Upload
primerainfanciapiura
View
36
Download
3
Embed Size (px)
Citation preview
Problemas conducta infantil
1-INTRODUCCIÓN
-La desobediencia, las rabietas, el negativismo, etc..., constituyen parte de los
trastornos de conducta más habituales durante la infancia. Estos problemas
pueden resultar muy perturbadores para los padres dado que suelen suponer un
desafío a su autoridad y control, llegándose a establecer un vínculo relacional
coercitivo con los hijos. Estos problemas, lamentablemente, parecen ir al alza,
incrementándose su magnitud, frecuencia y lo que es más significativo: la edad
de inicio cada vez es más temprana. El conocido Síndrome del Emperador
describe aquellos niños que se constituyen como verdaderos tiranos en su
relación con los padres. Son exigentes, intolerantes y pueden llegar hasta la
agresión si se les contraría en sus demandas. Son niños que no admiten el no.
Algunas explicaciones alegan al hecho de que son incapaces de sentir las
emociones, otros a factores genéticos, por último hay quien alega la educación
recibida. La explicación más sensata es que cada uno de estos factores es sólo
parte del problema y que todos ellos en interacción con más o menos peso
específico, según el caso, están determinando la conducta actual.
-Según Javier Urra (Psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid y autor del
libro "El pequeño dictador"), "si tienes un niño pequeño que hace lo que quiere,
que piensa que todos a su alrededor son unos satélites, que a los dos años no
ayuda a recoger los juguetes, que jamás se pone en el lugar del otro, aprende
que la vida es así y la madre es una bayeta que sirve para ir detrás de él. Si eso
no se frena, cuando tiene 16 o 17 años se desborda: exige mucho dinero y
cuando la madre un día le dice no, no lo tolera. Lleva 17 años oyendo que sí a
todo. ¿Cómo que no?, dice. Entonces la empuja contra la pared, le tira la comida
a la cara, la amenaza".
-Hoy en día y gracias a los avances de la genética sabemos que, en casos
concretos, los episodios de conductas disruptivas son consecuencia de un
trastorno genético subyacente (p.e. Síndrome X Frágil) y no siempre todo
puede explicarse en términos de educación. Es habitual también encontrar niños
especialmente agresivos entre el colectivo que a sufrido carencias afectivas en
la infancia y han crecido sin la presencia de sus padres o unos modelos de
referencia adecuados.
Pese a ello, una adecuada educación temprana, puede influir en gran medida en
la expresión final de esta conducta. Niños que presentan un escasa empatía o
reciprocidad emocional hacia otras personas pueden ser adiestrados en técnicas
de autocontrol y mejorar su repertorio violento.
-En esta página vamos a analizar algunos problemas de conducta que pueden
iniciarse en la Infancia durante el ciclo evolutivo "normal". Para trastornos de la
conducta específicos (Hiperactividad, etc...) pueden visitar nuestra Área
Clínica (Trastornos de Conducta).
Las conductas infantiles inadecuadas pueden presentar cierta "normalidad" en
determinadas etapas del ciclo vital. Sin embargo, cuando la magnitud,
frecuencia o perseverancia en el tiempo de las mismas son excesivas, pueden
necesitar la intervención de un profesional de la salud para corregirlas a tiempo.
2- DESOBEDIENCIA, NEGATIVISMO, RABIETAS
a) El niño desobediente
-La mayoría de padres no tendrá dificultad para definir o expresar lo que
entienden como "desobediencia". De hecho es un problema al que con cierta
frecuencia deben enfrentarse tanto ellos como educadores. A pesar de que todos
conocen el término, no es sencillo delimitar lo que constituye un acto de
desobediencia. Según algunos autores, se podría definir la conducta de
desobediencia como : La negativa a iniciar o completar una orden realizada por
otra persona en un plazo determinado de tiempo (5 a 20 segundos). Esta orden
puede hacerse en el sentido de "hacer" o en el sentido de "no hacer", de detener
una determinada actividad. Sin embargo, esta definición no comprende otras
situaciones que son también consideradas como desobedientes por los padres.
Por ejemplo si establecen como norma el hacer la cama al levantarse o llegar a
casa a una determinada hora, los padres suelen entender que se produce una
conducta desobediente si no se cumple dicha norma aun cuando no se lo
indiquen cada vez que se levante por la mañana o salga de casa.
-Los episodios de desobediencia pueden forman parte de un desarrollo "normal"
del niño en ciertas edades. Por ejemplo hay autores (Achenback y Edelbrock
1.981) que encuentran que a la edad de 5 a 6 años un porcentaje elevado de
padres (50%) se quejaban de conductas de desobedecer ordenes o destruir
objetos, bajando el porcentaje a los 16 años (20%). Para establecer el punto de
corte entre la normalidad y la patología deben tenerse en cuenta la frecuencia
de estas conductas y su gravedad.
-El cómo tratar a un niño desobediente es motivo de consulta frecuente. La
desobediencia puede ir acompañada o no de otros elementos disruptivos como
las rabietas o el negativismo. Hay que valorar cada situación para tomar las
medidas correctoras oportunas. La edad de aparición de dichas conductas, las
circunstancias actuales que la provocan y las mantienen, la situación y relación
familiar, son algunos de los puntos a tener en cuenta. Más adelante se explican
algunas de sus posibles causas y varias técnicas para intentar combatirlas.
b) El niño de las Rabietas
Las rabietas podríamos calificarlas como de expresiones reactivas con las que
algunos niños muestran su desacuerdo u enfado con alguna situación concreta y
normalmente durante la interacción con algún adulto significante (padres,
abuelos, etc...). Las rabietas son un fenómeno normal en un determinado estadio
evolutivo del niño (alrededor de los dos o tres años) y deberían ir remitiendo a
medida que el niño se hace mayor para desaparecer completamente hacia los
cinco o seis años de edad. Sin embargo, algunos niños, ya con cierta edad,
saben que tener rabietas supone una forma rápida y eficaz para alcanzar sus
deseos o caprichos. Por su parte, los padres saben que satisfaciendo al niño,
éste se calma rápidamente y se evita el bochorno de la pataleta, especialmente
si se produce en algún lugar público. Evidentemente, a la larga, este tipo de
actuación por parte de los padres sólo consigue perpetuar el problema.
-Es importante también diferenciar si estas rabietas se presentan como
elementos aislados de reivindicación de determinados privilegios, o forman parte
de un cuadro comportamental más extenso con otros repertorios de conductas
problemáticas. En éste último caso se debería proceder a un análisis más
detallado de las conductas antes de intervenir.
Pautas a seguir en caso de rabietas puntuales : El consejo general
es hacer caso omiso cuando se produce la rabieta y retirarle la atención
inmediatamente. Es importante que los padres, en ese momento, no pierdan la
calma y que actúen con firmeza, negando el capricho o la demanda, pero a la
vez sin alterarse, sin gritar ni reñir. En caso de que los padres se enzarzaran en
una recriminación mutua o con el niño a gritos, éste percibirá que en cierto
modo sigue teniendo el control sobre la conducta de sus padres. Si la rabieta ha
sido de cierta magnitud puede utilizarse la técnica del "coste de respuesta" o
"tiempo fuera" en la que el niño recibe una consecuencia negativa por su acto
(retirada de algún reforzador o se le aparta por un breve tiempo, por ejemplo, a
su habitación). Posteriormente, una vez calmado, se puede hablar con el niño y
explicarle que por ese camino no va a conseguir nada, al tiempo que se
establecen las situaciones en las que sí podrá recibir sus demandas (cuando
efectúe ciertas tareas o comportamientos adecuados).
Para tener un mayor control sobre el comportamiento, es muy importante que
los padres y otros familiares cercanos (abuelos, hermanos mayores, etc...)
actúen de igual forma ante las demandas excesivas del niño. La complicidad y
perseverancia de los padres en su interacción con el niño es esencial para su
control.
Más información en "Guía orientativa para el control conducta infantil" y
"técnicas modificación conducta aplicadas a niños"
c) El niño negativista
-Entendemos como tal aquel tipo de niño que muestra una oposición activa pero
no agresiva. Sería el niño que "siempre dice no". Probablemente el negativismo
sea una forma segura de llamar y mantener la atención de los otros sobre uno
mismo. Una de las posibles causas de tal comportamiento, reside en el hecho de
que el niño ha aprendido a que negándose a colaborar o a obedecer ordenes
puede evitar la realización de tareas que no son de su agrado. El niño se da
cuenta de que sólo se trata de ser más perseverante en su conducta
(negativismo) que los mayores. Al igual que sucedía con el "niño de las rabietas"
el resultado de su conducta (el librarse de hacer aquello que no le gusta) no
hace más que reforzar dicho comportamiento, aumentando su probabilidad de
ocurrencia y por tanto la cronificación del problema.
3- SU ORIGEN: ¿Por qué se porta mal?-Muchos padres dan por sentado que su hijo ha nacido así : "que le vamos a
hacer..." e incluso son capaces de establecer paralelismo con otros miembros de
su familia : "ha salido como su abuelo...". Todo ello parece denotar la sensación
de impotencia para controlar la conducta por parte de los padres, situando el
origen del problema en factores externos a ellos mismos . Lo que ignoran es
que, habitualmente, conductas como la desobediencia están fuertemente
controladas por varias variables de las que no son ajenas los propios padres.
-Igualmente no podemos obviar el hecho de que, en últimos años, la sociedad en
general y la familia en particular, han sufrido cambios significativos en cuanto a
su estructura y valores tradicionales. Ello ha supuesto también el consecuente
impacto en la población infantil y juvenil y el surgimiento de nuevos ámbitos de
intervención por parte de los profesionales de la psicología.
-A continuación se relacionan las variables más importantes y que pueden
constituirse en el origen y mantenimiento del problema:
a) El control de las consecuencias
-Una de las variables más importantes son las consecuencias que tiene para
el niño la ejecución de una determinada conducta. Patterson (1.982,1.986)
desarrolló lo que denominó "hipótesis de coerción" y que ilustra perfectamente
este punto. El autor explica que algunas conductas como el llorar, gritar,
patalear, etc.., son conductas instintivas en el recién nacido. En esta primera
etapa dichas conductas tendrían un valor de supervivencia, ya que el bebé
puede controlar la conducta de su madre en vistas a poder satisfacer sus
necesidades más vitales (comida, calor..). De esta forma, si llora, la madre
acudirá. Cuando va creciendo, el niño va sustituyendo estas conductas
rudimentarias por nuevas habilidades de comunicación (p.e.: expresar
verbalmente la petición). Sin embargo en determinadas circunstancias, los
padres pueden favorecer que el niño siga utilizando las estrategias
rudimentarias de la primera infancia (rabietas, gritos, lloros...) como forma para
controlar el comportamiento de la madre, en lugar de utilizar conductas más
adecuadas. Es el caso de cuando los padres en vez de prestar la debida atención
a las conductas adecuadas a la edad del niño (mediante alabanzas o premios)
sólo parecen reaccionar y atenderle cuando éste expresa su demanda en forma
de rabieta o pataleta, momento en el que la madre acude presta y normalmente
cede ante sus exigencias. El hecho de atender rápidamente sólo a este tipo de
comportamiento hace que estas conductas coercitivas de control, por parte del
niño, se mantengan y perpetúen.
-Ciertamente, con frecuencia, se dedica más atención a las conductas inadecuadas de un
hijo que a sus conductas adecuadas. En la base de todo ello está el hecho de
que suele esperarse que el niño debe portarse bien siempre y que, por tanto, no
debe ser halagado o premiado por ello. El niño puede realizar a lo largo del día
muchas conductas correctas pero no recibe a cambio ninguna atención especial
por parte de los padres. Por el contrario, dado que un padre no debe consentir
que su hijo sea desobediente o se porte de forma incorrecta, es rápidamente
advertido o castigado. El niño se da cuenta que con este tipo de comportamiento
suele atraer la atención de su padre (a pesar de que es para regañarle) y quizás
sea la única forma que conozca de conseguir que le preste algo de atención.
b) Características padres e interacción con hijos
-Dentro de este capitulo se incluirían las diferentes habilidades de los padres
tales como su nivel de comunicación, de control o forma de solucionar
problemas. Hoy en día, uno de los peores enemigos a la hora de establecer un
buen vínculo afectivo (vínculo de apego) con los hijos es la poca disponibilidad
de tiempo por parte de los padres. Las jornadas de trabajo, normalmente ocupan
a ambos padres todo el día, ello puede repercutir negativamente tanto en la
cantidad como en la calidad de la interacción padres-hijos tan necesaria a lo
largo de todo el desarrollo del niño. Un escaso tiempo de dedicación determina
en algunos niños la aparición de conductas no adecuadas, de desobediencia o
incluso somáticas (dolores, enfermedades sin causa orgánica aparente).
Cada niño es diferente y sus necesidades de atención por parte de los padres
pueden variar de unos a otros, es por ello que no pueden establecerse pautas
generales para todos. Sin embargo, la aparición de conductas problemáticas es
un síntoma inequívoco que debe ponernos en guardia y hacernos más sensibles
hacia las posibles demandas afectivas que reclama el niño y no satisfacemos.
-Otro factor importante a tener en cuenta son los estilos educativos de los
padres. Hoy sabemos que los padres que combinan el afecto emocional alto
hacia los hijos, pero también su control, son los que obtienen los mejores
resultados en cuanto al funcionamiento afectivo e intelectual de sus hijos con un
mínimo de problemas de conducta. Este estilo educativo denominado
"democrático" y considerado como el óptimo, según algunos estudios, se
caracteriza por que el niño se siente amado y aceptado, pero también
comprende la necesidad de las reglas de conducta y las opiniones o creencias
que sus padres consideran que han de seguirse. Como padres debemos saber
ser generosos pero, a la vez, es imprescindible establecer limites claros a las
conductas y demandas de nuestros hijos. Si así no se hace, las demandas
aumentarán y la percepción del niño será de que tiene el control sobre nosotros
y que sus solicitudes son derechos reales a los que no tiene por qué renunciar.
-Los modelos basados en una autoridad inflexible o los excesivamente
permisivos, han demostrado ser menos adecuados y eficientes en el
establecimiento de vínculos afecticvos adecuados, así como en la aparición de
conductas disruptivas.
c) Las características de los hijos
-Factores como el temperamento parecen ser también muy relevantes. A pesar
de que la personalidad del bebé no presenta todavía muchos de los
componentes que son evidentes más tarde (como creencias, actitudes, etc..) sí
está presente en forma de expresividad emotiva y de sus reacciones ante la
estimulación del entorno. Ante una misma actividad o juego (p.e : subirse a un
columpio) un bebé puede reaccionar gritando de alegría mientras otro reacciona
de forma más tranquila o incluso llorando. En la base se estas diferencias
individuales estaría el temperamento particular que conforma la personalidad
temprana del bebé.
Algunos estudios (NYLS-Thomas et al.1.968) catalogaron a algunos niños de su
estudio, relativa a la primera infancia, como "difíciles", presentando este grupo
mayor número de problemas-conducta que otros bebés clasificados en otras
categorías. La genética tiene mucho a decir ya en estas primeras etapas. La
observación de conductas disruptivas o anormales en la primera infancia podría
ser síntoma de la presencia de algún trastorno de base genética y, por tanto,
susceptible de evaluación por parte de un profesional de la salud.
-En definitiva, es preciso tener en cuenta, que los problemas de conducta que
presentan los niños son el resultado de una multiplicidad de factores que es
necesario evaluar y tratar para corregir.
d) Factores externos al niño
-En último lugar, destacar que ejercen una particular influencia en las
conductas de nuestros hijos factores externos al propio niño como
pueden ser :
a) Los vínculos emocionales con los miembros de la familia.
Al respecto debemos preguntarnos si el niño se siente querido dentro
de su núcleo familiar. Los lazos afectivos bien establecidos a edades
tempranas como el llamado Apego, son fundamentales para la
estabilidad del niño y para prevenir posibles conductas disruptivas.
Es muy frecuente la aparición de conductas agresivas y de falta de
empatía hacia los otros, en el caso de adolescentes que se han visto
privados de una adecuada vinculación afectiva con sus
progenitores. Ello puede deberse tanto a factores de fuerza mayor
como la pérdida, muerte o separación física de los mismos, como a
negligencia o falta de atención adecuada de los padres hacia sus hijos,
malos tratos, etc, aún conviviendo en un mismo techo.
Sabemos que muchas de estas conductas son consecuencia de la llamada de
atención por parte del niño a los padres que quizás de otra forma no le prestan.
Es importante compartir con el niño tiempo suficiente para establecer dichos
vínculos.
b) El ajuste emocional y social de los padres.
Para una buena progresión emocional-conductual del niño, es muy positivo que
los padres, no tanto no tengan trastornos emocionales, sino que el niño no los
perciba de forma angustiosa. Esto puede resultar difícil en caso de situaciones
de maltrato o separaciones traumáticas. Sabemos que existe una alta
correlación entre madres deprimidas y trastornos de conducta en los hijos.
c) El nivel cultural y económico.
Los problemas de conducta no son patrimonio de ninguna clase social. Se dan en
todas ellas. Es evidente que un nivel cultural muy bajo unido a una situación de
precariedad laboral y económica es un sustrato muy fuerte para generar
conductas no deseadas y que pueden desembocar en la delincuencia. Sin
embargo, estamos asistiendo a la aparición de conductas delictivas e incluso
criminales en sectores de población joven de clase acomodada.
d) Los Modelos.
Hasta que no está cercana la adolescencia, los principales modelos a seguir, en
todas sus facetas, suelen ser los propios padres o hermanos mayores. De nada
servirá que le digamos que se comporte de una determinada manera, si los
modelos que tiene a su alrededor no son coherentes con lo que le pedimos.
Sabemos de la impotencia de muchos centros escolares, que hacen una labor
educativa impecable pero que su labor no se ve complementada por los modelos
familiares. Otro modelo a valorar es el que ofrecen los medios como la Tv.,
Internet, Videojuegos, etc....
Hay todavía un gran debate acerca de la influencia de ciertos programas
violentos sobre la conducta de los niños. Las conclusiones apuntan en el sentido
de que no puede establecerse relación directa causa-efecto. El factor realmente
importante es el entorno donde el niño ve estos contenidos. Si éste es ya
conflictivo (familias desestructuradas, presencia de malos tratos, entorno
marginal, amigos violentos, etc...) sí que puede tener una repercusión en la
magnitud o frecuencia de las conductas inadecuadas. No sucedería en el caso de
que un contenido violento se produjera en un entorno estable, controlado por los
padres, y en el que los niños pueden perfectamente discriminar entre ficción o
realidad.
e) Circunstancias especiales a tener en cuenta.
1- Las nuevas familias
Actualmente, la familia se ha convertido en una de las instituciones sociales que
más ha cambiado tanto desde el punto de vista legislativo como en el social. La
família tradicional ha dado paso a nuevos sistemas familiares (parejas de hecho
con hijos, madres o padres solteros con hijos o nuevas familias surgidas de
divorcios previos que comparten hijos de otras parejas anteriores). Cada uno de
estos sistemas tiene sus peculiaridades y la conducta manifiesta del niño puede
ser explicada, en parte, a estas nuevas circunstancias.
Seguir este enlace para conocer más.
2- Cambios en las relaciones padres-hijos
Paralelamente a los cambios de vinculación en las relaciones de los adultos, los
padres han ido incorporando cierta simetría en la educación de sus hijos y en
aplicar la disciplina. Ha ido creciendo cierta idealización de los estilos
democráticos. Sin duda, este estilo, basado en el saber escuchar y ser equitativo
en la toma de decisiones, con frecuencia se ha mal interpretado y ha supuesto
en la práctica un fracaso.
Seguir este enlace para conocer más
3- Separación o divorcio de los padres
El rompimiento de los lazos afectivos es siempre doloroso y se vive con
cierta angustia por parte de la pareja que ha compartido parte de su vida y que
ahora ve roto el proyecto común. Pese a ello, las principales víctimas de todo
proceso de ruptura son los hijos, en especial, los más pequeños.
Es habitual la aparición de ciertas conductas desadaptadas en los hijos cuando
se produce la ruptura de los padres.
4- Niños adoptados
Al igual que sucede con la mayoría de los niños, cualquier hijo adoptado
presenta una serie de características cognitivas, intelectuales y emocionales que
son consecuencia directa de una serie de factores tantos internos como
externos, algunos de ellos fuera de nuestro control. Otros perfectamente
conocidos y controlables.
Debemos conocer las características específicas de este colectivo si queremos
ser eficientes para ayudarles.
4- RESUMEN Y PAUTAS DE ACTUACIÓN:• Está claro que no hay dos niños iguales y, por tanto, las mejores técnicas
para paliar los problemas de conducta serán aquellas que nos funcionen bien
en cada caso o niño.
• Las conductas inadecuadas pueden ser consecuencia de multitud de
factores (internos, externos). Es habitual que se presente algunas de ellas
dentro del ciclo evolutivo "normal", pero hay que consultar al profesional
cuando estas son de mayor frecuencia o magnitud de lo esperado por su edad
o son perseverantes en el tiempo.
• Un buen predictor de la poca incidencia de conductas inadecuadas en un
niño es el haber establecido un buen vínculo afectivo con sus padres. Ello pasa
por dedicar más tiempo juntos desde edades muy tempranas. El juego es un
elemento esencial. Recomendamos la lectura de nuestra página: Trabajando el
vínculo afectivo con nuestros hijos.
• No tan sólo es cuestión de estar más con el niño. Préstele mayor atención
cuando efectúe las conductas adecuadas y exprésele su satisfacción
verbalmente. Igualmente, trate de no dársela cuando presente episodios de
rabietas o exigencias de caprichos.
• Es importante el estilo educativo de los padres. En concreto, aquel estilo
que combina la existencia de un alto grado de vinculo afectivo pero con un
nivel de control sobre hábitos y conductas adecuados. Se desaconsejan
modelos totalmente autoritarios o que, contrariamente, no desempeñen
ningún control sobre sus hijos.
• Hay niños con temperamentos "más difíciles" que otros y que
probablemente necesitarán estrategias de intervención a medida.
• El crecer en entornos marginales o en colectivos de riesgo aumenta
considerablemente el riesgo de presentar conductas disruptivas en la
adolescencia. De todas formas, los modelos parentales, serán el factor
determinante.
PROBLEMAS DE CONDUCTA EN SALÓN DE CLASE
Papá y mamá hoy te quiero decir...
No me des todo lo que pida, a veces yo sólo pido para ver cuanto puedo obtener. No me des siempre órdenes; si a veces me pidieras las cosas lo haría con más
gusto. Cumple tus promesas; si me prometes un premio o un castigo, dámelo. No me compares con nadie, si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.
No me corrijas delante de los demás, enséñame a ser mejor cuando estemos a solas. No me grites, te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar. Déjame valerme por mí mismo ó nunca aprenderé. Cuando estés equivocado
admítelo, y crecerá la opinión que tengo de ti. Haré lo que tú hagas, pero nunca digas y no hagas. Enséñame a conocer y amar a Dios. Cuando te cuente mis
problemas, no me digas no tengo tiempo; compréndeme y ayúdame. Quiéreme y dímelo, me gusta oírtelo decir.
El niño con problemas de conducta y/o aprendizaje escolar
Dentro de las tareas del desarrollo del niño en edad escolar están las de adecuar su conducta y su ritmo de aprendizaje a las exigencias del sistema escolar,
logrando así interactuar socialmente en forma adecuada con adultos de fuera del sistema familiar y con su grupo de pares. El cumplimiento de estas tareas es básico para el desarrollo de una buena autoestima y actúa como elemento
protector de la salud mental del niño.En general, el desarrollo infantil normal es bastante armónico, existiendo un
paralelismo en las diversas áreas del desarrollo, que permite que el niño se adapte fácilmente a las exigencias de su medio ambiente y que su conducta sea en
general, relativamente predecible.Pero, existe un grupo relativamente importante de la población infantil en que este desarrollo armónico no se da, lo que determina estilos cognitivos y conductuales
diferentes. Este grupo está constituido por los niños portadores de los denominados Trastornos del Desarrollo.
Definimos Trastornos del Desarrollo como aquellas desviaciones en el patrón de desarrollo infantil que exceden el rango normal de variación porque ocurren ya sea
en un tiempo, una secuencia o un grado no esperado para la edad del niño o etapa del desarrollo. Suponen, por definición, una inteligencia normal, ausencia de
déficits sensoriales significativos y ausencia de lesión cerebral.La incidencia de estos trastornos es muy variable y depende de las categorías
diagnósticas en uso. Se ha informado que afectarían a alrededor del 15 % de la población infantil en edad escolar. Su intensidad también es muy variable, existiendo un continuo de dificultad, que a veces sólo se manifiesta ante
exigencias ambientales demasiado altas para el niño
Técnicas para influir en el comportamiento
Los teórios y profesionales de la teoría psicodinámica reconocen que muchas de las técnicas de asesoría psicológica y artes expresivasno transforman de inmediato comportamientos inaceptables en aceptables. Es necesario poner en práctica técnicas de manejo conductual para interferiren los comportamientosinaceptables imperantes en el salón de clases,sala de recursos,escuela o patio de juegos. Los maestros tienen la responsabilidd de intervenir en los comportamientos cuando:*Representen un peligro real.*Sean perjudiciales psicológicamente para el menor y los demás.*Provoquen a una exitación excesiva,pérdida de control o caos.*Impidan que continúe el programa.*Conduzcan a la destrucción de la propiedad.*Promuevan la difusiónde actitudes negativas en el grupo.*Conduzcan a conflicto con otras personas fuera del grupo.*Pongan en peligro la salud mental y la capacidad de funcionamiento del profesional.
Diagnóstico de los Factores de Riesgo como Recurso Preventivo de los Problemas de Conducta
Los problemas de conducta en los centros escolares es una realidad que cada vez va apareciendo con más intensidad y que supone un alto nivel de preocupación de la comunidad educativa.El comportamiento perturbador que determinados alumnos realizan no tienen significación por si solo, se trata de un síntoma externalizado que esconde un conjunto de signos que no tienen porque ser patológicos y que determinan dichas conductas. Su origen puede ser diferente para cada individuo a pesar de que el comportamiento sea en muchas ocasiones el mismo.Dichos factores pueden ser de naturaleza cuatridimensional, bien sean de carácter social, biológico, psicológico y/o pedagógico.En este sentido, para el abordaje de la conducta problemática en el contexto escolar, es imprescindible realizar un diagnóstico preciso de cada alumno que presenta dichas conductas con el objetivo de poder determinar el origen de las mismas..Con esta finalidad, el diagnóstico de los factores de riesgo de la problemática conductual en el contexto escolar es una acción imprescindible tanto para la prevención de las citadas conductas, como para el tratamiento de las mismas ; constituyendo a la vez un apartado de vital importancia en el proceso diagnóstico de dicha problemática.
EL ÁRBOL CONFUNDIDO
Había una vez -en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo-, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.El pobre tenía un problema: "No sabía quién era"...Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, - Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas-. -¿Ves qué fácil es?--No lo escuches...-, exigía el rosal. -Es más sencillo tener rosas.. - ¿Ves qué bellas son?Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, le dijo: -No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución-:-¡No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior!-.Y dicho esto, el búho desapareció.-¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... - Se preguntaba el árbol, desesperado,... ¡CUANDO DE PRONTO, COMPRENDIÓ!Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: -Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera, porque no eres un rosal-.-¡Eres un roble!-. -Y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: ¡Cúmplela!.Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.Yo me pregunto, al ver a mi alrededor, -¿Cuántos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?.... ¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas?.... ¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.
Recomendaciones para prevenir problemas de conducta
En muchos hogares los padres enseñan a sus hijos de forma accidental a portarse mal. De igual forma muchos niños enseñan a sus padres a ser regañones. Lo irónico es que en muchas familias los padres sin darse cuenta premian las conductas indeseables de sus hijos e ignorar las apropiadas. En otras ocasiones es el medio que provoca el problema Para evitar lo anterior presentamos una serie de recomendaciones que pueden servir para prevenir la aparición de problemas de conducta:Elabore un calendario u horario de actividades,organice la actividad del
niño,mantenga a su niño bajo observación constante, Para controlar la conducta del niño no utilice el castigo, al contrario debe usted premiar al niño cuando se comporte apropiadamente y cobrarle de alguna manera cuando se comporte inapropiadamente.Para controlar la conducta del niño no utilice el castigo, al contrario debe usted premiar al niño cuando se comporte apropiadamente y cobrarle de alguna manera cuando se comporte inapropiadamente
Las Creencias parentales y su influencia en la conducta del ser humano
Se entiende por creencias parentales aquellas afirmaciones que se transmiten a cada integrante del núcleo familiar sobre el significado, y que muchas veces pueden interferir ya sea de manera negativa o positiva en nuestras vidas, siendo la familia uno de las principales influencias de las creencias, ya que es aquí donde el individuo va absorbiendo de padres, hermanos entre otros la creencia de cómo actuar en el mundo, moldeando así nuestras conductas con respecto a ciertos puntos de vistas que pueden limitar nuestro desempeño en la sociedad.De modo tal que si las creencias que tiene una persona esta basada en supersticiones como: "si quiebro un espejo o me veo en un espejo roto tendré 7 años de mala suerte", "si paso por debajo de una escalera me ira mal por mucho tiempo". Dichas creencias repercutirán de manera negativa en cada faceta que desempeña la persona, ya que estará mentalmente agobiado por lo que hizo y hasta cierto punto lo limitará.Quedando en evidencia que las creencias parentales son una fuerza poderosa dentro de la conducta humana, debido a que si una persona que puede hacerlo lo hará sin ningún inconveniente, pero si cree que es imposible hacerlo, ningún esfuerzo por grande que este sea, lo convencerá de lo contrario. De allí pues que es de gran importancia que el docente eleve las potencialidades del niño, y que a su vez este en constante cambio de opiniones en cuanto a la actuación de estos sobre sus hijos, teniendo como base que la educación es un vehículo que le proporciona al ser humano herramientas cognitivas y axiológicas para enfrentar de manera eficaz las exigencias que se le presenten en su vida, y así sus pensamientos, ideas y/o actuaciones no estarán arbitrariamente regidas por sus creencias parentales.
Tratamiento de las perturbaciones de la conducta
Son varios los tratamientos en los que existen pruebas empíricas acerca de su eficacia y que se revelan como prometedores para el tratamiento de los menores con problemas de conducta.La terapia de conducta es muy efectiva (su efectividad aumenta aún más si se combina con el adiestramiento de los padres) para el tratamiento de conductas específicas. Tales terapias deben ser aplicadas en el marco de centros especialmente dedicados al acogimiento, tratamiento y reinserción de los niños
con tales alteraciones.En el negativismo desafiante las terapias cognitivas son un camino prometedor. Por ahora los datos disponibles demuestran que sus efectos sobre la conducta agresiva o los cambios conductuales sobre la vida diaria, son mejores que los que producen las terapias anteriormente citadas.Farmacológicamente no se dispone de un tratamiento específico para el trastorno de conducta y/o para la conducta agresiva. La unión de técnicas de modificación de conducta y determinados fármacos (haloperidol/carbonato de litio, e incluso anfetaminas) ha producido modificaciones interesantes en conductas agresivas
La evaluación de la hiperactividad en el salón de clases
En la actualidad una de las principales preocupaciones de los investigadores en educación infantil, estriba en poder identificar convenientemente la conducta hiperactiva, para lo cuál, se hace necesario hacer una evaluación apropiada de los comportamientos de los alumnos en el salón de clases. Y dado que, son los profesores quienes identifican y rotulan a los pequeños como hiperactivos, resulta de gran importancia valorar de que manera los profesores realizan las observaciones de sus alumnos, por ello los estudios realizados con relación a esta temática se han hecho cada vez más necesarios; en este apartado se presentan algunas de las investigaciones más significativas con relación al tema
Causas del trastorno de la conducta
Se considera que las condiciones que contribuyen al desarrollo de un trastorno de la conducta son multifactoriales, lo que significa que muchos factores contribuyen a la causa. Los exámenes neuropsicológicos demuestran que los niños y adolescentes que sufren trastornos de la conducta parecen tener afectado el lóbulo frontal del cerebro, lo cual interfiere con su capacidad para planificar, evitar los riesgos y aprender de sus experiencias negativas. Se considera que el temperamento de los niños tiene una bases genética. Los niños y adolescentes de "carácter difícil" tienen mayor probabilidad de desarrollar trastornos del comportamiento. Los niños o adolescentes que provienen de hogares carenciados, disfuncionales o desorganizados tienen mayor probabilidad de desarrollar trastornos de la conducta. Se comprobó que los problemas sociales y el rechazo por parte de sus compañeros contribuyen a la delincuencia. Existe también una relación entre el bajo nivel socioeconómico y los trastornos de la conducta. Los niños y adolescentes que manifiestan comportamientos delictivos y agresivos tienen perfiles cognitivos y psicológicos característicos en comparación con niños que tienen otros problemas mentales y con los pertenecientes a grupos de control.
Características de problemas en la conducta
Uno de los problemas en la conducta lo es la conducta agresiva.Algunas características del comportamiento agresivo son:1) Accesos de cólera.2) Actos de desobediencia ante la autoridad y las normas del hogar.3) Amenazas verbales.4) Daños a cosas materiales.5) Deterioros en la actividad social y académica por episodios de rabias.6) Discusiones con los hermanos, con los padres y otros integrantes de la familia.7) Gritos.8) Molestar a otros integrantes de la familia.9) Mostrarse iracundo o resentido.10) Pleitos.11) Altamente impulsivos.12) Relativamente refractarios a los efectos de la experiencia para modificar su conducta problema.13)Carencia de habilidad para demorar la gratificación.14) Baja tolerancia a las frustraciones.
Estrategias de disciplina en el salón
Hoy en día oímos muchas situaciones que surgen en el salón de clases.Los maestros son las personas que mas tiempo pasan con los estudiantes.Definitivamente que no es tarea fácil en estos tiempo ser maestro.Acontinuación algunas estrategias para promover la disciplina en el salón:1.Sea amigable,pero firme2.Establezcas normas claras3.Mantenga la clase motivada4.Utilice las técnicas de modificación de conducta5 Tengas charlas privadas con los padres6 Ignora la conducta negativa y establezca refuerzo de inmediato7 Averigue las razones por las cuales el niño pueda ser inquieto.8.Utilize el castigo como ultimo recurso
Reacción de los hijos al divorcio
Cuanto más pequeño sea el niño, más dificultades tendrá para entender la
separación de sus padres
En muchas ocasiones, la separación del matrimonio es un mal necesario para la
familia. Pero, independientemente de la edad del niño y del tipo de relación que
mantuviera la pareja, por desgracia, el divorcio de los padres afecta de forma
negativa a los hijos. La desintegración de su unidad familiar les preocupa, el
mundo en el que vivían se rompe y, con la separación, pasan a otro escenario
donde ya no se sienten seguros y desconocen.
¿Cómo influye su edad y madurez?
Cada niño reacciona de una manera diferente. No existe un mismo patrón
sintomatológico para la reacción de los niños, dependiendo únicamente de la
edad. Hay niños de nueve años que responden de forma más madura ante esta
situación que algunos adolescentes. En cambio, es general la sensación de
desconcierto al enterarse porque están acostumbrado a ver a sus padres
siempre juntos y se niegan a admitir que esta situación se cambie.
La ruptura conyugal y sus consecuencias en los hijos
Cuanto más pequeño es el niño, más dificultad tiene para entender lo que está
pasando en su casa. Ante la separación de sus padres, muchos niños cambian su
comportamiento, se muestran rebeldes y se deprimen. Esta situación puede verse
reflejada de forma negativa en la escuela, en su contacto con el resto de la familia,
y en su convivencia social. Como consecuencia, los niños mayores, puede que
intenten buscar otras salidas no adecuadas ni beneficiosas para sus conflictos. En
otros casos, las consecuencias vienen después del divorcio, cuando comienza la
competencia entre quién es mejor, si el padre o la madre, según el trato que ellos
les den.
- Divorcio en el embarazo. Si la separación tiene lugar durante el embarazo, es
probable que el niño se vea afectado por el estado de ánimo de su madre y, por lo
tanto, pueda nacer con poco peso. Cuando el bebé tiene pocos meses, el estado
de ánimo de la madre también será una gran influencia para él y puede que se vea
afectado por un retraso en el desarrollo cognoscitivo o emotivo.
- Divorcio con hijos entre uno y tres años. Los niños menores de 3 años suelen
mostrarse más irritables y miedosos. Es posible que recurran al llanto con facilidad
y que sufran regresiones en su desarrollo, es decir, que vuelvan a algunas pautas
de conducta ya superadas como hacerse pipí en la cama o volver a hablar como
cuando eran más pequeños. También es probable que el niño se vuelva tímido,
requiera mucha más atención y tenga pesadillas nocturnas.
- Divorcio con hijos entre 3 a 6 años. El niño no entiende todavía qué es una
separación, pero al notar que uno de los miembros de la pareja no duerme en
casa, es probable que piense que es por su culpa, y reaccione de formas
opuestas: o se vuelve muy obediente (pensando que si es bueno el padre volverá)
o también mucho más agresivo o rebelde de lo que su carácter haría esperar. A
esta edad, es frecuente que manifiesten miedo a ser abandonados; algunos sufren
el llamado trastorno de ansiedad por separación, que se manifiesta con síntomas
de retraimiento, disminución de la concentración o, incluso, con negación de
asistencia al colegio. Los niños con este trastorno no suelen querer dormir fuera
de casa.
En otras ocasiones, niegan la ruptura matrimonial tanto a sí mismos como a los
demás. Mienten a los parientes o amigos diciendo que sus padres todavía
duermen juntos de noche, y ellos siguen jugando con muñecas durante meses,
simulando su propia familia y haciendo que sus padres duerman uno al lado del
otro.
- Divorcio con hijos de hasta los 6 años. Los niños de 5 años, a parte del temor
a ser abandonados, que pueden manifestar junto con una profunda sensación de
pérdida y de tristeza, sienten que deben decidir entre sus padres. Viven la
situación con sentimientos de rechazo y decepción por el "abandono". Su
rendimiento escolar tiende a disminuir. En algunos casos, si no saben expresar lo
que sienten, convierten su tristeza en cierta agresividad. Pueden sufrir trastornos
del sueño, de alimentación y adoptar conductas regresivas.
- Divorcio con hijos entre los 6 y 9 años. Aparecen sentimientos de rechazo, fantasías de
reconciliación y problemas de lealtad. Es posible que los niños experimenten
rabia, tristeza y nostalgia por el progenitor que se ha ido. Cuando los cónyuges
han tenido conflictos graves, los hijos pueden vivir una lucha de afectos por sus
padres. Otras veces, se les descuida en el aspecto material, obligándolos a que
preparen la comida, vigilen a los hermanos menores y asuman responsabilidades
demasiado pesadas para su edad.
- Divorcio con hijos entre 9 y 12 años. Los hijos suelen manifestar sentimientos
de vergüenza por el comportamiento de sus padres, incluso cólera o rabia hacia
aquel que tomó la decisión de separarse. Un comportamiento muy típico es el de
reprochar a sus padres no haber resuelto sus problemas matrimoniales. Además,
aparecen los intentos de reconciliar a sus padres y problemas psicosomáticos
(dolores de cabeza, estómago...)
- Divorcio con hijos adolescentes. Su autoestima se ve afectada y pueden llegar
a desarrollar hábitos propios de edades superiores como fumar, beber o tener una
mayor independencia. De los 13 a los 18 años, la separación de los padres
causará problemas éticos, y provocará, por lo tanto, fuertes conflictos entre la
necesidad de amar al padre y a la madre, y la desaprobación de su conducta.
Generalmente, las reacciones más comunes en esta etapa son: por un lado, una
madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del progenitor
ausente, aceptando sus responsabilidades; y por el otro, una conducta antisocial:
no acata ni acepta las normas, desobedece, consume alcohol, drogas...
Madurez y experiencia
La separación no necesariamente causa estas reacciones, pero sí algunas de ellas. Es importante subrayar que la diversidad de experiencias, que viven los hijos después de la separación de los padres es, de cualquier modo, una señal positiva. Prueba de ello es que el divorcio no es el único hecho que les perjudica y, muchos de ellos, superan la crisis familiar saliendo de ella reforzados y más maduros, que sus coetáneos pertenecientes a familias unidas.
AGRESIVIDAD EN NIÑOS DE 3 AÑOS
IntroducciónEl comportamiento agresivo es un tema estudiado desde siempre debido a lasimplicancias que tiene para la vida en común. Este comportamiento implica unaintencionalidad de producir daño a otro, teniendo determinantes biológicos yambientales (Perry, D., Perry L. y Boldizar J., 1990). Por ser nociva para laconvivencia social y hacer daño a los otros, debemos ver la agresión como uncomportamiento que debe ser claramente desalentado.La agresividad es un problema complejo que tiene manifestacionescomportamentales desde la primera infancia. Con el desarrollo del niño, estasconductas pueden desaparecer o incrementarse hasta llegar a comportamientosque pueden generar consecuencias fatales (Roa, Del Barrio, Carrasco, 2004).Durante el periodo preescolar, los niños tienen comportamientos que lespermitirán la adaptación a este nuevo mundo. En este contexto de socialización, losniños presentarán conductas que irán desde las más pacíficas hasta las más
agresivas. Las docentes, dentro de su rol educativo tienen la responsabilidad deresponder a las demandas y necesidades de sus alumnos, las cuales dependeránde las etapas de desarrollo del grupo a su cargo.Sin embargo, cuando en el aula se presentan conductas agresivas, ladocente responderá y manejará la situación en función de sus conocimientos ycreencias. Por ello, los conocimientos que los docentes tengan sobre el desarrollodel niño son importantes para poder, por ejemplo, diferenciar en que edades estasconductas agresivas son parte del proceso natural del desarrollo del niño, a queedad estas manifestaciones deberían ir desapareciendo y si realmente estoscomportamientos dan cuenta de un problema en el entorno del niño. Ante lasdiversas situaciones las docentes deben intervenir de manera oportuna. Sinembargo, sus conocimientos y creencias estarán detrás de las medidas que ellaspuedan tomar frente a los comportamientos agresivos que presenten los niños,haciendo que ellos respondan de una manera o de otra.Por otro lado, los docentes suelen etiquetar a los niños como “agresivos”,cuando ante un evento reaccionan con conductas características propias de la edado de la etapa por la que atraviesan (Roa et. al., 2004). En este caso se estáemitiendo un juicio de valor acerca del comportamiento de este niño. Detrás de este juicio se encuentran las creencias, las que guiarán la forma en que el docenteoriente y maneje las conductas agresivas de los niños dentro del aula.Si se diera el caso de que en el aula existe un niño que manifiestaevidentemente comportamientos agresivos, con consecuencias que puedan afectarla dinámica de grupo, es importante indagar si el docente reconoce y diferencia estasituación, y si está en condiciones de abordarla de la mejor manera para ayudar alniño a superar estas conductas, evitando así que hayan consecuencias mayores oderiven en comportamientos desadaptativos.Actualmente, el tema de la violencia escolar es una problemática, que sepresenta a nivel mundial y de modo más evidente en los niveles de la educaciónprimaria y secundaria, por lo que hay que abordar el tema desde las etapas inicialesdonde es más factible modificar conductas. Un estudio realizado en Canadá(Tremblay, Gervais y Petitclerc, 2008), reporta que es durante la primera infanciaque los niños empiezan a evidenciar conductas agresivas y que este es el periodocrítico para enseñar a los niños los comportamientos básicos de la interacciónsocial como son el compartir, la cooperación y la comunicación. Asimismo el reporteindica que aquellos que no logran estos aprendizajes tienen mayor probabilidad detener serios problemas en el futuro como dificultades en la escuela, abuso desustancias, enfermedades mentales y actividades criminales. Por ello es que laagresividad en la edad temprana se debe tomar muy en serio. Es en consecuenciaimportante saber si los docentes son capaces de diferenciar los comportamientosagresivos de aquellos que son parte del proceso de ajuste del niño.En este sentido, serán las creencias que lleven a los docentes a interpretar,decidir y actuar en su práctica educativa (Rodrigo, Rodríguez y Marrero, 1993); en
este caso particular serán sus creencias acerca de los comportamientos agresivos,las que guiarán el modo de abordar estas conductas en los niños. Por lo tanto, lapresente investigación se propone estudiar las creencias que tienen un grupo dedocentes de educación inicial acerca de las conductas agresivas de los niños conlos que trabajan.
Teorías que retifican la agresividad en estos niños menores de 3 años :
Teorías BiológicasEl modelo biológico que sustenta la agresividad está basado en el trabajo deLorenz (1976), quien basándose en los estudios realizados con animales concluyóque la agresión animal es una pulsión que presenta una tendencia a descargarsede manera autónoma, lo que permitirá el mantenimiento de la especie. Respecto ala agresión humana, Lorenz planteó que en las personas habría un componente porel cual la agresión estaría genéticamente programada, ya que surge de un instintode lucha heredado, que los seres humanos comparten con otras especies; esteinstinto sería fundamental para la evolución del hombre y su adaptación. Ascencio(1986), afirma que si bien inicialmente estos comportamientos fueron necesariospara la adaptación humana, el desarrollo de las conductas agresivas dependeríadel control cultural, es decir sería la sociedad la que regule dicho comportamiento,propiciando el desarrollo de relaciones humanas no fundamentadas en lasjerarquías de poder y dominio, sino por el contrario en la convivencia armoniosa.Este modelo biológico sustentado por Lorenz fue cuestionado por Fry en 1998 (citado por Baron y Byrne, 2005), pues afirma que las personas que manifiestanconductas agresivas la expresan de distintas maneras (agresión física, ignorar a losdemás, dañar a otros expresándose negativamente sin razón, etc.), por lo que ladiversidad de las conductas no podrían tener un origen biológico. Es decir, que siexistiese un componente genético programado para que los seres humanos seanagresivos, las manifestaciones de los comportamientos agresivos serían similaresen los seres humanos y no tan diversas como se evidencian.Otra de las teorías biológicas que intenta explicar el comportamiento agresivoes el modelo de las pulsiones e instintos, del Psicoanálisis, el cual propone lahipótesis de la catarsis. Este modelo intenta explicar la agresión a partir de ladescarga de tensión o ira que tiene la persona, lo que le permitiría luego mantenerel estado de relajación adecuado. Cuando se produce la “catarsis”, el sujetoaparentemente quedaría más aliviado, bajando sus niveles de agresividad; de locontrario, el individuo se pondría más agresivo. Sin embargo, algunos estudiosrealizados al respecto afirman que sucedería el efecto contrario, es decir que antelas conductas de “desfogue de la ira”, estás podrían generar que la agresión seaincrementada (Baron y Byrne, 2005).En la actualidad, se intenta explicar los comportamientos agresivos mediantefactores neuroquímicos y hormonales. Se ha demostrado la diferencia de lasmanifestaciones de los comportamientos agresivos en hombres respecto a los
comportamientos agresivos de las mujeres (Aronson, Wilson y Akket, 2002; Baron yByrne, 2005), y se cree que estas diferencias podría deberse a los niveles de losneuroquímicos (Aronson et. al., 2002; De Rivera, 2003; Discroll, Zinkivskay, Evans yCampbell, 2006; Dodge, Coie, y Lynam, 2006; Gil-Verona, Pastor, De Paz,Barbosa, Macías, Maniega, Rami-González, Boget y Picornell, 2002). Los estudioshan identificado que la serotonina sería el neurotransmisor responsable de inhibir elcontrol de la agresividad y en los hombres habría un bajo nivel de producción deesta sustancia. También existe otra sustancia involucrada en esta diferencia: latestosterona, hormona masculina, que está presente en los hombres en mayorcantidad que en las mujeres.De otro lado, estudios actuales (Tremblay et. al., 2008) sobre las conductasagresivas en la primera infancia, revelan que podría existir una relación entre laexposición al tabaco, alcohol y cocaína durante la etapa fetal y el riesgo del niño desufrir retrasos en el desarrollo como la incapacidad de controlar de maneraadecuada los impulsos agresivos. Tremblay hace referencia a estudios anteriores que analizan la relación entre fumar durante el embarazo y el comportamiento delniño, las que indican que los niños cuyas madres fumaron durante el embarazotenían un riesgo más alto de desarrollar problemas de comportamiento ehiperactividad y eran más propensos a estar involucrados en delitos juveniles.Aunque la relación no es del todo clara, la explicación es que la exposición altabaco puede producir disminución en el oxigeno disponible en el feto, cambios enla producción de ADN y ARN, cambios en la química cerebral (en la serotonina y lossistemas neurotransmisores de dopamina), los mismos que como se hamencionado, se encuentran involucrados en los comportamientos agresivos. Estasafirmaciones concuerdan con los estudios a los que hacen referencia Dodge et. al.,(2006), acerca de los problemas neuropsicológicos que influyen en elcomportamiento agresivo, complicaciones prenatales y perinatales debido a laexposición de la madre gestante a la nicotina o cuando esta presenta problemas dealcoholismo, factores que influyen en la actividad del Sistema Nervioso Autónomo yel funcionamiento de los neurotransmisores. lEstos factores neuropsicológicos, consideran que además de los estadosinternos y los ambientales hay aspectos del desarrollo neurológico que estáninvolucrados en el comportamiento agresivo tales como la habilidad verbal, eldesempeño de las funciones ejecutivas y los déficits espaciales. El lenguaje y laagresión física del niño se correlacionan negativamente con el incremento delvocabulario, pues en la medida en que se va desarrollando el vocabulario expresivodel niño, las manifestaciones de agresividad física disminuyen. Esto ocurre porqueel niño desarrolla la habilidad para entender lo que otros le dicen, y, la habilidad de
hacerse entender posibilitando al niño expresar su frustración sin la consecuencianegativa de la agresión física, lo que significa que cuanto más haya desarrollado unniño sus habilidades lingüísticas menos posibilidades habrá de emplear la agresión(Dodge, et. al, 2006; Tremblay et. al., 2008).Los estudios realizados desde esta perspectiva han ido cambiando desde lasprimeras propuestas en la década del 70 hasta la actualidad. En estos tiempos, seinvestiga la conducta agresiva desde sus orígenes en la primera infancia abordandodiferentes posibilidades que explican este comportamiento. A continuación seexponen los planteamientos del aprendizaje social y la agresividad.
Teorías del aprendizaje social
Otra de las perspectivas que explica el comportamiento agresivo es la quehace referencia al ambiente. De acuerdo a esta, la agresividad no solo estaríarestringida a los instintos e impulsos ni a estados internos de la persona, sino quetambién se debería a los aspectos externos (sociales, contextuales) que ejerceninfluencia en la conducta de las personas. Dentro de estos modelos tenemos lateoría del aprendizaje social de Bandura (Bandura, 1986), que señala que lainteracción del niño con su entorno social le permite la elaboración de patronesmentales que guían su comportamiento. Mediante la observación delfuncionamiento de otras personas, el niño puede adquirir habilidades cognoscitivasy formas de comportamiento. Los modelos, presentes en el aprendizaje porobservación enseñan habilidades y proporcionan reglas para la organización en lasnuevas estructuras de comportamiento. Para demostrar su teoría, Bandura en 1961realizó el experimento con el muñeco bobo. El experimento consistió en exponer aun grupo de niños a observar una película donde los adultos golpeaban einsultaban a un muñeco inflable (muñeco bobo), luego los niños se quedaban solosen una habitación con diversos juguetes dentro de los que se incluía este muñeco.Asimismo, se tenía un grupo control de niños quienes no observaron conductasagresivas. Se pudo apreciar que los niños que habían observado estas conductasagresivas las repitieron con el muñeco, mientras que el grupo que no había sidoexpuesto a este comportamiento no lo realizó, quedó demostrado que los niñosaprenden por la observación de modelos.Muchas de las conductas agresivas son adquiridas por los niños mediante la
observación de los comportamientos agresivos de otras personas. Estas personaspueden ser padres o adultos extraños, compañeros de aula, especialmente cuandoven que no hay consecuencias negativas a las conductas observadas. Bandura (ysus colegas) encontraron que los modelos vivos eran más efectivos para elicitar(activar) la imitación de la conducta agresiva que los modelos de las películas ohistorietas (Bandura, Ross y Ross, 1961). Los padres son los más importantesmodelos de conducta agresiva para los niños y a través de sus palabras y actitudes(Bandura et. al., 1961) y tienen más impacto que la agresión vista a través de unmedio de comunicación como la televisión.A partir de ello, diversos autores (Aronson et. al., 2002; Baron y Byrne, 2005;Perry et. al., 1990) sostienen que los niños podrían copiar modelos agresivos de losmedios de comunicación, de los programas infantiles de villanos, de programas con altos contenidos violentos ó de los padres si observan estas conductas en ellos.Asimismo Perry et. al., (1990), afirman que los niños aprenden por lasconsecuencias que generan los actos agresivos; este aprendizaje se da en partemediante la observación de las consecuencias que le siguen al comportamiento delos demás y otra parte es el aprendizaje como consecuencia de su experienciapersonal.
CARACTERÍSTICAS EVOLUTIVAS DEL NIÑO DE 3 A 4 AÑOS
Desarrollo Psicomotor: (3 Años)
Equilibrio: Conjunto de reacciones del individuo a la gravedad, es decir, su adaptación a las necesidades bipedestación y de los desplazamientos en forma activa. La contribución del equilibrio a la psicomotricidad es la expresión de la habilidad motriz y la incorporación de información externa.
Existen 2 tipos de equilibrio uno es el equilibrio dinámico que se refiere a la regulación postural durante la ejecución de diferentes movimientos. El otro tipo de equilibrio es estático que se refiere a la mantención de la postura cuando no se está en movimiento estable.
La mantención de postura en el niño se demuestra en que tiene pies más seguros y veloces, su corres es más suave, aumenta y disminuye la velocidad con mayor facilidad de dar vueltas más cerradas y domina las frenadas bruscas. Demuestra su autonomía al subir escaleras sin ayuda alternado pies, puede saltar el último
escalón con los 2 pies juntos desde una altura de 30 cm., es capaz de pedalear un triciclo logrado gracias a un perfeccionado equilibrio, el andar es sin muchos balanceos y vacilaciones, está mucho más cerca del dominio de la posición erguida y durante 1 segundo puede pararse en un solo pie y teniendo su desarrollo psicomotor una ramificación especialmente significativo. A los 3 años necesita muy poco esfuerzo consciente para parearse. Puede mantener el equilibrio fácilmente con los talones juntos. Corre y juega displicentemente. Puede erguirse solo estando en cuclillas y mantener el equilibrio momentáneamente en punta de pies. Su control postural está bien desarrollado que puede dar pasos de marcha o de carrera sobre la punta de los pies, puede caminar en línea recta, caminar hacia atrás largas distancias y es lo bastante osado para tratar de pasar la barra de 6 cm. Puede saltar de una altura de 20 cm. Y saltar sobre el piso verticalmente con los pies juntos. También puede tomar una pelota grande con los brazos tiesos, extendidos hacia delante y arrojarla, sin perder el equilibrio.
Coordinación: La coordinación es realizar actividades que tengan por objeto desarrollar la conciencia global del cuerpo, es realizar movimientos que comprometen varios segmentos corporales, así como la capacidad para adecuarlos a los datos entregados por los sentidos. En cuanto a la motricidad los niños de esta edad tienen un impulso enorme al movimiento, sobre todo los de 4 años: corren escaleras arriba y abajo, desean manejar una bicicleta, circulan velozmente, caminan hacia atrás distancias largas, saltan una distancia de 30 a 60 cms., salta sobre una cuerda colocada a 20 cm. del suelo.
También gustan de permanecer sentados y ejercitar la motricidad fina: enhebrando perlas, armando puzzles, cortando con una tijera, haciendo monitos de plastilina, dibujando, construyendo torres.Adquieren independencia para correr lentamente, consiguen vestirse y asearse solos.
A los 3 años se ponen zapatos, aunque a veces no en el pie correcto; desprenden los botones de la parte de adelante de sus ropas, usan las dos manos para construir una torre, copia un circulo con un lápiz, cierra el puño y mueve el pulgar, edifica cosas sencillas con bloques, puede usar una esponja o toalla para la cara y colgarla en su lugar después de usarla.
Existe una buena coordinación de manos y dedos, puede mover los dedos independientemente uno de otro. En cuanto al tomar a los 3 años el equilibrio sedente es bueno, pero se halla torpemente combinado con la actividad de toma. El niño se inclina a partir de las nalgas, sin doblar ni la cintura ni el cuello. Persiste, sin embargo, una marcada flexión del tronco y de la cabeza hacia un lado. El perfeccionamiento del mecanismo con la vista se hace evidente en el hecho de que puede trazar un cuadrado, copiar el dibujo de un circulo y construir una torre de 9 o 10 cubos. Puede atajar una pelota grande con los brazos
completamente extendidos, por lo menos una de entre dos o tres veces, aunque la acomodación realizada por los brazos el recibir la pelota es escasa, si no nula. Puede alimentarse por si solo sin derramar la comida en demasía y con ayuda de ambas manos puede verter Al desvestirse puede sacarse los pantalones.
En lo referente alasir a los 3 años efectúa una anticipación del asir aproximarse, mediante la alineación de los dedos para sacar el cubo sin tocar la mesa. Toma la bolita con más facilidad y con los dedos más extendidos.
Es perfectamente hábil para recoger objetos pequeños como la bolita, y ya empieza a manejar el lápiz a la manera adulta.
En lo concerniente al soltar, el niño suelta las bolitas con toda libertad en el frasco y coloca con precisión los tres cubos necesarios para construir un puente. Todavía insiste, sin embargo, en forzar o golpear las piezas en la tabla de formas. Al atarse los zapatos, frecuentemente deshace el lazo al retirar la mano. Coloca los cubos con lentitud, pero con precisión, aunque por lo común, algo escalonados y rotados con respecto a la alineación correcta. La mano obstruye la vista sólo parcialmente, pero la tendencia a apretar el cubo al colocarlo y la inseguridad de la mano al soltar son claros índices de que la construcción ía una difícil tarea.
Con respecto al lanzar a los 3 años y medio existe una dificultad para sumir la posición de equilibrio; vacila antes de arrojar, mira derecho hacia delante, los pies en una misma línea; se inclina ligeramente hacia la izquierda. Extiende el tronco al llevar la pelota por encima del hombro; gira al arrojar deslizando un pie hacia delante o dando un paso; arroja sirviéndose principalmente de hombro y codo. Existen progresos en el movimiento de la muñeca y la sincronización del soltar. Utiliza los dedos para guiar la trayectoria de la pelota. Los varones son superiores a las niñas en la facilidad para soltar la pelota y en la precisión de la dirección.
NIÑEZ TEMPRANA: DE 1 A 3 AÑOS DE EDAD
Qué pueden anticipar:
Entre el primer y el segundo cumpleaños, los niños:
• Son enérgicos, activos y curiosos;
• Son un poco egoístas;
• Les gusta imitar los sonidos y las acciones de otras personas (por ejemplo, al repetir las palabras que sus padres y otras personas dicen y al fingir ayudar en los quehaceres domésticos con los adultos);
• Quieren ser independientes y hacer las cosas por sí mismos;
• Tienen una duración de atención muy corta si no están involucrados en una actividad que les interesa;
• Exploran variaciones con sus destrezas físicas (por ejemplo, intentando caminar hacia atrás);
• Comienzan a ver en qué son parecidos o diferentes que otros niños;
• Juegan solos o con otros niños;
• Incrementan sus vocabularios de 2 o 3 palabras a más o menos 250 y comprenden cada vez más lo que la gente les dice;
• Piden que sus padres y otras personas les lean en voz alta, pidiendo frecuentemente sus libros o cuentos favoritos; y
• Fingen leer y escribir de la manera que ven a sus padres y otras personas hacerlo.
Entre el segundo y el tercer cumpleaños, los niños;
• Son más conscientes de otras personas;
• Son más conscientes de sus propios sentimientos y pensamientos;
• Suelen ser tercos y a veces hacen rabietas;
• Pueden caminar, correr, saltar, brincar, rodar y trepar;
• Incrementan su vocabulario de 250 a 1, 000 palabras en el transcurso del año;
• Pueden hablar en oraciones cortas de 2, 3 o 4 palabras;
• Comienzan a escoger sus cuentos y libros favoritos para leer en voz alta;
• Comienzan a contar;
• Comienzan a prestar atención a la escritura, como las letras de sus nombres;
• Comienzan a distinguir entre los dibujos y la escritura; y
• Comienzan a hacer garabatos, marcando símbolos que parecen letras.
Qué necesitan los niños en esta edad
Los niños entre 1 y 2 años requieren de:
• Oportunidades para tomar sus propias decisiones: "¿Quieres usar la taza roja o la azul?";
• Límites claros y razonables;
• Oportunidades para utilizar los músculos mayores en los brazos y las piernas;
• Oportunidades para utilizar los músculos menores para manipular objetos pequeños, tales como piezas de rompecabezas y juegos para amontonar;
• Actividades que les permitan tocar, probar, oler, escuchar y ver cosas nuevas;
• Oportunidades para aprender sobre las "causas y efectos" -- las cosas que causan que otras cosas sucedan (por ejemplo, los bloques se caen cuando se apilan demasiado alto);
• Oportunidades para desarrollar y practicar sus destrezas de lenguaje;
• Oportunidades para jugar con y aprender sobre las letras del abecedario y los números; y
• Oportunidades para aprender sobre los libros y la escritura.
Los niños entre los 2 y 3 años requieren oportunidades para:
• Desarrollar la dexteridad manual (por ejemplo, cómo agarrar los crayones y lápices, cómo armar un rompecabezas o hacer un collar de cuentas:
• Hacer más cosas por sí mismos, como vestirse solos;
• Hablar, cantar y desarrollar su lenguaje;
• Jugar con otros niños y desarrollar sus destrezas sociales;
• Experimentar con nuevas formas de mover sus cuerpos;
• Aprender más sobre la escritura y los libros y cómo funcionan;
• Hacer cosas que les ayuden a incrementar su vocabulario y su conocimiento, y que les ayuden a aprender más sobre el mundo; por ejemplo, salir a caminar y visitar bibliotecas, museos, restaurantes, parques y zoológicos.