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Cuaderno de Formación Nº 11
PROYECTO DE INVESTIGACIÓNJUVENTUD Y PRIMER EMPLEO
Autora: María Augusta SteinbergBecarios: Analía Roizman Lucio De Cotto
Coordinación de edición: María Augusta SteinbergAño 2004
Material editado por INFORCCASEnrique Sosa
Damián RaventosVíctor Carricarte
Luis del YerroMaría Augusta Steinberg
Publicación realizada con el apoyo de Solidaridad Mundial
PROYECTO DE INVESTIGACION INFORCCAS 2004
JUVENTUD Y PRIMER EMPLEO
Introducción
En este vertiginoso principio de siglo que estamos transitando, uno de los grandes temas que
provoca inquietud en casi todos los países del mundo es el de la situación actual de la juventud en
materia de trabajo y empleo. Se torna cada vez más urgente la necesidad de crear e instrumentar
marcos adecuados que posibiliten la real integración de los jóvenes en los procesos sociales, económicos
y políticos que estamos viviendo.
Otro aspecto de la realidad está signado por el hecho de que la humanidad está comenzando a
tomar conciencia de la emergencia de la multi-diversidad y el desafío que se presenta es la construcción
de formas de integración que contemplen efectivamente la diferencia, la multi-polaridad, la complejidad
en su dimensión socio-cultural.
En función de la presente investigación, entonces partiremos de la premisa de que el universo
juvenil no puede concebirse como una totalidad compacta y homogénea, sino por el contrario, el
mundo actual de los jóvenes está caracterizado por la heterogeneidad y diversidad.
Si partimos entonces de tal premisa resulta necesario reconocer las particularidades que hacen
al modelo económico y al mundo del trabajo, en relación a los jóvenes en la Argentina.
LA DIMENSIÓN GLOBAL DEL TRABAJO
Asistimos a lo que se ha dado en llamar desde la década pasada “un nuevo orden mundial” que
marca el inicio de una etapa histórica muy compleja. Se ha producido la reunificación del mercado
mundial. El trabajo1 y el propio trabajador pierden cada vez más su carácter individual y local al modo
en que la primera mitad del siglo XX nos había acostumbrado.
1 Utilizamos la distinción construida por Hanna Arendt en su obra “La Condición Humana”, dondelabor y trabajopertenecen a ordenes diferentes: “El trabajo de nuestras manos, a diferencia del trabajo de nuestros cuerpos– el homo faber que fabrica literalmente “trabaja sobre” diferenciado del animal laboans que elabora y “mezcla con”- , fabrica la interminable variedad de cosas cuya suma total constituye el artificio humano. A esta definición, debeagregarse la distinción de lo que significa elempleo, el cual alude a la protección social que conlleva un trabajo formal.
Un gran número de países tienden a integrarse en mercados regionales y globales. En nuestro
caso el MERCOSUR. Este aspecto se ha complicado y facilitado a la vez por la irrupción de novedosos
medios de comunicación, que operan al servicio de las organizaciones empresariales del mundo. Algunos
autores ya han hablado de la transformación del mundo en una fábrica global.
La implementación de este nuevo modelo ha impactado en todos los órdenes de la vida social,
originando cambios en las relaciones de poder, en las pautas culturales, en los valores humanos y en la
propia construcción de la subjetividad de los actores sociales.
Dado este escenario se ha puesto, desde las empresas, los gobiernos y los organismos
internacionales dedicados a esta temática, una mayor exigencia en las competencias del trabajador.
En la actualidad se habla ya hace años de la formación permanente como base para la polivalencia
ocupacional, sobre todo de los jóvenes. Una de las preguntas que nos haremos a lo largo del presente
trabajo es: ¿quién se forma, o accede a la formación?, ¿cómo se caracteriza esta formación permanente?
Así mismo intentaremos diferenciar las nociones de formación y capacitación.
Escuchamos muchas veces por parte de los empleadores o de algunos organismos internacionales
y gubernamentales, acerca de la necesidad de dominar varios oficios u actividades, que hay que estar
preparado para cambiar de trabajo con frecuencia, que las exigencias son mayores a la hora de encontrar
un trabajo, etc.
En consecuencia, y siguiendo este razonamiento, se hace necesaria a la hora de insertarse
laboralmente, una capacidad de aprendizaje en una variedad de tareas, que implica la adquisición de
diferentes habilidades.
Si es tal el perfil de competencias que se requiere a la hora de buscar un trabajo, no es posible
concebir la educación formal divorciada de la formación profesional. Pero, ¿cómo organizar e
implementar tal ajuste para que sean los jóvenes los beneficiados?
La tendencia actual que marca el neoliberalismo en todo el mundo, pero con mayor
crudeza en los países pobres, es que la producción crezca sin expansión del empleo. Los
niveles crecientes de desempleo generan a muy corto plazo un incremento de la exclusión. En
consecuencia el trabajo, gran integrador de la era industrial, no cumple más esa función para una parte
considerable de la humanidad.
La desocupación involucra a nivel mundial a 70 millones de jóvenes según estadísticas de la
OIT. Esta cifra representa un 41% de la población mundial de desempleados, que en total suma 160
millones de personas en todo mundo. En diferentes países desde Colombia hasta Egipto, más de uno
de cada cuatro jóvenes se declara sin trabajo, buscando trabajo y/o disponible para trabajar. En nuestro
país 6 de 10 millones de jóvenes se encuentran fuera del sistema formal.
Si se observa el comportamiento del mercado de trabajo en la última época en la Argentina, se
puede constatar que existía una tendencia a la terecerización del empleo, ya que la industria tradicional
había dejado de absorber personal al tiempo que el sector de servicios manifestaba un crecimiento
significativo. Sin embargo, la crisis de principios del 2000 detuvo e incluso redujo el crecimiento en el
empleo del sector servicios.
Existe otro factor decisivo que es necesario considerar a la hora de esbozar un diagnóstico de
la situación de los jóvenes y la relación de éstos con el trabajo: la irrupción de las nuevas tecnologías en
el sector productivo.
El actual desarrollo tecnológico ha impregnado las formas y organizaciones de la producción.
Con ello se ha generado el surgimiento de nuevos perfiles ocupacionales y ha provocado que la mano
de obra menos calificada sea sustituida por la robotización progresiva. De esta manera, la capacidad de
manejar tecnologías, hasta ayer desconocidas, se vuelve clave para lograr la inserción laboral.
Con este último ingrediente se aprecia que el trabajo, en cuanto a elemento de integración
social, 1 ha comenzado a perder sus rasgos tradicionales.
El efecto emergente de esa nueva forma de producir es el aumento de la cantidad de personasque han quedado fuera del mercado laboral.
Hoy en día los jóvenes constituyen uno de los grupos etarios más afectados por la desocupación.
Resulta concluyente entonces hablar de un fenómeno de exclusión provocado por el desempleo.
¿Qué formas adquiere hoy el empleo juvenil?
- El clásico modelo de “trabajo de tiempo completo y para toda la vida” se ha transformado
para los jóvenes argentinos en una utopía imposible de alcanzar.
- La búsqueda del primer empleo constituye uno de los procesos más difíciles por los que debeatravesar el joven en su intento de inserción laboral. Una vez completado sus estudios, o queestos son abandonados, el joven se enfrenta a un mercado que le exige un alto nivel de calificacióny que considera la experiencia previa como un requisito fundamental. De esta forma se generauna especie de círculo vicioso cuya manifestación es el elevado porcentaje de buscadores detrabajo.
1 “La vita activa vida humana hasta donde se haya activamente comprometida en hacer algo, está siempreenraizada en un mundo de hombres y de cosas realizadas por estos, que nunca dejan ni trasciende por completo(…) ninguna clase de vida humana, ni siquiera la del ermitaño en la agreste naturaleza, resulta posible sin unmundo que directa o indirectamente testifica la presencia de otros seres humanos. Todas las actividades humanasestán condicionadas por el hecho de que los hombres viven juntos, si bien es sólo la acción lo que no cabe nisiquiera imaginarse fuera de la sociedad de los hombres. La actividad de la labor no requiere la presencia de otro,aunque un ser laborando en completa soledad no sería humano, sino un animal laborans en el sentido más literalde la palabra” H. Arendt “La Condición Humana”
- Una de las características más acentuadas de la inserción ocupacional de los jóvenes se encuentra
en la precariedad e inestabilidad del empleo. Es decir, existe un elevado porcentaje de jóvenes
ocupados que no aportan a la seguridad social y, por lo tanto, se encuentran desprotegidos
laboralmente.
Problemática de investigación:
a) ¿Cuáles son las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que afectan a los jóvenes
al momento de buscar trabajo?
b) ¿Cuáles son las características del trabajo para los jóvenes en la Argentina?
c) ¿Cuál es el perfil que se busca para acceder a un “primer trabajo”?
d) ¿Cuál es el papel del sindicalismo, y en particular de sus institutos de formación, para aportar al
cambio de la situación actual de los jóvenes?
Objetivo general:
- Comprender y describir las visiones actuales de los expertos en la materia, de los propios jóvenes y de
los dirigentes de los sindicatos afiliados al CCAS, a cerca de la problemática de la juventud en relación
al primer empleo.
Objetivos específicos:
- Describir la situación social, cultural, económica y política de la Argentina en función deltrabajo y los jóvenes.
- Describir y comprender la visión de los expertos y de los organismos internacionales en materia
de juventud y primer trabajo.
- Describir y comprender la visión de los dirigentes sindicales afiliados al CCAS en materia de
juventud y primer trabajo.
- Describir y comprender la visión de los jóvenes en relación al primer trabajo.
- Describir y analizar las experiencias que se han dado y se dan en materia de juventud y primer
trabajo a nivel regional.
Marco teórico
Transformaciones en el campo laboral argentino, y su relación con los
jóvenes.
La crisis del empleo en la Argentina se define a partir de particularidades muy complejas, como
señala la mayoría de las investigaciones que se realizan en el país a cerca del tema del trabajo, el empleo
y la situación socioeconómica. Por ello es posible señalar que tal crisis no se reduce sólo a los cambios
estructurales de la última década; ni tampoco puede ser explicada únicamente a partir de las condiciones
endógenas, sino también gracias al análisis de factores y cambios que han operado a nivel internacional.
1
El panorama que les presenta el fenómeno de la globalización a los jóvenes se enmarca en un
contexto complejo de desempleo masivo el cual implica por un lado, exclusión social y, por otro lado
la proliferación de las industrias culturales y la creatividad que despliegan los jóvenes, al intentar dar
respuesta y solución ante la falta de horizontes de desarrollo.
En las últimas décadas se puede observar como fue modificándose el paradigma del fordismo,
que regía a escala mundial el desarrollo socio-económico. Este paradigma consistía en una división
social y técnica del trabajo tal, que a cada trabajador se le asignaba una o varias tareas específicas. Estas
tareas consistían en ciclos cortos que no requerían de las calificaciones adquiridas. Los trabajadores
tenían tiempos específicos para la realización de la tarea impuesta y eran supervisados por trabajadores
indirectos. Este tipo de trabajo daba como resultado un trabajador especializado en su área, rígido y
parcelado. En dicho sistema de trabajo las jerarquías cumplen un papel muy importante, el de mantener
los diferente escalafones de poder de manera inamovibles, alentando el trabajo individualista.
Pero en las últimas décadas, se despliega un tiempo de expansión, cuantioso y sistemático, de las
empresas transnacionales y de sus inversiones de capital por diferentes partes del mundo, con lo cual
se genera un incremento del intercambio comercial a nivel mundial y la conformación de grandes
bloques comerciales.
1 Al respecto, Frenkel y Goanzález Rosada (1999); Altimir y Beccaria (1999), Neffa, J., Batisttini, O., Pangio, D.y P. Peréz (1999): Silva (2001-2002) y Rubio (2002) dan cuenta de algunas de las singularidades que parecenhaber caracterizado a este proceso)
El auge del comercio intra-industrial, la expansión del capital financiero más allá de las fronteras
y el boom de las transacciones financieras, que se incrementó con el uso de nuevas tecnologías en el
intercambio de información en los mercados de dinero, es la escena en la que se despliega la actividad
económica.
Este accionar de la economía engendra interdependencia extrema de las economías nacionales,interrelación que desvanece las fronteras de los Estados-Nación y la implementación en todos lospaíses de las políticas llamadas neoliberales de desregulación, privatización y apertura. Esto provoca,lejos de homologar las condiciones de desarrollo de los países, exacerbar los términos de intercambiodesigual entre norte y sur, centro y periferia, desarrollo y subdesarrollo.
En el escenario de la política y la economía, nos encontramos con una creciente inviabilidad delos términos históricos de soberanía nacional al introducirse transformaciones en la conformación delas comunidades estatales y al reubicarse el eje de las decisiones del escenario nacional al global. En estecontexto político surgen nuevas derechas con discursos que, sostenidos por las bases de lo conservadory moralista, pregonan ciertoss valores de la globalización: la excelencia, la competencia y el individualismo.
Así, el fenómeno de la globalización de la economía tiene un trasfondo de medidas deadelgazamiento estatal y recorte del gasto público, y con ello el fin del Estado benefactor y de laspolíticas subsidiarias, velado tras el término “global”. Junto a ello, la exclusión de todos aquellos que nopueden acceder competitivamente al mundo del mercado por la vía de la producción y del consumo.Esta exclusión se traduce en millones de personas que quedan por fuera del “sistema” por causa deldesempleo masivo y la falta de acceso a los otrora servicios estatales de vivienda, educación, salud, etc.
De esto se desprende que en la agenda pública cobra un gran protagonismo la demanda civil demejoras en lo que respecta al sistema político: salud, vivienda, educación, empleo, seguridad, etc. Ahorabien, para dar respuesta a esta problemática habría que pensar en términos de integración y no de
exclusión, el paradigma debiera basarse en conceptos como justicia, solidaridad, legitimidad y representación.
En lo que respecta al plano internacional, contamos con regiones que son consideradas como
prescindibles e irrelevantes en tanto no son potenciales de expansión del capital. Así, la polarización se
expande en escala nacional e internacional. Estas condiciones no son sin consecuencias, pues determinan
los trayectos de vida de los individuos y de las comunidades. Las marcas de la globalización se imprimen
de la misma manera en los distintos estratos de la población. Pero, aún así, la desigualdad de oportunidades
y en consecuencia, la exclusión cobra fuerza e inunda prácticamente todos los ámbitos en los que se
desenvuelve la juventud.
Esta política socio-económica tiene como consecuencia una alta tasa de desempleo. Según laOIT existen 1.000 millones de trabajadores desempleados o subempleados, gran parte de ellos sonjóvenes que no entran al sistema ya sea porque los empleadores no se adaptan a la recesión económicay entonces no los emplean, o porque no están lo suficientemente capacitados como para poder ingresaren un mercado altamente competitivo y cambiante. La OIT plantea que cuanto más tiempo llevadesempleado un trabajador, se le hace mucho más difícil reinsertarse en el mundo laboral, pues suscompetencias y cualificaciones corren el riesgo de deteriorarse.
Existe entonces un sector no estructurado, el cual se caracteriza por trabajadores poco calificados.
Estos son contratados bajo condiciones deficientes y/o reglamentarias con salarios muy bajos.
Por tanto, también resulta necesario reconocer que durante el Plan de Convertibilidad ideado
por el ex ministro Cavallo durante la década del 90 y las reformas estructurales, los cambios en el
mercado de trabajo argentino, el desempleo y la precariedad del empleo, alcanzaron una virulencia más
que significativa, que afectó en forma global y cualitativa la estructura social del trabajo. A tal punto
esta situación, que es necesario revisar el concepto tradicional de trabajo y el de empleo.
En términos de balance resulta evidente que el deterioro del empleo constituyó un rasgo
característico tanto de las fases de crecimiento (1991-1994 y 1996-1998) como de crisis (1995-1996 y
1999-2000) a lo largo de toda la década de los años 90. 1
Al tal respecto, existe conciencia de la amplia gama de trabajos y estudios propios y extrañosen la materia. Ellos han mostrado el sentido y el alcance del deterioro del mercado de trabajo urbano,que es el área de la cual esta investigación se preocupa.
Los avances tecnológicos en el trabajo
Coinciden muchos especialistas en que habría que implementar un plan social que ayude al sector noestructurado a capacitarse para lograr insertarse en el mercado laboral en condiciones favorables, queles permitiera plena satisfacción personal. Los programas de formación son necesarios en tanto elmercado competitivo demanda trabajadores capacitados para realizar distintas tareas que implican lautilización de maquinarias industriales o informatizadas y la utilización de estrategias que les permitantomar decisiones y actuar con rapidez y de manera operativa. Nada de esto habla de la calidad del tipode trabajos que se oferta, ni del sistema económico y social que los fomenta.
1 Salvia, Agustín “La crisis del empleo en la Argentina” Revista Lavboratorio, Facultad de Ciencias SocialesUBA, Nº 8.
De esta manera, la tecnología toma carácter de variable social, pues moviliza a la sociedad
entera hacia la formación permanente, a la vez que segrega a quienes no tienen acceso a la formación.
Además el ingreso de la robótica y la informática al plano empresarial trae aparejado la reducción de
personal, bajas en los salarios y una reorganización estructural dentro de la misma empresa.
El empresario ve en las nuevas tecnologías informatizadas y en la automatización micro
electrónica, el incremento del futuro a corto plazo de la producción y mejor control y calidad del
producto final. Pero estos avances tecnológicos obligan a la reducción del personal, ya que las máquinas
reemplazan al hombre, en la mayoría de los casos. Cuando dentro de una industria ingresa una nueva
tecnología los diferentes actores sociales que pertenecen a la empresa entran en interjuego.
El avance científico crea una paradoja: por un lado es positivo en cuanto al producto
final pero es corrosivo a nivel social. Así resulta imperiosa la amplia participación de diferentes
actores sociales que impongan el camino para la transformación del mercado de trabajo en un
programa diferente, real, posible y alternativo para reducir y finalmente eliminar la gran tasa
de desempleo y explotación vigente a nivel mundial.
En la actualidad, para insertarse o mantenerse dentro del mercado laboral es necesario contar
con una serie de cualificaciones y competencias que permitan al sujeto “seguir en carrera”. Pues en un
medio competitivo y flexibilizado son muchas las exigencias que impone el mercado.
De todas formas, cabe dar cuenta de este proceso a partir de una redefinición de categorías
tradicionales y de la observación de una más amplia cobertura urbana, comparando la situación del
mes de Octubre de 1991 con la del mismo mes en el año 2002.
Así se realizó un tratamiento diferente de la información estadística disponible en la EPH-
INDEC. Debido a la complejidad que presenta el estudio de la relación entre juventud y trabajo, y
entre juventud y empleo, es necesario considerar otras variables como educación, salud y pobreza, a la
hora de realizar un cuadro que intente abarcar la situación de los jóvenes en la Argentina.
El Escenario argentino
Definición del concepto de juventud
“El concepto de juventud es producto de una construcción histórica, social y cultural. Sus
límites no son claramente distinguibles y se demarcan a través de un conjunto de actitudes y pautas de
conducta relacionadas con un determinado lugar a ocupar en la sociedad. En consecuencia, no se
trata de una noción biológica como lo es por ejemplo la pubertad. Si bien toda categoría de edad tiene
asociaciones con distintos procesos biológicos -como por ejemplo la que corresponde a la definición
de la niñez- son siempre categorías de origen y de uso histórico-social. En efecto, los procesos de
socialización y aprendizaje en los distintos grupos sociales varían con el tiempo y de una sociedad a
otra. Dichos procesos, generan en los sujetos un conjunto de percepciones y problemas parcialmente
compartidos que al mismo tiempo contribuyen a la formación de una identidad común, moldean el
papel o las funciones que estos desempeñaran en sus comunidades”. 1
En medio de esta diversidad de caracterizaciones surge una definición operativa que considera
a la juventud como aquellos individuos de entre 15 y 29 años. Aunque Naciones Unidas, y por ello
también la OIT consideran que jóvenes son aquellos sujetos de entre 15 y 25 años. No obstante,
cualquier corte estadístico debe siempre ser abordado contemplando al grupo etáreo como heterogéneo
y a lo que debe agregarse la enorme segmentación cultural existente en nuestro país.
Por lo tanto, más que una definición, lo anterior es una convención establecida con base en el
comportamiento de los sujetos a determinadas edades cronológicas. Posee una utilidad práctica, como
la de posibilitar comparaciones entre países, regiones, clases o momentos históricos. Pero por otro
lado se vincula a ciertos objetivos o aspiraciones tales como:
a) Que nadie debería trabajar antes de los 15 años.
b) Que resulta admisible que una persona busque trabajo entre los 15 y 19 años.
c) Que es deseable que a partir de los 20 años de edad las personas vayan consolidando su situación de
trabajo e ingresos de acuerdo con las necesidadesa que aparecen en esta etapa (emancipación,
constitución de un hogar, la formación de una familia, desarrollo de un proyecto personal que incluya
lo anterior o se manifieste de manera diferente y diversa).
1 La juventud argentina 2003. Centro de Información y documentación de la DINAJU. Viviana Norman
Sin embargo, más allá de las definiciones más aceptadas o de aquella que usamos en esta investigación,
es preciso comprender que si la juventud es una etapa o proceso de tránsito entre la niñez y pubertad,
y la adultez; las características de este tránsito varían según algunos factores. De esta manera, lo que
podemos entender por juventud es diferente según:
• Distintas épocas en una misma sociedad.
• Distintas sociedades y culturas.
• Distintas clases sociales.
• Distinto género.
Población joven
Conceptos
Población Joven Total: Cantidad de jóvenes comprendidos por franjas de edad (15-19, 20-24, 25-
29 y 15-29)
Ej. En la provincia de Santa Fe habitan 274.580 jóvenes entre 15 y 19 años.
Sexo: Expresa en porcentajes la porción de varones y mujeres de población joven en relación
con el total de población.
Ej. De los 94.221 jóvenes de 20 a 24 años que habitan en la provincia de Entre Ríos, 50 % son varones
y 50% mujeres.
Porcentaje del total de la población o Población Relativa: Representa el porcentaje de la población
joven (según tramo de edad) en relación a la población total.
Ej. El 25, 8 de la población de la provincia de Catamarca son jóvenes entre 15 y 29 años.
La población joven total de la Argentina es de 9.693.504, según proyecciones censales elaboradas
por INDEC. De acuerdo a los datos para el total del país la población joven entre 15 y 29 años es el
25,6 % -poco más que la cuarta parte del total de los argentinos-, proporción que se repite en los
últimos años. Del total de jóvenes entre 15 y 29 años, la población se distribuye por tramos de edad de
la siguiente manera:
- Un 34% tiene entre 15 y 19 años y son 3.321.010.- El grupo entre 20 y 24 años representa un 35% y suman 3.340.504.
- El 31 % restante corresponde a los 3.024.049 jóvenes entre 25 y 29 años.
Ej: La provincia de Tierra del Fuego es la que proporcionalmente más jóvenes tiene (28,6 %
de la población total).
La población total joven de entre 15 y 29 años se reparte según sexo en 49,5 % de mujeres y
50,5 % de varones. Esta relación se repite casi para todas las provincias con las excepciones de Jujuy
donde un 50,2 % son mujeres y 49,8 % varones, en Tierra del Fuego 52,5 % mujeres y 47,5 % varones
y en la Ciudad de Buenos Aires 50,5 % son mujeres y 49,5 % varones. En las provincias de San Juan
y Tucumán el 50 % son mujeres y un 50 % varones.
Gráfico
Población joven por categoría de edad y población total en porcentajes.
9%
8%
9%
74%
otras edades
15-1920-24
25-29
Fuente: Siempro sobre la base de Proyecciones censales de población del Análisis demográfico Serie 7, INDEC en “la
juventud argentina 2003”. DINAJU)
El estado civil de los jóvenes
Conceptos
Casados o unidos: porcentaje de los jóvenes que están casados o viven con sus parejas. Si bien
ambas categorías poseen distinto status legal, se han sumado, dado que dan cuenta de la situación de
convivencia y de los modos elegidos por los jóvenes hoy en día.
Ej: En la provincia de Río Negro el 1,4 % de jóvenes entre 15 y 19 años están casados o viven con sus
parejas.
La conformación de pareja y familia es consecuencia, también, de un conjunto de fenómenos
culturales, económicos y sociales. Los resultados de estos procesos determinan desarrollos demográficos
diversos en distintos momentos históricos. En la actualidad son diversos los fenómenos intervinientes.
Por ello, expondremos a continuación algunos de los fenómenos que consideramos centrales a la hora
de observar las relaciones familiares de los jóvenes, ellos son:
• La expansión de la cobertura educativa, la mayor permanencia de los jóvenes en el sistema educativo
formal y los nuevos requerimientos del sistema productivo, en combinación con un conjunto de
cambios culturales que modifican -sobre todo- el rol social de la mujer y su participación en el
mercado de trabajo.
• La coyuntura económica y las cuestiones relativas al mercado de trabajo. En este caso, las
problemáticas de los jóvenes en relación a su inserción laboral adquieren principal relevancia. Al
respecto, en la literatura sobre el tema se destaca que las dificultades de los jóvenes en la consecución
de empleos y el deterioro de los ingresos asociados al trabajo presentan una restricción de suma
importancia en la construcción de núcleos familiares propios.
• Los fenómenos expuestos han significado que la categoría de juventud se fuera extendiendo en las
últimas décadas hacia edades más avanzadas. En la actualidad consideramos joven a las personas
que tienen entre 15 y 29 años.
Más adelante se expone la información relativa al estado civil de los jóvenes que habitan en los
aglomerados urbanos más importantes del país.
La mayor cantidad de jóvenes que se encuentran casados o unidos se concentra en el grupo de
edad entre 25 y 29 años con un 52,9 %. En la provincia que se da mayor porcentaje es en Tierra del
Fuego que cuenta con un 32,4 % para ese grupo de edad.
Para el grupo comprendido entre 15 y 19 años, que concentra la menor cantidad de casos para
el total del país, encontramos que en la provincia de Río Negro sólo el 1,4 % de jóvenes de esas edades
están casados o unidos.
Gráfico
Porcentaje de casados o unidos según tramo de edad total país
%
4,00%
23,40%
52,90%0,00% 20,00% 40,00% 60,00%
15-19
20-24
25-29
%
Fuente: Siempro en base a EPH – INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU
Jefes y jefas de hogar
Conceptos
Jefes/as de hogar: Son aquellas personas reconocidas como tales por los demás miembros del
hogar. Un hogar está conformado por un grupo de personas, de la misma familia o no, que viven bajo
un mismo techo y comparten los gastos de alimentación. Aquellas personas que viven solas constituyen
cada una un hogar.
Ej: El 30,1 % de jóvenes de entre 25 y 29 años de edad de la provincia de Entre Ríos son jefes/as de
hogar. De los cuales 23.992 son mujeres y 6.707 son varones.
Según los datos con que contamos para el total del país surge como relevante la participación
creciente de las mujeres jóvenes en el sostén del hogar. La crisis laboral de los varones y sus efectos en
el interior de la unidad doméstica se presentan como una de las razones que contribuyen para este
cambio, como así también otras cuestiones de carácter cultural, que se manifiestan especialmente con
la inserción de las mujeres en el mercado de trabajo formal e informal.
Esta lectura surge de la cifra de 1.020.804 jefas de hogar para el grupo de entre 15 y 29 años
para el total de país frente a 394.908 de sus pares varones.
Esta relación que se manifiesta para el total del país se repite en la totalidad de las provincias, en
las cuales en todos los casos para el tramo de edad de entre 15 a 29 años es mayor el número de jefas
de hogar que el de jefes. Entre las provincias que la brecha es mayor, los datos más significativos son
los de Chaco con 33.801 mujeres y 8.244 varones, Entre Ríos 37.531 jefas de hogar y 12.981 jefes,
Mendoza 35.687 mujeres y 9.384 varones jefes de hogar y Tierra del Fuego 2.480 jefas mujeres y 738
varones.
En el total del país los porcentajes de jefes/as de hogar crece en relación directa al aumento de
la edad. Entre 15 y 19 años 1,2 %, entre 20 y 24 años 13,3 % y 26, 4 % para el grupo de entre 25 y 29
años.
Según los datos con que contamos, en nuestro país hay un total 1.415.712 jefas/es de hogar
que tienen entre 15 y 29 años. Es decir, que el 12,9 % de jefas/es de hogar en Argentina son jóvenes.
15 a 29 años
72,10%
27,90%
mujeresvarones
Fuente. Siempro sobre la base de datos de EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DIANJU.
Jefas y jefes de hogar según tramos de edad y sexo
51,20%
66,60%
76,70%
48,80%
33,40%
23,30%
0,00% 20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
15-19
20-24
25-29
varones
mujeres
Fuente. Siempro en base a datos EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU
Educación
Conceptos
Asisten: Expresa la población joven que asiste a un establecimiento educativo en calidad de
alumno independientemente del nivel que haya alcanzado o en el cual se encuentra en el momento de
ser consultado.
Ej. El 78,9 % de los jóvenes salteños entre 15 y 19 años, asisten a algún establecimiento educativo.
No asisten, nunca asistieron: Expresa la población joven que no asiste al sistema educativo formal,
o bien, nunca lo ha hecho.
Ej. El 29,1 % de los jóvenes de San Luis que tienen entre 15 y 19 años no asisten a un establecimiento
educativo, mientras que 1,1 % nunca asistió.
Los indicadores del análisis hacen referencia específicamente a la relación de los jóvenes con el
sistema educativo formal.
Si se observa para el total del país y por grupo de edades, se nota que para la columna de los que
asisten, el porcentaje decrece en relación inversa al aumento de la edad. Un 76, 6 % de jóvenes entre 15
y 19 años asiste al sistema educativo formal. De los jóvenes que tienen entre 20 y 24 años asiste un 40,
5 % mientras que para el tramo entre 25 y 29 años la asistencia es de 17,0 %.
Lo contrario sucede para la columna no asisten. El porcentaje crece en relación directa al aumento
de la edad. En el grupo de edad entre 15 y 19 años no asiste un 23,1%. En el tramo siguiente de 20 a
24 años un 59,3% no concurre al sistema educativo formal y un 82,5% es el porcentaje de no asistencia
que corresponde al grupo de 25 a 29 años.
Si comparamos los porcentajes entre aquellos que asisten y los que no lo hacen para el total de
país y para el total de la población joven, es mayor el porcentaje de aquellos que no están asistiendo a
un establecimiento educativo (53,4 %) que quienes sí lo hacen (46,3%). Sin embargo, nada nos dice
esta comparación acerca de las razones de la no-asistencia o acerca de los niveles alcanzados.
Gráfico comparativo de asistencia-no asistencia por grupo de edad
76,60%
40,50%
17,00%23,10%
59,30%
82,50%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
15-19 20-24 25-29
% asisten
% no asisten
Fuente: Siempro en base EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Si sobre una población total relevada de 5.713.655 mujeres y 5.287.724 varones observamos
que sucede con la asistencia escolar en la población joven total de nuestro país, puede notarse que
existe una leve diferencia entre mujeres y varones. Asisten un 47,5 % de las mujeres y 45,1% de los
varones. No asisten un 52,3% de las mujeres y un 54,5 % de los varones
Asistencia escolar según sexo
47,5
0%
52,3
0%
45,1
0%
54,5
0%
0,00% 20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
120,00%
Asisten
No asisten
15 a 29 años Mujeres 15 a 29 años Varones
Fuente: Siempro, en base a EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU
Trabajo
Conceptos
Población económicamente activa (PEA): Conjunto de personas que tienen una ocupación o que sin
tenerla la busca activamente. Está compuesta por la población ocupada más la desocupada.
Población ocupada: Conjunto de personas que tienen por lo menos una ocupación.
Operacionalmente se delimita como tal a la población, en un tiempo específico denominado semana
de referencia, ha trabajado por lo menos una hora en forma remunerada, o 15 horas o más sin
remuneración.
Población desocupada: Conjunto de personas, que sin tener ningún trabajo, buscaron uno en
forma activa en la semana de referencia.
Tasa de actividad: porcentaje específico de población juvenil en actividad económica sobre el
total de jóvenes. La actividad económica es definida en relación con el mercado de trabajo. De esta
forma, son económicamente activas las personas que tienen un empleo o lo buscan activamente. Estas
personas conforman la PEA.
Tasa de empleo: Se calcula como porcentaje entre la población ocupada y la población total.
Tasa de desocupación: hace referencia a la población que no tiene trabajo pero que lo busca
activamente con relación a la PEA. Es decir que, el porcentaje de desocupación representa a las
personas que se encuentran en actividad económica y no consiguen empleo.
Para el total del país la tasa de actividad para el grupo de edad entre 15 y 29 años es de 59,2 %
para los varones y 42,5% para las mujeres. La diferencia entre varones y mujeres sigue siendo notable
para la tasa de empleo 43,9% para los varones y 30,6% para las mujeres. Es menor la brecha que existe
en la tasa de desempleo, 25,8% varones y 27,9% mujeres.
Si observamos la relación que existe entre la tasa de actividad según tramo de edad, observamos
que ésta se acrecienta en relación directa al aumento de edad de los jóvenes. Lo contrario sucede con
la tasa de desempleo, que desciende en relación inversa al aumento de edad. Si bien la población es
económicamente activa, puede suponerse que los más jóvenes no acceden al mercado laboral por
encontrarse aún dentro del sistema educativo. Aunque esto no significa desestimar las dificultades que
tienen aquellos que sí desean y no logran conseguir un trabajo
La mayor tasa de actividad para el total de población de varones jóvenes entre 15 y 29 años seregistra en Buenos Aires con el 64,4 %. La tasa de empleo más alta para la misma población dereferencia se registra en la Ciudad de Buenos Aires con 54,5%, mientras que la mayor tasa de desempleose observa en la provincia de Jujuy con 37,9%.
Para el grupo de población total de mujeres entre 15 y 29 años la mayor tasa de actividad y de
empleo se registra en Ciudad de Buenos Aires con el 57% y 43,4% respectivamente. Mientras que la
mayor tasa de desempleo se observa en Jujuy con el 37,7%.
Si bien esta lectura no contempla las características regionales del mercado de trabajo y de
actividades económicas de cada provincia, es coincidente que se repite la situación descripta tanto para
tasa de actividad, empleo y desempleo para ambos sexos y para el mismo grupo de edad y lugares de
residencia, básicamente en Ciudad de Buenos Aires y Jujuy.
Actividad por sexo y edad
23,60%
70,50%
89,80%
14,30%
51,80%
63,60%
0,00% 20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
15 a 19
20 a 24
25 a 29
mujeresvarones
Fuente. Siempro en base a datos EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Empleo por sexo y edad
13,00%
51,20%
73,70%
7,70%
34,70%
52,20%
0,00% 20,00% 40,00% 60,00% 80,00%
15 a 19años
20 a 24años
25 a 29años
Mujeres
Varones
Fuente. Siempro sobre la base de datos EPH, INDEC, 2000 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Desempleo por sexo y edad
44,90%
27,40%
17,90%
46,60%
33,00%
17,90%
0,00% 10,00%
20,00%
30,00%
40,00%
50,00%
15 a 19
20 a 24
25 a 29
mujeresvarones
Fuente. Siempro en base a datos EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Exclusión social
A partir de la última década ha sido extendida la preocupación acerca de dificultades de
integración que sufren los jóvenes. Esas dificultades se han relacionado con dos fenómenos que definen
claramente sus condiciones de vida. Estas son: la educación y el empleo. De esta forma, en diversos
estudios se ha trabajado con el indicador de “jóvenes excluidos”, a partir de considerar la situación
mediante la categoría de “no estudian, no trabajan, ni son amas de casa”. Este indicador es de suma
importancia en la definición de las problemáticas juveniles, ya que estos jóvenes son los que presentan
condiciones de mayor vulnerabilidad para construir un proyecto de vida a largo plazo, dada su
desafiliación institucional.
Conceptos
No estudian, no trabajan ni son amas de casa: La categoría agrupa a los jóvenes que no asisten al
sistema educativo, no tienen empleo (son inactivos o desocupados) y no desarrollan tareas domésticas
en su hogar. Es necesario destacar, que el presente indicador es muy sensible a los movimientos de las
tasas de desocupación y escolaridad, y presenta grandes variaciones interanuales. Por ello el seguimiento
de sus datos debe relacionarse con la información referida a los acontecimientos del empleo y de la
asistencia al sistema educativo.
Para el total del país observamos que el 15,2 % de los jóvenes entre 15 y 29 años no estudia, ni
trabaja, ni es ama de casa. En San Luis y Tucumán se presenta un 18,1% de población joven en dicha
situación, siendo éste el mayor porcentaje del país.
También para el total del país puede notarse que el grupo de edad que aparece más afectado
por la exclusión es el tramo comprendido entre 20 y 24 años con 18,2 %. En segundo término, el
grupo de 25 a 29 años con 14, 9 % y, por último, el de tramo entre 15 y 19 años con 12,3 %.
En Ciudad de Buenos Aires es donde puede verse el porcentaje menor de jóvenes en situación
de exclusión, dado que para el tramo 15 a 29 años el porcentaje es de 8 %. En Santa Cruz, para el
mismo grupo, es de 9,4 %.
Población joven que no estudia ni trabaja según tramo de edad
12,30%
18,20%
14,90%
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
15-19 20-24 25-29
No estudian, nitrabajan
Fuente: Siempro en base EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Pobreza
Conceptos
La condición de pobreza de la población se define en relación con dos indicadores. Uno,
vinculado a los ingresos percibidos por el núcleo familiar y otro, asociado a condiciones de vida más
amplias.
Línea de pobreza: La condición de pobreza por los ingresos, se determina a partir de la elaboración
de la denominada Línea de Pobreza, considerando como pobres a aquellos jóvenes que carecen de los
recursos necesarios para cubrir el costo de la canasta básica de bienes y servicios. El valor de dicha
canasta familiar se establece de acuerdo a pautas culturales de consumo de una sociedad en un
determinado momento histórico.
Ej: El 60,6 % de jóvenes entre 20 y 24 años que viven en la provincia de Santa Fe son pobres.
NBI: La segunda definición, considera como hogares pobres aquellos que no alcanzan a satisfacer
algunas necesidades estipuladas como básicas. Este método construye un índice de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI). En nuestro país, según la definición adoptada, son pobres aquellos jóvenes que
viven en hogares que presentan insuficiencias en al menos uno de los siguientes indicadores:
• Hacinamiento: familias que habitan en unidades con más de tres personas por cuarto.
• Tipo de vivienda: familias que habitan en viviendas inadecuadas.
• Educación primaria: familias en la que por lo menos un niño en edad escolar no asiste a la escuela
primaria.
• Servicios sanitarios: familias que viven en casas sin retrete con descarga de agua.
• Criterios combinados que indican una probable falta de ingreso.
Tanto para varones como para mujeres las cifras sobre pobreza son alarmantes. Para el grupo
de varones entre 15 y 29 años en el total del país, un 63,6% son pobres mientras que 36,4% no lo son.
Lo mismo sucede en el caso de las mujeres para el mismo grupo de edad son pobres un 60,4%,
mientras que 39,6% no son pobres.
Si observamos qué sucede para cada provincia la situación es similar casi en la totalidad del país.
El porcentaje de pobres es más alto que el de no pobres, tanto varones como mujeres, sólo que en
algunos casos la brecha se acorta como el caso de Córdoba, La Pampa y Neuquén.
En Ciudad de Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego la relación se invierte, ya
que el porcentaje de jóvenes no pobres es más alto que el de jóvenes pobres, tanto para varones como
para mujeres.
Pobreza según tramo de edad
72,00%
59,60%
52,70%
28,00%
40,40%
47,30%
0,00% 50,00% 100,00% 150,00%
15 a 19años
20 a 24años
25 a 29años
PobresNo pobres
Pobreza por tramo de edad y sexo
73,30%
62,00%
53,30%
70,60%
57,60%
52,00%
0,00% 20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
15 a 19años
20 a 24años
25 a 29años
Mujeres PobresVarones Pobres
Fuente: Siempro en base EPH, INDEC, 2002 en “Juventud argentina 2003” DINAJU.
Salud
Conceptos
Jóvenes que mueren en accidentes, por agresiones o suicidios (Causas externas de defunción): Las causas de
defunción con enfermedades, estados morbosos o lesiones que produjeron la muerte, o que
contribuyeron a ella, y, en último caso, las circunstancias del accidente o de la violencia que produjeron
dichas lesiones. En el lenguaje de los expertos en salud, los jóvenes que mueren en accidentes, por
agresiones o suicidios, mueres por “Causas Externas”. Es decir, muertes ocasionadas por: accidentes
de transporte, otros traumatismos accidentales, suicidios, agresiones u homicidios.
Ej: En el año 2001 fallecieron 14 jóvenes en la provincia de Tierra del fuego, por alguna de las causas
externas. De ellos, 5 eran varones y 9 mujeres.
Niños nacidos de madres jóvenes (nacidos vivos según edad de la madre): Representan la cantidad de niños
nacidos vivos, cuyas madres son jóvenes.
Ej: En el año 2000 nacieron 3873 niños en la provincia de San Juan cuyas madres tenían entre 20 y 24 años.
De la lectura de la columna de defunciones por causas externas, notamos que en Buenos Aires
es donde se localizan la mayor cantidad de muertes en relación al resto de país, Asimismo, es mayor el
número de jóvenes varones (2246) que de mujeres (362)
Otra peculiaridad que surge del análisis es que casi en la totalidad del país son mayores las cifras
para los varones que para las mujeres. Salvo en el caso de Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego
donde la relación se invierte.
Para el total del país, tomando todas las causas de muertes agrupadas en causas externas, tenemos
que por grupo de edad, en el tramo entre 20 y 24 años es donde se concentra la cifra más alta de
muertes por estas causas, contando con 2289 casos. Representa un 40% de los 5720 casos que suman
los tres grupos de edad.
De los 5720 de casos de muertes por estas causas, el 81,2 % corresponde a jóvenes varones y
18, 8 % a mujeres. La brecha que existe entre estos porcentajes indica que es considerablemente mayor
el número de varones que mueren en estas circunstancias que mujeres.
Defunciones según causas externas total del país, por tramo de edad y sexo
469381
225
13741908
1363
0 500 1000 1500 2000 2500
15 a
19añ
os
25 a
29 año
s
Mujeres Varones
Fuente: Dirección de Estadística e Información de Salud. Ministerio de Salud, 2001
Por otro lado, de acuerdo a los datos de nuestra columna nacieron un total 454336 niños en el
país en el año 2000 cuyas madres tenían entre 15 y 29 años. El 41,3 % corresponde al grupo entre 20
y 24 años.
El grupo de edad donde en el que se concentran mayores nacimientos es el grupo entre 20 y 24
años en casi la totalidad de las provincias del país. Sin embargo, en la provincia de Tierra del Fuego y
en Ciudad de Buenos Aires, la edad que concentra más nacimientos es el tramo entre 25 y 29 años.
En la provincia de Buenos Aires es donde se registraron más nacimientos de niños cuyas
madres tienen entre 15 y 19 años. Esos 28.992 nacimientos representan casi un 30% del total de
nacidos para todo el grupo de edad. En segundo término, se encuentra la provincia de Santa Fe donde,
para el mismo tramo de edad, son 8805 niños y representan un 9,1% sobre el total de nacimientos.
Niños nacidos de madres jóvenes por grupo de edad
Niños nacidos de madres jóvenes
21,30%
41,30%
37,40%Edad
15 a 19 años
20 a 24 años
25 a 29 años
Fuente: Estadísticas Vitales, Ministerio de Salud, 2
En términos generales, la dinámica del empleo durante los años noventa, incluyendo la última fase de
la crisis del modelo de convertibilidad, quedó dominada por:
a) la sistemática disminución de empleos plenos y de calidad según las normativas de la OIT.
b) La desaparición y/o precarización de modalidades tradicionales de empleo informal, y
c) El surgimiento de formas de trabajo marginales (ya no empleo en términos de la OIT), sin que
se llegue a generar suficiente, o inclusive se han perdido, empleos alternativos en el sector
formal de la economía.
Entre otras consecuencias, esta dinámica de situación se ha constituido en el factor estructurante
más relevante de una mayor segmentación en el sistema socio-ocupacional. En la Argentina ello ha
derivado en un indudable aumento de las desigualdades en la distribución del ingreso en el país, y en
una fuertísima fragmentación en su estructura. Se hace evidente al constatar las diversas y numerosas
demandas de los sectores que ahora más que nunca se ha atomizado en la sociedad argentina.
Como contrapartida de este análisis, el único empleo que creció en términos relativos fue el empelo
público. El incremento del empleo en este sector, incluyendo el trabajo asistido, fue de más del 6%: del
15% en 1991 a 21% en 2002. Un dato interesante es que si se excluye el subempleo asistido desaparece
todo beneficio y se pasa a considerar el 15% en los dos años de muestra. (2) (resulta paradójico el
discurso de muchos elementos gubernamentales anteriores al respecto de la creación de trabajo digno
y la depuración del Estado del subempleo ficticio fundado en motivos sociales, y el saldo de superávit
que significó entre 1991 y 2002 el empleo asistido o social)
Una mirada sobre el desempleo da cuenta de un aumento del peso de la desocupación en tres
segmentos básicos: los asalariados del sector formal, los trabajadores independientes (sin profesión) y
el servicio doméstico.
En otro orden de cosas, resulta evidente que ha tenido lugar un fuerte y complejo deterioro de la
estructura del trabajo a la luz del peso y composición que presentan las diferentes inserciones laborales
deficitarias frente al empleo pleno, estable y satisfactorio. Al respecto cabe considerar los cambios que
permite registrar la variable Calidad de la Inserción Laboral:
El empleo pleno se ha reducido en más del 17% entre 1991 y 2002: pasó de un 47% a n 30%. Este
deterioro también se registra en el empleo parcial e, incluso, en el empleo precario.
La contrapartida más alarmante es que ha crecido el trabajo indigente: de 13% a 17%. Y sobre
todo, el desempleo intermitente: de 5% al 13% y la desocupación estructural de 0,5% a 5,1%. Estas
categorías expresadas en números, se refieren a la situación que viven los jóvenes a la hora de encarar
el trabajo y es esto lo que más preocupa. Pues, si bien la mayoría no maneja las estadísticas, si cuenta
con una percepción adecuada a la hora de encarar el tema y su vinculación con la educación formal.
Ahora bien, la posibilidad de acceder a un empleo no trae consigo sólo como respuesta la cuestión
económica. El trabajo dignifica, es la posibilidad de realización de los derechos del ciudadano, así
como la apertura a espacios de formación, información y vínculo social. De modo que el fin del
Estado benefactor y las transformaciones ocurridas con su caída han provocado cambios no sólo en
el plano económico, sino en lo que se refiere a las formas de reproducción individual, familiar y
comunitaria, incluyendo las redes sociales solidarias.
“Más recientemente, desde el modelo del capital humano se postula que la productividad y los
ingresos crecen en relación al aumento de los niveles de escolaridad, formación en el trabajo y salud de
los individuos. Asimismo, se enfatiza que quienes más educación poseen tienden a ganar más que
aquellos que no cuentan con los 10 años de escolaridad de la que habla la UNESCO, y la desigualdad
existente en la distribución de ingresos y de la renta suele estar relacionada con la desigualdad en la
educación. En este escenario, los gastos en educación y formación son considerados una inversión
asimilable a la que puede realizarse en capital físico. (Schutz, 1961; Becker, 1983). Sin embargo, quienes
ven a la educación como un instrumento de reproducción social, principalmente los llamados
economistas radicales, (Mc Crackin, 1984), critican el modelo del capital humano al entender que la
influencia que aporta al individuo es muy distinta a la postulada. Su principal valor consiste en obtener
mano de obra disciplinada que se ajuste a las necesidades del sistema capitalista. Así la educación no
resulta un beneficio individual que garantiza ganancias futuras, sino un reaseguro del empleador para
aumentar sus propias ganancias. (…) Ahora bien, siguiendo a Riquelme y Rasquin (1998), “…el estudio
de relaciones entre educación y mercado de trabajo preocupa en la actualidad tanto para demostrar la
inempleabilidad de los menos educados como par interpretar la relación creciente entre educación e
ingresos. Estos intereses resultan parciales si no se consideran las limitaciones estructurales del aparato
productivo respecto a la generación de empleo.” 1
En este sentido es menester comprender el fenómeno de la globalización en términos de relación
por el vínculo que se establece entre la educación y el trabajo a la luz de la dinámica del mercado de
trabajo en Argentina desde los cambios estructurales producidos en el país. María Estela Lanari refiere
que entre los años 1974 y 1990 se han producidos cambios relacionados con una menor demanda de
trabajo en las actividades formales; la caída de la remuneración; el crecimiento del empleo no asalariado;
el desarrollo y expansión notable del sector informal; el aumento del subempleo visible y del empleo
asalariado no registrado, y por la duración media de los episodios de desempleo. Estas patologías que
irrumpen en este período, no tienen sin embargo, la intensidad con que se reconocerán más tarde
(Barbeito, A., 1995). Sin duda entonces, la actual estructura socio-urbana del trabajo en la Argentina
muestra una marcada fragmentación económica y social y una problemática de empleo mucho más
grave que la de una elevada desocupación abierta, lo cual podría haberse planteado en un escenario
anterior en el tiempo y en la manera en que las sociedades se estructuraban en el pasado. La comparación
de las estructuras socio-ocupacionales actuales con la situación en que se encontraban los mercados de
trabajo urbanos en la etapa de la post crisis hiperinflacionaria de las década del 80, al momento en que
se inició en Plan de Convertibilidad, tiende a dar cuanta de una situación no sólo cuantitativamente
más grave, sino también de cambios cualitativos fundamentales a nivel de la estructura ocupacional.
Estadísticas del EPH- INDEC muestran que en un contexto donde el desempleo total aumentó
de manera significativa, pasando de una tasa del 5,5% a una que supera el 18% en Octubre del 2002,
tuvo lugar una caída del peso relativo del empleo privado en el sector formal: de un 36% en 1991 a 33%
en 2002. Por su parte, el empleo del sector informal, incluido el servicio doméstico: de casi el 49% al
45%. De manera desagregada se puede observar que en la sociedad argentina de la post crisis del
modelo de convertibilidad el segmento de asalariados formales del sector privado sólo concentra el
27% de la población ocupada.
Si uno se preguntara en qué consiste el “mundo del trabajo para los jóvenes”, debería tener en
cuenta no sólo el proceso estrictamente laboral, sino que deberíamos ahondar mucho más en cuestiones
como: la búsqueda de empleo, la lucha por la inserción en el primer empleo, los imaginarios culturales,
las diferentes realidades a la hora de emprender la búsqueda, acerca de las conductas que deben exigir
trabajador y empleador, la decisión entre la conjunción de trabajo y educación, la modificación del
tiempo libre. Todas estas cuestiones son las variables con las que cuenta un joven a la hora de buscar
empleo.
1 Lanari, María Estela “Educación y mercado de trabajo en el contexto de la reestructuración de los ´90” en El
Trabajo desde diversas miradas. Universidad de Carabobo, Caracas, Venezuela, 2003
No hay que perder de vista que cuando un joven ingresa al mundo del trabajo, a un nuevo ámbito
de socialización, se encuentra con una nueva realidad que contiene puntos de contacto y otros de
fractura con el ámbito educativo.
Si tenemos en cuenta que el concepto de juventud es una construcción histórica, social y cultural,
no es sino por medio de sus actitudes, pautas de conducta, modos de relacionarse, códigos y formas de
ocupar los espacios que la sociedad les brinda, como los sujetos se generan un conjunto de percepciones
y problemáticas compartidas, con la sociedad en su conjunto, que contribuyen a la formación de una
identidad común y moldean el papel o las funciones que estos desempeñan en sus comunidades. 1
En este punto, podemos hablar de un juego dialéctico en tanto los hombres actúan sobre la sociedadal mismo tiempo que ésta actúa sobre el hombre. Por tal razón, está en nuestras manos la posibilidadde transformación, de reconstrucción de lo existente para dar la posibilidad de que emerja una nuevarealidad, producto del constructo social. Pues, la sociedad se sustenta por su imaginario social, entramadode significaciones particulares que conforman una trama de significaciones con todos los atravesamientosque esos sentidos, o interpretaciones del mundo implican, es decir, atravesamientos sociales, históricos-culturales, económicos, políticos y religiosos.
“La creación de la juventud (como concepto moderno) significa el desarrollo de estructuras de actividadespecíficas en las que los individuos deben ubicarse. Estas estructuras de actividad deben ser vistascomo organizadas para dar respuesta a las necesidades de desarrollo de la individualización social. Através de las oportunidades dadas y del ajuste de las estructuras, los niños adquieren la juventud.” 2
Así, el joven se inserta en estructuras de actividad laboral donde se encuentra con la necesidad dedesplegar sus aptitudes de conducta y competencias claramente pertenecientes al mundo adulto.
¿Cuál es el perfil de jóvenes que se busca para acceder a un primer
trabajo?
La brecha entre empleo formal e informal
La primer gran brecha -en este tema- que debemos poner en evidencia, es la que existe entre lademanda de empleos formales, y la de empleos informales, precarios, o trabajo “en negro”.
1
Castoriadis plantea el término de imaginario social como el conjunto de significaciones por las cuales uncolectivo, una sociedad, un grupo se constituye como tal. Para ello no sólo debe generar sus formas de relaciónsocial y sus modos de contrato, sino también sus figuraciones subjetivas. El imaginario social opera comoorganizador de sentido de cada época, designa qué es lo que está permitido, qué no, qué es lo prohibido, qué es lolegal, qué es lo ilegal, qué es lo bueno, qué es lo malo. Es por esto que toda sociedad es una construcción, una interpretación singular del mundo. Su propia identidad no es otra cosaque ese sistema de interpretación, ese mundo que ella misma crea.2 Morch en NOTISUR, Revista de la Cultura del Trabajo. Año XXIV, Nº 62-63, Julio 1999.
La demanda de jóvenes desde el mercado formal
En efecto, en términos generales, el primer tipo de demanda requiere jóvenes con medianaformación en el aspecto educativo, buena predisposición al trabajo, facilidad para desempeñarse enequipo, y disposición para recibir una remuneración basada en la eficiencia.
Son éstas –y no otras- las características que satisfacen los requerimientos de aquellos empleadoresque se encuentran en la porción del mercado más dinámica, dispuestos a modificar sus estructurasempresariales, y adaptarlas prácticamente a lo que sea, con tal de mantenerse dentro del juego delmercado. Mercado que hoy demanda fuertemente esas particularidades, en una derivación en esteámbito de la dicotomía inclusión-exclusión, tal como podemos entenderla en la relación ocupado-desocupado.
Torkman, en “El trabajo de los jóvenes en el post-ajuste latinoamericano”, expresa que, “el perfilde la demanda por calificación está cambiando. Ya no se requiere tanto el obrero especializado, sinoque lo que se premia es la versatilidad, la creatividad y la generación de competencias” 1
La demanda de jóvenes desde el mercado informal
El segundo tipo de demanda, en cambio, atrae jóvenes con menor o mínima calificación,destinados a cumplir tareas que requieren de poca o mínima habilidad.
Por lo que llevamos dicho, es que consideramos que, cuando hablamos de perfil buscadopara un primer empleo, debemos tener muy en cuenta la existencia de esta hendidura, prestándole especialatención a la hora de desarrollar conceptos e ideas en relación con el tema que nos ocupa.
Sin embargo, y a fin de tomar verdadera perspectiva de esta hendidura cuya existenciaestamos poniendo de relieve, es importante destacar que el sector informal constituye la vía de entrada almercado laboral para el 85% de los jóvenes, con un nivel de permanencia del 60% 2
Es decir, que la mayor parte de los jóvenes ingresa al mercado laboral por vía del sector informal, conla carga de marginalidad que ello conlleva, y no siendo poco, más de la mitad de ellos no logra salir deesa condición perpetuándose de este modo, su déficit ocupacional.
Conclusión: la falacia del defecto en la oferta
Sentado esto cabe abrir otro paréntesis para llamar la atención sobre una falacia muy utilizadaen la literatura sobre el tema jóvenes y empleo:
1
Extraído de Diez Medina, Rafael; Jóvenes y Empleo en los ́ 90. La capacitación como respuesta, p. 1192 Cifras elaboradas por Salvia, Agustín y Tuñon, Agustina; a partir de datos de la Encuesta Permanente de Hogares(EPH), del INDEC– Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina; en “Los jóvenes trabajadores frente a laeducación, el desempleo y el deterioro social en la Argentina”, en “Serie Prosur: Jóvenes trabajadores en elMercusur y Chile: Causas, Consecuencias y Políticas”, Santiago de Chile, noviembre de 2002).
Se dice, primero, que la dinámica de las economías no desarrolladas impide generar los nuevospuestos de trabajo suficientes para satisfacer la necesidad de las generaciones actuales de jóvenes; yacto seguido se habla de que coadyuva a ello la deserción escolar. Creemos que la falacia está en elintento de vincular la falta de demanda a un supuesto defecto en la oferta, en tanto surge claramentede la primera afirmación que es el conjunto de los empleadores el que no demanda los suficientestrabajadores.
La cuestión del primer empleo
Ahora bien, hechas estas primeras salvedades metodológicas, cabe acordar con la mayoría de laliteratura sobre el tema, en que, atender la cuestión del primer empleo en los grandes tejidos urbanosde Argentina, supone tener en cuenta dos consideraciones:
En primer lugar, es necesario insistir en que el problema del empleo de los jóvenes requiere deun contexto general de crecimiento económico para ser enfrentado con posibilidades de éxito. Sincrecimiento, no se genera empleo genuino.
Pese a que la mayoría de los autores en la materia repiten enfáticamente esta afirmación, casitodos insisten –incomprensiblemente- en la justificación de la implementación –siempre desde elestado- de planes de capacitación y formación dirigidos a jóvenes.
El argumento final es -después de desbrozar y despojar las argumentaciones de sus ropajesintelectuales- el bien conocido “peor es nada”, cuando lo que cabría esperar de especialistas en lamateria es una solución que ponga en juego un ideal de empleo con la realidad socio-económicaimperante, para decir: “esto es lo mejor que puede hacerse”, y no la decepción implícita en el “no haynada que hacer, no obstante hagamos esto”.
Para ejemplificar lo dicho, podemos traer a colación las siguientes palabras: “El enfoque demercado de la formación, aunque simple en su concepción, plantea la cuestión de cómo justificar laformación ante la ausencia de demanda. La mayoría de estos programas de mercado […] se creancomo respuesta al alto desempleo juvenil. En períodos de estancamiento económico, demasiadosquedan sin trabajo, aun quienes tuvieron formación profesional; a pesar de esto, hay una asunción
implícita o una esperanza de que tales programas aliviarán el problema y crearán empleo.” 1
Creemos que la utilización en este ámbito de la expresión “asunción implícita” y de la palabraesperanza, nos relevan de efectuar mayores comentarios.
En segundo lugar, debemos tomar en consideración que el problema del empleo juvenil tieneque abordarse de forma prioritaria –pero no única- en el marco de la matriz conformada por el sistemaeducativo y su relación con el mundo del trabajo.
1
de Moura Castro, Claudio y Verdisco, Aimée,Formación de Jóvenes Desempleados en América Latina, p. 184
Más allá de su éxito o fracaso –cuestión de difícil mensura puesto que no se implementaronmétodos eficaces de evaluación- el programa “Empleo Joven” estaba pensado para dirigirse a 170.000jóvenes, cuando las estadísticas indicaban que existían 600.000 personas de menos de 30 años de edadcon el nivel secundario incompleto, provenientes de hogares de bajos ingresos, y que se encontrabansubempleadas o desempleadas1
Tal como varios autores lo expresan, también en relación con el empleo y los jóvenes seentrecruzan acusaciones entre especialistas de distintas disciplinas, que imputan el problema en sucampo a la falta de solución de problemas cruciales en otros campos de las ciencias sociales.
Así, los especialistas en salud, se quejan de que sin parámetros básicos de bienestar en cuantoa vivienda y alimentación, cualquier esfuerzo en su campo es estéril, mientras los especialistas eneducación, achacan a la salud y el desempleo los problemas para lograr enseñar con éxito, y losespecialistas en nutrición infantil alegan que sin educación no hay plan alimentario que valga; y de estemismo modo podríamos realizar todos los entrecruzamientos que puedan ocurrírsenos, pero la realidades que nadie plantea una solución integral y de fondo.
Conclusión
En el campo que hoy estamos tratando, tal como se puso en evidencia anteriormente, sincrecimiento económico no hay posibilidad de satisfacer la demanda de empleo de la juventud actual.
Por lo tanto, podemos afirmar también, que no hay programa que satisfaga verdaderasexpectativas de cambio, si no asume esta imposibilidad de forma explícita -concreta y abiertamente-por lo menos exponiendo esta dificultad, y no -tal como parecen hacerlo la mayoría de las experienciasrevisadas- solapando el problema y derivando la solución a, expresiones de deseo, esperanzas y asunciones
implícitas.
Sin embargo, hay un vacío que la formación puede ayudar a paliar: el de la incertidumbre.
Si tenemos en cuenta que sólo 1 de cada 10 jóvenes activos de entre 15 y 24 años cuenta con untrabajo adecuado no demandante de empleo, conformando así los jóvenes, un segmento de la poblacióneconómicamente activa caracterizada por una alta tasa de desocupación y subocupación, con empleode poca duración, mucha rotación y alto número de eventos informales y contratos inestables (5 decada 10 jóvenes tienen trabajo pero precario, al tiempo que casi 4 de cada 10 sufren el desempleoabierto) debemos concluir que, además de formar para el trabajo, debe brindarse a los jóvenes lasherramientas para enfrentar las dificultades propias de esta realidad. Por tanto, lo adecuado sería hablarde formación personal y política en sentido amplio.
Lo paradojal de esta conclusión, es que mientras afirmamos esto, una tradición educacional demás de cien años, basada en una formación integral profundamente arraigada en los ideales deconocimiento de la modernidad –difundida inclusive en las escuelas de formación técnica-, está siendodejada de lado en la Argentina para dar paso a una educación unilateral, una “educación para el trabajo”,para una “salida laboral”.
1 de Moura Castro y Verdisco, Ob. Cit
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- Anexo I -
Con el fin de aportar pautas para la solución e implementación de políticas de formación adecuadas
al problema de los jóvenes y el empleo, anexamos parte del trabajo realizado por el Dr. Enrique Sosa
presentado en “Emilio Máspero: un camino de realización”, auspiciado por la Fundación Emilio
Máspero: presente y futuro en Octubre de 2004. En él Sosa expone argumentos exhaustivos en relación
a las políticas neoliberales implementadas en Latinoamérica desde los años ́ 70 hasta la actualidad, y su
relación con el sindicalismo de la región y la cuestión del trabajo.
El rol del sindicalismo
“En América Latina, para realizar el modelo (neoliberal) se ha envenenado el cuerpo social al imponerse
como máxima sagrada la defensa de la estabilidad de la moneda cuando el verdadero problema es combatir
y exterminar el desempleo y la desocupación. Esta concepción ética-cultural se manifiesta en su perversidad
máxima en el ataque al trabajo. Este es el nudo de la cuestión para nosotros. El trabajo con libertad, el
trabajo como parte necesaria de la realización de la persona, es una conquista histórica de la humanidad1.
Por eso, el ataque al trabajo que ha sufrido toda América Latina tiene un significado no sólo económico.
Los millones de trabajadores industriales, empleados y profesionales que fueron desalojados de la actividadproductiva por lo que Laborem Exercens denomina “la plaga del desempleo”2, combinado con la legalizaciónde la usura y el estímulo a la especulación improductiva, coronó la obra de la ofensiva neoliberal. Porquela desvalorización del trabajo cumplió con el objetivo de producir una alteración profunda en la culturacotidiana de los trabajadores y de sus familias, modificando en consecuencia el comportamiento personaly social, al alterar la organización comunitaria del trabajo.
La desocupación y el subempleo, verdadera desocupación disfrazada, se han cargado en las espaldasdel trabajador que siente que ha perdido también su dignidad de hombre junto con su trabajo y con laposibilidad de proveer el sustento de su familia. Por eso afirmamos que cuando el trabajo es lo másbarato en una sociedad, es el hombre el que no vale, es su dignidad y su orgullo el que desaparece y laesclavitud y la miseria moral están a las puertas de cada una de nuestras familias.Para Emilio Máspero,lo más grave de todo esto “es la ruptura de la solidaridad entre los trabajadores”1.
1 Juan Pablo II. Encíclica “Laborem Excercens” n.182 Juan Pablo II, Encíclica “Laborem Exercens” nº 8
El deterioro de los mercados laborales se debe a las políticas de reestructuración económica
aplicadas para lograr la estabilización y el ajuste, a partir de la contención de la demanda, la desregulación
del sistema de precios, las privatizaciones y la reforma de los sistemas de regulación laboral, entre otras.
La falta progresiva de trabajo ha permitido establecer un circuito, una espiral de la miseria. En el siglo
XIX, cuando la explotación del trabajo mediante la succión de la plusvalía permitía la acumulación de
capital físico en pocos propietarios de los medios de producción, el liberalismo aplicaba la ecuación: a
más trabajo, entonces más capital, a más capital entonces más dinero. En la actualidad, agotado el proceso
de acumulación de capital físico, sobrevino la acumulación de capitales líquidos financieros, lo que unido
al enorme progreso tecnológico le ha permitido al neoliberalismo prescindir del trabajo humano en forma
más o menos considerable. De esta manera, el desempleo no sólo les ha sido imprescindible, sino además
beneficioso por lo menos por un tiempo.
Este tipo de mercado capitalista, al que se le atribuye la función global de asignar los recursos y
distribuir los ingresos excluye estructuralmente de los bienes y servicios producidos socialmente a todos
los que carecen de bienes para comerciar, de dinero para invertir, o de una fuerza de trabajo que puedan
efectivamente contratar. Los que carecen de recursos económicos acumulados, quienes tienen menos
nivel de instrucción, la fuerza de trabajo menos calificada y también aquella bien calificada pero que no se
corresponden con demandas efectivas de mercado, y en general los que por razones económicas, sociales,
ideológicas, culturales, de edad, salud, o cualquier otra limitación, tienen poco o nada que intercambiar en
el mercado, son excluidos de la economía y de la sociedad misma. Tal como afirmara Juan Pablo II:
“nuestras ciudades corren el riesgo de pasar a ser sociedades de ‘con-vivientes’ a sociedades de
excluidos, marginados, rechazados y eliminados”1.
La nueva realidad política y cultural se manifiesta en un nuevo concepto de libertad como “libertadde los más fuertes” que exalta el individualismo y desconoce la dimensión social del hombre. De estamanera la convivencia social se deteriora profundamente, se va conformando una Cultura de la Muerteque pone en peligro la convivencia democrática y el diálogo social. Ante esto se desarrollan “estrategiasde sobrevivencia”, sistemas de beneficencia y otros se organizan en pequeños grupos para buscar enconjunto la forma de encarar sus problemas económico-sociales, van naciendo nuevas formas y redes desolidaridad.
1 Juan Pablo II,Encíclica “Evangelium Vitae nº18
EL COMPORTAMIENTO DE LOS ACTORES EN LA ÚLTIMA DECADA DEL SIGLO XX
Las políticas de ajuste modificaron el modelo de articulación de intereses de la década de los
setenta y produjeron cambios profundos en la relación entre los actores del capital y del trabajo con el
Estado:
La constitución de los nuevos grupos económicos, empresas y holdings que encaran un fuerte
proceso de integración económica horizontal y vertical. En este sentido, la relación deuda externa-
valorización financiera a través del Estado permitió profundizar la centralización de capitales y consolidar
en la cúpula del poder económico a la banca acreedora y a un conjunto de empresarios nacionales y
extranjeros. Esa centralización va a reforzarse luego de 1989 por medio de la relación deuda-capitalización-
privatización.1 La emergencia de nuevos actores económicos así conformada muestra también el surgimiento
de una clase político-empresarial con influencia ideológica sobre los anteriores sectores económicosprevalecientes2.
La reorientación del gasto público que comienza a desplazarse, desde mediados de los 70, delas políticas sociales, de desarrollo y de infraestructura, a subsidios a la exportación, compras estatales ygastos de defensa. Es el pasaje del estado “impulsor” del desarrollo al promotor de transferencias haciasectores de capital más concentrado (vía promoción industrial, contratos, licuación de pasivos, estatizaciónde la deuda, etc.), lo que lleva a la desfinanciación de las empresas públicas y al quiebre del Estado debienestar. El Estado prescinde de los tradicionales grupos de poder que dirigían en otras épocas losdestinos sociales, no sólo del sindicalismo sino de parte del empresariado apoyado en el proteccionismoestatal.
Relación del Estado con el sindicalismo : El objetivo fue el cambio de relaciones de poder en favor delcapital especialmente ligado con la economía internacional que terminó confirmándose en la mayoría delos procesos de ajuste de América Latina. Los gobiernos llevaron a cabo una estrategia de desarticulacióndel poder sindical vinculada tanto a lo ideológico como a lo institucional. Esto último se refleja en elmanejo de una serie de instituciones con fuerte influencia sobre los sindicatos como por ejemplo el Ministeriode Trabajo, las negociaciones por empresas (Reforma de la legislación laboral), realizadas sin la participaciónde los sindicatos que quedaron despojados de su condición tradicional de factor de poder. Por otraparte, el modelo neoliberal supone una fuerte intervención del Estado para reprimir las reivindicacionessociales e imponer la liberalización de los mercados a los sindicatos (leyes laborales) y a los empresarios(política crediticia y monetaria)3
1 Grupo Gerardo Farrell. “Implementación de la Doctrina Social de la Iglesia en la etapa de la globalización”. BuenosAires, noviembre de 20002Serrano. Joseph F. María I. “La globalización”. Barcelona, 19953
Lechner, Norbert. “El debate sobre Estado y Mercado”, en Nueva Sociedad, sept-octubre, num.121.1992, Pág. 83
La estabilidad económica depende, cada vez más, de un acuerdo con los grupos económicos
ligados a la exportación, finanzas y organizaciones de crédito internacional que de los acuerdos con los
sindicatos y empresarios nacionales. Ya no se trata de proteger el consumo interno, la producción industrial
o las políticas de salarios centralizados, en realidad se persigue todo lo contrario, la desarticulación y
descentralización de los actores clásicos de la etapa anterior.
LA OFENSIVA DEL LOBBY Y EL RETROCESO SINDICAL1
En este proceso se observa que los grupos económicos controlan porcentajes cada vez más
significativos de la producción y finanzas e inciden en la viabilidad de las políticas de estabilización. No
solo cambian las relaciones del poder empresario en lo interno sino también en su relación con el Estado,
el trabajo y la misma sociedad. La presencia de un Estado que ha abandonado parte importante de sus
prerrogativas en la regulación de la economía hace que pierda sentido la organización de los empresarios
para ejercer presión sobre él y que en una estructura económico-social más segmentada, y donde la
regulación corre por cuenta del mercado, lo más probable es que tome fuerza la actuación individual de
los empresarios y decline la organización corporativa del empresariado. Además de los Nuevos Grupos
Económicos, los actores estratégicos intervinientes en la decisión pública, son los organismos multilaterales
de crédito (Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial), que
adquieren un rol crucial. No solo monitorean y controlan los presupuestos sino que condicionan de tal
manera que crean un verdadero cepo financiero mediante el cual toda política estatal que quiera contar
con apoyo crediticio debe cumplir con sus prescripciones.
La mayor diferenciación entre las ramas de actividad de las empresas y trabajadores hace más difícil la
celebración de acuerdos entre centrales sindicales y empresarios. La negociación tiende a descentralizarse
y a tener menos efectos globales sobre la clase trabajadora. La influencia del lobby que se realiza tanto a
través de modalidades legales como aquellas que hacen al tráfico de influencias van ocupando el nuevo
escenario político-económico y se acrecienta por el impacto de la filosofía pública dominante durante la
ofensiva neoliberal: una concepción de “todo al mercado” que articula los intereses sectoriales de diversos
actores (políticos, empresarios, sindicales, y funcionarios públicos).
1
García Delgado, Daniel. “Relaciones entre el Estado y la sociedad en la democracia argentina”, en Mac Gregor, Felipe y Weuz,Nikolaus. “Democracia, derechos humanos y orden político”. Colección América Latina y la Doctrina Social de la Iglesia.Diálogo Latinoamericano alemán. Tomo IVB. Págs. 55-88. Buenos Aires. 1993
En los años noventa el Ministerio de Trabajo dictó normas restrictivas sobre el derecho de huelga,
nuevas leyes de empleo “flexible”, cambios en el régimen previsional, y comienza a desregular las formas
de negociación colectiva buscando descentralizar la negociación por empresa para hacerla coherente con
la flexibilidad productiva requerida por el ajuste. Este cambio busca pasar de la negociación colectiva de
nivel nacional y por rama a la de nivel de fabrica, a un sindicalismo que no sea reivindicativo ni político y
que, en lo social, sea el resultado de la acumulación de capital y del libre juego del mercado.
En realidad, hasta comienzos de los 90, el ajuste había generado en el sindicalismo dos formas de
acción colectiva: un sector lo admitía como inevitable y trataba de posicionarse dentro del Estado para
lograr algunas conquistas adoptando el modelo de grupo de interés. Esta posición aceptaba la segmentación
y concentración en defensa de los intereses sectoriales específicos de sus afiliados, buscando incidir en el
proceso de reforma que se llevaba a cabo (el “sindicalismo de resultados”). Esta estrategia de sindicalismo
oficialista le significó quedar cooptado sin obtener ganancias significativas, (con excepción de algunas
prebendas burocráticas) y ser reconocido como la única institución gremial de cúpula1.
El otro sector cuestionó el ajuste neoliberal continuando con el modelo de movimiento social,buscando una mayor conexión con sus bases y movilizándolas. Este camino de oponerse al dualismo ennombre de los intereses generales de la clase trabajadora no logró, sin embargo, aglutinar las fuerzassociales suficientes como para modificar el plan de ajuste.
Esta transformación de relaciones Estado-Sociedad del modelo de intermediación de interesesmuestra la concentración del poder económico en pocas manos. Donde los ganadores son los inversoresexternos y acreedores trabajando en asociación con grupos del capital doméstico. La clase trabajadora yparte de las clases medias son desalojadas de su poder para conformar políticas nacionales. En ciertamedida, el gran perdedor es el sector medio que cobró fuerza a partir de la industrialización.Institucionalmente, este proceso afecta sindicatos y cooperativas que declinan en poder e influencia. Losprocesos asociados al ajuste y a la globalización minan la alianza social y el anterior consenso económicosocial vinculado al período de posguerra.
1
Sosa, Enrique. “¿Dos modelos sindicales?” En Revista Notisur, nº38. Buenos Aires. Noviembre 1990.
LA CRISIS DE LA ORGANIZACIÓN SINDICAL
Con la declinación de la sociedad industrial el movimiento obrero no aparece ya como el sujetohistórico de la transformación del conjunto social El modelo de acumulación dirigido hacia el mercadoexterno hace crecer la informalidad, el desempleo y la precarización del trabajo. Aumenta la inserciónprecaria en el mundo del trabajo, contingentes quedan fuera de la seguridad y protección social y afectalas expectativas de movilidad social ascendente que durante largo período estuvieron vigentes para sectoresurbanos. Hay un significativo proceso de desindicalización, reducción de obreros industriales afiliados alos sindicatos y disminución de la masa asalariada. La reformulación del sistema financiero internacionalpone en cuestión el compromiso tripartito promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)disminuye el empleo asalariado a tiempo completo con un salario estable negociado colectivamente yprotegido por leyes sociales y beneficios garantizados por el Estado. Se trata de un cambio que fragmentala base social del sindicalismo, debilitando su capacidad para representar los intereses de los trabajadoresa través de su movilización organizada.
La fortaleza del sindicalismo estaba asociada a su capacidad organizativa, a una unidad políticaorganizacional y a un Estado basado en el principio de justicia distributiva en los períodos democráticos.Este modelo suponía un alto grado de centralización y concentración de la decisión y un Estado capaz deobligar a los empresarios al cumplimiento de los acuerdos y que disponía de los recursos públicos (beneficiossociales y fiscales, de empleo) que eran parte de este proceso de negociación. A principios de los añosnoventa cesan las características del Estado garante del pleno empleo y asegurador de la protección socialy sus objetivos pasan por alentar el equilibrio fiscal y la competitividad en el mercado internacional. Elcrecimiento del desempleo ha puesto de manifiesto los cambios producidos en su composición ycaracterísticas con relación a períodos anteriores. Por un lado ha aumentado fuertemente la participaciónde trabajadores primarios, jefes de hogar en edades intermedias y adultas, particularmente de hogarespobres y con baja calificación, modificando el peso relativo y casi excluyente que mantenían los trabajadoressecundarios, mujeres y jóvenes, en el desempleo latinoamericano. Por otro lado, se han ampliado losperíodos de búsqueda o se hace mucho más difícil lograr la reinserción ocupacional, particularmente paralos trabajadores cesantes en edades maduras, lo cual entre otros efectos, se traduce en un incremento delos trabajadores desalentados.
El debilitamiento de las organizaciones sindicales y la flexibilización de los sistemas de regulación
y administración del trabajo, realizados en la mayor parte de países del área, son una clara muestra de la
nueva institucionalización que legitima y formaliza las nuevas formas de subordinación del trabajo al capital.
Aparece así una nueva composición de la clase trabajadora, constituida por lo menos por cuatro grandes
segmentos1:
1 García More, Eduardo. “El Movimiento de los Trabajadores hacia el siglo XXI. Caracas, 1998
a) Un núcleo central de trabajadores permanentes y protegidos, vinculados a las
industrias de punta y al mercado internacional, integrado prioritariamente por
técnicos y trabajadores calificados, relativamente bien remunerados y con
suficiente capacidad de negociación para imponer condiciones a los empresarios
y el Estado.
b) Un segundo grupo o segmento de trabajadores semicalificados con crecientesniveles de precariedad en sus ocupaciones e inestabilidad permanente, vinculadosprioritariamente a las industrias tradicionales orientadas al mercado interno(alimentación, textiles, metalúrgica, etc.) que en su momento fueron la base delos procesos iniciales de industrialización sustitutiva y que hoy se encuentran endeclinación por los procesos de reconversión en marcha.
c) Un tercer grupo o segmento situado en el área de los empleos terciarios (con
excepción de las finanzas, la banca y los seguros más concentrados)
particularmente en las actividades del sector informal urbano o las microempresas
de la construcción, las reparaciones y las industrias menores, con trabajadores
de baja calificación y elevado nivel de precariedad.
d) Un grupo o sector de trabajadores desocupados, imposibilitados de lograr su
reinserción en el mercado por la edad y su baja calificación que son el sector
más vulnerable de la población trabajadora de nuestros países.
En síntesis, los ricos se hicieron aún más ricos, los pobres mucho más pobres y la clase media se
empobreció. La caída de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional muestra con claridad
la orientación central del ajuste y los mecanismos redistributivos que operaron para descargar sus costos
en la población trabajadora vía la disminución de sus ingresos. Pero si bien esta disminución ha afectado
al conjunto de los trabajadores, actuó diferencialmente de acuerdo con el estrato, la rama y el sector de
actividad. Como los ingresos reales disminuyeron, los hogares destinaron una mayor proporción de los
ingresos domésticos al rubro de la alimentación, con la merma consecuente en otras áreas del consumo
como educación, salud y vestimenta. Por otra parte, los bajos salarios y el desempleo masculino abrieron
espacios para la participación de las mujeres en el mercado de trabajo, formal e informal. Además de las
responsabilidades usuales de cuidados con los hijos y el hogar, la mujer se vio obligada a asumir las nuevas
tareas de producción de renta y subsistencia familiar. El hombre desempleado y desocupado, u ocupado
parcialmente se sumó a las estadísticas de alcohólicos provocando una tasa acelerada de desagregación y
violencia familiar. Lo mismo el trabajo femenino, aunque aumentado por la participación masculina, ha
sido insuficiente para garantizar la supervivencia de la familia. Surgió, entonces, el trabajo infantil como
una nueva problemática en el escenario social urbano de América Latina1
Estamos frente a un nuevo modelo de acumulación. Pero esta acumulación no se realiza por un
redoblamiento de la explotación del trabajo vivo, sino por la exclusión de la fuerza de trabajo innecesaria
(“trabajo muerto”). Nos hallamos por lo tanto, frente a un proceso que no hace más que profundizar las
actuales tendencias de desigual distribución del ingreso y concentración del mismo en reducidos espacios
sociales que denominamos “Islas de modernidad” y que al mismo tiempo, crea áreas geográficas y barrios
de nuestras ciudades donde las personas no tienen forma de escapar a la degradación progresiva de la
condición humana, son los que Castells denomina “agujeros negros1”. El concepto de “Islas de modernidad”
fue desarrollado por Lewis M. Branscomb, en un artículo donde señala que “en esos países (por lasnaciones del Tercer Mundo) no existe una forma fácil para lograr que todos los habitantes estén en elmismo nivel económico. Sin embargo, las tecnologías de la información permitirían que esas nacionescreen en su seno “islas de modernidad”, vinculadas con el resto del mundo y capaces de funcionar a laaltura de éste. Con la estrategia de desarrollo social apropiada, las naciones del Tercer Mundo podránutilizar la riqueza producida en esas “islas” par desarrollar el resto del país en la forma más rápida posible”2.Pero en realidad, esta acumulación de riqueza en las cimas de la pirámide social o en estas islas no sedistribuyó con equidad. Para ser más precisos, sucedió todo lo contrario: la distribución fue completamentedesigual, la institución estatal no intervino y aumentaron la falta de trabajo, la pobreza y la exclusión. Enrigor de verdad, “la concentración del ingreso en manos de los sectores más ricos resultó mayor enAmérica Latina que en cualquier región del mundo”3. Se agudizó el contraste entre bienestar y pobreza; el5% más rico aumentó sus ingresos y el 75% más pobre vio reducirse los suyos. El mismo Presidente delBanco Mundial ha señalado que: la pobreza en los países de desarrollo medio en América Latina es untema que tiene menos que ver con el crecimiento que con la distribución de la riqueza. La distribución dela riqueza va en la dirección equivocada para lograr una mayor equidad”4. El desempleo y el subempleoson los indicadores más elocuentes de la exclusión; las transformaciones en el mundo del trabajo, producidasen los últimos años pueden resumirse en las siguientes:
La caída del producto por habitante; el proceso de desalarización y expansión delcuentapropismo como fuente de empleo; la acentuación de la fragmentación de las ocupaciones en términosde la incorporación desigual de conocimiento científico y tecnológico en los puestos de trabajo; laredefinición de los sistemas normativos y legales que estructuran las relaciones laborales (desregulación,flexibilización y precarización de la fuerza de trabajo); la distribución, cada vez más concentrada, delingreso y la fragmentación del salario al interior de las distintas ramas de actividad; el aumento del desempleo,que implica no sólo que las tasas de desempleo en general se han incrementado sino también que seobservan cambios de importancia en la composición del desempleo (que ahora afecta a los jefes dehogar), alargamiento del período de duración del desempleo, reducción de la población económicamenteactiva por el efecto retiro de la fuerza de trabajo, reducción de la jornada de trabajo como paso previo aldespido de los trabajadores y cambios en la composición relativa de los grupos sociales en relación con elmercado de trabajo;la caída en la remuneración del factor de trabajo, observándose un deterioro en elsalario real por diversas causas, tales como una política económica pro-exportadora, el rezago salarial yla pérdida de la capacidad negociadora de los sindicatos1;
1 Castells, M. “La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Vol.3: Fin de Milenio. Alianza. Madrid, 19972 Branscomb, Lewis M. “La tecnología de la información como igualador económico”. Houston. The Woodlands Forum 1986
3 Minujín, Alberto. “Desigualdad y exclusión”. Unicef/Losada. Buenos Aires. 1994, Pág.13.4 Diario Clarín, Buenos Aires, 22 de setiembre de 2000
aumentaron los porcentajes de población en extrema pobreza; actualmente los pobres urbanos de
América Latina son más numerosos que los pobres rurales; una proporción importante de los estratos
medios urbanos son ahora más vulnerable a los efectos de las nuevas políticas de estabilización o ajuste;
los jóvenes que no estudian ni trabajan constituyen actualmente una proporción mayor que al principio de
la década, multiplicándose el riesgo de marginalidad y vulnerabilidad económica y social.1
El neoliberalismo propone una nueva concepción ético-cultural2 basada en la progresiva separación
entre las dimensiones económica y ética. Esta se manifiesta en su perversidad máxima en el ataque altrabajo. Este es el nudo de la cuestión para nosotros. El trabajo con libertad, el trabajo como partenecesaria de la realización de la persona, es una conquista histórica de la humanidad. Por eso, el ataque altrabajo que ha sufrido toda América Latina tiene un significado no sólo económico ya que los millones detrabajadores industriales, empleados y profesionales que fueron desalojados de la actividad productiva,combinado con la legalización de la usura y el estímulo a la especulación improductiva, coronó la obra dela ofensiva neoliberal porque la desvalorización del trabajo cumplió con el objetivo de producir una alteraciónprofunda en la cultura cotidiana de los trabajadores y de sus familias, modificando en consecuencia elcomportamiento personal y social, al alterar la organización comunitaria del mismo.
La desocupación y el subempleo, verdadera desocupación disfrazada, se han cargado en lasespaldas del trabajador que siente que ha perdido también su dignidad de hombre junto con su trabajo ycon la posibilidad de proveer el sustento de su familia. Por eso afirmamos que cuando el trabajo es lo másbarato en una sociedad, es el hombre el que no vale, es su dignidad y su orgullo el que desaparece y laesclavitud y la miseria moral están a las puertas de cada una de nuestras familias. Recordemos que “lacultura de una sociedad se mide según la capacidad de proteger a los ancianos, a los enfermos, a los niñosy a la vida que está por nacer”3. Máspero había afirmado uno años antes que: “si continúan estas políticas,el trabajo humano perderá todo su valor y toda su dignidad, pero también todos sus derechos y todo suprotagonismo”4.
La existencia de una sociedad con marcadas diferencias sociales y con una importante proporción de lapoblación poco integrada o excluida constituye hoy una realidad insoslayable. Es necesario destacar quela realidad de la exclusión hace referencia no sólo a las condiciones de vida de la población sino tambiény de manera fundamental, a la ampliación y a la consolidación de las democracias. Evitar la desintegración
y la exclusión requiere de formas de acción que exigen la recuperacióndel rol del Estado de defender a los
más débiles (principio de solidaridad) ya que es uno de los principios básicos de la organización social y
política.
1 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT, México DF, noviembre de 1998. Págs..31-522 Sosa, Enrique. “Lo social en el proyecto neoliberal” en “Lo Social: clave del Desarrollo Humano”. Flates. Caracas.1983. Págs. 139-1623 Juan Pablo II. Mensaje de recepción del embajador de Alemania en el Vaticano. 8 de noviembre de 1990. L’Osservatore Romano, 7 de diciembre de 1990. Pág. 204 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el IX Congreso de la CLAT, Mar del Plata, Argentina, 1987. Pág. 62
En muchos de nuestros países, las estructuras públicas no permiten la formación de estructuras
participativas. Estas destruyen todas las iniciativas humanas que alimentan y enervan todo el tejido social.
La primera célula de este tejido es la familia, otras son las mil variadas formas de organizaciones voluntarias
que empujan a la sociedad entera cuando están formadas sobre estructuras participativas que fundamentan
la Democracia Real. En síntesis, para el diálogo social son necesarias la participación y la solidaridad, que
van juntas de manera inseparable y constituyen dos caras de una misma moneda. Las organizaciones de
trabajadores deben seguir haciendo concreta y real su participación solidaria en la vida de la sociedad al
servicio del bien de los propios trabajadores, para cuyo servicio han nacido.
EL SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD CIVIL1
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) son otra de las características fundamentales
de esta etapa. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre
Desarrollo Humano del año 1993 las definía como organizaciones voluntarias que trabajan con otras y
muy a menudo en nombre de éstas. Su labor y sus actividades se centran en cuestiones y en gente que está
más allá de su propio personal y sus propios miembros. A menudo las ONGs tienen estrechos vínculos
con organizaciones populares y canalizan el asesoramiento técnico o el apoyo financiero como organizaciones
intermedias de servicios. Pero desde el punto de vista organizativo, las ONGs pueden ser muy diferentes
a las organizaciones populares y a menudo tienen jerarquías burocráticas sin las características democráticas
ni la responsabilidad de casi todos los grupos populares. El sindicalismo desconfió de este mundo, mientras
que por su parte, las ONG ignoraban al mundo sindical o bien se sentían rechazadas por él.
Emilio Máspero sostenía que “la sociedad civil en su conjunto, el pueblo socialmente
organizado, está llamado a jugar cada vez más un protagonismo decisivo en todo el quehacer socio
político de la región”2 y veía con claridad la necesidad del Movimiento de los Trabajadores de tener una
política, estrategia y tácticas bien definidas hacia los nuevos movimientos sociales.
1 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el X Congreso de la CLAT, Praia Grande, Brasil, septiembre de 193.Pág. Pág. 92 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el IX Congreso de la CLAT, Mar del Plata, Argentina, noviembrede 1987
El cambio de paradigma1
En un excelente libro de la década de los sesenta, el investigador Thomas Khun2 desarrolló la
noción de paradigma para referirse a la evolución de las ciencias exactas y sus cambios a lo largo deltiempo. El paradigma es una constelación de ideas, creencias y valores que marcan los cimientos de unaépoca y sus teorías científicas y filosóficas. Los paradigmas establecen límites y resuelven los problemasdentro del paradigma; su utilidad está dada por la identificación de los problemas. Con el cambio deparadigma no está garantizado el éxito alcanzado con el paradigma anterior ya que en muchos casos lasituación vuelve a cero. Los cambios de paradigma comienzan en la periferia del paradigma que está endesintegración y se desarrollan hasta cambiar el centro o núcleo del antiguo paradigma.
En la actualidad vivimos una especie de entretiempo entre un paradigma y otro. No se ha
derrumbado definitivamente el anterior pero tampoco surge con claridad el nuevo paradigma por eso es
que vivimos tiempos de incertidumbre y cambio. Algunas instituciones sufren ante los cambios la denominada
“parálisis paradigmática” que les hace perder la capacidad de respuesta y de adaptación a la nueva
situación y pretenden continuar como si nada hubiera ocurrido sin darse cuenta que esa parálisis produce
irremediablemente la destrucción y desaparición de la institución porque pierde su legitimidad, aquello que
le daba sustento cultural, ético y político. En todos estos procesos de cambio hay cuatro dimensiones que
deben ser tenidas en cuenta:
El cambio individual
El cambio en los grupos de trabajo.
El cambio en lo organizacional, las estructuras, la gestión de recursos
El cambio en el ámbito institucional, lo que hace a su función, a su identidad y a los paradigmas que la
sostienen.
En las relaciones laborales también ha cambiado el paradigma y es necesario conocer cual es la
naturaleza del cambio. En este cambio del modelo de acción colectiva se observa la desarticulación de la
trama social de la etapa anterior y, a la vez, la reconstitución de una nueva. Si en el anterior modelo se
promovía la interdependencia de organizaciones que casi llegaban a la “fusión” con el Estado, en la nueva
etapa se produce un proceso de diferenciación-distanciamiento entre el Estado y la sociedad civil. En el
anterior modelo había participación de organizaciones sociales en el Estado, de pocas pero fuertes y con
gran poder de modificación y veto de políticas centrales, mientras que la nueva es más plural, diversa y
compuesta por pequeñas organizaciones con escasa capacidad para influir en las decisiones públicas.
1 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT, México DF, noviembre de 1998. Pág..10 y ss.2
Kuhn. Thomas. “La estructura de las revoluciones científicas”. 1962
En este marco de mutación económico-social, las organizaciones y movimientos sociales empiezan
a hacer cosas que antes hacía el Estado o se esperaba que las hiciera (equipamiento urbano, de servicios
de salud, educación, etc.) Se produce el pasaje de una situación donde el Estado Nacional monopolizaba
la acción social hacia su municipalización. Una nueva situación donde programas y recursos son transferidos
a las ONGs e instituciones como la Iglesia Católica. No es sólo el énfasis en una vinculación local o
nacional lo que distingue a un modelo de otro, sino que en el nuevo, las organizaciones de base se ligan
más con lo transnacional, tanto porque las políticas sociales del Estado son dotadas por créditos de los
organismos multilaterales (Banco Mundial, BID) como porque los países centrales transfieren recursos
mediante la cooperación internacional que buscan destinar al Estado a un rol supervisor de políticas
implementadas por entidades descentralizadas y no gubernamentales1
Los nuevos movimientos sociales
Emilio Máspero ya anunciaba en 1987 su influencia creciente en la realidad latinoamericana como
muestra del protagonismo local frente a los problemas claves de la vida diaria2.
Una primera definición, aproximativa, es que todo Movimiento Social es un agente colectivo queinterviene en el proceso de transformación social. Un aspecto esencial es que constituyen un fenómenosocial estructurado, se basan en causas estructurales que intentan modificar por medio de su acción colectiva.
Estos nuevos movimientos sociales se caracterizan por ser organizaciones de estructura latente, debajo nivel institucional, que pueden resurgir de acuerdo con una coyuntura determinada. De carácterrelativamente efímero, muchos se disuelven una vez logrados sus objetivos inmediatos o bien comoconsecuencia de lo que perciben como fracaso irremontable de los mismos.
De allí que estamos frente a un modelo asociativo popular que es muy diferente al del pasado, dondelo que predomina no es una movilización espectacular y la tendencia es a atender pequeños proyectos queaparecen relativos a necesidades concretas. Podemos distinguir:
1 Forni. Floreal. “Informe de los organismos de financiación y asistencia internacionales sobre política social”. Encuentrode Entidades No Gubernamentales para el Desarrollo. Buenos Aires. Octubre de 1990.
2 Máspero, Emilio. “Informe político y de orientación ante el IX Congreso de la CLAT, Mar del Plata, Argentina,noviembre de 1987. Pág. 42 y 70
• Los Movimientos de supervivencia: estructuran áreas de solidaridad con relación a necesidades
básicas, constituyéndose sobre demandas en las cuales los partidos políticos o el Estado no se
hacen cargo. Los grupos más pobres son los que presentan un mayor potencial participativo a
diferencia de las clases medias. No parten de una perspectiva de cambio global, no aspiran a
tomar el poder o a movilizar mayorías, sino a ejercer una presión justa en el momento oportuno.
Se vinculan a la sociedad civil desde los principios de auto-organización y autonomía (autoempleo,
autoconstrucción de viviendas, resolución de necesidades de salud, educación, etc.) Sobresalen
los nucleados en derredor del problema de la tierra urbana, los vinculados en derredor del trabajo
o micro emprendimientos, los que constituyen redes populares de salud para formación de agentes
sanitarios, las organizaciones de mujeres que luchan por reivindicaciones específicas (violencia
familiar, salud, etc.) los movimientos de organizaciones nucleados en derredor de la comunicación
social en el ámbito comunitario
• Movimientos de calidad de vida: lo hacen sobre necesidades posmateriales (reivindicaciones
ambientales, de seguridad, higiene y salud pública, diferenciación sexual, etc.) Son reivindicaciones
no ligadas a la producción ni identificadas con un consumo. Tienen que ver con derechos humanos,
ecología, seguridad, feminismo, corrupción, transparencia pública, droga, SIDA, etc. Se puede
incluir dentro de esta categoría a los constituidos para controla la calidad de los servicios, los
vinculados a la defensa del espacio público, la utilización de los espacios urbanos y defensa de lo
verde
• Movimientos para-sindicales: Si bien tienen una base asociativa de carácter gremial, la trascienden
por el impacto que logran en la opinión pública; tienden a gozar así de una amplia solidaridad
moral del conjunto de la población y tienen que ver con bienes vinculados al futuro de la comunidad
y con áreas cruciales del bienestar (educación, seguridad social, salud) con la descualificación de
los servicios públicos y con el intento del Estado de desresponsabilizarse de estas funciones.
También, por la conflictividad propia de la complejidad, por la falta de instituciones y racionalidades
para el procesamiento de estos conflictos
• Nuevos movimientos religiosos: Actúan sobre un montaje de una religiosidad más individualista
y expresiva, con influencia de los medios de comunicación. Lo mismo que la proliferación del
“New Age”, autocontrol, las culturas “ligth” en los sectores medios más secularizados, muestran la
necesidad de contención, de pertenencia, de reconstitución de certezas y sentido. Es una tendencia
inversa, si se quiere, a la que generó a las comunidades de base (con compromiso social y
movilización de la comunidad por lo público) y a las afirmaciones de religiosidad más expresiva y
subjetiva (por ejemplo, los movimientos católicos carismáticos).
Los nuevos movimientos sociales no dan relevancia a los códigos socioeconómicos (la cuestión clasista)
y a códigos políticos (las ideologías) ya que la cuestión ecológica rompe el esquema clasista y la crisis
ecológica y la brecha Norte-Sur son los problemas más graves del planeta. Su composición está basada
en:
• Una parte de las nuevas capas medias (servicios sociales, culturales o sector público) Las nuevas
“capas de asalariados”.
• Elementos de la vieja clase media (profesionales liberales)1
• Sectores de la población al margen del mercado o en una posición periférica (desocupados,jóvenes, sin tierra, amas de casa, jubilados, etc.).
El siglo XX se cerraba para Emilio Máspero, signado por tres grandes revoluciones en el marco de un
capitalismo global, la revolución tecnológica expresada en las comunicaciones y la informática, la revolución
económica de la globalización financiera y la revolución sociológica con la crisis del poder y la organización
social2, con tres actores geopolíticos expresados en los bloques geoeconómicos de la Unión Europea, el
NAFTA de América del Norte y el Asean asiático.
EL FUTURO DEL SINDICALISMO3
El Sindicalismo tiene una larga historia de lucha que lo enorgullece pero, como todas las instituciones,
ha sufrido el deterioro causado por el tiempo y por el comportamiento específico y concreto de algunos
de sus dirigentes. Superado el primer momento de parálisis frente a los cambios en el paradigma, la
organización sindical debe plantearse un nuevo qué-hacer y partir de algunas premisas básicas a su misión.
Creemos necesario señalar las siguientes:
1 Escribe Hirschman: “Cuando conocí la América Latina hace 32 años, la única posibilidad de abrirse paso que tenía unjoven con un grado universitario (en contraste con la actualidad, había muy pocas mujeres con tales diplomas) eralanzarse a una rutinaria carrera de negocios, profesional o tal vez política. Elegir semejante carrera implicaba la decisiónde apoyar el orden existente. Unos diez años después habían aparecido nuevos caminos: era posible volverse untécnico que trabajara por alguna reforma desdeel interior de una oficina del gobierno central, o guerrillero que luchara contra “el sistema” desde fuera. Pasó otradécada y, en los setenta y ochenta, se abrió un nuevo curso para algunos de los inquietos jóvenes de la clase medialatinoamericana: convertirse en promotor social, cuya tarea consiste en construir comunidades de autoayuda al nivelpopular y lograr así una mejora humana y un cambio social en forma menos espectacular, pero tal vez fundamental. (...)Las vidas de los jóvenes latinoamericanos de clase media se han enriquecido al abrirse este vasto campo de posibles esfuerzos” Hirschman, Albert. “El avance encolectividad”. Fondo de Cultura Económica. México. 1989. Pág. 111.2 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT, México DF, noviembre de 1998. Pág..7 y 83 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT, México DF, noviembre de 1998. Págs..61-96
• El sindicalismo sigue siendo factor de equilibrio social. El Movimiento de los Trabajadores, sea
cual sea la forma que adopte en el futuro, es un factor imponderable de equilibrio. Los sindicatos
siguen siendo un interlocutor válido. Las conducciones sindicales a través del diálogo, la negociación
y la concertación tripartita o en algunos casos tretrapartita con la incorporación de las nuevas
organizaciones sociales, como por ejemplo el caso del Programa IPEC (Erradicación del Trabajo
Infantil) de la OIT, cuya experiencia piloto fue iniciada en Brasil en la década de los noventa,
pueden seguir resolviendo problemas sociales.
• Los sindicatos siguen siendo un interlocutor poderoso. Las organizaciones sindicales tienen
todavía un alto grado de organización y pueden acomodarse a las exigencias de los cambios. El
poder sindical debe ser en el futuro más cualitativo. En términos generales el movimiento obrero
está sufriendo un debilitamiento cuantitativo debido al impacto de las nuevas tecnologías sobre la
mano de obra. El poder del sindicalismo radica ahora no ya en el número (la movilización de
masas y la huelga) sino en su inteligencia.
• El “proletariado” se ha diversificado y en su lugar encontramos operarios (semicalificados y
cualificados), empleados (con diversas especializaciones), técnicos (medios y superiores),
profesionales y directivos y miembros de la gerencia media y existen, además, un creciente número
de trabajadores informales y autónomos y de desocupados. Es un asalariado heterogéneo que
requiere nuevas formas de organización.
• El sector servicio puede fortalecer sus organizaciones. Aun bajo el riesgo del creciente
individualismo de muchos nuevos empleos, especialmente en el sector servicios, es indudable que
el valor de la solidaridad requiere formas de expresión totalmente novedosas y que no se expresan,
como antiguamente lo hacían, en la concentración, la uniformidad y el número sino en la dispersión,
la creatividad y el personalismo. Debemos pensar que el trabajador no solamente es un dirigente
o un afiliado sino también un habitante de un espacio social (el territorio donde mora) que le
demanda respuestas como dirigente y como ciudadano, de allí la necesidad de vinculación horizontal
de las organizaciones sindicales con los nuevos movimientos sociales y la problemática social y al
mismo tiempo, un habitante del cyber espacio y por lo tanto se presentan como desafíos dos
nuevas vertientes de construcción de solidaridades: el territorio, como ciudadano de un espacio
físico (el barrio, la ciudad) y una “solidaridad virtual” que se deriva de su vinculación a redes
informáticas cada vez más usuales y necesarias. Pero el objetivo estratégico clave era el de “avanzar
hacia la Comunidad Latinoamericana de Naciones frente a la amenaza del ALCA”1
1 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT”, México DF, noviembre de 1998. Págs.101 a 114
Durante todos estos años la CLAT planteó la necesidad de progresar en el diálogo y la cooperación
con otras organizaciones de trabajadores que no estuvieran afiliadas a la CLAT y los Coloquios de la
UTAL y las Cumbres Sociales y Sindicales eran el modo de ejecutar esa línea política, “en el marco del
pleno respeto a las legítimas y necesarias diferencias que existen y en el respeto a la libertad sindical y al
pluralismo de las ideas y de las distintas experiencias y manifestaciones sociales de los trabajadores. Los
nuevos tiempos demandan “la unidad de acción tanto a nivel nacional como regional en todos aquellos
problemas comunes que afectan por igual a todos los trabajadores, en un intento de reforzar la
eficacia y la relevancia del accionar de los trabajadores organizados y de la defensa y
perfeccionamiento de los procesos democráticos”1
El X Congreso de la CLAT fue realizado en Brasil, era el primer Congreso luego de la implosión de
la Unión Soviética y de la Unificación de Alemania, primeros pasos para el fortalecimiento de la Unión
Europea pero también la consolidación de la hegemonía del mercado y la fundamentación neoliberal que
arrasaba con el Estado-Nación y con las organizaciones sindicales.
Emilio Máspero lo denominó el “Congreso de la Solidaridad” y lo consideró el de mayor grado
de elaboración de los realizados en la historia de la CLAT. En el mismo, Emilio Máspero enumeró los
retos con que se enfrentaría la CLAT en los años venideros, retos que hoy tienen más vigencia que nunca;
y lo hizo en el siguiente orden2:
1º. Ajustar, actualizar y profundizar la identidad de la CLAT, es decir, qué somos, qué queremos, hacia
dónde vamos, cómo, con qué, con quiénes, para ello era necesario revisar el pensamiento y consolidar la
autonomía e impulsar un proceso de formación y de animación ético-cultural en todos los niveles
2º. Intensificar y acelerar el poder socio-político de la CLAT: es decir, crecer en cantidad, en
representatividad y en influencia efectiva consolidando las bases nacionales y desarrollando una ética y
una cultura del poder.
3º. Implementar a fondo el modelo de Movimiento de los Trabajadores
4º. Organizar cuadros en todos los niveles de la CLAT con epicentro en las organizaciones nacionales
5º. Excelencia y calidad total en el proceso de formación: para ello debe evaluarse el sistema de formación
en todos sus niveles y vincularse y lograr la cooperación sistemática de centros universitarios, de estudios
y de documentación que tengan una línea convergente con la CLAT e incorporar nuevos contenidos y
nuevos textos.
1 . “Respuestas al marco de referencia para el análisis del panorama sindical y la cooperación en los programas deformación sindical en Latinoamérica” Memorando Interno, s/f. Circa 1994, 162 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el X Congreso de la CLAT, Praia Grande, Brasil, septiembre dePágs. Págs. 51-79
6º. Establecer un sistema de información moderno y eficaz. Para ello se necesita formar nuevos cuadros
especializados y crear nuevos medios propios de información y saber utilizar los grandes medios ya
existentes.
7º. Disponer equipos de conducción política de la más alta calidad y capacidad
8º Autogenerar un poder económico propio
9º. Una nueva presencia, nueva dinámica y nuevo protagonismo en los procesos de integración
latinoamericana como prioridad política estratégica número uno con una nueva dinámica para los Consejos
subregionales y los Institutos subregionales. Y con este objetivo se debe promover el diálogo y la
unidad de acción con otras organizaciones sociales, culturales y de trabajadores.
10º. Liderar la ofensiva socio-política de los trabajadores ante la ofensiva neoliberal
11º. La expansión orgánica junto con el potenciamiento y consolidación de la CMT
Hasta el final de sus días terrenos, Emilio Máspero estuvo ocupado en discernir el futuro de la
organización sindical y su participación en el último Congreso de la CLAT en el siglo XX en la ciudad de
México (1998) lo encontraron en la madurez de su pensamiento social y en su capacidad de presentar una
visión estratégica que lo trascendía en el tiempo convencido de que la fuerza del espíritu “será la gran
fuerza para avanzar al logro de sus más altos objetivos. Es de la fuerza del espíritu de donde viene las
grandes transformaciones no sólo de las personas sino también de toda la sociedad”1.
El informe político del XI Congreso, considerado por muchos como su testamento político señalólas grandes líneas de acción que la CLAT debía tener en cuenta para la primera década del siglo XXI2 conel objetivo clave de avanzar hacia la Comunidad Latinoamericana de Naciones:
1º. Lograr una continuidad coherente entre lo que la CLAT ha sido y quiere ser. Máspero sabía que su
salud estaba quebrantada y solicitaba una transición ordenada hacia el siglo XXI
2º. Mantener los programas claves par el autofinanciamiento, la formación de cuadros de conducción
para aumentar la representatividad y la implementación orgánica del Movimiento de los Trabajadores con
eje en las organizaciones nacionales.
3º. La formación debe responder al desafío de la sociedad de los conocimientos
4º. Incrementar la representatividad par tener legitimidad y relevancia socio-política
5º. Incorporar jóvenes y mujeres.
1 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT”, México DF., Noviembre de 1998.Pág.1622 Máspero, E. “Informe político y de orientación ante el XI Congreso de la CLAT, México DF. Noviembre de 1998. Págs.115-152
6º. Repensar y redimensionar la acción sectorial.
7º. Organizar a los trabajadores en sus lugares de vida una exigencia de la nueva situación de la clase
trabajadora.
8º. Construir una red latinoamericana de solidaridad para crecer en el autofinanciamiento.
9º. Promover la unidad de acción entre todas las organizaciones de trabajadores
10º. Constituirse en un actor social de primer orden de la sociedad civil
11º. Refundar la política con el protagonismo del Movimiento de los Trabajadores
12º. Promover una renovación ética y cultural a todos los niveles.
13º. Ser un Movimiento de Trabajadores inspirado en valores
14º. Superar la esquizofrenia entre lo que se acuerda y lo que se cumple. La adopción de la
metodología de programar por objetivos y administrar por resultados intentó superar esta contradicción.
Esto se relaciona directamente con la voluntad política y práctica de todos.
15º. Renovar y redimensionar la CLAT porque no se puede seguir haciendo de la misma manera y con
los mismos resultados. Esto exige consolidar las organizaciones nacionales en todos los países y
especialmente en los considerados claves. El epicentro del futuro son las organizaciones nacionales.
16º. Actualizar los estatutos y la declaración de principios.
17º. El verdadero redimensionamiento debe ser de abajo hacia arriba. Desde las organizaciones
nacionales hacia la CLAT supranacional.
18º. Garantizar la continuidad coherente de los equipos de conducción con procesos electorales en
todos los niveles, con sistemas electorales que siendo democráticos tengan racionalidad política y facilite
la conformación de equipos de conducción con los mejores, con los más representativos y con los más
capaces nivelando siempre hacia arriba en términos de superación constante,
19º. Grandeza de visión y de espíritu para ajustar el conjunto de la CLAT y asumir el bien común de
la CLAT y de los trabajadores como el hilo conductor de todo el proceso de renovación.
20º. Es indispensable una nueva práctica de la solidaridad para construir el Movimiento de los
Trabajadores. La solidaridad es la virtud fundante de nuestras organizaciones que se construye a partir de
una profunda renovación ética y cultural que obliga a modificar las metodologías y contenidos de la formación,
de la acción, de las conductas y estilos personales y colectivos. La CLAT debe estar en la primera línea
de la globalización de la solidaridad y en la expansión y potenciamiento de la CMT.”
- Anexo II -
PROYECTO GENERACIONAL DEL CCAS
Secretaría de Juventud del CCAS
Fundamentación
El siguiente proyecto nace de la necesidad de fomentar ámbitos de participación que en estosúltimos tiempos no han sido lugares comunes para una generación de dirigentes sindicales, sociales ypolíticos.
Somos concientes de la gravedad y profundidad de la crisis que atraviesa nuestra Patria no sólo enmateria económica, política o social, sino que esta crisis está ubicada en las bases éticas y culturales. Es allídonde encuentra su raíz u origen. Por ello, el camino para el cambio sustancial se sustenta en la recuperacióndel hombre como eje de toda acción política y social, recuperación del pensamiento argentino y de laidentidad nacional y latinoamericana.
Apoyados en estos criterios, proponemos una acción integral que apunte a revertir toda lógicatendiente a lo disociador o parcelación de las observaciones a nivel social, a las que muchas veces nosvemos sometidos, y que nos dificultan la posibilidad de arribar a diagnósticos concientes y a profundizaren estrategias de construcción humana, social y política.
Esto motiva el abordaje de nuestra labor en este espacio, desde una mirada innovadora, solidaria,en busca del bien común por sobre el bien particular, con contenido ideológico, pues creemos que lacarencia de estos principios, entre otros, justamente, han dado lugar a la imposibilidad por parte de lospolíticos, dirigentes sociales o sindicales del campo nacional y popular para constituirse como contracciónde los intereses que han modelado la Argentina neoliberal que hoy sufre nuestro pueblo.
Así, y como resultado del terrorismo de estado y del vaciamiento ideológico, nuestra generación,retirada en la no participación política, o en la participación en niveles intermedios o primarios, necesitarecuperar un relato histórico y dotar nuevamente de los valores y principios más puros, y de las herramientastransgresoras e innovadoras, a la acción política. Ya que la mayoría de nosotros hemos experimentado yaprendido en un proceso que contiene las cualidades antes descriptas.
Es por ello que creemos en la necesidad de generar un espacio que se encuentre al servicio de unanueva experiencia colectiva, dentro del Consejo Coordinador Argentino Sindical, organización de quenos abre las puertas, para sumar en esta discusión que nos es otra que la del Proyecto de Nación queanhelamos.
Objetivos Generales
Que los jóvenes participantes del proyecto puedan:
• Mejorar las oportunidades para concretar su proyecto de vida.• Sentirse protagonistas para construir deliberadamente su propio futuro y el de la sociedad.• Reforzar en definitiva su identidad y su autoestima.• Integrarse a determinados procesos en curso en una comunidad dada.• Generar ámbitos de formación y capacitación integral.• Mejorar las posibilidades de acceso a bienes y servicios.• Difundir su pensamiento y el de la organización a la que pertenezcan.• Fortalecer el CCAS desde nuestro humilde rol.• Generar participación en otras organizaciones sociales y comunitarias.
Para la construcción del presente proyecto y la implementación de las acciones propuestas, esfundamental y necesaria la participación de una organización que pueda ser “continente” a fin deejecutar las respuestas a las inquietudes planteadas.
Desde esta concepción observamos posible la organización y distribución de las tareas a realizar,mediante áreas y equipos de trabajo primarios para la concreción de las actividades a definir.
Estas podrías ser: formación y capacitación, acción social (turismo, recreación), prensa y difusión,organización y movilización, entre otras.
Formación y Capacitación:
Objetivos:
• Formar integralmente, con significatividad social, psicológica y política.• Formar jóvenes en sentido estricto, en su dimensión programática, complementación básica y
finalización de la educación de nivel primario, secundario y orientación profesional. Se expediráncertificados oficiales de los estudios.
• Formar jóvenes como política de legitimación; esto es, formación sindical y/o social.• Formación teórico-técnica, en un proceso de formación y aprendizaje permanente.• Formar jóvenes como acción promotora de la reconstrucción de la identidad nacional y social.• Realizar acciones tendientes a la participación social de los jóvenes.
Acción Social
Objetivos:
• Servir a la estructuración y coordinación de diversas actividades encaradas por las diferentesSecretarías del CCAS.
• Potenciar la movilización como eje de la lucha y de la manifestación ideológica a partir de diversasmodalidades, como las industrias culturales.
Prensa
Objetivos:
• Crear redes de comunicación que fomenten el desarrollo Inter e intra organizacional.• Instaurar una estrategia comunicacional que permita a la organización adquirir visibilidad pública.• Implementar al interior de la organización y con otras organizaciones una comunicación abierta y
participativa.• Generar planes de difusión que tiendan a economizar recursos y optimizar la información.
Cuadernos de FormaciónINFORCCAS
1.Diálogo Social2.Diálogo Social3.Diálogo Social
4.Conducción Social y Liderazgo5.Conducción Social y Liderazgo6.Conducción Social y Liderazgo
7.Formación de Formadores8.Formación de Formadores9.Formación de Formadores
10.Investigación 200311.Investigación 2004