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LA ARTROSIS
La artrosis es una enfermedad degenerativa que ataca a las
articulaciones. Los síntomas característicos son la rigidez y los dolores
en dichas articulaciones. La principal diferencia con la artritis está en la
ausencia de inflamación o muy poca comparada con la artritis. Los
dolores en la artrosis aparecen al empezar algún movimiento como
pararse o caminar.
Las zonas más afectadas en este desgaste de las articulaciones son las
caderas, rodillas y ciertas vertebras. El problema radica en el progresivo
desgaste de los cartílagos y del líquido sinovial que son imprescindibles
para los movimientos de rotación. Este proceso de desgaste aparece y
aumenta con el paso de los años en todas las personas. En algunos
aparece antes. Hay condiciones que apuran este desgaste antes de
tiempo como malas posturas, traumatismos, obesidad y factores
genéticos.
Es muy importante encarar un tratamiento de la artrosis correcto y a
tiempo para minimizar los problemas de la artrosis para que el paciente
tenga una mejor calidad de vida. Los puntos principales de los
tratamientos antiartrosicos residen en la realización de ciertos ejercicios,
en un mantenimiento de peso adecuado y en la administración de
ciertos fármacos, muchos de ellos de venta libre que aportan dos
sustancias fundamentales como la glucosamina y el condroitín
sulfato. Pero también han cobrado protagonismo otros tratamientos
nuevos como la ozonoterapia, mediante la cual se le inyecta gas ozono
al paciente y este experimenta luego alivios significativos, y no presenta
contraindicaciones.
La artrosis
La artrosis es una enfermedad que afecta a las articulaciones. Ocasiona
síntomas como dolor, rigidez articular, deformidad e impotencia
funcional. Es una enfermedad que se relaciona con la edad y es
frecuente encontrarla por encima de los 50 años. Tiene una
predisposición familiar y también se relaciona con lesiones previas de la
articulación, como puede ser un traumatismo, una infección o una
deformidad.
La lesión inicial en la artrosis se localiza en el cartílago articular. El
cartílago recubre los extremos de las articulaciones, tiene un aspecto
blanquecino y su misión es favorecer un movimiento suave. Además
amortigua y distribuye el peso del cuerpo.
Fig 1. Alteraciones en la artrosis
En la artrosis, el cartílago pierde sus propiedades y se vuelve más
rígido, produciéndose fisuras y una disminución progresiva de su grosor.
Llega un momento que éste, desaparece en algunas zonas de la
articulación (Fig 1), lo que da lugar a roce entre los huesos, dolor y
deformación. En fases posteriores también se afecta el hueso que
sostiene el cartílago, formándose ostefitos, que son excrecencias óseas,
que se forman en el margen de la articulación (Fig 2). Todo este proceso
ocurre de forma lenta durante varios años.
Fig 2. Artrosis de rodilla
La artrosis no hay que confundirla con la Artritis, que es un proceso
donde predomina la inflamación y puede ocasionar destrucción de la
articulación en poco tiempo. Tampoco hay que confundirla con la
Osteoporosis, que es una enfermedad en la que el hueso se hacen poco
consistente, ocasionando fracturas óseas.
Las localizaciones más frecuentes de la artrosis son las rodillas,
caderas, manos, pies y columna (Fig 3).
Fig 3. Localizaciones de la artrosis
El diagnóstico de la Artrosis se realiza mediante la Historia Clínica, la
exploración física y la realización de exploraciones complementarias,
como son las radiografías (Fig 4).
Fig 4. Radiografía de rodillas
Una vez diagnosticada, es importante realizar un tratamiento
encaminado a conservar y mejorar la movilidad de la articulación,
preservar el cartilago y aliviar el dolor. Para ello se utilizarán medidas
que incluyen ejercicios articulares, medicación para el alivio del dolor,
medicación para enlentecer el deterioro del cartilago e infiltraciones
locales con antiinflamtorios y Acido Hialurónico. La segunda parte de
este artículo se dedicará a revisar el tratamiento de la Artrosis.
problemas-de-artrosis_2981.html)].
La ArtrosisEscrito por psicosalud 29-05-2010 en General. Comentarios (1)
1.1. Presentación de la enfermedadSi consultamos el diccionario de la Real Academia Española vemos que el término “Artrosis”
hace referencia a la “Alteración patológica de las articulaciones, de carácter degenerativo y no
inflamatorio. Suele producir deformaciones muy visibles de la articulación a que afecta, y
entonces recibe el nombre de artrosis deformante” [En: http://buscon.rae.es/draeI/ ].
Atendiendo a términos médicos, la osteoartritis o artrosis es considerada como un trastorno
degenerativo que afecta especialmente a las articulaciones de la mano, columna vertebral,
cadera y rodilla, caracterizado por degeneración del cartílago y formación de osteofitos (brotes
de hueso). Ocasiona dolor y, en ocasiones, la pérdida del movimiento normal de la articulación afectada.
La artrosis es uno de los reumatismos más frecuentes, y afecta en mayor o menor grado a
todas las personas mayores de 55-60 años, pero únicamente en una parte estos la enfermedad
será lo bastante severa como para provocar síntomas. Jesús Tornero, Presidente de la Sociedad
Española de Reumatología (SER) afirma que "La artrosis es la dolencia más común de la población general, por
encima la hipertensión arterial, las infecciones de vías respiratorias altas o las fracturas. A partir de los 65 años casi
un 20% de la población española tiene síntomas de artrosis en las manos y el 30% en la rodilla"…
[En:http://www.ibanezyplaza.com/prensa/Txtpress/SERNotasimpArtrosis.doc]
Además, las expectativas futuras sobre esta enfermedad son alarmantes. Arturo Rodríguez de la
Serna, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Sant Pau de Barcelona considera que “Los
casos de artrosis en España se pueden duplicar en sólo seis años, debido al ritmo del
envejecimiento y al incremento de la obesidad en la población”, y que “Siete millones de
españoles sufren esta alteración”. Además, el experto vaticina que "Si sigue incrementando la
obesidad a este ritmo y con el previsible aumento de la esperanza de vida, en 2010 podrían
haber hasta 15 millones de afectados" [En; http://www.lukor.com/ciencia/04120502.htm].
Sin embargo, a pesar de que la edad es uno de los factores determinantes en la aparición de la
Artrosis, también ésta se da entre la población joven, pues algunos deportes como el fútbol,
hacer footing o esquiar pueden incrementar el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Los expertos determinan la existencia de múltiples factores relacionados con el desarrollo
de la Artrosis. Entre los más importantes tenemos:
· La obesidad: el sobrepeso es un factor negativo en la evolución de esta enfermedad que
afecta a las articulaciones que soportan peso (pies, columna lumbar, etc.)
· Edad: el número de personas afectadas aumenta gradualmente con la edad
· La Herencia: se ha determinado la influencia de factores genéticos en el desarrollo de la
artrosis
· Lesiones mecánicas: el esfuerzo realizado en el uso reiterativo de ciertas articulaciones
condiciona una lesión articular que favorece el desarrollo de artrosis precoz, así como los
traumatismos repetidos o la adopción de posturas incorrectas
· La densidad ósea: las personas con una menor masa ósea tienen menor riesgo de
desarrollo de esta enfermedad
Atendiendo a estos factores determinantes de la enfermedad, existen dos tipos de artrosis:
primaria y secundaria.
Mientras que en la artrosis primaria no existe un desencadenante claro y se asocia a la edad
avanzada y/o a los factores hereditarios, en la artritis secundaria existe un desencadenante
específico: traumatismos, obesidad, etc., según especificamos en el siguiente gráfico:
Generalmente, los síntomas de la artrosis progresan lentamente, y cada enfermo puede
experimentarlos de forma distinta. Los más habituales incluyen los siguientes:
Dolor en las articulaciones
Rigidez de las articulaciones, especialmente tras un período de descanso (sueño, etc.)
Limitación del movimiento de la articulación
Crujido de las articulaciones al moverlas (en las fases avanzadas)
Dolor de espalda
Adormecimiento
Debilidad en un brazo o en una pierna (en las fases avanzadas)
La artrosis es un proceso degenerativo articular que en algunas ocasiones puede llegar a
normalizarse o detenerse, pero esto no es no lo habitual... Normalmente le proceso sigue un
curso con punto álgidos y remisiones clínicas que conducirán a la deformidad y destrucción
articular, ocasionando una limitación funcional que en algunos casos invalidará al enfermo.
Por lo que respecta a los pacientes, esta enfermedad suele ser considerada como una grave
enfermedad que perdurará durante toda su existencia y que comprometerá seriamente su
calidad de vida… De ahí, si bien es una enfermedad que actualmente no tiene cura, la
importancia de atender a un tratamiento adecuado que les permita llevar una vida
prácticamente normal.
Sin embargo, como apunta el doctor Francisco J. Blanco, coordinador del Comité de Asuntos
Científicos de la Sociedad Española de Reumatología, el tratamiento de esta enfermedad no está
claramente definido, basándose fundamentalmente en el control de la sintomatología, siendo
preciso “elaborar un documento que permita tomar decisiones basadas en la evidencia
científica” [En: http://www.ibanezyplaza.com/prensa/Txtpress/SERNotasimpArtrosis.doc]. El especialista
determina que el tratamiento debe ser individualizado, ajustarse a la articulación afectada,
controlar los síntomas, mantener la funcionalidad de la articulación y reducir al máximo el
avance de la enfermedad.
Por último, en lo que respecta a la prevención de esta enfermedad, es recomendable estar
informado sobre el problema y evitar la obesidad, para lo que es fundamental llevar una dieta
sana y equilibrada, y realizar ejercicio físico moderado y adecuado a las características de la
persona (edad, estado físico, etc.). Junto a esto, es necesario limitar los esfuerzos físicos intensos
y evitar actividades con movimientos repetitivos.
Se considera cosa normal que con el paso de los años nos duelan
las articulaciones. Sin embargo, a todos nos queda la duda sobre si estos
cambios se pueden evitar y si es posible tener una vejez sin
articulaciones enfermas y doloridas.
Con la edad aparece un problema conocido como artrosis, que consiste
en el desgaste de la capa protectora de la articulación, llamada cartílago
articular. Los principales síntomas de la artrosis son dolor y rigidez.
También se puede sentir crepitación, es decir, que la articulación cruja.
Entre los siete millones de españoles que sufren problemas de artrosis,
destaca el alto porcentaje de mujeres menopáusicas con alteraciones
articulares. Según los resultados del estudio de la Asociación Española
para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el 80% de las mujeres con
menopausia sufre algún dolor articular, y de éstas, el 50% lo reconoce
como intenso-insoportable.
La artrosis es una enfermedad invalidante, que afecta en mayor número
a mujeres que a hombres y cuya prevalencia se intensifica con la edad.
De hecho, afecta a más del 80% de la población mayor de 80 años”. El
mayor ascenso de la artrosis entre las mujeres se produce a partir de los
45 años y llega a doblar los casos masculinos. Entre las causas que
desencadenan la artrosis están componentes genéticos, de edad,
antecedentes de traumatismo o enfermedades articulares previas, y
además el ejercicio de una profesión expuesta a un uso articular
excesivo.
Si bien el envejecimiento de las articulaciones es una cosa natural, tomar
algunas medidas lo pueden retrasar, y hacer más llevadero el paso de
los años. ¿Qué estrategias podemos utilizar para ayudar a mantener las
articulaciones sanas y flexibles?
1. Hacer ejercicio y estirar. Es muy común escuchar que el ejercicio es
malo para las articulaciones. El ejercicio, por sí mismo, no desgasta las
articulaciones. De hecho, la inactividad hace los músculos más débiles y
va en contra de unas articulaciones flexibles y cómodas. Unos músculos
fuertes ayudan a absorber los golpes, sostener las articulaciones y
protegernos de lesiones. Actividades como caminar, nadar, hacer yoga o
tai chi nos pueden ayudar a mantener nuestros huesos fuertes, y las
articulaciones flexibles.
La mayoría de la gente no aprecia lo poderoso que puede ser el ejercicio
para ayudar al funcionamiento de las articulaciones. El ejercicio vigoroso
de bajo impacto es beneficioso no sólo para las ellas, también para el
sistema cardiovascular, pulmonar y otros sistemas de su organismo.
Si una persona no hace ejercicio regularmente es importante comenzar
poco a poco hasta que alcance niveles de actividad más elevados, de lo
contrario aumentará el riesgo de una lesión.
Para poder realizar los movimientos con comodidad durante el ejercicio y
las actividades diarias, es necesario tener flexibilidad. El movimiento de
la articulación también contribuye a lubricarla y a nutrir el cartílago. Por lo
general, los ejercicios de estiramiento se pueden realizar diariamente y
constituyen una forma excelente de relajación.
Consejos respecto al ejercicio físico para prevenir la artrosis
• Pida asesoramiento a un profesional sanitario para que le ayude a
elaborar un programa de ejercicios individual.
• Haga ejercicio todos los días a la misma hora para que se convierta en
parte de la rutina.
• Busque un compañero de ejercicio y una clase de ejercicios adecuada.
• Varíe la rutina de los ejercicios; vaya rotándolos.
Educación postural
Una buena postura junto con el ejercicio nos garantizará el equilibrio de
los músculos posturales, y contribuirá a aliviar la tensión de músculos y
articulaciones. Algún consejo práctico a tener en cuenta:
• Evita encorvarte; mantente erguido.
• Evita sentarte en sillas bajas para reducir la tensión que sufren rodillas y
caderas al sentarte y levantarte.
• Al viajar, levántate y muévete cada hora aproximadamente para evitar
la rigidez en las articulaciones.
Control de peso para prevenir la artrosis
Las personas que mantienen su peso ideal tienen mejor salud en las
articulaciones que las personas obesas o con sobrepeso. Cuando tienes
sobrepeso u obesidad puedes sufrir complicaciones óseas y musculares
que afectan principalmente a las piernas, pies, tobillos, espalda y rodillas
porque deben soportar el exceso de peso. Cada kilogramo adicional de
grasa corporal aumenta la carga de compresión sobre la rodilla en
aproximadamente 4 kilogramos.
Alimentación
• Es conveniente eliminar lo más posible los alimentos con azúcares,
carbohidratos y almidones de la dieta.
• Hay que limitar la ingesta de fructosa proveniente de todas las fuentes a
no más de 25 gramos al día, porque por encima de esta cantidad
aumentan los niveles de ácido úrico, que afecta a su vez a las
articulaciones.
• Toma un buen aporte de vitaminas A, C y E por su acción antioxidante.
Todas las verduras y hortalizas de hojas verdes son muy beneficiosas.
Todas contienen Vitamina C, con propiedades antioxidantes que
neutralizan el daño que los radicales libres ejercen sobre las
articulaciones, así como calcio y ácido fólico. Se recomienda la ingesta
de coles, lechuga, brócoli, pepinos, perejil, etc. La zanahorias, son
también beneficiosas por su riqueza en betacarotenos. Las calabazas y
calabacines son fuentes de vitamina A con acción desintoxicante. Los
frutos secos nos aportarán la vitamina E.
• Optimiza los niveles de vitamina D, ya que incrementa la absorción
intestinal del calcio y el fósforo, aumenta la calcificación porque favorece
los depósitos de fosfato cálcico. La fuente principal de vitamina D es el
sol, por lo que durante las temporadas de otoño, invierno y a principios
de la primavera los niveles de vitamina D pueden caer precipitadamente.
Si los niveles caen, el organismo automáticamente renuncia a la ayuda
que esta vitamina ofrece a las articulaciones y a todo su cuerpo.
Alimentos ricos en vitamina D: pescados como salmón, caballa, sardinas,
atún, huevo entero, aceites de higado o de pescado, productos lácteos
como el queso, la mantequilla, la crema de leche y la leche enriquecida;
cereales enriquecidos.
• Ingiere muchos ácidos grasos de omega-3 provenientes de krill o del
aceite de pescado de alta calidad. El omega-3 apoya a la salud de las
articulaciones ya que disminuye los procesos inflamatorios articulares.
La OMS aconseja el equilibrio entre los ácidos grasos omega 6 y omega
3, en una relación de 5 a 1, o de 10 a 1 como máximo. Esta relación se
consigue por el consumo de diversos ácidos grasos, contenidos en la
dieta alimentaria y no por uno sólo en particular. En Europa, la dieta es
demasiado rica en ácidos grasos saturados, con una relación de 15 a 1.
Dada la alimentación desequilibrada en aceites grasos, con más omega
6 que lo que conviene a la salud, parece ser que muchas enfermedades
degenerativas ligadas a la inflamación pueden estar ligadas a este tipo
de alimentación, y podrían ser paliadas con el aporte de krill.
En el caso de que necesitemos una ayuda adicional para nuestras
articulaciones, se puede considerar el uso de complementos alimenticios
que nos ayuden a mantener los niveles de vitaminas o de ácidos grasos
omega 3 por ejemplo dentro de niveles adecuados. En Equisalud
contamos en nuestro catálogo con novedades que contienen ácidos
grasos como los omega 3 provenientes del Krill y líneas como la Holovit
que aportan de vitaminas.
Este artículo es meramente informativo. Consulta siempre con un
especialista