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primer ministro obrero, integrante del gabinete del primer gobierno de juan peron
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FORJANDO 48
Del mOvimieNtO ObReRO A lA gestióN estAtAl:
por María Paula Luciani
Es egresada de la carrera de Historia de la FFyL (UBA) y becaria doctoral del CONICET. Integra el Núcleo de Historia Social y Cultural del mundo del trabajo del IDAES/UNSAM, institución en que realiza sus estudios de postgrado. Investiga temas relacionados con la conformación de las agencias estatales del trabajo durante el primer peronismo.
José María Freire en eL área de TrabaJo deL PriMer PeronisMo.
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iNtRODUCCióN
si hay un tema sobre el que se han escrito ríos de tinta es sobre los orígenes
y naturaleza del peronismo. surgido en la argentina de los años ‘40 y
reconocido como el fenómeno político más importante de nuestro siglo XX,
sigue concitando la atención de periodistas, políticos y distintos estudiosos
de lo social. La historiografía sobre el tema estuvo marcada por grandes
interrogantes que orientaron la reflexión e investigación: ¿Cuáles fueron
sus bases sociales? ¿en qué aspectos puede hablarse de continuidades
respecto del período anterior y en cuáles es más atinado resaltar las
rupturas? ¿Cuál fue su impacto en la cultura política del país? el ingente
conocimiento sobre distintas dimensiones del peronismo se ha forjado al
calor de debates políticos y sociales coyunturales de mayor envergadura. Y
pese a que hoy contamos con una vasta producción que ha contribuido a
comprender mejor el movimiento político más importante de la argentina
contemporánea, el objeto sigue sin agotarse.
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Varias generaciones han debatido sobre los orígenes del peronismo en el
afán de identificar y caracterizar a sus bases populares de apoyo. Hace ya
varios años que se demostró la participación del sindicalismo organizado
en la construcción del liderazgo de Juan domingo Perón. desde entonces,
el peronismo pasó a analizarse en relación con un protagonismo activo
del movimiento obrero organizado y a entenderse en función de las
transformaciones sociales que habían acompañado el desarrollo industrial
de las décadas anteriores, del crecimiento del sector asalariado y de su
puja por colocar a los problemas del trabajo dentro de la agenda estatal. el
problema de la falta de legitimidad política que pesaba sobre los gobiernos
de la llamada “década infame” -ligada al retorno del fraude electoral-
también jugó su parte en el escenario en que emergería Perón. de este
modo, quedaron definitivamente superadas las primeras interpretaciones
que habían intentado explicar el peronismo como un movimiento de
manipulación perpetrado sobre una masa pasiva de obreros “nuevos”,
inexpertos y faltos de conciencia de clase, producto de las migraciones
internas de los años ‘30.
Como figura preponderante del gobierno militar que tomó el poder en
1943, Perón se estableció en el departamento nacional de Trabajo (dnT),
impulsando luego su transformación en secretaría de Trabajo y Previsión
(sTyP), en noviembre de 1943. desde allí, a fuerza de decretos y con
capacidades de intervención fortalecidas, el estado irrumpió como nunca
antes en la vida interna de las fábricas. Mientras que esto llevó a algunos
líderes sindicales a profundizar sus vínculos con Perón, el mundo empresarial
comenzó pronto a dar muestras de inquietud. Pese a que Perón agitaba el
fantasma de la revolución social, esperando que este temor bastara para
convencer a las “fuerzas vivas” de apoyar un futuro proyecto político, las
resoluciones y decretos de la nueva repartición eran vistas por el sector
empresario como las responsables últimas de la activación de las masas.
el año 1945, con el fin de la segunda Guerra Mundial, brindó un contexto
complejo en que los partidos políticos buscaron acorralar al gobierno militar
pidiendo la reapertura del juego democrático. Las principales corporaciones
empresariales se unieron a ellos y el debate entre distintas fracciones de
las Fuerzas armadas no se hizo esperar. en octubre, el gobierno militar de
edelmiro Farrell le soltaba la mano a Perón y, cuando todo parecía indicar
que su carrera estaba terminada, numerosos sindicatos articularon la
movilización que confluyó en la jornada histórica del 17 de octubre. estos
avatares del juego político hicieron que Perón terminara reclinándose sobre
el flanco sindical, invistiendo al peronismo de una tónica que lo distinguió de
otros movimientos “populistas”.
desde ese momento, el peronismo dio a los sindicatos reconocidos
legalmente un lugar clave dentro del movimiento, aunque subordinado al
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liderazgo de Perón. estos lograron desplegar sus reclamos y consignas,
clamando lealtad política, pero logrando condicionar de manera efectiva
muchas de las decisiones económicas del peronismo en el poder. ahora
bien, además del peso de estas organizaciones y de la Confederación
General del Trabajo, hubo un terreno más en que se pudo apreciar la
irrupción de los trabajadores en las altas esferas de la negociación política.
Con las elecciones de 1946, que dieron el triunfo a la fórmula Perón-Quijano,
hombres provenientes del mundo sindical comenzaron a recorrer los
pasillos del Poder ejecutivo y del Legislativo. el estado acusaba cambios
en su rostro, permitiendo que personas forjadas en las lides sindicales y/o
en la experiencia fabril, participaran, debatieran y gestionaran. en el primer
gabinete de Perón esto se reflejó en la incorporación de tres personajes
que provenían del ámbito sindical en áreas fundamentales: ángel borlenghi,
principal referente de los empleados de Comercio, fue seleccionado como
Ministro del interior; Juan atilio bramuglia, abogado especializado en
derecho del trabajo, ex militante socialista y cercano a la Unión Ferroviaria,
recibió la cartera de relaciones exteriores y, finalmente, a José María Freire,
oriundo del gremio del vidrio, se lo ubicó nada menos que en la sTyP.
aquí reconstruiremos parte de la trayectoria de este último, de quien se
sabe muy poco pese a haber sido el hombre al que Perón confió el nicho
estatal donde había forjado buena parte de su capital político y relacional
inicial. su itinerario dibuja una senda que lo lleva desde el trabajo infantil en
las fábricas del vidrio del Gran buenos aires y la lucha gremial por ocupar
un lugar de relevancia en la administración estatal. La historia de Freire se
nos figura como una tarima desde la cual asomarse al impacto que tuvo
para algunas personas concretas la irrupción del peronismo, así como a
los cambios en los nichos de reclutamiento político y administrativo que
comenzaron a observarse en una etapa de transformación estatal en que se
estrechó la relación con parte del movimiento obrero.
el ObReRO viDRieRO De AvellANeDA
José María Freire nació en barracas en 1901 y trabajó como obrero del
vidrio en la zona sur del Gran buenos aires durante casi cuatro décadas.
Más precisamente en las Cristalerías Papini de avellaneda, zona cuyo
crecimiento y urbanización se dio al compás del desarrollo industrial. Hacia
1909, la necesidad económica de complementar los ingresos familiares
llevó al niño Freire hasta la fábrica, de la mano de sus hermanos y su padre,
también artesanos de la rama. si bien la industria argentina requirió poca
mano de obra infantil si lo comparamos con el proceso de industrialización
europeo, la combinación de bajos salarios y familia populosa era uno de
los principales factores explicativos del trabajo de menores. en el caso del
vidrio, era frecuente encontrar a niños “sopladores” en las fábricas, aún en
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la década del ‘20, expuestos al esfuerzo pulmonar constante y a las altas
temperaturas de los hornos. en avellaneda, algunos autores han señalado la
connivencia entre el poder político local y los empresarios industriales en la
falsificación de libretas de trabajo para menores, mediante las cuales se los
hacía pasar como mayores de 14 años. Freire fue uno de estos niños obreros
y provenía de una familia numerosa y humilde de inmigrantes españoles.
La industria del vidrio se desarrolló de manera paulatina a partir de la segunda
mitad del siglo XiX, conforme lograba captar la demanda del mercado
interno. en sus comienzos, el acicate principal para la producción estuvo
dado por la necesidad de algunas industrias de obtener distintos tipos de
envases. el proceso productivo dentro de las fábricas de vidrio constaba
de tres etapas: la de composición de la materia prima, la de fabricación
del producto, y la de control de calidad y posterior embalaje. el centro de
gravedad de este proceso se encontraba en la segunda de estas instancias.
allí, el “saber hacer” de los oficiales artesanos vertebraba el trabajo dentro
de las “plazas”. éstas eran conjuntos de trabajadores que acompañaban
a un oficial calificado en la fabricación de un solo tipo de producto. así,
estaba la “plaza” que fabricaba botellas, la que fabricaba copas, etc. dentro
de estos grupos de labor, se desplegaba una lógica jerárquica entre oficiales
y aprendices, que no se correspondía con lo que sucedía en las otras partes
del proceso de producción, donde el trabajo calificado no gravitaba. Hasta
entrados los ‘20, muchos de los mejores artesanos eran extranjeros. eran
frecuentes los casos como el de Freire: primera generación de argentinos
que aprendían el oficio en la misma fábrica en la que trabajaban sus padres
inmigrantes, y que llegaban, con el tiempo, a adquirir la habilidad suficiente
para dirigir una “plaza”.
el peso de los trabajadores calificados era central en la producción vidriera,
sobre todo porque los oficiales percibían un salario que variaba en función
del volumen de mercadería producida. esto a menudo generaba conflictos
de intereses con el resto de los trabajadores que percibían jornales diarios.
de hecho, las principales huelgas de los vidrieros a menudo se iniciaron con
reclamos del sector calificado, que usaba su alto margen de negociación
para pedir mejoras en las condiciones de trabajo antes que salariales.
es probable que estas diferencias entre trabajadores de la misma actividad
hayan sido las responsables de la dilación en la constitución de un sindicato
único, además de las tensiones relacionadas con cuestiones político-
ideológicas que enfrentaron a anarquistas y socialistas desde los albores
de la organización de los trabajadores en el país. a partir de fines de la
década del ‘30, la progresiva introducción de maquinaria en las principales
empresas ayudó a homogeneizar un poco más las condiciones de trabajo
para obreros calificados y no calificados, recortando la autonomía con
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que se manejaban los primeros. durante los peores momentos de la crisis
económica mundial de este período, la organización de los obreros vidrieros
acusó una gran fragmentación, que solo comenzó a revertirse en el decenio
siguiente. Los vidrieros de avellaneda gravitaron especialmente en la lucha
por lograr una conducción centralizada. entre ellos estaba Freire, que pese a
su pasado socialista, fue uno de los que se acercó tempranamente al coronel
Perón. según su nieto alberto Freire, la identificación de su abuelo con el
socialismo se había desplegado en el ámbito gremial, sin tener contacto con
las estructuras partidarias.
en junio de 1944 tuvo lugar una asamblea general de trabajadores del vidrio
cuyo resultado fue la creación del sindicato obrero de la industria del Vidrio
(s.o.i.V.). se logró unir a sindicatos de Córdoba, rosario, Gran buenos aires
y Capital Federal. el primer Consejo directivo de la entidad incluyó a Freire
como secretario de Prensa y Propaganda. durante ese mismo mes, la sTyP
reconoció oficialmente al gremio y propició la firma del primer convenio
colectivo. Probablemente, esto significó un acceso más fluido a los círculos
gobernantes para Freire. de hecho, fue uno de los pocos gremialistas que
ocuparon cargos en la sTyP antes de la asunción de Perón a la presidencia.
desde abril de 1946, Freire fue director General de asistencia social de los
obreros y empleados del Vidrio. el s.o.i.V., pequeño y de reciente formación,
pasó velozmente a contar con una repartición de asistencia social propia
dentro de la estructura de la secretaría, privilegio con el que solo contaba
un gremio tan relevante como el de los ferroviarios.
UN “miNistRO ObReRO” eN el estADO
Con la asunción de Perón en junio de 1946, le fue confiado a Freire el
manejo de la sTyP. este “ministro obrero” no contaba con formación técnica
ni profesional especializada. sin embargo, allí se mantuvo hasta 1953. Fue
uno de los funcionarios de mayor permanencia en el gabinete peronista y
acompañó la elevación del rango de secretaría a Ministerio, impulsada en
1949 gracias a la reforma Constitucional .
su figura quedó en un cono de sombra porque al mismo tiempo que recibía
una agencia preciada para la urdimbre del peronismo, no estaba solo allí. La
mismísima eva Perón estaba ocupando un despacho adyacente a la sTyP
desde antes de las elecciones de febrero de 1946. allí, durante meses, había
sido instruida por domingo Mercante -mano derecha de Perón, a cargo de
la institución desde la crisis de octubre del año anterior- en el conocimiento
de los sindicatos. Lo que le interesaba a eva no era el manejo cotidiano de la
secretaría, sino conocer quiénes acudían a ella y qué necesitaban.
en este sentido, es complejo determinar las razones de fondo que hicieron
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que Freire se alzara finalmente con el puesto. Hay versiones que sostienen
que Perón originalmente se lo había ofrecido al sindicalista sebastián
Marotta, que lo rechazó, y terminó así en manos del obrero del vidrio.
Manuel Torres, gremialista vidriero, en cambio, llegó a declarar que Perón les
había prometido que el primer Ministro de Trabajo saldría de esa rama. Por
su parte, en el recuerdo de los dirigentes actuales del s.o.i.V. (hoy sindicato
obrero de la industria del Vidrio y afines s.o.i.V.a.) y de la familia Freire, éste
aparece rodeado por el halo de su excelente relación con eva, quien le dio
el espaldarazo definitivo.
aunque no debe desestimarse la influencia que pudo haber tenido eva,
dado que iban a compartir el espacio de trabajo, es dable pensar que
Perón buscara estratégicamente imprimir una nueva identidad al área de
Trabajo y Previsión no otorgándosela ni a un representante de la patronal
ni a un especialista con formación profesional. abrir la posibilidad de que
un obrero alcanzara lugares de enorme responsabilidad en la organización
estatal, proyectaba la imagen de un gobierno próximo a los trabajadores.
Paralelamente, hubiera sido riesgoso dejar al frente de esa dependencia a
un líder sindical de primera línea, que contaría con toda una serie de resortes
legales y administrativos pasibles de ser utilizados para congraciarse con
el movimiento obrero. no es casual que ni bramuglia ni borlenghi fueran
destinados a este sector. ambos provenían de gremios más fuertes que el
del vidrio. bramuglia, además, contaba con un gran conocimiento jurídico
sobre temas laborales, que le podría haber otorgado demasiada autonomía
en el manejo de esta institución. incluso podría haber llegado a opacar a la
propia eva, con quien mantenía una relación ríspida.
así que si algo parece claro es que Freire no era “número puesto” y que
un entrecruzamiento de distintos factores lo colocó en ese lugar. al asumir
como secretario, la Primera dama pasó a ocupar el despacho principal
del edificio de la sTyP y a recibir delegaciones de trabajadores de forma
periódica. sus actividades concitaban gran atención de la prensa. Pero
a pesar de todo, Freire era una pieza fundamental en lo rutinario de la
gestión: iba en persona a actos en sindicatos y celebraciones por la firma
de convenios colectivos, visitaba fábricas, difundía e impulsaba numerosas
iniciativas culturales, encaraba campañas radiales de distinta índole,
participaba en eventos por el aniversario de la creación de la sTyP, hacía
giras por el interior del país, donde trataba personalmente con grupos de
trabajadores, etc. de este modo, ayudaba a dar carnadura a la relación entre
el estado y el movimiento obrero, en su aspecto menos glamoroso.
al provenir de un sindicato de reciente constitución y con la fuerte presencia
de eva en la sTyP, no fue sencillo para Freire forjar una imagen propia
como funcionario y, de hecho, son pocas las vías que permiten conocerlo y
PARA segUiR
leYeNDO
Campione daniel, Orígenes estatales del peronismo,
buenos aires, Miño y dávila, 2007.
Torre Juan Carlos, La vieja guardia sindical y Perón: sobre los orígenes del peronismo,
buenos aires, sudamericana-iTdT, 1990.
FORJANDO55
verlo en acción. Han sobrevivido algunas obras editadas entre 1946 y 1951
que compendian sus discursos públicos, quizás aspirando a darle mayor
difusión a sus tareas funcionariales y para dar testimonio de su aporte leal
al peronismo. Mediante su análisis, puede observarse que Freire apelaba
recurrentemente a la reivindicación y reafirmación de su identidad obrera.
en numerosas ocasiones, aprovechó el contacto con el auditorio para narrar
anécdotas sobre sus años en la fábrica de vidrio, la insalubridad del proceso
de trabajo y la dureza de la jornada laboral. Con esta retórica, buscaba la
identificación de los trabajadores: él no era un funcionario burgués. él era
uno de ellos. en este sentido, podía considerarse exponente y heredero
de una experiencia colectiva. el secretario/ministro buscaba mostrarse
como un obrero “como cualquiera”, pero aún cuando esto no fuera una
impostura, lo cierto es que había llegado a ocupar un puesto relevante
en el estado y, al menos en principio, esto lo distinguía del resto. También
solía invocar su pasado de gremialista criterioso: “He pensado siempre, que
cuando el excelentísimo señor Presidente de la nación me confirió el cargo
de secretario de Trabajo y Previsión, no lo hizo tomando en cuenta mis
condiciones, que son modestas, sino que eligió a un obrero que durante
toda su actuación gremial, no solo planteaba el conflicto, sino que al
mismo tiempo traía la solución de manera tranquila y pacífica.”1a falta de
formación académica o de carrera administrativa, Freire se legitimaba en
el cargo no solo a partir de su conocimiento del mundo del trabajo y sus
problemas, sino de la mesura y el criterio que había sabido desplegar en
las negociaciones. aunque ahora estuviera negociando en representación
del estado, esa experiencia práctica era capitalizable en un área que había
crecido vertiginosamente en cuanto a estructura y recursos desde los viejos
días del dnT, lidiando cada día con novedosos asuntos que requerían un
aprendizaje sobre la marcha.
A mODO De CieRRe
el ascenso de Freire desde la fábrica a la sTyP debe ser entendido en dos
planos: por un lado, significaba que si había sido posible para él, otros podían
llegar a aprovechar esta nueva gama de oportunidades. Más allá de la
existencia de móviles políticos, por primera vez el estado estaba incluyendo
en sus filas a personas que provenían del trabajo manual. Por otro lado, la
clave de la posición alcanzada por Freire reside en que, individualmente
considerado, tenía la combinación precisa entre experiencia práctica en el
mundo sindical y perfil bajo. Llegó donde llegó porque estuvo presente en
los momentos fundantes del peronismo, pero sin descollar. así, Freire llevaba
con la frente alta el rótulo de obrero porque su nombramiento era síntoma
de un proceso mayor de dignificación del trabajo en múltiples aspectos.
asimismo, el caso de Freire revela un aspecto interesante y poco abordado:
1. en: Freire ,José María: “en el acto de la firma del estatuto para personal de
empresas aeronáuticas (30/09/1947)”, en id.
Granos de arena en la doctrina peronista, bs.
as., Talleres Gráficos del Ministerio de Trabajo y Previsión, 1949, p. 222
FORJANDO 56
el de la inclusión de obreros en cargos de relevancia. no solo el movimiento
obrero acusó el impacto de lo que representó aceptar o no la identificación
con el peronismo, sino que esa relación se reflejó en ciertos aspectos de
la transformación del estado. Mientras el fenómeno puede ser entendido
como una dimensión más de la llamada “democratización del bienestar”,
mirar la cuestión desde el interior del estado nos lleva a pensar en el tipo
de especialización que se buscaba en un organismo como la sTyP, que se
presentaba como esencialmente proactivo. en su conducción se estaba
privilegiando la experiencia práctica, el “saber hacer”, frente a la formación
profesional. en el caso particular de Freire, los años en la fábrica y en el
s.o.i.V. fueron su capital para encabezar la dependencia que debía ser la
continuadora de la “mística social” iniciada por Perón. Un personaje que
había luchado por la organización de su rama era absorbido por el estado
para ayudar a ordenar las relaciones laborales en función de una agenda
política que requería de nuevas herramientas de intervención estatal. esto
nos conduce a problemas tales como el de preguntarnos si la pauta política
desdibujó por completo los requerimientos técnicos a la hora de seleccionar
personal o si la preponderancia del conocimiento “en carne propia” del
mundo del trabajo implicaba una puja o una complementariedad con los
saberes profesionales. Todos estos temas continúan abriendo aristas desde
las cuales seguir pensando el peronismo.
FORJANDO57
angélico Héctor y Forni Pablo, “Pulmones y vidrio. Organización del trabajo
y conflicto laboral en 1929”, Ciclos, año iii, vol. iii, nº 5, 2º semestre 1993.
Campione daniel, Orígenes estatales del peronismo, buenos aires, Miño y
dávila, 2007.
del Campo, Hugo, Sindicalismo y Peronismo: los comienzos de un vínculo
perdurable, buenos aires, siglo XXi, 2005.
Freire José María, Granos de arena en la doctrina peronista, buenos aires,
Talleres Gráficos del Ministerio de Trabajo y Previsión, 1949.
--------- , Nuevos vientos en la política social argentina, buenos aires, MTyP-
secretaría General de Publicaciones y biblioteca, 1950
---------- , La razón de ser de la cultura, buenos aires, Ministerio de Trabajo
y Previsión, 1950.
---------- , Acción constructiva del peronismo. Contribución espiritual del
movimiento peronista, buenos aires, Ministerio de Trabajo y Previsión, 1951.
rein raanan, “Los hombres detrás del hombre: la segunda línea de
liderazgo peronista”, Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política
y Humanidades, año 10, nº 1, 2008.
Torre Juan Carlos, La vieja guardia sindical y Perón: sobre los orígenes del
peronismo, buenos aires, sudamericana-iTdT, 1990.
Zanatta Loris, Eva Perón. Una biografía política, buenos aires, sudamericana,
2011.
bibliografía