Krishnamurti, J - La educacion y el significado de la vida

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la educacin y el significado de la vida jiddu krishnamurti ** capitulo primero cuando se viaja se da uno cuenta de hasta qu punto la naturaleza humana es la misma por todo el mundo, ya sea en la india, en amrica, europa o australia. en las escuelas superiores y en las universidades es donde este hecho es ms evidente. como si fuera con un molde, nos estamos convirtiendo en un tipo de ser humano cuyo principal inters en la vida es encontrar seguridad, llegar a ser alguien importante, o divertirse con la mnima reflexin posible. la educacin convencional hace sumamente difcil el pensar independiente. el conformismo conduce a la mediocridad. ser diferente del grupo o resistirse al ambiente no es cosa fcil, y a menudo es arriesgado, en tanto rindamos culto al xito. el deseo de obtener xito en la vida, que es perseguir una recompensa, ya sea en lo material o en el as llamado mundo espiritual, la bsqueda de seguridad interna o externa, el anhelo de comodidad, todo este proceso ahoga el descontento, pone fin a la espontaneidad y engendra temor; y el temor bloquea la inteligente comprensin de la vida. a medida que envejecemos, la mente se embota y se insensibiliza el corazn. en la bsqueda de comodidad generalmente nos refugiamos en un rincn de la vida, donde haya el menor conflicto posible, y salir de este aislamiento nos asusta. este miedo a la vida, este temor a la lucha y a las nuevas experiencias, mata en nosotros el espritu de aventura. el sistema donde crecemos y nos educamos nos hace temer ser diferentes de nuestro vecino, o pensar de forma opuesta a la norma establecida por la sociedad, que equivocadamente venera la autoridad y la tradicin. por fortuna hay algunas personas serias, dispuestas a examinar nuestros problemas humanos, sin prejuicios ni de la derecha ni de la izquierda. pero en la gran mayora no existe el espritu de descontento ni de rebelda. cuando sin comprensin cedemos ante las circunstancias del entorno, el espritu de rebelda que pudiramos haber tenido, desaparece y nuestras responsabilidades pronto le ponen fin. la rebelda es dos clases: la violenta, que es meramente reaccionar, sin entendimiento, contra el orden establecido, y la rebelda profundamente psicolgica de la inteligencia. hay muchos que se rebelan contra la ortodoxia establecida slo para caer en otras ortodoxias, en otras ilusiones y en ocultas indulgencias para consigo mismos. lo que generalmente sucede es que nos separamos de un grupo o un conjunto de ideales y nos identificamos con otros grupos y otros ideales, creando as una nueva norma de pensamiento, contra la cual tendremos que rebelarnos ms adelante. la reaccin slo produce oposicin y la reforma necesita reformas ulteriores. pero hay una rebelda inteligente que no es reaccin y que viene con el conocimiento propio, al darnos cuenta de nuestros propios pensamientos y sentimientos. es slo cuando nos enfrentamos con la experiencia tal como se presenta, sin evitar lo que nos perturba, que mantenemos alerta nuestra inteligencia. la inteligencia sumamente despierta es intuicin, y es la nica verdadera gua de la vida. ahora bien, cul es el significado de la vida? para qu vivimos y luchamos? si nos educamos simplemente para conseguir honores, alcanzar una buena posicin o ser ms eficientes, tener un mayor dominio sobre los dems, nuestras vidas estarn vacas y carecern de profundidad. si nos educamos para ser meros cientficos, eruditos casados con los libros, o especialistas adictos a los conocimientos, estaremos contribuyendo a la destruccin y a la desdicha del mundo.

aunque la vida tenga un sentido ms alto y noble, qu valor tiene la educacin si jams lo descubrimos? podemos ser muy instruidos, pero si no tenemos una profunda integracin entre pensamiento y sentimiento, nuestras vidas resultan incompletas, contradictorias y atormentadas por innumerables temores. mientras la educacin no cultive una visin integral de la vida, tiene muy poco significado. en nuestra civilizacin actual hemos dividido la vida en tantos compartimentos que la educacin tiene muy poco sentido, excepto cuando aprendemos una profesin o una tcnica determinada. en vez de despertar la inteligencia integral del individuo, la educacin lo estimula para que se adapte a un patrn, y, por lo tanto, le impide la comprensin de s mismo como un proceso total. intentar resolver los mltiples problemas de la vida en sus respectivos niveles, separados como estn en diversas categoras, indica una absoluta falta de comprensin. el individuo se compone de diferentes entidades, pero acentuar esas diferencias y estimular el desarrollo de un tipo definido, conduce a muchas complejidades y contradicciones. la educacin debe efectuar la integracin de estas entidades separadas, porque sin integracin la vida se convierte en una serie de conflictos y sufrimientos. de qu vale que nos hagamos abogados, si perpetuamos los litigios? de qu sirve el conocimiento, si continuamos en la confusin? de qu valen las habilidades tcnicas e industriales si las usamos para destruirnos? cul es el sentido de la existencia si nos ha de llevar a la violencia y a la completa desdicha? aunque tengamos dinero o podamos ganarlo, aunque disfrutemos de nuestros placeres y tengamos nuestras organizaciones religiosas, estamos en conflicto permanente. debemos distinguir entre lo personal y lo individual. lo personal es accidental; y entiendo por accidental las circunstancias de nacimiento, el ambiente en que nos hemos criado, con su nacionalismo, supersticiones, diferencias de clase y prejuicios. lo personal o accidental es slo momentneo, aunque ese momento dure toda una vida. y puesto que los actuales sistemas educativos estn basados en lo personal, accidental o momentneo, como resultado distorsionan el pensamiento e inculcan temores autodefensivos. todos nosotros hemos sido entrenados a travs de la educacin y el entorno a perseguir el logro personal y la seguridad, y a luchar por nosotros mismos. aunque lo disimulemos con eufemismos, hemos sido educados para las diversas profesiones dentro de un sistema basado en la explotacin y el miedo codicioso. tal entrenamiento tiene inevitablemente que traer confusin y miseria a nosotros y al mundo, porque crea en cada individuo barreras psicolgicas que le separan y le mantienen aislado de los dems. la educacin no consiste en un mero instruir la mente. la instruccin contribuye a la eficiencia, pero no genera integracin. una mente educada de esta manera es continuacin del pasado; una mente as nunca podr descubrir lo nuevo. por esa razn, para averiguar en qu consiste la verdadera educacin, tenemos que investigar el sentido global de la vida. para la mayora de nosotros el significado de la vida en su totalidad no es de primordial importancia, y nuestra educacin subraya los valores secundarios, hacindonos meramente expertos en alguna rama del saber. aunque el saber y la eficiencia son necesarios, el recalcarlos demasiado slo nos lleva al conflicto y a la confusin. hay una eficiencia inspirada por el amor, que va mucho ms lejos y es mucho ms grande que la eficiencia inspirada por la ambicin: y sin amor, que es lo que nos da una comprensin integral de la vida, la eficiencia slo engendra crueldad. no es esto lo que est sucediendo actualmente en todas partes del mundo? nuestra educacin actual est al servicio de la industrializacin y de la guerra, siendo su meta principal desarrollar la eficacia; y nosotros estamos atrapados en esta maquinaria de competicin

despiadada y de mutua destruccin. si la educacin nos ha de llevar a la guerra, si nos ensea a destruir o a ser destruidos, no ha fracasado totalmente? para instaurar la verdadera educacin, debemos evidentemente comprender el significado de la vida en su totalidad, y para ello tenemos que adquirir la capacidad de pensar con rectitud y veracidad, en vez de seguir una lnea de pensamiento. un pensador "consecuente" es una persona que no reflexiona, porque se adapta a un patrn. repite frases y piensa rutinariamente dentro de un surco. la existencia no la podemos comprender de un modo abstracto o terico. comprender la vida es comprendernos a nosotros mismos y esto es a la vez el principio y el fin de la educacin. la educacin no es la simple adquisicin de conocimientos, ni coleccionar y correlacionar datos, sino ver el significado de la vida como un todo. pero el todo no se puede entender desde una parte, que es lo que intentan hacer los gobiernos, las religiones organizadas y los partidos autoritarios. la funcin de la educacin es crear seres humanos ntegros y por lo tanto, inteligentes. podemos adquirir ttulos y ser eficientes en el aspecto mecnico, sin ser inteligentes. la inteligencia no es mera informacin; no deriva de los libros, ni es la capacidad de reaccionar hbilmente en defensa propia o hacer afirmaciones agresivas. alguien que no haya estudiado puede ser ms inteligente que un erudito. medimos la inteligencia en trminos de ttulos y exmenes y hemos desarrollado mentes astutas que esquivan los problemas humanos vitales. la inteligencia es la capacidad para percibir lo esencial, lo que es. y despertar esta capacidad en uno mismo y en los dems, es educacin. la educacin debe ayudarnos a descubrir valores permanentes para que no nos conformemos con meras frmulas y frases hechas. la educacin nos debe ayudar a demoler las barreras sociales y nacionales en lugar de reforzarlas, porque stas crean antagonismo entre los hombres. desgraciadamente el actual sistema educativo nos vuelve seres serviles, mecnicos y profundamente irreflexivos. aunque nos despierta el intelecto, interiormente nos deja incompletos, idiotizados e incapaces de crear. sin una comprensin integral de la vida, nuestros problemas individuales y colectivos crecen y se agudizan en todos los sentidos. el objetivo de la educacin no es slo producir simples eruditos, tcnicos y buscadores de empleos, sino hombres y mujeres ntegros y libres de temor, porque slo entre tales seres humanos puede haber paz duradera. es en la comprensin de nosotros mismos que el temor se disipa. si el individuo ha de enfrentarse a la vida de instante en instante, con a sus complejidades, miserias y exigencias repentinas, tiene que ser infinitamente flexible, y por lo tanto, estar libre de teoras y de particulares patrones de pensamiento. la educacin no debe estimular al individuo ni a amoldarse a la sociedad, ni a estar en desarmona con ella, sino que debe ayudarlo a descubrir los verdaderos valores que surgen como resultado de la investigacin imparcial, y de tomar conciencia de uno mismo. cuando no hay conocimiento propio, la autoexpresin se convierte en autoafirmacin, con todos sus conflictos ambiciosos y agresivos. la educacin debe despertar en el individuo la capacidad de darse cuenta de s mismo, y no simplemente entregarse a la complacencia de la autoexpresin. de qu sirve instruirse si en el proceso de vivir nos estamos destruyendo? ante la serie de guerras devastadoras que hemos sufrido una tras otra, tenemos que llegar a la conclusin obvia de que hay algo radicalmente errneo en la educacin de nuestros hijos. creo que la mayor parte de nosotros nos damos cuenta de esto, pero no sabemos cmo afrontar el problema. los sistemas, ya sean educativos o polticos, no se cambian

misteriosamente: se transforman cuando hay un cambio fundamental en nosotros. el individuo es de primordial importancia, no el sistema. y mientras el individuo no comprenda el proceso total de s mismo, no hay sistema, ni de derecha ni de izquierda, que pueda traer orden y paz al mundo. ** capitulo ii la verdadera educaciN jiddu krishnamurti el hombre ignorante no es el iletrado, sino el que no se conoce a s mismo. y el hombre instruido es ignorante cuando pone toda su confianza en los libros, en los conocimientos y en la autoridad externa, para derivar de ellos la comprensin. la comprensin slo llega a travs del conocimiento de uno mismo, que es darnos cuenta de todo nuestro proceso psicolgico. por lo tanto, la educacin en su verdadero sentido es la comprensin de uno mismo, ya que dentro de cada uno de nosotros es donde se concentra la totalidad de la existencia. lo que ahora llamamos educacin es acumulacin de informacin y conocimientos a partir de los libros, cosa factible a cualquiera que pueda leer. una educacin as, ofrece una forma sutil de evadirnos de nosotros mismos y, como todo escape, inevitablemente aumenta la desdicha. el conflicto y la confusin son el resultado de nuestra relacin incorrecta con las personas, las cosas y las ideas, y hasta que no comprendamos esa relacin y la alteremos, la mera instruccin, la adquisicin de datos y habilidades, nos conducirn inevitablemente al caos galopante y a la destruccin. segn est ahora organizada la sociedad, enviamos a nuestros hijos a la escuela para aprender alguna tcnica con la cual puedan luego ganarse la vida. queremos hacer de nuestros hijos, ante todo, especialistas, esperando as darles una posicin econmica estable. pero puede acaso la tcnica capacitarnos para conocernos a nosotros mismos? si bien es a todas luces necesario saber leer y escribir, aprender ingeniera o cualquier otra profesin, nos dar la tcnica capacidad para comprender la vida? indudablemente, la tcnica es secundaria; y si la tcnica es lo nico que buscamos, evidentemente estamos negando la parte ms importante de la vida. la vida es dolor, gozo, belleza, fealdad, amor; cuando la comprendemos en su totalidad, en todos sus niveles, esa comprensin crea su propia tcnica. pero lo contrario es falso: la tcnica jams puede producir la comprensin creadora. la educacin actual es un completo fracaso porque le ha dado excesiva

importancia a la tcnica. al sobrevalorar la tcnica, destruimos al hombre. cultivar la capacidad y la eficiencia sin la comprensin de la y el la exclusivo vida, sin tener la percepcin global de cmo funcionan el pensamiento deseo, slo lograr aumentar nuestra crueldad, que es lo que engendra guerra y pone en peligro nuestra seguridad fsica. el desarrollo de la tcnica ha producido cientficos, matemticos, constructores de puentes, conquistadores del espacio; pero comprenden ellos acaso el proceso total de la vida? puede algn especialista sentir la vida todo? s, slo cuando deja de ser especialista. el progreso tecnolgico resuelve cierta clase de problemas, a un determinado nivel, pero a su vez introduce problemas ms amplios y profundos. vivir en un solo nivel, sin tener en cuenta el proceso total de integral su la vida, es atraer la miseria y la destruccin. lo ms necesario, el problema ms urgente de cada individuo, es tener una comprensin de la vida, que lo ponga en condiciones de resolver satisfactoriamente creciente complejidad. el conocimiento tcnico, aunque necesario, no resolver en modo alguno nuestras tensiones y conflictos psicolgicos internos; y es por haber adquirido conocimientos tcnicos sin comprender el proceso total de la vida, que la tecnologa se ha convertido en un instrumento de autodestruccin. el hombre que sabe desintegrar el tomo, pero no tiene amor en su corazn, se convierte en un monstruo. elegimos una profesin segn nuestras capacidades; pero el hecho de desarrollar una profesin nos sacar de conflictos y confusiones? al parecer necesitamos preparacin tcnica; pero una vez graduados como ingenieros, mdicos, o contables, entonces qu? es la prctica de profesin la plenitud de la vida? aparentemente as es para muchos de nosotros. nuestras profesiones pueden mantenernos ocupados la mayor de nuestra existencia, pero las mismas cosas que producimos y que nos fascinan, causan nuestra destruccin y nuestra miseria. nuestras actitudes y nuestros valores hacen de las cosas y de las ocupaciones instrumentos de envidia, amargura y odio. sin la comprensin de nosotros mismos, la mera ocupacin nos lleva a la frustracin con sus inevitables evasiones con toda clase de actividades perjudiciales. la tcnica sin la verdadera comprensin conduce a la enemistad y a la crueldad, las cuales tratamos de enmascarar con frases agradables al odo. de qu sirve recalcar la tcnica y convertirse en seres eficientes, si el resultado es la destruccin mutua? nuestro progreso tcnico es fantstico, pero slo ha logrado aumentar nuestro

como un

una parte

poder para destruirnos unos a otros y hay hambre y miseria en todas la regiones de la tierra. no somos felices ni tenemos paz. cuando se le otorga la mxima importancia al hecho de que todo la vida se vuelve aburrida y pesada, y se convierte en una rutina mecnica, de la cual huimos por medio de toda clase de distracciones. la llamamos manera acumulacin de datos y el desarrollo de capacidades, a lo cual educacin, nos ha privado de la plenitud de vivir y de actuar de integral. es porque no entendemos el proceso total de la vida que nos aferramos tanto a la capacidad y a la eficiencia, que de esta manera asumen avasalladora importancia. pero el todo no se puede comprender una parte. slo puede comprenderse mediante la accin y la vivencia. otro factor que nos induce a cultivar la tcnica es que ella nos da la impresin de seguridad, no slo econmica, sino tambin psicolgica. tranquilizador saber que somos capaces y eficientes. saber que podemos de tocar el piano o construir una casa nos da una sensacin de vitalidad, agresiva independencia; pero destacar la capacidad, debido al deseo de seguridad psicolgica, es negar la plenitud de la vida. jams puede preverse todo el contenido de la vida. debe vivirse renegadamente de instante en instante; pero tememos lo desconocido y por esto establecemos para nuestro beneficio zonas de seguridad psicolgica en forma de sistemas, tcnicas y creencias. mientras busquemos la seguridad interna, el proceso global de la vida no puede comprenderse. la verdadera educacin, al mismo tiempo que estimula el aprendizaje de una tcnica, debe realizar algo de mayor importancia: debe ayudar al hombre a vivencia el proceso integral de la vida. es esta vivencia la que colocar la capacidad y la tcnica en su verdadero lugar. si alguien tienen algo que decir, el acto de decirlo crea su propio estilo; pero aprender un estilo sin la vivencia interna slo puede llevar al individuo a la superficialidad. en todas partes del mundo los ingenieros disean frenticamente nuevas mquinas que no necesitan ser manejadas por el hombre. en una vida gobernada casi completamente por las mquinas, en qu se ha de convertir con el ser humano? tendremos cada vez ms tiempo libre sin saber emplearlo cordura, y procuraremos escapar de la ociosidad adquiriendo ms conocimientos, buscando diversiones enervantes o a travs de ideales. creo que se han escrito muchos libros sobre los ideales educativos; y

funcione,

desde

es

sin

embargo, tenemos ms confusin que nunca. no existe mtodo alguno por medio del cual se pueda educar a un nio para que sea libre e ntegro. mtodos, no mientras nos preocupemos por los principios, los ideales y los ayudamos al individuo a liberarse de sus actividades egocntricas, con todos sus temores y conflictos. los ideales y los planes para una perfecta utopa, jams nos traern el cambio radical del corazn, que es esencial si hemos de poner fin a la guerra y a la destruccin universal. los ideales no pueden cambiar nuestros valores actuales: slo pueden cambiarse mediante una correcta educacin, que ha de fomentar la comprensin de lo que es. cuando trabajamos unidos por un ideal, para el futuro, formamos a los individuos de acuerdo con nuestro concepto de ese futuro. no nos preocupamos en absoluto por los seres humanos, sino por la idea que tenemos de lo que los individuos deben ser. lo que debe ser resulta ms importante para nosotros que lo que es, es decir, el individuo y complejidades. si comenzamos por comprender al individuo directamente, vez de verlo a travs de nuestra visin de lo que debe ser, entonces nos interesamos en ver lo que es. entonces ya no deseamos transformar individuo en otra cosa, sino ayudarlo a comprenderse a s mismo; y en no hay ganancia ni motivacin personal. si nos mantenemos totalmente atentos a lo que es, lo comprenderemos y nos veremos libres de ello; pero algo comprensin luchar para estar atentos a lo que somos, tenemos que dejar de luchar por que no somos. los ideales no tienen lugar en la educacin, porque impiden la del presente. no hay duda de que podemos prestar atencin a lo que es nicamente cuando dejamos de huir hacia el futuro. mirar al futuro, por un ideal, indica pereza mental y deseo de evadir el presente. no es la bsqueda de una utopa terica, concebida previamente, la negacin de la libertad e integracin del individuo? cuando uno sigue ideal, un patrn, cuando se tiene ya una frmula de lo que debe ser,

mucho sus en s al esto

un no

est viviendo una vida muy superficial y automtica? lo que necesitamos no son idealistas ni individuos con mentes mecanizadas, sino seres humanos integrales que sean inteligentes y libres. forjarse el modelo de lo que debe ser una sociedad perfecta es motivo de luchas y derramamiento de sangre por lo que debe ser, mientras ignoramos lo que es. si los seres humanos fuesen entes mecnicos o mquinas automticas, se

una

podra predecir su futuro y se podran adems trazar planes para una utopa perfecta. entonces podramos hacer meticulosamente el plan de sociedad futura, y trabajar para lograr su realizacin. pero los seres

humanos no son mquinas destinadas a trabajar segn un modelo determinado. entre el tiempo presente y el futuro existe un inmenso intervalo, en el cual actan sobre cada uno de nosotros innumerables influencias; y si sacrificamos el presente por el futuro, seguimos trayectorias errneas hacia un posible fin correcto. pero los medios determinan el fin. y adems, quines somos nosotros para decidir lo que el hombre debe con qu derecho pretendemos moldearlo de acuerdo con cierto patrn de algn libro, o determinado por nuestras propias ambiciones, y temores? la verdadera educacin no tiene nada que ver con ninguna ideologa, por mucho que sta prometa una utopa futura; ni est fundada en ningn sistema, por bien pensado que sea. tampoco constituye un medio de condicionar al individuo de una manera especial. la educacin, en el verdadero sentido, capacita al individuo para ser maduro y libre, para

ser? sacado esperanzas

florecer abundantemente en el amor y en la bondad. esto es lo que nos debera interesar, y no moldear al nio de acuerdo con una norma idealista. cualquier mtodo que clasifique a los nios de acuerdo con su temperamento y aptitud, no hace ms que acentuar sus diferencias; crea antagonismos, estimula las divisiones sociales y no ayuda a desarrollar seres humanos ntegros. es evidente, pues, que ningn mtodo ni ningn sistema puede asegurar una verdadera educacin, y la estricta adhesin a un mtodo particular demuestra indolencia por parte del educador. mientras la educacin se base en principios preparados de antemano, podr tal vez producir hombres y mujeres eficientes, pero no seres humanos slo el amor puede generar la mutua comprensin. donde hay amor hay comunin instantnea con los dems, en el mismo nivel y al mismo tiempo. hemos por ser nosotros mismos tan resecos, tan vacos y faltos de amor,

creativos.

permitido que los gobiernos y los sistemas se encarguen de la educacin de nuestros hijos y de la direccin de nuestras vidas. mas los gobiernos quieren tcnicos eficientes, y no seres humanos, porque los seres humanos son peligrosos para los gobiernos, as como tambin para las religiones organizadas. por esto a los gobiernos y a las organizaciones religiosas les interesa el control de la educacin.

la vida no puede adecuarse a un sistema, no puede sujetarse a una norma, a toda cuando disciplina por muy noble que sta se conciba; y una mente que se ha formado slo base de datos y conocimientos es incapaz de enfrentarse a la vida en su diversidad, su sutileza, su profundidad y sus grandes alturas. educamos a nuestros hijos segn un sistema de pensamiento o una particular, cuando les enseamos a pensar dentro de determinados compartimentos y secciones, les impedimos que lleguen a ser hombres y mujeres ntegros, y en consecuencia se vuelven incapaces de pensar inteligentemente, o sea, de hacerle frente a la vida en su totalidad. la suprema funcin de la educacin es desarrollar un individuo ntegro sea capaz de habrselas con la vida como algo global. tanto el como el especialista, no se preocupan por el todo, sino por una parte. puede haber integracin mientras uno persiga un modelo ideal de la mayora de los maestros idealistas han desechado el amor, porque la mente seca y el corazn duro. para estudiar a un nio, hay que alerta, vigilante, y darse cuenta de uno mismo. esto requiere mucha inteligencia y afecto que animarle a seguir un ideal. otra funcin de la educacin es crear nuevos valores. implantar en la mente del nio valores ya existentes para moldearlo conforme a ciertos ideales, es condicionarlo sin despertar su inteligencia. la educacin est ntimamente relacionada con la presente crisis del el educador que ve las causas de este caos universal, debera cmo ha de despertar la inteligencia en el estudiante, para as ayudar la futura generacin a no traer ulteriores conflictos y desastres. el educador debe poner toda su intencin, todo su cuidado y afecto en la creacin de un verdadero entorno y el desarrollo de la comprensin, de modo que cuando el nio haya crecido y madurado, sea capaz de inteligentemente a los problemas humanos que se le presenten. pero poderlo hacer, el educador debe comprenderse a s mismo, en vez de en ideologas, sistemas y creencias. no pensemos en trminos de principios e ideas; por el contrario, prestemos es, atencin a las cosas tal como son, porque el prestar atencin a lo que es lo que despierta la inteligencia, y la inteligencia del educador es mucho ms importante que sus conocimientos sobre un nuevo mtodo de educacin. cuando seguimos un mtodo, aunque ste haya sido elaborado

que idealista no accin; y tienen estar mayor nicamente

mundo, y preguntarse a

tal enfrentarse para confiar

por muy una persona reflexiva e inteligente, el mtodo se convierte en algo importante; y los nios slo resultan importantes en la medida en que encajen dentro del mtodo. medimos y clasificamos al nio, y despus procedemos a educarlo con arreglo a algn grfico. este procedimiento puede serle cmodo al maestro, pero ni la prctica de un sistema, ni la ser tirana de la opinin y el proceso del aprendizaje pueden producir un humano ntegro. la verdadera educacin consiste en comprender al nio tal como es, sin imponerle un ideal de lo que opinamos que debiera ser. encuadrarle en marco de un ideal es incitarlo a amoldarse a ese ideal, lo que l temores y le produce un conflicto constante entre lo que es y lo

el engendra en que

debiera ser. y todos los conflictos internos tienen sus manifestaciones externas en la sociedad. los ideales son un obstculo real para nuestra comprensin del nio, y para que ste se comprenda a s mismo. un padre de familia que quiere realmente comprender a su hijo no lo mira a travs del velo de un ideal. si ama a su hijo, lo observa directamente, estudia sus tendencias, sus estados de nimo, sus peculiaridades. es slo cuando no sentimos amor por el nio que le imponemos un ideal, porque entonces son nuestras ambiciones las que tratan de realizarse en l, queriendo que llegue a ser esto o aquello. si amamos al nio, antes que al ideal, entonces hay una posibilidad de ayudarle a que se comprenda a s mismo tal como es. si un nio miente, por ejemplo, de qu sirve ponerle delante el ideal de la verdad? primero hay que averiguar por qu miente. para ayudarlo necesitamos tiempo para estudiarlo y observarlo, lo cual requiere paciencia, amor y cuidado. por otra parte, cuando no sentimos amor ni tenemos comprensin, forzamos al nio a seguir un patrn de accin al que llamamos ideal. los ideales son un escape conveniente y el maestro que los sigue es incapaz de comprender a sus alumnos y de trabajar con ellos inteligentemente. para ese maestro el ideal futuro, lo que el nio debe ser, es mucho ms importante que lo que el nio es en el presente. ir detrs del ideal excluye el amor, y sin amor no se puede resolver ningn problema humano. si el maestro es un verdadero maestro, no depender de un mtodo, sino que estudiar a cada alumno individualmente. en nuestras relaciones con los nios y los jvenes, no estamos tratando con artefactos mecnicos que se

tratarlos rpidos no vencer

pueden reparar con facilidad, sino con seres vivos, que son impresionables, volubles, sensibles, temerosos, afectuosos. para hemos de tener una gran comprensin y la fuerza de la paciencia y del amor. si nos faltan estas cualidades, buscamos remedios fciles y con la esperanza de obtener resultados maravillosos y automticos. si estamos alerta, si nuestras actitudes y acciones son mecnicas, nos asustaremos ante cualquier exigencia perturbadora que no podamos

por reacciones automticas; y sta es una de nuestras mayores dificultades en la educacin. el nio es el resultado del pasado y del presente y por los tanto ya est condicionado. si le transmitimos nuestro trasfondo, perpetuaremos su acondicionamiento y el nuestro. slo existe una transformacin radical, cuando comprendemos nuestro propio acondicionamiento y nos liberamos de l. discutir lo que debe ser la verdadera educacin, mientras nosotros mismos estamos condicionados, es completamente vano. mientras los nios son pequeos, debemos, por supuesto, protegerlos de todo dao fsico, e impedir que se sientan fsicamente inseguros. pero desgraciadamente no nos detenemos ah: queremos dar forma a su manera de pensar y sentir; queremos amoldarlos a nuestros anhelos e intenciones. procuramos plasmarnos en nuestros hijos para perpetuar en ellos nuestro ser. construimos muros a su alrededor, los condicionamos con nuestras creencias e ideologas, con nuestros temores y esperanzas; y luego lloramos y rezamos cuando los matan o los mutilan en las guerras, o sufren de cualquier otra forma ante las experiencias de la vida. tales experiencias no proporcionan libertad; por el contrario, la voluntad del "yo". el "yo" est compuesto de una serie de defensivas y expansivas, y su realizacin se manifiesta siempre en sus mientras propias proyecciones y en las identificaciones que lo satisfacen. traduzcamos la experiencia en trminos del "ego", el "yo", y "lo mo", mientras el "yo", el "ego", se perpete a travs de sus reacciones, la dolor. "el ya no experiencia no podr liberarse del conflicto, de la confusin y del la libertad slo existe cuando comprendemos la naturaleza del "yo", que experimenta". slo cuando el "yo" con sus acumuladas reacciones, es "el que experimenta", esa experiencia o vivencia adquiere una

cuando fortifican reacciones

significacin enteramente distinta y se vuelve creacin. si ayudramos al nio a liberarse de la naturaleza del ego, que causa tanto sufrimiento, entonces cada uno de nosotros se dispondra a cambiar nio profundamente su actitud y su relacin con el nio. los padres y los educadores, mediante su propia intencin y conducta, pueden ayudar al a liberarse y a florecer en el amor y en la bondad. la educacin actual no estimula de ningn modo la comprensin de las tendencias heredadas ni las influencias ambientales, que condicionan mente y el corazn y perpetan el temor; y por lo tanto no nos ayuda a romper con los acondicionamientos ni a crear seres humanos ntegros. cualquier forma de educacin que se ocupe slo de una parte y no de la totalidad del hombre, inevitablemente ha de aumentar los conflictos y los sufrimientos. es nicamente en la libertad individual que el amor y la bondad pueden florecer; y slo una verdadera educacin puede ofrecer esa libertad. conformismo con la sociedad actual, ni la promesa de una utopa futura podrn jams dar al individuo la percepcin interna, sin la cual est creando problemas constantemente. el verdadero educador, viendo la naturaleza interna de la libertad, a cada alumno individualmente a observar y a comprender los valores e imposiciones que son proyeccin de s mismo; lo ayuda a estar alerta a las factores hacindose tristezas perdurables total confusin individuo de los influencias condicionadas que lo rodean y a sus propios deseos, ambos que limitan su mente y engendran temor; lo ayuda segn va adulto, a observarse y comprenderse en relacin con todas las cosas, porque es el ansia de auto realizacin lo que trae conflictos y interminables. sin duda es posible ayudar al individuo a percibir los valores de la vida, sin acondicionamiento. algunos dirn que este desarrollo del individuo ha de conducir al caos; pero es as? ya existe la en el mundo, y esta confusin ha surgido por no haber educado al a comprenderse a s mismo. al mismo tiempo que se le ha dado un poco libertad superficial, tambin se le ha enseado a amoldarse, a aceptar

la

ni el

ayuda

valores existentes. contra este control disciplinario muchos se rebelan; pero desgraciadamente su rebelin es una simple reaccin egosta, que oscurece nuestra existencia todava ms. el verdadero educador, consciente de la tendencia

comprensin no es

de la mente a reaccionar, ayuda al alumno a alterar los valores del presente, no como reaccin contra ellos, sino a travs de su del proceso total de la vida. la plena cooperacin entre los hombres posible sin la integracin que ayuda a despertar en el individuo la verdadera educacin. por qu estamos tan seguros de que ni sta, ni la prxima generacin, mediante la verdadera clase de educacin, podrn lograr ningn cambio fundamental en las relaciones humanas? nunca lo hemos intentado, y

aun como

que se actuales de educacin y

parece que a la mayora nos da miedo la verdadera educacin, no nos sentimos inclinados a hacer la prueba. sin investigar realmente esta cuestin en su totalidad, afirmamos que la naturaleza humana no puede cambiar, aceptamos las cosas tal como estn y estimulamos al nio a adapte a la sociedad actual. lo condicionamos a nuestros modos vida y esperamos que suceda lo mejor. pero puede considerarse esta adaptacin a los valores del presente, que nos llevan a la guerra al hambre? no nos engaemos creyendo que este acondicionamiento ha de lograr la inteligencia y la felicidad. si seguimos siendo temerosos, faltos de afecto, apticos sin esperanza, significa que realmente no sentimos inters en estimular al individuo a florecer abundantemente en el amor la bondad; antes bien, preferimos que siga cargando con las miserias,

y con

las cuales nos hemos agobiado y de las cuales l tambin forma parte. condicionar al alumno para que acepte el entorno actual es evidentemente una estupidez. a menos que voluntariamente efectuemos un cambio radical en la educacin, somos directamente responsables de la perpetuacin del caos y de la desdicha. y cuando finalmente sobrevenga alguna revolucin monstruosa y brutal, sta slo ofrecer a otro grupo de personas la oportunidad de cometer crueldades y explotaciones. cada grupo que sube al poder desarrolla sus propios mtodos de opresin: ya sea la persuasin psicolgica o la fuerza bruta. por razones polticas e industriales, la disciplina se ha convertido factor importante en la presente estructura social, y es por nuestro de tener seguridad psicolgica que aceptamos y ponemos en prctica diversas formas de disciplina. la disciplina garantiza un resultado, y para nosotros el fin es ms importante que los medios. no obstante, los medios determinan el fin. uno de los peligros de la disciplina es que el sistema adquiere ms importancia que los seres humanos que se encuentran presos en l. la disciplina se convierte entonces en un sustituto del amor; y es porque

en un deseo

nuestros corazones estn vacos que nos aferramos a la disciplina. la libertad no puede nacer jams de la disciplina ni de la resistencia; la est remoto. libertad no es una meta ni un fin que hay que alcanzar. la libertad al principio, no al final; ni es algo que se encuentre en un ideal

la libertad no significa la oportunidad de lograr la propia satisfaccin, sin consideracin para con los dems. el autntico maestro proteger a los discpulos y les ayudar por todos los medios posibles a crecer hacia la autntica libertad; pero le ser imposible hacerlo si l mismo est aferrado a una ideologa, si es en alguna forma dogmtico o egosta. la sensibilidad no puede jams despertarse a la fuerza. podemos obligar a un nio a estar quieto externamente, pero no nos encaramos directamente con aquello que lo hace ser obstinado, insolente, etc. la fuerza provoca antagonismo y temor. el premio o el castigo en cualquier forma slo embotan la mente y la someten; y si esto es lo que deseamos, entonces la educacin por la fuerza es un excelente modo de proceder. pero tal educacin no puede ayudarnos a comprender al nio, ni puede crear un adecuado ambiente social en el que dejen de existir el separatismo y el odio. en el amor al nio est implcita la correcta educacin. pero la mayora de nosotros no amamos a nuestros hijos; tenemos ambiciones para la conseguir con ellos, lo cual significa que tenemos ambiciones para con nosotros mismos. desgraciadamente estamos tan atareados con las ocupaciones de mente, que tenemos poco tiempo para sentir los impulsos del corazn. despus de todo, la disciplina implica resistencia. pero se alguna vez el amor mediante la resistencia? la disciplina slo puede edificar muros a nuestro alrededor; es siempre exclusiva, y siempre provoca conflictos. la disciplina no conduce a la comprensin, porque comprensin se llega a travs de la observacin y la investigacin a un lado todo tipo de prejuicios. la disciplina es una manera muy fcil de dominar a un nio, pero no le ayuda a comprender los problemas de la vida. alguna forma de coaccin, como es la disciplina mediante premios y castigos, puede ser necesaria alumnos de para mantener el orden y la aparente quietud de un gran nmero de hacinados en un aula. pero con un buen educador y un nmero reducido alumnos, sera acaso necesaria alguna presin que eufemsticamente

a la dejando

crear

llamaramos disciplina? si las clases son pequeas y el maestro puede dedicar toda su atencin a cada alumno, observndolo y ayudndolo, entonces la coaccin o la fuerza en cualquier forma es evidentemente innecesaria. si en un grupo de esta clase algn alumno persiste en desorden, o en portarse mal, el educador debe inquirir o investigar la

de la coaccin, es que crear en sociales. educacin. afecto

causa de su conducta incorrecta, que puede ser una mala dieta, falta descanso, disgustos familiares o algn temor oculto. la verdadera educacin lleva implcito el cultivo de la libertad y de inteligencia, lo cual no es posible cuando hay alguna forma de con sus temores consiguientes. al fin y al cabo la misin del maestro ayudar al alumno a entender las complejidades de todo su ser. exigirle reprima una parte de su naturaleza en beneficio de otra parte, es l conflictos interminables que dan por resultado antagonismos es la inteligencia y no la disciplina la que genera el orden. la adaptacin y la obediencia no tienen cabida en una correcta la cooperacin entre el maestro y el alumno es imposible si no hay y respeto mutuos. cuando se les exige a los nios que respeten a los mayores, tal accin generalmente se convierte en hbito, en mera demostracin externa y el temor asume la apariencia de veneracin. sin respeto y consideracin no es posible que haya relacin vital, especialmente cuando el maestro es un simple instrumento de sus conocimientos. si el maestro exige respeto de parte de sus alumnos, y l a su vez los respeta muy poco, por supuesto esto ocasionar indiferencia y falta de respeto por parte de aqullos. sin respeto a la vida humana, el conocimiento slo conduce a la destruccin y la miseria. el cultivo respeto que se debe a los dems es parte esencial de la verdadera educacin; pero si el educador no posee esa cualidad, no puede ayudar

del a

sus alumnos a vivir una vida ntegra.

** capitulo ii la verdadera educaciN jiddu krishnamurti captulo 2, segunda parte la inteligencia es discernir lo esencial. para ello hay que estar libre de los impedimentos que la mente proyecta en busca de su propia seguridad y comodidad. el temor es inevitable mientras la mente busque seguridad. y cuando los seres humanos viven bajo alguna clase de control, se destruye el estado de viva atencin e inteligencia.

el fin de la educacin es cultivar las verdaderas relaciones que deben existir no slo entre los individuos, sino tambin entre stos y la sociedad. por ello es esencial que la educacin ayude ante todo al individuo a comprender sus propios procesos psicolgicos. la inteligencia consiste en comprenderse a s mismo y en proyectarse ms all de y sobre s mismo; pero no puede haber inteligencia mientras haya temor. el temor distorsiona la inteligencia y es una de las causas de la accin egocntrica. la disciplina puede reprimir el temor, pero no lo erradica; y el conocimiento superficial que recibimos en la educacin de hoy en da, simplemente lo disimula. cuando somos nios, el temor se nos inculca a la mayora de nosotros en la escuela y en el hogar. ni padres ni maestros tienen la paciencia, el tiempo, y la sabidura para disipar los temores instintivos propios de la niez, los cuales, segn vamos creciendo, dominan nuestras actitudes y nuestro criterio y nos crean muchos problemas. la verdadera educacin debe tener en consideracin este problema del temor, porque el temor deforma nuestra visin global de la vida. no tener miedo es el principio de la sabidura, y slo la verdadera educacin puede lograr la liberacin del temor, en la cual existe nicamente la profunda inteligencia creadora. el premio o el castigo por una accin, lo nico que hace es fortalecer el egosmo. actuar por el inters de otro, o en nombre de la patria o de dios, conduce al temor; y el temor no puede ser la base de una buena actuacin. si queremos ayudar al nio a que sea considerado con los dems, no deberamos usar el amor como soborno, sino que deberamos tomarnos el tiempo necesario y tener la paciencia de ensearle a ser considerado sin ms. no hay respeto a otra persona cuando por ello existe una recompensa; porque el soborno o el castigo se vuelven mucho ms importantes que el sentimiento de respeto. si no le tenemos respeto al nio, y slo le ofrecemos una recompensa o le amenazamos con un castigo, estimulamos la codicia y el temor. puesto que nosotros mismos hemos sido educados para actuar con miras egostas, no entendemos que pueda existir una accin libre del deseo de recompensa. la correcta educacin habr de estimular el pensar en los dems, y una actitud de consideracin hacia ellos sin atractivos ni amenazas de ninguna clase. si dejamos de buscar resultados inmediatos, comenzaremos a ver la importancia de que el educador y el nio estn ambos libres del temor al castigo, y de esperar recompensas, as como de cualquier otra forma de coaccin; pero la coaccin continuar mientras la autoridad forme parte de la relacin. someterse a la autoridad tiene muchas ventajas si se piensa en trminos de ganancias e intereses personales. pero una educacin basada en la progreso y en el beneficio personal slo puede edificar una estructura social caracterizada por la competitividad, el antagonismo y la crueldad. esta es la clase de sociedad en que hemos sido educados, y son evidentes nuestra animosidad y confusin. se nos ha enseado a doblegarnos ante la autoridad de un maestro, de un libro o de un partido, porque es provechoso hacerlo as. los especialistas en todos los compartimentos de la vida, desde el sacerdote hasta el burcrata, ejercen su autoridad y nos dominan; pero ningn gobierno, ni ningn maestro que use la coaccin podr dar jams origen al espritu de cooperacin en la vida de relacin, esencial para el bienestar de la sociedad. si hemos de tener verdaderas relaciones humanas los unos con los otros, no debe haber coaccin, si siquiera persuasin. cmo puede haber afecto y cooperacin genuinos entre los que tienen el poder y los sometidos a ese poder? mediante la consideracin desapasionada de esta cuestin de la autoridad y sus mltiples implicaciones, al darse uno cuenta de que el

mismo deseo de poder es en s destructivo, surge en seguida una comprensin espontnea de todo el proceso de la autoridad. desde el momento en que desechamos la autoridad, estamos en relacin con los dems, y slo entonces existe cooperacin y afecto. el problema real de la educacin es el educador. incluso un pequeo grupo de alumnos puede servirle de instrumento para su propia importancia, si utiliza la autoridad como medio para su propia liberacin, y si la enseanza es para l una expansiva realizacin de s mismo. pero el mero reconocimiento intelectual o verbal de los efectos demoledores de la autoridad, es estpida y vana. debemos tener una percepcin profunda de los ocultos mviles de la autoridad y del dominio. si vemos que la inteligencia nunca puede despertarse con la coaccin, el mismo darnos cuenta de ese hecho disipar nuestros temores, y entonces comenzaremos a crear un nuevo entorno, que no tendr nada que ver con el actual orden social, y lo trascender. para comprender el significado de la vida con sus conflictos y sufrimiento, tenemos que pensar con independencia de cualquier autoridad, inclusive la autoridad de la religin organizada. pero si en nuestro deseo de ayudar al nio, colocamos ante l ejemplos autoritarios, estaremos estimulando el temor, la imitacin y diversas formas de supersticin. los que tienen inclinaciones religiosas tratan de imponer al nio las creencias, esperanzas y temores que ellos a su vez han adquirido de sus padres; y los que son antirreligiosos sienten igualmente el mismo deseo de ejercer su influencia sobre el nio, para que acepte su modo particular de pensar. todos nosotros queremos que nuestros hijos acepten nuestra forma de culto, o que sigan de corazn nuestra ideologa preferida. es tan fcil enredarse en imgenes y frmulas, ya sean inventadas por nosotros mismos o por otros, que por eso se hace necesario estar siempre vigilantes y en actitud alerta. lo que llamamos religin es simplemente una creencia organizada, con sus dogmas, rituales, misterios y supersticiones. cada religin tiene su propio libro sagrado, su mediador, sus sacerdotes y sus frmulas para amenazar y sujetar a la gente. la mayor parte de nosotros hemos sido condicionados a todo esto, a lo cual se considera educacin religiosa; pero este acondicionamiento enfrenta a los seres humanos, crea antagonismo, no slo entre los creyentes, sino tambin hacia los que tienen otras creencias. aunque todas las religiones afirman que adoran a dios y dicen que debemos amarnos los unos a los otros, inculcan el temor con sus doctrinas de premios y castigos, y con sus dogmas competitivos perpetan la suspicacia y el antagonismo. los dogmas, los misterios y los rituales no llevan a la vida espiritual. la educacin religiosa, en su verdadero sentido, ha de estimular al nio a comprender su propia relacin con las personas, las cosas y la naturaleza. no hay existencia sin relacin; y sin el conocimiento propio toda relacin, sea con uno o con muchos, trae conflictos y sufrimiento. por supuesto que explicar todo esto a un nio es imposible; pero si el educador y los padres captan profundamente el pleno significado de la convivencia, entonces por su actitud, su conducta y su lenguaje, seguramente podrn transmitir al nio el sentido de una vida espiritual, sin muchas palabras ni explicaciones. lo que llamamos formacin religiosa es enemiga de cuestionar y dudar; sin embargo, slo cuando investigamos el significado de los valores que la sociedad y la religin nos muestran, comenzamos a descubrir lo que es verdadero. es funcin del educador examinar profundamente sus propios pensamientos y sentimientos, y desechar los valores que le han proporcionado seguridad y satisfaccin, pues slo entonces puede ayudar a sus alumnos a ser conscientes de s mismos y a comprender sus propios impulsos y temores.

la mejor poca para crecer en rectitud y claridad es la niez; y aquellos de nosotros que somos mayores podemos, si tenemos comprensin, ayudar a los jvenes a liberarse de los obstculos que la sociedad les ha impuesto, as como tambin de los que ellos mismos se crean. si la mente y el corazn del nio no estn moldeados por previos conceptos y prejuicios religiosos, entonces tendr libertad para descubrir mediante el conocimiento de s mismo, lo que est ms all y por encima de su yo. la verdadera religin no es un conjunto de creencias y ritos, esperanzas y temores. y si podemos permitir al nio que crezca sin estas influencias perjudiciales, entonces quizs, segn vaya adquiriendo madurez, comenzar a inquirir sobre la naturaleza de la realidad, de dios. por eso, para educar a un nio es necesario tener una profunda percepcin y comprensin. la mayor parte de los que tienen inclinaciones religiosas, que hablan de dios y de la inmortalidad, fundamentalmente no creen en la libertad individual ni en la integracin. sin embargo, la verdadera religin es el cultivo de la libertad en la bsqueda de la verdad. la libertad no puede ser puesta en tela de juicio. la libertad parcial del individuo no es libertad en absoluto. cualquier acondicionamiento, ya sea poltico o religioso, no es libertad, y por lo tanto no podr jams traer paz. la religin no es una forma de acondicionamiento. es un estado de tranquilidad en el cual se halla la realidad, dios. ese estado creativo puede darse tan slo con el conocimiento propio y la libertad. la libertad trae la virtud, y sin virtud no puede haber tranquilidad. la mente quieta no es una mente condicionada; no ha sido disciplinada ni adiestrada para estar quieta. la quietud llega solamente cuando la mente comprende su propia naturaleza, que es la naturaleza del "yo", del "ego". la religin organizada es el pensamiento congelado del hombre, a partir del cual edifica templos e iglesias; se ha convertido en solaz para los temerosos, y en opio para los afligidos. pero dios o la verdad, estn mucho ms all del pensamiento y de las exigencias emocionales. los padres de familia y los maestros, que reconocen los procesos psicolgicos que crean el miedo y la tristeza, deben poder ayudar a los jvenes a observar y entender sus propios conflictos y pruebas. si nosotros, siendo adultos, podemos ayudar a los nios, segn van creciendo, a pensar con claridad y desapasionadamente, a amar y no engendrar rencores, qu ms hay que hacer? pero si estamos constantemente peleando unos con otros, si somos incapaces de lograr la paz y el orden en el mundo, cambiando profundamente nuestra manera de ser, de qu valen los libros sagrados y los mitos de las diversas religiones? la verdadera educacin religiosa es la que ayuda al nio a comprender inteligentemente, a discernir por s mismo lo temporal y lo real, y a tener un enfoque imparcial de la vida. no tendra ms sentido empezar cada da en el hogar o en la escuela con algn pensamiento serio, o con un ejercicio de lectura que tenga profundidad y significacin, en vez de mascullar palabras o frases a menudo repetidas? las generaciones pasadas, con sus ambiciones, tradiciones e ideales, han trado al mundo miseria y destruccin. tal vez las generaciones venideras, con una verdadera educacin, puedan poner fin a este caos y establecer un orden social ms feliz. si los jvenes tienen el espritu de investigacin y buscan constantemente la verdad de todas las cosas, ya sean polticas o religiosas, personales o ambientales, la juventud tendr una gran significacin, y hay esperanza de un mundo mejor. la mayor parte de los nios son curiosos, quieren saber; no obstante su ansiedad de inquirir queda embotada por nuestras afirmaciones pontificales, nuestra impaciencia suprema y nuestra actitud de indiferencia, que aparta bruscamente a un lado su curiosidad. nosotros no estimulamos a los nios a que pregunten, porque estamos ms bien recelosos de lo que puedan preguntarnos; ni alentamos su descontento, porque

nosotros mismos ya hemos dejado de inquirir. la mayora de los padres y los maestros temen el descontento porque perturba todas las formas de seguridad; y por eso estimulan a los jvenes a superarlo mediante empleos seguros, herencias, alianzas matrimoniales y el consuelo de los dogmas religiosos. las personas mayores sabiendo las mltiples maneras de entorpecer la mente y el corazn, proceden a embotar al nio tanto como lo estn ellas, imponindole autoridades, tradiciones y creencias que ellas mismas han aceptado. slo animando al nio a cuestionar el libro, cualquiera que sea, a que investigue la validez de los valores sociales existentes, las tradiciones, las formas de gobierno, las creencias religiosas, etc., pueden los educadores y los padres de familia tener la esperanza de despertar y mantener la comprensin crtica y la profunda percepcin del nio. los jvenes, si es que estn realmente vivos, se sienten llenos de esperanzas e inquietudes. debe ser as, de lo contrario ya estn viejos y muertos. los viejos son los que una vez estuvieron descontentos, pero han tenido xito en apagar esa llama y han encontrado seguridad y consuelo de diversas maneras. anhelan obtener seguridades para ellos y sus familiares, y ansan con ardor la certeza en sus ideas, la seguridad en sus relaciones y en sus pertenencias; de modo que tan pronto se sienten descontentos, se abstraen en sus responsabilidades, en sus ocupaciones, o en cualquier otra cosa, a fin de eludir ese sentimiento perturbador de descontento. cuando somos jvenes estamos en la poca de sentir el descontento, no slo con nosotros mismos, sino tambin con todo lo que nos rodea. debemos aprender a pensar con claridad y sin prejuicios, para no sentirnos interiormente esclavizados y temerosos. la independencia no es para esa seccin coloreada del mapa que llamamos nuestro pas, sino para nosotros como individuos; y aunque exteriormente seamos dependientes unos de otros, esta mutua dependencia no se hace cruel ni opresiva, si internamente estamos libres del ansia de poder, posicin y autoridad. debemos entender el descontento, que tanto tememos. el descontento puede traer lo que parece ser desorden; pero si nos lleva, como debiera, al conocimiento propio, a la propia renuncia, entonces crear un nuevo orden social y una paz duradera. con la renuncia de uno mismo surge un gozo inconmensurable. el descontento es el camino que lleva a la libertad; pero para inquirir sin prejuicios, no debe haber ninguna exageracin emotiva, que a menudo se presenta en forma de reuniones polticas, gritos de combate, bsqueda de un "gur" o maestro espiritual u orgas religiosas de todas clases. este exceso emocional embota la mente y el corazn, incapacitndoles para intuir y por lo tanto hacindoles fcilmente moldeables por las circunstancias y el miedo. es el deseo vehemente de investigar, y no la fcil imitacin de la multitud, lo que ha de producir una nueva comprensin de la naturaleza de la vida. los jvenes se dejan persuadir muy fcilmente por el sacerdote o por el poltico, por el rico o por el pobre, a pensar de una determinada manera; pero la verdadera educacin debe ayudarles a vigilar estas influencias para no repetir frases hechas como loros, ni caer en la astuta trampa de la ambicin, ya sea la propia o la ajena. no deben permitir que la autoridad les sofoque el corazn y la mente. seguir a otro, por grande que sea, o adherirse a una ideologa que nos satisfaga, no va a contribuir a la paz mundial. cuando salimos de la escuela o de la universidad, muchos de nosotros echamos a un lado los libros y nos parece que ya hemos terminado con todo el aprendizaje; hay otros que sienten el estmulo de pensar con ms amplitud y siguen leyendo y absorbiendo lo que otras personas han dicho, convirtindose en adictos al conocimiento. mientras exista el culto al conocimiento o a la tcnica como medio para llegar al triunfo y al poder,

tiene que haber rivalidad despiadada, antagonismo y lucha incesante para ganarse el pan. mientras el xito sea nuestra meta, no podemos liberarnos del temor, porque el deseo de triunfar inevitablemente engendra temor al fracaso. por eso a los jvenes no se les debe inculcar el culto al xito. la mayor parte de la gente busca el triunfo en una y otra forma, ya sea en la cancha de tenis, en el mundo de los negocios, o en la poltica. todos queremos estar en el primer puesto, y ese deseo crea constante conflicto en nosotros mismos y con nuestros vecinos; nos lleva a la rivalidad, la envidia, la animosidad y finalmente a la guerra. de la misma manera que los mayores, la juventud busca xito y seguridad. aunque al principio est descontenta, pronto se vuelve respetable y no se atreve a ir en contra de la sociedad. los muros de sus propios deseos comienzan a encerrarles, se alinean con los dems, y finalmente asumen las riendas de la autoridad. su descontento, que es la misma llama de la investigacin, de la bsqueda y de la comprensin, se apaga y muere. en su lugar aparece el deseo de encontrar un puesto mejor, un matrimonio ventajoso o una carrera de porvenir; todo lo cual es la manifestacin del ansia de mayor seguridad. no hay diferencia esencial entre el viejo y el joven, pues ambos son esclavos de sus propios deseos y placeres. la madurez no es cuestin de edad; llega con la comprensin. el espritu ardiente de investigacin se encuentra tal vez ms fcilmente en los jvenes, porque los viejos han sido ya vapuleados por la vida, gastados por los conflictos, y slo les espera la muerte en una u otra forma. esto no significa que sean incapaces de hacer investigaciones con un propsito, sino que estas cosas les son ms difciles. muchos adultos son inmaduros, ms bien infantiles, y sta es una de las causas que contribuyen a la confusin y a la desdicha del mundo. son los viejos los responsables de la crisis moral y econmica prevaleciente. y una de nuestras ms desgraciadas flaquezas, es que siempre esperamos que alguien acte por nosotros y cambie el rumbo de nuestras vidas. esperamos que otros sean los que se rebelen y construyan de nuevo, mientras nosotros permanecemos inactivos hasta estar seguros de los resultados. la mayor parte de nosotros buscamos la seguridad y el xito. pero una mente que busca la seguridad, que ansa el triunfo, no es inteligente, y es por tanto incapaz de una accin integral. slo puede darse una accin integral si uno comprende su propio acondicionamiento, sus prejuicios raciales, nacionales, polticos y religiosos; es decir, si uno se da cuenta de que la naturaleza del "yo" es siempre separatista. la vida es un pozo de aguas profundas. uno puede acercarse a l con baldes pequeos y sacar poquita agua, o bien podemos ir con grandes vasijas y sacar mucha agua para alimentar y fortalecer. cuando se es joven se est en la poca de investigar y experimentar con todo. la escuela debe ayudar a los jvenes a descubrir su vocacin y sus responsabilidades, y no meramente atiborrar sus mentes con datos y conocimientos tcnicos; debe ser la tierra en la cual ellos puedan crecer sin miedo, feliz e ntegramente. educar a un nio es ayudarlo a comprender la libertad y la integridad. para tener libertad tiene que haber orden, que slo la virtud puede traer; y la integridad puede darse slo cuando hay una gran sencillez. partiendo de innumerables complejidades debemos llegar a la sencillez. debemos ser sencillos en nuestra vida interna y en nuestras necesidades externas. la educacin de hoy se ocupa tan slo de la eficiencia externa; desatiende totalmente o pervierte deliberadamente la naturaleza interna del hombre; desarrolla slo una parte de l y abandona el resto a su suerte. nuestra confusin, nuestro antagonismo y nuestros temores internos, siempre dominan la estructura externa de la sociedad, no importa lo noblemente que

sta haya sido concebida. cuando no hay verdadera educacin nos destruimos mutuamente, y la seguridad fsica de cada uno se vuelve imposible. educar bien al alumno es ayudarlo a entender el proceso total de su ser; porque slo cuando hay integracin de la mente y el corazn en cada accin cotidiana, puede haber inteligencia y transformacin interna. al ofrecer informacin y entrenamiento tcnico, la educacin debe, sobre todo, estimular una visin integral de la vida; debe ayudar al alumno a reconocer y a destruir en s mismo todas las distinciones y todos los prejuicios sociales, y disuadirlo de la bsqueda codiciosa de poder y de autoridad. debe estimular la verdadera observacin de s mismo y a que viva la vida en su totalidad, lo cual es no dar importancia slo a una parte, al "yo", a "lo mo", sino ayudar a la mente a ir por encima y ms all de s misma para descubrir lo real. se llega a la libertad nicamente mediante el conocimiento de uno mismo en los quehaceres cotidianos; es decir, en las relaciones con la gente, con las cosas, con las ideas y con la naturaleza. si el educador ayuda al estudiante a volverse ntegro, no puede acentuar de un modo fantico e irrazonable ningn aspecto particular de la vida. es la comprensin del proceso global de la existencia lo que produce la integracin Cuando hay autoconocimiento cesa el poder de crear ilusiones; y slo entonces es posible que la realidad o dios sea. los seres humanos deben ser ntegros si han de salir de cualquier crisis, especialmente de la presente crisis mundial, sin sufrir menoscabo. por lo tanto, para los padres y maestros que estn realmente interesados en la educacin, el principal problema es cmo desarrollar un individuo ntegro. para hacerlo, evidentemente el educador mismo debe serlo; de modo que la verdadera educacin es de suprema importancia no slo para los jvenes, sino tambin para los viejos, si quieren aprender y no estn ya anquilosados. lo que somos en nuestro fuero interno es mucho ms importante que la cuestin tradicional de qu se le debe ensear al nio, y si amamos a nuestros hijos, deberemos procurar que tengan verdaderos educadores. ensear no debe convertirse en la profesin de un especialista. cuando se es el caso, y as sucede con frecuencia, el amor se desvanece; y el amor es esencial en el proceso de la integracin. ser ntegro significa estar libre de temor. la ausencia de temor trae la independencia sin crueldad, sin desprecio para los dems, y ste es el factor ms esencial en la vida. sin amor no podemos resolver nuestros numerosos problemas conflictivos; sin amor el adquirir conocimientos slo aumenta la confusin y lleva a la propia destruccin. el ser humano integrado llegar a la tcnica mediante la experiencia, porque el impulso creativo crea su propia tcnica -y se es el arte supremo -. cuando un nio tiene el impulso creativo de pintar, pinta, sin cuidarse de la tcnica. de la misma manera, las personas que estn "viviendo", y por lo tanto enseando, son los nicos verdaderos maestros; y ellos a su vez crearn su propia tcnica. esto parece muy sencillo, pero es realmente una profunda revolucin. si lo pensamos bien, podemos ver el efecto extraordinario que tendr en la sociedad. hoy por hoy, la mayor parte de nosotros estamos agotados a los cuarenta y cinco o cincuenta aos de edad, por la esclavitud de la rutina, por causa de la sumisin, del temor y de la aceptacin. estamos acabados, aunque seguimos luchando en una sociedad que tiene muy poco sentido, excepto para los que la dominan y estn seguros. si el maestro ve esto y vive l mismo en realidad, entonces, cualesquiera que sean su temperamento y sus habilidades, su enseanza no ser asunto de rutina y s un instrumento de ayuda. para comprender a un nio tenemos que observarlo en sus juegos, estudiarlo en sus diferentes estados de nimo. no podemos imponerle nuestros propios

prejuicios, esperanzas y temores, o moldearlo de acuerdo con el patrn de nuestros deseos. si constantemente juzgamos al nio de acuerdo con nuestros propios gustos y antipatas, nos exponemos a crear barreras y obstculos en nuestras relaciones con l y en las suyas con el mundo. desgraciadamente, la mayora de nosotros deseamos formar al nio de manera que resulte satisfactoria a nuestras vanidades e idiosincrasias. la propiedad privada y el dominio nos ofrece diversos grados de comodidad y satisfaccin. por supuesto que este proceso no es la relacin, sino simple imposicin, y por lo tanto es esencial comprender el difcil y complejo deseo de dominar. asume muchas formas sutiles, y en su aspecto de propia rectitud, es muy obstinado. el deseo de "servir", con el anhelo inconsciente de dominio, es difcil de comprender. puede haber amor cuando se quiere poseer? puede haber comunin con aquellos que deseamos controlar? dominar es hacer uso de otro para la propia satisfaccin. y donde se utiliza a otro, no hay amor. cuando hay amor hay consideracin, no slo para los nios, sino tambin para todo ser humano. a menos que estemos profundamente conmovidos por el problema no hallaremos jams el verdadero camino de la educacin. el mero adiestramiento tcnico inevitablemente produce crueldad, y para educar a nuestros hijos tenemos que ser sensibles al movimiento total de la vida. lo que pensamos, lo que hacemos, lo que vivimos, es de importancia infinita porque crea el ambiente, y ese ambiente o bien ayuda al nio, o bien lo entorpece. es evidente, entonces, que aquellos de nosotros que estamos profundamente interesados en esta cuestin, tendremos que empezar por comprendernos a nosotros mismos, para as poder contribuir a la transformacin de la sociedad. nos responsabilizaremos de lograr un nuevo enfoque de la educacin. si amamos a nuestros hijos, no buscaremos la manera de acabar con las guerras? pero si meramente usamos la palabra "amor" sin contenido, entonces perdurar el complejo problema de la miseria humana. la solucin del problema est en nosotros. debemos empezar por comprender nuestras relaciones con nuestros semejantes, con la naturaleza, con las ideas y las cosas, porque sin esta comprensin no hay esperanza, no hay salida para el conflicto y el sufrimiento. educar a un nio requiere observacin inteligente y cuidado. los expertos y sus conocimientos no pueden jams reemplazar el amor de los padres, pero la mayora de los padres corrompen ese amor con sus propios temores y ambiciones, que condicionan y deforman la perspectiva del nio. somos muy pocos los que nos preocupamos por el amor. mas bien nos ocupados en alto grado de la apariencia del amor. la actual estructura social y educativa no ayuda al individuo a conseguir la libertad y la integracin; y si los padres tienen realmente el sincero deseo y la buena fe para que sus hijos crezcan en su ms completa capacidad integral, deben comenzar por alterar la influencia del hogar y dedicarse a crear escuelas con verdaderos maestros. la influencia del hogar y la de la escuela no deben ser contradictorias, por lo cual los padres y los maestros tienen que reeducarse. la contradiccin que tan a menudo existe entre la vida privada del individuo y su vida como miembro de la comunidad, provoca una lucha interminable dentro de l y en sus relaciones con los dems. este conflicto se estimula y se mantiene con una educacin errnea, y tanto los gobiernos como las religiones organizadas aumentan la confusin con sus doctrinas contradictorias. el nio se divide interiormente desde sus primeros aos, lo cual le acarrea desastres personales y sociales. si aquellos de nosotros que amamos a nuestros hijos y vemos la urgencia del problema, ponemos nuestra mente y nuestro corazn en ello, entonces, por pocos que seamos, a travs de la verdadera educacin y de un ambiente

hogareo inteligente, podemos ayudar a desarrollar seres humanos integrados. pero si, como tantos otros, llenamos nuestro corazn con las astucias de la mente, continuaremos viendo a nuestros hijos destruidos por la guerra, por el hambre y por sus propios conflictos psicolgicos. la verdadera educacin es consecuencia de la transformacin de nosotros mismos. tenemos que reeducarnos para no matarnos los unos a los otros por cualquier causa, por buena que sea, o por cualquier ideologa, no importa lo prometedora que aparentemente sea para la futura felicidad del mundo. debemos aprender a ser misericordiosos, a contentarnos con poco y a buscar lo supremo, porque slo as se conseguir la verdadera salvacin de la humanidad.