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INSTRUCTIVO Y DEVOCIONARIO PARA PARTICIPAR EN LOS 28 DÍAS DE

ORACIÓN Y AYUNO

LUNES 14 DE ABRIL - DOMINGO 11 DE MAYO

2014

Iglesia Alianza Cristiana y Misionera Cordillera

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¿QUÉ ES EL AYUNO? El AYUNO no es un fin en sí mismo, sino un medio para ADORAR A DIOS y poder SOMETERNOS en humildad a Él. El mayor beneficio del ayunar es ESPIRITUAL y consiste en ESTAR ATENTO A DIOS, viendo nuestras insuficiencias y sus plenas suficiencias. No consiste en el cambio de la personalidad, pues el ayuno no está enfocado en nosotros, sino EN DIOS.

Dile a mi pueblo… Cuándo ustedes ayunaban y se lamentaban… ¿realmente ayunaban por mí?... y cuando comen… ¿no lo hacen por ustedes? (Zacarías 7.5-6)

¿Para qué ayunamos si no lo tomas en cuenta? ¿Para qué nos afligimos si tu no lo notas?... (Dios respondió) si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ¡ayunen, pero no como ahora lo hacen! (Isaías 58.3-4)

El ayuno no es afligir el cuerpo con rudeza, ni poner al alma en fatiga. El objetivo del ayuno no es cambiar el cuerpo de un cristiano, sino CAMBIAR SU VIDA INTERIOR, transformándolo en una persona humilde pero INFLUYENTE, con el poder de cambiar su realidad y entorno. El ayuno verdadero. Dios le llama la atención a aquellos que transforman el ayuno en solo una práctica religiosa, sin sentido y sin una vida de testimonio:

El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las amarras del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? (Isaías 58.6)

En lo práctico, ¿qué es el Ayuno?: (1) Es sujetar lo físico a lo espiritual, dando énfasis a las metas espirituales, (2) Es apartarse momentáneamente de las cosas materiales, del entorno que nos rodea y de la cotidianeidad. (3) Es dedicar atención a Dios, a la intercesión y al clamor. 13 La mejor imagen de lo que es un tiempo de oración y ayuno, nos la da Pablo en su carta a los hermanos de la Iglesia en Roma, quién les enseña lo que hace por nosotros el Espíritu Santo:

En nuestra debilidad, el Espíritu acude a ayudarnos. … el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. (Romanos 8.26)

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Ayunar es apartar un día, horas, mañanas o tardes, y cerrada la puerta, entrar a la presencia de Dios a través de la oración. Ayunar es poner toda nuestra concentración en leer la Biblia y hablar con Dios, exponer nuestras peticiones y esperar, adorando, que Dios reciba y dé Su paz en nuestro espíritu. Ayunar es cambiar nuestras actividades cotidianas en determinadas horas del día, para orar a Dios. Ayunar es dejar la comida material por la espiritual. Ayunar es atender a mis deberes, pero ocupar los tiempos que comía para orar y clamar por aquello en lo cual anhelo que Dios intervenga. Propósitos de nuestro ayuno éste año, como Iglesia Alianza Cordillera Nuestra principal petición será: QUE DIOS PERMANEZCA CON NOSOTROS DE MODO QUE NOS DIFERENCIEMOS DE CUALQUIER OTRO GRUPO, SOLO POR SU PRESENCIA.

“Señor, si no vienes con nosotros, mejor no nos hagas salir de aquí, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En que seríamos

diferentes de los demás pueblos de la tierra?”. (Éxodo 33. 17) Cómo Iglesia de Dios puesta por Él en este sector de la ciudad, debemos entender que todo nuestro quehacer solo debe diferenciarse por la presencia de Él en medio nuestro. El patriarca Moisés lo entendió muy claramente y clamó a Dios diciéndole, “Señor sólo tu Presencia hace la diferencia”, “Si Tú no vas con nosotros, ¿en que seríamos diferentes de los demás?”. Hoy vemos con tristeza como las Iglesias hacemos esfuerzos agotadores por “atraer” prosélitos y feligreses; hacemos esfuerzos por mantenerlos e increíblemente observamos como muchos creyentes van de iglesia en iglesia, buscando “sentir” a Dios a través de liturgias inspiradoras, armoniosos grupos musicales, o iglesias “entretenidas” con muchas cosas (ministerios) para “hacer”. Sin lugar a dudas, esta realidad ha influido fuertemente en la profundidad de la vida cristiana por cuanto se ha reducido a una experiencia más bien sensorial, subjetiva y carente de contenido bíblico y de profundidad espiritual. La realidad de la presencia de Dios va más allá de lo meramente sensorial, pues compromete toda nuestra vida. Pablo les dijo a los hermanos de Corinto:

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“Así pues, queridos hermanos, éstas son las promesas que tenemos. Por eso debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en el espíritu; y en el temor de Dios procuremos alcanzar una completa santidad”. (2 Corintios 7. 1) (Dios Habla Hoy)

Un llamado del apóstol a vivir en santidad a través de decisiones de vida diaria (“debemos mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos”), pero ¿por qué?... Porque tenemos ciertas promesas que hacen imprescindible una forma de vida santa, y ¿cuáles son esas promesas? Un poco antes Pablo había escrito:

“… Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como él mismo dijo: «Viviré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.» Por eso también dice el Señor: «Salgan de en medio de ellos, y apártense; no toquen nada impuro. Entonces yo los recibiré y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor todopoderoso.»” (2 Corintios 6. 16b - 18)

Por eso nuestro anhelo, el mismo de Moisés, debe comprometer nuestras vidas, nuestras motivaciones, nuestras prioridades, lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos. Nuestra vida y nuestra comunión como hermanos, deben manifestar PODEROSAMENTE QUE DIOS ESTÁ CON NOSOTROS Y SOLO ESTO HACE LA PROFUNDA DIFERENCIA. UNA IGLESIA QUE VIVE LA PRESENCIA DE SU SEÑOR CADA DÍA, DE MANERA INDIVIDUAL PERO TAMBIÉN COLECTIVAMENTE. No queremos ser los mejores, los más numerosos, los mejor ubicados, los más influyentes, los más creativos, los más “aperrados”, SOLO QUEREMOS QUE DIOS ESTÉ CON NOSOTROS PORQUE SI NO, NO VAMOS A NINGUNA PARTE. PROPÓSITOS ESPECÍFICOS DE AYUNO Y ORACIÓN PARA LA IGLESIA CORDILLERA.

1. Rogar al Señor, comunitariamente, que Su Presencia sea manifiesta en la comunión de la Iglesia Cordillera. En cada creyente, en cada actividad, en cada oportunidad de estar juntos. Su mover sea notorio en poder, paz y gozo.

2. Rogar al Señor que su Espíritu Santo nos lleve a examinar nuestras vidas, por cuanto Su Presencia solo es posible en un pueblo santo y consagrado a Él.

3. Rogar al Señor que su Espíritu Santo nos lleve a tomar aquellas decisiones que durante mucho tiempo hemos postergado, y que son claves para una mayor consagración y santidad ante Él.

4. Clamar al Señor nos dé el discernimiento y sensibilidad para entender, cómo Iglesia Cordillera, Su voluntad de modo de orientar todos nuestros esfuerzos y disposición para obedecerle.

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5. Rogar a Dios que él sea guiando la vida y marcha de la Iglesia, y de cada uno de nosotros, de modo que solo Su Nombre sea Glorificado.

6. Clamar al Señor que nos libre de cambiar nuestra exclusiva y única adoración a Él, por alguna persona, por alguna actividad, por alguna aspiración, por alguna estructura.

7. Rogar al Señor que nos ayude a que toda nuestra motivación y todo nuestro esfuerzo, solo esté centrado en Él y Su Gloria.

SUGERENCIAS PARA DESARROLLAR EL AYUNO. Es importante tener claridad en las razones del ayuno, confiar en el amor de Dios como también en su fidelidad y agrado en que busquemos su presencia. Él no desea ni busca nuestro dolor físico para responder a nuestros ruegos, sino la evidencia de nuestra fe en ÉL. Tampoco busca nuestro sacrificio cómo si tuviéramos que hacer méritos. Él ve la prioridad que tiene en nuestra vida, y el gozo que significa para nosotros estar en su presencia. Se proponen diferentes alternativas para adherir a las jornadas de ayuno. Escoja la que más le acomode: Dejar una comida. Esta forma implica que Ud. desarrolla sus actividades normales, ya

sea trabajando en casa o fuera de ella, pero cambia el tiempo de una comida por tiempo de oración y clamor por las peticiones de la Iglesia, familia, como también las suyas. Usted deberá elegir de qué comida se abstendrá (desayuno, almuerzo o cena) para usar ese tiempo en la oración.

Medio día. Inicie el día más temprano de lo común y abra su ayuno con oración de gratitud, adoración y alabanza. Esta forma de ayuno se abstiene del desayuno y dura hasta mediodía (13 a 14 hrs. aproximadamente). Seleccione el versículo del día que le ha sido entregado en la Iglesia, medite en él u otra porción de la Palabra, procure escuchar “la voz de Dios”, presente su vida al Señor, interceda, clame, alábele. Si es por la tarde, luego del almuerzo, absténgase de la cena u once comida, apártese y dispóngase a estar en la presencia de Dios.

Un día de ayuno. Esta forma implica que Ud. toma la decisión de apartarse de lo cotidiano, abstenerse de alimentos por 24 horas. En ese día Ud. puede alimentarse con líquidos o sopas, y disponer el día para orar, estar en clamor e intercesión, alternando con tiempos de lectura y meditación bíblica, como de alabanza y adoración. Al no poder dejar sus ocupaciones y compromisos, aproveche los tiempos que destinaba para desayunar, almorzar y cenar, para apartarse y buscar al Señor.

Días de ayuno consecutivos. Algunos cristianos se mantienen en ayuno hasta obtener el resultado que se busca. Este tipo de jornada, y que algún hermano pudiese

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considerar para esta ocasión, requiere de una disciplina muy acertada. No es negativo permitirse el uso de líquidos en determinados momentos. Del mismo modo, los periodos de oración deben estar claramente direccionados, y para ello se han preparado versículos y reflexiones por día para ayudar y permanecer en comunión los unos con los otros. Estas jornadas de más días son sugeridas para tiempos de gran lucha, decisiones, pruebas contundentes, y en crisis determinantes de la vida. La recomendación, si desea ayunar por varios días consecutivos, es establecer un régimen que apoye su nutrición de tal manera, que el ayuno sea efectivo. Este tipo de ayuno no trae más santidad, sino que aporta la constancia ante Dios por una petición urgente y determinante.

¿CÓMO PARTICIPAR EFECTIVAMENTE EN ESTA JORNADA DE 28 DÍAS DE ORACIÓN Y AYUNO? 1. Debe escoger el o los días que apartará para orar y ayunar en la semana. Proponemos

los siguientes 3 días de la semana para ayunar y orar juntos, sin perjuicio que usted lo haga en otro u otros días: martes, jueves y domingo. El ayuno del domingo será de medio día y los otros dos el día completo, aunque también podrá hacerlo en medios días si no lo puede hacer todo el día. No olvide que puede escoger libremente ayunar una vez (o más) a la semana.

2. El ayuno debe ser acompañado con la oración y la meditación de la Palabra, aunque usted también puede orar y meditar sin ayunar.

3. Respecto de la Oración, determine los días y la hora en que lo hará a objeto que los separe y cuide de modo que nada, ni nadie lo interrumpa.

4. Sobre la meditación en la Biblia, hemos preparado un versículo de ésta, además de una breve reflexión para ayudarle cada día y mantenernos en comunión como Iglesia. De todas maneras siéntase libre de leer el pasaje bíblico que usted desee, o que Dios le guíe de manera personal.

5. Le agradeceremos registrar, en los listados de la Iglesia que se han dispuesto, cuáles serán sus períodos de oración y ayuno que destinará. Esto es solo con el propósito de entender el período que congregacionalmente hemos cubierto. Anhelamos cubrir las 24 hrs. del día en oración.

6. Los períodos de oración deben ser de una hora al día. Si no tiene la posibilidad de cubrir todo éste tiempo por alguna razón, no se preocupe, solo comience a la hora que planificó hacerlo y ore hasta que sienta que ha terminado. Observe que si lo hace así, su período de tiempo en la presencia del Señor irá en aumento.

Cultos de Oración. Tendremos reuniones de oración para entregar el ayuno diario. Los días martes, antes de comenzar la Academia Bíblica; los días jueves en la reunión habitual de oración de la Iglesia, y los domingos después del culto dominical. Serán reuniones de adoración y gratitud donde, en oración, clamaremos por la Iglesia Cordillera y entregaremos el ayuno (para los que hayan ayunado ese día).

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DEVOCIONARIO DIARIO PARA LOS 28 DÍAS DE ORACIÓN Y AYUNO

ÉNFASIS. “Señor, sólo Tú Presencia hace la Diferencia”

“Señor, si no vienes con nosotros, mejor no nos hagas salir de aquí, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En que seríamos

diferentes de los demás pueblos de la tierra?”. (Éxodo 33. 17) A continuación encontrarás 28 citas bíblicas que podrás leer, meditar y orar ante la presencia de Dios. En tus momentos de oración ante Dios, aprende a guardar silencio y aquieta tu alma. Medita en tu vida, en tus motivaciones, en tus actuaciones, en tus decisiones, en tus prioridades y pídele al Señor que seas capaz de oír su voz. Escribe en un cuaderno lo que cada día te vaya mostrando el Señor respecto de tu vida y toma decisiones de fe ante Él. Aprende a calmar tu ansiedad y la presión de sentir que debes orar largo rato. Sólo deja que el Espíritu Santo te vaya guiando, y disfruta ese momento con la convicción que Dios está contigo y te escucha, porque te ama profundamente. El Padre anhela conversar y relacionarse con sus hijos. ABRIL

Día 1 Lunes 14 de Abril

Texto: “¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y

ellos serán mi pueblo”. (2 Corintios 6. 16) Comenzamos la jornada con un verso profundo. Pablo afirma a los hermanos de Corinto que somos templo del “Dios viviente” por lo que ese solo hecho nos confronta con todo aquello que hay en nuestra vida, o nuestro corazón, y que se opone a Dios. El texto nos exhorta estableciendo la absoluta contradicción y oposición entre aquello que proviene de Dios y lo que no. Aquello que es santo, no puede convivir con lo impuro, dice Pablo. Queridos hermanos, hemos comenzado un clamor como Iglesia de Dios rogándole que permanezca en nosotros y que Su Presencia sea manifiesta en nuestra vida, pero también debiera ser un período de profundo exámen personal y congregacional para sacar todo aquello que está ocupando el lugar de Dios. No hay acuerdo, comunión, convivencia, entre lo santo y lo impuro, y Dios nos ha hecho santos por la obra de Cristo, ¿no debiéramos cuidar nuestra forma de vida? Roguemos al Señor su ayuda para abrir nuestros ojos y entender a lo que debemos renunciar, consagrando aún más nuestra vida delante de Él.

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Día 2 Martes 15 de Abril Texto: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y

he aquí la viga en el ojo tuyo? (Mateo 7. 3, 4) Jesús está enseñando a sus discípulos en lo que fue el Sermón del Monte, y en ésta enseñanza coloca frente a ellos la odiosa tendencia humana de juzgar y observar a los otros, sin considerar la propia vida. En el anhelo de una experiencia comunitaria, donde queremos que Dios se mueva libremente, esta enseñanza es fundamental. Nos lleva a la humildad de reconocer que no somos mejores, y que antes de observar, juzgar y criticar a los demás, debemos examinar nuestra propia vida, que muchas veces presenta peores condiciones. La Presencia de Dios en medio nuestro exige de nosotros esta humildad, pues permite una genuina comunión basada en la misericordia. Amado hermano, hermana, pídele al Señor te ayude en éste día a considerar esta enseñanza, de modo de comenzar con una perspectiva diferente de vida, aceptando y amando a los demás. Día 3 Miércoles 16 de Abril

Texto: “De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. (Salmo 8. 2)

Qué hermoso versículo nos entrega Dios hoy día. Es una imagen de fortaleza a través de la ternura y debilidad de los que aún son amamantados. ¡Qué paradoja! Desde la perspectiva humana, la fuerza y el poder son expresiones de los más fuertes, aquellos que haciendo alarde de armas, argumentos, influencias, etc. creen tener la capacidad de doblegar y someter a sus enemigos. Sin embargo, en la lógica del Reino de Dios lo débil y lo frágil se hace fuerte y poderoso, porque es Su Reino y es Su Providencia. Por ello es que el apóstol Pablo exclama “cuando soy débil, entonces soy fuerte, porque reposa en mí el poder de Dios” (2 Corintios 12. 9, 10). Por ello es que buscamos en nuestra vida, y en la comunión de los unos con los otros, la presencia de Dios, porque en nuestra debilidad somos fuertes sólo porque Él y su poder está con nosotros. No permitas que te engañen la cultura y la sociedad, querido hermano y hermana, tu fortaleza está asegurada sólo por la promesa que Dios nunca te dejaría. Tal vez a los ojos humanos parecieras débil, frágil y hasta indefenso, pero eres hijo, o hija, del Dios altísimo y Su presencia está contigo. Día 4 Jueves 17 de Abril Texto: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino

por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”. (1 Pedro 3. 8, 9)

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Queridos hermanos, en el día de hoy se nos hace una exhortación a considerar nuestras relaciones de hermandad. Al igual que Pablo en todas sus cartas llama a la Iglesia a convivir en humildad y en amor, el apóstol Pedro también lo hace. ¿Por qué hay en ambos esta preocupación? Sin duda para ellos la convivencia y el testimonio es fundamental, pero además entienden que las desavenencias y contenciones entre hermanos, provocan serios tropiezos a la comunión, y por ende a la experiencia comunitaria con el Espíritu Santo. El desafío que plantea Pedro debe ser una realidad entre los hijos de Dios; no es algo utópico o abstracto; no es un estado deseado al cual es casi imposible llegar. El apóstol Pablo llamó a “No ser vencido de lo malo, sino vencer con el bien el mal” (Romanos 12. 21), porque esta realidad a veces se vive en la Iglesia. Hoy te invito a orar por tus hermanos, aquellos que Dios ha puesto a tu lado para hacer juntos Iglesia. Piensa en aquellos que son más difíciles de carácter, aquellos con los cuáles es más difícil la relación, y preséntalos al Padre; clama y ruega por ellos, pero pídele a Dios que te ayude a amarlos, a ser amigables con ellos, a aceptarlos y ser compasivos en tu trato para con ellos. Dios sin duda, te ayudará. Pero también piensa en ti, ¿Qué opinión tienen los demás de ti? Día 5 Viernes 18 de Abril

Texto: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el

fin”. (Eclesiastés 3. 11) Hoy el texto bíblico nos pone una hermosa realidad de la Creación de Dios: la hermosura y perfección de Su obra, “todo lo hizo hermoso en su tiempo”. Es un día para expresarle nuestra gratitud porque este mismo Dios, omnipotente y creador, nos amó y conoció “desde la eternidad y hasta la eternidad”. Dice el sabio Salomón (a quién se le atribuye la escritura de Eclesiastés), que Dios puso eternidad en el corazón del hombre y que este no alcanza a dimensionar ésta obra maravillosa. ¡Cuánta misericordia y paciencia de nuestro Dios! La vida no termina cuando morimos, muy por el contrario, es un verdadero comienzo hacia lo eterno. Por ello es que vivir verdaderamente el evangelio, nos lleva a entender esta realidad espiritual que nos impulsa a mirar la vida desde otra perspectiva. Cada día que Dios nos da es una verdadera invitación hacia lo eterno, pues nos acerca hacia aquella experiencia inimaginable de vivir en la presencia de Dios. Hoy es un buen día para agradecer al Señor y alabarle porque vamos donde Él. ¡Aleluya! Día 6 Sábado 19 de Abril Texto: “Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; porque el Espíritu

Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir”. (Lucas 12. 11, 12)

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El devocional de hoy nos muestra como Jesús sabía que llegaría el momento para sus discípulos en que deberían dar razón de su fe, incluso en un contexto de persecución. Y efectivamente fue así, pues la Iglesia cristiana vivió y sufrió una cruenta realidad en sus primeros años; pero en esa realidad, Jesús les asegura que Dios no los abandonaría. Jesús no les oculta la ciertísima posibilidad de ser perseguidos; ya en el Sermón del Monte se los había anticipado: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” (Mateo 5. 11). La buena noticia era que Dios, a través de su Espíritu Santo, les iba acompañar, dirigir y cuidar; se les iba a decir lo que debían decir. ¡Qué comunión con el Espíritu de Dios!, ¡Qué sensibilidad de saber escuchar Su susurro, sus palabras!, ¡Que confianza y paz de saber que Dios te está acompañando! Esta experiencia aún se repite con los que cultivan una relación íntima con el Padre, a través de Su Hijo. Pablo lo dijo de manera expresiva: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8. 14). ¿Quién o qué guía tu vida?, ¿has podido desarrollar una sensibilidad espiritual tal, que puedas saber como Dios te quiere guiar cada día? Te invitamos a buscar una espiritualidad profunda en el Señor; hoy es un buen día para comenzar. ¡Anímate! Día 7 Domingo 20 de Abril Texto: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a

sí mismo por mí”. (Gálatas 2. 20) “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”, ¡qué declaración! Es una negación consciente de vida, que le da la preeminencia a Cristo. Es necesario que yo disminuya cada día, para que solo Él brille a través de mí, dice el apóstol. Pero esta realidad espiritual comienza a producirse en la cruz, dónde Pablo enseña que hay una profunda identificación con el sacrificio de Cristo. Morimos en la cruz, para luego vivir en la realidad de Cristo, a través de la fe, experimentando una nueva vida. “Lo que ahora vivo”, testifica Pablo. Un rotundo cambio de vida sin precedentes, inentendible para los que no conocen el poder de Dios, o no creen en Él. ¿Pero que de nosotros? ¿Cómo es la calidad de nuestra “nueva” vida? Anhelamos como Iglesia Cordillera que Dios vaya con nosotros, por ello estamos orando y ayunando, ¿pero hemos experimentado el testimonio de Pablo? El apóstol fue muy irónico con los hermanos de Roma, “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” (Romanos 8. 9). Dobla tus rodillas, quebranta tu corazón y clama al Dios de la Gloria que tenga misericordia de nosotros. Que nuestro anhelo de Su Presencia no quede en “buenas intenciones cristianas”, sino que nos obligue a humillarnos delante de Él (“… si es que el Espíritu de Dios mora en nosotros…”)

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Día 8 Lunes 21 de Abril

Texto: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. (Juan 17. 3)

El versículo de hoy forma parte de la oración de Jesús en Getsemaní, según el relato de Juan, momentos antes de ser tomado preso para ser crucificado. Es una hermosa oración por sus discípulos y por aquellos que iban a creer en él, por la palabra de sus discípulos. Pero Jesús comienza su oración glorificando a su Padre, y en medio de su adoración pronuncia estas palabras de profundo contenido espiritual, que explican la esencia de la trascendencia eterna. El significado de estas palabras detiene todo, todo es reducido a nada, todo cae a la categoría de fútil, porque Jesús enseña en su oración que lo verdaderamente importante y trascendente en la vida, es conocer a Dios y a Él. No hay nada más importante que esto, y solo esta realidad determina la eternidad del hombre y la mujer. Jesús ya había enseñado la importancia de la vida, cuando dijo en el evangelio de Mateo 16. 26: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Por ello es importante en el día de hoy, agradecer a Dios su obra maravillosa en nuestra vida, a través de Jesucristo, pues nos ha impulsado a la eternidad, una hermosa realidad que ya podemos comenzar a vivir. Pablo lo expresó de la siguiente manera: “… y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús…” (Efesios 2. 6). El apóstol no habla de lo por venir, sino de lo que hoy sucede: estamos sentados en los lugares celestiales con Jesucristo. Creo que es una suficiente razón para que tú búsqueda de Dios en el día de hoy sea intensa. Derrámate en la presencia de éste Dios maravilloso y disfruta como un hijo. ¡Gracias Señor! Día 9 Martes 22 de Abril

Texto: “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque

Dios es amor”. (1ra. Juan 4. 7, 8) Es un llamado a expresarnos comunitariamente en torno al amor. Pero no el amor humano, aquél que espera ser retribuido, o tal vez reconocido, sino el amor de Dios. Juan vincula esta experiencia de vida de los cristianos, amarse unos a otros, con la esencia misma de Dios. “Dios es amor” dice el apóstol, por consiguiente los suyos, los que nacen de Él, participan de la misma esencia. Es una exhortación fuerte que solo plantea dos realidades: los que aman y los que no aman; aunque también podríamos decir: los que son nacidos de Dios y los que no son nacidos de Dios. Confronta una dimensión de la realidad del evangelio, el amor que debe ser vivido entre los que decimos ser cristianos. Sin embargo, penoso es observar como muchas de las relaciones entre “hermanos” que se desarrollan en las Iglesias cristianas obedecen más

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bien a amistades en torno a afinidades, o intereses en común, que rápidamente se rompen cuando las expectativas depositadas en el otro no se cumplen, provocándonos dolor y frustración. También es posible observar relaciones “sociales” planas y superficiales sin compromiso ni contenido, que solo se cultivan a través de frases armadas que no expresan mayor interés en el otro. Pero el llamado de Jesucristo es otro y si queremos ser sus discípulos en este tiempo debemos obedecerle, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13. 35). Ama a tus hermanos, conócelos y vence la tentación de desarrollar relaciones sin compromiso, y sin contenido. No fuiste llamado por Dios para encerrarte en una burbuja, sino para bendecir, ayudar, animar, interceder, consolar y amar. Si todos nos animamos a vivir esta calidad de amor en nuestras relaciones de hermandad, estaremos dando un potente testimonio evangelístico y misionero. Te invito a incorporarte y participar en nuestra comunidad con el amor que Dios ya ha derramado en tu corazón. Sólo debes creer (Romanos 5. 5). Día 10 Miércoles 23 de Abril

Texto: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmo 90.12)

Sin lugar a dudas, una de las características de la sociedad en la cual estamos insertos, es su absoluta prescindencia de Dios. Vivimos en una realidad secular que rechaza todo aquello que proviene de Dios, que niega todo lo que se relacione con Él, o haga mención de alguna forma a Él. Pero la ausencia de Dios en la vida del hombre, tiene consecuencias debido al formato que Él diseñó para la existencia del hombre. No en vano el relato de la Creación en Génesis 1. 26, 27 nos revela: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza… Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Innegablemente cada hombre y mujer (creados a Su imagen y semejanza), tienen destellos de Dios en sus vidas, por lo que negarlo, rechazarlo o ignorarlo, solo profundiza la crisis del individuo. Fue creado para estar con Dios, fue diseñado por Él y para Él. Por ello es que cuando el salmista ruega a Dios Su enseñanza, en el texto de hoy, sus ojos solo se están volviendo a aquél que lo creó, y que por ende, lo conoce y lo entiende. El ruego de Moisés es “Señor, enséñanos”, reconociendo su necesidad de la intervención divina en su vida. Su experiencia de vida diaria, cotidiana, habitual, requiere no solo la presencia de Dios, sino que también Su instrucción. Moisés reconoce que solo la enseñanza de Dios le ayudará a tomar conciencia de quién es él, cuáles son sus limitaciones y cuáles son sus debilidades, pudiendo así orientar su vida hacia lo significativo, lo importante y lo trascendente. En definitiva, en aquello en lo cual hay sabiduría. Nada más lejos del secularismo que hoy apreciamos.

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El deseo de Moisés, autor de éste Salmo, ¿es el nuestro también? Aquello a lo cual cada día le destinamos tiempo, recursos, atención y prioridad, ¿es lo realmente importante y significativo en nuestra vida? Sin duda que racionalmente creemos poder responder acertadamente, sin embargo Jesús desnudó el alma humana expresándolo de otro modo: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6. 21). Busquemos hoy intencionadamente a Dios, permitiéndole que nos enseñe a construir una vida de significado para Él, para nosotros y para los que Él ha puesto a nuestro alrededor.

Día 11 Jueves 24 de Abril Texto: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa

creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. (Romanos 8. 38, 39)

Hoy tenemos un nuevo y hermoso regalo en la Palabra de Dios. El apóstol Pablo les recuerda a los hermanos de Roma una verdad maravillosa: NADA NOS SEPARA DEL AMOR DE DIOS. Y Pablo lo hace explicándolo a través de extremos que se oponen, queriendo ejemplificar la anchura infinita que alcanza el amor de Dios para nuestra vida. Nada se puede interponer en el amor que Dios dispone para sus hijos, ni en lo sobrenatural, ni en lo natural. Esta sola razón debiera ser totalmente sanadora para cada uno de nosotros, pues nos anima a enfrentar cada día en la certeza que éste amor nos guía, nos cuida y nos anima. Es un amor que nos envuelve. Como lo dijo el salmista en el salmo 139. 5: “Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano”. Por ello te animo a que el día de hoy sea muy especial. Que puedas caminar, hablar y hacer todo lo que te has propuesto, pero con tu mente y corazón puestos en ésta verdad espiritual, “nada te separa de Su Amor”. Eres profundamente amado y amada, hasta tal punto que dio a su hijo Jesucristo para que tuvieras vida eterna. Adora a Dios en éste día y agradécele Su amor. Día 12 Viernes 25 de Abril

Texto: “Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.

Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. (Salmo 95. 1-3) El pasaje de hoy nos invita a cantar y adorar a Dios. Este canto tiene dos invitaciones (el otro está en el verso 6) y ésta, de los versos 1 y 2, guiaba al pueblo a expresarle a Dios júbilo, alegría, gratitud, alabanza y cánticos. La razón de tal expresión obedecía a dos grandes realidades que estaban en la vida de los israelitas: i) Él les había salvado de la esclavitud en Egipto y, ii) era el más grande de todos los otros “dioses”.

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Según la Real Academia Española, júbilo es “viva alegría, y especialmente la que se manifiesta con signos exteriores”. Es decir, la congregación era llevada a manifestar a Dios, de manera expresiva y desbordante, su gratitud y alegría por estas dos razones. No podían permanecer impávidos ante la adoración que debía tributarse a Su Dios, por cuanto Él había obrado de manera portentosa e histórica en sus vidas. La intervención de éste Dios, al cual ellos habían clamado, había cambiado la condición de sus vidas. Los había liberado de una esclavitud que por más de cuatrocientos años los había sometido a las más duras experiencias de vida. El Dios en el cual ellos habían confiado se había hecho presente, y ¡de que manera! Sus esperanzas habían sido puestas en un Dios real, sus angustias habían encontrado eco en el “único Dios verdadero” (Juan 17: 3). No era un “dios” como los otros. Estando en Egipto y habiendo vivido en Canaán, podían comparar la obra del Dios en el cual ellos habían creído. No en balde el Salmo 96 expresa en el verso 5: “Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Pero Jehová hizo los cielos”. Que hermosa combinación, por un lado la gratitud desbordante de un pueblo que reconoce la salvación y liberación como un hecho histórico, inolvidable, que cambió incuestionablemente su condición de vida, y por otro la respuesta e intervención del “único Dios verdadero” que atendió el clamor y la súplica de quiénes lo buscaron intensamente. ¿Acaso no debiera ser nuestra misma experiencia? ¿Cómo expresamos a Dios gratitud por su intervención en nuestras vidas? ¿Permanece en nosotros, de manera latente, la conciencia de Su obra en nuestra historia de vida? Israel experimentó a Dios, quién se reveló poderosamente en sus vidas. De la misma manera, y a través de Jesucristo, Dios se nos reveló, y nos perdonó liberando nuestra vida del pecado y de la muerte. Al comenzar su ministerio, Jesús declaró: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para… pregonar libertad a los cautivos…; poner en libertad a los oprimidos…” (Lucas 4. 18) Hermanos y hermanas amados, ésta es una suficiente y poderosa razón por la cual te invito, en el día de hoy, a brindarle cánticos de júbilo y alabanza a nuestro Dios. ¡Aleluya, al que Vive y Reina para siempre! Amén. Día 13 Sábado 26 de Abril Texto: “Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel

de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”. (Romanos 10. 14)

Hoy, Dios nos ha preparado un desafío, el desafío de hablar y dar testimonio de quién hemos creído. Este es un aspecto de la mayor importancia en el Evangelio, la preocupación de dar testimonio a los demás. Toda la Biblia nos enseña el propósito cósmico de Dios de alcanzar las naciones y los pueblos, y de restaurar no solo su relación con sus criaturas, sino que también alcanzar la misma Creación en ésta reconciliación. Pablo lo expresó de esta manera: “…porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios…” (Romanos 8. 21).

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Pero en su “agradable y perfecta voluntad”, Dios decidió que el testimonio de su evangelio fuera entregado a través de los mismos que eran transformados por éste; no se lo encomendó a los ángeles, sino a su Iglesia. Por esta razón es imposible pensar que el cristianismo sea una religión de carácter privado, muy por el contrario, cuando Cristo llega al corazón del hombre o la mujer, solo hay deseos de compartirlo con otros; la Iglesia primitiva así lo entendió y una de sus primeras exhortaciones fue “…porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4. 20). Pidámosle al Señor en estas jornadas de oración y ayuno que nos dé el denuedo para hablar y testificar de Él. Anhelamos que Él vaya con nosotros, deseamos que Él haga la diferencia, pero sin duda Él desea que compartamos nuestra experiencia con Él, para bendición de aquellos que no le conocen. Oremos hoy al Señor para que nos dé la valentía y decisión de compartir su Palabra, dar testimonio de Cristo.

Día 14 Domingo 27 de Abril Texto: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí

mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. (Juan 14. 1-3)

El pasaje de hoy nos permite recordar las palabras que Jesús les dijera a sus discípulos en sus últimas horas, antes de ser crucificado. Como podemos leer, Jesús sabía la preocupación y angustia que había en el corazón de sus amigos. Probablemente las últimas conversaciones y los últimos sucesos tenían conmovido y angustiado a los discípulos; él les había dicho que iba a un lugar donde ellos no podían ir (Juan 13:33), que Judas lo iba a traicionar (Juan 13:21) y que Pedro lo iba a negar (Juan 13:38). Sin duda era un escenario triste, amenazador y con mucha tensión. Pero en ese contexto, Jesús con cuidado y delicadeza los anima diciéndoles “no se angustien, crean en Dios y crean también en mí”. Jesús los quiere llevar a algo superior, a una realidad tremendamente distinta de la que ellos estaban percibiendo, y por lo cual se angustiaban. Pero el llamado de Jesús se sustentaba en algo concreto, “voy a prepararles un lugar al lado de mi Padre, para que estemos juntos”, “volveré a buscarlos, no se angustien”. Jesús aprovechaba las circunstancias amenazantes para enseñarles que: i) La separación que probablemente ellos presentían, no era tal pues Él les manifestaba su deseo y voluntad de volver a buscarlos para estar juntos, para siempre; ii) La promesa que Él les hacía debía transformarse en una real esperanza que les iba permitir soportar esta realidad amenazadora; iii) El llamado implicaba que debían creer. Ellos habían visto la obra de su Maestro, sus milagros y sus enseñanzas, por consiguiente Jesús apelaba a esa experiencia para llamarlos a creer en una nueva realidad que ellos iban a experimentar, más allá de la realidad de la vida física y material, y donde Él también iba a estar presente. Es más, Él iba a preparar las condiciones adecuadas para que pudiesen continuar a su lado. Cuan vigentes siguen estando hoy estas palabras de Jesús, para todos aquellos que le han seguido y le han abrazado. De manera sobrenatural, hasta el día de hoy, han fortalecido

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voluntades y corazones que de otra manera no habrían podido soportar muchas, tremendas y dolorosas circunstancias de vida. Por ello es que la muerte no tiene poder sobre los hijos verdaderos de Dios, porque las expectativas y las esperanzas están puestas no en esta vida, sino en algo superior, en aquella morada y condición eterna de vida, prometida por Jesús. El apóstol Pablo lo expresa muy bien en su 2da. carta a los Corintios, capítulo 5 verso 1: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos”. ¡Qué manera más hermosa de vivir! Nada nos separa del amor de Dios, nada nos aparta de su presencia, ni la muerte. Por eso Pablo exclamaba “… ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? (1ra. Corintios 15.55). ¡Qué enseñanza para nuestras vidas! En Cristo tenemos poder para enfrentar las condiciones más extremas de vida, incluso la muerte, porque nuestra vida no termina ahí. Más bien, verdaderamente comienza cuando partimos a la presencia de Dios, desde donde nunca más saldremos. ¡Aleluya! Día 15 Lunes 28 de Abril

Texto: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”

(Romanos 6. 1, 2) Pablo está expresando una conclusión después de venir desarrollando una idea. Versículos anteriores nos permiten entender que el apóstol viene haciendo un paralelo entre Jesús y Adán. A través de Adán entró el pecado y la muerte, y a través de Jesús la salvación y la vida eterna. En éste contexto, Pablo señala que precisamente la ley se introdujo para que abundase el pecado y cuando este abundó, sobreabundó la gracia. Sin embargo, como presintiendo el pensamiento humano que rápidamente intenta sacar ventaja, el apóstol se encarga de profundizar y aclarar éste aspecto del evangelio que rápidamente debe ser entendido. La gracia de Dios, que se ha manifestado a través de su justicia en Cristo, nos ha permitido ser perdonados y justificados, pero no como una mera solución a eventuales culpas o remordimientos que teníamos, sino como un proceso profundo, espiritual, que nos ha dado el poder para morir al pecado. Es decir, a esa forma de vida que antes llevábamos y que nos condenaba irremisiblemente a la muerte, entendida ésta como la total y absoluta separación de Dios. Por consiguiente, dice Pablo, si morimos a esa forma de vida para renacer a una nueva, ¿cómo es posible volver atrás y continuar en aquello a lo cual morimos? El apóstol afirma categóricamente lo que realmente ha sucedido cuando la gracia de Dios, a través de Jesucristo, llegó a nuestra vida: morimos al pecado. Es decir, aquella forma de vida que llevábamos y que nos separaba de Dios, ya no tiene poder sobre nosotros. Y ésta verdad es de la mayor trascendencia porque le imprime a nuestra vida libertad, gozo y poder. Aquellos hábitos, adicciones, costumbres, temores, vergüenzas, pensamientos y

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quizás cuantas cosas más, ya no tienen poder sobre nosotros, porque hemos nacido a una nueva vida. Pablo les enseñó a los hermanos de Corinto, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5. 17) El apóstol nos pregunta, ¿es posible volver a lo de antes, si Dios nos ha dado una nueva vida? EN NINGUNA MANERA. Día 16 Martes 29 de Abril Texto: “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor

de los que tienen corazón perfecto para con él… (2 Crónicas 16. 9) Este es un hermoso versículo que nos enseña que Dios está en control de todo, y bajo sus ojos está la tierra con sus habitantes. Pero su observación no es para controlar, castigar o supervisar. Anhela favorecer e intervenir, pero a través de aquellos que se disponen a ser instrumentos en sus manos, los que “tienen corazón perfecto para con Él”. Esta última expresión no se refiere a que busca seres perfectos, sino corazones “no divididos”, es decir, hombres y mujeres que han consagrado sus vidas a servirle y que no tienen otra motivación que la de vivir para Él, por Él y en Él. El amor y entrega a Dios no compite con nada. Son los que quieren conocerle más, vivir en permanente comunión con Él, y lo aman por sobre todo. A través de estas vidas Dios desea manifestar su poder, su amor, y su gracia, por cuanto en ellos también se encuentra Su Espíritu. Frente a esta realidad de la voluntad de Dios, de querer bendecir, de querer manifestar su poder, ¿no debiera hacernos reflexionar la influencia que la Iglesia tiene y ha tenido en el mundo?, nuestras propias vidas, ¿manifiestan este poder maravilloso de Dios a través del amor, por ejemplo? Queridos hermanos y hermanas, cuando le decimos a Dios “Tú Presencia hace la Diferencia”, lleva implícito la condición de nuestro corazón porque de lo contrario lo estamos tentando. Él es santo y su voluntad es nuestra santidad, y solo en este contexto Él se mueve en medio de su pueblo. Hoy es un buen día para examinar nuestra vida delante de Él en oración y ayuno; ¿podemos decirle, Señor manifiéstate a través de nosotros? Día 17 Miércoles 30 de Abril

Texto: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,

cantando y alabando al Señor en vuestros corazones…” (Efesios 5. 18, 19)

La mención al vino está en el contexto de la falta de control que provoca en el hombre, cuando es bebido excesivamente. Pero como el opuesto, Pablo plantea excedernos en el Espíritu, de modo que gobierne nuestra voluntad para bendición no solo personal, sino que también de otros. La llenura del Espíritu Santo es la mayor experiencia espiritual,

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después de la conversión, que pudiera experimentar un cristiano, de modo que debiera ser para cada uno de nosotros un profundo anhelo. Pero lejos de ser un estado que se deba vivir alejados de la gente, o que esté reservado solo para algunos, Pablo lo entiende como una experiencia natural de todo cristiano, y que además se manifiesta en la relación con los hermanos, en la forma en que se tratan, en la manera que se hablan y se bendicen. ¡Cuán lejos está de nuestros supuestos y de cómo entendemos la obra del Espíritu de Dios en nosotros! Por eso es que hoy debemos pedirle a Dios, en nuestra oración, que nos ayude a experimentar esta llenura para fortalecer nuestras relaciones de hermandad en la Iglesia. Cada uno de nosotros es un gestor importante de ésta experiencia, para bendición de todos, permitiendo que Dios nos gobierne. Dios quiere estar entre nosotros, pero para ello es fundamental fortalecer y enriquecer nuestras relaciones de hermandad. MAYO Día 18 Jueves 1 de Mayo Texto: Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue

movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y

comenzaron a regocijarse. (Lucas 15. 20, 22-24) El texto de hoy nos muestra el momento en que el Padre recibe a su hijo en casa, después que éste ha regresado de su fracasada experiencia de vida lejos de él. Recordemos que él había solicitado su herencia al padre, pero estando éste aún con vida. Había gastado todo el dinero y se encontraba en condiciones desastrosas, incluso sufriendo hambre. La simple lectura de estos versículos nos ayuda a entender los sentimientos de alegría que está viviendo el padre, por el regreso de su hijo. Hay una expresión abierta, expresiva, desbordante, de lo que está viviendo ante la realidad del regreso de su hijo. No hay reproches, no hay enojos, incluso podemos decir que ni siquiera las palabras de arrepentimiento que intentó pronunciar el hijo, provocaron esta alegría. Él estaba esperando a su hijo, y cuando lo vio desde lejos, su corazón se compadeció, se enterneció. Su amor era tan grande que no necesitó escuchar lo que el hijo iba a decir al llegar ante él. ¡Qué imagen mas distorsionada tenemos de Dios hoy! ¿Acaso no será lo mismo hoy, en nuestras vidas? Jesús se encarga de enseñarnos la profundidad del amor, misericordia y gracia de Dios con éste relato. El Padre se alegra, se desborda porque su hijo está salvo y ha regresado. No hay reproche alguno para el hijo, ni menos condicionamientos. Solo expresa su alegría y amor. ¡Mi hijo ha resucitado! Dios no ha cambiado y su deseo de restaurar y fortalecer las relaciones con sus hijos está plenamente vigente. Tal vez sea el momento de acercarte a Dios y preguntarle cómo te

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ve. O podrías recordar el momento cuando regresaste a “casa” y recibiste todo su amor y cariño. Abre tu corazón en el día de hoy y dale muchas gracias. ¡Adóralo en la intimidad de tu alma! Día 19 Viernes 2 de Mayo

Texto: “Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de

todos” (Marcos 10. 43, 44). Sin duda ésta ha sido una de las enseñanzas de Jesús menos comprendidas y, consecuentemente, menos obedecidas. Se encuentra en el contexto del Evangelio de Marcos, en el momento en que dos discípulos (los hermanos Jacobo y Juan) le hacen una petición a Jesús que, a no mediar el reclamo y enojo de los otros discípulos, podría haberse entendido como una petición honesta y bien intencionada, incluso, digna de admiración. Ellos le solicitaron a Jesús el sentarse junto a él, uno a cada lado, cuando estuviera en su Gloria. Momentos antes (Marcos 10. 32-34), Jesús les había anunciado su muerte y todo lo que iba a sufrir en las próximas horas en Jerusalén, ante los principales sacerdotes, escribas y gentiles, pero ellos al parecer o no lo habían entendido, o no lo habían creído. Sin duda, llama la atención la petición de Jacobo y Juan porque ignora el desenlace de la vida de Jesús, con su pasión y sufrimiento, que hacía un momento les había explicado. Por otra parte, sorprende el deseo que había en ambos de ocupar posiciones de privilegio y supremacía (preeminencia, superioridad jerárquica) sobre los demás, lo que provocó el enojo de los otros discípulos (Marcos 10. 41). Pero Jesús aprovecha esta situación, poniéndose él mismo como ejemplo de vida (Marcos 10. 45), y al plantear la lógica humana del poder, aquello que brota del corazón del hombre, el servirse de los demás, el desear y buscar posiciones de autoridad y protagonismo, categóricamente afirma “Pero no será así entre vosotros…”. Esta expresión no es una mera orden o instrucción, pues está precedida por el ejemplo de su propia vida, incluso señala que la fuente de esa realidad distinta que debe darse entre los suyos es porque “el Hijo del Hombre vino para servir y dar su vida…” ¡Qué desafío nos plantea hoy Jesús!, pero no es para todos. Es para aquellos que creemos ser uno de sus discípulos, y que anhelamos ser y vivir como él. “No será así entre vosotros” configura una realidad deseable al interior de la Iglesia Cordillera, una comunidad que le sigue, le conoce y le obedece. Estás llamado o llamada, a vivir ésta enseñanza, sobre todo cuando juntos anhelamos Su presencia en medio nuestro. Ora hoy al Señor en ésta dirección para que nos guíe y ayude.

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Día 20 Sábado 3 de Mayo

Texto: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo

a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3. 13, 14). Pablo se encuentra en la cárcel cuando escribe la carta a los hermanos de la ciudad de Filipos. Al leerla, salvo por la mención que el mismo apóstol hace (1.12-14), no es posible darse cuenta de lo que está viviendo. Incluso hay algunos que sostienen que ésta es la “carta de la alegría”, por cuanto repite once veces la palabra “alegría” de diversas formas. Y es en este contexto que Pablo anima a sus hermanos destinatarios, confesándoles su propia experiencia de vida y ministerio. El apóstol les llama a no quedarse en el pasado, a no insistir en quedarse atado a lo vivido, más bien esforzarse en proyectarse hacia lo por venir, para así avanzar teniendo al frente el premio del llamado que Dios le hizo por medio de la fe en Cristo. La verdad que la reflexión de Pablo también hoy alcanza nuestras vidas, por cuanto está impregnada de un fuerte realismo que alcanza la vida humana. Pablo no llama a olvidar irresponsablemente el pasado, haciendo caso omiso de todo lo experimentado. En su propia historia de vida, el apóstol tenía mucho que decir y compartir de cómo Dios había obrado en él a pesar de haber perseguido la Iglesia. En esta carta no hay mención alguna a un posible estado de ánimo de amargura o queja, por lo que vivió. El llamado de Pablo es más bien a no permitir que nuestra vida se motive, o viva, retroalimentándose de experiencias, situaciones, sentimientos, pensamientos, emociones, etc. del pasado, que nos impidan avanzar al quitarnos el foco de lo principal: el llamado de Cristo. El apóstol expresa el esfuerzo que realiza en proyectarse hacia lo que está delante. El texto expresado en la traducción NVI señala “… esforzándome por alcanzar lo que está delante”, otra traducción dice “… me lanzo a lo que está por delante”, evidenciando en Pablo su intención consciente y esforzada de luchar y decidir avanzar, crecer, madurar, superar, por cuanto “lo por venir” lo sigue vinculando directamente con el propósito de Dios para su vida. Hoy debemos hacer nuestra la decisión de Pablo, pues nos impulsa a esperar y estar atentos en lo que buscamos Dios haga en medio nuestro. Debemos expresarle nuestra intención de sumarnos con un compromiso de vida sabiendo que Él irá con nosotros. Sigamos clamando ante Su Santa Presencia que se manifieste con poder en la comunidad de la nuestra Iglesia. Día 21 Domingo 4 de Mayo

Texto: Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mateo

16. 23)

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Hoy vemos a Pedro tratando de ayudar a Jesús con muy buenas intenciones, seguramente motivadas en el amor y cariño que sentía por su maestro. Pero no sabía que su corazón lo estaba llevando a obstaculizar el propósito de Dios. En una ocasión anterior (Mateo 16. 16), cuando Jesús le preguntó a sus discípulos quién era él, Pedro no tuvo inconvenientes en señalar quién era Jesús: “… tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente…” dijo, y el propio Jesús le reconoce que ese conocimiento le había sido revelado por Dios. Sin embargo, al poco tiempo después y de acuerdo a éste texto, Pedro manifiesta que aún falta en él una experiencia de transformación más profunda en su vida. Jesús claramente le dice: “… no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres…”, lo cual permitió en Pedro que Satanás influyera fuertemente en la manera que él apreciaba los acontecimientos, transformándose incluso en piedra de tropiezo. Jesús aprovecha esa conversación y señala lo que faltaba en el apóstol: la negación a sí mismo. Pero no una negación política, protocolar, de aquellas que “suenan” bien, sino aquella que compromete nuestra vida. Jesús les habla de tomar, cada uno, su propia cruz y solo después, seguirle. Esta es la diferencia infinitamente grande en “saber”, o “hacer”, y “ser”. Es la diferencia que marca la vida del discípulo, aquél que se niega a sí mismo, aquél que para seguir a su Señor, es capaz de sacrificar su vida hasta morir, si es necesario. El “discípulo” es el que vive y se define a partir de lo que su Señor desea hacer, por cuanto es capaz de entender lo que quiere hacer. Hay una comunión íntima con su Señor y solo anhela agradarle. Busca, desea, y mira las “cosas de arriba”. Es guiado por el Espíritu Santo. Pablo lo expresó de ésta manera: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Romanos 8. 14). La experiencia de la dirección que el Espíritu de Dios hace en nuestra vida, refleja que hemos muerto a nosotros mismos y que buscamos las “cosas” de Dios y, por consiguiente, el agradarle. Día 22 Lunes 5 de Mayo

Texto: “…¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que

sirváis al Dios vivo?...” (Hebreos 9. 14)

Hoy podemos entender otra hermosa realidad como producto de la muerte y el derramamiento de la sangre de Cristo: su sangre limpia nuestras conciencias de obras muertas para vivir, ahora, sirviendo a Dios. ¡Qué cambio tan radical! Aquello que ocurrió hace tanto tiempo con el Hijo de Dios, en el Gólgota (nombre del cerro donde fue crucificado), por fe, es capaz de renovar completamente nuestra conciencia. Por eso el apóstol Pablo le dijo a los hermanos de Corinto “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo”. (1ra. Corintios 2. 16). Por eso es posible, entonces, servir al Dios vivo. No hay otra forma. Todo lo demás es mero esfuerzo humano que rápidamente se extingue y no produce fruto eterno. ¿Por qué no vas a tus rodillas delante de Dios y le pides que te revele, en el fondo de tu alma y espíritu, ésta hermosa verdad? Ya no deberías sentir culpa, ni vergüenza, cuando alguien

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te apunte con el dedo, Él ha hecho todo nuevo. Incluso tú forma de pensar. Adóralo y agradécele, ahí en el fondo de tu alma. Día 23 Martes 6 de Mayo

Texto: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8. 31)

¡Hoy puede ser un día diferente! Vuelve a leer el versículo de hoy. ¿No es esperanzador saber que Dios está de nuestra parte y que por eso podemos enfrentar los desafíos que surgen en nuestra vida? Mira como expresa el mismo versículo la Biblia NVI “¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?” No quiere decir que Dios se hace cómplice de nuestros malos deseos y concede nuestros caprichos. Lo que dice es que Dios conoce nuestro corazón y al verlo totalmente rendido a Él, sin objeciones ni condiciones, hace suyo nuestro clamor y súplica, y nos defiende. Que importante es que nos entreguemos totalmente a Él, con un corazón rendido y quebrantado, ¿verdad?; mira como lo expresa el salmista “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.” (Salmo 34. 7). Descansa en Él, solo entrégate sin reserva a Su amor. Día 24 Miércoles 7 de Mayo

Texto: “…y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Más vosotros no vivís

según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.” (Romanos 8. 8, 9b)

Uno de nuestros grandes problemas en una relación diaria con Dios es nuestra “carne”, entendida como los deseos, motivaciones, prioridades, hábitos, etc., etc., que satisfacen nuestro “yo” y que se oponen, o luchan y vencen, a lo que Dios le agrada. El apóstol Pablo es muy directo y señala que todas esas manifestaciones no agradan a Dios. Pero Pablo también señala enfáticamente que los santos viven según el Espíritu, porque éste vive en ellos. Entonces, si creemos que el Señor mora en nosotros, ¿nuestra vida agrada a Dios?, dicho de otro modo, ¿eres guiado por el Espíritu de Dios? Te animo a que ahora guardes silencio en oración y comunión con Dios y, ayudado por su Espíritu, puedas responder ésta pregunta. Día 25 Jueves 8 de Mayo

Texto: “En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía

oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.” (Salmo 55. 16, 17)

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Que hermosa y profunda realidad en la vida del salmista. Pareciera que estuviera ante un grupo de personas a los cuales les dice con toda seguridad “no sé ustedes, pero en cuanto a mí…”; ha tomado una decisión y se las comunica a los demás: “a mi Dios clamaré”. Tiene la convicción de que Su Señor le puede ayudar y decide buscarlo, mientras los demás quizá buscan otras formas, u otras personas. Tiene muy claro que debe redoblar su esfuerzo de oración y búsqueda, pero sabe que no será en vano porque su Dios “lo salvará”. Esto mismo es lo que enseñó Jesús a sus discípulos “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?” (Lucas 18. 7). Dios es el mismo, Él no ha cambiado, por consiguiente debemos hacer lo mismo que sus discípulos y el salmista, buscarlo con denuedo y perseverancia, porque solo él nos puede ayudar. Comienza hoy mismo a hacerlo, tarde, mañana y a mediodía, porque con toda seguridad escuchará tu clamor. Día 26 Viernes 9 de Mayo

Texto: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. (Hebreos 4. 16)

¡Qué hermoso versículo para el día de hoy! Es sencillo entenderlo, y revela una verdad tan profunda y de tanta misericordia. Podemos acercarnos a la presencia de Dios con confianza, es decir, tal cual somos, con nuestros defectos y debilidades. Sin apariencias ni máscaras religiosas o piadosas. La “confianza” la define la Real Academia Española como la “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”, en otras palabras, podemos esperar con absoluta seguridad que encontraremos en Dios, gracias a Jesucristo, ayuda por su gran amor para con nosotros. Amor que lo hace ser misericordioso, como lo resalta el salmista: “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados” (Salmo 103. 10). Te animo a que te acerques con confianza y derrames tu corazón. Jesús intercede por ti, solo vas a encontrar misericordia. Día 27 Sábado 10 de Mayo

Texto: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado,

que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13. 34, 35)

Hoy el Señor nos llama a poner atención en nuestra comunidad; por lo demás, es una de las razones que motiva esta jornada de 28 días de oración y ayuno. El desafío es grande. Nos llama a amarnos de tal forma que constituya un mensaje evangelístico potente e indubitable. Jesús enseña el sustento y la esencia de la comunidad que conforman sus discípulos, el amor recíproco. Pero no se refiere a señales de buenas relaciones y de buena crianza, por cuanto les pide que se fijen y lo hagan como él los ha amado a ellos. Para amar sincera y profundamente a nuestro hermano, necesariamente debemos tener una

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experiencia íntima previa con Jesús, para entender que significa cuando él dice “…como yo os he amado…”. Si el amor de Jesús en nuestra vida solo es un concepto y no una experiencia real, nunca podremos amar a nuestro hermano, porque no vamos a conocer, ni menos entender, el amor de Jesús. Para amar a tu hermano necesitas comunión con Jesús. Tal vez puedas decirle hoy al Señor, “ayúdame a ver tu amor en mi vida, cada día”. Día 28 Domingo 11 de Mayo

Texto: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los

unos a los otros en amor…” (Efesios 4. 1, 2) Al igual que en el día de ayer, Pablo plantea el difícil desafío de la vida en comunidad. En ésta ocasión lo hace en su carta a los hermanos de la iglesia de Éfeso, enseñándoles que la vocación que han abrazado, por la gracia de Jesucristo que los llamó a ella, tiene conductas que deben observarse. No se puede vivir como antes, o como se les antoje. La vivencia del evangelio en el día a día se expresa a través del carácter, entre otras cosas. El marco es el amor que se traduce en humildad, en mansedumbre y en paciencia con los hermanos. No es un evangelio intelectual, ni filosófico, sino uno que compromete integralmente toda nuestra vida. El Señor nos ha llamado a una experiencia comunitaria en la Iglesia Cordillera, clamémosle con todo el corazón que nos ayude a comprender y vivir ésta realidad en medio nuestro. Dispone tu corazón para que comience la obra en ti.

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