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90 CONTENIDOS II EL ORDEN "SEMIDEMOCRÁTICO" Y LA INESTABILIDAD POLÍTICA I LA REVOLu c, LIBERTADORA i LA "DESPERONlz ACIÓN"/ LA RESISTENCIA PERONISTA / LA S ALIDA ELECTORAL EL TRIUN ór--¡ FRONDlz l j EL DESARROLLISMO / Az ULES Y COLORADOS/ EL GOBIERNO DE ILUA I LA POÚTICA ECONó~~Dt LA CAÍDA DE ILLIA ¡ EL GOLPE DE 1966 J LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES Y CUL TURALES Aj 6 LA ARGENTINA ENTRE 1955 Y 1966 Luego del golpe de Estado que derrocó a Perón, la oposición intentó vedar la participación política del peronismo. La exclusión de las organizaciones obreras la recurrencia de golpes militares, deslegitimaron a la democracia como espaci: de resolución de conflictos. Los gobiernos del período buscaron integrar al país a los nuevos requerimientos de la econ9mía mundial y asegurar el desarrollo. En 1955, la Argentina se adecuó al mundo de y otros se volvieron actores políticos de una importancia insoslayable. posguerra y Guerra Fría que promovía la conso- lidación de gobiernos partidarios del libre mer- cado y la apertura al capital extranjero. Una vez derrocado Perón, las fuerzas que conforma- ban el heterogéneo arco opositor se propusie- ron construir una democracia que excluyera al peronismo. En el aspecto económico, buscaron transformar el aparato productivo y fomentar el desarrollo de la estructura industrial. El princi- pal debate económico se centró en el tema de la aceptación o el rechazo de la inversión ex- tranjera directa. El principal debate cultural, en cambio, se centraba en el fenómeno pero- nista. En el ámbito sindical, se enfrentaron los lí- deres dispuestos a luchar para conservar su po- der y sus conquistas, con aquellos más proclives a negociar con los gobiernos del perío do. U nos Hasta 1966, cada una de las fuerzas en pugna estuvo en condiciones de bloquear los proyectos de sus rivales, pero era incapaz de imponer el propio. Por ello, los historiadores hablan de un "empate" a la hora de ca.racteri- zar a la situación política del período. Para los gobiernos civiles de la época, ganar eleccio- nes sin contar con el voto peronista, así como mantenerse en el poder sin el aval del Ejército, resultó muy difícil . Cada vez que el orden pos- peronista pareció peligrar, los militares impu- sieron su voluntad por la fuerza. La alternancia de "semidemocracias" y golpes militares des- valorizó los canales institucionales de resolu- ción de conflictos e hizo emerger a la violencia como fo rma de acción política. El presideme constitucional Arturo Frondizi recibe la visita del militar Pedro Eugenio Aromburu, pocos días antes de su derrocamiento. ,J

LA ARGENTINA ENTRE 1955 Y 1966 · 2020. 9. 14. · 90 contenidos ii el orden "semidemocrÁtico" y la inestabilidad polÍtica i la revoluc, libertadora i la "desperonlz aciÓn"/ la

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CONTENIDOS II EL ORDEN "SEMIDEMOCRÁTICO" Y LA INESTABILIDAD POLÍTICA I LA REVOLuc, LIBERTADORA i LA "DESPERONlz ACIÓN"/ LA RESISTENCIA PERONISTA / LA SALIDA ELECTORAL EL TRIUN ór--¡ FRONDlz l j EL DESARROLLISMO / Az ULES Y COLORADOS/ EL GOBIERNO DE ILUA I LA POÚTICA ECONó~~ Dt LA CAÍDA DE ILLIA ¡ EL GOLPE DE 1966 J LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES Y CULTURALES Aj

6 LA ARGENTINA ENTRE 1955 Y 1966

Luego del golpe de Estado que derrocó a Perón, la oposición intentó vedar la participación política del peronismo. La exclusión de las organizaciones obreras la recurrencia de golpes militares, deslegitimaron a la democracia como espaci:

de resolución de conflictos. Los gobiernos del período buscaron integrar al país a los nuevos requerimientos de la econ9mía mundial y asegurar el desarrollo.

En 1955, la Argentina se adecuó al mundo de y otros se volvieron actores políticos de una importancia insoslayable. posguerra y Guerra Fría que promovía la conso-

lidación de gobiernos partidarios del libre mer-cado y la apertura al capital extranjero. Una vez derrocado Perón, las fuerzas que conforma-ban el heterogéneo arco opositor se propusie-ron construir una democracia que excluyera al peronismo. En el aspecto económico, buscaron transformar el aparato productivo y fomentar el desarrollo de la estructura industrial. El princi-pal debate económico se centró en el tema de la aceptación o el rechazo de la inversión ex-tranjera directa. El principal debate cultural, en cambio, se centraba en el fenómeno pero-nista. En el ámbito sindical, se enfrentaron los lí-deres dispuestos a luchar para conservar su po-der y sus conquistas, con aquellos más proclives a negociar con los gobiernos del período. Unos

Hasta 1966, cada una de las fuerzas en pugna estuvo en condiciones de bloquear los proyectos de sus rivales, pero era incapaz de imponer el propio. Por ello, los historiadores hablan de un "empate" a la hora de ca.racteri-zar a la situación política del período. Para los gobiernos civiles de la época, ganar eleccio-nes sin contar con el voto peronista, así como mantenerse en el poder sin el aval del Ejército, resultó muy difícil. Cada vez que el orden pos-peronista pareció peligrar, los militares impu-sieron su voluntad por la fuerza. La alternancia de "semidemocracias" y golpes militares des-valorizó los canales institucionales de resolu-ción de conflictos e hizo emerger a la violencia como fo rma de acción política.

El presideme constitucional Arturo Frondizi recibe la visita del militar Pedro Eugenio Aromburu, pocos días antes de su derrocamiento.

,J

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La "Revolución Libertadora" y la "desperonización" de la sociedad

La autodenominada "Revolución Libertado-ra" que derrocó a Perón, contó con el apoyo de un frente civil, eclesiástico y mi.litar. Pronto, el gobierno se declaró "provisional" y explicitó su intención de restaurar el orden c:ünstitucional en el corto plazo. El militar Edu2rdo Lonardi, que presidió el país durante ur: :, r,::ve lapso, de-claró que en el nuevo gob :-. ,-,,: ,.,e habría "ni vencedores ni vencidos", y ::L.- j: recuperar los aspectos nacionales y popv:::,t,; del proyecto peronista, aunque se compnr".etió a combatir la demagogia y la corrupGór'. que, según con-sideraba, habían caracterizado al gobierno de-puesto. En esa línea, nom bró a nacionalistas católicos para ocupar ministerios importan-tes y trató de acordar con las fuerzas sindica-les peronistas.

Sin embargo, dentro del gobierno también existía un ala dura, liderada por el vicepresi-dente Isaac Rojas, cuyo bastión era la Marina, que mantenía posiciones más intransigentes frente al peronismo. Para oponerse a la línea de Lonardi, quien respetó la libertad sindical Y se opuso a intervenir la CGT, Rojas instó a la conformación de una Junta Consultiva Nacio-nal, integrada por casi todos los partidos políti-cos (con excepción del Partido Comunista, que se negó a participar). Esta cuestión era central, ya que el respeto de las posiciones alcanzadas por la dirigencia sindical ponía serias trabas a quienes deseaban una pronta restauración de la autoridad patronal en las fábricas.

Finalmente, en noviembre de 1955, presio-nado por los sectores más intransigentes con el peronismo, Lonardi renunció a su cargo. Le sucedió el general Pedro Eugenio Aram-buru, quien contó con el respaldo inicial de conservadores, socialistas, demócratas cris-tianos y radicales. Por otro lado, el vicepresi-dente Rojas continuó en su cargo. El ascenso de Aramburu marcó una nueva etapa, carac-terizada por el intento de desmantelamiento

Los _militares Pedro Eugenio Aramburu (frente al micrófo-no) e Isaac Rojas (a su lado), líderes del ala intransigente antiperonista, en diciembre de 19 55.

del aparato peronista, con el objetivo de elimi-nar todo rastro del régimen depuesto y "rege-nerar la democracia''. Para lograrlo, considera-ban necesario reeducar a las masas peronistas y disolver su identidad política. Este proceso, que los especialistas denominaron "despero-nización''. combinaba la persuasión con la re-presión: el Partido Justicialista fue disuelto; los partidarios del gobierno derrocado fueron ex-pulsados de la administración pública, los me-dios de comunicación y las universidades, y los funcionarios que actuaron durante el peronis-mo fueron inhabilitados para acceder a cargos públicos, e incluso algunos fueron apresados. Asimismo, se intervinieron la CGT y los sin-dicatos, se derogó la Constitución de 1949 y se prohibió el uso de símbolos que identifica-ban al peronismo, así como la sola mención del nombre Perón, quien pasaría a ser llama-do públicamente "el tirano prófugo".

ACTIVIDADES

1. Realicen un cuadro que compare las po-. . d Lonardi y Aramburu frente al s1c1ones e

peronismo.

E 'ban con sus palabras una definición 2. sen . . . ,, del concepto de " desperon1zac1on .

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La resistencia peronista y los cambios en el movimiento obrero

Una vez que el ala dura -a la cual los pe-ronistas despectivamente llamaron gorila-asumió el poder, los militares se abocaron a la tarea de "desperonizar" a los trabajadores. Para lograrlo, primero debían remover a las cúpulas sindicales.

Además, la clase obrera también debió re-sistir el avance patronal. Los empresarios bus-caban maximizar el proceso de producción, congelar los salarios y limitar las conquistas laborales. El gobierno avaló ese avance a tra-vés de la prohibición de las huelgas, y la sus-pensión de las negociaciones colectivas y las comisiones internas de delegados fabriles.

La experiencia fortaleció aún más la iden-tidad peronista de los trabajadores. Desde sus barrios y sus organizaciones de base, formaron los llamados "comandos de la resistencia pero-nista'; que desafiaban al gobierno militar a tra-vés de acciones directas. Al principio, actuaban de forma inconexa, aunque luego comenzaron a hacerlo de manera coordinada.

Estos comandos realizaban pintadas ( como la clásica "Perón vuelve"), entonaban la mar-cha peronista en los lugares de trabajo, y re-currían a acciones de sabotaje en las fábricas

EL PERONISMOY LAS DIVISIONES PARTIDARIAS

Entre 1955 y 1957, la opción de integrar o excluir al peronismo del sistema político originó una cre-ciente presión social, así como divisiones en las fuerzas políticas, especialmente a partir de los fu-silamientos de 1956. El socialismo se dividió entre quienes eran afines al gobierno ( el Partido Socia-lista Democrático, presidido por Américo Ghioldi) y aquellos que se oponían, liderados por José Luis Romero y Alicia Moreau. El radicalismo también se escindió. La Unión Cívica Radical del Pueblo (ucRP) siguió reconociendo el liderazgo de Francisco Balbín. La Unión Cívica Radical Intransigente (uCRI), presi-dida por Arturo Frondizi, prefería acordar con el peronismo para dar legitimidad al sistema. El Par-tido Comunista, por su parte, permaneció unido y se acercó a la lucha de los obreros peronistas.

y ,tentados con bombas mm,, cooocidT como "caños''.

Hacia 1957, era evidente que la estrategia del gobierno de eliminar la identidad peronista y "educar democráticamente" a los obreros ha-bía fracasado. Tras la normalización de la acti-vidad sindical, la dirigencia peronista ganó la mayoría de sus elecciones, con un claro predo-minio sobre los dirigentes comunistas.

La CGT, reorganizada alrededor de las lla-madas "62 Organizaciones Peronistas'; asumió el rol de portavoz gremial y político del par-tido peronista. Alentada por Perón, que aún desde el exilio mantenía el poder de arbitrar en las disputas internas del movimiento, la central sindical se transformó en la "columna vertebral" y e! garnnt<: de la supervivencia del peronismo.

Dentro del EJ¿r,-it, i t,unbién existieron divi-siones. En l 9:i6~ e; • .. : n;;ral peronista Juan José Valle lideró un fofj,l; :1b:amiento militar con el apoyo de un ~ccfor de la población civil. Una vez sofocado el a]zami,~nto, el gobierno aplicó la ley marcial y los jefes militares involucrados fueron fusilado, . Además, se asesinó ilegalmen-te a civiles en un basural de José León Suárez, en la provincia de Buenos Aires.

Manifestante peronista detenido durante una manife5to· ción, en 1956.

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Un rumbo económico indefinido

El carácter provisional del gobierno de Aramburu no permitió definir una orienta-ción económica determinada, ya que se con-sideró que las grandes decisiones debían ser tomadas por el gobierno siguiente. Las dis-cusiones acerca de la liberalización de la eco-nomía, el nivel de intervención estatal, 0 la conveniencia de nacionalizar o privatizar em-presas, eran demasiado relevantes para ser re-sueltas en un gobierno de transición.

El economista Raúl Prebisch, mentor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepa!) , elaboró un plan ambicioso, basado en políticas ortodoxas de estabilización y apertura económic". Entre estas políticas, se encontraba la reduccic',:-, del gasto público y el impulso a la producc.i ,.,,~ de energía, para su-perar el déficit en m ak ; ::,, de comunicaciones, transporte y extracci(jn de hidrocarburos; el apoyo a la industri2:, jH: a aumentar su pro-ductividad y eficienr'.a, y el incentivo a las ex-portaciones agrarias, para superar la escasez de divisas. Sin embargo, se siguió una débil política económica liberal, que fracasó en su objetivo de atraer capitales extranjeros.

El gobierno se limitó a cambiar el esque-ma económico peronista y, con ese fin, anuló el control sobre los depósitos bancarios y las herramientas de intervención estatal (como el IAPI), devaluó el peso y modificó el tipo de cambio, para estimular las exportaciones agrarias. El sector rural fue beneficiado con medidas impositivas, que mejoraron su ren-tabilidad y contribuyeron a la reducción del saldo negativo en la balanza comercial.

Una decisión trascendente del período fue el ingreso del país a dos organismos financie-ros internacionales: el Fondo Monetario In-ternacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Desde 1958, el país pudo acceder a créditos de esas instituciones, para lo cual debió imple-mentar "planes de estabilización" basados en ajustes salariales, reducción de aranceles adua-

Pedro Eugenio Aramburu comunica medidas económi-cas, en 1957.

neros y facilidades para el ingreso de capital extranjero.

La caída del salario real generó fuertes huelgas y resistencias. Ante esa situación, el gobierno militar apeló tanto al diálogo como a la represión. En ese contexto, los gremios pe-ronistas, nucleados en las 62 Organizaciones, fueron reconocidos como organizaciones lega-les con capacidad de negociación.

Los militares no lograron los resultados económicos que se habían propuesto, ya que el consumo cayó, el volumen de importacio-nes de petróleo y bienes de capital no se re-dujo, la balanza comercial continuó siendo desfavorable y el país inició un largo camino de endeudamiento con acreedores externos. En 1957, ante los problemas económicos y la presión sindical, el gobierno inició su retirada y convocó a elecciones para el año siguiente.

ACTIVIDADES

1 ·Cuáles fueron las principales medidas e~~nómicas recomendadas en el llamado "Informe Prebisch"?

2 ·Cuáles fueron los sectores más benefi -: t la olítica económica del gob1er-

c1ados por b P 1 . y los más perjudicados/ no de Aram uru . t

3 · Fue exitosa la gestión económica del go-• t ' I bierno/ ¡Por que .

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El triunfo de Frondizi

Aramburu aceptó la vuelta a la legalidad de-mocrática con la condición de que el peronismo continuara proscripto. En 1957, con el objetivo de completar la "desperonización'' antes de dejar el gobierno, los militares convocaron a eleccio-nes para una Convención Constituyente, que de-bía restaurar la Constitución de 1853 y derogar la de 1949. Además, la convocatoria permitiría medir las posibilidades de los partidos políticos en las futuras elecciones presidenciales. Perón ordenó a sus partidarios que votasen en blanco, y esta opción se impuso con el 24% de loa vo -tos. El porcentaje de votos en blanco fue superic- ;-al de los votos obtenidos por ia uc m de A.r '1r o Frondizi, la UCRP de Ricardo Baibín y o tr,:,a. -:i8, -

tidos, como el Socialista, el Dm 1ó,:!·~,,\ \· e: ·:.>::-mócrata Cristiano. ·

La Convención tuvo poco éxito; 10 ,:c:11., .,'." retiró a poco de comenzar y le siguk w r; (>l rvs partidos. Así, se hizo evidente la dificultad ,1:ie tenían las fuerzas políticas para acordar re~las comunes que les permitieran encarar la siguien -te etapa. La Convención solo logró incorporar los derechos sociales y de huelga a la Constitu-ción de 1853, a través del Artículo 14 bis.

El fracaso de la Convención también corro-boró la permanencia de la identidad peronista y demostró que, para ganar las elecciones, era im-prescindible contar con el voto de los seguido-res de Perón. Frondizi comprendió esta cuestión Y actuó en consecuencia: su discurso de campa-

N Arturo Frondizi saluda durante su desf,/e de asunción en /%a •

ña electoral hizo hincapié en las ideas de · d In U-sión social y modernización económica y , reto-mó consignas yrigoyenistas y populares.

Exiliado en Santo Domingo, Perón bus-có fortalecer su posición dominante dentro del movimiento. Por ello, no apoyó a las fuerzas del neoperonismo que, con nombres como los de Unión Popular o Partido Populista, intentaban presentarse como herederas del caudillo, y pre-firió respaldar públicamente a Frondizi. Esta de-cisión term inó de sellarse con un acuerdo entre su delegado, John William Cooke, y el principal colaborador de Frondizi, Rogelio Frigerio, quien, además, se comprometía a legalizar al peronis-m,, , declarar una amnistía y garantizar la acción de los gremios, la reconstitución de la CGT y la n, i::s tauración de las negociaciones colectivas h:.s,tdas en sindicatos nacionales centralizados, ,;omo en los tiempos de Perón.

En este contexto, las 62 Organizaciones aca-taron la orden de Perón. Una minoría militante que valoraba la experiencia de la resistencia y la acción insurreccional, en cambio, prefirió votar en blanco, ya que creían que, de esa manera, po-dían forzar un pronto retorno del líder al país.

Frondizi buscó ensanchar su base políti-ca al presentarse, además, como una opción atractiva tanto para las fuerzas progresistas y de izquierda como para algunos sectores con-servadores. Finalmente, en 1958, ganó con el 41, 7% de los votos, gracias a un apoyo electo-ral que incluía a católicos, ateos, nacionalistas, comunistas y peronistas.

UN PODER LIMITADO

El 1 º de mayo de 1958. c~ando asumió su prel sidencia, Arturo Frondizi tenía un amplio poder ' institucional [ ... ] pero su poder real estaba con-dicionado, en parte por el peronismo. que le ha-bía prestado sus voto~. y en parte por las Fuerzas Armadas, decididas a tutelar a un presldente del que desconfiaban. Antes de qwe es¡¡ poderosa pin-za comenzara a operar. Frt;indizi dispuso oe cuatro meses para lanzar con, líbertad sus iniciativas,

luciano de PriviteOo y WsAlberto Romero. GnnJes IJoo,¡os de k, f/istaic~. ~Buenos~ 21XX).

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uesta desarrollista La ap frondizi buscó superar el_estancamiento ge-d Por el modelo populista al combinar el nera o

Por el libre mercado con el desarrollo in-respeto ·a1 impulsado por el capital extranjero. Para dustn apoyos que le permitieran llevar adelan-aanar

0

proyecto desarrollista, el presidente inten-te su , gociar concesiones con distintos sectores to ne ,

como los militares, la Iglesia y los intelectuales. A poco de asumir, el nuevo gobierno lan-

zó una serie de medidas importantes: permitió al peronismo usar sus símbolos, dictó una am-nistía, sancionó la Ley de Asociaciones Profesio-nales, aumentó los salarios un 60% y ordenó su negociación por industria, en detrimento de las minorías gremiales, para aquietar al sindicalismo peronista. Las medidas preocuparon a las Fuer-ras Armadas, la derecha antiperonista y la UCRP,

ya que iban en un sentido contrario al sosteni-do por quienes habían apoyado al gobierno de la "Revolución Libertadora''.

La política económica Hrrc,ulsó la promoción industrial y la atracción Je <':"'.'lpresas e inversio-nes extranjeras, con cláu;,u ::~ amplias para repa-triar ganancias y capitab. ,:_;·,ra meta importante era la disminución de la i,cportación petrolera. Para ello, se negoció cor; empresas foráneas la exploración y explotación conjunta de las reser-vas de hidrocarburos con YPF. Además, se encaró una "batalla del aceró '. para lo cual se abrió una planta estatal en San Nicolás de los Arroyos.

Las medidas pronto comenzaron a dar resultados: disminuyó considerablemente la importación de bienes de capital y casi se al-canzó el autoabastecimiento petrolero, se tri-plicó el volumen de producción de acero, se expandió la industria automotriz, Y las inver-siones extranjeras pasaron de 20 m1 one ·11 s de dólares, en 1957, a 348 millones, en 1961.

El programa económico de Frondizi, sin e~-bargo, alejó a la izquierda antiimperialiSta Y ~m-versitaria, que ya estaba molesta por sus medidas educativas, las cuales establecían la enseñanza

- , tre otras cosas, la terciaria libre que perm1t1a, en

~rturo Frondizi con su ministro de Economía, el liberal Alvaro Alsogaray, en 1959.

educación confesional. Estos sectores acusaban a Frondizi de haber traicionado el carácter de las reformas prometidas en su campaña electoral.

En 1959, por la fuerte inflación y los desequi-librios comerciales, se solicitaron créditos al FMr

y se nombró al liberal Álvaro Alsogaray como nuevo ministro de Economía. Lejos del desarro-llismo, Alsogaray aplicó recetas ortodoxas, como la devaluación de la moneda, el congelamiento de salarios y la supresión de controles estatales,

Las medidas incrementaron la protesta sin-dical y multiplicaron las huelgas, Frente a ello, Frondizi buscó controlar la calle a través del Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado), que militarizó las zonas fabriles y otorgó al Ejército un amplio margen para reprimir protestas.

Desde 1958, los militares hostigaron a Fron-dizi con sucesivos "planteos'; y los rumores sobre un posible golpe atravesaron todo su mandato. La situación empeoró en 1961, cuando se deci-dió rehabilitar electoralmente al peronismo.

PLANTEOS MILITARES Y POLÍTICA EXTERIOR

Las Fuerzas Armadas se opusieron al modo en que Frondizi manejó las relaciones internacionales. En la reunión de la OEA de 1961, en Punta del. Este, la Argentina se abstuvo de votar la exclus1on de Cuba del sistema interamericano, p~~puesta por los Estados Unidos, junto a la llamada ~hanza para el Progreso". Frondizi pensó que pod1a interme-diar entre Kennedy y Fidel Castro, y por ello se reunió en secreto con el Che G,uevara en B~e~o: A. s· n embargo, la informac1on trascend10 y o

1res. 1

. . A rralado el militares le exigieron explicaciones. co . ' . . ., 'ormalmente las relaciones di-gobierno romp10 "

2 plomát icas con Cuba, en febrero de 196 .

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El derrocamiento de Frondizi y la interna militar

La reticencia a romper relaciones con Cuba y la decisión de permitir la participa-ción del peronismo en las elecciones para go-bernador de marzo de 1962, precipitaron la

caída de Frondizi. Las elecciones demostraron la fuerza elec-

toral del peronismo, que se impuso en varias provincias, como Buenos Aires, donde triunfó el gremialista Andrés Framini. Las Fuerzas Ar-madas, inquietas, impidieron que los candida-tos peronistas electos asumieran sus cargos y obligaron al presidente a intervenir varios dis-tritos. Pese a que Frondizi actuó en consecuen-cia, no pudo evitar que exigieran su renuncia, a la cual se negó. Como consecuencia, fue apre-sado y enviado a la isla Martín García.

Su vicepresidente, Alejandro Gómez, ha-bía renunciado en 1958. Por lo tinto, !os n:H-litares intentaron dar legal idad irn; tirnd0n;;l a la situación y nombraron comn ~1ffs: uc:r: t,. de la Nación al titular del Sen2do, ]o.,~ HJ. ría Guido, un político dé, :i l ,r,i: a ;;u ló iai elecciones, disolvió el Congreso, ii~tervi:w las provincias, prohibió al Pa:-tido Comu-nista y eliminó la Ley de Asociaciones Pro-fesionales . Así, dañó el accionar de los sin-dicatos y condenó al peronismo a volver a la clandestinidad.

EL ºPECADO ORIGINAL DEL PACTO"

Los medios liberales y conservadores tradicionales se regocijaron con el desenlace que deseaban des-de siempre. "Las Fuerzas Armadas se vieron obli-gadas a derrocar la nueva dictadura que se había entronizado subrepticiamente, gracias a las al ianzas inconfesables y el apoyo del comunismo interna-cional", puede leerse en una declaración de no-tables académicos aparecida en La Prensa. ·En una editorial del 22 de abril, el mismo diario sacab.a 'la lección de la crisis: el gobierno instaurado en ·1958

• siempre se había resentido por el '"pecado original del Pacto".

Alain Rouquié,f\:ido' nii!tlr y ,oo,,:Jod r,:Jílíal .., 1oA,genrm (1943-1973). Buenos..,,.,, f¡J,e¡~1982

Azules y colorados

La situación del nuevo presidente era , aun más complicada por el agravamiento de las d. . IVJ-

siones internas en las Fuerzas Armadas. El posicionamiento frente al peroriismo divi-

dió a los militares en facciones opuestas. Los gol-pistas -o "colorados"-, de tradición liberal y con la Marina como principal bastión, querían elimi-nar todo rastro peronista. En cambio, los legalis-tas -o "azules"-, en su mayoría oficiales del Ejér-cito y la Aviación, buscaban una solución política que recuperase el rol profesional de las Fuerzas Armadas. Hasta 1962, esta facción había defen-dido a Frondizi y se oponía al retorno de Perón, aunque toleraba una salida electoral que habili-tase al peronismo, siempre y cuando no formara parte de un futuro gobierno.

Entre abril y septiembre de 1962, se produje-ron algunos combates armados entre ambas fac-.: iones, principalmente en la Ciudad de Buenos .'\ires, La Plata y otras ciudades del conurbano bm',,ercnse. Los "azules" lograron imponerse y "'' líder, Juan Carlos Onganía, fue elegido Co-ma!s<lante del Ejército. El triunfo de los "legalis-tas" 1_1bhgó a Guido a convocar a elecciones para julio de 1963, con el peronismo proscripto. Las elecciones fueron ganadas por la fórmula de la ucRP Illia-Perette, con solo el 25% de los votos, seguida de la UCRI y Udelpa, un partido de dere-cha que postulaba la candidatura de Aramburu.

José María Guido, un presidente controlado por los mi/ita· res, en I 962.

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b. rno de Arturo lllia El go ,e r elegido presidente, Illia necesitó el para se

0 de otros partidos en el Colegio Electo-

apoY .. 6 su gestión sin quórum propio en la ral. 1010

de Diputados y con una grave falta de cámara ntación dentro de sectores de peso en la represe

·da olítica argentina, como el empresariado, VI p · d' 1 il '

Onismo los sm 1Catos y os m 1tares. eiper ' . Jllia defendió el rol activo del Estado en la

economía y la regulación de sus áreas clave; su política económica incorporaba ideas keyne-sianas y de la Cepa!, aunque parecía responder más a una situación coyuntural que a un plan.

En noviembre de 1963, anuló los contra-tos petroleros de Frondizi, lo cual irritó a la ucRI y a los grupos vinculados al capital ex-tranjero. Las indemnizaciones pagadas a los grupos afectados generaron críticas de los sec-tores antiimperialistas. A partir de 1964, tam-bién debió enfrentar a los gremios peronistas, que se opusieron a su intento de democratizar las organizaciones sindicales mediante la re-forma de la Ley de Asociaciones Profesiona-les. La CGT reaccionó con un masivo plan de lucha: miles de fab ricas, comercios y campos fueron ocupados "por :iempo indetermina-do" por los trabajadorc, . lllia intentó pacificar la situación, pero lo;; étnpresarios y militares consideraron que SD acti tud era insuficiente para resolver la situación .

La interna sindicai

La CGT también sufrió fuertes tensiones. La burocracia sindical, liderada por José Alon-so, del gremio textil, en un principio no esta-ba de acuerdo con enfrentar sindicalmente al gobierno. Además, existían desacuerdos acer-ca de cuál debía ser la relación de los jefes sin-dicales con la dirigencia política neoperonista, así como una puja por ver quién se imponía como líder de la central obrera. El jefe natural de las 62 Organizaciones era el dirigente meta-lúrgico Augusto Timoteo Vandor, visto por el

El presidente Arturo 11/ia (centro), rodeado por las fuerzas de seguridad.

gobierno como el principal referente del pero-nismo organizado. Ambos líderes gestaron un plan de lucha contra el gobierno: la estrategia era "golpear para después negociar''. Vandor, el principal exponente del neoperonismo, seguía respaldando la idea del "doble juego" político y sindical, e intentaba liderar un partido sindi-cal, autónomo del ala política peronista e, in-cluso, del mismo Perón. Desde el exilio, el líder justicialista contrarrestaba los planes de Van-dor, para asegurar su autoridad.

Otra rama sindical estaba conformada por los "independientes", que se oponían al van-dorismo. Su líder, Armando March, prefería restringir la protesta a los reclamos labora-les provenientes de las bases. Esta rama aban-donó la CGT, en desacuerdo con el ala política, que decidía unilateralmente sobre las formas de acción gremial. Una última rama sindical incluía a los "combativos': que aceptaban el do-ble objetivo sindical y político de la lucha, pero repudiaban las pretensiones de Vandor de lide-rar el movimiento sin Perón.

ACTIVIDADES

1. Escriban un breve texto que explique con sus palabras las características, los objetivos y la composición de los "azules" y "colorados".

2. · Qué factores debilitaron al gobierno de ' .. 1 lllia desde el momento de su asunc1on.

l . Realicen un cuadro que compare las co-rrientes sindicales del período 1963-1966.

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El derrocamiento de lllia

En 1965, Illia habilitó la participación del peronismo en las elecciones legislativas, aun-que con la prohibición de invocar el nombre de Perón. Los neoperonistas y la cGT formaron la Unión Popular, que obtuvo el 36% de los votos, superó a la ucRP y logró muchas bancas en el Congreso. Esta situación alertó a los militares e, incluso, al propio Perón, que asistía a un triun-fo de su partido en el cual no había tenido parti-cipación. En 1965, el jefe del justicialismo envió al país a su esposa María Estela Martínez - co-nocida como "Isabel" para reforzar su autori-dad como único líder del movimiento y limitar las ambiciones de Vandor. ImneJíatarnente, José Alonso rompió con Vandor y ere(;;,;~ "6? Orga-nizaciones de Pie junto a Pe:ón''. r :e:,,i:-: entonces, el choque armado entre ambas f¿;:,:;i1_mes sindi-cales se hizo frecuente. En las e1::J,t'ne~ mendo-cinas de 1966, Perón y Va:rid, n :¡p;;_;yarnn a dis-tintos candidatos peronistas, para medir fuerzas electorales. Ninguno ganó la elección, pero el candidato de Perón aventajó al de Vandor.

Las relaciones de Illia con el sector empresa -ria! también fueron difíciles. La cuestión del pe-tróleo, así como el control de precios y las ope-raciones cambiarías, preocuparon a los grupos liberales, que cuestionaron el perfil intervencio-nista del gobierno. La ley que congelaba el pre-cio de los medicamentos, considerados como "bienes sociales", también generó oposiciones en la industria química y farmacéutica. La in-certidumbre económica provocó la disminución de las inversiones a largo plazo. La rescisión de los contratos petroleros, por su parte, complicó el refinanciamiento de la deuda externa con el FMI. Aunque según los datos objetivos de la eco-nomía, el PBI había crecido un 8% entre 1964 y 1965, y habían crecido el consumo y el empleo, la opinión pública percibía un contexto de crisis.

Arturo 1/lia se dirige a la opinión pública, en 1965.

1963, había surgido un foco guerrillero en Salta. Aunque fue sofocado por el gobierno, las Fuerzas Armadas incrementaron su desconfianza hacia la democracia como un sistema político idóneo para contener el avance del marxismo.

Los estudiantes universitarios también cues· tionaban a Illia, especialmente por su decisión de no condenar la intervención estadounidense en República Dominicana, en 1965.

Por último, la prensa contribuyó a socavar la imagen del presidente, al que representaban con cuerpo de tortuga, por su aparente lentitud en la toma de decisiones. Pronto, se instalaron en la sociedad las ideas de "atraso" y "vacío de podet Casi todo el espectro ideológico, de derecha a iz-quierda, menospreció el valor de la democracia. El 28 de junio de 1966, las Fuerzas Armadas de-rrocaron a Illia e instauraron una dictadura que se proponía "objetivos, y no plazos''.

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La coyuntura también preocupaba a los mi-litares, quienes consideraban que el poder sin-dical iba en ascenso y temían un posible triunfo peronista en los comicios de 1967. Además, en Derrocamiento del presidente /J/ia, en J 966.

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Los cambios sociales y culturales

La década de 1960 fue un período de fuer-tes innovaciones culturales en todo el mundo, que cuestionaron las tradiciones sociales y las ideas políticas del pasado. La Argentina no fue la excepción. El crecimiento de la clase media asalariada y la vigencia del Estado de Bienestar expandieron el mercado de consumo. La rup-tura con "lo viejo" fue liderada, especialmente, por los jóvenes, que se transformaron en acto-res sociales de gran relevancia.

Uno de los principales focos del cambio cul-tural fueron las universidades, que desde la caí-da de Perón recuperaron el gobierno triparti-to y renovaron el plantel docente. En 1958, se desencadenó el debate sob re la enseñanza "laica" o "libre", basado é:n la controversia por la creación de univer~id ,dt:s privadas dirigi-das por instituciones r1e1iii.::-sas y orientadas a proveer cuadros calific,,dus para .las empresas trasnacionales que lLi;Jr :ém al país. La matrí-cula se elevó, como co:,s,.',: ucncia del ingreso ma-sivo de las mujeres y sec :ures de la clase media.

La Revolución Cubana, la proliferación de agrupaciones estudiantiles de izquierda y la gra-dual "peronización" de gran parte de los docen-tes y alumnos, renovaron la discusión ideoló-gica. Además, se modernizaron los programas: en disciplinas como Física, Ciencias Naturales y Exactas, se discutieron teorías modernas; en Filosofía y Letras, se abrieron nuevas carreras, como Sociología y Antropología; en Psicolo-gía, se abordaron cuestiones sociales y políticas como la pobreza y la situación del Tercer Mun-do. El fenómeno del peronismo generó una dis-cusión que trascendió las aulas universitarias y alcanzó a toda la sociedad.

El "boom" de la literatura contó con grandes vías de divulgación, como la editorial de la Uni-versidad de Buenos Aires (Eudeba) y el Centro Editor de América Latina (CEAL). El precio acce-sible de estas publicaciones y su distribución en quioscos de diarios llevaron las novedades inte-lectuales y literarias al público masivo. El perio-

dismo, por su parte, renovó su estilo en revistas políticas como Primera Plana y Confirmado.

Las artes rupturistas de vanguardia se de-sarrollaron en la llamada "manzana loca: don-de funcionaba el Instituto Di Tella, dirigido por Jorge Romero Brest (plástica), Alberto Ginastera (música) y Roberto Villanueva (artes audiovisua-les). También, el teatro y el cine renovaron sus te-mas y estéticas. La televisión masiva difundió los nuevos hábitos de comportamiento y consumo. La renovación y el optimismo encontraron sus límites en 1966. Los militares ímpusieron lacen-sura e intervinieron las universidades.

EL DEBATE EDUCATIVO

Desde 1955, los sectores del antiperonismo con-servador y católico respaldaron la creación de universidades privadas con títulos habilitantes. similares a los que otorgaban las estatales. Los sectores progresistas se opusieron y realizaron marchas que. muchas veces, terminaron en peleas callejeras. El debate se agudizó en 1958. cuando Frondizi sancionó la Ley de Enseñanza Libre, que permitió el surgimiento de universidades privadas, como la Universidad Católica y la Universidad del Salvador. Los partidarios de la enseñanza " libre" defendían la libertad de opción en la educación universitaria: para quienes respaldaban la ense-ñanza "laica", en cambio, ese planteo ocultaba la intención de la Iglesia de intervenir en la educa-ción. Risieri Frondizi. rector de la UBA y hermano del presidente, se opuso a la reforma.

Manifestación de obreros y estudiantes en defensa de la educación "laica, racional, democrática y cien-tífica", en 1959.

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