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rico, incluso nuestra fatalidad (Verhängnis), dirá Heidegger en sus refle- xiones sobre la Superación de la metafísica de 1936 a 1946. 22 Ésta será la perspectiva dominante en el curso de Introducción a la metafísica de 1935, publicado en 1953, obra, como vio claramente Jean Wahl, que in- tenta no tanto introducir a la metafísica como salir de ella. 23 Acontecimiento fundamental de nuestro Dasein en 1929, la metafí- sica pasa a ser en 1935 acontecimiento fundamental de nuestro destino planetario. 24 Resulta difícil seguir las huellas de esta transformación de la metafísica en la obra de Heidegger, porque, después de ¿Qué es metafísi- ca?, tras encadenar sus publicaciones más importantes de 1927 a 1929, este autor no publica nada más en el espacio de varios años. Su primera 22. M. Heidegger, Vorträge und Aufsätze, Neske, Pfullingen 1954, p. 73 [Confe- rencias y artículos, trad. por E. Barjau, Ediciones del Serbal, Barcelona 1994, p. 69]: «La metafísica, en todas [!] sus figuras y en todos [!] sus niveles históricos, es una única fa- talidad, pero quizás también la fatalidad necesaria de Occidente [das notwendige Ver- hängnis des Abendlandes] y el presupuesto de su dominio planetario». Hay que enten- der bien el sentido de esta «fatalidad», que no designa tanto un fatum ciego como una orientación cada vez más marcada de nuestra civilización (y que, a diferencia de un fatum, puede ser detenida o por lo menos «moderada»). Véanse sobre esto las observa- ciones de D. Janicaud, «Phénoménologie et métaphysique», en J.-M. Narbonne y L. Langlois (eds.), La métaphysique. Son histoire, sa critique, ses enjeux, o. cit., p. 123: «Después de Nietzsche y a partir del segundo Heidegger, la metafísica no es vista ya sólo como corpus o como proyecto, sino también como destino. ¿Qué hay que entender por ello? Ciertamente, no un fatum que se impone masiva y mecánicamente. Hay que enten- der que la íntima orientación del pensamiento occidental al dominio racional de las co- sas y de los seres ha otorgado a nuestra historia un sentido que tiende a escapar a nues- tras voluntades y a nuestro control, mientras se lleva a cabo hoy en día la conquista del planeta y del cosmos a través de la ciencia y de la técnica. ¿Ese sentido manifiesta la ver- dad del impulso metafísico anterior o es más bien su disfraz?». 23. J. Wahl, Vers la fin de l’ontologie. Étude sur l’Introduction à la métaphysique par Heidegger, Société d’Édition d’Enseignement Supérieur, París 1956, p. 4 (citado por G. Haeffner, Heideggers Begriff der Metaphysik, Johannes Berchmans Verlag, Múnich 1981, p. 137). Heidegger destacará también la voluntaria ambigüedad de su título en el curso de 1935 (GA, 40, 22). 24. Véanse las afirmaciones del curso del verano de 1930 (GA, 31, 115): «Asimis- mo, no es eso lo que tiene de decisivo el libro titulado Ser y tiempo; lo que importa es que el lector preste atención al acontecimiento fundamental de la metafísica occidental [das Grundgeschehen der abendländischen Metaphysik], la metafísica de todo nuestro Da- sein, acontecimiento acerca del cual los libros particulares nada tienen que decidir y ante el cual debemos ante todo inclinarnos». Texto todavía algo ambiguo, porque mantiene la identidad entre la metafísica de nuestro Dasein y el acontecimiento que constituye el conjunto de la metafísica occidental. Identidad rigurosa no obstante, porque todo nues- tro Dasein se encuentra de hecho atrapado por este acontecimiento de la metafísica occi- dental. 331 Heidegger: la resurrección de la cuestión del ser...

Introducción a La Metafísica - Grondin, Jean 332

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rico, incluso nuestra fatalidad (Verhängnis), dirá Heidegger en sus refle-xiones sobre la Superación de la metafísica de 1936 a 1946.22 Ésta será laperspectiva dominante en el curso de Introducción a la metafísica de1935, publicado en 1953, obra, como vio claramente Jean Wahl, que in-tenta no tanto introducir a la metafísica como salir de ella.23

Acontecimiento fundamental de nuestro Dasein en 1929, la metafí-sica pasa a ser en 1935 acontecimiento fundamental de nuestro destinoplanetario.24 Resulta difícil seguir las huellas de esta transformación de lametafísica en la obra de Heidegger, porque, después de ¿Qué es metafísi-ca?, tras encadenar sus publicaciones más importantes de 1927 a 1929,este autor no publica nada más en el espacio de varios años. Su primera

22. M. Heidegger, Vorträge und Aufsätze, Neske, Pfullingen 1954, p. 73 [Confe-rencias y artículos, trad. por E. Barjau, Ediciones del Serbal, Barcelona 1994, p. 69]: «Lametafísica, en todas [!] sus figuras y en todos [!] sus niveles históricos, es una única fa-talidad, pero quizás también la fatalidad necesaria de Occidente [das notwendige Ver-hängnis des Abendlandes] y el presupuesto de su dominio planetario». Hay que enten-der bien el sentido de esta «fatalidad», que no designa tanto un fatum ciego como unaorientación cada vez más marcada de nuestra civilización (y que, a diferencia de un fatum, puede ser detenida o por lo menos «moderada»). Véanse sobre esto las observa-ciones de D. Janicaud, «Phénoménologie et métaphysique», en J.-M. Narbonne y L.Langlois (eds.), La métaphysique. Son histoire, sa critique, ses enjeux, o. cit., p. 123:«Después de Nietzsche y a partir del segundo Heidegger, la metafísica no es vista ya sólocomo corpus o como proyecto, sino también como destino. ¿Qué hay que entender porello? Ciertamente, no un fatum que se impone masiva y mecánicamente. Hay que enten-der que la íntima orientación del pensamiento occidental al dominio racional de las co-sas y de los seres ha otorgado a nuestra historia un sentido que tiende a escapar a nues-tras voluntades y a nuestro control, mientras se lleva a cabo hoy en día la conquista delplaneta y del cosmos a través de la ciencia y de la técnica. ¿Ese sentido manifiesta la ver-dad del impulso metafísico anterior o es más bien su disfraz?».

23. J. Wahl, Vers la fin de l’ontologie. Étude sur l’Introduction à la métaphysiquepar Heidegger, Société d’Édition d’Enseignement Supérieur, París 1956, p. 4 (citado porG. Haeffner, Heideggers Begriff der Metaphysik, Johannes Berchmans Verlag, Múnich1981, p. 137). Heidegger destacará también la voluntaria ambigüedad de su título en elcurso de 1935 (GA, 40, 22).

24. Véanse las afirmaciones del curso del verano de 1930 (GA, 31, 115): «Asimis-mo, no es eso lo que tiene de decisivo el libro titulado Ser y tiempo; lo que importa es queel lector preste atención al acontecimiento fundamental de la metafísica occidental [dasGrundgeschehen der abendländischen Metaphysik], la metafísica de todo nuestro Da-sein, acontecimiento acerca del cual los libros particulares nada tienen que decidir y anteel cual debemos ante todo inclinarnos». Texto todavía algo ambiguo, porque mantiene laidentidad entre la metafísica de nuestro Dasein y el acontecimiento que constituye elconjunto de la metafísica occidental. Identidad rigurosa no obstante, porque todo nues-tro Dasein se encuentra de hecho atrapado por este acontecimiento de la metafísica occi-dental.

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Heidegger: la resurrección de la cuestión del ser...

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