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Seminario Pontificio Mayor Tercero de Filosofía TRABAJO DE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA “José Navarro. La pasión de una vida” (“CARMEN” de Próspero Mérimée)

José Navarro: La pasión de una vida

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El texto relaciona conceptos antropológicos como el habla, la muerte las pasiones con la obra Carme, de Prospero Mérimée

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Seminario Pontificio Mayor

Tercero de Filosofa

TRABAJO DE ANTROPOLOGA FILOSFICA

Jos Navarro. La pasin de una vida

(CARMEN de Prspero Mrime)

Profesor: Anbal Edwards E., s.j.

Alumno: Walter Alfaro L.

Introduccin.

En este escrito me propongo desarrollar, a travs de la novela Carmen, algunos conceptos antropolgicos tratados en el curso.

Para esto incluir un pequeo resumen de la obra, para finalmente centrarme en la figura de Jos Lizarrabengoa Jos Navarro, e ir mostrando el desarrollo de su vida a travs del habla, en donde la desvaloracin de las cosas, lo ha llevado a un destino fatal.

Intentar tambin describir la naturaleza de su libre albedro, que lo llevan finalmente a alejarse de los dems, y a aproximarse cada vez ms a sus propios deseos, los que tratar de cumplir al mximo, sin importar las consecuencias.Finalmente abordar sucintamente el momento de la muerte en Jos, y cmo se posiciona frente a sta, despojndose de la vida, y reflexionando acerca de lo que ha sido su historia.

Desarrollo.

Esta historia se desarrolla en Andaluca, Espaa, a comienzos del otoo de 1830. Los acontecimientos que se relatan en la novela, ocurren mientras el autor, narrador de los sucesos, busca manuscritos y datos sobre la batalla de Munda (Batalla ocurrida el ao 45 a.C., entre el ejrcito de Julio Csar y el ejrcito comandado por los hijos de Pompeyo). Estando en estos menesteres el gegrafo llega a Crdova y conoce a un hombre: Era un mocetn de mediana estatura pero de apariencia robusta, de mirada sombra y altanera. Su tez, que hubo de ser delicada, se haba vuelto ms oscura que sus cabellos, por los rayos del sol. Con una mano tena las riendas de su cabalgadura, con la otra un trabuco de cobre. En el trascurso de la novela, el narrador se entera que este hombre era el ms insigne bandido de Andaluca; su nombre era Jos Navarro.

El gegrafo permaneci algunos das ms en Crdova; una tarde mientras se fumaba un cigarro a la orilla del muelle, conoci a una mujer: En el pelo llevaba un grueso ramillete de jazmines, cuyos ptalos exhalan de noche un olor que embriaga. Iba sencilla, pero pobremente vestida, toda de negroera bajita, joven, bien formada, y tena unos ojos grandsimos...su piel era perfectamente tersa, se acercaba mucho al matiz de cobre; sus ojos eran oblicuos, pero admirablemente rasgados; sus labios un poco gruesos, pero de buen dibujo, y dejaban ver unos dientes ms blancos que almendras peladas. Sus cabellos, algo crespos quiz, eran negros, con reflejos azules como el ala de un cuervo, largos y relucientes en suma, cada defecto reuna una cualidad que resaltaba quiz con mayor fuerza por el contraste. Era de una belleza salvaje y extraa, una cara que asombraba al pronto, pero que ya no se poda olvidar. Conversando se enter que era gitana, su nombre era Carmen. Luego de un rato, la llevo a su casa, y cuando estaban ah lleg un hombre, con mucha violencia, y cuando ste se acerc se dio cuenta que era don Jos Navarro; ste, un tanto confundido, le mostr el camino de regreso a su casa y lo despidi sin mayores explicaciones. Mientras se devolva a su casa, se percat que haba perdido su reloj de oro.Cierto da, cuando ya preparaba su partida de Crdova, llegaron unas personas conocidas a buscarlo, porque haban hallado su reloj. Estaba en poder de un bribn, que estaba preso y condenado a la horca por una serie de graves delitos. Le dijeron que tena que ir a buscar el reloj a la casa del corregidor, y que aprovechara de ver la ejecucin de aquel temido delincuente. Al llegar el gegrafo a la casa del corregidor, vio al que iban a ejecutar, era Jos Navarro. Entr en la celda y le ofreci a Jos mover algunas influencias para sacarlo del embrollo en el que se encontraba, pero este ya resignado, le pidi un par de favores, y luego quiso contarle todas la aventuras de su vida, sobre todo las que tienen que ver con la gitana Carmen, fundamental para explicar las situaciones que lo haban llevado a su estado actual.Jos de Lizarrabengoa don Jos naci en Elizondo, localidad situada en el valle navarro del Baztn. Sus padres le hicieron comenzar estudios; pero los dej porque le gustaba ms jugar a pelota. Habiendo ganado un partido, el perdedor le busc pendencia, en la que Jos volvi a vencer, aunque ello le obligase a abandonar el pas natal.

Caminando, encontr a unos soldados de los llamados dragones, a consecuencia de lo decidi entrar en el regimiento de Almansa. No tard en llegar a sargento y vislumbrar algn otro ascenso.Hasta aqu Jos ha ido realizando una serie de elecciones en su vida, elecciones que son lo propio de su libre albedro, que es el juicio libre de la razn, y que est orientado al bien. Tenemos libre albedro, porque podemos aceptar o rehusar algo, lo cual es elegir. Jos a lo largo de su vida ir eligiendo los medios para conseguir las cosas que quiere en su vida; algunas de estas elecciones sern producto de un juicio errado, que lo llevarn a abrir las puertas de su vida al mal. En esta etapa de su historia, el joven militar, est orientando su vida hacia la felicidad, la que piensa lograr con un trabajo digno. En este caso, ms que la bsqueda de un trabajo, existe una vocacin de servicio, que lo ha hecho inclinarse por una vida en el ejrcito. Pero debe tener cuidado, pues ya de nio muestra rasgos de su temperamento, que se caracterizan por el predominio de la pasin, y que le pueden traer ms de algn problema. Deber ir madurando este aspecto para tener cada vez ms autonoma y as entregarse cada vez ms a los dems, que es a lo que lo llama la ocupacin que ha escogido. Veremos cmo enfrenta Jos situaciones complejas en su vida, y cmo, finalmente, se aparta del camino de la gratuidad, propio del habla comunicativa, y se ensimisma de tal modo en cumplir sus propias necesidades, que va desgarrando progresivamente de su ser la visin objetiva de la realidad.

Un da estaba Jos de guardia a la puerta de la fbrica de tabacos de Sevilla cuando, al entrar las trabajadoras, hubo de fijarse en una gitana que por su desenfado atraa la atencin. Carmen, que as se llamaba, gast unas bromas y ech una flor sin metfora al ingenuo navarro, que con ello qued prendido en las redes amorosas.

Dos o tres horas despus Jos fue llamado por el portero de la fbrica. Carmen haba reido con otra cigarrera y le haba cortado la cara con una navaja. El navarro, acompaado por dos soldados, no solamente tuvo que detenerla, sino llevarla a la crcel.

Por el camino, Carmen intent sobornar a Jos para que la dejara escapar; pero, como le fallase el intento, simul que era de Echalar a cuatro leguas de Elizondo y, hablando en vascuence, consigui enternecer al sargento para que le facilitase la escapatoria.

As lo hizo Jos, pero de una manera tan burda que se le declar culpable, se le degrad y se le conden a un mes de crcel, en la que padeci suma pesadumbre.

A los pocos das de hallarse recluido, le entregaron un pan de parte de su prima, que en realidad era Carmen. Dentro del pan haba una lima y una moneda de dos duros. Pero Jos, por su honor de soldado, no quiso escapar y form el propsito de devolver la moneda.

Hasta aqu el militar ha ido valorando objetivamente cada situacin que se le ha presentado, pues no se ha fijado en las ganancias que puede obtener de una situacin determinada, sino que est actuando objetivamente de acuerdo a su eleccin, que es ser un militar recto. Es capaz incluso de asumir su responsabilidad en relacin a la escapatoria de Carmen, pues sabe que no ha cumplido con su deber; sin embargo, en sus elecciones han prevalecido juicios veraces acerca de las experiencias que se le presentan. Este hombre ha ido formando una recta responsabilidad, siendo seor de sus propios actos y formando valores personales, desarrollados a partir de su habla comunicativa, pues el hombre vive a travs del habla, y habla con las obras de su vida misma

Al cumplir la condena le pusieron de centinela, como soldado raso, a la puerta del coronel, joven, rico y amigo de diversiones. De pronto, lleg Carmen de punta en blanco, en el coche del mencionado jefe y acompaada de una gitana joven y otra vieja. Hubo juerga en el patio, con desazn del centinela. Pero Carmen, al salir, cit con disimulo a Jos para que acudiese a la freidura de Hillo Pez, en Triana.

All se vieron. Con la moneda de dos duros y el dinero que llevaba el soldado compraron manzanilla y golosinas para comrselas en una infecta mansin de la calle del Candilejo, donde Carmen acab de enloquecer a Jos.

ste perdi de vista a la gitanilla durante varias semanas. Una noche estaba de guardia en un boquete de la muralla, cuando se le arrim Carmen para proponerle que dejara pasar contrabando. Jos se neg rotundamente al principio, pero acab cediendo a las malas artes de ella, que le prometi recompensarle en la calle del Candilejo.

Cierto da se encontraba all el navarro por s tena la suerte de volver a ver a Carmen cuando lleg sta con un teniente del regimiento de aquel. Hubo una escena violenta, con agresin por parte del teniente y rplica del soldado, que le mat.

La gitana procur poner en salvo a Jos. Le hizo despojarse del uniforme, le cubri con una manta y le vend la cabeza, pues se hallaba herido. Disfrazado de esta manera dira ms adelante el navarro, con el pauelo que vendaba la herida de mi cabeza, me pareca bastante a esos valencianos que hay en Sevilla para vender su horchata de chufas.

Adems, Carmen le manifest que deba salir de la capital btica y le aconsej que se hiciera contrabandista, cosa a la que se avino Jos pensando que as estara cerca de Carmen. Form, pues, en la partida del Dancaire (un famoso contrabandista de la zona), adaptndose bastante bien a semejante vida.

Jos Lizarrabengoa a travs de sus propios actos, producto de un juicio errneo, debido a una apreciacin que no corresponde a lo que verdaderamente son las cosas, se ha ido alejando paulatinamente del bien. Hay una correlacin de malas valoraciones, siendo el suceso ms evidente, el de haber llegado a matar a otra persona por su propia conveniencia. Se podra decir que este hombre rechaza su libertad al hacerse esclavo de sus pasiones; negando su naturaleza racional rechaza tambin el habla comunicativa y por consiguiente a Dios, pues el ser del habla depende entero del ser que es Dios mismo

Ocurre aqu tambin la influencia de las pasiones, que advienen al hombre en el sentido de que se dan por una afeccin, producidas por el objeto que activa el apetito sensitivo, que se encausa a ese objeto como a un fin. La ira de Jos al matar al teniente, es expresin de los celos que sinti al ver al objeto de su deseo, Carmen, con otro hombre. Estas mociones anmicas o pasiones, tiene implicancias profundas, en la medida en que se actualizan por una accin humana. En este sentido, sus implicancias son antropolgicas, morales y religiosas, en tanto se refieren a los actos voluntarios del hombre, susceptibles de calificacin moral. Objeto de la voluntad es el fin y el bien. De donde es preciso que todas las acciones humanas sean por el fin

Desde aqu el adelante la vida entera de Jos Lizarrabengoa cambi. El navarro, definitivamente hundido en aquella mala vida, segua locamente enamorado de la gitana, que a veces le trataba con el mayor desdn, otras le cuidaba abnegadamente, como cierta vez que le hirieron en un contrabando; ya se le mostraba cariosa, ya se manifestaba entusiasmada con otros, hombres.

Pero Jos deseaba que Carmen fuera para l solo y, en el fondo de su alma, aspiraba a vivir honradamente, por lo cual propuso a la gitana irse ambos a Amrica, cosa a la que ella se neg rotundamente.

La situacin iba resultando dramtica, sobre todo cuando ella declar expresamente que no quera a Jos, aun sabiendo que Jos la quera y acabara matndola. Carmen consideraba que todo esto era una fatalidad y no quiso ponerse a salvo. Poco despus salan al campo donde el galn asesin a su amada y, con la misma navaja, cav la fosa. Seguidamente, mont a caballo, se dirigi a Crdoba y se entreg al primer cuerpo de guardia que encontr.La vida que ha llevado Jos Navarro, luego de haber cometido asesinato, fue producto de una desvalorizacin de las cosas. El momento en que se entrega a la justicia, luego de haber eliminado a su objeto de deseo, es de alguna manera signo del grito de su conciencia que le pide volver a la verdad; de alguna manera Dios, a travs de la ley, conduce a este hombre hacia l mismo, en quien encontrar la felicidad

Ciertamente Jos ha desvirtuado el sentido de la felicidad en su vida, pensando que lo puede lograr teniendo a Carmen junto a l, y debe para esto, eliminar cualquier obstculo, realizar lo impensable para lograr su propsito.

Al momento de la muerte inminente, Jos Navarro vuelve de alguna manera a la realidad; el hombre enfrenta su desnudez real; la muerte es un encuentro con la propia realidad. El condenado ya se ha despojado de todo y ha aceptado su propio destino, que lo ha construido el mismo y que ahora recuerda desolado.Conclusin.

El hombre se va constituyendo a s mismo. Nuestra libertad nos da esa capacidad de ir eligiendo a travs de nuestra vida lo que nosotros consideramos nos conduce a la verdad. Podemos ir, a travs del habla comunicativa, tomando conciencia de nuestro ser personal, que est orientado al bien. Pero no estamos determinados, no somos esclavos. En esta libertad, que nos hacer ser libres no esclavos, surge el habla comunicativa, hecho religiosos originario, pero del cual, por el hecho de ser libres, podemos acoger o negar. Jos Navarro es consciente de que sus propios actos lo han alejado de los otros, y para lamento de l, de su amada Carmen, pero tambin, al mismo tiempo, lo han alejado de su ser, perdiendo en fin, su vida toda. LANGER, William L. Enciclopedia de la Historia del mundo. En: Luchas civiles y conquista del Oriente. 3 Ed., Buenos Aires, Sopena Argentina S.R.L. Tomo I

MRIME, Prspero. Carmen. Mxico, Ed. Aldus S.A., 1993. 96 p.

Ibid, p.108

EDWARDS, Anbal. Un Tesario de Antropologa Filosfica. Santiago, Seminario Pontificio Mayor de los Santos ngeles Custodios, Publicaciones Teolgicas, 1997, Coleccin Filosfica N 1, p. 171.

Ibid., p.166

MRIME, Prspero. Op.cit., p.132

EDWARDS, Anbal. loc. cit.

EDWARDS, Anbal. Las pasiones. Parfrasis comentada del tratado de Toms de Aquino. n/e, pag.3

EDWARDS, Anbal. Un Tesario de Antropologa Filosfica. Santiago, Seminario Pontificio Mayor de los Santos ngeles Custodios, Publicaciones Teolgicas, 1997, Coleccin Filosfica N 1, p. 179

EDWARDS, Anbal. Tesis N 6. Fotocopias, p. 47

Ibid., p. 47