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INTERNET, HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO SOCIAL Paula Uimonen ([email protected] ) Departamento de Antropología Social, Universidad de Estocolmo. Instituto de Investigación para el Desarrollo Social de las Naciones Unidas (UNRISD), Ginebra. Trabajo presentado en la Conferencia anual de la Internet Society, INET 97, Kuala Lumpur, 24-27 de Junio de 1997 Resumen Este Trabajo explora el rol potencial de la Internet en la promoción del desarrollo sostenible y equitativo en los países del tercer mundo. Las posibilidades de usar la Internet de una forma que beneficie a la sociedad en su conjunto y a los grupos vulnerables en particular son analizadas dentro del marco más amplio de las actuales necesidades y la infraestructura existente en estas comunidades. Entre los temas que trata el trabajo se analizan los alcances del uso actual de Internet y cómo

Internet y Desarrollo Social

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INTERNET, HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO SOCIAL

Paula Uimonen ([email protected])

Departamento de Antropología Social, Universidad de Estocolmo.

Instituto de Investigación para el Desarrollo Social de las Naciones Unidas

(UNRISD), Ginebra.

Trabajo presentado en la Conferencia anual de la Internet Society, INET 97,

Kuala Lumpur, 24-27 de Junio de 1997

Resumen

Este Trabajo explora el rol potencial de la Internet en la promoción del desarrollo

sostenible y equitativo en los países del tercer mundo. Las posibilidades de usar

la Internet de una forma que beneficie a la sociedad en su conjunto y a los

grupos vulnerables en particular son analizadas dentro del marco más amplio de

las actuales necesidades y la infraestructura existente en estas comunidades.

Entre los temas que trata el trabajo se analizan los alcances del uso actual de

Internet y cómo puede ser adaptada para mejorar la educación, la salud y los

procesos políticos.

El trabajo evalúa el proceso de cambio social que estas iniciativas representan y

discute aspectos a ser considerados, incluyendo la cuestión de las prácticas

comunicativas modernas vs. tradicionales y el rol del lenguaje.

La autora sostiene que la Internet puede convertirse en una herramienta para el

desarrollo social sólo si es aplicada de una manera tal que los complejos

desafíos de mejorar la calidad de vida de los menos privilegiados y más

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necesitados millones de personas en el mundo está contemplada. El desarrollo

social es visto aquí como el progreso alcanzado en el mejoramiento de la calidad

de vida y el bienestar general de todos los miembros de cualquier sociedad

dada. De acuerdo con esto, si la Internet está llamada a ser socialmente

beneficiosa, necesita ser puesta a resolver las tareas de alivio a la pobreza,

mejoramiento del acceso a la salud y la educación, un uso más sostenible y más

equitativa distribución de recursos, y al fortalecimiento de la participación en los

procesos de toma de decisiones.

Por lo tanto, el éxito de la Internet no debería ser medido en términos del mero

número de individuos conectados y sí en términos de accesibilidad y

contribución al progreso social.

Resaltando algunas de las cuestiones a ser consideradas y analizadas en un

contexto social y global más amplio, la autora espera contribuir al diálogo entre

todas las partes involucradas. Desde los usuarios y proveedores de Internet

hasta los decisores tanto del sector público como privado sobre la cuestión del la

responsabilidad social en el desarrollo, aplicación y uso de la Internet en el

Tercer Mundo.

Palabras clave

Conectividad, cuestiones culturales, desarrollo, revolución digital, educación,

procesos políticos, salud, sociedad de la información, cuestiones sociales.

La nueva Era

A mucha gente le gusta pensar que la naturaleza humana está en los albores de

una nueva era, la edad del auge de la comunicación. Abundan profecías acerca

de cómo el advenimiento de la tecnología digital cambiará la forma en que

vivimos, trabajamos, comerciamos e interactuamos[1]. Es creencia común que la

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así llamada era de la información traerá aparejados cambios y mejorías, y los

países de todo el mundo están ocupados construyendo la infraestructura

necesaria, las "superautopistas de la información", para enfrentar los desafíos de

la sociedad de la información del siglo XXI.

A pesar de que los adelantos de la tecnología digital son impresionantes, no

debemos olvidar que la tecnología en sí misma no es un determinante de

cambio, es sólo un facilitador. Como con cualquier otra tecnología, es el contexto

social en el cual estas tecnologías son introducidas y, sobre todo implementadas

lo que determina su uso y su impacto. De acuerdo con esto, no estamos

envueltos fatalmente en una ola de cambio histórico, somos los que estamos

protagonizándolo. La revolución de la información tiene menos que ver con los

bits y los bytes, que con las realidades y las aspiraciones de la gente común.

Dadas las herramientas disponibles, está en nosotros determinar qué tipo de

cambio tendrá lugar, y a quienes afectará[2].

¿Estamos actualmente construyendo una "Sociedad de la Información Global"

no excluyente, o un mundo estratificado de "ricos en información" y "pobres en

información"? ¿Quiénes tendrán acceso a la sociedad de la información y

quiénes quedarán atrás? ¿Serán sólo los jóvenes, ricos, educados y expertos en

computación que sepan inglés, los que calificarán como miembros de esta

nueva sociedad?, y si fuera así, ¿en qué situación queda el remanente

constituido por la mayoría de la población mundial? ¿Cómo puede la tecnología

de la información atender los muchos problemas que el mundo enfrenta hoy, un

mundo caracterizado por crecientes brechas entre ricos y pobres, inequidad,

guerra y disrupción social?[3] ¿Estamos actualmente encaminándonos hacia un

nuevo Renacimiento, una era de la Ilustración, o es probable que continuemos

en el sendero actual de la marginalidad y la desintegración social?[4]. ¿Están las

desigualdades existentes siendo rediseñadas, o se están reforzando, esta vez

con el agregado del acceso y el no acceso a la información?.

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La Internet está jugando un rol muy importante en la evolución de la tecnología

digital, pero a pesar de que ha sufrido un crecimiento notable en los últimos

años, su distribución permanece altamente asimétrica. Es imposible medir el

número exacto de usuarios, pero las estimaciones actuales arrojan un rango de

entre 40 y 60 millones, en un total de 130 países a lo ancho del mundo[5].

Se espera un crecimiento mayor, y en el reciente Foro Económico Mundial de

Davos, en Febrero de 1997, Bill Gates vaticinó que Internet tendrá 500 millones

de usuarios en los próximos 10 años. El crecimiento exponencial de Internet

puede sonar impresionante, pero estas cifras son menos impactantes cuando se

ponen en perspectiva de un mundo cuya población es superior a los 5 mil

millones de habitantes.

Más aún, más de tres cuartos de las computadoras conectadas a Internet están

situadas en los Estados Unidos, seguido por Europa y las economías

emergentes. Los usuarios de Internet en los países en desarrollo sólo

constituyen un pequeño porcentaje del total de usuarios. Así, mientras que un

estimado 3,1% de la población de los países de altos ingresos usa la Internet,

sólo el 0.0002% de la población de los países pobres está conectado, una

relación de aproximadamente 1 a 15.000 (ITU, 1995). A pesar de que más y más

países en desarrollo se están conectando con redes electrónicas, muchos de

ellos no cuentan aún con total acceso a Internet, y como era esperado, Africa, el

continente más pobre, es el menos conectado[6].

Hay también diferencias en el acceso dentro de los países, ya que la mayoría de

los usuarios de Internet pertenecen a sectores sociales muy restringidos,

sugiriendo que la Internet de hoy es principalmente la herramienta de la "elite

virtual" transnacional.

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Entonces está claro que la actual distribución del acceso a Internet necesita ser

rediseñada, especialmente en atención al mundo en desarrollo. Inclusive,

herramientas y aplicaciones apropiadas necesitan ser desarrolladas para que

todos los miembros de todas las sociedades puedan beneficiarse de la

revolución digital. Como señalara Nelson Mandela, presidente de Sud Africa en

Telecom 95 en Ginebra: "Si no podemos asegurar que esta revolución global

crea una sociedad de la información mundial, en la cual cada uno tiene un tajada

y puede jugar un papel, entonces no ha ocurrido una revolución en absoluto"[7].

Para ello una cantidad de cuestiones críticas deben ser atendidas.

Conectando al Tercer Mundo

Mucha gente sostiene que la revolución digital incluye muchas promesas para

los países en desarrollo, permitiéndoles saltear etapas de desarrollo y alcanzar a

los países más desarrollados. La idea de unirse a la sociedad de la información

global es impulsada vigorosamente en todo el mundo, en gran parte por

intereses comerciales.

Las medidas apropiadas a ser tomadas en este sentido están cada vez más en

las agendas políticas nacionales, regionales e internacionales y la mayoría de

los esfuerzos internacionales para el desarrollo apuntan a introducir las nuevas

tecnologías de la información en los lugares menos desarrollados del mundo[8]

El determinismo tecnológico subyacente asumido en estos señalamientos es, sin

embargo, altamente cuestionable, y requiere de una observación y un análisis

más preciso. Cuando estas tecnologías son colocadas en el contexto social

actual, inmediatamente el cuadro se vuelve más complejo y "los parches

tecnológicos de cualquier naturaleza no son más que una gota de agua en el

mar de la realidad"[9]

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Después de todo, no ha pasado tanto tiempo desde que la Revolución Verde

fuera proclamada como la solución del hambre en el mundo, y que la

implementación de aquellas nuevas tecnologías exacerbaran la crisis de muchos

de los pobres rurales del mundo, a causa de la falta de voluntad política y a los

intereses contradictorios de las fuerzas económicas[10]. En la aplicación de las

actuales Nuevas tecnologías las tajadas son todavía mayores, y debemos

permanecer en guardia en todo momento si queremos evitar caer en la misma

trampa.

Cuando se observa más de cerca la realidad actual del Tercer Mundo uno se ve

impelido a ser prudente acerca de las posibilidades de una mejoría radical

ofrecida por las nuevas tecnologías de la información. Los numerosos

obstáculos enfrentados indican que las inversiones necesarias para estar a tono

con las aceleradas innovaciones tecnológicas son enormes. Considerando la

vasta gama de problemas con los que ya luchan los países en desarrollo, esto

requeriría recomenzar a definir prioridades y nuevas estrategias de desarrollo. Si

las metas de ellas son servir a la población en su conjunto, es necesario que

estén basadas en evaluaciones realistas y meditadas consideraciones de las

necesidades y recursos existentes.

En la mayoría de los países en desarrollo, la infraestructura de las

telecomunicaciones ha estado largamente postergada y otras metas del

desarrollo han ocupado una prioridad más alta. Como resultado, esta

infraestructura es a menudo seriamente subdesarrollada y el costo de su uso es

más caro en los países en desarrollo que en los desarrollados. La correlación

entre riqueza y líneas telefónicas se ejemplifica con el número promedio de

líneas telefónicas cada 100 habitantes, siendo de sólo 1,5 en los países más

pobres del mundo, contra 52 en los más ricos (ITU, 1995). Agregado a la

carencia de líneas telefónicas, muchos países en desarrollo sufren la falta de

suministro eléctrico, especialmente en las áreas rurales alejadas. A menos que

estos problemas de infraestructura básica pueda ser resueltos

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imaginativamente, y de una manera sostenible, tiene poco sentido mantener

alguna ilusión acerca del uso generalizado de la Internet en los países en

desarrollo.

Existe una enorme presión internacional sobre los países en desarrollo para que

liberalicen su sector de telecomunicaciones. El argumento es que la privatización

y la competencia resultarán en mejores y más baratos servicios a la población.

Esta presión para las privatizaciones, inclusive, es a veces una condición para la

provisión de asistencia para el desarrollo, por ejemplo del Banco Mundial o

USAID. Sin embargo, uno no debería perder de vista el hecho de que las

telecomunicaciones han sido por mucho tiempo industrias nacionales en la

mayoría de los países en desarrollo, y han sido consideradas un servicio público,

más que empresas con fines de lucro. Considerando que las empresas privadas

de telecomunicaciones son movidas por un interés de lucro, hay que

preguntarse cuán interesadas estarán en proveer acceso a áreas donde hay

pocos clientes, por ejemplo, las áreas remotas y poco densamente pobladas.

Inclusive, el monopolio estatal del sector comunicaciones significa una muy

necesaria fuente de ingresos para los gobiernos de los países en desarrollo. Y

debe tenerse en cuenta que el mercado de las telecomunicaciones globales

tiene más características de un oligopolio, dominado por un puñado de

compañías, que de una competencia abierta.[11]

Para conectar democráticamente al total de la población, pueden seguirse

alternativas más vigorosas, quizás, que una rápida liberalización, incluyendo un

sector público de telecomunicaciones más eficiente o la privatización sobre la

base de procesos a más largo plazo.

El costo y las necesidades de equipamiento son otros obstáculos importantes.

Hoy en día el número de PC por habitante es aproximadamente 130 veces

mayor en los países desarrollados que en los menos desarrollados (ITU, 1995).

El costo promedio de una PC con un módem, 2000 U$, es a todas luces una

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suma astronómica para la mayoría de la gente de los países en desarrollo, con

un PBI per cápita de 970U$, mientras que en el mundo industrializado es de

16.394 (PNUD Informe sobre Desarrollo Humano, 1996).

De esta forma, el salario de seis semanas para un consumidor del Norte, es el

equivalente al salario de 2 años en el Sur. Más aún, este cálculo se basa en el

costo del equipo en los Estados Unidos, el que es generalmente más barato que

en cualquier otra parte del mundo. Se ha sugerido que los países en desarrollo

pueden usar productos de segunda mano o segunda clase en lugar de la

tecnología que representa el "estado del arte". Esto tendría, sin embargo, claras

deficiencias, ya que esos productos tienden a ser más lentos y menos

poderosos. Lo que se ahorra en equipos, se gastaría en cambio en costo de

telecomunicaciones. Todavía más, los países en desarrollo seguirían entonces

estando siempre inevitablemente a la zaga con hardware y software

desactualizados. Este descarte de equipos de segunda negaría claramente

cualquier posibilidad de saltear etapas para los países en desarrollo.

Otra cuestión importante a ser considerada es la necesidad de desarrollo de

recursos humanos. Dado el hecho de que casi la mitad de la población adulta en

los países menos desarrollados es analfabeta, está claro que esto llevará una

gran cantidad de tiempo, esfuerzo y sobre todo compromiso en beneficio de los

gobiernos y los pueblos concernientes. Los países en desarrollo necesitarán

entrenar a su población tanto en el uso como en el mantenimiento, así como en

el desarrollo, porque a menos que ellos puedan desarrollar su necesaria

capacidad autónoma, la dependencia con el Norte continuará. En efecto, para

que el Sur pueda ser un participante activo en la sociedad de la información

global, la transferencia tecnológica necesitará centrarse en mucho más que en la

compra de productos, conocimientos y servicios desde el Norte. El conocimiento

técnico en sí mismo deberá ser obtenido a través de compartir información.

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Aunque generalmente se ve como una región de crecimiento económico, la

utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en Asia

indica la existencia de discrepancias entre y dentro de los países. Se espera que

la Internet crezca rápidamente en la región, alcanzando posiblemente un

estimado de 10 millones de usuarios hacia el año 2000. La mayoría de los

usuarios de Internet asiáticos, se encuentran en Japón y entre los tigres de la

economía de Hong Kong, Singapur, Korea del Sur y Taiwán. Existe una gran

variación en lo que hace a la distribución en el resto de la región. Los ejemplos

que siguen ilustran algunas de las diferencias entre las infraestructuras

existentes y las iniciativas de desarrollo en Asia:

Los decisores de Singapur intentan sacar total provecho de las modernas

tecnologías de la información y acorde con esto han trazado metas ambiciosas.

Todos los alumnos de las escuelas primarias pasarán por entrenamiento

elemental en computación hasta 1997, al menos un miembro de cada hogar será

alfabetizado en computación hacia el año 2000, y toda la fuerza del trabajo será

alfabetizada en computación para el año 2006[12]. Junto a las compañías

extranjeras, el gobierno cableará la isla - estado a través de una red de alcance

nacional, Singapur ONE. Para asegurar el control sobre a cuál información tiene

acceso esta población bien conectada, se colocarán servidores proxy, los que

funcionarán como gendarmes fronterizos entre los usuarios de Singapur y el

Cyberespacio.

En Malasia, un ambicioso proyecto de Super Corredor Multimedia (MSC) fue

lanzado en 1996, diseñado para atraer inversiones extranjeras en la industria

nacional de la alta tecnología en una zona digital de 50 x 15 kilómetros desde la

capital hasta un nuevo aeropuerto internacional en construcción. La idea es

adquirir primeramente conocimiento técnico de las compañías internacionales

establecidas en el MSC. Más adelante los lazos se establecerán con otros

centros de alta tecnología dentro del país y, finalmente, toda la nación se

transformará en un supercorredor multimedia. De acuerdo con los planificadores,

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el país saltará en la era digital por el año 2020, pero sólo el futuro dirá hasta qué

punto la transferencia tecnológica se diseminará fuera de la(s) zona(s) digital(es)

hacia el resto del país.

Un ejemplo contrastante es la situación de la vecina Camboya, un país

despedazado por décadas de conflictos internos y que parece a años luz de la

era digital[13]. En 1994, los teléfonos eran pocos y alejados entre sí, inclusive en

la Capital, y prohibitivamente caros. En la provincia de Pursat, situada sólo a

pocas horas de Phnom Penh, no había líneas telefónicas en absoluto y la única

electricidad disponible era producida por generadores de propietarios privados.

En el pueblo principal de provincia, estaban disponibles dos teléfonos móviles

Thai para aquellos que podían afrontar su uso (a 5U$ el minuto a Europa). En

1996 se llegó a un acuerdo con el Banco Alemán para el Desarrollo para

construir una línea que vinculara a Phnom Penh con Bangkok, pasando a través

de Pursat, un proyecto que se espera concluir en 1998[14]. Considerando las

gigantescas inversiones requeridas para construir una infraestructura nacional

de telecomunicaciones, esto podría representar sólo un pequeño paso para el

pueblo de Camboya.

A pesar de los muchos obstáculos enfrentados, la dura realidad es que dada la

importancia creciente de las tecnologías de la información y la comunicación en

el mercado global, es virtualmente imposible para los países en desarrollo

resistirse a redefinir algunas de sus prioridades, si es que desean no ser

excluidos de la globalidad. Crear la infraestructura necesaria y desarrollar el

prerrequisito de los recursos humanos es, sin embargo, una tarea intimidatoria

para los países pobres, y llevarla adelante requerirá de inversiones que los

países más necesitados difícilmente puedan afrontar. Se ha estimado, por

ejemplo, que las inversiones necesarias para alcanzar una "teledensidad" de 1%

en el Africa subsahariana representa un monto de 27.000 millones de dólares,

siendo el costo de cada línea más de tres veces que en el resto del mundo[15].

Esto representa una inmensa cantidad de dinero para un continente que ya tiene

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una deuda total de 314.000 millones. Es más, el mundo en desarrollo debe

acudir a su contraparte desarrollada para el equipamiento necesario, así como

para el conocimiento, profundizando de esta manera la dependencia y el control

existente. Para que todos estos sacrificios valgan la pena, es crucial que las

aplicaciones de estas nuevas tecnologías persigan beneficios sociales.

Aplicando la Internet

La propia naturaleza de la Internet ofrece una gran cantidad de campos para el

mejoramiento de la vida de los pueblos. Es sin embargo importante evaluar

cuáles son estas necesidades, si se quiere atenderlas con precisión. Los

pueblos pobres luchan con problemas básicos cotidianos de salud, falta de

educación, y la dificultad de hacer que las cuentas cierren. De acuerdo con el

Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD de 1996, sólo el 50% de la

población en los países menos desarrollados tienen acceso a servicios de salud,

y sólo 38% tiene acceso a agua potable. En efecto, un estimado de 1.300

millones de personas viven en la pobreza absoluta, con un ingreso de sólo 1

dólar por día, y el número sigue aumentando. No es muy probable que esta

gente tenga PC y una conexión a Internet y si así fuera, no pueden comer

información ni ésta los mantendrá abrigados. ¿Cómo puede la Internet alcanzar

a esta gente y ayudarla en su lucha cotidiana?

Si la Internet va a convertirse en una herramienta para servir a los pobres, se

debe asegurar el acceso a los grupos sociales más débiles. Esto no

necesariamente significa el acceso individual. La falta de conocimiento técnico y

equipos son obstáculos fundamentales para el acceso a Internet en los países

pobres, y continuarán siéndolo en cualquier futuro visible. La mayoría de la

gente en el Tercer Mundo jamás podrá costearse su propia PC, y muchos países

no podrán invertir en la infraestructura necesaria ni en el entrenamiento. Aunque

es aconsejable abandonar la idea de la conectividad individual, por ser una meta

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no realista, es importante explorar alternativas que no refuercen un grupo elitista

de los que tienen información.

Por lo tanto, más que apuntar al acceso individual, es por lejos más beneficioso

socialmente explorar el acceso basado en la comunidad, lo que en sí mismo es

una meta ambiciosa. En efecto, en Europa ésta es la manera en que se alcanza

el acceso más amplio a Internet, y un número de países está estableciendo

puntos de acceso público en centros comunitarios y bibliotecas públicas.

Iniciativas similares están teniendo lugar asimismo en países en desarrollo, a

través de, por ejemplo, oficinas de correo locales y cybercafés comerciales. Vale

la pena hacer notar también que las aproximaciones innovadoras combinan las

modernas tecnologías de la información con medios más tradicionales de

compartir información. En algunos casos los mensajes de correo electrónico se

imprimen y se distribuyen a los destinatarios, alcanzando la Internet a gente que

puede no haber visto una computadora nunca.

Hay numerosas aplicaciones de Internet en sectores específicos. Los ejemplos

siguientes sirven como ilustración de lo que se puede lograr, y cuestiones a ser

consideradas.

Ejemplo: Salud

En el sector de la salud, la telemedicina ofrece un número de ventajas para los

doctores y el resto del personal médico. En el Tercer Mundo en particular, es a

menudo difícil tener acceso al conocimiento actualizado para un diagnóstico

preciso y para el tratamiento de la enfermedad. Esto es particularmente cierto en

las áreas rurales alejadas, pero en muchos casos también en las áreas urbanas.

Las redes computarizadas facilitan el acceso a la información precisa y

actualizada, permiten entrenamientos y consultas a larga distancia, y mejoran la

administración del sector salud. Iniciativas en línea para atender la medicina y la

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salud están promoviendo el establecimiento de redes de salud entre hospitales y

profesionales de la salud a escala mundial y proveen actualizaciones sobre la

investigación médica.

 

Por el contrario, uno no debería olvidar que muchos problemas de salud en el

Tercer Mundo no requieren de tan alta tecnología. Durante una conferencia

reciente sobre "Africa y las nuevas tecnologías de la información", una

participante apuntó que muchos de sus pacientes podrían ser curados con

remedios tan simples como el acceso al agua potable[16]. En efecto, la falta de

agua potable y la falta de higiene continúan siendo los más grandes desafíos en

el mundo de hoy, con sólo la mitad de la población mundial con acceso al agua

potable.[17] Inclusive, aunque la información y la educación puedan despertar la

atención de la gente sobre los problemas que se derivan de un mala higiene y

de aguas contaminadas, la información en sí misma es un remedio insuficiente,

si la gente carece de medios para implementar lo que aprende.

Ejemplo: Educación

El mismísimo origen de la Internet está fuertemente ligado a la educación, ya

que fue en universidades e institutos de investigación donde las redes

electrónicas fueron inicialmente desarrolladas. Desde entonces ha evolucionado

desde compartir los resultados de las investigaciones entre científicos y alumnos

hasta el acceso a bibliotecas, escuelas y universidades en todo el mundo. No

solamente se puede encontrar interesante material de referencia y recursos

valiosos, sino que cada vez más, uno puede "bajar" libros y revistas, poniendo

así Internet un cúmulo de conocimiento al alcance de la mano. La Internet

también permite métodos de enseñanza alternativos a través de clase virtuales y

educación a distancia, permitiendo así que más gente tenga acceso a la

educación.

 

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Mientras que Internet es por varias razones una puerta abierta al mundo del

aprendizaje, el estado de la educación en el mundo de hoy deja mucho que

desear. Los índices de analfabetismo son todavía muy altos en muchas parte del

mundo, y, por ejemplo, sólo un niño de cada dos recibe educación primaria en el

continente africano. Mientras que los gobiernos del mundo están luchando para

construir superautopistas de la información, pocos de ellos parecen igualmente

dispuestos a invertir en métodos de aprendizaje más tradicionales. En todo el

mundo, tanto en los países ricos como en los pobres, los sistemas educativos

están deteriorándose. Más y más a menudo uno encuentra que las escuelas

están pobremente equipadas, las clases están afectadas y los docentes

pobremente capacitados, mal pagados y sobrecargados de trabajo[18]. Con

unas pocas excepciones notables, parece que la educación es uno de los

primeros sectores a los que se apunta cuando es necesario hacer recortes al

presupuesto nacional. Y evidentemente no tiene mucho sentido invertir en

superautopistas de la información, mientras se trunca uno de sus prerrequisitos:

sólida y adecuada educación para todos.

Ejemplo: Procesos políticos

La facilidad con que la información puede ser publicada y diseminada en la

Internet, permite estructurar políticas más democráticas y participativas. Las

redes computarizadas han sido usadas por muchos años para compartir

información sobre importantes eventos, y dado el mundo de creciente

integración en que vivimos, parecería imposible detener estos flujos de

información. Por ejemplo, los estudiantes chinos pudieron comunicarse a través

de correo electrónico, hacia fuera del país como hacia adentro, antes, durante y

después de la represión de Tianamen en 1989, en Beijing, resistiendo así la

fuerte censura gubernamental y asegurando un libre flujo de la información[19].

No es menos cierto que el hecho mismo de que la información sea procesada,

almacenada y transmitida en formato digital permite un mayor control[20].

Después de todo, las transmisiones digitales dejan huellas digitales.

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Aunque la creatividad que se encuentra entre los usuarios de Internet puede

sortear tales intentos de control, las cuestiones de privacidad e integridad

personal requieren mayores y más profundas consideraciones.

Los intereses políticos de los gobiernos continuarán siendo un elemento de gran

influencia en la futura expansión de la Internet, tanto en el mundo desarrollado

como en el mundo en desarrollo.

Debido a la propia facilidad con que la información puede viajar a través de

redes electrónicas, la Internet es restringida o considerablemente recortada en

muchos países. Los intereses políticos que subyacen a estas medidas están de

hecho relacionados con contradicciones inherentes al orden mundial moderno,

como los flujos transnacionales de personas, productos e información versus la

administración política dentro de los límites de los estados nacionales[21]. La

Internet puede servir como un poderoso medio para alcanzar identificación

social, un aspecto importante de cualquier sociedad. De hecho, en el pasado,

formas sociales más complejas han permitido y así también han sido logradas

por herramientas comunicativas cada vez más sofisticadas[22].

Mientras los medios modernos, como la televisión, pueden ser usados para

promover la unidad nacional, estas herramientas son a veces usadas también

para los muy opuestos propósitos de crear la disrrupción social, por ejemplo a

través de propaganda racista.

Es entendible que la soberanía de un país necesite ser protegida, y estas

naciones tienen el derecho de prohibir contenidos considerados ofensivos o

indeseables. Sin embargo, a pesar de que el contenido puede ser controlado

dentro de las fronteras del país, la naturaleza global de Internet hace muy difícil

conseguir el control completo. Pero además, la visión de los decisores no

siempre refleja la de la población en su conjunto.

Page 16: Internet y Desarrollo Social

Mundos virtuales, brechas culturales

El origen norteamericano de Internet se hace evidente en el idioma dominante

en la red, así como en el origen de la mayor parte de los "sitios" existentes. Esta

influencia anglófona tanto en forma como en contenido podría ser interpretada

en términos de dominación cultural, o hegemonía cultural, y la Internet podría ser

vista como un vehículo para mercadear ideas y valores provenientes de una

parte muy específica y poderosa del mundo[23].

Los parámetros actuales de distribución y producción de contenido reflejan y

refuerzan, de hecho, la altamente asimétrica naturaleza de la estructura de la

comunicación global y de los medios masivos[24]. Los programas informáticos

de traducción solucionarán este problema hasta cierto punto, ofreciendo el uso

de una multitud de idiomas. Y no debería olvidarse que el inglés, también

cumple la función de lingua franca global, permitiendo que personas de

diferentes orígenes culturales se comuniquen entre sí.

Si la Internet será un verdadero medio multicultural, será importante alentar a la

gente del Tercer Mundo a usar activamente la Internet y a expresarse no sólo en

su propio idioma, sino también en su propio marco de referencia. El hecho de

que sólo un estimado de 5 - 10 % del contenido de Internet sea de origen

asiático, mientras que la población asiática representa casi la mitad de la

población mundial, indica cuán lejos esta la Internet de la diversidad cultural.

Además, será importante mejorar la infraestructura de las telecomunicaciones

entre países del Tercer Mundo y promover la comunicación intrarregional. De

varias maneras la infraestructura existente refleja los intereses de los poderes

mundiales; usualmente las conexiones a los Estados Unidos o a Europa son

mucho mejores que entre países limítrofes[25].

Page 17: Internet y Desarrollo Social

Los aspectos socio culturales de la Internet no se restringen sólo al dominio del

idioma y el contenido. La Internet simboliza una forma específica de

comunicarse, la que es influenciada por un número de variables.

Alguna de ellas están relacionadas con su origen norteamericano, reflejando

visiones del mundo y estilos de interacción social "americanos". La Internet está

también influenciada por las profecías de su pioneros, muchos de los cuales ven

la Internet como un herramienta de poder, permitiendo formas más democráticas

de compartir información y estructuras institucionales más descentralizadas.

Debe mencionarse también a las influyentes subculturas "en línea", como los

jóvenes entusiastas de la computación, hackers, que han desarrollado su propia

ética y lineamientos para la interacción en línea. En cierta forma se puede hablar

de cybercultura, una mezcla de diferentes influencias formadas en el mundo al

interior de Internet, así como al exterior de ella [26]. Como con cualquier otra

cultura, los elementos de estas culturas están distribuidos de manera dispar y

cambian con el tiempo, representando parámetros de significados, ideas y

valores, más que una estructura rígida. Y su influencia es claramente visible en

muchas características del cyberespacio, tanto en forma como en contenido.

La forma de comunicarse en Internet, o mejor dicho, las formas son diferentes

en muchos aspectos de las formas tradicionales de interactuar, tanto en el

mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, aunque el contraste es

probablemente más agudo con relación al último. Para comenzar, son medios de

comunicarse altamente individualistas, opuestos a formas más colectivas. La

tradicional reunión de vecinos parece estar absolutamente eliminada de las

prácticas prevalecientes en la red. En segundo lugar es un interacción

mediatizada por computadoras, en lugar de la interacción cara a cara, resultante

de las herramientas técnicas utilizadas. Estas herramientas son restrictivas

cuando se las compara con la riqueza de la interacción cara a cara, a pesar de

que permiten también nuevas formas de interacción. Debería reconocerse que

estando tan alejada del medio social inmediato y de las formas tradicionales de

Page 18: Internet y Desarrollo Social

interacción, existe el peligro de que la Internet reemplace el contacto humano,

llevando a la alienación social.

Parecería que para mucha gente en todo el mundo, este tipo de interacción

computarizada se sentiría no sólo extraña, sino quizás también altamente

indeseable, especialmente considerando que millones de personas jamás han

usado un teléfono. La interacción a través de Internet es demasiado impersonal,

virtual, más que real. Para que la Internet sea adoptada por la mayoría de la

población mundial, se necesitan desarrollar interfaces más amigables,

socialmente familiares y mejor adaptadas a las prácticas comunicativas

tradicionales.

Referencias

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Notas

[1] Dos de los libros más citados e influyentes sobre los cambios posibles son

"La Tercera Ola" de Alvin Tofler, 1980 y su Digital, 1995 de Nicholas

Negroponte.

[2] De los análisis críticos sobre la sociedad d ela información, se debe

mencionar a "Inequidad de Información" de Hebert Schiller, 1996. También se

Page 21: Internet y Desarrollo Social

pueden encontrar reflexiones interesantes en Silicon Snake Oil: "Second

Thoughts on the Information Highway", 1995

[3] Ver "Estados de desorden: los efectos sociales de la Globalización",

UNRISD, 1995

[4] Ver: "Sobre los Costos Sociales de la Modernización: Desintegración social,

Atomia/Anomia y desarrollo social", Johan Galtung, UNRISD, 1995

[5] El número de países conectados es aún mayor si se incluyen otras redes,

como por ej. BITNET y FidoNet, en este caso el número total es 186 países en el

mundo (Las cifras fueron tomadas de "OnthelInternet", Noviembre/Diciembre

1996, pág.50)

[6] "Conectividad Internacional", versión 15, 6/15/96, reproducida en

OnthelInternet, Noviembre/Diciembre 1996. También disponible en

ftp.cs.wisc.edu

[7] http://www3.itu.ch:80/TELECOM/wt95/pressdocs/manddist.html

[8] Algunas de las organizaciones más destacadas en este campo son el Word

Bank y USAID, promoviendo las iniciativas de InfoDev y Leland respectivamente.

Canadá también está fuertemente involucrada, y se debería mencionar a la

inciativa Acacia de IDRC que pone énfasis en la aplicación de información y

tecnología de comunicación en el nivel de base. UNDP está también

comenzando a incorporar desarrollo de tecnología de la información en sus

programas.

[9] "Una perspectiva del Tercer Mundo" de Juan Rada, en Günter Friedrichs y

Adams Schaff (eds); "Microelectrónica y Sociedad: par mejor o peor", 1982, pag.

Page 22: Internet y Desarrollo Social

216; citado en "La sociedad de la información: cuestiones e ilusiones", de David

Lyon, 1988, pág. 14

[10] Las nuevas variedades productoras de grano introducidas durante la

Revolución Verde sólo podían ser conseguidas por granjeros con terrenos

grandes, lo que excluyó a muchos de los granjeros menos ricos. Además los

efectos perjudiciales resultaron de la alta concentración de químicos y

fertilizantes.

[11] AT&T - Unisource, Global One, Concert and Cable & Wireless dominaron

más de la mitad del mercado globlal de las telecomunicaciones (trabajo

preparado por Tim Kelly, ITU, para el Seminario "Telecomunicaciones y

crecimiento económico", Ginebra, Oct. 1996)

[12] Discurso inaugural del Primer Ministro Suplente y Ministro de Defensa de

Singapur, Dr. Tony Tan Keng Yam, en la exposición COMDEX ASIA 96 del 25

de Set. 1996, en Singapur

[13] Observaciones hechas por la autora durante su trabajo de campo en 1994

[14] "Phnom Penh Post" 12-15 julio de 1996

[15] Pekka Tarjane, Secretario General de ITU, "Desarrollo de los sistemas de

comunicación en información en Africa: Desafíos y perspectivas", Conferencia

dictada en el Seminario "Africa y las nuevas tecnologías de la información",

Ginebra, Oct. 1996

[16] Ginebra, Oct. 1996

[17] Nicholas D. Kristof, "La higiene y el agua causan estragos en el Tercer

Mundo", en el International Herald Tribune, 10 enero 1997

Page 23: Internet y Desarrollo Social

[18] Ver, por ejemplo, un informe especial sobre educación internacional en el

International Herald Tribune, 19-20 Octubre 1996

[19] La crónica de la comunicación electrónica entre los estudiantes chinos está

registrada en T. Vimonen y E Stahle, "Correo electrónico en China", 1989.

[20] Para un análisis reflexivo del rol del control en las sociedades modernas ver

Michel Foucault: "Disciplina y castigo: el nacimiento de la prisión", 1979

[21] Anthony Giddens, "Las consecuencias de la Modernidad", 1990

[22] Benedict Anderson, "Comunidades imaginadas", 1983

[23] Cees Hamelink, "Tecnologías de la Información y la Comunicación y

Desarrollo Social", trabajo introductorio preparado para UNSRID, de próxima

aparición

[24] Ulf Hannerz, "Complejidad cultural. Estudios de la Organización Social del

significado", 1992

[25] Neal Stephenson sigue el trazado del cable más largo del mundo en "Mother

Earth, Motherboard", en "Cableado" Diciembre de 1996. Este cable mejora las

conexiones entre Europa y Asia, y hasta cierto punto dentro de Asia también.

[26] Sherry Turkle, "Vida en pantalla. Identidad en la era de la Internet", 1996, y

Steve Mizrach, "Lo que es virtual en la cultura virtual", 1995

Agradecimientos

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La autora quiere expresar su gratitud hacia las muchas personas que

contribuyeron en la redacción de este trabajo. Colegas de UNSRID, Salon

Barraclough, Cynthia Hewitt de Alcántara y Kizito Nsarhaza, compartieron sus

observaciones y conocimiento en cuestiones de desarrollo social. Christopher

Goldschmidt ayudó a poner el "boom tecnológico" en perspectiva, basandose en

su propio trabajo en proyectos de comunicación rural en países en desarrollo.

Datos sobre el desarrollo de Internet en Asia, comentarios y lineamientos del

trabajo en sí fueron generosamente aportados por Terho Uimonen. Carol Pina

aportó una apreciada asistencia editorial y contribuyó a la sustancia de este

trabajo a través de una observación aguda y búsqueda de material sobre el

mundo del cyberespacio y sus vínculos con nuestra realidad social. Nada de

este trabajo hubiera sido posible sin contar con la mente inquisitiva,

conocimiento técnico y paciencia de Erik Vought. Si bien la ayuda de todos los

mencionados ha contribuido a la redacción de este trabajo, la autora asume la

plena responsabilidad por el resultado final.