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INTRODUCIÓN Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional. Se forman por la unión de dos huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están recubiertos por el cartílago articular.

La Artrosis

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artrosis: definición, signos, diagnóstico

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Page 1: La Artrosis

INTRODUCIÓN

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten

el movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional. Se forman por la unión

de dos huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas

existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la

membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la

articulación están recubiertos por el cartílago articular.

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La Artrosis

Es una enfermedad reumática muy frecuente que lesiona el cartílago

articular y origina dolor, rigidez e incapacidad funcional. Habitualmente se

localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y

de los dedos de las manos, la articulación de la raíz del pulgar, la cadera, la

rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie. Fuera de estos

lugares, la artrosis es rara y, cuando aparece, se debe sospechar la existencia

de un daño previo o de otra enfermedad articular subyacente.

Etimología

Osteoartritis deriva del prefijo griego osteo-, que significa "del hueso",

combinado con artritis: artr-, que significa "articulación", e -itis, cuyo significado

ha llegado a ser asociado con inflamación. Así, -itis de osteoartritis puede ser

considerado engañoso ya que la inflamación no es una característica

conspicua. Algunos médicos se refieren a esta condición como osteoartrosis

para denotar la ausencia de una respuesta inflamatoria.

Causas de la enfermedad

Las causas que originan la artrosis son múltiples y varias de ellas suelen

estar presentes en una misma persona por lo que sus posibilidades de

desarrollar la enfermedad aumentan. Algunas de estas causas son:

- Longevidad: la artrosis es una enfermedad de personas mayores. El

desgaste de la articulación producido por el uso durante años, junto con la

menor capacidad de recuperación de los tejidos, son factores relevantes.

- Herencia: en algunos casos, existe una predisposición hereditaria. Este

tipo de artrosis afecta más a las mujeres.

- Obesidad: predispone a la artrosis en las caderas y rodillas ya que el

sobrepeso daña el cartílago articular.

- Trastornos por sobrecarga: cuando la forma de la articulación o de un

miembro no es la normal -por ejemplo, cuando una pierna es más larga que

la otra- se produce un desgaste mayor en toda la articulación o en la parte

de ella que soporta mayor peso.

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- Lesiones locales: cuando existen fracturas, golpes importantes o

inflamaciones de cualquier causa en una articulación, el cartílago tiene

predisposición a enfermarse más pronto.

- Exceso de uso: produce el desarrollo de artrosis temprana o en lugares

no habituales. Por ejemplo, el codo de quienes trabajan con martillos

neumáticos o las rodillas de los futbolistas.

Los signos de la enfermedad

Aunque puede no dar síntomas por ejemplo en la columna es frecuente

encontrar signos radiográficos de artrosis sin que el individuo tenga dolor, el

síntoma fundamental de la artrosis es el dolor. Este dolor suele aparecer

cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma, bien sea de movimiento

o de carga y en general empeora a medida que avanza el día. Más adelante,

con el progreso de la enfermedad, el dolor puede aparecer con el reposo o el

descanso nocturno. En ocasiones, debido al reposo y la falta de ejercicio, los

músculos que rodean la articulación se atrofian mientras que en otras el dolor y

las deformaciones óseas producen contracturas musculares. En ambos casos,

la alteración de los músculos produce más dolor, alteración de la movilidad

normal de la articulación y mayor tendencia a la progresión de la enfermedad.

Diagnóstico de la Artrosis

Los datos fundamentales que permiten el diagnóstico de la artrosis son los

síntomas que usted refiere como paciente y las alteraciones que observe su

médico tras el examen adecuado de sus articulaciones. Los análisis de sangre

y orina no resultan alterados por esta enfermedad. A veces, se puede extraer

líquido de las articulaciones artrósicas y analizarlo. Esto resulta útil para aliviar

el dolor y eliminar la posibilidad de otras enfermedades en la articulación. Las

radiografías simples de las articulaciones ayudan a confirmar el diagnóstico,

informan de la intensidad del daño y permiten descartar otras lesiones. Las

radiografías simples del esqueleto resultan especialmente útiles en personas

menores de 60 años de edad, donde existe una buena relación entre los

síntomas y las anomalías radiológicas.

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Diagnóstico de la Artrosis

El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor y la

impotencia funcional sin provocar efectos secundarios.

Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el primer paso que deben dar

los especialistas es enseñar a los pacientes a evitar todo lo que contribuye a

lesionar las articulaciones como el sobrepeso, los movimientos repetitivos,

actitudes inadecuadas en el trabajo, el calzado, los útiles de cocina, el

mobiliario, etc.

En segundo lugar aconsejan que cada paciente tenga una tabla de ejercicios

personalizada y adaptada que deberá realizar bajo la supervisión del

fisioterapeuta para mejorar el desarrollo de la enfermedad.

Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo decidirá en cada caso el

tratamiento farmacológico adecuado para cada caso: paracetamol o

antiinflamatorios en las fases más agudas de la enfermedad; tratamientos

locales con infiltraciones para aliviar el dolor en los pacientes que tengan la

patología más avanzada o condroprotectores, sustancias que actúan como

analgésicos y son capaces de enlentecer el daño del cartílago.

Si el paciente se encuentra en un estadio final de la enfermedad los

especialistas recomiendan como opción terapéutica la cirugía protésica.