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REVISTAINTERNACIONALDEPENSAMIENTOPOLTICO II POCA VOL. 3 2007 [87-96] ISSN 1885-589X
Islam y Laicidad
Mustafa Akalay Nasser
Matre de Confrences
Instituto Universitario de Saint-Denis
Universidad de Pars XIII
Abstract.: Laicism in Islam has divided Sunni Muslims from Shiites and fundamentalists
from liberals for more than a century, as evidenced in labels such as ladiniya, ilmaniya.
Moroccan leftist intellectuals have periodically entered the dabate. But, while euro-
peans tend to understand conflicts within european muslim communities as a confron-
tation between laicism and teocracy, within those communities the problem is unders-tood as that of tradition vs. modernity. In fact, laicism is a religious invention that many
thinkers deem compatible with Islamic principles. The Spanish Muslim community is
composed by people from many different countries where Islam is the only religion,
and their new European context is generating new ways of living their religious faith.
After 11-M, however, some spanish journalists and writers have taken to stigmatize
Islam, and many social and economic problems are interpreted as cultural or religious
ones. Spain has an important role to play in the debate.
Resumen.:El Laicismo en el Islam ha separado a musulmanes sunnes y shies, a losfundamentalistas de los liberales desde hace ms de una centuria, como se ha evi-
denciado en etiquetas como ladiniya e ilmaniya. Intelectuales marroques de izquierda
se han adentrado peridicamente en este debate. Pero mientras los europeos tienden
a entender este conflicto en las comunidades musulmanas como una confrontacin
entre laicismo y teocracia, en el seno de estas comunidades el problema es entendi-
do como el conflicto de tradicin versus modernidad. En realidad, el laicismo es una
invencin religiosa que muchos pensadores creen compatible con principios islmicos.
La comunidad musulmana espaola est compuesta de pueblos de muy diferentes
Recibido: septiembre de 2007
Aceptado: octubre de 2007
Islam and Laicism
PALABRAS CLAVE: Laicismo, musulmanes europeos, legitimacin institucional.
KEYWORDS: Laicism, European muslims, institutional legitimation.
Monogrfco: Pensamiento Poltico Islmico.
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s necesario un debate pblico que
tienda a ajustar la reflexin a la ac-
cin en el mbito especfico del Is-
lam en Europa1, ms concretamente un
debate sobre Islam y Laicidad.
Asumo hablar del tema como un intelectual
que vive en un espacio hbrido, fronterizo en-
tre varias culturas y lenguas (passeur culturel
o agente de mestizaje de culturas2), y que por
convicciones filosficas ha optado desenvol-
verse en un espacio laico en su vida cotidiana
y no en un espacio de un Islam inmigrado.
1. LA LAICIDAD EN EL ISLAM.El problema del laicismo o la laicidad es para
el gran investigador Abdou Filali-Ansary autor
del libro: L Islam est-il hostile la lacit?
(1999) un problema que no es nuevo, y lo cita
como:
El problema de la relacin entre el Islam
y la laicidad se plantea agudamentedesde hace ms de un siglo. La llegadamasiva de los europeos al corazn de lospases del sur del Mediterrneo a partirdel siglo XX, constituye una fecha impor-tante para tener en cuenta. Los espritushan comenzado a preguntarse acercade las particularidades de los sistemasadoptados por los dos partenaires que seenfrentan desde entonces: los musul-
manes y los europeos. Es verdad que elenfrentamiento entre los dos se remontams lejos en la Historia, tanto como elinters mutuo de unos por los otros
Filali-Ansary, gran conocedor del pensamien-
to de Ali Abde-rrazik (juez egipcio) autor de El
Islam y los Fundamentos del Poder (1926),
expone que siempre hubo en el Islam dos es-
cuelas que se han enfrentado a lo largo de la
Historia:
La relacin entre lo religioso y lo poltico
se manifest sin contestacin en la comu-nidad musulmana a raz de la muerte delProfeta Mahoma, y continu alimentandotensiones, oposiciones y divisiones hastahoy da entre sunnies, chies, integristas,musulmanes liberales y otros.
El trmino laico en rabe clsico se tra-
duce por ladiniya (s.XIX y principios del
XX),antes de optar por `ilmaniyamientras
que en la actualidad en Marruecos se adop-
ta el trmino laikiadel francs laque. Tr-
mino empleado en especial en la prensa de
los partidos polticos de izquierdas. Estamos
viendo que no es un concepto nuevo en el
Islam, tal y como lo corrobora el gran jurista
tunecino Yadh Ben Achour que en 1992 en
un monogrfico cita que la laicidad es una
invencin religiosa:
pases, donde el Islam es la nica religin, y para ellos el nuevo contexto europeo
est generando nuevas vas para vivir su fe religiosa. Despus del 11-M, sin embargo,
algunos columnistas de prensa y escritores espaoles han decidido estigmatizar al
Islam, y muchos problemas sociales y econmicos son interpretados como culturales o
religiosos. Espaa tiene un importante rol que desarrollar en este debate.
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Asumo hablar del tema como un
intelectual que vive en un espaciohbrido, fronterizo entre variasculturas y lenguas (passeur cul-turel o agente de mestizaje de
culturas), y que por conviccionesfilosficas ha optado desenvolver-se en un espacio laico en su vidacotidiana y no en un espacio deun Islam inmigrado.
Sin embargo la paradoja de la laicidad,de una manera general y no simplemen-te en la historia del cristianismo romanooccidental o reformado, es una invencinreligiosa..., constituye la esencia de lareligin. El colmo de la laicidad es la san-tidad, es decir la pasin del alma religiosa(la fe), tan fuerte que se eleva por encimade los asuntos del mundo, por el retiro(actitud del anacoreta) o por la abnega-cin al servicio del otro (espritu caritativoy puramente altruista).
Que se encuentra en el corazn de la historia
poltica y cultural del Islam, de ah que nadie
actualmente puede vanagloriarse y erigirse
como autoridad laica. Tariq Ramadan expone
que laicidad no es incompatible con el Islam,
visin que comparte tambin Muhammed
Charfi en su obra Libertad e Islam (2002).
Laicidad es un tema que es recurrente en la
historia moderna contempornea, por ejem-
plo en los pases rabes. Abde-rrazik hablabade un Islam moderno, con lo cual se cre una
gran polmica en Egipto hacia los aos veinte,
a raz de la publicacin de su libro anterior-
mente citado3.
El islamlogo Abdelwahab Meddeb en su libro
La Enfermedad del Islam (2003)4habla del
fenmeno de la europeizacin del Islam pro-
puesto por Al Abd ar-Rziq en lo que sigue:
Deseara evocar otro ejemplo en elque se manifiesta en lengua rabe esteproceso de europeizacin. Encontra-mos en efecto la aplicacin del mtodocrtico en la obra de otro universitariode al-Azhar, el sheij Ali Abd ar-Rziq(1888-1966), que complet su forma-cin en Oxford. Se dedic a estudiar el
mito del califato y mostr su escasaeficacia en la historia, as como sucarcter obsoleto. Escribi el librocoincidiendo con la abolicin defini-tiva del califato (por Kemal Atatrk,en 1924). Abd ar-Rziq no perciba
la desaparicin de la venerableinstitucin como una prdida, puesrecomendaba a los musulmanes quereflexionasen sobre sus estructuraspolticas teniendo en cuenta la evo-lucin histrica y la aportacin delas dems naciones. Evocando a Ho-bbes y Locke, nuestro ilustrado sheijllega incluso a impugnar la elabo-racin de los principios polticos en
el Islam. Evidentemente, tales ideassuscitaron una viva polmica4
En el Magreb ha existido siempre un
debate cclico en la intelectualidad de
la izquierda, como lo prueba la obra de
Mondher Sfar donde ste replantea la
veracidad del texto cornico: Le Coran
est-il authentique? (2000). El ensayista
marroqu afincado en Pars Mohamedal-Mubaraqui en un ensayo crtico: Man-
chourat Ikhtilaf, n 3 (1999) desarrolla la
problemtica del Islam y la Laicidad des-
de el punto de vista de la izquierda.
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En Espaa existe una confusin sobre el
trmino laicidad, hasta tal punto que se tiende
a hablar del Estado espaol como aconfesio-
nal, y a veces pluriconfesional.
(...) En Espaa segn la Constitucinninguna religin tiene carcter estatal.Somos un estado aconfesional, es decir,laico, pese a la extraa pirueta conceptualque algunos sectores catlicos conserva-dores quieren hacer afirmando que so-mos slo un Estado aconfesional y no lai-co, como si la aconfesionalidad no fueseen definitiva el contenido sustantivo de lalaicidad... As pues, confundir la confesio-
nalidad oficial con la pluriconfesionalidadoficial, ms que separar a las iglesias delEstado, conducir a un retroceso de lalaicidad y a nuevas mezclas y vinculacio-nes que transformarn a las institucionesy servicios pblicos en instrumentospreferentes de aquello para lo que no hansido constitucionalmente establecidos,es decir, el desarrollo de los diferentescredos y la primaca y la promocin de
la dimensin pblica de lo religioso. Unreto que las tendencias conservadorasde las diferentes confesiones lanzan a lasociedad laica con la pretensin de recu-perar el espacio pblico perdido desde laIlustracin a nuestros das. As, se alejarauna vez ms de nuestro pas la posibili-dad de lograr la vigencia plena de unaConstitucin laica en una sociedad laica,Y la servidumbre establecida sobre la
Constitucin por los acuerdos con el Vati-cano de enero de 1979 tendra una nuevaoportunidad de prolongarse, indefinida-mente y ampliarse, dando amparo a unasituacin pluriconfesional no querida porla sociedad constituyente5.
En Francia, Estado laico por antonomasia,
an se sigue debatiendo el problema de la
normalizacin del Islam. Su poblacin de casi
siete millones de personas de origen musul-
mn pide el derecho de reconocimiento de su
religin que es la segunda en mayora en el
pas galo. Ya han comenzado a trabajar desde
el Gobierno en cooperacin con asociaciones
musulmanas. Se intenta construir un Islam
francs:
La presencia del Islam, que ya se haconvertido en la segunda religin deEuropa, hace resurgir otras cuestionesen las que la laicidad propiamentedicha no es la nica apuesta en juego:Me limitar a evocar algunas analogas,en la historia de las religiones cristiana
y musulmana que probablemente pue-dan aclarar algunos fenmenos actua-les. Europa no ha logrado cristianizar supropia modernidad ya que la Ilustra-cin se opuso. Sin embargo, modernizde forma relevante el cristianismo.Modernizar el Islam o islamizar la mo-dernidad, esta alternativa la presentopor primera vez un pensador musul-mn en el exilio, que prefiere no ser
nombrado. De la misma manera queen la Europa de ayer, la modernidadse muestra reacia o reservada frente aciertas manifestaciones islmicas. ElLibro no se toca, es la respuesta que danen el caso especfico algunos creyentes.Podramos recordar que en las Sagra-das Escrituras no se modific nada aleliminar la Inquisicin, la hoguera,la tortura inflingida a los herejes y
algunas otras perversiones de nuestrasiglesias. La historia moderna en la queel colonialismo incide con todo su pesono ha permitido a la mayor parte delos pases islmicos vivir su Siglo de lasLuces. El Nahda o Tanzimat, igual queotros intentos importantes de reforma,no han tenido suerte o la posibilidadde tener un resultado satisfactorio.Podemos modernizar, pues, la lectura
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del Corn sin traicionar su Letra?Hay una nueva lectura posible de laspalabras del Profeta? El buscar la res-puesta a estas cuestiones depende enprimer lugar del mundo musulmn,de su intelectualidad ilustrada. En
el fondo tienen buenas razones paradesconfiar de nosotros.
Nosotros quizs podramos ayudarlestratando de evitar ciertas ideas nues-tras equivocadas o tendenciosas: elIslam y el islamismo no son lo mismo;el islamismo y el integrismo islmicoson cosas diferentes; el integrismo sedistingue del fundamentalismo, y en
el interior mismo del fundamenta-lismo existen corrientes msticas poruna parte y fanticas por otra, y sonslo estas ltimas las que se convier-ten en terroristas y asesinas. Estasdistinciones ayudaran a rehabilitara la mayora de los musulmanes detodo el mundo y hacer la vida msfcil a los que viven a nuestro lado enEuropa.6
El pensamiento del profesor francs Hen-
ri Pea Ruiz en sus obras acerca de la
laicidad y el anticlericalismo se basa en
que es verdad que estamos inmersos en
una vorgine de palabras, confusiones,
debates, y que hay que ser muy precisos
en la argumentacin, y no dar lecciones
a los dems. Para el citado profesor,
cuyos anlisis parten de una revisin
critica de la historia europea desde los
orgenes del cristianismo hasta hoy, sta
nos permite ver una serie de hechos his-
tricos basados en la santa tolerancia
de la iglesia catlica, que en nombre de
la Verdad nica y absoluta, impuso sus
teoras cosmolgicas negando la libertad
de conciencia y de pensamiento a hom-
bres como Galileo, Giordano Bruno, Pas-
cal, Montaigne, Molire, Charles Darwin,
etc.
En pocas palabras, la laicidad como pro-
yecto filosfico, no promueve directamente
el anticlericalismo, ni consiste en un recha-
zo sistemtico del clero; lo que sostiene el
laicismo como movimiento social y cvico
es que ninguna iglesia, confesin, institu-
cin religiosa, debe de disfrutar de privile-
gios polticos, econmicos, culturales en el
mbito de lo pblico, y que los gobernantes
no deben actuar en la elaboracin de las le-
yes al dictado de ningn clero, ni de ningu-
na iglesia, ya que los Estados y los poderes
pblicos deben ser neutrales en materia de
creencias religiosas7.
2. LOS EFECTOS DEL 11S EN LAINMIGRACIN MUSULMANA:LA SATANIZACIN DEL ISLAM.Desgraciadamente, despus del 11-S hemosasistido a una satanizacin del Islam debida a
los columnistas periodsticos: Federico Jim-
nez Losantos y Antonio Burgos (El Mundo)
y Pablo Ordaz (El Pas). Este ltimo publi-
c un artculo lesivo y corrosivo que afecta-
ba a la comunidad musulmana de Granada
y cuyo ttulo era: El Albaicn bajo la sombra
de Ben Laden, en el que desgraciadamen-
te ya estigmatizaba a nuestros hijos (que son
ciudadanos espaoles), afirmando que en un
futuro seran terroristas en potencia.
El arabista Serafn Fanjul y el telogo-histo-
riador Csar Vidal se han hecho promotores
de un ataque acrrimo contra el Islam y
Al-Andalus, demonizando la inmigracin
musulmana, siguiendo as las huellas de
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Giovanni Sartori y Orianna Fallaci, agoreros
estos ltimos de la intelectualizacin de la
xenofobia.
Desde esta fatdica fecha, hay que reco-
nocer que todos los magrebes y rabes
estamos en el ojo del huracn. No es una
profunda obsesin paranoica, est demos-
trado, que existe una exclusin patente
en la Administracin Pblica espaola al
cerrar sta la posibilidad de acceso a la
funcin pblica a todo espaol de origen
magreb o rabe: es, en cierto modo, el re-
torno a los fantasmas de la Reconquista ya
que se est hablando del enemigo interior
o quinta columna:
Ante todo, el contexto poltico global,tras el 11 de Septiembre de 2001 y surepercusin sobre inmigracin: desdeel 11-S, y ante la prioridad absoluta dela ,las polticas de inmigracin han des-
aparecido al menos como prioridad-de la agenda, salvo en su vinculacina las cuestiones de home policy o, paradecirlo con ms claridad y precisin,en su conexin con la dimensin deseguridad y orden pblico. La primeranecesidad, a mi juicio, es revisar esaestigmatizacin, que produce unaregresin aun ms perceptible enlos pases del flanco sur de la Unin
Europea en relacin con los flujos mi-gratorios de la ribera sur y oriental delMediterrneo (Magreb y Mashreck)8.
Hay que resaltar que la poblacin inmi-
grante musulmana en Europa no puede
ser vista como un todo homogneo, sino
que procede de pases diferentes de reas
geogrficas como el Magreb, Oriente Prxi-
mo, Africa Subsahariana, Asa, etc, donde
el Islam representa un papel de religin de
estado o es la religin de la mayora. La pre-
sencia de esta religin en un entorno no
musulmn, pluralista y secularizado, gene-
ra nuevas formas de vivirla en los pases de
acogida, tal y como lo analiza y expone J.
Lacomba Vzquez (2001):
En la relacin que los inmigrantesmusulmanes establecen con la socie-dad de acogida hay dos factores bsicoque deben ser tenidos en cuenta: elprimero es la posicin que pasan a
ocupar en su condicin de inmigran-tes; el segundo, es la categorizacinque reciben como musulmanes...experimentan la desvalorizacin y laprdida de su estatus socioeconmi-co original...de sentirse o declararsemusulmn en un espacio en el quelo islmico se carga de prejuiciosy estereotipos.., puede hablarse deinfravaloracin del capital cultural...
Alrededor del Islam los inmigran-tes musulmanes entretejen nuevassolidaridades y encuentran respuestasa las condiciones de la vida migrato-ria; aunque, para conseguirlo, hayande reconstruir un Islam adaptado a lasituacin migratoria y recrear formasde identificacin tnica sobre bases nonacionales o lingsticas .9
En los pases donde se reconoce jurdica-
mente a todas las religiones: Espaa, Ale-
mania, Blgica, Italia, se ve favorecida la
legitimacin institucional del Islam. As por
ejemplo, la Ley Espaola del 26 de Enero
de 1992 reconoce el culto musulmn a tra-
vs de la Comisin Islmica que aglutina
a la mayora de las asociaciones mu-
sulmanas. El precursor europeo fue el
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Estado Belga que ya en 1974 reconoce
institucionalmente el culto musulmn,
y en 1998 es cuando se celebraron las
primeras elecciones para la constitucin
del Ejecutivo Musulmn en este Estado.
La resistencia al reconocimiento del Is-
lam tiene sus orgenes en la ausencia
de apertura de las mentalidades y en la
existencia de obstculos instituciona-
les. Discriminacin y exclusin social e
institucional, des boeurs (franceses de
origen magreb)en el caso francs. Se
puede hablar del fundamentalismo lai-
cista en Francia, cuando se intenta pro-
hibir por decreto el smbolo ostensible
del hijab o velo. Alain Touraine y Edgar
Morin se preguntan si la prohibicin
del velo es compatible o no con los va-
lores de la Repblica.De ah, que varios
componentes de la Comisin Stasi han
denunciado pblicamente la prohibicin
tajante del velo y su instrumentalizacinpor el Presidente Chirac:
Debo reconocerlo: el modelo euro-peo en el que crec, el que emana del
Siglo de las Luces francs, y en el queme form a travs de una enseanzafranco-rabe, ha dejado de ser atrac-tivo. Lo comprob cuando se planteen las escuelas francesas la cuestindel velo, con gran carga simblica en
Europa.
En mi infancia (en los aos cincuenta), enesa ciudadela del Islam que es la medinade Tnez, pude ver cmo las mujeresempezaron a quitarse el velo en nombrede la occidentalizacin y modernidad.Entre esas mujeres haba esposas, hijas ohermanas de los ulemas que enseabanen la milenaria universidad teolgica deZetuna (una de las tres ms importantesdel Islam sun, junto con la Qarawiyin deFez y la de al-Azhar de El Cairo). El que lasmujeres se quitaran el velo en el medioconservador, en el que yo he crecido nofue nicamente resultado de la polticade emancipacin de Burguiba. En elcontexto marroqu, ms tradicional, Mo-hamed V haba quitado el velo a sus hijas.
Era una modernidad que se senta en elambiente, y no slo por la proximidad deFrancia con el Magreb. En todo el mundorabe, la retirada del velo correspondi aun proceso iniciado desde finales del sigloXIX, con el panfleto de Qsim Amn sobrela sumisin de las mujeres, cuyo smbolode servidumbre era el velo. Inspirndoseen las interpretaciones liberales del Corn
propuestas por el sheij Mohamed Abduh(1849-1905), Qsim Amn haba escritoun opsculo sobre la liberacin de lamujer, Tahrir al- Mara; sus ideas movili-zaron a las mujeres en un proceso que lasllevar a crear el movimiento feministaegipcio en 1925.
Y su presidenta Hoda Sharawi, rechazaroficialmente el velo en 1926. En su obra,
Se puede hablar del funda-mentalismo laicista en Fran-
cia, cuando se intenta pro-hibir por decreto el smboloostensible del hijab o velo.Alain Touraine y Edgar Morinse preguntan si la prohibicindel velo es compatible o no conlos valores de la Repblica.
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Qsim Amn no pide para las mujeresuna liberacin total; en el caso del velo,por ejemplo propone un velo prctico,que cumpla con las recomendacionescornicas sin entorpecer la movilidadde las mujeres ni obstaculizar su parti-
cipacin en la actividad de la ciudad. Elautor recuerda sobre todo que la opresinejercida sobre las mujeres no provienedel Islam sino de las costumbres. Estaapreciacin coincide con lo que escri-ba la antroploga Germaine Tillion,quien a partir de la observacin de unaregin islmica (el macizo montaosode Aures, en Argelia), situaba en unaestructura ms amplia el envilecimiento
de la condicin femenina. Al tratar eltema de las mujeres y el velo, vinculaba.Mencionaba tambinlas razones por la que esta humillanteposicin ha sido con harta frecuencia, yerrneamente, atribuda al Islam (Ger-maine Tillion, La condicin de la mujer
en el rea mediterrnea. Traduccin de A.Fort y C. Huera. Ed. Pennsula. Barcelona,1993. Pg. 22).
El movimiento que inst a las mujeres aacabar con su reclusin se puede situaren un contexto cultural en vas de occi-
dentalizacin, que, desde el ltimo cuartodel siglo XIX, ha marcado incluso el pen-samiento y la accin de los telogos. Es elcaso del sheij Mohamed Abduh, maestrodel salafismo (que invoca simultnea-mente la modernizacin y el retorno a
los salaf, los piadosos antepasados delprimer Islam), y constituye una forma defundamentalismo que debe distinguirsedel integrismo que impera hoy da.
Este sheij estaba tanto en contra de lahegemona europea como del despo-tismo local. Intentaba adaptar del modoms exacto posible las aportaciones de la
civilizacin occidental a los fundamentosdel Islam...10.
Las luchas para la normalizacin del Islam en
Francia se centran entre los Estados emisores
de inmigrantes magrebes (Marruecos y Arge-
lia) y la corriente wahabista favorecida en su
financiacin por Arabia Saud. El Islam va ins-
cribindose cada vez ms en el paisaje religio-
so de las sociedades europeas, asemejndoseen su religiosidad a las otras iglesias en contra
de lo que temen los agoreros del choque de
civilizaciones; no ser en Europa donde se
produzca segn lo defiende Bernab Lpez
Garcia en su artculo : El Islam y la integra-
cin. La inmigracin en Espaa.
Se atribuyen al Islam conflictos que son de otra
ndole. Se convierte en religioso o en cultural
lo que en muchos casos es el resultado de la
precariedad, de la exclusin o muerte social,
de la discriminacin negativa y no integracin
de esta nueva ciudadana compuesta por los
hijos de inmigrantes magrebes de segunda y
tercera generacin en la administracin p-
blica, en empresas privadas y en estructuras
polticas y sindicales; caso de Francia donde
El debate interno fundamentalpara muchos pensadores en el senode las sociedades musulmanas esel de la tradicin y modernidad:Entre el modelo turco y el modeloiran con nula separacin entre
Estado y religin.
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en el ao 2004 se aplic la discriminacin po-
sitiva por primera vez, con el nombramiento
de un francs de origen argelino en el cargo de
gobernador, desafiando el Ministro del Interior
Sarkosy a su Presidente Chirac, ya que este
ltimo lo quera designar como Secretario de
Estado sin voz ni voto.
El debate interno fundamental para muchos
pensadores en el seno de las sociedades mu-
sulmanas es el de la tradicin y modernidad:
Entre el modelo turco y el modelo iran con
nula separacin entre Estado y religin. Para
no pocos estudiosos de dichas sociedades, la
creciente ola integrista que recorre el mundo
musulmn, ms all de la retrica antinorte-
americana y la falta de solucin al conflicto
israelo-palestino, se explica por las dificultades
que enfrentan a estas sociedades para entrar
de lleno en un mundo cada vez ms globali-
zado. Espaa tiene mucho que decir y aportar
a este debate, y aprender de l, y no slo por-
que en sus races mismas est la huella de lacultura del Islam, sino por su cercana con el
Magreb, y sus mltiples encuentros y desen-
cuentros. La tragedia cotidiana de las pateras,
el creciente rechazo a la inmigracin magreb,
hacen de Espaa una pasarela indispensable
entre el prspero norte y el sur cada vez ms
precario.Termino con una cita del periodista
granadino Javier Valenzuela que en su art-
culo EuroIslam y wahabismoha escrito lo
siguiente:
Esta construccin de un EuroIslam
podra hacerse, repito, sin apretaran ms al contribuyente, con tanslo una nfima parte de lo que nosgastamos en la Iglesia Catlica.Eneste 25 aniversario de la Constitu-cin, sera un buen modo de recono-cer de veras el pluralismo religioso.Pero el gobierno de Aznar est enBabia.
En la Babia por ejemplo de la guerrade Irak, o en la satanizacin dela inmigracin al reducirla a meroproblema policial. Lo que necesitamos,en cambio, es una poltica de estado deintegracin. Una poltica cuyo objetivosea la rpida y plena identificacin delos inmigrantes de cualquier proceden-cia con los valores constitucionales.
La construccin de un Islam espaolsera un compaero de esa poltica.La diversidad es saludable siemprey cuando todo el mundo acepteunas reglas comunes de juego. Lopeligroso es el multiculturalismoentendido como un archipilago deguetos11.
Espaa tiene mucho que decir y aportar a este debate, y aprender de l, y noslo porque en sus races mismas est la huella de la cultura del Islam, sinopor su cercana con el Magreb, y sus mltiples encuentros y desencuentros.La tragedia cotidiana de las pateras, el creciente rechazo a la inmigracinmagreb, hacen de Espaa una pasarela indispensable entre el prspero nor-te y el sur cada vez ms precario.
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N o t a s
1(...) en todo nuestro continente se debate
ahora sobre la necesidad de alumbrar lo que
se ha dado en llamar un EuroIslam, un Islam
que aplicando ms el espritu que la letra delmensaje cornico, sea conforme con los va-
lores de la democracia, los derechos humanos
e igualdad de los sexos, y la separacin entre
Estado y Religin. Valenzuela, J.: EuroIslam
o Wahabismo. El Pas, 10 de Diciembre de
2003, pg.25.
2Passeur cultural trmino acuado por
el antroplogo americanista-francs Serge
Gruzinski: Passeurs culturels.Mcanismes de
mtissage.Presses universitaires de Marne-la-
Valle. Paris, 2001.
3Al Abd al-Rziq:Al-Islam wa Usul al-Hukm,
El Cairo, 1926; traduccin francesa de Abdou
Filali-Ansari, L`Islam et les fondements du
pouvoir,Pars, La Dcouverte, 1994.El Islam
y los fundamentos del poder, traduccin
espaola, Juan Antonio Pacheco, Universidad
de Granada, 2007.
4Meddeb, Abdelwahab, La Enfermedad del
Islam, Galaxia Gutemberg, Barcelona, 2003.
5Mayoral Corts, V.: Estado aconfesional o
pluriconfesional?. El Mundo, Opinin. Jueves
15 de Julio de 2004. Pgs.4-5
6Matvejevic, P., Europa y la Laicidad, El
Pas, Opinin, viernes, 18 de junio de 2004,
Pg. 14
7Cifuentes Prez, L. M: La Laicidad y la
Nueva Europa. En, redeseducacin. net/
laicidadeneuropa.htm, 2004. Pg.3.
8De Lucas, J.:Ciudadana: La jaula de hierro
para la integracin de los inmigrantes. En
Inmigracin y Procesos de cambio. Icaria
Antrazyt. IE Med. Barcelona, 2004. Pgs.
2015-16.
9Lacomba Vazquez, J.:El Islam Inmigrado.
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10Meddeb, A.: La Enfermedad del Islam.
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47.
11Valenzuela, J.: EuroIslam o wahabismo. El
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