Espaa ingres enNaciones Unidas el 14 de diciembre de 1955. Para ellohaca falta una recomendacin del Consejo de Seguri-dad lo que equivala a la ausencia de vetos y mayo-ra en la Asamblea General. Todo ello exiga, entonces,un pacto en el que tenan que estar de acuerdo EstadosUnidos y la URSS. La incorporacin de Espaa a laONU, en 1955, pona punto final al aislamiento impuestopor la Resolucin de 1946 y, adems, consolidaba elproceso de reincorporacin a las organizaciones de m-bito universal, iniciado en 1950, con la anulacin parcialde aquella Resolucin.

    En este trabajo solamente nos detendremos en la in-corporacin de Espaa al Fondo Monetario y al BancoMundial, a su admisin en el GATT y a su participacinen la OECE. Se trata, en definitiva, de los organismos yacuerdos que ms relacin han tenido con el cambio ne-cesario de la poltica econmica que se inici con elPlan de Estabilizacin de 1959.

    Espaa en el FMI

    El FMI, fue con el BM, la primera institucin econmi-ca internacional a la que el gobierno espaol se dirigipara conocer sus posibilidades y las condiciones cuo-ta que le correspondera, por ejemplo en el caso deque Espaa se incorporara a la institucin. El InstitutoEspaol de Moneda Extranjera (IEME), que se ocupabade la poltica monetaria exterior y que perteneca al Mi-nisterio de Comercio, y era presidido por el propio Minis-tro, acord, el 15 de enero de 1946, nombrar una Comi-sin que estudiara el posible acceso de Espaa a losOrganismos de Bretton Woods. El sistema espaol ensu fase lgida de autarqua econmica y la descon-fianza de la mayor parte de los principales pases, pre-sagiaban el comienzo de un proceso que tendra que

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    7 Esta informacin est ampliamente recogida en la Tesis Doctoralpresentada en la Universidad de Barcelona por Juan ORTEGA GALN,titulada Proceso de aislamiento e incorporacin de Espaa a laOrganizacin Econmica Internacional (1949-1959). Factores queejercieron mayor influencia. Consideracin especfica de la incorporacina la OECE (1978).

  • ser largo. El primer contacto entre Espaa y el FMI, delque existe prueba documental8 es una carta del enton-ces Director del Departamento de Operaciones de laInstitucin, al Agregado Comercial de la Embajada deEspaa en Washington, en la que le solicitaba detalles ylegislacin sobre los controles de cambio existentes ennuestro pas. Estos contactos, a nivel tcnico, se am-pliaron a otros sectores de la Administracin econmicaespaola, e incluso al sector privado, y permitieron alFMI un cierto conocimiento de la economa espaola,que recogi en alguna de sus publicaciones antes de laincorporacin de Espaa. Se inici as un proceso deacercamiento al FMI, que no culminara hasta que elnuevo Gobierno aument los trabajos y los contactos, yel 18 de enero de 1958 el embajador en Washington diri-gi una carta al Fondo que, aun redactada en trminosmuy prudentes, era una solicitud formal del Gobiernopara ingresar en los organismos de Bretton Woods9.Empez, entonces, un proceso interno en las institucio-nes que termin cuando Espaa se convirti en miem-bro del FMI, y, simultneamente, del BM. El BOE del 10de julio de 1958 publicaba el DL de 4 de julio, y el 12 deseptiembre Espaa deposit el equivalente, en oro, de10 millones de dlares como parte de la cuota. El 6 deoctubre una delegacin espaola asisti, por primeravez, a la Reunin Anual de ambas instituciones, que secelebr en Nueva Delhi.

    Desde entonces, las relaciones entre Espaa y el FMIse han desarrollado con plena normalidad. Ya hemos alu-dido a la participacin del FMI en el Plan de Estabiliza-cin de 1959, con la aportacin de una ayuda financieraimportante pero que en buena parte no fue necesario uti-lizar. El paquete financiero utilizando terminologaposterior a aquella poca fue de 554 millones de dla-

    res. Con posterioridad Espaa ha utilizado los recursosdel FMI en contadas ocasiones: en 1975/1976 recibi, enel marco del llamado Servicio Financiero del Petrleo689,32 millones de DGS. Cantidad solo superada por elReino Unido e Italia. Cuando se produjo el ajuste, que latransicin poltica haba retrasado, con los Pactos de laMoncloa, en 1977, Espaa obtuvo 143 millones de DGS,que no hubo necesidad de utilizar. Por ltimo, en 1978,Espaa gir contra el FMI por 98,75 millones de DGS concargo al servicio de financiacin compensatoria.

    Nuestro pas no ha vuelto a utilizar los recursos delFMI. Pero mucho ms importante que la ayuda financie-ra ha sido el respaldo obtenido de las recomendacionesde poltica econmica que han constituido un apoyo se-guro para la modernizacin de la economa espaola10.

    Espaa en el BM

    Como se ha indicado, Espaa se incorpor al BM almismo tiempo que al FMI, cuando estaba catalogadacomo un pas en desarrollo, con plenas posibilidades,por tanto, de acceder a los prstamos de la institucin.Inicialmente, sin embargo, la situacin de la economaespaola la configuraba, ms bien, como cliente po-tencial del FMI, hasta que se consiguiera estabilizar yajustar el modelo al de los pases miembros. Consegui-do este objetivo en 1959, el Gobierno se dirigi al BMque envi una misin, cuyo resultado fue un Informe so-bre el Desarrollo Econmico Espaol, cuya publicacinen 1962 produjo un notable impacto, al insistir en losobstculos que nuestra poltica econmica suponapara el desarrollo. Desde entonces, Espaa recibi re-cursos, tanto del Banco Mundial como de la Corpora-cin Financiera Internacional, hasta que, en 1981, ad-quiri definitivamente el nivel de pas desarrollado, mo-

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    8 Un estudio minucioso de estos primeros contactos se encuentra enJ. MUNS: Historia de las relaciones entre Espaa y el FMI (1958-1982).Veinticinco aos de economa espaola, Alianza Editorial/Banco deEspaa, Madrid, 1986.

    9 La carta est publicada en la obra citada en la nota anterior.Pgina 319.

    10 La puesta al da de la obra citada en la nota (8) se puede encontraren la colaboracin de J. MUNS, en El FMI, el BM y la EconomaEspaola, Editorial Pirmide, Madrid, 1944, y en el artculo, del mismoautor, Espaa y el FMI, en Economistas, nmero 90, Colegio deEconomistas, Madrid, 2001.

  • mento a partir del cual slo puede ser contribuyente delGrupo del Banco Mundial. El cambio fundamental elpaso de receptor a donante lo dio Espaa, en el Ban-co Mundial, en 1981, y lo consolid, en 1983 al abando-nar la lista de pases receptores del Comit de Ayuda alDesarrollo (CAD) en el marco de la OCDE11.

    En la dcada anterior, Espaa haba iniciado su parti-cipacin en los Bancos Regionales de Desarrollo12: en1976, ingres en el Banco Interamericano de Desarrollo(BID). En 1984, en el Banco Africano de Desarrollo,aunque desde 1972 ya participaba en el Fondo Africanode Desarrollo y, en 1986, se incorpor, tambin, al Ban-co Asitico de Desarrollo. Como es sabido dichos Ban-cos Regionales, y sus respectivos Fondos de Desarro-llo, reproducen a escala regional, la accin del BancoMundial, y la participacin espaola responde a la evo-lucin mencionada de receptor a donante y ha seguidoun orden lgico, que empieza por Amrica Latina, siguepor frica, y termina en Asia, sin duda uno de los retosms recientes y actuales para la administracin y lasempresas espaolas.

    Espaa en el GATT/OMC

    Con el Plan de Estabilizacin, que comprenda, pordefinicin, un conjunto de acciones a corto plazo, la ta-rea de cambiar el modelo econmico no haba hechoms que empezar. Pero, como tambin se ha sealado,se aspiraba a que sus principios inspiradores continua-ran vigentes en la poltica econmica espaola. Y as hasido. Estabilidad macroeconmica y reformas estructu-rales han estado, desde entonces, entre los objetivos

    permanentes. Uno de los sectores que requera cam-bios importantes era el sector exterior. Recordemos quese parta de una intervencin total, tanto del comerciocomo de los pagos internacionales. El objetivo final erapasar a otro modelo en el que se incrementaran las mer-cancas en rgimen de liberalizacin y en el que paraaqullas que se mantuvieran en rgimen de contingen-tes, los cupos tendieran a ser globales para evitar, en loposible, la discriminacin. Se trataba de introducir com-petencia y de disminuir todo lo posible los contingentesbilaterales. Con el tiempo, cuando la transicin polticapermiti pensar en la integracin en la CEE, el objetivose ampli a los requisitos exigidos para participar en launin aduanera y, en general, para ajustar nuestra pol-tica comercial al modelo comunitario.

    Pero, en todo caso, en 1959 el primer paso era la ela-boracin de un nuevo arancel que sustituyera al vigentedesde 1922 que, obsoleto, haba perdido adems su ca-pacidad protectora, sustituido por una maraa de medi-das comerciales y monetarias llamadas a desaparecercon la apertura y la posible integracin. Para garantizaruna proteccin razonable, e iniciar la negociacin quenos deba conducir al GATT, era indispensable un Aran-cel actualizado. El Arancel de 1960 cumpli esta fun-cin: utilizaba el sistema ad valorem, segua la clasifica-cin de mercancas aprobada por el Consejo de Coope-racin Aduanera, y tena una sola columna de derechos.Al mismo tiempo, se reordenaban los regmenes de co-mercio de importacin. En los aos siguientes se orde-naron, tambin, las exportaciones, as como los instru-mentos de apoyo, como el crdito y el seguro de crditoa la exportacin, siguiendo el modelo de la OCDE. Otrotanto ocurri con las medidas arancelarias de fomento,como la admisin y la importacin temporal, la reposi-cin con franquicia, el draw-back, y la desgravacin fis-cal a la exportacin13.

    ESPAA Y LOS ORGANISMOS ECONMICOS INTERNACIONALES

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    11 Sobre las relaciones de Espaa con el BM puede verse J. MUNS yM. MILLET, Espaa y el BM (1958-1994), Mundi Prensa, Madrid,1994. Tambin M. MILLET, Las relaciones de Espaa y el Grupo delBanco mundial, en Economistas, nmero 90, Colegio de Economistas,Madrid, 2001.

    12 A. CALVO HORNERO, Espaa y los Bancos Regionales deDesarrollo, en Economistas, nmero 90, Madrid, 2001. Ver, tambin, M.MAESSO CORRAL, El cambio de orientacin e Espaa en materia decooperacin al desarrollo: de receptor a donante, en el mismo nmerode Economistas.

    13 Sobre el proceso seguido para el acceso de Espaa al GATT,puede verse ICE, septiembre, 1963, nmero monogrfico dedicado aeste tema. En l, R. TAMAMES, La accesin de Espaa al GATT, yE. MOYA, Haca la Sexta Conferencia Arancelaria del GATT.

  • Espaa fue invitada a participar en los trabajos de lasPartes Contratantes del GATT el 4 de junio de 1960,cuando se estaba publicando en el BOE el nuevo Aran-cel, preparado con la urgencia exigida por el Plan deEstabilizacin y sin un perodo de transicin que hubieraproporcionado una informacin ms completa que, sinduda, hubiera sido muy til. Es difcil exagerar la compli-cacin derivada de la coincidencia en el tiempo del nue-vo arancel y de la negociacin de la entrada en el GATT,todo ello en el clima de incertidumbre respecto de la po-sible asociacin con la CEE que, como es sabido, sesald entonces con la firma del Acuerdo Preferencial de1970. Se aadan otras dificultades, de orden prctico,como la insuficiencia estadstica, y la falta de experien-cia de una negociacin, conforme a los usos del GATT,con las 40 Partes Contratantes que, entonces, lo com-ponan, o al menos, con los 25 pases que mostraron in-ters en solicitar concesiones de Espaa en la ronda deaccesin. Por nuestra parte solamente pedimos conce-siones arancelarias a Estados Unidos y a la CEE. Unanegociacin que se alarg hasta que el 30 de abril de1963 el Consejo de las Partes Contratantes se pronun-ci, unnimemente, a favor de la accesin de Espaa.Poco despus, en 1964, la preocupacin por los pasesen desarrollo conducira a la introduccin en el Acuerdode una Parte IV, titulada Comercio y Desarrollo y a laaparicin, con participacin espaola de la UNCTAD(Conferencia Mundial sobre Comercio y Desarrollo).Desde 1963, nuestro pas forma parte del mayor foro in-ternacional en el que se debate sobre comercio interna-cional, el GATT que, desde 1995, se ha integrado en lanueva Organizacin Internacional de Comercio14.

    Espaa en la OECE/OCDE

    La derogacin parcial de la Resolucin de la Asam-blea General de la ONU de 1946, que permiti la pro-

    gresiva incorporacin de Espaa a los organismos de-pendientes de Naciones Unidas, no fue suficientepara que se abrieran las puertas de las institucioneseuropeas. La primera institucin europea que nacidel Tratado de Bruselas de 17 de marzo de 1948 fue laUnin Europea Occidental; la marginacin de Espaavena impuesta por la plena vigencia de la Resolucinde 1946 y, tambin, por el propio contenido del Trata-do, cuyos principios suponan excluir al rgimen deFranco15.

    Un mes despus, el 16 de abril de 1948 se firm, enPars, el Convenio Constitutivo de la Organizacin Euro-pea de Cooperacin Econmica (OECE). Ya hemos in-dicado que Espaa no fue invitada.

    El 4 de abril de 1949 se firm el Tratado del Atlnti-co Norte en el que Espaa tampoco particip, a pesardel inters del Gobierno, por razones de orden po-ltico.

    El 15 de mayo de 1949 se firm, en Londres, elEstatuto del Consejo de Europa, cuyos principioscoincidan con los que inspiraban los Tratados de Bru-selas y del Atlntico Norte. Espaa continu margina-da. La Asamblea Consultiva del Consejo de Europa,adems, aprob una Resolucin sobre Espaa, el 10de agosto de 1950, en la que expresa su deseo deque en un futuro prximo el pueblo espaol pueda te-ner elecciones libres y establecer un rgimen consti-tucional cuyos parlamentarios puedan ser miembrosde la Asamblea.

    Espaa tampoco se integr en las Comunidades Eu-ropeas (CECA, CEE y EURATOM), ni en la EFTA.

    En cuanto a las organizaciones tcnicas de mbitoeuropeo, Espaa fue miembro fundador de la Confe-rencia Europea de Ministros de Transporte (Bruselas,17 de octubre de 1953), un organismo muy relacionadocon la OECE lo que, ms tarde, favorecera la vincula-

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    14 Varias obras de M. A. Daz Mier y A. vila desarrollan temasrelacionados con GATT/OMC y la posicin de Espaa.

    15 En el tema de las relaciones de Espaa con las institucioneseuropeas y, en particular, con la OECE, seguimos la Tesis Doctoral de J.Ortega Galn, citada en la nota 7.

  • cin de nuestro pas con dicha Organizacin. Tambinparticip en la Conferencia Europea de Aviacin Civil(Estrasburgo, noviembre/diciembre de 1955), a pesarde ser promovida por el Consejo de Europa. Otro tantosucedi con la Conferencia Europea de Correos y Tele-comunicaciones (Montreux, 26 de junio de 1959).Espaa particip tambin en la Organizacin Europeapara la Investigacin Nuclear (1953), y en la Organiza-cin Europea de Investigacin Espacial (Pars, 16 dejunio de 1962).

    Es decir, Espaa lleg a participar en algunas orga-nizaciones tcnicas de mbito europeo, aunque no loconsigui en el caso de las grandes organizacioneseuropeas de la posguerra, con la excepcin nica dela OECE. En efecto, a finales de 1948 (24 de octubre)el Secretario de Estado Marshall aprob un Informeelaborado por el Policy Planning Staff que recomen-daba al Gobierno norteamericano que, con indepen-dencia de su posicin en Naciones Unidas, relajara,por propia iniciativa, nuestra poltica econmica res-trictiva con respecto a Espaa. Se refera a la supre-sin de los controles que Estados Unidos haba esta-blecido a las relaciones econmicas con nuestro pas,una actuacin que deba ser seguida por la aperturadel comercio privado e, incluso, la posibilidad de asis-tencia financiera para la recuperacin de la economaespaola. Se trataba de un cambio importante en laactitud de Estados Unidos, que tuvo que enfrentarse aposiciones ms cerradas de los pases europeos y, enparticular, de Gran Bretaa. En el Prembulo del Con-venio Constitutivo de la OECE se recordaban los pro-psitos de Naciones Unidas de las que Espaa es-taba excluida entonces. Pero la suspensin de laResolucin que exclua a Espaa y, sobre todo, el in-greso de nuestro pas en Naciones Unidas, en 1955,junto con el peso indiscutible de Estados Unidos, lo-graron la participacin de Espaa en la OECE. Co-menz sta con la colaboracin en el Comit de Agri-cultura y Alimentacin y en la Conferencia Europea deMinistros de Transportes; continu con el Acuerdo deAsociacin de Espaa (10 de enero de 1958); y termi-

    n con la entrada de pleno derecho (julio de 1959).Para entonces la OECE, como hemos visto, haba co-laborado, con su asistencia tcnica y financiera jun-to con el FMI al Plan de Estabilizacin de 1959 queincorporaba los mecanismos de liberalizacin econ-mica necesarios para integrarse en la organizacineuropea.

    6. Reflexiones finales

    La economa espaola, alejada de los caminos queseguan los pases de nuestro entorno durante mu-chos aos por la actuacin de dos factores de aisla-miento, la inflacin y la proteccin y, desde 1945, ade-ms, por su exclusin de Naciones Unidas experi-menta un cambio importante desde 1959.

    Para entonces se haban producido dos movimientosnecesarios. El primero, un cambio en la actitud de lospases vencedores en la guerra que, empiezan a admitiral rgimen espaol esperando, sin duda, como contra-partida, una evolucin de la economa en el sentidode mayor apertura que pudiera, en su momento,contagiar a la poltica. El segundo, la decisin espa-ola de cambiar la poltica econmica tradicional ymucho ms, an, la que se practicaba desde 1939para seguir el modelo de los pases comparables.

    Empieza, entonces, un perodo en el que Espaaconseguir modernizar su economa con el apoyo de losorganismos internacionales de los que haba estado au-sente.

    La Resolucin de Naciones Unidas de 1950, que dero-g, parcialmente, la anterior de 1946, y nuestra participa-cin en la ONU, en 1955, impulsadas por el cambio deactitud de Estados Unidos que, en 1953 firm los Conve-nios de Cooperacin con Espaa, permitieron, la adhe-sin al FMI y al BM, la accesin al GATT, y el acercamien-to, y despus la entrada, en la OECE. Es difcil exagerarla importancia que este proceso de participacin crecien-te en la organizacin econmica internacional ha tenidoen la evolucin posterior de la economa espaola, hoyplenamente integrada en la Unin Europea.

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