16
Nº63 Junio de 2012 Precio de Tapa: $ 3.- La Comuna Revista teórica y política del PRT Partido Revolucionario de los Trabajadores L L a a u u n n i i d d a a d d : : u u n n p p r r o o b b l l e em ma a d d e e l l a a c c l l a a s s e e o o b b r r e er r a a y y d d e e t t o o d d o o e e l l p p u u e e b b l l o o E E l l a a g g r r a a v v a a m mi i e e n n t t o o d d e e l l a a s s c c o o n n d d i i c c i i o o n n e e s s d d e e v v i i d d a a d d e e l l p p u u e e b b l l o o y y l l a a s s a a l l i i d d a a r r e ev v o o l l u u c c i i o o n n a a r r i i a a L L a a c c l l a a s s e e o o b b r r e e r r a a a a r r g g e e n n t t i i n n a a : : u u n n a a b b ú ú s s q q u u e e d d a a c c o o n n s s t t a a n n t t e e p p a a r r a a s s u u e e m ma a n n c c i i p p a a c c i i ó ó n n ( ( 3 3 a a . . p pa a r r t t e e ) ) ( (P Pá ág g. . 1 12 2) ) ( (P Pá ág g. . 4 4) ) ( (P Pá ág g. . 7 7) )

La Comuna

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista teórica y política del PRT Partido Revolucionario de los Trabajadores

Citation preview

Nº63 �Junio de 2012Precio de Tapa: $ 3.-

La ComunaRevista teórica y política del PRTPartido Revolucionario de los Trabajadores�LLaa uunniiddaadd:: uunn pprroobblleemmaaddee llaa ccllaassee oobbrreerraayy ddee ttooddoo eell ppuueebblloo

EEll aaggrraavvaammiieennttoo ddee llaassccoonnddiicciioonneess ddee vviiddaa ddeell ppuueebbllooyy llaa ssaalliiddaa rreevvoolluucciioonnaarriiaa

LLaa ccllaassee oobbrreerraa aarrggeennttiinnaa::uunnaa bbúússqquueeddaa ccoonnssttaanntteeppaarraa ssuu eemmaanncciippaacciióónn ((33aa.. ppaarrttee))

((PPáágg.. 1122))

((PPáágg..44))

((PPáágg.. 77))

a presente publica-ción de La Comunacuenta con tres

notas que refieren, cada unade ellas, al problema de launidad en nuestro procesorevolucionario; al agrava-miento de las condiciones devida del pueblo y la necesidadde la salida revolucionaria; ypor último la tercera parte delanálisis histórico que veni-mos desarrollando sobre laclase obrera argentina y susluchas.

El tema de la unidad de laclase obrera y el conjuntodel pueblo, es desarrolladoen la primera nota. Unanueva situación en la luchade clases y la crisis políticapor la que atraviesa la bur-guesía en su dominacióncaracteriza la etapa que esta-mos viviendo: el pueblo pro-fundiza sus reclamos, la claseobrera se dispone a más con-quistas, y el poder está obli-gado a más improvisación,mayor centralización política,la aplicación del fascismocomo la base económica así loexige, y la utilización demecanismos coercitivos y vio-lentos para garantizar las exi-gencias de los monopolios.Estas luchas de todo tipo quese vienen desarrollando a lolargo y ancho de nuestro paíscomienzan a entrelazarse deforma embrionaria con el pro-yecto político revolucionario.

La ComunaRevista teórica y política delPRTPartido Revolucionariode los Trabajadores

www.prtarg.com.ar

LEEddiittoorriiaall2

Y aquí el problema de la unidad se hacemás presente que nunca: encontrarse enlas luchas, generando una unidad ampliadesde la clase obrera hacia el conjunto delpueblo, acumulando en la lucha y en el pro-yecto político revolucionario que ya hacomenzado a asomar. Es solamente desdeeste sentido que podemos decir que “larevolución está en marcha”, cuando elcamino de la unidad va rompiendo el aisla-miento y construyendo la expectativa políti-ca revolucionaria que estamos necesitando.

En segundo lugar analizamos que elestado de auge de masas que viene enaumento desde hace varios años no ha per-mitido a la oligarquía financiera, dueña detodos los monopolios y bancos existentes enel país, bajar los salarios a los niveles deIndia o de China, por lo cual se vio obligadaa poner en marcha otro mecanismo a fin demantener sus márgenes de ganancias: lainflación o, lo que es lo mismo, el au-mento generalizado de las mercaderías.Aumentando las mercaderías, sobre todolas de primera necesidad se baja el poderadquisitivo del salario. Y esto dura hastaque aflora un nuevo forcejeo de clases por el“reparto” de la riqueza. Esta puja distribu-tiva, la lucha de clases sin cuartel, es la queobliga a los capitalistas a buscar otros rum-bos para sostener su margen de ganancias.La burguesía se ve obligada a invertir enbienes de capital, y a renovar los medios de

producción obsoletos. Esto genera,una renovada y más profunda guerrapor los capitales con destrucciónmasiva de fuerzas productivas y, enconsecuencia, una tendencia al agra-vamiento de las condiciones de vidade la población. Esta guerra intercapitalista no es generada solamentepor la lucha de clases, sino tambiénpor las propias leyes del sistemacapitalista por las cuales estos debenir modificando y actualizando losmedios de producción, incorporandonuevas tecnologías, menores “costos”de producción, etc. En esta doblesituación, agudización de la lucha declases y competencia inter monopo-lista, es la burguesía la que aparecedebilitada por sus contradiccionespolíticas y económicas, y es el pro-letariado el que asoma fortalecidopor las experiencias que vienedesarrollando, desde la autoconvo-catoria hasta las experiencias cre-cientes de las luchas y la moviliza-ción permanentes, junto con la apari-

ción de nuevas vanguardias organi-zadas, y la incipiente pero firme ytenaz fusión con el proyecto revolu-cionario.

Por último, la tercera parte delanálisis histórico de la clase obreraargentina y la búsqueda constantepara su emancipación. El períodocomprendido aquí es el que va desdeel frondicismo-integracionismo enel cual surgen las mafias sindicalescon su carácter gerencial y empresa-rial tal cual las conocemos hoy endía, hasta el gobierno de Onganía yla aparición de los sindicatos clasis-tas con sus concepciones anticapita-listas, antiimperialistas y revolucio-narias en muchos casos.

Un análisis de las nuevas necesi-dades económicas con su consecuen-te reconversión industrial y discipli-namiento laboral que exigían impo-ner los monopolios, son el marco dedesarrollo desde el cual la clase obre-ra argentina siguió caminando haciasu emancipación.��

3

ntendemos que la marcha de lospróximos acontecimientos sedará en un marco de “golpe por

golpe”. Por un lado la burguesía necesa-riamente intentará un “ajuste” de cuentascontra el pueblo en todos los planos: eleconómico, el político y el represivo; y porel otro lado, se intensificará la lucha delpueblo contra todas las medidas adopta-das desde las cúpulas del poder.

Ya no estamos en la misma situaciónde meses anteriores, las clases comien-zan a no tolerarse.

¿Qué queremos decir con esto?Que nos tenemos que ir acostumbran-

do a un nuevo escenario. El pueblo profun-diza sus reclamos, la clase obrera se dis-pone a más conquistas, y el poder se veráobligado a echar mano a su improvisación.Esta situación acentuará el deterioro polí-tico en el que ya está inmerso; y sus gol-pes, que no dejará de darlos, reavivarán amás sectores de la población a más luchay a más enfrentamiento.

Para ejecutar un “ajuste de cuentas” serequieren fuerzas políticas. El problemaestá dado. Porque para la burguesía esasfuerzas políticas tienen que centralizarse,tender al fascismo como la base económi-

ca capitalista concentrada lo exige y esentonces que aparecen, a modo de ejem-plo, movilizaciones de varios miles decompatriotas en Chaco protestando contrala presencia de bases militares norteame-ricanas en esa provincia y conquistando(acallado a coro por toda la burguesía)quizás uno de los triunfos más certeros delos últimos tiempos a los planes nefastosde la oligarquía financiera.

En lo económico ya ajustaron: elaumento generalizado de precios, sincera-do con la devaluación del peso, la nohomologación de paritarias que estén porarriba del 23% establecido como techo porel gobierno, lo cual controla un organismoinventado e improvisado que ejerce elpapel de policía (papel del Estado) lo queindica hasta qué punto su crisis política yceguera los obliga a utilizar mecanismoscoercitivos y violentos para garantizar lasexigencias de los monopolios con el con-secuente costo político frente a las masas.

OTRO MOMENTO HISTÓRICO

Más de tres décadas tuvieron quepasar para que las ideas de la revolucióncomenzaran a masificarse nuevamente.

4LLAA UUNNIIDDAADD::

UUNN PPRROOBBLLEEMMAA DDEE

LLAA CCLLAASSEE OOBBRREERRAA

YY DDEE TTOODDOO EELL PPUUEEBBLLOO

E

Para que la calidad del proceso de lucha de clases avance enel sentido de la revolución es necesario seguir preparando las fuerzas

y establecer en el camino un cambio sustancial en la correlaciónde fuerzas políticas contra la oligarquía financiera

y el Estado a su favor.

No es que los intentos no sehayan hecho pero la debilidadde las ideas de revolución fuenotable y profunda. Las cau-sas de ello fueron disímiles.

Nuestro pueblo nunca dejóde luchar, de expresar su nega-tiva a todo lo podrido de lo ins-titucional. Hubo grandes bata-llas a lo largo de estas décadasque pusieron de manifiesto elespíritu rebelde que anidaba yanida en el pueblo ante lasinjusticias del sistema.

Sin embargo esos procesosde lucha de clases que llegaronal punto de hacer caer a variospresidentes en pocas horas noterminaron de acumular enun proyecto político revolu-cionario aunque sí aportarona la necesaria experiencia delenfrentamiento.

El cambio está dado poresta situación, por un lado laimposibilidad del gobierno degobernar como lo venía hacien-do, agravando la vida de todoslos argentinos y, por el otro, laintensificación de la lucha y laaparición del proyecto políti-co revolucionario fusionado ala lucha de las masas.

La crisis política de la bur-guesía atraviesa dos compo-nentes, por un lado la claseobrera y el pueblo no retroce-derán ante cualquier intentode la clase dominante de acre-centar su dominación y, porotro lado, y como consecuenciade ello, la lucha interburguesase profundizará sin límites.

Planteada esta situaciónlos revolucionarios enfrenta-mos grandes desafíos.

La lucha que desarrollanuestro pueblo, expresadaampliamente en las notas coti-dianas publicadas en nuestrapágina de Internet, embriona-riamente se está entrelazandocon el proyecto revolucionario.

En este sentido se hace necesario intensificar la uni-dad desde la lucha y desarrollar las primeras expre-siones nacionales de esa unidad. En este sentido lasvanguardias de la clase tienen que hacer un esfuer-zo por encontrarse, enterarse que sus luchas no sonúnicas porque forman parte de una realidad endonde se repiten múltiples luchas.

Este sentido de la unidad que planteamos tieneque ver con lo que se está dando en la base materialpara la producción, por un lado y, por el otro, con laexperiencia de lucha autoconvocada que de hecho seestá llevando nacionalmente y que tanto odio oca-siona a las instituciones del Estado, al oportunismoy al reformismo en todas sus variantes incluidas lasque aparecen como izquierda.

Todo proceso de unidad lleva tiempo, lo sabemos,pero también los tiempos tienen que ver con la luchade clases, con el alza que se percibe a lo largo yancho del país.

La unidad que viene de la lucha no tiene unmanual de cómo realizarla, pero sí tiene objetivospolíticos. La lucha por el poder requiere de unaimportante acumulación de fuerzas políticas para irquebrando la correlación de fuerzas contra la oligar-quía financiera.

En ese sentido revolucionario la unidad tiene queser lo más amplia posible y hacemos el acento en laclase obrera y el pueblo que están luchando y enfren-tando al poder parados en sus propios terrenos. Nosreferimos a esa gran porción de la población que díaa día no sólo sufre la explotación y opresión sino queademás no cuenta para la vida política de las insti-

5

tuciones de la burguesía más quepara el voto.Esa fuerza es enorme, pero es insufi-

ciente aún, pues la unidad que se requie-re para pasar a otra fase del proceso revo-lucionario es mucho más grande. El saltonecesario es acumular en la lucha, comose está haciendo, y en un proyecto políti-co que ya se ha lanzado en el terreno deesa lucha.

En este contexto que se abre, la uni-dad requiere de un paso que no por senci-llo es fácil caminarlo. Podríamos resumirloen “conocerse las caras” entendiendo porello que una lucha en un punto del paístiene mucho en común con las otras quese llevan a cabo en otros punto lejanos alprimero.

Esto que parece sencillo es el pasoque hay que dar. La unidad desde lalucha, de hecho incorpora a una masa dela población que aún no accede a un planosuperior de todo lo que se está haciendo.

La metodología autoconvocada, impli-ca un grado superior de organización demasas. Es la experiencia que la claseobrera y nuestro pueblo viene haciendo, ypodríamos definir a esa unidad que seplasma en las luchas como el germen delas verdaderas instituciones revoluciona-rias.

La unidad que da peso a esa metodo-logía implica respetar la experiencia deuna gran parte de la población y afianzalos caminos de búsqueda de una unidadsuperior.

La experiencia es de las masas y hayque respetarlas porque es el camino quese ha encontrado y con gran diversidadde experiencias, sin “manual” indicativo.Y desde esa base, la acumulación políticarevolucionaria va tomando y cobrando lafuerza necesaria para quebrar las fuerzasde la oligarquía financiera.

No se puede hablar de desconfianzasentre pares, de almas sufrientes y unidaspor el dolor de la explotación. Mejorhablar de que aún falta que nos conozca-mos, que tomemos confianza en lo queestamos haciendo en nuestros lugares ydel peso político que ello tiene, reflejadoen las decisiones improvisadas que laburguesía toma para responder.

Nuestra consigna, “la revolución estáen marcha” está basada en todo lo que seestá haciendo. En ella se expresa que larevolución no es un sólo acto que se con-creta el día de la toma del poder. La revo-lución está en marcha cuando damos lospasos necesarios para llegar a ese objeti-vo. En ese camino la revolución cobravida, no se amilana ante una derrota y nose enceguece ante una victoria. La revolu-ción está en marcha cuando el camino dela unidad va rompiendo el cerco del aisla-miento, cuando los núcleos de trabajado-res de tal o cual establecimiento levantanla mirada y recurren a otros compañerosde otros establecimientos que estando enla misma situación de lucha o preparán-dose para ello comienzan a unificar susfuerzas, primero localmente y luego nacio-nalmente.

Es mucho y muy grande lo que ya hay,pero la unidad no sale por arte de magia,la unidad hay que caminarla, requiere degrandes esfuerzos cotidianos, de luchaspolíticas y luchas ideológicas y de un per-manente estado de lucha frente al enemi-go común.

El camino de la unidad poniendo elacento por arriba aparece como el caminomás fácil. Entendemos por ello al caminode una unidad con las superestructuraspolíticas, sindicales o de lo que se trate.

Sin embargo, la unidad fundamentalque planteamos es la nueva instituciona-lidad que, basada en la metodología pro-fundamente democrática que es la auto-convocatoria, prioriza el peso que vienemasivo y de lo más profundo del pueblocon nuevas vanguardias bien pegadas alos intereses de los reclamos.

En este sentido amplio es como enten-demos que la revolución está en marcha.La unidad que paso a paso estamoslogrando, permitirá quebrar definitiva-mente la ausencia de una expectativapolítica revolucionaria para todo el pue-blo. Es mucho lo que se está haciendopero, así y todo, aún es insuficiente parala realidad que tenemos. De allí que rei-vindicamos la confianza desde la lucha,desde cada trinchera y no ceder ante laexigencia unitaria que se reclama para losgrandes desafíos de la historia.��

6

uelgas, trabajo a desgano, negati-va a realizar horas extras, estadodeliberativo, movilizaciones,

asambleas, y otras acciones del proletariado ylos trabajadores en general constituyen el estadode auge de masas que viene in crescendo desdehace varios años y que no ha permitido a la oli-garquía financiera, dueña de todos los monopo-lios y bancos existentes en el país, bajar los sala-rios a los niveles de India o de China, como fre-cuentemente decimos.

PUJA DISTRIBUTIVA Y PÉRDIDA DELPODER ADQUISITIVO DEL SALARIO

La puja por la distribución de lo producidoen el país es persistente.

Debido a que las actuales condiciones deproducción, o lo que es lo mismo, de obtenciónde plusvalía de las empresas transnacionales sebasan en la circulación de capitales sin fronterashaciendo del mundo y de las regiones un solomercado, tanto de colocación de productos comode capitales, los esfuerzos burgueses por el aba-ratamiento y la homogenización de costos esesencial tanto en la región como en el mundo.Pues las distintas partes que van a constituir unsolo producto, pueden fabricarse en diversos paí-ses, para lo cual los costos de producción debenser lo más parecidos y competitivos posibles.

Ahora, cuando hablamos de costos de pro-ducción, nos referimos exclusivamente a sala-rios, pues el “costo” para el burgués se reduce

precisamente a lo que cobran los obreros. El tra-bajo del proletariado es lo que genera el valor delas mercaderías, tanto de aquellas que constitu-yen las materias primas y que compran los capi-talistas para producir, como las que salen almercado como bienes de consumo personal.

Hemos planteado dos aspectos centralespara lo que queremos desarrollar. Cómo estáorganizada hoy la producción, la cual es total-mente transnacional, y cuál es el “costo” de pro-ducción de las mercaderías para el capitalista.

Pongamos un ejemplo que en estos días sedivulgó con fuerza en los medios masivos: laindustria automotriz.

Es sabido que las llamadas terminales auto-motrices son las fábricas en donde se arman losvehículos que saldrán al mercado y que en nues-tro país son reconocidas por las marcas dedichos rodados.

Ahora, las partes componentes o autopartesse fabrican en infinidad de empresas cuyosnombres se nos escapan o permanecen casiocultos para la mayoría de la población.

La división de esa producción, permite a laburguesía monopolista el abaratamiento de lamano de obra, ya que los obreros que son consi-derados como pertenecientes a la industria auto-motriz sólo son los que trabajan en las termina-les. Mientras que los que trabajan en las auto-partistas pertenecen a otros gremios (metalúrgi-cos, plásticos, tapiceros, materiales eléctricos,etc.) con salarios inferiores, aunque dichasfábricas estén plantadas en el mismo predio que

7

H

EELL AAGGRRAAVVAAMMIIEENNTTOODDEE LLAASS CCOONNDDIICCIIOONNEESSDDEE VVIIDDAA DDEELL PPUUEEBBLLOOYY LLAA SSAALLIIDDAARREEVVOOLLUUCCIIOONNAARRIIAA

la automotriz, siendo que, en realidad, todos esostrabajadores contribuyen a la elaboración delautomóvil que sale como producto final.

Además, las automotrices situadas en nuestropaís, por ejemplo, se proveen de autopartes prove-nientes de otros países.

De tal forma que si los costos de mano de obrade otros países son inferiores a los del nuestro, seimportan las autopartes para ser ensambladas enArgentina, achicando de esa manera el “costo”final del automóvil.

Hasta aquí, la organización de la producciónsegún las condiciones actuales de la concentracióncapitalista.

LA MASA SALARIAL NACIONALY PRECIOS DE LOS PRODUCTOS

Desde la concepción burguesa, todo esto suenamuy lógico y simple de entender: Se producedonde es más barato y se vende en donde resultamás conveniente.

Sin embargo, ello tiene muchas contradiccio-nes.Siguiendo con el ejemplo de la industria auto-motriz, hasta el presente, muchas de esas autopar-tes se fabricaban en el exterior (por ejemploBrasil) y se importaban para ser colocadas en lasterminales de nuestro país.

El “costo” de la mano de obra de aquel país, esinferior al de éste, y por lo tanto, resultaban máscompetitivos. Y lo decimos utilizando el verbo enpretérito ya que hoy las condiciones han cambiado.

Y en este punto debemos volver al planteo ini-cial de los salarios.

La puja por la “distribución” de la riqueza olucha salarial, no le ha permitido a la burguesíabajar los “costos” a los niveles deseados, dado locual se vio obligada a poner en marcha otro meca-nismo a fin de mantener sus márgenes de ganan-cias: la inflación o, lo que es lo mismo, el aumen-to generalizado de las mercaderías.

Aumentando las mercaderías, sobre todo las deprimera necesidad (alimentos, vestimenta, salud,electricidad, transportes, inmuebles –alquileres-,etc.) se baja el poder adquisitivo del salario, o seasu valor real.

Y esto dura hasta que aflora un nuevo forcejeode clases por el “reparto” de la riqueza.

Al aumentar las mercaderías y mantenerse elvalor nominal del dinero, lo que antes valía $ 50ahora vale $ 100. Sin embargo, la relación de inter-cambio de mercaderías permanece invariable. Siun auto se cambiaba por 200 repuestos, el mismoauto sigue cambiándose por la misma cantidad derepuestos. En conclusión, los objetos no han cam-biado “su” valor, lo único que ha bajado su valores el salario o, lo que es lo mismo, se prolongó eltiempo de trabajo excedente por cada una de lasmercaderías producidas.

Antes de continuar, debemos apurarnos a acla-rar que las mercaderías de por sí no tienen valor.Lo hemos dicho muchas veces, lo que les propor-ciona valor es el tiempo de trabajo incorporado alas mismas. Dado lo cual, si una mercadería tiene

incorporada una determinada cantidad de trabajo,supongamos 8 horas y se quiere cambiar por unamercadería que tiene incorporada una cantidad de40 horas de trabajo, deberán utilizarse 5 unidadesde la primera para ser cambiadas por 1 de la segun-da. O sea que si la primera sufrió un aumento deprecios, la segunda también va a aumentar en lamisma proporción. Ése y no otro, es el efecto infla-cionario. Lo único que varía en ese intercambio esel “valor”, o más precisamente, el precio del sala-rio. Pues si antes, con el salario de un día (supon-gamos de $ 160,00) podían comprarse 4 kgs. decarne, ahora con la inflación sólo podrán comprar-se poco más de 3 kgs. Ha bajado el salario, y conél bajó también el “valor” del dinero.

Cuando aparece en las noticias de los grandesmedios de difusión masiva el aumento del dólar ynos bombardean en forma sistemática, en realidadlo que están tratando de ocultar es la baja de sala-rios que se ha producido. Lo que no es otra cosaque el aumento generalizado de las mercaderías.

AUMENTOS DE SALARIOS NOMINA-LES POR RAMAS Y BAJA RELATIVA

DE LA MASA SALARIAL

Ahora tratemos de ver cómo se expresa esto anivel global en todas las relaciones económicas dela sociedad en todo el país.

Muchas veces sucede que el precio de la manode obra o salarios de los trabajadores formales seelevan como producto de las luchas que se expre-san, según el mecanismo actual, en las “negocia-ciones” paritarias o que deben ser reconocidos dehecho, por las patronales y el gobierno, por impo-sición de las mencionadas luchas. Estos salariosaumentan su precio acortando momentáneamentela brecha con el precio del resto de las merca-derías, pero no ocurre lo mismo con los salarios deotros gremios que aún no han conquistado elaumento y tampoco con los salarios de los trabaja-dores en negro.

De tal manera resulta que la masa salarial quecobran los trabajadores de todo el país (los queestán en blanco y los que están en negro, los deplanta y los contratados) no se ha modificado prác-ticamente, mientras que los precios del total de lasmercaderías producidas sí lo han hecho en formasensible.

Esto quiere decir que el “costo” de producciónnacional tiende a bajar aunque el salario nominalde los trabajadores formales de un sector hayaaumentado.

A esta visión general debemos agregarleotro mecanismo de baja de salarios tal comola reconversión de la producción que es el rempla-zo de medios de producción obsoletos por mediosde producción de novísima generación.

Por medio de máquinas, herramientas y proce-sos productivos más modernos, con utilización demenos mano de obra, se produce más cantidad demercaderías.

A esto responde el famoso “agregado de valor”que en cada discurso recita la presidenta Kirchner,o la tan mentada “sustitución de importaciones”.Este proceso no es, como ella quiere plantearnos,una decisión voluntaria con arreglo al “modelonacional y popular” sino una necesidad materialdel capitalismo transnacional o imperialismo.

En síntesis, es otra manera de bajar el precio dela mano de obra o salario que se logra mediante lautilización de medios de producción con mayortecnología que explotan más intensivamente lamano de obra, es decir con menos cantidad deobreros en cada unidad productiva, generalizandoel trabajo en negro (o “informal” como lo llama laburguesía y los funcionarios gubernamentales),segmentando las categoría productivas haciaabajo, etc., provocando a la vez que haya unasocialización creciente de la producción, es decir,que más trabajadores peor pagos y, muchas veces,distribuidos en mayor cantidad de unidades pro-ductivas, que se unifican en un solo monopolio quelas dirige y somete, contribuyan a la fabricacióndel producto final.

De esa manera, si se suman todos los salariosque se pagan en el país y se dividen por la cantidadde obreros (en blanco y en negro) y esto se com-para con los niveles de producción de mercaderíasde todo tipo (para el mercado nacional y para elmercado internacional, para consumo individual ypara consumo productivo), se podrá comprobarque la producción que antes se hacía con un“costo” de 100 hoy se realiza con un “costo” de 50.

INCREMENTO DE LA BATALLAINTERMONOPOLISTAPOR LOS CAPITALES

Paradójicamente la puja distributiva, la luchade clases sin cuartel, es la que obliga a los capita-listas a buscar otros rumbos para sostener su mar-gen de ganancias. La burguesía se ve obligada ainvertir en bienes de capital, y a renovar losmedios de producción obsoletos. Esto genera,entre otras cosas, dos aspectos destacados: una

8

la automotriz, siendo que, en realidad, todos esostrabajadores contribuyen a la elaboración delautomóvil que sale como producto final.

Además, las automotrices situadas en nuestropaís, por ejemplo, se proveen de autopartes prove-nientes de otros países.

De tal forma que si los costos de mano de obrade otros países son inferiores a los del nuestro, seimportan las autopartes para ser ensambladas enArgentina, achicando de esa manera el “costo”final del automóvil.

Hasta aquí, la organización de la producciónsegún las condiciones actuales de la concentracióncapitalista.

LA MASA SALARIAL NACIONALY PRECIOS DE LOS PRODUCTOS

Desde la concepción burguesa, todo esto suenamuy lógico y simple de entender: Se producedonde es más barato y se vende en donde resultamás conveniente.

Sin embargo, ello tiene muchas contradiccio-nes.Siguiendo con el ejemplo de la industria auto-motriz, hasta el presente, muchas de esas autopar-tes se fabricaban en el exterior (por ejemploBrasil) y se importaban para ser colocadas en lasterminales de nuestro país.

El “costo” de la mano de obra de aquel país, esinferior al de éste, y por lo tanto, resultaban máscompetitivos. Y lo decimos utilizando el verbo enpretérito ya que hoy las condiciones han cambiado.

Y en este punto debemos volver al planteo ini-cial de los salarios.

La puja por la “distribución” de la riqueza olucha salarial, no le ha permitido a la burguesíabajar los “costos” a los niveles deseados, dado locual se vio obligada a poner en marcha otro meca-nismo a fin de mantener sus márgenes de ganan-cias: la inflación o, lo que es lo mismo, el aumen-to generalizado de las mercaderías.

Aumentando las mercaderías, sobre todo las deprimera necesidad (alimentos, vestimenta, salud,electricidad, transportes, inmuebles –alquileres-,etc.) se baja el poder adquisitivo del salario, o seasu valor real.

Y esto dura hasta que aflora un nuevo forcejeode clases por el “reparto” de la riqueza.

Al aumentar las mercaderías y mantenerse elvalor nominal del dinero, lo que antes valía $ 50ahora vale $ 100. Sin embargo, la relación de inter-cambio de mercaderías permanece invariable. Siun auto se cambiaba por 200 repuestos, el mismoauto sigue cambiándose por la misma cantidad derepuestos. En conclusión, los objetos no han cam-biado “su” valor, lo único que ha bajado su valores el salario o, lo que es lo mismo, se prolongó eltiempo de trabajo excedente por cada una de lasmercaderías producidas.

Antes de continuar, debemos apurarnos a acla-rar que las mercaderías de por sí no tienen valor.Lo hemos dicho muchas veces, lo que les propor-ciona valor es el tiempo de trabajo incorporado alas mismas. Dado lo cual, si una mercadería tiene

incorporada una determinada cantidad de trabajo,supongamos 8 horas y se quiere cambiar por unamercadería que tiene incorporada una cantidad de40 horas de trabajo, deberán utilizarse 5 unidadesde la primera para ser cambiadas por 1 de la segun-da. O sea que si la primera sufrió un aumento deprecios, la segunda también va a aumentar en lamisma proporción. Ése y no otro, es el efecto infla-cionario. Lo único que varía en ese intercambio esel “valor”, o más precisamente, el precio del sala-rio. Pues si antes, con el salario de un día (supon-gamos de $ 160,00) podían comprarse 4 kgs. decarne, ahora con la inflación sólo podrán comprar-se poco más de 3 kgs. Ha bajado el salario, y conél bajó también el “valor” del dinero.

Cuando aparece en las noticias de los grandesmedios de difusión masiva el aumento del dólar ynos bombardean en forma sistemática, en realidadlo que están tratando de ocultar es la baja de sala-rios que se ha producido. Lo que no es otra cosaque el aumento generalizado de las mercaderías.

AUMENTOS DE SALARIOS NOMINA-LES POR RAMAS Y BAJA RELATIVA

DE LA MASA SALARIAL

Ahora tratemos de ver cómo se expresa esto anivel global en todas las relaciones económicas dela sociedad en todo el país.

Muchas veces sucede que el precio de la manode obra o salarios de los trabajadores formales seelevan como producto de las luchas que se expre-san, según el mecanismo actual, en las “negocia-ciones” paritarias o que deben ser reconocidos dehecho, por las patronales y el gobierno, por impo-sición de las mencionadas luchas. Estos salariosaumentan su precio acortando momentáneamentela brecha con el precio del resto de las merca-derías, pero no ocurre lo mismo con los salarios deotros gremios que aún no han conquistado elaumento y tampoco con los salarios de los trabaja-dores en negro.

De tal manera resulta que la masa salarial quecobran los trabajadores de todo el país (los queestán en blanco y los que están en negro, los deplanta y los contratados) no se ha modificado prác-ticamente, mientras que los precios del total de lasmercaderías producidas sí lo han hecho en formasensible.

Esto quiere decir que el “costo” de producciónnacional tiende a bajar aunque el salario nominalde los trabajadores formales de un sector hayaaumentado.

A esta visión general debemos agregarleotro mecanismo de baja de salarios tal comola reconversión de la producción que es el rempla-zo de medios de producción obsoletos por mediosde producción de novísima generación.

Por medio de máquinas, herramientas y proce-sos productivos más modernos, con utilización demenos mano de obra, se produce más cantidad demercaderías.

A esto responde el famoso “agregado de valor”que en cada discurso recita la presidenta Kirchner,o la tan mentada “sustitución de importaciones”.Este proceso no es, como ella quiere plantearnos,una decisión voluntaria con arreglo al “modelonacional y popular” sino una necesidad materialdel capitalismo transnacional o imperialismo.

En síntesis, es otra manera de bajar el precio dela mano de obra o salario que se logra mediante lautilización de medios de producción con mayortecnología que explotan más intensivamente lamano de obra, es decir con menos cantidad deobreros en cada unidad productiva, generalizandoel trabajo en negro (o “informal” como lo llama laburguesía y los funcionarios gubernamentales),segmentando las categoría productivas haciaabajo, etc., provocando a la vez que haya unasocialización creciente de la producción, es decir,que más trabajadores peor pagos y, muchas veces,distribuidos en mayor cantidad de unidades pro-ductivas, que se unifican en un solo monopolio quelas dirige y somete, contribuyan a la fabricacióndel producto final.

De esa manera, si se suman todos los salariosque se pagan en el país y se dividen por la cantidadde obreros (en blanco y en negro) y esto se com-para con los niveles de producción de mercaderíasde todo tipo (para el mercado nacional y para elmercado internacional, para consumo individual ypara consumo productivo), se podrá comprobarque la producción que antes se hacía con un“costo” de 100 hoy se realiza con un “costo” de 50.

INCREMENTO DE LA BATALLAINTERMONOPOLISTAPOR LOS CAPITALES

Paradójicamente la puja distributiva, la luchade clases sin cuartel, es la que obliga a los capita-listas a buscar otros rumbos para sostener su mar-gen de ganancias. La burguesía se ve obligada ainvertir en bienes de capital, y a renovar losmedios de producción obsoletos. Esto genera,entre otras cosas, dos aspectos destacados: una

9

renovada y más profunda, además devoraz, guerra por los capitales con destruc-

ción masiva de fuerzas productivas y, en conse-cuencia, una tendencia al agravamiento de lascondiciones de vida de la población.

La oligarquía financiera, lo más concentradode la burguesía, no sólo intensifica su compe-tencia intermonopolista sino que se lanza desa-forada a una arrebatiña por los capitales queestán al servicio de toda la clase burguesa peroque no tienen dueño individual.

Esos capitales son los que recauda el Estadoy que se obtienen mediante el pago de impues-tos, retenciones, tasas, y otros saqueos que laburguesía instrumenta en forma masiva y querecaen por vía directa o indirecta sobre el lomode los trabajadores y pueblo en general. Depaso, diremos que no hay impuestos que paguela burguesía. Pues la burguesía no produce naday todo lo que tiene es producto del trabajo obre-ro. Así, los pagos de impuestos que debe reali-zar, los traslada al precio de sus productos sintocar sus ganancias.

Es por eso que el IVA generalizado, elimpuesto a la “ganancia” sobre el salario, soste-nido por este cínico gobierno, no sólo no quiereser eliminado por la presidenta actual ni por nin-guno de los gobiernos de turno, sino que, por elcontrario, la carga impositiva, la burguesía siem-pre va a querer incrementarla. Pues ve comopropio esos enormes montos millonarios dedinero que aspira siempre a usar para su propiobeneficio.

Con esa masa de capitales hace inversionesque, individualmente, un capitalista siempreesquiva de realizar, tales como obras de infraes-tructura necesarias para comercializar sus pro-ductos, grandes inversiones productivas a lasque llevará mucho tiempo sacar el jugo de lasganancias tales como inversiones petroleras,mineras, redes de gas, eléctricas, etc. En cambiosi el Estado las invierte o da los fondos para quelos monopolios inviertan, rápidamente secomienzan a obtener sus frutos, pues el costo delcapital invertido recae sobre las costillas delpueblo a quien se le retacean, en la misma pro-porción, los “beneficios” para los cuales estabanteóricamente destinados (salud, educación,viviendas, jubilaciones, etc.).

Todos estos capitales surgen, como dijimos,de lo que acumula el Estado y se pone en manosde los monopolios a través de préstamos banca-rios, subsidios, fomento a la producción, etc.

También, mediante la apropiación, lisa y llana,por parte del Estado de dineros millonarios quelos trabajadores han contribuido a acumular através de las obras sociales, fondos de jubilacióny pensión, etc., y que, a través del Estado al ser-vicio de los monopolios, se agencian para sí. Enestos días la CGT denunciaba que el gobierno“nacional y popular” de Kirchner le debe más deUS$ 13.000 millones de las obras sociales que,desde hace años, no le devuelve…Nosotros pen-samos, dicho sea de paso, que sólo con luchas selo arrancaremos no sólo al gobierno de turnosino también a los empresarios de la CGT.

AGRAVAMIENTO DE LASCCCCOOOONNNNDDDDIIIICCCCIIIIOOOONNNNEEEESSSS DDDDEEEE VVVVIIIIDDDDAAAA,,,,

AGRAVAMIENTO DE LALLLLUUUUCCCCHHHHAAAA DDDDEEEE CCCCLLLLAAAASSSSEEEESSSS

Ahora, si todo esto fue provocado por lalucha y el auge de masas, cabe preguntarse,entonces, ¿el resultado de la lucha de clases esperjudicial al obrero, al trabajador?

Primero diremos que con o sin intensifica-ción o picos de auge en la lucha de clases, loscapitalistas deben ir modificando y actualizandolos medios de producción, incorporando nuevastecnologías, menores “costos” de producción,etc., y eso está inevitablemente regido por lacompetencia intermonopólica y se debe a ella.Sus productos se venderán más si tienen preciosmás competitivos y sus niveles de gananciasestarán mejor garantizados si los “costos” deproducción, es decir, la masa salarial, es menor.

La intensificación de la lucha de clases nohace más que ahondar la tensión de ese cúmulode contradicciones y obliga a la burguesía aintentar resolver, más temprano que tarde, lascontradicciones insolubles que les presenta elmodo de producción capitalista que se obstinanen mantener, fracasando una y otra vez yenterrándose más y más en el cenagal.

Además, la profundización de la lucha declases acelera la competencia intermonopólica yahonda las diferencias políticas existentes entreburgueses que aspiran a cuotas de ganancia, másmercado y poder mayores a los que tienen. Seprofundizan las divisiones y se producen que-brantos y nuevas alineaciones en la propiedad yexplotación de los capitales mundiales, a la vezque la clase obrera y el pueblo acumulan, luchatras luchas, fuerzas propias, organización,desengaños, conciencia de sus propias fuerzas y

10

del destino a realizar, y crea, además, el campo propiciopara la fusión de las ideas revolucionarias con su dispo-sición creciente a la lucha y a terminar con toda esta rea-lidad agobiante e indigna.

Esta situación irreversible del proceso histórico llevaal arrinconamiento de la burguesía que, desesperadaintenta mantener sus ganancias con el agravamientogeneralizado de las condiciones de vida de la poblacióny, simultáneamente, conduce al agravamiento de las con-diciones de subsistencia del sistema capitalista como tal.

Este intento de la burguesía por mantener su sistemade producción de plusvalía, paradójicamente, conduce alacercamiento del momento histórico de la liberación deestas cadenas a las que nos tiene sometidos la propiedadcapitalista de los medios de producción.

El proceso histórico tiene una única dirección y seríaabsurdo intentar frenarlo como intenta la burguesía, o tran-sitar por un desvío como pretende utópicamente la menta-lidad oportunista o reformista que, en definitiva no condu-ce a otra cosa que el mantenimiento del modo de produc-ción capitalista porque le tiene pánico a la revolución.

Tanto el agravamiento en las condiciones de vida dela población como la inminente e inevitable próximapuja distributiva que, seguramente no esperará las próxi-mas paritarias, darán una vuelta más de tuerca a la

lucha de clases, en la que los dos con-tendientes principales, la burguesíamonopolista y el proletariado ya noson los mismos.

La primera está más debilitada aúnpor el cúmulo de contradicciones polí-ticas y económicas en las que estáencerrada y de las que no puede salir, yel proletariado, por su lado, está másfortalecido debido a que, como clase y,en una misma generación, atesoratodas las experiencias y desengañosque bajo otros ritmos históricos, sólopodrían acumularse en la experienciade varias generaciones.

De tal forma que a la autoconvoca-toria, que no es ni más ni menos que labúsqueda de un camino independientede la instituciones y todo lo que ofreceel sistema, se suman las experienciascrecientes de las luchas y la movili-zación permanentes, la aparición denuevas vanguardias organizadas, y laincipiente pero firme y tenaz fusióncon el proyecto revolucionario.��

12

a etapa que se abrirá con la política delfrondicismo de integracionismo, va aser, sin duda alguna, el inicio de la

construcción de las mafias sindicalescon verdadero poder económico que hoyconocemos, y explican el carácter gerencialy empresarial de los sindicatos en Argentina.Tras el conflicto del Frigorífico Lisandro

de la Torre, las direcciones de los sindicatosestaban totalmente rendidas a las propues-tas de la burguesía. Se presentaba untramo de recesión por el advenimiento deuna nueva reconversión industrial, y conello una nueva ofensiva de la burguesía.Una adecuada manufactura de bienes

de capital y la producción de bienes de con-sumo, suponía la implementación efectivade racionalización del trabajo que permitie-ra el uso eficaz de gran parte de la maqui-naria importada y la intensificación de laproducción de las plantas existentes; dentrode lo cual tenían como objetivo el controlefectivo del poder de las comisiones inter-nas. Para la burguesía, las relaciones labo-rales eran de “una anarquía total, extralimi-taciones y abusos de todo orden por partede los obreros”. El objetivo, por lo tanto, eraclaro: recuperar a manos de los empresa-rios el control de las fábricas.Como parte de la ofensiva burguesa, y

como medida ejemplificadora, las empresas

ALPARGATRAS y SUDAMDEX, en la huel-ga textil de 1960 suspendieron y despidie-ron en masa a los trabajadores. Estos ocu-paron las plantas y fueron desalojados porla represión iniciando, las empresas, unatoma selectiva de personal. Si bien el con-venio sobre la base de la racionalización nohabía sido firmado por el gremio textil, lasempresas la aplicaron como les vino engana.Se realizaron estudios de movimiento

tiempo-efectivo por los “técnicos en raciona-lización”. Así lo expresaba y denunciaba elBoletín Fabril “El alpargatero”: “Los patro-nes sostienen que cuando se hace unamodificación que disminuye la tarea delobrero es necesario aumentar la tarea paramantener su ritmo de trabajo a un nivelconstante. Es lo que está pasando enAlpargatas en cualquier sección en dondeinstalan nuevas máquinas. Tomamos unejemplo: en la Sección A5 este año han ins-talado nuevas máquinas que no necesitanel tremendo esfuerzo físico exigido por lasviejas máquinas; el trabajo es muchomenos pesado, pero la patronal en vez de75, 91 o 98 docenas de pares que se hacíancon las viejas máquinas, ahora exige unpromedio de 316 docenas. Así que no haydisminución de esfuerzo físico, más bienhay un mayor agotamiento”.

DDeessddee ssuuss ccoommiieennzzooss aa nnuueessttrrooss ddííaassLLAA CCLLAASSEE OOBBRREERRAA AARRGGEENNTTIINNAA::UUNNAA BBÚÚSSQQUUEEDDAA CCOONNSSTTAANNTTEEPPAARRAA SSUU EEMMAANNCCIIPPAACCIIÓÓNN

(Tercera Parte)

L

Presentamos la tercera parte del análisis sobre los orígenesy el desarrollo histórico de la clase obrera argentina.

Pero el aumento de la productividad nose limitaba sólo a la racionalización y latransformación de la maquinaria. Esto fueacompañado de la implementación de diver-sos esquemas “de relaciones humanas”:represión de la empresa y la represióndel sindicato. Y aquí cabe extenderse.La base estructural del poder institucio-

nal de los sindicatos se encuentra en la Ley14.455 o Ley de Asociaciones Profesio-nales aprobada por Frondizi. La Ley resta-blecía el sistema creado por Perón.Los sindicatos de los metalúrgicos, los

ferroviarios, los textiles y los de la construc-ción, tenían por igual, estructuras altamentecentralizadas que concentraban el poder enuna dirección central elegida en el planonacional; el control ejercido por la direccióncentral sobre las actividades de las ramas ysecciones era, en términos formales, total.Por ejemplo, en la Asociación Obrera Textil,la dirección central estaba facultada por elartículo 53 de los Estatutos a intervenircualquier sección que incurriera en actos de“indisciplina” o cometiera “irregularidades”.Por añadidura, las comisiones internas quedirigían esas secciones, tal como lo recor-daba el artículo 55, actuaban sólo comorepresentantes directos de la dirección cen-tralizada y no de las masas.El artículo 60, por ejemplo, estipulaba

que en ningún caso los sindicatos locales

podrán plantear por símismos, en el ordenlocal, problemas de carác-ter general ni tomar posi-ción sobre tales situacionesque pudiesen comprometerla opinión de la direccióncentralizada.En su mayoría los sindi-

catos tenían estatutosvagos y flexibles que leposibilitaba a las direccio-nes centralizadas de acu-sar de transgredir las nor-mas por cualquier cosa.Por ejemplo, abundabanlas cláusulas que prohi-bían la “provocación aldesorden”, “inconductanotoria”, o “comportamientoincorrecto”. El ConsejoDirectivo de un sindicato

estaba facultado para juzgar las infraccio-nes a esas cláusulas. El artículo 9 de losmetalúrgicos facultaba al consejo directivoa expulsar a un afiliado por decisión propiasin que fuera necesario someterlo a juiciode una asamblea.También existían las federaciones, que

eran gremios de rangos menores, de carác-ter provinciales o locales, pero que en estaetapa no tenían gran relevancia; pero el sis-tema era exactamente el mismo. Más ade-lante esto va a ser diferente.Este tipo de estructuras estaban asen-

tadas sobre el poder financiero de la diri-gencia gremial que provenía de variasfuentes, desde el aporte básico al gremio yla cuota asistencial pagada por los afiliadosy los aportes patronales a las obras socia-les, y finalmente estaban las cuotas extraor-dinarias que consistían en aquel porcentajede cada nuevo aumento salarial dondecada sindicato estaba facultado a reteneren el primer mes siguiente a la firma de unnuevo convenio. Esta retención se aplicabatanto a los afiliados como a los no afiliadosal sindicato. A esto habría que sumarle elnuevo gran negocio de inversiones queharían los sindicatos con la creación dehoteles para turismo de los afiliados, cam-pings, piletas, etc. Todas estas formas derecaudación les terminó otorgando un tre-

13

mendo poder financiero a las direcciones de los gremios. Las cuotas eran retenidaspor los empleadores y depositadas en las cuentas bancarias de los sindicatos.El manejo de estas cifras les permitió organizar y sostener los grupos de choque mafio-

sos (el verdadero origen de las barras bravas) y la captación y corrupción hacia las comi-siones internas. Por eso, la represión a los trabajadores venía, ya en esos años, por laempresa y el sindicato.Estas políticas de disciplinamiento y control de la clase obrera pasaban a constituirse

en una condición sin ecua non para la génesis del Capitalismo Monopolista de Estado quedemandaba esta fase del desarrollo capitalista en Argentina.No les iba a resultar fácil, pero las necesidades imperialistas de instalarse en Argentina

preanunciaron un nuevo período y nuevas necesidades. Los planes eran claros: la instala-ción de capitales extranjeros,reduciendo subsidios estata-les de todos tipo, anulandolos aranceles proteccionis-tas, y esencialmente lo antesmencionado, disciplinar a laclase obrera para aumentarla productividad, y por lotanto las ganancias.El capital extranjero, en

especial el estadounidense,irrumpió con toda la fuerzaen el sector manufacturero.Las mayores inversiones sedieron particularmente en laindustria del automóvil ymaterial de transporte. Sóloen la industria automotriz laproducción treparía de untotal de 13.900 vehículosfabricados en 4 años desdeel período 1951 a 1955, auna producción anual de136.200 vehículos ya en1961.

La abrupta incorporación de Argentina a la era de las multinacionales monopóli-cas se ponía en franca contradicción con el Capitalismo de Estado; era imperiosodejarlo atrás. La devaluación del peso, los grandes cortes en el gasto público, incluyendola eliminación de todos los controles de precios y subsidios, y el abandono de lineamientossalariales rígidos, apuntaron a planchar los salarios. “Estimular las inversiones extranjeras”apuntando a una vigorosa industria siderúrgica, el crecimiento de la industria autopartista,pero esencialmente darle vía libre a una producción petrolera en manos de empresasextranjeras. Cabe aclarar aquí que el caballo de batalla fundamental de Frondizi en la cam-paña electoral dentro de su propuesta, el desarrollismo, era construir una poderosa explo-tación petrolera nacional que nos catapultaría hacia una nación desarrollada; y hasta llegóa escribir un libro explicando ese proyecto. Cuando gana las elecciones mandó a retirartodos los libros de las librerías y le entregó el petróleo a las empresas extranjeras.Pero estas medidas no iban a ser gratis. Nuevas ideas ya surcaban fuerte tanto en

el terreno ideológico como en el político; la crisis por los préstamos extranjeros terminaobligando a Frondizi a renunciar. En 1966 cuando Onganía da el golpe militar que derroca a Illia, recibe el apoyo de la

CGT y las 62 Organizaciones, planteándose este período como la intentona más seria de

14

llevar adelante transforma-ciones para avanzar hacia laadecuación del Estado alservicio de los monopoliospujantes en ese momento.El período del ’62 al ’66

se va a destacar porque elpapel de los sindicatos comoinstituciones nacionales sevan a alinear decididamentecomo herramientas al servi-cio de la burguesía.A pesar de ello, o por ello,

por abajo estaba toda lasituación convulsionada conuna resistencia colmada desabotajes y una clase obreraque no estaba dispuesta aregalar el período de 1940 a1958, donde el auge fue inin-terrumpido y el logro de con-quistas y correlación de fuer-zas había emparejado labalanza a su favor. Ni el golpe del ’55 había

podido detener esto. Y másallá de esos años de lareconversión industrial, don-de se produjo un pequeñorepliegue, las masas se pre-disponían a dar nuevas yenérgicas batallas.La influencia de la Revo-

lución Cubana no fue unhecho menor. Por el contra-rio, va a poner sobre el tape-te, incluso en muchísimossectores peronistas de laclase obrera, verdaderasaspiraciones revoluciona-rias. El deliberado y abiertoapoyo de la CGT al Golpe deOnganía llevó a que muchoscuadros rompieran con laCGT y conformaran la CGTde los Argentinos encabeza-da por Ongaro, dirigente grá-fico de claras aspiracionesde rechazo a la corrupciónsindical y a la connivenciapatronal, con una defensahacia los intereses de los tra-bajadores.

Pero esto era tan sólo el reflejo de lo que se estabagestando por abajo. El tremendo crecimiento de laindustria automotriz, siderurgias y petroleras, donde enmuchos casos los sindicatos eran por fábrica, iban aser contagiados por las constantes luchas e ideas revo-lucionarias que surcaban la lucha de clases. La Huelgade los Cañeros en Tucumán, con respuesta de violen-cia armada por parte de la dictadura y con experienciasdel mismo tenor por parte del proletariado azucarero, yla aparición de un sindicalismo clasista que le iba a darpor abajo un carácter netamente antiburocrático a lalucha; sumado a esto, la aparición de un estudiantadouniversitario con inquietudes y aspiraciones revolucio-narias, terminó generando en el país (con un gobiernode facto) una situación sumamente explosiva y con unnuevo factor que sería decisivo en los años venideros:la necesidad de una revolución.¿Qué era el clasismo? ¿En qué se veía expresado

y por qué? El clasismo va a aparecer distintivo porqueva a ser la contracara de Perón, pues va a partir de laconcepción irreconciliable entre el capital y el tra-bajo, y por ende aparecían ya las primeras aspiracio-nes de romper con el Estado burgués.Cabe aclarar que en el gobierno de Illia, éste saca

un decreto, el 669 (con la idea de quitarle poder a las62 Organizaciones) que desautorizaba los sindicatoscentralizados y por ramas, lo que permitiría constituirsindicatos por fábrica. En el gobierno de Onganía esa puerta la abrieron

los trabajadores, y comenzaron a negociar sus conve-nios por fábrica, lo que afianzaba la organización demasas. El clasismo llevará las decisiones a las asam-bleas y siendo la democracia directa la que le dará laimpronta de masas. Las masas confiaban en esos diri-gentes, por honestidad y combatividad. Pero no fue unaetapa fácil. Hubo que quebrar una situación que llevósu tiempo, con encarcelamientos y despidos, pero elestallido era inminente. Los nuevos dirigentes obreroshablaban de antiimperialismo, anticapitalismo y revolu-

15

www.prtarg.com.ar

ción. La aparición de nuestro partido, aunque incipiente en ese momento, va a serdeterminante porque va a colocar en la escena de la lucha de clases y de la claseobrera la construcción del poder y la lucha por el poder político por el socia-lismo.Las nuevas ideas revolucionarias, la resistencia peronista, y el embrujo de una

revolución triunfante como la cubana, llevaban a confluir a un mundo de nuevasideas que chocaban frontal y antagónicamente con las pretensiones de la bur-guesía, sus planes y la dictadura.Es importante aclarar que las condiciones de súper explotación y los ritmos de

trabajo en las grandes y nuevas industrias, eran agobiantes. Se vivían condicionesasfixiantes de producción, y era ésta una causa más de malestar y bronca quecolocó a los trabajadores en un estado de ánimo de ya no estar más dispuestos atolerar esa situación.La aparición de hombres como Agustín Tosco y René Salamanca en Córdoba,

Santillán y Leandro Fote en Tucumán, o Sabino Navarro en los Ferrocarriles deltren Sarmiento, se reproduciría en miles de fábricas y ciudades, no con la notorie-dad nacional que habían adquirido esos hombres, pero sí con la conducta revolu-cionaria y el respeto de sus compañeros por dicha conducta que sintetizaba la horaque se vendría.El Cordobazo, el Rosariazo, el Mendozazo, el Tucumanazo, fueron todas

insurrecciones cuyo protagonista y caudillo central sería el proletariado. La caída deOnganía hizo ruido. El Capitalismo Monopolista de Estado no pudo avanzar en suslogros. La ofensiva de masas ya estaba desatada y no le quedó otra a la burguesíaque preparar la vuelta de Perón.La situación para el capitalismo enArgentina era mucho más grave que en el ’40.

Esta vez no sólo había surgido la necesidad de una revolución de carácter proleta-rio, sino que ya estaba en marcha. El clasismo y las masas obreras comenzabana imponerse en las fábricas en unidad con el resto de la población. Los conflictoscomenzaban a denominarse “paros activos”, con tomas de plantas y movilizacionesjunto al resto de la población; y la unidad de la clase obrera se comenzaba a expre-sar, en lo concreto, por fuera de la institucionalidad burguesa que eran los sin-dicatos nacionales en manos de la burocracia. Así se dieron las coordinadoras degremios y fábricas de base, y los comités de lucha; e incluso se llegaron a recupe-rar sindicatos a niveles regionales o locales, como el caso más destacado, el deCórdoba.Un elemento fundamental que va a aparecer fue la ruptura de la lucha economi-

cista, comenzando a predominar la lucha política en una vanguardia dispues-ta a darlo todo, como así lo demostró la historia.En esta nota se nos hace imposible detenernos en miles de extraordinarios

hechos, como desarrollar lo que fue el Cordobazo, la experiencia de SITRAC-SITRAM, el Vivorazo, y más adelante el Villazo o el Rodrigazo; o huelgas conmo-vedoras como la de El Chocón; o la experiencia en los ingenios en Tucumán,corazón de la caña de azúcar, donde naciera nuestro Partido a sangre y fuego, conhuelgas bravas reprimidas a plomo, que gravarán hasta el fondo nuestro compro-miso, de transmitirle a esta nueva generación proletaria que vamos a concluir elcamino iniciado en aquellas gestas.��